la rebelión en las montañas de nafusa
«Estaremos en Trípoli en tres semanas»
Mohtar MILAD FARNANA I Comandante en jefe rebelde del frente occidental de Libia
En una exclusiva entrevista concedida a GARA, el principal mando militar del frente occidental libio desvela algunas de las claves en torno al funcionamiento de la facción rebelde que más rápido avanza hacia Trípoli. .
Karlos ZURUTUZA |
La entrevista se desarrolla en su despacho en el Consejo Local Provisional de la localidad árabe de Zintan (montañas de Nafusa), constantemente interrumpida por un asistente personal que entra continuamente en la habitación. Esa parece ser la fórmula para que el mando militar rebelde pueda atender a la prensa y a la guerra simultáneamente.
No obstante, el señor Farnana sólo vacila ante la primera pregunta: su edad. Una vez que se decide por un número redondo, el 50, el comandante en jefe rebelde del frente occidental libio acomete el resto de la entrevista con la concisión y la asepsia que se le supone a todo militar. No en vano, Fernana cuenta con 25 años de carrera a sus espaldas a las órdenes del hombre que hoy pretende derrocar.
¿Cómo y cuándo se convirtió en el comandante en jefe del frente occidental?
Deserté cuando empezó la revolución y regresé a mi Zintan natal. En poco tiempo conseguimos liberar cinco localidades en las montañas de Nafusa, tras lo cual cada una formó su propio «consejo revolucionario». Más adelante, fue una asamblea entre los cinco la que me eligió como principal representante por mi experiencia militar.
Pero sigue usted luciendo las insignias del régimen que trata de derrocar, ¿no le parece una contradicción?
Soy militar y, como tal, debo vestir este uniforme hasta que Bengasi me dé uno nuevo. Eso ocurrirá cuando hayamos ganado la guerra.
¿Cuál es la estructura de los rebeldes en el oeste de Libia?
Como le decía, cada localidad tiene un consejo local que, a su vez, se subdivide en diferentes comités: logística y suministros, ejército...
Conducimos reuniones una vez por semana en las que cada uno expone sus puntos de vista y pone sus necesidades sobre la mesa. Las cosas serían mucho más fáciles si contáramos con una línea telefónica pero Gadafi cortó los comunicaciones en Nafusa al principio de la guerra. Así las cosas, nuestras comunicaciones se realizan por walkie-talkie, o a vía satélite
¿Cual es su estrategia?
Por un lado necesitamos liberar, una por una, cada localidad de Libia bajo control de las tropas de Gadafi y cercarle en su residencia de Trípoli. No obstante, lo más importante es mantener la posición y proteger a nuestra gente de las agresiones del ejército. La fuerza de Gadafi no está en sus armas sino en los escudos humanos que utiliza. De no ser por este último factor, habríamos avanzado mucho más rápido de lo que lo hemos hecho hasta ahora.
¿Cuentan ustedes con campos de entrenamiento en Jadu, Nalut y Zintan y, según dicen, llegan nuevos reclutas a diario. ¿Es eso cierto?
En efecto, y no sólo de las localidades de Nafusa sino también de otras recientemente liberadas como Ghanayma, Khalifa, así como de aquellas aún bajo control de Gadafi como Trípoli o Zawiya. Hasta el momento el objetivo era formar a nuevos soldados para derrocar a Gadafi pero, recientemente, hemos empezado a instruir a nuevos reclutas para que se puedan hacer cargo de la seguridad local.
Ya que lo menciona, ¿ha aumentado la criminalidad en las zonas bajo su control?
Más bien todo lo contrario. La criminalidad se ha reducido en más de un 80% desde el pasado febrero. Controlamos la seguridad local a través de un estrecho contacto con las tribus de cada localidad. Por el momento, apenas hemos sido testigos de saqueos ni nada parecido pero tenga por seguro que, de producirse algún delito, los responsables serán debidamente castigados.
¿Es la localidad de Garyan su objetivo más inmediato?
Garyan, Zawiya, Aziziya...tenemos varios objetivos pero dependemos de la información que nos dé nuestra gente desde cada uno de ellos. Antes de tomar una iniciativa necesitamos conocer la dimensión real de las fuerzas enemigas desplegadas en cada ciudad.
¿Cuentan ustedes con inteligencia en Garyan?
Por supuesto, lo mismo que en cualquier otra localidad de la Libia aún no liberada, empezando por Trípoli.
¿Cómo consiguen ustedes que la OTAN bombardee las posiciones en su frente?
Este es, precisamente, uno de nuestros principales problemas porque se trata de un proceso que pasa por Bengasi por lo que todo se ralentiza demasiado. En el frente oeste echamos en falta una comunicación directa con la OTAN, aceleraría mucho las cosas de ser así.
¿Están ustedes utilizando la carretera de Jadu como pista improvisada de aterrizaje para la entrada de suministros?
El acceso a todo tipo de suministros es una de nuestras mayores prioridades, por este motivo acondicionamos y señalizamos ese tramo de carretera para que pudieran aterrizar aviones en ella. Por el momento sólo hemos hecho una prueba con un avión que aterrizó sin carga.
Además, cuentan ustedes con los envíos lanzados desde el aire de los franceses, ¿no es así?
Todo el mundo está hablando de ello... ¿Sabe usted dónde están esos suministros? Si es así, le agradecería que nos lo dijera. Tenemos una comunicación fluida con todas las localidades liberadas y no tengo constancia de que tal cosa haya ocurrido. Puede estar seguro de que esta es una guerra que se libra en el campo de batalla, pero también a través de la información. Creo que los franceses intentan a asustar más a Gadafi a través de la prensa que en la guerra real.
¿De donde obtienen ustedes el armamento?
La mayor parte de las armas que utilizamos son las que hemos incautado al enemigo en las posiciones que abandona. Si bien hemos obtenido una victoria al incautar varios depósitos de armas en al Qa´aa recientemente, lo cierto es que apenas podemos hacer uso de ninguna. Por un lado, gran parte de ese arsenal había sido destruído por los bombardeos de la OTAN. De lo que queda rescatable sólo hemos encontrado piezas de explosivos, proyectiles, etc, pero ninguno entero. Gadafi nunca se ha fiado de su propio ejército por razones obvias (llegó al poder tras un golpe de Estado) por lo que nuestros arsenales han estado siempre mal provistos.
En el frente de las montañas han obtenido victorias relativamente rápidas debido a la orografía pero la carretera hasta Trípoli es totalmente llana. ¿Cree usted que ello puede provocar una situación de estancamiento como ha ocurrido en Brega o Misrata?
Si bien será bastante más difícil, no tengo ninguna duda que podremos seguir avanzando. Estamos combatiendo ya en el valle, a apenas 70 kilómetros de Trípoli y creo que podremos llegar en tres semanas.
Además, se habla también de una inminente operación de la OTAN en la zona. ¿Es eso cierto?
No puedo facilitarle ninguna información a ese respecto.
La convivencia entre bereberes y árabes en las montañas de Nafusa ha sido a menudo tensa ¿Se ha trasladado dicha situación al frente?
Gadafi hizo todo lo posible por sembrar la discordia entre nosotros pero lo cierto es que los lazos entre ambas comunidades han sido siempre muy estrechos. Es más, a menudo se dan vínculos más fuertes entre tribus árabes y bereberes locales que entre tribus de la misma etnia. En cualquier caso, hoy combatimos juntos contra el tirano. Bereberes y árabes en el frente no tienen ningún tipo de problema entre ellos.
¿Cuál será la función del ejército después de la guerra?
Por supuesto, la que se le supone a todo ejército en cualquier parte del mundo: proteger la soberanía del país y a su población. En el caso de Libia, creo que la mayor amenaza tras la caída de Gadafi ha de venir desde focos integristas alimentados por intereses extranjeros. A medida que Gadafi vaya perdiendo fuerza irá ofreciendo dinero e inteligencia los islamistas de Al Qaeda y del GCIL (Grupo de Combatientes Islámicos de Libia) para luchar contra nosotros. El papel del ejército será fundamental para contener la amenaza integrista.
Hay quien asegura que esa amenaza de la que habla se encuentra ya arraigada en sus filas. ¿Da usted alguna credibilidad a dichos rumores?
Usted mismo ha tenido la oportunidad de acercarse a nuestras tropas y trabajar con total libertad entre ellos. Si ha hecho bien su trabajo, habrá podido comprobar que, más que de combatientes islámicos al uso hablamos de civiles; granjeros, profesores, estudiantes, ingenieros...etc que empuñan hoy un arma para defender a su pueblo.
Ambos bandos aseguran que el enemigo está pagando a mercenarios para combatir en sus filas, ¿lo están haciendo ustedes?
Sabemos que Gadafi paga a mercenarios precisamente porque tenemos a varios de ellos en nuestras cárceles; etíopes, nigerianos, chadianos... En este momento tenemos a encerrados a 15 pero hemos acabado con cientos de ellos en el frente. Asimismo, varios de los soldados del ejército que hemos hecho prisioneros nos han dicho que esos mismos mercenarios se encargaban de amenazarles para que no desertaran. Muchos han confesado que se sentían atrapados entre los mercenarios en el frente y las fuerzas de seguridad que controlaban las localidades bajo su control en la retaguardia, a menudo formada por civiles forzados a combatir por Gadafi. En cuanto a si nosotros hemos contratado mercenarios, me remito a la respuesta anterior: seguro que usted mismo ha constatado que nuestros combatientes son todos libios.
También he podido constatar que hay muchos adolescentes empuñando rifles de asalto en los puestos de control. ¿Es imprescindible recurrir a niños armados para ganar esta guerra?
Tenemos suficientes efectivos para combatir en el frente y, ni necesitamos niños, ni los aceptaríamos nunca. Las armas son para los hombres. Somos conscientes de que el nuestro es un ejército improvisado de un día para otro, y en las condiciones más precarias. Si bien intentamos hacer las cosas lo mejor que podemos, desgraciadamente me resulta imposible controlar todos los aspectos de nuestro contingente. No tengo manera de saber si alguien en un puesto de carretera, o donde sea, decide por iniciativa propia dar un arma a un menor de edad.
Fuente:
http://www.gara.net/paperezkoa/20110711 ... es-semanas
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Bastante sensato, tranquilo parece un buen estratega.