La 2ª Batalla del Pacífico
- cervantes
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Bueno, Piccard y Kirk han perdido ya varios Big E por el infinito y más allá... Y el caso es que dos portas perdidos y algunos muy tocados es lo menos que se podría esperar en la TGM. Pero su tributo se han cobrado, que el fondo de los océanos ya tiene pecios nuevos donde bucear (siempre que uno tenga neopreno a prueba de radiactividad...)
La cantidad total de inteligencia del planeta permanece constante. La población, sin embargo, sigue aumentando.
- flanker33
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Bueno, Piccard y Kirk han perdido ya varios Big E por el infinito y más allá...
Y el caso es que dos portas perdidos y algunos muy tocados es lo menos que se podría esperar en la TGM.
Y como comentaste en otro post, todavía les quedarían bastantes para hacer un serio daño.
que el fondo de los océanos ya tiene pecios nuevos donde bucear (siempre que uno tenga neopreno a prueba de radiactividad...)
uno de plomo tal vez??...
Saludos.
"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
- flanker33
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- flanker33
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FIRE WIND
2ª Parte
Tras las operaciones soviéticas contra Alaska, Thule y las Aleutianas del día 23, las Fuerzas Aéreas Norteamericanas habían sido muy criticadas en estamentos del Gobierno Federal y del propio Pentagono, sobre todo entre los mandos de otras ramas de las Fuerzas Armadas, y achacaban a la falta de previsión de la USAF que se produjera una incursión tan dañina en lo militar, como perjudicial en la moral de la opinión pública. Aunque los generales de la USAF se defendían de la invasión de Adak y Shemya y repartían culpas, poco podían decir sobre los bombardeos en Alaska y Groenlandia, excepto respondiendo con hechos, y lo primero fue restaurar en lo posible la defensa aérea de esas zonas, aunque tuvieron que aceptar a regañadientes la ayuda en forma de Tomcats y Hawkeye para ello.
Una vez logrado esto, con bastante celeridad debido a la urgencia y a la alarma social provocada por los ataques rusos, debían hacer algo para reparar la imagen y sobre todo devolver el golpe a los soviéticos.
Una vez analizada la situación, se decidió que lo prioritario sería destruir las bases principales desde las que habían partido los ataques contra su territorio, para conjurar la amenaza de la repetición de otro ataque. Se descartó el ataque a Lavrentiya y Provideniya por ser estas bases muy pequeñas que tan solo podrían soportar durante un corto espacio de tiempo el estacionamiento de aviones tipo caza, y que un reconocimiento por satélite había descartado la presencia de aparatos basados allí, por el momento. Así que la prioridad de la operación de contraataque que iba a llevar la USAF entre el Ártico y el Pacífico Norte, sería la destrucción de las bases de Mys Shmidta y Anadyr, pero llevaría parejas otras acciones para aumentar el daño y la reciprocidad con la acción soviética.
La operación sería denominada “Fire Wind”, y posteriormente se conocería con ese nombre a toda la batalla aeronaval del día 25 (muy a pesar de la Navy) así como los ataques norteamericanos de la madrugada del 26.
Lo primero de los ataques fue precisamente uno de los “secundarios”, concretamente contra la estación de radares de alerta temprana que estaba situada al suroeste de la base de Provideniya, en la península de Chukotka, y que era la más oriental de la URSS. Los 10 F-4E que despegaron de Galena fueron los encargados de esa misión, si bien el objetivo de la misma no era tanto la destrucción de la estación de radar, como el de servir de cebo para hacer salir a los cazas de Anadyr y Mys Shmidta, pues volando bajo el horizonte del radar y esperándolos, se encontraban otros 12 F-15 también provenientes de Galena, y apoyados por 2 E-3 Sentry que colaborarían en la misión global y en el control del espacio aéreo donde iba a tener lugar la batalla. La destrucción de esos cazas, facilitaría enormemente la acción contra las bases enemigas. El número de cazas soviéticos que podían salir a su encuentro no estaba claro, pero se estimaban entre 6-8 los que había en Anadyr y otros tantos en Mys Shmidta, pero si que se sabía gracias a inteligencia de imágenes que eran cazas de doble deriva. En realidad, los 12 Mig-29 supervivientes de Furia Ártica, se habían dividido a partes iguales entre las dos bases, para proporcionar defensa aérea, mientras que el alto mando desplegaba otros cazas para apoyarlos, en concreto estaba previsto que un escuadrón de Su-15 ayudaran a defender cada base, y que llegasen por la tarde de aquel mismo día.
Los F-4E del 110º TFS eran pilotados por miembros de la Guardia Nacional, y aunque su principal misión era la defensa aérea, no descuidaban el ataque a tierra, y algunos de ellos incluso tenían experiencia en misiones CAS durante la guerra de Vietnam.
Seis de los Phantom iban armados con 18 bombas frenadas de 250 Kg y 4 Sparrows y los 4 restantes iban armados en configuración aire-aire con 4 AIM-7 y 4 AIM-9.
Estos últimos se aproximaron a través del estrecho de Bering a alta cota y simulando un ataque contra Provideniya, con uno de los E-3 siguiéndolos a 50 millas (bajo el cual se encontraban los F-15), para dejarse ver y que los mandos rusos enviasen a sus cazas.
Mientras, y tras acercarse en vuelo rasante a través de la península de Seward y el estrecho de Bering, los seis F-4 atacantes se dividieron en dos grupos de tres. El primero atacó una base de SAM SA-2 que a unas 7 millas al suroeste de la estación de radar, protegía a esta y al aeropuerto de Provideniya. Sin previo aviso, los norteamericanos dejaron caer sobre la instalación más de medio centenar de bombas, arrasándola por completo. Segundos después la estación de radar corría una suerte semejante.
Hasta aquí todo parecía indicar el éxito de la misión de los Phantoms, pero en realidad había fallado en su principal objetivo. Los cazas soviéticos no habían acudido a la cita.
Así pues, los F-4 ascendieron y se unieron a los que iban de escolta, virando todos hacia el oeste, hacia Anadyr, pero fue solo por unos minutos, ya que los aviones que habían realizado el ataque no contaban con autonomía suficiente para realizar una mayor aproximación y todo el grupo tuvo que volver a Galena sin haber podido entablar combate. Así pues, tampoco fue suficiente para que los Fulcrum saliesen de su guarida. En realidad, al detectarse los aviones norteamericanos sobre Alaska occidental, dos Mig-29 de cada base se habían ido al aire, pero se mantuvieron a una 30-40 millas de las mismas, ya que los mandos rusos sabían que los objetivos valiosos eran aquellas mismas bases, y no podían desperdiciar los escasos cazas con los que contaban tras la marcha de sus Flankers hacia el sur para luchar en las Aleutianas. Los 4 restantes estaban en máxima alerta para irse al aire en cuestión de muy pocos minutos.
El mando norteamericano, algo contrariado por la ausencia de respuesta soviética, decidió que había que variar el plan.
La base de Mys Shmidta, era la más débilmente protegida, ya que no había ninguna instalación SAM cercana que le proporcionase cobertura, y tan solo se estimaba su defensa en algunos Strela y triple A, mientras que Anadyr estaba protegida por 3 instalaciones de SA-2. Ambas bases tenían muy cerca de ellas, sendas estaciones de radar, con equipos P-35 y P-37 respectivamente.
Por lo tanto, la USAF había dispuesto que 3 B-52 atacaran Mys Shmidta y 5 Anadyr, con el apoyo estos últimos de 4 F-117. Todos estos aviones habían despegado de Elmendorf, y los F-117 habían repostado en vuelo sobre la desembocadura del río Yukon.
Se ordenó a los F-15 que ascendiesen y se dirigiesen al noroeste, hacia Mys Shmidta, lo cual, y al aproximarse estos a menos de 100 millas, produjo por fin la esperada respuesta. Los seis Fulcrums de la base se dirigieron contra los Eagles, 4 a alta cota, enfrentándose directamente a los americanos, mientras que los dos restantes iban pegados al terreno, dirigiéndose primero al sur y luego al este. En el primer intercambio de misiles entre los 12 F-15 y los 4 Mig-29 se saldó con 1 Eagle derribado y otro dañado, y 3 Fulcrums destruidos. El Mig-29 restante no pudo resistir a la segunda oleada de misiles, pero su piloto al menos continuó con su suerte y pudo eyectarse y salvar la vida.
Mientras, los otros dos Fulcrums, que pegados al terreno lo máximo que podían se aproximaban a los F-15, continuaban sin ser detectados por el Sentry que estaba a retaguardia de los Eagles. Pero aquellos pilotos rusos, acostumbrados a volar misiones de caza a alta cota, el volar de noche en vuelo rasante, los ponía en un riesgo extremo, y uno de ellos lo pagó con su vida, al no poder evitar una elevación del terreno y chocar su aparato contra él, muriendo al instante. Por suerte para el otro piloto, los americanos, enzarzados en su duelo en las alturas, no vieron la explosión, y no fue hasta que el E-3 les avisó que tenían justo debajo a un “bandido” cuando supieron de su existencia. Pero fue demasiado tarde para otro Eagle, que fue derribado por un AA-10 de guía IR. Los F-15 trataron de enfrentarse a la amenaza sorpresa, y comenzaron a virar para colocarse en posición de tiro, aunque antes, otro F-15 fue derribado por un AA-8. Al final, 5 Sidewinders convergieron sobre el solitario avión soviético que estalló en miles de pedazos.
Al coste de 3 F-15 derribados, los B-52 tenían vía libre para su pasada de ataque sobre Mys Shmidta, que se produjo 8 minutos después. Pegados a la superficie del mar ártico, y por debajo de los 100 metros de altitud, donde el P-35 tenía serias dificultades para localizar a un objetivo, los Stratofortress llegaron y regaron generosamente la pista y las instalaciones aledañas, incluyendo el radar P-35 de bombas de alto poder explosivo y de racimo, realizando cada uno de los tres aparatos una pasada desde diferentes angulos para abarcar la mayor superficie posible. Fue una pasada “limpia”, tan solo uno de los bombarderos fue alcanzado por fuego de 23 mm, y que pese a unas pequeñas averías, no tuvo mayor problema en aterrizar en Elmendorf. Mys Shmidta tardaría bastante en ser puesta en servicio, pero las bajas soviéticas, aparte de los Mig-29 fueron pocas, ya que los Tu-22M y los SU-24 tambien habían emigrado más al sur como los Flankers, y tan solo se lograron destruir en tierra un An-74, un An-12 y varios Mil Mi-8.
Mientras, y más al sur, los Nighthawk que participaban en el ataque a Anadyr habían conseguido llegar a sus objetivos, tan solo siendo detectados en el último momento. Lograron colocar tres LGB en los radares de adquisición de los SA-2, inutilizándolos de ese modo, y el cuarto destruyó el P-37 de alerta temprana. Los dos Fulcrums, desprovistos de su guía desde tierra, se pusieron a buscar a los furtivos aviones americanos como locos, a la vez que se ordenaba el despegue de los cuatro aparatos restantes. En la oscuridad de la noche y ante la ausencia de blancos en su radar, los Mig-29 confiaron en sus sensores IRST, pero tampoco tuvieron mayor fortuna, hasta que uno de ellos detectó una fuente de calor no identificada alejándose hacia el este. Inmediatamente los cazas rusos se dirigieron a esa zona realizando un barrido con sus radares, hasta que detectaron a unas 11 millas de distancia a dos de los F-117, pero a los que el radar se resistía a enganchar, así que decidieron emplear los AA-10 de guía IR, cuando se acercaron a unas 9 millas. Los F-117 comenzaron a soltar bengalas y a maniobrar para despistar a los misiles, pero uno de ellos no tuvo suerte y acabó con la cabeza explosiva incrustada en la tobera del motor derecho, y tras el gran susto para el piloto y cuando parecía que no iba a explotar debido a un mal funcionamiento, hizo explosionar la avión americano, convirtiéndose en un rastro de fuego en el cielo.
Cuando el otro piloto del Nighthawk pensaba que estaba acabado, los cazas rusos giraron 180º y acudieron a la llamada de socorro desde Anadyr, donde los 5 B-52 que quedaban estaban realizando su ataque, de una manera muy similar a la realizada en Mys Shmidta. En Anadyr, el daño en las instalaciones no fue tan extenso, debido a su mayor tamaño, pero por el contrario, 8 Badgers y 5 Backfires fueron destruidos en tierra, además de otros aparatos diversos.
De los B-52, tan solo 3 lograron aterrizar en Alaska, ya que uno fue dañado por un Strela y rematado por un Fulcrum, y otro también despachado por el mismo Mig-29.
El cierre temporal y “forzoso” de las bases soviéticas fue considerado un éxito por parte de la USAF, y a un precio relativamente moderado de 3 F-15 (más uno dañado), 2 B-52 y uno de los valiosísimos F-117. Por el contrario los soviéticos, sufrieron daños en varias instalaciones de radares, de SAM,s y bases aéreas, a la vez que perdía 13 bombarderos, 6 cazas y varios aviones de apoyo de diverso tipo.
Los soviéticos lo llamarían “una mala noche”. Los trabajos de reconstrucción en Mys Shmidta y la estación de radar de Provideniya tardaron más de una semana en comenzar debido a lo alejado de las instalaciones, a los daños producidos y a la prioridad que se dio a la reparación de Anadyr, la cual pudo volver a estar operativa 4 días después.
Pero la USAF no se iba a conformar con esto. Los golpes contra Clear, Thule y Shemya habían dolido y mucho, y se propusieron devolver el golpe.
Tres B-52 que despegaron desde su base en Barksdale (Louisiana), y tras repostar dos veces, unas sobre la península del Labrador y otra sobre el norte de Groenlandia, luego viraron hacia las islas Svalbard, y a unas 600 millas de distancia de Pechora, a media distancia entre Nueva Zembla y el Cabo Norte, lanzaron 18 misiles de crucero AGM-86C de cabeza convencional. El objetivo de los misiles era uno de los modernos radares tipo Daryal que cubría todo el extremo norte de la Unión Soviética, y que fue alcanzado por 6 proyectiles, causando severos daños que dejarían la instalación fuera de servicio por varios días.
Por desgracia para los B-52, aquella zona en la que se habían internado, era una de las mejores defendidas por cazas de la IA-PVO, y los Mig-31 en su papel de cazador para el que habían sido desarrollados, y aparte de destruir varios misiles, lograron derribar a dos de los tres B-52.
El último episodio de aquella madrugada, tuvo lugar en las Aleutianas, y tuvo por protagonista a un “paquete” mixto USAF-NAVY que visitaría Adak.
Continuará…
2ª Parte
Tras las operaciones soviéticas contra Alaska, Thule y las Aleutianas del día 23, las Fuerzas Aéreas Norteamericanas habían sido muy criticadas en estamentos del Gobierno Federal y del propio Pentagono, sobre todo entre los mandos de otras ramas de las Fuerzas Armadas, y achacaban a la falta de previsión de la USAF que se produjera una incursión tan dañina en lo militar, como perjudicial en la moral de la opinión pública. Aunque los generales de la USAF se defendían de la invasión de Adak y Shemya y repartían culpas, poco podían decir sobre los bombardeos en Alaska y Groenlandia, excepto respondiendo con hechos, y lo primero fue restaurar en lo posible la defensa aérea de esas zonas, aunque tuvieron que aceptar a regañadientes la ayuda en forma de Tomcats y Hawkeye para ello.
Una vez logrado esto, con bastante celeridad debido a la urgencia y a la alarma social provocada por los ataques rusos, debían hacer algo para reparar la imagen y sobre todo devolver el golpe a los soviéticos.
Una vez analizada la situación, se decidió que lo prioritario sería destruir las bases principales desde las que habían partido los ataques contra su territorio, para conjurar la amenaza de la repetición de otro ataque. Se descartó el ataque a Lavrentiya y Provideniya por ser estas bases muy pequeñas que tan solo podrían soportar durante un corto espacio de tiempo el estacionamiento de aviones tipo caza, y que un reconocimiento por satélite había descartado la presencia de aparatos basados allí, por el momento. Así que la prioridad de la operación de contraataque que iba a llevar la USAF entre el Ártico y el Pacífico Norte, sería la destrucción de las bases de Mys Shmidta y Anadyr, pero llevaría parejas otras acciones para aumentar el daño y la reciprocidad con la acción soviética.
La operación sería denominada “Fire Wind”, y posteriormente se conocería con ese nombre a toda la batalla aeronaval del día 25 (muy a pesar de la Navy) así como los ataques norteamericanos de la madrugada del 26.
Lo primero de los ataques fue precisamente uno de los “secundarios”, concretamente contra la estación de radares de alerta temprana que estaba situada al suroeste de la base de Provideniya, en la península de Chukotka, y que era la más oriental de la URSS. Los 10 F-4E que despegaron de Galena fueron los encargados de esa misión, si bien el objetivo de la misma no era tanto la destrucción de la estación de radar, como el de servir de cebo para hacer salir a los cazas de Anadyr y Mys Shmidta, pues volando bajo el horizonte del radar y esperándolos, se encontraban otros 12 F-15 también provenientes de Galena, y apoyados por 2 E-3 Sentry que colaborarían en la misión global y en el control del espacio aéreo donde iba a tener lugar la batalla. La destrucción de esos cazas, facilitaría enormemente la acción contra las bases enemigas. El número de cazas soviéticos que podían salir a su encuentro no estaba claro, pero se estimaban entre 6-8 los que había en Anadyr y otros tantos en Mys Shmidta, pero si que se sabía gracias a inteligencia de imágenes que eran cazas de doble deriva. En realidad, los 12 Mig-29 supervivientes de Furia Ártica, se habían dividido a partes iguales entre las dos bases, para proporcionar defensa aérea, mientras que el alto mando desplegaba otros cazas para apoyarlos, en concreto estaba previsto que un escuadrón de Su-15 ayudaran a defender cada base, y que llegasen por la tarde de aquel mismo día.
Los F-4E del 110º TFS eran pilotados por miembros de la Guardia Nacional, y aunque su principal misión era la defensa aérea, no descuidaban el ataque a tierra, y algunos de ellos incluso tenían experiencia en misiones CAS durante la guerra de Vietnam.
Seis de los Phantom iban armados con 18 bombas frenadas de 250 Kg y 4 Sparrows y los 4 restantes iban armados en configuración aire-aire con 4 AIM-7 y 4 AIM-9.
Estos últimos se aproximaron a través del estrecho de Bering a alta cota y simulando un ataque contra Provideniya, con uno de los E-3 siguiéndolos a 50 millas (bajo el cual se encontraban los F-15), para dejarse ver y que los mandos rusos enviasen a sus cazas.
Mientras, y tras acercarse en vuelo rasante a través de la península de Seward y el estrecho de Bering, los seis F-4 atacantes se dividieron en dos grupos de tres. El primero atacó una base de SAM SA-2 que a unas 7 millas al suroeste de la estación de radar, protegía a esta y al aeropuerto de Provideniya. Sin previo aviso, los norteamericanos dejaron caer sobre la instalación más de medio centenar de bombas, arrasándola por completo. Segundos después la estación de radar corría una suerte semejante.
Hasta aquí todo parecía indicar el éxito de la misión de los Phantoms, pero en realidad había fallado en su principal objetivo. Los cazas soviéticos no habían acudido a la cita.
Así pues, los F-4 ascendieron y se unieron a los que iban de escolta, virando todos hacia el oeste, hacia Anadyr, pero fue solo por unos minutos, ya que los aviones que habían realizado el ataque no contaban con autonomía suficiente para realizar una mayor aproximación y todo el grupo tuvo que volver a Galena sin haber podido entablar combate. Así pues, tampoco fue suficiente para que los Fulcrum saliesen de su guarida. En realidad, al detectarse los aviones norteamericanos sobre Alaska occidental, dos Mig-29 de cada base se habían ido al aire, pero se mantuvieron a una 30-40 millas de las mismas, ya que los mandos rusos sabían que los objetivos valiosos eran aquellas mismas bases, y no podían desperdiciar los escasos cazas con los que contaban tras la marcha de sus Flankers hacia el sur para luchar en las Aleutianas. Los 4 restantes estaban en máxima alerta para irse al aire en cuestión de muy pocos minutos.
El mando norteamericano, algo contrariado por la ausencia de respuesta soviética, decidió que había que variar el plan.
La base de Mys Shmidta, era la más débilmente protegida, ya que no había ninguna instalación SAM cercana que le proporcionase cobertura, y tan solo se estimaba su defensa en algunos Strela y triple A, mientras que Anadyr estaba protegida por 3 instalaciones de SA-2. Ambas bases tenían muy cerca de ellas, sendas estaciones de radar, con equipos P-35 y P-37 respectivamente.
Por lo tanto, la USAF había dispuesto que 3 B-52 atacaran Mys Shmidta y 5 Anadyr, con el apoyo estos últimos de 4 F-117. Todos estos aviones habían despegado de Elmendorf, y los F-117 habían repostado en vuelo sobre la desembocadura del río Yukon.
Se ordenó a los F-15 que ascendiesen y se dirigiesen al noroeste, hacia Mys Shmidta, lo cual, y al aproximarse estos a menos de 100 millas, produjo por fin la esperada respuesta. Los seis Fulcrums de la base se dirigieron contra los Eagles, 4 a alta cota, enfrentándose directamente a los americanos, mientras que los dos restantes iban pegados al terreno, dirigiéndose primero al sur y luego al este. En el primer intercambio de misiles entre los 12 F-15 y los 4 Mig-29 se saldó con 1 Eagle derribado y otro dañado, y 3 Fulcrums destruidos. El Mig-29 restante no pudo resistir a la segunda oleada de misiles, pero su piloto al menos continuó con su suerte y pudo eyectarse y salvar la vida.
Mientras, los otros dos Fulcrums, que pegados al terreno lo máximo que podían se aproximaban a los F-15, continuaban sin ser detectados por el Sentry que estaba a retaguardia de los Eagles. Pero aquellos pilotos rusos, acostumbrados a volar misiones de caza a alta cota, el volar de noche en vuelo rasante, los ponía en un riesgo extremo, y uno de ellos lo pagó con su vida, al no poder evitar una elevación del terreno y chocar su aparato contra él, muriendo al instante. Por suerte para el otro piloto, los americanos, enzarzados en su duelo en las alturas, no vieron la explosión, y no fue hasta que el E-3 les avisó que tenían justo debajo a un “bandido” cuando supieron de su existencia. Pero fue demasiado tarde para otro Eagle, que fue derribado por un AA-10 de guía IR. Los F-15 trataron de enfrentarse a la amenaza sorpresa, y comenzaron a virar para colocarse en posición de tiro, aunque antes, otro F-15 fue derribado por un AA-8. Al final, 5 Sidewinders convergieron sobre el solitario avión soviético que estalló en miles de pedazos.
Al coste de 3 F-15 derribados, los B-52 tenían vía libre para su pasada de ataque sobre Mys Shmidta, que se produjo 8 minutos después. Pegados a la superficie del mar ártico, y por debajo de los 100 metros de altitud, donde el P-35 tenía serias dificultades para localizar a un objetivo, los Stratofortress llegaron y regaron generosamente la pista y las instalaciones aledañas, incluyendo el radar P-35 de bombas de alto poder explosivo y de racimo, realizando cada uno de los tres aparatos una pasada desde diferentes angulos para abarcar la mayor superficie posible. Fue una pasada “limpia”, tan solo uno de los bombarderos fue alcanzado por fuego de 23 mm, y que pese a unas pequeñas averías, no tuvo mayor problema en aterrizar en Elmendorf. Mys Shmidta tardaría bastante en ser puesta en servicio, pero las bajas soviéticas, aparte de los Mig-29 fueron pocas, ya que los Tu-22M y los SU-24 tambien habían emigrado más al sur como los Flankers, y tan solo se lograron destruir en tierra un An-74, un An-12 y varios Mil Mi-8.
Mientras, y más al sur, los Nighthawk que participaban en el ataque a Anadyr habían conseguido llegar a sus objetivos, tan solo siendo detectados en el último momento. Lograron colocar tres LGB en los radares de adquisición de los SA-2, inutilizándolos de ese modo, y el cuarto destruyó el P-37 de alerta temprana. Los dos Fulcrums, desprovistos de su guía desde tierra, se pusieron a buscar a los furtivos aviones americanos como locos, a la vez que se ordenaba el despegue de los cuatro aparatos restantes. En la oscuridad de la noche y ante la ausencia de blancos en su radar, los Mig-29 confiaron en sus sensores IRST, pero tampoco tuvieron mayor fortuna, hasta que uno de ellos detectó una fuente de calor no identificada alejándose hacia el este. Inmediatamente los cazas rusos se dirigieron a esa zona realizando un barrido con sus radares, hasta que detectaron a unas 11 millas de distancia a dos de los F-117, pero a los que el radar se resistía a enganchar, así que decidieron emplear los AA-10 de guía IR, cuando se acercaron a unas 9 millas. Los F-117 comenzaron a soltar bengalas y a maniobrar para despistar a los misiles, pero uno de ellos no tuvo suerte y acabó con la cabeza explosiva incrustada en la tobera del motor derecho, y tras el gran susto para el piloto y cuando parecía que no iba a explotar debido a un mal funcionamiento, hizo explosionar la avión americano, convirtiéndose en un rastro de fuego en el cielo.
Cuando el otro piloto del Nighthawk pensaba que estaba acabado, los cazas rusos giraron 180º y acudieron a la llamada de socorro desde Anadyr, donde los 5 B-52 que quedaban estaban realizando su ataque, de una manera muy similar a la realizada en Mys Shmidta. En Anadyr, el daño en las instalaciones no fue tan extenso, debido a su mayor tamaño, pero por el contrario, 8 Badgers y 5 Backfires fueron destruidos en tierra, además de otros aparatos diversos.
De los B-52, tan solo 3 lograron aterrizar en Alaska, ya que uno fue dañado por un Strela y rematado por un Fulcrum, y otro también despachado por el mismo Mig-29.
El cierre temporal y “forzoso” de las bases soviéticas fue considerado un éxito por parte de la USAF, y a un precio relativamente moderado de 3 F-15 (más uno dañado), 2 B-52 y uno de los valiosísimos F-117. Por el contrario los soviéticos, sufrieron daños en varias instalaciones de radares, de SAM,s y bases aéreas, a la vez que perdía 13 bombarderos, 6 cazas y varios aviones de apoyo de diverso tipo.
Los soviéticos lo llamarían “una mala noche”. Los trabajos de reconstrucción en Mys Shmidta y la estación de radar de Provideniya tardaron más de una semana en comenzar debido a lo alejado de las instalaciones, a los daños producidos y a la prioridad que se dio a la reparación de Anadyr, la cual pudo volver a estar operativa 4 días después.
Pero la USAF no se iba a conformar con esto. Los golpes contra Clear, Thule y Shemya habían dolido y mucho, y se propusieron devolver el golpe.
Tres B-52 que despegaron desde su base en Barksdale (Louisiana), y tras repostar dos veces, unas sobre la península del Labrador y otra sobre el norte de Groenlandia, luego viraron hacia las islas Svalbard, y a unas 600 millas de distancia de Pechora, a media distancia entre Nueva Zembla y el Cabo Norte, lanzaron 18 misiles de crucero AGM-86C de cabeza convencional. El objetivo de los misiles era uno de los modernos radares tipo Daryal que cubría todo el extremo norte de la Unión Soviética, y que fue alcanzado por 6 proyectiles, causando severos daños que dejarían la instalación fuera de servicio por varios días.
Por desgracia para los B-52, aquella zona en la que se habían internado, era una de las mejores defendidas por cazas de la IA-PVO, y los Mig-31 en su papel de cazador para el que habían sido desarrollados, y aparte de destruir varios misiles, lograron derribar a dos de los tres B-52.
El último episodio de aquella madrugada, tuvo lugar en las Aleutianas, y tuvo por protagonista a un “paquete” mixto USAF-NAVY que visitaría Adak.
Continuará…
"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
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Phantoms atacando:
Aguilas sobre Siberia:
F-117 escapando de la zona de ataque:
B-52 a baja cota rumbo a Anadyr:
Mig-29 "44 blanco" autor del derribo de 2 bombarderos americanos:
Las instalaciones del radar de Pechora antes del ataque:
Saludos.
Aguilas sobre Siberia:
F-117 escapando de la zona de ataque:
B-52 a baja cota rumbo a Anadyr:
Mig-29 "44 blanco" autor del derribo de 2 bombarderos americanos:
Las instalaciones del radar de Pechora antes del ataque:
Saludos.
"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
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Los 26 aviones norteamericanos despegaron de Cold Bay solo cuando el oficial de meteorología informó que el frente tormentoso que había barrido las Aleutianas occidentales y centrales durante la noche, perdía fuerza y se disipaba.
La formación, compuesta por 10 cazas F-14 que la marina había trasladado de uno de sus portaviones averiados para las operaciones en Alaska, y 16 A-7 del 112º TFS de la Guardia Aérea Nacional de Ohio, se dirigió hacia el oeste, siguiendo la cadena de las islas Aleutianas, hasta que a poco más de 200 millas de Adak, los F-14 viraron al suroeste, y luego al oeste, hasta acercarse a unas 140 millas de Adak, donde viraron nuevamente al noroeste, momento en el que se reunieron con un E-2 del Nimitz y treparon hasta situarse a unos 5.000 metros (simulando un ataque desde los portaviones que estaban por aquellas aguas) donde fueron detectados por el radar P-15 que los soviético habían aerotransportado a la isla, y que ahora estaba en funcionamiento junto con su batería asociada de cuatro lanzadores de misiles cuádruples SAM S-125 (SA-3) y una pequeña batería de 4 ZSU-23-4 Shilka.
Inmediatamente se lanzaron los 9 Flankers que había en la isla para detener la incursión enemiga(4 que habían sobrevivido a la batalla de la tarde anterior, y otros 5 que habían llegado de noche procedentes de Klyuchi, (en donde se suponía que iban a reemplazar a los Mig-23 utilizados en el ataque al portaviones enemigo, pero que ante los acontecimientos, se vieron obligados a desplegarse en Adak)).
Mientras, los Corsairs americanos, volando a baja cota y utilizando para ocultarse del radar enemigo la isla de Atka y la serie de pequeñas islas e islotes que habían entre esta isla y Adak, llegaron sin ser descubiertos hasta el sureste de la isla, desde donde se desplegaron en tres grupos. El primero de ellos se elevó y tras ser detectado por el P-15, lanzó tres misiles HARM contra él, de los que los dos primeros fallaron por poco, pero el último logró dañarlo lo suficiente con sus esquirlas para dejarlo fuera de combate.
Pero los tres A-7 estaban siendo ahora buscados por dos Yak-38 del Minsk que habían despegado para proporcionar cobertura aérea local en ausencia de los Su-27. En la oscuridad de la noche y entre la lluvia no fue fácil, pero como los americanos no sabían si había más sistemas de radar de descubierta, y todavía debía haber el radar de seguimiento de la batería de SA-3, no podían alejarse demasiado de la zona, por lo que al final los Forgers encontraron a uno de los aviones americanos (que habían decidido separarse para cubrir más ángulos). El A-7, avisado por el Hawkeye, trató de esquivar a los cazas soviéticos volando bajo entre las montanas del sur de la isla, pero en la oscuridad era algo muy temerario. Finalmente hubo de salir a cielo abierto al estar a punto de estrellarse, y fue cuando aprovecharon los Yak,s para lanzarle 2 misiles AA-8, que fallaron, pero la detonación de sus cabezas de alto explosivo, causaron severos daños al Corsair que hubo de abandonar la zona perseguido por los rusos, si bien pudo evitarlos, al volver estos a defender la flota que ahora era atacada por los restantes grupos de Corsairs. El A-7 dañado con graves problemas, hubo de realizar un aterrizaje de emergencia en la pista del pequeño aeródromo de la cercana isla de Atka, donde el avión acabó destrozado, pero al menos el piloto salió vivo.
Los dos grupos restantes de A-7 estaban realizando su jugada en aquellos momentos. Uno, el más pequeño, formado por 5 aparatos, atacaba a los buques mercantes y de transporte de tropas de la marina soviética y que estaban en pleno proceso de descarga de equipos y personal, en el puerto de Sweeper Cove y en las playas de Kuluk Bay. La US Navy había presionado para que se atacaran a los grandes buques de superficie que quedaban de la flota soviética, pero la fuerza aérea, y sobre todo los Marines habían preferido atacar a los cargueros y transportes para intentar reducir los suministros y refuerzos que llegaran a la isla, para que cuando llegara la hora de la contrainvasión, los defensores tuvieran los menos apoyos posibles.
Así pues, uno de los cargueros y uno de los LST Ropucha salieron en llamas tras la pasada de los Corsairs, pero dos de estos pagaron cara su acción al ser derribados por los misiles de los barcos de guerra soviéticos que habían conectado sus radares y comenzaban a disparar sus misiles SAM.
Entonces los A-7 armados con HARM lanzaron de nuevo sus misiles para dañar el radar de exploración aérea de un Udaloy y el del Ivan Rogov, pero a su vez, debieron huir ante la presencia de los Yak-38 que volvían del sur, y de los dos Forgers más que habían despegado del Minsk.
La confusión iba en aumento cuando los 8 Corsairs restantes del tercer grupo, atacaron las dos pistas de la base de Adak. Lograron varios impactos de bombas Durandal y de racimo, pero solo dañaron las pistas, ya que el mando americano quería conservar lo más que se pudiera de la infraestructura en buen estado para cuando recuperaran la isla, poder volver a utilizarla lo antes posible. Así que se trataba de negar el uso de aviones enemigos desde Adak, y por eso lo limitado del ataque americano. Limitado, pero efectivo.
Un Shilka bien situado cerca de la unión de las dos pistas, logro llenar de agujeros de calibre 23 a uno de los A-7 que se estrelló un kilómetro más allá, y otro A-7 fue dañado por un Strela lanzado por un paracaidista ruso. Cuando finalmente los aviones americanos dieron por concluido el ataque y pusieron rumbo a su base, uno de los Yak pudo cazar al A-7 herido, que con menor velocidad y algo de fuego en su fuselaje, fue un blanco fácil.
En medio de todo aquel ajetreo, y a escondidas de todo el mundo, un solitario C-2 Greyhound que había despegado del Nimitz, se acercó a las costas del sur de Adak en vuelo rasante, y se elevó justo el tiempo necesario para que un equipo de 8 hombres saltaran en paracaídas sobre la isla. Los Seals llegaban a Adak.
Pero no habían pasados desapercibidos para todos. Los miembros del destacamento “fetucchini”, obligado a marchar al sur ante el hostigamiento de los paracaidistas rusos, pudieron oír al C-2 y luego ver como sus compañeros de la marina tocaban tierra. Tras media hora de búsqueda y en peligro de ser identificados erróneamente como enemigos, por fin los marines hicieron contacto con los sorprendidos Seals.
Mientras tanto, en las alturas, los Tomcats y los Flankers se repartieron un par de bajas por bando antes de dar finalizar el encuentro, y mientras que los F-14 pudieron volver a su base sin mayor novedad, los Su-27, al no poder aterrizar en Adak debido a los daños en las pistas, debieron volar las 400 millas que había hasta Shemya. Uno de los rusos, con perdidas de combustible en su aparato, no lo consiguió, y su avión se quedó sin fuel a unas 20 millas, donde saltó y hubo de ser rescatado más tarde en grave estado de hipotermia por un Mi-8.
Con las bajas de 5 A-7 y 2 F-14, los americanos daban por concluida la operación “Fire Wind”
Por su parte, los soviéticos habían perdido 3 de los cada vez más escasos Flankers, así como dos buques dañados (con los suministros y pertrechos correspondientes) y las magnificas pistas de “su” base aérea gravemente dañadas, así como un radar terrestre y dos navales destruidos.
Aprovecho de nuevo para agradecer al compañero sergiopl, su aportación y ayuda en el relato de “Fire Wind”
La formación, compuesta por 10 cazas F-14 que la marina había trasladado de uno de sus portaviones averiados para las operaciones en Alaska, y 16 A-7 del 112º TFS de la Guardia Aérea Nacional de Ohio, se dirigió hacia el oeste, siguiendo la cadena de las islas Aleutianas, hasta que a poco más de 200 millas de Adak, los F-14 viraron al suroeste, y luego al oeste, hasta acercarse a unas 140 millas de Adak, donde viraron nuevamente al noroeste, momento en el que se reunieron con un E-2 del Nimitz y treparon hasta situarse a unos 5.000 metros (simulando un ataque desde los portaviones que estaban por aquellas aguas) donde fueron detectados por el radar P-15 que los soviético habían aerotransportado a la isla, y que ahora estaba en funcionamiento junto con su batería asociada de cuatro lanzadores de misiles cuádruples SAM S-125 (SA-3) y una pequeña batería de 4 ZSU-23-4 Shilka.
Inmediatamente se lanzaron los 9 Flankers que había en la isla para detener la incursión enemiga(4 que habían sobrevivido a la batalla de la tarde anterior, y otros 5 que habían llegado de noche procedentes de Klyuchi, (en donde se suponía que iban a reemplazar a los Mig-23 utilizados en el ataque al portaviones enemigo, pero que ante los acontecimientos, se vieron obligados a desplegarse en Adak)).
Mientras, los Corsairs americanos, volando a baja cota y utilizando para ocultarse del radar enemigo la isla de Atka y la serie de pequeñas islas e islotes que habían entre esta isla y Adak, llegaron sin ser descubiertos hasta el sureste de la isla, desde donde se desplegaron en tres grupos. El primero de ellos se elevó y tras ser detectado por el P-15, lanzó tres misiles HARM contra él, de los que los dos primeros fallaron por poco, pero el último logró dañarlo lo suficiente con sus esquirlas para dejarlo fuera de combate.
Pero los tres A-7 estaban siendo ahora buscados por dos Yak-38 del Minsk que habían despegado para proporcionar cobertura aérea local en ausencia de los Su-27. En la oscuridad de la noche y entre la lluvia no fue fácil, pero como los americanos no sabían si había más sistemas de radar de descubierta, y todavía debía haber el radar de seguimiento de la batería de SA-3, no podían alejarse demasiado de la zona, por lo que al final los Forgers encontraron a uno de los aviones americanos (que habían decidido separarse para cubrir más ángulos). El A-7, avisado por el Hawkeye, trató de esquivar a los cazas soviéticos volando bajo entre las montanas del sur de la isla, pero en la oscuridad era algo muy temerario. Finalmente hubo de salir a cielo abierto al estar a punto de estrellarse, y fue cuando aprovecharon los Yak,s para lanzarle 2 misiles AA-8, que fallaron, pero la detonación de sus cabezas de alto explosivo, causaron severos daños al Corsair que hubo de abandonar la zona perseguido por los rusos, si bien pudo evitarlos, al volver estos a defender la flota que ahora era atacada por los restantes grupos de Corsairs. El A-7 dañado con graves problemas, hubo de realizar un aterrizaje de emergencia en la pista del pequeño aeródromo de la cercana isla de Atka, donde el avión acabó destrozado, pero al menos el piloto salió vivo.
Los dos grupos restantes de A-7 estaban realizando su jugada en aquellos momentos. Uno, el más pequeño, formado por 5 aparatos, atacaba a los buques mercantes y de transporte de tropas de la marina soviética y que estaban en pleno proceso de descarga de equipos y personal, en el puerto de Sweeper Cove y en las playas de Kuluk Bay. La US Navy había presionado para que se atacaran a los grandes buques de superficie que quedaban de la flota soviética, pero la fuerza aérea, y sobre todo los Marines habían preferido atacar a los cargueros y transportes para intentar reducir los suministros y refuerzos que llegaran a la isla, para que cuando llegara la hora de la contrainvasión, los defensores tuvieran los menos apoyos posibles.
Así pues, uno de los cargueros y uno de los LST Ropucha salieron en llamas tras la pasada de los Corsairs, pero dos de estos pagaron cara su acción al ser derribados por los misiles de los barcos de guerra soviéticos que habían conectado sus radares y comenzaban a disparar sus misiles SAM.
Entonces los A-7 armados con HARM lanzaron de nuevo sus misiles para dañar el radar de exploración aérea de un Udaloy y el del Ivan Rogov, pero a su vez, debieron huir ante la presencia de los Yak-38 que volvían del sur, y de los dos Forgers más que habían despegado del Minsk.
La confusión iba en aumento cuando los 8 Corsairs restantes del tercer grupo, atacaron las dos pistas de la base de Adak. Lograron varios impactos de bombas Durandal y de racimo, pero solo dañaron las pistas, ya que el mando americano quería conservar lo más que se pudiera de la infraestructura en buen estado para cuando recuperaran la isla, poder volver a utilizarla lo antes posible. Así que se trataba de negar el uso de aviones enemigos desde Adak, y por eso lo limitado del ataque americano. Limitado, pero efectivo.
Un Shilka bien situado cerca de la unión de las dos pistas, logro llenar de agujeros de calibre 23 a uno de los A-7 que se estrelló un kilómetro más allá, y otro A-7 fue dañado por un Strela lanzado por un paracaidista ruso. Cuando finalmente los aviones americanos dieron por concluido el ataque y pusieron rumbo a su base, uno de los Yak pudo cazar al A-7 herido, que con menor velocidad y algo de fuego en su fuselaje, fue un blanco fácil.
En medio de todo aquel ajetreo, y a escondidas de todo el mundo, un solitario C-2 Greyhound que había despegado del Nimitz, se acercó a las costas del sur de Adak en vuelo rasante, y se elevó justo el tiempo necesario para que un equipo de 8 hombres saltaran en paracaídas sobre la isla. Los Seals llegaban a Adak.
Pero no habían pasados desapercibidos para todos. Los miembros del destacamento “fetucchini”, obligado a marchar al sur ante el hostigamiento de los paracaidistas rusos, pudieron oír al C-2 y luego ver como sus compañeros de la marina tocaban tierra. Tras media hora de búsqueda y en peligro de ser identificados erróneamente como enemigos, por fin los marines hicieron contacto con los sorprendidos Seals.
Mientras tanto, en las alturas, los Tomcats y los Flankers se repartieron un par de bajas por bando antes de dar finalizar el encuentro, y mientras que los F-14 pudieron volver a su base sin mayor novedad, los Su-27, al no poder aterrizar en Adak debido a los daños en las pistas, debieron volar las 400 millas que había hasta Shemya. Uno de los rusos, con perdidas de combustible en su aparato, no lo consiguió, y su avión se quedó sin fuel a unas 20 millas, donde saltó y hubo de ser rescatado más tarde en grave estado de hipotermia por un Mi-8.
Con las bajas de 5 A-7 y 2 F-14, los americanos daban por concluida la operación “Fire Wind”
Por su parte, los soviéticos habían perdido 3 de los cada vez más escasos Flankers, así como dos buques dañados (con los suministros y pertrechos correspondientes) y las magnificas pistas de “su” base aérea gravemente dañadas, así como un radar terrestre y dos navales destruidos.
Aprovecho de nuevo para agradecer al compañero sergiopl, su aportación y ayuda en el relato de “Fire Wind”
"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
- flanker33
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- flanker33
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Ñam, ñam, queremos más
Ya va, ya va…:mrgreen:
Bravo por el novelista!!!
…
Excelente relato. Esta vez me gustó más el desarrollo de los ataques y las respectivas defensas, aunque hecho de menos un poco de dramatismo en las tripulaciones con dificultades.
Hola Parmo. Respecto al dramatismo, como he decidido hacer relatos más cortos para explicar más cosas en menos tiempo y no eternizar así el relato, a partir de ahora será menor, pero dramatismo de situaciones en apuros hay por ejemplo en el relato del Tu-160 atacando Thule, o en el de los refugiados de Corea del Sur, o incluso en el del piloto surcoreano al principio de la guerra, que llega a llorar…:llanto:
Bueno, ahí va otra entrega.
Saludos.
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- flanker33
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DIARIO DE OPERACIONES
26 DE OCTUBRE
-El día 26 de octubre fue ajetreado en la base aérea de Clark, en las Filipinas. Todo comenzó a mediodía, cuando un P-3 norteamericano detectó a una formación naval de superficie soviética de dos buques en el Mar de la China Meridional, a unas 500 millas al oeste de la base, y a más de 200 de Cam Ranh. Fue una sorpresa, pues se sabía que el grupo había salido a la mar por lo menos 48 horas antes, y su última posición confirmada parecía indicar que se dirigía al sur, siempre cerca de las costas vietnamitas. Pero el grupo, recibió órdenes de invertir su rumbo y dirigirse al norte para intentar atacar el tráfico naval que ahora navegaba en el Mar de las Filipinas, y tomó el mismo rumbo pero a la inversa, de nuevo protegiéndose en las cercanías de las aguas de Vietnam, hasta que hubo de comenzar a navegar hacia el noreste.
El Orion continuó acercándose con cautela, y al estar a menos de 50 millas pudo tener un cuadro completo de la formación naval enemiga. Un crucero Kresta, un destructor Sovremenny y dos fragatas Krivak. Pero no pudo mantener la posición mucho tiempo al advertirle un avión de escucha electrónica que había interceptado mensaje entre los buques y cazas provenientes de Cam Ranh que hablaban de derribar al Orion. El avión americano puso cielo de por medio y salió a toda velocidad de la zona. Un submarino australiano de la clase Oyeron, el HMSA Ovens, había recibido la posición de los soviéticos y se dirigió hacia allí.
En Clark se tomó entonces la decisión de atacar los buques enemigos, y dos horas después, una docena de A-4 Skyhawk neozelandeses, escoltados por 8 F-4 Phantoms norteamericanos, salían para intentar dar caza a esos buques. Antes había salido un P-3K neocelandés también con la misión de fijar el grupo y pasar la información a los atacantes. Cuando este estableció contacto, radió la posición y se mantuvo tan alejado como le fue posible.
Los F-4 se las vieron con 6 Mig-23 que proporcionaban cobertura aérea al grupo naval, perdiendo 3 aparatos los norteamericanos por 4 los soviéticos. Pero lo importante es que los A-4 pudieron deslizarse a baja cota sin ser molestados por los cazas rusos y lanzar su ataque. Armados con 3 bombas de 500 Kg, los Skyhawk sufrieron perdidas debidos a los SAM,s desde el principio, y solo pudieron alcanzar a las dos Krivaks que iban en vanguardia de la formación, hundiéndolas después de recibir varios impactos directos. Los neozelandeses habían perdido a ocho de sus aviones y gastado casi todas sus bombas por lo que decidieron volver a la base.
Ese fue el primer encuentro del día entre Clark y Cam Ranh.
El segundo tuvo lugar casi a la media noche, cuando un grupo de 6 F-111 australianos, volando a muy baja cota pudieron burlar a los radares y a la CAP que había sobre ellos, y atacó la propia base soviética en Vietnam, dejando una de las dos pistas muy dañadas, y la otra casi intacta. Varios aviones de transporte y 2 Mig-23 adicionales que estaban en tierra fueron destruidos. Uno de los F-111 fue destruido por un Apex cuando se retiraban a toda velocidad. Era un primer aviso de que el “santuario vietnamita” había terminado para los comunistas.
-Mas al norte, a unas 215 millas al noroeste de Okinawa, navegaba un convoy con suministros para Corea del sur que se vio atacado por un escuadrón de 9 bombarderos Tu-22 Blinder, apoyados por un Tu-16 de reconocimiento. Pero los F-14 del “Constellation” interceptaron a los bombarderos soviéticos, que solo pudieron lanzar sus misiles sin tener la posición exacta del convoy, con lo que tan solo uno de los misiles encontró un objetivo al que dirigirse, pero este fue abatido por los misiles Standar de los buques escolta. Los Blinders no salieron tan bien parados, y solo uno de ellos pudo escapar sin ser derribado.
Para detener ese y otros convoyes, el “Gran Líder” había enviado al grueso de lo que quedaba de su flota submarina. Ocho viejos submarinos habían zarpado 24 horas antes desde sus bases en Corea del Norte, pero detectados pronto por los sensores subacuaticos de larga distancia, comenzó una cacería en la que se vieron envueltos varias fragatas de la clase Ulsan y corbetas Po Hang de la marina de guerra de Corea del Sur, así como varios aviones ASW norteamericanos y japoneses. Al final, y tras perder en rapida sucesión a cinco de sus submarinos, los norcoreanos dieron media vuelta y escaparon como pudieron. Un P-3 japonés y otro norteamericano fueron derribados por los cazas comunistas.
-En Corea, los aviones americanos seguían proporcionando una ligera compensación de fuerzas, pero la situación seguía siendo precaria para los EEUU y sus aliados de Corea del Sur. El cerco a Seul ya era una realidad desde que los soldados norcoreanos se abriesen paso por Ansan y aislaran la capital del resto del país por tierra.
En la costa oriental, los tanques soviéticos, tras una gran cabalgada, había dejado atrás Uljin, en un avance de más de 60 kilómetros contra una resistencia débil. El resto del frente aliado, seguía cediendo terreno ante los ataque enemigos y para no verse envueltos por el avance del 5º Ejército de Armas Combinadas por el este.
La buena noticia para los americanos era que la Brigada Anzac y la 3ª Brigada de la 82ª habían concluido su llegada a la península y se habían trasladado, junto con una brigada de reservistas surcoreanos, hacia Pohang, en la costa oriental y a menos de 100 km de las puntas de lanza soviéticas.
El general Sharp planeaba una batalla que permitiera detener a los soviéticos y aguantar hasta que llegaran el resto de sus tropas. Las unidades aéreas tendrían un papel importante, si es que les concedían un respiro en la lucha por frenar a los comunistas.
Los refuerzos se acercaban, pero todavía faltaba algo de tiempo, el primero de ellos, con lo que quedaba de la 25º de Infantería, se encontraba al sureste de la isla japonesas de Kyushu, y no estaba previsto que llegara hasta unas 36 horas después.
-En el Mar de Japón, un submarino clase Kilo que intentaba forzar el estrecho de Tsushima para atacar a los convoyes enemigos, se topó con una mina americana que lo mandó directo al fondo del mar. Un segundo submarino, en este caso un SSGN clase Charlie I, logró disparar sus misiles contra un petrolero que navegaba de Japón al puerto surcoreano de Ulsan y lo destruyó, pero el submarino, en su huida de los destructores japoneses, se adentró en campo de minas que lo dejaron dañado gravemente, y uno de los buques japoneses terminó de rematarlo.
Pero la marina japonesa también hubo de lamentar la perdida de un submarino cuando fue descubierto por un Be-12 fisgando a poco más de 100 millas de Vladivostok, y un torpedo acabo con él.
Los japoneses, estaban haciendo CAP,s cada vez más “ofensivas”, es decir, más al interior del mar del Japón para evitar os ataques de los bombarderos rusos contra su territorio, y esto obligaba a los soviéticos a desplazar más aviones a la región para tratar de mantener la superioridad en la zona.
-En el Pacífico Norte, los soviéticos continuaban con sus esfuerzos para acabar de reparar totalmente Yelizovo y que sirviese de escudo contra nuevos ataques imperialistas. Además, centraban sus esfuerzos en recuperar Anadyr como base efectiva, tras los ataques de la noche anterior, y que a punto habían estado de costar “la cabeza” al comandante del Teatro de Operaciones, a la vez que redistribuían de nuevo a sus fuerzas.
Un escuadrón de Su-15 Flagon de los que iban destinados a Anadyr, fue desviado a Klyuchi, y el que iba a Mys Shmidta se fue a suplir a unidades de defensa aérea de las cercanía de Vladivostok que ahora luchaban en los cielos de Corea. Mientras, los 6 Flankers supervivientes de la batalla de las Aleutianas, se quedaron en una atiborrada base de Shemya que incluía ahora a varios cazas Mig-23, a los Flankers, a helicópteros utilitarios y ASW así como a un par de Il-38.
En las Aleutianas, la TF.30, con el TG.30.1 formado por el Ranger, y su grupo de batalla, el TG.30.2 con el Nimitz y sus escoltas y el TG.30.3 con los buques anfibios que transportaban a los marines que deberían retomar la isla de Adak, cruzaban al lado norte de las islas, entre Seguam y Amutka, a menos de 200 millas de Adak y a más de 1.000 millas de Yelizovo, bajo una fuerte cobertura aérea y antisubmarina.
A su vez, lo que quedaba del grupo de superficie soviético en Adak, puso rumbo a Petropavlosk, dejando tras de si a los restos del LST y el mercante destruidos la noche anterior, remolcados y bloqueando en una pequeña parte la bahía de Kuluk, para dificultar un posible asalto anfibio.
El grupo fue localizado por el SSN “Olympia”, que liberado de su función de escolta del TG.70.4 fue mandado patrullar en las inmediaciones de Adak, para despejar el camino a la TF.30. El submarino americano dejó pasar a la flota, e intentó atacar al Minsk por la popa, pero ante la férrea defensa de los Udaloy, hubo de conformarse con torpedear al LPD Ivan Rogov, que fue directo al fondo del océano. Los Udaloy contraatacaron y lograron que un torpedo explotase lo suficientemente cerca para producir daños, y pensar los soviéticos que lo habían hundido. Pero en realidad el SSN americano pudo escapar, con averias importantes que le obligaban a reparaciones en puerto, y por tanto dejar su misión en las inmediaciones de Adak.
-La campaña anti-SSBN americana se cobró ese día otra victima en las filas soviéticas, cuando dos SSN americanos actuando de forma coordinada eliminaron a un SSK clase Kilo y a una Grisha que custodiaban la entrada a uno de los campos minados donde se refugiaba un Delta III, y se abrieron paso hacia el interior. El SSBN ruso trató de escapar a través de una brecha que se había dejado para ocasiones así y que solo ellos conocían, pero los americanos consiguieron seguirlo fuera del campo de minas y hundirlo con tres torpedos, aunque uno de los SSN americano resultó destruido a su vez al caer sobre él todo lo habido y por haber desde varios aviones y helicópteros ASW. El otro pudo escapar limpiamente y se volvía a preparar para su próxima fechoría. Era el USS Tunny del capitán Barret, uno de los ases del arma submarina americana en el Pacífico (nota: este submarino en la realidad estaba en esas fechas en reformas, pero me di cuenta del error cuando ya lo había incluido en el relato, por lo que he decidido dejarlo, a parte de por haberle cogido cariño, explicandolo en que tras las primeras tensiones, se terminaría la reforma como estuviera a toda prisa y se permitiría al buque operar, como por ejemplo he hecho también con el Novorossiysk que estaba en una situación similar).
-En las montañas del sur de Adak, el destacamento “fetucchini” y sus nuevos amigos se abrían paso poco a poco hacia su objetivo. Un grupo de soldados que tenía por misión reconocer la disposición y la entidad de las fuerzas soviéticas e informar al mando para que la invasión de Adak fuese un éxito.
26 DE OCTUBRE
-El día 26 de octubre fue ajetreado en la base aérea de Clark, en las Filipinas. Todo comenzó a mediodía, cuando un P-3 norteamericano detectó a una formación naval de superficie soviética de dos buques en el Mar de la China Meridional, a unas 500 millas al oeste de la base, y a más de 200 de Cam Ranh. Fue una sorpresa, pues se sabía que el grupo había salido a la mar por lo menos 48 horas antes, y su última posición confirmada parecía indicar que se dirigía al sur, siempre cerca de las costas vietnamitas. Pero el grupo, recibió órdenes de invertir su rumbo y dirigirse al norte para intentar atacar el tráfico naval que ahora navegaba en el Mar de las Filipinas, y tomó el mismo rumbo pero a la inversa, de nuevo protegiéndose en las cercanías de las aguas de Vietnam, hasta que hubo de comenzar a navegar hacia el noreste.
El Orion continuó acercándose con cautela, y al estar a menos de 50 millas pudo tener un cuadro completo de la formación naval enemiga. Un crucero Kresta, un destructor Sovremenny y dos fragatas Krivak. Pero no pudo mantener la posición mucho tiempo al advertirle un avión de escucha electrónica que había interceptado mensaje entre los buques y cazas provenientes de Cam Ranh que hablaban de derribar al Orion. El avión americano puso cielo de por medio y salió a toda velocidad de la zona. Un submarino australiano de la clase Oyeron, el HMSA Ovens, había recibido la posición de los soviéticos y se dirigió hacia allí.
En Clark se tomó entonces la decisión de atacar los buques enemigos, y dos horas después, una docena de A-4 Skyhawk neozelandeses, escoltados por 8 F-4 Phantoms norteamericanos, salían para intentar dar caza a esos buques. Antes había salido un P-3K neocelandés también con la misión de fijar el grupo y pasar la información a los atacantes. Cuando este estableció contacto, radió la posición y se mantuvo tan alejado como le fue posible.
Los F-4 se las vieron con 6 Mig-23 que proporcionaban cobertura aérea al grupo naval, perdiendo 3 aparatos los norteamericanos por 4 los soviéticos. Pero lo importante es que los A-4 pudieron deslizarse a baja cota sin ser molestados por los cazas rusos y lanzar su ataque. Armados con 3 bombas de 500 Kg, los Skyhawk sufrieron perdidas debidos a los SAM,s desde el principio, y solo pudieron alcanzar a las dos Krivaks que iban en vanguardia de la formación, hundiéndolas después de recibir varios impactos directos. Los neozelandeses habían perdido a ocho de sus aviones y gastado casi todas sus bombas por lo que decidieron volver a la base.
Ese fue el primer encuentro del día entre Clark y Cam Ranh.
El segundo tuvo lugar casi a la media noche, cuando un grupo de 6 F-111 australianos, volando a muy baja cota pudieron burlar a los radares y a la CAP que había sobre ellos, y atacó la propia base soviética en Vietnam, dejando una de las dos pistas muy dañadas, y la otra casi intacta. Varios aviones de transporte y 2 Mig-23 adicionales que estaban en tierra fueron destruidos. Uno de los F-111 fue destruido por un Apex cuando se retiraban a toda velocidad. Era un primer aviso de que el “santuario vietnamita” había terminado para los comunistas.
-Mas al norte, a unas 215 millas al noroeste de Okinawa, navegaba un convoy con suministros para Corea del sur que se vio atacado por un escuadrón de 9 bombarderos Tu-22 Blinder, apoyados por un Tu-16 de reconocimiento. Pero los F-14 del “Constellation” interceptaron a los bombarderos soviéticos, que solo pudieron lanzar sus misiles sin tener la posición exacta del convoy, con lo que tan solo uno de los misiles encontró un objetivo al que dirigirse, pero este fue abatido por los misiles Standar de los buques escolta. Los Blinders no salieron tan bien parados, y solo uno de ellos pudo escapar sin ser derribado.
Para detener ese y otros convoyes, el “Gran Líder” había enviado al grueso de lo que quedaba de su flota submarina. Ocho viejos submarinos habían zarpado 24 horas antes desde sus bases en Corea del Norte, pero detectados pronto por los sensores subacuaticos de larga distancia, comenzó una cacería en la que se vieron envueltos varias fragatas de la clase Ulsan y corbetas Po Hang de la marina de guerra de Corea del Sur, así como varios aviones ASW norteamericanos y japoneses. Al final, y tras perder en rapida sucesión a cinco de sus submarinos, los norcoreanos dieron media vuelta y escaparon como pudieron. Un P-3 japonés y otro norteamericano fueron derribados por los cazas comunistas.
-En Corea, los aviones americanos seguían proporcionando una ligera compensación de fuerzas, pero la situación seguía siendo precaria para los EEUU y sus aliados de Corea del Sur. El cerco a Seul ya era una realidad desde que los soldados norcoreanos se abriesen paso por Ansan y aislaran la capital del resto del país por tierra.
En la costa oriental, los tanques soviéticos, tras una gran cabalgada, había dejado atrás Uljin, en un avance de más de 60 kilómetros contra una resistencia débil. El resto del frente aliado, seguía cediendo terreno ante los ataque enemigos y para no verse envueltos por el avance del 5º Ejército de Armas Combinadas por el este.
La buena noticia para los americanos era que la Brigada Anzac y la 3ª Brigada de la 82ª habían concluido su llegada a la península y se habían trasladado, junto con una brigada de reservistas surcoreanos, hacia Pohang, en la costa oriental y a menos de 100 km de las puntas de lanza soviéticas.
El general Sharp planeaba una batalla que permitiera detener a los soviéticos y aguantar hasta que llegaran el resto de sus tropas. Las unidades aéreas tendrían un papel importante, si es que les concedían un respiro en la lucha por frenar a los comunistas.
Los refuerzos se acercaban, pero todavía faltaba algo de tiempo, el primero de ellos, con lo que quedaba de la 25º de Infantería, se encontraba al sureste de la isla japonesas de Kyushu, y no estaba previsto que llegara hasta unas 36 horas después.
-En el Mar de Japón, un submarino clase Kilo que intentaba forzar el estrecho de Tsushima para atacar a los convoyes enemigos, se topó con una mina americana que lo mandó directo al fondo del mar. Un segundo submarino, en este caso un SSGN clase Charlie I, logró disparar sus misiles contra un petrolero que navegaba de Japón al puerto surcoreano de Ulsan y lo destruyó, pero el submarino, en su huida de los destructores japoneses, se adentró en campo de minas que lo dejaron dañado gravemente, y uno de los buques japoneses terminó de rematarlo.
Pero la marina japonesa también hubo de lamentar la perdida de un submarino cuando fue descubierto por un Be-12 fisgando a poco más de 100 millas de Vladivostok, y un torpedo acabo con él.
Los japoneses, estaban haciendo CAP,s cada vez más “ofensivas”, es decir, más al interior del mar del Japón para evitar os ataques de los bombarderos rusos contra su territorio, y esto obligaba a los soviéticos a desplazar más aviones a la región para tratar de mantener la superioridad en la zona.
-En el Pacífico Norte, los soviéticos continuaban con sus esfuerzos para acabar de reparar totalmente Yelizovo y que sirviese de escudo contra nuevos ataques imperialistas. Además, centraban sus esfuerzos en recuperar Anadyr como base efectiva, tras los ataques de la noche anterior, y que a punto habían estado de costar “la cabeza” al comandante del Teatro de Operaciones, a la vez que redistribuían de nuevo a sus fuerzas.
Un escuadrón de Su-15 Flagon de los que iban destinados a Anadyr, fue desviado a Klyuchi, y el que iba a Mys Shmidta se fue a suplir a unidades de defensa aérea de las cercanía de Vladivostok que ahora luchaban en los cielos de Corea. Mientras, los 6 Flankers supervivientes de la batalla de las Aleutianas, se quedaron en una atiborrada base de Shemya que incluía ahora a varios cazas Mig-23, a los Flankers, a helicópteros utilitarios y ASW así como a un par de Il-38.
En las Aleutianas, la TF.30, con el TG.30.1 formado por el Ranger, y su grupo de batalla, el TG.30.2 con el Nimitz y sus escoltas y el TG.30.3 con los buques anfibios que transportaban a los marines que deberían retomar la isla de Adak, cruzaban al lado norte de las islas, entre Seguam y Amutka, a menos de 200 millas de Adak y a más de 1.000 millas de Yelizovo, bajo una fuerte cobertura aérea y antisubmarina.
A su vez, lo que quedaba del grupo de superficie soviético en Adak, puso rumbo a Petropavlosk, dejando tras de si a los restos del LST y el mercante destruidos la noche anterior, remolcados y bloqueando en una pequeña parte la bahía de Kuluk, para dificultar un posible asalto anfibio.
El grupo fue localizado por el SSN “Olympia”, que liberado de su función de escolta del TG.70.4 fue mandado patrullar en las inmediaciones de Adak, para despejar el camino a la TF.30. El submarino americano dejó pasar a la flota, e intentó atacar al Minsk por la popa, pero ante la férrea defensa de los Udaloy, hubo de conformarse con torpedear al LPD Ivan Rogov, que fue directo al fondo del océano. Los Udaloy contraatacaron y lograron que un torpedo explotase lo suficientemente cerca para producir daños, y pensar los soviéticos que lo habían hundido. Pero en realidad el SSN americano pudo escapar, con averias importantes que le obligaban a reparaciones en puerto, y por tanto dejar su misión en las inmediaciones de Adak.
-La campaña anti-SSBN americana se cobró ese día otra victima en las filas soviéticas, cuando dos SSN americanos actuando de forma coordinada eliminaron a un SSK clase Kilo y a una Grisha que custodiaban la entrada a uno de los campos minados donde se refugiaba un Delta III, y se abrieron paso hacia el interior. El SSBN ruso trató de escapar a través de una brecha que se había dejado para ocasiones así y que solo ellos conocían, pero los americanos consiguieron seguirlo fuera del campo de minas y hundirlo con tres torpedos, aunque uno de los SSN americano resultó destruido a su vez al caer sobre él todo lo habido y por haber desde varios aviones y helicópteros ASW. El otro pudo escapar limpiamente y se volvía a preparar para su próxima fechoría. Era el USS Tunny del capitán Barret, uno de los ases del arma submarina americana en el Pacífico (nota: este submarino en la realidad estaba en esas fechas en reformas, pero me di cuenta del error cuando ya lo había incluido en el relato, por lo que he decidido dejarlo, a parte de por haberle cogido cariño, explicandolo en que tras las primeras tensiones, se terminaría la reforma como estuviera a toda prisa y se permitiría al buque operar, como por ejemplo he hecho también con el Novorossiysk que estaba en una situación similar).
-En las montañas del sur de Adak, el destacamento “fetucchini” y sus nuevos amigos se abrían paso poco a poco hacia su objetivo. Un grupo de soldados que tenía por misión reconocer la disposición y la entidad de las fuerzas soviéticas e informar al mando para que la invasión de Adak fuese un éxito.
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Los F-111 australainos bombardean Cam Ranh:
Escoltas de la US Navy protegen al convoy atacado rumbo a Corea:
Mil Mi-24 soviético allanando el camino para sus tropas en Corea del Sur:
Un Ropucha y en segundo plano el Ivan Rogov poco antes de ser torpedeado:
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DIARIO DE OPERACIONES
27 DE OCTUBRE
-Pese a la advertencia de Pekín del día 24 de proteger al tráfico naval en el Mar de la China Meridional con las armas si era necesario, no fue hasta las primeras horas de la madrugada del día 27 que los soviéticos no tuvieron noticias del movimiento de tropas que se estaba produciendo al otro lado de la frontera con China, lo que acogieron con bastante sorpresa ya que no habían creído que el mensaje chino fuera más allá de retórica para intentar salvar la cara frente a algunos hundimientos de buques que les podían haber perjudicado. Pero el movimiento de tropas hacia el norte y noreste, y un grado de alerta más alto de lo normal, puso en guardia al Ejército Rojo, y desde el Frente de Asia Central hasta el del Lejano Oriente, sus divisiones se pusieron en alerta máxima y comenzaron a avanzar a sus zonas establecidas cerca de la frontera chino-soviética y chino-mongola. Esta reacción tuvo como consecuencia inmediata para el Teatro de Operaciones de Corea, la inmediata suspensión del envio de dos nuevas divisiones que ya se encontraban en la zona de Vladivostok, y que se desplegarían entre esta ciudad y Ussuriysk para apoyar suplir parte de las divisiones que estaban en Corea del Sur y apoyar a las que quedaban. También el flujo de suministros con destino al 5º Ejército de Armas Combinadas se redujo en aproximadamente una quinta parte con carácter inmediato, y algunos escuadrones y regimientos aéreos que estaban de camino a Corea, debieron volver a sus bases para hacer frente a la amenaza china.
Durante todo el día se discutiría en el Kremlin, si aquella acción china representaba un peligro real o no era más que una velada amenaza. Hubo partidarios de utilizar la linea dura e invadir el norte de China, mientras que otros creían que accediendo a las demandas sobre no actuar en el Mar de la China Meridional, donde por otra parte los últimos acontecimientos no auguraban nada bueno, sería suficiente para calmar a Pekín y no meterse en más problemas. Al final del día, ninguna de las dos facciones había conseguido imponer su tesis, y las reuniones terminaron sin acuerdo alguno.
-Mientras, las acciones en la zona donde China no quería tener problemas continuaban.
Nada más comenzar el día 27, el submarino australiano HMAS Ovens, localizó al crucero y al destructor que quedaban de la escuadra que había zarpado hacía unos días de Cam Rahn, y a 20 millas lanzó una andanada de 4 misiles Harpoon contra el Sovremenny. Los buques soviéticos, acababan de terminar la labor de recoger a los naufragos de las dos fragatas y se disponían a seguir con su rumbo hacia el Mar de las Filipinas cuando detectaron los misiles en el aire. Dado el ángulo en que se acercaban los Harpoon, el Kresta II no pudo disparar sus SAM,s por estar ocultos por el destructor, así que los SA-N-7 del Sovremenny se enfrentaron en solitario a los atacantes y lograron dos derribos, más un tercero abatido por los AK-630, pero el cuarto y último proyectil, ascendió en el último momento para picar e impactar en su objetivo desde arriba, produciendo daños moderados en la zona media del buque, cerca de la chimenea y destruyendo algún que otro radar y equipo de guerra electrónica.
Y aunque los helicópteros de ambos buques intentaron localizar y hundir al submarino, este pudo escapar hacia el este, con la intención de virar luego al norte e intentar de nuevo una aproximación. Pero no fue posible. Con un destructor dañado, dos fragatas hundidas y las noticias que llegaron sobre la actitud china, el comandante de las fuerzas soviéticas en Vietnam, ordenó el regreso de los buques a aguas vietnamitas, pero no a Cam Rahn, si no a Nha Trang, y es que después del ataque de los F-111 a la base soviética, el mando había decidido, con acuerdo a lo pactado con el gobierno de Hanoi, dispersar sus fuerzas por las demás bases y puertos vietnamitas, para una mejor protección de sus efectivos.
Los F-111 australianos habían lanzado un segundo ataque contra Cam Rahn por segunda noche consecutiva, pero cuando ya estaban en el aire y de camino, gracias a las escuchas de aviones Sigint, Comint y Elint, se enteraron de que el dispositivo defensivo era mucho mayor que el día anterior, y optaron por abortar el ataque. Fue una buena decisión, ya que un escuadrón de Mig-23 los esperaban a alta cota, mientras que otro de Mig-21 los hacía a baja altura. Con algunos buques haciendo de vigías adelantados y una presencia de SAM,s y AAA mucho más densa y alerta que la noche anterior, hubiese sido una defensa muy difícil de traspasar para los atacantes y el resultado hubiese sido mucho peor que lo que sucedió 24 horas antes.
Ya en la oscuridad, y a última hora del día, salió de puerto el submarino B-427, la última baza submarina de los comunistas en aquellas aguas, para continuar la misión que le había sido encomendada a los buques de superficie.
-Más al norte, el convoy que el día anterior había recibido el ataque de los Blinders, y ya cerca de las costas surcoreanas, fue atacado por un SSGN Chalie I que había bordeado todo el archipiélago japonés para poder llegar a esa zona, sin entrar en los campos minados que se extendían entre las aguas que separaban Corea de Japón. Atacó con 7 misiles SS-N-7 que alcanzaron a una fragata y a un mercante, hundiendo este último con dos impactos y dañando a la primera con un misil. El submarino tras varias horas de persecución, logró escapar hacia el sur con algunos daños que le hicieron reducir su velocidad y encajar otros daños menores. Aunque operativo, su manejo y sobre todo su uso ofensivo, era ahora bastante más complicado.
Finalmente el convoy logró llegar a Pusan al atardecer sin más contratiempos, y comenzó a descargar sus suministros al instante.
-La situación en Corea continuaba evolucionando. Mientras en el frente central, los avances norcoreanos eran pequeños y con pérdidas moderadas, en el cerco a Seúl, la situación les favorecía. Si bien al norte de la capital los avances habían sido insignificantes, en el sur, los norcoreanos apoyados por una división soviética marchaban hacia el norte y luchaban en los arrabales de Anyang e Inchon. El mando del ejército popular norcoreano anunció a su Querido Líder que en tres o cuatro días, la capital del estado títere caería como fruta madura en sus manos.
En el frente oriental, el 5º E. de Armas Combinadas había logrado avanzar otros 45 km, hasta las afueras de la ciudad de Yeongdeok. Pero el avance era cada vez más difícil, y si bien las defensas que tenían enfrente los tanques soviéticos eran escasas y no presentaban mucha batalla, los ataques sobre sus flancos se habían incrementado, a la vez que más pequeñas unidades de fuerzas especiales enemigas se infiltraban en su retaguardia, amenazando su línea de abastecimientos. La situación se había vuelto lo suficientemente preocupante como para empeñar cada vez más fuerzas soviéticas en contener esas amenazas, ya que las unidades de segunda línea norcoreana no podían sostener la velocidad del avance ruso ni defender con las suficientes garantías su flanco y retaguardia. Además, el general Sharp había ordenado una concentración mayor de aparatos de ataque contra los soviéticos que debía ir creciendo en las horas y días próximos, descuidando conscientemente el frente central y en menor medida el cerco de Seúl, para poder ayudar a frenar a los comunistas en su avance por la costa oriental coreana. La llegada de la 2º Brigada de la 7ª División de infantería ligera de los EEUU, con la ayuda de muchos aviones de transporte de las fuerzas aéreas y lineas aéreas nacionales de varios paises latinoamericanos, también ayudó a incrementar la moral de las tropas aliadas, que ahora se apresuraban a preparar posiciones defensivas alrededor de Pohang, donde esperaban frenar a los soviéticos. Entre los ANZAC, los americanos y los surcoreanos, se estaban formando el equivalente a dos divisiones en la zona, y con la llegada prevista para el día siguiente de la última brigada de la 25º de infantería junto con la mayoría de equipo pesado y vehículos, y cuyos helicópteros de combate ya había llegado a Corea volando directamente desde los barcos, además de otras unidades surcoreanas, y especialmente todo lo que pudiese lanzas un misil o proyectil antitanque, confluía en esos momentos hacia Pohang.
-En la ciudad de Fukuoka y Nagato, en Kyushu y el sur de Honsu respectivamente se embarcaban dos divisiones japonesas rumbo a Pusan, donde se esperaba que pudiesen desembarcar al día siguiente, para encontrarse en la zona de operaciones entre 12 y 24 horas después. La 3ª y la 4ª Divisiones de Infantería japonesas llegarían a Corea gracias a un acuerdo entre los gobiernos americano, coreano y japonés que había tenido lugar 48 horas antes, ante la seria advertencia a Seúl por parte americana de que dado la ofensiva soviética en el Pacifico norte y el desvío de aviones, buques y tropas que iban destinadas a Corea, la situación podía pasar de crítica a catastrófica, y no solo perder la capital, si no el país entero. Al final los coreanos admitieron a regañadientes la ayuda japonesa en forma de dos divisiones y no se descartaba que pudiera hacer falta una tercera e incluso una cuarta. Los partidos políticos japoneses estuvieron de acuerdo en que las cuestiones relativas a la carta magna japonesa y su espíritu y artículos de corte pacifista y defensivos, quedaban aplazadas hasta que la situación mejorase, emitiendo un decreto de emergencia que sancionado por el Emperador, daba potestad temporal para limitar esos aspectos de la constitución.
Mientras tanto, también en Hokkaido los japoneses se movilizaban. Elementos escogidos de las divisiones 2ª y 5ª de infantería y 7ª Acorazada, se concentraban al norte de la isla, junto con la recién llegada de Honshu 1ª Brigada Aerotransportada, y elementos de su flota superficie se concentraban en Kushiro.
-En el Mar de Japón, los submarinos japonese eran cada vez más osados y se adentraban en aguas cercanas a las costas norcoreanas y soviéticas, relativamente cerca de Vladivostok. Esta táctica tan agresiva estaba dando como resultado que los japonese perdieran otro submarino aquel mismo día, pero también llevaba la incertidumbre a la flota soviética, que destinaba cada vez más recursos a la lucha contra aquellos submarinos que comenzaban a ser una seria molestia por su osadía. Una corbeta, un mercante y un remolcador rusos más una patrullera y dos pequeños mercantes norcoreanos fueron las bajas de aquel día a manos de los japoneses. Un buque de escucha electrónica soviético que navegaba en las cercanías de Vladivostok escapó por poco a no hacer explosión el torpedo que acertó en su casco.
-En las Aleutianas, la TF.30 navegaba sin prisas hacia Adak al norte de la cadena de islas volcánicas. Estaban dando tiempo para que la aviación ablandara las defensas enemigas. Estas se estimaban en un regimiento o brigada aerotransportada con BMD,s y artillería, más los refuerzos que hubieran podido transportar los buques de superficie que ahora navegaban acercándose a Shemya y bajo el paraguas protector de los aviones de caza y ASW que había en la isla. Estos refuerzos fueron de un batallón de infantería naval más algunas unidades de ingenieros para ayudar a reforzar las defensas y material diverso como una batería de misiles costa-superficie SSC-3 (otra se había perdido en los buques hundidos antes de llegar a Adak), otro radar de búsqueda aérea más, así como más medios antiaéreos.
Los norteamericanos tras varios vuelos de reconocimientos estimaron entre 3.000 y 4.000 los efectivos enemigos en la isla, y se pusieron manos a la obra para “ablandar” la defensa. Cuatro ataques se produjeron aquel día, por la mañana y por la tarde, la US Navy condujo dos Alpha Strike, a mediodía, los A-7 volvieron a Adak, y cuando el sol se estaba puniendo, los Harrier de los buques anfibios cerraron la jornada. Las bajas entre los aviones americanos no fueron muy altas, y se mantenía el potencial para hacer bastante daño a los rusos.
Los Flankers de Shemya tan solo intentaron detener a los americanos en el primer ataque, pero viendo la inferioridad y los resultados, con otros dos flankers derribados, se abstuvieron de intervenir más durante todo el día. El daño sobre las fuerzas soviéticas en Adak fue importante, y aunque destruyeron algún que otro blanco falso, como un radar en Mount Moffett, en general fueron efectivos. De todas formas, los soviéticos se habían dispersado y aprovechando las infraestructuras subterráneas de la isla consiguieron que el daño no fuera mayor, aunque se preguntaron como demonios aquellos americanos supieron donde estaban algunos vehículos y lanzadores de misiles que fueron destruidos a pesar de estar perfectamente camuflados ante un ataque aéreo.
La marina soviética conocía la localización de la flota americana gracias al discreto seguimiento a que estaba siendo sometida por parte del SSN Victor III que había hundido al SSBN americano que dio comienzo a la escalada contra los “boomers” soviéticos. Este submarino, con orden expresa de solo seguir e informar, hasta que recibiera instrucciones, estaba a popa de la formación americana, manteniendo las distancias e informando de cuanto podía.
-El capitán Petrucci, sus chicos y los Seals habían llegado a las proximidades de las instalaciones militares enemigas, y seguían su despliegue tan de cerca como les era posible, con la misión de mantener al mando de la flota constantemente informado, a la vez que guiaban alguno de los ataques aéreos que se produjeron ese día.
Una de las cosas que más preocupó al mando americano fue la presencia de civiles y soldado norteamericanos en la isla, y que aunque los soviéticos se habían llevado a muchos de ellos, principalmente oficiales y técnicos a Rusia, debían quedar entre 2.500 y 3.000 americanos en una zona que en breve se iba a convertir en un infierno. Al menos la ubicación exacta de muchos de ellos que pudieron llevar a cabo los Seals, mejoraba en algo la situación de aquellos prisioneros, para no ser machacados con los primeros disparos en la isla.
-En la campaña anti-SSBN, uno de los últimos Yankee I que le quedaba a la flota soviética del Pacífico fue hundido cuando se dirigía a su zona de patrulla en las cercanías de la costa de Alaska, cuando navegaba a unas 350 millas al sur de la isla de Atka. En Okhotsk y en la costa oriental de Kamchatka no se produjeron nuevos encuentros.
27 DE OCTUBRE
-Pese a la advertencia de Pekín del día 24 de proteger al tráfico naval en el Mar de la China Meridional con las armas si era necesario, no fue hasta las primeras horas de la madrugada del día 27 que los soviéticos no tuvieron noticias del movimiento de tropas que se estaba produciendo al otro lado de la frontera con China, lo que acogieron con bastante sorpresa ya que no habían creído que el mensaje chino fuera más allá de retórica para intentar salvar la cara frente a algunos hundimientos de buques que les podían haber perjudicado. Pero el movimiento de tropas hacia el norte y noreste, y un grado de alerta más alto de lo normal, puso en guardia al Ejército Rojo, y desde el Frente de Asia Central hasta el del Lejano Oriente, sus divisiones se pusieron en alerta máxima y comenzaron a avanzar a sus zonas establecidas cerca de la frontera chino-soviética y chino-mongola. Esta reacción tuvo como consecuencia inmediata para el Teatro de Operaciones de Corea, la inmediata suspensión del envio de dos nuevas divisiones que ya se encontraban en la zona de Vladivostok, y que se desplegarían entre esta ciudad y Ussuriysk para apoyar suplir parte de las divisiones que estaban en Corea del Sur y apoyar a las que quedaban. También el flujo de suministros con destino al 5º Ejército de Armas Combinadas se redujo en aproximadamente una quinta parte con carácter inmediato, y algunos escuadrones y regimientos aéreos que estaban de camino a Corea, debieron volver a sus bases para hacer frente a la amenaza china.
Durante todo el día se discutiría en el Kremlin, si aquella acción china representaba un peligro real o no era más que una velada amenaza. Hubo partidarios de utilizar la linea dura e invadir el norte de China, mientras que otros creían que accediendo a las demandas sobre no actuar en el Mar de la China Meridional, donde por otra parte los últimos acontecimientos no auguraban nada bueno, sería suficiente para calmar a Pekín y no meterse en más problemas. Al final del día, ninguna de las dos facciones había conseguido imponer su tesis, y las reuniones terminaron sin acuerdo alguno.
-Mientras, las acciones en la zona donde China no quería tener problemas continuaban.
Nada más comenzar el día 27, el submarino australiano HMAS Ovens, localizó al crucero y al destructor que quedaban de la escuadra que había zarpado hacía unos días de Cam Rahn, y a 20 millas lanzó una andanada de 4 misiles Harpoon contra el Sovremenny. Los buques soviéticos, acababan de terminar la labor de recoger a los naufragos de las dos fragatas y se disponían a seguir con su rumbo hacia el Mar de las Filipinas cuando detectaron los misiles en el aire. Dado el ángulo en que se acercaban los Harpoon, el Kresta II no pudo disparar sus SAM,s por estar ocultos por el destructor, así que los SA-N-7 del Sovremenny se enfrentaron en solitario a los atacantes y lograron dos derribos, más un tercero abatido por los AK-630, pero el cuarto y último proyectil, ascendió en el último momento para picar e impactar en su objetivo desde arriba, produciendo daños moderados en la zona media del buque, cerca de la chimenea y destruyendo algún que otro radar y equipo de guerra electrónica.
Y aunque los helicópteros de ambos buques intentaron localizar y hundir al submarino, este pudo escapar hacia el este, con la intención de virar luego al norte e intentar de nuevo una aproximación. Pero no fue posible. Con un destructor dañado, dos fragatas hundidas y las noticias que llegaron sobre la actitud china, el comandante de las fuerzas soviéticas en Vietnam, ordenó el regreso de los buques a aguas vietnamitas, pero no a Cam Rahn, si no a Nha Trang, y es que después del ataque de los F-111 a la base soviética, el mando había decidido, con acuerdo a lo pactado con el gobierno de Hanoi, dispersar sus fuerzas por las demás bases y puertos vietnamitas, para una mejor protección de sus efectivos.
Los F-111 australianos habían lanzado un segundo ataque contra Cam Rahn por segunda noche consecutiva, pero cuando ya estaban en el aire y de camino, gracias a las escuchas de aviones Sigint, Comint y Elint, se enteraron de que el dispositivo defensivo era mucho mayor que el día anterior, y optaron por abortar el ataque. Fue una buena decisión, ya que un escuadrón de Mig-23 los esperaban a alta cota, mientras que otro de Mig-21 los hacía a baja altura. Con algunos buques haciendo de vigías adelantados y una presencia de SAM,s y AAA mucho más densa y alerta que la noche anterior, hubiese sido una defensa muy difícil de traspasar para los atacantes y el resultado hubiese sido mucho peor que lo que sucedió 24 horas antes.
Ya en la oscuridad, y a última hora del día, salió de puerto el submarino B-427, la última baza submarina de los comunistas en aquellas aguas, para continuar la misión que le había sido encomendada a los buques de superficie.
-Más al norte, el convoy que el día anterior había recibido el ataque de los Blinders, y ya cerca de las costas surcoreanas, fue atacado por un SSGN Chalie I que había bordeado todo el archipiélago japonés para poder llegar a esa zona, sin entrar en los campos minados que se extendían entre las aguas que separaban Corea de Japón. Atacó con 7 misiles SS-N-7 que alcanzaron a una fragata y a un mercante, hundiendo este último con dos impactos y dañando a la primera con un misil. El submarino tras varias horas de persecución, logró escapar hacia el sur con algunos daños que le hicieron reducir su velocidad y encajar otros daños menores. Aunque operativo, su manejo y sobre todo su uso ofensivo, era ahora bastante más complicado.
Finalmente el convoy logró llegar a Pusan al atardecer sin más contratiempos, y comenzó a descargar sus suministros al instante.
-La situación en Corea continuaba evolucionando. Mientras en el frente central, los avances norcoreanos eran pequeños y con pérdidas moderadas, en el cerco a Seúl, la situación les favorecía. Si bien al norte de la capital los avances habían sido insignificantes, en el sur, los norcoreanos apoyados por una división soviética marchaban hacia el norte y luchaban en los arrabales de Anyang e Inchon. El mando del ejército popular norcoreano anunció a su Querido Líder que en tres o cuatro días, la capital del estado títere caería como fruta madura en sus manos.
En el frente oriental, el 5º E. de Armas Combinadas había logrado avanzar otros 45 km, hasta las afueras de la ciudad de Yeongdeok. Pero el avance era cada vez más difícil, y si bien las defensas que tenían enfrente los tanques soviéticos eran escasas y no presentaban mucha batalla, los ataques sobre sus flancos se habían incrementado, a la vez que más pequeñas unidades de fuerzas especiales enemigas se infiltraban en su retaguardia, amenazando su línea de abastecimientos. La situación se había vuelto lo suficientemente preocupante como para empeñar cada vez más fuerzas soviéticas en contener esas amenazas, ya que las unidades de segunda línea norcoreana no podían sostener la velocidad del avance ruso ni defender con las suficientes garantías su flanco y retaguardia. Además, el general Sharp había ordenado una concentración mayor de aparatos de ataque contra los soviéticos que debía ir creciendo en las horas y días próximos, descuidando conscientemente el frente central y en menor medida el cerco de Seúl, para poder ayudar a frenar a los comunistas en su avance por la costa oriental coreana. La llegada de la 2º Brigada de la 7ª División de infantería ligera de los EEUU, con la ayuda de muchos aviones de transporte de las fuerzas aéreas y lineas aéreas nacionales de varios paises latinoamericanos, también ayudó a incrementar la moral de las tropas aliadas, que ahora se apresuraban a preparar posiciones defensivas alrededor de Pohang, donde esperaban frenar a los soviéticos. Entre los ANZAC, los americanos y los surcoreanos, se estaban formando el equivalente a dos divisiones en la zona, y con la llegada prevista para el día siguiente de la última brigada de la 25º de infantería junto con la mayoría de equipo pesado y vehículos, y cuyos helicópteros de combate ya había llegado a Corea volando directamente desde los barcos, además de otras unidades surcoreanas, y especialmente todo lo que pudiese lanzas un misil o proyectil antitanque, confluía en esos momentos hacia Pohang.
-En la ciudad de Fukuoka y Nagato, en Kyushu y el sur de Honsu respectivamente se embarcaban dos divisiones japonesas rumbo a Pusan, donde se esperaba que pudiesen desembarcar al día siguiente, para encontrarse en la zona de operaciones entre 12 y 24 horas después. La 3ª y la 4ª Divisiones de Infantería japonesas llegarían a Corea gracias a un acuerdo entre los gobiernos americano, coreano y japonés que había tenido lugar 48 horas antes, ante la seria advertencia a Seúl por parte americana de que dado la ofensiva soviética en el Pacifico norte y el desvío de aviones, buques y tropas que iban destinadas a Corea, la situación podía pasar de crítica a catastrófica, y no solo perder la capital, si no el país entero. Al final los coreanos admitieron a regañadientes la ayuda japonesa en forma de dos divisiones y no se descartaba que pudiera hacer falta una tercera e incluso una cuarta. Los partidos políticos japoneses estuvieron de acuerdo en que las cuestiones relativas a la carta magna japonesa y su espíritu y artículos de corte pacifista y defensivos, quedaban aplazadas hasta que la situación mejorase, emitiendo un decreto de emergencia que sancionado por el Emperador, daba potestad temporal para limitar esos aspectos de la constitución.
Mientras tanto, también en Hokkaido los japoneses se movilizaban. Elementos escogidos de las divisiones 2ª y 5ª de infantería y 7ª Acorazada, se concentraban al norte de la isla, junto con la recién llegada de Honshu 1ª Brigada Aerotransportada, y elementos de su flota superficie se concentraban en Kushiro.
-En el Mar de Japón, los submarinos japonese eran cada vez más osados y se adentraban en aguas cercanas a las costas norcoreanas y soviéticas, relativamente cerca de Vladivostok. Esta táctica tan agresiva estaba dando como resultado que los japonese perdieran otro submarino aquel mismo día, pero también llevaba la incertidumbre a la flota soviética, que destinaba cada vez más recursos a la lucha contra aquellos submarinos que comenzaban a ser una seria molestia por su osadía. Una corbeta, un mercante y un remolcador rusos más una patrullera y dos pequeños mercantes norcoreanos fueron las bajas de aquel día a manos de los japoneses. Un buque de escucha electrónica soviético que navegaba en las cercanías de Vladivostok escapó por poco a no hacer explosión el torpedo que acertó en su casco.
-En las Aleutianas, la TF.30 navegaba sin prisas hacia Adak al norte de la cadena de islas volcánicas. Estaban dando tiempo para que la aviación ablandara las defensas enemigas. Estas se estimaban en un regimiento o brigada aerotransportada con BMD,s y artillería, más los refuerzos que hubieran podido transportar los buques de superficie que ahora navegaban acercándose a Shemya y bajo el paraguas protector de los aviones de caza y ASW que había en la isla. Estos refuerzos fueron de un batallón de infantería naval más algunas unidades de ingenieros para ayudar a reforzar las defensas y material diverso como una batería de misiles costa-superficie SSC-3 (otra se había perdido en los buques hundidos antes de llegar a Adak), otro radar de búsqueda aérea más, así como más medios antiaéreos.
Los norteamericanos tras varios vuelos de reconocimientos estimaron entre 3.000 y 4.000 los efectivos enemigos en la isla, y se pusieron manos a la obra para “ablandar” la defensa. Cuatro ataques se produjeron aquel día, por la mañana y por la tarde, la US Navy condujo dos Alpha Strike, a mediodía, los A-7 volvieron a Adak, y cuando el sol se estaba puniendo, los Harrier de los buques anfibios cerraron la jornada. Las bajas entre los aviones americanos no fueron muy altas, y se mantenía el potencial para hacer bastante daño a los rusos.
Los Flankers de Shemya tan solo intentaron detener a los americanos en el primer ataque, pero viendo la inferioridad y los resultados, con otros dos flankers derribados, se abstuvieron de intervenir más durante todo el día. El daño sobre las fuerzas soviéticas en Adak fue importante, y aunque destruyeron algún que otro blanco falso, como un radar en Mount Moffett, en general fueron efectivos. De todas formas, los soviéticos se habían dispersado y aprovechando las infraestructuras subterráneas de la isla consiguieron que el daño no fuera mayor, aunque se preguntaron como demonios aquellos americanos supieron donde estaban algunos vehículos y lanzadores de misiles que fueron destruidos a pesar de estar perfectamente camuflados ante un ataque aéreo.
La marina soviética conocía la localización de la flota americana gracias al discreto seguimiento a que estaba siendo sometida por parte del SSN Victor III que había hundido al SSBN americano que dio comienzo a la escalada contra los “boomers” soviéticos. Este submarino, con orden expresa de solo seguir e informar, hasta que recibiera instrucciones, estaba a popa de la formación americana, manteniendo las distancias e informando de cuanto podía.
-El capitán Petrucci, sus chicos y los Seals habían llegado a las proximidades de las instalaciones militares enemigas, y seguían su despliegue tan de cerca como les era posible, con la misión de mantener al mando de la flota constantemente informado, a la vez que guiaban alguno de los ataques aéreos que se produjeron ese día.
Una de las cosas que más preocupó al mando americano fue la presencia de civiles y soldado norteamericanos en la isla, y que aunque los soviéticos se habían llevado a muchos de ellos, principalmente oficiales y técnicos a Rusia, debían quedar entre 2.500 y 3.000 americanos en una zona que en breve se iba a convertir en un infierno. Al menos la ubicación exacta de muchos de ellos que pudieron llevar a cabo los Seals, mejoraba en algo la situación de aquellos prisioneros, para no ser machacados con los primeros disparos en la isla.
-En la campaña anti-SSBN, uno de los últimos Yankee I que le quedaba a la flota soviética del Pacífico fue hundido cuando se dirigía a su zona de patrulla en las cercanías de la costa de Alaska, cuando navegaba a unas 350 millas al sur de la isla de Atka. En Okhotsk y en la costa oriental de Kamchatka no se produjeron nuevos encuentros.
"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
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