En la guerra de trincheras en la que desembocó la Primera Guerra Mundial nadie era capaz de desequilibrar el punto muerto mediante las continuas oleadas de asalto de tropas de linea, por lo que todos los ejercitos en liza buscaban la forma de romper esta situación. Los italianos, por inspiración de las Sturmtruppen alemanas y austrohúngaras se decantaron por crear estas Reparti d'assalto (Unidades de asalto), una suerte de unidades especiales, como las llamaríamos hoy. Pero no se limitaron a copiarlas, si no que dieron un paso más allá, formando divisiones enteras -más tarde se convertirían en cuerpos de ejercito- de Arditi, que actuando en amplias secciones del frente, romperían la linea enemiga en profundidad, facilitando así el posterior avance de la infateria.
Así nacieron los Arditi, hombres con un reclutamiento, entrenamiento y armamento especial, con uniformes diferenciados, el mejor material al alcance y mejores condiciones de vida en campaña, que junto a una más heterodoxa displicina que primaba la iniciativa individual, fomentaban el espiritu de cuerpo necesario para afrontar el elevado número de bajas que sufrían en sus acciones, y que como veremos continuaría presente incluso una vez acabada la contienda.

A noi!!
En esta fotografía, Arditi junto a morteros Stokes en el río Piave, Junio del 18, casi podemos oir el grito de guerra de los Arditi, que junto a la daga levantada era la forma de presentar armas de estas unidades. El comandante Freguglia de la XXVII Unidad de Asalto fue el inventor de la fórmula.
En el siguiente post veremos como el por entonces capitán Giuseppe Bassi, se convertiría en el "padre" de los Arditi, paternidad disputada y reclamada por otros, como el capitán Cristoforo Baseggio.
Cualquier aportación es extremadamente bienvenida.

Saludos.