CERCA DE ODESSA
21 de julio de 1942
Los panzer alemanes continuaban su avance hacia el sudeste tratando de llegar al mar para completar el cerco de importantes fuerzas soviéticas. Entre los carros figuraban un buen numero de panzer 42B, los modelos Valentine capturados meses antes a los británicos y puestos nuevamente en funcionamiento por el Heer. A bordo de uno de estos carros viajaba el Feldwebel Heide, un veterano de las campañas de Polonia, Francia y los Balcanes, que nunca hasta ahora se había enfrentado a enemigos tan resueltos y contra todos los pronósticos bien equipados como los rusos, siendo especialmente desagradables los cañones anticarro, que solían reunir en grandes unidades que debían ser aniquiladas por la infantería, y los carros T-34, que superaban ampliamente todos los carros germanos.
Ese día los carros habían repostado temprano y tras un corto descanso habían reanudado la marcha a gran velocidad arrasando a varias formaciones de infantería rusa que huían en desbandada. Sobre sus cabezas la presencia de aviones germano-rumanos era constante, avanzando en no pocas ocasiones precedidos por los aviones de ataque a tierra que arrasaban las posiciones defensivas rusas antes de su llegada, cosa que los integrantes de las unidades panzer no podían sino agradecer. Por el contrario los aviones rusos eran cada vez más escasos, y tras la segunda semana de campaña prácticamente habían desaparecido de los cielos, ocupando varios aeródromos humeantes los panzer en las semanas anteriores, precisamente dos noches antes la tripulación de Heide y de otros varios panzer puestos a su cargo tras las bajas de diversos oficiales, descansaron en un aeródromo recién ocupado, aprovechando varias horas para un precioso mantenimiento de sus gastadas maquinas.
Ese día no tardaron en encontrar nuevas fuerzas enemigas, pues al norte de Novomyrhorod chocaron con una brigada anticarro soviética que logro destruir 14 panzer en breves minutos, viéndose obligados los panzer a detener su marcha. Inmediatamente los 4 carros bajo el mando de Heide emprendieron la marcha hacia el norte para a continuación caer hacia el este para esquivar a los anticarros, y poder atacarles por el flanco. En las dos horas siguientes mientras los panzer esperaban a que la infantería motorizada los alcanzase, las posiciones rusas fueron sometidas a 3 ataques aéreos, el primero por parte de 14 He-111, el segundo por parte de 9 Ju-88, y 7 Ju-87, y el último por parte de 20 Me-109, que sin oposición aérea a al que enfrentarse, fueron utilizados en ataques en cadena sobre posiciones terrestres. Cuando por fin los cazas abandonaron los ataques fue el turno de la infantería, que llegada poco antes se lanzo al asalto protegida por el fuego de sus ametralladoras hasta que en conjunción con un postrero ataque de los panzer por el flanco, lograron por fin superar la resistencia de la brigada anticarro soviética.
La mayoría de panzer alemanes, fueron fácil presa de los carros y anticarros rusos.
Las estepas ucranianas no ofrecían una buena cobertura, pero los carros de Heide trataban de aprovecharla al máximo para moverse tras los anticarros rusos. No tardaron en llegar al lago de Tartan, donde se encontraron con una compañía de antiaéreos rusos de 85 y 76.2mm que se trasladaba hacia el este, compuesta por unos 200 hombres y 9 cañones con sus respectivos camiones ZIS de remolque, y varios más de equipos diversos. Tras pensarlo solo unos instantes Heide ordeno utilizar exclusivamente ametralladoras en la medida de lo posible, mientras él mismo se ocupaba de destruir al camión guía para obturar el camino por delante y encargaba al sargento Waller la destrucción del último vehículo de la columna. Dos rápidos disparos tras detenerse bastaron para destruir ambos vehículos mientras los panzer cargaban al frente haciendo sonar sus ametralladoras. Por la escotilla de mando Heide no pudo dejar de percibir como los carros pasaban sobre los rusos en desbandada, mientras él mismo no dejaba de señalar a sus tiradores los lugares donde se concentraban los rusos en retirada.
La aparición de los carros alemanes sorprendió a la columna rusa que trato de dispersarse de inmediato, sin embargo la destrucción de los vehículos de sus extremos, los dejo encajonados e inermes ante el ataque alemán, cuyas ametralladoras se cebaron en los hombres que no lograron saltar a tiempo de sus camiones. No fue mejor para los que habían logrado saltar, pues el avance de los panzer continuó rápidamente mientras sus ametralladoras sonaban, pisando con sus cadenas a aquellos heridos o rezagados. Poco después llegarían tropas de infantería motorizada alemana avisada poco antes por radio, que se encargaría de finalizar el ataque capturando a 45 supervivientes y todo el material soviético.
Tras una breve pausa Heide continuo su avance con la escotilla abierta, pues él viajaba en la torre mientras empleaba los prismáticos para tratar de observar cualquier peligro en su camino. De pronto al rebasar una colina se dio de bruces con un batallón de infantería germana que se movía hacia el sur. La sorpresa fue mutua, y Heide se lanzo inmediatamente hacia el interior de su carro cerrando la escotilla y ordenando meter gases a fondo. Atravesando los carros alemanes la columna de sorprendidos infantes rusos que se lanzaron a los lados mientras las ametralladoras alemanas resonaban, más para asustar a los rusos que con afán combativo, y sus propios disparos se estrellaban con las paredes blindadas de los panzer. Era el segundo encuentro de los panzer de Heide en su movimiento de flanqueo, aunque según sus cálculos ya debían estar casi en las posiciones anticarro rusa. Tras asomarse de nuevo por la escotilla pudo observar las evoluciones de varios cazas alemanes en los cielos, que una y otra vez se dejaban caer para ametrallar unas posiciones aun invisibles.
Los panzer se detuvieron tras adoptar una formación abierta en cuña en previsión del ataque, mientras 2 de los soldados subían a una cota cercana para observar tanto las posiciones rusas como los alrededores, cuando regresaron pocos minutos después informaron de los combates en curso entre la infantería alemana y los anticarros, estando ellos mismos unos400 metros a la derecha y en la retaguardia de las posiciones rusas. Mientras Heide que había entablado contacto con el resto de unidades destinadas al flanqueo, tenía ya otros 20 panzer situados en su derecha, siendo la suya la unidad situada más al este.
Era el momento de atacar, como si se tratase de un solo carro, 24 panzer se lanzaron al ataque, Heide pronto observo el primero de sus objetivos, 6 camiones de transporte que habían sido retirados a una posición de desenfilada, una rápida orden y los 6 vehículos fueron destruidos por otros tantos disparos mientras los panzer seguían sin aminorar la marcha. Poco después diviso varios de los anticarros rusos, en algunos casos ya sin tripulación por los disparos de infantes y aviones. A su derecha un pak de 76mm hacia fuego contra un adversario que Heide no podía observar, el panzer de Heide se detuvo y el cabo Karl coloco dos rápidos disparos sobre el cañón enemigo que acabaron con él. Avanzando de nuevo localizaron un cañón de 57mm que trato de pivotar para hacerles frente, pero su maniobra fue impedida por las ametralladoras del panzer. Ahora numerosos cañones tratavan de pivotar para enfrentarse a al nueva amenaza, mientras los panzer empleaban ametralladoras y cañones para acallarlos, a su derecha podían verse ya las fuerzas alemanas que atacaban frontalmente a los rusos, y que ahora fueron auxiliadas por el resto de unidades blindadas que se sumaron al asalto.
La torre del panzer 42B resonó como una campana al recibir un proyectil de 45mm, sin embargo el blindaje había resistido, y Heide elevo una corta plegaria de gracias mientras su carro se detenía una vez más para destruir a su atacante, para lo que basto un proyectil HE. De pronto frente a él apareció un cañón de 76mm que no habían localizado previamente debido a su camuflaje, a esa distancia un disparo bastaría para destruir su carro. A pesar de no tener ángulo Heide empezó a disparar con la ametralladora para tratar de ganar tiempo sin lograrlo, todo parecía perdido cuando un proyectil de 75mm del panzer IV que actuaba a su derecha solvento el problema, salvándole la vida. No tardo en devolverle el favor al pasar por encima de un cañón de 57mm que localizaron cuando casi estaban encima y sin ángulo para disparar. El choque con el cañón fue ensordecedor, pero pronto las cadenas pisotearon la pieza destrozándola.
20 minutos después del ataque combinado la posición defensiva rusa era finalmente superada, el avance podría proseguir en cuanto los panzer se hubiesen aprovisionado.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.