mma escribió:Opciones hay muchas, cada una con sus ventajas e inconvenientes.
El problema de este caso en particular es que es complicado hacer el salto de un puesto teóricamente operativo como es el de cabo primero a otro puesto teóricamente operativo como es el de sargento.
Todo esto es hablando en teoria, el puesto de un sargento es estar en primera linea y por perdida de aptitudes, tras haber ascendido en ese tiempo, pasará a segunda cuando sea brigada. ¿como haces que un cabo primero que pierde aptitudes pase a ocupar un puesto que le exige las mismas que para el puesto que ha dejado?
Luego hay otro aspecto, el personal. Eres X, llevas veinte años en un destino y ahora asciendes por esto que dices. Evidentemente no puedes seguir ocupando el mismo puesto en plantilla así que levanta la casa y vete a otro sitio. Y todo esto para ganar, ¿cincuenta euros mas, cien? Esta misma mañana he estado hablando con uno que está convocado al curso de cabo primero, sus palabras textuales (y que comparto plenamente) han sido que el primer dia lo primero que va a preguntar es cuales son las vacantes que les van a ofrecer, porque todo eso se sabe. Si la respuesta es "no sabemos, ya veremos" o no le cuadran las que le digan a la media hora está firmando la renuncia y esa misma mañana se vuelve a su destino. Y como él, por lo que me ha comentado, todos los convocados con los que ha hablado. No están las cosas para que la parienta pierda el trabajo y levantar la casa por cien euros escasos de sueldo.
Sobre lo resaltado en negrita, creo que no es un criterio objetivo. Cada cual tendrá sus prioridades, familiares, profesionales, personales. Lo que está claro que las FAS es una de esas "empresas" donde no puedes tener mentalidad sedentaria, si no que tienes que ampliar tus miras hacia una disponibilidad mayor, ya sea por necesidades de tu puesto, por ascender, por cualquier razón. Pero esto pasa en las FAS, en la Guardia Civil, y en cualquier cuerpo de policía, exceptuando los locales. Pasa tambien en una parte considerable de la administración pública. Ejemplo, mi pueblo tenía partido judicial, desde que fue nombrado villa y se erigió la cruz del rollo o picota, hace 4 siglos. Ahora no es partido judicial, y el juzgado con sus jueces, y resto de personal de la administración de justicia (secretario judicial, gestores procesales, tramitadores, auxiliares, así como indirectamente abogados y procuradores, vigilantes de seguridad, etc) pasan a tener que desplazarse forzosamente casi 100 kilometros al municipio con partido judicial mas cercano.
Pasa en la empresa privada, donde a veces, por necesidades o por aspiración de promoción tienes que irte a otra punta de la piel de toro, o incluso, fuera de ella.
Y por supuesto, que acostumbrados a este sistema de escalas, es difícil plantearse otras realidades. Yo por ejemplo propongo una, como la de USA. Promoción real desde soldado hasta sargento mayor del Ejército. Y además, no sólo eso, si no la figura de los Late Officers, que precisamente, aquellos que acceden a la oficialía pro promoción interna, suelen ir destinados en su mayoría a puestos logisticos, administrativos, pero tambien docentes, de asesoramiento o de mando.
Es un hecho que por ejemplo, los tenientes de nueva incorporación en una compañia, por ejemplo con 25 años, se sustentan en el consejo y asesoramiento de los sargentos mas antiguos, y resto de suboficiales de la compañia. La experiencia es un grado que debe maximizarse, acompañada de procesos de concurso de méritos, oposición y formación académica que legitime su promoción.
El modelo de USA es un modelo matizado, eficaz y no dudo de muy práctico. No existen tapones de 10 años en un empleo como el de sargento, o de 5 o 6 en el de soldado, para acceder al empleo siguiente. Poseen unos margenes de edad mayores, y una mejor conexión con el mundo civil, donde los militares pueden acceder, tras unos años, volver a la vida civil, para formarse o trabajar en otros sectores, y luego tener la posibilidad de reengancharse, recuperando su cateogoría y siendo aprovechada tanto su formación como su experiencia en determinados sectores.
En definitiva, un sistema dinámico, abierto, conectado con el mundo civil sin caer en el error de hipotecar la formación militar con homologaciones de titulaciones que no la corresponden. Una promoción real, sin tapones, con salida al mundo privado, a empleos superiores o a una promoción horizontal, pero no limitandose en ninguna de ella.
Admiro por ejemplo sus cursos, como el de operaciones especiales, donde todos ingresan independientemente del empleo, privates, specialists, caporals, sargents, lieutenants...
Yo a nuestro sistema le veo muchas lagunas, y no creo que hagan falta decadas de "mili" para darse cuenta, sólo basta comparar.
Un cordial saludo.
«Oyendo hablar a un hombre, fácil es acertar dónde vio la luz del sol; si os alaba Inglaterra, será inglés,
si os habla mal de Prusia, es un francés, y si habla mal de España, es español».