Arturo Pérez Reverte
-
- Coronel
- Mensajes: 2892
- Registrado: 26 Oct 2007, 02:52
-
- Teniente Coronel
- Mensajes: 2499
- Registrado: 27 Oct 2008, 15:15
-
- Coronel
- Mensajes: 2892
- Registrado: 26 Oct 2007, 02:52
-
- Capitán
- Mensajes: 1449
- Registrado: 12 Ago 2008, 20:40
Ismael escribió:Sí: de toda la vida los escritores han dicho las cosas simple y llanamente
Un saludo
¿quién ha dicho nada de los escritores? He hablado en general, no creo que la gente opine acerca de los males actuales apelando a los versos alejandrinos o a una cuarteta.
De todo hubo, por supuesto, pero a lo que me vengo yo a referir es que para lo que se lee y se oye hoy día en cualquier ámbito, este señor escribe "a capella" por decirlo de una manera incorrecta y para que le lloren los ojos a Carlogratto
PD Bueno, ahora que lo pienso un poco, igual es lo mismo, tu.
No sé por quien iba esto, si iba por mí no entiendo lo de llorón... ciertamente...
-
- Coronel
- Mensajes: 2892
- Registrado: 26 Oct 2007, 02:52
No sé por quien iba esto, si iba por mí no entiendo lo de llorón... ciertamente...
No tengo el gusto, sr giggio. Creo que esta bien claro. Lo digo por el sr Perez-Reverte y su sempiterno enfoque nacionalista. Que me parece, como todos los enfoques nacionalistas, una cosa melancolico-llorona y quejicoide. O victima, o nada.
Le aseguro que ni se me paso por la cabeza que nadie se tomase esto por lo personal, o como algo especificamente dirigido a otra cosa que no fuera lo que escribe Don Arturo, que es lo unico que puedo juzgar. Y era acerca de eso sobre lo que estabamos hablando aqui, ¿no? Aunque ahora, bien mirado, no se de que me sorprendo, tampoco.
Saludos!
- Ismael
- General
- Mensajes: 20047
- Registrado: 28 Ene 2003, 13:20
- Ubicación: Por ahí.
giggio escribió:Ismael escribió:Sí: de toda la vida los escritores han dicho las cosas simple y llanamente
Un saludo
¿quién ha dicho nada de los escritores?
Todos: hablamos de uno .... y de lo que escribe
no creo que la gente opine acerca de los males actuales apelando a los versos alejandrinos o a una cuarteta
¿Vale un romance?
Romance del gratis total
Más arriba de las nubes
se remonta Zetapé,
camino de Gran Bretaña,
acomodado en un jet,
con su cónyuge Sonsoles,
compañerísima fiel,
con sus dos niñas de izquierdas,
y con su suegra también,
que dicen que es algo facha,
pero la pobre mujer
se apunta hasta a un bombardeo,
conque qué se le va a hacer…
No vuelan con Air Europa,
tampoco con Spanair,
ni siquiera con Iberia,
ni con la British Airways,
porque el vuelo es de gañote,
y el Airbús, Falcon, Mystère,
o como coñ* se llame
–que exactamente no sé–
el avión en que se asienta
el presidencial rulé,
se lo sufragamos todos
los ciudadanos de Spain.
¿Acaso va Zapatero
a pedirle ayuda a Blair
para resolver la crisis
que ha habido con Israel?
¿Acude a tomar consejo
de cómo hay que proceder
para que la banda ETA
empiece a portarse bien?
¿Es una cumbre secreta
de mayúsculo nivel
de los primeros ministros
para no se sabe qué?
No, estimados radioescuchas:
nuestro presi Zetapé
va, con su esposa Sonsoles,
encantadora mujer,
y con su mamá política
y con las niñas también,
a que una de ellas en Londres
haga un cursillo de inglés.
No hay un evento político
más importante y fetén
que ocuparse de las hijas
con el mayor interés
y con toda la ternura
que un padre progre y leonés
pone en educar la prole
tal y como debe ser.
Pero desaprovechar,
ya que estaban de tournée,
un viaje a la City of London
es una enorme idiotez.
Y fueron a las rebajas
de Harrods, gran almacén,
que viene a ser, más o menos,
lo que es aquí el Corte Inglés.
Qué entrañable pasatiempo
ir a Londres de weekend,
con las niñas, con la suegra,
con la escolta y la mujer,
a comprar unos trapitos,
unas latitas de té,
unos chocolates Cadbury
unos dulces, un plum cake,
y, en fin, cosas que hacen falta
para unos días después
llevarlas a La Mareta,
donde por segunda vez
va a pasar sus vacaciones
la familia Zetapé.
Que viva mucho Rodríguez,
y que viva su mujer,
y que vivan sus hijitas
y, en fin, la suegra también.
Que viva toda la estirpe,
que viva a cuerpo de rey,
que vivan en Lanzarore,
ese afortunado edén,
que vivan en el palacio,
mucho mejor que un hotel,
con todos sus cocineros,
con sus pinches, con su chef,
con su pista para el basket,
con su lujo a todo tren,
con su infinidad de escoltas
(que yo no sé para qué,
si estamos ya con la ETA
más que a partir una nuez).
En fin, que viva de gorra
su verano Zetapé
y que no nos dé la vara,
cosa muy de agradecer.
Que, mientras, los ciudadanos,
españolitos de a pie,
ya tomemos en verano
quince diítas o un mes,
o ya, sin salir de casa,
queramos languidecer
con regadera, botijo,
gazpacho, toldo y amén,
poco o mucho, bueno o malo,
de pobretón o marqués,
nos pagamos el verano
con nuestro propio parné.
Y otro de rabiosa actualidad:
Por quitar a los sociatas
mendaces y botarates.
Por impedir disparates
y medidas insensatas.
Para que salgan por patas,
porque estoy hasta el escroto...
lo voto.
Porque no hace oposición,
sino que espera heredar.
Por su blandiblubear
de pánfilo señorón.
Porque de su indecisión
estoy ya que me reboto...
no lo voto.
Porque han echado raíces
en poltronas y cortijos.
Por ser todos unos hijos
–un decir– de meretrices.
Me taparé las narices
y, así, si el hedor no noto,
lo voto.
Porque siempre nos engaña.
Porque está en el mismo ajo
de mandar para el carajo
a esta nación que es España.
Por esa necia campaña
de eslogan, cartel y foto...
no lo voto.
Porque, aunque es mal, es menor.
Porque no hay alternativa.
Porque este no me motiva
pero lo que hay es peor.
Por mi lógico temor
de votar en saco roto...
lo voto.
Porque a algo mejor aspiro
que a la nada entre dos platos,
buscaré otros candidatos,
y si no, el voto lo tiro
a las carpas del Retiro
o a los ánsares del coto...
¡Que no lo voto!
Un saludo
Si Dios me hubiere consultado sobre el sistema del universo, le habría dado unas cuantas ideas (Alfonso X el Sabio)
Debemos perdonar a nuestros enemigos, pero nunca antes de que los cuelguen (H.Heine)
Debemos perdonar a nuestros enemigos, pero nunca antes de que los cuelguen (H.Heine)
-
- Capitán
- Mensajes: 1449
- Registrado: 12 Ago 2008, 20:40
Ismael escribió:giggio escribió:Ismael escribió:Sí: de toda la vida los escritores han dicho las cosas simple y llanamente
Un saludo
¿quién ha dicho nada de los escritores?
Todos: hablamos de uno .... y de lo que escribeno creo que la gente opine acerca de los males actuales apelando a los versos alejandrinos o a una cuarteta
¿Vale un romance?
Un saludo
Yo hablaba del hecho de que este hombre se expresa con una dialéctica más cercana a la gente.
Muy bueno lo del romance, me dejó vuecencia patidifuso, pero insito, si hablásemos así a pie de calle... que alegría... que cultura... pero va a ser que no ;)
De hecho sería algo más parecido a: "En verdad, el tema es que tá que cuá, y hombre, pos la cosa está como está..."
Un saludo!!!!
- Zeuxis
- Comandante
- Mensajes: 1575
- Registrado: 02 May 2011, 20:26
- Ubicación: Madrid
Pérez Reverte en mi opinión es un gran escritor,pero suele finalizar los libros muy mal.
Aún así,es un excelente escritor,y creo que un gran libor que hay que leer que firma él es:
"La Sombra del Águila".
Para mí,de lo mejorcito que ha escrito.
Un saludo!!^^
Aún así,es un excelente escritor,y creo que un gran libor que hay que leer que firma él es:
"La Sombra del Águila".
Para mí,de lo mejorcito que ha escrito.
Un saludo!!^^
"No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre." --Andrew Bonar Law--
-
- Soldado
- Mensajes: 32
- Registrado: 28 Jul 2009, 00:26
- Winnfield
- Sargento Primero
- Mensajes: 464
- Registrado: 06 Abr 2011, 07:04
- Ubicación: Villa y Corte de Madrí.
Ojo!
Para los amantes de Pérez-Reverte, el 27 de Octubre sale una nueva entrega de las aventuras del Capitán Alatriste
http://www.20minutos.es/noticia/1152594 ... te/libros/
Para los amantes de Pérez-Reverte, el 27 de Octubre sale una nueva entrega de las aventuras del Capitán Alatriste
http://www.20minutos.es/noticia/1152594 ... te/libros/
"Tu regere Imperio fluctus Hispane memento"
Acuerdate España que tú registe el imperio de los Mares.
Acuerdate España que tú registe el imperio de los Mares.
-
- General
- Mensajes: 16109
- Registrado: 23 Ene 2003, 13:19
Pérez REverte me pareció una persona bastante sensata y culta, eso sí, independiente, sin pelos en la lengua y que dice, para bien y para mal, lo que piensa. No he leído ninguno de sus libros y como casi todos vosotros, coincido que, al menos en sus declaraciones, da una de cal y otra de arena.
La de cal
http://www.youtube.com/watch?v=jJahBK4e2eg
(Perez Reverte responde a un adolescente guipuzcoano) Muy bueno. POne de manifiesto la sarta de embustes, mentiras y basura con que inundan los libros de historia de los jóvenes españoles.
La de arena
http://www.youtube.com/watch?v=39pWNzZ7JqY
(Una idiotez como la copa de un pino, sinceramente, me parece una barbaridad lo que cuenta).
Saludos
En cualquier caso, un personaje unamuniano, hombre de acción y de peleas.
La de cal
http://www.youtube.com/watch?v=jJahBK4e2eg
(Perez Reverte responde a un adolescente guipuzcoano) Muy bueno. POne de manifiesto la sarta de embustes, mentiras y basura con que inundan los libros de historia de los jóvenes españoles.
La de arena
http://www.youtube.com/watch?v=39pWNzZ7JqY
(Una idiotez como la copa de un pino, sinceramente, me parece una barbaridad lo que cuenta).
Saludos
En cualquier caso, un personaje unamuniano, hombre de acción y de peleas.
- Winnfield
- Sargento Primero
- Mensajes: 464
- Registrado: 06 Abr 2011, 07:04
- Ubicación: Villa y Corte de Madrí.
Para el que le interese, un documental bastante interesante acerca del Madrid del siglo XVII y sus entresijos y costumbres, espero que os guste.
En esencia habla de la época en la que pudo haber vivido Diego Alatriste.
http://www.youtube.com/watch?v=R8CoZ8_md30 Parte 1ª
http://www.youtube.com/watch?v=z3iyJpvuClo Parte 2ª
http://www.youtube.com/watch?v=8xsutrv_E7Q Parte 3ª
En esencia habla de la época en la que pudo haber vivido Diego Alatriste.
http://www.youtube.com/watch?v=R8CoZ8_md30 Parte 1ª
http://www.youtube.com/watch?v=z3iyJpvuClo Parte 2ª
http://www.youtube.com/watch?v=8xsutrv_E7Q Parte 3ª
"Tu regere Imperio fluctus Hispane memento"
Acuerdate España que tú registe el imperio de los Mares.
Acuerdate España que tú registe el imperio de los Mares.
-
- Cabo
- Mensajes: 114
- Registrado: 19 Jul 2007, 18:38
Sé que no santo de devoción de alguno de nosotros, pero no podréis negar que es difícil no reconocer como cercanas algunos de los sentimientos que pone en el pellejo de esos soldados que describe.
Mis respetos, Don Arturo.
El viejo soldado:
Al principio no lo reconozco. El suyo es un rostro como cualquier otro. Camina bajo la lluvia fina, con la cabeza descubierta y las manos en los bolsillos del chaquetón impermeable. Pasa por mi lado y me mira un instante, tímido y confuso, como si dudara entre saludarme o no, antes de seguir su camino sin decir nada. Entonces, de golpe, recuerdo. Me detengo y lo llamo: grito su nombre por encima del ruido de los automóviles. Se detiene como sorprendido, al oírlo. De que lo recuerde. Y se vuelve hacia mí. La ropa de paisano le sienta mal; no parece propia de él. Ha engordado, y el pelo que le queda es gris. Sin embargo, la sonrisa es la misma. La cicatriz del mentón –estuve presente el día que se la hizo, o se la hicieron– se embosca entre las arrugas de la cara, en la piel recién afeitada.
–Niño –dice.
Me hace gracia el viejo apelativo, tanto tiempo después. Así me llamaban él y sus compañeros: yo tenía entonces veintitrés años. También lo llamo ahora como entonces.
–Mi capitán –respondo.
Nos estrechamos la mano, entre las luces de los escaparates y los semáforos que se reflejan en el suelo mojado. Tras las primeras palabras quedamos en silencio, mirándonos cautos mientras nos reconocemos los adentros. Resolviendo si es cosa de seguir cada cual su camino, o de quedarse un rato. Recordar y recordarnos. Nos miramos indecisos hasta que, de mutuo acuerdo, decidimos recordar. Con asombrosa naturalidad recobramos antiguos ritos: una palmada en el hombro, más sonrisas, nombres de personas y de lugares que afloran como un torrente. Y luego buscamos un bar apropiado. Una tasca del Madrid de los Austrias, casi vacía. Nos acodamos en la barra, él pide una cerveza y yo un vermut rojo; y con ellos pasamos revista a los recuerdos mientras desgranamos un rosario de nombres queridos: el teniente coronel López Huerta, el comandante Labajos, el capitán Gil Galindo, el teniente Rex Regúlez, el cabo Belali uld Maharabi, el teniente Albaladejo… Casi todos ellos están muertos hace mucho tiempo. Como decíamos entonces, dejaron de fumar.
Me habla de mis novelas, que ha leído todas. O eso dice. Del capitán Alatriste, que como veterano soldado es, naturalmente, su favorito. Por mi parte hablo de él mismo, de mis recuerdos a su lado. De su juventud, que durante ocho meses también fue la mía. De otros países, otras fronteras y otras guerras que vinieron después. De nuevos compañeros y amigos en los que, sin duda, se habría reconocido. Al fin, con la tercera cerveza y el tercer vermut, me cuenta de su mujer, de sus dos hijas. De sus tres nietos. De cómo acabó siendo su trabajo hasta hace poco: la mesa cubierta de papeles, la jornada con horario burocrático, el desesperado aburrimiento que en los últimos tiempos invadió hasta el último rincón de su vida. El piso familiar que reservó para su jubilación –Melilla, apunta con una luz singular en los ojos, África a fin de cuentas–. La rutina, los años, la resignación. El consuelo de los recuerdos. De lo que en otro tiempo fue, o creyó ser. Hace siglos, comenta con una sonrisa amarga, que en su vida no hay sorpresas, noches en vela, escaramuzas en el desierto, patrullas nómadas bajo la Cruz del Sur, chicas como las del cabaret de Pepe el Bolígrafo, soldados fieles –a los que traicionamos como a perros, apostilla– como los saharauis de su tropa nativa. Se acabó, amigo. Safi. Una vez fui de vacaciones, en plan visita, a los campamentos de Tinduf, añade. Y me pasé el tiempo llorando.
Cuando salimos de nuevo a la calle, las luces verdes de los taxis pasan por Puerta Cerrada. Miro el reloj. Siento marcharme, digo. Tengo una cita de trabajo. Asiente, comprensivo. Está claro que no desea que nos separemos. Soy parte de su memoria, de sus sueños perdidos y sus nostalgias. Durante tres cervezas ha vuelto a ser el que era, junto a un testigo de lo que en otro tiempo fue: un joven oficial que aún creía en patrias y banderas mientras jugaba a los héroes en un escenario perfecto e irrepetible. Y en cuanto nos separemos, a ojos de cuantos se crucen con él –pocos llevan la biografía escrita en la cara–, volverá a ser un transeúnte más: viejo, anónimo, de aire fatigado. Quizá por eso hay una amarga desolación en su sonrisa cuando estrecha mi mano y vuelve la espalda, alejándose. Aunque se detiene a los tres pasos, como si hubiera olvidado algo.
–Allí no había nada –dice de pronto–. Sólo viento y arena, ¿te acuerdas?… Pero era el lugar más hermoso del mundo.
http://xlsemanal.finanzas.com/web/firma ... icion=6867
Mis respetos, Don Arturo.
El viejo soldado:
Al principio no lo reconozco. El suyo es un rostro como cualquier otro. Camina bajo la lluvia fina, con la cabeza descubierta y las manos en los bolsillos del chaquetón impermeable. Pasa por mi lado y me mira un instante, tímido y confuso, como si dudara entre saludarme o no, antes de seguir su camino sin decir nada. Entonces, de golpe, recuerdo. Me detengo y lo llamo: grito su nombre por encima del ruido de los automóviles. Se detiene como sorprendido, al oírlo. De que lo recuerde. Y se vuelve hacia mí. La ropa de paisano le sienta mal; no parece propia de él. Ha engordado, y el pelo que le queda es gris. Sin embargo, la sonrisa es la misma. La cicatriz del mentón –estuve presente el día que se la hizo, o se la hicieron– se embosca entre las arrugas de la cara, en la piel recién afeitada.
–Niño –dice.
Me hace gracia el viejo apelativo, tanto tiempo después. Así me llamaban él y sus compañeros: yo tenía entonces veintitrés años. También lo llamo ahora como entonces.
–Mi capitán –respondo.
Nos estrechamos la mano, entre las luces de los escaparates y los semáforos que se reflejan en el suelo mojado. Tras las primeras palabras quedamos en silencio, mirándonos cautos mientras nos reconocemos los adentros. Resolviendo si es cosa de seguir cada cual su camino, o de quedarse un rato. Recordar y recordarnos. Nos miramos indecisos hasta que, de mutuo acuerdo, decidimos recordar. Con asombrosa naturalidad recobramos antiguos ritos: una palmada en el hombro, más sonrisas, nombres de personas y de lugares que afloran como un torrente. Y luego buscamos un bar apropiado. Una tasca del Madrid de los Austrias, casi vacía. Nos acodamos en la barra, él pide una cerveza y yo un vermut rojo; y con ellos pasamos revista a los recuerdos mientras desgranamos un rosario de nombres queridos: el teniente coronel López Huerta, el comandante Labajos, el capitán Gil Galindo, el teniente Rex Regúlez, el cabo Belali uld Maharabi, el teniente Albaladejo… Casi todos ellos están muertos hace mucho tiempo. Como decíamos entonces, dejaron de fumar.
Me habla de mis novelas, que ha leído todas. O eso dice. Del capitán Alatriste, que como veterano soldado es, naturalmente, su favorito. Por mi parte hablo de él mismo, de mis recuerdos a su lado. De su juventud, que durante ocho meses también fue la mía. De otros países, otras fronteras y otras guerras que vinieron después. De nuevos compañeros y amigos en los que, sin duda, se habría reconocido. Al fin, con la tercera cerveza y el tercer vermut, me cuenta de su mujer, de sus dos hijas. De sus tres nietos. De cómo acabó siendo su trabajo hasta hace poco: la mesa cubierta de papeles, la jornada con horario burocrático, el desesperado aburrimiento que en los últimos tiempos invadió hasta el último rincón de su vida. El piso familiar que reservó para su jubilación –Melilla, apunta con una luz singular en los ojos, África a fin de cuentas–. La rutina, los años, la resignación. El consuelo de los recuerdos. De lo que en otro tiempo fue, o creyó ser. Hace siglos, comenta con una sonrisa amarga, que en su vida no hay sorpresas, noches en vela, escaramuzas en el desierto, patrullas nómadas bajo la Cruz del Sur, chicas como las del cabaret de Pepe el Bolígrafo, soldados fieles –a los que traicionamos como a perros, apostilla– como los saharauis de su tropa nativa. Se acabó, amigo. Safi. Una vez fui de vacaciones, en plan visita, a los campamentos de Tinduf, añade. Y me pasé el tiempo llorando.
Cuando salimos de nuevo a la calle, las luces verdes de los taxis pasan por Puerta Cerrada. Miro el reloj. Siento marcharme, digo. Tengo una cita de trabajo. Asiente, comprensivo. Está claro que no desea que nos separemos. Soy parte de su memoria, de sus sueños perdidos y sus nostalgias. Durante tres cervezas ha vuelto a ser el que era, junto a un testigo de lo que en otro tiempo fue: un joven oficial que aún creía en patrias y banderas mientras jugaba a los héroes en un escenario perfecto e irrepetible. Y en cuanto nos separemos, a ojos de cuantos se crucen con él –pocos llevan la biografía escrita en la cara–, volverá a ser un transeúnte más: viejo, anónimo, de aire fatigado. Quizá por eso hay una amarga desolación en su sonrisa cuando estrecha mi mano y vuelve la espalda, alejándose. Aunque se detiene a los tres pasos, como si hubiera olvidado algo.
–Allí no había nada –dice de pronto–. Sólo viento y arena, ¿te acuerdas?… Pero era el lugar más hermoso del mundo.
http://xlsemanal.finanzas.com/web/firma ... icion=6867
\"El honor ha de ser mi principal divisa...\"
¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: Barkrowler [crawler], Pinterest [Bot] y 0 invitados