Grandes batallas de la Historia de España
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Vuelvo a la carga con otra batalla bastante polémica por cierto, pero que el único interes es el del dar cera al Post y que no decaiga. Como siempre por mi admirado D. Fernando Díaz, con el cual mantengo relaciones amistosas y muy fructíferas, incluso en nuestros desencuentros.
Almansa, gloria al Borbón
Por Fernando Díaz Villanueva
El primer Carlos III de la historia de España no fue el que todos conocemos, sino un archiduque austriaco que se hizo proclamar rey en 1703. Lo hizo en Viena, que era lo que le venía más a mano, pero su intención era heredar todos los reinos de su tío, Carlos II, que tenían su centro neurálgico en España.
Hasta ahí, todo perfecto. El problema es que, para cuando reclamó la corona española, ésta ya tenía dueño, se encontraba sobre la cabeza de un jovencito francés que había sido proclamado rey un año antes.
Como rey sólo puede haber uno, pues nada, que hubo una guerra en toda regla, que involucró a las potencias europeas de la época. Carlos tenía las de ganar. Aparte del apoyo austriaco (y en aquel entonces Austria no era ninguna broma), contaba con el favor de ingleses, holandeses, prusianos, saboyanos y portugueses. Felipe, por el contrario, se tenía que conformar con la ayuda que, con cuentagotas, iba soltándole su abuelo, Luis XIV, el rey más poderoso de Europa pero también uno de los más envejecidos y endeudados. Los españoles, que eran los más interesados, fueron los convidados de piedra en todo el enredo, y apoyaron a uno u otro en función del momento y del lugar.
Así las cosas, la guerra, que hoy llamamos "de Sucesión", empezó en Cádiz con una españolada de tronío y siguió su curso tal y como era de prever, conforme a la relación de fuerzas y haciendas. Los Borbones fueron perdiendo terreno y los Habsburgo ganándolo. Para 1706 la disputa estaba prácticamente decidida. Más pronto que tarde Felipe de Anjou, Felipe V, tiraría la toalla y volvería a París a esconderse bajo el mantón de armiño de su abuelo. Carlos sería el nuevo rey, continuador natural de la estirpe de los Habsburgo, que su tocayo y tatarabuelo Carlos I había inaugurado dos siglos antes.
Entonces, cuando ya estaba todo el bacalao vendido, cuando los Borbones habían salido de Madrid como alma que lleva el diablo y huían en desbandada en todas las direcciones, dos generales, un inglés que luchaba para los franceses y un francés que hacía lo propio para los ingleses, se encontraron frente a frente en Almansa, un rincón perdido en los bordes de Castilla que servía –y sigue sirviendo– como lugar de paso al antiguo reino de Valencia. El inglés afrancesado se llamaba James Fitz-James, aunque todos le conocían como Duque de Berwick. El francés renegado atendía al nombre de Henri de Massue y, aunque Luis XIV le había desposeído del título, le gustaba presentarse como Marqués de Ruvigny.
El tropiezo no fue casual, que España es demasiado grande como para encontrarse por casualidad. Berwick y Ruvigny se andaban buscando porque ambos lo necesitaban: Fitz-James, para saber si tenía sentido seguir peleando por Felipe de Borbón; Massue, para consolidar la supremacía austracista y poner fin a la contienda. Para eso tenía que aniquilar al ejército de Berwick, lo que permitiría a Carlos III retomar Madrid y dar el asunto por concluido.
Esa urgencia le llevó a cometer uno de los peores errores en que puede cometer un general: subestimó a su enemigo.
Probablemente por falta de información, o porque la que le había llegado era deficiente, supuso que los borbónicos eran menos y que andaban desesperados buscando la entrada a Valencia. Pero al llegar a Almansa pudo comprobar para su desgracia que contaba con 10.000 hombres menos que su oponente. Además, Berwick se las había arreglado para reclutar a un buen número de españoles, conocedores del terreno y que disponían de hilo directo con la población civil. Para colmo de males, el inglés había llegado antes y esperaba la acometida austracista con 34.000 hombres distribuidos en dos impenetrables líneas que se extendían a lo largo de más de seis kilómetros.
Pero ya no había tiempo de echarse atrás. Había llegado la hora de vencer o morir.
En la mañana del 25 de abril se reconocieron mutuamente y se dispusieron para la batalla, que empezó a medio día y duró muy poco, apenas cuatro horas. Todo lo que pudo salir mal salió peor para el bando del archiduque. Ruvigny no sólo tenía menos soldados, sino que, además, estos difícilmente se entendían entre sí. Su ejército estaba conformado por ingleses, holandeses y portugueses, una torre de Babel coronada por un Estado Mayor integrado por el propio Ruvigny y por el portugués Antonio Luis de Sousa, marqués das Minas, que se empeñó en dirigir la batalla de manera colegiada con el francés.
Berwick, sabedor de que era superior en todo y de que allí sólo mandaba él, planteó la batalla desde el primer minuto como un sitio. Cañoneó a las tropas enemigas y luego tensó las líneas para que resistiesen las cargas que hiciesen falta. Fueron cuatro, a cuyo término ordenó el ataque por los flancos de la cuña que habían formado los aliados, exhaustos tras darse una vez tras otra con un murallón de bayonetas. La última palabra la puso el propio Berwick, que se lanzó entusiasta en el último de los contraataques cabalgando al frente del batallón de reserva. La espantada era inevitable; la dieron hasta los generales, que trataron de ponerse a salvo según vieron que aquello estaba perdido.
Pero Berwick no quería dejar ni un enemigo vivo, para que su fama de implacable le abriese de par en par las puertas del reino de Valencia. Lo consiguió en parte. Se hizo con toda la artillería enemiga, con 120 estandartes y con 10.000 prisioneros, entre los que se encontraban varios centenares de oficiales de alto rango. El peor parado, con todo, fue el Marqués das Minas, que se llevó de matute a su mujer vestida de hombre: la mataron en el curso de la batalla. Tras la derrota salió despavorido con los de Berwick pisándole los talones, con la mala suerte de que se cayó del caballo y casi de desnuca. Portugués tenía que ser.
Lo del reino de Valencia le costó bastante más. Pero, claro, ahí ya no tenía enfrente a soldados de fortuna combatiendo en un país extraño, sino a españoles de verdad defendiendo su casa. Consiguió, con grandes esfuerzos, tomar Valencia, Alcoy, Denia y Játiva. Esta última fue tan correosa que, tras conquistarla, mandó que la incendiasen. Hoy los setabenses, en justa correspondencia por la felonía, mantienen el cuadro de Felipe V colgado del revés, y así seguirá hasta que las ranas críen pelo.
A consecuencia de la batalla y como castigo por la resistencia tenaz que había presentado, el reino de Valencia se quedó sin fueros; y tras él Aragón y Cataluña. Los nacionalistas valencianos (afortunadamente escasos, y más catalanistas que otra cosa) de hoy quieren ver en Almansa el origen de todos sus males. Ocultan, sin embargo, que el único regimiento formado por valencianos que participó en la batalla, el Regimiento Valencia, al mando del coronel Riera, lo hizo en el lado borbónico y no en el austracista, como les gustaría a ellos.
La batalla de Almansa no decidió la guerra pero sí permitió al Borbón darse un baño de gloria y tomar aliento para continuarla. Al final para nada, porque el archiduque devolvió la corona de España tan pronto quedó libre la de Austria, que era su verdadera patria. Entonces, como ya no tenía sentido combatir, todos (a excepción de los barceloneses, siempre tan españoles) se la envainaron y se firmaron los acuerdos de Utrecht-Rastatt, un tratado de paz bastante lamentable que, sin embargo, tuvo algo bueno, al poner fin a las llamadas posesiones europeas de los reyes de España, que tantos dolores de cabeza nos habían proporcionado durante dos siglos. Algo bueno tenía que salir de doce años de guerra.
http://historia.libertaddigital.com/alm ... 39712.html
Almansa, gloria al Borbón
Por Fernando Díaz Villanueva
El primer Carlos III de la historia de España no fue el que todos conocemos, sino un archiduque austriaco que se hizo proclamar rey en 1703. Lo hizo en Viena, que era lo que le venía más a mano, pero su intención era heredar todos los reinos de su tío, Carlos II, que tenían su centro neurálgico en España.
Hasta ahí, todo perfecto. El problema es que, para cuando reclamó la corona española, ésta ya tenía dueño, se encontraba sobre la cabeza de un jovencito francés que había sido proclamado rey un año antes.
Como rey sólo puede haber uno, pues nada, que hubo una guerra en toda regla, que involucró a las potencias europeas de la época. Carlos tenía las de ganar. Aparte del apoyo austriaco (y en aquel entonces Austria no era ninguna broma), contaba con el favor de ingleses, holandeses, prusianos, saboyanos y portugueses. Felipe, por el contrario, se tenía que conformar con la ayuda que, con cuentagotas, iba soltándole su abuelo, Luis XIV, el rey más poderoso de Europa pero también uno de los más envejecidos y endeudados. Los españoles, que eran los más interesados, fueron los convidados de piedra en todo el enredo, y apoyaron a uno u otro en función del momento y del lugar.
Así las cosas, la guerra, que hoy llamamos "de Sucesión", empezó en Cádiz con una españolada de tronío y siguió su curso tal y como era de prever, conforme a la relación de fuerzas y haciendas. Los Borbones fueron perdiendo terreno y los Habsburgo ganándolo. Para 1706 la disputa estaba prácticamente decidida. Más pronto que tarde Felipe de Anjou, Felipe V, tiraría la toalla y volvería a París a esconderse bajo el mantón de armiño de su abuelo. Carlos sería el nuevo rey, continuador natural de la estirpe de los Habsburgo, que su tocayo y tatarabuelo Carlos I había inaugurado dos siglos antes.
Entonces, cuando ya estaba todo el bacalao vendido, cuando los Borbones habían salido de Madrid como alma que lleva el diablo y huían en desbandada en todas las direcciones, dos generales, un inglés que luchaba para los franceses y un francés que hacía lo propio para los ingleses, se encontraron frente a frente en Almansa, un rincón perdido en los bordes de Castilla que servía –y sigue sirviendo– como lugar de paso al antiguo reino de Valencia. El inglés afrancesado se llamaba James Fitz-James, aunque todos le conocían como Duque de Berwick. El francés renegado atendía al nombre de Henri de Massue y, aunque Luis XIV le había desposeído del título, le gustaba presentarse como Marqués de Ruvigny.
El tropiezo no fue casual, que España es demasiado grande como para encontrarse por casualidad. Berwick y Ruvigny se andaban buscando porque ambos lo necesitaban: Fitz-James, para saber si tenía sentido seguir peleando por Felipe de Borbón; Massue, para consolidar la supremacía austracista y poner fin a la contienda. Para eso tenía que aniquilar al ejército de Berwick, lo que permitiría a Carlos III retomar Madrid y dar el asunto por concluido.
Esa urgencia le llevó a cometer uno de los peores errores en que puede cometer un general: subestimó a su enemigo.
Probablemente por falta de información, o porque la que le había llegado era deficiente, supuso que los borbónicos eran menos y que andaban desesperados buscando la entrada a Valencia. Pero al llegar a Almansa pudo comprobar para su desgracia que contaba con 10.000 hombres menos que su oponente. Además, Berwick se las había arreglado para reclutar a un buen número de españoles, conocedores del terreno y que disponían de hilo directo con la población civil. Para colmo de males, el inglés había llegado antes y esperaba la acometida austracista con 34.000 hombres distribuidos en dos impenetrables líneas que se extendían a lo largo de más de seis kilómetros.
Pero ya no había tiempo de echarse atrás. Había llegado la hora de vencer o morir.
En la mañana del 25 de abril se reconocieron mutuamente y se dispusieron para la batalla, que empezó a medio día y duró muy poco, apenas cuatro horas. Todo lo que pudo salir mal salió peor para el bando del archiduque. Ruvigny no sólo tenía menos soldados, sino que, además, estos difícilmente se entendían entre sí. Su ejército estaba conformado por ingleses, holandeses y portugueses, una torre de Babel coronada por un Estado Mayor integrado por el propio Ruvigny y por el portugués Antonio Luis de Sousa, marqués das Minas, que se empeñó en dirigir la batalla de manera colegiada con el francés.
Berwick, sabedor de que era superior en todo y de que allí sólo mandaba él, planteó la batalla desde el primer minuto como un sitio. Cañoneó a las tropas enemigas y luego tensó las líneas para que resistiesen las cargas que hiciesen falta. Fueron cuatro, a cuyo término ordenó el ataque por los flancos de la cuña que habían formado los aliados, exhaustos tras darse una vez tras otra con un murallón de bayonetas. La última palabra la puso el propio Berwick, que se lanzó entusiasta en el último de los contraataques cabalgando al frente del batallón de reserva. La espantada era inevitable; la dieron hasta los generales, que trataron de ponerse a salvo según vieron que aquello estaba perdido.
Pero Berwick no quería dejar ni un enemigo vivo, para que su fama de implacable le abriese de par en par las puertas del reino de Valencia. Lo consiguió en parte. Se hizo con toda la artillería enemiga, con 120 estandartes y con 10.000 prisioneros, entre los que se encontraban varios centenares de oficiales de alto rango. El peor parado, con todo, fue el Marqués das Minas, que se llevó de matute a su mujer vestida de hombre: la mataron en el curso de la batalla. Tras la derrota salió despavorido con los de Berwick pisándole los talones, con la mala suerte de que se cayó del caballo y casi de desnuca. Portugués tenía que ser.
Lo del reino de Valencia le costó bastante más. Pero, claro, ahí ya no tenía enfrente a soldados de fortuna combatiendo en un país extraño, sino a españoles de verdad defendiendo su casa. Consiguió, con grandes esfuerzos, tomar Valencia, Alcoy, Denia y Játiva. Esta última fue tan correosa que, tras conquistarla, mandó que la incendiasen. Hoy los setabenses, en justa correspondencia por la felonía, mantienen el cuadro de Felipe V colgado del revés, y así seguirá hasta que las ranas críen pelo.
A consecuencia de la batalla y como castigo por la resistencia tenaz que había presentado, el reino de Valencia se quedó sin fueros; y tras él Aragón y Cataluña. Los nacionalistas valencianos (afortunadamente escasos, y más catalanistas que otra cosa) de hoy quieren ver en Almansa el origen de todos sus males. Ocultan, sin embargo, que el único regimiento formado por valencianos que participó en la batalla, el Regimiento Valencia, al mando del coronel Riera, lo hizo en el lado borbónico y no en el austracista, como les gustaría a ellos.
La batalla de Almansa no decidió la guerra pero sí permitió al Borbón darse un baño de gloria y tomar aliento para continuarla. Al final para nada, porque el archiduque devolvió la corona de España tan pronto quedó libre la de Austria, que era su verdadera patria. Entonces, como ya no tenía sentido combatir, todos (a excepción de los barceloneses, siempre tan españoles) se la envainaron y se firmaron los acuerdos de Utrecht-Rastatt, un tratado de paz bastante lamentable que, sin embargo, tuvo algo bueno, al poner fin a las llamadas posesiones europeas de los reyes de España, que tantos dolores de cabeza nos habían proporcionado durante dos siglos. Algo bueno tenía que salir de doce años de guerra.
http://historia.libertaddigital.com/alm ... 39712.html
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Efshár lekabél séfel?.
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- tercioidiaquez
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Sobre la guerra de sucesión, dos comentarios que la resumen a la perfección
"...nunca un rey suscitó mayor entusiasmo en el pueblo. Lejos de oponerle obstáculos, se apresuraban los pueblos a facilitarle hombres y recursos de todo género. Nadie pensaba ni meditaba el estado de pobreza en el que se encontraba.
Todos, ciudades, villas, aldeas, grandes, clero, particulares, todos a competencia mandaban a la corte donativos y levantaban a su costa batallones, compañías, escuadrones, regimientos, según la posibilidad de cada uno, y los enviaban al rey equipados, armados, municionados, y pronto a entrar en campaña..."
Historia General de España y de las naciones americanas que fueron españolas, Antonio Cárcer Montalbán, sobre Felipe V y la guerra de sucesión.
"..los que consideraban moribunda a la nación española no quedaron poco sorprendidos ante las muestras de vitalidad que dio durante la guerra de Sucesión. Se improvisaron recursos, surgieron ejércitos, se batalló duramente, los extranjeros experimentaron el valor tradicional del soldado español..."
"...nunca un rey suscitó mayor entusiasmo en el pueblo. Lejos de oponerle obstáculos, se apresuraban los pueblos a facilitarle hombres y recursos de todo género. Nadie pensaba ni meditaba el estado de pobreza en el que se encontraba.
Todos, ciudades, villas, aldeas, grandes, clero, particulares, todos a competencia mandaban a la corte donativos y levantaban a su costa batallones, compañías, escuadrones, regimientos, según la posibilidad de cada uno, y los enviaban al rey equipados, armados, municionados, y pronto a entrar en campaña..."
Historia General de España y de las naciones americanas que fueron españolas, Antonio Cárcer Montalbán, sobre Felipe V y la guerra de sucesión.
"..los que consideraban moribunda a la nación española no quedaron poco sorprendidos ante las muestras de vitalidad que dio durante la guerra de Sucesión. Se improvisaron recursos, surgieron ejércitos, se batalló duramente, los extranjeros experimentaron el valor tradicional del soldado español..."
“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
- Matthias Caracciolo
- Cabo
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Mr Quiros escribió:Tras la derrota salió despavorido con los de Berwick pisándole los talones, con la mala suerte de que se cayó del caballo y casi de desnuca. Portugués tenía que ser.
Al margen de este pequeño incidente, me parece que el coraje de las tropas portuguesas está fuera de toda duda. Más aún, creo que los portugueses son uno de los rivales que peor se les han dado a los ejércitos españoles, sobre todo cuando luchan en defensa de su territorio. ¿Quién no recuerda Aljubarrota y Montes Claros, dos batallas que determinaron en sendos momentos que Portugal seguiría una senda distinta a la de los demás reinos hispánicos?
Mr Quiros escribió:Los nacionalistas valencianos (afortunadamente escasos, y más catalanistas que otra cosa) de hoy quieren ver en Almansa el origen de todos sus males. Ocultan, sin embargo, que el único regimiento formado por valencianos que participó en la batalla, el Regimiento Valencia, al mando del coronel Riera, lo hizo en el lado borbónico y no en el austracista, como les gustaría a ellos.
Lo cual no quita que, en esa misma campaña, dos regimientos de tropas valencianas, el "Ciudad de Valencia" y el "Reino de Valencia", combatieran a sueldo del Archiduque, logrando en el caso de Dénia rechazar tres asaltos a la ciudad. El ejército sitiador, al mando del Caballero d'Asfeld, sufrió graves pérdidas y, en palabras del Marqués de San Felipe, "con mayor ignominia huyó".
Mr Quiros escribió:La batalla de Almansa no decidió la guerra pero sí permitió al Borbón darse un baño de gloria y tomar aliento para continuarla. Al final para nada, porque el archiduque devolvió la corona de España tan pronto quedó libre la de Austria, que era su verdadera patria. Entonces.
Si no me equivoco, el Archiduque, siendo ya emperador, siguió titulándose monarca de los reinos de España hasta 1725. De hecho, creo que no llegó a firmar la paz con Felipe V hasta el Tratado de la Haya en 1721.
"Las naciones que promueven a soldados rasos pero íntegros en agradecimiento a su valentía son por lo general las que resultan victoriosas" (Hans von Grimmelshausen).
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tercioidiaquez escribió:"..los que consideraban moribunda a la nación española no quedaron poco sorprendidos ante las muestras de vitalidad que dio durante la guerra de Sucesión. Se improvisaron recursos, surgieron ejércitos, se batalló duramente, los extranjeros experimentaron el valor tradicional del soldado español..."
Esta cita que nos escribe Tercio, debo por amor propio hacia mi querida patria española, destacar y subrallar.
Respecto a Matthias, dudo mucho que el historiador quisiera menospreciar a tan noble y hermano país como es el portugués y que en estos tiempos de crisis, hay una mayoría de ese pueblo que desea ser española de nuevo. Sin mas armas que la Diplomacia.
Saludos.
P.D. Respecto al libro que se refiere Tercio del autor Antonio De Cárcer Montalbán, ya está comprado vía Red, de segunda mano, pero dicen que en buen estado y que espero recibir pronto. Gracias por citar a este autor que por otra parte no me era desconocido, pero que estaba en la región mas olvidada de la , mi, memoria.
Am Israel Jai !!!
Efshár lekabél séfel?.
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- Matthias Caracciolo
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Mr Quiros escribió:Respecto a Matthias, dudo mucho que el historiador quisiera menospreciar a tan noble y hermano país como es el portugués y que en estos tiempos de crisis, hay una mayoría de ese pueblo que desea ser española de nuevo. Sin mas armas que la Diplomacia.
Supongo que la sentencia posee connotaciones futbolísticas, más que de ninguna otra clase... Con todos mis respetos hacia José Mourinho, por supuesto. Lo que sí me parece cierto, sin embargo, es que a veces en España se tiende a mirar a los portugueses con cierto desdén, obviando que no es difícil salir escaldado de una intentona contra ellos.
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Matthias Caracciolo escribió:Mr Quiros escribió:Respecto a Matthias, dudo mucho que el historiador quisiera menospreciar a tan noble y hermano país como es el portugués y que en estos tiempos de crisis, hay una mayoría de ese pueblo que desea ser española de nuevo. Sin mas armas que la Diplomacia.
Supongo que la sentencia posee connotaciones futbolísticas, más que de ninguna otra clase... Con todos mis respetos hacia José Mourinho, por supuesto. Lo que sí me parece cierto, sin embargo, es que a veces en España se tiende a mirar a los portugueses con cierto desdén, obviando que no es difícil salir escaldado de una intentona contra ellos.
Totalmente de acuerdo con algún matiz y es que si el Conde Duque de Olivares hubiera elegido Portugal, en vez de Cataluña, otro gallo hubiera cantado.
A mi sabio, o no entender.
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- tercioidiaquez
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- Matthias Caracciolo
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Mr Quiros escribió:Totalmente de acuerdo con algún matiz y es que si el Conde Duque de Olivares hubiera elegido Portugal, en vez de Cataluña, otro gallo hubiera cantado.
A mi sabio, o no entender.
Desde luego, aunque quién sabe si para bien o para mal. De todos modos, para cuando se produjo la sublevación del Duque de Braganza, el ejército hispánico subía ya hacia Barcelona por la costa tarraconense. Todo (números, capacidad del mando, calidad de las tropas...) hacía pensar que Barcelona caería sin ofrecer resistencia, pero no fue así. De haberse cumplido las expectativas, el problema portugués habría sido relativamente fácil de resolver. El fallo de Olivares, más allá de agotar rápidamente la vía pacífica, fue poner al mando un político, el marqués de los Vélez, en lugar de alguien con experiencia militar (el almirante de Castilla, por ejemplo).
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Como siempre digo, hasta aquí hemos llegado, cita dicha con respeto y educación.
Sin duda Tercio podría explicarlo, o mejor escribirlo con mas credibililad que yo, aunque las intenciones sean las mismas al igual que el fin.
Debería publicar esto en otro hilo que ya está abierto, pero como sigue en estos aspectos y rumbos si se desea, lo hago aquí.
Los habitantes de algunas ciudades catalanas se levantaron en armas contra una oligarquía comercial barcelonesa que imponía sus intereses y en nombre de la libertad de España y de todos los españoles.
.- El historiador "nacionalista" catalán, Ferrán Soldevila, en su libro “Moments crucials de la Història de Catalunya”, escribe:
“Hasta el último momento de la lucha los objetivos habían sido los que hacían constar en el documento dirigido al pueblo: salvar la libertad del Principado y de toda España; evitar la esclavitud que espera a los catalanes y al resto de españoles bajo el dominio francés; derramar la sangre gloriosamente por su rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España”.
Este párrafo demuestra que la guerra de Sucesión no tuvo cariz nacionalista, ni catalanista ni separatista, sino meramente sucesorio y antifrancés.
.- Los nacionalistas de hoy han inventado que la guerra de Sucesión fue un enfrentamiento entre Cataluña-Austria y España (o Castilla)-Francia. Esto es totalmente falso, ya que la lucha fue entre partidarios del pretendiente borbónico Felipe de Anjou y partidarios del pretendiente Carlos de Austria. Fue una guerra civil española del siglo XVIII, y una guerra civil no es una fuera entre territorios si no que es una guerra entre dos bandos de un mismo territorio.
Ciudades pertenecientes al antiguo reino de Aragón, como Castellón, Alicante, el valle de Arán, el interior de las provincias de Barcelona y Valencia, Calatayud o Tarazona, fueron partidarias de Felipe V.
Y lugares como Madrid, Alcalá o Toledo se declararon fieles al Archiduque Carlos.
.- Las fuerzas que integraban el ejército de Felipe V estaban formadas por soldados procedentes de varias regiones españolas y de países europeos. De él formaban parte soldados nacidos en Cataluña. En cuanto al bando supuestamente catalán, los soldados que se enfrentaron a Felipe V, eran en gran número germánicos. Derrotados el 11 de septiembre de 1714, estaban bajo el mando del General Villarroel, que en su última arenga recordó a las fuerzas bajo sus órdenes que estaban luchando “por nosotros y por toda la nación española”.
.- Felipe V juró en 1702 fidelidad a las leyes de Cataluña, cosa que no siempre habían hecho sus predecesores. Pero los sublevados de 1714 cometieron un delito de lesa majestad. De modo que los privilegios de las zonas derrotadas fueron abolidos como castigo a la traición dinástica y sigo diciendo que la burguesía de Barcelona tuvo mucho que ver, para su desgracia, y me refiero a "su" desgracia al pueblo de la susodicha.
.- Hoy se nos presenta al “Conseller en Cap” Rafael Casanova como un “mártir”. En 1706 Casanova resultó elegido “Conseller” tercero del municipio barcelonés, y se entregó a la causa del pretendiente Archiduque Carlos. Terminado su período trienal de “Conseller” siguió en el ejercicio de la abogacía. Se le concedió el título de “ciudadano honrado” y, como tal, fue convocado a la reunión de los Brazos que, en 1713, debía decidir sobre la aceptación del armisticio o la prosecución de la resistencia.
Durante la resistencia barcelonesa (1713-1714) fue miembro de la llamada “Junta Secreta” de cinco personas destinadas a fiscalizar la actuación de los mandos militares de la resistencia. En la elección de 30 de noviembre de 1713 resultó elegido “Conseller en Cap”. Como tal, era jefe de la “Coronela” (fuerzas cívicas).
Fue miembro destacado de la Comisión de Abastos. Dada la situación de la ciudad se constituyó un “Consell de Barcelona”, del que Casanova formaba parte, y al que cedió sus poderes ejecutivos. Como “Conseller en Cap” decretó el 29 de julio de 1714 la movilización general de todos los varones desde los 14 años, en Barcelona.
Siete días antes del 11 de septiembre, el día 4, Rafael Casanova rechazó una rendición digna que le presentó Berwick, que estaba al mando de las tropas borbónicas.
Entre Rafael Casanova y el General Villarroel no existía buena sintonía como lo demuestra la dimisión de este último tras rechazar la propuesta de paz del 4 de septiembre.
Desencadenado el ataque "enemigo" en la madrugada del 11 de septiembre, salió portando la bandera de Santa Eulalia, Patrona de la ciudad, y acompañado de una serie de “Consellers” y prohombres, a animar con su presencia a los combatientes del Portal Nou, siendo herido leve, de un tiro en la pierna, hacia las 8:30 de la mañana. Fue llevado al Colegio de la Merced, habilitado como Hospital. Y se pierde su pista. Se sabe que se refugió en la finca de su suegro, ya fallecido, en San Baudilio.
En 1719 volvió a Barcelona donde siguió ejerciendo la abogacía, sin ser molestado, hasta 1737 en que se retiró definitivamente en San Baudilio, donde murió en 1743, con algo más de 80 años.
Los dirigentes catalanes de la resistencia catalana tuvieron suerte muy diversa. Algunos lograron, tras la rendición, pasar a Italia y Austria donde se incorporaron al Ejército Imperial. Otros emigraron a Francia y Portugal; algunos fueron a Mallorca, que aún permanecía adicta al Archiduque.
El que tuvo peor suerte fue el General Moragas, gran olvidado, con o sin razón. En junio de 1714 se unió a la guerrilla de Antonio Desvalls, Marqués de Poal. Actuó en el Llusanés, Ausona y Ripollés. Tras la capitulación de Barcelona (12 de septiembre de 1714) se retiró a Sort. Fue requerida su presencia en Barcelona, donde, temiendo represalias, intentó, junto con otros compañeros, escapar a Mallorca, pero fueron delatados por el patrón de la embarcación contratada, y detenidos el 20 de mayo de 1715, juzgados y condenados a muerte. La sentencia fue cumplida el 27 de marzo de 1715. La cabeza del General Moragas metida dentro de una jaula fue expuesta en el Portal del Mar, como gesto de inaudita crueldad.
El General Villarroel, de Alicante fue conducido a La Coruña donde permaneció hasta 1719 en que fue transferido a Segovia donde fue liberado en 1725, y donde siguió viviendo de una modesta pensión que le pasaba el Emperador, hasta su fallecimiento en 1742.
Entre los dirigentes civiles y militares, quien tuvo mejor suerte, indudablemente fue el “Conseller en Cap” de Barcelona, Rafael Casanova, al que se homenajea, cada año, en la Diada del 11 de septiembre…
Y esto señores es lo que hay, así que ojo al dato y no perdamos El Norte, pues la "resistencia" barceloní duró bien poco y ni todos eran partidarios, aparte de la burguesía barcelonense, de los austríacos y no todos eran de Cataluña.
P.D Barceloní, barcelonense, que mas da!
Sin duda Tercio podría explicarlo, o mejor escribirlo con mas credibililad que yo, aunque las intenciones sean las mismas al igual que el fin.
Debería publicar esto en otro hilo que ya está abierto, pero como sigue en estos aspectos y rumbos si se desea, lo hago aquí.
Los habitantes de algunas ciudades catalanas se levantaron en armas contra una oligarquía comercial barcelonesa que imponía sus intereses y en nombre de la libertad de España y de todos los españoles.
.- El historiador "nacionalista" catalán, Ferrán Soldevila, en su libro “Moments crucials de la Història de Catalunya”, escribe:
“Hasta el último momento de la lucha los objetivos habían sido los que hacían constar en el documento dirigido al pueblo: salvar la libertad del Principado y de toda España; evitar la esclavitud que espera a los catalanes y al resto de españoles bajo el dominio francés; derramar la sangre gloriosamente por su rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España”.
Este párrafo demuestra que la guerra de Sucesión no tuvo cariz nacionalista, ni catalanista ni separatista, sino meramente sucesorio y antifrancés.
.- Los nacionalistas de hoy han inventado que la guerra de Sucesión fue un enfrentamiento entre Cataluña-Austria y España (o Castilla)-Francia. Esto es totalmente falso, ya que la lucha fue entre partidarios del pretendiente borbónico Felipe de Anjou y partidarios del pretendiente Carlos de Austria. Fue una guerra civil española del siglo XVIII, y una guerra civil no es una fuera entre territorios si no que es una guerra entre dos bandos de un mismo territorio.
Ciudades pertenecientes al antiguo reino de Aragón, como Castellón, Alicante, el valle de Arán, el interior de las provincias de Barcelona y Valencia, Calatayud o Tarazona, fueron partidarias de Felipe V.
Y lugares como Madrid, Alcalá o Toledo se declararon fieles al Archiduque Carlos.
.- Las fuerzas que integraban el ejército de Felipe V estaban formadas por soldados procedentes de varias regiones españolas y de países europeos. De él formaban parte soldados nacidos en Cataluña. En cuanto al bando supuestamente catalán, los soldados que se enfrentaron a Felipe V, eran en gran número germánicos. Derrotados el 11 de septiembre de 1714, estaban bajo el mando del General Villarroel, que en su última arenga recordó a las fuerzas bajo sus órdenes que estaban luchando “por nosotros y por toda la nación española”.
.- Felipe V juró en 1702 fidelidad a las leyes de Cataluña, cosa que no siempre habían hecho sus predecesores. Pero los sublevados de 1714 cometieron un delito de lesa majestad. De modo que los privilegios de las zonas derrotadas fueron abolidos como castigo a la traición dinástica y sigo diciendo que la burguesía de Barcelona tuvo mucho que ver, para su desgracia, y me refiero a "su" desgracia al pueblo de la susodicha.
.- Hoy se nos presenta al “Conseller en Cap” Rafael Casanova como un “mártir”. En 1706 Casanova resultó elegido “Conseller” tercero del municipio barcelonés, y se entregó a la causa del pretendiente Archiduque Carlos. Terminado su período trienal de “Conseller” siguió en el ejercicio de la abogacía. Se le concedió el título de “ciudadano honrado” y, como tal, fue convocado a la reunión de los Brazos que, en 1713, debía decidir sobre la aceptación del armisticio o la prosecución de la resistencia.
Durante la resistencia barcelonesa (1713-1714) fue miembro de la llamada “Junta Secreta” de cinco personas destinadas a fiscalizar la actuación de los mandos militares de la resistencia. En la elección de 30 de noviembre de 1713 resultó elegido “Conseller en Cap”. Como tal, era jefe de la “Coronela” (fuerzas cívicas).
Fue miembro destacado de la Comisión de Abastos. Dada la situación de la ciudad se constituyó un “Consell de Barcelona”, del que Casanova formaba parte, y al que cedió sus poderes ejecutivos. Como “Conseller en Cap” decretó el 29 de julio de 1714 la movilización general de todos los varones desde los 14 años, en Barcelona.
Siete días antes del 11 de septiembre, el día 4, Rafael Casanova rechazó una rendición digna que le presentó Berwick, que estaba al mando de las tropas borbónicas.
Entre Rafael Casanova y el General Villarroel no existía buena sintonía como lo demuestra la dimisión de este último tras rechazar la propuesta de paz del 4 de septiembre.
Desencadenado el ataque "enemigo" en la madrugada del 11 de septiembre, salió portando la bandera de Santa Eulalia, Patrona de la ciudad, y acompañado de una serie de “Consellers” y prohombres, a animar con su presencia a los combatientes del Portal Nou, siendo herido leve, de un tiro en la pierna, hacia las 8:30 de la mañana. Fue llevado al Colegio de la Merced, habilitado como Hospital. Y se pierde su pista. Se sabe que se refugió en la finca de su suegro, ya fallecido, en San Baudilio.
En 1719 volvió a Barcelona donde siguió ejerciendo la abogacía, sin ser molestado, hasta 1737 en que se retiró definitivamente en San Baudilio, donde murió en 1743, con algo más de 80 años.
Los dirigentes catalanes de la resistencia catalana tuvieron suerte muy diversa. Algunos lograron, tras la rendición, pasar a Italia y Austria donde se incorporaron al Ejército Imperial. Otros emigraron a Francia y Portugal; algunos fueron a Mallorca, que aún permanecía adicta al Archiduque.
El que tuvo peor suerte fue el General Moragas, gran olvidado, con o sin razón. En junio de 1714 se unió a la guerrilla de Antonio Desvalls, Marqués de Poal. Actuó en el Llusanés, Ausona y Ripollés. Tras la capitulación de Barcelona (12 de septiembre de 1714) se retiró a Sort. Fue requerida su presencia en Barcelona, donde, temiendo represalias, intentó, junto con otros compañeros, escapar a Mallorca, pero fueron delatados por el patrón de la embarcación contratada, y detenidos el 20 de mayo de 1715, juzgados y condenados a muerte. La sentencia fue cumplida el 27 de marzo de 1715. La cabeza del General Moragas metida dentro de una jaula fue expuesta en el Portal del Mar, como gesto de inaudita crueldad.
El General Villarroel, de Alicante fue conducido a La Coruña donde permaneció hasta 1719 en que fue transferido a Segovia donde fue liberado en 1725, y donde siguió viviendo de una modesta pensión que le pasaba el Emperador, hasta su fallecimiento en 1742.
Entre los dirigentes civiles y militares, quien tuvo mejor suerte, indudablemente fue el “Conseller en Cap” de Barcelona, Rafael Casanova, al que se homenajea, cada año, en la Diada del 11 de septiembre…
Y esto señores es lo que hay, así que ojo al dato y no perdamos El Norte, pues la "resistencia" barceloní duró bien poco y ni todos eran partidarios, aparte de la burguesía barcelonense, de los austríacos y no todos eran de Cataluña.
P.D Barceloní, barcelonense, que mas da!
Am Israel Jai !!!
Efshár lekabél séfel?.
Efshár lekabél séfel?.
- Matthias Caracciolo
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Pego aquí el mensaje al que Mr Quiros debe aludir, publicado en otro hilo, aunque aclaro que la Guerra de Sucesión, a la que hace referencia, y la que se estaba tratando de pasada en este hilo, la de los Segadores, son incomparables.
En lo que dice Mr Quiros estoy de acuerdo en todo salvo en que los partidarios de Archiduque cometieron "delitos de lesa majestad". Ya explico en el mensaje citado que Felipe V no podía ser rey, y lo hago gracias a lo que dispusieron dos de sus antecesores. También debo especificar que:
1) La oligarquía catalana (en su mayoría) se posicionó del lado del Archiduque no porque tuviera especial afección a la Casa de Austria, sino para seguir gozando de un régimen constitucional propio, único y diferente del de los demás estados de la monarquía, y de todo lo que de ello se derivaba. Hay quien dice que esto es nacionalismo. Yo no lo creo, pero sin duda la cosa va más allá de un mero conflicto sucesorio: un modelo de monarquía estaba en juego.
2) Había borbónicos catalanes y austriacistas castellanos, naturalmente, pero el vulgo catalán era mayoritariamente austriacista, y el vulgo castellano mayoritariamente borbónico. Basta comparar la acogida que uno y otro monarca tuvieron en Barcelona y Madrid para darse cuenta, pero también la dinámica bélica lo prueba. Los austriacistas encontraron resistencia de milicias armadas borbónicas en sus campañas en Castilla, y la resistencia popular catalana contra los borbónicos fue notoria.
3) Según parece, Villarroel murió de enfermedad en una prisión de La Coruña en 1726 a causa de las malas condiciones del lugar, lo que no quita que muchos austriacistas acabaran sus días cómodamente en la corte imperial de Viena. En cuanto a Casanova, opino que no estuvo a la altura de su cargo, ni durante ni después de la guerra, y que las ofrendas florales deberían hacerse a los que se dejaron la piel en la defensa, que no fueron pocos.
Matthias Caracciolo escribió:Sobre la Diada se han escrito muchas tonterías y falsedades, tanto para ensalzar a los defensores de Barcelona y convertirlos en más de lo que fueron, como para menospreciarlos y ridiculizaros. La primera resulta una pretensión exagerada y politizada, que en algunos casos es producto del desconocimiento y una buena fe desencaminada (aunque no siempre). La segunda es directamente execrable.
Los términos de traidores que he leído y oído referidos a los catalanes son falsos e infames, y me dispongo a demostrar la falsedad de tales afirmaciones con las voces de dos monarcas españoles, Felipe III y Felipe IV. Lo que pretendo es demostrar que el verdadero acto de traición sería aceptar como monarca a Felipe de Anjou en lugar de al Archiduque. El testamento de Felipe IV cita una de las cláusulas del matrimonio de su hija María Teresa con Luis XIV, abuelo de Felipe:
«Se assienta por pacto convencional [...] que la serenissima Infante Doña Maria Teresa, y los Hijos que tuviere, varones y hembras, y los Descendientes de ellos, y de ellas, assi primogenitos como segundo, tercero y quartogenitos, y de alli adelante en cualquier grado que se hallen, para siempre jamás, no puedan succeder, ni succedan, en los Reynos, Estados, y Señorios de S.M. Catholica».
El testamento añade que Felipe IV, como monarca de Castilla, Aragón y demás reinos de la Monarquía Hispánica, «revoco, y anulo cualesquier Leyes, Fueros, derechos, disposiciones, ò costumbres que sea necessario, y que en cualquiera manera pueden impedir la dicha exclusion».
En vísperas de la Guerra de Sucesión, Los leguleyos a sueldo del voraz Luis XIV plantearon ante tan aplastantes argumentos que las cláusulas del matrimonio no eran válidas, ya que no se había pagado toda la dote. No era la primera vez que Francia usaba este argumento en pos de sus intereses. Ya lo había hecho en 1667 para declarar a España la llamada "Guerra de Devolución". Sin embargo, veamos que dice el testamento de Felipe III sobre la cuestión sucesoria:
«Que la Serenissima Infanta Doña Ana, y los Hijos, que tuviere, varones , y hembras, y los descendientes de ellos, y de ellas, assi primogénitos, como segundo, tercero , y quartogenitos, y de allí adelante, en qualquier grado que fe hallen, para siempre jamás, no puedan succéder, ni succedan en los Reynos, Estados, y Señoríos, Provincias, Islas adjacentes, Feudos, Guardianias, y Fronteras, que su Magestad Catholica al presente tiene, y posee, y le pertenece, y puede pertenecer, assi dentro de España, como fuera de ella, y adelante su Magestad Catholica».
Veamos el árbol genealógico de Felipe V para aclararnos. En rojo se muestran las dos infantas españolas que fueron excluidas de la línea sucesoria a la corona española.
Podemos ver que Felipe es descendiente en grado segundo de María Teresa y tercero de Ana. Pese al argumento de la dote matrimonial, Felipe seguiría excluido merced del testamento de Felipe III... Así que, señores, los catalanes de traidores nada, como no fuera en un primer momento a Carlos III.
En lo que dice Mr Quiros estoy de acuerdo en todo salvo en que los partidarios de Archiduque cometieron "delitos de lesa majestad". Ya explico en el mensaje citado que Felipe V no podía ser rey, y lo hago gracias a lo que dispusieron dos de sus antecesores. También debo especificar que:
1) La oligarquía catalana (en su mayoría) se posicionó del lado del Archiduque no porque tuviera especial afección a la Casa de Austria, sino para seguir gozando de un régimen constitucional propio, único y diferente del de los demás estados de la monarquía, y de todo lo que de ello se derivaba. Hay quien dice que esto es nacionalismo. Yo no lo creo, pero sin duda la cosa va más allá de un mero conflicto sucesorio: un modelo de monarquía estaba en juego.
2) Había borbónicos catalanes y austriacistas castellanos, naturalmente, pero el vulgo catalán era mayoritariamente austriacista, y el vulgo castellano mayoritariamente borbónico. Basta comparar la acogida que uno y otro monarca tuvieron en Barcelona y Madrid para darse cuenta, pero también la dinámica bélica lo prueba. Los austriacistas encontraron resistencia de milicias armadas borbónicas en sus campañas en Castilla, y la resistencia popular catalana contra los borbónicos fue notoria.
3) Según parece, Villarroel murió de enfermedad en una prisión de La Coruña en 1726 a causa de las malas condiciones del lugar, lo que no quita que muchos austriacistas acabaran sus días cómodamente en la corte imperial de Viena. En cuanto a Casanova, opino que no estuvo a la altura de su cargo, ni durante ni después de la guerra, y que las ofrendas florales deberían hacerse a los que se dejaron la piel en la defensa, que no fueron pocos.
"Las naciones que promueven a soldados rasos pero íntegros en agradecimiento a su valentía son por lo general las que resultan victoriosas" (Hans von Grimmelshausen).
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Todo, lo contaminan...¡¡TODO!!
Las Navas de Tolosa.
Mañana, 16 de julio de 2012, se celebra el VIII centenario de la batalla de las Navas de Tolosa y parece que solo una entusiasta organización -Asociación Memoria Batalla de las Navas de Tolosa - se ha prestado a conmemorarlo.
Hace meses el diario "El País" publicó en artículo denominado "Un Don Pelayo del siglo XXI" que es una muestra de lo difícil que es celebrar con normalidad tan importante aniversario . En él se critica al alcalde de La Carolina (Jaén) Francisco Gallarin ( del PP). El único pecado que cometió - dice el alcalde - es que, al igual que todos sus paisanos , quiere recordar la Batalla de las Navas de Tolosa como una victoria de la tropas cristianas frente a la ocupación musulmana.
http://elpais.com/diario/2011/10/05/and ... 50215.html
El alcalde de La Carolina afirma con fuerza la identidad de su comarca que fue tierra de frontera frente al Islam y vanguardia del proyecto hispánico. Esta visión de la historia, y de la realidad social de su tierra, ofende la visión de la Diputación de Jaén, gobernada por el PSOE, que parece pretende aplicar las tesis idílicas de las "Tres Culturas" y de la "Alianza de Civilizaciones".
El ayuntamiento de La Carolina denuncia la falta de apoyo de la Junta, de la Diputación de Jaén, del Gobierno central - que se desentiende de un aniversario que parece políticamente incorrecto - e, incluso, de la Casa Real. (El ayuntamiento acaba de recibir una carta, en respuesta a la invitación cursada hace dos años a la Casa Real, excusando la asistencia de miembros de la misma). En suma: el ayuntamiento de La Carolina (Jaén) se queda prácticamente solo en la celebración de la victoria militar de las tropas cristianas sobre las musulmanas en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212.
Por su parte, los Gobiernos autonómico y provincial, pusieron en marcha la construcción de un museo en la zona donde se produjo la batalla. Se decidió que se debía "aparcar" la información histórica y se dedicase fundamentalmente a la reconciliación y al multiculturalismo - como señaló el señor Gaspar Zarrías en la inauguración -.
Sin embargo la batalla de las Navas de Tolosa forma parte primordial de la identidad de España. Un acontecimiento que fue declarado «Cruzada» y marcó el sentido de la historia de España y de Europa. "Puede que ni siquiera se estudie en los colegios. Pero es posible que, gracias a aquello, mi hija no lleve hoy velo cuando sale a la calle".(Pérez Reverte).
Ocurrió hace ocho siglos, cuando tres reyes españoles dieron, hombro con hombro, una carga de caballería que cambió la historia de Europa. Aquel lunes del año 1212 el ejército almohade del Miramamolín Al Nasir, que había jurado plantar la media luna en Roma, fue destrozado por los cristianos cerca de Despeñaperros. Tras proclamar la yihad contra los infieles, Al Nasir había cruzado con su ejército el estrecho de Gibraltar, resuelto a reconquistar para el Islam la España cristiana e invadir Europa.
Los paró el rey castellano, Alfonso VIII que, con la ayuda del arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, logró que el Papa Inocencio III proclamase aquella empresa como cruzada contra los sarracenos. Alfonso de Castilla consiguió reunir en el campo de batalla a unos 27.000 hombres, entre los que se contaban algunos voluntarios extranjeros, sobre todo franceses, y los duros monjes soldados de las órdenes militares españolas. Núcleo principal eran las milicias concejiles castellanas y 8.500 catalanes y aragoneses traídos por el rey Pedro II de Aragón que, como gentil caballero que era, acudió a socorrer a su vecino y colega. A última hora Sancho VII de Navarra se presentó con una unidad de unos doscientos jinetes - Alfonso IX de León no participó -. Por su parte, Al Nasir alineó casi 60.000 guerreros entre soldados norteafricanos, tropas andalusíes y un nutrido contingente de voluntarios fanáticos.
La batalla terminó con la victoria cristiana; el pendón del califa fue tomado de la tienda de Al Nasir y enviado a Burgos, donde se conserva en el Monasterio de las Huelgas. Esta victoria fue decisiva pues, desde ese momento, la puerta el valle del Guadalquivir estaba abierta de par en par por primera vez en cinco siglos. Esta batalla puso fin a la hegemonía musulmana en la Península Ibérica, que entra en su declive definitivo, y la Reconquista tomó un nuevo y definitivo empuje.
http://www.youtube.com/watch?v=E-X6hVhB ... re=related
En el manual "Las grandes batallas de la Historia" - The History Channel de A&E.Television Networks - se puede leer : " A cinco kilómetros de Santa Elena, el pueblo más septentrional de la provincia de Jaén ... existe un paraje donde se sitúa el campo de batalla de las Navas de Tolosa ... la frontera entre moros y cristianos durante tres siglos. De los enfrentamientos, el que tuvo lugar el 16 de julio de 1212, llamado por los historiografía árabe batalla de al-Uqab, y conocida simplemente como "La Batalla" en las crónicas de la época, destaca porque significa el comienzo del declive del poder musulmán en la Península ibérica. La victoria de los ejércitos al mando del rey Alfonso VIII de Castilla supuso la entrada de los cristianos en el corazón de al-Andalus, del que conquistaron poco después el valle del Guadalquivir. A partir de entonces, la Reconquista tomó un nuevo impuso. En los siguientes cuarenta años los reinos cristianos ocuparon casi todos los territorios del sur bajo poder musulmán".
En suma, si existiese una sola batalla que haya cambiado el curso de nuestra historia, esa es la de las Navas de Tolosa que se inscribe entre una de las más decisivas de la Reconquista. Claudio Sánchez Albornoz, Presidente del Consejo de Ministros de la República en el exilio durante el franquismo, definía nuestra Reconquista tal y como la entienden de manera natural las gentes y alcaldes de nuestras comarcas manchegas y jienenses. He aquí las palabras escritas por el viejo historiador de la realidad histórica de España :
"Aquellos ocho siglos España luchó, en el nombre de Dios, para recuperarse a sí misma, es decir, para reafirmar su propia identidad cristiana. La causa de Cristo y la de España, empujando hacia el sur espada en mano, con la cruz alzada, se habían hecho una sola.
Y «siempre en permanente actividad colonizadora, siempre llevando hacia el Sur el romance nacido en los valles septentrionales de Castilla, siempre propagando las doctrinas de Cristo en las tierras ganadas con la espada, siempre empujando hacia el Sur la civilización que alboreaba en los claustros románicos y góticos de catedrales y cenobios, siempre extendiendo hacia el mediodía las libertades municipales, surgidas en el valle del Duero, y siempre incorporando nuevos reinos al Estado europeo, heredero de la antigüedad clásica y de los pueblos bárbaros, pero tallado poco a poco, por obra de las peculiaridades de nuestra vida medieval, en pugna secular con el Islam» .
La divisa hispana en estos siglos fue lógicamente Plus ultra, más allá, más allá siempre... ".
Recordemos y celebremos con orgullo el octavo centenario de una batalla que tanta influencia tuvo para España y para Europa: la batalla de las Navas Tolosa.
Saludos.
Mañana, 16 de julio de 2012, se celebra el VIII centenario de la batalla de las Navas de Tolosa y parece que solo una entusiasta organización -Asociación Memoria Batalla de las Navas de Tolosa - se ha prestado a conmemorarlo.
Hace meses el diario "El País" publicó en artículo denominado "Un Don Pelayo del siglo XXI" que es una muestra de lo difícil que es celebrar con normalidad tan importante aniversario . En él se critica al alcalde de La Carolina (Jaén) Francisco Gallarin ( del PP). El único pecado que cometió - dice el alcalde - es que, al igual que todos sus paisanos , quiere recordar la Batalla de las Navas de Tolosa como una victoria de la tropas cristianas frente a la ocupación musulmana.
http://elpais.com/diario/2011/10/05/and ... 50215.html
El alcalde de La Carolina afirma con fuerza la identidad de su comarca que fue tierra de frontera frente al Islam y vanguardia del proyecto hispánico. Esta visión de la historia, y de la realidad social de su tierra, ofende la visión de la Diputación de Jaén, gobernada por el PSOE, que parece pretende aplicar las tesis idílicas de las "Tres Culturas" y de la "Alianza de Civilizaciones".
El ayuntamiento de La Carolina denuncia la falta de apoyo de la Junta, de la Diputación de Jaén, del Gobierno central - que se desentiende de un aniversario que parece políticamente incorrecto - e, incluso, de la Casa Real. (El ayuntamiento acaba de recibir una carta, en respuesta a la invitación cursada hace dos años a la Casa Real, excusando la asistencia de miembros de la misma). En suma: el ayuntamiento de La Carolina (Jaén) se queda prácticamente solo en la celebración de la victoria militar de las tropas cristianas sobre las musulmanas en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212.
Por su parte, los Gobiernos autonómico y provincial, pusieron en marcha la construcción de un museo en la zona donde se produjo la batalla. Se decidió que se debía "aparcar" la información histórica y se dedicase fundamentalmente a la reconciliación y al multiculturalismo - como señaló el señor Gaspar Zarrías en la inauguración -.
Sin embargo la batalla de las Navas de Tolosa forma parte primordial de la identidad de España. Un acontecimiento que fue declarado «Cruzada» y marcó el sentido de la historia de España y de Europa. "Puede que ni siquiera se estudie en los colegios. Pero es posible que, gracias a aquello, mi hija no lleve hoy velo cuando sale a la calle".(Pérez Reverte).
Ocurrió hace ocho siglos, cuando tres reyes españoles dieron, hombro con hombro, una carga de caballería que cambió la historia de Europa. Aquel lunes del año 1212 el ejército almohade del Miramamolín Al Nasir, que había jurado plantar la media luna en Roma, fue destrozado por los cristianos cerca de Despeñaperros. Tras proclamar la yihad contra los infieles, Al Nasir había cruzado con su ejército el estrecho de Gibraltar, resuelto a reconquistar para el Islam la España cristiana e invadir Europa.
Los paró el rey castellano, Alfonso VIII que, con la ayuda del arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, logró que el Papa Inocencio III proclamase aquella empresa como cruzada contra los sarracenos. Alfonso de Castilla consiguió reunir en el campo de batalla a unos 27.000 hombres, entre los que se contaban algunos voluntarios extranjeros, sobre todo franceses, y los duros monjes soldados de las órdenes militares españolas. Núcleo principal eran las milicias concejiles castellanas y 8.500 catalanes y aragoneses traídos por el rey Pedro II de Aragón que, como gentil caballero que era, acudió a socorrer a su vecino y colega. A última hora Sancho VII de Navarra se presentó con una unidad de unos doscientos jinetes - Alfonso IX de León no participó -. Por su parte, Al Nasir alineó casi 60.000 guerreros entre soldados norteafricanos, tropas andalusíes y un nutrido contingente de voluntarios fanáticos.
La batalla terminó con la victoria cristiana; el pendón del califa fue tomado de la tienda de Al Nasir y enviado a Burgos, donde se conserva en el Monasterio de las Huelgas. Esta victoria fue decisiva pues, desde ese momento, la puerta el valle del Guadalquivir estaba abierta de par en par por primera vez en cinco siglos. Esta batalla puso fin a la hegemonía musulmana en la Península Ibérica, que entra en su declive definitivo, y la Reconquista tomó un nuevo y definitivo empuje.
http://www.youtube.com/watch?v=E-X6hVhB ... re=related
En el manual "Las grandes batallas de la Historia" - The History Channel de A&E.Television Networks - se puede leer : " A cinco kilómetros de Santa Elena, el pueblo más septentrional de la provincia de Jaén ... existe un paraje donde se sitúa el campo de batalla de las Navas de Tolosa ... la frontera entre moros y cristianos durante tres siglos. De los enfrentamientos, el que tuvo lugar el 16 de julio de 1212, llamado por los historiografía árabe batalla de al-Uqab, y conocida simplemente como "La Batalla" en las crónicas de la época, destaca porque significa el comienzo del declive del poder musulmán en la Península ibérica. La victoria de los ejércitos al mando del rey Alfonso VIII de Castilla supuso la entrada de los cristianos en el corazón de al-Andalus, del que conquistaron poco después el valle del Guadalquivir. A partir de entonces, la Reconquista tomó un nuevo impuso. En los siguientes cuarenta años los reinos cristianos ocuparon casi todos los territorios del sur bajo poder musulmán".
En suma, si existiese una sola batalla que haya cambiado el curso de nuestra historia, esa es la de las Navas de Tolosa que se inscribe entre una de las más decisivas de la Reconquista. Claudio Sánchez Albornoz, Presidente del Consejo de Ministros de la República en el exilio durante el franquismo, definía nuestra Reconquista tal y como la entienden de manera natural las gentes y alcaldes de nuestras comarcas manchegas y jienenses. He aquí las palabras escritas por el viejo historiador de la realidad histórica de España :
"Aquellos ocho siglos España luchó, en el nombre de Dios, para recuperarse a sí misma, es decir, para reafirmar su propia identidad cristiana. La causa de Cristo y la de España, empujando hacia el sur espada en mano, con la cruz alzada, se habían hecho una sola.
Y «siempre en permanente actividad colonizadora, siempre llevando hacia el Sur el romance nacido en los valles septentrionales de Castilla, siempre propagando las doctrinas de Cristo en las tierras ganadas con la espada, siempre empujando hacia el Sur la civilización que alboreaba en los claustros románicos y góticos de catedrales y cenobios, siempre extendiendo hacia el mediodía las libertades municipales, surgidas en el valle del Duero, y siempre incorporando nuevos reinos al Estado europeo, heredero de la antigüedad clásica y de los pueblos bárbaros, pero tallado poco a poco, por obra de las peculiaridades de nuestra vida medieval, en pugna secular con el Islam» .
La divisa hispana en estos siglos fue lógicamente Plus ultra, más allá, más allá siempre... ".
Recordemos y celebremos con orgullo el octavo centenario de una batalla que tanta influencia tuvo para España y para Europa: la batalla de las Navas Tolosa.
Saludos.
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Grandes batallas de la Historia de España
Vale la pena comentar un par de cosas que se han dicho sobre la guerra de sucesión:
Es bien conocido el entusiasmo que el borbón desató en algunas zonas del país; pero no podemos negar, por otro lado, que tal entusiasmo no se vio reflejado en otras, como demuestra el hecho de que los territorios de la antigua Corona de Aragón se pusieran del lado del austriaco. Si tan general hubiera sido la pasión que Felipe V hubiera despertado, el país entero se hubiera puesto de su parte y, sencillamente no hubiera habido guerra.
Ciertamente no fue un conflicto "nacionalista" tal y como hoy lo entendemos. La razón por la que los territorios de la antigua Corona de Aragón se pusieron de parte de Carlos fue básicamente que esperaban mayor beneficio de su reinado (quizás equivocadamente, pues los Austrias tampoco habían favorecido tanto a Cataluña, como se demostró durante el periodo del Conde-Duque de Olivares), y del mismo modo, la antigua Castilla se puso de parte del francés... pues por lo mismo.
Ahora bien, es evidente que entre esos beneficios que se esperaban obtener, estaba una cierta autonomía y respeto a la cultura propia del país, cosas que Felipe V realmente no apoyó mucho que digamos. Finalmente, la historia volvió a maltratar a Cataluña, y a los desastres de la antigua guerra de los "segadors" se unieron entonces los de la de Sucesión, con lo que en realidad, ni borbones ni austrias acabaron dejando aquí un buen recuerdo.
tercioidiaquez escribió:"...nunca un rey suscitó mayor entusiasmo en el pueblo. Lejos de oponerle obstáculos, se apresuraban los pueblos a facilitarle hombres y recursos de todo género. Nadie pensaba ni meditaba el estado de pobreza en el que se encontraba.
Todos, ciudades, villas, aldeas, grandes, clero, particulares, todos a competencia mandaban a la corte donativos y levantaban a su costa batallones, compañías, escuadrones, regimientos, según la posibilidad de cada uno, y los enviaban al rey equipados, armados, municionados, y pronto a entrar en campaña..."
Historia General de España y de las naciones americanas que fueron españolas, Antonio Cárcer Montalbán, sobre Felipe V y la guerra de sucesión.
Es bien conocido el entusiasmo que el borbón desató en algunas zonas del país; pero no podemos negar, por otro lado, que tal entusiasmo no se vio reflejado en otras, como demuestra el hecho de que los territorios de la antigua Corona de Aragón se pusieran del lado del austriaco. Si tan general hubiera sido la pasión que Felipe V hubiera despertado, el país entero se hubiera puesto de su parte y, sencillamente no hubiera habido guerra.
Mr Quiros escribió:Este párrafo demuestra que la guerra de Sucesión no tuvo cariz nacionalista, ni catalanista ni separatista, sino meramente sucesorio y antifrancés.
.- Los nacionalistas de hoy han inventado que la guerra de Sucesión fue un enfrentamiento entre Cataluña-Austria y España (o Castilla)-Francia. Esto es totalmente falso, ya que la lucha fue entre partidarios del pretendiente borbónico Felipe de Anjou y partidarios del pretendiente Carlos de Austria.
Ciertamente no fue un conflicto "nacionalista" tal y como hoy lo entendemos. La razón por la que los territorios de la antigua Corona de Aragón se pusieron de parte de Carlos fue básicamente que esperaban mayor beneficio de su reinado (quizás equivocadamente, pues los Austrias tampoco habían favorecido tanto a Cataluña, como se demostró durante el periodo del Conde-Duque de Olivares), y del mismo modo, la antigua Castilla se puso de parte del francés... pues por lo mismo.
Ahora bien, es evidente que entre esos beneficios que se esperaban obtener, estaba una cierta autonomía y respeto a la cultura propia del país, cosas que Felipe V realmente no apoyó mucho que digamos. Finalmente, la historia volvió a maltratar a Cataluña, y a los desastres de la antigua guerra de los "segadors" se unieron entonces los de la de Sucesión, con lo que en realidad, ni borbones ni austrias acabaron dejando aquí un buen recuerdo.
- tercioidiaquez
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Grandes batallas de la Historia de España
Es bien conocido el entusiasmo que el borbón desató en algunas zonas del país; pero no podemos negar, por otro lado, que tal entusiasmo no se vio reflejado en otras, como demuestra el hecho de que los territorios de la antigua Corona de Aragón se pusieran del lado del austriaco. Si tan general hubiera sido la pasión que Felipe V hubiera despertado, el país entero se hubiera puesto de su parte y, sencillamente no hubiera habido guerra.
Es que ese párrafo se refiere al apoyo en Castilla, nada mas.
pues los Austrias tampoco habían favorecido tanto a Cataluña, como se demostró durante el periodo del Conde-Duque de Olivares
Bueno, mas bien se trata de "repartir" las cargas. Y el apoyo a la casa de Austria, viene de la escasa represión que se dió en la corona de Aragón tras el levantamiento, y que las medidas que durante ese periodo proclamaron los franceses eran bastantes centralistas.
Ahora bien, es evidente que entre esos beneficios que se esperaban obtener, estaba una cierta autonomía y respeto a la cultura propia del país, cosas que Felipe V realmente no apoyó mucho que digamos.
Nunca sabremos lo que Felipe V habría hecho en caso de que no hubiera habido guerra de sucesión, pero si sabemos lo que hizo con aquellos territorios que se mantuvieron fieles y con regímenes diferenciados, caso de Navarra y las provincias vascas. ¿Si estas mantuvieron cierto grado de "autonomía", que hace pensar que una corona de Aragón "fiel" no los hubiera podido mantener?
Finalmente, la historia volvió a maltratar a Cataluña
¿A Cataluña o a toda la corona de Aragón? ¿Y no es cierto, que a la larga, gran parte de esas medidas centralizadoras fueron beneficiosas para la economía (por ejemplo)?
“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
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- Sargento Segundo
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Grandes batallas de la Historia de España
tercioidiaquez escribió:Es que ese párrafo se refiere al apoyo en Castilla, nada mas.
Ah, como decías que esas dos citas resumían perfectamente la guerra... Supongo que en el otro lado también habría detractores, y sus razones tendrían. Digo yo. Si la idea era resumir la guerra, también podían haberse citado argumentos del bando austriaco.
Nunca sabremos lo que Felipe V habría hecho en caso de que no hubiera habido guerra de sucesión, pero si sabemos lo que hizo con aquellos territorios que se mantuvieron fieles y con regímenes diferenciados, caso de Navarra y las provincias vascas. ¿Si estas mantuvieron cierto grado de "autonomía", que hace pensar que una corona de Aragón "fiel" no los hubiera podido mantener?
Para empezar, el tradicional centralismo francés. Y para terminar, el hecho de que finalmente no lo mantuviera. Y si lo que pasó es que les quitó la autonomía por venganza, no me parece precisamente un rasgo muy magnánimo por parte del monarca. Para eso, más valía jugar la carta del Archiduque, que sí apoyaba muy explícitamente las reivindicaciones aragonesas (o quizás lo supo transmitir mejor).
En cualquier caso, es bien sabido que el apoyo al Archiduque fue precisamente por estas razones, con lo cual: o bien Felipe no tenía intención de mantener la autonomía de aquellos territorios, o le faltó capacidad para demostrar esa voluntad.
Finalmente, la historia volvió a maltratar a Cataluña
¿A Cataluña o a toda la corona de Aragón? ¿Y no es cierto, que a la larga, gran parte de esas medidas centralizadoras fueron beneficiosas para la economía (por ejemplo)?
A toda la corona de Aragón, pero muy especialmente a Cataluña, que era la que, ya históricamente, se había resistido más a perder su identidad. En cuanto a los beneficios económicos, podemos hacer muchas divagaciones, ya que tampoco sabemos qué hubiera pasado de haber vencido el Archiduque y haber vuelto a un segundo imperio germánico-español, como el de Carlos I.
- tercioidiaquez
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Grandes batallas de la Historia de España
Ah, como decías que esas dos citas resumían perfectamente la guerra... Supongo que en el otro lado también habría detractores, y sus razones tendrían. Digo yo. Si la idea era resumir la guerra, también podían haberse citado argumentos del bando austriaco.
¿Qué he dicho yo? Y si, en el otro bando había detractores y sus razones eran tan válidas como las de cualquiera. Y no, yo no he querido resumir ninguna guerra, y no, solo cito lo que quiero. Ahora, si se me quiere imponer lo que tengo que citar...
Para empezar, el tradicional centralismo francés. Y para terminar, el hecho de que finalmente no lo mantuviera.
Un tradicional centralismo francés que no tuvo ningún reparo en mantenerlo en algunas zonas.
Y si lo que pasó es que les quitó la autonomía por venganza, no me parece precisamente un rasgo muy magnánimo por parte del monarca.
Puede que no fuera magnánimo, pero aun siendo injusto o no, era algo normal. Y si fue magnánimo para no perseguir en exceso a gran parte de los que se sublevaron.
Para eso, más valía jugar la carta del Archiduque, que sí apoyaba muy explícitamente las reivindicaciones aragonesas (o quizás lo supo transmitir mejor).
O decir lo que querían oir.
En cualquier caso, es bien sabido que el apoyo al Archiduque fue precisamente por estas razones, con lo cual: o bien Felipe no tenía intención de mantener la autonomía de aquellos territorios, o le faltó capacidad para demostrar esa voluntad.
Deducción que no se corresponde con la realidad, porque si mantuvo los fueros en otras zonas, así que no sería extraño el que de haber apoyado al Borbón, se hubieran mantenido, sobre todo, teniendo en cuenta el contexto europeo, en el que lo normal, es que con el objeto de mantener la herencia europea, no hubiera querido buscarse problemas en España.
A toda la corona de Aragón, pero muy especialmente a Cataluña, que era la que, ya históricamente, se había resistido más a perder su identidad
Discutible, no veo yo una mayor resistencia en Cataluña que en Aragón, Valencia o Baleares.
En cuanto a los beneficios económicos, podemos hacer muchas divagaciones, ya que tampoco sabemos qué hubiera pasado de haber vencido el Archiduque y haber vuelto a un segundo imperio germánico-español, como el de Carlos I.
tercioidiaquez escribió:Es que ese párrafo se refiere al apoyo en Castilla, nada mas.
Ah, como decías que esas dos citas resumían perfectamente la guerra... Supongo que en el otro lado también habría detractores, y sus razones tendrían. Digo yo. Si la idea era resumir la guerra, también podían haberse citado argumentos del bando austriaco.
Nunca sabremos lo que Felipe V habría hecho en caso de que no hubiera habido guerra de sucesión, pero si sabemos lo que hizo con aquellos territorios que se mantuvieron fieles y con regímenes diferenciados, caso de Navarra y las provincias vascas. ¿Si estas mantuvieron cierto grado de "autonomía", que hace pensar que una corona de Aragón "fiel" no los hubiera podido mantener?
Para empezar, el tradicional centralismo francés. Y para terminar, el hecho de que finalmente no lo mantuviera. Y si lo que pasó es que les quitó la autonomía por venganza, no me parece precisamente un rasgo muy magnánimo por parte del monarca. Para eso, más valía jugar la carta del Archiduque, que sí apoyaba muy explícitamente las reivindicaciones aragonesas (o quizás lo supo transmitir mejor).
En cualquier caso, es bien sabido que el apoyo al Archiduque fue precisamente por estas razones, con lo cual: o bien Felipe no tenía intención de mantener la autonomía de aquellos territorios, o le faltó capacidad para demostrar esa voluntad.
Finalmente, la historia volvió a maltratar a Cataluña
¿A Cataluña o a toda la corona de Aragón? ¿Y no es cierto, que a la larga, gran parte de esas medidas centralizadoras fueron beneficiosas para la economía (por ejemplo)?
En cuanto a los beneficios económicos, podemos hacer muchas divagaciones, ya que tampoco sabemos qué hubiera pasado de haber vencido el Archiduque y haber vuelto a un segundo imperio germánico-español, como el de Carlos I.
No, yo no voy a divagaciones, voy a los hechos ¿Lo fue o no?
Y en cuanto a un segundo imperio, eso si es una divagación, o mejor dicho una utopía, porque nadie, absolutamente nadie en Europa hubiera permitido una reedición del imperio de Carlos V.
“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
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