La 2ª Batalla del Pacífico
- flanker33
- Teniente Coronel
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- Registrado: 18 Jun 2005, 12:02
Diario de Operaciones
21 de octubre de 1989:
-El día 21 amaneció en el mar de la China Meridional con una gran iluminación, la producida por la explosión y el fuego que se elevaba al cielo proveniente de la refinería de petróleo de Petronas en Kertih, en la costa malaya. Con la destrucción de dicha refinería, toda la producción de los pozos de la zona se vio interrumpida, y por lo tanto las exportaciones quedaron detenidas durante varios meses. Cuando concluyeron las investigaciones preliminares del “incidente” unas semanas después, se llegó a la conclusión que la explosión se había producido por un sabotaje mediante la colocación de varios explosivos en sitio clave de la refinería. Después se sabría que un equipo de “Spetznatz” navales fueron los artífices de su destrucción. Inmediatamente la seguridad en todas las refinerías y pozos petrolíferos de la región fue incrementada, y las armadas de Malasia, Indonesia, Tailandia y Singapur dedicaron todas sus unidades a salvaguardar sus importantes fuentes de ingresos.
-A lo largo de ese mismo día, y en la misma zona, como si de una campaña soviética contra el tráfico de petróleo estuviese en marcha, tres petroleros que navegaban en solitario fueron hundidos, mientras que en los cinco días anteriores de conflicto tan solo se había hundido uno. Desde que se detectaran las primeras minas en el estrecho de Malacca y teniéndose constancia de la presencia de al menos tres submarinos soviéticos, la US Navy y las fuerzas navales australianas y neozelandeses, comenzaron una serie de patrullas por las zonas más amenazadas, a la vez que intentaban organizar algún tipo de convoy para llevar suministros vía marítima a Japón y a Corea del Sur. El Constellation y su grupo de escoltas, que todavía se encontraban cera de las costas orientales japonesas, se desplazaba hacia el sur para proporcionar cobertura aérea antes algún posible ataque aéreo soviético al tráfico naval comercial.
Dos de los tres ataques a los petroleros fueron obra de un solo submarino, el B-427, que con 18 años en sus cuadernas y con un nivel poco silencioso para los estándares de la época, se había revelado como un gran “corsario” contra el tráfico comercial y a los dos petroleros, se le habían añadido otros tres buques mercantes los días anteriores.
-Los convoyes de tropas de refuerzos norteamericanos hacia Corea y Japón continuaban su transito hacia el Pacífico occidental. El que transportaba el grueso del material pesado, los suministros y una brigada de la 25º División de infantería Ligera, se encontraba cruzando la línea internacional de cambio de fecha, y hacia él navegaba ahora el grupo del portaviones Enterprise para proporcionarle defensa aérea ante posibles ataques de bombarderos soviéticos de largo alcance.
De los otros dos grandes convoyes que transitaban ahora por el Pacífico Oriental, el que transportaba a la 1ª División de Marines iba casi 500 millas por delante del que llevaba a la 4º División de Infantería Mecanizada, que había zarpado 24 horas después.
Los portaviones Nimitz y Ranger, junto con sus respectivos grupos de ataque, habían zarpado de la costa oeste el día anterior y ahora navegaban para acercarse a los convoyes a los que proporcionarían cobertura. El Nimitz navegaría más al norte y algo avanzado, mientras que el Ranger se posicionaría cera del primer convoy. Tardarían en llegar entre diez y catorce días a su destino.
-El detonante de la campaña norteamericana contra los SSBN enemigos fue el hundimiento del USS Michigan, un SSBN clase Ohio, la noche del día 19, a manos de un Victor III, que se encontraba rumbo a Hawai. A medio camino entre la Aleutianas y dichas islas, se topó con el SSBN enemigo casi a “tiro de piedra”, apenas una milla cuando ambos se detectaron casi al mismo tiempo. La suerte estuvo del lado soviético que logró esquivar un torpedo norteamericano y al mismo tiempo, uno de sus dos “pescados” cazó al “boomner” enemigo. Había sido como si dos agujas se encontrar en un enorme pajar, pura coincidencia, pero aquella coincidencia iba a dictar el curso de muchos acontecimientos posteriores, y en cierta medida el desenlace de la guerra en el Pacífico.
Cuando el Pentágono se enteró del suceso, presionó al presidente Bush, especialmente la US Navy, para que autorizase levar a termino la estrategia de pre-guerra que suponía el ataque a los submarinos lanza misiles nucleares enemigos, en sus propias aguas si era necesario, para obtener una ventaja estratégica y forzar a los comunistas a la negociación.
La Casa Blanca dio luz verde, y los primero frutos de aquella orden se obtuvieron la madrugada del 20 al 21. Dos SSBN clase Yankee I y un Delta I, fueron hundidos a lo largo del Golfo de Alaska y al sur de las Aleutianas, mientras que otro Delta I, en la mañana del 21, fue atacado y hundido a unas 250 millas al este de la península de Kamchatka. Para la localización de los SSBN soviéticos, la red de escuchas submarinas de los EEUU en el Pacífico norte tuvo una gran importancia, ya que tres de los submarinos hundidos, habían sido localizados y seguidos por dicha red hasta que los SSN dieron cuenta de ellos. El autor de esta última victoria, el USS Flying Fish, un SSN de la clase Sturgeon, fue acosado por un grupo ASW formado por una fragata clase Krivak y dos corvetas clase Petya, al recibir un aviso del Delta I antes de que fuera hundido. Tras dos incesantes horas de jugar al gato y al ratón, y cuando el submarino norteamericano creía haber escapado, un Il-38 May proveniente de un aeródromo cercano a Petropavlosk, lo localizó y lo hundió con un solo torpedo.
Mientras, en el mar de Okhotsk un SSN clase Los Angeles, el USS Buffalo, intentaba penetrar en uno de los “bastiones” donde los Delta III patrullaban. Al intentar entrar en dicha zona de patrulla, el Buffalo se encontró en medio de un campo de minas que protegía a los SSBN, y un sistema PMT-1, lanzó un torpedo que lo partió por la mitad.
Otro intento de colarse en el "bastión" por parte del USS Tunny, fue abortado al encontrarse descubierto y acosado por los aviones de patrulla ASW provenientes de Sakhalin y los helicópteros Ka-27 Helix del portaviones Kiev. Finalmente logró evadir a los atacantes y viró hacia el sur, para volver a intentarlo al día siguiente.
En el primer día de la campaña anti-SSBN, cuatro de ellos habían sido hundidos, por dos “Hunter/Killers” norteamericanos.
-En Corea, con las primeras luces del alba del día 21, el 820º Cuerpo Acorazado norcoreano con la 105º División Acorazada a la cabeza, y acompañada de tres Brigadas Acorazadas y una Mecanizada, partieron desde el sur de la ciudad de Gapyeong, y cruzando la nacional 60, se dirigían en un ataque de dos ejes, el principal Yangpyeong-Icheon y otro secundario Yangpyeong-Yeoju, para alcanzar la nacional 50 en un primer paso, para luego dirigirse al sur, hacia Taejon. Con fuerte apoyo aéreo de la aviación frontal soviética y de la artillería del cuerpo, los norcoreanos penetraron a través de las líneas surcoreanas con relativa facilidad. El general Sharp, comandante en jefe de las fuerzas de la ONU en Corea, se había adelantado a la ofensiva enemiga, y había ordenado a sus tropas, dos divisiones de infantería del ejército territorial surcoreano, que careciendo de la potencia de fuego suficiente, se retiraran en orden, ofreciendo resistencia allí donde el terreno lo permitiese, pero sin trabarse en ningún combate serio. Mientras los refuerzos norteamericanos se desplazaban hacia la zona.
Los tres regimientos de la 3º División de Marines y casi toda su artillería se había dirigido al sector de Seúl, para participar en la defensa de la capital, que en aquel momento pendía de un hilo, pero el 1º Batallón Acorazado, con sus 70 tanques M-60 y otros 70 Humvee armados con TOW, y el 1º Batallón de Infantería ligera acorazada, con sus más de 100 vehículos LAV en sus varias configuraciones, se unieron a la 2ª Brigada de la 25º D. de Infantería que hacía escasas horas que llegaba al área de Icheon. Dichas formaciones formaron la Task Force McGrady, por el nombre del comandante de la Brigada de infantería, y junto con los helicópteros Cobra que quedaban del 4/501º Batallón de Aviación, se dirigieron hacia Yangpyeong para enfrentarse al enemigo.
Mientras, los prometidos A-10 de Alaska se encontraban a medio camino, en la isla norteamericana de Adak, a la espera de realizar el segundo “salto” hasta Misawa al día siguiente.
continuara...
21 de octubre de 1989:
-El día 21 amaneció en el mar de la China Meridional con una gran iluminación, la producida por la explosión y el fuego que se elevaba al cielo proveniente de la refinería de petróleo de Petronas en Kertih, en la costa malaya. Con la destrucción de dicha refinería, toda la producción de los pozos de la zona se vio interrumpida, y por lo tanto las exportaciones quedaron detenidas durante varios meses. Cuando concluyeron las investigaciones preliminares del “incidente” unas semanas después, se llegó a la conclusión que la explosión se había producido por un sabotaje mediante la colocación de varios explosivos en sitio clave de la refinería. Después se sabría que un equipo de “Spetznatz” navales fueron los artífices de su destrucción. Inmediatamente la seguridad en todas las refinerías y pozos petrolíferos de la región fue incrementada, y las armadas de Malasia, Indonesia, Tailandia y Singapur dedicaron todas sus unidades a salvaguardar sus importantes fuentes de ingresos.
-A lo largo de ese mismo día, y en la misma zona, como si de una campaña soviética contra el tráfico de petróleo estuviese en marcha, tres petroleros que navegaban en solitario fueron hundidos, mientras que en los cinco días anteriores de conflicto tan solo se había hundido uno. Desde que se detectaran las primeras minas en el estrecho de Malacca y teniéndose constancia de la presencia de al menos tres submarinos soviéticos, la US Navy y las fuerzas navales australianas y neozelandeses, comenzaron una serie de patrullas por las zonas más amenazadas, a la vez que intentaban organizar algún tipo de convoy para llevar suministros vía marítima a Japón y a Corea del Sur. El Constellation y su grupo de escoltas, que todavía se encontraban cera de las costas orientales japonesas, se desplazaba hacia el sur para proporcionar cobertura aérea antes algún posible ataque aéreo soviético al tráfico naval comercial.
Dos de los tres ataques a los petroleros fueron obra de un solo submarino, el B-427, que con 18 años en sus cuadernas y con un nivel poco silencioso para los estándares de la época, se había revelado como un gran “corsario” contra el tráfico comercial y a los dos petroleros, se le habían añadido otros tres buques mercantes los días anteriores.
-Los convoyes de tropas de refuerzos norteamericanos hacia Corea y Japón continuaban su transito hacia el Pacífico occidental. El que transportaba el grueso del material pesado, los suministros y una brigada de la 25º División de infantería Ligera, se encontraba cruzando la línea internacional de cambio de fecha, y hacia él navegaba ahora el grupo del portaviones Enterprise para proporcionarle defensa aérea ante posibles ataques de bombarderos soviéticos de largo alcance.
De los otros dos grandes convoyes que transitaban ahora por el Pacífico Oriental, el que transportaba a la 1ª División de Marines iba casi 500 millas por delante del que llevaba a la 4º División de Infantería Mecanizada, que había zarpado 24 horas después.
Los portaviones Nimitz y Ranger, junto con sus respectivos grupos de ataque, habían zarpado de la costa oeste el día anterior y ahora navegaban para acercarse a los convoyes a los que proporcionarían cobertura. El Nimitz navegaría más al norte y algo avanzado, mientras que el Ranger se posicionaría cera del primer convoy. Tardarían en llegar entre diez y catorce días a su destino.
-El detonante de la campaña norteamericana contra los SSBN enemigos fue el hundimiento del USS Michigan, un SSBN clase Ohio, la noche del día 19, a manos de un Victor III, que se encontraba rumbo a Hawai. A medio camino entre la Aleutianas y dichas islas, se topó con el SSBN enemigo casi a “tiro de piedra”, apenas una milla cuando ambos se detectaron casi al mismo tiempo. La suerte estuvo del lado soviético que logró esquivar un torpedo norteamericano y al mismo tiempo, uno de sus dos “pescados” cazó al “boomner” enemigo. Había sido como si dos agujas se encontrar en un enorme pajar, pura coincidencia, pero aquella coincidencia iba a dictar el curso de muchos acontecimientos posteriores, y en cierta medida el desenlace de la guerra en el Pacífico.
Cuando el Pentágono se enteró del suceso, presionó al presidente Bush, especialmente la US Navy, para que autorizase levar a termino la estrategia de pre-guerra que suponía el ataque a los submarinos lanza misiles nucleares enemigos, en sus propias aguas si era necesario, para obtener una ventaja estratégica y forzar a los comunistas a la negociación.
La Casa Blanca dio luz verde, y los primero frutos de aquella orden se obtuvieron la madrugada del 20 al 21. Dos SSBN clase Yankee I y un Delta I, fueron hundidos a lo largo del Golfo de Alaska y al sur de las Aleutianas, mientras que otro Delta I, en la mañana del 21, fue atacado y hundido a unas 250 millas al este de la península de Kamchatka. Para la localización de los SSBN soviéticos, la red de escuchas submarinas de los EEUU en el Pacífico norte tuvo una gran importancia, ya que tres de los submarinos hundidos, habían sido localizados y seguidos por dicha red hasta que los SSN dieron cuenta de ellos. El autor de esta última victoria, el USS Flying Fish, un SSN de la clase Sturgeon, fue acosado por un grupo ASW formado por una fragata clase Krivak y dos corvetas clase Petya, al recibir un aviso del Delta I antes de que fuera hundido. Tras dos incesantes horas de jugar al gato y al ratón, y cuando el submarino norteamericano creía haber escapado, un Il-38 May proveniente de un aeródromo cercano a Petropavlosk, lo localizó y lo hundió con un solo torpedo.
Mientras, en el mar de Okhotsk un SSN clase Los Angeles, el USS Buffalo, intentaba penetrar en uno de los “bastiones” donde los Delta III patrullaban. Al intentar entrar en dicha zona de patrulla, el Buffalo se encontró en medio de un campo de minas que protegía a los SSBN, y un sistema PMT-1, lanzó un torpedo que lo partió por la mitad.
Otro intento de colarse en el "bastión" por parte del USS Tunny, fue abortado al encontrarse descubierto y acosado por los aviones de patrulla ASW provenientes de Sakhalin y los helicópteros Ka-27 Helix del portaviones Kiev. Finalmente logró evadir a los atacantes y viró hacia el sur, para volver a intentarlo al día siguiente.
En el primer día de la campaña anti-SSBN, cuatro de ellos habían sido hundidos, por dos “Hunter/Killers” norteamericanos.
-En Corea, con las primeras luces del alba del día 21, el 820º Cuerpo Acorazado norcoreano con la 105º División Acorazada a la cabeza, y acompañada de tres Brigadas Acorazadas y una Mecanizada, partieron desde el sur de la ciudad de Gapyeong, y cruzando la nacional 60, se dirigían en un ataque de dos ejes, el principal Yangpyeong-Icheon y otro secundario Yangpyeong-Yeoju, para alcanzar la nacional 50 en un primer paso, para luego dirigirse al sur, hacia Taejon. Con fuerte apoyo aéreo de la aviación frontal soviética y de la artillería del cuerpo, los norcoreanos penetraron a través de las líneas surcoreanas con relativa facilidad. El general Sharp, comandante en jefe de las fuerzas de la ONU en Corea, se había adelantado a la ofensiva enemiga, y había ordenado a sus tropas, dos divisiones de infantería del ejército territorial surcoreano, que careciendo de la potencia de fuego suficiente, se retiraran en orden, ofreciendo resistencia allí donde el terreno lo permitiese, pero sin trabarse en ningún combate serio. Mientras los refuerzos norteamericanos se desplazaban hacia la zona.
Los tres regimientos de la 3º División de Marines y casi toda su artillería se había dirigido al sector de Seúl, para participar en la defensa de la capital, que en aquel momento pendía de un hilo, pero el 1º Batallón Acorazado, con sus 70 tanques M-60 y otros 70 Humvee armados con TOW, y el 1º Batallón de Infantería ligera acorazada, con sus más de 100 vehículos LAV en sus varias configuraciones, se unieron a la 2ª Brigada de la 25º D. de Infantería que hacía escasas horas que llegaba al área de Icheon. Dichas formaciones formaron la Task Force McGrady, por el nombre del comandante de la Brigada de infantería, y junto con los helicópteros Cobra que quedaban del 4/501º Batallón de Aviación, se dirigieron hacia Yangpyeong para enfrentarse al enemigo.
Mientras, los prometidos A-10 de Alaska se encontraban a medio camino, en la isla norteamericana de Adak, a la espera de realizar el segundo “salto” hasta Misawa al día siguiente.
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Diario de Operaciones
22 de octubre de 1989
-El domingo 22 de octubre fue un día aciago para la fuerza submarina soviética con base en Cam Rahm y que ahora operaba en el Mar de la China Meridional. El primer submarino en ser hundido al amanecer, fue un SSG clase Juliett que acababa de lanzar sus 3 misiles SS-N-3 convencionales contra dos petroleros que navegaban a más de 100 millas del submarino y separados entre si por más de 50 millas, gracias a los datos proporcionados por un Bear de reconocimiento que volaba dentro del espacio aéreo vietnamita. Detectado por el radar de un P-3 Orión neozelandés a unas 80 millas cuando realizaba los preparativos para lanzar sus misiles en superficie, el avión se dirigió a toda velocidad hacia el submarino enemigo. Cuando llegó, el Juliett terminaba de sumergirse, y todavía era claramente visible la estela que había dejado en la superficie. El Orión lanzó algunos cohetes para intentar dañar al SSG, pero tan solo logró alarmar a la tripulación del submarino. Este intentó escapar sumergiéndose debajo de la capa térmica y maniobrando con la esperanza de desorientar a su perseguidor, pero fue inútil. El Orión lanzó varia sonoboyas activas y tenía perfectamente fijada la localización del enemigo. Lanzó un torpedo Mk-46 que impactó en el casco del Juliett, pero este, y debido a su resistente estructura se negó a irse al fondo del mar. Hizo falta que el P-3 “kiwi” lanzase otro torpedo para acabar finalmente con la singladura del submarino soviético. Su tripulación nunca supo que uno de los petroleros a los que había disparado explotó en medio del océano convertido en una hoguera inmensa, mientras que el segundo se escapó, al fallar el misil que iba dirigido a él.
La segunda baja para los comunistas, fue un SSK clase Kilo que logró burlar la escolta exterior de uno de los primeros convoyes que se había formado y se coloco a distancia para disparar dos torpedos a sendos buques mercantes. Estos fueron alcanzados y uno de ellos se hundió, mientras que el otro quedó a la deriva sin propulsión ni timón. Pero la reacción no se hizo esperar, mientras los escoltas lo azuzaban con sus sonares activos, los SH-60 lo seguían con sus sonoboyas pasivas. El Kilo intentó confundirse con el grueso de los mercantes que ahora aceleraban todo lo que sus maquinas daban de si, a la vez que viraban en zigzag para tratar de evitar otro torpedo, pero dos SeaHawk lo tenían firmemente enganchado, y en un ataque conjunto, lanzaron sendos torpedos a proa y popa del submarino. Logró evitar uno, pero otro impactó en su proa, haciendo volar su sala de torpedos, destruyendo inmediatamente el resto de la nave.
El tercero, fue hundido al atardecer cuando la fragata ligera Kasturi, de la armada Malaya, detectó en las inmediaciones de una importante refinería en la costa oeste de Borneo al segundo de los Kilos que operaba en aquellas latitudes. Intentando repetir lo conseguido casi 48 horas antes en otra refinería, el SSK y su equipo de Spetznatzs se aproximaban a la costa para lanzar una incursión de madrugada contra las instalaciones petroleras. Para su desgracia, los malayos previendo un ataque a esa refinería, habían reforzado su seguridad en gran medida. Un S-61 del 7º escuadrón y proveniente de la base de Kuching, había lanzado una línea de sonoboyas pasivas justo en la trayectoria que avanzaba el Kilo. Alertado de un débil contacto, avisó a la fragata que se encontraba en las proximidades, y cuando esta llegó, comenzó a martillar el agua con su sonar activo. Treinta segundos después localizaba firmemente al submarino y abría fuego con sus cohetes ASW. El SSK logró escapar de la primera hondonada, pero la segunda logro un impacto limpio y a través de u a grieta en el casco, comenzó a inundarse. Pese a soplar aire en sus tanques, no pudo compensar los litros de agua que entraban en la nave y se hundió sin más remedio. Al estar en aguas poco profundas y disponer de un equipo de infiltración, algunos marinos y spetznatzs lograron salvarse, para verse apresados al llegar a la superficie por la marinería de la Kasturi.
La única alegría para los soviéticos ese día en el Mar de la China Meridional, aparte de haber hundido un petrolero y un mercante y haber averiado otro, fue la llegada al puerto de Cam Ranh sano y salvo del B-427, que tras haber minado las salidas del estrecho de Malaca y cobrarse varias piezas, arribaba a puerto para rearmarse.
-En el Mar de Okhotsk, al capitán Barret, del USS Tunny, tras hundir los primeros días del conflicto un SSGN Echo-II y haber burlado la vigilancia soviética de las Kuriles septentrionales para adentrarse en dicho mar, no le sentó muy bien el tener que haber salido con el rabo entre las piernas el día anterior, ante la presión a que fue sometida su nave por los medios ASW del enemigo. Barret, agresivo por naturaleza, quería realizar otro intento de acabar con algún “boomer” enemigo, y a lo largo de todo el día fue colocándose en posición, para al llegar la noche, cuando los aviones y helicópteros enemigos tienen menor operabilidad, y tras haber estudiado y repasado lo sucedido el día anterior, finalmente logró encontrar una de las entradas al refugio de un SSBN clase Delta III. La entrada estaba guardada por una Krivak, de la cual hubo de esconderse para lograr entrar en la zona de patrulla del “boomer” sin ser detectado. La cara del capitán Barret se iluminó al informarle el sonar de la presencia del Delta-III. Su reacción no se hizo esperar y en cuanto tuvo una solución de tiro precisa, lanzó tres torpedos MK-48, que tras una corta carrera, reventaron al submarino soviético. En un alarde de pericia submarina, el Tunny logró escapar del campo de minas y de sus perseguidores, que tras tres horas de hostigamiento, finalmente perdieron la pista del submarino norteamericano.
El nerviosismo cundió entre los mandos de la Flota Roja y los dirigentes políticos. Aquel había sido el primer ataque con éxito en uno de los bastiones defensivos de los SSBN de su país.
En otro episodio diferente, otro SSBN clase Yankee I, de camino a su zona de patrulla en el golfo de Alaska fue detectado por los sensores submarinos del fondo del oceano, el equivalente a la red SOSSUS en el Pacifico, a doscientas millas al sur de la isla de Atka, en las Aleutianas. Alertada la estación correspondiente, esta ordenó a un Orión del VQ-6 que se dirigiese a la zona para intentar hundirlo. Pese a los repetidos intentos de la tripulación del avión de lograr un contacto firme, el mal estado del mar aquel día hacía que lograrlo fuera tremendamente difícil. Incluso llegaron a lanzar unos de sus torpedos hacia una posición supuesta, pero no hubo suerte. Avisado el USS Sam Houston, que cargado de Seals, se desplazaba hacia el Pacífico noroccidental, y que estaba relativamente cerca del evasivo contacto, este realizó una búsqueda concienzuda durante dos horas y media, y al final obtuvieron éxito. Dos torpedos lanzados a popa del Yankee I, y de los que la tripulación soviética no llegaron a enterarse, eliminaban a otro submarino lanzamisiles balísticos soviéticos.
Pero no todo fueron buenas noticias para la US Navy aquel día. El USS Hawkbill, después de haberse cobrado un Foxtrot los primeros días y haber mantenido al mando al corriente de los desplazamientos de la flota soviética en las cercanías de Vladivostok, fue destruido por una mina al intentar asaltar otra zona protegida de un Delta III.
-Los militares y políticos japoneses deseaban vengar el ataque a Misawa y el hundimiento del Hiei. Propusieron a los norteamericanos atacar al Grupo de Superficie del Frunze, mediante un raid aéreo, pero estos lo consideraban demasiado arriesgado, mientras su mejor barco antiaéreo estuviese además bajo el paraguas de la aviación de caza soviética con base en tierra, pero dijeron a los japoneses que verían con buenos ojos un segundo ataque a Burevestnik y al radar que había salido indemne del primer ataque, como medio para acabar definitivamente con una amenaza tan cercana. Los japoneses aceptaron y a primera hora de la mañana, los F-1 del 8º escuadrón y los F-15 del 203º escuadrón, apoyados por los dos únicos F-4G que quedaban en Misawa y un E.-2, repitieron el ataque contra la isla de Iturup. El resultado fue bueno para los aliados, la base volvió a ser alcanzada y la pista puesta fuera de combate así como algunos edificaciones que había salido indemnes del primer ataque. Al menos 9 Mig,s fueron destruidos en tierra, mientras que otros 7 lo eran en el aire por los misiles de los F-15. Finalmente el segundo radar de descubierta aérea en Iturup fue destruido por el impacto directo de un HARM, a la vez que dos F-1 remataban la faena con sus equipos asociados. El precio no fue pequeño, dos F-15 y cuatro F-1 derribados fueron el precio por la reedición de Strong Determination.
Pero no acabaron aquí los éxitos de los nipones aquel día. Un SSK clase Yushio, el Nadashio, logró hundir a un Foxtrot norcoreano cuando este se aproximaba al estrecho de Tutshima.
Pero también Japón recibió su parte de castigo el 22 de octubre. Un escuadrón de 12 Badgers atacó la base de Chitose, en Hokkaido, intentando repetir el éxito conseguido días atrás contra la flotilla del Hiei. Esta vez los cazas japoneses estaban preparados y en cuanto la red de defensa aérea dio la señal de alarma, los F-15 se lanzaron a por los bombarderos. Pero los soviéticos también sabían jugar, y los Tu-16 iban escoltados por Su-27 y Mig-23, los cuales se enfrentaron a los cazas japoneses que les salieron al paso, y mientras estos se enganchaban en una enconada lucha, los Tu-16 pudieron lanzar sus misiles sin apenas oposición. Tan solo uno de ellos fue derribado al conseguir un Eagle evadirse de la escolta y alcanzarlo en retirada. El balance fue de cinco aparatos japoneses derribados por seis soviéticos.
De los 24 misiles que se lanzaron contra Chitose, dos fueron interceptados por los últimos F-15 que habían despegado de la base y que no se habían visto envueltos en la lucha con los cazas soviéticos, y tres más fueron derribados por misiles Hawk. Otros siete fueron a caer en las cercanías de la base, impactando uno de ellos en una escuela de primaria, de la cercana ciudad de Chitose, que estaba siendo evacuada en ese momento. Más de treinta niños murieron en el acto. Los doce misiles que acertaron su objetivo produjeron un daño moderado. Los F-15 estaban en vuelo, combatiendo o en sus refugios blindados, y tan solo lograron destruir dos helicópteros que hacían funciones SAR y utilitarios. Varios edificios fueron dañados, incluyendo una subestación eléctrica y la residencia de oficiales. 27 muertos y 51 heridos fue el balance humano que se cobró el ataque. De los 2,7 kilómetros de pista, tan solo una pequeña parte de la cabecera de la pista 36L, fue afectada, y las operaciones de vuelo volvieron a reanudarse sin demasiados problemas.
Continuara con la lucha por Corea...
P.D. - Este y otros relatos han contado con la inestimable colaboración y ayuda del compañero forista sergiopl.
22 de octubre de 1989
-El domingo 22 de octubre fue un día aciago para la fuerza submarina soviética con base en Cam Rahm y que ahora operaba en el Mar de la China Meridional. El primer submarino en ser hundido al amanecer, fue un SSG clase Juliett que acababa de lanzar sus 3 misiles SS-N-3 convencionales contra dos petroleros que navegaban a más de 100 millas del submarino y separados entre si por más de 50 millas, gracias a los datos proporcionados por un Bear de reconocimiento que volaba dentro del espacio aéreo vietnamita. Detectado por el radar de un P-3 Orión neozelandés a unas 80 millas cuando realizaba los preparativos para lanzar sus misiles en superficie, el avión se dirigió a toda velocidad hacia el submarino enemigo. Cuando llegó, el Juliett terminaba de sumergirse, y todavía era claramente visible la estela que había dejado en la superficie. El Orión lanzó algunos cohetes para intentar dañar al SSG, pero tan solo logró alarmar a la tripulación del submarino. Este intentó escapar sumergiéndose debajo de la capa térmica y maniobrando con la esperanza de desorientar a su perseguidor, pero fue inútil. El Orión lanzó varia sonoboyas activas y tenía perfectamente fijada la localización del enemigo. Lanzó un torpedo Mk-46 que impactó en el casco del Juliett, pero este, y debido a su resistente estructura se negó a irse al fondo del mar. Hizo falta que el P-3 “kiwi” lanzase otro torpedo para acabar finalmente con la singladura del submarino soviético. Su tripulación nunca supo que uno de los petroleros a los que había disparado explotó en medio del océano convertido en una hoguera inmensa, mientras que el segundo se escapó, al fallar el misil que iba dirigido a él.
La segunda baja para los comunistas, fue un SSK clase Kilo que logró burlar la escolta exterior de uno de los primeros convoyes que se había formado y se coloco a distancia para disparar dos torpedos a sendos buques mercantes. Estos fueron alcanzados y uno de ellos se hundió, mientras que el otro quedó a la deriva sin propulsión ni timón. Pero la reacción no se hizo esperar, mientras los escoltas lo azuzaban con sus sonares activos, los SH-60 lo seguían con sus sonoboyas pasivas. El Kilo intentó confundirse con el grueso de los mercantes que ahora aceleraban todo lo que sus maquinas daban de si, a la vez que viraban en zigzag para tratar de evitar otro torpedo, pero dos SeaHawk lo tenían firmemente enganchado, y en un ataque conjunto, lanzaron sendos torpedos a proa y popa del submarino. Logró evitar uno, pero otro impactó en su proa, haciendo volar su sala de torpedos, destruyendo inmediatamente el resto de la nave.
El tercero, fue hundido al atardecer cuando la fragata ligera Kasturi, de la armada Malaya, detectó en las inmediaciones de una importante refinería en la costa oeste de Borneo al segundo de los Kilos que operaba en aquellas latitudes. Intentando repetir lo conseguido casi 48 horas antes en otra refinería, el SSK y su equipo de Spetznatzs se aproximaban a la costa para lanzar una incursión de madrugada contra las instalaciones petroleras. Para su desgracia, los malayos previendo un ataque a esa refinería, habían reforzado su seguridad en gran medida. Un S-61 del 7º escuadrón y proveniente de la base de Kuching, había lanzado una línea de sonoboyas pasivas justo en la trayectoria que avanzaba el Kilo. Alertado de un débil contacto, avisó a la fragata que se encontraba en las proximidades, y cuando esta llegó, comenzó a martillar el agua con su sonar activo. Treinta segundos después localizaba firmemente al submarino y abría fuego con sus cohetes ASW. El SSK logró escapar de la primera hondonada, pero la segunda logro un impacto limpio y a través de u a grieta en el casco, comenzó a inundarse. Pese a soplar aire en sus tanques, no pudo compensar los litros de agua que entraban en la nave y se hundió sin más remedio. Al estar en aguas poco profundas y disponer de un equipo de infiltración, algunos marinos y spetznatzs lograron salvarse, para verse apresados al llegar a la superficie por la marinería de la Kasturi.
La única alegría para los soviéticos ese día en el Mar de la China Meridional, aparte de haber hundido un petrolero y un mercante y haber averiado otro, fue la llegada al puerto de Cam Ranh sano y salvo del B-427, que tras haber minado las salidas del estrecho de Malaca y cobrarse varias piezas, arribaba a puerto para rearmarse.
-En el Mar de Okhotsk, al capitán Barret, del USS Tunny, tras hundir los primeros días del conflicto un SSGN Echo-II y haber burlado la vigilancia soviética de las Kuriles septentrionales para adentrarse en dicho mar, no le sentó muy bien el tener que haber salido con el rabo entre las piernas el día anterior, ante la presión a que fue sometida su nave por los medios ASW del enemigo. Barret, agresivo por naturaleza, quería realizar otro intento de acabar con algún “boomer” enemigo, y a lo largo de todo el día fue colocándose en posición, para al llegar la noche, cuando los aviones y helicópteros enemigos tienen menor operabilidad, y tras haber estudiado y repasado lo sucedido el día anterior, finalmente logró encontrar una de las entradas al refugio de un SSBN clase Delta III. La entrada estaba guardada por una Krivak, de la cual hubo de esconderse para lograr entrar en la zona de patrulla del “boomer” sin ser detectado. La cara del capitán Barret se iluminó al informarle el sonar de la presencia del Delta-III. Su reacción no se hizo esperar y en cuanto tuvo una solución de tiro precisa, lanzó tres torpedos MK-48, que tras una corta carrera, reventaron al submarino soviético. En un alarde de pericia submarina, el Tunny logró escapar del campo de minas y de sus perseguidores, que tras tres horas de hostigamiento, finalmente perdieron la pista del submarino norteamericano.
El nerviosismo cundió entre los mandos de la Flota Roja y los dirigentes políticos. Aquel había sido el primer ataque con éxito en uno de los bastiones defensivos de los SSBN de su país.
En otro episodio diferente, otro SSBN clase Yankee I, de camino a su zona de patrulla en el golfo de Alaska fue detectado por los sensores submarinos del fondo del oceano, el equivalente a la red SOSSUS en el Pacifico, a doscientas millas al sur de la isla de Atka, en las Aleutianas. Alertada la estación correspondiente, esta ordenó a un Orión del VQ-6 que se dirigiese a la zona para intentar hundirlo. Pese a los repetidos intentos de la tripulación del avión de lograr un contacto firme, el mal estado del mar aquel día hacía que lograrlo fuera tremendamente difícil. Incluso llegaron a lanzar unos de sus torpedos hacia una posición supuesta, pero no hubo suerte. Avisado el USS Sam Houston, que cargado de Seals, se desplazaba hacia el Pacífico noroccidental, y que estaba relativamente cerca del evasivo contacto, este realizó una búsqueda concienzuda durante dos horas y media, y al final obtuvieron éxito. Dos torpedos lanzados a popa del Yankee I, y de los que la tripulación soviética no llegaron a enterarse, eliminaban a otro submarino lanzamisiles balísticos soviéticos.
Pero no todo fueron buenas noticias para la US Navy aquel día. El USS Hawkbill, después de haberse cobrado un Foxtrot los primeros días y haber mantenido al mando al corriente de los desplazamientos de la flota soviética en las cercanías de Vladivostok, fue destruido por una mina al intentar asaltar otra zona protegida de un Delta III.
-Los militares y políticos japoneses deseaban vengar el ataque a Misawa y el hundimiento del Hiei. Propusieron a los norteamericanos atacar al Grupo de Superficie del Frunze, mediante un raid aéreo, pero estos lo consideraban demasiado arriesgado, mientras su mejor barco antiaéreo estuviese además bajo el paraguas de la aviación de caza soviética con base en tierra, pero dijeron a los japoneses que verían con buenos ojos un segundo ataque a Burevestnik y al radar que había salido indemne del primer ataque, como medio para acabar definitivamente con una amenaza tan cercana. Los japoneses aceptaron y a primera hora de la mañana, los F-1 del 8º escuadrón y los F-15 del 203º escuadrón, apoyados por los dos únicos F-4G que quedaban en Misawa y un E.-2, repitieron el ataque contra la isla de Iturup. El resultado fue bueno para los aliados, la base volvió a ser alcanzada y la pista puesta fuera de combate así como algunos edificaciones que había salido indemnes del primer ataque. Al menos 9 Mig,s fueron destruidos en tierra, mientras que otros 7 lo eran en el aire por los misiles de los F-15. Finalmente el segundo radar de descubierta aérea en Iturup fue destruido por el impacto directo de un HARM, a la vez que dos F-1 remataban la faena con sus equipos asociados. El precio no fue pequeño, dos F-15 y cuatro F-1 derribados fueron el precio por la reedición de Strong Determination.
Pero no acabaron aquí los éxitos de los nipones aquel día. Un SSK clase Yushio, el Nadashio, logró hundir a un Foxtrot norcoreano cuando este se aproximaba al estrecho de Tutshima.
Pero también Japón recibió su parte de castigo el 22 de octubre. Un escuadrón de 12 Badgers atacó la base de Chitose, en Hokkaido, intentando repetir el éxito conseguido días atrás contra la flotilla del Hiei. Esta vez los cazas japoneses estaban preparados y en cuanto la red de defensa aérea dio la señal de alarma, los F-15 se lanzaron a por los bombarderos. Pero los soviéticos también sabían jugar, y los Tu-16 iban escoltados por Su-27 y Mig-23, los cuales se enfrentaron a los cazas japoneses que les salieron al paso, y mientras estos se enganchaban en una enconada lucha, los Tu-16 pudieron lanzar sus misiles sin apenas oposición. Tan solo uno de ellos fue derribado al conseguir un Eagle evadirse de la escolta y alcanzarlo en retirada. El balance fue de cinco aparatos japoneses derribados por seis soviéticos.
De los 24 misiles que se lanzaron contra Chitose, dos fueron interceptados por los últimos F-15 que habían despegado de la base y que no se habían visto envueltos en la lucha con los cazas soviéticos, y tres más fueron derribados por misiles Hawk. Otros siete fueron a caer en las cercanías de la base, impactando uno de ellos en una escuela de primaria, de la cercana ciudad de Chitose, que estaba siendo evacuada en ese momento. Más de treinta niños murieron en el acto. Los doce misiles que acertaron su objetivo produjeron un daño moderado. Los F-15 estaban en vuelo, combatiendo o en sus refugios blindados, y tan solo lograron destruir dos helicópteros que hacían funciones SAR y utilitarios. Varios edificios fueron dañados, incluyendo una subestación eléctrica y la residencia de oficiales. 27 muertos y 51 heridos fue el balance humano que se cobró el ataque. De los 2,7 kilómetros de pista, tan solo una pequeña parte de la cabecera de la pista 36L, fue afectada, y las operaciones de vuelo volvieron a reanudarse sin demasiados problemas.
Continuara con la lucha por Corea...
P.D. - Este y otros relatos han contado con la inestimable colaboración y ayuda del compañero forista sergiopl.
- flanker33
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Hola a todos,
debido a los quehaceres diarios y a varios imponderables, me veo incapacitado para concluir un relato sobre la guerra en Corea de una manera minimamente decente, así que dejo un mapa con las posiciones que ocuparían las principales unidades norcoreanas, las soviéticas y las norteamericanas al anochecer del día 22 de octubre. Disculpad mi pésima capacidad como "artista gráfico" para la elaboración del plano.
A ver si en no mucho tiempo puedo colgar algo sobre el siguiente paso en el Pacífico Norte, ya desde una vertiente más aeronaval, que comenzaría el día 23 de octubre.
Saludos.
debido a los quehaceres diarios y a varios imponderables, me veo incapacitado para concluir un relato sobre la guerra en Corea de una manera minimamente decente, así que dejo un mapa con las posiciones que ocuparían las principales unidades norcoreanas, las soviéticas y las norteamericanas al anochecer del día 22 de octubre. Disculpad mi pésima capacidad como "artista gráfico" para la elaboración del plano.
A ver si en no mucho tiempo puedo colgar algo sobre el siguiente paso en el Pacífico Norte, ya desde una vertiente más aeronaval, que comenzaría el día 23 de octubre.
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"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
- flanker33
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FURIA ÁRTICA
ALASKA
1º Parte
Era media mañana del 23 de octubre, pero en aquellas latitudes tan al norte seguía siendo noche cerrada cuando despegó el primer avión de la helada base de Mys Shmidta, en el extremo norte de la costa siberiana de la URSS. Eran una versión modificada del más moderno y poderoso bombardero soviético, el Tu-160, cuyas modificaciones eran tendentes a reducir su sección radar (RCS) para hacerlo más furtivo. Con pintura especial en las partes frontales del aparato, con modificaciones en los motores y materiales absorbente de radar en las tomas de aire, se había conseguido reducir cinco veces su RCS, hasta tener una “firma” equivalente a la de un caza del tamaño del Mig-29. Había sido modificado anteriormente al comienzo de la tensión entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, como parte de un programa de mejoras que la empresa Tupolev estaba llevando a cabo para potenciar su moderno bombardero. Iba equipado con media docena de misiles antirradar Kh-15P (AS-16 Kikcback en código OTAN), que lanzados a media cota, tenían un alcance de unas 80 millas, una velocidad de más de Mach 5 y muchas posibilidades de éxito de poner fuera de combate a los radares enemigos hacia los que se dirigiera.
El aparato tenía como objetivo las instalaciones del radar norteamericano en Thule, Groenlandia. Este, junto con el radar de Clear, en el centro de Alaska y el situado en la base de Fylingdales, en el Reino Unido, formaban parte de la red BMEWS, el sistema de detección y alerta temprana de misiles balísticos que la USAF operaba para detectar y seguir el lanzamiento de misiles intercontinentales soviéticos que despegaran con rumbo a los EEUU.
Junto con la denominada red de radares PAVE PAWS, (que con dos estaciones en ambas costas de EEUU, y cuya misión principal era la detección de misiles SLBM lanzados desde el Pacífico y el Atlántico), y la NWS (o Sistema de Alerta del Norte, una red de radares que iba desde Alaska hasta el extremo noreste de Canadá, y cuyo objetivo era la detección de bombarderos enemigos que siguiesen la ruta ártica), formaban la estructura principal de la red de alerta estratégica de los Estados Unidos.
En los minutos siguientes continuaron los despegues en la base soviética. Esta vez eran 3 Su-24 armados con dos misiles antirradiación Kh-58 (AS-11) y dos bombas de 500 kg cada uno, y que tenían por objetivo las tres estaciones de radar más noroccidentales de Alaska, desde Point Lay a Kotzebue. Volando bajo y rápido, la idea era sorprender a los defensores antes de que pudieran reaccionar y destruir los radares y parte de sus sistemas asociados. Del mismo modo, otros tres Fencer con igual armamento y por objetivos los radares suroccidentales, desde Tin City hasta Cape Newenham, despegaron desde la base de Anadyr. Tan solo los radares de Cold Bay, en la peninsula de Alaska, y el de King Salmon, se libraban del ataque de los Fencer.
Pero a este último lugar, y en concreto a la base aérea del mismo nombre que albergaba a los F-4E del escuadrón 110º de la ANG, iba dirigido la acometida de otro grupo de aviones soviéticos provenientes de la base aérea de Anadyr. Una docena de Tu-16 equipados con dos misiles-señuelos KRM-2 (AS-5) más dos Badgers equipados con sistemas ECM escoltándolos, tenían por misión atraer a los cazas norteamericanos lo más lejos posible hacia el sur, simulando un ataque contra su base, para que no pudieran intervenir en la verdadera batalla que se libraría bastante más al norte.
Con una misión similar de distraer, pero también de combatir y destruir al máximo número posible de cazas enemigos, despegaron de los dos pequeños aeródromos de Provideniya Bay y de Lavrentiya, en la península de Chukotka, dos escuadrones de Mig-29, provenientes de la reserva central del distrito militar de Moscú, para encontrarse con sus enemigos sobre la peninsula de Seward.
Los últimos en despegar de Mys Shmidta fueron dos “paquetes” formados cada uno por 22 Su-27 en tareas de escolta, y 10 Tu-22M, que iban armados con misiles antirradar Kh-22P (AS-4) y bombas de 500 Kg. El primer grupo tenía por objetivo primario las instalaciones petrolíferas de Prudhoe Bay, en la zona central de la costa norte de Alaska, y que suministraba casi un tercio del petróleo que se consumía en el resto de Estados Unidos, y como objetivos secundarios, las instalaciones de radar de largo alcance del NWS de Point Barrow y Oliktok, con sus emisores FPS-19 y FPS-23.
El segundo grupo, tenía si cabe una misión más importante todavía, la destrucción del complejo radar de Clear, los AN/FPS-50 y AN/FPS-92. Con la destrucción de esta instalación y la de Thule, asi como una buena parte de los radares de Alaska, los EEUU tendrían un grave problema en forma de “agujero” en sus sistemas defensivos, y la posibilidad de detectar y seguir un lanzamiento de misiles balísticos o de un “raid” de bombarderos, disminuía de una manera muy significativa. Esta era la respuesta que había ideado el alto mando soviético para responder a la campaña anti-SSBN que había puesto en marcha la US Navy, y que creían que serviría para equilibrar en cierta medida la balanza estratégica, y convencer a los norteamericanos que si seguían hundiendo “boomers”, ellos no iban a sentarse en la mesa de negociaciones, si no que contraatacarían y que llegados a cierto punto, podrían “colarse” por el hueco de las defensas enemigas.
Para enfrentarse a los soviéticos, la USAF había desplegado el 318º FIS con sus 18 F-15ª en la base avanzada de Galena, el 43º TFS en Elmendorf y el 54º TFS en Eielson, ambos con 18 Eagles, a los que se unía el ya citado 110º TFS de la ANG en King Salmon. Dos E-3 patrullaban los cielos orbitando, uno a 200 millas al oeste de Elmendorf y el otro a unas 200 millas al noroeste de Eielson, cubriendo ambos, la totalidad del oeste de Alaska.
Si bien el despliegue aéreo defensivo era considerable, no podía decirse lo mismo de su sistema de misiles SAM y baterias AAA, que tan solo contaba con el batallón de defensa aérea 1-88º de la Guardia Nacional, que con sus 18 Vulcan remolcados y 40 lanzadores Stingers, básicamente se limitaban a proteger Elmendorf y alrededores (Anchorage, Fort Richardson,…) y Eielson. Seis equipos de lanzadores Stingers se habían desplegado en Clear y otros seis en Prudhoe Bay. Estaba claro que los norteamericanos confiaban en sus cazas para mantener la seguridad de su estado número 49.
ALASKA
1º Parte
Era media mañana del 23 de octubre, pero en aquellas latitudes tan al norte seguía siendo noche cerrada cuando despegó el primer avión de la helada base de Mys Shmidta, en el extremo norte de la costa siberiana de la URSS. Eran una versión modificada del más moderno y poderoso bombardero soviético, el Tu-160, cuyas modificaciones eran tendentes a reducir su sección radar (RCS) para hacerlo más furtivo. Con pintura especial en las partes frontales del aparato, con modificaciones en los motores y materiales absorbente de radar en las tomas de aire, se había conseguido reducir cinco veces su RCS, hasta tener una “firma” equivalente a la de un caza del tamaño del Mig-29. Había sido modificado anteriormente al comienzo de la tensión entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, como parte de un programa de mejoras que la empresa Tupolev estaba llevando a cabo para potenciar su moderno bombardero. Iba equipado con media docena de misiles antirradar Kh-15P (AS-16 Kikcback en código OTAN), que lanzados a media cota, tenían un alcance de unas 80 millas, una velocidad de más de Mach 5 y muchas posibilidades de éxito de poner fuera de combate a los radares enemigos hacia los que se dirigiera.
El aparato tenía como objetivo las instalaciones del radar norteamericano en Thule, Groenlandia. Este, junto con el radar de Clear, en el centro de Alaska y el situado en la base de Fylingdales, en el Reino Unido, formaban parte de la red BMEWS, el sistema de detección y alerta temprana de misiles balísticos que la USAF operaba para detectar y seguir el lanzamiento de misiles intercontinentales soviéticos que despegaran con rumbo a los EEUU.
Junto con la denominada red de radares PAVE PAWS, (que con dos estaciones en ambas costas de EEUU, y cuya misión principal era la detección de misiles SLBM lanzados desde el Pacífico y el Atlántico), y la NWS (o Sistema de Alerta del Norte, una red de radares que iba desde Alaska hasta el extremo noreste de Canadá, y cuyo objetivo era la detección de bombarderos enemigos que siguiesen la ruta ártica), formaban la estructura principal de la red de alerta estratégica de los Estados Unidos.
En los minutos siguientes continuaron los despegues en la base soviética. Esta vez eran 3 Su-24 armados con dos misiles antirradiación Kh-58 (AS-11) y dos bombas de 500 kg cada uno, y que tenían por objetivo las tres estaciones de radar más noroccidentales de Alaska, desde Point Lay a Kotzebue. Volando bajo y rápido, la idea era sorprender a los defensores antes de que pudieran reaccionar y destruir los radares y parte de sus sistemas asociados. Del mismo modo, otros tres Fencer con igual armamento y por objetivos los radares suroccidentales, desde Tin City hasta Cape Newenham, despegaron desde la base de Anadyr. Tan solo los radares de Cold Bay, en la peninsula de Alaska, y el de King Salmon, se libraban del ataque de los Fencer.
Pero a este último lugar, y en concreto a la base aérea del mismo nombre que albergaba a los F-4E del escuadrón 110º de la ANG, iba dirigido la acometida de otro grupo de aviones soviéticos provenientes de la base aérea de Anadyr. Una docena de Tu-16 equipados con dos misiles-señuelos KRM-2 (AS-5) más dos Badgers equipados con sistemas ECM escoltándolos, tenían por misión atraer a los cazas norteamericanos lo más lejos posible hacia el sur, simulando un ataque contra su base, para que no pudieran intervenir en la verdadera batalla que se libraría bastante más al norte.
Con una misión similar de distraer, pero también de combatir y destruir al máximo número posible de cazas enemigos, despegaron de los dos pequeños aeródromos de Provideniya Bay y de Lavrentiya, en la península de Chukotka, dos escuadrones de Mig-29, provenientes de la reserva central del distrito militar de Moscú, para encontrarse con sus enemigos sobre la peninsula de Seward.
Los últimos en despegar de Mys Shmidta fueron dos “paquetes” formados cada uno por 22 Su-27 en tareas de escolta, y 10 Tu-22M, que iban armados con misiles antirradar Kh-22P (AS-4) y bombas de 500 Kg. El primer grupo tenía por objetivo primario las instalaciones petrolíferas de Prudhoe Bay, en la zona central de la costa norte de Alaska, y que suministraba casi un tercio del petróleo que se consumía en el resto de Estados Unidos, y como objetivos secundarios, las instalaciones de radar de largo alcance del NWS de Point Barrow y Oliktok, con sus emisores FPS-19 y FPS-23.
El segundo grupo, tenía si cabe una misión más importante todavía, la destrucción del complejo radar de Clear, los AN/FPS-50 y AN/FPS-92. Con la destrucción de esta instalación y la de Thule, asi como una buena parte de los radares de Alaska, los EEUU tendrían un grave problema en forma de “agujero” en sus sistemas defensivos, y la posibilidad de detectar y seguir un lanzamiento de misiles balísticos o de un “raid” de bombarderos, disminuía de una manera muy significativa. Esta era la respuesta que había ideado el alto mando soviético para responder a la campaña anti-SSBN que había puesto en marcha la US Navy, y que creían que serviría para equilibrar en cierta medida la balanza estratégica, y convencer a los norteamericanos que si seguían hundiendo “boomers”, ellos no iban a sentarse en la mesa de negociaciones, si no que contraatacarían y que llegados a cierto punto, podrían “colarse” por el hueco de las defensas enemigas.
Para enfrentarse a los soviéticos, la USAF había desplegado el 318º FIS con sus 18 F-15ª en la base avanzada de Galena, el 43º TFS en Elmendorf y el 54º TFS en Eielson, ambos con 18 Eagles, a los que se unía el ya citado 110º TFS de la ANG en King Salmon. Dos E-3 patrullaban los cielos orbitando, uno a 200 millas al oeste de Elmendorf y el otro a unas 200 millas al noroeste de Eielson, cubriendo ambos, la totalidad del oeste de Alaska.
Si bien el despliegue aéreo defensivo era considerable, no podía decirse lo mismo de su sistema de misiles SAM y baterias AAA, que tan solo contaba con el batallón de defensa aérea 1-88º de la Guardia Nacional, que con sus 18 Vulcan remolcados y 40 lanzadores Stingers, básicamente se limitaban a proteger Elmendorf y alrededores (Anchorage, Fort Richardson,…) y Eielson. Seis equipos de lanzadores Stingers se habían desplegado en Clear y otros seis en Prudhoe Bay. Estaba claro que los norteamericanos confiaban en sus cazas para mantener la seguridad de su estado número 49.
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- flanker33
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FURIA ÁRTICA
ALASKA
2ª Parte
El origen de Furia Ártica se remontaba quince meses atrás, cuando por parte del estado mayor de la Aviación Estratégica Soviética, se recopilaron y reformaron los planes que desde los peligrosos años 83 y 84 se habían presentado para responder a una agresión imperialista en el Pacífico. Se habían mantenido diversas variantes, para mantener una cierta flexibilidad, y por ejemplo, había versiones en las que los objetivos primarios eran las bases aéreas norteamericanas, otras en las que se atacaba principalmente a las fuerzas terrestres enemigas como paso previo a la invasión de determinadas zonas de Alaska, etc…
El plan que estaba en marcha aquella mañana era el que tenía por objetivos primordiales la red de defensa aérea, ampliado con el radar de Thule y las instalaciones de Prudhoe Bay. Dicho plan había sido simulado cuatro veces en los meses anteriores, dos de ellas mediante “Juegos de Guerra” de Estado Mayor, otra con potentes computadoras, y la última, cuatro meses atrás, mediante un ejercicio aéreo real en Siberia, aunque a menor escala y simulando también otras variantes. De todas ellas se habían sacado enseñanzas y conclusiones que se esperaban fueran de utilidad para aquella ocasión. Se habían ampliado bases, se habían acondicionado las más pequeñas, se había transportado combustible y municiones, se había preparado el número suficientes de personal de tierra, se había volado cerca del espacio aéreo enemigo para conocer sus defensas, y un sin fin de otras pequeñas cosas que harían que una operación tan compleja como aquella fluyese lo más “suavemente” posible. En conjunto, para el ataque sobre Alaska y Thule se iban a utilizar cuatro bases/aeródromos, más de cien aviones de combate y un gran número de soldados y tripulaciones, así como la red de radares y defensa aérea de la zona de operaciones.
Cuando el sol había salido ya por el horizonte, todas las formaciones estaban en vuelo rumbo a sus objetivos. Los Badgers de Anadyr iban protegidos por una barrera de contramedidas e impedía a los norteamericanos saber que se escondía detrás, mientras que a los Mig-29 y a las formaciones de ataque de Mys Shmidta volando alto, los tenían bien situados. Tan solo los Su-24 y el Tu-160, volando muy bajo, permanecían ocultos a los poderosos “ojos” de los radares imperialistas. Estos por su parte no se habían quedado quietos, y cuando comenzaron a vislumbrar lo que se les venía encima, pusieron en pie de guerra a todos sus efectivos. Por suerte para los americanos, su estado de alarma era total, y tras algunos indicios de una mayor actividad en la zona de Chukokta en los días y horas anteriores, sus cazas fueron capaces de despegar en un tiempo record. El último en hacerlo fue un Phantom de King Salmon tan solo quince minutos después de recibir la alarma.
Los 16 F-4E que habían despegado de esa base se unieron a los dos que había en la CAP a 230 millas al noroeste, para dirigirse hacia la “nube” ECM que perezosamente se desplazaba con rumbo este. Unos instantes después, los Fencer soviéticos irrumpieron en escena. A más de setenta millas de sus objetivos los soviéticos lanzaron sus Kh-58 en busca de sus presas. Dos de los operadores de radar, los de Cape Romanzof y el de Point Lay fueron lo suficientemente hábiles para apagar sus radares con la esperanza que los misiles enemigos se despistaran y no encontrasen sus radares. A este último no le sirvió de mucho, el misil encontro la antena del radar. El Kh-58 tenía un sistema de memoria que almacenaba la posición del emisor y se dirigía hacia ella, pero con este sistema también se degradaba algo las posibilidades de impacto, y fueron precisamente esas posibilidades las que permitieron escapar al radar de Cape Romanzof, al fallar los dos misiles lanzados contra él. Aunque no sería por demasiado tiempo, el Su-24 atacante, al comprobar que sus proyectiles no habían dado en el blanco, se dirigió hacia allí a toda velocidad y lanzó sus bombas con gran precisión sobre el radomo que cubría el radar AN/FPS-117. Mientras, los restantes Fencer también bombardeaban las infraestructuras asociadas a los radares de las demás estaciones. Todos, excepto uno lograron sus objetivos. El Su-24 que se disponía a iniciar una pasada de bombardeo sobre Cape Lisburne, se encontró con el crepitar de su señal de alarma de misiles de guiado radar. Dos Sparrows lanzados por F-15 del 318º que mantenían una CAP cerca de la zona, se aproximaban a gran velocidad. El soviético conecto sus equipo de contramedidas a la vez que se desprendía de sus bombas, para realizar un fuerte viraje a la izquierda. El primer misil pasó de largo, pero el segundo impacto a escasos metros del aparato, sufriendo éste graves desperfectos que le hicieron caer hacia el mar. Su piloto pudo eyectarse, pero no sobreviviría mucho tiempo, las corrientes lo arrastraron mar adentro y tras varios minutos, pese a su traje protector, termino muriendo de hipotermia.
Pese a ese contratiempo, la misión de los Su-24 fue un gran éxito, todos los radares atacados fueron destruidos, y en cuatro de las seis estaciones, sus sistemas asociados fueron destruidos o dañados.
Los cazas norteamericanos, pese al revés sufrido, siguieron con su carrera hacia los grupos de “bandidos” que ahora, y a medida que avanzaban hacia el este, estaban siendo detectados por los AWAC,s que patrullaban en el interior de Alaska, y que ahora se desplazaban ligeramente hacia el oeste.
Los Phantoms fueron los primeros en abrir fuego. Un grupo de veinticuatro aparatos enemigos se habían adelantado a la perturbación ECM y aparecía en la pantalla de uno de los E-3, volando en subsónico alto y nivelados, con rumbo hacia King Salmon. La nube de contramedidas se alejaba de nuevo hacia el oeste, seguramente de regreso a su base.
El controlador del E-3 guió a los pilotos en rumbo de interceptación hacia lo que parecía el ataque de un regimiento de bombarderos, seguramente Badgers. Si llegaban a situarse a poco más de 200 millas, podrían lanzar sus misiles AS-6 contra su base, y entonces la situación se volvería bastante peligrosa.
Cuando los F-4 lanzados hacía unos minutos llegaron a unirse con los 2 aparatos que estaban en la CAP, los supuestos bombarderos todavía no había alcanzado las costas de la isla de Nunivak. Los americanos se colocaron a distancia de disparo y en sus radares APQ-120 aparecieron los 24 blancos reflejados. Tras un reparto de objetivos entre los pilotos, los misiles Sparrow salieron de sus raíles rumbo a sus objetivos. Quince blancos fueron borrados de la pantalla del radar. Los pilotos estaban exultantes, la primera andanada había diezmado a los bombarderos enemigos, y ahora se preparaban para la segunda. De nuevo las estelas de los misiles cruzaba el cielo en busca de los supuestos Badgers. Todos los restantes, excepto uno, fueron destruidos. Cuando algunos se comenzaban a preguntar por lo extraño de aquel ataque, el misil-señuelo restante entró dentro del alcance visual de los Phantoms. El primer piloto que lo vio, se llevó una gran decepción. Informó al resto y al Sentry de lo que en realidad estaba formado el ataque enemigo. Múltiples insultos y maldiciones se escucharon por la radio, pero el operador del AWAC, que había intuido de lo que en realidad se trataba el ataque, tenía buenas razones para haber guiado a los cazas contra aquel grupo de señales en el radar. La primera y más importante era que realmente pudiera ser lo que parecía, un ataque de bombarderos enemigos, con apoyo de contramedidas, quizás escoltados por algunos grandes cazas como el Su-27, que en el radar eran imposibles de diferenciar de otros blancos de gran RCS como los Badgers. Simplemente era una amenaza que no podía obviarse. Otra posibilidad es que realmente fueran misiles rumbo a King Salmon, con un alcance enorme, y que los de inteligencia no hubiesen previsto. No era la primera sorpresa que los soviéticos daban a la OTAN y a los EEUU en la guerra.
De todas formas, el operador, también dolido por el engaño, guió de nuevo a 16 de los 18 de “sus” cazas hacia el norte para que trataran de unirse a la pelea que tenía lugar a 340 millas al noreste de la posición de los Phantoms. Los dos que habían estado en la Patrulla Aérea de Combate, tuvieron que regresar a King Salmon por falta de combustible para seguir en la batalla.
ALASKA
2ª Parte
El origen de Furia Ártica se remontaba quince meses atrás, cuando por parte del estado mayor de la Aviación Estratégica Soviética, se recopilaron y reformaron los planes que desde los peligrosos años 83 y 84 se habían presentado para responder a una agresión imperialista en el Pacífico. Se habían mantenido diversas variantes, para mantener una cierta flexibilidad, y por ejemplo, había versiones en las que los objetivos primarios eran las bases aéreas norteamericanas, otras en las que se atacaba principalmente a las fuerzas terrestres enemigas como paso previo a la invasión de determinadas zonas de Alaska, etc…
El plan que estaba en marcha aquella mañana era el que tenía por objetivos primordiales la red de defensa aérea, ampliado con el radar de Thule y las instalaciones de Prudhoe Bay. Dicho plan había sido simulado cuatro veces en los meses anteriores, dos de ellas mediante “Juegos de Guerra” de Estado Mayor, otra con potentes computadoras, y la última, cuatro meses atrás, mediante un ejercicio aéreo real en Siberia, aunque a menor escala y simulando también otras variantes. De todas ellas se habían sacado enseñanzas y conclusiones que se esperaban fueran de utilidad para aquella ocasión. Se habían ampliado bases, se habían acondicionado las más pequeñas, se había transportado combustible y municiones, se había preparado el número suficientes de personal de tierra, se había volado cerca del espacio aéreo enemigo para conocer sus defensas, y un sin fin de otras pequeñas cosas que harían que una operación tan compleja como aquella fluyese lo más “suavemente” posible. En conjunto, para el ataque sobre Alaska y Thule se iban a utilizar cuatro bases/aeródromos, más de cien aviones de combate y un gran número de soldados y tripulaciones, así como la red de radares y defensa aérea de la zona de operaciones.
Cuando el sol había salido ya por el horizonte, todas las formaciones estaban en vuelo rumbo a sus objetivos. Los Badgers de Anadyr iban protegidos por una barrera de contramedidas e impedía a los norteamericanos saber que se escondía detrás, mientras que a los Mig-29 y a las formaciones de ataque de Mys Shmidta volando alto, los tenían bien situados. Tan solo los Su-24 y el Tu-160, volando muy bajo, permanecían ocultos a los poderosos “ojos” de los radares imperialistas. Estos por su parte no se habían quedado quietos, y cuando comenzaron a vislumbrar lo que se les venía encima, pusieron en pie de guerra a todos sus efectivos. Por suerte para los americanos, su estado de alarma era total, y tras algunos indicios de una mayor actividad en la zona de Chukokta en los días y horas anteriores, sus cazas fueron capaces de despegar en un tiempo record. El último en hacerlo fue un Phantom de King Salmon tan solo quince minutos después de recibir la alarma.
Los 16 F-4E que habían despegado de esa base se unieron a los dos que había en la CAP a 230 millas al noroeste, para dirigirse hacia la “nube” ECM que perezosamente se desplazaba con rumbo este. Unos instantes después, los Fencer soviéticos irrumpieron en escena. A más de setenta millas de sus objetivos los soviéticos lanzaron sus Kh-58 en busca de sus presas. Dos de los operadores de radar, los de Cape Romanzof y el de Point Lay fueron lo suficientemente hábiles para apagar sus radares con la esperanza que los misiles enemigos se despistaran y no encontrasen sus radares. A este último no le sirvió de mucho, el misil encontro la antena del radar. El Kh-58 tenía un sistema de memoria que almacenaba la posición del emisor y se dirigía hacia ella, pero con este sistema también se degradaba algo las posibilidades de impacto, y fueron precisamente esas posibilidades las que permitieron escapar al radar de Cape Romanzof, al fallar los dos misiles lanzados contra él. Aunque no sería por demasiado tiempo, el Su-24 atacante, al comprobar que sus proyectiles no habían dado en el blanco, se dirigió hacia allí a toda velocidad y lanzó sus bombas con gran precisión sobre el radomo que cubría el radar AN/FPS-117. Mientras, los restantes Fencer también bombardeaban las infraestructuras asociadas a los radares de las demás estaciones. Todos, excepto uno lograron sus objetivos. El Su-24 que se disponía a iniciar una pasada de bombardeo sobre Cape Lisburne, se encontró con el crepitar de su señal de alarma de misiles de guiado radar. Dos Sparrows lanzados por F-15 del 318º que mantenían una CAP cerca de la zona, se aproximaban a gran velocidad. El soviético conecto sus equipo de contramedidas a la vez que se desprendía de sus bombas, para realizar un fuerte viraje a la izquierda. El primer misil pasó de largo, pero el segundo impacto a escasos metros del aparato, sufriendo éste graves desperfectos que le hicieron caer hacia el mar. Su piloto pudo eyectarse, pero no sobreviviría mucho tiempo, las corrientes lo arrastraron mar adentro y tras varios minutos, pese a su traje protector, termino muriendo de hipotermia.
Pese a ese contratiempo, la misión de los Su-24 fue un gran éxito, todos los radares atacados fueron destruidos, y en cuatro de las seis estaciones, sus sistemas asociados fueron destruidos o dañados.
Los cazas norteamericanos, pese al revés sufrido, siguieron con su carrera hacia los grupos de “bandidos” que ahora, y a medida que avanzaban hacia el este, estaban siendo detectados por los AWAC,s que patrullaban en el interior de Alaska, y que ahora se desplazaban ligeramente hacia el oeste.
Los Phantoms fueron los primeros en abrir fuego. Un grupo de veinticuatro aparatos enemigos se habían adelantado a la perturbación ECM y aparecía en la pantalla de uno de los E-3, volando en subsónico alto y nivelados, con rumbo hacia King Salmon. La nube de contramedidas se alejaba de nuevo hacia el oeste, seguramente de regreso a su base.
El controlador del E-3 guió a los pilotos en rumbo de interceptación hacia lo que parecía el ataque de un regimiento de bombarderos, seguramente Badgers. Si llegaban a situarse a poco más de 200 millas, podrían lanzar sus misiles AS-6 contra su base, y entonces la situación se volvería bastante peligrosa.
Cuando los F-4 lanzados hacía unos minutos llegaron a unirse con los 2 aparatos que estaban en la CAP, los supuestos bombarderos todavía no había alcanzado las costas de la isla de Nunivak. Los americanos se colocaron a distancia de disparo y en sus radares APQ-120 aparecieron los 24 blancos reflejados. Tras un reparto de objetivos entre los pilotos, los misiles Sparrow salieron de sus raíles rumbo a sus objetivos. Quince blancos fueron borrados de la pantalla del radar. Los pilotos estaban exultantes, la primera andanada había diezmado a los bombarderos enemigos, y ahora se preparaban para la segunda. De nuevo las estelas de los misiles cruzaba el cielo en busca de los supuestos Badgers. Todos los restantes, excepto uno, fueron destruidos. Cuando algunos se comenzaban a preguntar por lo extraño de aquel ataque, el misil-señuelo restante entró dentro del alcance visual de los Phantoms. El primer piloto que lo vio, se llevó una gran decepción. Informó al resto y al Sentry de lo que en realidad estaba formado el ataque enemigo. Múltiples insultos y maldiciones se escucharon por la radio, pero el operador del AWAC, que había intuido de lo que en realidad se trataba el ataque, tenía buenas razones para haber guiado a los cazas contra aquel grupo de señales en el radar. La primera y más importante era que realmente pudiera ser lo que parecía, un ataque de bombarderos enemigos, con apoyo de contramedidas, quizás escoltados por algunos grandes cazas como el Su-27, que en el radar eran imposibles de diferenciar de otros blancos de gran RCS como los Badgers. Simplemente era una amenaza que no podía obviarse. Otra posibilidad es que realmente fueran misiles rumbo a King Salmon, con un alcance enorme, y que los de inteligencia no hubiesen previsto. No era la primera sorpresa que los soviéticos daban a la OTAN y a los EEUU en la guerra.
De todas formas, el operador, también dolido por el engaño, guió de nuevo a 16 de los 18 de “sus” cazas hacia el norte para que trataran de unirse a la pelea que tenía lugar a 340 millas al noreste de la posición de los Phantoms. Los dos que habían estado en la Patrulla Aérea de Combate, tuvieron que regresar a King Salmon por falta de combustible para seguir en la batalla.
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Aquí dejo un esquema de las operación Furia Ártica y de las defensas norteamericanas.
Nota 1: Las lineas de rumbo no son 100% precisas (mi habilidad no da para más) pero permiten hacerse una idea general.
Nota 2: Los Mig-31 que salen de Provideniya Bay deben ser sustituidos por un número igual de Mig-29.
Nota 3: Los triangulos azul oscuro son las zonas de responsabilidad de cada escuadrón de la USAF.
Saludos.
Nota 1: Las lineas de rumbo no son 100% precisas (mi habilidad no da para más) pero permiten hacerse una idea general.
Nota 2: Los Mig-31 que salen de Provideniya Bay deben ser sustituidos por un número igual de Mig-29.
Nota 3: Los triangulos azul oscuro son las zonas de responsabilidad de cada escuadrón de la USAF.
Saludos.
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- Juan David
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Gracias Juan David, un saludo.
Y algo de anbientación
Estación de Cape Romanzof (la autentica) instantes antes de ser atacada.
Misil-señuelo siendo lanzado por un Badger.
F-4E del 110º TFS en rumbo de interceptación.
Y algo de anbientación
Estación de Cape Romanzof (la autentica) instantes antes de ser atacada.
Misil-señuelo siendo lanzado por un Badger.
F-4E del 110º TFS en rumbo de interceptación.
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FURIA ARTICA
Alaska
3ª Parte
Mientras los Phantoms viraban rumbo al norte, otra escena de la lucha que tenía lugar sobre los cielos de Alaska abría el telón. Los dos escuadrones de Mig-29 provenientes de Provideniya y Lavrentiya se adentraban en la península de Seward buscando la confrontación con los Eagles que defendían aquella zona. El encuentro se produjo cuando los F-15 se encontraban a unas 60 millas al noroeste de la base aérea avanzada de Galena. A los dos aviones norteamericanos que mantenían la CAP se unieron los quince que llegaban desde Elmendorf tras un vuelo rápido. Uno de los Eagles, con problemas en el motor derecho hubo de abortar el despegue y dejó el número final para enfrentarse a los Fulcrums en 17. Igualmente, los soviéticos tampoco habían estado libres de problemas y dos de sus aparatos no pudieron realizar la misión por problemas técnicos. Así pues la confrontación quedaba dispuesta entre 26 Fulcrums y 17 Eagles.
Mig,s-29 en formación sobre la peninsula de Seward
Los soviéticos se situaban fuera de la cobertura de sus propios radares, excepto por el radar del tipo Daryal, en las cercanías de Pechora, que si bien se encontraba a una enorme distancia y estaba preparado para la detección y seguimiento de misiles balísticos norteamericanos, como el de Clear, proveía a la fuerza atacante de datos básicos sobre el rumbo y composición aproximada de las fuerzas enemigas. Con esa información los Fulcrums se abrieron en formación de combate para rastrear a los norteamericanos con sus propios radares, mientras estos, con la guía del radar terrestre de Galena hacían lo propio. Cuando ambos grupos se encontraban a algo más de 35 millas comenzó el lanzamiento de misiles. Los soviéticos cargaban con dos misiles R-27 (AA-10 Alamo), uno de guía infrarroja y otro radar, que fueron disparados por parejas hacia el mismo blanco, primero el de guía IR y después el I/M/TSARH, para evitar que el primero se enganchase en el motor del segundo. Los Eagles por su parte dispararon 2 misiles AIM-7M Sparrow contra cada blanco.
F-15,s listos para interceptar a los Fulcrum,s
Ante la falta de sistemas de transmisión de datos que permitiese a cada aparato conocer los enemigos blocados por los aviones del resto del grupo, se llevó a cabo el reparto de los objetivos por mediación de la radio, pero entre grupos tan grandes la posibilidad de atacar blancos repetidos era elevada. Los Mig-29, dejaron de atacar tres Eagles, mientras que estos, con más donde escoger tan solo obviaron a uno de los 17 que podían atacar.
Las estelas de los misiles se cruzaron en el despajado cielo ártico, mientras buscaban sus objetivos de manera inexorable. Los F-15 con un potente equipo ECM ALQ-135 y numerosos señuelos (“chaff” y bengalas), lograron evitar la mayor parte de los misiles enemigos, que “tan solo” derribaron a 5 Eagles, la mayoría de ellos por los Alamo de guía infrarroja, mientras que los AIM-7 derribaron a 7 cazas soviéticos.
Todavía a unas veinte millas, los pilotos de la USAF volvieron a lanzar sus restantes Sparrow,s, mientras que los Fulcrums aceleraban para aproximarse a distancia de lanzamiento de sus R-73 (AA-11 Archer) y entablar combate dentro del alcance visual. Esta vez los pilotos rusos, libres de tratar de mantener el “enganche” para sus misiles de larga distancia y con más potencia en los motores lograron evadir un buen número de misiles, siendo derribados tan solo tres aparatos mientras que un cuarto resultaba dañado y debía volver rumbo a su base.
Los Fulcrum,s deseando acercarse para poder entablar un combate cercano, donde la combinación de sus misiles IRH y su casco con sistema de designación de blancos tenía ventaja, aceleraron hasta el máximo de su potencia militar, pero sin conectar la postcombustión, ya que su escaso alcance, pese a llevar un tanque de combustible externo, no les permitía muchas alegrías en ese sentido.
Pero los F-15 no estaban dispuestos a seguirles el juego. Su equipo ESM había identificado los radares enemigos como la versión del “Slot Back” que equipaba a los Mig-29, y sabedores de sus capacidades en combate WVR, prefirieron cambiar de táctica. En cuanto estuvieron dentro del alcance de sus Sidewinders, realizaron un lanzamiento frontal e inmediatamente dieron viraron e iniciaron un picado que los alejaba de los aparatos enemigos. Estos, deseosos de vengarse por las perdidas lanzaron también sus misiles antes de que los F-15 salieran de sus parámetros de tiro.
Los R-73, con una mejor cabeza buscadora y “viendo” las toberas de los motores de los Eagles, tenían buenas posibilidades, pero los señuelos, las maniobras evasivas y el estar “enfocados” hacia el suelo, restaron algo de eficacia al ataque. No obstante consiguieron alcanzar a cinco de ellos, destruyendo completamente a tres y dañando a los otros dos. Por el contrario, los AIM-9L derribaron a dos Fulcrums y dañaron a otro más, cuyo piloto finalmente hubo de saltar sobre Alaska, siendo capturado 48 horas después por los “scouts” de la Guardia Nacional de Alaska, como la mayoría de los pilotos soviéticos que cayeron aquel día sobre Alaska.
Los soviéticos, incapaces de seguir a los norteamericanos a baja cota y alta velocidad por la penalización en combustible, y considerando el segundo comandante de la misión (el primero había caído tras la primera andanada de misiles) que habían cumplido con su cometido, decidió dar media vuelta y regresar a sus bases.
Por parte norteamericana, evitaron que los Eagles volvieran a la lucha. La distancia que habían recorrido desde Elmendorf a gran velocidad, les había hecho consumir una gran parte de su combustible, y ya sin misiles SARH y unos pocos Sidewinders, el controlador de la misión en el E-3, no creyó oportuno que persiguieran a los Mig-29. De hecho les tenía reservada otra sorpresa a los soviéticos. Mientras estos estaban a punto de llegar al estrecho de Bering, los Phantoms de King Salmon llegaban para lanzar sus restantes Sparrows. Los pilotos soviéticos, avisados de la presencia enemiga, descendieron, ganando velocidad e intentado evitar ser blocados por los radares enemigos. Los Phantoms, localizados a su vez por un radar de búsqueda Fan Song desde el otro lado del estrecho, lanzaron sus misiles al límite de su alcance. Los señuelos de los aparatos rusos, unidos a la distancia a la que fueron lanzados y a que los AIM-7F tenían una guía menos eficiente que los -7M, hicieron que el porcentaje de aciertos fuera limitado. Dos aviones fueron alcanzados, pero uno pudo terminar aterrizando en Provideniya Bay. Finalmente, los F-4 ya algo cortos de combustible, viraron para poner rumbo al sureste, hacia su base.
Al terminar de aterrizar los Fulcrum,s, el personal de tierra pudo contar los aviones que regresaron y los que no lo habían conseguido. Un total de catorce aparatos fueron abatidos y otros dos más dañados. Por parte de la USAF, ocho F-15 destruidos y 2 dañados fueron las bajas del 43º TFS.
Más al norte se estaba viviendo la principal batalla aérea de la jornada. Los dos grupos de ataque soviéticos fueron interceptados por los F-15 del 318º FIS y el 54º TFS.
Los cazas de Galena incapaces de evadirse de la escolta rusa, se vieron envueltos en un intenso combate. En general siguieron el patrón del encuentro con los Mig-29, pero con algunas variaciones, por ejemplo, los Flanker,s portaban los R-27 de largo alcance así como un mayor número de ellos, y su mayor capacidad de combustible, les permitía utilizar con mayor generosidad la potencia de sus motores, por el contrario, su superioridad numérica no era tan acentuada. El encuentro fue brutal. Casi tres cuartas partes de los cazas de ambos bandos (13 norteamericanos y 16 soviéticos) fueron destruidos o dañados gravemente. El resultado fue que los Backfire,s que seguían a los Flanker,s dieron un rodeo para evitar la refriega entre cazas y acelerando se acercaron a distancia de lanzamiento de sus objetivos.
El primer damnificado fue la estación de radar de Indian Mountain que recibió el impacto directo de un Kh-22P. Los norteamericanos viendo el peligro, decidieron apagar la emisión del gran complejo de radares de Clear, para evitar que sus emisiones guiasen a más misiles ARM. El comandante de los Tu-22M decidió entonces que los 6 aparatos armados con bombas se adelantaran y atacaran el objetivo mientras que el resto se mantenía orbitando cerca, listos para utilizar sus misiles contra cualquier radar que apareciera.
Los Backfire se acercaron a más de 3.000 metros para evitar los más que probables Stinger. Pese a todo, los equipos de Manpads que defendían la base dispararon sus misiles con la esperanza de intimidar a los bombarderos, o al menos que se pusieran nerviosos y errasen el blanco. Pero estos, en dos pasadas de tres aparatos cada una, lanzaron 108 bombas sobre la zona del objetivo, cayendo 37 de ellas lo suficientemente cerca como para provocar serios daños. Los cuatro radares fueron dañados, dos de las antenas de los AN/FPS-50 fueron destrozadas y el que quedaba de ese modelo y el AN/FPS-92 sufrieron importantes daños que tardarían en ser reparados. Varios de los sistemas y edificaciones asociadas fueron también destruidos. El comandante estaba contento, su objetivo primario parecía estar destruido. Ahora era el momento de salir de allí. Una hora y media después comenzaban a aterrizar sin más novedad en Mys Shmidta. Fue el grupo de aviones soviéticos mejor parado de todos los que volaron sobre Alaska aquel día.
Para frenar el ataque más al norte de los rusos, cuyo objetivo era Prudhoe Bay, los pilotos del 54 escuadrón optaron por una táctica diferente. Con la aprobación de su controlador aéreo, los dos F-15 que formaban la CAP simularon retirarse hacia el sudeste a la vez que descendían a baja cota. Mientras, los restantes Eagles de Eielson se aproximaban a los intrusos a alta cota, menos dos de ellos, que volando a baja altura se unieron con los dos que habían abandonado la zona de patrulla. Los cuatro aparato, viraron al norte hasta girar de nuevo hacia el oeste, en paralelo con la costa del Ártico. Por encima de ellos, catorce cazas norteamericanos se enfrentaban a los 21 Flankers que formaban la escolta de los bombarderos (uno de los Su-27 había tenido un aterrizaje “duro” la tarde anterior y su tren de aterrizaje quedó muy dañado). Los F-15 giraron al suroeste, como tratando de rodear a la escolta para atacar a los Backfire, pero los Su-27, se posicionaron para enfrentarse a ellos, y era ese precisamente el movimiento que estaban esperando los americanos, ya que ahora, los Backfire se apartaban de los F-15 girando más al norte, en un rumbo que los llevaba en paralelo casi a la costa del Ártico…
Los 2 Eagles volando bajo sobre el Ártico.
Los Tu-22M habían pasado de largo el radar de Point Barrow, ya que este había sido apagado, y el líder del grupo no quería malgastar bombas contra un objetivo secundario hasta que las instalaciones de Prudhoe Bay ardiesen por los cuatro costados.
Los F-15 que se enfrentaban en lo alto a los Flanker, no quisieron correr grandes riesgos, y tras el primer intercambio de misiles, y perder 3 aparatos, viraron al sur y simulaban una huida a baja cota. De los 17 cazas soviéticos que habían sobrevivido a los misiles americanos, 14 de ellos persiguieron a los cobardes norteamericanos que huían, mientras que los 3 restantes giraban para reunirse con sus protegidos. Demasiado tarde.
Guiados por el AWAC, los cuatro Eagles que volaban a baja cota se posicionaron en una posición de disparo perfecta. A poco más de 5 millas detrás de los bombarderos, los F-15 remontaron el vuelo, y tras aplicar toda la potencia de sus motores, ascendieron hasta su nivel. Estos, recibieron el primer aviso de la presencia de los cazas enemigos cuando sus sistemas de alerta les avisaron de que misiles IRH se dirigían hacia ellos. Lanzados en rápida sucesión, ocho Sidewinders dieron cuenta de cuatro bombarderos y dañaron a dos más. Los cuatro que salieron indemnes aceleraron a plena potencia, pero para tres de ellos fue inútil, los Sparrows hicieron blanco en sus objetivos. Tan solo uno de los bombarderos, que gracias a su equipo ECM y a la suerte había evadido a los misiles enemigos, conectó la postcombustión y picando con un fuerte ángulo, logró alejarse momentáneamente del peligro, a la vez que se acercaba a grandes pasos a Prudhoe Bay. Los dos Bakcfire dañados también seguían rumbo a su objetivo, y atrajeron a sendos Eagles para rematarlos con más Sidewinders, mientras que los otros dos cazas perseguían al Tu-22M restante.
Pero entonces el controlador del E-3 avisó a sus pilotos que tres Su-27 se les acercaban a toda velocidad, avisados de lo que pasaba por sus camaradas de la Aviación Estratégica. Los F-15 se colocaron para enfrentarse a la amenaza, excepto uno, que seguía intentando derribar al escurridizo Backfire que quedaba.
Dos F-15 y dos Su-27 cayeron en la refriega, antes de romper el contacto y regresar a sus respectivas bases los solitarios aparatos de cada bando.
Para el Backfire superviviente, volando a Mach 1, su objetivo se acercaba rápidamente, y el F-15 perseguidor se quedaba sin opciones. Los parámetros de tiro de los Sparrows estaban justo en su límite, así que necesitaba acercarse un poco más para aumentar las posibilidades de impacto. A mayor altitud que el bombardero, le iba ganando algo de terreno, pero quizás no lo suficientemente deprisa como para evitar que lanzase su carga sobre el blanco, así que decidió jugársela. Lanzó en rápida sucesión los tres misiles que le quedaban, y cruzó los dedos para que alguno lo alcanzara…
El Backfire superviviente intentando llegar a su objetivo.
El primero se quedó corto, el segundo fue desviado por las contramedidas enemigas, mientras que el tercero explotó a pocos metros del bombardero, impactando algunos fragmentos contra el fuselaje del mismo, atravesándolo y produciendo importantes desperfectos. Uno de ellos fue a alojarse en uno de los depósitos de combustible, produciendo un gran penacho de fuego que salía de la parte central del avión.
El comandante del aparato, viendo perdido su aparato, tomó una decisión. Ordenó eyectarse al resto de su tripulación, y cuando estos hubieron salido del avión, él elevó lo que pudo el pesado bombardero, que se iba descomponiendo rápidamente, para conseguir una especie de trayectoria parabólica sobre su objetivo, al que se dirigió en un pronunciado picado. Dos misiles Stingers alcanzaron al bombardero y mataron al piloto, pero nada impidió que alcanzase su objetivo y se convirtiese en un tremendo “kamikaze”, explotando el combustible, el liquido hidráulico y las bombas, todo junto, provocado una tremenda explosión que pudo ser vista y oída desde muchos kilómetros a la redonda. Pero las instalaciones de Prudhoe Bay no eran un blanco aislado, sino que constituían un complejo de al menos 25 kilómetros de ancho, por lo que si bien la explosión fue espectacular, los daños fueron poco considerables. Además, se había tomado la precaución de dejar de bombear crudo, y sellar las tuberías para que no se produjeran explosiones secundarias catastróficas.
Los Flankers que habían perseguido a los Eagles, rompieron el contacto y respondieron a la llamada de auxilio de sus bombarderos, pero no llegaron a tiempo. Trataron de buscar más aviones enemigos que derribar, pero en sus radares no aparecía nada, y desde control de tierra le informaban de blancos demasiado lejanos, así que, habiendo fallado en su misión y sin blancos sobre los expiar sus pecados, se retiraron con el rabo entre las piernas, mientras su comandante pensaba en como iba explicar aquel desastre, y que tendría suerte si evitaba el pelotón de fusilamiento.
Al terminar la misión Furia Ártica sobre Alaska, la USAF había perdido 23 cazas F-15 y otros 5 habían sufrido graves daños. Los soviéticos por su parte perdieron 43 aparatos (14 Mig-29, 19 Su-27 y 10 Tu-22M) y 5 más fueron dañados (2 Mig-29 y 3 Su-27).
Los soviéticos habían logrado por lo menos uno de sus objetivos primarios, dañado otro, y destruido otras siete estaciones de radar. El responsable de la misión, el general segundo al mando de la Aviación Estratégica en Extremo Oriente, decidió que era un buen resultado, aunque todavía debía pensar en lo pasado en el ataque a las instalaciones petrolíferas enemigas, y como lo reflejaría en su informe.
Por parte de la USAF, había perdido casi un 40% de la fuerza de cazas en Alaska, y había perdido gran parte de su red de defensa, principalmente el importantísimo radar de Clear, pero al menos había salvado Prudhoe Bay e inflingido graves perdidas al enemigo. Ahora debían solicitar refuerzos lo antes posible, por que si se repetía un ataque similar, sus fuerzas serían insuficientes para detenerlo.
Todavía no había tenido noticias del ataque a Thule y solo información fragmentaria sobre lo que estaba pasando en las Aleutianas…
Relato realizado con la inestimable ayuda y colaboración del compañero Sergiopl. Por supuesto, cualquier error, incongruencia u omisión es solo mio.
Alaska
3ª Parte
Mientras los Phantoms viraban rumbo al norte, otra escena de la lucha que tenía lugar sobre los cielos de Alaska abría el telón. Los dos escuadrones de Mig-29 provenientes de Provideniya y Lavrentiya se adentraban en la península de Seward buscando la confrontación con los Eagles que defendían aquella zona. El encuentro se produjo cuando los F-15 se encontraban a unas 60 millas al noroeste de la base aérea avanzada de Galena. A los dos aviones norteamericanos que mantenían la CAP se unieron los quince que llegaban desde Elmendorf tras un vuelo rápido. Uno de los Eagles, con problemas en el motor derecho hubo de abortar el despegue y dejó el número final para enfrentarse a los Fulcrums en 17. Igualmente, los soviéticos tampoco habían estado libres de problemas y dos de sus aparatos no pudieron realizar la misión por problemas técnicos. Así pues la confrontación quedaba dispuesta entre 26 Fulcrums y 17 Eagles.
Mig,s-29 en formación sobre la peninsula de Seward
Los soviéticos se situaban fuera de la cobertura de sus propios radares, excepto por el radar del tipo Daryal, en las cercanías de Pechora, que si bien se encontraba a una enorme distancia y estaba preparado para la detección y seguimiento de misiles balísticos norteamericanos, como el de Clear, proveía a la fuerza atacante de datos básicos sobre el rumbo y composición aproximada de las fuerzas enemigas. Con esa información los Fulcrums se abrieron en formación de combate para rastrear a los norteamericanos con sus propios radares, mientras estos, con la guía del radar terrestre de Galena hacían lo propio. Cuando ambos grupos se encontraban a algo más de 35 millas comenzó el lanzamiento de misiles. Los soviéticos cargaban con dos misiles R-27 (AA-10 Alamo), uno de guía infrarroja y otro radar, que fueron disparados por parejas hacia el mismo blanco, primero el de guía IR y después el I/M/TSARH, para evitar que el primero se enganchase en el motor del segundo. Los Eagles por su parte dispararon 2 misiles AIM-7M Sparrow contra cada blanco.
F-15,s listos para interceptar a los Fulcrum,s
Ante la falta de sistemas de transmisión de datos que permitiese a cada aparato conocer los enemigos blocados por los aviones del resto del grupo, se llevó a cabo el reparto de los objetivos por mediación de la radio, pero entre grupos tan grandes la posibilidad de atacar blancos repetidos era elevada. Los Mig-29, dejaron de atacar tres Eagles, mientras que estos, con más donde escoger tan solo obviaron a uno de los 17 que podían atacar.
Las estelas de los misiles se cruzaron en el despajado cielo ártico, mientras buscaban sus objetivos de manera inexorable. Los F-15 con un potente equipo ECM ALQ-135 y numerosos señuelos (“chaff” y bengalas), lograron evitar la mayor parte de los misiles enemigos, que “tan solo” derribaron a 5 Eagles, la mayoría de ellos por los Alamo de guía infrarroja, mientras que los AIM-7 derribaron a 7 cazas soviéticos.
Todavía a unas veinte millas, los pilotos de la USAF volvieron a lanzar sus restantes Sparrow,s, mientras que los Fulcrums aceleraban para aproximarse a distancia de lanzamiento de sus R-73 (AA-11 Archer) y entablar combate dentro del alcance visual. Esta vez los pilotos rusos, libres de tratar de mantener el “enganche” para sus misiles de larga distancia y con más potencia en los motores lograron evadir un buen número de misiles, siendo derribados tan solo tres aparatos mientras que un cuarto resultaba dañado y debía volver rumbo a su base.
Los Fulcrum,s deseando acercarse para poder entablar un combate cercano, donde la combinación de sus misiles IRH y su casco con sistema de designación de blancos tenía ventaja, aceleraron hasta el máximo de su potencia militar, pero sin conectar la postcombustión, ya que su escaso alcance, pese a llevar un tanque de combustible externo, no les permitía muchas alegrías en ese sentido.
Pero los F-15 no estaban dispuestos a seguirles el juego. Su equipo ESM había identificado los radares enemigos como la versión del “Slot Back” que equipaba a los Mig-29, y sabedores de sus capacidades en combate WVR, prefirieron cambiar de táctica. En cuanto estuvieron dentro del alcance de sus Sidewinders, realizaron un lanzamiento frontal e inmediatamente dieron viraron e iniciaron un picado que los alejaba de los aparatos enemigos. Estos, deseosos de vengarse por las perdidas lanzaron también sus misiles antes de que los F-15 salieran de sus parámetros de tiro.
Los R-73, con una mejor cabeza buscadora y “viendo” las toberas de los motores de los Eagles, tenían buenas posibilidades, pero los señuelos, las maniobras evasivas y el estar “enfocados” hacia el suelo, restaron algo de eficacia al ataque. No obstante consiguieron alcanzar a cinco de ellos, destruyendo completamente a tres y dañando a los otros dos. Por el contrario, los AIM-9L derribaron a dos Fulcrums y dañaron a otro más, cuyo piloto finalmente hubo de saltar sobre Alaska, siendo capturado 48 horas después por los “scouts” de la Guardia Nacional de Alaska, como la mayoría de los pilotos soviéticos que cayeron aquel día sobre Alaska.
Los soviéticos, incapaces de seguir a los norteamericanos a baja cota y alta velocidad por la penalización en combustible, y considerando el segundo comandante de la misión (el primero había caído tras la primera andanada de misiles) que habían cumplido con su cometido, decidió dar media vuelta y regresar a sus bases.
Por parte norteamericana, evitaron que los Eagles volvieran a la lucha. La distancia que habían recorrido desde Elmendorf a gran velocidad, les había hecho consumir una gran parte de su combustible, y ya sin misiles SARH y unos pocos Sidewinders, el controlador de la misión en el E-3, no creyó oportuno que persiguieran a los Mig-29. De hecho les tenía reservada otra sorpresa a los soviéticos. Mientras estos estaban a punto de llegar al estrecho de Bering, los Phantoms de King Salmon llegaban para lanzar sus restantes Sparrows. Los pilotos soviéticos, avisados de la presencia enemiga, descendieron, ganando velocidad e intentado evitar ser blocados por los radares enemigos. Los Phantoms, localizados a su vez por un radar de búsqueda Fan Song desde el otro lado del estrecho, lanzaron sus misiles al límite de su alcance. Los señuelos de los aparatos rusos, unidos a la distancia a la que fueron lanzados y a que los AIM-7F tenían una guía menos eficiente que los -7M, hicieron que el porcentaje de aciertos fuera limitado. Dos aviones fueron alcanzados, pero uno pudo terminar aterrizando en Provideniya Bay. Finalmente, los F-4 ya algo cortos de combustible, viraron para poner rumbo al sureste, hacia su base.
Al terminar de aterrizar los Fulcrum,s, el personal de tierra pudo contar los aviones que regresaron y los que no lo habían conseguido. Un total de catorce aparatos fueron abatidos y otros dos más dañados. Por parte de la USAF, ocho F-15 destruidos y 2 dañados fueron las bajas del 43º TFS.
Más al norte se estaba viviendo la principal batalla aérea de la jornada. Los dos grupos de ataque soviéticos fueron interceptados por los F-15 del 318º FIS y el 54º TFS.
Los cazas de Galena incapaces de evadirse de la escolta rusa, se vieron envueltos en un intenso combate. En general siguieron el patrón del encuentro con los Mig-29, pero con algunas variaciones, por ejemplo, los Flanker,s portaban los R-27 de largo alcance así como un mayor número de ellos, y su mayor capacidad de combustible, les permitía utilizar con mayor generosidad la potencia de sus motores, por el contrario, su superioridad numérica no era tan acentuada. El encuentro fue brutal. Casi tres cuartas partes de los cazas de ambos bandos (13 norteamericanos y 16 soviéticos) fueron destruidos o dañados gravemente. El resultado fue que los Backfire,s que seguían a los Flanker,s dieron un rodeo para evitar la refriega entre cazas y acelerando se acercaron a distancia de lanzamiento de sus objetivos.
El primer damnificado fue la estación de radar de Indian Mountain que recibió el impacto directo de un Kh-22P. Los norteamericanos viendo el peligro, decidieron apagar la emisión del gran complejo de radares de Clear, para evitar que sus emisiones guiasen a más misiles ARM. El comandante de los Tu-22M decidió entonces que los 6 aparatos armados con bombas se adelantaran y atacaran el objetivo mientras que el resto se mantenía orbitando cerca, listos para utilizar sus misiles contra cualquier radar que apareciera.
Los Backfire se acercaron a más de 3.000 metros para evitar los más que probables Stinger. Pese a todo, los equipos de Manpads que defendían la base dispararon sus misiles con la esperanza de intimidar a los bombarderos, o al menos que se pusieran nerviosos y errasen el blanco. Pero estos, en dos pasadas de tres aparatos cada una, lanzaron 108 bombas sobre la zona del objetivo, cayendo 37 de ellas lo suficientemente cerca como para provocar serios daños. Los cuatro radares fueron dañados, dos de las antenas de los AN/FPS-50 fueron destrozadas y el que quedaba de ese modelo y el AN/FPS-92 sufrieron importantes daños que tardarían en ser reparados. Varios de los sistemas y edificaciones asociadas fueron también destruidos. El comandante estaba contento, su objetivo primario parecía estar destruido. Ahora era el momento de salir de allí. Una hora y media después comenzaban a aterrizar sin más novedad en Mys Shmidta. Fue el grupo de aviones soviéticos mejor parado de todos los que volaron sobre Alaska aquel día.
Para frenar el ataque más al norte de los rusos, cuyo objetivo era Prudhoe Bay, los pilotos del 54 escuadrón optaron por una táctica diferente. Con la aprobación de su controlador aéreo, los dos F-15 que formaban la CAP simularon retirarse hacia el sudeste a la vez que descendían a baja cota. Mientras, los restantes Eagles de Eielson se aproximaban a los intrusos a alta cota, menos dos de ellos, que volando a baja altura se unieron con los dos que habían abandonado la zona de patrulla. Los cuatro aparato, viraron al norte hasta girar de nuevo hacia el oeste, en paralelo con la costa del Ártico. Por encima de ellos, catorce cazas norteamericanos se enfrentaban a los 21 Flankers que formaban la escolta de los bombarderos (uno de los Su-27 había tenido un aterrizaje “duro” la tarde anterior y su tren de aterrizaje quedó muy dañado). Los F-15 giraron al suroeste, como tratando de rodear a la escolta para atacar a los Backfire, pero los Su-27, se posicionaron para enfrentarse a ellos, y era ese precisamente el movimiento que estaban esperando los americanos, ya que ahora, los Backfire se apartaban de los F-15 girando más al norte, en un rumbo que los llevaba en paralelo casi a la costa del Ártico…
Los 2 Eagles volando bajo sobre el Ártico.
Los Tu-22M habían pasado de largo el radar de Point Barrow, ya que este había sido apagado, y el líder del grupo no quería malgastar bombas contra un objetivo secundario hasta que las instalaciones de Prudhoe Bay ardiesen por los cuatro costados.
Los F-15 que se enfrentaban en lo alto a los Flanker, no quisieron correr grandes riesgos, y tras el primer intercambio de misiles, y perder 3 aparatos, viraron al sur y simulaban una huida a baja cota. De los 17 cazas soviéticos que habían sobrevivido a los misiles americanos, 14 de ellos persiguieron a los cobardes norteamericanos que huían, mientras que los 3 restantes giraban para reunirse con sus protegidos. Demasiado tarde.
Guiados por el AWAC, los cuatro Eagles que volaban a baja cota se posicionaron en una posición de disparo perfecta. A poco más de 5 millas detrás de los bombarderos, los F-15 remontaron el vuelo, y tras aplicar toda la potencia de sus motores, ascendieron hasta su nivel. Estos, recibieron el primer aviso de la presencia de los cazas enemigos cuando sus sistemas de alerta les avisaron de que misiles IRH se dirigían hacia ellos. Lanzados en rápida sucesión, ocho Sidewinders dieron cuenta de cuatro bombarderos y dañaron a dos más. Los cuatro que salieron indemnes aceleraron a plena potencia, pero para tres de ellos fue inútil, los Sparrows hicieron blanco en sus objetivos. Tan solo uno de los bombarderos, que gracias a su equipo ECM y a la suerte había evadido a los misiles enemigos, conectó la postcombustión y picando con un fuerte ángulo, logró alejarse momentáneamente del peligro, a la vez que se acercaba a grandes pasos a Prudhoe Bay. Los dos Bakcfire dañados también seguían rumbo a su objetivo, y atrajeron a sendos Eagles para rematarlos con más Sidewinders, mientras que los otros dos cazas perseguían al Tu-22M restante.
Pero entonces el controlador del E-3 avisó a sus pilotos que tres Su-27 se les acercaban a toda velocidad, avisados de lo que pasaba por sus camaradas de la Aviación Estratégica. Los F-15 se colocaron para enfrentarse a la amenaza, excepto uno, que seguía intentando derribar al escurridizo Backfire que quedaba.
Dos F-15 y dos Su-27 cayeron en la refriega, antes de romper el contacto y regresar a sus respectivas bases los solitarios aparatos de cada bando.
Para el Backfire superviviente, volando a Mach 1, su objetivo se acercaba rápidamente, y el F-15 perseguidor se quedaba sin opciones. Los parámetros de tiro de los Sparrows estaban justo en su límite, así que necesitaba acercarse un poco más para aumentar las posibilidades de impacto. A mayor altitud que el bombardero, le iba ganando algo de terreno, pero quizás no lo suficientemente deprisa como para evitar que lanzase su carga sobre el blanco, así que decidió jugársela. Lanzó en rápida sucesión los tres misiles que le quedaban, y cruzó los dedos para que alguno lo alcanzara…
El Backfire superviviente intentando llegar a su objetivo.
El primero se quedó corto, el segundo fue desviado por las contramedidas enemigas, mientras que el tercero explotó a pocos metros del bombardero, impactando algunos fragmentos contra el fuselaje del mismo, atravesándolo y produciendo importantes desperfectos. Uno de ellos fue a alojarse en uno de los depósitos de combustible, produciendo un gran penacho de fuego que salía de la parte central del avión.
El comandante del aparato, viendo perdido su aparato, tomó una decisión. Ordenó eyectarse al resto de su tripulación, y cuando estos hubieron salido del avión, él elevó lo que pudo el pesado bombardero, que se iba descomponiendo rápidamente, para conseguir una especie de trayectoria parabólica sobre su objetivo, al que se dirigió en un pronunciado picado. Dos misiles Stingers alcanzaron al bombardero y mataron al piloto, pero nada impidió que alcanzase su objetivo y se convirtiese en un tremendo “kamikaze”, explotando el combustible, el liquido hidráulico y las bombas, todo junto, provocado una tremenda explosión que pudo ser vista y oída desde muchos kilómetros a la redonda. Pero las instalaciones de Prudhoe Bay no eran un blanco aislado, sino que constituían un complejo de al menos 25 kilómetros de ancho, por lo que si bien la explosión fue espectacular, los daños fueron poco considerables. Además, se había tomado la precaución de dejar de bombear crudo, y sellar las tuberías para que no se produjeran explosiones secundarias catastróficas.
Los Flankers que habían perseguido a los Eagles, rompieron el contacto y respondieron a la llamada de auxilio de sus bombarderos, pero no llegaron a tiempo. Trataron de buscar más aviones enemigos que derribar, pero en sus radares no aparecía nada, y desde control de tierra le informaban de blancos demasiado lejanos, así que, habiendo fallado en su misión y sin blancos sobre los expiar sus pecados, se retiraron con el rabo entre las piernas, mientras su comandante pensaba en como iba explicar aquel desastre, y que tendría suerte si evitaba el pelotón de fusilamiento.
Al terminar la misión Furia Ártica sobre Alaska, la USAF había perdido 23 cazas F-15 y otros 5 habían sufrido graves daños. Los soviéticos por su parte perdieron 43 aparatos (14 Mig-29, 19 Su-27 y 10 Tu-22M) y 5 más fueron dañados (2 Mig-29 y 3 Su-27).
Los soviéticos habían logrado por lo menos uno de sus objetivos primarios, dañado otro, y destruido otras siete estaciones de radar. El responsable de la misión, el general segundo al mando de la Aviación Estratégica en Extremo Oriente, decidió que era un buen resultado, aunque todavía debía pensar en lo pasado en el ataque a las instalaciones petrolíferas enemigas, y como lo reflejaría en su informe.
Por parte de la USAF, había perdido casi un 40% de la fuerza de cazas en Alaska, y había perdido gran parte de su red de defensa, principalmente el importantísimo radar de Clear, pero al menos había salvado Prudhoe Bay e inflingido graves perdidas al enemigo. Ahora debían solicitar refuerzos lo antes posible, por que si se repetía un ataque similar, sus fuerzas serían insuficientes para detenerlo.
Todavía no había tenido noticias del ataque a Thule y solo información fragmentaria sobre lo que estaba pasando en las Aleutianas…
Relato realizado con la inestimable ayuda y colaboración del compañero Sergiopl. Por supuesto, cualquier error, incongruencia u omisión es solo mio.
Última edición por flanker33 el 06 Feb 2011, 20:41, editado 1 vez en total.
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- Urbano Calleja
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