Sobre los altos oficiales de la Wehrmacht
- Luis M. García
- Almirante General
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- Ubicación: Al bressol d'Espanya. Puxa Asturies!!
Apasionante tema.
Personalmente creo que es imposible que los que combatieron en el Ost-Front no tuvieran ninguna noticia de lo que sucedía.
El propio Von Kleist admite en un pasaje del libro de Goldensohn, cuando habla de Heydrich y Himmler, que en Silesia "mantuve una dura batalla contra la SS y la SA. En broma la llamabamos la cuarta guerra de Silesia."
Así, también Von Manstein acaba admitiendo que "es posible que ocasionalmente alguien me contase que estaba sucediendo algo que no podía ser bueno,...., pero es que mi misión era la de un comandante de Ejército, por lo que pasé la mayor parte del tiempo en el frente. Nunca oí nada acerca de los asesinatos en masa de los judíos a que procedieron los Einsatzkommandos.
Tales organizaciones no se hallaban sujetas a mi control; en realidad nada podía hacer yo al respecto."
Las negritas son mías, y en mi opinión con esa frase... Verde y con asas. Claro que lo sabían, pero cerraron los ojos y los oidos. Era un asunto incomodo para un militar, significaba entrar en la "política" y ponerse frente a la autoridad suprema, porque tampoco ignoraban de donde venía el impulso supremo.
En todo caso la figura de Manstein me parece mucho más vidriosa, opaca y cínica que la de Von Kleist. Este último es un militar prusiano típico, y dentro de que tampoco supo oponerse a la corriente, le veo mucho más honrado que a Von Manstein.
En cuanto a Rommel, parece que él también supo algo por el Dr. Strölin y de hecho le prohibió a su hijo Manfred que se alistase en las Waffen SS. Pero incluso este prefirió mirar para otro lado y prefirió pensar que Hitler no tenía nada que ver con esta situación. Además le prohibió a Strölin vovler a mencionar el tema en su casa.
Desde luego si a Rommel, que jamás pisó el Ost-Front, le llegaron noticias; que no sabrían los que si estuvieron?
En el caso de Guderian si me entrarían dudas, ya que estuvo retirado del servicio activo tras su enfrentamiento con Hitler en el invierno del 41, y luego nunca más tuvo mando de tropas en el frente. De todas formas en sus memorias da las manidas y conocidas excusas, y no parece muy creible.
El caso es que todos eran anticomunistas convencidos, pues todos vivieron la época violenta de la República de Weimar. Y a ninguno le pareció mal la acción política de Hitler en el sentido de reclamar territorios que habían pertenecido al Reich.
Aparte de eso, yo no veo demasiadas distinciones entre un junker como Von Kleist y un suavo como Rommel. Las actitudes de estos dos grandes mílites me parecen muy similares.
Saludos.
Personalmente creo que es imposible que los que combatieron en el Ost-Front no tuvieran ninguna noticia de lo que sucedía.
El propio Von Kleist admite en un pasaje del libro de Goldensohn, cuando habla de Heydrich y Himmler, que en Silesia "mantuve una dura batalla contra la SS y la SA. En broma la llamabamos la cuarta guerra de Silesia."
Así, también Von Manstein acaba admitiendo que "es posible que ocasionalmente alguien me contase que estaba sucediendo algo que no podía ser bueno,...., pero es que mi misión era la de un comandante de Ejército, por lo que pasé la mayor parte del tiempo en el frente. Nunca oí nada acerca de los asesinatos en masa de los judíos a que procedieron los Einsatzkommandos.
Tales organizaciones no se hallaban sujetas a mi control; en realidad nada podía hacer yo al respecto."
Las negritas son mías, y en mi opinión con esa frase... Verde y con asas. Claro que lo sabían, pero cerraron los ojos y los oidos. Era un asunto incomodo para un militar, significaba entrar en la "política" y ponerse frente a la autoridad suprema, porque tampoco ignoraban de donde venía el impulso supremo.
En todo caso la figura de Manstein me parece mucho más vidriosa, opaca y cínica que la de Von Kleist. Este último es un militar prusiano típico, y dentro de que tampoco supo oponerse a la corriente, le veo mucho más honrado que a Von Manstein.
En cuanto a Rommel, parece que él también supo algo por el Dr. Strölin y de hecho le prohibió a su hijo Manfred que se alistase en las Waffen SS. Pero incluso este prefirió mirar para otro lado y prefirió pensar que Hitler no tenía nada que ver con esta situación. Además le prohibió a Strölin vovler a mencionar el tema en su casa.
Desde luego si a Rommel, que jamás pisó el Ost-Front, le llegaron noticias; que no sabrían los que si estuvieron?
En el caso de Guderian si me entrarían dudas, ya que estuvo retirado del servicio activo tras su enfrentamiento con Hitler en el invierno del 41, y luego nunca más tuvo mando de tropas en el frente. De todas formas en sus memorias da las manidas y conocidas excusas, y no parece muy creible.
El caso es que todos eran anticomunistas convencidos, pues todos vivieron la época violenta de la República de Weimar. Y a ninguno le pareció mal la acción política de Hitler en el sentido de reclamar territorios que habían pertenecido al Reich.
Aparte de eso, yo no veo demasiadas distinciones entre un junker como Von Kleist y un suavo como Rommel. Las actitudes de estos dos grandes mílites me parecen muy similares.
Saludos.
Qué gran vasallo, si hubiese buen señor...
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speer escribió:erwin rommel el mejor mariscal de campo aleman y el mejor estratega de la guerra la criminalizan por estar en el bando equivocado
Leyendo esto, he recordado un dato que quisiera que me confirmarais. En los llamados Rommel Papers - que sé que se han editado en castellano pero no recuerdo su título-, ¿aparece alguna mención a los hechos de Hangest-sur-Somme, con fecha del 7-VI-1940?
Un saludo,
- Chechitar_1985
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yo poseo una copia de los ROMMEL PAPPERS, y no he encontrado alguna mencion de hechos ocurridos en esa fecha en Hangest-sur-Somme.
Erwin Rommel se entero de lo que la whermatch hacia en el frente oriental y lo de los campos de exterminio, como dicen aqui por intermedio del Dr Strolin, que buscaban una figura popular en alemania para poder concretar los planes de los valientes que se opusieron al regimen de Hitler.
el pago con su vida estar cerca y conocer a muchos de las cabezas visibles de la conspiracion.
es claro que en sus memorias, el no trato jamas mal a ningun prisionero de guerra aliado, aunque en su plana mayor estaba ubicado un oficial de las SS, al que tuvo siempre como entre ojos, por que solia escribir reportajes falsos sobre el mariscal.
obviamente que los hechos producto de un conflicto de estas caracteristicas deja mucho que desear de sus comandantes, pero los propios aliados siempre tuvieron respeto por Rommel, por su caballerosidad, y actualmente su imagen es la de pocos lideres alemanes de esa epoca que no tuvieron nada que ver con crimenes asociados con los Nazis
Erwin Rommel se entero de lo que la whermatch hacia en el frente oriental y lo de los campos de exterminio, como dicen aqui por intermedio del Dr Strolin, que buscaban una figura popular en alemania para poder concretar los planes de los valientes que se opusieron al regimen de Hitler.
el pago con su vida estar cerca y conocer a muchos de las cabezas visibles de la conspiracion.
es claro que en sus memorias, el no trato jamas mal a ningun prisionero de guerra aliado, aunque en su plana mayor estaba ubicado un oficial de las SS, al que tuvo siempre como entre ojos, por que solia escribir reportajes falsos sobre el mariscal.
obviamente que los hechos producto de un conflicto de estas caracteristicas deja mucho que desear de sus comandantes, pero los propios aliados siempre tuvieron respeto por Rommel, por su caballerosidad, y actualmente su imagen es la de pocos lideres alemanes de esa epoca que no tuvieron nada que ver con crimenes asociados con los Nazis
Si vis pacem para bellum
- Von Kleist
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Buenas
Bien, prosigamos con el juicio sobre Guderian.
No creo que Guderian fuera políticamente fiel a Hitler, sino más bien que su lealtad tuvo un fuerte contenido pragmático. De hecho, él tuvo noticias del complot del 20 de julio, pero prefirió quedarse al margen -sin denunciar lo que se tramaba- porque consideraba que el golpe no tenía posibilidades reales de éxito, y dada la situación del frente oriental, entendía que un golpe de estado no era la solución que se requería en tales circunstancias. Pero si hubiera sido tan leal a Hitler, habría hecho algo por impedir el golpe.
Hay que decir que Hitler elige a Guderian para la jefatura del OKH como mal menor. Su canditato preferido era el general Buhle, pero este habia resultado herido en la explosión del 20 de julio, por lo que no estaba en condiciones de hacerse cargo de la jefatura de Estado Mayor. Por otra parte, el atentado de la Guarida del Lobo era la gota que colmó el vaso en cuanto a la confianza de Hitler en sus generales del ejército en general, y el Estado Mayor del Heer en particular. En otras palabras, Hitler ya iba a considerar el OKH como un organismo meramente decorativo (de hecho, lo venía siendo prácticamente desde 1943), sin que lo que Guderian dijera u opinara respecto a la dirección de las operaciones militaras le importara mucho.
Por otra parte Guderian no asume precisamente un caramelo en julio de 1944. A esas alturas era perfectamente consciente de que la guerra estaba perdida y que nada podía hacerse, salvo intentar poner un poco de cordura en la dirección de la guerra para salvar a los ejercitos del Frente Oriental de una aniquilación total. Y Guderian, en los meses siguientes, se las tuvo tiesas con Hitler porque este solo escuchaba lo que quería oir y tomaba decisiones operativas poco razonables o directamente, demenciales. Es decir, que a esas alturas de la guerra ni Hitler tenía especial confianza en Guderian ni este en el Fuhrer, de hecho, cuando Guderian fue cesado en marzo de 1945, su última conversación con Hitler fue una acalorada discusión en el curso de la cual ambos estuvieron a punto de llegar a las manos. No, Guderian no fue ni mucho menos un adlater de Hitler en esos meses.
Por cierto, Guderian no solo usó su puesto para intentar retrasar la derrota, sino para ayudar a las familias de sus camaradas implicados en el complot de Valkiria. Entre ellos, la familia del general Fellgiebel, jefe de comunicaciones de La Guarida del Lobo, cuyos hijos fueron rescatados de las garras de la Gestapo por la intervención personal de Guderian y puestos a salvo gracias a que usó sus influencias para protegerlos de las represalias nazis.
Bueno, lo dejamos por hoy, pero seguiremos más adelante...
Saludos
Bien, prosigamos con el juicio sobre Guderian.
Shrike escribió:Y no iba por ahí mi razonamiento, lejos estoy de querer describir un supuesto idilio entre Guderian y Hitler. Sólo quisiera hacerte observar que una cosa es mostrarse en desacuerdo sobre el criterio a seguir en la dirección de las operaciones militares - especialmente en el Este- por parte de Hitler y otra no tenerle lealtad a él y a su régimen
No creo que Guderian fuera políticamente fiel a Hitler, sino más bien que su lealtad tuvo un fuerte contenido pragmático. De hecho, él tuvo noticias del complot del 20 de julio, pero prefirió quedarse al margen -sin denunciar lo que se tramaba- porque consideraba que el golpe no tenía posibilidades reales de éxito, y dada la situación del frente oriental, entendía que un golpe de estado no era la solución que se requería en tales circunstancias. Pero si hubiera sido tan leal a Hitler, habría hecho algo por impedir el golpe.
Shrike escribió:en fechas tan tardías como finales de 1944. Precisamente, debido a que Hitler confiaba en la lealtad política de Guderian fundamentada en una adhesión sincera a los principios fundamentales del nazismo, en unos momentos especialmente sensibles como era la tarde del 20-VII-1944, que designa a este como jefe del Estado Mayor General (OKH) en sustitución de Zeitzler.
Hay que decir que Hitler elige a Guderian para la jefatura del OKH como mal menor. Su canditato preferido era el general Buhle, pero este habia resultado herido en la explosión del 20 de julio, por lo que no estaba en condiciones de hacerse cargo de la jefatura de Estado Mayor. Por otra parte, el atentado de la Guarida del Lobo era la gota que colmó el vaso en cuanto a la confianza de Hitler en sus generales del ejército en general, y el Estado Mayor del Heer en particular. En otras palabras, Hitler ya iba a considerar el OKH como un organismo meramente decorativo (de hecho, lo venía siendo prácticamente desde 1943), sin que lo que Guderian dijera u opinara respecto a la dirección de las operaciones militaras le importara mucho.
Por otra parte Guderian no asume precisamente un caramelo en julio de 1944. A esas alturas era perfectamente consciente de que la guerra estaba perdida y que nada podía hacerse, salvo intentar poner un poco de cordura en la dirección de la guerra para salvar a los ejercitos del Frente Oriental de una aniquilación total. Y Guderian, en los meses siguientes, se las tuvo tiesas con Hitler porque este solo escuchaba lo que quería oir y tomaba decisiones operativas poco razonables o directamente, demenciales. Es decir, que a esas alturas de la guerra ni Hitler tenía especial confianza en Guderian ni este en el Fuhrer, de hecho, cuando Guderian fue cesado en marzo de 1945, su última conversación con Hitler fue una acalorada discusión en el curso de la cual ambos estuvieron a punto de llegar a las manos. No, Guderian no fue ni mucho menos un adlater de Hitler en esos meses.
Por cierto, Guderian no solo usó su puesto para intentar retrasar la derrota, sino para ayudar a las familias de sus camaradas implicados en el complot de Valkiria. Entre ellos, la familia del general Fellgiebel, jefe de comunicaciones de La Guarida del Lobo, cuyos hijos fueron rescatados de las garras de la Gestapo por la intervención personal de Guderian y puestos a salvo gracias a que usó sus influencias para protegerlos de las represalias nazis.
Bueno, lo dejamos por hoy, pero seguiremos más adelante...
Saludos
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Sigamos con el testimonio de Von Kleist:
Sigue del último mensaje
Le dije que entendía su posición, pero que está entrevista era bastante informal (unofficial), y en lo que se refiere al tribunal, inaccesible para la acusación ¿Podría él decirme qué pensaba sobre las ordenes según su propio estándar de valores? Kleist esquivo la cuestión diciendo: “No puedo entrar en mucho detalle sobre órdenes que pueden ser interpretadas como criminales porque no soy un abogado, y no puedo encontrar los huecos legales que un abogado quizás pueda detectar. Si quiere mi simple opinión sobre las órdenes de Keitel te la diré. Eran las órdenes estúpidas de un seguidor de Hitler. Yo mismo las presté muy poca atención y cualquier intento de justificar estas órdenes sería un error por parte de aquellos que seguimos una buena conducta y tradiciones militares. Conocía a Keitel bastante bien y creo que era una persona decente. Simplemente se trataba de que Hitler quería un general débil en una posición importante para poder tener un control completo sobre él. Si yo hubiese estado en la posición de Keitel bajo Hitler hubiese durado dos semanas”
¿Podría Kleist contarme algo más de Himmel y Heydrich? “Creo que Heydrich era el peor criminal de todos” Yo mismo le vi y nunca olvidaré esa mirada llena de odio. En Silesia libramos una dura batalla contra los SS y SA. Nosotros la llamábamos de broma la Cuarta Guerra por Silesia. Tres de las guerras habían sido dirigidas por Federico el Grande y la otra por mí contra elementos de las SS y SA. Mi principal batalla era contra estas organizaciones del partido y sus métodos a la hora de intentar ganar control y poder.
…
Le pregunté a Kleist quien era los responsables de los problemas creados por los nazis. “Realmente no le puedo decir porque lo que diga va a ser sólo una asunción. Por ejemplo, desde Junio de 1942 hasta finales de 1944, estuve en el frente todos los días. Volé en muchas ocasiones para ver a Hitler durante una hora pero nunca estuve lo suficiente como para darme cuenta de lo que estaba pasando. Si hoy debería hacer un juicio, declararía que los culpables son Hitler, Heydrich, Himmler y por lo que oído aquí, Bormann. Hitler siempre sospechó de sus generales desde el primero momento, y sus sospechas aumentaron según pasó el tiempo.”
Le pregunté a Kleist su opinión sobre la persecución de religiones, el exterminio de judíos, el asesinato de partisanos, y otras atrocidades cometidas por los nazis. “Me siento muy en contra sobre las persecuciones de las religiones. De hecho, cuando pasé a reserva por primera vez, el 5 de Febrero de 1938, fue en parte porque luché por las religiones y estaba opuesto a la actitud Nacional-Socialista. Sobre los judíos, sólo puedo decir que algunos de mis mejores amigos eran judíos. Creo que eso expresa de una manera muy clara mis sentimientos sobre este hecho. Crecí en una pequeña ciudad al norte de Friedland, donde vivía en una pequeña casa bi-familiar. Era una especie de dúplex. Nuestros vecinos eran una familia judía muy honorable y respetable. El padre de esta familia era un viejo profesor judío, y era un rabbi o un predicador (preacher). Tenía dos hijos de la misma edad de mi hermana y yo. Durante toda mi niñez jugué con estos niños y era como si fuésemos de la misma familia. En la época de la Pascua Judía, les visitábamos y comíamos matzos y azúcar."
“Nuestro otro vecino era un ganadero judío. Solía montar sus caballos por los arroyos. De esta manera aprendía a montar caballos. Podría dar incontables ejemplos de amigos y vecinos judíos.”
“Los vecinos de mis suegros en Hannover eran judíos banqueros de nombre Meyer. Había contacto constante entre mis suegros y los Meyers. Hasta 1928 mantuve un contacto amigable, íntimo, cercano con los Meyers. Después de 1928 deje Hannover y mi contacto con ellos llego a un final natural.”
“Lo que le he contado caracteriza mi actitud hacia las religiones y los judíos. Hay malos cristianos y malos judíos. Cuando me trajeron a prisión, le dije a Rundstedt que Nuremberg me ha dado la segunda gran humillación de mi vida. La primera vez fue cuando se proclamaron las Leyes de Nuremberg y fui obligado a escucharlas.”
¿Había tomado Kleist algún tipo de opinión pública en contra de las Leyes de Nuremberg? “No había oportunidad. En aquella época fui invitado a Nuremberg por una exposición militar. A los militares, yo incluido, se nos ordenó presenciar una sesión del Reichstag en un teatro en Nuremberg en un día del partido. Me senté boquiabierto y oí la proclamación de las Leyes de Nuremberg. No podía hablar contra estas leyes porque sólo era parte de la audiencia.”
“En Silesia cuando alguien me pedía ayuda, sobre todo los judíos, intentaba hacer todo lo posible. En Breslau un abogado de la comunidad judía de la ciudad venía a verme a menudo y pedir ayuda”.
Mañana o pasado intentaré terminar, quedan las partes relacionadas al Holocausto.
Saludos.
Sigue del último mensaje
Le dije que entendía su posición, pero que está entrevista era bastante informal (unofficial), y en lo que se refiere al tribunal, inaccesible para la acusación ¿Podría él decirme qué pensaba sobre las ordenes según su propio estándar de valores? Kleist esquivo la cuestión diciendo: “No puedo entrar en mucho detalle sobre órdenes que pueden ser interpretadas como criminales porque no soy un abogado, y no puedo encontrar los huecos legales que un abogado quizás pueda detectar. Si quiere mi simple opinión sobre las órdenes de Keitel te la diré. Eran las órdenes estúpidas de un seguidor de Hitler. Yo mismo las presté muy poca atención y cualquier intento de justificar estas órdenes sería un error por parte de aquellos que seguimos una buena conducta y tradiciones militares. Conocía a Keitel bastante bien y creo que era una persona decente. Simplemente se trataba de que Hitler quería un general débil en una posición importante para poder tener un control completo sobre él. Si yo hubiese estado en la posición de Keitel bajo Hitler hubiese durado dos semanas”
¿Podría Kleist contarme algo más de Himmel y Heydrich? “Creo que Heydrich era el peor criminal de todos” Yo mismo le vi y nunca olvidaré esa mirada llena de odio. En Silesia libramos una dura batalla contra los SS y SA. Nosotros la llamábamos de broma la Cuarta Guerra por Silesia. Tres de las guerras habían sido dirigidas por Federico el Grande y la otra por mí contra elementos de las SS y SA. Mi principal batalla era contra estas organizaciones del partido y sus métodos a la hora de intentar ganar control y poder.
…
Le pregunté a Kleist quien era los responsables de los problemas creados por los nazis. “Realmente no le puedo decir porque lo que diga va a ser sólo una asunción. Por ejemplo, desde Junio de 1942 hasta finales de 1944, estuve en el frente todos los días. Volé en muchas ocasiones para ver a Hitler durante una hora pero nunca estuve lo suficiente como para darme cuenta de lo que estaba pasando. Si hoy debería hacer un juicio, declararía que los culpables son Hitler, Heydrich, Himmler y por lo que oído aquí, Bormann. Hitler siempre sospechó de sus generales desde el primero momento, y sus sospechas aumentaron según pasó el tiempo.”
Le pregunté a Kleist su opinión sobre la persecución de religiones, el exterminio de judíos, el asesinato de partisanos, y otras atrocidades cometidas por los nazis. “Me siento muy en contra sobre las persecuciones de las religiones. De hecho, cuando pasé a reserva por primera vez, el 5 de Febrero de 1938, fue en parte porque luché por las religiones y estaba opuesto a la actitud Nacional-Socialista. Sobre los judíos, sólo puedo decir que algunos de mis mejores amigos eran judíos. Creo que eso expresa de una manera muy clara mis sentimientos sobre este hecho. Crecí en una pequeña ciudad al norte de Friedland, donde vivía en una pequeña casa bi-familiar. Era una especie de dúplex. Nuestros vecinos eran una familia judía muy honorable y respetable. El padre de esta familia era un viejo profesor judío, y era un rabbi o un predicador (preacher). Tenía dos hijos de la misma edad de mi hermana y yo. Durante toda mi niñez jugué con estos niños y era como si fuésemos de la misma familia. En la época de la Pascua Judía, les visitábamos y comíamos matzos y azúcar."
“Nuestro otro vecino era un ganadero judío. Solía montar sus caballos por los arroyos. De esta manera aprendía a montar caballos. Podría dar incontables ejemplos de amigos y vecinos judíos.”
“Los vecinos de mis suegros en Hannover eran judíos banqueros de nombre Meyer. Había contacto constante entre mis suegros y los Meyers. Hasta 1928 mantuve un contacto amigable, íntimo, cercano con los Meyers. Después de 1928 deje Hannover y mi contacto con ellos llego a un final natural.”
“Lo que le he contado caracteriza mi actitud hacia las religiones y los judíos. Hay malos cristianos y malos judíos. Cuando me trajeron a prisión, le dije a Rundstedt que Nuremberg me ha dado la segunda gran humillación de mi vida. La primera vez fue cuando se proclamaron las Leyes de Nuremberg y fui obligado a escucharlas.”
¿Había tomado Kleist algún tipo de opinión pública en contra de las Leyes de Nuremberg? “No había oportunidad. En aquella época fui invitado a Nuremberg por una exposición militar. A los militares, yo incluido, se nos ordenó presenciar una sesión del Reichstag en un teatro en Nuremberg en un día del partido. Me senté boquiabierto y oí la proclamación de las Leyes de Nuremberg. No podía hablar contra estas leyes porque sólo era parte de la audiencia.”
“En Silesia cuando alguien me pedía ayuda, sobre todo los judíos, intentaba hacer todo lo posible. En Breslau un abogado de la comunidad judía de la ciudad venía a verme a menudo y pedir ayuda”.
Mañana o pasado intentaré terminar, quedan las partes relacionadas al Holocausto.
Saludos.
- Chechitar_1985
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la mayoria de generales y militares de profesion alemanes no estaban de acuerdo en los metodos y actuaciones de Hitler y los miembros del partido nazi en el frente oriental, solo acataron las ordenes de caracter militar lo mejor que pudieron.
recuerdo haber leido en la biografia del mariscal Rommel, que a el varias veces lo intentaron convencer de afiliarse al partido, cosa que el nunca hizo, ademas critico la relacion de Hitler con las SS, si mi cabeza no me falla el dijo: "es una lastima que el se relacione con esa banda de matones callejeros"
recuerdo haber leido en la biografia del mariscal Rommel, que a el varias veces lo intentaron convencer de afiliarse al partido, cosa que el nunca hizo, ademas critico la relacion de Hitler con las SS, si mi cabeza no me falla el dijo: "es una lastima que el se relacione con esa banda de matones callejeros"
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¿Conocía Kleist los asesinatos en masa de judíos que ocurrieron entre el año 41 y el fin de la guerra? “No. He afirmado bajo juramento que no sabía nada de ello. En el invierno de 11941 a 1942 escuché en el frente rumores de que los judíos estaban siendo deportados para ser reunidos en alguna parte. Luego oí sobre un pogrom en Lemberg, que estaba 800kms detrás de mi frente. En esa época se informó que los rusos o polacos eran responsable de ello. Luego oí que estaban ejecutando a judíos en masa en Besarabia, que estaba a 1000kms. Nunca estuve ahí. Nos dijeron que habían sido los rumanos, y lo pensé hasta que llegué aquí.”
“En el año 1944 hubo una masacre de judíos en Kishinev, y de nuevo me informaron de que fueron los rumanos. Me di cuenta que parte de la ciudad de Kishinev estaba destruida. Pregunté a los rumanos que había pasado y me dijeron que la parte destruida de la ciudad consistía de casas judías, y que los mismos judíos las habían incendiado. Debo confesar que no lo creí porque era demasiado ridículo. Pero nunca tuve algún dato fiable sobre alemanes responsables de masacres. “
En Enero de 1943, cuando tomé el mando del grupo de ejércitos, oí que los judíos iban a ser asesinados en mi territorio. Llamé de inmediato al SS de graduación más alta (Higher SS) y jefe de policía, cuyo nombre era Gerret Korsemann, que por cierto, no estaba bajo mi mando. Le dije lo que había oído. Le informé de que no toleraría ninguna acción contra los judíos. Me aseguró de que no había tomado ninguna medida contra los judíos, y que no tenía órdenes de ello.”
¿Y así fue? “En ese momento no volví a oír hablar del tema. Ahora en los documentos rusos pone que judíos fueron asesinados en un área que estaba bajo Korsemann y en mi territorio. Sin embargo estos documentos no tienen fecha. No creo que, desde esa vez, que judíos fuesen asesinados en mi área.”
¿Le había afectado emocionalmente a Kleist estas cosas cuando oyó los rumores? “¿Cómo podía estarlo? Sólo me enteré de esas cosas ahora. En aquella época pensé que eran rumores. Por supuesto, cuando oí esos rumores me indigné, pero me aseguraron que sólo eran rumores, o que no-alemanes habían hecho esos bestiales actos, me pacifiqué.”
¿Había oído hablar de Auschwitz? “No, sólo después de la guerra”. De todos los campos de concentración, solo conocía el de Dachau y el de Oranienburg”. Quizás puede sonar como si estoy escondiendo algo, pero lo puedo afirmar bajo juramento. Tenía amigos y familiares en campos de concentración”. ¿Por qué? “Por razones políticas. No sé exactamente. Algunos puede que hayan hecho comentarios críticos sobre el régimen, y habían sido condenados a periodos de internamiento de 6 semanas. Más adelante dos primos míos fueron fusilados por su complicidad con el Attentat del 20 de Julio de 1944.”
Discutimos de muchas cosas, entre ellas su visión personal del mundo. ”Yo soy un cristiano religioso. Creo que soy un hombre respetable y decente , y creo que nunca intenté cometer ninguna injusticia contra nadie. Creo que uno debe pensar lo mejor de que cada persona hasta que se demuestre lo contrario.”
“En el año 1944 hubo una masacre de judíos en Kishinev, y de nuevo me informaron de que fueron los rumanos. Me di cuenta que parte de la ciudad de Kishinev estaba destruida. Pregunté a los rumanos que había pasado y me dijeron que la parte destruida de la ciudad consistía de casas judías, y que los mismos judíos las habían incendiado. Debo confesar que no lo creí porque era demasiado ridículo. Pero nunca tuve algún dato fiable sobre alemanes responsables de masacres. “
En Enero de 1943, cuando tomé el mando del grupo de ejércitos, oí que los judíos iban a ser asesinados en mi territorio. Llamé de inmediato al SS de graduación más alta (Higher SS) y jefe de policía, cuyo nombre era Gerret Korsemann, que por cierto, no estaba bajo mi mando. Le dije lo que había oído. Le informé de que no toleraría ninguna acción contra los judíos. Me aseguró de que no había tomado ninguna medida contra los judíos, y que no tenía órdenes de ello.”
¿Y así fue? “En ese momento no volví a oír hablar del tema. Ahora en los documentos rusos pone que judíos fueron asesinados en un área que estaba bajo Korsemann y en mi territorio. Sin embargo estos documentos no tienen fecha. No creo que, desde esa vez, que judíos fuesen asesinados en mi área.”
¿Le había afectado emocionalmente a Kleist estas cosas cuando oyó los rumores? “¿Cómo podía estarlo? Sólo me enteré de esas cosas ahora. En aquella época pensé que eran rumores. Por supuesto, cuando oí esos rumores me indigné, pero me aseguraron que sólo eran rumores, o que no-alemanes habían hecho esos bestiales actos, me pacifiqué.”
¿Había oído hablar de Auschwitz? “No, sólo después de la guerra”. De todos los campos de concentración, solo conocía el de Dachau y el de Oranienburg”. Quizás puede sonar como si estoy escondiendo algo, pero lo puedo afirmar bajo juramento. Tenía amigos y familiares en campos de concentración”. ¿Por qué? “Por razones políticas. No sé exactamente. Algunos puede que hayan hecho comentarios críticos sobre el régimen, y habían sido condenados a periodos de internamiento de 6 semanas. Más adelante dos primos míos fueron fusilados por su complicidad con el Attentat del 20 de Julio de 1944.”
Discutimos de muchas cosas, entre ellas su visión personal del mundo. ”Yo soy un cristiano religioso. Creo que soy un hombre respetable y decente , y creo que nunca intenté cometer ninguna injusticia contra nadie. Creo que uno debe pensar lo mejor de que cada persona hasta que se demuestre lo contrario.”
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Ante todo, quiero agradecer la amabilidad de chechitar en responder a mi requerimiento
Luego, vayamos por partes. Empezaré por el último post de chechitar:
Lejos de mi intención en este hilo está el querer abrir una especie de causa general contra el generalato alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque, si tengo algunas consideraciones preliminares respecto a su aceptación generalizada de las leyes de segregación y privación de derechos de sus compatriotas judíos, que fueron públicas y notorias para cualquier habitante del III Reich durante la década de 1930, tal y como ya se ha discutido y como Isócrates y Yorktown han argumentado y sostenido perfectamente al inicio de este hilo.
En todo caso, si se quierer carga algún grado de responsabilidad superior más allá de la consideración preliminar anteriormente anunciada, entonces se debe tratar caso por caso. De momento, estamos discutiendo sobre la muy equívoca figura de Heinz Guderian, aunque mi intención es de discutir, además, sobre la biografía de otros casos.
No creo que nos diga mucho sobre una supuesta actitud anti-hitleriana del personaje ni su pasividad ante lo que, entonces, no debía ser - a sus ojos- nada más que la enésima palabrería conspiradora anti-hitleriana, ni su compasión y/o remordimientos hacia los hijos de un conocido caído en desgracia - en la que, no lo olvidemos, él contribuyó al formar parte del Tribunal de Honor que lo expulsó del Ejército, abriendo las puertas la condenado a muerte del padre de ambas criaturas.
Por otra parte, como ya he dicho, el desacuerdo de Guderian - un personaje con un carácter fuerte- con algunas decisiones de carácter operativo del dictador nazi no resultan incompatibles con el mantenimiento de una firme lealtad política hacia la figura del dictador. No dudo que Guderian no fuese tan fanático seguidor de Hitler como lo fueron Goebbels o Bormann, pero eso no quita que representase un foco de deslealtad ante el Führer o que su figura o el ideario nazi le resultasen indiferentes.
Por otra parte, hasta ahora hemos estado discutiendo sobre evidencia histórica que admite, ciertamente, margen para interpretaciones diversas. Pero ahora me propongo hacer una aproximación a esta cuestión - sólo ha aparecido aquí, tangencialmente, mencionada en una ocasión- a partir de cierta evidencia histórica que, hasta ahora, no hemos discutido y que - creo- resultará de gran interés.
Me refiero a que existen pruebas sólidas que Hitler, a lo largo de toda la guerra, llevó a cabo una política sistemática de soborno hacia todos los integrantes de las dos escalas más altas de la oficialidad superior de las Fuerzas Armadas del III Reich: la de mariscal de campo/ gran almirante y la de coronel general - dejando de lado la de Mariscal del Reich, que sólo lo ostentó Goering.
Sólo, hasta hará unos veinte o treinta años, se sabe de esta cuestión en círculos más o menos académicos, dejando de lado, por supuesto, a los beneficiarios de dichos sobornos. Es decir, los oficiales de más alta graduación de las Fuerzas Armadas.
La inmensa mayoría de historiografía al respecto sólo está publicada en alemán, aunque existen al menos dos obras en inglés más o menos accesibles que traten sobre esta cuestión - aviso que mi revisión está lejos de ser exhaustiva: por una parte, en la obra misma de Ronald Smelser y Edward J. Davies, que ya he referenciado en anteriores ocasiones, se menciona el asunto (exactamente, en SMELSER y DAVIES, 2008: 62, refiriéndose al caso concreto de Franz Halder); estos autores, a su vez, citan un largo e interesante estudio de Norman J.W. Goda publicado el 2000 en The Journal of Modern History (ver referencia al final de este post). En castellano, sólo conozco una referencia en la síntesis de Wolfram Wette, traducida y publicado en castellano por Crítica hace unos años (concretamente, ver WETTE, 2007: 176).
Ni que decir que de estos sobornos - que, como expondré, son de diversa índole- no se dice ni pío en ninguna de las Memorias de los personajes beneficiados, hecho que debe situarse en el marco de la política de post-guerra por parte de estos personajes de ocultar la comisión de crímenes u ocultación de decisiones o prácticas comunes que podían ser potencialmente mal vistas por sus compatriotas. Por otra parte, como Norman Goda hace observar (ver GODA, 2000: 413-414), la evidencia al respecto es relativamente dispersa, tanto precisamente por el carácter discreto de la prácticamisma de la corrupción supone, como también porque parte de los registros posiblemente fuesen deliberadamente destruidos al final de la guerra. Pero, por fortuna, nos ha llegado suficiente evidencia para poder sacar algunas conclusiones fundamentadas.
La naturaleza de dichos sobornos por parte de Hitler era sostener la lealtad de sus comandantes de mayor rango, de quiénes desconfiaba y mostraba receloso al menos desde verano de 1940. El dictador nazi se preocupó que cada individuo receptor de estos sobornos supiese que los recibía a cambio de su obediencia (ver GODA, 2000: 418-419); Goda considera que la decisión de Hitler para llevar a cabo esta práctica era que la consideraba más práctica antes que emprender una purga sistemática de las altas jerarquías de la Wehrmacht - a imagen y semejanza de Stalin- que, sin duda, hubiese reducido la efectividad de sus Fuerzas Armadas. Sin lugar a dudas, su efectividad a veces resultó cuestionable, como en el caso de Franz Halder.
Hoy sólo me entretendré a detallar el caso de Heinz Guderian, aunque el suyo es extrapolable al de otros:
Cada mes, los mariscales y grandes almirantes percibían un suplemento salarial libre de impuestos de 4.000 RM mensuales, mientras que para coroneles generales y almirantes generales este suplemento era de "sólo" de 2.000 RM mensuales. En todo caso, este ingreso mensual se efectuaba directamente a sus respectivas cuentas bancarias. Los fondos eran gestionados por Hans-Heinrich Lammers, jefe de la Cancillería del Reich y al margen de la fiscalización presupuestaria del Ministerio de Finanzas del Reich (ver GODA, 2000: 421). El detalle sobre el inicio de esta práctica puede conocerse también gracias al testimonio de las notas manuscritas de un adjunto de Hitler, el comandante Gerhard Engel (ver transcripción completa en GODA, 2000: 423). La orden de Hitler para el primer pago data del 8-VIII-1940 (nota 32 en GODA, 2000: 423).
Lammers explicitó a los receptores de dichos suplementos provenían del fondo privado del mismo Führer y que podían revocados en cualquier momento - jederzeit widerruflich-. En caso de que el mismo receptor falleciese, su viuda tendría derecho a percibir dicho suplemento durante tres meses tras la muerte de su cónyuge (ver GODA, 2000: 425-426).
Paraque nos hagamos una idea de la importancia de dicho suplemento, es necesario detallar cuáles eran los conceptos salariales que percibían los beneficiarios de los mismos. Los mariscales de campo y grandes almirantes cobraban 26.500 RM anuales, los comandantes generales y almirantes generales 24.000 RM anuales; en contraste, el salario de un mayor era de 8.400 RM anuales y el de un sargento mayor, 2.838 RM anuales. Además, mariscales de campo y coroneles generales percibían un suplemento de guerra, respectivamente, de 300 RM y 270 RM mensuales; en contraste, el de un sargento mayor ascendía a 60 RM mensuales. Por otra parte, para los mariscales de campo este último suplemento se le sumaron otros 400 RM mensuales adicionales desde 1943.
Es decir, un mariscal de campo podía llegar a cobrar 34.950 RM anualmente de forma legítima, a parte de 48.000 RM directamente de manos de Hitler. Pero para darnos cuenta de la magnitud de este suplemento, recuérdese que estaba exento de impuestos, en un momento en que, desde 1939, la Hacienda nazi - que expresión involuntaria con implicaciones más... en fin - retenía el 65% de los salarios superiores a 2.400 RM anuales (ver detalle en GODA, 2000: 428). Como contraste, un soldado de infantería que se ofreciese como voluntario para desactivar minas percibía 1 RM diario (GODA, 2000: 429).
Un detalle, quizás especialmente relevante para el caso de Guderian. Norman Goda hace observar que, desde 1941, Hitler tomó la iniciativa de regalar un cheque - también libre de impuestos- como regalo cumpleaños que ascendía a 250.000 RM; en cambio, resulta llamativo que personajes más próximos a Hitler como Doenitz, Model o Schörner no lo percibieron nunca, mientras que Dietrich sólo recibió 100.000 RM (ver GODA, 2000: 432-433).
Sobre la hacienda que Guderian recibió como regalo de Hitler, es preciso hacer algunas observaciones. Efectivamente, la familia Guderian había tenido, tiempo atrás, propiedades en Kulm, al este del Vístula. Pero la concesión de dicha hacienda se efectuó como detallaré a continuación. Hitler ofreció a finales de 1942 a Guderian la posibilidad de escoger él mismo una hacienda en el territorio polaco anexionado al Reich del Warthegau. Lammers intermedió ante el gauleiter de dicha región, el SS-Oberführer Arthur Greiser - personaje siniestro que se hizo destacar en el asesinato en masa de civiles polacos para ganarse así méritos a ojos de Hitler- que presentase un listado de haciendas, todas de una superficie aproximada de 4.000 acres. Pero en mayo de 1943 Heinz y seora se obsesionaron con obtener una hacienda de 8.000 acres en Schöngarten que, casualmente, también era objeto del interés de Himmler - quién tenía intención de dedicarlo a la de cría de caballos para las SS-; tanto Greiser, con el apoyo de Hitler, rechazaron la petición de la pareja Guderian, concediéndoles en cambio una valiosa hacienda en Deipenhof de 937 hectáreas y valorada en la fabulosa cantidad de de 1'24 millones de RM. Es decir, dicho regalo ascendía en valor hasta casi cinco veces más que el importe de los cheques que Hitler regalaba a mariscales como von Runstedt o von Leeb. El propietario polaco de dicha hacienda fué desahuciado, haciéndose efectivo la propiedad de esas tierras a los Guderian en octubre de 1943, estando exenta dicha operación del pago de todo impuesto. Goda hace observar que la importancia de este regalo tiene un cariz especialmente extraordinario, ya que Himmler siempre se mostró muy hostil a la entrega a destacados jefes militares de grandes haciendas en los territorios ocupados del Este (ver relato completo en GODA, 2000: 437-438).
GODA, Norman J.W. (2000). "Black Marks: Hitler's Bribery of his Senior Officers during World War II", The Journal of Modern History, vol. 72 nº 2, pp. 413-452. The University of Chicago Press, Chicago, Il. 40 páginas.
WETTE, Wolfram (2007). La Wehrmacht. Los crímenes del ejército alemán, Crítica, Barcelona. 464 páginas. [Trad. Francesc Fernández, título original Die Wehrmacht. Feindbilder, Wernichtungskrief, Legenden, S. Fischer Verlag, Frankfurt am Main (2002).]
En fin, perdonad por este enorme ladrillo, pero creo que puede resultar de extraordinario interés en el caso que nos ocupa
Un saludo,
Luego, vayamos por partes. Empezaré por el último post de chechitar:
chechitar_1985 escribió:la mayoria de generales y militares de profesion alemanes no estaban de acuerdo en los metodos y actuaciones de Hitler y los miembros del partido nazi en el frente oriental, solo acataron las ordenes de caracter militar lo mejor que pudieron.
Lejos de mi intención en este hilo está el querer abrir una especie de causa general contra el generalato alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque, si tengo algunas consideraciones preliminares respecto a su aceptación generalizada de las leyes de segregación y privación de derechos de sus compatriotas judíos, que fueron públicas y notorias para cualquier habitante del III Reich durante la década de 1930, tal y como ya se ha discutido y como Isócrates y Yorktown han argumentado y sostenido perfectamente al inicio de este hilo.
En todo caso, si se quierer carga algún grado de responsabilidad superior más allá de la consideración preliminar anteriormente anunciada, entonces se debe tratar caso por caso. De momento, estamos discutiendo sobre la muy equívoca figura de Heinz Guderian, aunque mi intención es de discutir, además, sobre la biografía de otros casos.
Von Kleist escribió:No creo que Guderian fuera políticamente fiel a Hitler, sino más bien que su lealtad tuvo un fuerte contenido pragmático. De hecho, él tuvo noticias del complot del 20 de julio, pero prefirió quedarse al margen -sin denunciar lo que se tramaba- porque consideraba que el golpe no tenía posibilidades reales de éxito, y dada la situación del frente oriental, entendía que un golpe de estado no era la solución que se requería en tales circunstancias. Pero si hubiera sido tan leal a Hitler, habría hecho algo por impedir el golpe.
(...)
Por cierto, Guderian no solo usó su puesto para intentar retrasar la derrota, sino para ayudar a las familias de sus camaradas implicados en el complot de Valkiria. Entre ellos, la familia del general Fellgiebel, jefe de comunicaciones de La Guarida del Lobo, cuyos hijos fueron rescatados de las garras de la Gestapo por la intervención personal de Guderian y puestos a salvo gracias a que usó sus influencias para protegerlos de las represalias nazis.
No creo que nos diga mucho sobre una supuesta actitud anti-hitleriana del personaje ni su pasividad ante lo que, entonces, no debía ser - a sus ojos- nada más que la enésima palabrería conspiradora anti-hitleriana, ni su compasión y/o remordimientos hacia los hijos de un conocido caído en desgracia - en la que, no lo olvidemos, él contribuyó al formar parte del Tribunal de Honor que lo expulsó del Ejército, abriendo las puertas la condenado a muerte del padre de ambas criaturas.
Por otra parte, como ya he dicho, el desacuerdo de Guderian - un personaje con un carácter fuerte- con algunas decisiones de carácter operativo del dictador nazi no resultan incompatibles con el mantenimiento de una firme lealtad política hacia la figura del dictador. No dudo que Guderian no fuese tan fanático seguidor de Hitler como lo fueron Goebbels o Bormann, pero eso no quita que representase un foco de deslealtad ante el Führer o que su figura o el ideario nazi le resultasen indiferentes.
Por otra parte, hasta ahora hemos estado discutiendo sobre evidencia histórica que admite, ciertamente, margen para interpretaciones diversas. Pero ahora me propongo hacer una aproximación a esta cuestión - sólo ha aparecido aquí, tangencialmente, mencionada en una ocasión- a partir de cierta evidencia histórica que, hasta ahora, no hemos discutido y que - creo- resultará de gran interés.
Me refiero a que existen pruebas sólidas que Hitler, a lo largo de toda la guerra, llevó a cabo una política sistemática de soborno hacia todos los integrantes de las dos escalas más altas de la oficialidad superior de las Fuerzas Armadas del III Reich: la de mariscal de campo/ gran almirante y la de coronel general - dejando de lado la de Mariscal del Reich, que sólo lo ostentó Goering.
Sólo, hasta hará unos veinte o treinta años, se sabe de esta cuestión en círculos más o menos académicos, dejando de lado, por supuesto, a los beneficiarios de dichos sobornos. Es decir, los oficiales de más alta graduación de las Fuerzas Armadas.
La inmensa mayoría de historiografía al respecto sólo está publicada en alemán, aunque existen al menos dos obras en inglés más o menos accesibles que traten sobre esta cuestión - aviso que mi revisión está lejos de ser exhaustiva: por una parte, en la obra misma de Ronald Smelser y Edward J. Davies, que ya he referenciado en anteriores ocasiones, se menciona el asunto (exactamente, en SMELSER y DAVIES, 2008: 62, refiriéndose al caso concreto de Franz Halder); estos autores, a su vez, citan un largo e interesante estudio de Norman J.W. Goda publicado el 2000 en The Journal of Modern History (ver referencia al final de este post). En castellano, sólo conozco una referencia en la síntesis de Wolfram Wette, traducida y publicado en castellano por Crítica hace unos años (concretamente, ver WETTE, 2007: 176).
Ni que decir que de estos sobornos - que, como expondré, son de diversa índole- no se dice ni pío en ninguna de las Memorias de los personajes beneficiados, hecho que debe situarse en el marco de la política de post-guerra por parte de estos personajes de ocultar la comisión de crímenes u ocultación de decisiones o prácticas comunes que podían ser potencialmente mal vistas por sus compatriotas. Por otra parte, como Norman Goda hace observar (ver GODA, 2000: 413-414), la evidencia al respecto es relativamente dispersa, tanto precisamente por el carácter discreto de la prácticamisma de la corrupción supone, como también porque parte de los registros posiblemente fuesen deliberadamente destruidos al final de la guerra. Pero, por fortuna, nos ha llegado suficiente evidencia para poder sacar algunas conclusiones fundamentadas.
La naturaleza de dichos sobornos por parte de Hitler era sostener la lealtad de sus comandantes de mayor rango, de quiénes desconfiaba y mostraba receloso al menos desde verano de 1940. El dictador nazi se preocupó que cada individuo receptor de estos sobornos supiese que los recibía a cambio de su obediencia (ver GODA, 2000: 418-419); Goda considera que la decisión de Hitler para llevar a cabo esta práctica era que la consideraba más práctica antes que emprender una purga sistemática de las altas jerarquías de la Wehrmacht - a imagen y semejanza de Stalin- que, sin duda, hubiese reducido la efectividad de sus Fuerzas Armadas. Sin lugar a dudas, su efectividad a veces resultó cuestionable, como en el caso de Franz Halder.
Hoy sólo me entretendré a detallar el caso de Heinz Guderian, aunque el suyo es extrapolable al de otros:
Cada mes, los mariscales y grandes almirantes percibían un suplemento salarial libre de impuestos de 4.000 RM mensuales, mientras que para coroneles generales y almirantes generales este suplemento era de "sólo" de 2.000 RM mensuales. En todo caso, este ingreso mensual se efectuaba directamente a sus respectivas cuentas bancarias. Los fondos eran gestionados por Hans-Heinrich Lammers, jefe de la Cancillería del Reich y al margen de la fiscalización presupuestaria del Ministerio de Finanzas del Reich (ver GODA, 2000: 421). El detalle sobre el inicio de esta práctica puede conocerse también gracias al testimonio de las notas manuscritas de un adjunto de Hitler, el comandante Gerhard Engel (ver transcripción completa en GODA, 2000: 423). La orden de Hitler para el primer pago data del 8-VIII-1940 (nota 32 en GODA, 2000: 423).
Lammers explicitó a los receptores de dichos suplementos provenían del fondo privado del mismo Führer y que podían revocados en cualquier momento - jederzeit widerruflich-. En caso de que el mismo receptor falleciese, su viuda tendría derecho a percibir dicho suplemento durante tres meses tras la muerte de su cónyuge (ver GODA, 2000: 425-426).
Paraque nos hagamos una idea de la importancia de dicho suplemento, es necesario detallar cuáles eran los conceptos salariales que percibían los beneficiarios de los mismos. Los mariscales de campo y grandes almirantes cobraban 26.500 RM anuales, los comandantes generales y almirantes generales 24.000 RM anuales; en contraste, el salario de un mayor era de 8.400 RM anuales y el de un sargento mayor, 2.838 RM anuales. Además, mariscales de campo y coroneles generales percibían un suplemento de guerra, respectivamente, de 300 RM y 270 RM mensuales; en contraste, el de un sargento mayor ascendía a 60 RM mensuales. Por otra parte, para los mariscales de campo este último suplemento se le sumaron otros 400 RM mensuales adicionales desde 1943.
Es decir, un mariscal de campo podía llegar a cobrar 34.950 RM anualmente de forma legítima, a parte de 48.000 RM directamente de manos de Hitler. Pero para darnos cuenta de la magnitud de este suplemento, recuérdese que estaba exento de impuestos, en un momento en que, desde 1939, la Hacienda nazi - que expresión involuntaria con implicaciones más... en fin - retenía el 65% de los salarios superiores a 2.400 RM anuales (ver detalle en GODA, 2000: 428). Como contraste, un soldado de infantería que se ofreciese como voluntario para desactivar minas percibía 1 RM diario (GODA, 2000: 429).
Un detalle, quizás especialmente relevante para el caso de Guderian. Norman Goda hace observar que, desde 1941, Hitler tomó la iniciativa de regalar un cheque - también libre de impuestos- como regalo cumpleaños que ascendía a 250.000 RM; en cambio, resulta llamativo que personajes más próximos a Hitler como Doenitz, Model o Schörner no lo percibieron nunca, mientras que Dietrich sólo recibió 100.000 RM (ver GODA, 2000: 432-433).
Sobre la hacienda que Guderian recibió como regalo de Hitler, es preciso hacer algunas observaciones. Efectivamente, la familia Guderian había tenido, tiempo atrás, propiedades en Kulm, al este del Vístula. Pero la concesión de dicha hacienda se efectuó como detallaré a continuación. Hitler ofreció a finales de 1942 a Guderian la posibilidad de escoger él mismo una hacienda en el territorio polaco anexionado al Reich del Warthegau. Lammers intermedió ante el gauleiter de dicha región, el SS-Oberführer Arthur Greiser - personaje siniestro que se hizo destacar en el asesinato en masa de civiles polacos para ganarse así méritos a ojos de Hitler- que presentase un listado de haciendas, todas de una superficie aproximada de 4.000 acres. Pero en mayo de 1943 Heinz y seora se obsesionaron con obtener una hacienda de 8.000 acres en Schöngarten que, casualmente, también era objeto del interés de Himmler - quién tenía intención de dedicarlo a la de cría de caballos para las SS-; tanto Greiser, con el apoyo de Hitler, rechazaron la petición de la pareja Guderian, concediéndoles en cambio una valiosa hacienda en Deipenhof de 937 hectáreas y valorada en la fabulosa cantidad de de 1'24 millones de RM. Es decir, dicho regalo ascendía en valor hasta casi cinco veces más que el importe de los cheques que Hitler regalaba a mariscales como von Runstedt o von Leeb. El propietario polaco de dicha hacienda fué desahuciado, haciéndose efectivo la propiedad de esas tierras a los Guderian en octubre de 1943, estando exenta dicha operación del pago de todo impuesto. Goda hace observar que la importancia de este regalo tiene un cariz especialmente extraordinario, ya que Himmler siempre se mostró muy hostil a la entrega a destacados jefes militares de grandes haciendas en los territorios ocupados del Este (ver relato completo en GODA, 2000: 437-438).
GODA, Norman J.W. (2000). "Black Marks: Hitler's Bribery of his Senior Officers during World War II", The Journal of Modern History, vol. 72 nº 2, pp. 413-452. The University of Chicago Press, Chicago, Il. 40 páginas.
WETTE, Wolfram (2007). La Wehrmacht. Los crímenes del ejército alemán, Crítica, Barcelona. 464 páginas. [Trad. Francesc Fernández, título original Die Wehrmacht. Feindbilder, Wernichtungskrief, Legenden, S. Fischer Verlag, Frankfurt am Main (2002).]
En fin, perdonad por este enorme ladrillo, pero creo que puede resultar de extraordinario interés en el caso que nos ocupa
Un saludo,
Última edición por Shrike el 30 Nov 2010, 23:05, editado 1 vez en total.
- Von Kleist
- General de Cuerpo de Ejército
- Mensajes: 8241
- Registrado: 18 Dic 2003, 20:01
Buenas Shrike
Lo de la presidencia del Tribunal de Honor fue un trago duro para Guderian, quien hizo todo lo posible por evitar dicho "honor", tanto es así que Keitel tuvo que exigirle que acudiera, al menos, a una de la sesiones del tribunal. En cualquier caso, si Guderian no lo hubiera hecho, la vida de los implicados en el complot no se hubiera salvado, estaba claro que Hitler no iba a mostrar compasión alguna respecto a los conspiradores. ¿Que moralmente habría sido más correcto quitarse de enmedio?. Es opinable, pero sea como fuere, estoy convencido de que Guderian fue fiel a lo que le pedía su conciencia: colocarse al frente del OKH para tratar de salvar lo que pudiera de los millones de soldados alemanes que combatian en el Frente Oriental. Los implicados en Valkiria no tenían salvación, los otros sí. Y si asumio la jefatura del OKH fue para oponerse desde dentro a Hitler, no para colaborar con él.
Segun el Diccionario de la RAE, sobornar es: Corromper a alguien con dádivas para conseguir de él algo.
Personalmente no creo que Hitler corrompiera a Guderian. Si lo intentó, desde luego no lo consiguió, porque Guderian vuelve al OKH para intentar poner freno a los desmanes militares hitlerianos. Por otra parte ¿que iba a conseguir Hitler de Guderian?. Lo destituyó sin pestañear en 1941, y lo volvió a llamar cuando quiso (y le hizo falta), en 1943.
Yo creo en todo caso que dichas donaciones tenían un sentido meramente preventivo, tener contento a un destacado general que había prestado valiosos servicios y que tenía un gran prestigio en el ejército (posiblemente para evitar que se uniera a potenciales conspiradores). Pero de ahi a pensar que Guderian se había entregado a Hitler por un puñado (grande, eso sí) de marcos... repito, ni los hechos posteriores, ni la conducta de Guderian cuando estuvo al frente del OKH confirman ese punto. Por otra parte, si los generales de TODAS las naciones que reciben regalos o donaciones estatales fueran corruptos, la lista sería interminable.
Saludos
No creo que nos diga mucho sobre una supuesta actitud anti-hitleriana del personaje ni su pasividad ante lo que, entonces, no debía ser - a sus ojos- nada más que la enésima palabrería conspiradora anti-hitleriana, ni su compasión y/o remordimientos hacia los hijos de un conocido caído en desgracia - en la que, no lo olvidemos, él contribuyó al formar parte del Tribunal de Honor que lo expulsó del Ejército, abriendo las puertas la condenado a muerte del padre de ambas criaturas.
Lo de la presidencia del Tribunal de Honor fue un trago duro para Guderian, quien hizo todo lo posible por evitar dicho "honor", tanto es así que Keitel tuvo que exigirle que acudiera, al menos, a una de la sesiones del tribunal. En cualquier caso, si Guderian no lo hubiera hecho, la vida de los implicados en el complot no se hubiera salvado, estaba claro que Hitler no iba a mostrar compasión alguna respecto a los conspiradores. ¿Que moralmente habría sido más correcto quitarse de enmedio?. Es opinable, pero sea como fuere, estoy convencido de que Guderian fue fiel a lo que le pedía su conciencia: colocarse al frente del OKH para tratar de salvar lo que pudiera de los millones de soldados alemanes que combatian en el Frente Oriental. Los implicados en Valkiria no tenían salvación, los otros sí. Y si asumio la jefatura del OKH fue para oponerse desde dentro a Hitler, no para colaborar con él.
existen pruebas sólidas que Hitler, a lo largo de toda la guerra, llevó a cabo una política sistemática de soborno
Segun el Diccionario de la RAE, sobornar es: Corromper a alguien con dádivas para conseguir de él algo.
Personalmente no creo que Hitler corrompiera a Guderian. Si lo intentó, desde luego no lo consiguió, porque Guderian vuelve al OKH para intentar poner freno a los desmanes militares hitlerianos. Por otra parte ¿que iba a conseguir Hitler de Guderian?. Lo destituyó sin pestañear en 1941, y lo volvió a llamar cuando quiso (y le hizo falta), en 1943.
Yo creo en todo caso que dichas donaciones tenían un sentido meramente preventivo, tener contento a un destacado general que había prestado valiosos servicios y que tenía un gran prestigio en el ejército (posiblemente para evitar que se uniera a potenciales conspiradores). Pero de ahi a pensar que Guderian se había entregado a Hitler por un puñado (grande, eso sí) de marcos... repito, ni los hechos posteriores, ni la conducta de Guderian cuando estuvo al frente del OKH confirman ese punto. Por otra parte, si los generales de TODAS las naciones que reciben regalos o donaciones estatales fueran corruptos, la lista sería interminable.
Saludos
- Von Kleist
- General de Cuerpo de Ejército
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Buenas
Para hacernos una idea del tipo de situaciones a las que Guderian tuvo que hacer frente mientras ocupó la jefatura del OKH, creo que un par de muestras extraidas del libro de Anthony Beevor, Berlín, la Caida son bastantes esclarecedoras, no solo de la intenciones de Guderian como jefe del Heer, sino también de la verdadera naturaleza de su relación con Hitler a esas altura de la guerra:
[En la nochebuena de 1944] Guderian entró a la sala de reuniones del Adlerhorst para encontrarse de frente con Hitler y su estado mayor (…).
Merced a lo que había descubierto el departamento de información de Gehlen, Guderian habló del acopio de efectivos que estaba llevando a cabo el Ejército Rojo con objeto de efectuar una ofensiva en el este. Advirtió de que el ataque tendría lugar en el plazo de tres semanas y rogó que, dado que la ofensiva de las Ardenas se había parado en seco, se trasladase al mayor número posible de divisiones al frente del Vístula. Hitler lo hizo callar y tildó de descabelladas tales estimaciones relativas a la fuerza del enemigo: ninguna de las divisiones de fusileros soviéticas había contado jamás con más de siete mil hombres, y las de carros de combate apenas si contaban con vehículos.
"Es la mayor impostura que se ha conocido desde los tiempos de Gengis Kan —gritó hecho una furia—. ¿Quién es el responsable de esa sarta de sandeces?".
Guderian se sobrepuso a la tentación de responder que era el propio Hitler quien hablaba de "ejércitos" alemanes cuando sus fuerzas tenían el tamaño de un solo cuerpo de combate y de "divisiones de infantería" reducidas a la fuerza de un batallón. Lejos de eso, se limitó a defender las cifras de Gehlen. Horrorizado, hubo de ver cómo el general Jodl sostenía que debía mantenerse la ofensiva occidental
O este otro extracto sobre una reunión del Estado Mayor fechada el 9 de Enero de 1945:
El encuentro se convirtió entonces en poco menos que una farsa grotesca. Hitler reiteró su opinión de que las cifras ofrecidas por los servicios de inteligencia eran "sumas idioteces" y añadió que el hombre que las había compilado merecía estar recluido en un manicomio. Guderian, hecho una furia, replicó que, puesto que él las respaldaba por completo, también debería ser declarado demente. El Führer rechazó sin más la petición del general Harpe, desde el frente del Vístula, y la del general Reinhardt, desde Prusia Oriental, que solicitaban el permiso necesario para retirar a posiciones más fáciles de defender las tropas más expuestas de las que estaban a su mando.
Saludos
Para hacernos una idea del tipo de situaciones a las que Guderian tuvo que hacer frente mientras ocupó la jefatura del OKH, creo que un par de muestras extraidas del libro de Anthony Beevor, Berlín, la Caida son bastantes esclarecedoras, no solo de la intenciones de Guderian como jefe del Heer, sino también de la verdadera naturaleza de su relación con Hitler a esas altura de la guerra:
[En la nochebuena de 1944] Guderian entró a la sala de reuniones del Adlerhorst para encontrarse de frente con Hitler y su estado mayor (…).
Merced a lo que había descubierto el departamento de información de Gehlen, Guderian habló del acopio de efectivos que estaba llevando a cabo el Ejército Rojo con objeto de efectuar una ofensiva en el este. Advirtió de que el ataque tendría lugar en el plazo de tres semanas y rogó que, dado que la ofensiva de las Ardenas se había parado en seco, se trasladase al mayor número posible de divisiones al frente del Vístula. Hitler lo hizo callar y tildó de descabelladas tales estimaciones relativas a la fuerza del enemigo: ninguna de las divisiones de fusileros soviéticas había contado jamás con más de siete mil hombres, y las de carros de combate apenas si contaban con vehículos.
"Es la mayor impostura que se ha conocido desde los tiempos de Gengis Kan —gritó hecho una furia—. ¿Quién es el responsable de esa sarta de sandeces?".
Guderian se sobrepuso a la tentación de responder que era el propio Hitler quien hablaba de "ejércitos" alemanes cuando sus fuerzas tenían el tamaño de un solo cuerpo de combate y de "divisiones de infantería" reducidas a la fuerza de un batallón. Lejos de eso, se limitó a defender las cifras de Gehlen. Horrorizado, hubo de ver cómo el general Jodl sostenía que debía mantenerse la ofensiva occidental
O este otro extracto sobre una reunión del Estado Mayor fechada el 9 de Enero de 1945:
El encuentro se convirtió entonces en poco menos que una farsa grotesca. Hitler reiteró su opinión de que las cifras ofrecidas por los servicios de inteligencia eran "sumas idioteces" y añadió que el hombre que las había compilado merecía estar recluido en un manicomio. Guderian, hecho una furia, replicó que, puesto que él las respaldaba por completo, también debería ser declarado demente. El Führer rechazó sin más la petición del general Harpe, desde el frente del Vístula, y la del general Reinhardt, desde Prusia Oriental, que solicitaban el permiso necesario para retirar a posiciones más fáciles de defender las tropas más expuestas de las que estaban a su mando.
Saludos
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Buen e intenso debate
Ya. Y seguro que firmó las órdenes del 29 de Julio y el 24 de Agosto - anteriormente explicitadas- con mal sabor de boca
No me parece muy creíble esa versión, la verdad. La evidencia general indica que su actitud de represión hacia los acusados no fué nada a regañadientes. Las excusas y adornos que él, amigos y familiares posteriormente adujesen para limpiar el pasado de Heinz Guderian no resultan muy creíbles.
Más bien la evidencia nos indica que lo que le impulsaba era, sobretodo, su entusiasmo nazi junto con su celo para proteger su estatus existente - léase suculentos sobresueldos en negro y lujosas haciendas campestres. Es de suponer que esos privilegios le debieron ayudar a sobreponerse a sus desencuentros dialécticos con Hitler.
Pues esta definición se ajusta perfectamente a lo expuesto en mi anterior post. Hitler daba dádivas a sus mariscales y generales de mayor rango a cambio de que estos se le mantuviesen políticamente fieles y limpiar sus conciencias respecto a la política criminal del III Reich.
Su lealtad política. ¿Alguna vez Guderian afeó a Hitler por la famosa y criminal "Orden de los Comisarios"? ¿A caso se opuso en alguna ocasión a la política de agresión nazi? Otra cosa que tuviesen sus desencuentros en lo que se refiere a la dirección de las operaciones militares - tal y como describe Beevor y que tú citas extensamente en otro post-, colisionando los muy desarrollados egos de Hitler y Guderian.
Por otra parte, no deja de ser llamativo como coinciden cronológicamente el rifi-rafe de Guderian con Hitler respecto a "Ciudadela" y toda la cuestión relativa a su adquisición de su hacienda en Deipenhof. Cabe preguntarse si, quizás, Guderian acabó dando su brazo a torcer en su oposición a "Ciudadela" a cambio de ese fabuloso regalo (así se interroga GODA, 2000: 451).
Por otra parte, nos han llegado los pareceres de algunos conspiradores del atentado en la "Guarida del Lobo" de julio de 1944. He aquí la opinión de Fabian von Schlabrendorff, uno de los colaboradores más próximos de Goerdeler, refiriéndose al generaloberst Guderian, según consta en el diario del capitán Hermann Kaiser, otro de los miembros de la conspiración, con fecha del 28-VI-1943 (citado en GODA, 2000: 451):
Por otra parte, Guderian empezó a cobrar sus sobresueldos en negro en agosto de 1940 y los siguió cobrando, initerrumpidamente, hasta el primero de mayo de 1945.
¿Qué casos conoces, en democracias occidentales, de generales de máximo rango que cobrasen regularmente en negro cantidades varias veces superiores a lo que era su salario real y legítimo? Y en caso de que los cites, entonces se trataría de, efectivamente, flagrantes casos de corrupción, por muy larga que sea esa hipotética lista.
Finalmente, y quizás para ir cerrando el "caso" contra Guderian, es preciso hablar de dos referencias que he encontrado a que Guderian estuvo bien lejos de tener sus manos limpias en lo que se refiere a la política criminal del III Reich.
Por una parte, está bastante bien documentada la masacre de cientos de prisioneros de guerra negros senegaleses con uniforme francés, encuadrados en el 25º Regimiento de Tiradores Senegaleses, en diversos pueblos al noroeste de Lyón entre el 19 y el 20 de Junio de 1940. Los perpetradores de la masacre fueron elementos del regimiento Grossdeutschland, la división SS Totenkopf y de la 10. PzDiv, unidades que formaban parte del XIX Cuerpo Motorizado mandado por Guderian. Según el testimonio de los propios registros alemanes, tras fusilar a los prisioneros sus cuerpos fueron despedazados apisonándolos con tanques Skoda; el número de víctimas, según una fuente si confirmar, quizás ascendió hasta un millar. Algunos prisioneros fueron torturados antes de ser ejecutados (ver relato en SCHECK, 2005: 332-333). El hecho que esta masacre quedase reflejada en los diarios de las unidades involucradas implica que sus mandos superiores eran perfectamente conscientes de lo acaecido.
Y, finalmente, tenemos una referencia - de segunda mano, ciertamente-, que relacionaría a Guderian en la toma de decisiones en lo que a la lucha antipartisana en los territorios ocupados se refiere. Durante los juicios de Nuremberg, Ernst Rode, ex-jefe del Estado Mayor del Reichführer SS, nombró a los generales Heusinger, Warlimont, Zeitzler y Guderian como sus interlocutores, a lo largo de toda la guerra, en diversos debates sobre la estrategia a seguir en la lucha antipartisana (ver nota 13 en SMELSER y DAVIES, 2008: 68 [271]). Resulta, cuanto menos, llamativo.
Ya concluyendo a, en lo que Guderian se refiere, su figura dista mucho al panorama dibujado por Guderian en sus Memorias o en la obra de biógrafos benévolos, como alejado de Hitler y de su política criminal, siendo requerido por este a diversas funciones a pesar del disgusto que eso causaba en el pobre Heinz
Incluyo la referencia al artículo anteriormente citado.
SCHECK, Raffael (2005). "<<They Are Just Savages>>: German Massacres of Black Soldiers from the French Army in 1940", The Journal of Modern History, vol. 77 nº2, pp. 325-344. THe UNiversity of Chicago Press, Chicago, Il. 20 páginas.
Un saludo,
Von Kleist escribió:Lo de la presidencia del Tribunal de Honor fue un trago duro para Guderian, quien hizo todo lo posible por evitar dicho "honor", tanto es así que Keitel tuvo que exigirle que acudiera, al menos, a una de la sesiones del tribunal.
Ya. Y seguro que firmó las órdenes del 29 de Julio y el 24 de Agosto - anteriormente explicitadas- con mal sabor de boca
No me parece muy creíble esa versión, la verdad. La evidencia general indica que su actitud de represión hacia los acusados no fué nada a regañadientes. Las excusas y adornos que él, amigos y familiares posteriormente adujesen para limpiar el pasado de Heinz Guderian no resultan muy creíbles.
Y si asumio la jefatura del OKH fue para oponerse desde dentro a Hitler, no para colaborar con él.
Más bien la evidencia nos indica que lo que le impulsaba era, sobretodo, su entusiasmo nazi junto con su celo para proteger su estatus existente - léase suculentos sobresueldos en negro y lujosas haciendas campestres. Es de suponer que esos privilegios le debieron ayudar a sobreponerse a sus desencuentros dialécticos con Hitler.
Segun el Diccionario de la RAE, sobornar es: Corromper a alguien con dádivas para conseguir de él algo.
Pues esta definición se ajusta perfectamente a lo expuesto en mi anterior post. Hitler daba dádivas a sus mariscales y generales de mayor rango a cambio de que estos se le mantuviesen políticamente fieles y limpiar sus conciencias respecto a la política criminal del III Reich.
¿que iba a conseguir Hitler de Guderian?
Su lealtad política. ¿Alguna vez Guderian afeó a Hitler por la famosa y criminal "Orden de los Comisarios"? ¿A caso se opuso en alguna ocasión a la política de agresión nazi? Otra cosa que tuviesen sus desencuentros en lo que se refiere a la dirección de las operaciones militares - tal y como describe Beevor y que tú citas extensamente en otro post-, colisionando los muy desarrollados egos de Hitler y Guderian.
Por otra parte, no deja de ser llamativo como coinciden cronológicamente el rifi-rafe de Guderian con Hitler respecto a "Ciudadela" y toda la cuestión relativa a su adquisición de su hacienda en Deipenhof. Cabe preguntarse si, quizás, Guderian acabó dando su brazo a torcer en su oposición a "Ciudadela" a cambio de ese fabuloso regalo (así se interroga GODA, 2000: 451).
Por otra parte, nos han llegado los pareceres de algunos conspiradores del atentado en la "Guarida del Lobo" de julio de 1944. He aquí la opinión de Fabian von Schlabrendorff, uno de los colaboradores más próximos de Goerdeler, refiriéndose al generaloberst Guderian, según consta en el diario del capitán Hermann Kaiser, otro de los miembros de la conspiración, con fecha del 28-VI-1943 (citado en GODA, 2000: 451):
[Guderian es] un irrefrenable oportunista. Todo minuto dedicado a él [para convencerle a unirse a la conspiración] es un desperdicio (...) ¡Es la encarnación misma de la falta de carácter [characterlessness]!
Por otra parte, Guderian empezó a cobrar sus sobresueldos en negro en agosto de 1940 y los siguió cobrando, initerrumpidamente, hasta el primero de mayo de 1945.
Por otra parte, si los generales de TODAS las naciones que reciben regalos o donaciones estatales fueran corruptos, la lista sería interminable.
¿Qué casos conoces, en democracias occidentales, de generales de máximo rango que cobrasen regularmente en negro cantidades varias veces superiores a lo que era su salario real y legítimo? Y en caso de que los cites, entonces se trataría de, efectivamente, flagrantes casos de corrupción, por muy larga que sea esa hipotética lista.
Finalmente, y quizás para ir cerrando el "caso" contra Guderian, es preciso hablar de dos referencias que he encontrado a que Guderian estuvo bien lejos de tener sus manos limpias en lo que se refiere a la política criminal del III Reich.
Por una parte, está bastante bien documentada la masacre de cientos de prisioneros de guerra negros senegaleses con uniforme francés, encuadrados en el 25º Regimiento de Tiradores Senegaleses, en diversos pueblos al noroeste de Lyón entre el 19 y el 20 de Junio de 1940. Los perpetradores de la masacre fueron elementos del regimiento Grossdeutschland, la división SS Totenkopf y de la 10. PzDiv, unidades que formaban parte del XIX Cuerpo Motorizado mandado por Guderian. Según el testimonio de los propios registros alemanes, tras fusilar a los prisioneros sus cuerpos fueron despedazados apisonándolos con tanques Skoda; el número de víctimas, según una fuente si confirmar, quizás ascendió hasta un millar. Algunos prisioneros fueron torturados antes de ser ejecutados (ver relato en SCHECK, 2005: 332-333). El hecho que esta masacre quedase reflejada en los diarios de las unidades involucradas implica que sus mandos superiores eran perfectamente conscientes de lo acaecido.
Y, finalmente, tenemos una referencia - de segunda mano, ciertamente-, que relacionaría a Guderian en la toma de decisiones en lo que a la lucha antipartisana en los territorios ocupados se refiere. Durante los juicios de Nuremberg, Ernst Rode, ex-jefe del Estado Mayor del Reichführer SS, nombró a los generales Heusinger, Warlimont, Zeitzler y Guderian como sus interlocutores, a lo largo de toda la guerra, en diversos debates sobre la estrategia a seguir en la lucha antipartisana (ver nota 13 en SMELSER y DAVIES, 2008: 68 [271]). Resulta, cuanto menos, llamativo.
Ya concluyendo a, en lo que Guderian se refiere, su figura dista mucho al panorama dibujado por Guderian en sus Memorias o en la obra de biógrafos benévolos, como alejado de Hitler y de su política criminal, siendo requerido por este a diversas funciones a pesar del disgusto que eso causaba en el pobre Heinz
Incluyo la referencia al artículo anteriormente citado.
SCHECK, Raffael (2005). "<<They Are Just Savages>>: German Massacres of Black Soldiers from the French Army in 1940", The Journal of Modern History, vol. 77 nº2, pp. 325-344. THe UNiversity of Chicago Press, Chicago, Il. 20 páginas.
Un saludo,
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Precisamente sorprende las malas relaciones de Hitler con el que posiblemente fuese el mejor de los jefes de espías de la guerra, Reinhard Gehlen. Es muy posible que con el grado de infiltración lograda por Gehlen en el frente del este, de haber utilizado esta información adecuadamente los germanos no hubiesen sufrido las apabullantes derrotas del 44 y 45.
En el Heer.
Admito que en un par de veces he tratado de leer su biografía pero la falta de tiempo unida al idioma, tengo el libro en ingles y desconozco si hay versión española, han acabado por desanimarme o más bien me he visto obligado a posponer la lectura. Sobre él, baste decir que casi logro más información de la OSS a través de sus agentes en el campo soviético que tenían varios agentes en esta, que la lograda por el Abwer directamente. De hecho una de las primeras labores realizadas para los americanos en la posguerra fue entregar los nombres de los agentes comunistas de la OSS. Si ello tuvo que ver o no con la disolución de esta es otra historia.
Gehlen prisionero.
Tras la guerra Gehlen, que había escondido todos los documentos de su organización en ubicaciones secretas, fue prontamente liberado por los norteamericanos y encargado de ponerse al frente de un servicio de espionaje que infiltrase a los soviéticos, ya vislumbrados como el siguiente enemigo, debido a las pocos logros en ese campo de los servicios occidentales. Para ello fueron liberados alrededor de 4.000 exagentes alemanes, incluyendo un buen número de nazis de las SS, SA y la Gestapo, que reactivaron a un gran número de agentes en la Europa oriental en poco tiempo.
http://educate-yourself.org/cn/Gehlen-a ... al700w.jpg
Ya retirado, en el funeral de Franz Halder.
PD Soy solo yo o las nuevas reglas de ortografía españolas me parecen una chorrada, me refiero a eso de escribir exagentes todo junto para empezar.
PPD En varias ocasiones he pensado en escribir sobre él, pero los aplazamientos en la lectura de su bio me han decidido a confiar en que algún día alguno de nuestros estimados expertos se atreva con él.
http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSA ... Gehlen.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Reinhard_Gehlen
En el Heer.
Admito que en un par de veces he tratado de leer su biografía pero la falta de tiempo unida al idioma, tengo el libro en ingles y desconozco si hay versión española, han acabado por desanimarme o más bien me he visto obligado a posponer la lectura. Sobre él, baste decir que casi logro más información de la OSS a través de sus agentes en el campo soviético que tenían varios agentes en esta, que la lograda por el Abwer directamente. De hecho una de las primeras labores realizadas para los americanos en la posguerra fue entregar los nombres de los agentes comunistas de la OSS. Si ello tuvo que ver o no con la disolución de esta es otra historia.
Gehlen prisionero.
Tras la guerra Gehlen, que había escondido todos los documentos de su organización en ubicaciones secretas, fue prontamente liberado por los norteamericanos y encargado de ponerse al frente de un servicio de espionaje que infiltrase a los soviéticos, ya vislumbrados como el siguiente enemigo, debido a las pocos logros en ese campo de los servicios occidentales. Para ello fueron liberados alrededor de 4.000 exagentes alemanes, incluyendo un buen número de nazis de las SS, SA y la Gestapo, que reactivaron a un gran número de agentes en la Europa oriental en poco tiempo.
http://educate-yourself.org/cn/Gehlen-a ... al700w.jpg
Ya retirado, en el funeral de Franz Halder.
PD Soy solo yo o las nuevas reglas de ortografía españolas me parecen una chorrada, me refiero a eso de escribir exagentes todo junto para empezar.
PPD En varias ocasiones he pensado en escribir sobre él, pero los aplazamientos en la lectura de su bio me han decidido a confiar en que algún día alguno de nuestros estimados expertos se atreva con él.
http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSA ... Gehlen.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Reinhard_Gehlen
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Buenas
Si, como imagino, has mirado la transcripción que aparece recogida en Hitler y sus generales, es poco probable que aparezca dicha discusión que cita Beevor. El fragmento que recoge el libro de la reunión del 9 de Enero es muy breve y por añadidura el mismo libro dice reunión celebrada "presumiblemente" el 9 de Enero. Imagino que Beevor tuvo acceso a una transcripción completa de esa reunión, o a otra fuente, no creo que se lo invente.
No sé, eso solo podria contestarlo el propio HG. En cualquier caso, proteger a la familia de unos de los principales implicados en el atentado del 20 de julio, era algo más que arriesgado... no creo que alguien que disfrutara juzgando a sus compañeros de armas, se jugara el puesto para salvar a las familias de esos mismos compañeros. Sería incongruente. Por cierto, ¿la presidencia del Tribunal no correspondió a Von Rundsted? he leido en algún sitio que Guderian era solo vocal de dicho tribunal.
Repito, Guderian era muy consciente de que en Julio de 1944, la Guerra estaba perdida, es decir, aceptó el encargo de "dirigir" una derrota. Y pongo comillas porque realmente el OKH era ya para Hitler un mero elemento decorativo que no tenía poder decisorio real. Entre 1944-45 no escuchaba ya a sus generales, y fueron contadas las ocasiones en que aceptó el consejo ajeno en las decisiones militares. Por ello tu afirmación de la existencia una relación de confianza mutúa entre ambos hombres, resulta -cuando menos- muy discutible.
Tendría que investigarlo, pero a algún militar occidental, hasta se le otorgó carta de nobleza, en recompensa por sus servicios. Me acuerdo por ejemplo, de cierto general británico al que se nombró "Vizconde de El Alamein". Eso también puede considerarse una "dádiva" ¿no?.
Dudo mucho que Guderian, cursara órdenes en ese sentido. Como afirma Max Hastings en su obra "Armagedón, La derrota de Alemania 1944-45", tuvo incluso que convencer a Hitler a comienzos de 1945 de no abandonar la Convención de Ginebra en lo que al trato de los prisioneros se refería. En cualquier caso, si hay evidencias documentales que muestren la intervención personal de Guderian, estoy dispuesto a aceptarlas, por supuesto.
Como veo que vas concluyendo el Caso Guderian, paso a exponer mis conclusiones. En mi opinión Guderian no está, desde luego, libre de toda culpa moral respecto a los crímenes de guerra nazis, aunque no creo que tenga ninguna responsabilidad directa sobre ellos. Respecto a su ideario, yo creo que antepuso su patriotismo a otras consideraciones (incluyendo las morales respecto a la necesidad de deponer a Hitler) y ese es el aspecto más oscuro de la personalidad de Guderian. Por lo demás, fue un militar que en lo esencial respetó las leyes de guerra y en privado mostró su convicción de comportarse conforme a la moral cristiana. No siempre lo hizo, pero no creo que pueda tildarse a Guderian de nazi.
Saludos
japa escribió:Acabo de leer las transcripciones de la reunión del 9 de enero y si bien son parciales el tono es el mismo que en otras conferencias: no hay enfrentamiento, Guderian se limita a decir amén a todo lo que dice Hitler
Si, como imagino, has mirado la transcripción que aparece recogida en Hitler y sus generales, es poco probable que aparezca dicha discusión que cita Beevor. El fragmento que recoge el libro de la reunión del 9 de Enero es muy breve y por añadidura el mismo libro dice reunión celebrada "presumiblemente" el 9 de Enero. Imagino que Beevor tuvo acceso a una transcripción completa de esa reunión, o a otra fuente, no creo que se lo invente.
Shrike escribió:Ya. Y seguro que firmó las órdenes del 29 de Julio y el 24 de Agosto - anteriormente explicitadas- con mal sabor de boca
No sé, eso solo podria contestarlo el propio HG. En cualquier caso, proteger a la familia de unos de los principales implicados en el atentado del 20 de julio, era algo más que arriesgado... no creo que alguien que disfrutara juzgando a sus compañeros de armas, se jugara el puesto para salvar a las familias de esos mismos compañeros. Sería incongruente. Por cierto, ¿la presidencia del Tribunal no correspondió a Von Rundsted? he leido en algún sitio que Guderian era solo vocal de dicho tribunal.
Más bien la evidencia nos indica que lo que le impulsaba era, sobretodo, su entusiasmo nazi junto con su celo para proteger su estatus existente - léase suculentos sobresueldos en negro y lujosas haciendas campestres. Es de suponer que esos privilegios le debieron ayudar a sobreponerse a sus desencuentros dialécticos con Hitler.
Repito, Guderian era muy consciente de que en Julio de 1944, la Guerra estaba perdida, es decir, aceptó el encargo de "dirigir" una derrota. Y pongo comillas porque realmente el OKH era ya para Hitler un mero elemento decorativo que no tenía poder decisorio real. Entre 1944-45 no escuchaba ya a sus generales, y fueron contadas las ocasiones en que aceptó el consejo ajeno en las decisiones militares. Por ello tu afirmación de la existencia una relación de confianza mutúa entre ambos hombres, resulta -cuando menos- muy discutible.
¿Qué casos conoces, en democracias occidentales, de generales de máximo rango que cobrasen regularmente en negro cantidades varias veces superiores a lo que era su salario real y legítimo?
Tendría que investigarlo, pero a algún militar occidental, hasta se le otorgó carta de nobleza, en recompensa por sus servicios. Me acuerdo por ejemplo, de cierto general británico al que se nombró "Vizconde de El Alamein". Eso también puede considerarse una "dádiva" ¿no?.
Por una parte, está bastante bien documentada la masacre de cientos de prisioneros de guerra negros senegaleses con uniforme francés, encuadrados en el 25º Regimiento de Tiradores Senegaleses, en diversos pueblos al noroeste de Lyón
Dudo mucho que Guderian, cursara órdenes en ese sentido. Como afirma Max Hastings en su obra "Armagedón, La derrota de Alemania 1944-45", tuvo incluso que convencer a Hitler a comienzos de 1945 de no abandonar la Convención de Ginebra en lo que al trato de los prisioneros se refería. En cualquier caso, si hay evidencias documentales que muestren la intervención personal de Guderian, estoy dispuesto a aceptarlas, por supuesto.
Como veo que vas concluyendo el Caso Guderian, paso a exponer mis conclusiones. En mi opinión Guderian no está, desde luego, libre de toda culpa moral respecto a los crímenes de guerra nazis, aunque no creo que tenga ninguna responsabilidad directa sobre ellos. Respecto a su ideario, yo creo que antepuso su patriotismo a otras consideraciones (incluyendo las morales respecto a la necesidad de deponer a Hitler) y ese es el aspecto más oscuro de la personalidad de Guderian. Por lo demás, fue un militar que en lo esencial respetó las leyes de guerra y en privado mostró su convicción de comportarse conforme a la moral cristiana. No siempre lo hizo, pero no creo que pueda tildarse a Guderian de nazi.
Saludos
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