Confirmado oficialmente: China desarrolla un misil anti-buque
Aunque el reciente viaje de pruebas del primer portaaviones chino ha despertado más atención mediática, el misil balístico anti-buque (ASBM) Dong Feng 21D podría tener un mayor impacto sobre el equilibrio estratégico en Asia-Pacífico a corto y medio plazo, dado el tiempo necesario para que las fuerzas aeronavales embarcadas chinas devengan plenamente operativas.
Una respuesta a la necesidad de romper el cerco marítimo. Ya hace años que, tras el éxito de la apertura económica decidida en 1979, los líderes chinos sueñan con recuperar el liderazgo en Asia. Un aspecto clave de dichas pretensiones es el dominio de las aguas que bañan las costas del gigante asiático, mediante una resolución favorable de las disputas territoriales, el anschluss de Taiwán, la finlandización de Japón, y la imposición de un concepto de EEZ que incluya el derecho de veto ante la presencia de navíos de guerra extranjeros. En otras palabras, una actualización al mundo global y talasocéntrico del "Sistema Tributario" que rigió durante tantos siglos (aunque no siempre en la práctica) las relaciones entre China y otros países.
Se trata de romper el cerco al que China cree estar sometida, con una poderosa US Navy cerca de sus costas, una "primera cadena de islas" en manos hostiles, un Vietnam con una memoria de siglos, y una "bella durmiente" india que, como a cualquier democracia cuesta de despertar, pero que esconde un enorme potencial bélico.
Los objetivos de Beijing exigen una armada oceánica capaz de controlar los grandes espacios abiertos del Pacífico y el Índico, y los mares adyacentes a China, o, más modestamente, tecnologías que, sin suponer el dominio completo de dichas aguas, permitan excluir parcialmente a las marinas de guerra hostiles o imponerles un coste potencialmente elevado.
He aquí una de las posibles claves de la decisión china de desarrollar un misil balístico anti-buque, solución relativamente barata que permitiría obstaculizar el despliegue de otras armadas en escenarios como el que supondría una crisis en el estrecho de Taiwán. Naturalmente las ambiciones chinas van mucho más allá, pero requieren tiempo e ingentes fondos, y Beijing parece tener prisa.
El desarrollo de un misil balístico de estas características encaja también con otra de las prioridades militares chinas de las últimas décadas: el dominio del espacio, visto como el "terreno más elevado," cuyo control supone por tanto el de cualquier campo de batalla. Nos encontramos con la confluencia de tres factores, el clásico "Arte de la Guerra", que advierte de la necesidad de dominar las cotas más altas, la dependencia del mar de la economía china contemporánea, y la nueva carrera espacial en Asia.
Una tecnología innovadora que despierta amplios temores. Una de las constantes del panorama estratégico mundial, durante y tras la Guerra Fría, ha sido la capacidad norteamericana de mover libremente sus grupos de portaaviones. Ello ha proporcionado a Washington una enorme capacidad de proyección de fuerza, y por ende de influencia política, que justifica con creces los grandes recursos financieros que consumen. Se trata de un instrumento mucho más flexible que el despliegue de aviación en bases extranjeras, y que requiere menos capital político.
Por primera vez tras la Batalla de Midway (1942), la Armada norteamericana teme perder esta libertad de acción, y ello explica la enorme atención con la que sus oficiales están siguiendo los planes chinos. La prensa generalista ha dedicado más atención al Shi Lang (antiguo Varyag), pero los expertos consideran una amenaza más inmediata el despliegue de un misil capaz de destruir sus portaaviones.
El misil balístico anti-buque (ASBM) Dong Feng 21D (????, los dos primeros caracteres significan "Viento del Este") podría poner fin a la asunción, subyacente por ejemplo en los planes para la defensa de Taiwán, de que las fuerzas navales norteamericanas (y en su caso aliadas) podrían acercarse con impunidad a las costas chinas en caso de crisis. La capacidad de atacar dichas fuerzas podría hacer pensar dos veces a Washington cómo reaccionar ante un desembarco en las islas Senkaku (Diaoyu para los chinos) o un bloqueo de Formosa.
Aunque la plena efectividad de un misil de estas características exige disponer de una red de satélites capaz de detectar barcos de guerra en la inmensidad del Pacífico, no escapa a nadie los enormes esfuerzos que China está dedicando al espacio. De hecho Beijing el año pasado lanzó por primera vez más satélites que Washington, aunque mayoritariamente son de pequeño tamaño, muchos de ellos clones. Este tipo de satélites sin embargo, gracias a su bajo coste, podría permitir a las Fuerzas Armadas chinas ganar terreno rápidamente e ir cerrando la brecha tecnológica con Estados Unidos a buen ritmo.
El nombre informal con el que ha sido bautizado por muchos analistas, "misil mata portaaviones" nos da una buena idea de la preocupación que genera. Es un instrumento asimétrico, como sus armas anti-satélite o su capacidad de ciber-guerra, que permiten a China compensar su inferioridad tecnológica y económica.
Las Fuerzas Armadas chinas confirman oficialmente la existencia del programa. Lo que durante mucho tiempo han sido rumores,fue finalmente confirmado por el general Chen Bingde (???), jefe de estado mayor del Ejército de Liberación Popular (PLA) chino.
El general se esforzó en dejar claro que el programa tropezaba con grandes dificultades tecnológicas, pero aunque ello podría restar poder de disuasión ante los rivales de China, expertos como Andrew Erickson, del US Naval War College, consideran que "Chen probablemente no mencionaría el ASBM chino en público si el PLA no confiase en que estaba efectivamente avanzando" y hubiese "alcanzado el grado de desarrollo necesario para empezar a conformar el pensamiento estratégico regional en favor de Beijing".
Los expertos discrepan sobre si se ha iniciado el despliegue operativo del Dong Feng 21D, pero ya en marzo el director de la Oficina de Seguridad Nacional (principal agencia de inteligencia de Taiwán), Tsai Der-sheng (???), advirtió al legislativo de la isla que ya había empezado.
http://www.revistatenea.es/RevistaAtene ... 30_ESP.asp
Se va a poner la cosa interesante en el Mar de China.
Algo en claro sobre esto más de lo que había a raíz de esto?
We, the people...
¡Sois todos un puñado de socialistas!. (Von Mises)