La modernización del Grupo de Combate y el SCOMBA
El Grupo de Combate de la Armada Española (AE) se halla metido de lleno en una operación de modernización, o gran carena, algo siempre dilatado y complejo, entendiendo como Grupo de Combate los seis buques de la clase F-80 y el propio R-11, “Príncipe de Asturias”. Y aunque la crisis económica va a tener también algo que decir al respecto, buena parte de todo ello está ya felizmente en marcha.
Cuando en 2005 comenzaron a darse de baja en la Armada Española las fragatas de la Clase 70 con la Baleares en primer lugar, seguida por las Extremadura (2006) y Asturias (2009), además de la Cataluña y la Andalucía, hundidas éstas en sendos ejercicios, respectivamente en 2007 y 2008, la AE quedó con las seis F-80, a las que se fueron añadiendo las F-100 a partir de 2002 y años sucesivos.
Pero las propias F-80 tenían una serie de años sobre sus cuadernas, toda vez que fueron entrando en servicio entre 1986 y 1994. Además de haber sufrido una vida muy ajetreada, ya que no en vano sirvieron en muchas de las misiones internacionales de los años noventa. Y de las nuevas F-100, las cuatro primeras lo hicieron en 2002, 2003, 2004 y 2006, con una quinta que está prevista para 2012 y una sexta que de momento no pasa de ser un simple anhelo, pues, si Dios no lo remedia, es harto dudoso llegue a feliz término, toda vez que los recortes presupuestarios, consecuencia de la crisis, precisamente, en uno de los ministerios en que suelen cebarse más es el de Defensa. Y curiosamente con gran alharaca por parte de un sector –amplio– de la población y de determinados partidos políticos. O sea, que en el mejor de los casos la flota de fragatas en servicio de la AE es, en este momento, de diez (las cuatro F-100; las cuatro F-80 que ya han salido de su gran carena, y las dos que por el momento seguirán como están).
Y para un tipo de buque tan importante como la fragata, diez buques no parecen demasiados, sino más bien demasiado pocos, pues alcanzan a cubrir a duras penas las escoltas de las unidades mayores, la destacada en el Índico con la Operación Atalanta, o antipiratería, y las que estén en descanso de dotación y mantenimiento del propio buque. Suponiendo, si no es mucho suponer, que no haya ninguna destacada en alguna flotilla de la OTAN.
Básicamente se trata de proporcionarles a estos buques vida para otros quince años más, con lo cual se alargará hasta 2025 para la F-81 y hasta 2035 para la F-86, momento en que las F-100 ya andarán hacia sus 20 y tantos años, lo cual quiere decir que se habrá de prever el relevo para las primeras y comenzar a pensarlo para las segundas. Eso siempre en el mejor de los casos, es decir, que la crisis actual sea tan sólo un mal recuerdo y no haya llevado consecuencias mucho más graves y, a la vez, que las necesidades estratégicas de la AE sigan siendo las actuales, lo cual significaría que el mundo, más o menos, permanecería con el mismo orden, valores y organización actuales. Algo que tampoco parece tan claro como eso, pues a tenor del camino que lleva la actual sociedad y mundo nos vamos a despertar en cualquier ocasión vestidos con traje antipolución y mascarilla protectora o, tal vez, chilaba y burka, así como postrados al suelo cinco veces al día.
De las seis F-80, las cuatro actualizadas son:
F-82 Victoria ------------ Inmovilizada desde 21/2/2005 hasta 18/10/2007
F-83 Numancia---------- Inmovilizada desde 21/2/2005 hasta 19/12/2007
F-81 Santa María ---------- Inmovilizada desde 3/12/2007 hasta 16/4/2010
F-84 Reina Sofía ---------- Inmovilizada desde 3/12/2007 hasta 16/4/2010
Las fechas de salida de obra de las F-81 y F-84 son las previstas, pero dependen en gran parte de la evolución climatológica, pues al hallarse en fase de pintado en momentos meteorológicamente adversos, andan algo retrasadas en este tema. Las obras de las F-85 Navarra y F-86 Canarias se han pospuesto por el momento, por lo que no comenzarán antes de 2012. Tres cuartos de lo mismo ocurre en lo que se refiere al R-11 Príncipe de Asturias. En éste, además, debe contarse con la entrada en servicio del L-61 Juan Carlos I, dado que es su sustituto natural operativo, al disponer de cubierta de vuelo y el hangar correspondiente.
Trabajos realizados
Todos los buques no han sido sometidos a idénticos trabajos, toda vez que, a pesar de ser gemelos, ni su estado general ni sus equipos son iguales por completo. De cualquier modo, sí se ha seguido un esquema general –el que vamos a analizar–, toda vez que hacerlo pormenorizado, buque a buque, se saldría por completo del objeto y espacio de este trabajo. Básicamente, se ha tratado de implementarles cinco grupos de obras, de las que algunas han sido sobre la propia plataforma y equipos de combate; las llamadas CAVIMAR (Calidad de Vida en la Mar); la propia obra de varada y el pintado final, todo ello comprendido dentro del llamado PIP (Plan de Inmovilización Programado).
Sin pretender ser exhaustivos al respecto, las principales que, repetimos, no son idénticas a todos los buques, toda vez que dependen de diversas circunstancias, son recorridos a fondo y comprenden: cambio válvulas con seccionamiento del colector de CI; sustitución del sistema de halón; válvulas de ventilación cortafuegos; integridad estructural de puertas y escotillas estancas; integridad estructural de compartimentos estancos; experiencia y comprobación de estabilidad; resistencia longitudinal; análisis de fatiga de la superestructura; pesos y estabilidad: situación tras modernización; sistemas de aire acondicionado y refrigeración de equipos electrónicos; red de 220 V y 50 Hz; saneamiento de tuberías de CI; servicio de agua salada; sistema de ventilación; servicio de aire de alta y baja presión; colector para aguas residuales; planta productora de agua potable; sustitución de UPS, sistema fijo de inundación de sentinas con espuma; arranque de bombas de CI desde cubierta SI; tomas de CI de 2,5 pulgadas para eyectores de achique; equipo médico de soporte vital avanzado; modernización del pescante actual; recorrido del reductor; reacondicionamiento de bombas de CI; sustitución de motores diesel y turbinas de gas; tratamiento de residuos sólidos; separador de sentinas; compresor de aire vital; y recorrido de trituradoras e incinerador.
Principalmente se trata de recorrer todos los alojamientos y locales que se reconstruyen con paneles que cubren todos los servicios, con renovación de mobiliario, camas y demás. También se segregan la habitabilidad para hombres y mujeres, modificándose todos los espacios comunes y/o privados.
Al ser buques construidos en la década de los ochenta y proyectados aún antes, no es factible recurrir a la instalación modular que sí se realizó en origen a otros buques más modernos. Pero con este programa los buques quedan a la altura de cualquiera de los de su tipo y de cualquier marina: radar KH (Kelvin Hughes) de navegación y alta definición en alertas de superficie; CONAM (consola táctica de navegación); WECDIS (equipo de dirección segura y de operaciones y sistema de navegación con cartografía electrónica), con posibilidad de transferir datos AML (Auxiliary Military Layer); nuevos indicadores en los alerones del puente; control de tiro Mk-92 y SATCOM F-84 (equipo de comunicaciones y situación por satélite); sistema multisensor de vigilancia y tiro con sensor láser IF y cámara de televisión para seguir blancos a corta distancia; ESM Rigel; y sustitución del RAN-12L por RAN-30XL. Se ha desembarcado la llamada cola o rastra de sonar remolcada, por no tener ya hoy la importancia de antaño, aparte otras razones técnicas diversas.
El “SCOMBA”
Fruto de la minuciosidad con que se eligieron los diseños de las unidades de la AE, así como el deseo de mantenerlas lo más actualizadas posible, hacia 2002 se llegó a una situación que podía considerarse límite, con una comunalidad logística un tanto conflictiva. Así, a bordo de los buques en aquellos años podía hallarse todo un selecto ramillete de lo mejorcito dentro de cada arma y clase, pero ello no quiere decir que, visto el problema desde el punto de vista de criterios de mantenimiento, éste no dejase de ser un tanto mejorable, con sistemas de armas y decisión de mando de las más heterogéneas procedencias. Es el caso de Estados Unidos, Países Bajos, Italia, Francia, etc.
Elegir un sistema de combate idóneo entre los distintos posibles no es una decisión fácil, máxime si se tiene en cuenta que desde el inicio de la fase de viabilidad de un proyecto hasta la entrada en servicio del primero de los buques de la serie suele transcurrir, por regla general, más de una década colmada. Pero a la velocidad con la que avanza la tecnología naval militar actualmente, en el plazo de quince años -o sea prácticamente el de proyecto, diseño y entrada en servicio de un buque- un sistema de combate de tipo avanzado ha quedado ya desfasado. De ahí que la Armada decidiese implementar, en 2002, un sistema de combate propio unificable en una familia para todas las futuras construcciones y modernizaciones, con unos códigos fuente propios, de modo que, además, no hubiese que depender de tecnologías foráneas al respecto. Se llamó SCOMBA (Sistema de Combate de Buques de la Armada).
La idea base, pues, surgió a partir de la entrada en servicio de los LPD y las F-100. Había el precedente del programa TRITAN, con el cual se modernizaron las fragatas de la clase Baleares, así como integraciones de los equipos complejos de las fragatas F-100, con sus AN/SPY-1D, lo cual garantizaba que tampoco se trataba de una aventura desconocida. De cualquier modo, se aceptó como premisa tolerable que en el desarrollo de sensores un tanto complejos, o todos los sistemas de dirección y control de misiles, la AE podía seguir asumiendo la dependencia de la US Navy, aún y a pesar de ser conscientes que sería muy deseable la independencia tecnológica al respecto. En los equipos de mando y control no fue así, toda vez que se estimó que tales equipos son el núcleo del sistema de combate y en el que los cambios no comportan la cantidad ingente de dinero que sí lo hace, por ejemplo, el desarrollo de las nuevas técnicas de control de misiles en vuelo, al tiempo de exigir ciertos cambios con alguna frecuencia –es el caso de los enlaces tácticos– con objeto de seguir alineados con versiones sucesivas y posteriores de STANAG (Standard NATO Agreement), a la vez de considerarse que ese sistema de mando y control precisa de una puesta a punto y control nacional.
La segunda mitad –más o menos– de la primera década del siglo XXI lleva camino de coincidir con la entrega de una serie de buques importantes de la Armada Española. Es el caso del Cantabria AORH 15, prevista su entrega en junio de 2010; del Juan Carlos I LHD 61; y los dos primeros BAM, Meteoro P 41 y Rayo P 42, –los P 43 y P 44 se entregarán en el próximo 2011– y, a la vez, la modernización o mantenimiento de media vida del R-11 Príncipe de Asturias, si es que, por todas y cada una de las razones apuntadas arriba, no se acaba retrasando sine die.
Todos estos buques utilizarán sensores muy similares, tales como el radar Lanza-N (el LHD y el R-11 una vez modernizado) y el Aries, ambos de Indra. Éste es un sistema de vigilancia de baja probabilidad de interceptación (LPI) y el primero es una adaptación naval del ya conocido Lanza, el cual opera en diversos emplazamientos para la defensa aérea del territorio nacional. Otro sistema de Indra es el identificador IFF, que incorpora el Modo 5 (OTAN), cuya principal misión es permitir identificarse ante la interrogación de otra plataforma amiga. Como es sabido, el Lanza-N es un radar de búsqueda aérea que opera en la banda D, con 470 km. de alcance y en 3D. El Aries NAV opera en banda X. Los OPV clase Meteoro, por su parte, también utilizarán el SCOMBA con Link 11 y, en un futuro, el Link 22.
En lo que se refiere a la línea de aplicación del SCOMBA, la AE utiliza dos distintas: una primera, de gran complejidad técnica y de gestión, la cual arrancó con las cuatro primeras F-100, con una baseline incorporando el misil ESSM, extendiéndose a la segunda línea F-105 y, en teoría, F-106, en las que la participación nacional será más extensa que en la primera. La segunda es la de los buques que dispondrán de un sistema de combate SCOMBA (patrulleros, AORH, LHD y R-11). Con ello España alcanzará la más cara aspiración de todas las marinas: disponer de un sistema de combate estandarizado en el que quede simplificado y abaratado el desarrollo y el apoyo de todo el ciclo de vida
Objetivos
Los objetivos a perseguir –y lograr– son principalmente dos. En primer lugar, tener, si es menester, tecnología propia suficiente para producir sensores o armas, aunque, finalmente, se adquieran en el extranjero por el principio de la máxima rentabilidad con la menor inversión. Segundo, integrar en España, reteniendo la propiedad intelectual del desarrollo, todo un sistema de combate al completo. Para ello, en principio, al comenzar el desarrollo del SCOMBA se planteó la atractiva premisa de la comunalidad con el software de las F-100, aunque se partió de un requisito considerado básico e irrenunciable: la inexistencia de cajas negras y, en consecuencia, el acceso al código fuente por completo. Se halló un contratista principal español, pero sin descartar las aportaciones o asistencia de un socio en el que hallar determinada asistencia tecnológica. Durante muchos meses se mantuvieron negociaciones con la US Navy, Lockheed Martin, la Gerencia de Cooperación Industrial (actualmente DICOIN-ISDEFE), la Subdirección General de Tecnología y Centros, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), el Estado Mayor de la Armada (EMA) y la Jefatura de Apoyo Logístico (JAL), lográndose finalmente la estrategia contractual que ya fue definitiva para la consecución del SCOMBA.
Digamos finalmente que el SCOMBA se desarrolló con fondos de I+D, con una transferencia de tecnología de especificaciones y partes del código fuente de los programas de Command & Decisión (C&D) y AEGIS Display System (ADS) de la Baseline 7 norteamericana(1). Estas transferencias de tecnología se lograron mediante un acuerdo de cooperación industrial de Lockheed Martin con la DICOIN. El contratista principal de SCOMBA es Navantia y, dentro de ella, su división de Sistemas FABA (Fábrica Artillería Bazán), algo lógico, habida cuenta de su gran experiencia en el programa CDS de las F-100, así como el uso y conocimiento profundo de la metodología utilizada por el AEGIS, fruto todo ello de su prolongada etapa de colaboración con Lockheed Martin. Asimismo, participan otras empresas, es el caso de Sainsel en las consolas CONAM, Indra con los radares Aries, Lanza-N y sistemas de guerra electrónica; o Tecnobit con los de vigilancia optrónica y de procesamiento de enlaces de datos tácticos.
Descripción
Una configuración del hardware del SCOMBA puede constar de una pareja de armarios de proceso redundante Aries; cierto número de consolas de dos y tres monitores CONAM, que según el buque variará desde las cuatro del BAC a las 16 del LHD; un servidor de video digital de radar y TV; una cantidad asimismo variable de pantallas gigantes y un conjunto diverso de sensores y armas. Los dos primeros buques que han sido provistos de SCOMBA han sido los BAC Cantabria y LHD Juan Carlos I, a los cuales seguirán los BAM.
En lo que reza a enlaces de datos tácticos, se tomó la decisión de emplear siempre el procesador LINPRO(2) de Tecnobit, aún cuando se use tan sólo el Link 11, a pesar que éste podría ser integrado de un modo directo. LINPRO es un sistema de distribución y gestión de mensajes que actúa de interfaz entre el sistema táctico y DLS (Link 11, Link 16, etc.). Esta decisión fue muy importante, toda vez que impacta al diseño de la base de datos de trazas, que se dimensiona para utilizar el Link 16 o incluso el Link 22 en un futuro. Su grado de normalización comportará muchos beneficios en todo el mantenimiento futuro del código del sistema y en la facilidad con que se podrán implementar nuevos enlaces de datos. El músculo cardiaco del SCOMBA está compuesto por una generación de procesadores con igual tecnología que los utilizados en la F-105, aunque ampliando así el número de sistemas y buques que contarán con un hardware idéntico, mejorando la comunalidad logística en consecuencia.
Las consolas CONAM constituyen una evolución de las que poseen las F-100. Disponen de procesadores principales para la aplicación del SCOMBA y otros auxiliares que se hallan segregados del procesador principal por razones de seguridad, permitiendo presentar al operador una considerable variedad de aplicaciones como el sistema Integrado de Control de la Plataforma; de mensajería; chat táctico; MCCIS (Maritime Command and Control Information System); de control de embarcaciones, de personal y material, etc. De ese modo no se producen interacciones perjudiciales para las varias prestaciones del sistema de combate, con lo que se permite a la vez la integración mecánica y ergonómica en la consola de multitud de diferentes sistemas a los que los operadores de los buques precisan acceder.
Durante el desarrollo del SCOMBA se integraron por primera vez los radares Lanza-N, Aries, y PAR de aproximación(3); IFF con modos 5 y S; AIS como otro sensor para el sistema de combate; el procesador LINPRO con interfaz estándar de mensajes Serie N; el sistema de control de embarcaciones anfibias, así como el servidor cartográfico y toda la sincronización de tiempo de los elementos con una central horaria y protocolo NTP.
El software tiene un concepto de arquitectura abierta, a la que los cambios de los procesadores de aplicación –imprescindibles a menudo debido al cambio por motivos de obsolescencia en el mercado comercial– no lleva aparejado un cambio en el software de aplicación. Para lograrlo, se tuvo que desarrollar uno de infraestructura y midddleware que aisla del impacto de las alteraciones en hardware y sistema operativo y las propias aplicaciones. Al propio tiempo, se impusieron unas estrictas normas para prohibir el acceso de las aplicaciones a los servicios de bajo nivel del sistema operativo o del hardware. El código fuente es común a todos los buques. A través de switches de compilación y ficheros de configuración se establecen diferencias entre un buque y otro, lo cual comportará gran ahorro en el mantenimiento del propio software. Con este enfoque, toda corrección de un problema de un buque es realizado de modo automático en todos los demás.
Es menester resaltar la gran complejidad de las diversas facetas halladas durante el desarrollo del SCOMBA, pues, si por un lado hubo que lidiar con una gran variedad de requisitos, por otro se topó con la propia gestión contractual dado que cada buque tiene una orden de ejecución propia a partir de la que adquirir el equipamiento SCOMBA y las pertinentes modificaciones al software. Otro punto es el técnico y programático, que al integrar tal variedad y cantidad de sensores y sistemas comportan buen número de problemas en los propios calendarios y la coordinación técnica.
Con el SCOMBA, la tecnología española ha escalado varios puestos en el ranking de la tecnología mundial y con ello la Armada Española se ha visto liberada de anteriores servidumbres y dependencias, lo que redunda en una mejor funcionalidad y racionalidad. En todos y cada uno de los aspectos debemos felicitarnos por este hecho, puesto que tecnológicamente representa mucho más de lo que a primera vista pueda parecer.
Agradecimientos: Capitán de Navío (Ing) Antonio Sánchez Godínez, y ORP de la Armada.
(1) La primera serie de F-100 está basada en la Baseline 5 para el C&D y 6 para el ADS.
(2) LINPRO es un sistema informático rugerizado (anglicismo utilizado para definir los utensilios o dispositivos que reúnen unas condiciones de estanqueidad, así como de robustez que los convierten en muy resistentes a golpes, caídas y vibraciones y la misma influencia de agentes externos, como el polvo o el agua), basado en tecnología COTS (Comercial On The Shelf) diseñado y calificado bajo las más exigentes condiciones militares. Está compuesto por dos subsistemas: procesador y consola.
(3) Basado en dos radares Aries.
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Un saludo y feliz 2011!.
La Espada de mi enemigo es mi Espada.
Por Miyamoto Musashi ( 宮本 武蔵, Miyamoto Musashi ).