¿Por qué son tan patriotas?

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AFOCES
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Semper Fidelis.

Mensaje por AFOCES »

El martes 9 de noviembre de 2010 el teniente Robert Kelly, de los “marines de los EEUU” (USMC), murió en combate víctima de un IED, mientras patrullaba a pié en la provincia de Helmand, Afganistán. Tenía 29 años y estaba casado. Cuatro días más tarde, su padre, el teniente general John Kelly (USMC), pronunció el siguiente discurso del que se presenta un extracto (1). No menciona la muerte de su propio hijo. Cuenta la historia de otros dos “marines”.

¡SEMPER FIDELIS!

Hace nueve años cuatro aviones comerciales despegaron de Boston, Newark y Washington. Despegaron llenos de hombres, mujeres y niños, todos inocentes, que en poco tiempo estaban muertos. Ninguna persona viva, con la edad suficiente para recordar, podrá olvidar lo que estaba haciendo y donde estaba en el momento en el que vieron al avión estrellarse en las torres del World Trade Center, en lo que era, hasta ese momento, una bonita mañana neoyorquina. En una hora 3.000 seres humanos inocentes desparecerían, incinerados o aplastados de las formas más dolorosas que puedan imaginarse.

Una vez que los edificios se derrumbaron y el alcance del ataque empezaba a hacerse patente, muchos no sabíamos que hacer o hacia dónde mirar. Como nación estábamos aterrorizados como no lo habíamos estado durante generaciones De manera inmediata, el patriotismo americano se disparó, no como un último refugio, como dirían los cínicos, sino que en los tiempos más sombríos los americanos buscan refugio en su familia y en su país, recordando que los hombres y mujeres de carácter siempre han dado el paso al frente para proteger a su nación cuando era necesario, y, por Dios que era tan necesario aquel día como lo sigue siendo hoy.

A pesar de todo hubo un reducido número de americanos que aquel día tomó una decisión diferente a la del resto… nuestros bomberos y policía cuyas filas se vieron diezmadas aquel día por correr hacia el peligro, y no en dirección contraria, hacia una muerte segura. Hacían lo que habían jurado hacer, proteger y servir, y fueron a sus tumbas habiendo cumplido su sagrado juramento. Además estaban las Fuerzas Armadas ….una banderita de plástico en el coche no era su forma de respuesta al asesino ataque a nuestro país. No, su respuesta fue el compromiso para proteger la nación, realizando un juramento a su Dios para hacerlo hasta su muerte. Cuando futuras generaciones se pregunten la razón por la que América es todavía libre … soldados, marineros, aviadores, guardacostas y marines podrán decir: “porque yo, y gente como yo arriesgaron todo para proteger a millones de personas que nunca sabrán mi nombre”.
Nosotros no empezamos esta lucha, y no finalizará hasta que los extremistas comprendan que nosotros como pueblo nunca perderemos la fe en nuestro valor... Los civiles y militares que luchan por América se han enfrentado hasta el final a este enemigo, desde aquí y al otro lado del mundo, durante casi nueve años, sin dudar por un segundo. Lo saben y están seguros. Su lucha es vuestra lucha… Como una democracia, les enviamos lejos de casa a luchar contra nuestros enemigos. Todos somos responsables…

Los militares americanos no han perdido nunca la fe en su misión, o dudado de la justicia de su causa. Se enfrentan diariamente a peligros que sus compatriotas no pueden imaginar. Pero esto ha sido así en todas las guerras a las que hemos enviado a nuestros militares a luchar. No a construir imperios o esclavizar a la gente, sino a liberar a los que se encuentran bajo el poder de los tiranos y al mismo tiempo proteger nuestra nación, nuestros ciudadanos y nuestros valores. Señoras y caballeros, el único territorio que como pueblo hemos solicitado a alguna nación con la que hemos combatido o junto a la que hemos combatido, la única extensión de nuestro imperio de ultramar son los pocos metros cuadrados de tierra que ocupan nuestros 24 cementerios distribuidos por todo el mundo. En ellos, 220.000 de nuestros hijos descansan en gloria para la eternidad, o se les recuerda para siempre porque sus restos mortales se perdieron para siempre en la profundidad de los océanos o nunca fueron recuperados de lejanos campos de batalla sin nombre….
Sí, estamos luchando y estamos ganando, pero no lo sabéis, porque los éxitos permanecen en el anonimato, y sólo cuando algo es suficientemente controvertido es resaltado por los medios de comunicación pública que forman la clase de los sabelotodo siempre dispuesta a ofrecer su crítica. Los autoproclamados expertos siempre tener la respuesta, aunque nunca han estado en el barro. Estamos en guerra, y nos guste o no nos guste esto es un hecho. No es la guerra de Bush, ni la de Obama, es nuestra guerra y no podemos escapar de ella. Incluso si quisiéramos rendirnos, no encontraríamos a quien hacerlo…
Debido a que América no ha sufrido un ataque desde el 11-S, muchos olvidan porque queremos olvidar…. , pasar página. Como americanos, soñamos y ansiamos la paz, pero debemos ser realistas y reconoce que la esperanza no es una opción o línea de acción cuando lo que están en juego tiene tanto valor….Sin importar cuanto deseemos acabar con esta pesadilla, nuestro enemigo siempre seguirá su ofensiva... No, se trata de nosotros como pueblo. De nuestra libertad para adorar a cualquier Dios de la forma que queramos. Se trata del valor de cada hombre y mujer y su igualdad ante los ojos de Dios y de la ley, o de cómo vivimos nuestras vidas con nuestras familias, en la privacidad de nuestros hogares. Se trata de los derechos divinos a la vida, la libertad y la persecución de la felicidad, y de que “todos los hombres han sido creados iguales, habiendo sido dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables”. Como americanos sostenemos que estas verdades son evidentes. Nuestro enemigo no….

Es un hecho que nuestro país se enfrenta hoy en día a una lucha a vida o muerte contra un maligno enemigo, pero América, no está en guerra. No como país. No como pueblo. Hoy, solo una pequeña fracción, menos de un uno por ciento, llevan la carga del miedo y el sacrificio, y la llevan por el resto de nosotros. Sus hijos e hijas que sirven en las Fuerzas Armadas son hombres y mujeres de carácter que continúan creyendo en este país los suficiente para arriesgar sus vidas, sin el propósito de ventajas personales, sino para que los hijos e hijas del noventa y nueve por ciento restante no tengan que hacerlo…

Aunque algunos opinen que hemos producido otra generación de jóvenes evadidos, materialistas y consumistas, los que hoy en día sirven en las Fuerzas Armadas rompen el molde y destacan como verdaderos hombres y mujeres que han encontrado su lugar en la vida protegiendo las nuestras. Conocen la verdadera fuerza de una sección, un batallón o de un país que no venera el altar de la diversidad, sino del crisol que une y fortalece mediante el sentido de la historia, los valores, las esperanzas y los sueños compartidos que unen a la gente haciéndolos más fuertes….
Como cualquiera que haya experimentado el combate sabe, cuando comienza, cuando las explosiones y las balas trazadoras están por todas partes y la llamada de auxilio de un compañero sale de la garganta de un hombre que sabe que está muriendo, cuando los segundos parecen horas y todo parce que pasa a cámara lenta y a toda velocidad al mismo tiempo, el único acto racional es parar, tumbarse, salvarse. Ellos no lo hacen. Cuando nadie les llamaría cobardes por protegerse detrás de una pared o en un agujero, esclavos de los más básicos instintos de supervivencia, ninguno de ellos lo hace. No importa si se trata de un IED, de un suicida, de un ataque de mortero, de un francotirador en lo alto de una casa, o de todo a la vez, ellos hablan, fanfarronean, y lo que es más importante, combaten de la misma manera que los marines americanos han combatido desde Tun Tavern…

También podemos estar tranquilos de que no son locos asesinos, sino honrados y decentes jóvenes que durante años han realizado destacados actos de valor y de abnegación para una causa que ellos han decidido que sea más grande y de mayor valor que ellos mismos…Al igual que a aquellos que les precedieron llevando el uniforme, les debemos todo. Les debemos nuestra seguridad. Cualquiera de ellos podían haber hecho algo más egoísta con sus vidas, como la gran mayoría de sus compañeros hicieron al finalizar el colegio o la universidad, pero no, eligieron servir sabiendo muy bien que una guerra brutal les esperaba. No evitaron la responsabilidad básica y querida de los ciudadanos, la defensa de su país, sino que la recibieron con alegría... Todos son héroes por el mero hecho de dar el paso adelante, y nosotros como pueblo tenemos una deuda que nunca podremos pagar completamente. Su legado no tiene precio: el país en que vivimos, la manera en que vivimos y la garantía de las libertades de sus conciudadanos.

Más de 5.000 han muerto hasta ahora, 8.000 si incluimos los que murieron el 11-S. Pertenecen en su mayoría a la clase trabajadora, hijos de policías y bomberos, trabajadores, profesores o dueños de pequeños negocios. Con algunas excepciones, sus familias no tienen carteras de valores en bolsa, sino mucho amor a su país y al servicio a su nación. Ayer mismo murieron demasiados, y una tardía llamada a la puerta de sus hogares llenó a sus familias de un dolor que nunca desaparecerá... Los charlatanes y los que dudan de las intenciones y el propósito de los EEUU pretenden hacer victimas de ellos y sus familias, pero se equivocan. Los que servimos y hemos servido en las Fuerzas Armadas rechazamos sus simpatía. Los que hemos vivido la suciedad, el sudor y la lucha del campo de batalla no somos víctimas. Los que no entienden el sentido de servicio a la nación nunca comprenderán que un hombre o mujer con carácter dé el paso al frente para enfrentarse al peligro y la adversidad, rechazando parpadear o ceder terreno aun a costa de sus propias vidas…No, no son víctimas sino guerreros, vuestros guerreros y los guerreros no son nunca víctimas sin importar como mueran. La muerte, o el miedo a la muerte no tienen poder sobre ellos. Sus caminos están sembrados de sacrificio. Sacrificios que con alegría hacen por vosotros. Se ponen a prueba cada día en el campo de batalla por vosotros. Combaten en cada rincón del mundo por vosotros. Viven para luchar por vosotros, y no descansan nunca porque siempre hay otra batalla que ganar en la defensa de América.

Finalizo con una historia sobre el tipo de personas que son,.., sobre la dedicación su país mientras sirven y para siempre como veteranos. Hace dos años,..el 22 de abril de 2008, dos batallones de infantería de los marines, el 1/9 “Los Muertos Vivientes” y el 2/8 estaban relevando en Ramadi. Un batallón en los últimos días de su despliegue volvía pronto a casa, el otro empezando sus siete meses de combate. Dos marines, los cabos Jonathan Yale y Jordan Haerter, de 22 y 20 años respectivamente, uno de cada batallón se encontraban de guardia a la entrada de un puesto de combate donde se encontraban 50 marines. En el mismo edificio casi en ruinas se alojaban 100 policías iraquíes, nuestros aliados en la lucha contra los terroristas de Ramadi, la ciudad más peligrosa del mundo... Yale era un chico con mezcla de varias razas, de clase baja, de Virginia, con mujer y una hija, además su madre y su hermana vivían con él. …. Haerter, por otro lado, era un chico blanco de clase media natural de Long Island. Pertenecían a dos mundos completamente distintos. De no haber coincidido en los marines, jamás se hubieran conocido, ni hubieran entendido que existen simultáneamente muchas américas diferentes dependiendo de la raza, los niveles de educación, el nivel económico o el lugar donde se ha nacido. Pero eran marines, combatientes, forjados en el mismo crisol del entrenamiento de los marines. Por esta relación, eran hermanos, tan cercanos, o más, que si hubieran nacido de la misma madre.

La orden que recibirían de su sargento sería algo como: “ok par de payasos, poneros en vuestro puesto y no dejar pasar a ninguna persona o vehículo que no esté autorizado ¿Está claro?”. Y estoy seguro que Yale y Haerter dirían al unísono: “¡si mi sargento!”, con una actitud que sin necesitar palabras dejaría claro un: “sin bromas, sabemos lo que estamos haciendo”. Entonces relevaron los dos marines y ocuparon su lugar en el el puesto de combate Nasser, en la sección Sophia de Ramadi, provincia de al Anbar, Irak.

Unos minutos más tarde un camión azul apareció en la avenida y aceleró para pasar los obstáculos que impedían la entrada al puesto de combate. El camión se paró a pocos metros de donde se encontraban y explotó, matándolos a los dos. 24 casas alrededor resultaron dañadas o destruidas. Una mezquita que se encontraba a unos 50 metros se derrumbó. Los dos murieron porque estos jóvenes infantes no tenían escrito en su ADN el huir del peligro, salvaron 150 vidas de sus hermanos iraquíes y americanos.

…viajé a Ramadi al día siguiente y hablé individualmente media docena de policías iraquíes, que me dieron todos la misma versión. El camión azul entró en la avenida e inmediatamente aceleró para pasar por los obstáculos de protección. Todos dijeron que supieron lo que pasaba cuando los dos marines empezaron a disparar…

Un par de días después, una vez remitidas las propuestas para la Cruz de la Marina a título póstumo para Yale y Haerter supimos que una de las cámaras de seguridad, dañada en la explosión, había grabado el ataque suicida. Pasaron seis segundos desde que el camión entró en la avenida hasta que detonó.

Se pueden ver los últimos seis segundos de sus jóvenes vidas. Metiéndome en sus cabezas, supongo que tardaron un segundo en llegar por separado a la misma conclusión sobre lo que pasaba cuando el camión apareció al final de la avenida. Sin tiempo para hablar o llamar al sargento para pedir instrucciones…

Les llevaría otros dos segundos apuntar y disparar sus armas. En ese momento el camión se encontraba a la altura de los obstáculos y acelerando. La grabación mostraba a los policías iraquíes, algunos de ellos habían disparado su arma, escondiéndose como cualquier hombre racional haría ... Les quedaban tres segundos de vida.

Durante dos segundos más, la grabación muestra a los dos marines disparando sus armas sin parar, el parabrisas del camión partiéndose en pedazos y los disparos desgarrando el pecho del hijo de puta que quería pasar para matar a sus hermanos, iraquíes y americanos, que se encontraban en el edificio sin ser conscientes de que sus vidas en ese momento dependían completamente de los dos marines que se mantenían en su posición. ... La grabación muestra el camión dando bandazos hasta pararse delante de los marines. Durante toda la rápida y violenta escena Yale y Haerter nunca dudan. No dan ningún paso atrás. No se mueven. Ni siquiera cambian el peso de su cuerpo. Con sus pies firmes en el suelo, el cuerpo dirigido hacia el peligro, disparan sus armas tan rápido como pueden. Sólo les queda un segundo de vida.
El camión explota. La cámara se ennegrece. Los dos hombres se van con Dios. Seis segundos. No tienten tiempo suficiente para pensar en sus familias, su país, su bandera o sobre su vida y su muerte, pero tiene tiempo suficiente para cumplir con su deber… hacia la eternidad. Esta es la clase de gente que está de guardia hoy por la noche repartida por todo el mundo.

Nosotros los marines creemos que Dios dio a América el mayor de los regalos que un hombre puede poseer mientras vive en la tierra: la libertad. También creemos que nos dio otro regalo casi del mismo valor: nuestros soldados. Para salvaguardar la libertad y garantizar que ninguna fuerza pueda robárnosla… Estar seguros que nuestra América, ese experimento democrático que comenzó hace doscientos años, continuará siempre siendo “la tierra de hombres libres y hogar de hombres valientes” mientras tengamos jóvenes americanos con el deseo de mirar más allá de sus intereses y sus vidas confortables que vayan a los lugares más peligrosos y oscuros del mundo ... ¡Dios bendiga a América, y SEMPER FIDELIS!

John F. Kelly
Lieutenant General, U. S. Marine Corps
Commander, Marine Forces Reserve and Marine Forces North


(1).- El discurso completo se puede encontrar en:
http://www.marines.mil/unit/marforres/C ... 01113.aspx
Saludos.


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Zeuxis
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Mensaje por Zeuxis »

En mi opinión,lo que pasa es que hace relativamente poco(en términos históricos),pasamos una Guerra Civil.
Todavía están muy abiertas las heridas de los "rojos" y "fachas".Términos arcaicas,obsoletos e inútiles.
No recuerdo que Historiador dijo:"Hace falta cien años para que ésas heridas se cierren".


"No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre." --Andrew Bonar Law--
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Regreso a casa.

Mensaje por AFOCES »

Regreso a casa. Merece pantalla grande.
Emocionante:
http://www.wimp.com/soldierssurprising/
Saludos


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Zeuxis
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Re: Regreso a casa.

Mensaje por Zeuxis »

AFOCES escribió:Regreso a casa. Merece pantalla grande.
Emocionante:
http://www.wimp.com/soldierssurprising/
Saludos

Me faltará tiempo AFOCES,para agradecerte éste vídeo.
He llorado cómo una madalena.Se me han puesto los pelos de punta.
Maravilloso.
Sublime.
Impresionante.
Envidiable.
Genial.
Gracias de corazón,compañero.


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La tumba de Cervantes.

Mensaje por AFOCES »

Uno de los adjetivos que empleas Zeuxis, - envidiable - me vino a la memoria cuando leí el artículo que sigue:
La tumba de Cervantes
El Mundo. DAVID TORRES. 24/06/2011

LOS ESPAÑOLES somos un pueblo avergonzado de su historia, no sólo de ciertos trozos que sí, que son de vergüenza, sino de toda nuestra Historia, en bloque y con mayúsculas, desde Viriato hasta anteayer. Cualquier pueblo se enorgullecería de contar entre sus héroes a Hernán Cortés o a Pizarro, caudillos de la talla de César o Alejandro, tipos que se merendaron un continente a puro huevo y que no obtuvieron otro reconocimiento de aquellos gobernantes papanatas de entonces que una colleja, como siempre.

Lo malo es que siglos después, a pesar del ejemplo ilustre de Galdós, ni Cortés ni Pizarro han encontrado asilo en una novela o una película, tal vez porque aún nos escuece la cicatriz de Lepanto, la vergüenza de haber pagado al mayor genio de nuestras letras con una buena ración de cárceles, hambre, pobreza y oprobio. Ya se sabe que en España no hay estatua al soldado desconocido porque aquí nos conocemos todos. En un país que forja un panteón para cada monarca baboso que nos ha arruinado (ya sean austrias o borbones) ni siquiera guardamos los restos mortales de Cervantes.

Gracias a la literatura, al cine, a la televisión, hay ciertos nombres que resuenan en los oídos con un fragor de gloria: Gettysburg, Monte Cassino, Waterloo, Las Termópilas, Bastoigne, Gallipoli. Pero en ese vocabulario elemental de la épica apenas hay sitio para el español y muy pocos sabrían situar Igueriben, el cerro que el coronel Benítez defendió hasta la muerte junto a 300 valientes. Reconozco que yo, al menos, no sabía ubicarlo hasta que Rafael Martínez-Simancas y el coronel Benito Gallardo me llevaron de la mano por todo el matadero de Annual, desde la frontera de Melilla hasta el pezón mismo de Igueriben, donde dos chavales marroquíes, desechos de tienta de la Historia, nos acompañaron hasta lo alto.

Allí vi a mi amigo Rafael venteando el aire de la batalla, el fulgor de la sangre, el perfil del coronel Gallardo que se mezclaba en el azul de la mañana con filas de soldados fantasmas, y supe que en sus ojos ya crecía una novela, Doce balas de cañón, el libro que acaba de publicar y que cuenta la gesta de Igueriben, una de las pocas narraciones que intenta hacer justicia a aquel desastre militar y al recuerdo de tantos héroes anónimos. Mientras los dos chavales nos vendían unos viejos cartuchos, sagradas reliquias de pólvora, me fijé en que a uno de ellos le faltaba un ojo, una desgracia que cualquier médico hubiese podido evitar, pero aún seguíamos en el epicentro del Rif, entre los nietos de Abd-el-Krim, en un campo de honor abandonado por reyes, generales y tiranos, en ningún lugar, en la polvorienta tumba de Cervantes.
Saludos y gracias, Zeuxis, por tus palabras


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!!Feliz cumpleaños EEUU!!

Mensaje por AFOCES »

El 4 de julio del año 1776 se reunieron 56 congresistas para aprobar la Declaración de Independencia. En el congreso se encontraban cuatro de las principales figuras de la independencia americana: George Washington, Thomas Jefferson, Benjamín Franklin y John Adams.

Felicidades a la gran nación americana en el 235 aniversario.


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Yorktown
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Mensaje por Yorktown »

Me faltará tiempo AFOCES,para agradecerte éste vídeo.
He llorado cómo una madalena.Se me han puesto los pelos de punta.
Maravilloso.
Sublime.
Impresionante.
Envidiable.
Genial.
Gracias de corazón,compañero.


Lo mismo digo.


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Re: Regreso a casa.

Mensaje por AFOCES »

Pues he visto el vídeo varias veces y, siempre, me emociono.
Aprovecho que os ha gustado para verlo de nuevo.
Saludos


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Bélico
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Re: Regreso a casa.

Mensaje por Bélico »

AFOCES escribió:Regreso a casa. Merece pantalla grande.
Emocionante:
http://www.wimp.com/soldierssurprising/
Saludos
yo también me he emocionado,tengo que admitirlo :mrgreen:


iago rivas
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Re: Regreso a casa.

Mensaje por iago rivas »

AFOCES escribió:Regreso a casa. Merece pantalla grande.
Emocionante:
http://www.wimp.com/soldierssurprising/
Saludos
tu mismo lo has dicho


agualongo
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Mensaje por agualongo »

Antes que nada pido perdón por delante al amigo AFOCES, al que aprecio y de cuyos post tanto he aprendido.. y antes que nada pido perdón, pro adelantado, por ser para algunos el "pepito grillo" del foro (¿verdad amigo Vet?)..
Pero yo no me he emocionado... el llorar en público me parece lamentable, impropio de un caballero, mucho menos si se es español (la Gravedad Española)... no conocí ni a mi bisabuelo Rufo (que debió morir a comienzo de los años veinte) ni a mi bisabuelo Salvador (fallecido en 1937 a los 83 años de edad), ambos veteranos de guerra, de los Castillejos aquél, de Cuba éste... pero si ambos, al volver, les recibe uno de sus hijos llorando... del bofetón que les daban, los dejan sin dientes (Mi madre me cuenta como a su padre, coronel Jose María, de la Guardia Real de Alfonso XIII, veterano del Rif, caballero laureado, herido casi mortalmente en una ocasión (la bala alojada al lado del corazón jamás fue extraida) y de gravedad en otra, veterano de La Cruzada... se le hubiera recibido llorando...¡Del Ostión que hubiera dado no nos deja ni una muela sana! De hecho, siempre se le hablaba de "Usted" (me refiero padre a hijos y tuvo 9)...

Esa era la gravedad española, no me imagino al Duque de Alba, a Lluis de Requesens, al último caballero, don Juan de Austria... llorando a moco partido (en eso estoy con Pérez Reverte)... llorar es propio de americanos (de su civilización).. pero desde luego no era propio de Hernán Cortez, de Guzmán el Bueno, de Moscardó o de Sanjurjo... ni de mi familia (yo jamás he llorado en público, nunca, en toda mi vida, por nada y jamás lo haré... no forma parte de nuestra tradición, de nuestro modo de vida, de los "antiguos", de nuestros venerables antepasados)...

Direis, con razón, que no se puede comparar a un joven oficial que venga de Iraq 2011, con un oficial español que regresara en 1898, en 1900 o en 1880...modos de vida distinto, relaciones familiares diferentes, mentalidades colectivas extrañas las unas de las otras...

Yo me quedo con lo que dijo el padrinet de mi padre a su esposa, cuando regresó de la guerra, en defensa del ALTAR Y EL TRONO... tras años de ausencia, se limitó a colgar su boina roja, a dejar su fúsil en un rincón y dijo:

¿Mujer que hay de comer?

Para mí, esa austeridad española es mucho más hermosa en su pureza que esos lloriqueos de Walt Disney Production... y es que, como dijo, Akiro Kirosawa...¡No todos somos americanos!

Ya sé que el modo de vida, la mentalidad, de un carlistón español de la época poco tiene que ver con la mentalidad de un yanki del siglo XXI... pero... ¿Cuál define mejor el temparemento español?

Saludos


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Almogàver
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Mensaje por Almogàver »

El mantener la compostura en público y ser capaz de ocultar las emociones nada tiene que ver con el verdadero valor.


jandres
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Israel

Mensaje por jandres »

Yo estoy con agualongo.....


...............
siempre que no hable de política.


Voltaren!, Voltaren!!...a por ellos!! ..oe!!...a por ellos oe!!.

Uy!!..ya no, ahora no hay que subirles el sueldo
Gaspacher
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Mensaje por Gaspacher »

Pues yo recuerdo leer como españoles veteranos de 100 batallas, lloraron como niños al disolverse el Tercio Viejo de Lombardía.


A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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ZULU 031
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Mensaje por ZULU 031 »

agualongo escribió:Antes que nada pido perdón por delante al amigo AFOCES, al que aprecio y de cuyos post tanto he aprendido.. y antes que nada pido perdón, pro adelantado, por ser para algunos el "pepito grillo" del foro (¿verdad amigo Vet?)..
Pero yo no me he emocionado... el llorar en público me parece lamentable, impropio de un caballero, mucho menos si se es español (la Gravedad Española)... no conocí ni a mi bisabuelo Rufo (que debió morir a comienzo de los años veinte) ni a mi bisabuelo Salvador (fallecido en 1937 a los 83 años de edad), ambos veteranos de guerra, de los Castillejos aquél, de Cuba éste... pero si ambos, al volver, les recibe uno de sus hijos llorando... del bofetón que les daban, los dejan sin dientes (Mi madre me cuenta como a su padre, coronel Jose María, de la Guardia Real de Alfonso XIII, veterano del Rif, caballero laureado, herido casi mortalmente en una ocasión (la bala alojada al lado del corazón jamás fue extraida) y de gravedad en otra, veterano de La Cruzada... se le hubiera recibido llorando...¡Del Ostión que hubiera dado no nos deja ni una muela sana! De hecho, siempre se le hablaba de "Usted" (me refiero padre a hijos y tuvo 9)...

Esa era la gravedad española, no me imagino al Duque de Alba, a Lluis de Requesens, al último caballero, don Juan de Austria... llorando a moco partido (en eso estoy con Pérez Reverte)... llorar es propio de americanos (de su civilización).. pero desde luego no era propio de Hernán Cortez, de Guzmán el Bueno, de Moscardó o de Sanjurjo... ni de mi familia (yo jamás he llorado en público, nunca, en toda mi vida, por nada y jamás lo haré... no forma parte de nuestra tradición, de nuestro modo de vida, de los "antiguos", de nuestros venerables antepasados)...

Direis, con razón, que no se puede comparar a un joven oficial que venga de Iraq 2011, con un oficial español que regresara en 1898, en 1900 o en 1880...modos de vida distinto, relaciones familiares diferentes, mentalidades colectivas extrañas las unas de las otras...

Yo me quedo con lo que dijo el padrinet de mi padre a su esposa, cuando regresó de la guerra, en defensa del ALTAR Y EL TRONO... tras años de ausencia, se limitó a colgar su boina roja, a dejar su fúsil en un rincón y dijo:

¿Mujer que hay de comer?

Para mí, esa austeridad española es mucho más hermosa en su pureza que esos lloriqueos de Walt Disney Production... y es que, como dijo, Akiro Kirosawa...¡No todos somos americanos!

Ya sé que el modo de vida, la mentalidad, de un carlistón español de la época poco tiene que ver con la mentalidad de un yanki del siglo XXI... pero... ¿Cuál define mejor el temparemento español?

Saludos



No es, que coincida amigo agualongo. Es la realidad y verdad de una "autentica casta" hecha de otra tintura..., que ha perdurado y aún sigue especialmente en determinados ambientes y coletivos (tú sabes por donde voy y conoces) :wink: .

Saludos


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