Miren como funcionó a la perfección la estrategia peruana de que Chile aceptara la estrategia de las "cuerdas separadas". Adjunto entrevista dada el 7 febrero del 2010 por el entonces Canciller del Perú, el Sr. José Antonio García Belaunde (1 mes antes de que hubiera cambio de Gobierno en Chile):
Canciller José Antonio García Belaunde
Canciller peruano: "Nos esperan cuatro buenos años en la relación bilateral"
Belaunde asegura que su país desea retomar la estrategia de cuerdas separadas con Chile y destrabar la agenda bilateral.
A menos de un mes del cambio de gobierno en Chile, el canciller peruano, José Antonio García Belaunde, asume el fuerte retroceso que se ha producido en la relación bilateral a raíz del litigio ante La Haya y la ausencia de diálogo entre los presidentes Alan García y Michelle Bachelet, quienes no hablan por teléfono desde diciembre de 2008. También pone de manifiesto las altas expectativas que hay en Lima de que las relaciones se desbloqueen -término que prefiere, pues no le gusta hablar de desgaste- tras la llegada de Sebastián Piñera a La Moneda.
Pese a la confianza que expresa por la relación futura, el canciller no se atreve a confirmar si García aceptará o no la invitación para asistir al cambio de mando. "La agenda del Presidente se tiene que ir viendo momento a momento", dice. ¿Temor a que se puedan repetir las rechiflas que recibió Mario Vargas Llosa en la inauguración del Museo de la Memoria? "No, la ceremonia de cambio de mando es en el Congreso Nacional chileno, supongo que será otra cosa, ¿no es cierto?", responde.
García Belaunde también agrega cautela a sus expresiones, pues, asegura, en una relación tan compleja como la chileno-peruana, siempre habrá altibajos.
¿Qué expectativas tiene el gobierno de Alan García sobre la relación bilateral con la llegada de Piñera a La Moneda?
La impresión general es que nos esperan cuatro buenos años en la relación bilateral.
¿Por qué hay tanto optimismo en que la relación va a ser mejor?
Creemos que se abre una oportunidad en la medida que el Presidente Piñera ha planteado descongelar la relación y está diciendo: mantengamos el diferendo marítimo dónde está y trabajemos lo otro, que no deja de ser complicado y de tener sus dificultades de tiempo en tiempo. El concepto mismo de descongelar la relación que ha usado el Presidente Piñera es un mensaje cargado de sentido, que va un poco al encuentro de lo que nosotros habíamos estado planteando anteriormente.
¿Retomarán entonces la estrategia de las cuerdas separadas, planteada por Perú al gobierno de Bachelet?
Sí, es lo más conveniente. Cuando nosotros planteamos lo de las cuerdas separadas ya existía la demanda de la Haya en la agenda bilateral. El Presidente García viajó a Chile en junio de 2006 como Presidente electo y dijo trabajemos esto por cuerdas separadas, es decir, no dejemos que este tema permee toda la relación y al final de cuentas no podamos avanzar en campos que nos interesa avanzar, esa siempre fue la idea. Por eso, cuando el Presidente Piñera nos dice que el tema de la demanda marítima queda radicada en La Haya y que podemos descongelar la relación y avanzar en otros temas, la respuesta que damos es que nosotros estamos ansiosos de hacerlo y que contará con nuestro concurso más sincero para ese objetivo.
En la carta que le envió el Presidente García a Piñera para saludar su triunfo, le expresó "la plena disposición de su gobierno para lograr un diálogo directo y fluido". ¿Hay interés por parte de Alan García de poder resolver directamente con Piñera los problemas que eventualmente surjan a futuro?
Sí. Es necesario ir restableciendo confianzas, ese es un tema en el que tenemos que trabajar. En la medida que podamos entender que la relación entre Perú y Chile es una relación compleja, por la gran cantidad de componentes que involucra, y en la que probablemente se van a plantear temas todos los días, algunos difíciles de resolver, pero exista un interés genuino por resolver esos temas, podremos avanzar.
¿Qué impresión se forjó García de Piñera cuando se reunieron en Lima en marzo pasado?
La de un hombre inteligente, rápido, la de un hombre que sabía lo que quería. Le llamó la atención la manera de asumir retos, desafíos, lo encontró un hombre de mucha convicción, que en lo que decía ponía mucha convicción.
¿Es correcto decir que tiene con Piñera una mayor afinidad ideológica que con Bachelet?
El Partido Aprista está en la Internacional Socialista, al igual que el Partido Socialista chileno. Las economías de ambos países son abiertas, ambos, aunque en mayor medida Chile que Perú, tienen una multitud de acuerdos de libre comercio, mecanismos de protección de inversiones, no sé cuáles son las grandes diferencias ideológicas que podrían separarnos. Veo a Bachelet mucho más cerca de García que de Evo Morales, ¿o no?
No se corre el riesgo de exacerbar las expectativas de una mejor relación a partir del cambio de gobierno...
...Sí. Hay que ser cautos, porque debemos saber que es una relación compleja y que requiere una voluntad muy persistente en el tiempo para manejarla y superar así cualquier mal interpretación o dificultad que surja.
Toledo-Lagos y García-Bachelet también iniciaron la relación en muy buen pie, pero al cabo de dos años, ésta se estropeó. ¿Qué acciones no debieran repetirse para evitar que vuelva a ocurrir?
Si mantenemos encapsulado el diferendo marítimo, que es un diferendo importante para ambos países, podemos imaginar que las cosas se pueden desarrollar más fluidamente. Quiero ser muy cuidadoso, no quiero hacer creer que se pueden acabar los problemas. El diferendo marítimo es un problema y, evidentemente, la relación bilateral tendrá siempre sus altas y sus bajas. Por ejemplo, el tema de las compras de armamento por parte de Chile es algo que preocupa mucho a la sociedad peruana, pero es algo en lo que podemos trabajar. Lo que siento es que al instalarse el tema del diferendo marítimo como el tema más importante de la relación, trabó la posibilidad de desarrollar otras áreas.
En ese sentido, ¿cómo interpreta la declaración que hizo el Presidente electo tras la reunión con Bachelet por el tema de La Haya de que va a "defender con mucha firmeza y prudencia nuestro territorio, nuestro mar, nuestra soberanía y nuestros límites"?
Es una declaración coherente con lo que ha dicho respecto de mantener el tema en el ámbito de La Haya y descongelar el resto de la agenda. Es legítimo que cada país intente defender de la mejor forma sus argumentos en la Corte, no puede ser de otra forma. Los jueces van a fallar en un momento determinado y no nos queda más que comprometernos a acatar lo que dictaminen. El tema es si la demanda se queda en el carril jurídico en el que está o si va a invadir otros espacios.
¿Van a pedir en los próximos meses una reunión entre cancilleres o presidentes para fijar la agenda?
Creo que esa iniciativa debemos dejársela al nuevo gobierno chileno. Como todo nuevo gobierno, Piñera va a tener que establecer una serie de prioridades, instalarse, mal le haríamos nosotros si en medio de todo ese ajetreo le empezamos a pedir que nos reunamos tal o cual día. Hay que ir viendo cómo se van dando las cosas día a día. Nosotros tenemos tres años y medio en el gobierno, podemos acomodar nuestros tiempos, en cambio, los gobiernos nuevos están siempre llenos de urgencias.
MOMENTOS DIFÍCILES
El gobierno de Bachelet calificó la presentación de la demanda ante La Haya como un acto no amistoso por parte de Perú y congeló la agenda bilateral. ¿Qué consecuencias concretas ha tenido eso en estos dos años?
Confieso que no entendí ese gesto, porque en una resolución que patrocinó Chile ante las Naciones Unidas se hablaba de que no se debía considerar inamistoso el acto de llevar un diferendo a la Corte Internacional. Pero la decisión del gobierno de Bachelet de congelar la relación impidió que pudiéramos avanzar en temas tanto de interés bilateral como regional y facilitó que se hicieran malas interpretaciones de ciertos temas. Se perdió una oportunidad de mantener el diálogo abierto y poder distender ciertas situaciones.
¿Como cuáles?
El caso más llamativo fue la propuesta del Presidente García para un protocolo de paz y seguridad, el que fue asumido por el gobierno chileno como una especie de emplazamiento a Chile cuando no tenía que ver con eso, sino con una preocupación legítima y por la región en general.
¿Quiere decir que se exacerbaron a nivel de gobiernos situaciones que podrían haberse manejado en forma más cauta?
Sí. No se permitió un diálogo que podría haber facilitado un mejor entendimiento de ciertas propuestas o comentarios.
¿Qué factores influyeron para que no se pudiera mantener encapsulado el tema de la demanda marítima?
Para mí fue muy difícil, fue un cambio muy drástico. Desde el primer momento informamos a Chile de lo que estábamos haciendo. Tuve largas conversaciones con el canciller Foxley, muy francas y abiertas. Le expresé directamente nuestro interés por abrir una negociación por el tema de la delimitación marítima a lo cual se negó. A Foxley le dije, un par de meses antes de que el Presidente García se lo dijera a la Presidenta Bachelet, que no teníamos otra opción que recurrir a La Haya. Qué pasó en un momento dado para que este diálogo quedara interrumpido, no lo sé realmente.
El gobierno chileno habla de un retroceso en la relación bilateral, ¿cuán profundo es el desgaste que hay entre las presidencias y las cancillerías de ambos países?
No me gusta el concepto de desgaste. Creo que se bloquearon los canales de comunicación, pero como cualquier cosa obturada, se puede destrabar.
¿Es efectivo que la última vez que hablaron por teléfono Alan García y Michelle Bachelet fue en diciembre de 2008, para el episodio del general Donayre?
Sí, creo que después no han vuelto a hablar por teléfono.
¿Cuáles han sido los momentos más difíciles en estos cuatro años?
Ha habido muchos momentos difíciles que pueden haber sido originados por falta de comunicación o mala interpretación de gestos.
¿Como cuáles?
Por ejemplo, la visita de Sebastián Piñera a Lima, que causó mucha molestia en La Moneda y no fue nuestra intención generar esa molestia. Por ejemplo, el tema del general Donayre, cuyas declaraciones fueron grotescas, porque así no se habla, pero que había que entender finalmente que fueron hechas en el contexto de una fiesta privada pequeña. El caso del espía ha sido otro momento difícil, la reacción que hubo en Santiago a la propuesta de García sobre el protocolo de paz. El tema de la ley Arica-Parinacota fue un punto muy negro, muy delicado. Lamentablemente, ha habido varias situaciones así. Debo decir, eso sí, que cada vez que he tenido ocasión de encontrarme con la Presidenta Bachelet, ella ha sido siempre muy atenta, lo mismo ha sido la relación del Presidente García con ella. Bachelet es una líder muy carismática y le estoy muy agradecido del trato que le dio al tema de los migrantes ilegales peruanos. Lo que Chile hizo por los inmigrantes peruanos fue muy positivo y hago un reconocimiento al gobierno de Bachelet por la forma en que trató ese tema.
Perú en un año y medio más entrará en un proceso electoral, cree que el tema de Chile pueda ser gravitante en esa elección y, por ende, generar nuevos roces.
No será este gobierno el que haga nada por poner el tema de Chile en la agenda electoral. No hostilizaremos el tema chileno en el proceso electoral en ningún momento, eso lo puedo garantizar. En segundo lugar, quiero recordar que en el año 2006, cuando ya estaba el tema de la delimitación marítima puesto en la agenda, no fue tema de la campaña electoral.
INSULZA Y CHÁVEZ
Piñera ha planteado que debe analizarse el sentido de Unasur para que este apunte a la integración regional y no sea un organismo a la medida de algunos países. ¿La forma de enfrentar la relación regional y la figura de Chávez será un punto de unión entre García y Piñera?
A mí me gustaría que los temas regionales fueran parte de la agenda a conversar con Chile y su nuevo Presidente. No adelantaría nada, porque no sabemos qué está pensando el nuevo gobierno chileno sobre muchos temas. Sobre el Presidente Chávez, yo diría que el modelo que se ha fijado es respetable para Venezuela, mientras democráticamente los venezolanos lo quieran. El problema es cuando se busca replicar ese modelo en otras partes, pero para ser sincero, creo que ese problema ya no lo vamos a ver más en la región.
La OEA fijó para el 24 de marzo la elección del secretario general, hasta ahora el único candidato es el chileno José Miguel Insulza ¿Perú ya definió cuál será su voto?
No, no lo hemos definido. Como recién se fijó la fecha, tengo que conversarlo con el Presidente, la verdad es que no era un tema en el que tuviéramos urgencia.
enlaceMás claro....................echarle agua..............
Como días atrás lo declaré, me saco el sombrero ante el enorme profesionalismo y astucia de Torre Tagle. Sin duda, esta demanda será un ejemplo a estudiar en las academias de RRII de todo el mundo. Haber armado paciente y meticulosamente un caso como este, haber utilizado a su favor muy inteligentemente las "debilidades" de su contraparte (por los USD -$$ lucro- , claro está) y teniendo actualmente a Chile a la defensiva (por más argumentos jurídicos, históricos y de la práctica, nos respalden abrumadoramente), son evidentemente un gol de media cancha.
Sin duda, los pisco sours, inversiones millonarias, abrazos y visitas mutuas que ya vimos con la llegada del nuevo gobierno chileno, y que el Sr. Canciller ya debía haber previsto al momento de dar esta entrevista, fueron todo un éxito para la política exterior del Perú...............
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