Relato. "1989. La Campaña del Golfo"

Guerras y conflictos modernos desde 1945, como las guerras de Corea y Vietnam, hasta las de Afganistán o la Agresión de Rusia a Ucrania. La Guerra Fría.
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tacuster
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Mensaje por tacuster »

El Cardenal del Kremlin es sublime, a la altura de Octubre Rojo, pero no es un relato belico como Tormenta Roja.


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KL Albrecht Achilles
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Mensaje por KL Albrecht Achilles »

De las novelas de ficcion me he leido 7 y de ellas "Tormenta Roja" y "La Caza del Octrubre Rojo" son de las que mas me gustaron.
Flanker, ¿habras leido "Every man a Tiger", de Clancy?, es de la serie "study of command" y versa sobre la preparacion, ejecucion y toma de decisiones en la guerra aerea durante la "Operación Tormenta del Desierto".
Serviria muy bien como base a un relato relacionado con ese conflicto.

Saludos :cool:


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sergiopl
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Mensaje por sergiopl »

Hola a todos:

Magnífico relato, flanker33, aguardamos expectantes nuevas entregas :mrgreen:

Sobre lo que comentan los compañeros sobre "El Cardenal del Kremlin", a mi también me encantó. Como comenta tacuster, es principalmente una novela de espías (aunque si tiene algunos elementos bélicos... pero claro, comparada con "Tormenta Roja" parece una merienda en el campo :mrgreen: ).

Un saludo.

PD: KL Albrecht Achilles... gracias por ponerme sobre la pista de "Every Man a Tiger", que no lo recordaba y es una de mis "tareas pendientes" :twisted:


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KL Albrecht Achilles
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Mensaje por KL Albrecht Achilles »

sergiopl escribió:Hola a todos:

Magnífico relato, flanker33, aguardamos expectantes nuevas entregas :mrgreen:

Sobre lo que comentan los compañeros sobre "El Cardenal del Kremlin", a mi también me encantó. Como comenta tacuster, es principalmente una novela de espías (aunque si tiene algunos elementos bélicos... pero claro, comparada con "Tormenta Roja" parece una merienda en el campo :mrgreen: ).

Un saludo.

PD: KL Albrecht Achilles... gracias por ponerme sobre la pista de "Every Man a Tiger", que no lo recordaba y es una de mis "tareas pendientes" :twisted:


Siempre a la orden sergiopl. :saludo2:
La serie "study of command" son 11 libros, todos con informacion muy interesante y util para elaborar un relato "al estilo Clancy". :mrgreen:

Saludos :cool:


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flanker33
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Mensaje por flanker33 »

Tacuster escribió:
El Cardenal del Kremlin es sublime, a la altura de Octubre Rojo


Sergiopl escribió:
Sobre lo que comentan los compañeros sobre "El Cardenal del Kremlin", a mi también me encantó.

Gracias compañeros por la recomendación, habrá que hacerle un hueco en mi ya apretada “agenda de lectura” :leser:

Magnífico relato, flanker33


Será por que usted algo tiene que ver... :wink:


KL Albrecht Achilles escibió:
Flanker, ¿habras leido "Every man a Tiger", de Clancy?, es de la serie "study of command" y versa sobre la preparacion, ejecucion y toma de decisiones en la guerra aerea durante la "Operación Tormenta del Desierto".

Pues la verdad es que no, anotado queda. Obviamente para escribir algo de este tema he leído cosas de la Desert Shield/ Desert Storm, pero cosas más como el informe final al congreso americano sobre la Guerra o alguno de los libros que se pueden encontrar en la página de historia del US Army.
También, y en plan tecno-thriller, hay un libro de Harold Coyle, el de "Team Yankee", sobre una invasión soviética de Irán, llamado “Sword Point”, del que he leído los primeros capítulos, y no he querido seguir leyendo para que no me influyera demasiado aunque se aparta de por donde voy a ir yo. Una cosa que no me gusta de este libro es que utiliza unidades militares ficticias y por ejemplo en vez de hablar de la 82º Div. Paracaidista, la llama la 17ª o a la 1º de Caballería la renombra 25º Acorazada y cosas similares, lo que no veo que tenga mucho sentido :conf:

A ver si esta tarde puedo poner un nuevo capitulo donde ya "se empiaza a repartir leña" :gun6:


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flanker33
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Mensaje por flanker33 »

20 de Junio

A primera hora de la mañana, el general Aleyev caminaba entre el personal de su Cuartel General con cara de confianza mientras se atusaba el bigote. A aquella hora era un hombre moderadamente feliz. Desde un punto de vista personal, a nadie le gustaba dar las ordenes para iniciar una guerra, y mucho menos del alcance de la que acababa de comenzar, pero desde una perspectiva profesional, aquello era para lo que se había preparado toda su vida, y si lo que llegaban unos tras otros eran informes con buenas noticias, ¿Qué más podía pedir?
En su cuartel general, situado en un bunker a las afueras de Bakú al que había llegado doce horas antes, el general seguía con interés todo lo que sucedía en la superficie a cientos o miles de kilómetros de allí. Cuando de madruga dio la orden de comenzar la invasión de Irán, sintió un nudo en el estomago, ya no había marcha atrás, era la hora de la acción. Y vaya si la hubo en las primeras horas.
Lo primero que recibió fueron sendos informes de dos grupos de Spetsnaz del GRU, que tenía la misión de descabezar al régimen iraní. Uno, tras eliminar a su guardia personal en una acción realmente arriesgada, había logrado abatir al Ayatollah Khamenei en su residencia, con lo que habían eliminado a la cabeza religiosa y política de Irán de un solo golpe, ya que como presidente y Líder Supremo de Irán, se había concentrado una gran cantidad de poder en una sola persona. Con su desaparición se creó un vacío de poder que Aleyev pretendía aprovechar en los próximos días. El segundo grupo consiguió eliminar al Jefe de las Fuerzas Armadas iraníes de un tiro en la cabeza con un fusil de precisión desde 500 metros. Parte de la cúpula militar también desaparecía con él cuando otros dos generales de alto rango fueron abatidos de igual forma al acudir a una reunión que había convocado el primero. Ambos grupos lograron evadirse y esconderse en la bulliciosa Teheran para comunicar sus éxitos.

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Spetsnaz listos para la acción.

Menos suerte tuvo un tercer grupo que tenía por objetivo al alto mando de la Guardia Revolucionaria ya que fue descubierto sin lograr su objetivo, pero al menos tuvieron la sensatez de hacerse matar antes de ser capturados vivos.
Pese a que Aleyev y su estado mayor consideraron aquellos asesinatos una excelente noticia, lo mejor a su modo de ver fue lo que consiguió el cuarto grupo de Spetsnaz cuya señal de éxito llegó poco después.
Un grupo reducido de hombres logró forzar su entrada en un bunker subterráneo que ejercía de cuartel secreto de comunicaciones del Ejército en un barrio a las afueras de la capital, que tenía por misión transmitir las órdenes del alto mando militar a sus subordinados por todo el país. Tras hacerse con el control de las instalaciones, emitieron un mensaje que se había grabado en Moscú semanas atrás, en donde, simulando ser un mensaje legítimo de Jefe de las Fuerzas Armadas, informaba a sus unidades que se había descubierto un plan según el cual los norteamericanos iban a invadir el país en cuestión de pocos días, y que se había solicitado ayuda a Moscú para frenar al Gran Satán. Por lo tanto, las tropas soviéticas que cruzaban la frontera eran aliadas y debían ser tratadas como tal.
El equipo que había preparado aquella operación, confiaba en que el engaño se prolongase por varios días en combinación con la falta de liderazgo si los otros grupos tenían éxito. Pero Aleyev no lo creía posible, se conformaría con que durase lo suficiente para que la batalla en las zonas fronterizas fuera menos cruenta y facilitase el avance y mejorase la velocidad de sus tropas camino a Teheran. Cuando los Spetsnaz difundieron el mensaje varias veces para asegurarse su recepción y enviaron otro codificado a Bakú para informar del éxito de la misión, destruyeron las instalaciones y trataron de escapar, aunque fueron perseguidos y casi todos sus miembros eliminados en una cacería por las calles aledañas al complejo subterráneo. Los que sobrevivieron, desearon no haberlo hecho.

Así, y tras el gran éxito de sus tropas especiales, Aleyev observaba como las marcas que representaban el avance de sus tropas en el gran mapa que cubría el centro de la estancia del Cuartel General, se adentraban en Irán a buen ritmo.
Las fuerzas de Aleyev, se habían constituido en dos Frentes, con cinco ejes de avance, seis ejércitos terrestres y uno aéreo. Desde el Caucaso partió el 2º Frente Transcaucásico que soportaría el mayor esfuerzo, donde el eje principal formado por dos ejércitos, el 2º Ejercito de la Guardia y el 4º de Tanques de la Guardia, tenían por primer objetivo avanzar en la línea Jolfa-Maran-Tabriz, para luego dirigirse hacia Miyaneh-Takestan y como objetivo final Teheran. Por la costa del Mar Caspio atacaría el 9º Ejército de Armas Combinadas, que sería reforzado por un ataque de una brigada aeromóvil, la infantería naval y una división paracaidistas que se harían con puntos clave en la montaña y la costa, para terminar reuniéndose con las tropas que avanzaban por el eje principal en Qazvin, al norte de Takestan.
Hacia el oeste, el eje Montañoso (aunque Aleyev no sabía muy bien por que había aceptado aquella denominación, ya que todos los ejércitos avanzarían entre las altas montañas de los montes Zagros), formado por el 2º Ejército de Armas Combinadas avanzaría sobre la línea Khoy-Urmia-Mahabad para terminar la primera fase de la ofensiva en Saquiz, y correría más o menos paralelo a la frontera iraní con Turquía e Irak.
Al otro lado del Caspio, el Frente Turkestan comprendía dos Ejércitos. El 5º Ejército de la Guardia y el 1º Ejército de Armas Combinadas habían abandonado sus bases y se adentraban en Irán, el primero con el objetivo de llegar a Teheran por el este, y el segundo con la misión de llegar hasta el estrecho de Ormuz, siguiendo un eje paralelo a la frontera afgana. En aquellas primeras horas, todas las fuerzas informaban de un buen ritmo de avance y de una gran confusión entre los soldados iraníes que estaba siendo aprovechada para capturar gran número de prisioneros.

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Prisioneros iranies.

El apoyo aéreo que proporcionaba el 34º Ejército aéreo con sus más de 500 aviones, estaba siendo muy eficaz, sobre todo después de un demoledor ataque inicial contra la red de defensa aérea del país persa, que había visto gravemente dañada su capacidad para frenar en el aire a los invasores.
Todo iba bien menos en algunas zonas, que defendidas por los Guardianes de la Revolución, se habían negado a acatar las órdenes del Alto Mando, mientras no les fuesen confirmadas por su propio mando militar, pero carecían del poder de fuego para detener a los soviéticos, y lo más que lograron fue retrasar algo a los tanques rusos a cambio de graves perdidas. En general Aleyev y sus oficiales estaban ilusionados con los resultados logrados hasta el momento, aunque era muy pronto para clamar victoria.

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Algo de lo que le inquietaba era que todavía no había recibido más que vagos informes sobre el resultado de la ofensiva limitada que el 1ª Frente Trascaucásico estaba llevando a cabo en la frontera oriental de Turquía, y menos información todavía del ataque sobre la Tracia turca. La ofensiva del 1º Frente Transcaucásico era de vital importancia para que sus líneas de abastecimiento no se viesen perjudicadas por acciones turcas y americanas desde esa zona, así que había requerido a su jefe de estado mayor que solicitara esa información, pero de momento no había recibido una respuesta concreta más allá de algunas vaguedades sobre los avances y la resistencia encontrada. Esperaba que la cooperación con aquellas otras fuerzas soviéticas mejorase, o de lo contrario podría tener problemas.
Hasta sus aliados iraquíes parecían estar más dispuestos a cooperar, y acaban de enviar un mensaje alertando que su operación contra Kuwait se iniciaría en pocos minutos. Aleyev ya lo sabía, pero al menos habían tenido la cortesía profesional de informarle. El general soviético no confiaba demasiado en los árabes tras su triste papel en la guerra contra Irán, pero al menos serviría, o eso creía él, para distraer a los americanos y evitar que interfiriesen su operación contra los persas.
Lo siguiente que le llegó a su mesa, mientras sorbía un poco de té, fue un informe bien detallado de las acciones aeronavales en el Mediterráneo oriental. Abrió la carpeta y comenzó la lectura…
Última edición por flanker33 el 10 Dic 2011, 23:47, editado 1 vez en total.


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Mensaje por flanker33 »

El mapa no sale del tamaño adecuado y apenas se ve... :conf: espero que se entienda.

Saludos.
Última edición por flanker33 el 11 Dic 2011, 21:31, editado 1 vez en total.


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Mensaje por flanker33 »

Horas antes en el Meditrerráneo oriental...

Las mentes pensantes del estado mayor de planificación de la Armada Soviética en Moscú habían urdido un buen plan para bloquear la llegada de refuerzos norteamericanos a la zona. Todo comenzó cuando dos semanas atrás un gran buque mercante zarpó de Leningrado, para al poco de hacerse a la mar, cambiar su nombre y bandera por una de nacionalidad finlandesa, el “Baltica”, con cuyo buque original guardaba un gran parecido y había sido “retocado” para parecerlo todavía más. El buque finlandés, que tras visitar un puerto estonio, no había sido autorizado a abandonarlo alegando causas técnicas y judiciales, había sido “adecuadamente informado” que debía permanecer allí sin comentarlo con nadie hasta nuevo aviso. Después sería indemnizado adecuadamente por las perdidas que se le hubieran podido producir.
Tras su llegada a Port Said, se aseguró que cruzaría el Canal en las primeras horas del día 20 de junio. Aquel no era un barco normal, ya que iba tripulado por miembros escogidos de la marina de guerra soviética, disfrazados de marinos mercantes, y el propio buque estaba modificado para poder soltar minas por su casco, bajo la línea de flotación.

Imagen

Convoy navegando por el Canal de Suez

De madrugada y cuando el convoy formado por 12 buques navegaba por el canal, el “Baltica” que iba el segundo en la línea, comenzó a soltar minas con temporizador a lo largo del recorrido, y tras deshacerse de todas y antes de llegar al puente ferroviario que cruza el canal, en una rápida e imprevista maniobra, la tripulación “cruzó” el buque con sus 13.000 toneladas de desplazamiento y sus 157 metros de eslora a lo ancho del Canal, a la vez que habría las válvulas que llevaba para hundir el buque. El “Baltica” quedó posado sobre el fondo del Canal con una buena parte de su superestructura en la superficie. Los doce miembros de la tripulación abandonaron el buque en lanchas hacia la orilla oeste, donde les aguardaban dos furgonetas con varios Spetsnaz rusos que les facilitaron la huida al deshacerse con armas silenciadas a los guardias egipcios que habían acudido al incidente, y los transportaron rápidamente a un escondite en un piso franco en los arrabales de El Cairo.
Los buques que seguían al “Baltica” quedaron tan sorprendidos de la acción del buque “finlandés” que se acercaron para ayudar, pero en ese momento comenzaron a activarse las minas, y dos de ellos fueron alcanzados de pleno produciéndose una gran confusión. Cuando otro barco intentó retroceder se encontró con otra mina y saltó por lo aires. Con tres buques muy dañados, los demás optaron por mantener sus posiciones al pensar con acierto que el Canal podía estar minado. Aquel estropicio en una de los pasos marítimos más importantes del planeta, aseguraba que al menos durante unos tres días el Canal de Suez quedara cerrado al tráfico naval en uno u otro sentido.
Pero no era solo esta la acción planeada por el estado mayor de la Flota Soviética. Un SSK de la clase Tango había logrado escurrirse bajo las patrullas navales egipcias, y había procedido a minar las zonas cercanas a la bocana del puerto de Port Said con minas con temporizador, a la vez que un pequeño grupo de buzos de combate salían del submarino y desplazándose en dos mini submarinos “Sirena” y se adentraban en el puerto, donde colocaron cargas explosivas retardadas en tres buques mercantes allí anclados. Fue una operación de manual, y tanto la inserción como la extracción y el abandono del lugar tuvieron lugar “limpiamente”, los egipcios ni se enteraron de lo sucedido hasta que fue demasiado tarde.

Imagen

Buceadores de combate en Port Said

Aparte, pero relacionada con las anteriores, la Marina de Guerra había previsto una serie de ataques a fuerzas navales enemigas en el Mediterráneo oriental para reducir su capacidad de operar en la zona.
Fueron dos acciones casi simultáneas en el tiempo. La primera consistía en el ataque por parte de tres submarinos a un convoy de 10 buques y 6 escoltas que transportaba una brigada mecanizada francesa al Golfo y que se encontraba ya cerca de Port Said. Todo comenzó cuando un SSN clase Charlie I lanzó sus misiles contra una fragata americana que ayudaba en la escolta del convoy y logró que uno de sus misiles la hundiera, pero el helicóptero de esta, acabó con el submarino con dos torpedos bien colocados. Mientras, un Foxtrot que intentaba hacer su aproximación final al convoy fue descubierto y atacado por un destructor francés. Ambos se lanzaron torpedos mutuamente y ambos consiguieron sus objetivos. Los dos buques se fueron al fondo del mar. Ante el ataque y el desconcierto reinante, los transportes comenzaron a ganar velocidad para llegar cuanto antes a la seguridad del puerto, pero mientras los escoltas buscaban submarinos frenéticamente y se dirigían hacia falsos contactos, un SS clase Kilo que había pasado inadvertido colocándose en la ruta que había previsto del convoy, pudo torpedear a placer a 3 de los transportes que se fueron a pique con dos torpedos a cada uno. Ante la furibunda respuesta de los escoltas franceses, el Kilo pudo escapar, si bien tuvo que evadir tres torpedos para poder hacerlo.
Pero las desgracias para el convoy francés no acabaron ahí. Al aproximarse a toda velocidad a Port Said, se metieron de lleno en el campo de minas que el Tango había sembrado y que ahora estaban activas. Dos transportes y un escolta fueron gravemente dañados y solo la cercanía al puerto logró que no se hundieran, aunque ya no serían operativos sino después de unas grandes reparaciones. El resultado era que la mitad del convoy había sido hundido o gravemente dañado por la perdida de dos submarinos soviéticos.
Pero una acción todavía más importante tuvo lugar al oeste de allí. La 6º Flota norteamericana, formada por dos Grupos de Batalla de Portaviones, centrados en los portaviones “Coral Sea” y “Forrestal”, se encontraba dividida en dos, obligando a la V Escuadra soviética a separarse a su vez para “marcarlas” de cerca.
Un grupo se encontraba navegando entre la Cirenaica Libia y el Peloponeso griego, para actuar en caso de que Libia se declarase beligerante, mientras que otro maniobraba a medio camino entre Alejandría y la costa del sur de Turquía para apoyar las operaciones navales en aquél sector.
La AV-MF había lanzado a dos de sus regimientos de Tu-22M Backfires de la flota del Mar Negro contra aquellos grupos. Con 20 aparatos por regimiento, apoyados con 2 Tu-95 de reconocimiento y dos Tu-16 de contramedidas electrónicas cada uno, y con la escolta de un regimiento de Su-27 proveniente de bases búlgaras, consiguieron atravesar Turquía, principalmente gracias al concienzudo ataque que estaban sufriendo sus bases aéreas, radares e instalaciones SAM por parte de la VVS, que hizo que aquella formación apenas pudiera recibir atención de la defensa aérea turca, y solo lograron derribar un Backfire del grupo atacante con una salva de SAM,s Nike Hercules.
(Grecia había declarado una “neutralidad activa no ofensiva”, que básicamente consistía en que mientras su territorio, espacio aéreo o aguas jurisdiccionales no fueran violadas, no tomaría parte en la contienda ni permitiría que ningún bando utilizase su territorio para lanzar acciones ofensivas sobre el otro, y sus propias fuerzas armadas se ocuparían de la defensa del país, pero “y haciendo honor a sus compromisos con la Alianza” permitiría el paso y uso de bases aéreas y navales por parte de las fuerzas de la Alianza, con la excepción de Turquía, siempre que se respetase la condición de no utilizarlas con fines ofensivos.)
Al llegar la hora del inicio de las hostilidades, el grupo del “Coral Sea” sufrió un ataque por sorpresa de los buques soviéticos a los que vigilaba al llegar la hora del inicio de las hostilidades, consiguiendo algún blanco, aunque a un elevado precio, ya que la replica norteamericana hundió casi todos los buques soviéticos, con el crucero “Kerch” a la cabeza. Pero fueron los bombarderos los que hicieron más daño.

Imagen

Su-27 a punto de ser derribado por un Hornet del Coral Sea

Tras enzarzarse los Flankers con los Hornets del Coral Sea, los Backfires pudieron acercarse para lanzar sus misiles tras ser detectada la flota enemiga por los Tu-95.
Algunos lograron atravesar la barrera de SAM,s de los buques americanos y produjeron varios impactos. En total, el grupo del “Coral Sea” sufrió la pérdida de tres destructores, y graves daños en el crucero “Belknap” y el “Coral Sea” que buscaron refugio en Alejandría, dejando fuera de juego a efectos prácticos a la Task Force de la US Navy.
El segundo regimiento no tuvo el mismo éxito. Mejor librado el grupo del “Forrestal” del ataque sorpresa de los buques de superficie soviéticos, donde “tan solo” la fragata "Donald B. Berry" fue hundida, el contraataque de los siete buques restantes americanos fue demoledor y machacó a los buques soviéticos, entre ellos el crucero “Almirante Zozulya” como buque más importante, pudiendo después dedicarse en exclusiva a defenderse del ataque aéreo enemigo. Debido a la distancia, el segundo regimiento de Tu-22M no pudo recibir la ayuda de los Flankers, y los Tomcats tuvieron vía libre para bajar a los dos Bears que iban en vanguardia y lanzarse en persecución de los bombarderos. Estos, ante lo peligroso de la situación y la falta de una posición exacta de la flota enemiga, lanzaron sus misiles hacia la posición de donde habían tenido la última noticia de la flota enemiga, dieron media vuelta y abandonaron la zona rápidamente. Aunque consiguieron zafarse de los cazas americanos, sus misiles no encontraron a sus blancos, y tan solo un desafortunado mercante italiano que navegaba por aquellas aguas recibió el impacto de dos misiles volatilizándolo. En el viaje de regreso de los aviones soviéticos, los turcos fueron capaces de derribar 8 bombarderos y un Badger más.
En otros incidentes aislados, una fragata italiana logró hundir a un Victor-III que acechaba a sus presas en el estrecho de Sicilia, mientras que otro submarino de la misma clase, torpedeaba y hundía a un destructor turco cerca de Chipre.

Tras aquellas primeras e intensas horas de batalla en el Mediterráneo oriental, la navegación por la zona se había tornado muy peligrosa y el paso por el Canal de Suez, imposible durante unos días. Además, la perdida de la práctica totalidad de un Grupo de Batalla de la US Navy y la mitad del convoy francés, fueron otros duros golpes para los EEUU y sus aliados. Por el contrario, la marina soviética había perdido casi todas sus fuerzas de superficie en el Mediterráneo, 3 submarinos y el 20 por ciento de los bombarderos Tu-22M que disponían en la región.
Aleyev se mostró contento con el resultado, que le vendría muy bien a sus tropas por ganar algo de tiempo al retrasar el despliegue enemigo en la región. El mando de la Armada Soviética también estaba conforme, pero mostró menos entusiasmo ante sus pérdidas.


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Mensaje por flanker33 »

20 de junio

Primeras horas del día de la Invasión de Kuwait


-¡5 minutos!
-¡Recibido! – respondió gritando el teniente MacCardy al piloto que le había indicado el tiempo restante para llegar a la zona de aterrizaje.
Hacía poco más de media hora que habían despegados en dos helicópteros Lynx del Cuerpo Aéreo del Ejército en misión de rescate. Los aparatos transportaban a 5 miembros del SAS cada uno, los cuales habían recibido instrucciones a toda prisa para proceder a la extracción de un objetivo de gran valor. El “paquete” en concreto se trataba del nieto del Emir de Kuwait, que en compañía de su cuidadora y de dos escoltas, habían intentado escapar hacia Arabia Saudí por la carretera costera, pero al poco tiempo, los escoltas comunicaron que habían sido objeto de una emboscada por parte de las fuerzas especiales iraquíes, que helitransportadas a Kuwait City, habían instalado varios controles por las calles y carreteras y buscaban activamente miembros de la familia real kuwaití.
En su última comunicación con miembros del ejército de Kuwait, los escoltas informaban que habían tenido que refugiarse en una casa en una zona residencial al sur de Kuwait City, de la que pudieron dar unas coordinas aproximadas, y que estaban manteniendo un tiroteo con algunos soldados enemigos y solicitaban ayuda urgente.
A MacCardy y sus hombres les contaron que el ejército kuwaití estaba luchando una batalla desesperada en la frontera y en la capital, pero que aún así, se las habían apañado para enviar un pelotón de soldados a rescatar al nieto del Emir, pero que tras partir se había perdido toda comunicación, intentándolo al menos siete veces, todas ellas infructuosas, por lo que se decidió recurrir a las fuerzas especiales de los aliados occidentales, y en este caso, el teniente y sus chicos estaban de guardia.

-Sable 2, Sable 2, ¿me recibes?
-Adelante para Sable 2. – respondió el segundo al mando de MacCardy, el sargento Peter Horrocks, que volaba en el otro Lynx
-Nosotros entraremos primero, daremos una vuelta por la zona y bajaremos. Después vosotros y rapidito. ¿Entendido? – Pregunto MacCardy a su segundo.
-Entendido. Entramos pisándoos los talones.
-Afirmativo.

Tras abandonar la monótona visión del mar en el Golfo Pérsico, los británicos se habían adentrado en la costa kuwaití, donde columnas de humo negro se elevaban al cielo desde la capital del pequeño emirato.
-¡Estas son las coordenadas aproximadas que nos han dado! – Era la voz del piloto saliendo por los auriculares de MacCardy. -¡Aquí hay un montón de casas! ¿Alguna idea de por donde empezar?
-Sobrevuele a lo largo de la carretera principal de la costa. Buscamos un coche o un todo-terreno oscuro, una casa con impactos de bala y a lo mejor un tiroteo en marcha.
-Tendré que bajar más si queremos ver eso.
El teniente le indicó con su dedo apuntando al suelo que adelante, mientras con la mirada comenzaba a escrutar su campo visual en busca de alguna pista en tierra, así como de posible actividad enemiga.
El cabo primero Tony Cowan, un neozelandés del NZSAS que estaba de intercambio y cuya participación había sido aprobada por el gobierno de su país, le dio un golpe en el costado de MacCardy y señaló hacia la otra puerta del helicóptero, desde donde se veían a lo lejos algunos helicópteros en vuelo. El teniente se encogió de hombros. Con toda seguridad eran aparatos enemigos, pero ellos poco podían hacer al respecto a parte de darse prisa y esperar no llamar demasiado la atención.

-Vamos a dar la primera pasada – anunció el piloto del helicóptero.
-Reduce un poco o no vamos a ver nada – replico el teniente.

Imagen

Lynx cerca de su objetivo

Fue el neozelandés el que vio lo que seguramente estaban buscando y se lo indicó al resto con un gesto de su mano. Algunos vehículos cruzados en la carretera a modo de barricada y una furgoneta negra con las lunas tintadas, empotrada contra el muro de protección de una lujosa casa de dos plantas. Era la única nota discordante en lo aparentemente tranquilo de aquel barrio y además coincidía con lo que debían buscar.

-Debe ser eso – sentenció MacCardy. – Piloto, da la vuelta y prepárate para dejarnos en aquél tejado – dijo señalando al de la casa donde estaba la furgoneta negra.
-De acuerdo. Os doy cuatro segundos y me largo.
-Vale, vale. Tú acércanos lo suficiente para poder saltar. – El teniente activo su radio – Sable 2, sable 2, ¿habéis visto la furgoneta negra?
-Afirmativo sable 1. ¿Dónde quieres que bajemos?
-En la casa que hay al norte, puede que se refugiaran allí, nosotros revisaremos la del sur, la que tiene el muro donde está empotrada la furgoneta.
-Roger. Corto.

A los cinco miembros del equipo de MacCardy les sobró un segundo de los que les había dado el piloto del Lynx. Cuando el helicóptero se alejó, el oficial repartió rápidamente los papeles.

-Vosotros dos revisareis la planta de arriba – dijo refiriéndose al neozelandés y al soldado Alden. – Los demás conmigo a la planta baja. Recordad que puede haber civiles y que nuestro “paquete” es especialmente valioso, así que aseguraos bien primero si vais a disparáis a alguien. Todos asintieron y ya no fueron necesarias más explicaciones.

Segundos después bajaban por las escaleras de acceso a la vivienda desde la azotea y cada uno se dedicó a lo suyo. Una tras otra las habitaciones y estancias eran revisadas deprisa pero metódicamente.
Mientras sus otros dos compañeros revisaban el resto de la planta baja, MacCardy se fijó en una puerta que desde la cocina parecía dirigirse hacia lo que seguramente sería una especie de sótano o despensa. Con su M-4 por delante, se adentró en la oscuridad de aquél habitáculo. Bajando despacio y acostumbrando rápidamente su vista a la oscuridad, su instinto le decía que no estaba solo. Se quedó quieto a mitad de la escalera y se agachó quedándose en cuclillas, apuntando su arma hacia el interior del sótano. Pudo escuchar la respiración jadeante y nerviosa de una persona, quizás de alguna más.
Con todo el sigilo que pudo acabó de descender las escaleras y se dirigió hacia donde creía haber oído a alguien, hacia el fondo de la estancia. No creía que fueran soldados iraquíes, seguramente habrían hecho más ruido o tendrían la luz encendida, pero tampoco podía estar seguro al cien por cien. También podría tratarse de su “paquete” así que tampoco convenía comenzar a disparar sin más.
Basándose en su intuición decidió arriesgarse.

-¡Soldados británicos! ¡Soldados británicos! – grito en árabe e inglés, a la vez que encendía la linterna que llevaba adosada su arma.
-¡Hindi sunog! ¡Hindi sunog!
-¡Quietos! ¡Las manos donde pueda verlas! ¡Ahora!
Pero las dos personas que veía gracias a la luz de la linterna, parecían no entender nada y estar terriblemente asustadas.
El inglés se acercó con precaución algo más, y ya pudo ver con claridad a dos mujeres y un hombre que muy juntos y sentados en el suelo, temblaban de miedo ante su presencia.
Les indicó con señas que levantasen las manos a lo cual respondieron rápidamente, y tras asegurarse que no eran ninguna amenaza lo comunicó al resto de su equipo. Luego trató de hacerse entender con aquellas personas, que obviamente formaban parte del servicio de aquella lujosa mansión, posiblemente filipinos, pero fue bastante difícil. El hombre, que tenía manchas de sangre en su ropa, apenas chapurreaba algo de árabe y las mujeres más o menos lo mismo.
Le comunicaron por la radio que en el salón había un hombre muerto enfrente de un gran ventanal destrozado por las balas, y que parecía ser un mayordomo o algo así. También de la presencia de numerosos cartuchos de 9 mm en esa estancia, donde los defensores habían improvisado una especie de barricada para parapetarse.
“Bien – pensó – esta es la casa correcta, ahora solo falta saber donde se han metido.”
MacCardy sacó la foto del nieto del Emir que le habían pasado los de inteligencia antes de salir de misión, y se la enseñó a los sirvientes. Todos asintieron con la cabeza y cuando el teniente les preguntó mediante signos por su paradero, los tres señalaron hacia la parte trasera de la casa. Aquello fue todo lo que sacó de auqellas personas y debía ser suficiente.
Subió a la cocina y ordeno al grupo reunirse allí.

¿Novedades? - Preguntó.
-Ahí fuera, del muro para adentro, hay al menos cuatro iraquíes muertos, y a parte del mayordomo, nadie más en la casa.
Miró a Cowan y este respondió.
-Nada en la parte de arriba. Los dueños de este garito se largaron hace varios días por lo menos. Pero hemos visto al norte, a lo lejos, un BTR moviéndose en esta dirección, por lo que sugiero que nos demos deprisa.
-De acuerdo. Parece ser que se han marchado hacia la parte trasera de la finca o a la otra casa. Debemos seguir el rastro. En marcha.

Alden se puso en cabeza mientras que el teniente cerraba la marcha por si llegaban los enemigos.
En el patio de la mansión, tras bordear la piscina, encontraron una mesa grande colocada junto al muro de la casa vecina, y una silla a su lado que había sido derribada tras subir el último que lo hiciera por aquél improvisado paso.
Los SAS comenzaron a saltar con agilidad el muro cuando MacCardy observó que alguien había entrado en la casa. Puso rodilla en tierra y apuntó. Cuando vio al primer soldado iraquí, este se llevó una sorpresa y no pudo reaccionar a tiempo. Una ráfaga de tres disparos bastó para matar al soldado enemigo. Luego, el oficial británico, lanzó un bote de humo para proteger su huida de la reacción iraquí, mientras dos de sus hombres le cubrían desde lo alto del muro disparando hacia el interior de la casa.
Saltó el muro ayudado por sus hombres que desde arriba le echaron una mano. Cruzaron un pequeño callejón polvoriento y luego corrieron todos hacia la siguiente casa entrando en su recinto a través de un gran hueco producido en su muro posterior, seguramente producido por algún tipo de explosivo.

Imagen

Entrando en el recinto de la segunda casa

Al entrar en el patio de la residencia se encontraron con varios cuerpos de soldados iraquies abatidos.

-Seguid vosotros, voy a dejarles un regalito.
-¡Stuart, un día de estos vas a hacer que te maten! – le dijo el teniente MacCardy, pero lo dejó hacer. El cabo Stuart era el especialista de explosivos del equipo, y colocar una “booby trap” le llevaría muy poco tiempo.
Mientras corrían por el jardín hacia el interior de la segunda casa, Cowen se fijó en algo. Cuando finalmente lograron entrar todos, el neozelandés se lo comentó a su superior.

-En la ventana de arriba a la derecha, he visto movimiento. Puede ser que haya alguien.
MacCardy sabía que no tenía tiempo para hacer una revisión sistemática de la casa, así que aquella noticia podía ser una buena señal.
-De acuerdo. Tú vienes conmigo arriba. Vosotros dos os quedáis aquí y entretenéis a esos cabrones si aparecen, y tu busca una salida por la parte delantera. En marcha.

Mientras subía las escaleras con precaución, MacCardy llamó por radio a su otro equipo.

-Sable 2, Sable 2 ¿Dónde estais?
Cchhhhhh…ccchhhh
Primero algo de estática y luego nada.
“Mierda – pensó para él - ¿Qué les habrá pasado? No me gusta como comienza a pintar todo esto”

En la primera planta, al final de un largo pasillo estaba la habitación que buscaban, pero no podían ir a tontas y a locas, allí había otras varias habitaciones y recovecos donde se podían haber escondido posibles enemigos.
-¿Han cruzado los iraquíes el muro? – pregunto por radio en voz baja.
-Negativo, parece que se lo toman con calma o están dando un rodeo.
-De acuerdo.

Habiendo llegado a la puerta de la habitación, todo el dialogo que mantuvieron Cowen y MacCardy fue mediante signos. A una indicación del oficial, ambos interrumpieron en la habitación de forma coordinada cubriendo los ángulos que el otro no podía.
Se encontraron de cara con dos hombres árabes sentados en el suelo, vestidos de traje y que empuñaban armas automáticas. Los cuatro hombres se encañonaron durante dos largos y tensos segundos antes que MacCardy reaccionara y dijera – ¡Soldados británicos, soldados británicos! – de nuevo en árabe e ingles.
Los hombres parecieron aceptar sus palabras y bajaron las armas. Entonces los SAS se dieron cuenta que ambos hombres estaban heridos.
Uno de ellos comenzó a hablar en inglés.

-¿Vienen a por nosotros?
MacCardy saco de nuevo la foto del nieto del Emir y se la mostró.
Ambos hombres respiraron aliviados e indicaron con la cabeza hacia un armario.
Cowen lo abrió y allí estaban, un chaval lloroso, que no tendría más de ocho o nueve años, y su cuidadora, una occidental. El neozelandés les mostró la bandera británica que había en su uniforme y les indicó que le siguieran.

Todo el grupo se puso en marcha y al abandonar la habitación comenzaron a escuchar disparos.
-¡Líder, aquí tres! ¡Tenemos compañía!
-¡Contenedlos, estamos bajando y llevamos “el paquete”!
-Líder, son muchos, no creo que aguantemos de…
Una explosión ahogó su última palabra y sacudió el patio trasero. Alguno de aquellos soldados iraquíes se había topado con la trampa de Stuart.
Eso les daría algunos segundos extras, pero no demasiados.
Al llegar a bajo MacCardy llamó por radio al helicóptero.

-Mosca 6, Mosca 6, aquí Sable 1. Tenemos “el paquete”, solicito extracción inmediata. Estamos enfrentando hostiles.
Tras unos segundos sin respuesta, MacCardy repitió el mensaje y finalmente llegó la contestación.
-Aquí Mosca 6. Extracción imposible, hay demasiada actividad aérea enemiga en la zona.
-¿Qué? Repita mosca 6.
-Repito, extracción imposible. Hay de tres a cuatro helicópteros enemigos armados en la zona, informan que uno de ellos es un Hind. Sugiero que se trasladen a otra zona menos comprometida al sur.
“Joder”
-Recibido. Lo intentaremos. Informen cuando las condiciones sean más favorables.
-Roger. Vamos a intentar buscar ayuda. Corto.
El equipo hoyo la conversación en sus auriculares.

MacCardy se volvió visiblemente enojado contra el soldado Cole y le interrogó por la vía de escape que debía haber buscado.
-¿Qué tenemos ahí delante?
-Otra calle, parece despejada de momento. Hay un par de coches, y a uno he podido hacerle un puente. Lo he dejado enfrente de la puerta de la casa - dijo señalando hacia fuera - pero no cabremos todos en él.
-Pues tendremos que caber, por que nadie se va a quedar atrás.
Dejó al “paquete” con Cole y Cowen mientras iba a la parte de atrás. Stuart le informó al verlo llegar que los solados enemigos se habían replegado al fondo del jardín, y al muro, desde donde disparaban fuego graneado.
-Creo que están preparando otro asalto. Deberíamos irnos.
-Afirmativo. Prepara esta estancia para que salte por lo aires lo antes posible y replegaos a la puerta de entrada de la casa, tenemos un coche para huir.

Imagen

Kuwait City esta siendo ocupada por fuerzas iraquíes.


-Sable 1, Sable 1, aquí Sable 2. Estaremos ahí en 15 segundos.
-Repite Sable 2 ¿Dónde estáis?
-Acercándonos a la puerta de la casa donde tenéis al “paquete”, pero no os asustéis, vamos en un BTR que hemos tomado “prestado” a los iraquíes.
“Eso si que es una sorpresa” – pensó MacCardy – “al final vamos a tener suerte y todo”.

Cuando el BTR-60 llegó a la puerta, el equipo Sable 1 salió a la carrera llevando a sus “invitados” y entraron en el vehiculo blindado con ayuda de los chicos de Sable 2.
El último fue el teniente, pero Stuart todavía no había acabado.

-¡Tres, date prisa, tenemos que irnos!
-¡Ya voy! ¡Cinco segundos!

Los SAS y los kuwaitíes se acomodaron como pudieron dentro del espartano vehiculo de fabricación soviética, mientras MacCardy, son medio cuerpo fuera aguardaba la llegada de su hombre. Los sonidos de las explosiones y los tiroteos que antes se oían a lo lejos, cada vez sonaban más cerca.
Stuart salió a la carrera y haciendo gestos de que agachara la cabeza. Elevó la mano derecha y activó un interruptor. Al instante, toda la parte trasera de la casa voló por los aires. El inglés se subió de un salto al transporte y dijo:
–Eso los entretendrá un rato.
-Bien hecho muchacho. ¡Ahora vámonos de aquí cagando ostias!

El conductor de Sable 2 no necesitó más estímulos. Marcando rueda en el asfalto, el vehiculo salio a todo velocidad por la calle y siguió rumbo al sur, siempre por calles secundarias en la medida de lo posible, según indicación de MacCardy.
El teniente comunicó a Mosca 6 su plan de viajar al sur en un BTR capturado para buscar un punto de extracción, a lo que este respondió que se daba por enterado y que seguía trabajando en buscar ayuda.

Tras rodar apenas cinco minutos, Horrocks, líder de Sable 2, y que ahora manejaba la torreta armada del BTR anunció a los demás:
-Hay un control ahí delante, a unos 250 metros.
El teniente asomó la cabeza por las escotillas superiores del habitáculo de carga, pero tuvo la precaución de quitarse el casco para que los iraquíes no lo reconocieran demasiado pronto.
Había un pequeño camión y un coche cruzados en la calle, 5 o 6 soldados enemigos mirando curiosamente a “su” vehiculo y ningún lugar por el que escapar o pasar de largo el control.
-Está bien – dijo al volver dentro del BTR – vamos a ir despacio hasta que falten unos 50 metros, luego aceleras – le dijo al conductor – y nos abrimos pasos a tiros si es necesario. Tened los ojos bien abiertos por si alguno de esos capullos tiene un RPG ¿de acuerdo?
Todos asintieron.
En los escasos segundos que faltaban, los kuwaitíes se echaron contra el suelo del BTR y fueron cubiertos con lo que se pudo para protegerlos de cualquier esquirla que saltara en el interior del vehiculo, mientras los ingleses se apostaban junto a las troneras y esperando para salir por las portezuelas superiores para repeler a los iraquíes.
En unos segundo, el vehiculo aceleró y poco después comenzaron a oírse los proyectiles enemigos chocar contra el casco del blindado. Horrocks comenzó a disparar la ametralladora de 14,5 mm con que estaba equipada la torreta que manejaba, mientras que desde el interior del BTR los M-4 comenzaron a escupir proyectiles.
MacCardy y Cowen salieron por arriba y cubrían la parte superior de los edificios circundantes. El blindado choco contra la barrera y se la llevó por delante, abriéndose paso en la improvisada barricada enemiga.
De nuevo, y haciendo gala de una vista de águila envidiable, fue el soldado neozelandés el que vio antes a un iraquí con un lanzagranadas, que apareció en un balcón de un piso al lado de donde estaba el control.
-¡RPG! – llegó a decir antes de comenzar a disparar sobre el soldado enemigo.
El teniente no se hizo esperar y se unió a su camarada. El iraquí logró lanzar el proyectil, pero justo cuando dos balas del 5,56 le atravesaban el pecho y la cabeza. El cohete se desvió y fue a parar a unos 20 metros del blindado.
Ambos SAS se agacharon para evitar las esquirlas de la explosión.

-¡Hemos pasado! – Gritó Horrocks – no se ve nada delante. Vamos a ver si podemos llegar a algún sitio para que nos saquen de aquí.
Pero la alegría duró poco.

-¡Teniente, creo que este chisme se está quedando sin gasolina!
MacCardy se acercó al puesto del conductor y metió la cabeza intentando ver algo, pero su ruso no era muy bueno y no pudo comprobarlo por el mismo.
-¿Estas seguro?
-Del todo señor. Este indicador es el de la gasolina, y ahora ya casi no queda, pero no tengo ni idea de cuantos kilómetros podemos hacer con esto.
“¿Y ahora que?” – Pensó para él – “debemos buscar otros vehículos lo antes posible. Una furgoneta grande si puede ser”.
Pero cuando iba a informar a los demás que se prepararan y de lo que debían buscar en las calles, Cowen le reclamó.

-¿Qué pasa?
El neozelandés le indicó al cielo, hacia el noroeste. Al principio no lo veía, pero luego se hizo evidente. Un helicóptero se aproximaba a toda velocidad hacia su posición. Sacó unos pequeños prismáticos de un bolsillo y lo enfocó.
-Mierda, un Hip enemigo, y lleva colgando lanzacohetes.
-Si entramos en su campo de tiro y nos acierta, estamos jodidos.
-Lo se, lo se.
Entró de nuevo en el interior del blindado y se dirigió a Horrocks. Le dijo lo que pasaba y que dirigiese su fuego hacia el helicóptero enemigo en cuanto lo tuviera a tiro.
Este giró la torreta y apuntó.
El primero en disparar fue el aparato enemigo. Un cohete salió de su refugio, pero estaba todavía demasiado lejos. El proyectil impactó en un edificio un par de manzanas más allá. Disparó un segundo, este más afinado, pero todavía muy lejos del BTR.
“Desde luego saben que no somos de los suyos”.
Horrocks abrió fuego poco después, lo que hizo que el piloto virase noventa grados e intentase de nuevo otra aproximación, esta vez volando más alto y más rápido.
“Eso no funcionará” – pensó MacCardy mientras veía aproximarse al helicóptero. Había conseguido acercarse a menor distancia ya que el fuego de Horrocks era menos efectivo, pero la precisión de sus armas desde esa altitud y a esa velocidad también decrecería, o al menos eso pensaba el oficial inglés, hasta que el piloto iraquí comenzó a largar cohetes, uno tras otro. Una docena lanzó en total, y aunque la mayoría erraron por bastante, un par de ellos se aproximaron lo suficiente como para sentir la explosión en el interior de blindado.
Cuando MacCardy comenzaba a pensar en salir del vehiculo y refugiarse en alguno de aquellos edificios, vio como el helicóptero cambiaba bruscamente de rumbo y perdía totalmente la enfilada con el BTR. Acto seguido vio como una estela de humo blanco cruzaba su campo visual de derecha a izquierda y se dirigía directo al helicóptero iraquí, que explotó produciendo una gran bola de fuego, y cuyos restos se precipitaron a tierra con muy poca elegancia.

El teniente se incorporó y sacó medio cuerpo fuera del vehiculo para poder ver lo que estaba sucediendo.
A su derecha observó lo que parecía ser el helicóptero Cobra americano que había lanzado el misil que derribó al Hip, mientras que hacia el sur y descendiendo como a medio kilómetro de su posición, pudo ver a un CH-46 de los Marines.

Imagen

Cobra de los Marines disparando un Sidewinder

En ese mismo instante la radio cobró vida.

-Atención equipo Sable, atención equipo Sable, aquí Mike Sierra 2-2 ¿me reciben?
-Aquí equipo Sable. Le recibo alto y claro.
-Sable, venimos a por ustedes. Cuatrocientos metros delante suyo, giren a la izquierda hacia una pequeña playa. Estamos esperándoles para llevarles a casa.
-Recibido Mike Sierra. Gracias por la ayuda, ese helicóptero nos lo estaba haciendo pasar mal.
-De nada. Ustedes invitan a las cervezas esta noche.
-De lo por hecho marine.

Tras establecer contacto entre los marines y los SAS, todos los miembros de aquella excursión subieron a bordo del SeaKnight y abandonaron la zona rápidamente rumbo al mar, escoltados por el Cobra.
MacCardy revisó la situación. Tenía su “paquete” intacto, el objetivo estaba por lo tanto cumplido, y a parte de los dos escoltas kuwaitíes, a los que ahora revisaba un sanitario americano, tan solo uno de los SAS de Sable 2 había resultado herido leve durante la captura del BTR. Lo habían pasado mal, y en algún momento llegó a temer por el éxito de la operación y de sus vidas, pero al final todo había salido bien.
Treinta y cinco minutos después tomaban tierra en una base avanzada de Arabia Saudí.


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Mensaje por flanker33 »

20 de junio

El botones dejó la maleta y se quedó ante la puerta esperando su propina para irse. Le largue un par de dólares.

“Dicen que hoy en Río va a hacer mucho calor señor Sánchez, tenemos bebidas heladas en recepción por si quiere refrescarse” dijo el muchacho antes de salir.

“Calor” pensé. Aquel chaval no sabía lo que era calor. En la ciudad brasileña se alcanzarían unos agradables 30 o 31 grados, nada que ver con el infierno que se desataba en mi país, donde se llegaba a los 50 grados. Lo que llevaba mal de la ciudad era la jodida humedad…mucha humedad, que producía una sensación de bochorno que no se podía quitar de encima, se pasaba uno todo el día empapado en sudor.
Me duché, intentando refrescarme y dejar de sudar, pero obviamente no me sirvió para nada, a los cinco minutos estaba igual.
El hotel era bastante modesto por definirlo de una manera generosa, pero era discreto y al menos el colchón de la cama era duro, como a mi me gustaba. Puse el viejo televisor en blanco y negro que había colgado de la pared y me tumbé en la cama. Solo se sintonizaba un canal local donde estaban emitiendo un boletín de noticias. El presentador estaba leyendo algo relacionado con la política interna del país, luego pasó al fútbol, seguido de algunas señoritas bailando samba. La verdad es que aquel esquema de noticias no tenía ni pies ni cabeza, pero poco importaba, lo único que buscaba era pasar el tiempo hasta que contactaran conmigo. Casi al final del noticiario, y un poco de refilón, comentaron lo que en los principales canales de todo el mundo era la noticia de portada desde hacía unas horas. El estallido de un conflicto bélico en Oriente Medio y el Mediterráneo. Aquello ya me interesó más. La cercanía de mi país a los acontecimientos hacía que quisiera estar al tanto de lo que pasaba. La verdad es que aquel presentador no sabía ni de lo que hablaba y se limitaba a leer algún teletipo de las agencias de noticias sin ningún tipo de orden ni concierto, pero daba la sensación de que la cosa era grave. Los soviéticos habían invadido Irán y los iraquíes Kuwait. Esto último me inquietó. ¿Y si las tropas de Sadam Hussein no se limitaban al emirato kuwaití? ¿Y si querían también invadir Arabia Saudí? La idea de que los americanos habían desplegado tropas en mi país, no me entusiasmaba en absoluto, pero vistos los acontecimientos, mejor que mi país estuviera protegido por los “US Boys” o pasaríamos a ser lacayos de Sadam Hussein…como lo éramos de los Saud. A lo mejor no había tanta diferencia.
Pero no, quería que el rey y su familia siguieran en el poder, al menos hasta que pudiera llevar a cabo mi plan. Luego, se podía ir todo al infierno.

No se en que momento comencé a dormitar, hasta que una llamada al teléfono de la habitación me despertó abruptamente.

-Señor Sánchez, le ha dejado un mensaje en recepción. Dicen que es urgente.
-Gracias – fue todo lo que llegué a decir en mi mal portugués.

Me acabé de vestir y prepararme para dar un paseo. Bajé a la recepción donde el tío que parecía el encargado me dio un sobre lacrado. El encargado se quedó mirándome extrañado esperando a que abriera el sobre, como si esperase alguna explicación de mi parte. Le sostuve la mirada y fruncí el ceño. Al final se dio cuenta de que no debía insistir en aquel jueguecito conmigo.
Leí la nota. Era lo que estaba esperando. No pregunté siquiera quien la había entregado. Lo sabía de sobra. Salí a la calle y busque un taxi. No fue difícil encontrarlo, lo difícil fue que quisiera llevarme a la dirección que había escrita en aquella nota. Al final me dejó como a cinco manzanas de distancia, pero al menos me dio buenas indicaciones de cómo llegar, así que le solté una buena propina.
Aquél barrio parecía peligroso, era una transición desde la ciudad a una de las favelas con peor fama de Río de Janeiro, y nunca lo había visitado antes. Pero todas aquellas ciudades se parecían unas a otras pensaba mientras comencé a andar. Me había visto obligado a vivir en aquella región del mundo para poner dos continentes y un océano entre mis perseguidores y yo, y aún así siempre vigilaba mi espalda…y me había dado buenos resultados. Como aquella tarde, cuando noté que tres jovenzuelos me seguían cada vez más cerca. Me paré en seco y me volví hacia ellos. El que parecía mayor, se apartó la chaqueta dejando ver un revolver del .38 metido en el pantalón, mientras mostraba una sonrisa maliciosa. No le hice esperar, levanté la parte izquierda de mi chaleco dejando que vieran la mini-Uzi que llevaba para que me librara de todo mal. La sonrisa desapareció de su rostro y tras un momento de incertidumbre, los tres chicos cruzaron de acera y se volvieron por donde habían venido.
Continué mi camino sin más contratiempos hasta llegar a la dirección. En la puerta estaba Alves, el gorila habitual de Rubén, un colombiano (o eso decía él) que se había convertido en mi “agente”, el tipo que me conseguía los trabajos de mercenario a lo largo de todo centro y Suramérica.
Alvés parecía algo más nervioso de lo habitual. A unos veinte metros más allá, en la otra acera, vi un coche negro de gran cilindrada que desentonaba un tanto con los del barrio, y en su interior un europeo que me miraba fijamente.

-¿Llevas algún arma? – me preguntó Alves.
-Por supuesto – le respondí.

Por un momento no supo lo que hacer. Nunca me había pedido el arma para poder ver a su jefe y nunca se la había dado, y no esta no iba a ser la primera vez. Al final me dejó pasar y me dijo que el jefe estaba esperándome dentro.
Tras cruzar el recibidor de la casa, Hector, otro de los gorilas de Rubén, me acompañó hasta una gran sala de estar tremendamente espartana. Los únicos muebles que había era una antigua mesa de madera con una lámpara y barias sillas de metal, como las que ponían los bares en las calles. Sentado en la mesa estaba mi agente, mirándome con seriedad. Me hizo un gesto con la mano para que me sentara en la silla enfrente de la mesa.
Aquél tipo de encuentro era extraño. Normalmente Rubén me recibía en alguna oficina de un ficticio negocio de importación-exportación que tenía repartidas en varias ciudades de Latinoamérica, como si fuera un hombre de negocios más, y su trato era distendido e incluso afable. Hoy no parecía estar de humor. Como su matón, estaba extrañamente nervioso.
Me senté sin decir nada. Él comenzó la conversación.

-¿Cómo estás querido Waleed? – me preguntó, como si le importara algo.
-Sabes que no me gusta que me llamen así. Déjalo.
-Perdona, perdona, no te enfades. ¿Como es ahora? ¿Señor Asunción?
-Sánchez, señor Sánchez.
-De acuerdo señor Sánchez ¿Qué tal va todo?
-Pues ahora que lo dices, el último trabajo que me diste era una mierda. Aquellos paramilitares no querían entrenamiento, solo me querían para que les hiciera el trabajo sucio y que nadie les pudiese acusar a ellos de los asesinatos. Y además por un sueldo de mierda. Pasé.
-Si, me lo han hecho saber. No han quedado muy contentos, pero no te preocupes, he conseguido calmarlos y reemplazarte, todo esta bien.
-No me preocupo en absoluto. – Como si aquellos gilipollas pudieran quitarme el sueño, pensé. – Espero que me hayas llamado para ofrecerme un trabajo que merezca la pena.
-Disculpa si no te gusta lo que te ofrezco, señor Sánchez – dijo con evidente sarcasmo – pero el trabajo está muy difícil últimamente y la competencia va en aumento.
-No me cuentes tus penas ¿Tiene algo para mi o me has hecho perder el tiempo?
-Calma amigo. Relájate.
Aquél imbécil, al que solo soportaba por que me daba trabajo y normalmente buenos porcentajes, me estaba haciendo perder la paciencia.
-A llegado a mis oídos – continuó Rubén – un rumor sobre ti que por lo visto circula desde hace algún tiempo por ahí.
-¿Y es?
-Según dicen, te buscan los servicios secretos saudíes para darte matarife. ¿Es cierto?
No respondí.
-¿Qué les has hecho? ¿Por que quieren ver muerto a uno de mis mejores hombres?
“Mis”…que cretino. Seguí sin responder.
-De acuerdo, de acuerdo. No es asunto mío, pero entenderás que ante esta noticia, tenga que cubrirme bien las espaldas. A partir de ahora nos encontraremos en sitios menos públicos y nuestros contactos personales serán más esporádicos.
“Perfecto” pensé para mí, pero seguí sin hablar.
-Vaya, parece que hoy estás menos elocuente que de costumbre.
-¿Quiénes son los tipos del coche negro?
Sonrió.
-Te has dado cuenta, claro.
Le miré fijamente. Me estaba comenzando a cansar de tanta tontería. Rubén miró a su gorila y luego a la habitación de al lado. Este se fue en para allá y entró en la sala con otro hombre, posiblemente del Este de Europa.
-Está bien. Te presento a mi nuevo amigo y colega, el señor…vaya, si no recuerdo que me haya dicho su nombre – dijo mirando al europeo inquisitoriamente.
Este no le prestó atención y se sentó en una silla a su lado.
-Bueno, lo llamaremos…señor Ivan…de Moscú.
El tal Ivan dejó sobre la mesa un dossier. No llevaba siglas de ninguna organización, pero no hacía falta ser muy listo para saber que era de algún servicio secreto, y en la portada del dossier, su nombre: Waleed Hazizi.


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Mensaje por flanker33 »

21 de junio


El teniente Malloy intentaba absorber toda la información recibida en el breve “briefing” de hacía unos minutos, pero la falta de sueño, la tensión de los últimos días y en especial de las pasadas veinticuatro horas no facilitaban su concentración.

Desde que el día anterior el mundo entero se volviera loco y los soviéticos invadieran Irán e Irak entrará en Kuwait, había tenido poco tiempo para pensar. Se había pasado todo el día anterior volando en dos misiones CAP sobre el Golfo para evitar que los iraquíes atacaran Qatar, los Emiratos Árabes Unidos o el Estrecho de Ormuz, y en la segunda misión, incluso llegó a luchar en un combate aéreo contra tres Mirage F-1 que intentaban atacar la base de Doha. Su líder de sección logró un derribo y los otros dos aparatos dieron la vuelta y huyeron antes de que los pudiera tener a tiro. En total, se declararon 35 aparatos enemigos destruidos, más de la mitad de ellos en el aire, por combates aéreos o SAM,s, y el resto en tierra en sendos ataques sobre bases aéreos enemigas.
Por las fuerzas aliadas tan solo hubo que lamentar la perdida de 9 aparatos, 5 destruidos (entre ellos 2 Tornados que participaron en el ataque a las bases aéreas iraquíes y un F-16 derribado por “fuego amigo”) y cuatro dañados (posiblemente uno por misiles aire-aire enemigos, aunque no todavía no estaban claras las circunstancias).

Fueron unas pocas horas de sueño reconfortante las que hubieron de servirle de descanso antes de ser despertados de urgencia de madrugada. La situación en Kuwait era muy peligrosa para los aliados kuwaitíes y las tropas americanas habían entrado en el país para socorrerlas. El día anterior, a media mañana tres divisiones pesadas de la Guardia Republicana iraquí había penetrado por el norte y el noroeste del país avanzando en dirección a la capital mientras tres brigadas kuwaitíes apoyadas por algunos aviones norteamericanos trataban de retrasar su inexorable avance. Al anochecer, una división mecanizada del ejército regular se unió a la invasión, cruzando la frontera oeste, cerca de la línea divisoria entre Irak, Kuwait y Arabia Saudí y en dirección hacia el mar. Los iraquíes querían cerrar la trampa y evitar que las tropas y los civiles kuwaitíes pudieran escapar hacia Arabia Saudí. Entonces CINCCENT decidió que no podía quedarse sin hacer nada y tras una breve consulta con Washington, decidió lanzar una operación de emergencia para ganar tiempo y facilitar la huida de sus aliados. La 2ª Brigada de la 24º División de infantería que estaba en posición desde media tarde, cruzó la frontera y atacó el flanco de la división mecanizada iraquí. En una violenta batalla nocturna, donde sus sofisticados equipos de visión nocturna y en unión con los Apaches de la 101º y el XVIII Cuerpo, lograron desarticular el avance iraquí y hacerlo retroceder forzándolo a buscar una posición defensiva cerca de la frontera de su país, tras dañar gravemente a dos de sus regimientos.
Ya de madrugada, la Guardia Republicana había tomado el control de Kuwait City y tras una breve pausa, prosiguió su avance. La división acorazada Hammurabi se dirigió hacia donde había tenido lugar la batalla nocturna para enfrentarse a los norteamericanos, mientras que la división acorazada Medina perseguía a los civiles y militares kuwaitíes que se retiraban por la carretera costera hacia el país vecino. La división Mecanizada Tawakalna se quedó ocupando la capital del pequeño emirato mientras esperaba a que otras tres divisiones de infantería que estaban cruzando la frontera esa misma mañana, llegasen para relevarla.
Por parte americana, la 2ª Brigada se había replegado hacia las líneas aliadas en Arabia Saudí, mientras que un batallón de tanques con más de medio centenar de M-60 y otros tantos Hummers con misiles TOW de la 7ª MEB se adentraron en Kuwait por la carretera costera, sobrepasaron a los kuwaitíes en su retirada, y se enfrentaron con los iraquíes para retrasar a la división enemiga y ganar tiempo para que completaran la huida. Y allí era donde entraban en escena los F-18 de los “Black Knights”. Durante los primeros momentos del encuentro, los Cobras y los Harriers del Cuerpo habían estado atacando las puntas blindadas de la División Medina y ahora les tocaba a ellos.

-Líder “Snake” a escuadrón. Péguense a mí.
La voz del comandante de la misión, el capitán Monroe, llegó a sus auriculares. Los ocho Hornets que habían despegado para la misión, con el indicativo “Snake”, estaban divididos en sendas escuadrillas de 4 aparatos cada una, y Malloy volaba como líder de la 2ª como “Snake 5”.
El líder de la formación comenzó un rápido descenso que estabilizó a pocos metros de las calmadas aguas del Golfo. Con un depósito central de combustible y a menos de 300 millas náuticas de su objetivo, podían permitirse el lujo de volar muy bajo desde medio camino a su objetivo para evitar las defensas aéreas enemigas. En concreto, las divisiones de la Guardia Republicana estaban armadas con sistemas SA-6, a parte de los usuales misiles SAM infrarrojos de corto alcance, que las divisiones pesadas del Ejército regular no tenían, y con los que tenían que ir con cuidado. Les informaron que los ataques de los Cobra y Harriers que les habían precedido, había dado cuenta de un par de “Shilkas” y al menos un lanzador SA-6, lo cual era una buena noticia, pero también confirmaba su presencia en la zona de operaciones.
La idea era volar muy bajo para evitar los radares de búsqueda hasta el último momento, y hacer la aproximación por el Golfo, para evitar en lo posible los errores de identificación de las fuerzas terrestre cuando ambos bandos estaban en contacto, y a la vez evitar que algún servidor demasiado nervioso de los SAM aliados se le fuera la mano y se produjese un “blue on blue”. Ya sobre el objetivo, las dos escuadrillas se distanciarían un poco y soltarían su carga de 8 bombas Mk.20 Rockeye que portaba cada avión sobre la vanguardia blindada enemiga. Luego un rápido giro hacia el oeste y vuelta a casa por el mismo camino. Rápido y limpio…si salía todo bien.

-“Snake”, “Snake”, aquí “Showtime”. Ninguna actividad aérea enemiga en la zona. Todo despejado hasta el objetivo. Un radar terrestre de descubierta está emitiendo cerca de vuestro objetivo, tened cuidado.
Los F-15 de la Fuerza Aérea y los F-14 de la Armada parecía que estaban consiguiendo mantener la superioridad aérea en la zona, al menos durante aquellas primeras horas del día.
-Gracias por la información “Showtime”. Estamos a un minuto para el objetivo.

Malloy escuchó la conversación entre el líder del escuadrón y el E-3 AWACS que orbitaba por encima de ellos y a retaguardia, vigilando el espacio aéreo de aquel sector, mientras que manipulaba los mandos para prepararse para el ataque. Colocó la configuración de las MFD, el HUD y el radar en modo aire-suelo y seleccionó el armamento en el panel correspondiente.

-“Snake 5” “Snake 5” – lo llamó por la radio el capitán Monroe – ejecuten ahora. Intervalo de 10 segundos.
-Roger lider “Snake”. 10 segundos.
-1ª Escuadrilla, atentos. Formación de ataque. Síganme.

Los Hornets de la 2ª escuadrilla se apartaron de sus compañeros y dejaron un margen de unos 10 segundos para realizar un ataque en dos pasadas consecutivas. De momento todo iba bien, las emisiones del radar que había advertido “Showtime” todavía no despertaron sus alertadores radar, pero sabía que en cuanto ganaran una cierta altura para poder reconocer el objetivo y proceder al ataque, sería sin duda “pintados” por él.

Malloy vio como la escuadrilla de Monroe ganaba altura y aceleraba, y cuando estaban con los “pies secos”, una pequeña columna de humo salió de alguna parte hacia el este de ellos. El cielo se iluminó con un gran reguero de bengalas que los sistemas de defensa de los Hornets habían activado. El misil, sin duda un pequeño SAM IR enemigo no pudo encontrar su blanco y se desvió hacia una de las bengalas. Acto seguido la 1ª Escuadrilla soltó sus mortífera carga sobre las tropas enemigas.

-Es nuestro turno. Seguidme bien pegaditos – dijo el teniente a sus compañeros de escuadrilla.
-Vamos allá – respondió su punto, el teniente Rodríguez.

Avanzó el mando de gases y tiró ligeramente de la palanca de mando. Al elevarse, y tal y como el preveía un radar "Straight Flush" apareció hacia el este en su pantalla de amenazas. Inmediatamente, el equipo ECM del avión se conectó para interferirlo, lo que consiguió, al menos durante unos segundos cruciales que le permitirían poder llevar a cabo el ataque sin demasiadas interferencias.
Malloy se concentró en reconocer lo que tenía delante de él y en menos de tres segundos decidió donde debía soltar sus bombas. Lo harían justo al lado de donde habían caído las de la 1ª Escuadrilla, y donde también parecía haber una concentración suficientemente densa de vehículos enemigos para maximizar la eficacia de sus armas de área.
-Lanzar bengalas – ordenó a sus compañeros.
El cielo volvió a iluminarse mientras los Hornets iban soltando sus bengalas a intervalos regulares durante todo el ataque. Aun así, los iraquíes estaban advertidos esta vez, y las trazadoras de los ZSU-23/4 se elevaron hacia el cielo, y lanzaron tres misiles Strelas.
Malloy se concentraba en realizar su ataque con precisión, confiando en que las contramedidas hicieran su trabajo, tal y como lo había ensayado en docenas y docenas de maniobras anteriormente. En general las trazadoras no se acercaron demasiado, y dos de los misiles se desviaron engañados por los señuelos, pero uno de ellos logró impactar en la cola de su punto.

-¡Me han alcanzado, me han alcanzado! – Gritó por el micrófono Rodríguez. – Pero parece que estoy bien, no creo que haya afectado a nada esencial…por el momento.
-Aborta “Snake 6”, aborta el ataque.
-Recibido. Saliendo.

Todo aquello estaba sucediendo tremendamente rápido, y sin embargo parecía que nunca llegaba el momento de soltar su carga, hasta que finalmente pudo centrar su objetivo en el HUD y soltar su carga bélica. Los otros dos aparatos que quedaban en la pasada de ataque le imitaron y saturaron un área con bastantes vehículos, principalmente BMP,s y algún que otro tanque T-72, logrando destruir o dañar a varios de ellos.

La 2ª Escuadrilla realizó un cerrado viraje a la izquierda y salieron de la zona sobrevolando a baja altura a sus propias tropas, que continuaban disparando contra los tanques iraquíes. Otros dos Strela salieron en su búsqueda, pero la distancia y las últimas bengalas lograron que su retirada fuera limpia.
A medio camino de regreso, volvieron a ganar altura y se unieron de nuevo a Monroe y su escuadrilla, donde también había llegado Rodríguez.

-¿Cómo estás “Snake 6”? – Preguntó Malloy al acercarse a su compañero.
-Todo bien. Parece que la cabeza del misil no ha explotado, simplemente se ha incrustado en el fuselaje. He declarado emergencia. Parece que quieren que aterrice en Muharraq, así que ya nos veremos luego.
-De acuerdo amigo. Suerte.

Malloy acompañó a Rodríguez hasta el aeropuerto alternativo y se mantuvo orbitando sobre él hasta que su compañero aterrizó y le informaron que no se había producido ningún incidente. Mientras tanto, el resto de Hornets había puesto rumbo a Doha donde aterrizaron sin novedad, seguidos unos minutos más tarde por el teniente Malloy. Tras el correspondiente “debriefing”, les informaron que gracias a su ayuda y la del resto de aeronaves del Cuerpo, los marines de tierra habían logrado detener a los iraquíes lo suficiente para que la mayoría de los kuwaitíes que intentaban escapar, civiles y militares, lograsen hacerlo. De estos últimos, y de las tres brigadas que habían combatido a los iraquíes, llegaron a suelo saudí tan solo dos de ellas, tan debilitadas, que en los días siguientes deberían combinarse para formar una sola.

Aquellos combates que habían comenzado al anochecer del día anterior y que concluyeron casi al mediodía del 21 de junio, fueron el primer encuentro entre las tropas norteamericanas y las de Sadam Hussein. El US Army salió bastante bien parado de su encuentro, dado la superioridad tecnológica de sus carros M-1 sobre sus rivales. Los Marines, con tanques M-60, con tan solo un batallón y enfrentados a carros más modernos y tropas mejor entrenadas, sufrieron algunas bajas más, pero tampoco demasiado graves. Los iraquíes constataron que sus divisiones pesadas del Ejército regular tendrían muchos problemas al enfrentarse a los americanos, y más en combates nocturnos. El comandante de la desafortunada división fue ejecutado dos días después por orden directa de su líder supremo. Por el contrario, la Guardia Republicana, aunque no consiguió su objetivo y sufrió importantes pérdidas, logró al menos destruir algunos tanques americanos y abatir un helicóptero y un Harrier de un cuerpo de élite enemigo como eran los Marines.
Por el momento las hostilidades cesaron en la frontera con Arabia Saudí. Los iraquíes, si esa era su intención, necesitaban prepararse mejor para lanzar un asalto sobre el resto de las monarquías del Golfo Pérsico.

Malloy y sus compañeros del 314º no tuvieron mucho tiempo de descanso. Aquella misma tarde, la Fuerza Aérea iraquí lanzó una ofensiva.


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ASTUR
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Mensaje por ASTUR »

Una cosa flanker, yo creo que algún regimiento aereo de los rusos estaria en irak apoyando los avances de estas trops en kuait sabiendo los rusos de la inferioridad de los medios iraquies frente a las tropas de la alianza (Arabia- kuvaities-OTAN), ¿no les cederian medios los rusos? sobre todo aereos (cazas de superioridad y helicopteros) para intentar disminuir la diferenciad e equipos.

Un saludo


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Mensaje por sergiopl »

Mmm... depende, ASTUR.

En primer lugar, los iraquies tal vez estuvieran algo mas confiados (no tienen enfrente a la "armada" aérea de la DESERT STORM real)...

En segundo lugar, los aviones soviéticos destinados a ése teatro de operaciones están ocupados con la invasión de Irán

Y en tercer lugar, los recursos aéreos soviéticos no son infinitos: recordemos que en Europa Central la situación sería de alerta máxima, con ambos bandos a un lado y a otro de la frontera inter-alemana listos para lanzarse uno al cuello del otro, por lo que la VVS tendría un considerable contingente allí... mas los cazas de la PVO que tendrían que destinar a la defensa aérea de la URSS.

Además... todo se andará, me parece a mi :wink:


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Mensaje por flanker33 »

Hola ASTUR,

efectivamente algo de esto va a haber dentro de unos capitulos. Ahora mismo estamos en el día D+1 y los soviéticos todavía tienen que eliminar a la IriAF y no han tenido tiempo de desplegarse en Iraq. Además, Saddam Hussein supongo que quedría hacer valer sus fuerzas ante sus aliados e intentar una aventura en solitario, que a la vez le reportaría más beneficios al no tener que deberle nada a los soviéticos. Pero después de los primeros días, y antes de la siguiente ofensiva, quizás haya de replantearselo.

Saludos.


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Mensaje por flanker33 »

Se me adelantó usted...


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