Noticias relativas a la Política de Defensa

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Las FAS siempre preparadas.

Mensaje por AFOCES »

La última encuesta del CIS ha situado a las Fuerzas Armadas como la institución mejor valorada por los españoles. Y la encuesta es anterior a la crisis aérea. No es la primera vez ni será la última que los militares aparecen en lo alto de esta lista. Las misiones en el exterior les han dado protagonismo en los telediarios, en las primeras páginas de los periódicos. A ese primer puesto del ránking de valoración también ha contribuido, y mucho, que cada vez que las cosas van mal, quienes dan la cara por la ciudadanía son ellos.

http://www.larazon.es/noticia/6692-el-o ... -preparado
Saludos


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Mensaje por ZULU 031 »

REUNIÓN SECRETA ESTE JUEVES
Sanz Roldán explicará en el Congreso el trabajo del CNI en Afganistán


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Grandeza y servidumbre militar.

Mensaje por AFOCES »

Grandeza y servidumbre militar
Los militares se han ganado a pulso el prestigio que hoy tienen por haberse mantenido al margen de la política
JOSÉ MARÍA CARRASCAL .ABC. (12/12/2010)

Si alguien nos hubiera dicho que a los 35 años de morir Franco, el Ejército sería el estamento más apreciado del país, le tomaríamos por loco o por uno de esos nostálgicos irreductibles que abundan entre nosotros. Pero ahí tienen la última encuesta del CIS mostrándolo, con datos que lo corroboran. El primero, que el 47 por ciento de los españoles piensa que la democracia funciona «poco o nada», mientras el 54, se declara insatisfecho con la Constitución, inclinándose por cambiarla. Claro que luego la inmensa mayoría reconoce desconocerla. Cosas nuestras, que pasamos de la euforia a la indignación sin intermedios, que es lo que nos está pasando ante las desgracias que nos llueven, la última, esa sombra de dopaje de nuestros atletas más ilustres. En este contexto, se entiende que el Ejército se haya encaramado desapercibida y calladamente a la cima de nuestras consideraciones, mientras la clase política se hunde, consiguiendo una calificación de 2,8 sobre 10.

¿Qué han hecho los militares para ganarse esa medalla? Pues cumplir con su deber. Hacer lo que se les ordenaba lo mejor que podían, sin alardes ni quejas, sin importar lo difícil o desagradable del trabajo encomendado. Poniéndose al día en las técnicas de su profesión que, como todas, está sufriendo cambios continuos, y sirviendo, además, de elemento integrador de la oleada inmigrante que España viene experimentando. Sin pedir aplausos ni siquiera aumentos de sueldo. Si todos los españoles hubiéramos hecho lo que ellos, nuestro país no estaría hoy a la cola de la recuperación económica. Esto lo ve la ciudadanía, harto de que la mientan, y el resultado se refleja en la encuesta del CIS.

Sólo veo un peligro en ello: que los políticos, desbordados por la situación y por sus errores, dándose cuenta de la popularidad del Ejército, intenten utilizarlo para resolver sus problemas, como ocurrió tantas veces en nuestra historia. Incluso se ha apreciado un conato de ello en la militarización de los controladores. Esperemos que quede ahí, porque traspasarlo sería fatal para todos. Los militares se han ganado a pulso el prestigio que hoy tienen precisamente por haberse mantenido por completo al margen de la política tras la intentona de Tejero. Es esa actitud lo que les trae la admiración general en un momento en que los políticos alcanzan sus horas más bajas. De ahí también la tentación para ambas partes de convertirlos de nuevo en «salvadores de la patria». Incluso puede pedírselo un pueblo poco ducho en democracia y amigo de soluciones fáciles, en vista de que los dos grandes partidos no se ponen de acuerdo en resolver los grandes problemas. Si queremos una democracia digna de tal nombre, los españoles tenemos que acostumbrarnos a resolver nuestros problemas, no a que nos los resuelvan, el Ejército incluido. Sólo nos faltaría eso.
Saludos


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Mensaje por ZULU 031 »

La investigación del Cougar continúa con una prueba clave

http://www.abc.es/20101216/espana/inves ... 01216.html


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Las FAS, la institución más valorada.

Mensaje por AFOCES »

Las Fuerzas Armadas, la institución mejor valorada
José A. García González. Revista Atenea.(12/12/2010)
(Publicado en el Diario La Razón, 12 de diciembre de 2010)
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), correspondiente al mes de noviembre, sitúa a las Fuerzas Armadas como la institución más valorada por los españoles, seguida inmediatamente por la Corona. ¿Responde esta preferencia a una actuación puntual de los militares, ante una circunstancia concreta, o es que en la sociedad española se percibe a las Fuerzas Armadas como una organización fiable que, eludiendo cualquier tipo de protagonismo, reacciona con prontitud y eficacia ante cualquier situación, por difícil y arriesgada que sea, que altere el funcionamiento normal de la sociedad española? Cualquier persona, sin valoraciones ni prejuicios subjetivos, reconoce que la confianza de la opinión pública española sobre sus Fuerzas Armadas se ha consolidado en los últimos tiempos de tal forma, que esta situación privilegiada en tan destacado puesto no es una casualidad, sino el fruto de una actitud y un trabajo útil a lo largo de los últimos años.

Pero el camino que han tenido que recorrer los militares españoles para llegar a esta situación ha sido largo y difícil. Considerada por unos como una organización aislada y ajena a los problemas de la sociedad, vista por otros como sustentadora de regímenes totalitarios, o herramienta costosa y poco útil para el desarrollo de la nación, los componentes de las Fuerzas Armadas de este pasado tan próximo cargaron con la pesada cruz de la incomprensión de los ciudadanos durante muchos años. Bien preparados, aunque mal pertrechados, y frecuentemente incomprendidos, supieron mantener ese espíritu permanente de servicio a España y a los españoles, lo que ha permitido alcanzar el nivel de prestigio que ahora disfrutan los ejércitos españoles. Ni la alfabetización de la población española que se incorporaba al servicio militar obligatorio desde regiones deprimidas ni el permanente apoyo en situaciones de catástrofes, tan valorado hoy en día como apenas destacado entonces, por poner sólo algunos ejemplos, fueron motivo para prestigiar a la institución.

La proyección exterior, materializada en operaciones militares en numerosos escenarios, muy lejos de nuestras fronteras, con enorme sacrificio y riesgo permanente, la profesionalidad contrastada con la de nuestros aliados, la disponibilidad sin límites, e incluso la entrega generosa de vidas jóvenes en aras del cumplimiento del deber han sido factores determinantes para que los españoles hayan conocido a sus Fuerzas Armadas y las apoyen y admiren. Por eso, en situaciones difíciles y comprometidas, cuando otras organizaciones del Estado no son capaces de afrontar los problemas y resolverlos con prontitud y eficacia, la sociedad española vuelve los ojos hacia sus militares, porque saben que ellos, «sin pedir ni rehusar», como dijo Calderón de la Barca, están preparados y dispuestos para ayudar a sus conciudadanos, y servir ejemplarmente a los intereses de la nación.

¿Pero existen razones para que una institución como la militar responda a retos ante los que otros fallan?; ¿están hechos los soldados de forma diferente a la del resto de los españoles? Naturalmente que no. ¿Dónde está entonces la diferencia? Probablemente en la educación que reciben en las academias y centros de formación militares. Mientras en todos los niveles educativos, y en casi todos los centros, con escasas excepciones, se ha abandonado la enseñanza de valores fundamentales y superiores, en las Fuerzas Armadas, junto a los conocimientos científicos, humanísticos y tecnológicos, se enseñan esos valores, entre los que cabe destacar la vocación de servicio a los demás.

Por ello, los españoles saben que sus Ejércitos están siempre disponibles y no les fallarán jamás.
Saludos


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Mensaje por ZULU 031 »

El Ejército de 2010 “versus” al de 1910: los soldados sirven a la Patria y a los ciudadanos

Acaba de publicarse el sondeo del CIS sobre la percepción de los ciudadanos españoles sobre la situación que se vive en la España actual. La encuesta coloca al Ejército como la institución más valorada, a continuación la Monarquía y muy detrás se encuentra la Justicia y por último el Sistema Político.

En varios medios han escrito prestigiosos militares, sociólogos y columnistas habituales, también se ha debatido en las tertulias de radio y televisión. He escuchado reiteradamente la expresión de “mejora del Ejército democrática”, lo cual me hace pensar que nuestras Fuerzas Armadas, entre las que me incluyo, a pesar de encontrarme en situación de reserva, por razones inexorables de los años, no han sabido transmitir a la sociedad la razón de ser de los que hemos dedicado nuestras vidas a servir a España y a sus ciudadanos.

Aunque parezca una contradicción, afirmo que el Ejército de 1970 es exactamente igual al de 2010. ¿Qué ha variado?: tecnologías y medios más sofisticados y el cambio sociológico del soldado conscripto al profesional de la milicia. Todo ello podrá hacer a unas Fuerzas Armadas, en su conjunto, más eficaces para cumplir su misión de garantizar los intereses nacionales más allá de la política y de servir en todo momento a los españoles, llegando incluso al sacrificio de la vida de sus integrantes, pero los pilares fundamentales y básicos, por supuesto morales, que sustentan, desde el pasado y sustentarán en el futuro la actuación de los soldados españoles, se basan en el honor, la lealtad y la disciplina, por poner tres virtudes que nunca pueden faltar, y ellas las tenían los hombres que servían a la Patria en los siglos precedentes, como las mujeres y hombres que la sirven actualmente y la servirán en el futuro.

[img]http://www.belt.es/expertos/imagenes/Soldados%20Tetuán.jpg[/img]
Plaza española en la ciudad marroquí de Tetuán en 1925

El Ejército por su propia estructura orgánica y su misión, nunca puede ser “democrático”, lo que no quiere significar que actúe al margen de la nación a la que sirve y se subordine al Gobierno y las Instituciones elegidas democráticamente, o las que la Historia ha concedido como un bien para España, como es la Corona.

La inmensa mayoría de los generales actuales, recibieron sus despachos de tenientes firmados por el general Franco, al que sirvieron con lealtad, no por motivos ideológicos, sino por ser los militares “personas de Estado”. Tras su muerte, acataron con disciplina y con lealtad el nuevo régimen y los nuevos gobernantes, obedeciendo en todo momento al Gobierno, al ministro de Defensa, general Gutiérrez Mellado y a S.M. El Rey (q. D. g), Comandante en Jefe de los Ejércitos.

Aparentemente el 23 de febrero fue un intento de golpe de estado militar. Están los acontecimientos demasiado recientes para conocer la verdad, la cual, al igual que en el asesinato del Presidente del Gobierno, general Prim, en diciembre de 1869, es posible que nunca se conozcan, pero tanto en aquel atentado a la democracia como en el de 1981, no actuaron algunos militares “per se”, sino que detrás de ellos se promovieron reuniones políticas de dirigentes de partidos, en las cuales se alentó a un militar que tenía la confianza del Monarca, lo cual no quiere decir que tuviera su asentimiento, para promover un cambio político que, según ellos, España necesitaba.

Aquello fue una “chapuza”, pero no nos engañemos, no lo fue militar, aunque algunos de nuestro colectivo intervinieran, fueran el oprobio de la sociedad y al final fueran juzgados y condenados, lo fue política, porque los que estaban detrás de todo, “ni estaban ni se les esperaba”. La realidad es que la inmensa mayoría de las Fuerzas Armadas, junto con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se hicieron una piña en defensa del Estado de Derecho.

Imagen

Por todo lo anterior, sin abrogarme la representación de todos los Soldados, quiero exponer que hemos sido siempre los mismos: los que hemos aceptado el recorte de los derechos fundamentales, los que hemos sido ninguneados por el poder y los políticos; los que tenemos voluntad de servir y los que hemos jurado delante de nuestra Bandera defender a España y a sus ciudadanos, aunque ello nos lleve al sacrificio de nuestras vidas.

Rafael Vidal Delgado

Coronel de Artillería en la Reserva
Diplomado de Estado Mayor y de Estados Mayores Conjuntos
Diplomado en Inteligencia Militar Conjunta
Diplomado en Mando de Unidades Paracaidistas


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El ocaso de la sanidad militar.

Mensaje por AFOCES »

El ocaso de la sanidad militar
Francisco Gallego Aranda. Atenea. (22 de diciembre de 2010)

La crisis del Cuerpo Militar de Sanidad viene arrastrándose desde hace tiempo. La razón es muy simple: los médicos militares quieren dejar de serlo. Dado que el problema es la falta de motivación, sólo las iniciativas en este sentido pueden impedir la desaparición del Cuerpo. No es una exageración. La marcha de médicos de las Fuerzas Armadas ha sido constante y en aumento desde hace ya algunos años. Las incorporaciones, por el contrario, han ido disminuyendo hasta reducirse a cero. Hay factores exógenos como la enorme demanda de médicos en el ámbito civil y su más sencilla labor de captación. Pero desde un punto de vista interno la cuestión es que las Fuerzas Armadas han dejado de competir en este mercado laboral. En pocos años el Cuerpo se habrá extinguido totalmente aunque oficialmente no se haya declarado en extinción.

Los problemas para cubrir las necesidades de las Fuerzas Armadas, especialmente las misiones en el exterior, han ido agravándose. Defensa ha ido centralizando y gestionando cada vez a más alto nivel la disponibilidad de estos profesionales. El número de médicos disponibles para misiones se ha tratado de mantener ampliando cada vez más las condiciones de disponibilidad, siendo el último capítulo de esta estrategia la cancelación de la exención por guarda legal. A partir de ahora la conciliación laboral y familiar no será para todos los militares. El problema sin embargo no se solucionará, porque se actúa sobre la consecuencia y no sobre la causa. Sólo cambios que afecten a la motivación de los médicos pueden invertir la tendencia.

¿Por qué los médicos militares no quieren seguir siéndolo? No conozco datos oficiales sobre encuestas, ni tengo conocimiento de que se haya publicado ninguno, a diferencia de otros Cuerpos en que sí se ha hecho, pero sí he podido recoger opiniones en diversos ámbitos. La creencia más generalizada es que los médicos desean compatibilizar su trabajo en las Fuerzas Armadas con su actividad privada como hacen sus colegas civiles, retributiva y laboralmente mejor tratados, y que la participación en misiones lo dificulta o lo impide. A mi modo de ver, esta afirmación, pese a ser básicamente certera, merece ser muy matizada. Desde siempre los médicos militares han compartido su actividad privada con su servicio en las Fuerzas Armadas y desde siempre han estado peor pagados y en peores condiciones laborales, entendiendo como tales los horarios, la disponibilidad o la permanencia geográfica. Históricamente esto ha sido así, y sin embargo en no pocas ocasiones la medicina militar ha gozado de un prestigio superior a la civil entre los propios profesionales de la medicina, razón por la cual no le han faltado aspirantes.

Si bien es cierto que en el momento actual las Fuerzas Armadas están realizando más misiones en el exterior, también lo es que, por su propia naturaleza, los militares siempre han tenido que ausentarse por temporadas de su domicilio por maniobras o navegaciones. Entonces ¿por qué lo que antes no era tan preocupante sí lo es ahora? ¿Qué más ha pasado en estos últimos años? Echando una breve ojeada a la historia reciente del CMS, comprobaremos que ha sufrido una enorme transformación, quizá la mayor de todos los que componen las FAS. En primer lugar la unificación. Por lejano que se vea este cambio, sus efectos se han ido haciendo sentir con el paso de los años.

El dejar de ser oficial del Ejército de Tierra, del Aire o de la Armada para integrarse en uno de los Cuerpos Comunes ha implicado forzosamente un enorme cambio de mentalidad. Los médicos, a diferencia de los jurídicos ó los interventores, acompañan a las unidades en sus misiones hasta prácticamente la primera línea de fuego. Su identificación con el ejército en el que prestaban servicio era grande. Reducirlos a Cuerpo Común ha creado sensación de desarraigo en lo profesional y desde luego en lo vocacional. Eliminar de un plumazo la historia y tradiciones de un Cuerpo Militar es un elevado riesgo, en una institución donde estos elementos tienen mucha influencia en la captación de personal. A las pruebas me remito, basta comprobar cuántos militares han recogido la vocación de sus padres, tíos o abuelos.

Por otro lado, la desaparición de los hospitales militares ha ido eliminando sus mejores expectativas de trayectoria profesional, limitando su labor a consultas y primeros auxilios, importantísimos en el ámbito militar, pero insuficientes desde el punto de vista vocacional del médico. Por último, la elevada demanda de médicos en misión, ya en plena crisis del CMS, ha sido gestionada teniendo en cuenta exclusivamente los intereses de la Institución pero no de sus miembros. Una sabia política de personal es aquella que es capaz de cohonestar ambas cosas. Si los recursos disminuyen lo lógico es adecuar la actividad a ellos, y no explotarlos hasta su agotamiento. Los recursos humanos tampoco escapan a esa lógica. Las soluciones que sólo tienen en cuenta el corto plazo suelen salir muy costosas en el futuro. La consecuencia es clara: la Sanidad Militar concebida como un simple "poole" de médicos disponibles para todas las misiones es insostenible y está condenada a desaparecer.
Nota :Francisco José Gallego Aranda es Teniente de Navío y Licenciado en Derecho
Saludos


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Recursos y otras cosas.

Mensaje por AFOCES »

Podría ser un número agraciado en el sorteo de la Lotería Nacional de ayer, pero es desgraciadamente un número más doloroso. Son los recursos que a día de hoy han tenido entrada en el Mando de Apoyo al Personal del Ejército, contra artículos de la Ley 39/2007 de la Carrera Militar.

Mientras en las encuestas se valora positivamente a la Institución castrense; mientras las palabras pronunciadas estos días en Afganistán y Líbano por responsables ministeriales hablan de sacrificios, de libertades y de seguridades; mientras se nos usa –bandeja de rancho en mano– como incentivo en luchas políticas sucesorias o en corregir desaciertos reiterados en la gestión de nuestro espacio aéreo, sufren las Fuerzas Armadas recortes sangrantes, incluidos sueldos e incentivos y podemos llegar a vender a precio de saldo desde los pocos terrenos que restan de un patrimonio trabajosamente conseguido por las generaciones que nos precedieron, hasta un batallón de carros «Leopard» a Arabia Saudí o un submarino a quien de más, en el mercado de invierno. Súmenle menos horas de vuelo, menos carburantes para ejercicios, menos mantenimiento y cuidado de instalaciones. ¡Realmente estamos para que nos feliciten! Mientras todo esto pasa, 17.112 cuadros de mando del Ejército han recurrido una mal concebida y no consensuada Ley de la Carrera Militar. Sobre un colectivo de 25.800 mandos –jefes, oficiales y suboficiales– y teniendo en cuenta que algún recurrente puede haber presentado más de un recurso, hablamos de un 65% de contestación, elevada a órganos judiciales. No hablo de firmas recogidas, ni de cartas de adhesión. Hablo de recursos que exigen abogado, procurador, provisión de fondos, sacrificio familiar.

Serían suficientes estas cifras para que dimitiesen de sus cargos actuales y de sus escaños quienes hicieron posible que esta ley se publicase en el Boletín Oficial del Estado y pedir públicamente perdón por el innecesario desgarro producido en una institución más que respetuosa con el ordenamiento constitucional y con las alternancias políticas, que –luego– innecesaria y cínicamente, éstas ensalzan. Se ha jugado con el peligroso juego del «no a la guerra» en el que incluso se suprime esta palabra de nuestras ordenanzas y ahora se pretende suprimir el término «disciplina» en las calificaciones personales de los cuadros, cuando ésta es una de las columnas vertebrales que sostienen aptitudes y actitudes de las gentes de armas.

Todo viene de personas desconectadas de la realidad en la que viven nuestras tropas, teñidas de frustraciones personales e influenciadas por lecturas mal digeridas de los decretos de Manuel Azaña. Se transfieren al amiguismo político puestos de altos cargos reservados a funcionarios, bien colando con nocturnidad un artículo en un real decreto o bien por un simple «paso por el arco del triunfo». Ahora que se había conseguido mejorar la coordinación con Exteriores situando a un uniformado en el gabinete de su ministro, modelo que funcionó hace años, ha sido inmediatamente relevado por una persona cuyo nivel intelectual no le llega al Capitán de Navío Santiago Barber, ni a la suela de su zapato.

Todo se produce cuando se quiere arrancar con otra Ley –la que insisto debería llamarse de Deberes y Derechos y no al contrario– que lleva ocho prórrogas en su trámite parlamentario y que estos días, tras derrotar una propuesta parlamentaria de UPyD que pedía fuese devuelta al Gobierno, parece programarse para el mes de abril de 2011, cuando un mes después nos enfrentemos a un transcendente periodo electoral. Por supuesto el proyecto de esta ley es un compromiso del Gobierno, pero con los antecedentes de la anterior, se mira con recelo y sin respaldo y cuando se sabe que quienes a última hora manosearán el texto proceden, como en la anterior, de un «envidiable» comunismo cubano o de la extrema izquierda nacionalista gallega.

Hoy sabemos que 43 alumnos de la última promoción han pedido la baja en la Academia General Militar de Zaragoza. Se suprimió el acceso por oposición y se dio importancia definitiva a las notas de Selectividad de 17 diferentes comunidades autónomas. No será que no avisamos del cisma que se produciría. Cierto que en el sistema anterior las solicitudes habían disminuido. Pero el engaño de un título de Ingeniería contestado por sectores importantes de la propia Universidad de Zaragoza y por el Colegio Profesional correspondiente y la posibilidad de obtener un «sueldo del Estado» no han sido suficientes para completar una promoción. Para ello hace falta vocación, concepto éste que rechina a nuestros gestores políticos.

Mientras se suprimen 3.000 efectivos de Tropa para 2011, mientras se reducen los complementos específicos y de dedicación especial en clara discriminación con los de otros ministerios, mientras el vacío de «ley habilitante» producido por la repetida Ley de la Carrera Militar que derogó totalmente la 50/1969 de Movilización Nacional es tema de discusión jurídica generalizada al tratar el tema del Estado de Alarma al que fue sometido el colectivo de los controladores, sigue sin producirse un debate serio y consensuado sobre las Fuerzas Armadas.

Éstas seguirán viviendo a golpe de la oportunidad del momento, de la orientación partidista gobernante y de ambiciones personales. ¡Estamos de enhorabuena!
LA RAZÓN.- 22 Diciembre 10 - Luis Alejandre
http://www.larazon.es/noticia/4837-17-112
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La guerra que oculta Defensa.

Mensaje por AFOCES »

Cada vez que Carme Chacón habla de la misión de Afganistán insiste en que es la más compleja y arriesgada de cuantas desarrollan las Fuerzas Armadas en el exterior, pero rara vez informa de los constantes ataques a los que se ve sometido el contingente desplegado en el país asiático. Entre los pasados 1 de septiembre y 31 de octubre, las tropas sufrieron 21 ataques por parte de la insurgencia. El Ministerio de Defensa informó de uno, mientras daba parte hasta tres veces del reparto de ayuda humanitaria.
http://www.larazon.es/noticia/2081-la-g ... ta-defensa
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La Pascua Militar.

Mensaje por AFOCES »

Carlos III
LA RAZÓN.(6 Enero 11). Luis Alejandre.

«Como expresión de júbilo por la recuperación de Menorca del poder de los ingleses... S.M el Rey Carlos III queriendo dar al Ejército de España y se sus Indias una muestra de su real aprecio, ordenó a los Virreyes, Capitanes Generales, Gobernadores y Comandantes Militares reuniesen a las guarniciones y presidios y notificasen su regia felicitación...»

Carlos III (1759-1788) había heredado una España mutilada –Gibraltar y Menorca– por la Guerra de Sucesión. En la paz que siguió a la Guerra de los Siete Años (1756-1763), priorizó la recuperación de La Habana y Manila sobre aquellas plazas. La deuda seguía pendiente, cuanto bloqueó por dos veces Gibraltar. Fracasados los intentos, prosperó la idea de conquistar Menorca. El alejado esfuerzo naval inglés ante el levantamiento independentista de sus colonias norteamericanas fue aprovechado como «baza estratégica». Menorca se conquistó a base de bloqueo naval, tren de sitio, artillería, zapadores e infantería, es decir, mediante sacrificio y esfuerzo de guerra. Se inició un 6 de enero de 1782. Tres descargas de fusilería anunciaban el comienzo del asalto al Castillo de San Felipe en el puerto de Mahón, donde se defendía el grueso de las tropas inglesas, que un mes después firmaban su rendición. Si hoy levantase la cabeza el buen Rey Ilustrado, se alegraría de ver a tanto uniformado en su Palacio de Oriente, en un acto presidido por un descendiente suyo, sexto de una compleja línea sucesoria, sostenida a veces por regencias, quebrada por dos repúblicas y una dictadura.

Sentiría que el Rey Juan Carlos ha sabido hacerse «querer y respetar» –precisamente por este orden, como marcan las Ordenanzas– por sus tropas. Que también es afable, cercano, puntual, quizás menos frugal en las comidas, pero que conserva intacto un sentido profundo de su responsabilidad como Monarca. Se consolaría comparando sus dificultades económicas con las actuales. No en balde Esquilache fue Ministro de Hacienda y de la Guerra. Dos tercios del presupuesto se dedicaban a Ejército y Armada, lo que le obligó a realizar la primera emisión de títulos de deuda pública, llamados vales reales. Hoy, comprobaría que se dedica a Defensa un 1% de lo que llamaría Renta Nacional, pero arrastrando un endeudamiento en programas militares (40.000 millones de euros) que representa cuatro veces el presupuesto anual total del Ministerio. Estaría contento viendo las gradas de sus arsenales de Ferrol y Cartagena trabajando a buen rendimiento. Deberíamos explicarle los programas europeos del Eurofighter y del A-400 para que comprendiese la sangría que representan, teóricamente compensada por los beneficios de la cooperación industrial y de la integración europea. ¿Desde cuándo no estamos en guerra con Inglaterra?, preguntaría, ¿y Gibraltar? No acabaría de comprender que para 325 plazas de tropa y marinería para 2011, se presenten 15.000 aspirantes, con lo que le costó movilizar quintas y levas e incluso vaciar cárceles para completar sus unidades y guarniciones. Preguntaría por sus Ordenanzas de 1768. Le explicaríamos que se mantuvieron prácticamente intactas, hasta hace pocos años.

Luego, con un «buenismo» a la moda se desposeyeron de términos guerreros y se deslegalizaron, pasando de Ley de Cortes a Real Decreto de Gobierno. Esta filosofía se ha aplicado a otras leyes. Hoy no hay «motines de Esquilache», pero mas de veinte mil recursos han sido cursados contra una Ley de la Carrera Militar, por Jefes y Oficiales de los Ejércitos y de la Armada a instancias judiciales. Se alegraría de saber que mas de tres mil soldados sirven fuera de nuestras fronteras con buena moral y mejor eficacia, porque mantienen firme el sentido vocacional de la profesión de las armas. Localizaría bien al Líbano, pero habría que explicarle dónde está la tierra afgana. Estas tropas están hoy muy bien consideradas por la sociedad a la que sirven, aunque sufren frecuentes desengaños, normalmente en períodos de promesas y pactos electorales. Aquella costosa y magnífica obra que terminó Juan Martín Zermeño en 1779 en Montjuïc para proteger Barcelona, se «fundió» en un mitin del Palacio de Sant Jordi hace siete años. Poco faltó para que pasase lo mismo con el Alcázar de Toledo, hoy recuperado Señor, como Museo del Ejército, no sin concesiones y esfuerzos.

Comprobaría que conservamos el Himno Nacional que implantó en 1770, aunque hayamos sido incapaces de ponerle letra y que nuestra Bandera sigue siendo la de la Armada, instituida como nacional en 1785. También ha sufrido y sufre frecuentes ataques, y no de Inglaterra precisamente.

Poco más, Señor. No pelean «golillas» contra «arandistas», pero no andamos mal de confrontaciones sociales y políticas. Ya no somos potencia y el sol se pone cada día en nuestros dominios. Seguimos con la práctica del «chichibeo», bien alimentada en amplios medios de comunicación por «petrimetres», aquel arquetipo de su tiempo feminizado y sofisticado que S.M. odiaba. Hemos vuelto a los matrimonios de conveniencia. Los emigrantes son diferentes de los que colonizaron Sierra Morena con Pablo de Olavide. A las conmemoraciones patrióticas y religiosas las llamamos «puentes» o «acueductos». No obstante, a pesar de todo, las gentes de armas, siguen fieles a unos valores que S.M. bien conoce. Gracias, Señor, por hacernos recordar estas cosas.
¡Feliz Pascua Militar, querido y respetado rey Carlos III !
Saludos


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Mensaje por tercioidiaquez »

Alguien que cuando le ofrecieron la posibilidad de enviar a las familias de los fallecidos en el Yak en un avión militar a Turquía, para recoger los restos de sus caídos, exclamó que las FAS no eran una agencia de viajes, debéría tener la poca verguenza, si le queda, de no intentar dar lecciones de moral, mas cuando a lo mejor tiene muchas cosas que callar.


“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
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Mensaje por brenan »

tercioidiaquez escribió:Alguien que cuando le ofrecieron la posibilidad de enviar a las familias de los fallecidos en el Yak en un avión militar a Turquía, para recoger los restos de sus caídos, exclamó que las FAS no eran una agencia de viajes, debéría tener la poca verguenza, si le queda, de no intentar dar lecciones de moral, mas cuando a lo mejor tiene muchas cosas que callar.


:acuerdo: :claps: :claps: :claps:

Tercio, definitivamente tienes poderes paranormales, ni que me estuvieses leyendo el pensamiento, cuando escribía el post, me parecía muy fuerte ponerlo pero es una de las cosas que no hacen a este y al gallego registrador , santo de mi devoción


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Re: Pascua Militar.

Mensaje por AFOCES »

Aceptando la animadversión por el autor. Me quieres decir, brenan, por favor, sobre el artículo: ¿en qué no estás de acuerdo?
Saludos.


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brenan
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Mensaje por brenan »

Contra el contenido del articulo , nada , estimado Afoces, pero las lecciones de moral dependiendo de quien vengan, solo para recapacitar sobre el contenido, no olvidando nunca que debiera predicar con el ejemplo y en su caso admitir su metedura de pata y solicitar disculpas.
Se me había olvidado añadir al "ex" del cuerpo jurídico en la lista de santos que no son de mi devoción
No es óbice que no sean santos de mi devoción para admitir que tambien hayan hecho cosas bien hechas, pero insisto en el ejemplo de la actuación personal, antes de lanzar sermones evangelizadores, que dependiendo de quien vengan pierden fuerza por lo negativo de su actitud en ciertos momentos

Admito que si puede existir esa animadversión personal

Un saludo para ti tambien apreciado Afoces y valoro lo que has pretendido transmitir posteando ese articulo


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Re: Pascua mulitar

Mensaje por AFOCES »

Estimado brenan:

Este tema lleva por título : “Noticias relativas a la Política de Defensa” y, personalmente, me parece que es adecuado para colgar artículos de otros autores más que opiniones propias aunque nada impide añadirlas. Creo que es suficiente considerar los artículos de interés sin que ello indique que se está o no de acuerdo con el contenido o con el autor. (Aprovecho para decir que con el que comentamos estoy de acuerdo).

No tengo información para juzgar la trayectoria profesional del general Alejandre aunque sí como intelectual . Considero que escribe muy bien – lo que no es sencillo – y expone asuntos de interés siempre con mucha claridad y brevedad lo que es de agradecer.

Hace tiempo el general Alejandre escribió un artículo sobre el deterioro del Cuerpo de Sanidad Militar que me gustó y hasta creo que lo remití a este mismo tema. Pocos días mas tarde le contestó un comandante médico, en excedencia, en unos términos durísimos en los que le acusaba no de lo que decía en el artículo sino que no hubiese dicho aquellas cosas cuando estaba en activo - pues fue JEME y podía haber influido en solucionarlas -.También me gustó la contestación del médico y te aseguro que no me pasó por la imaginación pensar que también lo podía haber escrito cuando estaba en activo.

Como curiosidad añado la carta por si no la conoces:

No, mi General:
(Carta al Excmo. Sr. Gral . de Ejército D. Luis Alejandre Sinde).

Tras haber leído su artículo sobre el estado de la Sanidad Militar, no puedo por menos, mi General, que hacerle las siguientes consideraciones:
No me sorprende que sea ahora, y no cuando ostentaba V.E, el máximo cargo del Ejército de Tierra, que plantee su preocupación por el actual estado de las cosas, éstas ya eran así cuando V.E mandaba, y no le oímos en ningún momento expresar esa preocupación; no nos llegó de V.E ninguna solución a los problemas que eran los mismos que ahora; no vimos que transmitiera al Ministro de Defensa, de tan lamentable recuerdo, su indignación por el desmantelamiento de la red sanitaria militar, ni por el cierre del hospital militar de Sevilla, “un caso sangrante“ dice V.E ahora; no notamos su aliento cuando salíamos repetidamente a misiones en muchas ocasiones en precario, solo importaba que estuvieran cubiertas, sin que los sanitarios planteáramos “problemas”; no vimos que nos resolviera ninguna de nuestras necesidades tanto de servicio como personales; y desde luego, y esto es lo peor, tampoco vimos muestras de que le preocupara la atención que se le daba a los militares en condiciones de riesgo, ya que, si conocía la situación, ésta nunca se arregló, todo lo contrario, como es patente en la actualidad, y si no la conocía, peor, un Jefe siempre debe saber las necesidades de sus subordinados y empeñarse en solucionarlas.

Dicen, mi General, que “Cada uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice “, por todo lo anterior, sea ahora V,E, dueño de lo que calle, pues tuvo oportunidad, deber y posibilidad de haber evitado la situación actual, o por lo menos de haberse enfrentado con claridad a los que la promovieron o consintieron.

Aunque lo que sí nos quedo claro es, en palabras suyas, que...” El Ejército no organiza viajes a Cancún “.
Madrid 26 de Mayo de 2010.

Comandante Médico ( Excedencia )
Antonio Bendala Ayuso.
DNI. 51.343.988-F. Madrid

Un abrazo y Feliz Año


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