Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
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UCRONIA ESPAÑAvsEEUU, Duelo de aguilas
LA BÚSQUEDA DE FONDOS, 1895
Durante los primeros meses de 1895 el gobierno español no había dedicado especial atención a la posibilidad de guerra con los EEUU, concentrándose en cambio en la real guerra de Cuba. Tan solo cuando los informes empezaron a ser preocupantes en verano de ese año, se decidió prepararse para la posibilidad de un conflicto con los EEUU. A pesar de ello la capacidad económica del país era limitada a causa de la guerra de Cuba, por lo que fue preciso acudir a fuentes alternativas de financiación.
En los países hispanoamericanos, especialmente en Argentina, México, y Uruguay, la intervención de los agentes del SIM logro fondos procedentes de los emigrantes españoles, recaudándose alrededor de 10 millones de pesetas. Otra fuente de financiación sería la Iglesia que por ley debería recibir unos 40 millones de pesetas al año, aunque generalmente nunca pasaban de unos 27 (1), decidiéndose reducirlo a 20 millones al año. La tercera fuente de financiación que buscaría España, era la venta de armamento a terceros países, e incluso a organizaciones no gubernamentales de dudosa legalidad.
El ministro de Hacienda se estaba encontrando en graves problemas para lograr fondos con los que financiar las reformas, pues la colonización de las islas orientales estaba resultando bastante cara. Afortunadamente fue presentada como un intento de colonización ligado a las misiones católicas, convenciendo a varias órdenes religiosas para participar activamente en ella, para lo cual estas llegaron a organizar colectas en diversos países de Europa. Gracias a esto el transporte de los primeros 5.000 soldados a Filipinas y la posterior colonización de las islas, resulto mucho menos onerosa. También se detrajeron 7 millones de pesetas de la asignación de la iglesia, oficialmente para financiarla, pero parte de esos fondos se emplearían para adquirir materiales de fortificación, y diversos equipos necesarios para las tropas, e incluso para pagar sus sueldos.
En total se lograrían alrededor de 45 millones de pesetas, correspondientes a:
Colectas entre colonias de emigrante 10.000.000
Fondos de la iglesia, anualidades 95, 96, 97, 98 28.000.000
Colectas en el extranjero para las misiones 2.000.000
Venta de armas boer, abisinia, Siam 5.000.000
1.- 1895; La guerra en Cuba y la España de la ilustración, capitulo La iglesia y la cuestión colonial.
Durante los primeros meses de 1895 el gobierno español no había dedicado especial atención a la posibilidad de guerra con los EEUU, concentrándose en cambio en la real guerra de Cuba. Tan solo cuando los informes empezaron a ser preocupantes en verano de ese año, se decidió prepararse para la posibilidad de un conflicto con los EEUU. A pesar de ello la capacidad económica del país era limitada a causa de la guerra de Cuba, por lo que fue preciso acudir a fuentes alternativas de financiación.
En los países hispanoamericanos, especialmente en Argentina, México, y Uruguay, la intervención de los agentes del SIM logro fondos procedentes de los emigrantes españoles, recaudándose alrededor de 10 millones de pesetas. Otra fuente de financiación sería la Iglesia que por ley debería recibir unos 40 millones de pesetas al año, aunque generalmente nunca pasaban de unos 27 (1), decidiéndose reducirlo a 20 millones al año. La tercera fuente de financiación que buscaría España, era la venta de armamento a terceros países, e incluso a organizaciones no gubernamentales de dudosa legalidad.
El ministro de Hacienda se estaba encontrando en graves problemas para lograr fondos con los que financiar las reformas, pues la colonización de las islas orientales estaba resultando bastante cara. Afortunadamente fue presentada como un intento de colonización ligado a las misiones católicas, convenciendo a varias órdenes religiosas para participar activamente en ella, para lo cual estas llegaron a organizar colectas en diversos países de Europa. Gracias a esto el transporte de los primeros 5.000 soldados a Filipinas y la posterior colonización de las islas, resulto mucho menos onerosa. También se detrajeron 7 millones de pesetas de la asignación de la iglesia, oficialmente para financiarla, pero parte de esos fondos se emplearían para adquirir materiales de fortificación, y diversos equipos necesarios para las tropas, e incluso para pagar sus sueldos.
En total se lograrían alrededor de 45 millones de pesetas, correspondientes a:
Colectas entre colonias de emigrante 10.000.000
Fondos de la iglesia, anualidades 95, 96, 97, 98 28.000.000
Colectas en el extranjero para las misiones 2.000.000
Venta de armas boer, abisinia, Siam 5.000.000
1.- 1895; La guerra en Cuba y la España de la ilustración, capitulo La iglesia y la cuestión colonial.
Última edición por Gaspacher el 13 Jul 2013, 19:33, editado 2 veces en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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COLESBERG, República Sudafricana
En un intento de aumentar los ingresos por medio de ventas de armamento, el ministerio de la Guerra inicio la búsqueda de países a los que vender armas excedentes u obsoletas del ejército. Excluidos los países europeos, por ser fabricantes o clientes de las grandes potencias como Reino Unido, Francia, o Alemania, las mejores posibilidades de negocio estaban en Hispanoamérica, Asía y algunos países de África como Abisinia, a quien se vendieron varios lotes de Remington.
Pero de entre todos ellos tal vez los que mejores posibilidades ofrecían eran la República Sudafricana y el Estado Libre de Orange, pues desde que 8 años antes se descubriera oro en Witwatersrand, cerca de Pretoria, la presión de los colonos británicos en las tierras bóer había sido constante. Estos colonos pronto superarían en número a los bóeres en la zona minera, lo que les llevaría a pedir derechos políticos, provocando la repulsa de los bóeres que, reaccionaron negando estos derechos políticos y aumentaron la presión fiscal sobre la extracción de oro.
Conocedor de esos hechos, el gobierno español encargo a uno de sus agentes la toma de contacto con representantes del gobierno de dichos estados. Las negociaciones fueron muy diversas, ofreciendo el representante español cañones de montaña Plasencia de 80mm, y de campaña Sotomayor modelo 1880 del mismo calibre, ambos de acero, y Plasencia de campaña modelo 1878 de bronce comprimido, todos ellos de retrocarga. De igual manera, se llegaría a ofrecer cañones de sitio como los obuses de 210mm Plasencia, y fusiles Máuser modelo 1893 que, estaban siendo producidos en España desde poco antes.
Durante meses las negociaciones permanecieron detenidas, pero el 29 de diciembre los colonos británicos encabezados por Leander S Jamesoon, realizaron un intento de golpe de estado. 6 días después del raid, ante las presiones de Piet de Cronje, el gobierno de la Republica de Sudáfrica solicito oficialmente la adquisición de armamento, fusiles Máuser, cañones, y municiones. Dos baterías de cañones Sotomayor, otras dos de cañones de montaña Plasencia, y 6 piezas de sitio, 4 obuses Plasencia de 210mm y 2 Obuses Mata modelo 1891 de 150mm. Paralelamente a estas compras, 400 afrikáner se trasladarían a España para instruirse en el manejo de la artillería, en el que sería la primera de varias rotaciones de alumnos de dicha procedencia.
En un intento de aumentar los ingresos por medio de ventas de armamento, el ministerio de la Guerra inicio la búsqueda de países a los que vender armas excedentes u obsoletas del ejército. Excluidos los países europeos, por ser fabricantes o clientes de las grandes potencias como Reino Unido, Francia, o Alemania, las mejores posibilidades de negocio estaban en Hispanoamérica, Asía y algunos países de África como Abisinia, a quien se vendieron varios lotes de Remington.
Pero de entre todos ellos tal vez los que mejores posibilidades ofrecían eran la República Sudafricana y el Estado Libre de Orange, pues desde que 8 años antes se descubriera oro en Witwatersrand, cerca de Pretoria, la presión de los colonos británicos en las tierras bóer había sido constante. Estos colonos pronto superarían en número a los bóeres en la zona minera, lo que les llevaría a pedir derechos políticos, provocando la repulsa de los bóeres que, reaccionaron negando estos derechos políticos y aumentaron la presión fiscal sobre la extracción de oro.
Conocedor de esos hechos, el gobierno español encargo a uno de sus agentes la toma de contacto con representantes del gobierno de dichos estados. Las negociaciones fueron muy diversas, ofreciendo el representante español cañones de montaña Plasencia de 80mm, y de campaña Sotomayor modelo 1880 del mismo calibre, ambos de acero, y Plasencia de campaña modelo 1878 de bronce comprimido, todos ellos de retrocarga. De igual manera, se llegaría a ofrecer cañones de sitio como los obuses de 210mm Plasencia, y fusiles Máuser modelo 1893 que, estaban siendo producidos en España desde poco antes.
Durante meses las negociaciones permanecieron detenidas, pero el 29 de diciembre los colonos británicos encabezados por Leander S Jamesoon, realizaron un intento de golpe de estado. 6 días después del raid, ante las presiones de Piet de Cronje, el gobierno de la Republica de Sudáfrica solicito oficialmente la adquisición de armamento, fusiles Máuser, cañones, y municiones. Dos baterías de cañones Sotomayor, otras dos de cañones de montaña Plasencia, y 6 piezas de sitio, 4 obuses Plasencia de 210mm y 2 Obuses Mata modelo 1891 de 150mm. Paralelamente a estas compras, 400 afrikáner se trasladarían a España para instruirse en el manejo de la artillería, en el que sería la primera de varias rotaciones de alumnos de dicha procedencia.
Última edición por Gaspacher el 13 Jul 2013, 19:35, editado 1 vez en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Una pregunta. ¿No dificultaría todo lo posible el gobierno británico esa venta?
“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
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Eso, se vera en otro capitulo
Impaciente!!
spolier; Armas retenidas, y contrabando a través de Mozambique a partir de finales del 96
Impaciente!!
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Perdón, perdón....
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POLÍTICA, 1895
En otoño de 1895 los informes de inteligencia enviados por el agregado naval en Washington, Gutiérrez Sobral, y los enviados por Puigcerver a Nueva York y Boston entre otras ciudades, mostraban signos tan evidentes sobre las intenciones norteamericanas que empezaron a preocupar al propio Cánovas del Castillo. Decidido a poner toda la carne en el asador, por fin dio órdenes a los ministros de marina y guerra para que hiciesen cuanto estuviese en sus manos a fin de prepararse para la guerra. De esa forma los planes teóricos formulados hasta el momento por fin empezarían a llevarse a la práctica. Al mismo tiempo en una búsqueda de la estabilidad política, que permitiese a España rearmarse sin interrupciones, inicio una serie de reuniones con los principales actores de la política patria.
Las reuniones con los miembros más influyentes de su partido, incluidos los más reacios como Silvela, lograron la adhesión de estos sin demasiados problemas, al comprometerse a mantener las críticas y problemas internos a raya, en aras de la estabilidad. Se mantendrían las luchas políticas por muy diversos motivos, pero todo lo relacionado con la Guerra de Cuba y el rearme de las fuerzas armadas, quedaba excluido de estas luchas políticas.
Muchos más problemas ofrecieron los liberales, cuya prensa afín no perdía ocasión de atacar cuantas políticas realizaban los conservadores, incluyendo la conducción de la guerra de Cuba. Lo peor de eso era que dichas críticas alimentaban a la prensa de Hearst y Pulitzer en los EEUU, soliviantando aun más a la población norteamericana. Tras arduas negociaciones tan solo cuando presionado por destacados conservadores, Cánovas, acepto cambiar el estatus de Puerto Rico y de la isla de Luzón en Filipinas, se lograría el apoyo de Canalejas, Gamazo, Maura, y Moret, quienes a su vez presionarían a Sagasta para aceptar el trato. Con esta reforma llevada a cabo el 19 de diciembre de 1895, estas regiones se convertirían en provincias de pleno derecho, y se abriría un periodo de tres años para estudiar la concesión de autonomía a Puerto Rico.
Cuba quedaría excluida de dichos cambios mientras la rebelión prosiguiese, en un ardid político para atraer a los moderados, y también se excluyeron temporalmente las zonas de Filipinas menos occidentalizadas en una concesión temporal a los conservadores.
En otoño de 1895 los informes de inteligencia enviados por el agregado naval en Washington, Gutiérrez Sobral, y los enviados por Puigcerver a Nueva York y Boston entre otras ciudades, mostraban signos tan evidentes sobre las intenciones norteamericanas que empezaron a preocupar al propio Cánovas del Castillo. Decidido a poner toda la carne en el asador, por fin dio órdenes a los ministros de marina y guerra para que hiciesen cuanto estuviese en sus manos a fin de prepararse para la guerra. De esa forma los planes teóricos formulados hasta el momento por fin empezarían a llevarse a la práctica. Al mismo tiempo en una búsqueda de la estabilidad política, que permitiese a España rearmarse sin interrupciones, inicio una serie de reuniones con los principales actores de la política patria.
Las reuniones con los miembros más influyentes de su partido, incluidos los más reacios como Silvela, lograron la adhesión de estos sin demasiados problemas, al comprometerse a mantener las críticas y problemas internos a raya, en aras de la estabilidad. Se mantendrían las luchas políticas por muy diversos motivos, pero todo lo relacionado con la Guerra de Cuba y el rearme de las fuerzas armadas, quedaba excluido de estas luchas políticas.
Muchos más problemas ofrecieron los liberales, cuya prensa afín no perdía ocasión de atacar cuantas políticas realizaban los conservadores, incluyendo la conducción de la guerra de Cuba. Lo peor de eso era que dichas críticas alimentaban a la prensa de Hearst y Pulitzer en los EEUU, soliviantando aun más a la población norteamericana. Tras arduas negociaciones tan solo cuando presionado por destacados conservadores, Cánovas, acepto cambiar el estatus de Puerto Rico y de la isla de Luzón en Filipinas, se lograría el apoyo de Canalejas, Gamazo, Maura, y Moret, quienes a su vez presionarían a Sagasta para aceptar el trato. Con esta reforma llevada a cabo el 19 de diciembre de 1895, estas regiones se convertirían en provincias de pleno derecho, y se abriría un periodo de tres años para estudiar la concesión de autonomía a Puerto Rico.
Cuba quedaría excluida de dichos cambios mientras la rebelión prosiguiese, en un ardid político para atraer a los moderados, y también se excluyeron temporalmente las zonas de Filipinas menos occidentalizadas en una concesión temporal a los conservadores.
Última edición por Gaspacher el 11 Jul 2013, 23:45, editado 1 vez en total.
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MADRID, noviembre de 1895
En cuanto Cánovas comprendió la gravedad de la situación se decidió proceder a la colonización de las islas Marianas, Palao, y Carolinas, como medida defensiva ante un ataque norteamericano a Filipinas. Sin duda la colonización sería cara, pero costearían la mayor parte a través del dinero destinado a la iglesia.
El elegido para llevar a cabo la colonización seria el Tte. general Camilo García de Polavieja y del Castillo-Negrete, veterano de las guerras Carlistas y la guerra de los diez años en Cuba. Hombre de gran fe cristiana destacaba por su energía e intransigencia en cuanto al orden. Bajo su mando serían puestos 6 batallones de cazadores que partirían rumbo a Filipinas, desde donde se realizaría la colonización de las islas a lo largo del año 96, recibiendo refuerzos en una segunda expedición colonizadora que, debería llegar a partir de la segunda mitad de 1897.
Junto a ellos viajaría el crucero degradado a cañonero, Isabel II, encargado de sustituir al crucero de madera Castilla, tras la desactivación de este. Esta seria la primera de las unidades dadas de baja, en un intento de librar a la marina de unidades inadecuadas para el combate. Además, su artillería, serviría para armar la entrada de la Bahía de Subic, financiando la instalación con el dinero ahorrado del mantenimiento del buque. De igual forma la tripulación del buque serviría en el nuevo arsenal que, se estaba organizando en dicha bahía y para el que se había contratado la construcción de un gran dique flotante de 10.000tn de capacidad.
Con esto acaba el 95 que, me ha servido para poner unas bases para desarrollar la historia y es, tal vez, el año más tedioso...sin grandes cambios ni empresas militares, tan solo movimientos políticos y planes. En el próximo capitulo, Polavieja llegara a Filipinas para preparar la ocupación de las islas
En cuanto Cánovas comprendió la gravedad de la situación se decidió proceder a la colonización de las islas Marianas, Palao, y Carolinas, como medida defensiva ante un ataque norteamericano a Filipinas. Sin duda la colonización sería cara, pero costearían la mayor parte a través del dinero destinado a la iglesia.
El elegido para llevar a cabo la colonización seria el Tte. general Camilo García de Polavieja y del Castillo-Negrete, veterano de las guerras Carlistas y la guerra de los diez años en Cuba. Hombre de gran fe cristiana destacaba por su energía e intransigencia en cuanto al orden. Bajo su mando serían puestos 6 batallones de cazadores que partirían rumbo a Filipinas, desde donde se realizaría la colonización de las islas a lo largo del año 96, recibiendo refuerzos en una segunda expedición colonizadora que, debería llegar a partir de la segunda mitad de 1897.
Junto a ellos viajaría el crucero degradado a cañonero, Isabel II, encargado de sustituir al crucero de madera Castilla, tras la desactivación de este. Esta seria la primera de las unidades dadas de baja, en un intento de librar a la marina de unidades inadecuadas para el combate. Además, su artillería, serviría para armar la entrada de la Bahía de Subic, financiando la instalación con el dinero ahorrado del mantenimiento del buque. De igual forma la tripulación del buque serviría en el nuevo arsenal que, se estaba organizando en dicha bahía y para el que se había contratado la construcción de un gran dique flotante de 10.000tn de capacidad.
Con esto acaba el 95 que, me ha servido para poner unas bases para desarrollar la historia y es, tal vez, el año más tedioso...sin grandes cambios ni empresas militares, tan solo movimientos políticos y planes. En el próximo capitulo, Polavieja llegara a Filipinas para preparar la ocupación de las islas
Última edición por Gaspacher el 11 Jul 2013, 23:54, editado 1 vez en total.
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Hola Gaspacher
Apasinante relato, aunque no se mucho del tema, una pregunta conociendo la mentalidad EEUU crees que con la capacidad Industrial que tenian y la poblacion deografica y a pesar de los cambios que propones tenian posibilidad real de haber conseguido lo que propones?
Un saludo
PD: no te lo tomes como un ataque al magnifico relato solo es una preguntaque planteo
Apasinante relato, aunque no se mucho del tema, una pregunta conociendo la mentalidad EEUU crees que con la capacidad Industrial que tenian y la poblacion deografica y a pesar de los cambios que propones tenian posibilidad real de haber conseguido lo que propones?
Un saludo
PD: no te lo tomes como un ataque al magnifico relato solo es una preguntaque planteo
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En 1898 tenían puntos débiles muy importantes, y yo, que aquí hago el papel de Dios, los aprovechare
Posiblemente, a finales de 1899 ya hubiesen superado alguno de ellos, pero claro, si se esperaban a 1899 tal vez ya no tendrían escusa para la guerra.
Posiblemente, a finales de 1899 ya hubiesen superado alguno de ellos, pero claro, si se esperaban a 1899 tal vez ya no tendrían escusa para la guerra.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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BARCELONA, 2 enero de 1896
El ministro de Hacienda, excelentísimo señor D Juan Navarro Reverter se acababa de apear de su carruaje y llamado a la puerta de una sencilla vivienda en la que habitaba el general Weyler, siendo su propia esposa la que le abrió la puerta y franqueo la entrada acompañándolo a la salita de la vivienda, donde el veterano general y gran amigo personal suyo, leía tranquilamente, levantándose a estrecharle la mano de inmediato.
La conversación, pronto giro en torno a la guerra de Cuba, pues el ministro Navarro había sido enviado por Cánovas, para tantear si Weyler, estaba dispuesto a asumir el mando en la isla. Este, aunque recientemente había sufrido una tragedia familiar 1, reacciono como un soldado, presentándose dispuesto a obedecer cuanto ordenase el gobierno. Empero, antes de asumir el mando, incidió en las posibilidades de conflicto con los EEUU y la necesidad de prepararse para este.
-General Weyler, gracias a la advertencia que usted dio hace poco más de año, logramos convencer al Sr Cánovas sobre ese caso. -Dijo el Sr. Navarro. -Al menos en la medida de nuestras posibilidades, ya nos estamos preparando. Ahora bien, cree usted que, de producirse una guerra, ¿Tendremos alguna oportunidad?
-A priori diría que no, el potencial económico e industrial norteamericano es demasiado grande. -Respondió Weyler. -Nuestras pocas probabilidades pasan por aprovechar nuestros puntos fuertes, necesitamos planes realistas para esa guerra, y tal vez, tratar de aumentar esos puntos fuertes con innovación tecnológica ya que en potencia industrial no podemos.
-¿Y eso como se logra? Porque si su poder industrial es mejor también lo será su tecnología. -Inquirió Navarro.
-Tal vez mayor que la nuestra sí, pero podemos buscar los mejores cañones, los mejores fusiles y las mejores armas allí donde se encuentren. -Dijo Weyler. -De hecho ya hemos empezado a hacerlo, por eso nuestros soldados están siendo armados con los fusiles Máuser modelo 1893, y nuestra artillería esta comprando cañones Krupp de montaña, son los mejores. Creo que deberíamos extender esa búsqueda a todas las facetas necesarias para lograr una ventaja tecnológica que nos permita no ser derrotados. Necesitamos la mejor pistola, el mejor fusil, la mejor ametralladora o el mejor cañón.
-Eso costara mucho dinero, y no lo tenemos, general.
-Buscar las armas es gratis, adquirirlas o fabricarlas es diferente. Creo que deberíamos empezar buscando, y encontramos armas que nos ofrezcan esa ventaja, ya veremos como solucionamos el como fabricarlas. Tal vez si logramos fabricar esas armas, podamos empezar a comerciar con ellas. Buena falta nos hace desarrollar la industria. -Expuso Weyler.
-Bueno, hablare con el presidente de esto y ya veremos.
1 Su hija Teresa había muerto en octubre.
El ministro de Hacienda, excelentísimo señor D Juan Navarro Reverter se acababa de apear de su carruaje y llamado a la puerta de una sencilla vivienda en la que habitaba el general Weyler, siendo su propia esposa la que le abrió la puerta y franqueo la entrada acompañándolo a la salita de la vivienda, donde el veterano general y gran amigo personal suyo, leía tranquilamente, levantándose a estrecharle la mano de inmediato.
La conversación, pronto giro en torno a la guerra de Cuba, pues el ministro Navarro había sido enviado por Cánovas, para tantear si Weyler, estaba dispuesto a asumir el mando en la isla. Este, aunque recientemente había sufrido una tragedia familiar 1, reacciono como un soldado, presentándose dispuesto a obedecer cuanto ordenase el gobierno. Empero, antes de asumir el mando, incidió en las posibilidades de conflicto con los EEUU y la necesidad de prepararse para este.
-General Weyler, gracias a la advertencia que usted dio hace poco más de año, logramos convencer al Sr Cánovas sobre ese caso. -Dijo el Sr. Navarro. -Al menos en la medida de nuestras posibilidades, ya nos estamos preparando. Ahora bien, cree usted que, de producirse una guerra, ¿Tendremos alguna oportunidad?
-A priori diría que no, el potencial económico e industrial norteamericano es demasiado grande. -Respondió Weyler. -Nuestras pocas probabilidades pasan por aprovechar nuestros puntos fuertes, necesitamos planes realistas para esa guerra, y tal vez, tratar de aumentar esos puntos fuertes con innovación tecnológica ya que en potencia industrial no podemos.
-¿Y eso como se logra? Porque si su poder industrial es mejor también lo será su tecnología. -Inquirió Navarro.
-Tal vez mayor que la nuestra sí, pero podemos buscar los mejores cañones, los mejores fusiles y las mejores armas allí donde se encuentren. -Dijo Weyler. -De hecho ya hemos empezado a hacerlo, por eso nuestros soldados están siendo armados con los fusiles Máuser modelo 1893, y nuestra artillería esta comprando cañones Krupp de montaña, son los mejores. Creo que deberíamos extender esa búsqueda a todas las facetas necesarias para lograr una ventaja tecnológica que nos permita no ser derrotados. Necesitamos la mejor pistola, el mejor fusil, la mejor ametralladora o el mejor cañón.
-Eso costara mucho dinero, y no lo tenemos, general.
-Buscar las armas es gratis, adquirirlas o fabricarlas es diferente. Creo que deberíamos empezar buscando, y encontramos armas que nos ofrezcan esa ventaja, ya veremos como solucionamos el como fabricarlas. Tal vez si logramos fabricar esas armas, podamos empezar a comerciar con ellas. Buena falta nos hace desarrollar la industria. -Expuso Weyler.
-Bueno, hablare con el presidente de esto y ya veremos.
1 Su hija Teresa había muerto en octubre.
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MANILA, 24 de enero de 1896
Tras unos dos meses de viaje los refuerzos españoles estaban llegando a Filipinas en 8 transportes fletados para ellos. A la cabeza de los buques avanzaba el ahora cañonero Isabel II, y justo tras él, el vapor Leon XIII, en el que viajaba el Tte. General Polavieja. A pie del muelle les esperaba el general Ramón Blanco y Erenas, capitán general de Filipinas, acompañado de su estado Mayor y varios de los principales de la ciudad. Tras desembarcar y los saludos de rigor, pasaron al Palacio del Gobernador.
-Siento venir a entrometerme en su trabajo. –Estaba diciendo Polavieja quien, a decir verdad, no se llevaba especialmente bien con Blanco. –Aunque de momento operare desde aquí, Vd sigue siendo el capitán General de Filipinas, yo solo vengo a ser un adelantado de las islas a colonizar.
-¿Precisara alguna ayuda? –Respondió Blanco. –Tenga en cuenta que en esta zona no hay demasiados medios.
-Traigo conmigo tres batallones de cazadores, dos baterías de artillería de montaña Plasencia, y dos secciones de ingenieros, además también dispondré del Isabel II y del vapor Isla de Mindanao. Sera suficiente para empezar, el resto lo contrataremos aquí.
-¿Puede saberse a que se deben estas prisas? –La preocupación era evidente en el rostro de Blanco. –Hemos pasado siglos sin colonizar esas islas, incluso tras la crisis con Alemania, y ahora parece que se nos acabe el tiempo.
-Mucho de eso hay. –Respondió Polavieja. –Tengo noticias malas y noticias aun peores.
-Ahora si me estoy asustando. –Dijo Blanco mientras bebía.
-Las malas son que Vd. va a perder varias unidades navales del apostadero. Traigo órdenes de proceder a la desactivación inmediata del crucero Castilla y de varias lanchas cañoneras. Las peores son que nuestro gobierno teme un conflicto con los EEUU, de ahí la colonización de esas islas. Serán utilizadas como una protección para ganar tiempo, y como base adelantada de unidades navales. –Fue la abrumadora explicación de Polavieja.
-¿Guerra con los EEUU? –Murmuro Blanco, sin salir de su estupor. –Es una locura, una completa locura.
-No por elección nuestra desde luego, pero la prensa sensacionalista americana y los sectores más jingoístas de su nación presionan mucho para ello y debemos prepararnos por si acaso. –Finalizando su explicación. –Y gran parte de los deberes de planificación serán cosa suya general Blanco. Aquí traigo las órdenes referidas a ello. –Entregándole un sobre lacrado. –También traemos una orden de crédito de 1.500.000 pesetas para comprar materiales de fortificación para Manila.
El general Blanco no daba crédito a sus ojos, conforme iba leyendo el documento su asombro fue en aumento, únicamente fortificar Manila iba a sumar un monto importantísimo, el desplegar 10 nuevos batallones de cazadores bajo su mando no era un tema baladí, y la marina se las iba a ver y desear para seguir cumpliendo sus cometidos si le retiraban 12 de sus pequeñas cañoneras, así como el crucero protegido Castilla. Aun peor, debía fomentar el comercio con China como medio de aumentar los impuestos destinados a pagar las fortificaciones, y debía asegurar la paz del archipiélago atrayendo a los nacionalistas filipinos más moderados, eso sí, evitando las promesas. Para eso ultimo, al menos, la reciente reforma que concedía la plena nacionalidad a los habitantes de Luzón, iba a servir de gran ayuda.
-10 batallones de cazadores, esa es mucha infantería comparada con la actual. –Dijo Blanco tras leer las ordenes y mientras pasaba esta a su segundo cabo. –¿No sabrá que cañones nos enviaran?
-Solo sé que antes de salir de allí se estaba hablando de desmontar varias piezas de costa de Cartagena y otras plazas peninsulares para reforzar las de las plazas de Ultramar. Además se desactivaran varias unidades navales con el mismo fin. Así que puede esperar de 4 a 6 cañones de gran calibre y el doble de calibre medio. En cuanto a los batallones de cazadores, tenga en cuenta que al menos los primeros serán destinados a la colonización, y uno más a reforzar Guam, así que sus refuerzos tendrán que esperar.
Tras unos dos meses de viaje los refuerzos españoles estaban llegando a Filipinas en 8 transportes fletados para ellos. A la cabeza de los buques avanzaba el ahora cañonero Isabel II, y justo tras él, el vapor Leon XIII, en el que viajaba el Tte. General Polavieja. A pie del muelle les esperaba el general Ramón Blanco y Erenas, capitán general de Filipinas, acompañado de su estado Mayor y varios de los principales de la ciudad. Tras desembarcar y los saludos de rigor, pasaron al Palacio del Gobernador.
-Siento venir a entrometerme en su trabajo. –Estaba diciendo Polavieja quien, a decir verdad, no se llevaba especialmente bien con Blanco. –Aunque de momento operare desde aquí, Vd sigue siendo el capitán General de Filipinas, yo solo vengo a ser un adelantado de las islas a colonizar.
-¿Precisara alguna ayuda? –Respondió Blanco. –Tenga en cuenta que en esta zona no hay demasiados medios.
-Traigo conmigo tres batallones de cazadores, dos baterías de artillería de montaña Plasencia, y dos secciones de ingenieros, además también dispondré del Isabel II y del vapor Isla de Mindanao. Sera suficiente para empezar, el resto lo contrataremos aquí.
-¿Puede saberse a que se deben estas prisas? –La preocupación era evidente en el rostro de Blanco. –Hemos pasado siglos sin colonizar esas islas, incluso tras la crisis con Alemania, y ahora parece que se nos acabe el tiempo.
-Mucho de eso hay. –Respondió Polavieja. –Tengo noticias malas y noticias aun peores.
-Ahora si me estoy asustando. –Dijo Blanco mientras bebía.
-Las malas son que Vd. va a perder varias unidades navales del apostadero. Traigo órdenes de proceder a la desactivación inmediata del crucero Castilla y de varias lanchas cañoneras. Las peores son que nuestro gobierno teme un conflicto con los EEUU, de ahí la colonización de esas islas. Serán utilizadas como una protección para ganar tiempo, y como base adelantada de unidades navales. –Fue la abrumadora explicación de Polavieja.
-¿Guerra con los EEUU? –Murmuro Blanco, sin salir de su estupor. –Es una locura, una completa locura.
-No por elección nuestra desde luego, pero la prensa sensacionalista americana y los sectores más jingoístas de su nación presionan mucho para ello y debemos prepararnos por si acaso. –Finalizando su explicación. –Y gran parte de los deberes de planificación serán cosa suya general Blanco. Aquí traigo las órdenes referidas a ello. –Entregándole un sobre lacrado. –También traemos una orden de crédito de 1.500.000 pesetas para comprar materiales de fortificación para Manila.
El general Blanco no daba crédito a sus ojos, conforme iba leyendo el documento su asombro fue en aumento, únicamente fortificar Manila iba a sumar un monto importantísimo, el desplegar 10 nuevos batallones de cazadores bajo su mando no era un tema baladí, y la marina se las iba a ver y desear para seguir cumpliendo sus cometidos si le retiraban 12 de sus pequeñas cañoneras, así como el crucero protegido Castilla. Aun peor, debía fomentar el comercio con China como medio de aumentar los impuestos destinados a pagar las fortificaciones, y debía asegurar la paz del archipiélago atrayendo a los nacionalistas filipinos más moderados, eso sí, evitando las promesas. Para eso ultimo, al menos, la reciente reforma que concedía la plena nacionalidad a los habitantes de Luzón, iba a servir de gran ayuda.
-10 batallones de cazadores, esa es mucha infantería comparada con la actual. –Dijo Blanco tras leer las ordenes y mientras pasaba esta a su segundo cabo. –¿No sabrá que cañones nos enviaran?
-Solo sé que antes de salir de allí se estaba hablando de desmontar varias piezas de costa de Cartagena y otras plazas peninsulares para reforzar las de las plazas de Ultramar. Además se desactivaran varias unidades navales con el mismo fin. Así que puede esperar de 4 a 6 cañones de gran calibre y el doble de calibre medio. En cuanto a los batallones de cazadores, tenga en cuenta que al menos los primeros serán destinados a la colonización, y uno más a reforzar Guam, así que sus refuerzos tendrán que esperar.
Última edición por Gaspacher el 13 Jul 2013, 19:46, editado 1 vez en total.
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Sorprendido me encuentro!!!, siga así, eso es preparar pa dar estopa y lo demas cuentos!!!!
Un pequeño aporte tanto para las Filipinas como para Guam las piezas Elorza de 24 cm podrían ser interesantes, pudiendo retirar por ejemplo la bateria que se encontraba en las Chafarinas ya que para la península las Canarias eran obsoletos pero igual para asia...
Un saludo
"Pienso que se presenta una importante crisis. Jamás hubo cosa tan valiente, tan generosa, tan noble, como la conducta de los asturianos"
Cámara de los comunes el 15 de julio de 1808
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Este debería ir antes del de Filipinas, pero se me paso...
MADRID, 14 de enero de 1896
El general fue invitado a pasar a la residencia privada del presidente Cánovas por una criada que le acompaño hasta una sala donde le esperaban reunidos el propio Cánovas, junto a Marcelo Azcárraga Palmero, José María Beránger y Ruiz de Apodaca, Tomás Castellano y Villarroya, ministros de la Guerra, de Marina, y de Ultramar respectivamente, y a su viejo amigo Juan Navarro Reverter, ministro de hacienda.
En una semana, el general Weyler partiría hacia Cuba, pero antes se reuniría con el gobierno al completo con el fin de limar los últimos matices de su futura misión. No tanto con respecto a la guerra, como en relación a un posible conflicto con los EEUU. Tras los saludos de rigor, el propio Cánovas del Castillo tomo la palabra, preguntando a Weyler si tenía condiciones para asumir el mando. A lo que este respondió que no se trataba tanto de condiciones como precauciones, si había de ir a la guerra sin nada más que lo puesto lo haría y combatiría como Dios y su conciencia y habilidad le diesen a entender. Sin embargo, en consideración a la gravedad de la situación, tanto en la guerra con los mambises como respecto a los EEUU, pues una victoria sobre los mambises sería baldía si a continuación se perdía Cuba ante los norteamericanos.
Para Weyler, la lucha con los cubanos sería dura, pero no revestía especial dificultad en su ejecución. Sin embargo, los informes hablaban de las penalidades sufridas por las tropas a causa de las enfermedades, habiendo el SIM solicitado que, se buscase una solución para ello. El Vomito Negro, la Malaria, y las infecciones intestinales, eran mucho más peligrosas que cualquier bala. Era pues necesario luchar contra las enfermedades, para lo cual solicito se destinase una comisión que, estudiase y desarrollase remedios eficaces, lo que sería concedido, dotándola de 100.000 pesetas de presupuesto. Nada más y nada menos que el doble del presupuesto para investigación científica de las universidades españolas de ese año. 1
En cuanto a la alimentación de las tropas, en los últimos dos meses se habían recibido sendos cargamentos de alimentos procedentes de Argentina, y México 2, muy especialmente de carne, muy necesaria para completar la alimentación de las tropas y sobre todo de los enfermos. A pesar de ello, en caso de conflicto con los EEUU, los suministros para la isla estarían en peligro, por lo que solicito permiso para expropiar tierras de cultivo para garantizar el acceso a verduras frescas. Paralelamente, también se juzgaría con toda la severidad militar a cualquier persona que fuese atrapada comerciando con raciones militares.
Ya en el aspecto táctico, la isla sería dividida en tres sectores, para lo que se reforzarían las trochas construidas en la guerra del 68 y se construirían otras nuevas de ser necesario. Una vez estanqueizados los sectores, se concentrarían en ellos el grueso de las fuerzas para buscar y destruir las partidas rebeldes. Una vez efectuada la limpieza de uno de los sectores, se pasaría al siguiente, acorralando a la rebelión poco a poco. Como medida adicional y si fuere necesario para privar a los rebeldes de sus apoyos entre la población, o para poder proteger a esta adecuadamente, los civiles serían reconcentrados en algunas poblaciones protegidas designadas al efecto. Curiosamente, las mayores reticencias, las encontraron cuando solicito formar de nuevo el batallón disciplinario del capitán Ariza, unidad disuelta en la guerra del Margallo por su crueldad.
Militarmente, uno de los mayores problemas era el filibusterismo realizado por los EEUU que, impedían los registros de buques fuera de las aguas territoriales españolas, aun a sabiendas de que eran contrabandistas. Gracias a este apoyo, los buques contrabandistas tan solo tenían que esperar a la caída de la noche en aguas internacionales, para a continuación, al amparo de la obscuridad, adentrarse en aguas españolas y descargar las armas. Para combatirlos, la marina enviaría 3 de sus viejos torpederos, a los que se retirarían los tubos lanzatorpedos, trasportándolos estibados en cubierta de los vapores de la naviera del Marques de Comillas. El mismo medio por el que se enviaban los pesados cañones de costa y las lanchas cañoneras.
El resto de la reunión, estuvo centrada en cuanto tiempo dispondría España para prepararse. En poco más de un año los EEUU tendrían elecciones legislativas, si el moderado Grover Cleveland era sustituido por un jingoísta…
MADRID, 14 de enero de 1896
El general fue invitado a pasar a la residencia privada del presidente Cánovas por una criada que le acompaño hasta una sala donde le esperaban reunidos el propio Cánovas, junto a Marcelo Azcárraga Palmero, José María Beránger y Ruiz de Apodaca, Tomás Castellano y Villarroya, ministros de la Guerra, de Marina, y de Ultramar respectivamente, y a su viejo amigo Juan Navarro Reverter, ministro de hacienda.
En una semana, el general Weyler partiría hacia Cuba, pero antes se reuniría con el gobierno al completo con el fin de limar los últimos matices de su futura misión. No tanto con respecto a la guerra, como en relación a un posible conflicto con los EEUU. Tras los saludos de rigor, el propio Cánovas del Castillo tomo la palabra, preguntando a Weyler si tenía condiciones para asumir el mando. A lo que este respondió que no se trataba tanto de condiciones como precauciones, si había de ir a la guerra sin nada más que lo puesto lo haría y combatiría como Dios y su conciencia y habilidad le diesen a entender. Sin embargo, en consideración a la gravedad de la situación, tanto en la guerra con los mambises como respecto a los EEUU, pues una victoria sobre los mambises sería baldía si a continuación se perdía Cuba ante los norteamericanos.
Para Weyler, la lucha con los cubanos sería dura, pero no revestía especial dificultad en su ejecución. Sin embargo, los informes hablaban de las penalidades sufridas por las tropas a causa de las enfermedades, habiendo el SIM solicitado que, se buscase una solución para ello. El Vomito Negro, la Malaria, y las infecciones intestinales, eran mucho más peligrosas que cualquier bala. Era pues necesario luchar contra las enfermedades, para lo cual solicito se destinase una comisión que, estudiase y desarrollase remedios eficaces, lo que sería concedido, dotándola de 100.000 pesetas de presupuesto. Nada más y nada menos que el doble del presupuesto para investigación científica de las universidades españolas de ese año. 1
En cuanto a la alimentación de las tropas, en los últimos dos meses se habían recibido sendos cargamentos de alimentos procedentes de Argentina, y México 2, muy especialmente de carne, muy necesaria para completar la alimentación de las tropas y sobre todo de los enfermos. A pesar de ello, en caso de conflicto con los EEUU, los suministros para la isla estarían en peligro, por lo que solicito permiso para expropiar tierras de cultivo para garantizar el acceso a verduras frescas. Paralelamente, también se juzgaría con toda la severidad militar a cualquier persona que fuese atrapada comerciando con raciones militares.
Ya en el aspecto táctico, la isla sería dividida en tres sectores, para lo que se reforzarían las trochas construidas en la guerra del 68 y se construirían otras nuevas de ser necesario. Una vez estanqueizados los sectores, se concentrarían en ellos el grueso de las fuerzas para buscar y destruir las partidas rebeldes. Una vez efectuada la limpieza de uno de los sectores, se pasaría al siguiente, acorralando a la rebelión poco a poco. Como medida adicional y si fuere necesario para privar a los rebeldes de sus apoyos entre la población, o para poder proteger a esta adecuadamente, los civiles serían reconcentrados en algunas poblaciones protegidas designadas al efecto. Curiosamente, las mayores reticencias, las encontraron cuando solicito formar de nuevo el batallón disciplinario del capitán Ariza, unidad disuelta en la guerra del Margallo por su crueldad.
Militarmente, uno de los mayores problemas era el filibusterismo realizado por los EEUU que, impedían los registros de buques fuera de las aguas territoriales españolas, aun a sabiendas de que eran contrabandistas. Gracias a este apoyo, los buques contrabandistas tan solo tenían que esperar a la caída de la noche en aguas internacionales, para a continuación, al amparo de la obscuridad, adentrarse en aguas españolas y descargar las armas. Para combatirlos, la marina enviaría 3 de sus viejos torpederos, a los que se retirarían los tubos lanzatorpedos, trasportándolos estibados en cubierta de los vapores de la naviera del Marques de Comillas. El mismo medio por el que se enviaban los pesados cañones de costa y las lanchas cañoneras.
El resto de la reunión, estuvo centrada en cuanto tiempo dispondría España para prepararse. En poco más de un año los EEUU tendrían elecciones legislativas, si el moderado Grover Cleveland era sustituido por un jingoísta…
- Realmente el presupuesto científico de las universidades fue de 50.000 pts. (¿ Vergüenza histórica?)
- Alimentos enviados por los emigrantes, organizados por el SIM.
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CARTAGENA, 23 de enero de 1896
Tras la visita del ahora diputado Navarro Reverter a finales del 94, Isaac Peral se había trasladado a Alemania para operarse del melanoma que padecía. Tras la operación llevada a cabo ese diciembre, había pasado un difícil post-operatorio de varios meses, reincorporándose al trabajo en abril del 95. Por delante, la difícil tarea de diseñar un sumergible con una autonomía aumentada que le permitiese pasar varios días de patrulla. Esto por supuesto acarreaba la necesidad de aumentar su desplazamiento, para acomodar una zona de vida con camas y una pequeña cocina.
La extraña nave en forma de cigarro que era el submarino de Peral estaba de nuevo en servicio. Tras su trasladado a un apartado recodo del arsenal donde fue camuflado entre varias gabarras, se había procedido a limpiar la herrumbre e inspeccionar su estructura, antes de instalar de nuevo los numerosos equipos que habían sido retirados. En algunos casos recuperándolos de almacenes, y en otros adquiriéndolos nuevos al estar ya desfasados o haber sido instalados en nuevos buques. Ahora tras las labores de puesta a punto, el sumergible sería empleado por Isaac Peral como banco de prueba de tecnología en vistas a sus futuros diseños.
Tras la visita del ahora diputado Navarro Reverter a finales del 94, Isaac Peral se había trasladado a Alemania para operarse del melanoma que padecía. Tras la operación llevada a cabo ese diciembre, había pasado un difícil post-operatorio de varios meses, reincorporándose al trabajo en abril del 95. Por delante, la difícil tarea de diseñar un sumergible con una autonomía aumentada que le permitiese pasar varios días de patrulla. Esto por supuesto acarreaba la necesidad de aumentar su desplazamiento, para acomodar una zona de vida con camas y una pequeña cocina.
La extraña nave en forma de cigarro que era el submarino de Peral estaba de nuevo en servicio. Tras su trasladado a un apartado recodo del arsenal donde fue camuflado entre varias gabarras, se había procedido a limpiar la herrumbre e inspeccionar su estructura, antes de instalar de nuevo los numerosos equipos que habían sido retirados. En algunos casos recuperándolos de almacenes, y en otros adquiriéndolos nuevos al estar ya desfasados o haber sido instalados en nuevos buques. Ahora tras las labores de puesta a punto, el sumergible sería empleado por Isaac Peral como banco de prueba de tecnología en vistas a sus futuros diseños.
Última edición por Gaspacher el 13 Jul 2013, 19:52, editado 1 vez en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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MADRID 2 de febrero de 1896
El dos de febrero se reunieron de nuevo los ministros de Hacienda y Marina, con el fin de trazar un plan de adquisiciones navales en el extranjero. Para ese momento ya se había solicitado la construcción de 2 destructores contratorpederos en los astilleros Thomson, de Clydebank 1, que posteriormente serían aumentados en cuatro unidades 2. Era sin embargo necesario encontrar un modelo de buque de batalla que pudiese complementar a los Oquendo.
Las opciones eran varias, en Italia estaban siendo construidos varios cruceros acorazados clase Garibaldi, naves de elevada velocidad y un buen blindaje y artillería, pero que seguían sin poder enfrentarse a los buques norteamericanos. Por su parte en Austria se construían los acorazados costeros clase Monarch, buen blindaje y poderosa artillería, aunque inferior a la de los acorazados norteamericanos, siendo su mayor déficit su escasa autonomía y una velocidad incluso inferior a la del Pelayo. Ya en Gran Bretaña, estaban construyendo dos cruceros protegidos para la armada brasileña, y los acorazados Centurion y Barfleur para la Royal Navy, aunque siendo los acorazados un modelo especial para su despliegue en Oriente, era muy difícil que aceptasen venderlos.
En el seno del ministerio de marina los debates serían encendidos, optándose finalmente por tratar de adquirir al menos un Garibaldi o Centurion, o dos de ser posible. Inmediatamente la diplomacia española empezó a interesarse por estos buques, maniobras que fueron captadas por la diplomacia norteamericana que, empezó a hacer un seguimiento de los intentos de adquisición de buques por parte de España.
Estas maniobras comerciales no darían frutos hasta el 27 de agosto de 1896, cuando se decidió adquirir un Garibaldi por 690.000£ 3. Posteriormente, ya en octubre se decidiría adquirir una segunda unidad, utilizando para ello 5 millones de pesetas recaudados entre los emigrantes, y 15 de las anualidades del 97 y 98 de la Iglesia.
De todas formas, no todo eran compras. A las bajas de los cruceros clase Aragón decidida el año anterior, se sumaron la de los Reina Regente que, acuciados de problemas de estabilidad, serían desarmados y dejados en segunda actividad 4. Igualmente las fragatas blindadas Vitoria y Numancia fueron designadas para su conversión en acorazados guardacostas, aunque en realidad serían dadas de baja en una búsqueda de ahorro 5.
El dos de febrero se reunieron de nuevo los ministros de Hacienda y Marina, con el fin de trazar un plan de adquisiciones navales en el extranjero. Para ese momento ya se había solicitado la construcción de 2 destructores contratorpederos en los astilleros Thomson, de Clydebank 1, que posteriormente serían aumentados en cuatro unidades 2. Era sin embargo necesario encontrar un modelo de buque de batalla que pudiese complementar a los Oquendo.
Las opciones eran varias, en Italia estaban siendo construidos varios cruceros acorazados clase Garibaldi, naves de elevada velocidad y un buen blindaje y artillería, pero que seguían sin poder enfrentarse a los buques norteamericanos. Por su parte en Austria se construían los acorazados costeros clase Monarch, buen blindaje y poderosa artillería, aunque inferior a la de los acorazados norteamericanos, siendo su mayor déficit su escasa autonomía y una velocidad incluso inferior a la del Pelayo. Ya en Gran Bretaña, estaban construyendo dos cruceros protegidos para la armada brasileña, y los acorazados Centurion y Barfleur para la Royal Navy, aunque siendo los acorazados un modelo especial para su despliegue en Oriente, era muy difícil que aceptasen venderlos.
En el seno del ministerio de marina los debates serían encendidos, optándose finalmente por tratar de adquirir al menos un Garibaldi o Centurion, o dos de ser posible. Inmediatamente la diplomacia española empezó a interesarse por estos buques, maniobras que fueron captadas por la diplomacia norteamericana que, empezó a hacer un seguimiento de los intentos de adquisición de buques por parte de España.
Estas maniobras comerciales no darían frutos hasta el 27 de agosto de 1896, cuando se decidió adquirir un Garibaldi por 690.000£ 3. Posteriormente, ya en octubre se decidiría adquirir una segunda unidad, utilizando para ello 5 millones de pesetas recaudados entre los emigrantes, y 15 de las anualidades del 97 y 98 de la Iglesia.
De todas formas, no todo eran compras. A las bajas de los cruceros clase Aragón decidida el año anterior, se sumaron la de los Reina Regente que, acuciados de problemas de estabilidad, serían desarmados y dejados en segunda actividad 4. Igualmente las fragatas blindadas Vitoria y Numancia fueron designadas para su conversión en acorazados guardacostas, aunque en realidad serían dadas de baja en una búsqueda de ahorro 5.
- 23 de diciembre de 1895
- 15 de abril de 1896, precio 4.600.810pts.
- Al cambio en pesetas (+-28 a 1), unos 20.000.000 pts.
- Con ello figurarían en las listas de la marina para aparentar una mayor fuerza, a la vez que podía seguir buscándose la forma de solucionar sus problemas de estabilidad en un futuro.
- Su artillería serviría para diferentes propósitos que, se nombraran posteriormente.
Última edición por Gaspacher el 13 Jul 2013, 19:58, editado 1 vez en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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