LA BATALLA DEL CANAL V
Las flotas británicas habían navegado pegadas a la costa para viajar bajo el paraguas aéreo ofrecido por la RAF. Precaución casi innecesaria pues tan solo fueron importunados por algunos aviones de reconocimiento. Ahora cuando estaban a punto de llegar al canal ingles, los vapuleados dragaminas supervivientes de las operaciones del día anterior se unieron a ellos, colocándose en vanguardia para retirar las minas colocadas por las fuerzas germanas a última hora.
Con la amenaza de la RN, el OKW suspendió temporalmente los envíos de refuerzos y materiales al sur de Inglaterra por mar, viéndose las fuerzas de invasión obligadas a atrincherarse. La flota combinada, enfrentada a una amenaza desde dos frentes se vio obligada a dividirse, dirigiéndose el Bismarck, junto a los cruceros pesados Zara, Gorizia, Pola, Fiume, y los ligeros Navarra, Galicia, Cervantes, y Konnigsberg y unos 20 destructores y un número similar de torpederos pesados alemanes al encuentro de la Escuadra del canal, en el acceso occidental.
A bordo del Bismarck, el almirante Marshall consciente de la inferioridad de su escuadra tomo una difícil decisión. En lugar de un duelo artillero con los BB enemigos, emplearía a sus naves para destruir a los escoltas de la escuadra inglesa, tratando de facilitar así las acciones de la LW.
A las 12:20 los dragaminas británicos se desplegaron frente a los campos de minas germanos, cerca de la costa de Devon. De este a oeste formaban los dragaminas en primer lugar, encargados de abrir un camino entre los campos de minas germanas. A continuación 6 divisiones de destructores con 30 naves, cada una de ellas dirigidas por 1 crucero ligero. En tercer término formaban los 2 BB y 3 CA (exUSA) británicos, acompañados de otros 4 CL. Al sur de esta formación 3 divisiones con 2 CL y 18 destructores antiaéreos protegían a la escuadra de los ataques de la LW.
El Bismarck soportaría un duro castigo frente a los acorazados británicos, mientras destruía a sus escoltas.
En ese momento la escuadra Marshall navegaba hacia el nor-noroeste desde la isla de Guernsey. En vanguardia los cruceros Zara y Pola, seguidos del Bismarck y de los cruceros Fiume, y Gorizia. Los cruceros ligeros marchaban a la izquierda de la línea de batalla, interponiéndose entre la flota enemiga y esta, mientras a su alrededor formaban 4 divisiones de destructores, cada una con 5 unidades, la 1ª dDD, al norte, la 2ª al este, la 3ª al oeste, y la 4ª a retaguardia. Más al norte, junto a la costa británica, aguardaban las torpederas pesadas. Sobre ellos, 30 cazas D-520 sobrevolaban la flota otorgándoles protección, serían relevados a las 13:00 por otros tantos Me-109F.
Poco después de iniciarse la limpieza de los campos de minas la EM abrió fuego sobre las divisiones de destructores británicos, estaban a 18.000mts. El Bismarck pronto centro a uno de los destructores, y con su 4ª salva logro colocar 3 impactos de 381mm en el destructor Loya, que poco después se iría a pique a causa de los daños, tras cambiar de objetivo el segundo destructor sería alcanzado con la 2ª salva, al encontrarse muy cerca del primero, sin embargo precisaría de una 3ª salva para ser destruido. El resto de la flota también hizo fuego, y en los 20 minutos siguientes varios de los dragaminas y destructores fueron alcanzados y literalmente volados por los aires debido al grueso calibre con el que se hacía fuego contra ellos, otros muchos resultaron azotados por la metralla sufriendo graves daños. Siendo destruidos los dragaminas Derby, Lydd, Bramble, Hazard, y Salamander, junto a los destructores Belvoir, Brecon, y Broadwater.
Sin embargo ahora la línea de batalla ya había acortado distancias y también disparaba sobre las naves de la EM, cuya 3ªdDD lanzo una cortina de humo para ocultarla, mientras la escuadra daba un giro de 180º, cambiando su rumbo a sursureste, tratando de mantener distancias para seguir castigando a los escoltas británicos. Sin embargo el Gorizia había sufrido ya abundantes daños a manos de los cruceros británicos, por lo que abandono la formación dirigiéndose a la bahía de Lyme Bay.
En la escuadra británica los acorazados lograron centrar al Bismarck a los 21 minutos de combate, pues sus disparos habían confundido las correcciones en un principio. Ahora sin embargo el Leopard logro 2 impactos sobre el leviatán germano, que destruyeron su catapulta causando un pequeño incendio. Sin embargo la capacidad del acorazado no se vio mermada, y ahora disparaba sus cañones contra los cruceros logrando colocar tres salvas sobre el Worcester que con 178 bajas a bordo, sin energía y envuelto en llamas sería hundido por sus propios destructores tras evacuar a los supervivientes.
Ahora el Bismarck estaba siendo azotado por un huracán de metralla que le provoco numerosas bajas, y que obligo a los cruceros italianos a separarse de él al ver este reducida su velocidad a 21nts, antes de perder la torre A aun lograría un dejar fuera de combate al Colossus, que con 123 bajas a bordo e importantes daños se dirigió a la costa británica, donde embarrancaría en las afueras de Plymouth. Mientras los cruceros italianos atacaron decididamente a los cruceros ligeros y destructores británicos, causando graves daños a los cruceros Cornwall, Bermuda y Diomede, mientras los cruceros ligeros y destructores habían dañado a varios destructores ingleses, sufriendo daños de similar consideración.
Tras 40 minutos el combate proseguía sin interrupción, y sin que los ocasionales ataques de la RAF lograsen decantar la batalla, al ser enfrentados decididamente por los cazas del EJE. El Bismarck había perdido ya las torres A y C, por lo que en un intento de impedir su hundimiento, Marshall ordeno a los destructores que realizasen un ataque de torpedos sobre las unidades enemigas, al mismo tiempo que dio órdenes similares a los torpederos pesados que se habían mantenido a la espera en Lyme Bay. Los destructores no lo lograron gracias a la acción de los destructores enemigos, pero 10 minutos después los torpederos Möwe, Kondor, Greif, Falke, Iltis, Jaguar, y los T-1, 2, 3, 4 y 6 se adentraron en el canal lanzándose contra las naves inglesas desde el noreste. Este ataque era tan peligroso, al haber causado baja tantos de los cruceros británicos, que los propios acorazados se vieron obligados a disparar brevemente contra ellos para mantenerlos a distancia. Logrando así destruir al T-1 y al Greif, que con sendos impactos se retirarían entre las llamas con numerosas bajas a bordo. No obstante el resto de los torpederos lograron colocarse en posición de disparo pese a los daños, lanzando una salva sobre la formación británica. Esta se vio obligada a romper la formación y maniobrar bruscamente, de forma que evitaron la mayoría de los torpedos, sin embargo dos de ellos impactarían en el destructor Croome y en el dañado Bermuda, que se irían al fondo. Fue entonces cuando llegó el primer ataque aéreo de los SM-79E.
Estos aviones reconvertidos en torpederos llevaban más de dos meses desplegados en las cercanías de Brest, desde donde operaron contra el tráfico mercante británico en el sur de Irlanda, Ahora tras dos días inactivos, a la espera de esta batalla, y enardecidos porque la EC británica, había cruzado frente a las costas Irlandesas dos veces sin que se enterasen, atacaron decididamente a la flota británica. Poco antes, la rotación de cazas españoles que protegió a la EM, había regresado, explicando sus pilotos la disposición táctica de la flota británica. Gracias a esto, y con un objetivo claro en mente, 30 SM-79 habían despegado para ir al encuentro de esta flota. Su objetivo, no eran otro que los buques ya dañados y rezagados, con lo que esperaban reducir el número de naves y debilitar así la respuesta AA de la escuadra inglesa, permitiendo entrar a continuación a la segunda oleada de SM-79, que con 12 aviones más trataría de acabar con los BB enemigos.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.