Previsiones británicas respecto a Gibraltar
Al mismo tiempo que Gibraltar demuestra por enésima vez sus limitaciones para garantizar el suministro de energía eléctrica, el Gobierno británico anuncia cuales son sus intenciones respecto a su colonia militar, a la luz de los resultados de su Revisión Estratégica de la Defensa.
El Ministro británico para las Fuerzas Armadas declaró en Gibraltar el pasado día 3 de febrero que -como no podía ser menos- "Gibraltar es hoy tan importante para el Reino Unido como lo ha sido en los últimos 300 años". Es de agradecer tanta franqueza, en línea con lo expresado por las autoridades británicas en los últimos diez años en contra del discurso falaz, aunque de éxito notable, de que "Gibraltar ya no tiene la importancia que tuvo antaño".
Las reducciones presupuestarias británicas han afectado a su Ministerio de Defensa de forma que se ven obligados a cerrar instalaciones militares en tierra, dar de baja unidades, reducir sus actividades por todo el mundo etc. Sin embargo, como sabemos, Gibraltar les sale barato gracias a la economía local, quizá a un coste económico cero o próximo a él. En consecuencia, y por lo menos a corto plazo (según han dicho, hasta 2017), las funciones militares que se desarrollan desde la colonia seguirán como hasta ahora, concentrándose algunas de ellas en determinadas instalaciones.
En concreto y según se ha anunciado, seguirán en manos militares la base naval (con la Torre del Almirantazgo y los muelles Z para submarinos nucleares, entre otras instalaciones portuarias), las instalaciones de la colina del Molino de Viento (dedicadas, entre otras actividades, a la inteligencia electrónica y al seguimiento del tráfico marítimo de superficie en el Estrecho), la zona de adiestramiento de Buffadero (en los llanos de punta Europa) y los depósitos de munición. En cuanto a las instalaciones situadas en el istmo ilegalmente ocupado, seguirán en manos militares los cuarteles del Regimiento de Gibraltar (campamento de la Torre del Diablo) así como el aeródromo y los hangares. No se han mencionado las instalaciones de inteligencia acústica situadas en cala Rosia pero esto no debe extrañar pues entran en la misma voz que las de la colina del Molino de Viento.
Entre las instalaciones que se han ido abandonando por su mal estado, o que ahora se confirma su transferencia a las autoridades locales, se encuentran los depósitos de combustible situados en los túneles y su red de distribución, la producción de agua dulce y las redes de distribución de agua dulce y salada, la producción de energía eléctrica y la red de distribución correspondiente, los bomberos y los servicios de rescate.
Asimismo, desalojarán los edificios actuales del Cuartel General pasando sus ocupantes a desarrollar sus funciones desde el campamento de la Torre del Diablo.
El centro de operaciones situado en el túnel del Almirantazgo fue desmantelado no hace muchos años y en cuanto al centro de comunicaciones, corrió su misma suerte como consecuencia de los avances de la tecnología. Ya no existe ni uno ni otro así que en los túneles lo único militar que queda, y es bastante, son los depósitos de munición que sirven tanto a los intereses británicos como posiblemente a los norteamericanos, para almacenar sus bombas anti-personal y de racimo, por lo menos.
Con estas previsiones, el Ministerio de Defensa reduce su presencia sobre el terreno y el número de personas (civiles y de uniforme) que se encuentran en el Peñón. De esta forma también se abarata su coste pues el mantenimiento de las instalaciones transferidas, como es lógico, correrá a cargo de la economía local, con ese Ministerio como cliente de las autoridades locales a las que, según dicen, abonarán el importe de los servicios recibidos.
La transferencia en curso de la Gibraltar Defence Police y su integración en la Royal Gibraltar Police ha sido bloqueada por el rechazo de los componentes de la GDP a las condiciones en que se integrarían en la RGP.
El Ministro citado aseguró también que la Royal Navy (es decir los dos pequeños patrulleros del Escuadrón de Gibraltar) continuará "proporcionando presencia marítima para proteger la soberanía británica y el control" de lo que denominan "aguas territoriales británicas de Gibraltar". Suponemos que lo diría para tranquilizar a la población local, tan sobresaltada por el control que ha venido ejerciendo la Guardia Civil sobre las aguas españolas que rodean al Peñón.
Precisamente ese control por parte de la Guardia Civil es lo que ha debido forzar a las autoridades locales a desembolsar las 700.000 libras que les ha costado un nuevo sistema de control portuario que está dotado de radares, cámaras térmicas, equipos de radio-goniometría etc. Está manejado por personal que, al menos por su uniforme, parece de la Royal Navy, indicando con ello la militarización de dicho control. Con este sistema el puerto de Gibraltar se pone al nivel que tiene Algeciras desde hace más de diez años. Quizá las nóminas de ese personal también sean abonadas por la economía local, en línea con un hipotético objetivo de coste económico cero.
Como vemos, poco a poco van configurando la situación que se preveía en los años 60 del siglo pasado cuando intentaron sin éxito, en la sede de Naciones Unidas, conseguir el beneplácito de la comunidad internacional para establecer en Gibraltar un mini-Estado independiente que les garantizase la utilización de la base militar. Ahora, sin llegar a constituir a Gibraltar como un Estado van transfiriendo a las autoridades locales las instalaciones que no son estrictamente militares y obtienen de ellas los servicios logísticos imprescindibles para el funcionamiento de la base. Las infraestructuras militares se mantienen al mínimo aunque, eso sí, salvaguardando su capacidad de crecimiento por si alguna eventualidad obligase a incrementar el despliegue; a este fin efectúan ejercicios como el GibEx desarrollado a finales del año pasado y con el cual, además, envían un mensaje a quienes subvencionan su presencia, haciéndoles ver que el dinero invertido no lo es en vano y, de paso, tranquilizan a la población temerosa de una retirada.
El problema que vemos es que esa presencia militar parece que se sustenta con los pies de barro. La economía local que la subvenciona mantiene un crecimiento que el año 2006 fue del 9,4% mientras que los dos siguientes fueron del 12,6% y del 8,8% con un 7,99% el año 2009. Pero como sabemos, esa economía depende del hilo que supone la fluidez del tráfico por la verja, aunque trate de superar su fragilidad, entre otras actuaciones, contratando mano de obra en una comarca sumida en la crisis. Por si fuese poco, a principios de 2011, la capacidad local de generación de energía eléctrica (basada en instalaciones anticuadas) entró en barrena provocando repetidas caídas de tensión que obligaron, incluso, a trasladar al mando militar desde sus instalaciones en la base naval a las de cala Rosia, en donde sí que cuentan con generadores auxiliares. Y esto en una localidad como Gibraltar que aspira a que desde allí se gestionen millones y millones de capital de las más diversas procedencias. De forma provisional se solucionó el problema alquilando varios generadores móviles que los recibieron procedentes de España en la primera semana de febrero.
No sería la primera vez que empresas españolas les facilitan generadores móviles, de la misma manera que son empresas españolas las que les proporcionan el 30% del combustible que necesitan, tanto para fines militares como civiles entre los que se incluye la producción de energía y la de agua potable. No tendría nada de particular que, ante las dificultades con que se encuentran para conseguir la seguridad y capacidad necesarias en la producción de energía, recurran también a la industria española para que facilite el suministro eléctrico a la población civil. Para vencer sus propios escrúpulos dirán que es la "industria europea". Después, lógicamente dejarían la capacidad propia para el suministro a las instalaciones militares, incluyendo los muelles de atraque de submarinos nucleares; así nadie al norte de la verja se escandalizaría por facilitar la operatividad de dichos muelles y del resto de las instalaciones de la colonia militar: polvorines, sistemas de inteligencia, talleres etc. etc.
En resumen, la presencia militar británica en su colonia de Gibraltar seguirá, a corto plazo, desarrollando las mismas funciones que ha venido haciendo desde hace unos 300 años adaptándose a los tiempos y a la tecnología como siempre han hecho. Solo que ahora, debido a la escasez de sus recursos, traten de conseguirlo con un coste próximo a cero; así esa presencia se mantiene erguida pero lo hace con los pies de barro. Alguna ayuda buscarán.
http://www.revistatenea.es/RevistaAtene ... 16_ESP.aspP.D.: Es un articulo del año pasado, pero interesante para hacerse una idea de la evolucion civico-militar en el peñon.
Saludos