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El campamento español Ricketts, en la localidad afgana de Moqur, está "petado de gente", en palabras del capitán de la base, José Alberto Sánchez Romero. La Brigada de Infantería Ligera Aeorotransportable (Brilat) se dispone a llevar a cabo una operación en el peligroso valle de Darr-e-bum, controlado en parte por la insurgencia, y han llegado a la base refuerzos desde Qala-e-now, la capital provincial. Nunca antes había habido tantos efectivos en el campamento. Las tiendas de campaña que normalmente se utilizan como gimnasio se han tenido que habilitar como alojamiento, y parte de los soldados tienen que dormir en el suelo. No hay suficientes camastros para todos.
"Capitán, los americanos no han venido, ¿verdad?", pregunta el comandante Juan Luis Carranza durante una reunión de planeamiento de la operación que una docena de oficiales celebran en una tienda de campaña. "No, no han venido", confirma el capitán Romero, moviendo la cabeza de un lado para otro. "Pero se habrán excusado, ¿no?", interroga el teniente coronel José Ramón Pérez, al mando de la operación y frunciendo el ceño. "Pues no, de momento, no", contesta con la boca pequeña otro oficial, el comandante David Cuesta.
Las tropas españolas tienen previsto intervenir en dos puntos del valle de Darr-e-bum: en el norte, una zona relativamente tranquila, donde distribuirán ayuda humanitaria. Y en el sur, un auténtico santuario de los talibán. Su objetivo es apoyar al Ejército afgano para que sus soldados se adentren en la localidad de Kabulché, totalmente controlada por los talibán. La contribución de los efectivos estadounidenses es importante, pero lo es aún más la del Ejército afgano. La operación durará dos días.
"He hablado con el coronel del batallón afgano y espero que podamos contar con una sección reducida para la operación, pero nada más. No tienen más efectivos. El resto de soldados están distribuidos en diferentes puntos de vigilancia o se encargan de la protección de su propia base", el comandante Carranza, uno de los asesores militares españoles del Ejército afgano, declara chafando los planes que las tropas españolas habían realizado. Esperaban disponer de al menos una compañía afgana. O sea, un centenar de hombres, y no sólo con un par de decenas de soldados.
"Y el teniente de Darr-e-bum cuyos soldados tienen que participar en la operación no sabe ni que la vamos a hacer", añade Carranza planteando un panorama que no pinta nada bien. "Es que esta gente no tiene ni internet ni nada. Ni tampoco hemos conseguido contactar con él por teléfono móvil", se justifica. "Al menos tenemos la orden por escrito de su coronel".
"¿Pero tenemos asegurada una sección disminuida para ir al sur de Darr-e-bum?", le corta el teniente coronel Pérez con tono enfadado. "Voy a intentar conseguir una sección ampliada", responde Carranza resolutivo. "De acuerdo, pues entonces empezamos la operación a las siete de la mañana", propone el teniente coronel.
"El Ejército afgano me ha dicho que a las ocho, que antes no podían", corrige el comandante Carranza, volviendo a tirar por tierra lo que los españoles habían preparado. "Es que ellos tienen que ir a los puestos de vigilancia y desplegarse por la ruta, y eso les lleva tiempo", añade, intentando salvar la cara de los afganos.
El teniente coronel Pérez cede porque no le queda más remedio, pero se niega a dar su brazo a torcer de nuevo cuando Carranza le plantea que el Ejército afgano quiere que los zapadores españoles, y no ellos, vayan abriendo camino. "Creo que hay suficientes argumentos para convencerles de que ellos deben ir primero", declara el teniente coronel. En teoría ya se ha iniciado el proceso de transición en que las fuerzas de seguridad afganas deben liderar las operaciones, y no ir a remolque de las tropas internacionales como han hecho hasta ahora.
"Juan Luis, díselo como quieras, pero déjales bien claro que el propósito de la operación es que el Ejército afgano vaya a Kabulché", dice Pérez, ya un poco exaltado y llamando al comandante Carranza directamente por su nombre de pila, y no por su rango. "Tendrán nuestro apoyo. Dispondremos de helicópteros Apache y del mortero embarcado. Pero a Kabulché tienen que ir ellos y no quiero que haya ni un solo tiro dentro de pueblo. Por encima de todo hay que evitar las bajas civiles", declara con tono fuerte y alto.
Tras esa reunión de planeamiento, se realizaron otras. A las doce de la noche el capitán Romero aún andaba dando vueltas en el puesto de mando con los últimos flecos. La operación no empezaría a las siete de la mañana, sino a las ocho. Las tropas estadounidenses no irían. Finalmente disculparon su ausencia por problemas técnicos. Y era una incógnita saber cuántos efectivos afganos participarían, y si lo harían. Pero eso sí, las tropas españolas estaban preparadas.
Bueno, parece que a pesar de todos los imponderables, la operación ha salido bien.
Enhorabuena:
Militares españoles y afganos arrebatan a los talibanes el área de Darrah e Bum Hicieron uso de los nuevos morteros embarcados que se desplegaron hace poco en el país asiático. J. Arias Borque
La ofensiva de las tropas españolas en Afganistán continúa. En una nueva operación iniciada el pasado sábado, militares españoles y afganos han avanzado sobre posiciones talibanes en la provincia de Badghis, para hacerles retroceder y ganar nuevos espacios para el control del Gobierno local, así como para seguir probando la pericia en combate del Ejército Nacional afgano.
El objetivo exacto de la misión, denominada operación Goshawk, estaba dividido en tres fases. En la primera, se limpió de presencia talibán la ruta Opal, en el tramo que discurre entre las localidad de Moqur y Darrah e Bum. En la segunda, se realizaron operaciones psicológicas de apoyo a la población civil, para intentar asegurar el apoyo de la ciudadanía.
En la tercera fase, se llevó a cabo una segunda limpieza de talibanes al sur del valle de Darrah e Bum, para llegar hasta una zona donde no era habitual la presencia de la coalición internacional y expandir hasta allí la presencia e influencia Ejecutivo afgano y su ejército.
Los enfrentamientos armados más reseñables tuvieron lugar en la tercera fase de esta operación. Durante el avance a la zona sur de Darrah e Bum, rumbo a la localidad afgana de Kabulche, las tropas españolas comenzaron a recibir fuego enemigo por el este desde cotas más elevadas, ante lo que respondieron con fuego de ametralladora y con los morteros Cardom de 81mm, desplegados en los últimos meses.
Poco después, tras tropas españolas tuvieron que repeler un nuevo ataque talibán, para lo que usaron fuego de ametralladora. También participaron como apoyo varios helicópteros de combate de países aliados de la ISAF.
Fuentes militares destacaron la importancia del citado valle, pues es un punto clave de la ruta Opal, en lo que a las comunicaciones entre Qala e Naw y el valle del Murghab se refiere, y es parte importante de la línea de comercio ilegal que los talibanes mantienen con Turkmenistán para poder abastecer sus posiciones en el centro y sur de Afganistán.
Asimismo, consideraron que la operación puede ser considerada un éxito, ya que se consiguió llegar hasta la población de Kabulche, que hasta ahora estaba controlada por los talibanes, y sobre todo porque el Ejército Afgano, instruido por militares españoles, demostró que es capaz de planificar, conducir y ejecutar sus propias operaciones militares. En los últimos meses, las tropas españolas que ya han realizado batidas antitalibanes similares en Badghis, en áreas que hasta ese momento estaban controladas enteramente por los talibanes. Ejemplos de ello, son la ofensiva que protagonizaron en la cabecera del valle de Gardak, corredor natural hacia el paso fronterizo de Turusej con Turkmenistán, o la que llevaron a cabo en el área de Galezardhak, unos diez kilómetros al este de Moqur.
Me alegro del cambio estratégico del ejército español. Ha pasado de tener que refrenarse y responder sólo si era atacado a diseñar operaciones de limpieza. Me alegro también del éxito del mortero Cardom embarcado en los VAMTAC y me alegro de que las autoridades proporcionen el material necesario para que nuestras tropas cumplan con sus misiones.
Por cierto. La actualización de la noticia: Cuatro imbéciles menos.
PD. Sobre el ejército afgano... no será por la vocación de liderazgo, ni por su compromiso actual por lo que triunfen. Cuando estén solos y sin ayuda serán barridos a menos que se den cuenta de que combaten por su propia supervivencia. No creo que los talibán e imbéciles adjuntos tengan mucha piedad de un grupo de hombres que "colaboraron" con el "invasor impío". Si ni siquiera en ese caso demuestran valor combativo, entonces que vayan cavando sus propias tumbas.
Hola compañeros militares. Pertenezco al Cuerpo de la Guardia Civil y estoy encuadrado en el próximo relevo de Mayo pero todavía no nos han dado ninguna noticia segura de que ese relevo se produzca o si finalmente el actual contingente será el último para replegar sobre Herat. Sólo quería saber vuestra opinion sobre si abrá relevo o no.
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