¿Pudo independizarse Cuba sin ayuda de EEUU?
- Kalma_(FIN)
- General de Cuerpo de Ejército
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- Registrado: 31 May 2005, 16:07
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Es la pregunta que creo que realmente plantea el debate, que diría yo que pretende centrarse en el análisis de la inconclusa guerra de independencia cubana, y no del golpe de gracia que fue la intervención norteamericana, que pondría al país como un títere de facto de los EEUU hasta más de medio siglo despues, aunque esa es otra historia.
En ese sentido las respuestas de los compañeros ya han perfilado los hechos bastante bien, y comparto sus tesis. De un modo u otro, repitiendo un esquema ya conocido en la anterior Guerra Grande, donde llegaron a existir una triada de facciones enfrentadas entre sí (Independentistas, realistas cubanos más reaccionarios que el propio gobierno español y temerosos de que las reformas de los nuevos ejecutivos surgidos con el llamado Sexenio Revolucionario supusiesen cambios juzgados como peligrosos, tal vez incluida la abolicion de la esclavitud -Se ha especulado acerca de la posibilidad de que la sacarocracia cubana tomase partido en el asesinato del general Prim en 1870-, y tropas españolas), y remontandonos a otras epocas y distintos condicionantes en todas las emancipaciones americanas, la guerra contra la dominación española fue tambien una suerte de guerra civil entre cubanos. Era el autonomismo el que hacía posible un equilibrio de fuerzas.
Al estallar el conflicto en el 95 muchos autonomistas estaban implicados de alguna forma en la sublevación. Habian llegado a ella defraudados y decepcionados por la ausencia de contenido de las reformas propuestas; Muchos en todo caso se encontraban a la espera de una solucion -aunque ya fuese tardía- de la metropoli; Naturalmente en el bando sublevado los independentistas iban a terminar por imponerse a los autonomistas, y la primera culpabilidad fue del gobierno español por su forma de gestionar la situación, su inflexibilidad arancelaria, su obstinacion, y en un punto intermedio la cruel -aunque, desde el punto de vista militar, muy eficaz- estrategia de Weyler. El caso es que mientras las filas autonomistas iban debilitandose, las independentistas crecían día a día. A 5 meses del comienzo de la guerra y sólo uno de su toma del mando tras sustituir al general Calleja, Martinez Campos, ya hacia notar en un telegrama al ministro de Ultramar que las cosas habian cambiado respecto a la Guerra de los Diez Años, que el país les era más hostil, y que la situación era más grave. Se habia generado un conflicto duro y destructor, cruel, porque ninguna de las dos posiciones, desesperadas, estaban dispuestas a ceder en ningún caso.
Abrumado por las circunstancias de los meses siguientes, sugirió a Weyler como su sucesor, queriendo poner a cubierto su humanidad y moral. Derrota tras derrota, las posiciones españolas se habian ido replegando a la mitad occidental de la Isla, actuando siempre a remolque de los insurrectos; Ante todo el ejército español sirvió desperdigado por toda la isla como guarnicion de protección de los ingenios establecidos en la isla, españoles o no, víctimas de la guerra económica planteada por los insurrectos desde el inicio como pilar que sostenía la dominación colonial (Aunque con distinto alcance; Maceo era partidario de permisos selectivos para hacer la zafra, a cambio de contribuciones de los hacendados para financiar la guerra; Gomez seguia el principio de Martí de lucha masiva, de cierre total de esas fuentes de riqueza y guerra a toda costa para cortar al ejercito español todo recurso y accesos a abastecimiento y produccion. Así, la iniciativa correspondía casi siempre a los independentistas, y los españoles se limitaban a rechazarles, perseguirles y ocasionarles bajas, a menudo escasas en comparacion con las sufridas por ellos mismos, no sólo por los combates, que también, sino por las enfermedades y/o condiciones sanitarias de sus posiciones. Lo más importante a juicio de la metrópoli era no carecer de abastecimiento y no interrumpir el comercio exterior, que a fin de cuentas era lo único que hacía que tal esfuerzo -Cada vez más miles y miles de combatientes, hasta totalizar unos 200000, entre regulares y voluntarios, estos por lo general cubanos- fuese de algun modo rentable, existiendo ya numerosas voces que consideraban a Cuba como un lastre (Probablemente no se equivocaban, pues pese a la amargura de la derrota y del orgullo colonialista España empezó a despegar con el inicio del siglo XX). En noviembre desde Santa Clara Máximo Gomez ordenó paralizar la zafra y la cosecha, sin excepcion, bajo el lema de Todo por Cuba, considerando traidor a la patria a todo obrero que prestase su trabajo a las fabricas de azucar. Que la mayoria de los hacendados, que habian venido sufriendo desde febrero actos de bandidaje e incendios dejase que las tropas del gobierno español los protegieran fue un hecho decisivo para la actuación de los mambises; La tea se intensificó cobrando enormes dimensiones; El avance de los rebeldes, hasta rebasar las lineas fortificadas que dividían la isla, se podía seguir por el humo que causaban los incendios. Los españoles se replegaban siguiendo la humareda. En la parte oriental los españoles sólo controlaban las ciudades; La Capitanía habia concentrado esfuerzos para contener la insurreccion en ellas, agrupando las fuerzas de la policia colonial y los voluntarios, unidades básicamente concebidas como ejercito de segunda linea para tareas de guarnicion y represion, en un estilo muy similar a las "Milicias de Voluntarios", a veces realistas, a veces liberales, que tan familiares son a la historia militar española en el siglo XIX. En el afan por controlar el avance insurrecto hacia el oeste, visto con gran preocupación, nada se hizo en estas ciudades, ningún cambio político o administrativo apaciguador. Al contrario, se dio a estos voluntarios capacidad de hacer y deshacer, alentandoles en desmanes y bravuconadas. En la península se empezaban a producir disturbios por el cansancio de la guerra combinado con la subida en los precios del pan, el socialismo y el anarquismo trataban de agitar a las masas ante el clasista sistema de recluta, las madres se arrojaban a las vias de los trenes cargados de reclutas que se dirigian a los puertos....
La situacion era desesperada cuando Weyler desembarcó en la isla en Marzo de 1896, propuesto por el abrumado Martinez Campos. En ese momento, en Cuba, en el campo occidental, la Cuba más rica, menos arriesgada y más controlada por los españoles el autonomismo había crecido, habida cuenta de lo improbable que resultaba una victoria contra los insurrectos, que campaban a sus anchas; Maceo dominaba Pinar del Río, mientras Máximo Gómez controlaba los accesos a la Habana. Todavía existía una importante movilidad política en Cuba, si como hemos dicho numerosos autonomistas estaban en la insurrección desde el Grito de Baire, y que fueron reduciendose cada vez más ante la cada vez mayor radicalización de la contienda, tambien es cierto que hubo una gran permeabilidad entre ambas posturas y que aún en noviembre de 1897, fecha muy tardía de concesion final de autonomía (Con una suavización de las posturas sostenidas por los españoles desde la etapa de Weyler) hubo independentistas que pasaron a las filas del Partido Liberal Autonomista, que sería por el escaso margen de tiempo hasta la expulsion de los españoles el partido gobernante en las antillas, tanto en Cuba como en Puerto Rico.
En la península, ya desde el inicio de la guerra, la idea autonomista habia ido ganando adhesiones entre los liberales, pero en Cuba, ante la llegada de las tropas mambisas a Occidente tras Maceo y Gómez atemorizó a los conservadores, que ante el riesgo de ver la isla perdida -o cuando menos, partida en dos, consagrando dos Cubas divididas y enfrentadas- optaron por apoyar finalmente la estrategia de mano dura que suponía la eleccion de Weyler; La idea de una guerra de liberacion nacional habia consolidado su extension a toda la isla, aunque aún costó a los jefes orientales -Como el veterano Calixto García- para que dejasen de batirse para controlar el oriente, donde el saldo habia sido favorable a los insurrectos, para aunar fuerzas e iniciar la tea en occidente, mas fortificado, mejor comunicado y guarnecido, donde los resultados estaban por verse.
Estas vanguardias del ejército del PRC (Partido Revolucionario Cubano) agotaban al ejército español en occidente, impidiendole la reaccion y el contraataque, bajo la premisa de que esto supondría dejar en libertad de movimientos a las columnas guerrilleras, bajo la constante amenaza de incendio de los ingenios. Naturalmente Weyler puso su primer objetivo en estas partidas, empleando medios muy criticados por despiadados tanto en su epoca como despues, aunque imitados una y otra vez por las potencias que se veian en la misma situación. Entendiendo rapidamente los ya mencionados problemas que concedían inexorablemente la iniciativa al bando rebelde, su conclusión fue que necesitaba atacar las fuentes logísticas y de inteligencia de las partidas rebeldes, los denominados "Pacíficos", campesinos que seguian cultivando los campos, dando abastecimiento y noticias a los mambises de movimientos y ubicaciones de los destacamentos españoles, siendo el principal apoyo de las mismas. Para cortar este apoyo local desde su raíz ordenó que los guajiros residieran en pueblos y ciudades con guarnicion militar, sin derecho a su abandono bajo pena de muerte. Con el aislamiento y perdida de las cosechas, el hambre cundió entre la poblacion campesina reconcentrada, mujeres, niños y ancianos especialmente; Los hombres a menudo se sumaron a los mambises en respuesta.
Lo cierto es que a menudo solo se le recuerda por ello y no por su conducción, muy eficaz, de las operaciones militares. Antes de recrudecer la lucha de la metrópoli con esta medida, la más polemica, Weyler modificó eficazmente las tácticas de Martinez Campos para poder dar al ejército español la necesaria iniciativa como para actuar a la ofensiva, planificando su campaña en base a ir limpiando la isla por etapas; Sustituyó a las fuerzas regulares custodiando las haciendas e ingenios por las milicias de voluntarios armados, y con los regulares fortaleció las columnas móviles, que se hicieron más pesadas y eficaces. Les dio equipos más homogeneos -Fue masificandose la distribución de fusiles Mauser, aunque estos llegasen ya con los primeros refuerzos a la isla en 1895, con todas sus ventajas técnicas en cargador de 5 cartuchos, polvora sin humo, precision, etcétra- entre las unidades de estas columnas. Dejó las operaciones en el Oriente en manos de los generales de la zona como guarnicion, y se dedicó a luchar personalmente en el resto de la isla. Ordenó la construcción de una nueva trocha limitando Pinar del Rio. Ante el redoble de los esfuerzos independentistas ante estas estrategias, respondio dividiendo La Habana en sectores, destinando una columna a cada uno de ellos, formada por un batallón a pie y una guerrilla a caballo. Su fin era no dar descanso a los independentistas. Su forma de conducir la guerra, tanto en la vertiente de la reconcentración como en su propia conduccion de las tropas, aunque sólo se le recuerde habitualmente por la más desagradable, fue muy efectiva y los mambises en occidente se vieron en una situacion cada vez más dificil. Máximo Gómez dejó de presionar la Habana, consiguiendo zafarse magistralmente del acoso; Maceo quedo arrinconado en Pinar del Rio, donde Weyler trató de aislarlo con 12000 hombres, y donde el general Linares acosaba al famoso lider independentista, que respondia zafandose del acoso a base de marchas y contramarchas, pero perdiendo decididamente la iniciativa; Falto de suministros por esa accion combinada hubo de batirse en retirada, sobretodo cuando los españoles tomaron el 30 de abril de 1896 sus posiciones en Cacarajicara. Maceo fracasó al intentar cruzar la linea Mariel-Majana, Gomez trató de socorrerle pero fue rechazado en combate. Fue ese mismo otoño cuando buscando redoblar sus esfuerzos contra las partidas independentistas cuando Weyler puso en marcha su medida de la Reconcentración. El veterano lider Calixto García intentó distraer a las fuerzas de Weyler intensificando la guerra en Oriente y derrotando a las tropas de los generales Jimenez Castellanos y Godoy en Saratoga; Recibiría refuerzos de Máximo Gómez, cada vez más acosado en Occidente, que se unio a el para organizar la conquista de los fuertes de Cascorro y Guaimaro, ahora con cañones ligeros procedentes de los EEUU. Cascorro sufrio un duro asedio hasta ser liberado por Jimenez Castellanos; Guaimaro cayó en manos de los mambises, y aunque era un pueblo sin ningún valor militar, fue un golpe propagandístico para Weyler, que aseguraba que tenia ganada la guerra. Pese a todo ello Weyler no mordió el cebo, y continuó con su estrategia de ccentrarse en la limpieza de occidente. Ya llegaría el momento de lanzarse a conquistar el oriente, que para actuar a la defensiva podían a su juicio valerse por su cuenta. El 9 de Noviembre conquista El Rubí, ultimo refugio de Maceo. Este fracasa de nuevo al intentar cruzar la trocha, lograndolo al final 3 semanas más tarde al pasar por mar, bordeando la linea fortificada en un bote con 23 hombres, uniendose a una columna de unos 450 soldados. La columna choca a inicios de diciembre con una española, del comandante Cirujeda, y en el combate mueren Maceo y Panchito, el hijo y ayudante de Máximo Gómez. Weyler practicamente habia terminado su campaña en Pinar del Rio, donde solo subsistia aislado Rius Ribera con pequeñas fuerzas que no dejaban de ser acosadas por el ejército. Maximo Gomez trató de regresar a Occidente en una nueva invasión, con una partida de 400 hombres, cruzando la trocha de Júcaro- Morón junto a un convoy de armas. Pretende reclutar efectivos en el centro de la isla y retomar la marcha hacia Occidente, para volver a la situacion anterior, pero Weyler hace que no logre salir de Santa Clara, fortificando los vados y pasos del rio Hanábana. Provincia tras provincia los españoles continuaban con la operacion de limpieza de Weyler, y la reconcentración se iba extendiendo hacia el este, al tiempo que desplazaba sus tropas tambien hacia oriente. Los guerrilleros no tenian mas remedio que retroceder o fraccionarse en partidas más pequeñas, aprovechando su movilidad para poder salvarse. Máximo Gomez se movía en un espacio muy reducido, aun en Marzo de 1897 recibió nuevos apoyos que cruzaron la trocha de Júcaro, pero posteriormente la trocha se terminó y resultaba muy dificil de atravesar. El plan de Weyler se aproximaba a su fase final. A finales de mayo seguian los combates por toda la isla, pero principalmente en Oriente, porque en el resto de Cuba, en Occidente, sólo quedaban pequeñas partidas que actuaban a la defensiva. Los trenes circulaban sin escolta, se hacia la zafra, y funcionaba el telégrafo. El general esperaba el cese de la temporada de lluvias en Otoño para emprender su ofensiva final sobre Oriente.
Aunque las actuaciones de Weyler supusieron un golpe decisivo a la insurrección en Occidente pese a la adhesion de hombres a las filas rebeldes, y a que Weyler se disponía a preparar al ejercito español para contraatacar con todo su peso y aplastar la rebelion en Oriente, rompiendo en pocos meses con la anterior situación, al conocerse los horrores de esta política muchos autonomistas se pasaron a filas mambises. El asesinato de Cánovas en Agosto de 1897 por un anarquista que podría tener relacion con antillanos exiliados en Europa produjo un relevo en el gobierno español, llegando al poder los liberales, que ante la degradacion de su imagen exterior -Con unos EEUU amenazantes, aunque hay autores que especulan con la posibilidad de que ya se hubiese estudiado la "Solucion del Mal menor", en el sentido de que la entrada de EEUU en guerra permitiría a España retirarse salvando el honor-, temor a la misma agitación, y el crecimiento de las filas autonomistas en la peninsula, se decidieron por un cambio de política que esperaba complacer tanto a cubanos como a estadounidenses. Pese a la eficacia militar de Weyler, no resultaba un personaje adecuado para apaciguar, por lo que fue relevado rápidamente por Ramón Blanco, con otras instrucciones militares y políticas en torno a la promesa política de la autonomía. Debia evitarse soliviantar más los animos. Pero todo esto llego demasiado tarde; Aunque existieron independentistas que pasaron a las filas autonomistas, fueron mas autonomistas los que pasaron a filas independentistas al conocerse los dramas de la politica de Weyler. No tardó en deshacerse la ilusión de que la constitucion autonómica en Cuba, llegada ya tras demasiada ira, sangre y violencia, serviria para calmar la irritacion y apaciguar a unos Estados Unidos que cínicamente argumentaban su supuesto favor a la humanidad al amenazar cada vez más con su intervención. Estados Unidos no estaba dispuesto a considerar la viabilidad de la autonomia y se opuso vivamente a ella; Los españoles debian abandonar la isla. Su posicion solo habia venido radicalizandose desde el equilibrio logrado por Weyler. Y aunque ahora con Blanco y su estrategia más apaciguadora se habia vuelto a una situacion estancada, donde los españoles pese a sus 200000 soldados no podían ganar, ni tampoco los mambises, no podían evidentemente permitirse el apoyo a las formulas politicas propuestas por Madrid si aspiraban a dominar la isla. El resto de la historia...Creo que está ya conocida de sobras.
En otras palabras, como dijeron mis compañeros, a fecha de 1898 ni los cubanos podian derrotar a los españoles, ni los españoles a los cubanos, que ademas aun en caso de liquidar esa insurreccion no podrían garantizar que no reapareciese en poco tiempo.
Saludos.
En ese sentido las respuestas de los compañeros ya han perfilado los hechos bastante bien, y comparto sus tesis. De un modo u otro, repitiendo un esquema ya conocido en la anterior Guerra Grande, donde llegaron a existir una triada de facciones enfrentadas entre sí (Independentistas, realistas cubanos más reaccionarios que el propio gobierno español y temerosos de que las reformas de los nuevos ejecutivos surgidos con el llamado Sexenio Revolucionario supusiesen cambios juzgados como peligrosos, tal vez incluida la abolicion de la esclavitud -Se ha especulado acerca de la posibilidad de que la sacarocracia cubana tomase partido en el asesinato del general Prim en 1870-, y tropas españolas), y remontandonos a otras epocas y distintos condicionantes en todas las emancipaciones americanas, la guerra contra la dominación española fue tambien una suerte de guerra civil entre cubanos. Era el autonomismo el que hacía posible un equilibrio de fuerzas.
Al estallar el conflicto en el 95 muchos autonomistas estaban implicados de alguna forma en la sublevación. Habian llegado a ella defraudados y decepcionados por la ausencia de contenido de las reformas propuestas; Muchos en todo caso se encontraban a la espera de una solucion -aunque ya fuese tardía- de la metropoli; Naturalmente en el bando sublevado los independentistas iban a terminar por imponerse a los autonomistas, y la primera culpabilidad fue del gobierno español por su forma de gestionar la situación, su inflexibilidad arancelaria, su obstinacion, y en un punto intermedio la cruel -aunque, desde el punto de vista militar, muy eficaz- estrategia de Weyler. El caso es que mientras las filas autonomistas iban debilitandose, las independentistas crecían día a día. A 5 meses del comienzo de la guerra y sólo uno de su toma del mando tras sustituir al general Calleja, Martinez Campos, ya hacia notar en un telegrama al ministro de Ultramar que las cosas habian cambiado respecto a la Guerra de los Diez Años, que el país les era más hostil, y que la situación era más grave. Se habia generado un conflicto duro y destructor, cruel, porque ninguna de las dos posiciones, desesperadas, estaban dispuestas a ceder en ningún caso.
Abrumado por las circunstancias de los meses siguientes, sugirió a Weyler como su sucesor, queriendo poner a cubierto su humanidad y moral. Derrota tras derrota, las posiciones españolas se habian ido replegando a la mitad occidental de la Isla, actuando siempre a remolque de los insurrectos; Ante todo el ejército español sirvió desperdigado por toda la isla como guarnicion de protección de los ingenios establecidos en la isla, españoles o no, víctimas de la guerra económica planteada por los insurrectos desde el inicio como pilar que sostenía la dominación colonial (Aunque con distinto alcance; Maceo era partidario de permisos selectivos para hacer la zafra, a cambio de contribuciones de los hacendados para financiar la guerra; Gomez seguia el principio de Martí de lucha masiva, de cierre total de esas fuentes de riqueza y guerra a toda costa para cortar al ejercito español todo recurso y accesos a abastecimiento y produccion. Así, la iniciativa correspondía casi siempre a los independentistas, y los españoles se limitaban a rechazarles, perseguirles y ocasionarles bajas, a menudo escasas en comparacion con las sufridas por ellos mismos, no sólo por los combates, que también, sino por las enfermedades y/o condiciones sanitarias de sus posiciones. Lo más importante a juicio de la metrópoli era no carecer de abastecimiento y no interrumpir el comercio exterior, que a fin de cuentas era lo único que hacía que tal esfuerzo -Cada vez más miles y miles de combatientes, hasta totalizar unos 200000, entre regulares y voluntarios, estos por lo general cubanos- fuese de algun modo rentable, existiendo ya numerosas voces que consideraban a Cuba como un lastre (Probablemente no se equivocaban, pues pese a la amargura de la derrota y del orgullo colonialista España empezó a despegar con el inicio del siglo XX). En noviembre desde Santa Clara Máximo Gomez ordenó paralizar la zafra y la cosecha, sin excepcion, bajo el lema de Todo por Cuba, considerando traidor a la patria a todo obrero que prestase su trabajo a las fabricas de azucar. Que la mayoria de los hacendados, que habian venido sufriendo desde febrero actos de bandidaje e incendios dejase que las tropas del gobierno español los protegieran fue un hecho decisivo para la actuación de los mambises; La tea se intensificó cobrando enormes dimensiones; El avance de los rebeldes, hasta rebasar las lineas fortificadas que dividían la isla, se podía seguir por el humo que causaban los incendios. Los españoles se replegaban siguiendo la humareda. En la parte oriental los españoles sólo controlaban las ciudades; La Capitanía habia concentrado esfuerzos para contener la insurreccion en ellas, agrupando las fuerzas de la policia colonial y los voluntarios, unidades básicamente concebidas como ejercito de segunda linea para tareas de guarnicion y represion, en un estilo muy similar a las "Milicias de Voluntarios", a veces realistas, a veces liberales, que tan familiares son a la historia militar española en el siglo XIX. En el afan por controlar el avance insurrecto hacia el oeste, visto con gran preocupación, nada se hizo en estas ciudades, ningún cambio político o administrativo apaciguador. Al contrario, se dio a estos voluntarios capacidad de hacer y deshacer, alentandoles en desmanes y bravuconadas. En la península se empezaban a producir disturbios por el cansancio de la guerra combinado con la subida en los precios del pan, el socialismo y el anarquismo trataban de agitar a las masas ante el clasista sistema de recluta, las madres se arrojaban a las vias de los trenes cargados de reclutas que se dirigian a los puertos....
La situacion era desesperada cuando Weyler desembarcó en la isla en Marzo de 1896, propuesto por el abrumado Martinez Campos. En ese momento, en Cuba, en el campo occidental, la Cuba más rica, menos arriesgada y más controlada por los españoles el autonomismo había crecido, habida cuenta de lo improbable que resultaba una victoria contra los insurrectos, que campaban a sus anchas; Maceo dominaba Pinar del Río, mientras Máximo Gómez controlaba los accesos a la Habana. Todavía existía una importante movilidad política en Cuba, si como hemos dicho numerosos autonomistas estaban en la insurrección desde el Grito de Baire, y que fueron reduciendose cada vez más ante la cada vez mayor radicalización de la contienda, tambien es cierto que hubo una gran permeabilidad entre ambas posturas y que aún en noviembre de 1897, fecha muy tardía de concesion final de autonomía (Con una suavización de las posturas sostenidas por los españoles desde la etapa de Weyler) hubo independentistas que pasaron a las filas del Partido Liberal Autonomista, que sería por el escaso margen de tiempo hasta la expulsion de los españoles el partido gobernante en las antillas, tanto en Cuba como en Puerto Rico.
En la península, ya desde el inicio de la guerra, la idea autonomista habia ido ganando adhesiones entre los liberales, pero en Cuba, ante la llegada de las tropas mambisas a Occidente tras Maceo y Gómez atemorizó a los conservadores, que ante el riesgo de ver la isla perdida -o cuando menos, partida en dos, consagrando dos Cubas divididas y enfrentadas- optaron por apoyar finalmente la estrategia de mano dura que suponía la eleccion de Weyler; La idea de una guerra de liberacion nacional habia consolidado su extension a toda la isla, aunque aún costó a los jefes orientales -Como el veterano Calixto García- para que dejasen de batirse para controlar el oriente, donde el saldo habia sido favorable a los insurrectos, para aunar fuerzas e iniciar la tea en occidente, mas fortificado, mejor comunicado y guarnecido, donde los resultados estaban por verse.
Estas vanguardias del ejército del PRC (Partido Revolucionario Cubano) agotaban al ejército español en occidente, impidiendole la reaccion y el contraataque, bajo la premisa de que esto supondría dejar en libertad de movimientos a las columnas guerrilleras, bajo la constante amenaza de incendio de los ingenios. Naturalmente Weyler puso su primer objetivo en estas partidas, empleando medios muy criticados por despiadados tanto en su epoca como despues, aunque imitados una y otra vez por las potencias que se veian en la misma situación. Entendiendo rapidamente los ya mencionados problemas que concedían inexorablemente la iniciativa al bando rebelde, su conclusión fue que necesitaba atacar las fuentes logísticas y de inteligencia de las partidas rebeldes, los denominados "Pacíficos", campesinos que seguian cultivando los campos, dando abastecimiento y noticias a los mambises de movimientos y ubicaciones de los destacamentos españoles, siendo el principal apoyo de las mismas. Para cortar este apoyo local desde su raíz ordenó que los guajiros residieran en pueblos y ciudades con guarnicion militar, sin derecho a su abandono bajo pena de muerte. Con el aislamiento y perdida de las cosechas, el hambre cundió entre la poblacion campesina reconcentrada, mujeres, niños y ancianos especialmente; Los hombres a menudo se sumaron a los mambises en respuesta.
Lo cierto es que a menudo solo se le recuerda por ello y no por su conducción, muy eficaz, de las operaciones militares. Antes de recrudecer la lucha de la metrópoli con esta medida, la más polemica, Weyler modificó eficazmente las tácticas de Martinez Campos para poder dar al ejército español la necesaria iniciativa como para actuar a la ofensiva, planificando su campaña en base a ir limpiando la isla por etapas; Sustituyó a las fuerzas regulares custodiando las haciendas e ingenios por las milicias de voluntarios armados, y con los regulares fortaleció las columnas móviles, que se hicieron más pesadas y eficaces. Les dio equipos más homogeneos -Fue masificandose la distribución de fusiles Mauser, aunque estos llegasen ya con los primeros refuerzos a la isla en 1895, con todas sus ventajas técnicas en cargador de 5 cartuchos, polvora sin humo, precision, etcétra- entre las unidades de estas columnas. Dejó las operaciones en el Oriente en manos de los generales de la zona como guarnicion, y se dedicó a luchar personalmente en el resto de la isla. Ordenó la construcción de una nueva trocha limitando Pinar del Rio. Ante el redoble de los esfuerzos independentistas ante estas estrategias, respondio dividiendo La Habana en sectores, destinando una columna a cada uno de ellos, formada por un batallón a pie y una guerrilla a caballo. Su fin era no dar descanso a los independentistas. Su forma de conducir la guerra, tanto en la vertiente de la reconcentración como en su propia conduccion de las tropas, aunque sólo se le recuerde habitualmente por la más desagradable, fue muy efectiva y los mambises en occidente se vieron en una situacion cada vez más dificil. Máximo Gómez dejó de presionar la Habana, consiguiendo zafarse magistralmente del acoso; Maceo quedo arrinconado en Pinar del Rio, donde Weyler trató de aislarlo con 12000 hombres, y donde el general Linares acosaba al famoso lider independentista, que respondia zafandose del acoso a base de marchas y contramarchas, pero perdiendo decididamente la iniciativa; Falto de suministros por esa accion combinada hubo de batirse en retirada, sobretodo cuando los españoles tomaron el 30 de abril de 1896 sus posiciones en Cacarajicara. Maceo fracasó al intentar cruzar la linea Mariel-Majana, Gomez trató de socorrerle pero fue rechazado en combate. Fue ese mismo otoño cuando buscando redoblar sus esfuerzos contra las partidas independentistas cuando Weyler puso en marcha su medida de la Reconcentración. El veterano lider Calixto García intentó distraer a las fuerzas de Weyler intensificando la guerra en Oriente y derrotando a las tropas de los generales Jimenez Castellanos y Godoy en Saratoga; Recibiría refuerzos de Máximo Gómez, cada vez más acosado en Occidente, que se unio a el para organizar la conquista de los fuertes de Cascorro y Guaimaro, ahora con cañones ligeros procedentes de los EEUU. Cascorro sufrio un duro asedio hasta ser liberado por Jimenez Castellanos; Guaimaro cayó en manos de los mambises, y aunque era un pueblo sin ningún valor militar, fue un golpe propagandístico para Weyler, que aseguraba que tenia ganada la guerra. Pese a todo ello Weyler no mordió el cebo, y continuó con su estrategia de ccentrarse en la limpieza de occidente. Ya llegaría el momento de lanzarse a conquistar el oriente, que para actuar a la defensiva podían a su juicio valerse por su cuenta. El 9 de Noviembre conquista El Rubí, ultimo refugio de Maceo. Este fracasa de nuevo al intentar cruzar la trocha, lograndolo al final 3 semanas más tarde al pasar por mar, bordeando la linea fortificada en un bote con 23 hombres, uniendose a una columna de unos 450 soldados. La columna choca a inicios de diciembre con una española, del comandante Cirujeda, y en el combate mueren Maceo y Panchito, el hijo y ayudante de Máximo Gómez. Weyler practicamente habia terminado su campaña en Pinar del Rio, donde solo subsistia aislado Rius Ribera con pequeñas fuerzas que no dejaban de ser acosadas por el ejército. Maximo Gomez trató de regresar a Occidente en una nueva invasión, con una partida de 400 hombres, cruzando la trocha de Júcaro- Morón junto a un convoy de armas. Pretende reclutar efectivos en el centro de la isla y retomar la marcha hacia Occidente, para volver a la situacion anterior, pero Weyler hace que no logre salir de Santa Clara, fortificando los vados y pasos del rio Hanábana. Provincia tras provincia los españoles continuaban con la operacion de limpieza de Weyler, y la reconcentración se iba extendiendo hacia el este, al tiempo que desplazaba sus tropas tambien hacia oriente. Los guerrilleros no tenian mas remedio que retroceder o fraccionarse en partidas más pequeñas, aprovechando su movilidad para poder salvarse. Máximo Gomez se movía en un espacio muy reducido, aun en Marzo de 1897 recibió nuevos apoyos que cruzaron la trocha de Júcaro, pero posteriormente la trocha se terminó y resultaba muy dificil de atravesar. El plan de Weyler se aproximaba a su fase final. A finales de mayo seguian los combates por toda la isla, pero principalmente en Oriente, porque en el resto de Cuba, en Occidente, sólo quedaban pequeñas partidas que actuaban a la defensiva. Los trenes circulaban sin escolta, se hacia la zafra, y funcionaba el telégrafo. El general esperaba el cese de la temporada de lluvias en Otoño para emprender su ofensiva final sobre Oriente.
Aunque las actuaciones de Weyler supusieron un golpe decisivo a la insurrección en Occidente pese a la adhesion de hombres a las filas rebeldes, y a que Weyler se disponía a preparar al ejercito español para contraatacar con todo su peso y aplastar la rebelion en Oriente, rompiendo en pocos meses con la anterior situación, al conocerse los horrores de esta política muchos autonomistas se pasaron a filas mambises. El asesinato de Cánovas en Agosto de 1897 por un anarquista que podría tener relacion con antillanos exiliados en Europa produjo un relevo en el gobierno español, llegando al poder los liberales, que ante la degradacion de su imagen exterior -Con unos EEUU amenazantes, aunque hay autores que especulan con la posibilidad de que ya se hubiese estudiado la "Solucion del Mal menor", en el sentido de que la entrada de EEUU en guerra permitiría a España retirarse salvando el honor-, temor a la misma agitación, y el crecimiento de las filas autonomistas en la peninsula, se decidieron por un cambio de política que esperaba complacer tanto a cubanos como a estadounidenses. Pese a la eficacia militar de Weyler, no resultaba un personaje adecuado para apaciguar, por lo que fue relevado rápidamente por Ramón Blanco, con otras instrucciones militares y políticas en torno a la promesa política de la autonomía. Debia evitarse soliviantar más los animos. Pero todo esto llego demasiado tarde; Aunque existieron independentistas que pasaron a las filas autonomistas, fueron mas autonomistas los que pasaron a filas independentistas al conocerse los dramas de la politica de Weyler. No tardó en deshacerse la ilusión de que la constitucion autonómica en Cuba, llegada ya tras demasiada ira, sangre y violencia, serviria para calmar la irritacion y apaciguar a unos Estados Unidos que cínicamente argumentaban su supuesto favor a la humanidad al amenazar cada vez más con su intervención. Estados Unidos no estaba dispuesto a considerar la viabilidad de la autonomia y se opuso vivamente a ella; Los españoles debian abandonar la isla. Su posicion solo habia venido radicalizandose desde el equilibrio logrado por Weyler. Y aunque ahora con Blanco y su estrategia más apaciguadora se habia vuelto a una situacion estancada, donde los españoles pese a sus 200000 soldados no podían ganar, ni tampoco los mambises, no podían evidentemente permitirse el apoyo a las formulas politicas propuestas por Madrid si aspiraban a dominar la isla. El resto de la historia...Creo que está ya conocida de sobras.
En otras palabras, como dijeron mis compañeros, a fecha de 1898 ni los cubanos podian derrotar a los españoles, ni los españoles a los cubanos, que ademas aun en caso de liquidar esa insurreccion no podrían garantizar que no reapareciese en poco tiempo.
Saludos.
"Guarda con ello, como un tesoro, los nombres de los miles de héroes que cayeron por Marruecos y no contra Marruecos". General Alfredo Paniagua.
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- Sargento Segundo
- Mensajes: 343
- Registrado: 10 Abr 2010, 08:55
Cuba
Muy interesante y profunda su respuesta,me ha aclarado muchas cosas sobre la guerra de 1898.
Sin embargo,hay un punto final que me gustaria comentarle ya que me trae muchas dudas,porque hay 2 versiones diferentes de 2 reputados historiadores.
No se si ud ha leido al escritor español Luis Garcia Navarro,quien afirma en el resumen del articulo que le presento abajo(1898,La incierta victoria de Cuba), que Ramon Blanco y su segundo Pando,reanudaron su ofensiva en Oriente en 1898 y estaban a punto de ganar,osea la situacion no estaba empatada,sino en favor de España en 1898.
Sin embargo el Gral español(contemporaneo)Miguel Alonso Baquer, en su articulo: "Las campañas en Cuba del General Weyler",escribe lo siguiente(citando a Weyler) sobre Ramon Blanco.
Menciona Baquer,citando una vez mas a Weyler que Blanco abarco mucho pero atrapo poco.
http://books.google.com/books?id=fgxV5e ... 98&f=false
Como ve son dos opiniones totalmente diferentes,para Navarro la guerra se estaba ganando en 1898,pero sin embargo Baquer menciona y citando a Weyler(supongo que sera el libro,Mi Mando en Cuba) que el resultado era un empate en 1898.
Pdta:Me gustaria saber si ud ha tenido acceso a estas dos fuentes que le menciono y a que conclusion a llegado respecto a su contenido.
Sin embargo,hay un punto final que me gustaria comentarle ya que me trae muchas dudas,porque hay 2 versiones diferentes de 2 reputados historiadores.
No se si ud ha leido al escritor español Luis Garcia Navarro,quien afirma en el resumen del articulo que le presento abajo(1898,La incierta victoria de Cuba), que Ramon Blanco y su segundo Pando,reanudaron su ofensiva en Oriente en 1898 y estaban a punto de ganar,osea la situacion no estaba empatada,sino en favor de España en 1898.
1898, la incierta victoria de Cuba
Autores: Luis Navarro García
Localización: Anuario de estudios americanos, ISSN 0210-5810, Vol. 55, Nº 1, 1998 , pags. 165-187
Resumen:
La última guerra hispano-cubana comenzó en 1895 mostrando la superioridad del ejercito mambí, como lo acredita la "invasión" de las provincias occidentales de la isla por Gómez y Maceo. Sin embargo, el curso de la contienda experimentó, aunque lentamente, un giro favorable a las tropas españolas, dirigidas por el general Weyler durante los dos años siguientes, restableciéndose el dominio español en casi todo el territorio al oeste de la "Trocha". El cambio de gobierno a raíz del asesinato de Cánovas trajo como consecuencia un cambio de política - la concesión de la autonomía por Sagasta- y la sustitución de Weyler, víctima de una campaña de desprestigio en la misma España, por el general Blanco. Esto acarreó una demora en el inicio de la campaña de 1897-1898 y un cambio en el plan de operaciones, pero Blanco y su segundo Pando reanudaron la ofensiva, ahora sobre todo en oriente y Camagüey, preparando una ya próxima victoria final. Esa victoria, sin embargo, les fue arrebatada a los generales españoles por la intervención norteamericana
Sin embargo el Gral español(contemporaneo)Miguel Alonso Baquer, en su articulo: "Las campañas en Cuba del General Weyler",escribe lo siguiente(citando a Weyler) sobre Ramon Blanco.
"Quedo reducido a algunas operaciones combinadas en Santi Spiritus para perseguir a Maximo Gomez que no dieron resultado notable y principalmente a la operacion de la linea del rio Cauto tratando de construir un ferrocarril"
Menciona Baquer,citando una vez mas a Weyler que Blanco abarco mucho pero atrapo poco.
http://books.google.com/books?id=fgxV5e ... 98&f=false
Como ve son dos opiniones totalmente diferentes,para Navarro la guerra se estaba ganando en 1898,pero sin embargo Baquer menciona y citando a Weyler(supongo que sera el libro,Mi Mando en Cuba) que el resultado era un empate en 1898.
Pdta:Me gustaria saber si ud ha tenido acceso a estas dos fuentes que le menciono y a que conclusion a llegado respecto a su contenido.
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- Cabo Primero
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- Cabo Primero
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Además me parece prudente matizar la respuesta y decir que era inevitable la independencia de Cuba pero no por la superioridad militar de un bando sobre otro (mambises sobre españoles) sino porque si bien no se hubiese producido la intervención militar norteaméricana, se había dado ya la económica y esto hubiese hecho insostenible el sistema colonial imperante.
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- Cabo Primero
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Hola
Hola Kalma como estas,hace tiempo no se nada de ti,te envio el articulo que te decia sobre Luis Navarro Garcia.
http://docs.google.com/viewer?a=v&q=cac ... icjAPo09Ag
Menciona Blanco estaba ganando al campaña.
http://docs.google.com/viewer?a=v&q=cac ... icjAPo09Ag
Menciona Blanco estaba ganando al campaña.
Se advertiría, sin embargo, un ritmo más pausado en las operaciones y un cambio en el plan general de éstas. El traslado de tropas
a Oriente no comenzaría hasta mediado noviembre, y no alcanzaría las
proporciones que Weyler había anunciado. Por otra parte, descartado el
proyecto de operar de este a oeste, empujando a los rebeldes contra la trocha, Pando comenzaría por la reconquista desde Manzanillo del valle del
Cauto, acometida a principios de diciembre. Convertida Bayamo en base
de operaciones, y establecida la línea Cauto-Bayamo-Jiguaní-Palma, desde febrero de 1898 se emprendieron campañas en el interior del territorio, en combinación con las fuerzas de Holguín, y hacia el sur, combinando con las de Santiago y Manzanillo, para expulsar a los insurrectos de Sierra Maestra, forzándolos a retirarse hacia las Tunas. Poco después “en la corta pero fructífera campaña del 18 de marzo al 9 de abril”, dirá Pando, desde Puerto Príncipe las tropas atacaban la porción oriental de Camagüey, hostigando a los mambises en La Esperanza (Sierra Cubitas) y en la Najasa.De modo que, aunque tampoco ahora se lograse la muerte o captura de Gómez, casi inactivo en su escondite, la presencia del ejército español crecía de continuo en las regiones que fueron cuna de la insurrección y punto de partida de la “invasión”. El ejército mambí se veía acosado en territorios que durante más de dos años había considerado suyos. Mientras consolidaban cada día el dominio sobre las provincias occidentales, las tropas españolas habían emprendido la ofensiva final contra Calixto García en Oriente.
En los primeros meses de 1898 todo apuntaba al triunfo definitivo de
las armas españolas en plazo no muy largo, y esta sería la situación imperante hasta la suspensión unilateral de las hostilidades decidida por el
gobierno español. Según lo expresó el capitán general Blanco, la ocupación de la línea del Cauto y las posteriores operaciones combinadas “determinaron un indiscutible progreso en el estado de la guerra separatista, que todo hacía creer terminaría en breve plazo”; se había producido “gran quebranto de la insurrección”, de modo que “el enemigo, batido en sus principales refugios, apenas presentaba ya resistencia, recorriendo las tropas el país en pequeñas columnas y acentuándose en él una saludable reacción favorable a la paz”.
Por eso, decir que el ejército mambí y Calixto García alcanzaron la
victoria de 1898 es, cuando menos, una inexactitud nada leve. La sustitución de Weyler por Blanco hizo que se renunciase a la que pudiera haber sido la campaña final de la guerra, pero no significó la derrota de las tropas españolas por las cubanas, ni tal cosa podía considerarse ni remotamente previsible
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- Teniente Coronel
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Es que los Estados Unidos jamás entraron en Cuba con el objetivo de conseguir su independencia. Todo lo contraio, entraron con fines anexionistas y el expreso deseo de convertir la isla en territorio norteamericano. Ya várias veces oferecieron a España el comprar la Isla como en su día hicieron con Florida. Pero ante la negativa española vinieron sus burdas y oscuras maniobras que culminaron con el famoso sabotaje del Maine en el puerto de La Habana y que ellos mismos provocaron. Esa fue la excusa perfecta para declarar la guerra a España, y una vez derrotada esta y expulsada de Cuba, vinieron esa maniobras anexionistas, pero tras 4 años y en vista de que por ese camino las cosas no iban como esperaban, se dió la independencia a Cuba con la famosa enmienda Platt en su naciente constitución. Los mismos yanquis decían entonces: A Cuba le hemos dejado tan poca independencia, que tarde o temprano vendrá a su estado natural; ingresar en la Unión. Así que eso de la ayuda nortemericana en la independencia de Cuba no es más que uyn mito. Un saludo.
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- Soldado Primero
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- Ubicación: La Habana
Con respecto a la Guerra Hispano Cubana Norteamericana.
Con respecto a España:
España era a finales del siglo XIX una potencia de segundo orden cuya infraestructura socioeconómica era semifeudal. Su régimen político era algo anacrónico, inestable y plagado de políticos incapaces y corruptos. Era una nación atrasada tecnológicamente. La otrora gloria del Imperio Español no era más que una visión borrosa que se contrastaba con una nación arruinada y la más pobre de Europa.
Para finales de la década del 90 contaba en su flota con:
- 13 Buques Acorazados.
- 12 Buques no Acorazados.
- Un número considerable de Destructores, Cañoneros y Guardacostas de poco valor militar.
Ahora analizaremos la capacidad operativa de sus grandes acorazados.
1- El más grande y más poderoso de la flota hispana era el Acorazado Pelayo, de tipo francés, construido en 1886 y poseía:
- 4 Cañones Pesados en una torreta.
- Una batería de tiro rápido para autodefensa.
(Estaba siendo reparado en el momento de la guerra)
2- Crucero Acorazado Emperador Carlos V:
- Desplazamiento: 9235 t.
- 2 Cañones Hontoria, calibre 280 mm.
- Su otra artillería era muy variada.
(Estaba siendo modernizado y reparado en astilleros franceses en 1898)
3- Crucero Acorazado Cristóbal Colón (1896) . De magníficas cualidades ofensivas y defensivas, posiblemente el más moderno de su tipo, que de haber estado completa su dotación, hubiese sido superior a cualquier crucero acorazado yanqui.
- Desplazamiento: 6840 t.
- 2 Cañones Armstrong, calibre 254 mm. Estos nunca se instalaron.
- 10 Cañones Hontoria, calibre 150 mm. De tiro rápido. (5 a cada borda)
- 6 Cañones Hontoria, calibre 120 mm. En la cubierta superior.
- 4 tubos Lanza Torpedos de 350 mm.
- Blindaje de acero-níquel: 150 mm, cubría 2/3 de la eslora.
- 15 000 caballos de motor.
- Velocidad: 20 nudos (N).
4- Los Cruceros Acorazados Infanta María Teresa, Almirante Oquendo , y el Vizcaya eran de la clase Infanta María Teresa, serie de 1890-1891. Sus cañones de mayor calibre eran muy grandes para otros buques que no fueran Acorazados, y a la vez su blindaje era muy débil contra sus iguales.
- Desplazamiento: 6980 t.
- 2 Cañones sistema Hontoria , calibre 280 mm, (uno a proa y otro a popa).
- 10 Cañones Hontoria de tiro rápido, calibre 140 mm, (5 por banda).
- 8 Cañones de sistema Nordenfelt , de 57 mm.
- 10 Cañones Hotchkis, calibre 37 mm.
- 8 Tubos Lanza Torpedos.
- Blindaje de acero-níquel: Cubría toda la línea de flotación con 30 cm de grosor, sus costados 25 cm, parapetos tenían 10 cm, y la cubierta protectora 75 mm.
5- Torpederos de la Clase Terror (1896): (Ariete, Azor, Rayo).
- Desplazamiento: 370 – 400 t.
- Velocidad: 28-30 nudos. (Aunque no alcanzaban más de 21).
- 2 Tubos Lanza Torpedos de 350 mm.
- 2 Cañones Sparrow, calibre 75 mm.
- 2 Cañones Nordenfelts, calibre 57 mm.
6- Destructores Clase Destructor (1886). (Reina Mercedes, Furor, Plutón)
- 3 Tubos Lanza Torpedos de 381 mm.
- Velocidad: 23 nudos.
- 1 Cañón Hontoria, calibre 90 mm.
- 4 Cañones sistema Nordenfelt , de 57 mm. (2 a popa y 2 a proa)
- 2 Piezas Hotchkis, calibre 37 mm.
Los demás buques eran obsoletos, poseían poco desplazamiento, poco blindaje y mucho maderamen. O sea, no estaban aptos para el tipo de conflicto que se avecinaba. En específico para Cuba, las Fuerzas Navales Ibéricas contaban con un total de 61 unidades de superficies. De ellas:
- 32 Lanchas Cañoneras y Torpederas (poco útiles).
- Los Cruceros de primera Alfonso XII, Mercedes, Ensenada y el Infanta Isabel tenían las calderas inutilizadas.
- Los Cañoneros Torpederos al usarse como Cruceros habían perdido velocidad, lo que reducía su principal defensa contra la caza de unidades superiores.
Dada la posición de La Habana, era fácil para el enemigo que se presentaba con poderosos barcos efectuar un bombardeo, causando grave daño a la mayor parte de la población., que se presentaba sobre una costa abierta, especialmente las defensas militares que como fácil y seguro blanco sufrirían el poderoso fuego enemigo. Era casi imposible evitar el bombardeo, si se hubiera querido efectuar, careciendo de baterías flotantes que mantuvieses a los barcos enemigos a las distancias necesarias, para hacer poco efectivos sus disparos sobre la ciudad. Para evitar eso en lo posible, se estableció una línea de defensa marítima tan fuerte como lo permitió el tiempo y los recursos.
Estaba constituida por dos frentes defensivos, el Frente marítimo y el Frente de tierra, los que conformaban un sistema de baterías costeras, reductos, fortificaciones y la línea fortificada de Mariel-Majana. El Frente marítimo se dividía en dos partes, este y oeste; la primera comprendía los accesos defensivos lejanos desde el Reducto de Cojímar hasta el Castillo del Morro. El segundo se alargaba desde el Reducto de La Chorrera hasta el Castillo de La Punta. Siendo a la vez divido en tres líneas defensivas:
a)- Primera línea:
- Batería No 1.
- Batería No 2.
- Batería de Velazco.
- Batería de la Marina.
- Batería de Santa Clara (La Punta).
- Batería No 3.
- Batería No 4.
- Batería No 5.
b)- Segunda línea:
- Castillo del Morro.
- Batería de La Reina (o Fuerte # 20).
- Batería de Santa Clara (Hotel Nacional).
c)- Tercera línea:
- Batería del Sol.
- Batería de La Pastora baja.
- Canal de Afuera
Defensas interiores de la tercera línea:
- Canal de adentro.
- Castillo de La Punta.
- Semibaluarte de La Punta.
- Cuartel de La Fortaleza de La Real Fuerza.
Además como baterías auxiliares:
- Entre la Batería de Velazco y la Batería No 2.
- Al flanco izquierdo de la Batería de Santa Clara.
- Al flanco izquierdo de Batería No 3.
- Al flanco izquierdo de Batería No 5.
- Batería auxiliar en la Casa del Inglés.
Además, se habilitaron 28 torpedos puestos en cuatro líneas defensivas, tres líneas fueron ubicadas entre La Punta y el Castillo del Morro, la cuarta se ubicó en la Capitanía del Puerto y la componían dos tubos lanzatorpedos. En general esta contaba con 10 jefes y generales, 103 oficiales y 1829 soldados regulares. Estos eran apoyados por fuerzas voluntarias compuestas por 48 oficiales y 1210 soldados. En total 3 200 hombres para su defensa. En general la defensa del frente la componían 5 reductos, 24 baterías de costa, 7 baterías auxiliares, 2 cunetas, 4 líneas de torpedos, haciendo un todo de 193 piezas de artillería con 7116 proyectiles por pieza, además, estas contaban con una reserva de 30 158 proyectiles.
El frente era apoyado por una división con cinco brigadas de tropas regulares hispanas compuestas por 112 jefes, 1627 oficiales, 29 740 soldados, con 35 000 fusiles y una reserva de 3 104 739 proyectiles para los fusiles Máuser. Para completar poseían 30 piezas de artillería y el apoyo de 12 barcos de guerra dentro del puerto los cuáles en su mayoría, estaban en pésimas condiciones.
El frente de tierra lo integraban 104 piezas y 24 116 hombres distribuidos en dos líneas defensivas.
a)- Primera línea:
- Batería del Acueducto.
- Batería de Mordazo.
- Reducto de Mordazo.
- Reducto de La tropical.
- Reducto Cruz del Padre.
- Reducto El Mazo.
- Reducto del Ingenito (Luyanó).
- Reducto de San Felipe.
- Reducto de Vista Hermosa.
- Reducto Aguadito.
- Batería del Timón.
- Batería Río Hondo.
- Luneta Jacomino.
- Batería de Jaimanita.
- Batería de San Felipe.
- Batería de la Loma de la Cruz.
- Batería y Reducto del Ingenito. (Guanabacoa)
b)- Segunda línea:
- Reducto La Azotea.
- Reducto San Antonio.
- Luneta San Antonio.
- Luneta Monserrate.
- Batería de Las Ánimas.
- Atrincheramiento independiente.
- Atrincheramiento Luz e infierno.
- Batería de Jesús del Monte.
- Batería de la Víbora.
Concentraba la defensa de la ciudad un personal de 58 795 hombres y 327 piezas artilleras, siendo una parte de ellas modernas. La capital contaba con una nutrida red de ferrocarriles que agilizaba el traslado de tropas y materiales de un lado a otro. Esta fue ordenada por el Capitán general en Octubre del 1895 y firmada por el Rey el 27de noviembre de este año.
1- La Trocha Fortificada Mariel-Majana: Poseía 30 km de extensión, era defendida por 12 000 soldados y poseía 18 modernas y ligeras piezas de artillería rodada de campaña. Estaba compuesta por una gama de Fortines, Fosos-trincheras, Fuertes de piedra, Pozos de lobo, y Alambradas militares.
2- Baterías de Costas: Habían por lo menos 5 baterías importantes con modernos cañones que defendían la ciudad de un ataque por mar. Estas se componían de una gama muy variada de calibres y sistemas. Hasta el año 1898 existían:
A) Batería de Santa Clara (1897): Se ubicaba en el actual Hotel Nacional. Esta era una batería de carácter permanente. En el 1898 es modernizada y al momento de la guerra poseía:
- 2 Cañones Díaz-Ordóñez, calibre 305 mm.
- 3 Cañones Krupp, calibre 280 mm.
- 4 Obuses Díaz-Ordóñez, calibre 210 mm.
- 2 Cañones Nordenfelt, calibre 57 mm. (Estos defendían los flancos).
- 3 Cañones González-Hontoria, calibre. 150 mm.
Esta batería fue la responsable de inferir serios daños al USS Montgomery el 13 de Junio de 1898. Ese día los navíos norteamericanos se aproximaron a 9 000 yardas o unos 3 000 metros de la costa. Entonces ocurrió un intercambio de fuegos entre ambos saliendo mal parados los yankis. El cañón Ordóñez era uno de los más modernos del mundo en su época. Por su alcance efectivo, su potencia de fuego y su calibre, se convertía en una pieza temible para cualquier buque que osara retarlo. El Krupp, de procedencia alemana, era otra de las más formidables construcciones bélicas de su tiempo, de buenas cualidades bélicas y resaltaba la excelente calidad de la naciente industria bélica alemana.
B) Batería de La Reina (o Fuerte # 20) : Fue sustituida en 1911 por el actual Parque Antonio Maceo de Centro Habana. Esta era una construcción a barbeta, con estructura semicircular y de dos pisos. En el superior se ubicaban las piezas artilleras, en el inferior la plaza de armas, los almacenes y las barracas de las tropas. Esta era de tipo permanente y se componía por:
- 3 Cañones navales González-Hontoria, calibre 160 mm.
- 2 Cañones de avancarga, calibre 250 mm.
- 7 Obuses de avancarga, calibre 210 mm.
C) Batería de La Punta: De carácter permanente y poseía en 1898:
- 2 Cañones Díaz Ordóñez, calibre 150 mm.
- 2 Cañones Sparrow presumiblemente calibres 150-210 mm.
D) Batería de La Maestranza de artillería: Compuesta por 4 piezas de 21 cm. Estaba emplazada al Este del Castillo de La Real Fuerza., en la entrada del Canal de la Bahía de La Habana. En donde se encuentra el hoy parque de la Maestranza. La componían:
- 4 Obuses Díaz-Ordóñez mod. 1872, calibre 210 mm.
E)- Batería de Velazco: Esta era de tipo temporal. Estaba ubicada al Norte del Castillo del Morro y en 1898 se componía de:
- 3 Cañones Krupp, calibre 280 mm. (Cureña baja).
- 1 Cañón modelo naval de tiro rápido sistema Nordenfelt, calibre 57 mm.
Posteriormente en el 1898 se crearon nuevos sistemas defensivos que abarcaban desde la Batería No 1 (al Este de Playa del Chivo), hasta la Batería No 5 donde se encuentra el actual Hotel Riviera.
F)- Batería No 1: Esta era de carácter permanente y estaba construida bajo las más modernas técnicas de ingeniería militar de su época. Fue una de las más brillantes instalaciones de artillería de la época colonial, fundamentada en conceptos militares muy novedosos para el momento. En ella se usó el empleo de emplazamientos cubiertos, fosos, nichos, trincheras y la utilización de piezas de gran eficiencia técnica. Esta en unión a la Batería No 2, las auxiliares y las piezas del Campo Fortificado de La Cabaña, defendían el sector Noreste de la ciudad. Se componía de:
- 4 Cañones Díaz-Ordóñez, calibre 150 mm.
- 2 Cañones modelo naval de tiro rápido Nordenfelt, calibre 57 mm.
G)- Batería No 2: De carácter permanente y tecnotipología similar al anterior sistema. Estaba emplazada en lo que es Playa del Chivo, entre la Batería de Velazco y la No 1. Estaba compuesta por:
- 2 Cañones Krupp, calibre 280 mm.
- 4 Obuses Ordóñez modelo 1872, calibre 210 mm.
- 2 Cañones modelo naval de tiro rápido sistema Nordenfelt, calibre 57 mm.
H) - Entre las de Velazco y la No 2 se crearon 3 pequeñas baterías auxiliares como apoyo. La primera se componía de 2 cañones de campaña modelo Hontoria calibre 90 mm. Las otras 2 poseían 6 cañones sistema González-Hontoria, modelo naval 1895, calibres120 mm y 150 mm. Su misión era proteger los flancos de las anteriores.
I)- Batería No 3: De carácter permanente y se componía por:
- 4 Obuses Ordóñez modelo 1872, calibre 210 mm.
- 2 Cañones Ordóñez, calibre 150 mm.
- 2 Cañones Ordóñez, calibre 240 mm.
J)- Batería No 5: Estaba emplazada en donde se encuentra el Hotel Riviera actualmente. Defendía la entrada de La Chorrera y era de carácter permanente.
Las defensas anteriores hacían de La Habana una plaza casi inexpugnable aún para flamante flota yanqui. Era muy bien defendida, por lo que se hacía muy difícil de vencer y menos de tomar. Este fue el principal móvil para dirigir las acciones hacia Oriente. Amén que allí la insurrección era poderosa y controlaba el campo de batalla, factor que influiría en obtener un aliado natural muy necesario para las futuras campañas contra el poder colonial español. Por lo que se designó a Santiago de Cuba como la zona de operaciones.
La situación de las fuerzas españolas en Santiago de Cuba, en los momentos del avance del Ejército de los Estados Unidos y de las fuerzas cubanas al mando del Lugarteniente general Calixto García, eran poco satisfactorias. Según Enrique Collazo, su guarnición era escasa para la extensa línea de defensa. No poseía las provisiones necesarias para resistir un sitio, poseía malas condiciones sanitarias y su tropa estaba sin cobrar su sueldo. No poseía esperanzas de auxilio alguno por el bloqueo terrestre impuesto por las tropas mambisas y eran sostenidos solo por su elevado patriotismo y el honor militar que les caracterizaba.
Estaba constituida la defensa por un sistema de 8 obsoletas baterías costeras con cañones de ordenanzas de bronce del siglo XVIII y algunas modernas de la Escuadra de Cervera., torreones, fortificaciones y dos líneas de torpedos, una eléctrica y otra mecánica a la entrada de la bahía. Además, concentraba un personal de 30 000 soldados regulares, así como varios regimientos de voluntarios y guerrilleros criollos. En los arsenales de Santiago habían 9 000 fusiles Máuser con 1.500.000 proyectiles, y alrededor de 7 000 fusiles Remington con un parque 1.000.000 de balas. La segunda capital contaba para su defensa con un sistema exterior de fortificaciones que protegían los accesos lejanos, estos eran El Viso, El Caney, El San Juan y Aguadores.
A)- Batería de la Alta Socapa: Estaba emplazada al Este de la ciudad, siendo de carácter permanente. La componían:
- 2 Cañones Hontoria calibre 160 mm. (Pertenecían al Crucero Acorazado Reina Mercedes).
- 3 Obuses HRS de avancarga Elorza calibre 210 mm. (Estos eran piezas obsoletas).
B)- Batería de la Baja Socapa: (Protegida por un parapeto de barriles rellenos con tierra)
- 1 Cañón modelo naval de tiro rápido Nordenfelt, calibre 57 mm. (Pertenecía Crucero Acorazado Reina Mercedes).
- 4 Cañones Hotchkiss calibre 37 mm.
- Ametralladora sistema Nordenfelt calibre 11 mm.
En el Morro:
C)- Batería del faro: De carácter permanente, su parapeto estaba hecho de cajas de madera rellenas con cemento y cubiertas con sacos de tierra y arena, la componían:
- 5 Cañones de Ordenanzas calibre 160 mm. (Eran de bronce del siglo XVIII)
- 2 Obuses HRS Elorza calibre 210 mm. (De avancarga).
D)- Batería del Castillo del Morro:
- 2 Cañones Hontoria calibre 160 mm. (Dominaba la entrada y parte del puerto).
- 3 Morteros calibre 310 mm. (De avancarga).
- 2 Obuses HRS de avancarga Elorza calibre 210 mm.
- 2 Cañones de Ordenanzas de 24 libras.
E)- Batería de Punta Gorda:
- 2 modernos Cañones Krupp calibre 90 mm.
- 2 Obuses Bc de 150 mm.
- 2 Cañones Hontoria calibre 160 mm. (Pertenecían al Crucero Acorazado Reina Mercedes).
En tierra:
F)- Fuerte San Antonio:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
- 2 Cañones de 80 mm.
G)- Fuerte Santa Inés:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
- 1 Cañón González-Hontoria, modelo naval 1895, cal. 120 mm.
H)- Loma del Sueño:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
- 1 Cañón González-Hontoria, modelo naval 1895, cal. 120 mm.
- 2 Cañones calibre 80 mm.
I)- Loma de San Juan:
- 2 Cañones de montaña Krupp, calibre 75 mm.
J)- Entrada del camino del Caney:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
- 1 Cañón González-Hontoria, modelo naval 1895, cal. 120 mm.
K)- Fuerte Santa Úrsula:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
- 2 Cañones calibre 80 mm.
M)- Fuerte Canosa:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
N)- Fuerte Centro Benéfico:
- 1 Cañón González-Hontoria, modelo naval 1895, cal. 120 mm.
Ñ)- Fuerte Horno:
- 1 Cañón Hontoria calibre 120 mm.
Al Este de la ciudad se montaron 15 piezas de la Armada con variados calibres para la defensa contra las expediciones norteamericanas.
En total las defensas artilleras de Santiago reunían 182 bocas de fuego de diferentes calibres, contra unas 644 de las fuerzas norteamericanas en sus buques y baterías de campaña. De ellas, 51 eran de las baterías de costeras que no poseían mucha efectividad por lo obsoletas (aquí se cuentan 27 modernas prestadas por la flota) y 131 pertenecían a la armada. Eso sin contar la ayuda de los 40 tubos lanzatorpedos de estos buques que si se hubiesen quedado dentro de la bahía, hubiesen sido de gran ayuda para la defensa de la ciudad.
España era a finales del siglo XIX una potencia de segundo orden cuya infraestructura socioeconómica era semifeudal. Su régimen político era algo anacrónico, inestable y plagado de políticos incapaces y corruptos. Era una nación atrasada tecnológicamente. La otrora gloria del Imperio Español no era más que una visión borrosa que se contrastaba con una nación arruinada y la más pobre de Europa.
Para finales de la década del 90 contaba en su flota con:
- 13 Buques Acorazados.
- 12 Buques no Acorazados.
- Un número considerable de Destructores, Cañoneros y Guardacostas de poco valor militar.
Ahora analizaremos la capacidad operativa de sus grandes acorazados.
1- El más grande y más poderoso de la flota hispana era el Acorazado Pelayo, de tipo francés, construido en 1886 y poseía:
- 4 Cañones Pesados en una torreta.
- Una batería de tiro rápido para autodefensa.
(Estaba siendo reparado en el momento de la guerra)
2- Crucero Acorazado Emperador Carlos V:
- Desplazamiento: 9235 t.
- 2 Cañones Hontoria, calibre 280 mm.
- Su otra artillería era muy variada.
(Estaba siendo modernizado y reparado en astilleros franceses en 1898)
3- Crucero Acorazado Cristóbal Colón (1896) . De magníficas cualidades ofensivas y defensivas, posiblemente el más moderno de su tipo, que de haber estado completa su dotación, hubiese sido superior a cualquier crucero acorazado yanqui.
- Desplazamiento: 6840 t.
- 2 Cañones Armstrong, calibre 254 mm. Estos nunca se instalaron.
- 10 Cañones Hontoria, calibre 150 mm. De tiro rápido. (5 a cada borda)
- 6 Cañones Hontoria, calibre 120 mm. En la cubierta superior.
- 4 tubos Lanza Torpedos de 350 mm.
- Blindaje de acero-níquel: 150 mm, cubría 2/3 de la eslora.
- 15 000 caballos de motor.
- Velocidad: 20 nudos (N).
4- Los Cruceros Acorazados Infanta María Teresa, Almirante Oquendo , y el Vizcaya eran de la clase Infanta María Teresa, serie de 1890-1891. Sus cañones de mayor calibre eran muy grandes para otros buques que no fueran Acorazados, y a la vez su blindaje era muy débil contra sus iguales.
- Desplazamiento: 6980 t.
- 2 Cañones sistema Hontoria , calibre 280 mm, (uno a proa y otro a popa).
- 10 Cañones Hontoria de tiro rápido, calibre 140 mm, (5 por banda).
- 8 Cañones de sistema Nordenfelt , de 57 mm.
- 10 Cañones Hotchkis, calibre 37 mm.
- 8 Tubos Lanza Torpedos.
- Blindaje de acero-níquel: Cubría toda la línea de flotación con 30 cm de grosor, sus costados 25 cm, parapetos tenían 10 cm, y la cubierta protectora 75 mm.
5- Torpederos de la Clase Terror (1896): (Ariete, Azor, Rayo).
- Desplazamiento: 370 – 400 t.
- Velocidad: 28-30 nudos. (Aunque no alcanzaban más de 21).
- 2 Tubos Lanza Torpedos de 350 mm.
- 2 Cañones Sparrow, calibre 75 mm.
- 2 Cañones Nordenfelts, calibre 57 mm.
6- Destructores Clase Destructor (1886). (Reina Mercedes, Furor, Plutón)
- 3 Tubos Lanza Torpedos de 381 mm.
- Velocidad: 23 nudos.
- 1 Cañón Hontoria, calibre 90 mm.
- 4 Cañones sistema Nordenfelt , de 57 mm. (2 a popa y 2 a proa)
- 2 Piezas Hotchkis, calibre 37 mm.
Los demás buques eran obsoletos, poseían poco desplazamiento, poco blindaje y mucho maderamen. O sea, no estaban aptos para el tipo de conflicto que se avecinaba. En específico para Cuba, las Fuerzas Navales Ibéricas contaban con un total de 61 unidades de superficies. De ellas:
- 32 Lanchas Cañoneras y Torpederas (poco útiles).
- Los Cruceros de primera Alfonso XII, Mercedes, Ensenada y el Infanta Isabel tenían las calderas inutilizadas.
- Los Cañoneros Torpederos al usarse como Cruceros habían perdido velocidad, lo que reducía su principal defensa contra la caza de unidades superiores.
Dada la posición de La Habana, era fácil para el enemigo que se presentaba con poderosos barcos efectuar un bombardeo, causando grave daño a la mayor parte de la población., que se presentaba sobre una costa abierta, especialmente las defensas militares que como fácil y seguro blanco sufrirían el poderoso fuego enemigo. Era casi imposible evitar el bombardeo, si se hubiera querido efectuar, careciendo de baterías flotantes que mantuvieses a los barcos enemigos a las distancias necesarias, para hacer poco efectivos sus disparos sobre la ciudad. Para evitar eso en lo posible, se estableció una línea de defensa marítima tan fuerte como lo permitió el tiempo y los recursos.
Estaba constituida por dos frentes defensivos, el Frente marítimo y el Frente de tierra, los que conformaban un sistema de baterías costeras, reductos, fortificaciones y la línea fortificada de Mariel-Majana. El Frente marítimo se dividía en dos partes, este y oeste; la primera comprendía los accesos defensivos lejanos desde el Reducto de Cojímar hasta el Castillo del Morro. El segundo se alargaba desde el Reducto de La Chorrera hasta el Castillo de La Punta. Siendo a la vez divido en tres líneas defensivas:
a)- Primera línea:
- Batería No 1.
- Batería No 2.
- Batería de Velazco.
- Batería de la Marina.
- Batería de Santa Clara (La Punta).
- Batería No 3.
- Batería No 4.
- Batería No 5.
b)- Segunda línea:
- Castillo del Morro.
- Batería de La Reina (o Fuerte # 20).
- Batería de Santa Clara (Hotel Nacional).
c)- Tercera línea:
- Batería del Sol.
- Batería de La Pastora baja.
- Canal de Afuera
Defensas interiores de la tercera línea:
- Canal de adentro.
- Castillo de La Punta.
- Semibaluarte de La Punta.
- Cuartel de La Fortaleza de La Real Fuerza.
Además como baterías auxiliares:
- Entre la Batería de Velazco y la Batería No 2.
- Al flanco izquierdo de la Batería de Santa Clara.
- Al flanco izquierdo de Batería No 3.
- Al flanco izquierdo de Batería No 5.
- Batería auxiliar en la Casa del Inglés.
Además, se habilitaron 28 torpedos puestos en cuatro líneas defensivas, tres líneas fueron ubicadas entre La Punta y el Castillo del Morro, la cuarta se ubicó en la Capitanía del Puerto y la componían dos tubos lanzatorpedos. En general esta contaba con 10 jefes y generales, 103 oficiales y 1829 soldados regulares. Estos eran apoyados por fuerzas voluntarias compuestas por 48 oficiales y 1210 soldados. En total 3 200 hombres para su defensa. En general la defensa del frente la componían 5 reductos, 24 baterías de costa, 7 baterías auxiliares, 2 cunetas, 4 líneas de torpedos, haciendo un todo de 193 piezas de artillería con 7116 proyectiles por pieza, además, estas contaban con una reserva de 30 158 proyectiles.
El frente era apoyado por una división con cinco brigadas de tropas regulares hispanas compuestas por 112 jefes, 1627 oficiales, 29 740 soldados, con 35 000 fusiles y una reserva de 3 104 739 proyectiles para los fusiles Máuser. Para completar poseían 30 piezas de artillería y el apoyo de 12 barcos de guerra dentro del puerto los cuáles en su mayoría, estaban en pésimas condiciones.
El frente de tierra lo integraban 104 piezas y 24 116 hombres distribuidos en dos líneas defensivas.
a)- Primera línea:
- Batería del Acueducto.
- Batería de Mordazo.
- Reducto de Mordazo.
- Reducto de La tropical.
- Reducto Cruz del Padre.
- Reducto El Mazo.
- Reducto del Ingenito (Luyanó).
- Reducto de San Felipe.
- Reducto de Vista Hermosa.
- Reducto Aguadito.
- Batería del Timón.
- Batería Río Hondo.
- Luneta Jacomino.
- Batería de Jaimanita.
- Batería de San Felipe.
- Batería de la Loma de la Cruz.
- Batería y Reducto del Ingenito. (Guanabacoa)
b)- Segunda línea:
- Reducto La Azotea.
- Reducto San Antonio.
- Luneta San Antonio.
- Luneta Monserrate.
- Batería de Las Ánimas.
- Atrincheramiento independiente.
- Atrincheramiento Luz e infierno.
- Batería de Jesús del Monte.
- Batería de la Víbora.
Concentraba la defensa de la ciudad un personal de 58 795 hombres y 327 piezas artilleras, siendo una parte de ellas modernas. La capital contaba con una nutrida red de ferrocarriles que agilizaba el traslado de tropas y materiales de un lado a otro. Esta fue ordenada por el Capitán general en Octubre del 1895 y firmada por el Rey el 27de noviembre de este año.
1- La Trocha Fortificada Mariel-Majana: Poseía 30 km de extensión, era defendida por 12 000 soldados y poseía 18 modernas y ligeras piezas de artillería rodada de campaña. Estaba compuesta por una gama de Fortines, Fosos-trincheras, Fuertes de piedra, Pozos de lobo, y Alambradas militares.
2- Baterías de Costas: Habían por lo menos 5 baterías importantes con modernos cañones que defendían la ciudad de un ataque por mar. Estas se componían de una gama muy variada de calibres y sistemas. Hasta el año 1898 existían:
A) Batería de Santa Clara (1897): Se ubicaba en el actual Hotel Nacional. Esta era una batería de carácter permanente. En el 1898 es modernizada y al momento de la guerra poseía:
- 2 Cañones Díaz-Ordóñez, calibre 305 mm.
- 3 Cañones Krupp, calibre 280 mm.
- 4 Obuses Díaz-Ordóñez, calibre 210 mm.
- 2 Cañones Nordenfelt, calibre 57 mm. (Estos defendían los flancos).
- 3 Cañones González-Hontoria, calibre. 150 mm.
Esta batería fue la responsable de inferir serios daños al USS Montgomery el 13 de Junio de 1898. Ese día los navíos norteamericanos se aproximaron a 9 000 yardas o unos 3 000 metros de la costa. Entonces ocurrió un intercambio de fuegos entre ambos saliendo mal parados los yankis. El cañón Ordóñez era uno de los más modernos del mundo en su época. Por su alcance efectivo, su potencia de fuego y su calibre, se convertía en una pieza temible para cualquier buque que osara retarlo. El Krupp, de procedencia alemana, era otra de las más formidables construcciones bélicas de su tiempo, de buenas cualidades bélicas y resaltaba la excelente calidad de la naciente industria bélica alemana.
B) Batería de La Reina (o Fuerte # 20) : Fue sustituida en 1911 por el actual Parque Antonio Maceo de Centro Habana. Esta era una construcción a barbeta, con estructura semicircular y de dos pisos. En el superior se ubicaban las piezas artilleras, en el inferior la plaza de armas, los almacenes y las barracas de las tropas. Esta era de tipo permanente y se componía por:
- 3 Cañones navales González-Hontoria, calibre 160 mm.
- 2 Cañones de avancarga, calibre 250 mm.
- 7 Obuses de avancarga, calibre 210 mm.
C) Batería de La Punta: De carácter permanente y poseía en 1898:
- 2 Cañones Díaz Ordóñez, calibre 150 mm.
- 2 Cañones Sparrow presumiblemente calibres 150-210 mm.
D) Batería de La Maestranza de artillería: Compuesta por 4 piezas de 21 cm. Estaba emplazada al Este del Castillo de La Real Fuerza., en la entrada del Canal de la Bahía de La Habana. En donde se encuentra el hoy parque de la Maestranza. La componían:
- 4 Obuses Díaz-Ordóñez mod. 1872, calibre 210 mm.
E)- Batería de Velazco: Esta era de tipo temporal. Estaba ubicada al Norte del Castillo del Morro y en 1898 se componía de:
- 3 Cañones Krupp, calibre 280 mm. (Cureña baja).
- 1 Cañón modelo naval de tiro rápido sistema Nordenfelt, calibre 57 mm.
Posteriormente en el 1898 se crearon nuevos sistemas defensivos que abarcaban desde la Batería No 1 (al Este de Playa del Chivo), hasta la Batería No 5 donde se encuentra el actual Hotel Riviera.
F)- Batería No 1: Esta era de carácter permanente y estaba construida bajo las más modernas técnicas de ingeniería militar de su época. Fue una de las más brillantes instalaciones de artillería de la época colonial, fundamentada en conceptos militares muy novedosos para el momento. En ella se usó el empleo de emplazamientos cubiertos, fosos, nichos, trincheras y la utilización de piezas de gran eficiencia técnica. Esta en unión a la Batería No 2, las auxiliares y las piezas del Campo Fortificado de La Cabaña, defendían el sector Noreste de la ciudad. Se componía de:
- 4 Cañones Díaz-Ordóñez, calibre 150 mm.
- 2 Cañones modelo naval de tiro rápido Nordenfelt, calibre 57 mm.
G)- Batería No 2: De carácter permanente y tecnotipología similar al anterior sistema. Estaba emplazada en lo que es Playa del Chivo, entre la Batería de Velazco y la No 1. Estaba compuesta por:
- 2 Cañones Krupp, calibre 280 mm.
- 4 Obuses Ordóñez modelo 1872, calibre 210 mm.
- 2 Cañones modelo naval de tiro rápido sistema Nordenfelt, calibre 57 mm.
H) - Entre las de Velazco y la No 2 se crearon 3 pequeñas baterías auxiliares como apoyo. La primera se componía de 2 cañones de campaña modelo Hontoria calibre 90 mm. Las otras 2 poseían 6 cañones sistema González-Hontoria, modelo naval 1895, calibres120 mm y 150 mm. Su misión era proteger los flancos de las anteriores.
I)- Batería No 3: De carácter permanente y se componía por:
- 4 Obuses Ordóñez modelo 1872, calibre 210 mm.
- 2 Cañones Ordóñez, calibre 150 mm.
- 2 Cañones Ordóñez, calibre 240 mm.
J)- Batería No 5: Estaba emplazada en donde se encuentra el Hotel Riviera actualmente. Defendía la entrada de La Chorrera y era de carácter permanente.
Las defensas anteriores hacían de La Habana una plaza casi inexpugnable aún para flamante flota yanqui. Era muy bien defendida, por lo que se hacía muy difícil de vencer y menos de tomar. Este fue el principal móvil para dirigir las acciones hacia Oriente. Amén que allí la insurrección era poderosa y controlaba el campo de batalla, factor que influiría en obtener un aliado natural muy necesario para las futuras campañas contra el poder colonial español. Por lo que se designó a Santiago de Cuba como la zona de operaciones.
La situación de las fuerzas españolas en Santiago de Cuba, en los momentos del avance del Ejército de los Estados Unidos y de las fuerzas cubanas al mando del Lugarteniente general Calixto García, eran poco satisfactorias. Según Enrique Collazo, su guarnición era escasa para la extensa línea de defensa. No poseía las provisiones necesarias para resistir un sitio, poseía malas condiciones sanitarias y su tropa estaba sin cobrar su sueldo. No poseía esperanzas de auxilio alguno por el bloqueo terrestre impuesto por las tropas mambisas y eran sostenidos solo por su elevado patriotismo y el honor militar que les caracterizaba.
Estaba constituida la defensa por un sistema de 8 obsoletas baterías costeras con cañones de ordenanzas de bronce del siglo XVIII y algunas modernas de la Escuadra de Cervera., torreones, fortificaciones y dos líneas de torpedos, una eléctrica y otra mecánica a la entrada de la bahía. Además, concentraba un personal de 30 000 soldados regulares, así como varios regimientos de voluntarios y guerrilleros criollos. En los arsenales de Santiago habían 9 000 fusiles Máuser con 1.500.000 proyectiles, y alrededor de 7 000 fusiles Remington con un parque 1.000.000 de balas. La segunda capital contaba para su defensa con un sistema exterior de fortificaciones que protegían los accesos lejanos, estos eran El Viso, El Caney, El San Juan y Aguadores.
A)- Batería de la Alta Socapa: Estaba emplazada al Este de la ciudad, siendo de carácter permanente. La componían:
- 2 Cañones Hontoria calibre 160 mm. (Pertenecían al Crucero Acorazado Reina Mercedes).
- 3 Obuses HRS de avancarga Elorza calibre 210 mm. (Estos eran piezas obsoletas).
B)- Batería de la Baja Socapa: (Protegida por un parapeto de barriles rellenos con tierra)
- 1 Cañón modelo naval de tiro rápido Nordenfelt, calibre 57 mm. (Pertenecía Crucero Acorazado Reina Mercedes).
- 4 Cañones Hotchkiss calibre 37 mm.
- Ametralladora sistema Nordenfelt calibre 11 mm.
En el Morro:
C)- Batería del faro: De carácter permanente, su parapeto estaba hecho de cajas de madera rellenas con cemento y cubiertas con sacos de tierra y arena, la componían:
- 5 Cañones de Ordenanzas calibre 160 mm. (Eran de bronce del siglo XVIII)
- 2 Obuses HRS Elorza calibre 210 mm. (De avancarga).
D)- Batería del Castillo del Morro:
- 2 Cañones Hontoria calibre 160 mm. (Dominaba la entrada y parte del puerto).
- 3 Morteros calibre 310 mm. (De avancarga).
- 2 Obuses HRS de avancarga Elorza calibre 210 mm.
- 2 Cañones de Ordenanzas de 24 libras.
E)- Batería de Punta Gorda:
- 2 modernos Cañones Krupp calibre 90 mm.
- 2 Obuses Bc de 150 mm.
- 2 Cañones Hontoria calibre 160 mm. (Pertenecían al Crucero Acorazado Reina Mercedes).
En tierra:
F)- Fuerte San Antonio:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
- 2 Cañones de 80 mm.
G)- Fuerte Santa Inés:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
- 1 Cañón González-Hontoria, modelo naval 1895, cal. 120 mm.
H)- Loma del Sueño:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
- 1 Cañón González-Hontoria, modelo naval 1895, cal. 120 mm.
- 2 Cañones calibre 80 mm.
I)- Loma de San Juan:
- 2 Cañones de montaña Krupp, calibre 75 mm.
J)- Entrada del camino del Caney:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
- 1 Cañón González-Hontoria, modelo naval 1895, cal. 120 mm.
K)- Fuerte Santa Úrsula:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
- 2 Cañones calibre 80 mm.
M)- Fuerte Canosa:
- 1 Cañón Hontoria calibre 160 mm.
N)- Fuerte Centro Benéfico:
- 1 Cañón González-Hontoria, modelo naval 1895, cal. 120 mm.
Ñ)- Fuerte Horno:
- 1 Cañón Hontoria calibre 120 mm.
Al Este de la ciudad se montaron 15 piezas de la Armada con variados calibres para la defensa contra las expediciones norteamericanas.
En total las defensas artilleras de Santiago reunían 182 bocas de fuego de diferentes calibres, contra unas 644 de las fuerzas norteamericanas en sus buques y baterías de campaña. De ellas, 51 eran de las baterías de costeras que no poseían mucha efectividad por lo obsoletas (aquí se cuentan 27 modernas prestadas por la flota) y 131 pertenecían a la armada. Eso sin contar la ayuda de los 40 tubos lanzatorpedos de estos buques que si se hubiesen quedado dentro de la bahía, hubiesen sido de gran ayuda para la defensa de la ciudad.
El que intente apoderarse de Cuba, solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre... y eso si no perece en la lucha.
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Continuación
España
Se construyeron una serie de baterías costeras de nuevo tipo que incorporaron los adelantos militares de la época. Ejemplos de estos fueron las 5 Baterías que se emplazaron desde el campo fortificado de la Cabaña, al este del Castillo del Morro hasta el río Almendares. Este novedoso sistema defensivo se apoyaba en el empleo de caminos cubiertos, fosos, nichos, trincheras y el uso de piezas artilleras de gran eficiencia técnica.
En sentido general se puede decir que ya para el año 1897 se esperaba la intervención norteña. Es por eso que hace un llamado al patriotismo peninsular y se propone, según Izquierdo (2007), (…) Crear las Juntas de Defensas en pueblos y ciudades. Esta debía estudiar el terreno de la localidad y su adecuación a los requerimientos militares específicos. Luego los elevaría al Estado Mayor del Ejército de Operaciones en Cuba y propondría cambios objetivos. Luego ellos estaban facultados para llevar a cabo la adecuada resistencia contra cualquier ataque enemigo (…).
La idea no era mala, solo que el burocratismo del ejército hispano impidió su materialización, ya que la autorización vino, en muchos casos, días después de iniciada las hostilidades. (…)Estas juntas crearon nuevas compañías de Voluntarios Urbanos con una elemental instrucción militar debido a la futura contienda. Se dotaron muchas unidades de un armamento moderno. A los batallones se les añadió una séptima compañía, esto aumentaba en 125 sus plazas. Además se incrementó el número de efectivos guerrilleros que se les subordinaba (…).
Otra medida fue la creación de la División de Defensa del Ferrocarril. Esta fue una medida muy importante ya que en la guerra que se avecinaba, según Pérez Guzmán (1998), (…) los ferrocarriles desempeñarían un papel decisivo en el traslado de efectivos para el frente, la evacuación de heridos, convoyes de alimentos, animales y materiales de guerra. Si el escenario de los combates era el Occidente, sería muy importante por que poseía la más diversificada red ferroviaria del país (…).
Para esto se crearían 3 Trenes Blindados dotados de ametralladoras, novedad que no había sido muy usada en la guerra cubana. Estos serían protegidos por el Bon. de Castilla.
(…)Los sostenes y reservas tenían que ser situados en lugares tácticos, para que el terreno impidiera el posible daño de la artillería (...) las posiciones de combate españolas debieran estar (...) ocultas a la vista del mar, batiendo de frente y de enfilada la playa el mayor trozo de marque se pueda para que el fuego fuera nutrido y eficaz sobre las lanchas de desembarco. El fuego se hará sin interrupción, para que los combatientes se relevaran oportunamente, empezando cuando las lanchas estén al alcance de la fusilería, ayuda del fuego de las piezas de montaña.
Si se realiza el desembarco, el jefe militar luego de 3 descargas cerradas cargará a la bayoneta para crear confusión y obligar a un reembarque. (...) la meta final era, que de realizarse el desembarco (...) hostilizar constantemente a los americanos en sus traslados y marchas, así como en sus campamentos (…).
Se importaron caballos de México y de Nueva Orleáns para que la caballería española pudiera hacer frente a la mambisa, haciéndola más móvil y ágil. Es bueno resaltar la superioridad en esta arma por los mambises, ya que poseían una constante movilidad, gran capacidad estratégica-operativa y una muy superior calidad de hombres.
Se construyeron una serie de baterías costeras de nuevo tipo que incorporaron los adelantos militares de la época. Ejemplos de estos fueron las 5 Baterías que se emplazaron desde el campo fortificado de la Cabaña, al este del Castillo del Morro hasta el río Almendares. Este novedoso sistema defensivo se apoyaba en el empleo de caminos cubiertos, fosos, nichos, trincheras y el uso de piezas artilleras de gran eficiencia técnica.
En sentido general se puede decir que ya para el año 1897 se esperaba la intervención norteña. Es por eso que hace un llamado al patriotismo peninsular y se propone, según Izquierdo (2007), (…) Crear las Juntas de Defensas en pueblos y ciudades. Esta debía estudiar el terreno de la localidad y su adecuación a los requerimientos militares específicos. Luego los elevaría al Estado Mayor del Ejército de Operaciones en Cuba y propondría cambios objetivos. Luego ellos estaban facultados para llevar a cabo la adecuada resistencia contra cualquier ataque enemigo (…).
La idea no era mala, solo que el burocratismo del ejército hispano impidió su materialización, ya que la autorización vino, en muchos casos, días después de iniciada las hostilidades. (…)Estas juntas crearon nuevas compañías de Voluntarios Urbanos con una elemental instrucción militar debido a la futura contienda. Se dotaron muchas unidades de un armamento moderno. A los batallones se les añadió una séptima compañía, esto aumentaba en 125 sus plazas. Además se incrementó el número de efectivos guerrilleros que se les subordinaba (…).
Otra medida fue la creación de la División de Defensa del Ferrocarril. Esta fue una medida muy importante ya que en la guerra que se avecinaba, según Pérez Guzmán (1998), (…) los ferrocarriles desempeñarían un papel decisivo en el traslado de efectivos para el frente, la evacuación de heridos, convoyes de alimentos, animales y materiales de guerra. Si el escenario de los combates era el Occidente, sería muy importante por que poseía la más diversificada red ferroviaria del país (…).
Para esto se crearían 3 Trenes Blindados dotados de ametralladoras, novedad que no había sido muy usada en la guerra cubana. Estos serían protegidos por el Bon. de Castilla.
(…)Los sostenes y reservas tenían que ser situados en lugares tácticos, para que el terreno impidiera el posible daño de la artillería (...) las posiciones de combate españolas debieran estar (...) ocultas a la vista del mar, batiendo de frente y de enfilada la playa el mayor trozo de marque se pueda para que el fuego fuera nutrido y eficaz sobre las lanchas de desembarco. El fuego se hará sin interrupción, para que los combatientes se relevaran oportunamente, empezando cuando las lanchas estén al alcance de la fusilería, ayuda del fuego de las piezas de montaña.
Si se realiza el desembarco, el jefe militar luego de 3 descargas cerradas cargará a la bayoneta para crear confusión y obligar a un reembarque. (...) la meta final era, que de realizarse el desembarco (...) hostilizar constantemente a los americanos en sus traslados y marchas, así como en sus campamentos (…).
Se importaron caballos de México y de Nueva Orleáns para que la caballería española pudiera hacer frente a la mambisa, haciéndola más móvil y ágil. Es bueno resaltar la superioridad en esta arma por los mambises, ya que poseían una constante movilidad, gran capacidad estratégica-operativa y una muy superior calidad de hombres.
El que intente apoderarse de Cuba, solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre... y eso si no perece en la lucha.
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Continuación 2
EEUU
a)- En 1895 se había iniciado La Guerra Necesaria y las armas cubanas inclinaban la balanza a su favor.
b)- La política de Reconcentración de Valeriano Weyler les daba una excusa humanitaria para lograr sus fines anexionistas.
c)- En 1897 se intenta por última vez la compra a España de la Isla por 300 millones de dólares. El gobierno español se niega a perder a su joya más preciada y esto marcó los pasos a seguir por McKinley y los Jingoístas yanquis.
d)- Se descubre la carta enviada por el Embajador Ibérico Dupuy de Lome, donde hace duras críticas al presidente norteño. Esta fue la justificación para declarar la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
e)- El 15 de febrero de 1898 vuela en la rada del puerto habanero el Acorazado de 2da Maine dejando aproximadamente 260 muertos. El suceso fue catalogado como accidente por los hispanos y de agresión por los norteamericanos.
Todo el pastel estaba servido. Solo hacía falta la autorización del Congreso y del Presidente para echar manos a la obra. Pero cabe una pregunta que es necesario hacerse..... ¿Estaban listos los Estados Unidos para enfrentar a España y disputarle sus posiciones? Veremos.
1)- Infantería
Según el Coronel Ermalov, enviado del Zar como observador en esta guerra, se conoció (…)que el 21 de abril de aquel año 1898, cuando Estados Unidos declaró la guerra a España, el imperio contaba solo con un Ejército Regular de 2 143 oficiales y 26 040 cargos de menor graduación. Tenía solamente 28 000 efectivos y muy pocas reservas materiales. Tuvo que incorporar a filas rápidamente a 275 000 hombres (…).
Este cuerpo contaba con tropas que su experiencia se había forjado asesinando indios en el Oeste. Desde la Guerra de Secesión no enfrentaban un ejército profesional y su armamento era el siguiente:
- Fusil Remington mod. 1871, calibre 45. De repetición.
- Fusil Winchester mod. 1873, calibre 44. De repetición.
- Fusil Winchester mod. 1888 (Henry-Martini), calibre 44. De repetición.
- Fusil Winchester mod. 1893 (Lightning), calibres 22; 32; 38; 44. (Cargaba hasta 10 cartuchos)
- Fusiles Johnson, calibre 44.
- Ametralladora Gatling, mod. 1890, calibre 50.
- Ametralladora Maxim-Nordenfelt, modelo naval (1891-1893), calibre 75.
- Revólver Colt, calibre 45.
- Revólver Colt (Pacificador), calibre 38.
- Revólver Smith & Wesson, calibre 38.
- Revólver Smith & Wesson, calibre 32.
Todos estos usaban pólvora negra que al disparar revelaban la posición del tirador. Es evidente que la calidad del infante y su armamento, no era nada comparado en calidad, al soldado español. El Máuser era por mucho, mejor que cualquier fusil yanqui.
2)- Caballería
Era un buen cuerpo, el más disciplinado, pero que adolecía del mismo mal que la infantería, no poseía suficiente experiencia combativa moderna contra un ejército profesional. Su armamento constaba de carabinas recortadas de 11 mm y revólveres modelos Colt. Sin embargo, es bueno señalar que el destacamento de los Rough Riders al desembarcar en Santiago, lo hicieron sin sus caballos ya que estaban en otro barco. Esto demuestra el caos logístico que imperaba en el ejército, le afectaba a ella a la hora de cumplir los objetivos militares trazados.
3)- Artillería
No eran malos modelos. Después de la guerra civil se había desatado una carrera entre las fuerzas navales y la artillería en ver quien era mejor. Los modelos se mejoraban continuamente, pero la supremacía sin dudas fue de la primera. Solo diré algo en contra, usaban pólvora negra y por eso fueron silenciadas en los primeros encuentros. En Tampa se había concentrado una Brigada invasora compuesta por 10 Baterías, y de ellas, solo desembarcaron en Santiago 16 piezas o cuatro Baterías, las demás lo hicieron el 10 de Julio, cuando la guerra se había terminado.
4)- Marina de Guerra
Sin dudas esta era la mejor arma del ejército norteamericano. En víspera de la guerra, el núcleo principal de la poderosa Escuadra norteamericana eran 7 Acorazados Modernos. De ellos 4 de Primera clase, 1 de Segunda clase y 2 Cruceros-Acorazados, todos en servicio. A continuación haremos un listado de los mismos:
A)- Acorazados de Primera Clase: (Indiana, Massachussets, y el Oregón).
-Desplazamiento: 10 288 t.
- Velocidad: + 16 Nudos.
- 2 Torretas de 2 piezas calibre 330mm.
- 4 Torretas de 2 piezas, calibre 203 mm.
- 4 Piezas de tiro rápido, calibre 152 mm.
- 20 Cañones Nordenfelt, calibre 57 mm.
- 6 Cañones Hotchkis, calibre 37 mm.
- 4 Piezas sistema Gatling.
- Blindaje: cintura blindada de 45 cm, y además cubría 3/5 partes del buque.
B)- Acorazado de Primera Clase: Iowa. (fig 2)
- Desplazamiento: 11 410 t.
- Velocidad: 17 Nudos.
C)- Acorazado de Segunda Clase: Texas.
- Desplazamiento: 6 315 t.
- Velocidad: 17,8 Nudos.
D)- Crucero-Acorazado: New York.
- Desplazamiento: 8 200 t.
- Velocidad: 21 Nudos.
E)- Crucero-Acorazado: Brooklyng
- Desplazamiento: 9 125 t.
- Velocidad: 21,9 Nudos.
Además la Armada poseía un cuerpo de 13 Cruceros Protegidos menores de 7375 t de desplazamiento. A esto se suman 6 Monitores de doble torretas, con una poderosa artillería y armamentos, pero que adolecían en su velocidad.
Al comparar con España se nota la superioridad naval de los norteamericanos. Estos poseían en conjunto un total de 73 Buques de combate y 123 auxiliares y de Transporte. Esto hacía un total de 196 unidades de superficie contra 61 de España. La correlación de bocas de fuego por bando era favorable a EE.UU. con alrededor de 600 piezas contra 131 España (solo 410 de ellas en Santiago). De ellas 136 eran de grueso calibre (24 de 330 mm; 56 de 203 mm; 56 de 150 mm). Además, poseía sólo en santiago 208 bocas de medianos y pequeños calibres (140 de 57 mm; 42 de 37 mm sistema Hotchkis y 24 de 37 mm sistema Gatling). La mejor Escuadra de Iberia era la del Almirante Pascual Cervera y esta no tenía montados sus cañones de grueso calibre y le faltaban proyectiles de otros sistemas, sin contar que su blindaje estaba muy disminuido.
La Flota yanqui se dividió en el área del Caribe en dos Escuadras:
- La Escuadra Volante, estaba dirigida por el Comodoro Winfield S. Schley y se basificaba en Virginia. Su misión era la de apoyar a la del Atlántico Norte en los escenarios militares que se desarrollarían, defender las costas Sur de la Florida de un raid español, y patrullar las costas al norte de Cuba. La componían:
Escuadra Volante:
- Acorazado de Primera Clase: Massachussets.
- Acorazado de Segunda Clase: Texas.
- Crucero-Acorazado: Brooklyng (Buque insignia)
- Crucero Protegido: Columbia.
- Crucero Protegido: Minneápolis
- Era apoyada por una flotilla de Cañoneros y Guardacostas pequeños en función exploradora.
Escuadra Atlántico Norte: Estaba dirigida por el Almirante W. T. Sampson. Su misión era llevar a vías de hecho las operaciones militares y navales en la Isla. Por eso debía ser bien poderosa en lo que a bocas de fuego se trataba y a su blindaje. Y la componían las siguientes unidades:
Escuadra Atlántico Norte:
- Acorazado de Primera Clase: Indiana
- Acorazado de Primera Clase: Iowa
- Crucero-Acorazado: New York. (Insignia)
- 4 Monitores.
- 4 Cruceros Protegidos.
- 5 Cañoneros.
- 1 Aviso (buque ligero y veloz).
- 1 Crucero Dinamitero.
- 7 Torpederos.
- 10 Guardacostas.
- 11 Buques Auxiliares y de Transporte.
Posteriormente se incluyeron como apoyo las siguientes naves:
- Acorazado de Primera Clase: Oregón.
- Crucero: Búffalo.
- Cañonero: Marietta.
Estados Unidos se sentía fuerte para arrebatarle terrenos a España, pero para eso necesitaba una excusa política. Esta se dio cuando la prensa amarilla hizo pública la carta del Embajador español Dupuy de Lome, en donde hacía fuertes críticas personales al Presidente Mckinley. Estos fueron debidamente sobredimensionados por los jingoístas y provocó la ruptura de las relaciones diplomáticas.
Otra excusa fue la voladura en plena rada habanera del Acorazado de Segunda Clase USS Maine, el 15 de febrero de 1898. Supuestamente murieron 266 marinos yanquis. Las posteriores investigaciones realizadas por los especialistas navales y militares españoles, llegaron a la conclusión que la explosión fue interna. Actualmente otras investigaciones han confirmado que esta se debió a que la Santa Bárbara del buque estaba al lado de las Calderas de Carbón, por lo que un posible calentamiento o chispa en la pólvora, provocó la detonación. La comisión norteamericana por su parte determinó en su informe que esta había ocurrido por una agresión del exterior, una mina magnética o un torpedo local. Esta afirmación era muy peligrosa ya que dejaba en claro que España era la culpable de la agresión al buque, y por lo mismo, la responsable por las almas perdidas de este hecho.
Todos estos ingredientes, crearon el ambiente adecuado que se necesitaba para que el Congreso firmara el 18 de Abril la Resolución Conjunta (Join Resolution), y el día 20 lo firma el Presidente. Esta fue la excusa humanista para intervenir en la Isla. Según ellos no deseaban apropiarse de nada en Cuba, solo ayudar al sufrido pueblo cubano a alcanzar la independencia de España, la misma, que hasta hacía 2 años ellos apoyaban.
Ahora bien... Resolución Conjunta. ¿Conjunta con quién? Si nunca se propuso reconocer al gobierno independentista cubano, legítimo defensor y representante de las legítimas aspiraciones independentistas cubanas. Más bien sus propósitos quedaron vagos como una sombra del buen vecino que desea con oscuras intenciones ayudar... la pregunta es.... a quién... puesto que no reconocía la autoridad de nuestro gobierno en armas.
a)- En 1895 se había iniciado La Guerra Necesaria y las armas cubanas inclinaban la balanza a su favor.
b)- La política de Reconcentración de Valeriano Weyler les daba una excusa humanitaria para lograr sus fines anexionistas.
c)- En 1897 se intenta por última vez la compra a España de la Isla por 300 millones de dólares. El gobierno español se niega a perder a su joya más preciada y esto marcó los pasos a seguir por McKinley y los Jingoístas yanquis.
d)- Se descubre la carta enviada por el Embajador Ibérico Dupuy de Lome, donde hace duras críticas al presidente norteño. Esta fue la justificación para declarar la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
e)- El 15 de febrero de 1898 vuela en la rada del puerto habanero el Acorazado de 2da Maine dejando aproximadamente 260 muertos. El suceso fue catalogado como accidente por los hispanos y de agresión por los norteamericanos.
Todo el pastel estaba servido. Solo hacía falta la autorización del Congreso y del Presidente para echar manos a la obra. Pero cabe una pregunta que es necesario hacerse..... ¿Estaban listos los Estados Unidos para enfrentar a España y disputarle sus posiciones? Veremos.
1)- Infantería
Según el Coronel Ermalov, enviado del Zar como observador en esta guerra, se conoció (…)que el 21 de abril de aquel año 1898, cuando Estados Unidos declaró la guerra a España, el imperio contaba solo con un Ejército Regular de 2 143 oficiales y 26 040 cargos de menor graduación. Tenía solamente 28 000 efectivos y muy pocas reservas materiales. Tuvo que incorporar a filas rápidamente a 275 000 hombres (…).
Este cuerpo contaba con tropas que su experiencia se había forjado asesinando indios en el Oeste. Desde la Guerra de Secesión no enfrentaban un ejército profesional y su armamento era el siguiente:
- Fusil Remington mod. 1871, calibre 45. De repetición.
- Fusil Winchester mod. 1873, calibre 44. De repetición.
- Fusil Winchester mod. 1888 (Henry-Martini), calibre 44. De repetición.
- Fusil Winchester mod. 1893 (Lightning), calibres 22; 32; 38; 44. (Cargaba hasta 10 cartuchos)
- Fusiles Johnson, calibre 44.
- Ametralladora Gatling, mod. 1890, calibre 50.
- Ametralladora Maxim-Nordenfelt, modelo naval (1891-1893), calibre 75.
- Revólver Colt, calibre 45.
- Revólver Colt (Pacificador), calibre 38.
- Revólver Smith & Wesson, calibre 38.
- Revólver Smith & Wesson, calibre 32.
Todos estos usaban pólvora negra que al disparar revelaban la posición del tirador. Es evidente que la calidad del infante y su armamento, no era nada comparado en calidad, al soldado español. El Máuser era por mucho, mejor que cualquier fusil yanqui.
2)- Caballería
Era un buen cuerpo, el más disciplinado, pero que adolecía del mismo mal que la infantería, no poseía suficiente experiencia combativa moderna contra un ejército profesional. Su armamento constaba de carabinas recortadas de 11 mm y revólveres modelos Colt. Sin embargo, es bueno señalar que el destacamento de los Rough Riders al desembarcar en Santiago, lo hicieron sin sus caballos ya que estaban en otro barco. Esto demuestra el caos logístico que imperaba en el ejército, le afectaba a ella a la hora de cumplir los objetivos militares trazados.
3)- Artillería
No eran malos modelos. Después de la guerra civil se había desatado una carrera entre las fuerzas navales y la artillería en ver quien era mejor. Los modelos se mejoraban continuamente, pero la supremacía sin dudas fue de la primera. Solo diré algo en contra, usaban pólvora negra y por eso fueron silenciadas en los primeros encuentros. En Tampa se había concentrado una Brigada invasora compuesta por 10 Baterías, y de ellas, solo desembarcaron en Santiago 16 piezas o cuatro Baterías, las demás lo hicieron el 10 de Julio, cuando la guerra se había terminado.
4)- Marina de Guerra
Sin dudas esta era la mejor arma del ejército norteamericano. En víspera de la guerra, el núcleo principal de la poderosa Escuadra norteamericana eran 7 Acorazados Modernos. De ellos 4 de Primera clase, 1 de Segunda clase y 2 Cruceros-Acorazados, todos en servicio. A continuación haremos un listado de los mismos:
A)- Acorazados de Primera Clase: (Indiana, Massachussets, y el Oregón).
-Desplazamiento: 10 288 t.
- Velocidad: + 16 Nudos.
- 2 Torretas de 2 piezas calibre 330mm.
- 4 Torretas de 2 piezas, calibre 203 mm.
- 4 Piezas de tiro rápido, calibre 152 mm.
- 20 Cañones Nordenfelt, calibre 57 mm.
- 6 Cañones Hotchkis, calibre 37 mm.
- 4 Piezas sistema Gatling.
- Blindaje: cintura blindada de 45 cm, y además cubría 3/5 partes del buque.
B)- Acorazado de Primera Clase: Iowa. (fig 2)
- Desplazamiento: 11 410 t.
- Velocidad: 17 Nudos.
C)- Acorazado de Segunda Clase: Texas.
- Desplazamiento: 6 315 t.
- Velocidad: 17,8 Nudos.
D)- Crucero-Acorazado: New York.
- Desplazamiento: 8 200 t.
- Velocidad: 21 Nudos.
E)- Crucero-Acorazado: Brooklyng
- Desplazamiento: 9 125 t.
- Velocidad: 21,9 Nudos.
Además la Armada poseía un cuerpo de 13 Cruceros Protegidos menores de 7375 t de desplazamiento. A esto se suman 6 Monitores de doble torretas, con una poderosa artillería y armamentos, pero que adolecían en su velocidad.
Al comparar con España se nota la superioridad naval de los norteamericanos. Estos poseían en conjunto un total de 73 Buques de combate y 123 auxiliares y de Transporte. Esto hacía un total de 196 unidades de superficie contra 61 de España. La correlación de bocas de fuego por bando era favorable a EE.UU. con alrededor de 600 piezas contra 131 España (solo 410 de ellas en Santiago). De ellas 136 eran de grueso calibre (24 de 330 mm; 56 de 203 mm; 56 de 150 mm). Además, poseía sólo en santiago 208 bocas de medianos y pequeños calibres (140 de 57 mm; 42 de 37 mm sistema Hotchkis y 24 de 37 mm sistema Gatling). La mejor Escuadra de Iberia era la del Almirante Pascual Cervera y esta no tenía montados sus cañones de grueso calibre y le faltaban proyectiles de otros sistemas, sin contar que su blindaje estaba muy disminuido.
La Flota yanqui se dividió en el área del Caribe en dos Escuadras:
- La Escuadra Volante, estaba dirigida por el Comodoro Winfield S. Schley y se basificaba en Virginia. Su misión era la de apoyar a la del Atlántico Norte en los escenarios militares que se desarrollarían, defender las costas Sur de la Florida de un raid español, y patrullar las costas al norte de Cuba. La componían:
Escuadra Volante:
- Acorazado de Primera Clase: Massachussets.
- Acorazado de Segunda Clase: Texas.
- Crucero-Acorazado: Brooklyng (Buque insignia)
- Crucero Protegido: Columbia.
- Crucero Protegido: Minneápolis
- Era apoyada por una flotilla de Cañoneros y Guardacostas pequeños en función exploradora.
Escuadra Atlántico Norte: Estaba dirigida por el Almirante W. T. Sampson. Su misión era llevar a vías de hecho las operaciones militares y navales en la Isla. Por eso debía ser bien poderosa en lo que a bocas de fuego se trataba y a su blindaje. Y la componían las siguientes unidades:
Escuadra Atlántico Norte:
- Acorazado de Primera Clase: Indiana
- Acorazado de Primera Clase: Iowa
- Crucero-Acorazado: New York. (Insignia)
- 4 Monitores.
- 4 Cruceros Protegidos.
- 5 Cañoneros.
- 1 Aviso (buque ligero y veloz).
- 1 Crucero Dinamitero.
- 7 Torpederos.
- 10 Guardacostas.
- 11 Buques Auxiliares y de Transporte.
Posteriormente se incluyeron como apoyo las siguientes naves:
- Acorazado de Primera Clase: Oregón.
- Crucero: Búffalo.
- Cañonero: Marietta.
Estados Unidos se sentía fuerte para arrebatarle terrenos a España, pero para eso necesitaba una excusa política. Esta se dio cuando la prensa amarilla hizo pública la carta del Embajador español Dupuy de Lome, en donde hacía fuertes críticas personales al Presidente Mckinley. Estos fueron debidamente sobredimensionados por los jingoístas y provocó la ruptura de las relaciones diplomáticas.
Otra excusa fue la voladura en plena rada habanera del Acorazado de Segunda Clase USS Maine, el 15 de febrero de 1898. Supuestamente murieron 266 marinos yanquis. Las posteriores investigaciones realizadas por los especialistas navales y militares españoles, llegaron a la conclusión que la explosión fue interna. Actualmente otras investigaciones han confirmado que esta se debió a que la Santa Bárbara del buque estaba al lado de las Calderas de Carbón, por lo que un posible calentamiento o chispa en la pólvora, provocó la detonación. La comisión norteamericana por su parte determinó en su informe que esta había ocurrido por una agresión del exterior, una mina magnética o un torpedo local. Esta afirmación era muy peligrosa ya que dejaba en claro que España era la culpable de la agresión al buque, y por lo mismo, la responsable por las almas perdidas de este hecho.
Todos estos ingredientes, crearon el ambiente adecuado que se necesitaba para que el Congreso firmara el 18 de Abril la Resolución Conjunta (Join Resolution), y el día 20 lo firma el Presidente. Esta fue la excusa humanista para intervenir en la Isla. Según ellos no deseaban apropiarse de nada en Cuba, solo ayudar al sufrido pueblo cubano a alcanzar la independencia de España, la misma, que hasta hacía 2 años ellos apoyaban.
Ahora bien... Resolución Conjunta. ¿Conjunta con quién? Si nunca se propuso reconocer al gobierno independentista cubano, legítimo defensor y representante de las legítimas aspiraciones independentistas cubanas. Más bien sus propósitos quedaron vagos como una sombra del buen vecino que desea con oscuras intenciones ayudar... la pregunta es.... a quién... puesto que no reconocía la autoridad de nuestro gobierno en armas.
El que intente apoderarse de Cuba, solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre... y eso si no perece en la lucha.
Socialismo o Muerte
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Ejercito Libertador cubano
El 24 de febrero de 1895 se inicia la Guerra del 95 o Necesaria. Esta tenía la misión de llevar a cabo en corto tiempo la separación cubana de España. Como segundo objetivo en la mente de Martí estaba preservar a la Isla de los tentáculos norteamericanos. Lograr esta meta, era la causa de la guerra que el Apóstol echaba contra los elementos anexionistas proyanquis y proespañoles. Quizás el que mejor lo entendía fue Antonio Maceo quien llegó a decir: (…) Es preferible levantarse o caer solo antes que contraer deudas de gratitud con un vecino tan poderoso (…).
Sobre este tema, también afirmó ante la pregunta de si se uniría a los Estados Unidos contra España en una posible confrontación: (…) La única forma en que yo me uniría a España sería si intervienen los Estados Unidos en la guerra (…).
El estaba conciente de quien era el verdadero enemigo de la independencia cubana. Sabía e intuía del peligro real que este representaba, pero la historia está plagada de sorpresas y el 19 de Mayo de 1895 cae en Dos Ríos el Apóstol José Martí, mientras que el 7 de Diciembre de 1896 caía en otra escaramuza fatal el Titán de Bronce. Como dijera Julio César: Alea acta est, la suerte estaba echada.
El Ejército Libertador marchaba de forma pujante, disciplinado, organizado y de armónico accionar contra su similar de España. Esta era la realidad en vísperas del desarrollo de la guerra Hispano-Cubano-Norteamericana. Con gran visión estratégica de lobo viejo y conocedor de esta realidad, de la certeza de la victoria de las armas cubanas y de la imposibilidad de continuar a largo plazo la lucha por parte de los ibéricos, Gómez (1997) señaló: (…) España no está en condiciones de enviar al sustituto de Weyler, 200 000 hombres más y 100 millones de pesos oro para prolongar la guerra otros dos años y los cubanos pueden resistir todo el tiempo que quieran. Nosotros tenemos el tiempo por nuestro. A España le toca apagar la hoguera (…).
El Ejército Libertador dominaba el campo insurrecto obligando a los españoles a concentrarse en las ciudades y poblados. Ahora, ¿Cuáles eran los medios con que los mambises se enfrentaban a los españoles? Su ejército se componía de tres cuerpos: infantería, caballería, y algo más novel pero cada vez más importante, el cuerpo de artillería. Este último dirigido por especialistas norteamericanos que se subordinaban a las tropas cubanas.
1)- Infantería.
Este cuerpo lo componían buenos tiradores que pasaron de la impedimenta y se ganaron el derecho a un fusil. Su parque y poder de fuego era variado. Este contrastaba con una variada gama de modelos y calibres diferentes. Su principal problema era la casi absoluta carencia de parque para quemar.
1- Fusiles norteamericanos.
- Fusil Remington mod. 1863, sistema Geiger-Ryder, calibre 45.
- Fusil Remington mod. 1871, calibre 45 (De repetición).
- Fusil Remington mod. 1871, calibre 45 (Carabina para la caballería).
- Fusil Winchester mod. 1873, calibre 44. De repetición.
- Tercerolas Remington, calibre 45.
- Fusil Johnson, calibre 45
2- Fusiles españoles.
- Fusil Máuser español mod. 1893, calibre 7 mm.
- Fusil Máuser argentino mod. 1893, calibre 7,62 mm.
3- Otros fusiles.
- Estos eran variados desde obsoletas tercerolas y fusiles de calibre 15 mm.
Este cuerpo era muy disciplinado en el fuego, ya que su misión era de hacer solo fuego seguro contra los cuadros españoles, creando el desorden antes de la carga de la caballería mambisa. Los oficiales usaban además del legendario machete, un revólver de los calibres 32, 38 ó 45 de los modelos Colt, Smith & Wesson, etc.
2)- Caballería.
Este cuerpo era el más vistoso y disciplinado de las armas mambisas. Por su movilidad, capacidad operativa, y sobretodo por el coraje de sus hombres era la columna vertebral del Ejército Mambí. Sus cargas estratégicas eran una especialidad contra los cuadros españoles en unión con la infantería. O sea, la infantería disparaba tiros seguros contra la formación de cuadros españoles, que se formaba para repeler a la caballería enemiga y luego de hacerles varias bajas se le cargaba a degüello.
Su principal arma era el machete, instrumento de trabajo devenido arma principal del mambí. Era más ligero y manuable que el sable usado por su similar ibérico y mucho más letal en manos ya especializadas. Su armamento se completaba con carabinas y revólveres los oficiales. Esta era la reina del campo de batalla, ya que su similar español dejaba mucho que desear en los encuentros frontales. Batallas y combates como Peralejo, Coliseo, Ceja del Negro, Mal tiempo, y otras no menos importantes validaban la anterior afirmación.
3)- Artillería.
Esta se empezó a usar en 1896 durante la toma de Las Tunas, bajo la dirección del brillante estratega y Lugarteniente General Calixto García Iñiguez, con el cañoneo al fuerte de Loma del Hierro. Era casi una novedad bélica para los cubanos ya que anteriormente fue muy poco usada y cuando se hizo, fueron modelos artesanales de cuero y madera. Esta vez se trataba de cañones de procedencia norteamericana y a la vez maniobrados por estos bajo la dirección de oficiales mambises. Los modelos eran:
- 2 Cañones de tiro rápido Hotchkis, calibre 42 mm.
- 2 Cañones Neumáticos con proyectiles de dinamita Sim-Dudley, calibre 100 mm.
- Modelos artesanales de cuero y madera.
El problema de esta técnica era que se hacía muy difícil conseguir proyectiles. Además, los técnicos como ya dije eran norteamericanos por que los cubanos no dominaban esta técnica. Sin embargo esta resultó ser muy efectiva para tomar fuertes y ciudades como Las Tunas, Holguin y en Santiago de Cuba habían durante la guerra 12 piezas de artillería según el general E. Collazo.
Sobre este tema, también afirmó ante la pregunta de si se uniría a los Estados Unidos contra España en una posible confrontación: (…) La única forma en que yo me uniría a España sería si intervienen los Estados Unidos en la guerra (…).
El estaba conciente de quien era el verdadero enemigo de la independencia cubana. Sabía e intuía del peligro real que este representaba, pero la historia está plagada de sorpresas y el 19 de Mayo de 1895 cae en Dos Ríos el Apóstol José Martí, mientras que el 7 de Diciembre de 1896 caía en otra escaramuza fatal el Titán de Bronce. Como dijera Julio César: Alea acta est, la suerte estaba echada.
El Ejército Libertador marchaba de forma pujante, disciplinado, organizado y de armónico accionar contra su similar de España. Esta era la realidad en vísperas del desarrollo de la guerra Hispano-Cubano-Norteamericana. Con gran visión estratégica de lobo viejo y conocedor de esta realidad, de la certeza de la victoria de las armas cubanas y de la imposibilidad de continuar a largo plazo la lucha por parte de los ibéricos, Gómez (1997) señaló: (…) España no está en condiciones de enviar al sustituto de Weyler, 200 000 hombres más y 100 millones de pesos oro para prolongar la guerra otros dos años y los cubanos pueden resistir todo el tiempo que quieran. Nosotros tenemos el tiempo por nuestro. A España le toca apagar la hoguera (…).
El Ejército Libertador dominaba el campo insurrecto obligando a los españoles a concentrarse en las ciudades y poblados. Ahora, ¿Cuáles eran los medios con que los mambises se enfrentaban a los españoles? Su ejército se componía de tres cuerpos: infantería, caballería, y algo más novel pero cada vez más importante, el cuerpo de artillería. Este último dirigido por especialistas norteamericanos que se subordinaban a las tropas cubanas.
1)- Infantería.
Este cuerpo lo componían buenos tiradores que pasaron de la impedimenta y se ganaron el derecho a un fusil. Su parque y poder de fuego era variado. Este contrastaba con una variada gama de modelos y calibres diferentes. Su principal problema era la casi absoluta carencia de parque para quemar.
1- Fusiles norteamericanos.
- Fusil Remington mod. 1863, sistema Geiger-Ryder, calibre 45.
- Fusil Remington mod. 1871, calibre 45 (De repetición).
- Fusil Remington mod. 1871, calibre 45 (Carabina para la caballería).
- Fusil Winchester mod. 1873, calibre 44. De repetición.
- Tercerolas Remington, calibre 45.
- Fusil Johnson, calibre 45
2- Fusiles españoles.
- Fusil Máuser español mod. 1893, calibre 7 mm.
- Fusil Máuser argentino mod. 1893, calibre 7,62 mm.
3- Otros fusiles.
- Estos eran variados desde obsoletas tercerolas y fusiles de calibre 15 mm.
Este cuerpo era muy disciplinado en el fuego, ya que su misión era de hacer solo fuego seguro contra los cuadros españoles, creando el desorden antes de la carga de la caballería mambisa. Los oficiales usaban además del legendario machete, un revólver de los calibres 32, 38 ó 45 de los modelos Colt, Smith & Wesson, etc.
2)- Caballería.
Este cuerpo era el más vistoso y disciplinado de las armas mambisas. Por su movilidad, capacidad operativa, y sobretodo por el coraje de sus hombres era la columna vertebral del Ejército Mambí. Sus cargas estratégicas eran una especialidad contra los cuadros españoles en unión con la infantería. O sea, la infantería disparaba tiros seguros contra la formación de cuadros españoles, que se formaba para repeler a la caballería enemiga y luego de hacerles varias bajas se le cargaba a degüello.
Su principal arma era el machete, instrumento de trabajo devenido arma principal del mambí. Era más ligero y manuable que el sable usado por su similar ibérico y mucho más letal en manos ya especializadas. Su armamento se completaba con carabinas y revólveres los oficiales. Esta era la reina del campo de batalla, ya que su similar español dejaba mucho que desear en los encuentros frontales. Batallas y combates como Peralejo, Coliseo, Ceja del Negro, Mal tiempo, y otras no menos importantes validaban la anterior afirmación.
3)- Artillería.
Esta se empezó a usar en 1896 durante la toma de Las Tunas, bajo la dirección del brillante estratega y Lugarteniente General Calixto García Iñiguez, con el cañoneo al fuerte de Loma del Hierro. Era casi una novedad bélica para los cubanos ya que anteriormente fue muy poco usada y cuando se hizo, fueron modelos artesanales de cuero y madera. Esta vez se trataba de cañones de procedencia norteamericana y a la vez maniobrados por estos bajo la dirección de oficiales mambises. Los modelos eran:
- 2 Cañones de tiro rápido Hotchkis, calibre 42 mm.
- 2 Cañones Neumáticos con proyectiles de dinamita Sim-Dudley, calibre 100 mm.
- Modelos artesanales de cuero y madera.
El problema de esta técnica era que se hacía muy difícil conseguir proyectiles. Además, los técnicos como ya dije eran norteamericanos por que los cubanos no dominaban esta técnica. Sin embargo esta resultó ser muy efectiva para tomar fuertes y ciudades como Las Tunas, Holguin y en Santiago de Cuba habían durante la guerra 12 piezas de artillería según el general E. Collazo.
El que intente apoderarse de Cuba, solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre... y eso si no perece en la lucha.
Socialismo o Muerte
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INICIO DE LAS HOSTILIDADES
Como ya recalcamos, el día 20 fue firmada la Resolución Conjunta. Entonces el 22 de Abril se declara el inicio del bloqueo naval contra Cuba y por consiguiente, el inicio formal de la guerra, aunque no hubo combates hasta 2 meses después. Por el enviado del Zar se conoció que: (…) el 21 de abril de aquel año 1898, cuando Estados Unidos declaró la guerra a España, el imperio contaba solo con un Ejército Regular de 2 143 oficiales y 26 040 cargos de menor graduación. Tenía solamente 28 000 efectivos y muy pocas reservas materiales. Tuvo que incorporar a filas rápidamente a 275 000 hombres. Se conformaron unas fuerzas terrestres con 100 000 voluntarios y 62 597 regulares, de ellos 40 000 para la defensa de la costa atlántica estadounidense, y de los restantes, 30 000 regulares y 50 000 voluntarios se dedicaron a la guerra contra Cuba. Según el plan concebido, estas tropas —más los 50 000 mambises calculados— serían suficientes para enfrentar a los 80 000 españoles supuestamente aptos para el combate en la Isla (…).
Se barajaron dos posibilidades:
a)- La toma de La habana con un destacamento de 40 000 a 50 000 hombres. En esta operación tan compleja y de grandes riesgos, las tropas yanquis a las órdenes del Mayor General William Shafter se emplearían como avanzada. Días después el general N. A. Miles recibió orientación de reunir 70 000 soldados para efectuarla. A su vez Shafter debía avanzar y tomar la Bahía del Mariel a 20 millas de La Habana.
Esta idea fue propuesta por el Comandante del Crucero-Acorazado New York, y para completarla se usarían todos los buques. En principio se cañonearía la ciudad y sus fortificaciones para facilitar el desembarco. Esta idea fue desechada por el temor a que los buques fueran dañados por el fuego de las baterías españolas, o las minas magnéticas y torpedos de los defensores. En el contexto anterior se organizó un desembarco de armas por Cabañas terminando este en un fracaso total.
(...)La guerra comenzó —escribió Ermalov— con un bloqueo de La Habana y de un sector de la costa norte de Cuba, desde Cárdenas hasta Bahía Honda, así como con la captura de naves mercantes españolas. El 27 de abril, los buques New Port, Cincinati y Pusitan, dispararon unos cien proyectiles contra una batería cerca de Matanzas, al igual que se hizo contra las baterías en Cabañas y en Cienfuegos. (...)
(...)Todos estos cañoneos pusieron en claro que la artillería naval es inútil e impotente para silenciar la artillería costera. El 11 de mayo los norteamericanos cañonearon Cárdenas y ese mismo día unos 800 proyectiles fueron disparados contra Cienfuegos (...)
El 25 de Abril de 1898, Estados Unidos declaró la guerra a España.
El 13 de Mayo, la marina norteña recibió información que reordenó sus planes y cambió el curso de lo que avecinaba. La Escuadra de Pascual Cervera había arribado Las Antillas y se hacía imprescindible localizarla y neutralizarla. La entrada de Cervera en Santiago de Cuba determinó que el Alto Mando Militar de EUA trasladara hacia esa ciudad sus principales objetivos de operaciones militares. Aunque también lo determinó lo bien defendida que se encontraba la ciudad de La Habana.
El 1 de Mayo de de 1898, en la zona de Bayamo, se concertaba el compromiso de colaboración de los ejércitos cubano y norteamericano, mediante la entrevista del Lugarteniente General del Ejército Libertador y el Teniente Andrew S. Rowan quien había desembarcado en la isla con la colaboración de cubanos. Su misión era tantear la posibilidad de intercambio entre ambos ejércitos y trazar metas comunes. Calixto expreso sus ideas que se resumían en la siguiente manera:
El general Luis de Feria, al mando de la 4ta División, recibe la misión de evitar la salida de refuerzos desde Holguín hacia Santiago bajo las órdenes del general Luque. El general Pedro A. Pérez con la 1ra División activaría las operaciones contra 6 000 españoles bajo el mando de del general Parejo. El general López Recio con una División camagüeyana dislocada en Las Tunas interceptaría cualquier envío de efectivos españoles desde Camagüey. El general Salvador Hernández Ríos al mando de una División incompleta detendría todo refuerzo enviado desde Manzanillo a Santiago de Cuba para su defensa. Calixto pensó reforzar esta unidad combativa.
El 12 de Junio las fuerzas expedicionarias desembarcan por Guantánamo. El desembarco era muy pomposo y las tropas invasoras están vestidas del uniforme de invierno, pura lana negra. Sin embargo en Santiago, en esta etapa, el clima ronda los 30 grados Celsius por lo que el calor era enloquecedor. Las tropas hispanas que custodiaban el litoral este de la zona de operaciones visibilizaban perfectamente el desembarco del regimiento de caballería Rough Rider al mando del coronel Teodoro Roosevelt. El lugar no brindaba ningún tipo de protección a los desembarcantes, no así para los defensores que se escudan es las malezas y bajo la protección de la altura de su posición. Al abrir fuego casi diezman a los norteamericanos que no hicieron otra cosa que pegarse al terreno llenos de pánico. Las fuerzas mambisas destacadas para proteger el desembarco entraron en acción librando combate contra la defensa española desalojándola de las alturas. Según el almirante Mckeala (1999), en la página 229 cito:
(...) Los cubanos habían ido a salvarlos del pánico en que se encontraban ellos desde la llegada, que no los dejaba respirar y que no sabían como agradecerles en nombre del gobierno norteamericano a los cubanos que llegaron (...) para evitar un desastre a las fuerzas de desembarco. (...)
El 19 de Junio arriba a El Aserradero al mando de 4000 hombres Calixto García en persona. Su función era brindar apoyo a las tropas expedicionarias norteamericanas. Esas tropas como hemos visto, no poseían ninguna experiencia militar en este tipo de operaciones. La guerra, aunque esperada, había sido declarada apresuradamente. Este hecho dificultó la preparación de una fuerza de desembarco capaz de cumplir con eficiencia las misiones asignadas. Había un gran contraste. Los americanos al mando del Mayor General William Rufus Shafter poseían 819 oficiales y 15 058 soldados. Estos avanzaban hacia lo desconocido, mientras que los hispanos contaban con suficiente experiencia, estaban mejor aclimatados y dominaban las zonas de operaciones al dedillo, ya que poseían amplios conocimientos del terreno a batir.
El General en Jefe de las tropas yanquis, poseía una pobre visión de la adecuada estrategia a seguir, ya que su experiencia radicaba en la lucha contra los nativos del Oeste norteamericano, por lo que a la hora de enfrentar a un ejército profesional moderno estaba en amplias desventajas táctico-operativas. Los soldados y los oficiales se caracterizaron por una marcada negligencia, desorden y total carencia de dominio de las misiones combativas. Sus jefes no hicieron una adecuada recopilación de información sobre clima, geografía y la logística que necesitarían, estrategia a seguir, conocimientos reales de la calidad de tropas del enemigo, calidad de su armamento, etc.
Esto conllevó a que se enviara para una campaña prolongada a las tropas a Santiago de Cuba en pleno Junio-Julio, donde la temperatura era superior a los 300 Centígrados, alta humedad relativa, terreno de abundantes montañas, y todo esto con el uniforme reglamentario de invierno que era de paño de lana y de color negro. Según el observador ruso: (...) La expedición arribó a la bahía de Santiago el 20 de junio por la mañana, con 82 enfermos de tifus. Según Ermalov, la dirección militar norteamericana cometió serios errores. Por ejemplo, el primero de agosto tenían ya 5 000 enfermos norteamericanos. Y lo más trágico de todo era que en Estados Unidos, en Washington, nadie conocía la verdad (...).
A todo eso, agregaba Ermalov que (...) los norteamericanos no sabían cuidar grandes masas de tropas. Ninguna, incluso las más elementales normas para la prevención de enfermedades, en general y de la fiebre amarilla en particular, fue adoptada en Cuba. Un veterinario fue durante largo tiempo médico del Primer Cuerpo del Ejército de Chickamagua (...)
(...)A duras penas organizaron un tren y dos buques sanitarios: el Relieff y el Olivette, que prestaron una gran ayuda, pero eran una gota en el mar.
Los buques que participaron en la evacuación de enfermos y heridos desde Cuba —Séneca, Corcho, Hudson y otros— estaban por debajo de cualquier crítica... sin agua, ni medicamentos, con ropa de cama sucia y la falta de los más elementales recursos médicos. Un periódico escribió sobre el Séneca: «Y nuestros buques-hospitales, de los cuales nos jactábamos, no resultaron ser otra cosa que recintos de infección a flote.
No hubo ninguna esfera de los servicios que fallara tanto en esta guerra como la de los servicios médicos... dos jóvenes doctores gritaron un día: “¡Coronel, esto es horrible! No tenemos nada, ni quinina, ni termómetros. Un herido gime con una bala en un pulmón y se ahoga por el humor y no podemos operarlo porque no tenemos instrumentos (...).
El general Miles, por ejemplo, recomendaba contar con 500 disparos por pieza de artillería. Y como no reinaba mucho orden, de la Brigada de Artillería concentrada en Tampa, con diez baterías, solo se llevaron cuatro (16 piezas). Las restantes 44 arribaron a Santiago de Cuba el 10 de julio aproximadamente, pero en su mayoría no fueron desembarcadas.
La caballería desembarcó a sus jinetes pero en la confusión los caballos estaban en otro buque. (…) O sea que los norteamericanos no escucharon los criterios de la Comisión del Ejército Libertador que les recomendó un plan de contingencia en colaboración con sus fuerzas (…).
Aunque el Bloqueo Naval se inicia el 22 de Abril, no sería hasta el 20 de Junio que se produjo el desembarco del 5to Cuerpo de Ejército auxiliado por los mambises en la región de Daiquirí y Siboney.
Según Arsenio Linares responsable de la defensa de Santiago de Cuba:
(...) Sin la cooperación de los cubanos, los yanquis no hubieran podido desembarcar. La ayuda de los insurrectos fue poderosa. Prueba de ello es que los norteamericanos desembarcaron solo donde la insurrección era más fuerte (...)
Ermalov continúa su crónica: (...) Los yanquis desembarcaron el 22, al este de la bahía santiaguera, por Daiquirí, a 15 millas del fuerte El Morro. Se emplearon 52 embarcaciones: 12 lanchas de vapor y 40 embarcaciones diversas. Sin disparar un tiro, el 24 de junio todo el destacamento de Shafter estaba ya en la orilla. El Regimiento de Voluntarios, sin saberlo ese general, se le fue de las manos y tropezó en Las Guásimas con los españoles (...).
El primero de Julio se libraron los combates por la toma de los fuertes de El Caney, El San Juan, El Viso y de Aguadores. Estos tenían de objetivo tomar las defensas exteriores de Santiago de Cuba y hacer efectivo el bloqueo a la ciudad. En el deseo de tomar cuanto antes Santiago de Cuba, el ejército estadounidense recibió orden de atacar la línea defensiva española para romperla y ocupar la ciudad. Los objetivos eran las posiciones fortificadas de El Caney y El San Juan. Los yanquis despliegan 15 000 soldados americanos, creían que eran parte de la línea principal de defensa de la ciudad y su toma obligaría a los españoles a la rendición inmediata. El 1 de julio de 1898, la división del general norteamericano Lawton recibió orden de marchar contra El Caney. Esta era una pequeña posición defensiva apoyada sobre el fortín de El Viso, sin artillería ni ametralladoras, con una guarnición de 527 hombres al mando del general Vara del Rey. Shafter decidió tomar esta posición con el fin de no dejar tropas españolas sobre su flanco derecho. La misión se la encomendó a la 2ª División del general Lawton, apoyada por la artillería de Capron. El grueso del ejército invasor se dirigió contra las posiciones que defendían al San Juan, que se componían de una sección de artillería de dos piezas Krupp calibres 75 mm modelo 1868 mejorado, con 50 artilleros y 70 voluntarios españoles.
Entre ellas destacaba la posición colocada en la loma del sistema defensivo, desde la que se podía hacer fuego sin gran riesgo para sus defensores. Los soldados americanos se despliegan frente a la posición de los defensores apoyados por 12 cañones de tiro rápido Hotchkis, cal 42 mm y 4 piezas Gatling. Además de recibir la ayuda de 1 200 mambises que eran dirigidos por al mando del general González Clavel. Estaban organizados los atacantes en tres divisiones y dos brigadas independientes. La primera estaba dirigida por el general Jacobo F. Kent, al mando de la segunda estaba Henry W. Lawton, en la tercera estaba el Samuel S. Summer sustituyendo al general Joseph Wheeler que se había enfermado. Enfrente están apostados 1.700 españoles pertenecientes a los regimientos Asia, Talavera, Puerto Rico y Constitución y a la marina. Su única artillería eran dos modernos cañones Krupp cal. 75 mm de tiro rápido mod. 1868 mejorado, al mando del coronel Salvador Díaz-Ordóñez y Escandón, la infantería usaba el fusil Máuser de gran precisión y efectividad.
Al amanecer del 1 de julio se oye el fragor del combate en dirección a El Caney. Las divisiones de los generales Wheeler y Kent comienzan el despliegue apoyados por la Brigada de Summer, quien intenta cruzar el río San Juan para envolver las posiciones defensivas. Los españoles observan el despliegue y el general Linares ordena reforzar la loma de San Juan con la segunda compañía del regimiento Talavera y la posición de Canosa con otra compañía del regimiento Puerto Rico. A las 6.30 horas, la batería americana al mando de Grimes abre fuego contra las defensas españolas en la loma. El general Linares manda otra compañía de refuerzo. La guarnición española en la loma es de 300 hombres al mando del Coronel Vaquero. Los estadounidenses dirigen desde un globo cautivo el fuego de su artillería y el avance de las tropas a través de la manigua.
La artillería española, al mando del coronel Díaz Ordóñez (recuerden los cañones), se despliega en la loma de San Juan y, desde allí, contrarresta el fuego de su par norteamericana. Sus disparos silencian durante un buen rato los cañones enemigos, a pesar de que tenían el sol de frente y los cañones americanos estaban escondidos entre la vegetación de la manigua. La razón era que los españoles usaban pólvora sin humo, mientras que los estadounidenses emplean pólvora negra que deja rastro al disparar.
La división de Wheeler avanza en formación cerrada y con dificultad entre la vegetación. Las trincheras españolas hacen un fuego denso y continuado que causan decenas de muertos y heridos. Una maniobra de la división del general Kent, que logra enlazar con la brigada Summer, permite agilizar el avance americano amenazando el flanco español. La caballería estadounidense cruza el río San Juan para intentar enlazar con la división de Lawton, a la que se suponía ya avanzando después de tomar El Caney. Pero los 6 500 hombres de Lawton seguían fijados frente a esa posición por 549 españoles. La batería de Capron cambió su posición y se aproximó a El Viso, núcleo de la resistencia, y su fuego empezó a batir con eficacia el fortín cuyos muros empezaron a ser demolidos por los impactos continuos que recibían.
A las 11, para suavizar la situación y ablandar la defensa española, la batería de Grimes vuelve a abrir fuego sobre la loma de San Juan. Por segunda vez es silenciada por la artillería española. Los cañones del coronel Díaz Ordóñez apuntan ahora contra el globo cautivo desde el cual eran observadas las posiciones españolas. Debajo, a unos 750 metros de las trincheras hispanas, se concentraban las tropas de la división de Kent que trataban de cruzar el río Aguadores. Al cuarto disparo el globo cae desinflado, y el fuego de fusilería más el de la artillería crean una masacre que desconcertaban a las desmoralizadas tropas norteamericanas. Las tropas cubanas al mando del general Gonzáles Clavel salvan del exterminio a las tropas yanquis del general Kent mostrándoles un pasaje seguro para cruzar el río.
Mientras, los norteamericanos llegan al límite del bosque y siguen por el flanco derecho de la loma haciendo un fuego intenso, que causa muchas bajas en el Regimiento Talavera. Nuevamente los cañones españoles salvan la situación. Mientras uno de ellos continúa disparando contra la batería de Grimes, a la que vuelve a silenciar, el otro cañón hace frente a los americanos que avanzan por el flanco español y logra contenerlos.
A las 12 cesa el fuego. El general Linares recibe un mensaje del general Vara de Rey anunciándole que resiste en la posición de El Caney. Ante el peligro de que la loma de San Juan quede copada, el general Linares se sitúa a 800 m a la izquierda de la posición, en el camino de El Pozo, con una compañía del regimiento Talavera. Otra compañía es situada algo más lejos en el alto de Veguilla. Detrás, en reserva, se despliega un escuadrón de caballería española.
El fuego se reanuda a las 13.00 horas. Apoyando a la batería Grimes, las dos baterías americanas de reserva abren fuego contra la loma de San Juan. Las divisiones Wheeler y Kent forman en columnas para un ataque frontal. Avanzan en formación cerrada pero el fuego español les causa muchas bajas. El segundo batallón del regimiento 71 de Voluntarios de Nueva York, abre fuego con sus obsoletos fusiles Springfield y les costó un infierno de fuego desde las trincheras españolas a unos 300 metros. Estos rompen la cohesión y se pegan a tierra. Al ver esto el general González Clavel, ataca con tropas cubanas y logran restablecer la línea de fuego, esperando a las demás fuerzas norteamericanas de refuerzo de los regimientos IX, XIII, XXIV de infantería regular. El general Wikoff, jefe de la segunda brigada de la división de Kent, cae muerto; su sustituto, el coronel Worth jefe del regimiento XIII, es herido de gravedad. A los cinco minutos, el nuevo jefe de la brigada, el teniente coronel Liscum, jefe del XXIV regimiento cae herido mortalmente. Tomando el mando finalmente el coronel Evans jefe del IX regimiento de infantería regular.
El reguero de bajas es monstruoso. El primer batallón del regimiento de infantería Nº 17 de los americanos cae en pánico y huye en desbandada. A pesar de esto, continúan mandando oleada tras oleada que, con indudable valor, intentan ganar la loma, mientras su artillería machaca las posiciones españolas. El Mayor general William R. Shafter desiste del ataque frontal y ordena rodear la loma. No sabe que la guarnición española está casi aniquilada. El general Linares manda que la caballería y una compañía de 100 marineros de la flota de Cervera refuercen la guarnición, pero no logran llegar. Los americanos continúan avanzando por el flanco. El general Linares los ataca al mando de 400 soldados, sin lograr contenerlos.
La loma de San Juan es un cementerio. Casi toda la guarnición ha sido exterminada; su jefe, el coronel Vaquero resultó despedazado por la artillería; escasea la munición de los fusiles; la artillería hispana ha agotado la munición y sólo tiene botes de metralla. Pero, a pesar de todo, la guarnición lograba resistir. Desde el flanco derecho, la división del general Wheeler somete a un fuego violento a los defensores españoles. Las compañías del regimiento Talavera, que se dirigen en su auxilio, son rechazadas. Han tenido un 70% de bajas desde el inicio de la acción. En la loma sólo quedan unos pocos artilleros y 40 soldados de infantería con insuficiente parque de balas. En pocos minutos la munición se acaba y el capitán Patricio de Antonio, segundo del coronel de artillería Díaz-Ordóñez, ordena calar las bayonetas. Los artilleros tratan de salvar las piezas, en el trayecto son masacrados por la infantería norteamericana apoyada por cubanos perdiendo un cañón y a casi todos los artilleros. Los restos de la guarnición de la loma de San Juan se retiran hacia el bosque, al que llegan sólo 8 hombres. A las 16.00 la loma es ocupada.
A las tres de la tarde, Lawton recibió orden de abandonar El Caney para avanzar sobre la loma de San Juan, pero irritado ante la brava defensa de los españoles decidió continuar el ataque. El Viso estaba ya casi destruido, eran más de las cuatro de la tarde cuando un nuevo y rabioso asalto fue frenado ante los mismos muros del fortín. Vara del Rey sigue arengando a sus hombres a pesar de sus heridas. A las cinco de la tarde El Viso es tomado por los atacantes. Sólo muertos y algunos heridos encuentran allí los asaltantes. La artillería se sitúa en el mismo para poder batir las casas del pueblo y las trincheras. La resistencia es ya inútil y los pocos defensores que quedan se retiran ordenadamente hacia Santiago dirigidos por el Teniente Coronel Puñet. Allí quedó sin vida el valiente general Vara del Rey y la mayoría de sus aguerridos soldados.
A pesar de la conquista de la loma de San Juan y de El Caney, los americanos se sienten desolados. Creían que tales posiciones eran claves del sistema defensivo español cuando, en realidad, eran posiciones avanzadas aunque de indudable valor estratégico. Para romper definitivamente las defensas de Santiago, al atardecer del 1 de julio de 1898 los americanos se lanzan sobre la posición de Canosa. La defiende el coronel de ingenieros Caula con dos compañías de infantería, una compañía de marineros y los restos de la guarnición del San Juan. Los estadounidenses lanzan oleada tras oleada, siendo rechazados con grandes bajas. En esta acción resulta herido el general Linares y muerto el coronel Caula. La situación es desesperada. Ya no quedan reservas. El general Toral, que sustituye a Linares, acude a los hospitales y con 150 soldados heridos y convalecientes va en refuerzo de Canosa. Un grupo de heridos y enfermos rechaza el último ataque norteamericano.
Como ya recalcamos, el día 20 fue firmada la Resolución Conjunta. Entonces el 22 de Abril se declara el inicio del bloqueo naval contra Cuba y por consiguiente, el inicio formal de la guerra, aunque no hubo combates hasta 2 meses después. Por el enviado del Zar se conoció que: (…) el 21 de abril de aquel año 1898, cuando Estados Unidos declaró la guerra a España, el imperio contaba solo con un Ejército Regular de 2 143 oficiales y 26 040 cargos de menor graduación. Tenía solamente 28 000 efectivos y muy pocas reservas materiales. Tuvo que incorporar a filas rápidamente a 275 000 hombres. Se conformaron unas fuerzas terrestres con 100 000 voluntarios y 62 597 regulares, de ellos 40 000 para la defensa de la costa atlántica estadounidense, y de los restantes, 30 000 regulares y 50 000 voluntarios se dedicaron a la guerra contra Cuba. Según el plan concebido, estas tropas —más los 50 000 mambises calculados— serían suficientes para enfrentar a los 80 000 españoles supuestamente aptos para el combate en la Isla (…).
Se barajaron dos posibilidades:
a)- La toma de La habana con un destacamento de 40 000 a 50 000 hombres. En esta operación tan compleja y de grandes riesgos, las tropas yanquis a las órdenes del Mayor General William Shafter se emplearían como avanzada. Días después el general N. A. Miles recibió orientación de reunir 70 000 soldados para efectuarla. A su vez Shafter debía avanzar y tomar la Bahía del Mariel a 20 millas de La Habana.
Esta idea fue propuesta por el Comandante del Crucero-Acorazado New York, y para completarla se usarían todos los buques. En principio se cañonearía la ciudad y sus fortificaciones para facilitar el desembarco. Esta idea fue desechada por el temor a que los buques fueran dañados por el fuego de las baterías españolas, o las minas magnéticas y torpedos de los defensores. En el contexto anterior se organizó un desembarco de armas por Cabañas terminando este en un fracaso total.
(...)La guerra comenzó —escribió Ermalov— con un bloqueo de La Habana y de un sector de la costa norte de Cuba, desde Cárdenas hasta Bahía Honda, así como con la captura de naves mercantes españolas. El 27 de abril, los buques New Port, Cincinati y Pusitan, dispararon unos cien proyectiles contra una batería cerca de Matanzas, al igual que se hizo contra las baterías en Cabañas y en Cienfuegos. (...)
(...)Todos estos cañoneos pusieron en claro que la artillería naval es inútil e impotente para silenciar la artillería costera. El 11 de mayo los norteamericanos cañonearon Cárdenas y ese mismo día unos 800 proyectiles fueron disparados contra Cienfuegos (...)
El 25 de Abril de 1898, Estados Unidos declaró la guerra a España.
El 13 de Mayo, la marina norteña recibió información que reordenó sus planes y cambió el curso de lo que avecinaba. La Escuadra de Pascual Cervera había arribado Las Antillas y se hacía imprescindible localizarla y neutralizarla. La entrada de Cervera en Santiago de Cuba determinó que el Alto Mando Militar de EUA trasladara hacia esa ciudad sus principales objetivos de operaciones militares. Aunque también lo determinó lo bien defendida que se encontraba la ciudad de La Habana.
El 1 de Mayo de de 1898, en la zona de Bayamo, se concertaba el compromiso de colaboración de los ejércitos cubano y norteamericano, mediante la entrevista del Lugarteniente General del Ejército Libertador y el Teniente Andrew S. Rowan quien había desembarcado en la isla con la colaboración de cubanos. Su misión era tantear la posibilidad de intercambio entre ambos ejércitos y trazar metas comunes. Calixto expreso sus ideas que se resumían en la siguiente manera:
El general Luis de Feria, al mando de la 4ta División, recibe la misión de evitar la salida de refuerzos desde Holguín hacia Santiago bajo las órdenes del general Luque. El general Pedro A. Pérez con la 1ra División activaría las operaciones contra 6 000 españoles bajo el mando de del general Parejo. El general López Recio con una División camagüeyana dislocada en Las Tunas interceptaría cualquier envío de efectivos españoles desde Camagüey. El general Salvador Hernández Ríos al mando de una División incompleta detendría todo refuerzo enviado desde Manzanillo a Santiago de Cuba para su defensa. Calixto pensó reforzar esta unidad combativa.
El 12 de Junio las fuerzas expedicionarias desembarcan por Guantánamo. El desembarco era muy pomposo y las tropas invasoras están vestidas del uniforme de invierno, pura lana negra. Sin embargo en Santiago, en esta etapa, el clima ronda los 30 grados Celsius por lo que el calor era enloquecedor. Las tropas hispanas que custodiaban el litoral este de la zona de operaciones visibilizaban perfectamente el desembarco del regimiento de caballería Rough Rider al mando del coronel Teodoro Roosevelt. El lugar no brindaba ningún tipo de protección a los desembarcantes, no así para los defensores que se escudan es las malezas y bajo la protección de la altura de su posición. Al abrir fuego casi diezman a los norteamericanos que no hicieron otra cosa que pegarse al terreno llenos de pánico. Las fuerzas mambisas destacadas para proteger el desembarco entraron en acción librando combate contra la defensa española desalojándola de las alturas. Según el almirante Mckeala (1999), en la página 229 cito:
(...) Los cubanos habían ido a salvarlos del pánico en que se encontraban ellos desde la llegada, que no los dejaba respirar y que no sabían como agradecerles en nombre del gobierno norteamericano a los cubanos que llegaron (...) para evitar un desastre a las fuerzas de desembarco. (...)
El 19 de Junio arriba a El Aserradero al mando de 4000 hombres Calixto García en persona. Su función era brindar apoyo a las tropas expedicionarias norteamericanas. Esas tropas como hemos visto, no poseían ninguna experiencia militar en este tipo de operaciones. La guerra, aunque esperada, había sido declarada apresuradamente. Este hecho dificultó la preparación de una fuerza de desembarco capaz de cumplir con eficiencia las misiones asignadas. Había un gran contraste. Los americanos al mando del Mayor General William Rufus Shafter poseían 819 oficiales y 15 058 soldados. Estos avanzaban hacia lo desconocido, mientras que los hispanos contaban con suficiente experiencia, estaban mejor aclimatados y dominaban las zonas de operaciones al dedillo, ya que poseían amplios conocimientos del terreno a batir.
El General en Jefe de las tropas yanquis, poseía una pobre visión de la adecuada estrategia a seguir, ya que su experiencia radicaba en la lucha contra los nativos del Oeste norteamericano, por lo que a la hora de enfrentar a un ejército profesional moderno estaba en amplias desventajas táctico-operativas. Los soldados y los oficiales se caracterizaron por una marcada negligencia, desorden y total carencia de dominio de las misiones combativas. Sus jefes no hicieron una adecuada recopilación de información sobre clima, geografía y la logística que necesitarían, estrategia a seguir, conocimientos reales de la calidad de tropas del enemigo, calidad de su armamento, etc.
Esto conllevó a que se enviara para una campaña prolongada a las tropas a Santiago de Cuba en pleno Junio-Julio, donde la temperatura era superior a los 300 Centígrados, alta humedad relativa, terreno de abundantes montañas, y todo esto con el uniforme reglamentario de invierno que era de paño de lana y de color negro. Según el observador ruso: (...) La expedición arribó a la bahía de Santiago el 20 de junio por la mañana, con 82 enfermos de tifus. Según Ermalov, la dirección militar norteamericana cometió serios errores. Por ejemplo, el primero de agosto tenían ya 5 000 enfermos norteamericanos. Y lo más trágico de todo era que en Estados Unidos, en Washington, nadie conocía la verdad (...).
A todo eso, agregaba Ermalov que (...) los norteamericanos no sabían cuidar grandes masas de tropas. Ninguna, incluso las más elementales normas para la prevención de enfermedades, en general y de la fiebre amarilla en particular, fue adoptada en Cuba. Un veterinario fue durante largo tiempo médico del Primer Cuerpo del Ejército de Chickamagua (...)
(...)A duras penas organizaron un tren y dos buques sanitarios: el Relieff y el Olivette, que prestaron una gran ayuda, pero eran una gota en el mar.
Los buques que participaron en la evacuación de enfermos y heridos desde Cuba —Séneca, Corcho, Hudson y otros— estaban por debajo de cualquier crítica... sin agua, ni medicamentos, con ropa de cama sucia y la falta de los más elementales recursos médicos. Un periódico escribió sobre el Séneca: «Y nuestros buques-hospitales, de los cuales nos jactábamos, no resultaron ser otra cosa que recintos de infección a flote.
No hubo ninguna esfera de los servicios que fallara tanto en esta guerra como la de los servicios médicos... dos jóvenes doctores gritaron un día: “¡Coronel, esto es horrible! No tenemos nada, ni quinina, ni termómetros. Un herido gime con una bala en un pulmón y se ahoga por el humor y no podemos operarlo porque no tenemos instrumentos (...).
El general Miles, por ejemplo, recomendaba contar con 500 disparos por pieza de artillería. Y como no reinaba mucho orden, de la Brigada de Artillería concentrada en Tampa, con diez baterías, solo se llevaron cuatro (16 piezas). Las restantes 44 arribaron a Santiago de Cuba el 10 de julio aproximadamente, pero en su mayoría no fueron desembarcadas.
La caballería desembarcó a sus jinetes pero en la confusión los caballos estaban en otro buque. (…) O sea que los norteamericanos no escucharon los criterios de la Comisión del Ejército Libertador que les recomendó un plan de contingencia en colaboración con sus fuerzas (…).
Aunque el Bloqueo Naval se inicia el 22 de Abril, no sería hasta el 20 de Junio que se produjo el desembarco del 5to Cuerpo de Ejército auxiliado por los mambises en la región de Daiquirí y Siboney.
Según Arsenio Linares responsable de la defensa de Santiago de Cuba:
(...) Sin la cooperación de los cubanos, los yanquis no hubieran podido desembarcar. La ayuda de los insurrectos fue poderosa. Prueba de ello es que los norteamericanos desembarcaron solo donde la insurrección era más fuerte (...)
Ermalov continúa su crónica: (...) Los yanquis desembarcaron el 22, al este de la bahía santiaguera, por Daiquirí, a 15 millas del fuerte El Morro. Se emplearon 52 embarcaciones: 12 lanchas de vapor y 40 embarcaciones diversas. Sin disparar un tiro, el 24 de junio todo el destacamento de Shafter estaba ya en la orilla. El Regimiento de Voluntarios, sin saberlo ese general, se le fue de las manos y tropezó en Las Guásimas con los españoles (...).
El primero de Julio se libraron los combates por la toma de los fuertes de El Caney, El San Juan, El Viso y de Aguadores. Estos tenían de objetivo tomar las defensas exteriores de Santiago de Cuba y hacer efectivo el bloqueo a la ciudad. En el deseo de tomar cuanto antes Santiago de Cuba, el ejército estadounidense recibió orden de atacar la línea defensiva española para romperla y ocupar la ciudad. Los objetivos eran las posiciones fortificadas de El Caney y El San Juan. Los yanquis despliegan 15 000 soldados americanos, creían que eran parte de la línea principal de defensa de la ciudad y su toma obligaría a los españoles a la rendición inmediata. El 1 de julio de 1898, la división del general norteamericano Lawton recibió orden de marchar contra El Caney. Esta era una pequeña posición defensiva apoyada sobre el fortín de El Viso, sin artillería ni ametralladoras, con una guarnición de 527 hombres al mando del general Vara del Rey. Shafter decidió tomar esta posición con el fin de no dejar tropas españolas sobre su flanco derecho. La misión se la encomendó a la 2ª División del general Lawton, apoyada por la artillería de Capron. El grueso del ejército invasor se dirigió contra las posiciones que defendían al San Juan, que se componían de una sección de artillería de dos piezas Krupp calibres 75 mm modelo 1868 mejorado, con 50 artilleros y 70 voluntarios españoles.
Entre ellas destacaba la posición colocada en la loma del sistema defensivo, desde la que se podía hacer fuego sin gran riesgo para sus defensores. Los soldados americanos se despliegan frente a la posición de los defensores apoyados por 12 cañones de tiro rápido Hotchkis, cal 42 mm y 4 piezas Gatling. Además de recibir la ayuda de 1 200 mambises que eran dirigidos por al mando del general González Clavel. Estaban organizados los atacantes en tres divisiones y dos brigadas independientes. La primera estaba dirigida por el general Jacobo F. Kent, al mando de la segunda estaba Henry W. Lawton, en la tercera estaba el Samuel S. Summer sustituyendo al general Joseph Wheeler que se había enfermado. Enfrente están apostados 1.700 españoles pertenecientes a los regimientos Asia, Talavera, Puerto Rico y Constitución y a la marina. Su única artillería eran dos modernos cañones Krupp cal. 75 mm de tiro rápido mod. 1868 mejorado, al mando del coronel Salvador Díaz-Ordóñez y Escandón, la infantería usaba el fusil Máuser de gran precisión y efectividad.
Al amanecer del 1 de julio se oye el fragor del combate en dirección a El Caney. Las divisiones de los generales Wheeler y Kent comienzan el despliegue apoyados por la Brigada de Summer, quien intenta cruzar el río San Juan para envolver las posiciones defensivas. Los españoles observan el despliegue y el general Linares ordena reforzar la loma de San Juan con la segunda compañía del regimiento Talavera y la posición de Canosa con otra compañía del regimiento Puerto Rico. A las 6.30 horas, la batería americana al mando de Grimes abre fuego contra las defensas españolas en la loma. El general Linares manda otra compañía de refuerzo. La guarnición española en la loma es de 300 hombres al mando del Coronel Vaquero. Los estadounidenses dirigen desde un globo cautivo el fuego de su artillería y el avance de las tropas a través de la manigua.
La artillería española, al mando del coronel Díaz Ordóñez (recuerden los cañones), se despliega en la loma de San Juan y, desde allí, contrarresta el fuego de su par norteamericana. Sus disparos silencian durante un buen rato los cañones enemigos, a pesar de que tenían el sol de frente y los cañones americanos estaban escondidos entre la vegetación de la manigua. La razón era que los españoles usaban pólvora sin humo, mientras que los estadounidenses emplean pólvora negra que deja rastro al disparar.
La división de Wheeler avanza en formación cerrada y con dificultad entre la vegetación. Las trincheras españolas hacen un fuego denso y continuado que causan decenas de muertos y heridos. Una maniobra de la división del general Kent, que logra enlazar con la brigada Summer, permite agilizar el avance americano amenazando el flanco español. La caballería estadounidense cruza el río San Juan para intentar enlazar con la división de Lawton, a la que se suponía ya avanzando después de tomar El Caney. Pero los 6 500 hombres de Lawton seguían fijados frente a esa posición por 549 españoles. La batería de Capron cambió su posición y se aproximó a El Viso, núcleo de la resistencia, y su fuego empezó a batir con eficacia el fortín cuyos muros empezaron a ser demolidos por los impactos continuos que recibían.
A las 11, para suavizar la situación y ablandar la defensa española, la batería de Grimes vuelve a abrir fuego sobre la loma de San Juan. Por segunda vez es silenciada por la artillería española. Los cañones del coronel Díaz Ordóñez apuntan ahora contra el globo cautivo desde el cual eran observadas las posiciones españolas. Debajo, a unos 750 metros de las trincheras hispanas, se concentraban las tropas de la división de Kent que trataban de cruzar el río Aguadores. Al cuarto disparo el globo cae desinflado, y el fuego de fusilería más el de la artillería crean una masacre que desconcertaban a las desmoralizadas tropas norteamericanas. Las tropas cubanas al mando del general Gonzáles Clavel salvan del exterminio a las tropas yanquis del general Kent mostrándoles un pasaje seguro para cruzar el río.
Mientras, los norteamericanos llegan al límite del bosque y siguen por el flanco derecho de la loma haciendo un fuego intenso, que causa muchas bajas en el Regimiento Talavera. Nuevamente los cañones españoles salvan la situación. Mientras uno de ellos continúa disparando contra la batería de Grimes, a la que vuelve a silenciar, el otro cañón hace frente a los americanos que avanzan por el flanco español y logra contenerlos.
A las 12 cesa el fuego. El general Linares recibe un mensaje del general Vara de Rey anunciándole que resiste en la posición de El Caney. Ante el peligro de que la loma de San Juan quede copada, el general Linares se sitúa a 800 m a la izquierda de la posición, en el camino de El Pozo, con una compañía del regimiento Talavera. Otra compañía es situada algo más lejos en el alto de Veguilla. Detrás, en reserva, se despliega un escuadrón de caballería española.
El fuego se reanuda a las 13.00 horas. Apoyando a la batería Grimes, las dos baterías americanas de reserva abren fuego contra la loma de San Juan. Las divisiones Wheeler y Kent forman en columnas para un ataque frontal. Avanzan en formación cerrada pero el fuego español les causa muchas bajas. El segundo batallón del regimiento 71 de Voluntarios de Nueva York, abre fuego con sus obsoletos fusiles Springfield y les costó un infierno de fuego desde las trincheras españolas a unos 300 metros. Estos rompen la cohesión y se pegan a tierra. Al ver esto el general González Clavel, ataca con tropas cubanas y logran restablecer la línea de fuego, esperando a las demás fuerzas norteamericanas de refuerzo de los regimientos IX, XIII, XXIV de infantería regular. El general Wikoff, jefe de la segunda brigada de la división de Kent, cae muerto; su sustituto, el coronel Worth jefe del regimiento XIII, es herido de gravedad. A los cinco minutos, el nuevo jefe de la brigada, el teniente coronel Liscum, jefe del XXIV regimiento cae herido mortalmente. Tomando el mando finalmente el coronel Evans jefe del IX regimiento de infantería regular.
El reguero de bajas es monstruoso. El primer batallón del regimiento de infantería Nº 17 de los americanos cae en pánico y huye en desbandada. A pesar de esto, continúan mandando oleada tras oleada que, con indudable valor, intentan ganar la loma, mientras su artillería machaca las posiciones españolas. El Mayor general William R. Shafter desiste del ataque frontal y ordena rodear la loma. No sabe que la guarnición española está casi aniquilada. El general Linares manda que la caballería y una compañía de 100 marineros de la flota de Cervera refuercen la guarnición, pero no logran llegar. Los americanos continúan avanzando por el flanco. El general Linares los ataca al mando de 400 soldados, sin lograr contenerlos.
La loma de San Juan es un cementerio. Casi toda la guarnición ha sido exterminada; su jefe, el coronel Vaquero resultó despedazado por la artillería; escasea la munición de los fusiles; la artillería hispana ha agotado la munición y sólo tiene botes de metralla. Pero, a pesar de todo, la guarnición lograba resistir. Desde el flanco derecho, la división del general Wheeler somete a un fuego violento a los defensores españoles. Las compañías del regimiento Talavera, que se dirigen en su auxilio, son rechazadas. Han tenido un 70% de bajas desde el inicio de la acción. En la loma sólo quedan unos pocos artilleros y 40 soldados de infantería con insuficiente parque de balas. En pocos minutos la munición se acaba y el capitán Patricio de Antonio, segundo del coronel de artillería Díaz-Ordóñez, ordena calar las bayonetas. Los artilleros tratan de salvar las piezas, en el trayecto son masacrados por la infantería norteamericana apoyada por cubanos perdiendo un cañón y a casi todos los artilleros. Los restos de la guarnición de la loma de San Juan se retiran hacia el bosque, al que llegan sólo 8 hombres. A las 16.00 la loma es ocupada.
A las tres de la tarde, Lawton recibió orden de abandonar El Caney para avanzar sobre la loma de San Juan, pero irritado ante la brava defensa de los españoles decidió continuar el ataque. El Viso estaba ya casi destruido, eran más de las cuatro de la tarde cuando un nuevo y rabioso asalto fue frenado ante los mismos muros del fortín. Vara del Rey sigue arengando a sus hombres a pesar de sus heridas. A las cinco de la tarde El Viso es tomado por los atacantes. Sólo muertos y algunos heridos encuentran allí los asaltantes. La artillería se sitúa en el mismo para poder batir las casas del pueblo y las trincheras. La resistencia es ya inútil y los pocos defensores que quedan se retiran ordenadamente hacia Santiago dirigidos por el Teniente Coronel Puñet. Allí quedó sin vida el valiente general Vara del Rey y la mayoría de sus aguerridos soldados.
A pesar de la conquista de la loma de San Juan y de El Caney, los americanos se sienten desolados. Creían que tales posiciones eran claves del sistema defensivo español cuando, en realidad, eran posiciones avanzadas aunque de indudable valor estratégico. Para romper definitivamente las defensas de Santiago, al atardecer del 1 de julio de 1898 los americanos se lanzan sobre la posición de Canosa. La defiende el coronel de ingenieros Caula con dos compañías de infantería, una compañía de marineros y los restos de la guarnición del San Juan. Los estadounidenses lanzan oleada tras oleada, siendo rechazados con grandes bajas. En esta acción resulta herido el general Linares y muerto el coronel Caula. La situación es desesperada. Ya no quedan reservas. El general Toral, que sustituye a Linares, acude a los hospitales y con 150 soldados heridos y convalecientes va en refuerzo de Canosa. Un grupo de heridos y enfermos rechaza el último ataque norteamericano.
El que intente apoderarse de Cuba, solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre... y eso si no perece en la lucha.
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Continuaci´pn
Haciendo un recuento general de las bajas diremos que por los españoles en El San Juan participaron 450 hombres perdiendo 358, solo se salieron indemnes 92 soldados. Por la parte norteamericana tuvieron un total de 1 012 bajas. Murieron 18 oficiales y 117 soldados, 71 oficiales y 748 resultaron heridos siendo desaparecidos 78 soldados. Se dio el caso del 6to regimiento de infantería regular yanqui que al replegarse frente al San Juan perdieron 320 soldados en 10 minutos. En el combate del Caney de 436 defensores tuvieron 305 bajas. De ellas murieron la siguiente cantidad de oficiales y jefes: 1 general, 2 comandantes, 4 tenientes. Resultaron heridos 4 capitanes y 6 tenientes segundos. Perdieron en total el 90% de las fuerzas. Los expedicionarios perdieron 461 bajas, de ellas 81 muertos y 380 heridos. De ellos, la relación de jefes y oficiales perdidos era: 4 oficiales y 77 soldados muertos y 25 oficiales y 355 heridos. El 7 % de las fuerzas utilizadas.
Sin embargo, es justo decir en este trabajo, que las piezas artilleras de la ciudad de Santiago eran de modelos obsoletos del siglo XVIII, que las más modernas eran prestadas por la Escuadra del Almirante Pascual Cervera. A pesar de esto las 8 baterías no disminuían el fuego contra las embarcaciones americanas que no se atrevían a acercarse por temor a ser tocadas por el fuego artillero.
Sin embargo, es justo decir en este trabajo, que las piezas artilleras de la ciudad de Santiago eran de modelos obsoletos del siglo XVIII, que las más modernas eran prestadas por la Escuadra del Almirante Pascual Cervera. A pesar de esto las 8 baterías no disminuían el fuego contra las embarcaciones americanas que no se atrevían a acercarse por temor a ser tocadas por el fuego artillero.
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Sobre el valor de las tropas yanquis
El 3 de julio Shafter envía a sus jefes en Washington:
(...) Estoy considerando retirarme a unas 5 millas de mi actual posición (...)
Esto se debía a que el caos y la desmoralización en el ejército norteño eran grandes. Las enfermedades tropicales diezmaban sus fuerzas sin los más elementales servicios médicos. Además el precio pagado por las fortificaciones de la periferia de Santiago era elevadísimo. Shafter estaba desconcertado por la defensa brillante ofrecida por los españoles. El Secretario de Guerra le contestó lo imposible del plan porque podría poner en peligro la ya cuestionada moral de las tropas. Shafter se preguntaba por qué la marina no entraba en la bahía y limpiaba con su poder de fuego las defensas de la ciudad, facilitando así la mejor supervivencia de las tropas en tierra.
Ante el grave peligro de que Shafter dimitiera, el lugarteniente general del Ejército Libertador Calixto García Iñiguez le convence de lo impropio de semejante acción, y de las ventajas de mantener la posición alcanzada, permitiendo así las facilidades de continuar el ataque, que él se comprometía a atacar la ciudad desde la Loma del Quintero. Esta decisión fue muy importante, por que si el Mayor general se retiraba, ponía en peligro la campaña cubano-norteamericana que había cosechado ya grandes triunfos. El efecto moral sería desastroso y permitiría a los españoles organizarse y enviar refuerzos a Santiago de Cuba. Esto sin contar con prolongar la guerra para el ya catastrófico y no preparado V Cuerpo de Ejército norteño.
Combate Naval:
Cervera, que ve su salida de la boca del puerto de Santiago de Cuba como un acto suicida estima que lo mejor es defender la ciudad con sus dotaciones reforzando a las tropas del General Linares, y hundiendo, si es necesario, los barcos para que no caigan en manos del enemigo. Sin embargo, otra era la idea que tenía el gobierno que le ordena salir a sacrificar sus buques, en nombre del honor español.
El 3 de Julio en las aguas próximas a la bahía de Santiago de Cuba, se libró el fatal combate entre la escuadra española del Almirante Cervera con 28 980t y la norteña de Sampson con 57 252t. La primera estaba integrada por cuatro Cruceros-Acorazados (Cristóbal Colón, Infanta María Teresa, Almirante Oquendo, y el Vizcaya), tres Destructores de atrasada tecnología (Reina Mercedes, Furor y el Plutón).
Políticas y no estratégicas fueron las razones que hicieron que Cervera cometiera el suicidio de su escuadra, al intentar salir a burlar el bloqueo naval yanqui a plena luz del día. Entre las muchas alternativas que se plantearon para afrontar la crítica situación se podrían mencionar las siguientes:
Zabordar los buques en la bahía para evitar su captura, llevando a tierra las piezas de artillería para reforzar las defensas de la ciudad y contribuir con las dotaciones a reforzar la guarnición.
Forzar la salida nocturna e intentar, al amparo de la noche, salvar el mayor número de buques de la escuadra, tratando de alcanzar La Habana o Cienfuegos.
La salida diurna, agravándose las condiciones de total inferioridad de la escuadra al ser necesario abandonar la bahía de uno en uno.
Uno de los mayores defensores de la salida nocturna era D. Joaquín Bustamante, jefe del Estado Mayor de la escuadra, quien proponía que en primer lugar salieran los destructores, los cuales, merced a su mayor velocidad y reducido tamaño podrían intentar torpedear alguno de los buques americanos, sembrando el desconcierto en las filas americanas y quizás hundiendo alguno de los buques bloqueadores, saliendo posteriormente los cruceros, e intentando cada uno dirigirse a un rumbo establecido de antemano para crear confusión y dividir a la escuadra bloqueadora.
La Armada española tiempo hacía que practicaba supuestos de combate nocturnos entre los que se incluían la acción de torpedeo. Entre las razones que evitaron que prosperase tal iniciativa se encuentran dos que, finalmente, y ante el apoyo del resto de miembros del Estado Mayor, decidieron la suerte de la escuadra:
La explicación de no salir por la noche era debido a:
1)- La primera era debido a que los norteamericanos bloqueaban la salida de la entrada y disponían siempre, a una distancia de 1 milla, un buque que la iluminaba con reflectores;
2)- La segunda razón tenía tintes marcadamente derrotistas: se expuso que ante la irremediable pérdida de todos los barcos, durante la noche se
haría más difícil prestar ayuda a las dotaciones de la escuadra, con lo que las pérdidas en vidas humanas serían mucho mayor.
Pero tras los episodios de El Caney y Las Lomas de San Juan, pensando en una posible pérdida de Santiago de Cuba, y ante el apremio del Capitán General de Cuba, D. Ramón Blanco, que exigía la salida de la escuadra, el almirante Cervera se vio obligado a precipitar el desenlace de lo que ya se sabía que iba camino de convertirse en tragedia. La salida de la escuadra se haría a las 09:35 horas de la mañana, es decir, los norteamericanos tendrían toda la luz del día para dar buena cuenta de los buques españoles, e irremediablemente deberían de salir en fila india, dado lo estrecho de la boca de la bahía.
El primer barco en salir sería el insignia Infanta Maria Teresa que intentaría embestir al crucero acorazado más rápido de los EEUU, el Brooklyn; detrás saldrían el Vizcaya, el Cristóbal Colón, el Almirante Oquendo y por último los dos pequeños destructores. Incluso a la salida de la bahía, cada barco español se detenía para poder desembarcar al práctico civil del puerto, lo que aún otorgaba más tiempo a los bloqueadores para concentrar su fuego sobre ellos. El Maria Teresa pronto se vio frenado por un diluvio de fuego, según Cervera: (…) Al «Infanta María Teresa» un proyectil de los primeros le rompió un tubo de vapor auxiliar por el que se escapaba mucho, que nos hizo perder la velocidad con que se contaba; al mismo tiempo otro rompía un tubo de la red de contra incendios.
El buque se defendía valientemente del nutrido y certero fuego del enemigo, y no tardó mucho en caer entre los heridos su valiente comandante, capitán de navío don Víctor M. Concas, que tuvo que retirarse y como las circunstancias no permitían perder un segundo, tomé por mí mismo el mando directo del buque esperando ocasión de que pudiera llamarse al segundo comandante (…). Al no conseguir su objetivo, cambió de rumbo, aunque sus desperfectos obligaron a la dotación a embarrancarlo al oeste de Cabañas. El Almirante Oquendo, al ser el último de los cruceros en abandonar la bahía, fue el más castigado de todos, yendo a embarrancar, envuelto en llamas, a 500 metros del Maria Teresa.
El Furor y el Plutón poco pudieron hacer, enfrentándose a buques de mayor calado y potencia, por lo que no tardaron en sucumbir, el primero embarrancando y el segundo hundido por el fuego enemigo, falleciendo el comandante Villamil en uno de ellos. Quedaban el Vizcaya y el Cristóbal Colón, que parece que iban a conseguir su objetivo, pero los fondos sucios del primero frenaban su marcha y pronto, al ser alcanzado por los buques perseguidores, se vio obligado a embarrancar junto a Aserraderos.
El Colón, a toda maquina, iba alejándose de los buques americanos hasta que consumió todo el carbón de buena calidad que llevaba en las carboneras, y al comenzar a usar otro de menor calidad, empezó a perder velocidad, siendo alcanzado también por los americanos. Los disparos de los buques americanos se quedaron cortos al principio, pero poco a poco fueron tomando la distancia y comenzaron a hacer los primeros impactos. Su comandante, para evitar que fuese capturado, convirtiéndose en una excelente presa y botín de guerra puesto que fue el que menos daños sufrió de toda la escuadra española, decidió embarrancarlo en el río Turquino. También aquí como antes en Cavite, el tiro de los americanos dejó mucho que desear, aunque el de los españoles no le fue a la zaga. En comparación con el castigo recibido por la escuadra de Montojo en Cavite, que no fue hundida por la escuadra de Dewey, no parece que hayan sido los impactos de los cañones americanos los responsables de la pérdida de cuatro cruceros acorazados de 7.000 toneladas.
El Cristóbal Colón, de hecho, prácticamente quedó indemne. Los norteamericanos intentaron reflotar el Colón con la intención de incorporarlo a su flota, pero la precipitación hizo que los norteamericanos no tuvieran en cuenta el hecho de que la tripulación española hubiera abierto los grifos de fondo para inundar el navío, con lo cual éste daría la vuelta y se perdería definitivamente. Más suerte lograron con el Acorazado María Teresa, que sí consiguieron reflotar. Pero durante su traslado a los Estados Unidos, cerca de las islas Caicos una tempestad hizo que se rompiera el cable con el que era remolcado, perdiéndose definitivamente.
El navío americano más castigado fue el Brooklyn, que recibiría 40 impactos, tan sólo 4 de medio calibre siendo el resto de pequeño calibre; 3 impactos recibió el Oregón; 2 el Texas; 2 el Indiana y 6 el Iowa. Las bajas de la escuadra española fueron cuantiosas: 323 muertos, 151 heridos y 1.720 prisioneros. Por parte americana, tan sólo 1 muerto y 3 heridos. Las primeras noticias del desastre llegarían a través de un grupo de marineros supervivientes de uno de los buques, que se negó a entregarse a los americanos.
Solo bastó una hora para que la superior artillería bloqueadora neutralizara a los cercados. Si esta se hubiera quedado en la ciudad hubiese brindado mayor apoyo a la defensa artillera con sus piezas navales. El mero hecho de ella estar en el puerto significaba un aliento moral para los defensores, quienes confiaban en el poderío de su endeble escuadra, considerada en la época la sexta mejor del mundo.
Esta batalla fue por así decirlo, una cacería, una monstruosa carnicería. España perdió toda la flota de Cervera. La marina norteña no perdió ni un solo buque, teniendo solo un muerto y tres heridos. El éxito naval norteamericano fue determinante para la rendición de las tropas ibéricas. Sin el apoyo de los 131 cañones de la artillería de los buques, la ciudad fue bombardeada el día 11 de Julio.
(...) Estoy considerando retirarme a unas 5 millas de mi actual posición (...)
Esto se debía a que el caos y la desmoralización en el ejército norteño eran grandes. Las enfermedades tropicales diezmaban sus fuerzas sin los más elementales servicios médicos. Además el precio pagado por las fortificaciones de la periferia de Santiago era elevadísimo. Shafter estaba desconcertado por la defensa brillante ofrecida por los españoles. El Secretario de Guerra le contestó lo imposible del plan porque podría poner en peligro la ya cuestionada moral de las tropas. Shafter se preguntaba por qué la marina no entraba en la bahía y limpiaba con su poder de fuego las defensas de la ciudad, facilitando así la mejor supervivencia de las tropas en tierra.
Ante el grave peligro de que Shafter dimitiera, el lugarteniente general del Ejército Libertador Calixto García Iñiguez le convence de lo impropio de semejante acción, y de las ventajas de mantener la posición alcanzada, permitiendo así las facilidades de continuar el ataque, que él se comprometía a atacar la ciudad desde la Loma del Quintero. Esta decisión fue muy importante, por que si el Mayor general se retiraba, ponía en peligro la campaña cubano-norteamericana que había cosechado ya grandes triunfos. El efecto moral sería desastroso y permitiría a los españoles organizarse y enviar refuerzos a Santiago de Cuba. Esto sin contar con prolongar la guerra para el ya catastrófico y no preparado V Cuerpo de Ejército norteño.
Combate Naval:
Cervera, que ve su salida de la boca del puerto de Santiago de Cuba como un acto suicida estima que lo mejor es defender la ciudad con sus dotaciones reforzando a las tropas del General Linares, y hundiendo, si es necesario, los barcos para que no caigan en manos del enemigo. Sin embargo, otra era la idea que tenía el gobierno que le ordena salir a sacrificar sus buques, en nombre del honor español.
El 3 de Julio en las aguas próximas a la bahía de Santiago de Cuba, se libró el fatal combate entre la escuadra española del Almirante Cervera con 28 980t y la norteña de Sampson con 57 252t. La primera estaba integrada por cuatro Cruceros-Acorazados (Cristóbal Colón, Infanta María Teresa, Almirante Oquendo, y el Vizcaya), tres Destructores de atrasada tecnología (Reina Mercedes, Furor y el Plutón).
Políticas y no estratégicas fueron las razones que hicieron que Cervera cometiera el suicidio de su escuadra, al intentar salir a burlar el bloqueo naval yanqui a plena luz del día. Entre las muchas alternativas que se plantearon para afrontar la crítica situación se podrían mencionar las siguientes:
Zabordar los buques en la bahía para evitar su captura, llevando a tierra las piezas de artillería para reforzar las defensas de la ciudad y contribuir con las dotaciones a reforzar la guarnición.
Forzar la salida nocturna e intentar, al amparo de la noche, salvar el mayor número de buques de la escuadra, tratando de alcanzar La Habana o Cienfuegos.
La salida diurna, agravándose las condiciones de total inferioridad de la escuadra al ser necesario abandonar la bahía de uno en uno.
Uno de los mayores defensores de la salida nocturna era D. Joaquín Bustamante, jefe del Estado Mayor de la escuadra, quien proponía que en primer lugar salieran los destructores, los cuales, merced a su mayor velocidad y reducido tamaño podrían intentar torpedear alguno de los buques americanos, sembrando el desconcierto en las filas americanas y quizás hundiendo alguno de los buques bloqueadores, saliendo posteriormente los cruceros, e intentando cada uno dirigirse a un rumbo establecido de antemano para crear confusión y dividir a la escuadra bloqueadora.
La Armada española tiempo hacía que practicaba supuestos de combate nocturnos entre los que se incluían la acción de torpedeo. Entre las razones que evitaron que prosperase tal iniciativa se encuentran dos que, finalmente, y ante el apoyo del resto de miembros del Estado Mayor, decidieron la suerte de la escuadra:
La explicación de no salir por la noche era debido a:
1)- La primera era debido a que los norteamericanos bloqueaban la salida de la entrada y disponían siempre, a una distancia de 1 milla, un buque que la iluminaba con reflectores;
2)- La segunda razón tenía tintes marcadamente derrotistas: se expuso que ante la irremediable pérdida de todos los barcos, durante la noche se
haría más difícil prestar ayuda a las dotaciones de la escuadra, con lo que las pérdidas en vidas humanas serían mucho mayor.
Pero tras los episodios de El Caney y Las Lomas de San Juan, pensando en una posible pérdida de Santiago de Cuba, y ante el apremio del Capitán General de Cuba, D. Ramón Blanco, que exigía la salida de la escuadra, el almirante Cervera se vio obligado a precipitar el desenlace de lo que ya se sabía que iba camino de convertirse en tragedia. La salida de la escuadra se haría a las 09:35 horas de la mañana, es decir, los norteamericanos tendrían toda la luz del día para dar buena cuenta de los buques españoles, e irremediablemente deberían de salir en fila india, dado lo estrecho de la boca de la bahía.
El primer barco en salir sería el insignia Infanta Maria Teresa que intentaría embestir al crucero acorazado más rápido de los EEUU, el Brooklyn; detrás saldrían el Vizcaya, el Cristóbal Colón, el Almirante Oquendo y por último los dos pequeños destructores. Incluso a la salida de la bahía, cada barco español se detenía para poder desembarcar al práctico civil del puerto, lo que aún otorgaba más tiempo a los bloqueadores para concentrar su fuego sobre ellos. El Maria Teresa pronto se vio frenado por un diluvio de fuego, según Cervera: (…) Al «Infanta María Teresa» un proyectil de los primeros le rompió un tubo de vapor auxiliar por el que se escapaba mucho, que nos hizo perder la velocidad con que se contaba; al mismo tiempo otro rompía un tubo de la red de contra incendios.
El buque se defendía valientemente del nutrido y certero fuego del enemigo, y no tardó mucho en caer entre los heridos su valiente comandante, capitán de navío don Víctor M. Concas, que tuvo que retirarse y como las circunstancias no permitían perder un segundo, tomé por mí mismo el mando directo del buque esperando ocasión de que pudiera llamarse al segundo comandante (…). Al no conseguir su objetivo, cambió de rumbo, aunque sus desperfectos obligaron a la dotación a embarrancarlo al oeste de Cabañas. El Almirante Oquendo, al ser el último de los cruceros en abandonar la bahía, fue el más castigado de todos, yendo a embarrancar, envuelto en llamas, a 500 metros del Maria Teresa.
El Furor y el Plutón poco pudieron hacer, enfrentándose a buques de mayor calado y potencia, por lo que no tardaron en sucumbir, el primero embarrancando y el segundo hundido por el fuego enemigo, falleciendo el comandante Villamil en uno de ellos. Quedaban el Vizcaya y el Cristóbal Colón, que parece que iban a conseguir su objetivo, pero los fondos sucios del primero frenaban su marcha y pronto, al ser alcanzado por los buques perseguidores, se vio obligado a embarrancar junto a Aserraderos.
El Colón, a toda maquina, iba alejándose de los buques americanos hasta que consumió todo el carbón de buena calidad que llevaba en las carboneras, y al comenzar a usar otro de menor calidad, empezó a perder velocidad, siendo alcanzado también por los americanos. Los disparos de los buques americanos se quedaron cortos al principio, pero poco a poco fueron tomando la distancia y comenzaron a hacer los primeros impactos. Su comandante, para evitar que fuese capturado, convirtiéndose en una excelente presa y botín de guerra puesto que fue el que menos daños sufrió de toda la escuadra española, decidió embarrancarlo en el río Turquino. También aquí como antes en Cavite, el tiro de los americanos dejó mucho que desear, aunque el de los españoles no le fue a la zaga. En comparación con el castigo recibido por la escuadra de Montojo en Cavite, que no fue hundida por la escuadra de Dewey, no parece que hayan sido los impactos de los cañones americanos los responsables de la pérdida de cuatro cruceros acorazados de 7.000 toneladas.
El Cristóbal Colón, de hecho, prácticamente quedó indemne. Los norteamericanos intentaron reflotar el Colón con la intención de incorporarlo a su flota, pero la precipitación hizo que los norteamericanos no tuvieran en cuenta el hecho de que la tripulación española hubiera abierto los grifos de fondo para inundar el navío, con lo cual éste daría la vuelta y se perdería definitivamente. Más suerte lograron con el Acorazado María Teresa, que sí consiguieron reflotar. Pero durante su traslado a los Estados Unidos, cerca de las islas Caicos una tempestad hizo que se rompiera el cable con el que era remolcado, perdiéndose definitivamente.
El navío americano más castigado fue el Brooklyn, que recibiría 40 impactos, tan sólo 4 de medio calibre siendo el resto de pequeño calibre; 3 impactos recibió el Oregón; 2 el Texas; 2 el Indiana y 6 el Iowa. Las bajas de la escuadra española fueron cuantiosas: 323 muertos, 151 heridos y 1.720 prisioneros. Por parte americana, tan sólo 1 muerto y 3 heridos. Las primeras noticias del desastre llegarían a través de un grupo de marineros supervivientes de uno de los buques, que se negó a entregarse a los americanos.
Solo bastó una hora para que la superior artillería bloqueadora neutralizara a los cercados. Si esta se hubiera quedado en la ciudad hubiese brindado mayor apoyo a la defensa artillera con sus piezas navales. El mero hecho de ella estar en el puerto significaba un aliento moral para los defensores, quienes confiaban en el poderío de su endeble escuadra, considerada en la época la sexta mejor del mundo.
Esta batalla fue por así decirlo, una cacería, una monstruosa carnicería. España perdió toda la flota de Cervera. La marina norteña no perdió ni un solo buque, teniendo solo un muerto y tres heridos. El éxito naval norteamericano fue determinante para la rendición de las tropas ibéricas. Sin el apoyo de los 131 cañones de la artillería de los buques, la ciudad fue bombardeada el día 11 de Julio.
El que intente apoderarse de Cuba, solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre... y eso si no perece en la lucha.
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