capricornio escribió:
La primera batalla de Nola empieza con la llegada de Aníbal para tomar la ciudad. Sigue con pequeñas escaramuzas entre la ciudad y el campamento cartaginés. Tras estas se produce la batalla campal que describe Livio. El ejército de Aníbal permanece en formación de batalla bastante tiempo esperando la salida de los romanos y la reacción de los traidores nolanos apalabrados con él en los muros. Ante la ausencia de esta, ordena traer de su campamento la maquinaria de asalto para iniciar el mismo. Cuando están próximos a los muros, Marcelo ordena la salida en tromba por la puerta principal de una parte de sus efectivos de infantería seguida de la caballería. Y tras esto se produce la salida del resto de sus tropas por las puertas laterales, citando expresamente el autor romano la impresión de ser muy numeroso en efectivos que consiguió dar Marcelo con esa triple salida y el griterío de los hombres que custodiaban los suministros junto a las puertas de la ciudad. Livio se hace eco de las cifras de bajas favorables a los romanos y aunque afirma que no sabe si esa fue la magnitud real de los hechos, sí que deja claro que fue una victoria romana muy importante por lo que supuso de batir a los púnicos en batalla. A raíz de esto, prosigue el relato diciendo que Aníbal pierde la esperanza de tomar Nola y se marcha hacia Acerrae. De la descripción, aunque le demos más o menos crédito a la cifra de muertos, lo que queda claro es que quien gana el enfrentamiento armado a su rival es Marcelo con su repentina salida, y quien fracasa en su intento es Aníbal.
Quizá lo primero que haya que señalar es que Livio en ningún momento dice que Anibal fuera "puesto en fuga" por la salida de los romanos por las puertas laterales como señalabas en tu primer mensaje-. De hecho, en ningún momento dice ni que se pusiera en fuga ni que huyera. No nos dice como continúa la batalla -lo que no deja de ser extraño si pensamos que se produjo un victoria riomana-
Livio da gran importancia a la victoria, pero añadiendo a continuación la dificultad que tenía el evitar ser derrotado por Anibal. Por otro lado, Livio también nos dice que Anibal no tenía intención de tomar la ciudad al asalto, sino que esperaba que su acción permitiese a sus partidarios del interior realizar los planes pactados. La lucha proporcionó a los partidarios de los cartagineses la mejor ocasión para "hacer algo" -que es lo que buscaba Anibal al forzar la salida de la mayor parte de las tropas romanas-. Si no lo hicieron no se le puede achacar a él.
En Cumas, cuando hablo de "diezmar" a los atacantes me refiero a los que llevan el ataque con la torre de asalto. Por la magnitud de muertos que da Livio, 1.300 cartagineses, desde luego que no es el combate más importante de la guerra, pero si que deja claro el fracaso de Aníbal frente a ciudades amuralladas, y por otro lado describe el hecho de construir una torre de asalto de gran magnitud, mención poco habitual en el general de Cartago durante la contienda. Una vez más, le vuelven a sorprender con una salida relámpago desde las puertas de la ciudad, que le ocasiona no sólo perder la maquinaria de asalto y un apreciable número de tropas, sino retirarse a su campamento perseguido, tal y como lo describe Livio.
Estamos hablando de una escaramuza en la que, aprovechando el pánico que provoca el fuego de una torre, los sitiados hacen una rápida salida y vuelven rápidamente tras las murallas. Por supuesto, ni sorprenden a Anibal -que difícilmente estaría al mando directo del contingente que en ese momento movía la torre- ni le persiguen a ninguna parte. Lo que hacen es -como es norma en esas situaciones- realizar una acción rápida y retirarse antes de que el enemigo reacciones.
No es en la faceta del asalto a ciudades donde demostrara su talento el púnico.
Sin duda, ninguno de los dos ejérctitos puede comprara su poliorcética a la macedonia, pero entre todos los asedios de la guerra el más difícil y por la fortaleza de la posición atacad probablemente sea el de Sagunto. En todo caso, nadie pretende que Anibal sobresaliera en el asalto a ciudades o puntos fortificados.
Para mi, este combate no es una simple refriega sino un intento de asalto de los muros fracasado y saldado con bajas significativas para la magnitud del esfuerzo que se estaba llevando a cabo, que convence a Aníbal de sus carencias ante los bastiones.
Pero parece que las carencias son materiales. El hecho de prenderse fuego con violencia una de las torres de asalto parece indicar un tratamiento inadecuado o un material inadecuado. Si no tenía posibilidad de subsanar esa carencia no tenía sentido hacer otra torre para que corriese la misma suerte. Se suele pasar por alto el extraordinario esfuerzo que tuvo que suponer el mantenimiento de un ejército más allá del alcance de cualquier línea de suministros. Sea cual fuera el esfuerzo necesario para solucionar la carencia de las torres, posiblemente era inalcanzable.
No en vano en la ciudad estaba uno de los cónsules romanos de ese año, Tiberio Sempronio Graco. El que al día siguiente Aníbal alinee sus tropas para presentar batalla, lo que indica es el reconocimiento de que el combate en los muros no es lo suyo, tratando en consecuencia de conseguir una victoria donde si demuestra su habilidad, que es en campo abierto.
Bueno, Livio señala claramente que Anibal esperaba que, tras su afortunada salioda del día anterior, el romano se confiase y diese batalla. Lo que hace pensar -además de cómo lo sabe Livio- en si la refriega del día anterior no pudo estar preparada para intentar que Sempronio se confiase.
Y el rechazo de los romanos a aceptar ese combate también indica sus debilidades o temores. Pero a la postre es el atacante (en este caso Aníbal tratando de tomar Cumas) el que debe llevar a cabo la táctica que le permita lograr sus objetivos o de lo contrario fracasará. En este caso, los defensores realizaron la defensa que se adaptaba a sus capacidades o autoconfianza y consiguieron que Aníbal desistiera de su intención sin llegar a conseguirlo.
Nadie duda que Anibal no estaba en condiciones de realizar grandes y prolongados sitios, lo que niego es que que fuera "rutinariamente" derrotado en batallas en campo abierto. De hecho, entre las que has mencionado hasta ahora no encuentro ni una sola en la que realmente pueda hablase de derrota. Cabe señalar que, a pesar de sus alharacas, los romanos debían pensara más bien como yo; si, efectivamente, hubiesen derrotado repetidamente a Anibal es evidente que habrían tomado la confianza suficiente como para intentar quitárselo de encima de una puñetera vez.
Respecto a la 2ª Batalla de Nola, nadie dice que sea una derrota total que aniquile el ejército de Aníbal. Pero de nuevo la descripción apunta a una retirada del púnico del campo de batalla cuando las cosas le están yendo bastante mal.
La descripción de Livio es clara, lo que no está claro es que sea exacta.
No sabemos si la mayoría de los muertos que le achacan se producen durante la fase regular del combate o durante la retirada en la que específicamente se dice por Livio que los púnicos dan la espalda (señal inequívoca de que huyen con no demasiado orden). La lógica apunta a que la mayoría de ellos sea durante esta retirada.
Una huida, dando la espalda al enemigo en terreno totalmente llano y teniendo que entrar en una fortificación por unas puertas angostas solo puede ser seguida de una masacre. Si no se produce, es porque las condiciones anteriores no se han dado. El hecho de que Marcelo no se decida a tacar también indica que él no había presenciado una desbandada.
Aunque cuenta que los soldados romanos estaban deseosos de asaltar el campamento, Marcelo los retrae y no se llega a mencionar que alcanzasen las puertas del campamento púnico (como si ocurre en la descripción de otros combates). La presencia de elefantes en la batalla es significativa sobre la envergadura de los medios puestos en juego en la misma.
Bueno, lo que tenía.
Asimismo la deserción que narra Livio de 1.300 númidas al día siguiente no apunta a unas tablas ni nada que se le parezca, sino a un ejército que empieza a desconfiar de su victoria y cree en la del rival.
Algo que ni tan siquiera Livio se atreve a sugerir. Por otro lado, posiblemente se trataba de mercenarios que buscaban una paga mejor.
La relación causa-efecto del resultado de la batalla recién ocurrida es clara.
Recuerdo ahora, por ejemplo, las deserciones que llegan al bando cesariano tras perder la batalla de Ruspina. Quizá las relaciones causa-efecto no sean tan claras.
La post-batalla no se puede presentar como una concesión de Aníbal a los romanos, cuando Livio de nuevo da un detalle que deja pocas dudas de quien fue el ganador al afirmar que Marcelo quema los despojos de sus enemigos como ofrenda al dios Vulcano.
No lo presento como una concesión de Anibal, sino como una concesión mutua. Y no lo hago yo, lo dice expresamente Livio. Sin embargo, si uno de los dos bandos había vencido no necesitaría el permiso tácito -ni expreso, ni de ninguna forma- del otro. Es más, si uno de los bandos ha perdido tendrá que solicitar el permiso al otro para recoger a sus caídos. En este caso Livio es claro: los dos bandos conceden una tregua tácita, lo que significa que ninguno de ellos estaba legitimado para considerarse dueño del campo de batalla.
Marcelo -y hace muy bien- se comporta ante los romanos como vencedor, pero ante los cartagineses no. Es evidente que una de las actuaciones era "propaganda" y la otra la dictada por la realidad de los hechos.
Un perdedor que hace ofrendas a los dioses nada más producirse su derrota es inverosímil. La falta de persecución de los cartagineses no quiere decir nada. Tampoco Aníbal lo hace tras ganar en Trebia o Cannas, aparte de los campamentos que rodean el campo de batalla, y creo que nadie duda del resultado de la batalla pese a que en ambos casos los restos de los ejércitos romanos alcanzasen sin ser perseguidos poblaciones amigas.
No he dicho que Marcelo perdiese, sino que ninguno de los consiguió imponerse. Evidentemente, eso era ya un triunfo para los romanos, pero de ahí a haber derrotado al ejército púnico hay un trecho.
Tanto en Trebia como en Cannas los cartaginese estánm matando romanos en otro sitio mientras una porción del ejército consigue escapar. Aquí estamos hablando de una ejercito que supuestamente huye dando la espalda y de otro que no aprovecha esa ocasión para machaceçarlo definitivamente.
En este caso Marcelo tiene un motivo importante y es la necesidad de dejar hombres en la ciudad pues un sector de los nobles y una amplia mayoría del pueblo es procartaginesa.
¿Y aniquilar al ejercito cartagines a la vista de las murallas no hubiera resuelto ese problema? Si Marcelo no aprovecha la ocasión para aniquilar un ejercito en huida, es porque no la tuvo
El siguiente movimiento conocido de Marcelo desde Nola es por orden de Fabio Máximo para dirigirse a Roma donde van a tener lugar las elecciones consulares y va a resultar elegido como cónsul plebeyo tras el "affaire" de los augurios de ese año que justificaron la tradición de la no existencia de dos cónsules plebeyos el mismo año (Gracco y Marcelo) pese a haber sido elegidos en ese sentido.
Sin duda, Aníbal demuestra durante toda la guerra (excepto Zama) una habilidad para cuando las cosas no le van bien, retirarse con bajas limitadas salvando el grueso de su ejército.
Pero eso no es magia. Eso son unas tropas disciplinadas que no se dan a la fuga. Porque si se dan a la fuga dando la espalda al enemigo, entonces no hay nada que hacer.
En cierto modo, Julio César años después demostrará esa misma cualidad. Todos los encuentros que señalo no son grandes derrotas de Aníbal, pues es un general lo suficientemente inteligente como para replegarse con el orden suficiente cuando la cosa pinta mal, pero si muestran que el africano disputó numerosos encuentros desfavorables a su causa, muchos de ellos en batalla campal, contrariamente a lo que se suele pensar de él como líder invencible, en especial en campo abierto, hasta la derrota de Zama.
Bueno, ninguno de los episodios que has señalado hasta ahora merece ser llamado "batalla campal" y, desde luego y según tu propia descripción, ninguno tiene lugar en campo abierto -con la excepción del rescate de Fabio de las tropas de Rufo-. En todos ellos las murallas de una ciudad protegían la retaguardia romana, e incluso los flancos, ya que no se puede pensar en realizar un flanqueo si eso te deja expuesto a una nueva salida de tropas desde la ciudad -por un lado- y además no puedes rodear a las primeras. Por lo que sabemos, en varios -sino en todos- los episodios Anibal solo intentaba ocupara la guarnición romana para ver si el partido pro.catágines hacía algo en el interior de la ciudad.
No es cierto que tuviera una sola derrota que le costara la guerra. Tuvo muchas.
Ninguna de las que has señalado está desligada de la imposibilidad de sitiar y tomar una ciudad importante y bien defendida -algo sabido de siempre-. Insisto en que no es que ahora realice yo esa interpretación, es que es evidente que los propios romanos así lo entendieron y nunca se atrevieron a considerar que ninguno de estos episodios más o menos afortunados fuera realmente una batalla campas o permitiera adelantar el resultado de un auténtico combate en campo abierto.
Respecto al combate de Tarracina, este se acompaña en Livio con la narración previa de otro encuentro en el que un destacamento de caballería romano encabezado por Lucio Hostilio Mancino es aniquilado por los cartagineses en el mismo área del Ager Falernus. La diferencia es que en el de Tarracina Aníbal está moviendo a su ejército entero para tratar de salir de la zona, aunque lance al encuentro del enemigo sólo a su caballería.
Mientras el resto del ejercito ni tan siquiera entre en formación de combate.
Si Aníbal no hubiese estado cercado en el Ager Falernus, no habría tenido necesidad de urdir una estratagema para romper el bloqueo.
Evidente.
El combate de Tarracina, aunque de pequeña entidad por las fuerzas puestas en juego y las bajas acumuladas, encaja bien en el escenario de un ejército que trata de romper un bloqueo con un encuentro convencional y que tras fracasar, se repliega y prepara una ruptura del cerco con otro tipo de ardid diferente al combate tradicional en el que por una cuestión topográfica está en posición desventajosa.
No se trata de "encajar" en uno u otro escenario. Se trata de que el ejercito cartagines no entró realmente en combate y, la verdad, nada hace pensar que Anibal tuviera la más mínima intención de forzar el paso por "medios convencionales" ¡Ni tan siquiera desplegó a la infantería ligera!
A fin de cuentas, de lo acaecido en el Ager Falernus, Livio viene a decirnos que el gran Fabio Máximo también es finalmente burlado por el cartaginés que de trampas había aprendido bastante.
Sobre si el éxito o fracaso se mide en tomar campamentos, nada más alejado de la realidad. El éxito o fracaso depende de la consecución o no del objetivo táctico que se fije en cada situación. En Tarracina Livio cuenta como un ejército trata de romper un bloqueo franqueando un paso de montaña y no lo consigue por culpa de la oposición armada del enemigo que lo rechaza.
¿Desde cuando un ejército que trata de forzar un paso de montaña hace uso exclusivo de su caballería y un único intento? Todo parece indicar que el objetivo táctico de Anibal era tener a los romanos pensando en como rechazar al día siguiente un ataque convencional -y frotándose las manos-. Yo diría que lo consiguió plenamente.
Luego lo conseguirá en el paso del Galícano mediante su estratagema de los bueyes y la infantería emboscada. En Nola es Aníbal el que se acerca a la ciudad para tomarla o en el peor de los casos desgastar el ejército que la defiende mediante batalla campal. Producida la batalla y saldada con su derrota, Aníbal se marcha. Fracasa por completo se mire como se mire.
¡¡Pero si es el propio Livio el que dice que lo que pretende es ocupar a los romanos y crear confusión para dar oportunidad a sus partidarios del interior!!
Ninguna de estas batallas -con la posible excepción de Cumas- se entiende sin un bando procartaginés en el interior. Anibal no pretende tomar la ciudad al asalto ni desgastar al ejercito romano -¡solo faltaría que fuese él el interesado en una guerra de desgaste!- Solo pretende dar a sus partidarios una posibilidad actuar.
Por lo demás, no solo difícilmente pueden denominarse a esos enfrentamientos "batallas campales" sino que ni los hechos ni las consecuencias de ellos se derivan indican que el púnico fuera derrotado.
En Placentia el resultado es más incierto. Aníbal está tratando de tomar los bastiones romanos en la zona. Tras ser repelido en la primera fortificación consigue tomar la segunda, Victumviae (de la que se narra que lo consigue con muy pocas fuerzas comparadas con los defensores, lo que puede significar que tras Trebia, Aníbal divide sus tropas en varios contingentes para realizar saqueos y tomar poblaciones menores) y de allí se dirige a Placentia. Por la magnitud del posible contingente romano en Placentia (uno de los dos ejércitos consulares diezmados en Trebia y la guarnición de la ciudad, que dudo que entreambos llegasen a los 15.000 efectivos combatientes), da la sensación de querer sacarlo de la misma "eneseñándose" con un ejército a la medida del enemigo. Sempronio sale de la ciudad y acampa cerca del cartagines entablando combate al día siguiente, en el que desconocemos cuanto alinea Aníbal de su ejército, pero que muy probablemnte sea similar a lo del día anterior para incitar al impulsivo Sempronio y provocar su salida a campo. La descripción del combate parece indicar un posible ardid de Aníbal que se dejaría "empujar" hasta las cercanías de su campamento donde llegaría a combatir en puertas y empalizada y cuando los romanos se repliegan tras varias horas, les lanza la caballería por las alas y saca de nuevo su infantería. Aunque el combate tendría cierta envergadura las bajas no son grandes y no parece que se salde con ventaja de algún bando. El encuentro se rompe por la caída de la oscuridad. Las bajas romanas incluyen mandos importantes lo que hace sospechar que pueda haber salido peor parado que los cartagineses. ¿Quién es el ganador?
En mi opinión el combate no tiene un ganador claro que consiga ventaja o aniquile al enemigo, más allá de la especulación sobre la "calidad" de las bajas romanas, pero dada la situación estratégica en ese momento (un ejército romano a la defensiva tras su derrota en Trebia), y las aparentes intenciones de Aníbal de apoderarse de las colonias romanas en la Galia Cisalpina, este último vería frustrada su intención de tomar Placentia o de destruir en su defecto un ejército romano o los restos de él.
Dejando de lado que no creo que este encuentro tuviera nunca lugar, resulta un poco absurdo que Sempronio "se deje tentar" cuando ha sido sobradamente derrotado no mucho tiempo antes. Como ya comenté, una cosa es que Polibio pase por alto enfrentamientos menores ¿Pero una auténtica batalla que enfrentaría a Anibal con un Cónsul? Me temo que no.
Ahora no sabría decir con certeza, pero puede que la mención de que Polibio tuvo acceso a fuentes cartagineses sea de algún libro de autor o de algún debate en algún foro de historia. Se basaba en la condición de Escipión Emiliano de conquistador de Cartago y de la posesión en su biblioteca de ejemplares saqueados en la ciudad norteafricana durante la toma. Polibio habría tenido acceso a ellos en la biblioteca personal de Escipión dada su condición de "protegido" de él.
Bastante más relevante serían las memorias familiares
:D
Un saludo
Those heroes that shed their blood and lost their lives... You are now lying in the soil of a friendly country. Therefore rest in peace. There is no difference between the Johnnies and the Mehmets to us where they lie side by side now here in this country of ours...