"Cuanto es más eficaz mandar con el ejemplo que con mandatos; más quiere el soldado llevar los ojos en las espaldas de su capitán, que traer los ojos de su capitán a sus espaldas. Lo que se manda se oye, lo que se ve se imita. Quien ordena lo que no hace, deshace lo que ordena".
Carpe diem
Porque no me dirá otra vez que también fue Feraud...
Saludos
"Cuanto es más eficaz mandar con el ejemplo que con mandatos; más quiere el soldado llevar los ojos en las espaldas de su capitán, que traer los ojos de su capitán a sus espaldas. Lo que se manda se oye, lo que se ve se imita. Quien ordena lo que no hace, deshace lo que ordena".
Carpe diem
No se me nacionalice VM de cierto país nórdico, ni aturda a la perdiz. Pero si quiere continuo. Lo dejo a su voluntad ,caballero.
Prosiga VM, se lo ruego.
A ver si soy capaz de acertar alguna sin necesidad de que nadie me regale el punto...
Saludos
"Cuanto es más eficaz mandar con el ejemplo que con mandatos; más quiere el soldado llevar los ojos en las espaldas de su capitán, que traer los ojos de su capitán a sus espaldas. Lo que se manda se oye, lo que se ve se imita. Quien ordena lo que no hace, deshace lo que ordena".
Carpe diem
Cierto, estimado José de Malcampo y Monge, Maximilien François Marie Isidore de Robespierre.
"Muy apreciado por sus maestros, fue elegido, aprovechando la visita posterior a su coronación que hizo en 1775 Luis XVI al Liceo Louis-le-Grand donde Maximilien Robespierre (de 17 años) leyó un discurso en latín para el Rey cargado de loas y honores.".
Creo que era Aureliano, general y luego emperador romano en 270-275d.C.
Por España y el que quiera defenderla honrado muera; y el traidor que la abandone no tenga quien le perdone
ni en Tierra Santa cobijo, ni una cruz en sus despojos; ni las manos de un buen hijo para cerrarle los ojos.
"Acuérdate de que el mar es el límite de tu arrozal".
Suerte
Por España y el que quiera defenderla honrado muera; y el traidor que la abandone no tenga quien le perdone
ni en Tierra Santa cobijo, ni una cruz en sus despojos; ni las manos de un buen hijo para cerrarle los ojos.