What if? La Victoria del Eje
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OFENSIVAS DE INVIERNO III
Marte
En un intento de liberar nuevamente Moscú, las agotadas fuerzas soviéticas lanzaron una nueva ofensiva sobre el Grupo de Ejércitos Centro. En el frente, las fuerzas alemanas bajo el mando del Mariscal Model ofrecieron una tenaz resistencia pese al bombardeo inicial de más de 9.000 cañones rusos y varios cientos de lanzacohetes, cuyos proyectiles causarían pocos efectos por estar la principal línea alemana a 20km del frente, más allá del alcance de cualquiera de estas armas. Tras cesar el bombardeo, las fuerzas alemanas se lanzaron a la batalla avanzando sobre las que identificaron como las principales direcciones de la penetración soviética, logrando derrotar todos los intentos rusos de romper sus líneas. En los cielos mientras tanto, los cazas alemanes se estaban imponiendo a los rusos en duros combates en los que la ayuda de los radares de tierra, les dirigían al encuentro de los bombarderos enemigos o planteaban los combates contra sus cazas en superioridad. Así lentamente el desgaste fue haciendo mella en la VVS.
Tras la primera ofensiva, los soviéticos lanzarían un segundo ataque que logro tímidos avances superando las primeras líneas alemanas, sin embargo no pudieron profundizar pues las bajas producidas eran tantas que, ante la imposibilidad de cavar trincheras en el suelo helado, se formaron verdaderos parapetos de muertos como protección. Los carros soviéticos encontraron una no menor resistencia, perdiéndose muchos de ellos ante el fuego de los anticarros y los panzerfaust alemanes, mientras los panzer alemanes en esta ocasión se negaban a aparecer, reservando su fuerza para el contragolpe final. En cambio la artillería alemana, incluyendo varias piezas Bruno de 280mm, participaría de forma destacada realizando acciones de contrabatería y atacando a las vanguardias rusas. Más a retaguardia los ingenieros rusos habían tendido varios puentes sobre el Volga, sin embargo cada día los bombarderos alemanes acudían a bombardearlos para destruir la capacidad rusa de aportar nuevos suministros y refuerzos al frente.
Pronto las bajas entre los bombarderos alemanes fueron demasiado elevadas incluso teniendo en cuenta los éxitos obtenidos en sus ataques y el elevado número de bajas causado a los rusos durante los bombarderos. Por lo que a finales de febrero los bombarderos dejaron de realizar ataques masivos y en su lugar empezaron a realizar ataques de precisión mediante el empleo de misiles radioguiados que lograron un gran número de éxitos a un precio muy escaso. Mientras, el resto de bombarderos y cazabombarderos pudo dedicarse a atacar a las fuerzas soviéticas, y muy especialmente a su artillería, que sufriría graves bajas durante los meses siguientes.
La artillería ferroviaria, y osbre todo la familia de cañones Bruno/Leopold, fue altamente apreciada en todos los frentes que intervino.
Durante tres meses, los ataques soviéticos se sucederían en fútiles intentos de romper las líneas alemanas, cada una de las veces serían respondidos por los alemanes que con tan solo 600.000 hombres a los que poco después se les unieron 90.000 ucranianos de las divisiones 1, 2, y 4, que hasta entonces habían realizado acciones antiguerrilleras, realizaron una eficaz defensa que derroto todos y cada uno de los intentos rusos por avanzar, pese a que combatían en una acuciante inferioridad numérica frente a los casi 2.000.000 de hombres congregados en este frente. Lentamente, el desgaste provocado en las fuerzas rusas en sus choques con las defensas alemanas, obligaría a aminorar el ritmo de operaciones. En una larga serie de combates, que serían denominados como la picadora de carne de Nóvgorod, más de 450.000 soldados soviéticos caerían muertos, heridos, o prisioneros, mientras los alemanes sufrían en torno a 40.000 bajas. Además las bajas soviéticas en carros supero ampliamente el millar, mientras las alemanas apenas llegaron a la centena, por lo que finalmente el general soviético Ivan Konev se vio obligado a finalizar la fracasada ofensiva tras un tímido avance de 80km.
Moscú continuaba cercado.
Marte
En un intento de liberar nuevamente Moscú, las agotadas fuerzas soviéticas lanzaron una nueva ofensiva sobre el Grupo de Ejércitos Centro. En el frente, las fuerzas alemanas bajo el mando del Mariscal Model ofrecieron una tenaz resistencia pese al bombardeo inicial de más de 9.000 cañones rusos y varios cientos de lanzacohetes, cuyos proyectiles causarían pocos efectos por estar la principal línea alemana a 20km del frente, más allá del alcance de cualquiera de estas armas. Tras cesar el bombardeo, las fuerzas alemanas se lanzaron a la batalla avanzando sobre las que identificaron como las principales direcciones de la penetración soviética, logrando derrotar todos los intentos rusos de romper sus líneas. En los cielos mientras tanto, los cazas alemanes se estaban imponiendo a los rusos en duros combates en los que la ayuda de los radares de tierra, les dirigían al encuentro de los bombarderos enemigos o planteaban los combates contra sus cazas en superioridad. Así lentamente el desgaste fue haciendo mella en la VVS.
Tras la primera ofensiva, los soviéticos lanzarían un segundo ataque que logro tímidos avances superando las primeras líneas alemanas, sin embargo no pudieron profundizar pues las bajas producidas eran tantas que, ante la imposibilidad de cavar trincheras en el suelo helado, se formaron verdaderos parapetos de muertos como protección. Los carros soviéticos encontraron una no menor resistencia, perdiéndose muchos de ellos ante el fuego de los anticarros y los panzerfaust alemanes, mientras los panzer alemanes en esta ocasión se negaban a aparecer, reservando su fuerza para el contragolpe final. En cambio la artillería alemana, incluyendo varias piezas Bruno de 280mm, participaría de forma destacada realizando acciones de contrabatería y atacando a las vanguardias rusas. Más a retaguardia los ingenieros rusos habían tendido varios puentes sobre el Volga, sin embargo cada día los bombarderos alemanes acudían a bombardearlos para destruir la capacidad rusa de aportar nuevos suministros y refuerzos al frente.
Pronto las bajas entre los bombarderos alemanes fueron demasiado elevadas incluso teniendo en cuenta los éxitos obtenidos en sus ataques y el elevado número de bajas causado a los rusos durante los bombarderos. Por lo que a finales de febrero los bombarderos dejaron de realizar ataques masivos y en su lugar empezaron a realizar ataques de precisión mediante el empleo de misiles radioguiados que lograron un gran número de éxitos a un precio muy escaso. Mientras, el resto de bombarderos y cazabombarderos pudo dedicarse a atacar a las fuerzas soviéticas, y muy especialmente a su artillería, que sufriría graves bajas durante los meses siguientes.
La artillería ferroviaria, y osbre todo la familia de cañones Bruno/Leopold, fue altamente apreciada en todos los frentes que intervino.
Durante tres meses, los ataques soviéticos se sucederían en fútiles intentos de romper las líneas alemanas, cada una de las veces serían respondidos por los alemanes que con tan solo 600.000 hombres a los que poco después se les unieron 90.000 ucranianos de las divisiones 1, 2, y 4, que hasta entonces habían realizado acciones antiguerrilleras, realizaron una eficaz defensa que derroto todos y cada uno de los intentos rusos por avanzar, pese a que combatían en una acuciante inferioridad numérica frente a los casi 2.000.000 de hombres congregados en este frente. Lentamente, el desgaste provocado en las fuerzas rusas en sus choques con las defensas alemanas, obligaría a aminorar el ritmo de operaciones. En una larga serie de combates, que serían denominados como la picadora de carne de Nóvgorod, más de 450.000 soldados soviéticos caerían muertos, heridos, o prisioneros, mientras los alemanes sufrían en torno a 40.000 bajas. Además las bajas soviéticas en carros supero ampliamente el millar, mientras las alemanas apenas llegaron a la centena, por lo que finalmente el general soviético Ivan Konev se vio obligado a finalizar la fracasada ofensiva tras un tímido avance de 80km.
Moscú continuaba cercado.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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OFENSIVAS DE INVIERNO IV
Saturno
El 7 de febrero, solo dos semanas después de iniciada la operación Marte, llegaría su turno al grupo de ejércitos norte del mariscal Von Kuchler, contra el que se lanzarían 1.500.000 hombres al mando de Timoshenko, que contaría además con el apoyo de 3.700 carros y 1.500 aviones. Sin embargo en este lugar los alemanes habían dispuesto de 2 largos años para consolidar sus defensas, que estaban constituidas por hasta 6 líneas de defensa situadas una tras otra con una profundidad de hasta 150km. Campos de minas, alambradas, zanjas y obstáculos antitanque se sucedían sin tregua a lo largo de cientos de kilómetros, protegidos por nidos de ametralladoras, y bunkers de hormigón o blindados, torres de carros enterradas panzerstellung y toda medida defensiva que los alemanes habían podido adoptar durante los largos meses en los que este frente había permanecido inmóvil.
Los propios rusos tenían una idea bastante aproximada de la capacidad de las defensas alemanas gracias a los miles de trabajadores forzados que habían huido de su construcción. Pero la situación de Leningrado, que llevaba 2 años sitiada y sometida ahora a los continuos bombardeos de la artillería pesada alemana, era angustiante. Esto sumado al elevado valor simbólico de la antigua capital del Imperio Ruso, que ahora llevaba el nombre de Lenin, obligaba a su liberación por el duro golpe que su pérdida supondría a las fuerzas soviéticas. Las posibilidades del ataque sin embargo dependían fuertemente de que las ofensivas sobre el resto del frente hubiesen logrado retraer a suficientes fuerzas alemanas como para debilitar este frente.
Nuevamente, los radares alemanes decantaron la batalla aérea rápidamente a favor de la Luftwaffe, mientras los Ju-87G, que ahora habían sido trasladados a este frente actuaban una y otra vez sobre las columnas de carros rusas. En tierra mientras tanto, pese a la brutal preparación artillera realizada por más de 15.000 piezas de artillería durante doce horas, las fuerzas alemanas escaparon bastante bien libradas gracias a la profundidad y blindaje de sus defensas, por lo que recibieron con el fuego de sus cañones y ametralladoras a los asaltantes. Al norte de Ambrosovo, el avance del 2º ejército de tanques sufrió un serio revés al chocar con un sistema de torres panzerstellung equipado con 4 VK3001, 6 T34/76, y varios panzer I y II que les servían de apoyo como armas anti-infantería, además de contar con el refuerzo de varias posiciones de defensa con morteros y ametralladoras tipo Baufom, que destruyeron 43 carros en unas pocas horas. Posteriores intentos de inutilizar esas posiciones por medio de zapadores fracasarían ante el sistema secundario de torretas y las posiciones de infantería, que causarían a su vez serias bajas entre los atacantes. Mientras a pocos quilómetros de distancia los avances soviéticos habían quedado frenados en los bosques de la zona, donde los defensores alemanes lograrían destruir varios carros y vehículos gracias a sus panzerfaust.
Las nuevas armas alemanas como el Sturmgewehr 44, conferían al infante alemán un amplio repertorio táctico que le aportaba una gran ventaja.
Con toda la ofensiva soviética pendiente de la ruptura por dicho punto, serían necesarios nuevos bombardeos, tanto de artillería, que empleo más de 3.000 piezas durante horas, como de la aviación, así como otros 3 asaltos de blindados e infantería, antes de destruir todas las torres defensivas. Empero las bajas sufridas por los alemanes habían sido muy comedidas, y pronto se empeñaron en la defensa de la segunda de las líneas defensivas, ante la cual los soviéticos sufrieron una nueva derrota al día siguiente. Mientras tanto, desde Leningrado acudían ya nuevas unidades en apoyo de las fuerzas alemanas, las divisiones españolas y bálticas fueron retiradas del cerco de Leningrado y de su labor anti-partisana respectivamente, y situadas en la tercera línea de defensa donde se prepararon por si os soviéticos lograban sobrepasar la segunda. Precisamente en esta línea estaban situados el sistema de radar y un gran número de antiaéreos de 20 y 88mm, que conformaban la espina dorsal de las defensas AA de este frente, por lo que su mantenimiento era prioritario.
La ruptura de esta segunda línea tendría lugar el 6 de marzo, cuando Kuchler decidió que empeñarse en seguir con la defensa solo aumentaría inútilmente sus bajas, por lo que sus fuerzas se retiraron ordenadamente hasta la tercera línea de defensa, en la que las fuerzas soviéticas, que cada vez mostraban más indicios de agotamiento, sufrieron su tercera derrota. Nuevamente se vieron obligados a reorganizarse antes de pasar nuevamente a la ofensiva el 30 de marzo, librándose fuertes combates en torno a Ezhezerskiy Pogost, en los que las fuerzas blindadas soviéticas chocaron con los cañones de 88mm alemanes, que en coordinación con el resto de antitanques causaron graves bajas destruyendo más de 230 carros durante los tres primeros días. Finalmente y cuando el ataque ruso parecía estar agotándose, el 4º panzergruppe paso por fin a la ofensiva, contraatacando duramente sobre los extenuados rusos, que no lograron resistir el embate cediendo esa misma noche.
Los mejores carros rusos como los T-34, serían presas faciles de los panzerfaust.
En vanguardia del ataque, 46 panzer VI Tigre y 91 panzer V panther arrollaron a los T-34 y KV soviéticos, que sufrieron fuertes pérdidas perdiendo 41 carros sea primera noche de combate. Pronto las fuerzas rusas fueron arrolladas por los alemanes que capturaron una gran cantidad de prisioneros durante su avance. En el veloz contraataque que siguió, las fuerzas alemanas lograron recuperar todo el territorio perdido desde febrero logrando cercar a 245.000 hombres que, atacados por las divisiones españolas, bálticas, y el XXVI Cuerpo de Ejército, acabarían capitulando el 18 de abril. La derrota soviética era total, habiendo perdido 1.700 carros, 9.000 cañones, 980 aviones, y más de 650.000 hombres entre muertos, heridos, y prisioneros. Por el contrario las bajas alemanas apenas superaban las 150.000, 330 carros, y 420 aviones.
Saturno
El 7 de febrero, solo dos semanas después de iniciada la operación Marte, llegaría su turno al grupo de ejércitos norte del mariscal Von Kuchler, contra el que se lanzarían 1.500.000 hombres al mando de Timoshenko, que contaría además con el apoyo de 3.700 carros y 1.500 aviones. Sin embargo en este lugar los alemanes habían dispuesto de 2 largos años para consolidar sus defensas, que estaban constituidas por hasta 6 líneas de defensa situadas una tras otra con una profundidad de hasta 150km. Campos de minas, alambradas, zanjas y obstáculos antitanque se sucedían sin tregua a lo largo de cientos de kilómetros, protegidos por nidos de ametralladoras, y bunkers de hormigón o blindados, torres de carros enterradas panzerstellung y toda medida defensiva que los alemanes habían podido adoptar durante los largos meses en los que este frente había permanecido inmóvil.
Los propios rusos tenían una idea bastante aproximada de la capacidad de las defensas alemanas gracias a los miles de trabajadores forzados que habían huido de su construcción. Pero la situación de Leningrado, que llevaba 2 años sitiada y sometida ahora a los continuos bombardeos de la artillería pesada alemana, era angustiante. Esto sumado al elevado valor simbólico de la antigua capital del Imperio Ruso, que ahora llevaba el nombre de Lenin, obligaba a su liberación por el duro golpe que su pérdida supondría a las fuerzas soviéticas. Las posibilidades del ataque sin embargo dependían fuertemente de que las ofensivas sobre el resto del frente hubiesen logrado retraer a suficientes fuerzas alemanas como para debilitar este frente.
Nuevamente, los radares alemanes decantaron la batalla aérea rápidamente a favor de la Luftwaffe, mientras los Ju-87G, que ahora habían sido trasladados a este frente actuaban una y otra vez sobre las columnas de carros rusas. En tierra mientras tanto, pese a la brutal preparación artillera realizada por más de 15.000 piezas de artillería durante doce horas, las fuerzas alemanas escaparon bastante bien libradas gracias a la profundidad y blindaje de sus defensas, por lo que recibieron con el fuego de sus cañones y ametralladoras a los asaltantes. Al norte de Ambrosovo, el avance del 2º ejército de tanques sufrió un serio revés al chocar con un sistema de torres panzerstellung equipado con 4 VK3001, 6 T34/76, y varios panzer I y II que les servían de apoyo como armas anti-infantería, además de contar con el refuerzo de varias posiciones de defensa con morteros y ametralladoras tipo Baufom, que destruyeron 43 carros en unas pocas horas. Posteriores intentos de inutilizar esas posiciones por medio de zapadores fracasarían ante el sistema secundario de torretas y las posiciones de infantería, que causarían a su vez serias bajas entre los atacantes. Mientras a pocos quilómetros de distancia los avances soviéticos habían quedado frenados en los bosques de la zona, donde los defensores alemanes lograrían destruir varios carros y vehículos gracias a sus panzerfaust.
Las nuevas armas alemanas como el Sturmgewehr 44, conferían al infante alemán un amplio repertorio táctico que le aportaba una gran ventaja.
Con toda la ofensiva soviética pendiente de la ruptura por dicho punto, serían necesarios nuevos bombardeos, tanto de artillería, que empleo más de 3.000 piezas durante horas, como de la aviación, así como otros 3 asaltos de blindados e infantería, antes de destruir todas las torres defensivas. Empero las bajas sufridas por los alemanes habían sido muy comedidas, y pronto se empeñaron en la defensa de la segunda de las líneas defensivas, ante la cual los soviéticos sufrieron una nueva derrota al día siguiente. Mientras tanto, desde Leningrado acudían ya nuevas unidades en apoyo de las fuerzas alemanas, las divisiones españolas y bálticas fueron retiradas del cerco de Leningrado y de su labor anti-partisana respectivamente, y situadas en la tercera línea de defensa donde se prepararon por si os soviéticos lograban sobrepasar la segunda. Precisamente en esta línea estaban situados el sistema de radar y un gran número de antiaéreos de 20 y 88mm, que conformaban la espina dorsal de las defensas AA de este frente, por lo que su mantenimiento era prioritario.
La ruptura de esta segunda línea tendría lugar el 6 de marzo, cuando Kuchler decidió que empeñarse en seguir con la defensa solo aumentaría inútilmente sus bajas, por lo que sus fuerzas se retiraron ordenadamente hasta la tercera línea de defensa, en la que las fuerzas soviéticas, que cada vez mostraban más indicios de agotamiento, sufrieron su tercera derrota. Nuevamente se vieron obligados a reorganizarse antes de pasar nuevamente a la ofensiva el 30 de marzo, librándose fuertes combates en torno a Ezhezerskiy Pogost, en los que las fuerzas blindadas soviéticas chocaron con los cañones de 88mm alemanes, que en coordinación con el resto de antitanques causaron graves bajas destruyendo más de 230 carros durante los tres primeros días. Finalmente y cuando el ataque ruso parecía estar agotándose, el 4º panzergruppe paso por fin a la ofensiva, contraatacando duramente sobre los extenuados rusos, que no lograron resistir el embate cediendo esa misma noche.
Los mejores carros rusos como los T-34, serían presas faciles de los panzerfaust.
En vanguardia del ataque, 46 panzer VI Tigre y 91 panzer V panther arrollaron a los T-34 y KV soviéticos, que sufrieron fuertes pérdidas perdiendo 41 carros sea primera noche de combate. Pronto las fuerzas rusas fueron arrolladas por los alemanes que capturaron una gran cantidad de prisioneros durante su avance. En el veloz contraataque que siguió, las fuerzas alemanas lograron recuperar todo el territorio perdido desde febrero logrando cercar a 245.000 hombres que, atacados por las divisiones españolas, bálticas, y el XXVI Cuerpo de Ejército, acabarían capitulando el 18 de abril. La derrota soviética era total, habiendo perdido 1.700 carros, 9.000 cañones, 980 aviones, y más de 650.000 hombres entre muertos, heridos, y prisioneros. Por el contrario las bajas alemanas apenas superaban las 150.000, 330 carros, y 420 aviones.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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ISLANDIA VI
Los meses de diciembre a febrero trajeron una paralización de las operaciones motivada por las extremas condiciones climáticas, esperando ambos contendientes a la mejora de las condiciones ocurrida a partir de marzo. La situación para entonces se estaba decantando claramente hacia el lado aliado, pues el número de divisiones en la isla ascendía a 8, habiendo sido retiradas las dos más desgastadas. Mientras los alemanes solo mantenían dos divisiones disminuidas y un gran número de fuerzas de apoyo navales y de la Luftwaffe en las que el cansancio empezaba a hacerse patente.
Los ataques aliados empezaron de nuevo el 3 de marzo tanto en el norte, donde los norteamericanos se encontraron una dura resistencia ofrecida por la 169 división, que defendía Akureyri, como en el sur donde británicos y canadiense lograrían avanzar tras duros aunque dispersos combates con fuerzas de retardo de la SS Nord, tomando Selfoss el 28 de dicho mes. Sin embargo nuevos intentos británicos serían inútiles, pues ahora con el flaco derecho cubierto por la artillería de costa, los alemanes podían defender sus posiciones sin temor a la artillería de acorazados y cruceros. Con la base islandesa anulada, los aliados pronto empezaron a planificar la apertura de una nueva ruta de suministros a la URSS. El primero de estos convoyes, el PQ 1 partiría el 2 de abril, formado por 21 mercantes, escoltados por 6 destructores, y 9 fragatas antisubmarinas, y con una escolta lejana formada por dos acorazados, un portaaviones y varios cruceros y destructores. Este primer afortunado convoy lograría pasar con la única pérdida de 3 mercantes torpedeados por submarinos, pues los alemanes aun no habían preparado para hacer frente a esta amenaza.
Mientras tanto los norteamericanos continuaban tratando de tomar Akureyri, sufriendo graves bajas en el proceso, sin embargo la resistencia alemana por fin estaba flaqueando y en muchos lugares dependía de tropas de tierra de la Luftwaffe y la Kriegsmarine muy inferiores a las fuerzas del Heer. No sería hasta el 17 de abril cuando las divisiones 37ª y 40ª que atacaban en el Odathahraun, lograrían romper las líneas alemanas en el cruce de caminos de Sprengisandur, en el centro de la isla. Rápidamente las fuerzas aliadas afluyeron a la brecha avanzando hacia el noroeste amenazando con dividir a las fuerzas alemanas en dos. En su cuartel general Dietl comprendió que la derrota estaba próxima, sus medidas e intentos de reforzar dicho punto habían sido finalmente superados por la potencia de fuego estadounidense, pese a las graves bajas infligidas por sus defensores, y ahora tan solo era cuestión de tiempo.
En los días siguientes las fuerzas alemanas se retirarían a las zonas de Reikiavik y Akureiry, donde quedarían cercados 37.000, y 21.000 hombres respectivamente. A excepción de estas posiciones, a primeros de junio toda la isla permanecía en poder aliado, que mantenía 4 divisiones rodeando cada uno de los puestos alemanes sin embargo la difícil orografía, y la imposibilidad de emplear a sus buques para proporcionar fuego de apoyo por la presencia de la artillería de costa dificultaban sobremanera las operaciones ofensivas.
A finales del mes de junio las fuerzas aliadas concentraron 5 divisiones sobre la zona de Reikiavik, que fue atacada con fuerza tras ser sometida a duros bombarderos aéreos e incluso navales, lo que ocasiono la perdida de numerosos bombarderos y daños en los acorazados KGV y Resolution. Finalmente tras 21 días de lucha las fuerzas alemanas capitularon. Ahora tan solo quedaba en poder alemán la montañosa zona del norte del país.
Los meses de diciembre a febrero trajeron una paralización de las operaciones motivada por las extremas condiciones climáticas, esperando ambos contendientes a la mejora de las condiciones ocurrida a partir de marzo. La situación para entonces se estaba decantando claramente hacia el lado aliado, pues el número de divisiones en la isla ascendía a 8, habiendo sido retiradas las dos más desgastadas. Mientras los alemanes solo mantenían dos divisiones disminuidas y un gran número de fuerzas de apoyo navales y de la Luftwaffe en las que el cansancio empezaba a hacerse patente.
Los ataques aliados empezaron de nuevo el 3 de marzo tanto en el norte, donde los norteamericanos se encontraron una dura resistencia ofrecida por la 169 división, que defendía Akureyri, como en el sur donde británicos y canadiense lograrían avanzar tras duros aunque dispersos combates con fuerzas de retardo de la SS Nord, tomando Selfoss el 28 de dicho mes. Sin embargo nuevos intentos británicos serían inútiles, pues ahora con el flaco derecho cubierto por la artillería de costa, los alemanes podían defender sus posiciones sin temor a la artillería de acorazados y cruceros. Con la base islandesa anulada, los aliados pronto empezaron a planificar la apertura de una nueva ruta de suministros a la URSS. El primero de estos convoyes, el PQ 1 partiría el 2 de abril, formado por 21 mercantes, escoltados por 6 destructores, y 9 fragatas antisubmarinas, y con una escolta lejana formada por dos acorazados, un portaaviones y varios cruceros y destructores. Este primer afortunado convoy lograría pasar con la única pérdida de 3 mercantes torpedeados por submarinos, pues los alemanes aun no habían preparado para hacer frente a esta amenaza.
Mientras tanto los norteamericanos continuaban tratando de tomar Akureyri, sufriendo graves bajas en el proceso, sin embargo la resistencia alemana por fin estaba flaqueando y en muchos lugares dependía de tropas de tierra de la Luftwaffe y la Kriegsmarine muy inferiores a las fuerzas del Heer. No sería hasta el 17 de abril cuando las divisiones 37ª y 40ª que atacaban en el Odathahraun, lograrían romper las líneas alemanas en el cruce de caminos de Sprengisandur, en el centro de la isla. Rápidamente las fuerzas aliadas afluyeron a la brecha avanzando hacia el noroeste amenazando con dividir a las fuerzas alemanas en dos. En su cuartel general Dietl comprendió que la derrota estaba próxima, sus medidas e intentos de reforzar dicho punto habían sido finalmente superados por la potencia de fuego estadounidense, pese a las graves bajas infligidas por sus defensores, y ahora tan solo era cuestión de tiempo.
En los días siguientes las fuerzas alemanas se retirarían a las zonas de Reikiavik y Akureiry, donde quedarían cercados 37.000, y 21.000 hombres respectivamente. A excepción de estas posiciones, a primeros de junio toda la isla permanecía en poder aliado, que mantenía 4 divisiones rodeando cada uno de los puestos alemanes sin embargo la difícil orografía, y la imposibilidad de emplear a sus buques para proporcionar fuego de apoyo por la presencia de la artillería de costa dificultaban sobremanera las operaciones ofensivas.
A finales del mes de junio las fuerzas aliadas concentraron 5 divisiones sobre la zona de Reikiavik, que fue atacada con fuerza tras ser sometida a duros bombarderos aéreos e incluso navales, lo que ocasiono la perdida de numerosos bombarderos y daños en los acorazados KGV y Resolution. Finalmente tras 21 días de lucha las fuerzas alemanas capitularon. Ahora tan solo quedaba en poder alemán la montañosa zona del norte del país.
Última edición por Gaspacher el 24 May 2011, 22:41, editado 1 vez en total.
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AFRICA ORIENTAL ITALIANA
Rommel a la defensiva
Las recientes ofensivas norteamericanas habían obligado a Rommel a reforzar el frente en los alrededores de Addis Abeba con las divisiones panzer Goering y la 29ª de panzergranaderos, permitiendo que el desgastado Kampfgruppe Abissinia se trasladase más al oeste para proteger la zona de la frontera con Sudán mientras se recuperaba. Esta reducción de sus fuerzas tan solo sería mitigada con la llegada de nuevos refuerzos para la 15ª panzer, incluyendo varias decenas de panther, y 5 nuevos batallones independientes, los batallones de carros pesados 503, y 505, equipados con 45 carros Tigre cada uno, y los batallones de cazacarros 560, equipado con 34 Nashorn, y Stug Abt 667, y 912, con 42 Stug IV cada uno. Precisamente estos dos últimos batallones serían enviados inmediatamente a apoyar a los cuerpos de ejército italianos XX, y XIII, reforzando el frente entre el DIAK y el cuerpo de ejército formado por las divisiones Goering y la 29ª de panzergranaderos. Sus fuerzas blindadas habían aumentado, pero los envíos de carros italianos modernos eran escasos e impedían a sus fuerzas el recuperarse de las pérdidas de los meses anteriores, por lo que su utilidad sería muy limitada. Convencido que las defensas en las montañas etíopes eran suficientes para resistir los ataques norteamericanos, sobre todo una vez reforzadas las unidades italianas por los cazacarros germanos, tan solo el frente en la zona de Djibuti presentaba interrogantes, aunque esperaba que la ventaja cualitativa otorgada por sus nuevos panzer V y VI fuese suficiente.
El general Alexander mientras tanto había recuperado fácilmente todo su potencial, y tenía a sus dos mejores generales impacientes por pasar a la ofensiva. En Somalia Montgomery y sus renacidas fuerzas, concentraban 3 cuerpos de ejército con 380.000 hombres y más de 1.000 carros de combate. Patton por su parte mantenía fuerzas similares en la zona del centro de Etiopia, donde sus fuerzas también habían recuperado su fuerza inicial. Tras ellos la USAAF y la RAF alineaban más de 1.800 aviones frente a los poco más de 900 aviones enemigos, de los que tan solo unos 400 podían considerarse al nivel de los propios. Además todos sus M3 Lee habían sido por fin sustituidos por los más capaces M4 Sherman, incluyendo varios con cañón de 76mm, y contaba con un buen número de cazacarros Wolverine y Hellcat.
Obligados a pasar a la ofensiva, los aliados iniciaron los ataques el 14 de marzo con un bombardeo masivo por parte de 300 B-17, y B-25 que atacaron las líneas germanas, logrando destruir 14 carros al bombardear la zona de despliegue de la 15ª división panzer. Tras ellos llegarían los asaltos por tierra, en los que se emplearían profusamente fuerzas acorazadas e infantería. En las montañas del centro de Etiopia, los italianos resistieron en las montañas, tras los campos de minas y alambradas que jalonaban su ascensión. Mientras las fuerzas alemanas contraatacaban duramente en los puntos de mayor peligro, logrando ventaja gracias a sus ametralladoras Mg-42 y sus fusiles de asalto SG-44. Ante la imposibilidad de avanzar sobre Addis Abeba, la 78 división de infantería intentaría trataría de bordear las defensas italianas por Bedesa, pero sería detenida por fuerzas del XXIII cuerpo de ejército que rechazaron el ataque con la ayuda de los StuG IV alemanes, que lograrían destruir 11 Sherman.
En el norte el bombardeo de las posiciones alemanas había causado más de 400 bajas dejando destruidos o inutilizados 38 panzer, incluyendo 3 Tigres, sin embargo las fuerzas alemanas se recuperaron rápidamente y se prepararon para detener el golpe que se avecinaba. Pronto el 3er regimiento blindado inglés, que avanzaba en vanguardia, se adentro demasiado en las posiciones alemanas separándose del resto de sus fuerzas, sin embargo al alcanzar Hargueisa, ya habían perdido 16 carros ante la férrea defensa de la infantería alemana. Tras recomponer sus líneas brevemente los Sherman británicos pasaron al asalto, sin embargo los defensores alemanes estaban bien protegidos y camuflados entre la vegetación de los alrededores de la ciudad, por lo que no tardarían en diezmar a los atacantes con sus pak 40 de 75mm, que hallaron esplendidos blancos entre los Sherman que avanzaban al descubierto y sin una infantería que hacía ya mucho había quedado rezagada. Para empeorar las cosas un contraataque de los panther de la 15ª división los golpearía por el flanco obligando a los escasos supervivientes a retroceder a gran velocidad.
Tras reunirse con el resto de fuerzas británicas, que por fin los estaban alcanzando, los Sherman tratarían de flanquear esta posición dirigiéndose hacia Sheik Moldhe, al suroeste. Sin embargo allí encontrarían más anticarros alemanes que aniquilaron a las dos compañías de vanguardia minutos antes de que los panther de la 15ª división contraatacasen, derrotando a los blindados británicos. El siguiente intento tendría lugar más al sur, en Bender Aman, pero su avance fue fácilmente localizado por una batería Flak de 88mm que disparando desde el flanco barrio a los carros ingleses. Mucho más al norte y a lo largo de toda la mañana, las fuerzas canadienses se habían estado estrellando contra las defensas alemanas tendidas en las cercanías de la pequeña villa costera de Bulaxaar, donde los contraataques del 503 batallón panzer pesado con sus carros Tigre, y con la intervención de los Nashorn, que destruyeron decenas de carros a gran distancia, los ataques serían detenidos.
En los cielos mientras tanto los 500 cazas Fw-109A7 y 8 alemanes llevaban toda la mañana enfrentándose a los cazas P-51D, y P-47 aliados con bastante fortuna, pues los cazas alemanes se concentraron en formar sucesivas patrullas de combate sobre la zona, mientras los cazas aliados se vieron obligados una y otra vez a volar escoltando a los pesados bombarderos. Gracias a ello la Luftwaffe lograría preservar sus fuerzas lo suficiente para proteger a las fuerzas que combatían en tierra, donde a la postre al finalizar el día se habría decidido la batalla. al día siguiente y con un frente enmudecidod, los cazas acudirían al sur donde las fuerzas italianas y alemanas, escasamente apoyadas por aviones italianos, aguantaban como podían el embate norteamericano.
Al finalizar el día los británicos tan solo habían logrado avanzar entre 3 y 9 millas de media, pero habían pagado un alto precio al perder 6.000 hombres y 530 carros, principalmente Sherman. Los defensores en cambio habían perdido menos de 2.000 hombres y 71 carros de combate, la mitad de ellos en el bombardeo inicial. La derrota de los británicos afectaría a su vez los ataques norteamericanos, que tras seis días de duros combates en los que estaban llevando al límite a las fuerzas italo-alemanas, verían aparecer al 505 SpzAbt trasladado desde la costa tras la derrota británica. En el interior de Abisinia los norteamericanos habían librado duras batallas en torno a Addis Abeba, donde sucesivos ataques de la infantería apoyada por carros serían rechazados. Sin embargo las fuerzas norteamericanas eran mucho más flexibles que las británicas, y empleando hábilmente la artillería, probaron repetidas veces de romper el frente en diversos puntos, y si bien fracasaron en sus ataques contra las defensas orientales de Addis Abeba, tendrían más fortuna en las occidentales.
El 23 de marzo las fuerzas de la 3ª división blindada habían sido rechazadas frente a Addis Alem, a unos 40km al oeste de la capital etíope, pero sus carros se rehicieron rápidamente, y llamando a la artillería en su apoyo pivotaron para flanquear a los defensores logrando romper el frente unos kilómetros más al oeste. Esa misma noche y pese a las perdidas que varios semovente situados en los bosques cercanos a Chilimo les infringieron, lograrían tomar Galesa, a unos 15km en el interior. Nuevos ataques al amanecer llevarían a sus fuerzas hasta Seriti pese a la resistencia italiana, que sin embargo empezó a diluirse tras esta nueva derrota. De esta forma el 26 de marzo los norteamericanos lograrían tomar Doketu, Haro, y Ela, amenazando las posiciones germanas en la propia Addis Alem, y llegando el día siguiente a Almawa y Robele. El contraataque alemán no se haría esperar, y reuniendo un grupo de combate con unidades de la panzer goering y la 29ª de panzergranaderos, Manteuffel contraataco el 28 de marzo sobre las fuerzas de la 1ª división blindada entre Robele y Bulbula, rechazando a los norteamericanos a las posiciones del día anterior tras infringirles fuertes bajas. Dos días después la batalla adquiriría nuevos tintes con la llegada de los Tigre del 505 SpzAbt, que atacaron las posiciones norteareicanas en Almawa expulsándolas de la localidad tras destruir 21 Sherman y 37 vehículos de diversos tipos con la única pérdida de 2 carros averiados. La aparición de estos Tigre y de varias unidades menores de refuerzo marcaría el fin de la ofensiva aliada, que languidecería poco después al estrellarse con estas fuerzas de refresco.
A principios de abril se hizo evidente que mientras los suministros alemanes siguiesen fluyendo por el Nilo y el Mar Rojo sería imposible acabar con las fuerzas del EJE en el AOI. Sin embargo ambos objetivos presentaban grandes peligros, pues habían sido reforzados abundantemente por artillería antiaérea y cazas, y el mar había sido ampliamente minado y contaba con numerosas unidades MAS y VAS que protegían sus accesos junto a las fuerzas de la RA. Era sin embargo necesario acabar con esas fuerzas, por lo que se planificarían dos operaciones. La primera consistiría en la destrucción de la presa de Asuan, para lo que deberían esperar la llegada de las nuevas bombas Tallboy a principios de julio. Mientras reunirían una importante fuerza de acorazados, y numerosos escoltas antiaéreos para forzar la entrada al mar Rojo y así acabar con el control italiano del Mar Rojo.
Rommel a la defensiva
Las recientes ofensivas norteamericanas habían obligado a Rommel a reforzar el frente en los alrededores de Addis Abeba con las divisiones panzer Goering y la 29ª de panzergranaderos, permitiendo que el desgastado Kampfgruppe Abissinia se trasladase más al oeste para proteger la zona de la frontera con Sudán mientras se recuperaba. Esta reducción de sus fuerzas tan solo sería mitigada con la llegada de nuevos refuerzos para la 15ª panzer, incluyendo varias decenas de panther, y 5 nuevos batallones independientes, los batallones de carros pesados 503, y 505, equipados con 45 carros Tigre cada uno, y los batallones de cazacarros 560, equipado con 34 Nashorn, y Stug Abt 667, y 912, con 42 Stug IV cada uno. Precisamente estos dos últimos batallones serían enviados inmediatamente a apoyar a los cuerpos de ejército italianos XX, y XIII, reforzando el frente entre el DIAK y el cuerpo de ejército formado por las divisiones Goering y la 29ª de panzergranaderos. Sus fuerzas blindadas habían aumentado, pero los envíos de carros italianos modernos eran escasos e impedían a sus fuerzas el recuperarse de las pérdidas de los meses anteriores, por lo que su utilidad sería muy limitada. Convencido que las defensas en las montañas etíopes eran suficientes para resistir los ataques norteamericanos, sobre todo una vez reforzadas las unidades italianas por los cazacarros germanos, tan solo el frente en la zona de Djibuti presentaba interrogantes, aunque esperaba que la ventaja cualitativa otorgada por sus nuevos panzer V y VI fuese suficiente.
El general Alexander mientras tanto había recuperado fácilmente todo su potencial, y tenía a sus dos mejores generales impacientes por pasar a la ofensiva. En Somalia Montgomery y sus renacidas fuerzas, concentraban 3 cuerpos de ejército con 380.000 hombres y más de 1.000 carros de combate. Patton por su parte mantenía fuerzas similares en la zona del centro de Etiopia, donde sus fuerzas también habían recuperado su fuerza inicial. Tras ellos la USAAF y la RAF alineaban más de 1.800 aviones frente a los poco más de 900 aviones enemigos, de los que tan solo unos 400 podían considerarse al nivel de los propios. Además todos sus M3 Lee habían sido por fin sustituidos por los más capaces M4 Sherman, incluyendo varios con cañón de 76mm, y contaba con un buen número de cazacarros Wolverine y Hellcat.
Obligados a pasar a la ofensiva, los aliados iniciaron los ataques el 14 de marzo con un bombardeo masivo por parte de 300 B-17, y B-25 que atacaron las líneas germanas, logrando destruir 14 carros al bombardear la zona de despliegue de la 15ª división panzer. Tras ellos llegarían los asaltos por tierra, en los que se emplearían profusamente fuerzas acorazadas e infantería. En las montañas del centro de Etiopia, los italianos resistieron en las montañas, tras los campos de minas y alambradas que jalonaban su ascensión. Mientras las fuerzas alemanas contraatacaban duramente en los puntos de mayor peligro, logrando ventaja gracias a sus ametralladoras Mg-42 y sus fusiles de asalto SG-44. Ante la imposibilidad de avanzar sobre Addis Abeba, la 78 división de infantería intentaría trataría de bordear las defensas italianas por Bedesa, pero sería detenida por fuerzas del XXIII cuerpo de ejército que rechazaron el ataque con la ayuda de los StuG IV alemanes, que lograrían destruir 11 Sherman.
En el norte el bombardeo de las posiciones alemanas había causado más de 400 bajas dejando destruidos o inutilizados 38 panzer, incluyendo 3 Tigres, sin embargo las fuerzas alemanas se recuperaron rápidamente y se prepararon para detener el golpe que se avecinaba. Pronto el 3er regimiento blindado inglés, que avanzaba en vanguardia, se adentro demasiado en las posiciones alemanas separándose del resto de sus fuerzas, sin embargo al alcanzar Hargueisa, ya habían perdido 16 carros ante la férrea defensa de la infantería alemana. Tras recomponer sus líneas brevemente los Sherman británicos pasaron al asalto, sin embargo los defensores alemanes estaban bien protegidos y camuflados entre la vegetación de los alrededores de la ciudad, por lo que no tardarían en diezmar a los atacantes con sus pak 40 de 75mm, que hallaron esplendidos blancos entre los Sherman que avanzaban al descubierto y sin una infantería que hacía ya mucho había quedado rezagada. Para empeorar las cosas un contraataque de los panther de la 15ª división los golpearía por el flanco obligando a los escasos supervivientes a retroceder a gran velocidad.
Tras reunirse con el resto de fuerzas británicas, que por fin los estaban alcanzando, los Sherman tratarían de flanquear esta posición dirigiéndose hacia Sheik Moldhe, al suroeste. Sin embargo allí encontrarían más anticarros alemanes que aniquilaron a las dos compañías de vanguardia minutos antes de que los panther de la 15ª división contraatacasen, derrotando a los blindados británicos. El siguiente intento tendría lugar más al sur, en Bender Aman, pero su avance fue fácilmente localizado por una batería Flak de 88mm que disparando desde el flanco barrio a los carros ingleses. Mucho más al norte y a lo largo de toda la mañana, las fuerzas canadienses se habían estado estrellando contra las defensas alemanas tendidas en las cercanías de la pequeña villa costera de Bulaxaar, donde los contraataques del 503 batallón panzer pesado con sus carros Tigre, y con la intervención de los Nashorn, que destruyeron decenas de carros a gran distancia, los ataques serían detenidos.
En los cielos mientras tanto los 500 cazas Fw-109A7 y 8 alemanes llevaban toda la mañana enfrentándose a los cazas P-51D, y P-47 aliados con bastante fortuna, pues los cazas alemanes se concentraron en formar sucesivas patrullas de combate sobre la zona, mientras los cazas aliados se vieron obligados una y otra vez a volar escoltando a los pesados bombarderos. Gracias a ello la Luftwaffe lograría preservar sus fuerzas lo suficiente para proteger a las fuerzas que combatían en tierra, donde a la postre al finalizar el día se habría decidido la batalla. al día siguiente y con un frente enmudecidod, los cazas acudirían al sur donde las fuerzas italianas y alemanas, escasamente apoyadas por aviones italianos, aguantaban como podían el embate norteamericano.
Al finalizar el día los británicos tan solo habían logrado avanzar entre 3 y 9 millas de media, pero habían pagado un alto precio al perder 6.000 hombres y 530 carros, principalmente Sherman. Los defensores en cambio habían perdido menos de 2.000 hombres y 71 carros de combate, la mitad de ellos en el bombardeo inicial. La derrota de los británicos afectaría a su vez los ataques norteamericanos, que tras seis días de duros combates en los que estaban llevando al límite a las fuerzas italo-alemanas, verían aparecer al 505 SpzAbt trasladado desde la costa tras la derrota británica. En el interior de Abisinia los norteamericanos habían librado duras batallas en torno a Addis Abeba, donde sucesivos ataques de la infantería apoyada por carros serían rechazados. Sin embargo las fuerzas norteamericanas eran mucho más flexibles que las británicas, y empleando hábilmente la artillería, probaron repetidas veces de romper el frente en diversos puntos, y si bien fracasaron en sus ataques contra las defensas orientales de Addis Abeba, tendrían más fortuna en las occidentales.
El 23 de marzo las fuerzas de la 3ª división blindada habían sido rechazadas frente a Addis Alem, a unos 40km al oeste de la capital etíope, pero sus carros se rehicieron rápidamente, y llamando a la artillería en su apoyo pivotaron para flanquear a los defensores logrando romper el frente unos kilómetros más al oeste. Esa misma noche y pese a las perdidas que varios semovente situados en los bosques cercanos a Chilimo les infringieron, lograrían tomar Galesa, a unos 15km en el interior. Nuevos ataques al amanecer llevarían a sus fuerzas hasta Seriti pese a la resistencia italiana, que sin embargo empezó a diluirse tras esta nueva derrota. De esta forma el 26 de marzo los norteamericanos lograrían tomar Doketu, Haro, y Ela, amenazando las posiciones germanas en la propia Addis Alem, y llegando el día siguiente a Almawa y Robele. El contraataque alemán no se haría esperar, y reuniendo un grupo de combate con unidades de la panzer goering y la 29ª de panzergranaderos, Manteuffel contraataco el 28 de marzo sobre las fuerzas de la 1ª división blindada entre Robele y Bulbula, rechazando a los norteamericanos a las posiciones del día anterior tras infringirles fuertes bajas. Dos días después la batalla adquiriría nuevos tintes con la llegada de los Tigre del 505 SpzAbt, que atacaron las posiciones norteareicanas en Almawa expulsándolas de la localidad tras destruir 21 Sherman y 37 vehículos de diversos tipos con la única pérdida de 2 carros averiados. La aparición de estos Tigre y de varias unidades menores de refuerzo marcaría el fin de la ofensiva aliada, que languidecería poco después al estrellarse con estas fuerzas de refresco.
A principios de abril se hizo evidente que mientras los suministros alemanes siguiesen fluyendo por el Nilo y el Mar Rojo sería imposible acabar con las fuerzas del EJE en el AOI. Sin embargo ambos objetivos presentaban grandes peligros, pues habían sido reforzados abundantemente por artillería antiaérea y cazas, y el mar había sido ampliamente minado y contaba con numerosas unidades MAS y VAS que protegían sus accesos junto a las fuerzas de la RA. Era sin embargo necesario acabar con esas fuerzas, por lo que se planificarían dos operaciones. La primera consistiría en la destrucción de la presa de Asuan, para lo que deberían esperar la llegada de las nuevas bombas Tallboy a principios de julio. Mientras reunirían una importante fuerza de acorazados, y numerosos escoltas antiaéreos para forzar la entrada al mar Rojo y así acabar con el control italiano del Mar Rojo.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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PERSIA
Kesselring bloquea los ataques.
Tras detener a las fuerzas desembarcadas en Band Jask, Kesselring había vuelto sus ojos hacia el este, donde las fuerzas británicas y norteamericanas continuaban atacando sus posiciones, aunque estas habían logrado contener los ataques con escasas pérdidas de terreno. Sin embargo la presión aérea empezaba a ser abrumadora, y pese a que las montañas ofrecían buena protección, sus movimientos empezaban a circunscribirse a la noche para aumentar la seguridad. Conocedor de sus escasas posibilidades de victoria, su única oportunidad era llevar a las fuerzas aliadas a una guerra de desgaste que agotase a sus fuerzas. Para ello y coincidiendo con el fin de las ofensivas rusas de invierno, a finales de marzo empezaría a recibir nuevas unidades de refuerzo.
Desde la 3ª Luftflotte, acudirían los grupos de bombardeo 54, y 55 y el de cazas JG 3, con 200 He-111, Ju-88, y 114 cazas Me-109G. Desde Alemania se prometió el envió de los batallones independientes SpzAbt 503 de carros pesados Tigre, y los de cazacarros 88, 93, y 617, equipados con Nashorn, sin embargo la dificultad de transportarlos a un teatro tan alejado retrasaría su entrada en servicio hasta verano. Además sus divisiones de infantería empezarían a ser equipadas con cazacarros Hetzer para sustituir a los anticuados Marder. Pero antes llegaría la 1ª división paracaidista, que se desplego inmediatamente en Jaki, sustituyendo a la agotada 321 división que paso a retaguardia a recuperarse de los duros combates. Además, a finales de febrero otras dos divisiones SS destacadas en Iraq, la Lettische y la Gotz V B, se desplazarían a los montes Zagros en el extremo occidental del país, formando así una segunda línea defensiva a la que poder retirarse en caso de derrota. Gracias a estas medidas a finales de marzo estaría dispuesto a desatar un contundente golpe sobre la cabeza de playa aliada, para lo que emprendió una dura campaña de bombardeos aéreos y artilleros que causaron graves bajas entre las fuerzas desembarcadas.
Sin embargo los aliados también habían estado reforzándose, sus desgastadas unidades estaban recuperando su potencial combativo, mientras las fuerzas aéreas aliadas, y especialmente la 5ª Fuerza aérea norteamericana, lanzaron una larga serie de bombardeos sobre las posiciones alemanas en la zona de Baluchistan, concentrándose en Jaki, la piedra angular de la defensa alemana en la zona costera. Allí las fuerzas paracaidistas se aferraron al terreno ocultándose en cuanto agujero encontraron, y esperaron a que la tormenta provocada por cientos de aviones y cañones que dispararon durante horas pasase. El 29 de marzo, cuando empezó la ofensiva terrestre, estos paracaidistas saldrían de sus refugios para abrir fuego de nuevo sobre los asombrados neozelandeses encargados de atacar esta posición. Durante 9 días la 2ª división neozelandesa se estrello contra unas defensas alemanas que anteriormente ya habían diezmado a 5 divisiones norteamericanas y una francesa, añadiendo otros 6 batallones a la lista de bajas.
Los panzershreck supusieron un nuevo impulso a la capacidad de los infantes germanos.
Fracasada la ofensiva neozelandesa llegaría su turno a los polacos del II Cuerpo de ejército, que pasarían a la ofensiva el 7 de mayo tras la consabida preparación artillera y aérea. Una vez más los ataques aliados se estrellaría en la decidida defensa alemana, cuyas ametralladoras y morteros se cobraron un alto tributo entre los atacantes. Cinco días después los sufridos polacos por fin lograrían tomar varias alturas de los alrededores de Jaki, sin embargo nuevos contraataques alemanes les desalojarían al día siguiente. La situación parecía que quedaría en tablas una vez más, sin embargo finalmente el frente alemán colapsaría en otro punto.
Mientras los combates se sucedían en los alrededores de Jaki, la presión de las fuerzas aliadas había continuado a lo largo de todo el frente pese a las bajas sufridas. En la costa las fuerzas blindadas habían lanzado 5 ataques, que las divisiones alemanas 169 y 199 lograrían rechazar con la ayuda de los carros del 5º panzergruppe. Más al norte, los cazadores de la 5ª división gebirsjager habían realizado una defensa memorable al sureste de Murtan, pero finalmente tras 6 meses de combates y sufriendo escasez de municiones, el frente colapsaría finalmente el 23 de mayo, adentrándose los norteamericanos 37km en las líneas alemanas. Nuevos ataques en días siguientes continuaron agrandando la brecha, por lo que finalmente las fuerzas alemanas recibirían ordenes de retroceder a una nueva línea de defensa preparada en Dasht-e Lut. En una hábil maniobra las fuerzas alemanas aprovecharían la noche para abandonar las posiciones que ocupaban retrocediendo a gran velocidad. Tres días después y mientras los aliados avanzaban cautelosos, las fuerzas alemanas que se habían reunido con las tropas que mantenían el cerco de Band Jask, abandonaron el cerco retirándose al estrecho de Ormuz. Allí se reunirían con las fuerzas de las SS, en una línea que discurría desde Minab, a Kerman y la frontera afgana.
Los aliados habían logrado avanzar entre 300 y 500km, ganando más de 160.000km², sin embargo el coste habían sido 110.000 bajas en las fronteras orientales y otras 60.000 en Band Jask, mientras las bajas alemanas habían sido de unos 70.000 hombres de los que 50.000 correspondían a Band Jask. Los campos petrolíferos persas, iraquíes, y del Cáucaso estaban más cerca, pero las fuerzas alemanas estaban recibiendo por fin nuevas fuerzas para resistir y tal vez pasar a al ofensiva.
Kesselring bloquea los ataques.
Tras detener a las fuerzas desembarcadas en Band Jask, Kesselring había vuelto sus ojos hacia el este, donde las fuerzas británicas y norteamericanas continuaban atacando sus posiciones, aunque estas habían logrado contener los ataques con escasas pérdidas de terreno. Sin embargo la presión aérea empezaba a ser abrumadora, y pese a que las montañas ofrecían buena protección, sus movimientos empezaban a circunscribirse a la noche para aumentar la seguridad. Conocedor de sus escasas posibilidades de victoria, su única oportunidad era llevar a las fuerzas aliadas a una guerra de desgaste que agotase a sus fuerzas. Para ello y coincidiendo con el fin de las ofensivas rusas de invierno, a finales de marzo empezaría a recibir nuevas unidades de refuerzo.
Desde la 3ª Luftflotte, acudirían los grupos de bombardeo 54, y 55 y el de cazas JG 3, con 200 He-111, Ju-88, y 114 cazas Me-109G. Desde Alemania se prometió el envió de los batallones independientes SpzAbt 503 de carros pesados Tigre, y los de cazacarros 88, 93, y 617, equipados con Nashorn, sin embargo la dificultad de transportarlos a un teatro tan alejado retrasaría su entrada en servicio hasta verano. Además sus divisiones de infantería empezarían a ser equipadas con cazacarros Hetzer para sustituir a los anticuados Marder. Pero antes llegaría la 1ª división paracaidista, que se desplego inmediatamente en Jaki, sustituyendo a la agotada 321 división que paso a retaguardia a recuperarse de los duros combates. Además, a finales de febrero otras dos divisiones SS destacadas en Iraq, la Lettische y la Gotz V B, se desplazarían a los montes Zagros en el extremo occidental del país, formando así una segunda línea defensiva a la que poder retirarse en caso de derrota. Gracias a estas medidas a finales de marzo estaría dispuesto a desatar un contundente golpe sobre la cabeza de playa aliada, para lo que emprendió una dura campaña de bombardeos aéreos y artilleros que causaron graves bajas entre las fuerzas desembarcadas.
Sin embargo los aliados también habían estado reforzándose, sus desgastadas unidades estaban recuperando su potencial combativo, mientras las fuerzas aéreas aliadas, y especialmente la 5ª Fuerza aérea norteamericana, lanzaron una larga serie de bombardeos sobre las posiciones alemanas en la zona de Baluchistan, concentrándose en Jaki, la piedra angular de la defensa alemana en la zona costera. Allí las fuerzas paracaidistas se aferraron al terreno ocultándose en cuanto agujero encontraron, y esperaron a que la tormenta provocada por cientos de aviones y cañones que dispararon durante horas pasase. El 29 de marzo, cuando empezó la ofensiva terrestre, estos paracaidistas saldrían de sus refugios para abrir fuego de nuevo sobre los asombrados neozelandeses encargados de atacar esta posición. Durante 9 días la 2ª división neozelandesa se estrello contra unas defensas alemanas que anteriormente ya habían diezmado a 5 divisiones norteamericanas y una francesa, añadiendo otros 6 batallones a la lista de bajas.
Los panzershreck supusieron un nuevo impulso a la capacidad de los infantes germanos.
Fracasada la ofensiva neozelandesa llegaría su turno a los polacos del II Cuerpo de ejército, que pasarían a la ofensiva el 7 de mayo tras la consabida preparación artillera y aérea. Una vez más los ataques aliados se estrellaría en la decidida defensa alemana, cuyas ametralladoras y morteros se cobraron un alto tributo entre los atacantes. Cinco días después los sufridos polacos por fin lograrían tomar varias alturas de los alrededores de Jaki, sin embargo nuevos contraataques alemanes les desalojarían al día siguiente. La situación parecía que quedaría en tablas una vez más, sin embargo finalmente el frente alemán colapsaría en otro punto.
Mientras los combates se sucedían en los alrededores de Jaki, la presión de las fuerzas aliadas había continuado a lo largo de todo el frente pese a las bajas sufridas. En la costa las fuerzas blindadas habían lanzado 5 ataques, que las divisiones alemanas 169 y 199 lograrían rechazar con la ayuda de los carros del 5º panzergruppe. Más al norte, los cazadores de la 5ª división gebirsjager habían realizado una defensa memorable al sureste de Murtan, pero finalmente tras 6 meses de combates y sufriendo escasez de municiones, el frente colapsaría finalmente el 23 de mayo, adentrándose los norteamericanos 37km en las líneas alemanas. Nuevos ataques en días siguientes continuaron agrandando la brecha, por lo que finalmente las fuerzas alemanas recibirían ordenes de retroceder a una nueva línea de defensa preparada en Dasht-e Lut. En una hábil maniobra las fuerzas alemanas aprovecharían la noche para abandonar las posiciones que ocupaban retrocediendo a gran velocidad. Tres días después y mientras los aliados avanzaban cautelosos, las fuerzas alemanas que se habían reunido con las tropas que mantenían el cerco de Band Jask, abandonaron el cerco retirándose al estrecho de Ormuz. Allí se reunirían con las fuerzas de las SS, en una línea que discurría desde Minab, a Kerman y la frontera afgana.
Los aliados habían logrado avanzar entre 300 y 500km, ganando más de 160.000km², sin embargo el coste habían sido 110.000 bajas en las fronteras orientales y otras 60.000 en Band Jask, mientras las bajas alemanas habían sido de unos 70.000 hombres de los que 50.000 correspondían a Band Jask. Los campos petrolíferos persas, iraquíes, y del Cáucaso estaban más cerca, pero las fuerzas alemanas estaban recibiendo por fin nuevas fuerzas para resistir y tal vez pasar a al ofensiva.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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LENINGRADO
En Leningrado el cerco de la ciudad había continuado ininterrumpido desde verano del 42, por lo que ya se estaba acercando a los dos años sin recibir alimentos de ningún tipo desde el exterior. Tan solo algunos tímidos intentos de reaprovisionar la ciudad por medios aéreos habían sido llevados a cabo por la VVS, que había perdido muchos aviones ante los cazas y la AA germanas, condenado al fracaso estas misiones. Producto de ello, la situación en el interior de la ciudad era tremendamente angustiosa, y cada día cientos de personas perecían por hambre y por frio, habiéndose visto obligados los supervivientes a subsistir comiendo cueros y madera e incluso recurriendo al canibalismo. Para empeorar la situación, la artillería y la Luftwaffe rara vez habían dejado de bombardear la ciudad y sus aledaños, destruyendo toda estructura que pudiese permitir a los asediados ciudadanos la subsistencia o el abrigo durante el duro invierno.
Con la llegada de la nueva primavera los alemanes decidieron que había llegado el momento de acabar de una vez por todas con la resistencia de la ciudad, por lo que como ya hicieran el año anterior en Sebastopol, una vez más concentraron el grueso de su artillería de asedio en torno a una ciudad. Desde Alemania llego el cañon de 800mm Gustav, mientras de diversos puntos del frente llegaban los cañones capturados a los franceses de 400, 370, 240, 320, y 305mm, a los que se sumarian varios Bruno de 280mm alemanes. En total 25 cañones ferroviarios de gran calibre se dispusieron en el sur de la ciudad dispuestos a eliminar cualquier conato de resistencia. Junto a ellos los 6 morteros de asedio Karl, 780 cañones, 120 nebelwerfer de 150, 210, y 300mm, bombardearían las defensas exteriores de la ciudad. Desde el golfo de Finlandia también acudirían el acorazado Tirpitz, y los cruceros pesados alemanes, que sumarían el fuego de sus cañones a la tormenta de fuego que se avecinaba. Mientras la Luftwaffe, que alejada del frente actuaba sin oposición, aportaría 200 Ju-88 de los KG 76 y 77 de bombardeo, y 180 Ju-87 de los StG 2 y 77.
Generales alemanes planifican las operaciones
El 3 de mayo, el cañón Gustav efectuó sus primeros 6 disparos sobre las posiciones rusas en Bol Izhora, significando el pistoletazo de salida de una preparación artillera que se extendería a lo largo de todo el mes. Junto a este cañón la artillería germana empezó a machacar lentamente las posiciones exteriores de la ciudad, anillos de zanjas y parapetos de tierra levantados meses antes por los ciudadanos de Leningrado, que volaron lentamente por los aires junto a cientos de sus defensores, mientras los grandes cañones empezaban a bombardear lentamente la ciudad, dispuestos a tomarla cuando no quedase nadie con vida a quien alimentar. Pronto la Luftwaffe se sumaría al esfuerzo lanzándose al ataque y repartiendo cientos de toneladas de explosivos e incendiarías cada día, realizando cada avión varias salidas al día. Las bajas ascendían por momentos mientras la infantería alemana aun esperaba la orden de atacar, realizando tan solo tímidas tentativas destinadas a destruir las posiciones más enconadas o capturar algún que otro punto clave de las defensas, para lo cual utilizaron con profusión los carros dirigidos Goliath, que destruyeron numerosos nidos de ametralladora sin bajas propias. A mediados de mes la situación aun empeoraría con la llegada de la escuadra alemana, que bombardeo duramente la isla de Kronstadt en colaboración con los StG 2 y 77. Tras dos días de feroces bombardeos sobre la isla, 12 MFP, y 24 MAL desembarcaron 4.000 hombres y 20 panzer IV en la isla, cuya guarnición, agotada, y con escasez de municiones fue sometida tras 4 días de duros combates en los que los zapadores alemanes emplearon profusamente lanzallamas para acabar con la resistencia. Con la isla de Kronstadt en poder alemán, los pocos navíos rusos que continuaban haciendo fuego desde el interior del puerto no tardaron en ser sometidos, incluyendo al semihundido Marat que fue destruido por medio de varias bombas radioguiadas Fritz X.
Por fin el asalto sobre la ciudad empezaría el 4 de junio, cuando apoyados por el fuego de más de 400 cañones incluyendo varias piezas de gran calibre, las dos divisiones de infantería españolas pasaron al asalto en Bol. Izhora, logrando penetrar en el dispositivo soviético y llegar hasta Petrodvorets 5 días después. Tras ellos llegaría su turno a las fuerzas alemanas, que atacando desde el sur lograrían tomar Pulkovo, Pavlovo, y Koltino 3 días después, dejando la ciudad al alcance de la artillería de campaña.
El último acto del asedio de Leningrado empezaría el 23 de junio, cuando la artillería pesada que había trasladado sus posiciones para tener a tiro la ciudad, incluyendo el cañón Gustav, sumo su fuego al de las 700 piezas de artillería y los 150 nebelwerfer que ya llevaban dos semanas bombardeándola. Durante 5 días se dispararían sobre la ciudad casi 2.000.000 de granadas de artillería, incluyendo 21 disparos del Gustav. Cuando llego el asalto final, 195.000 soldados alemanes, españoles y de los estados bálticos se adentraron una fantasmal ciudad en ruinas en la que los defensores fueron superados rápidamente. De su amplia población de unos años atrás, solo quedaban con vida unas pocas decenas de miles de personas.
Leningrado había caído.
En Leningrado el cerco de la ciudad había continuado ininterrumpido desde verano del 42, por lo que ya se estaba acercando a los dos años sin recibir alimentos de ningún tipo desde el exterior. Tan solo algunos tímidos intentos de reaprovisionar la ciudad por medios aéreos habían sido llevados a cabo por la VVS, que había perdido muchos aviones ante los cazas y la AA germanas, condenado al fracaso estas misiones. Producto de ello, la situación en el interior de la ciudad era tremendamente angustiosa, y cada día cientos de personas perecían por hambre y por frio, habiéndose visto obligados los supervivientes a subsistir comiendo cueros y madera e incluso recurriendo al canibalismo. Para empeorar la situación, la artillería y la Luftwaffe rara vez habían dejado de bombardear la ciudad y sus aledaños, destruyendo toda estructura que pudiese permitir a los asediados ciudadanos la subsistencia o el abrigo durante el duro invierno.
Con la llegada de la nueva primavera los alemanes decidieron que había llegado el momento de acabar de una vez por todas con la resistencia de la ciudad, por lo que como ya hicieran el año anterior en Sebastopol, una vez más concentraron el grueso de su artillería de asedio en torno a una ciudad. Desde Alemania llego el cañon de 800mm Gustav, mientras de diversos puntos del frente llegaban los cañones capturados a los franceses de 400, 370, 240, 320, y 305mm, a los que se sumarian varios Bruno de 280mm alemanes. En total 25 cañones ferroviarios de gran calibre se dispusieron en el sur de la ciudad dispuestos a eliminar cualquier conato de resistencia. Junto a ellos los 6 morteros de asedio Karl, 780 cañones, 120 nebelwerfer de 150, 210, y 300mm, bombardearían las defensas exteriores de la ciudad. Desde el golfo de Finlandia también acudirían el acorazado Tirpitz, y los cruceros pesados alemanes, que sumarían el fuego de sus cañones a la tormenta de fuego que se avecinaba. Mientras la Luftwaffe, que alejada del frente actuaba sin oposición, aportaría 200 Ju-88 de los KG 76 y 77 de bombardeo, y 180 Ju-87 de los StG 2 y 77.
Generales alemanes planifican las operaciones
El 3 de mayo, el cañón Gustav efectuó sus primeros 6 disparos sobre las posiciones rusas en Bol Izhora, significando el pistoletazo de salida de una preparación artillera que se extendería a lo largo de todo el mes. Junto a este cañón la artillería germana empezó a machacar lentamente las posiciones exteriores de la ciudad, anillos de zanjas y parapetos de tierra levantados meses antes por los ciudadanos de Leningrado, que volaron lentamente por los aires junto a cientos de sus defensores, mientras los grandes cañones empezaban a bombardear lentamente la ciudad, dispuestos a tomarla cuando no quedase nadie con vida a quien alimentar. Pronto la Luftwaffe se sumaría al esfuerzo lanzándose al ataque y repartiendo cientos de toneladas de explosivos e incendiarías cada día, realizando cada avión varias salidas al día. Las bajas ascendían por momentos mientras la infantería alemana aun esperaba la orden de atacar, realizando tan solo tímidas tentativas destinadas a destruir las posiciones más enconadas o capturar algún que otro punto clave de las defensas, para lo cual utilizaron con profusión los carros dirigidos Goliath, que destruyeron numerosos nidos de ametralladora sin bajas propias. A mediados de mes la situación aun empeoraría con la llegada de la escuadra alemana, que bombardeo duramente la isla de Kronstadt en colaboración con los StG 2 y 77. Tras dos días de feroces bombardeos sobre la isla, 12 MFP, y 24 MAL desembarcaron 4.000 hombres y 20 panzer IV en la isla, cuya guarnición, agotada, y con escasez de municiones fue sometida tras 4 días de duros combates en los que los zapadores alemanes emplearon profusamente lanzallamas para acabar con la resistencia. Con la isla de Kronstadt en poder alemán, los pocos navíos rusos que continuaban haciendo fuego desde el interior del puerto no tardaron en ser sometidos, incluyendo al semihundido Marat que fue destruido por medio de varias bombas radioguiadas Fritz X.
Por fin el asalto sobre la ciudad empezaría el 4 de junio, cuando apoyados por el fuego de más de 400 cañones incluyendo varias piezas de gran calibre, las dos divisiones de infantería españolas pasaron al asalto en Bol. Izhora, logrando penetrar en el dispositivo soviético y llegar hasta Petrodvorets 5 días después. Tras ellos llegaría su turno a las fuerzas alemanas, que atacando desde el sur lograrían tomar Pulkovo, Pavlovo, y Koltino 3 días después, dejando la ciudad al alcance de la artillería de campaña.
El último acto del asedio de Leningrado empezaría el 23 de junio, cuando la artillería pesada que había trasladado sus posiciones para tener a tiro la ciudad, incluyendo el cañón Gustav, sumo su fuego al de las 700 piezas de artillería y los 150 nebelwerfer que ya llevaban dos semanas bombardeándola. Durante 5 días se dispararían sobre la ciudad casi 2.000.000 de granadas de artillería, incluyendo 21 disparos del Gustav. Cuando llego el asalto final, 195.000 soldados alemanes, españoles y de los estados bálticos se adentraron una fantasmal ciudad en ruinas en la que los defensores fueron superados rápidamente. De su amplia población de unos años atrás, solo quedaban con vida unas pocas decenas de miles de personas.
Leningrado había caído.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Hola , saludos,¿ cual es la capacidad a estas alturas del ejercito ukraniano, podria servir para dar relevo a algunas unidades alemanas ? ¿ cuantas tropas españolas estan implicadas en los combates? ¿ sera un problema para Alemania el desarrollo americano de las armas nucleares?.
Gracias
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GRITA DEVASTACION Y SUELTA A LOS PERROS DE LA GUERRA.
Julio César,Shakespeare
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IRLANDA DEL NORTE
Tras la caída de Gran Bretaña durante la segunda mitad de 1941, la suerte de Irlanda del Norte parecía echada, motivo por el cual decenas de miles de irlandeses, principalmente católicos, se exiliaron al sur donde fueron acogidos por sus familiares. Sin embargo la creencia profesada por Hitler de que Churchill no tendría más remedio que solicitar la rendición tras la caída de su patria, unida al cansancio de la Wehrmacht, y a la necesidad de planificar y preparar la invasión de la URSS, pospuso la invasión de esta región. Durante meses tan solo los bombarderos del KG 26, operando desde Escocia habían aparecido para atacarla, bombardeándola al principio sin ninguna oposición, por lo que causaron un gran daño a las instalaciones norirlandesas. Finalmente estas dilaciones permitieron su supervivencia hasta que los EEUU entraron en la guerra, siendo reforzada su guarnición con nuevas fuerzas poco después.
Incapacitado ahora para su conquista por los requerimientos del frente oriental, los alemanes se contentarían con la conquista de diversas islas del canal irlandés, desde las que observarían la costa enemiga, vigilantes. Mientras, empleando las bases navales y aéreas en las islas, alemanes y aliados se enfrascaron en una difícil conflagración de dudoso resultado, en la que los cazas aliados y del EJE se enfrentaron varias veces sobre los cielos del canal, llevando el peso de las operaciones ofensivas la USAAF, mientras por su parte los alemanes redujeron al mínimo sus intervenciones sobre el Ulster, conscientes de que la prioridad estaba en el frente oriental.
Asegurada la supervivencia de Irlanda del Norte, los aliados empezaron a hacer planes para reconquistar la isla de Albión, sin embargo el elevado número de fuerzas que componían su guarnición, con 40 divisiones y varias brigadas incluyendo 6 divisiones españolas e italianas, desaconsejaba vivamente la invasión a corto plazo. Por ello se decidió emplear esta posición como punto de partida de los ataques aéreos sobre los territorios del EJE, y como punto de control del Atlántico Norte y la guerra ASW. Desde dicha plataforma avanzada los aviones y escuadras antisubmarinos aliados operaron desde mediados del 41, en un intento de dificultar las operaciones en el mar del norte a los U-boot logrando varios éxitos. Pero sería como plataforma de los bombarderos donde encontrarían una mayor utilidad.
Aunque las operaciones de ataque empezaron en otoño del 41, principalmente contra puertos y aeródromos en la vecina isla de Albión, los ataques a gran escala no se iniciarían hasta el verano del 43. Para ese entonces las fuerzas norteamericanas lograron reunir unas considerables fuerzas de bombarderos con los que empezarían a atacar objetivos en Gran Bretaña, y en los países bajos, llegando a adentrarse en el Ruhr alemán. Los alemanes mientras tanto no habían permanecido ociosos, y durante los dos años anteriores habían construido una serie de barreras antiaéreas que protegían su territorio. La primera de ellas situada en la propia Gran Bretaña, y dotada con 1000 cañones pesados de origen inglés, y varios cientos de ligeros capturados durante la invasión bloqueaba las rutas de salida de los bombarderos. La segunda y tercera líneas situadas respectivamente en la costa de los países bajos y la frontera alemana tenían en cambio la misión de impedir las incursiones en Alemania.
Sin embargo la falta de cazas de escolta de largo alcance y los radares, cazas, y antiaéreos situados en Gran Bretaña, que captaban a los aviones aliados poco después de su despegue desde los radares situados en la isla de Man, provocaron un gran número de perdidas conforme los aviones se enfrentaban a los alemanes tanto en aire británico como al entrar en el continente. En estas circunstancias los cazas alemanes lograrían numerosos éxitos, mientras se desarrollaban nuevas armas anti bombardero como los cohetes, que podían destrozar los pesados bombarderos norteamericanos con un único impacto a pesar de su escasa precisión. Seria así como los bombarderos aliados sufrirían sus dos principales derrotas en sus incursiones sobre la industria aeronáutica alemana de Ratisbona y Schweinfurt, que serían atacadas en sendas ocasiones en octubre del 43, sin embargo las pérdidas acumuladas de casi el 40% de los aviones empleados, sin incluir los dañados declarados irreparables. Estas derrotas obligarían a los norteamericanos a desistir de nuevos bombardeos diurnos más allá del alcance de los cazas de escolta. En su lugar se optaría por bombardear posiciones dentro del radio de acción de los cazas, lo que circunscribía los ataques a posiciones en Gran Bretaña, y en ataques nocturnos de menor precisión.
La campaña de bombardeos aliada discurrio con desigual fortuna.
Poco después los cazas nocturnos alemanes encuadrados en las Najchtag, libraron duras batallas sobre los cielos de Europa con sus atacantes. En poco tiempo los nuevos ases de este tipo de guerra, pilotos alemanes montados en sus Me bf-110, y 410 Hornisse, Ju-88, y en los He-219 Uhu, y sus adversarios norteamericanos y sobre todo ingleses equipados con Bristol Beaufighter, y De Havilland Mosquito alcanzaron gran renombre. Las batallas en las que participaron sin embargo fueron angustiosas y sangrientas, desarrollándose nuevas medidas de detección y ataque en una carrera tecnológica en la que unos y otros trataban de obtener la ventaja. Las fuerzas aliadas sin embargo, acumularían las mayores pérdidas al enfrentarse a los antiaéreos, y cazas nocturnos alemanes, tanto sobre los cielos de Gran Bretaña como en los del continente, mereciendo especial mención las incursiones nocturnas de los cazas alemanes en los aeródromos aliados del Ulster para buscar a sus bombarderos en el momento del despegue.
En los cielos de Gran Bretaña mientras tanto se vivieron episodios de igual crudeza, ya que los 1.000 cañones antiaéreos pesados en la extensión británica de la línea Kammhuber, por la que los aliados debían cruzar tras despegar de sus aeródromos en Irlanda del Norte, y las sucesivas líneas europeas creaban cajones de fuego que castigaban duramente las formaciones de bombarderos facilitando la tarea de los cazas para acabar con los rezagados.
La situación daría un gran cambio con la llegada de los nuevos cazas P-51D en marzo de 1944, cuando se lograría escoltar de forma efectiva a los bombarderos durante gran parte de su trayecto llegando incluso al Ruhr, por lo que los bombardeos volverían a las horas diurnas. Pronto varias ciudades de Alemania occidental sintieron los efectos de los ataques, logrados pese al alto precio pagado por los bombarderos y sus escoltas al enfrentarse a cazas y antiaéreos alemanes, a los que de nuevo tenían que enfrentar tanto en la línea antiaérea británica como poco después en la que discurría por los Países Bajos y se adentraba en Alemania. Sin embargo ahora los aliados disponían de cientos de cazas para escoltar a sus bombarderos mientras los alemanes solo podían oponer unos dos centenares de cazas, que pronto acusarían las perdidas.
Durante unas semanas pareció que los aliados lograrían imponerse a los alemanes que mantenían menos de 200 cazas en el oeste, pero a mediados de mayo los alemanes habían logrado rechazar los ataques rusos en el frente del este, y nuevas unidades de caza pudieron ser llamadas para defender el Reich con lo que las pérdidas aliadas aumentaron nuevamente, aunque sin llegar al extremo del año anterior. Con todo los bombardeos sobre objetivos en el continente europeo continuaron realizandose con creciente eficacia.
Tras la caída de Gran Bretaña durante la segunda mitad de 1941, la suerte de Irlanda del Norte parecía echada, motivo por el cual decenas de miles de irlandeses, principalmente católicos, se exiliaron al sur donde fueron acogidos por sus familiares. Sin embargo la creencia profesada por Hitler de que Churchill no tendría más remedio que solicitar la rendición tras la caída de su patria, unida al cansancio de la Wehrmacht, y a la necesidad de planificar y preparar la invasión de la URSS, pospuso la invasión de esta región. Durante meses tan solo los bombarderos del KG 26, operando desde Escocia habían aparecido para atacarla, bombardeándola al principio sin ninguna oposición, por lo que causaron un gran daño a las instalaciones norirlandesas. Finalmente estas dilaciones permitieron su supervivencia hasta que los EEUU entraron en la guerra, siendo reforzada su guarnición con nuevas fuerzas poco después.
Incapacitado ahora para su conquista por los requerimientos del frente oriental, los alemanes se contentarían con la conquista de diversas islas del canal irlandés, desde las que observarían la costa enemiga, vigilantes. Mientras, empleando las bases navales y aéreas en las islas, alemanes y aliados se enfrascaron en una difícil conflagración de dudoso resultado, en la que los cazas aliados y del EJE se enfrentaron varias veces sobre los cielos del canal, llevando el peso de las operaciones ofensivas la USAAF, mientras por su parte los alemanes redujeron al mínimo sus intervenciones sobre el Ulster, conscientes de que la prioridad estaba en el frente oriental.
Asegurada la supervivencia de Irlanda del Norte, los aliados empezaron a hacer planes para reconquistar la isla de Albión, sin embargo el elevado número de fuerzas que componían su guarnición, con 40 divisiones y varias brigadas incluyendo 6 divisiones españolas e italianas, desaconsejaba vivamente la invasión a corto plazo. Por ello se decidió emplear esta posición como punto de partida de los ataques aéreos sobre los territorios del EJE, y como punto de control del Atlántico Norte y la guerra ASW. Desde dicha plataforma avanzada los aviones y escuadras antisubmarinos aliados operaron desde mediados del 41, en un intento de dificultar las operaciones en el mar del norte a los U-boot logrando varios éxitos. Pero sería como plataforma de los bombarderos donde encontrarían una mayor utilidad.
Aunque las operaciones de ataque empezaron en otoño del 41, principalmente contra puertos y aeródromos en la vecina isla de Albión, los ataques a gran escala no se iniciarían hasta el verano del 43. Para ese entonces las fuerzas norteamericanas lograron reunir unas considerables fuerzas de bombarderos con los que empezarían a atacar objetivos en Gran Bretaña, y en los países bajos, llegando a adentrarse en el Ruhr alemán. Los alemanes mientras tanto no habían permanecido ociosos, y durante los dos años anteriores habían construido una serie de barreras antiaéreas que protegían su territorio. La primera de ellas situada en la propia Gran Bretaña, y dotada con 1000 cañones pesados de origen inglés, y varios cientos de ligeros capturados durante la invasión bloqueaba las rutas de salida de los bombarderos. La segunda y tercera líneas situadas respectivamente en la costa de los países bajos y la frontera alemana tenían en cambio la misión de impedir las incursiones en Alemania.
Sin embargo la falta de cazas de escolta de largo alcance y los radares, cazas, y antiaéreos situados en Gran Bretaña, que captaban a los aviones aliados poco después de su despegue desde los radares situados en la isla de Man, provocaron un gran número de perdidas conforme los aviones se enfrentaban a los alemanes tanto en aire británico como al entrar en el continente. En estas circunstancias los cazas alemanes lograrían numerosos éxitos, mientras se desarrollaban nuevas armas anti bombardero como los cohetes, que podían destrozar los pesados bombarderos norteamericanos con un único impacto a pesar de su escasa precisión. Seria así como los bombarderos aliados sufrirían sus dos principales derrotas en sus incursiones sobre la industria aeronáutica alemana de Ratisbona y Schweinfurt, que serían atacadas en sendas ocasiones en octubre del 43, sin embargo las pérdidas acumuladas de casi el 40% de los aviones empleados, sin incluir los dañados declarados irreparables. Estas derrotas obligarían a los norteamericanos a desistir de nuevos bombardeos diurnos más allá del alcance de los cazas de escolta. En su lugar se optaría por bombardear posiciones dentro del radio de acción de los cazas, lo que circunscribía los ataques a posiciones en Gran Bretaña, y en ataques nocturnos de menor precisión.
La campaña de bombardeos aliada discurrio con desigual fortuna.
Poco después los cazas nocturnos alemanes encuadrados en las Najchtag, libraron duras batallas sobre los cielos de Europa con sus atacantes. En poco tiempo los nuevos ases de este tipo de guerra, pilotos alemanes montados en sus Me bf-110, y 410 Hornisse, Ju-88, y en los He-219 Uhu, y sus adversarios norteamericanos y sobre todo ingleses equipados con Bristol Beaufighter, y De Havilland Mosquito alcanzaron gran renombre. Las batallas en las que participaron sin embargo fueron angustiosas y sangrientas, desarrollándose nuevas medidas de detección y ataque en una carrera tecnológica en la que unos y otros trataban de obtener la ventaja. Las fuerzas aliadas sin embargo, acumularían las mayores pérdidas al enfrentarse a los antiaéreos, y cazas nocturnos alemanes, tanto sobre los cielos de Gran Bretaña como en los del continente, mereciendo especial mención las incursiones nocturnas de los cazas alemanes en los aeródromos aliados del Ulster para buscar a sus bombarderos en el momento del despegue.
En los cielos de Gran Bretaña mientras tanto se vivieron episodios de igual crudeza, ya que los 1.000 cañones antiaéreos pesados en la extensión británica de la línea Kammhuber, por la que los aliados debían cruzar tras despegar de sus aeródromos en Irlanda del Norte, y las sucesivas líneas europeas creaban cajones de fuego que castigaban duramente las formaciones de bombarderos facilitando la tarea de los cazas para acabar con los rezagados.
La situación daría un gran cambio con la llegada de los nuevos cazas P-51D en marzo de 1944, cuando se lograría escoltar de forma efectiva a los bombarderos durante gran parte de su trayecto llegando incluso al Ruhr, por lo que los bombardeos volverían a las horas diurnas. Pronto varias ciudades de Alemania occidental sintieron los efectos de los ataques, logrados pese al alto precio pagado por los bombarderos y sus escoltas al enfrentarse a cazas y antiaéreos alemanes, a los que de nuevo tenían que enfrentar tanto en la línea antiaérea británica como poco después en la que discurría por los Países Bajos y se adentraba en Alemania. Sin embargo ahora los aliados disponían de cientos de cazas para escoltar a sus bombarderos mientras los alemanes solo podían oponer unos dos centenares de cazas, que pronto acusarían las perdidas.
Durante unas semanas pareció que los aliados lograrían imponerse a los alemanes que mantenían menos de 200 cazas en el oeste, pero a mediados de mayo los alemanes habían logrado rechazar los ataques rusos en el frente del este, y nuevas unidades de caza pudieron ser llamadas para defender el Reich con lo que las pérdidas aliadas aumentaron nuevamente, aunque sin llegar al extremo del año anterior. Con todo los bombardeos sobre objetivos en el continente europeo continuaron realizandose con creciente eficacia.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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delta 021 escribió:Hola , saludos,¿ cual es la capacidad a estas alturas del ejercito ukraniano, podria servir para dar relevo a algunas unidades alemanas ? ¿ cuantas tropas españolas estan implicadas en los combates? ¿ sera un problema para Alemania el desarrollo americano de las armas nucleares?.
Gracias
Ucrania tiene unas 12 divisiones, que son utilizadas en tareas antipartisanas o como auxiliares en el frente.
España tiene una labor muy secundaría, 2 divisiones en tareas de segundo orden en el frente de Leningrado. A parte de estas las únicas fuerzas que tienen alguna labor combativa son los destructores de la AE, si encuentran algún submarino que se arriesga a acercarse a las Canarias, el Cantábrico o el estrecho de Gibraltar, o los aviones del EA enfrentándose a esos mismos submarinos o a algún avión rezagado en la zona del Sinaí y el canal de Suez.
No.
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pues a simple vista pareceria no muy dificil impedir el refuerzo de irlanda del norte pues su unica conexion copn el exterios es un brazo de mar de unos 57 km de ancho.
NO se a poco que se lo propusieran, y por pocos medios que hubiese parece pausible que dicho refuerzo no fuese posible. Aviacion , submarinos, unidades de superficie ( torpederos?) minas.Artilleria?
No se no me parece realista esto creo yo. cuantos petroleros tienes que hacer cruzar por ese brazo de mar a la semana? brazo que es de suponer que quedaria reducido por campos de minas y al menos lo mas proximos a la costa escocesa serian de dificil eliminacion. con que ratio de perdidas se sostiene eso?
NO se a poco que se lo propusieran, y por pocos medios que hubiese parece pausible que dicho refuerzo no fuese posible. Aviacion , submarinos, unidades de superficie ( torpederos?) minas.Artilleria?
No se no me parece realista esto creo yo. cuantos petroleros tienes que hacer cruzar por ese brazo de mar a la semana? brazo que es de suponer que quedaria reducido por campos de minas y al menos lo mas proximos a la costa escocesa serian de dificil eliminacion. con que ratio de perdidas se sostiene eso?
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