Dice un periódico de tirada nacional que "La concesión al etarra Bolinaga del tercer grado, por parte de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, no supone que el preso etarra esté ya en la calle ni siquiera que la cuestión esté cerrada. El tercer grado implica que a quien se le ha concedido tiene que regresar a prisión solo para dormir, pero en el caso de Bolinaga su situación no ha cambiado por ahora, pues se encuentra ingresado en el hospital de San Sebastián. El tercer grado es un paso previo para obtener la libertad condicional, pero no significa que en todos los casos y necesariamente ésta le sea concedida. La decisión última corresponde al juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, quien ha pedido a los médicos forenses un informe sobre la posibilidad de que Bolinaga pueda seguir el tratamiento contra el cáncer terminal que padece en la cárcel..."
Algunos siguen dándole vueltas a un asunto que tiene un desenlace claro. La prensa tiene que salir todos los días y algo tiene que decir y si puede emplear la noticia para varias sesiones lo hará. Pero el etarra Bolinaga carcelero sanguinario del funcionario Ortega Lara - que si hubiese sido por su voluntad el funcionario habría muerto, tras sufrir una despiadada tortura - estará en su casa más pronto que tarde. La política de debilidad seguida por el Gobierno, que tampoco es una novedad, incrementa la posibilidad de acertar el desenlace que no se puede ocultar diciendo que todo está de acuerdo con la ley porque, si es así, la ley no se aplica a otros reclusos con los mismos problemas y delitos menos repugnantes.
Actualmente, en estos momentos, muere cada tres días un preso en circunstancias similares a las de Bolinaga en las cárceles del país. Pero el trato diferenciado de Instituciones Penitenciaria a los etarras tampoco es novedad. Hay otros presos (sin un colectivo de reclusos detrás que recurran a huelgas de hambre - aunque sean falsas - ni con una organización armada - aunque ahora este "dormida" - como formas de chantaje) que caen enfermos y no mueren en sus casas, sino en la cárcel o en hospitales penitenciarios “en situación de privación de libertad”.
Ayer, en una marcha en Bilbao convocada por la izquierda abertzale, se leyó una carta del etarra Bolinaga en la que decía: «El proceso está bien encaminado. Tenemos que seguir así...». Entones la pregunta no es si el etarra obtendrá o no la libertad condicional sino ¿cuántos le seguirán?
http://www.intereconomia.com/noticias-g ... le-carcel-http://www.intereconomia.com/noticias-g ... s-20120819Saludos