El General Sucre ordena, al General Flores, mandase a atacar las avanzadas del río Saraguro. Flores, cumpliendo con lo prevenido por Sucre, ordena al General Luis Urdaneta, acometiera al enemigo, que defendía el puente y pasos del río Saraguro.
El Boletin de guerra, dice al respecto: "Urdaneta dio ordenes a nuestra avanzada, compuesta de 20 soldados del Yaguachi, de posesionarse del puente. Llegar al río, desalojar al enemigo, derrotarlo y perseguirlo, todo fue una misma cosa. Saraguro, dista del río del mismo nombre, como media legua de mal camino. En la plaza de este pueblo tenía el enemigo formado los batallones números 1* y 8*. El Coronel Jiménez, a cuyas ordenes estaban, al sentirse atacado vacilaba entre la resistencia y la fuga, cuando oye al Presidente La Mar, que creyéndole atacado por todo nuestro ejército dio la voz: "Sálvese el que pueda". Desde este momento todo fue confusión; los soldados obedientes a su General en Jefe, y abandonados por sus oficiales, se dispersaron en todas direcciones.
La obscuridad de la noche, la fragocidad de los caminos, la falta de guías, y más que todo el no presentarse un cuerpo reunido a que cargar, impidieron a Urdaneta, hacer la persecución y salvaron por esta vez al ejército peruano de una completa destrucción. . . El fruto inmediato de este espléndido triunfo, debido al valor de 20 soldados del Yaguachi, consistió en dos batallones dispersos completamente, sesenta prisioneros, gran cantidad de armamentos, varios caballos, todos los almacenes del enemigo y DOS BANDERAS."
UBICACION ACTUAL MUSEO DEL COLEGIO MILITAR ELOY ALFARO
CUSTODIA DOCTORA PATRICIA VILLAGÓMEZ V.
PROCEDENCIA FAMILIA FLORES BANDERA PRIMERO DE LA GUARDIA ISQUIERDA Y DE CAZADORES
Registro Oficial. 29 de octubre de 1919
ART.3.- Declárese de propiedad nacional y con destino al propio Museo, las banderas y estandartes tomados por el Ejercito de la Gran Colombia en la gloriosa Jornada de Tarqui; trofeos conservados hasta el día de hoy por los herederos del Señor General Don Juan José Flores.
DECRETO
Antonio José de Sucre, General en Jefe de los Ejercitos de la República, Gran Mariscal de Ayacucho, Jefe Superior del Sur de Colombia.
CONSIDERANDO:
1.- Que la Batalla de Tarqui ha salvado los departamentos meridionales de la República; y triunfando el Ejercito del Sur de un doble número de fuerzas extranjeras que los invadieron, ha cubierto de nuevas glorias a las armas Colombianas, dejando a la vez satisfecho el honor nacional en la guerra contra el Perú.
2.- Que la justicia exige recompensa a los bravos, que han combatido en la jornada de este día.
3.- Que siendo testigo del bizarro comportamiento del Ejercito del Sur, es la más oportuna ocasión de usar de las facultades de que estoy investido por el Gobierno Supremo.
HE VENIDO EN DECRETAR Y DECRETO:
1.- En el campo de batalla se levantará una columna de jasped, por el diseño que dará el Gobierno, en que se inscribira de un lado los nombres de los Cuerpos del Ejercito del Sur; en el opuesto los de sus Generales y Jefes; en el tercero el de los Oficiales y tropa muertos y heridos en el combate; y en el que mira al campo del enemigo se inscribira en letras de oro: "El Ejercito Peruano de 8.000 soldados, que invadio la tierra de sus libertadores, fue vencido por 4.000 bravos de Colombia el 27 de Febrero de 1829".
2.- Los batallones, Yaguachi, Caracas, Rifles y el Escuadrón Cedeño, que han combatido y obtenido esta victoria, pondrán en sus banderas el mote: "Vengadores de Colombia en Tarqui", y tambián lo llevarán sobre su banderola la Compañia de Cazadores del Cauca.
3.- Todos los individuos del Ejercito del Sur, que han asistido a esta batalla, usarán por recuerdos de ella, una medalla al pecho pendiente de una cinta verde. La de la alta clase seá de oro; de plata la de la tropa; y todas costeando de los fondos del Estado.
4.- La medalla será de la figura y dimensión de la de Ayacucho: tendrá al pie un fusil y una lanza en aspa; y en la parte superior la misma inscripción: "Vengadores de Colombia en Tarqui".
PARTE DE LA BATALLA DE TARQUI
REPUBLICA DE COLOMBIA
ANTONIO JOSE DE SUCRE
2 DE MARZO DE 1829.- 19*.
Se suspendió en tanto la persecución, cuando el enemigo había perdido entre muertos y heridos, prisioneros y dispersos, mas de dos mil quinientos hombres, incluso sesenta Jefes y Oficiales; Y DEJANDO POR DESPOJOS, MULTITUD DE ARMAMENTO, CAJAS DE GUERRA, BANDERAS, VESTUARIO, ETC. El campo de batalla era un espectáculo de horror: mil quinientos cadaveres de soldados peruanos han expiado en Tarqui las ofensas hechas por sus caudillos a Colombia y al Libertador; y tal vez los crimenes del 2 de Agosto de 1810 en Quito. Llenando las ordenes del gobierno de no abusar en ningún caso de la victoria, reduje mis instrucciones a los comisionados, a las bases que en tres de febrero se propusieron en Oña al General La mar, cuando me pidió las condiciones sobre que Colombia consentiría en la paz. Juzgué indecoroso a la república y a su Jefe, humillar al Perú después de una derrota, con mayores imposiciones que las pedidas cuando ellos tenían un ejercito doble en número al nuestro; y mostrar que nuestra justicia era la misma antes, que despues de la batalla.
Los comisionados peruanos observaron al cabo de muchas discusiones, que su Jefe declará en las contestaciones de Saraguro, "que las bases de Oña eran las condiciones que un ejercito vencedor impondrá a un pueblo vencido, y que no podrán convenir en ellas". Ya era tarde cuando se me dio esta respuesta; y la devolvía con el ultimatun, de que si no las aceptaban al amanecer del día siguiente, no consideraría luego ninguna transacción, sin que a las bases de Oña, se agrega la entrega del resto de sus armas y banderas, y el pago efectivo de todos los gastos de esta guerra.
En tanto nuestras perdidas en la explendida victoria de Tarqui, y a quienes lloramos como los martires de la venganza nacional, consisten, en cincuenta y cuatro muertos y doscientos seis heridos: entre los primeros están el Comandante del escuadrón Cedeño José María Camacaro, y su segundo el bravo Comandante Nadal, que murió cargando con su cuerpo contra las fuerzas de la colina: el Comandante Vallarino, segundo del Yaguachi, que persiguiendo con admirable audacia se adelantó solo, y tomado prisionero fue luego degollado por los enemigos junto con el Comandante Camarco: los tenientes Avila , y Santa Cruz; y los Subtenientes Pinto, Carrillo y Triana que con sus vidas han sellado su patriotismo y su arrojo en los combates.
BANDERA CAPTURADA DEL BATALLON CALLAO N.-2
REPOSA EN EL MUSEO CASA DE LOS TRATADOS GIRON
CUSTODIA SEÑORA AIDITA ABRIL
TARQUI 1828 1929
RICARDO MARQUEZ
El resto del Batallón "Yaguachi" entra al combate, y sin dar un tiro llega tan cerca de! enemigo que éste cree que aquel Batallón se pasa a sus filas. El Jefe peruano, que conocía las fuerzas colombianas, por haber peleado juntos en Ayacucho, sale al encuentro y le dice:—¿Coronel Alzuru vienes pasado? — Si, cara. .. .bina, vengo a pasarte con mi lanza, y dale tal lanzada que le pone fuera da combate; y en seguida ataca a la bayoneta con tal éxito que derrota al invasor, lo persigue y en el tránsito encuentra al General Zerdeña, con dos batallones, que los vence TAMBIÉN CAMACARO PRIMER JEFE DEL ESCUADRÓN "CEDEÑO", AVANZA DEMASIADO Y CAE PRISIONERO Y EN SEGUIDA ES DESCUARTIZADO. Nadal, segundo Jefe, cae también en poder del enemigo y es asesinado. Vallanno el tercer Jete, se halla muerto, lleno de heridas. Mientras tanto la compañía de "Cazadores del Yaguachi", con el Capitán Gramas a la cabeza y acompañado de Cueva y Brown por el flanco derecho, encuéntrase con un grueso número del enemigo y en desigual lucha obtiene la victoria. El General Flores saca del combate al Sargento cuencano Manuel Pesántez [alias el taita Champán] y restaña sus heridas. Enseguida ordena: una carga simultánea de los batallones "Rifles", "Caracas", "Quito", "Yaguachi" y al Escuadrón "Cedeño"; carga que la ejecutan con valor heroico; y los peruanos, no pudiendo resistir a tan rudo ataque, a las siete de la mañana se ponen en derrota y "Colombia venga el ultraje de haber hollado su territorio", y añade un nuevo lauro a sus sienes victoriosas. La Mar solicita tratados.
