Como es bien sabido, las funciones básicas del Estado incluyen la Justicia, la Seguridad Interior y de Defensa y la Política Exterior y, naturalmente, la debilidad de cualquiera de ellas debilita el conjunto, es decir al Estado. Dejo la valoración de las otras tres funciones y dedico mi atención al tema de estas páginas : la Política Exterior.
Los medios de comunicación han dedicado, estos días, ríos de tinta con motivo de las deterioradas relaciones con Venezuela. El gobierno de esta nación permite la existencia de una especie de santuario para la banda terrorista ETA y las protestas y peticiones españolas fueron contestadas con “chulería” por el presidente Chávez cuyo último, o penúltimo, acto fue la cancelación de la participación de la bandera venezolana en el desfile de la Fiesta Nacional con una absurda disculpa . Se puede definir esta situación de falta de respeto y colaboración – que deben presidir las relaciones entre naciones - por las declaraciones del embajador de Venezuela, en Madrid, acusando a la policía española de obtener declaraciones de etarras bajo tortura. No hay una reacción del gobierno español acorde con esta situación.
Sin descanso, para los medios, aparece ahora el problema con Gibraltar y, también, su ministro – señor Caruana - adopta la misma “chulesca” actitud con nuestro país hasta el punto que se atreve - so pretexto de los incidentes de patrulleras de la Guardia Civil y gibraltareñas en aguas, no olvidemos, españolas – a suspender una reunión prevista con el ministro de Asuntos Exteriores español , a edificar en terrenos ganados al mar - aguas territoriales españolas -, a amenazar con pedir ayuda a la Navy para que proteja “sus intereses” y a desafíar al ministro Moratinos a que presente ante la “Corte Internacional el problema de las aguas”.
El ministro Moratinos - a los pocos meses de ser nombrado el señor Zapatero presidente y, por tanto, con su aprobación - creó “el foro tripartito de Gibraltar” en el que participa, aunque parezca increíble, la colonia británica en pie de igualdad con los Gobiernos de Gran Bretaña y España.
Las relaciones con Gibraltar, prácticamente desde el Tratado de Utrech, se habían mantenido en una dirección coherente: como una política de Estado y sin concesiones cualquiera que fuese el signo político del Gobierno de la nación. Y España tenía,¿tiene ahora?, el respaldo de NNUU que atribuían a Gibraltar el estatuto de colonia; es decir el derecho de España a recobrar la soberanía del Peñón cuando Gran Bretaña se retirase, por las razones que fuesen, del territorio. Pero… llegó este Gobierno y el ministro Moratinos que creó el “foro tripartito” y aceptó la igualdad de la colonia con España.
Los dos ejemplos – Venezuela y Gibraltar – son pruebas evidentes que, en un litigio, cuando una de las partes es percibida en manifiesta incapacidad y debilidad, es aprovechada por la otra en su beneficio. Y esta extrema debilidad es la que muestra este Gobierno que, percibida por la comunidad internacional, coloca los intereses nacionales en la más absoluta indefensión.
Saludos.
Política exterior española
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AFOCES
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jandres
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Fué en este hilo, donde 30 , 40 o 50 páginas atras se llegó a hablar sobre todo el lío de negociaciones con terroristas y patatín, patatán....
En cualquier caso sin ser exactamente igual:
El comandante en jefe de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) y de las tropas norteamericanas en Afganistán, el general David Petraeus, ha asegurado que las fuerzas internacionales han facilitado la llegada a Kabul de un alto mando de los talibanes para iniciar conversaciones con el Gobierno afgano.
"En cierto sentido lo hemos facilitado, ya que, no es necesario decirlo, difícilmente hubiera podido entrar en Afganistán un alto comandante talibán y dirigirse a Kabul sin que la ISAF lo supiese y, por tanto, sin que se lo hubiera permitido", ha afirmado Petraeus durante una intervención en Londres. "Esto es todo lo que de momento puedo decir sobre esto", ha añadido.
P.D: supongo que en breve sabremos más de los secuestrados franceses.
Y de una nueva británica secuestrada en Somalía
En cualquier caso sin ser exactamente igual:
El comandante en jefe de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) y de las tropas norteamericanas en Afganistán, el general David Petraeus, ha asegurado que las fuerzas internacionales han facilitado la llegada a Kabul de un alto mando de los talibanes para iniciar conversaciones con el Gobierno afgano.
"En cierto sentido lo hemos facilitado, ya que, no es necesario decirlo, difícilmente hubiera podido entrar en Afganistán un alto comandante talibán y dirigirse a Kabul sin que la ISAF lo supiese y, por tanto, sin que se lo hubiera permitido", ha afirmado Petraeus durante una intervención en Londres. "Esto es todo lo que de momento puedo decir sobre esto", ha añadido.
P.D: supongo que en breve sabremos más de los secuestrados franceses.
Y de una nueva británica secuestrada en Somalía
Voltaren!, Voltaren!!...a por ellos!! ..oe!!...a por ellos oe!!.
Uy!!..ya no, ahora no hay que subirles el sueldo
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Frank Sinatra
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España sin talento
Hoy no tenemos arrestos para mantener dignamente nuestra posición ante el rey de Marruecos o Hugo Chávez
Juan-José López Burniol | 16/10/2010
Cuando, tras la derrota de 1898, los representantes españoles negociaban en París el tratado de paz con Estados Unidos, España estaba sola. En 1898 no formaba parte de ninguna de las grandes alianzas que definían el equilibrio europeo. España no significaba nada, no tenía fuerza alguna. Su irrelevancia internacional era el resultado de los siglos de agotamiento y decadencia que siguieron a la derrota de Rocroi –en 1640–, punto final de la presencia activa de España en el tablero europeo. Cánovas había dicho poco antes, con amargo cinismo, "son españoles los que no pueden ser otra cosa". Y, durante casi todo el siglo XX, esta situación apenas cambió: una guerra civil atroz y dos dictaduras –una de ellas interminable– poco hicieron para aumentar el peso internacional de España. No es extraño, por tanto, que Fernando Morán –primer ministro de Asuntos Exteriores socialista, tras la victoria del PSOE en 1982– reconociese en su libro Una política exterior para España (1980) "el complejo de inferioridad histórico del español", ya que este desconoce, en mayor medida que el ciudadano de otros países de talla y recursos semejantes, cuáles son las posibilidades, limitadas pero reales, de su acción exterior. España es un país –concluía– "sin un conocimiento claro de lo que puede y de lo que no puede hacer". Diez años después, el mismo Morán –intelectual distinguido, diplomático cabal y persona decente– resumía su paso por el ministerio de 1982 a 1985 –en su libro España en su sitio– con estas palabras: "El resultado me parecía innegable. España estaba en su sitio. Una labor que me colmó".
MÁS INFORMACIÓN
Balance del tripartito
En realidad y sin desmerecer la tarea de Morán, España había comenzado a buscar su sitio antes de su llegada al ministerio. Este sitio era Europa, y Europa se encarnaba en dos clubs: la Unión Europea y la OTAN. Adolfo Suárez y su primer ministro de Exteriores –Marcelino Oreja– tenían clara la ligazón entre democracia e integración en Europa. Por esta razón, Europa se convirtió –dejando al margen algún ramalazo tercermundista del presidente– en el objetivo prioritario de la política exterior española. Tanto, que se creó un Ministerio de Asuntos Europeos. Desde este departamento, pronto percibió su titular –Leopoldo Calvo Sotelo– las dificultades que oponía Francia, por razones económicas, al ingreso de España en la Unión Europea. Debe siempre recordarse, en este punto, la posición cerrada y obtusa del presidente Giscard, que contribuyó a fijar su posición en la historia como la de un político mediocre, incapaz de percibir el sentido profundo de los acontecimientos. No obstante, España se adhirió a la OTAN en 1982, durante la breve presidencia de Calvo Sotelo. El ingreso en la Unión Europea llegó cuatro años más tarde gracias en buena medida a la ayuda de Alemania, tras haberse ganado el presidente González la voluntad del canciller Kohl, que fue quien, de hecho, doblegó la oposición francesa, al amenazar –en junio de 1983– con vetar el aumento del presupuesto comunitario para financiar la agricultura mediterránea, tal como pedía Francia, si no se aceleraba el ingreso de España y Portugal. El referéndum español sobre la permanencia en la OTAN, posterior al ingreso en la UE, fue el cierre de esta etapa. España estaba en su sitio.
A partir de ahí, tanto el presidente González como el presidente Aznar modularon la política española de acuerdo con los programas de sus respectivos partidos y, sobre todo, de acuerdo con sus distintas personalidades. El presidente González logró dotar a la política exterior española de una fuerza quizá superior a la que correspondía al peso real del país. En esta línea, en el Consejo de Edimburgo de 1993, consiguió para España una altísima participación en los fondos de cohesión europeos para el periodo1993- 1999, gracias a la decisiva ayuda, otra vez, del canciller Kohl, agradecido por el apoyo de España a la unificación alemana: Felipe González fue el único dirigente europeo que la apoyó expresamente desde el inicio.
Por su parte, el presidente Aznar –que había tenido el detalle miserable de llamar pedigüeño a González en el trance de Edimburgo– sostuvo una política exterior continuista en lo esencial –acceso a la unión económica y monetaria, mantenimiento de los fondos de cohesión y logro de un espacio judicial único–, pero innovadora en su orientación –tendió a aproximarse al Reino Unido de Tony Blair, así como a lograr un trato preferente con Estados Unidos–. Su presencia en las Azores y su respaldo a la guerra de Iraq, frutos excesivos de esta actitud, marcaron el principio del fin de la política exterior realista y prudente mantenida por España durante veinticinco años.
La insoportable levedad del presidente Rodríguez Zapatero acentuó la penosa deriva de la política exterior española, y hoy, con el decorado de fondo de una Alianza de Civilizaciones desvanecida, no tenemos arrestos para mantener dignamente nuestra posición ante el rey de Marruecos o el presidente venezolano. Otra vez España no tiene sitio.
http://www.lavanguardia.es/lv24h/201010 ... 43840.html
Hoy no tenemos arrestos para mantener dignamente nuestra posición ante el rey de Marruecos o Hugo Chávez
Juan-José López Burniol | 16/10/2010
Cuando, tras la derrota de 1898, los representantes españoles negociaban en París el tratado de paz con Estados Unidos, España estaba sola. En 1898 no formaba parte de ninguna de las grandes alianzas que definían el equilibrio europeo. España no significaba nada, no tenía fuerza alguna. Su irrelevancia internacional era el resultado de los siglos de agotamiento y decadencia que siguieron a la derrota de Rocroi –en 1640–, punto final de la presencia activa de España en el tablero europeo. Cánovas había dicho poco antes, con amargo cinismo, "son españoles los que no pueden ser otra cosa". Y, durante casi todo el siglo XX, esta situación apenas cambió: una guerra civil atroz y dos dictaduras –una de ellas interminable– poco hicieron para aumentar el peso internacional de España. No es extraño, por tanto, que Fernando Morán –primer ministro de Asuntos Exteriores socialista, tras la victoria del PSOE en 1982– reconociese en su libro Una política exterior para España (1980) "el complejo de inferioridad histórico del español", ya que este desconoce, en mayor medida que el ciudadano de otros países de talla y recursos semejantes, cuáles son las posibilidades, limitadas pero reales, de su acción exterior. España es un país –concluía– "sin un conocimiento claro de lo que puede y de lo que no puede hacer". Diez años después, el mismo Morán –intelectual distinguido, diplomático cabal y persona decente– resumía su paso por el ministerio de 1982 a 1985 –en su libro España en su sitio– con estas palabras: "El resultado me parecía innegable. España estaba en su sitio. Una labor que me colmó".
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Balance del tripartito
En realidad y sin desmerecer la tarea de Morán, España había comenzado a buscar su sitio antes de su llegada al ministerio. Este sitio era Europa, y Europa se encarnaba en dos clubs: la Unión Europea y la OTAN. Adolfo Suárez y su primer ministro de Exteriores –Marcelino Oreja– tenían clara la ligazón entre democracia e integración en Europa. Por esta razón, Europa se convirtió –dejando al margen algún ramalazo tercermundista del presidente– en el objetivo prioritario de la política exterior española. Tanto, que se creó un Ministerio de Asuntos Europeos. Desde este departamento, pronto percibió su titular –Leopoldo Calvo Sotelo– las dificultades que oponía Francia, por razones económicas, al ingreso de España en la Unión Europea. Debe siempre recordarse, en este punto, la posición cerrada y obtusa del presidente Giscard, que contribuyó a fijar su posición en la historia como la de un político mediocre, incapaz de percibir el sentido profundo de los acontecimientos. No obstante, España se adhirió a la OTAN en 1982, durante la breve presidencia de Calvo Sotelo. El ingreso en la Unión Europea llegó cuatro años más tarde gracias en buena medida a la ayuda de Alemania, tras haberse ganado el presidente González la voluntad del canciller Kohl, que fue quien, de hecho, doblegó la oposición francesa, al amenazar –en junio de 1983– con vetar el aumento del presupuesto comunitario para financiar la agricultura mediterránea, tal como pedía Francia, si no se aceleraba el ingreso de España y Portugal. El referéndum español sobre la permanencia en la OTAN, posterior al ingreso en la UE, fue el cierre de esta etapa. España estaba en su sitio.
A partir de ahí, tanto el presidente González como el presidente Aznar modularon la política española de acuerdo con los programas de sus respectivos partidos y, sobre todo, de acuerdo con sus distintas personalidades. El presidente González logró dotar a la política exterior española de una fuerza quizá superior a la que correspondía al peso real del país. En esta línea, en el Consejo de Edimburgo de 1993, consiguió para España una altísima participación en los fondos de cohesión europeos para el periodo1993- 1999, gracias a la decisiva ayuda, otra vez, del canciller Kohl, agradecido por el apoyo de España a la unificación alemana: Felipe González fue el único dirigente europeo que la apoyó expresamente desde el inicio.
Por su parte, el presidente Aznar –que había tenido el detalle miserable de llamar pedigüeño a González en el trance de Edimburgo– sostuvo una política exterior continuista en lo esencial –acceso a la unión económica y monetaria, mantenimiento de los fondos de cohesión y logro de un espacio judicial único–, pero innovadora en su orientación –tendió a aproximarse al Reino Unido de Tony Blair, así como a lograr un trato preferente con Estados Unidos–. Su presencia en las Azores y su respaldo a la guerra de Iraq, frutos excesivos de esta actitud, marcaron el principio del fin de la política exterior realista y prudente mantenida por España durante veinticinco años.
La insoportable levedad del presidente Rodríguez Zapatero acentuó la penosa deriva de la política exterior española, y hoy, con el decorado de fondo de una Alianza de Civilizaciones desvanecida, no tenemos arrestos para mantener dignamente nuestra posición ante el rey de Marruecos o el presidente venezolano. Otra vez España no tiene sitio.
http://www.lavanguardia.es/lv24h/201010 ... 43840.html
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AFOCES
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Re: Intereses nacionales indefensos.
Ayer la vicepresidenta De la Vega ha contestado a los desplantes del primer ministro de Gibraltar declarando : “ La soberanía es un asunto exclusivamente bilateral entre España y el Reino Unido y, además, Madrid no reconoce “aguas internacionales al Peñón”.
Pero la cuestión no es rechazar “de boquilla y con voz engolada” que las tres millas de mar que rodean al Peñón pertenezcan a la colonia y quedarse satisfecha. Es que hay que “hacer algo” y, en primer lugar, anular la permanencia en ese foro – inventado por el ministro Moratinos - de representantes de la colonia con los mismos derechos que España y Gran Bretaña. No se puede actuar por más tiempo con tanta tibieza y permitir acciones como los ataques, en aguas españolas, a las patrulleras de la Guardia Civil cuando están cumpliendo con su deber. Hay que sentarse, en serio y de una vez, con Gran Bretaña para buscar una solución. Esta situación es insostenible y sonrojante.
Saludos
Pero la cuestión no es rechazar “de boquilla y con voz engolada” que las tres millas de mar que rodean al Peñón pertenezcan a la colonia y quedarse satisfecha. Es que hay que “hacer algo” y, en primer lugar, anular la permanencia en ese foro – inventado por el ministro Moratinos - de representantes de la colonia con los mismos derechos que España y Gran Bretaña. No se puede actuar por más tiempo con tanta tibieza y permitir acciones como los ataques, en aguas españolas, a las patrulleras de la Guardia Civil cuando están cumpliendo con su deber. Hay que sentarse, en serio y de una vez, con Gran Bretaña para buscar una solución. Esta situación es insostenible y sonrojante.
Saludos
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emanuel
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Almogàver
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No dramaticemos. Que la número dos haga esas declaraciones es bastante positivo. Muy positivo.
Por otra parte creo que Caruana se está volviendo un tipo molesto, evidentemente para España, pero quizá mucho más para la propia UK. El tipo quiere incendiar las relaciones entre los dos estados y utiliza su policía para montar pollos y después reclamar la presencia de la Navy.
Es una situación incómoda para España, pero también para UK, ya que en breve se van a afrontar retos muy difñiciles en otras partes y tratar de generar una situación de conflito en el Estrecho no conviene a nadie. Bueno, sí, a Caruana sí.
Por otra parte creo que Caruana se está volviendo un tipo molesto, evidentemente para España, pero quizá mucho más para la propia UK. El tipo quiere incendiar las relaciones entre los dos estados y utiliza su policía para montar pollos y después reclamar la presencia de la Navy.
Es una situación incómoda para España, pero también para UK, ya que en breve se van a afrontar retos muy difñiciles en otras partes y tratar de generar una situación de conflito en el Estrecho no conviene a nadie. Bueno, sí, a Caruana sí.
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TOPOTAMALDER
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Los últimos expropiados por Chávez: “Pedimos a gritos la intervención de Moratinos”
La antigua Agroisleña ha dado paso a la más bolivariana Agropatria. La última empresa de origen español confiscada y expropiada por Hugo Chávez ya opera con su nueva denominación sin que, a día de hoy, el Gobierno, a través de su canciller, Miguel Ángel Moratinos, haya protestado todavía ante las autoridades de Venezuela. Los descendientes del emigrante canario Enrique Fraga Alonso, que fundó la empresa agrícola en 1958, exigen de forma desesperada su intervención para lograr, al menos, una compensación económica. “Pedimos a gritos la intervención de Moratinos”, explican a este diario fuentes de la familia. “El Gobierno de Venezuela ha destituido a toda la antigua junta directiva, ha nombrado a unos nuevos gestores y ni siquiera sabemos si nos compensarán económicamente de alguna manera. Y si lo hacen, lo harán muy por debajo del valor real de la empresa”.
El caso más reciente de toma por lo militar de la propiedad privada en Venezuela no ha logrado enturbiar, al menos en el terreno de lo oficioso, las relaciones, siempre complicadas, de España con Venezuela. La resignada fórmula de “aguantar y negociar lo mejor que se pueda” que, como ya publicó este diario, se lleva a cabo desde la embajada española de Caracas no ha ayudado en absoluto a defender los intereses de los españoles que en su día emigraron a Venezuela e hicieron sus negocios.
El panorama es dramático, según explica a El Confidencial Carlos Larrazábal, presidente de Conindustria, el organismo que agrupa al sector privado industrial de Venezuela. Solo en lo que va de año ya se han confiscado más de 190 empresas sin contabilizar las expropiaciones de terrenos agrícolas. “Hay muchos agricultores de origen canario que han sido expropiados, pero lo que pasa es que hay un miedo a contarlo por la amenaza de que si la gente habla, no serán compensados los daños de la expropiación”, señala.
“El termino expropiación no es el más adecuado. Porque la Constitución de Venezuela dice en su artículo 115 que para que una empresa sea expropiada, primero debe haber una sentencia firme en un tribunal y, después, una justa compensación a los propietarios antes de que pueda ser tomada. El Gobierno de Chávez ha aprobado diferentes leyes que sobrepasan la Constitución y que permiten al Gobierno tomar posesión de las empresas y después empezar un proceso de negociación que, en muy pocos casos, termina en compensación económica”.
“No se ve una respuesta clara por parte de España”
En el caso de Agroisleña, la historia toma un cariz aún más calamitoso, pues sus propietarios se enteraron por el programa televisivo que protagoniza el propio Chávez que su empresa sería nacionalizada de la noche a la mañana. “Es una empresa creada por gente de origen español que le han dedicado toda su vida a este país y que han hecho mucho por el sector agrícola. El presidente Chávez lo anuncia en un programa de televisión y, al día siguiente, el Ejército toma las instalaciones como si estuviéramos en un estado de sitio”, explica Larrazábal.
Con esta filosofía, el presidente de Conindustria se lamenta de que el Gobierno de su país se haya lanzado a una cruzada que supone “la destrucción del capital privado de Venezuela, sea de donde sea, sin importar de dónde venga”. Una situación ante la que no aprecia una respuesta firme y contundente del Gobierno español. “De forma paralela a la toma Agroisleña, uno lee en la prensa que el Gobierno de Venezuela piensa comprar unas fragatas misilísticas a España. No se ve una respuesta clara por parte de España. Muchos gobiernos no entienden que en Venezuela se está atacando la propiedad privada que protege la Constitución y también, la propia democracia”.
“En el caso de Agroisleña”, añade, “se ha afirmado que era una empresa que tenía prácticas de oligopolio. En el supuesto caso de que eso fuera así, en Venezuela existe una ley de pro-competencia que data del año 1992. En ella se dice que si una empresa realiza prácticas de monopolio u oligopolio que afectan al consumidor, se establecen unas penalizaciones similares a las que hay en España y en otras partes del mundo. Multas muy fuertes que conllevan la obligación de que la empresa se fraccione, pero que, en ningún caso, contempla la expropiación”.
http://www.elconfidencial.com/espana/ultimos-expropiados-chavez-indefensos-pedimos-gritos-20101019-70643.html
La antigua Agroisleña ha dado paso a la más bolivariana Agropatria. La última empresa de origen español confiscada y expropiada por Hugo Chávez ya opera con su nueva denominación sin que, a día de hoy, el Gobierno, a través de su canciller, Miguel Ángel Moratinos, haya protestado todavía ante las autoridades de Venezuela. Los descendientes del emigrante canario Enrique Fraga Alonso, que fundó la empresa agrícola en 1958, exigen de forma desesperada su intervención para lograr, al menos, una compensación económica. “Pedimos a gritos la intervención de Moratinos”, explican a este diario fuentes de la familia. “El Gobierno de Venezuela ha destituido a toda la antigua junta directiva, ha nombrado a unos nuevos gestores y ni siquiera sabemos si nos compensarán económicamente de alguna manera. Y si lo hacen, lo harán muy por debajo del valor real de la empresa”.
El caso más reciente de toma por lo militar de la propiedad privada en Venezuela no ha logrado enturbiar, al menos en el terreno de lo oficioso, las relaciones, siempre complicadas, de España con Venezuela. La resignada fórmula de “aguantar y negociar lo mejor que se pueda” que, como ya publicó este diario, se lleva a cabo desde la embajada española de Caracas no ha ayudado en absoluto a defender los intereses de los españoles que en su día emigraron a Venezuela e hicieron sus negocios.
El panorama es dramático, según explica a El Confidencial Carlos Larrazábal, presidente de Conindustria, el organismo que agrupa al sector privado industrial de Venezuela. Solo en lo que va de año ya se han confiscado más de 190 empresas sin contabilizar las expropiaciones de terrenos agrícolas. “Hay muchos agricultores de origen canario que han sido expropiados, pero lo que pasa es que hay un miedo a contarlo por la amenaza de que si la gente habla, no serán compensados los daños de la expropiación”, señala.
“El termino expropiación no es el más adecuado. Porque la Constitución de Venezuela dice en su artículo 115 que para que una empresa sea expropiada, primero debe haber una sentencia firme en un tribunal y, después, una justa compensación a los propietarios antes de que pueda ser tomada. El Gobierno de Chávez ha aprobado diferentes leyes que sobrepasan la Constitución y que permiten al Gobierno tomar posesión de las empresas y después empezar un proceso de negociación que, en muy pocos casos, termina en compensación económica”.
“No se ve una respuesta clara por parte de España”
En el caso de Agroisleña, la historia toma un cariz aún más calamitoso, pues sus propietarios se enteraron por el programa televisivo que protagoniza el propio Chávez que su empresa sería nacionalizada de la noche a la mañana. “Es una empresa creada por gente de origen español que le han dedicado toda su vida a este país y que han hecho mucho por el sector agrícola. El presidente Chávez lo anuncia en un programa de televisión y, al día siguiente, el Ejército toma las instalaciones como si estuviéramos en un estado de sitio”, explica Larrazábal.
Con esta filosofía, el presidente de Conindustria se lamenta de que el Gobierno de su país se haya lanzado a una cruzada que supone “la destrucción del capital privado de Venezuela, sea de donde sea, sin importar de dónde venga”. Una situación ante la que no aprecia una respuesta firme y contundente del Gobierno español. “De forma paralela a la toma Agroisleña, uno lee en la prensa que el Gobierno de Venezuela piensa comprar unas fragatas misilísticas a España. No se ve una respuesta clara por parte de España. Muchos gobiernos no entienden que en Venezuela se está atacando la propiedad privada que protege la Constitución y también, la propia democracia”.
“En el caso de Agroisleña”, añade, “se ha afirmado que era una empresa que tenía prácticas de oligopolio. En el supuesto caso de que eso fuera así, en Venezuela existe una ley de pro-competencia que data del año 1992. En ella se dice que si una empresa realiza prácticas de monopolio u oligopolio que afectan al consumidor, se establecen unas penalizaciones similares a las que hay en España y en otras partes del mundo. Multas muy fuertes que conllevan la obligación de que la empresa se fraccione, pero que, en ningún caso, contempla la expropiación”.
http://www.elconfidencial.com/espana/ultimos-expropiados-chavez-indefensos-pedimos-gritos-20101019-70643.html
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Adios señor Moratinos.
El hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores Moratinos llora en su escaño. No ha podido aguantar las emociones en el día de su salida del Gobierno y fue consolado por una diputada socialista.
http://www.periodistadigital.com/politi ... tero.shtml
Saludos
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Pérez-Reverte revoluciona Twitter tras llamar a Moratinos 'perfecto mierda'
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/2 ... 29274.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/2 ... 40871.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/2 ... 05236.html
Si al final hay que aplauirle y todo a Moratinos.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/2 ... 29274.html
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Si al final hay que aplauirle y todo a Moratinos.
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AFOCES
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Relevo en el ministerio de AE.
No creo ser injusto si afirmo que el señor Moratinos fue un mal ministro de Asuntos Exteriores. La responsabilidad última de la política seguida corresponde al Presidente del Gobierno pero al ministro siempre le queda la solución de dimitir si no está de acuerdo con ella. Cualquiera puede recordar sus intervenciones en los casos de: Venezuela, Marruecos, Sáhara, Gibraltar, Cuba y otros. La triste realidad es que la imagen internacional de España, en estos momentos, dista mucho de ser aceptable.
Ha cambiado el Gobierno. Tenemos nuevos ministros pero ¿tenemos nuevas políticas? Pues parece que no. En el ámbito de la política exterior el señor Moratinos ha sido sustituido por la ministra de Sanidad señora Trinidad Jiménez. La nueva ministra tiene poco más de un año para hacer algo importante o distinto porque, en caso contrario, se hace difícil entender un cambio en un ministerio tan importante que exige una política de Estado. Es verdad que la señora Jiménez lleva “nada” en el ministerio y habría que concederle un tiempo. Pero la política internacional y el departamento no le son desconocidos pues ejerció, durante un tiempo, el cargo de Secretaria de Estado para Iberoamérica y, anteriormente, diversos cargos en el PSOE – relacionados con el tema – desde que ingresó en las Juventudes Socialistas. Quizás, por esos antecedentes, se han juzgado desde el principio sus primeras actuaciones.
Y se ha estrenado, en Luxemburgo, con una defensa de las buenas intenciones de la dictadura cubana manifestando que Cuba “ha hecho innegables progresos” que merecen “una señal, un cambio” en las relaciones de la Unión Europea con el régimen comunista. Enviar al exilio español a los activistas democráticos cubanos no equivale a “liberar prisioneros políticos” ni a “flexibilizar la posición” con la dictadura castrista. La verdad es que sorprende la obsesión castrista del Gobierno.
La ministra antes de su viaje a Argentina para asistir al funeral de Néstor Kirchner concedió una entrevista a "El País" en la que respondió a preguntas sobre asuntos de su ministerio.
--Con respecto a la “Posición Común de la UE” sobre Cuba manifestó que la decisión de nombrar a la representante europea para AE para iniciar conversaciones con el Gobierno cubano invalida la “Posición Común”. En el tema cubano la ministra continua la penosa labor de su antecesor de suavizar la actitud de exigencia de la Unión Europea con Cuba.
--Sobre la extradición del etarra Cubillas por parte de Venezuela considera que “lo más eficaz es mantener una actitud de diálogo permanente desde el respeto”. Ni una crítica al Gobierno de Chávez ni una palabra de reproche sobre la actitud del embajador de Venezuela en Madrid.
-- Como no las tuvo en relación con al Sáhara donde murió un niño saharaui por disparos de la policía marroquí. Cuando el periodista insiste y le pregunta si condena lo sucedido declara “claro que lamentamos lo sucedido ”… pero hasta que concluya la investigación por parte de Marruecos…”
--Sobre la crisis de Melilla, durante el pasado verano, afirma: “para mí está claro que fue un incidente fronterizo” .
En fin, expresa lo mismo que el destituido señor Moratinos y, por tanto, se podría haber evitado un relevo que no presagia ningún cambio.
Saludos.
Ha cambiado el Gobierno. Tenemos nuevos ministros pero ¿tenemos nuevas políticas? Pues parece que no. En el ámbito de la política exterior el señor Moratinos ha sido sustituido por la ministra de Sanidad señora Trinidad Jiménez. La nueva ministra tiene poco más de un año para hacer algo importante o distinto porque, en caso contrario, se hace difícil entender un cambio en un ministerio tan importante que exige una política de Estado. Es verdad que la señora Jiménez lleva “nada” en el ministerio y habría que concederle un tiempo. Pero la política internacional y el departamento no le son desconocidos pues ejerció, durante un tiempo, el cargo de Secretaria de Estado para Iberoamérica y, anteriormente, diversos cargos en el PSOE – relacionados con el tema – desde que ingresó en las Juventudes Socialistas. Quizás, por esos antecedentes, se han juzgado desde el principio sus primeras actuaciones.
Y se ha estrenado, en Luxemburgo, con una defensa de las buenas intenciones de la dictadura cubana manifestando que Cuba “ha hecho innegables progresos” que merecen “una señal, un cambio” en las relaciones de la Unión Europea con el régimen comunista. Enviar al exilio español a los activistas democráticos cubanos no equivale a “liberar prisioneros políticos” ni a “flexibilizar la posición” con la dictadura castrista. La verdad es que sorprende la obsesión castrista del Gobierno.
La ministra antes de su viaje a Argentina para asistir al funeral de Néstor Kirchner concedió una entrevista a "El País" en la que respondió a preguntas sobre asuntos de su ministerio.
--Con respecto a la “Posición Común de la UE” sobre Cuba manifestó que la decisión de nombrar a la representante europea para AE para iniciar conversaciones con el Gobierno cubano invalida la “Posición Común”. En el tema cubano la ministra continua la penosa labor de su antecesor de suavizar la actitud de exigencia de la Unión Europea con Cuba.
--Sobre la extradición del etarra Cubillas por parte de Venezuela considera que “lo más eficaz es mantener una actitud de diálogo permanente desde el respeto”. Ni una crítica al Gobierno de Chávez ni una palabra de reproche sobre la actitud del embajador de Venezuela en Madrid.
-- Como no las tuvo en relación con al Sáhara donde murió un niño saharaui por disparos de la policía marroquí. Cuando el periodista insiste y le pregunta si condena lo sucedido declara “claro que lamentamos lo sucedido ”… pero hasta que concluya la investigación por parte de Marruecos…”
--Sobre la crisis de Melilla, durante el pasado verano, afirma: “para mí está claro que fue un incidente fronterizo” .
En fin, expresa lo mismo que el destituido señor Moratinos y, por tanto, se podría haber evitado un relevo que no presagia ningún cambio.
Saludos.
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jandres
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