2. Y quién diablos era el tal Zaharoff que de tanta vara alta disponía?
Si no lo sabe, use Vd San Google, caballero, así aprendera su cuota del día, es sin duda una vida digna de mención
miles de cubanos morirían a causa del hambre y las enfermedades, desatando una ola de indignación en los EEUU que, oportunamente olvidaron el trato que daban a los indígenas americanos. No le parece un tanto tendencioso el comentario? Y conste que no es por defender a los yanquis, que como buenos descendientes pérfidos son de lo más hipócrita. Pero aún así y todo, ya sabe, un clavo no saca otro clavo.
Más bien ajustado a la realidad, aunque ellos solían matarlos mediante el alcohol
PD. Además, como lo vea el Plissken, le trollea el hilo como está mandao...
con no hacerle caso, total, si no sabe reconocer un relato de ficción, allá él
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
Cielos! Menudo pájaro, y menuda tropa de necios había en el Gobierno de España de la época...Casi como en la actualidad...
Me temo que el actual gana, y por goleada http://www.cadenaser.com/espana/audios/ ... ac_11/Aes/ Y pensar que esta señora es ministra, que me fiche a mi Mariano en su lugar que estoy dispuesto a hacer lo mismo por la mitad de lo que cobra ella y sin hacer semejante ridiculo
Creo que Luis se refería al Zar de las armas, Basil Zaharoff
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
El antiguo torpedero Acebedo, había sido sometido a una profunda revisión en la que se había desmontado su armamento torpedero. Posteriormente había sido trasladado a La Habana, estibado en la cubierta del vapor Alfonso XIII. Ahora tras solo dos semanas en la zona, había localizado un buque sospechoso al que había sorprendido tratando de desembarcar armas y municiones en esta población. En tierra, un numeroso grupo de insurrectos esperaba la llegada de las 3 embarcaciones cargadas de armas y municiones mientras en la goleta levaban anclas con las esperanza de romper el contacto y retirarse hacia Florida, desgraciadamente para los mambises, ninguno de ellos conocía las características de estos torpederos.
A bordo de este, el Tte. de navío Noval había puesto proa a la playa a máxima velocidad, acercándose a los rebeldes. A proa el cañón de 37mm abrió fuego sobre la agrupación que esperaba en la playa logrando abatir a varios de ellos y expulsando al resto, que huyeron perseguidos por los disparos de la ametralladora de 11mm.
Tras dejar una dotación de presa en las lanchas inicio la persecución de la goleta a 18 nudos de velocidad, alcanzándola tras una persecución de 8 minutos en la que los disparos de su cañón obligaron a la goleta a detenerse tras sufrir varios impactos. El botín fue enorme, al Dauntless se sumaron 2.500 fusiles Remington de 11mm, y un cañón Hotchkiss de 12 libras con abundante munición.
Entre los 35 hombres capturados se encontraba el general Emilio Núñez y varios mercenarios norteamericanos, los cubanos serían ejecutados en La Habana tras un rápido juicio 3 días después, mientras tanto en un intento de evitar exaltar los ánimos de los norteamericanos, sus compatriotas serían condenados a 20 años de cárcel en la propia España o en uno de los presidios africanos.
La rapidez de estas embarcaciones había probado su valía como interceptores.
Última edición por Gaspacher el 14 Ene 2015, 12:26, editado 2 veces en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
En un intento de aumentar la autonomía del sumergible Peral, se le habían instalado 2 motores Steel Wheel Automobile modelo 1889 de cuatro tiempos y dos cilindros que habían dado resultados muy prometedores. Gracias a ellos podían navegar en superficie sin las delatoras columnas de humo de los buques de carbón, mientras se recargaban a su vez las baterías para la navegación submarina. Sin duda, los nuevos sumergibles que estaban casi diseñados, requerirían motores de combustión para su navegación en superficie que permitieran la recarga de las baterías mientras tanto, aumentando con ello las prestaciones en autonomía y velocidad.
Al menos eso pensaba Isaac Peral hasta el accidente de ese día. Durante la que era la novena navegación con motores de combustión una chispa había prendido los vapores de la gasolina, provocando una pequeña explosión y un incendio que causo 4 heridos y graves daños al sumergible. Las reparaciones llevarían al menos tres meses, y se estaba acabando el tiempo.
Tras este accidente los motores de gasolina quedaban descartados para los nuevos sumergibles, era pues necesario buscar un nuevo combustible que ofreciese mejores garantías de seguridad.
Última edición por Gaspacher el 14 Ene 2015, 12:28, editado 2 veces en total.
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Aunque los primeros envíos de armas para los boer, 6 cañones de campaña, 2 de sitio y 800 fusiles, habían pasado sin mayores problemas, el tercer envío de otras tantas piezas de artillería y 600 fusiles, fue descubierto y bloqueado en Durban por el gobierno británico. Pronto las investigaciones británicas dieron como resultado el confirmar que, las armas procedían del propio gobierno español, causando una oleada de protestas diplómaticas.
De resultas de este hecho las protestas británicas obligaron al gobierno español a cesar en los envíos de armas, provocando un grave conflicto diplomático que se extendería a lo largo de varios meses. El gobierno español se deshizo en disculpas en un intento de aplacar los ánimos británicos, aunque realmente estos empezaban a mostrar signos de apoyo político a los norteamericanos. De todas formas el gobierno español no quiso arriesgarse a empeorar la situación política con el Imperio más poderoso del mundo, y se vio obligada a tragarse su opinión. Los envíos de armas cesaron por el momento.
PHILADELFIA, Pensilvania, 1 de diciembre de 1896
Solo medio año después de aprobarse la construcción de los 2 acorazados clase Kearsage, se aprobaría la construcción de la siguiente clase de acorazados norteamericanos, la clase Illinois. El primero de estos buques, USS Alabama, empezaría a construirse el 1 de diciembre en los astilleros de William Cramp & Sons. El segundo de ellos, el Wisconsin, se pondría en grada el 9 de febrero de 1897, en los astilleros Union Iron Works de San Francisco, y el tercero, USS Illinois el día siguiente en los mismos astilleros de Newport News Shipbuilding que, ya construían los Kearsage.
Estos acorazados desplazarían 11.500tn, y estarían armados con 4 cañones de 33cm, y 14 de 15cm, desarrollando 17 nudos de velocidad. Sin duda, cuando estos buques entrasen en servicio, la distancia de la US Navy con la Marina Española sería insalvable.
AUSBURGO, Alemania, 28 de enero de 1897
Tras varios meses de búsqueda, el comandante de ingenieros, Aparicio Gala, creía que por fin tenía la solución a los problemas planteados por Peral. La búsqueda de elementos que pudiesen conferir una ventaja tecnológica a las fuerzas españoles, le había llevado a las industrias MAN, una filial de la empresa metalúrgica y de armamento Krupp. En ella se desarrollaban motores de automoción, sin embargo fueron los motores diseñados por Rudolf Diésel, los que llamaron su atención.
Tal vez, los motores de combustión por compresión, con un combustible de aceites vegetales de palma, mucho menos inflamables que la bencina, y sin el peligro de la ignición, pudiesen solucionar el problema técnico al que se enfrentaba Isaac Peral.
Última edición por Gaspacher el 13 Jul 2013, 21:05, editado 1 vez en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
Pese a la reforma política que convirtió a Luzón en una provincia española y otorgo la plena igualdad de derechos a sus habitantes, un grupo de filipinos había continuado conspirando a favor de su independencia. Armados con armas de diversa procedencia, principalmente fusiles Murata japoneses, proclamaron la república en una pequeña localidad en el interior de la isla, preparándose para sublevarse.
Sin embargo fueron traicionados por uno de los miembros del grupo La solidaridad. Aprovechando la presencia de las fuerzas al mando de Polavieja en la zona, las fuerzas españolas pudieron reaccionar con rapidez. El general Blanco aglutino a los filipinos de Solidaridad a su alrededor, ofreciendo garantías y tratando de llegar a acuerdos que, garantizasen la estabilidad de la isla. Mientras Polavieja reunió a las fuerzas bajo su mando, y atacó duramente a los sediciosos, acosándoles y empujándoles a lo más profundo de la selva.
En octubre, una columna comandada por el comandante José Olaguer Feliu, asalto las posiciones katipuneras en Caragong de Sile. Tomados por sorpresa, los katipuneros fueron ampliamente superados pese a su número, sufriendo más de 1.000 bajas, por 24 muertos y 60 heridos españoles. Con la caída de la ciudad, las fuerzas españolas capturarían cientos de fusiles, una fábrica de municiones y varias piezas de artillería. Pese a todo, la rebelión continuo en marcha en la jungla, obligando a Blanco a movilizar nuevas tropas. En esta ocasión, y tras recibir el oportuno permiso desde España, recluto tres nuevos batallones filipinos.
A primeros de 1897, la lucha continuaba en Filipinas.
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Durante el año transcurrido desde la llegada de Weyler, la situación en Cuba había dado un giro de 180º. A diferencia del primer año de guerra, las tropas bajo el mando de Weyler se aventuraban una y otra vez en la manigua, buscando a los insurrectos, derrotándolos y desalojándolos de sus santuarios. Día tras días los soldados españoles acosaban a los insurrectos allí donde los encontraban, y talaban los árboles frutales para privarlos de alimento. Mientras los guerrilleros asaltaban los campamentos mambises en ataques relámpago con sus machetes, aumentando la desmoralización y empujando a los mambises a lo más profundo de la manigua.
Gracias a estas medidas unidas a la presión de la marina encabezada por sus nuevas unidades rápidas, y a la reconcentración que, dificultaban el acceso mambí a sus fuentes de suministro norteamericanas y locales, estos se encontraban muy debilitados. En Pinar del Río, donde dos meses antes caía muerto el líder mambí, Antonio Maceo, se había declarado pacificado el territorio. Tan solo restaban ya unos centenares de mambises que se mantenían alejados de las grandes poblaciones. Incluso en algunas ocasiones en que se les había visto, no pasaban de vagabundear de un lado a otro, sin atreverse a llevar a cabo la mínima acción ofensiva.
Inmediatamente el grueso del ejército español paso a La Habana y Matanzas que se convertiría en el centro de operaciones durante los 5 meses siguientes, aunque pronto abandonarían la zona al pasar a combatir en Las Villas, donde se encontraba Calixto García. Seguían así la máxima de Weyler de concentrar los esfuerzos allá donde estuviesen los máximos líderes de la rebelión.
Mucho más fuertes estaban en la zona oriental de la isla, en la provincia de Santiago de Cuba, donde las operaciones aún no habían dado comienzo. Debido a esto, las tropas españolas se mantenían acantonadas en unas pocas ciudades fortificadas, y las comunicaciones por tierra eran casi inexistentes, obligando a enviar todos los suministros por mar para crear los depósitos de suministros planeados por el ejército.
Por supuesto no todo eran buenas noticias. Pese a los suministros recibidos desde otros países del continente, la distribución de alimentos era extremadamente dificultosa al carecer de carreteras. Esto conllevaba una deficiente alimentación de las tropas que operaban en la manigua, cuya efectividad quedaba afectada con el descenso del consumo de calorías.
Otro de los grandes problemas que sufrían las tropas, eran las enfermedades. La fiebre amarilla y la malaria, mantenían a decenas de miles de hombres en los hospitales. Pese a todo, estos problemas aun afectaban más al ejército mambí que, se vio obligado a evitar al ejército y a recurrir al movimiento y al desgaste para mantener la campaña.
Última edición por Gaspacher el 13 Jul 2013, 21:12, editado 1 vez en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
-Míralos Medina, fíjate cómo andan, confiados como si no estuviesen en guerra, deben creer que no hay españoles en cien kilómetros a la redonda. –Estaba diciendo el comandante Ariza, creador y comandante de la conocida como brigada de la muerte, una unidad de penados. El propio comandante Ariza, también era famoso por la captura de Calixto García en el 74, y de lo que sirvió pensaba el comandante, si volvía a atraparlo no dejaría su suerte a las autoridades. –Los quiero a todos muertos, corre la voz, si dejáis que alguno de ellos escape …
Mientras el sol se ocultaba a lo lejos, los 78 miembros de la guerrilla de la muerte observaban la pequeña población desde la espesura, poco más que un conjunto de casas de barro y chamizos en los que, habían hallado refugio un grupo de mambises. Ariza no lo dudo, esas fuerzas debían ser eliminadas, por lo que ordeno a uno de sus hombres, apodado Barbero por su destreza con la navaja que, eliminase a los centinelas durante la noche.
Las horas pasaban lentamente mientras los hombres de la partida iban tomando posiciones, el centinela cubano continuaba tranquilamente sentado de espaldas a la choza, seguro por la escasa actividad española en la zona. De pronto, como salido de la nada, el Barbero se arrojó sobre él armado con su navaja, y atrapándole la cabeza le rajo la garganta de izquierda a derecha, sin darle tiempo a decir ¡Jesús!
El camino estaba expedito, y sus hombres lo iban a aprovechar. Minutos después los 50 hombres que permanecían con él, avanzaron en silencio hasta el borde del poblado. Una señal basto para que los dos mejores tiradores de los que disponía, Cuenca y Toribio, entrasen en una casa machetes en mano, saliendo a continuación por la azotea donde se posicionaron. Si había alguien en la casa nunca se sabría.
Faltaba poco para el amanecer, algunos gallos cantaban ya y las gentes del pueblo empezaban a salir a la calle para emprender su jornada, al igual que algunos de los mambises de los que por aquí acampaban. Ariza sabía que sus hombres estaban preparados y eran expertos, había llegado el momento. A esta hora los reflejos de los mambises estarían lentos, y eso le daba una ventaja adicional.
¡FUEGO!-su voz fue como un trueno que anuncio la lluvia de balas que se abatieron en los segundos siguientes sobre los cubanos. Cada uno de los 50 tiradores que tenía en la zona disparó a toda la velocidad de la que eran capaces la munición de sus Winchester, casi sin apuntar, tan solo con el fin de lograr el máximo efecto psicológico. Mientras, algunos guerrilleros, armados con revólveres y machetes entraban en las casas más próximas.
¡Funciono! Con decenas de muertos y heridos los mambises echaron a correr hacia el noroeste, mientras Cuenca y Toribio daban cuenta de los escasos mambises que trataban de organizar una defensa. Minutos después, Ariza cargo hacia el poblado al frente de sus hombres.
En las afueras del pueblo, Domingo había dispuesto a sus 20 hombres cerca del camino por el que no tardaron en huir los mambises. Dejo pasar a algunos, ordenando abrir fuego cuando llego el grueso de los fugitivos, decenas de cuerpos quedaron tendidos en el camino.
-Jefe-Llamo una voz a Ariza.- Mire a quien tenemos aquí, nada más y nada menos que el general Pedro Pérez. –Indico el cabo Ximo, un valenciano de Morella que, en esos momentos, tenía su machete en el cuello de un mambí herido en los brazos.-
-Sin duda es él… bueno lo era. –indico Ariza dando a entender que era mejor que no saliese vivo de allí. –Pero mira a ver si puedes averiguar algo de sus compañeros. –Tras decir esto se alejó mientras se cubría con su característico bombín.
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El Tte. de infantería Pol, supervisaba el desembarco de las provisiones con las que su destacamento tendría que sobrevivir los próximos meses. Por fin tras años de soberanía nominal de este archipiélago escasamente poblado, las fuerzas españolas ocupaban su lugar, para lo cual el cañonero Castilla había trasladado una guarnición militar y varios civiles, junto a las herramientas y provisiones necesarias para su labor, a la isla de mayor tamaño del archipiélago.
Junto a él habían viajado 3 sargentos, 5 cabos, y 46 soldados, así como un medico militar, un Tte. y 6 soldados y cabos de ingenieros y 2 sacerdotes que, eran la excusa empleada para el desvío de parte de la asignación presupuestaría de la Iglesia. Posteriormente se incorporarían 7 civiles, veteranos de la guerra de Cuba a los que se cedió pequeñas haciendas como compensación por las heridas sufridas en combate. Además la Marina había destinado la cañonera Basco de 42tn y 18 tripulantes a la protección de la zona, lo que aumentaba el número de españoles en la zona, contando las familias de los civiles, a 100 habitantes.
Los trabajos que mediaban por delante eran ingentes, en primer lugar era necesaria la construcción de un almacén y alojamientos más permanentes que las tiendas de lona que acababan de levantar. El Tte Cascos, oficial de ingenieros, pronto localizo un lugar adecuado a un centenar de metros de la playa, agua abundante y cristalina y madera para construir los primeros edificios permanentes. Esto, junto a la espléndida visibilidad sobre el mar, y su cercanía a la bahía donde se un pequeño embarcadero para la cañonera.
No tardaron en poner manos a la obra. Cada día un pelotón de infantería montaba guardia, mientras otro trabajaba en la construcción de edificios, y el tercero partía a reconocer el terreno circundante. Pronto establecerían varios depósitos de municiones y alimentos esparcidos por la isla. Si al final había guerra con los EEUU, y estos invadían la isla en su camino a Filipinas, debían ocultarse en la selva y emprender una guerra de guerrillas que les detrajese hombres y recursos. En definitiva, ganar tiempo para que no llegasen a las islas principales.
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El Tte. De navío de primera clase D. Augusto Miranda Godoy había sido puesto a cargo de la adecuación de la base naval de Subic, por lo que ahora contemplaba la bahía mientras en su cabeza empezaba a pergeñar un plan que explotase los puntos fuertes de esta y de las escasas posibilidades de las unidades del apostadero de Filipinas.
El crucero protegido Reina Cristina, y 6 antiguos cruceros no protegidos, degradados ahora a cañoneros, 2 Isla Luzón y 4 Velasco, amen de varios cañoneros de escaso porte como el Marques del Duero. Frente a ellos los norteamericanos alineaban nada más que un acorazado, el Oregón, 3 cruceros protegidos y varias unidades menores. Incluso sin el acorazado, era una escuadra francamente superior a la propia, tanto en artillería, como en blindaje. Era por lo tanto necesario maximizar el efecto de la artillería propia.
Tal vez podrían… sí, ya lo tenía. Podían atraer a la escuadra enemiga a una trampa. Con los nuevos cañones llegados a Manila, un ataque en aquella zona era casi imposible, por ello si resguardaban la escuadra en el interior de Subic con los buques en orden de combate, podían utilizarlos como cebo. Atraer a la escuadra norteamericana al interior de la bahía, y destrozarlas con el fuego continuo de todos los cañones de la escuadra.
Si por el contrario optaban por atacar Manila, la artillería de costa debería ser capaz de enfrentarse a ellos con los nuevos cañones y, con algo de suerte, dejarlos lo bastante debilitados como para hacer posible un contraataque de la escuadra del apostadero.
Última edición por Gaspacher el 13 Jul 2013, 21:15, editado 1 vez en total.
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Ya que en la Ucronia que nos estas realizando España se está preparando para un futuro conflicto bélico con USA, creo que podría tener en cuenta el intento por parte de España de los excelentes cruceros protegidos de Brasil, (el Amazonias y el almirante Abreu) que practicamente estaba cerrada su compra por el ministro Bermejo, sino llega a meterse por medio el excelente secretario de marina John Davis y consiguió arrebatarselos a España.
Al estar anticipando el posible conflicto supongo que también se intentaría adelantar estas posibles adquisiciones.
Un saludo
"Pienso que se presenta una importante crisis. Jamás hubo cosa tan valiente, tan generosa, tan noble, como la conducta de los asturianos"
De todas formas esta primera parte solo es una excusa, para dar a entender que España estaba dispuesta a defenderse...
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La llegada al poder del presidente McKinley en sustitución del más contemporizador Grover Cleveland, supuso un duro golpe para las aspiraciones españolas de mantener la paz con los EEUU. Miembro del partido republicano, era un decidido defensor de la banca y el comercio, y estaba rodeado por los miembros más radicales de su partido, lo que auguraba malos tiempos para una Cuba tremendamente dependiente del comercio norteamericano.
De hecho, poco después de su llegada a la Casa Blanca, solicito a su estado mayor, que preparase planes para una guerra con España.
En caso de darse el enfrentamiento, quería estar preparado.
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