A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
Si bwana, no, eso no que no es políticamente correcto
CRUCERO AUXILIAR SAN FRANCISCO, mayo de 1898
El San Francisco acababa de abandonar la ensenada en la que había aprovechado para carbonear en las islas Rata, en las Aleutianas, poniendo rumbo al mar de Beauford. Por supuesto el viaje hasta la zona había sido un infierno. Tras partir de Cádiz casi tres meses antes, había navegado hasta Montevideo, donde carboneo y cargo suministros antes de continuar atravesando el estrecho de Magallanes hasta La Serena, en Chile. Desde allí un nuevo viaje a Acapulco, donde se enteraron de las últimas noticias, y el último salto rumbo a las islas Aleutianas. Allí se reunieron con el carbonero Yupanki, contratado previamente por el SIM, en México.
Una vez en las islas y tras carbonear, esperaron la llegada de noticias del continente, ocultos en una de las ensenadas. A bordo, su tripulación de 90 marineros había sido reforzada por 240 marinos de la mercante, y 80 infantes de marina, los cuales aguardaban acontecimientos. Pronto les llegarían noticias por medio de un pequeño yate enviado desde Canadá. Estaban oficialmente en guerra y era el momento de ponerse manos a la obra.
El 9 de mayo divisaron un ballenero al norte del cabo Lisburne, en Alaska. La lenta nave no tuvo ninguna oportunidad y fue capturada sin mayores problemas tras una corta persecución. El buque estaba hasta los topes de aceite de ballena, por lo que el San Francisco trasbordaría una dotación de presa que lo dirigiría a España. Paralelamente los primeros 33 prisioneros pasaron a su sollados.
Dos días después le llegaría su turno a su segunda presa, ya cerca de la desembocadura del río McKenzie, punto de reunión de los balleneros del ártico. En esta ocasión solo llevaba media carga pero pudieron completarla dos días después con la tercera presa del buque. Inmediatamente el segundo de los balleneros partió rumbo a España, mientras el tercero se hundía en las frías aguas del ártico.
Por supuesto la campaña del San Francisco aún no había acabado, los balleneros eran buques solitarios que pasaban largas temporadas en el mar, y nadie los echaría en falta a corto plazo. Eso permitió al San Francisco continuar en esas aguas durante el resto del mes, capturando un total de 9 balleneros más. 6 de los balleneros serían enviados a España con sus valiosas cargas, otros dos serían utilizados como buques prisión y enviados a Filipinas, con su dotación de infantes de marina a bordo, y el último descendería a los fondos del mar tras ser incendiado.
CRUCERO AUXILIAR JOAQUÍN DEL PIÉLAGO, mayo de 1898
Al igual que su hermano el San Francisco, el Joaquín del Piélago había partido de España con más de 200 marinos y 80 infantes de marina a bordo, dotaciones de presa para los buques que capturasen. E igual que aquel, su objetivo eran los buques de la flota ballenera de los EEUU y no su flota mercante. La única diferencia estribaba en que en lugar de atacar a la flota del pacifico, que operaba en el ártico desde la ciudad de San Francisco, actuarían en el antártico contra los buques que operaban desde Philadelfia y Massachusetts.
En el caso de este buque, tras permanecer en Buenos Aires hasta que estalló la guerra, partieron rumbo a las frías aguas de las Georgias del Sur, y de la isla decepción. Los primeros 14 días fueron infructuosos, pero el 13 de mayo lograron capturar un ballenero. En un golpe de audacia, se armaría ese ballenero con una pieza de 57mm y una ametralladora, y sería utilizado como auxiliar por el Joaquín del Piélago. De esa forma, en el plazo de un mes, capturaron otros 7 balleneros con sus valiosas cargas que serían convoyados a España.
Su llegada al puerto de Cádiz el 15 de junio, junto a sus 8 presas, fue una visión que pocos olvidarían.
Última edición por Gaspacher el 14 Jul 2013, 00:54, editado 1 vez en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
victoria solo ha habido una en Subic... y por los pelos
Todo lo demás, arañazos al comercio norteamericano que, no han implicado a ni una sola unidad militar.
Y si, por supuesto que habrá contraataques norteamericanos, de momento se les pillo desprevenidos, pero fijese que ya se están dando cuenta...
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
La escuadra norteamericana del pacifico derrotada por las fuerzas del almirante Montojo en Subic.
El comodoro americano, Dewey, seguro de su victoria, cayo en una encerrona cuidadosamente preparada por nuestras fuerzas. Los daños en la escuadra norteamericana son graves, y todos sus buques han resultado con daños de diversa consideración. El crucero protegido Raleigh, de 3.500 toneladas, ha resultado hundido, siendo capturada su tripulación.
Nuestros buques han resultado con escasos daños, y todos continúan en disposición de combatir. Una lista provisional de bajas se publicara mañana.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
WASHINGTON, 5 de mayo de 1898, gabinete de guerra.
El ambiente en Washington estaba enrarecido tras varios días de incertidumbre y constantes rumores en los círculos diplomáticos. La llegada del telegrama enviado por Dewey desde Hong Kong (1) con las novedades de la batalla, solo había servido para hacer decaer aun más los ánimos. Una absoluta derrota de los modernos cruceros protegidos norteamericanos frente a un enemigo dotado de un crucero protegido y varios cañoneros, y lo que era peor, un ridículo espantoso de cara a la opinión internacional.
Para empeorar las cosas últimamente estaba trascendiendo a la opinión pública el retraso de diversos mercantes de las rutas del caribe y del Atlántico. Un claro indicio de una posible actividad corsaria española a lo largo de inmensas rutas en las que los EEUU tenían grandes intereses. De confirmarse la captura o hundimiento de los buques retrasados, las perdidas podían ser millonarias.
Si querían revertir la situación debían entender el motivo de la derrota, encontrar la forma de contraatacar y a ser posible, anticiparse a los movimientos españoles. Paralelamente debían iniciar una campaña diplomática que obligase a los españoles a cejar en la campaña de corso, y para esto último, Gran Bretaña era la clave.
Mientras un equipo de estado mayor bajo el mando del almirante Montgomery Sicard analizaba las causas de la derrota, tanto en el intento de bloquear Cuba como en la batalla de Subic. El principal motivo sin duda había sido la imprevisión. Mientras los españoles habían empezado la guerra con cerca de una docena de cruceros auxiliares movilizados y desplegados en los lugares adecuados para llevar a cabo sus planes, la US Navy aún estaba en pleno proceso de incorporación de sus propios cruceros auxiliares. Debían recuperar la ventaja perdida frente a los corsarios, debían expulsarlos del mar, lo que obligaría a emplear a los cruceros protegidos en esa tarea. El bloqueo total de Cuba debería esperar.
Más sencillo fue el análisis de la derrota de Subic por los calibres empleados en tierra, lo más probable era que los españoles hubiesen desmontado las piezas de sotafuego de sus buques para instalarlas en allí. De esa forma lograron utilizar todas las piezas de sus buques a la vez, muchas de ellas situadas en posiciones muy ventajosas. Tan ventajosas que en algunos momentos del combate, esas baterías de costa hicieron fuego desde menos de 600 metros de los buques norteamericanos, incidiendo los proyectiles en un angulo oblicuo sobre las cubiertas que aumentaba en mucho los daños. Un tiro al pato del que solo se libraron por la rápida retirada que los oficiales navales de las potencias europeas consideraban todo un logro de Dewey. Por lo tanto, la conquista de Filipinas debía retrasarse hasta la llegada de las fuerzas del ejército, solo entonces podrían continuar el ataque desembarcando para atacar el puerto desde tierra.
Estas operaciones sin embargo debían esperar, pues el almirante Montgomery Sicard estaba preocupado por una razón. Dos meses antes habían llegado refuerzos a Filipinas en 2 vapores, el León XIII y el Reina Cristina. Estando ahora dichos buques desaparecidos junto a los cañoneros Isla de Cuba e Isla de Luzón, y vista la estrategia española de atacar el comercio norteamericano, había grandes posibilidades de que se tratase de buques corsarios. Si eso era cierto como se temía, era de esperar que en breve actuase contra los intereses americanos en el pacifico.
Para combatirlos en Hawái se encontraba el cañonero USS Bennington, gemelo del Concord, el tercero de esos cañoneros, el USS Yorktown, estaba en esos momentos en reparaciones y no estaría disponible por un tiempo. Afortunadamente, ese día se había dado de alta al USS Charleston tras unas reparaciones, se trataba de un crucero protegido similar al perdido Raleigh, y en San Francisco se encontraba el cañonero Wheeling. Solo 3 buques debían proteger toda la costa del pacifico y Hawái, una tarea ingente.
Al no existir la telegrafía sin hilos, Dewey emplearía Hong Kong como punto de enlace con los EEUU, enviando buques correo de forma habitual.
Última edición por Gaspacher el 13 Nov 2013, 22:25, editado 2 veces en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
El capitán Jaime Sanchís llevaba dos años en Hong Kong como representante de una empresa de importación fundada a principios de 1896 por el Club de Amigos del País, de Valencia, uno de los cuales era su propio padre. Por supuesto todo era una tapadera, gracias a la cual pudo desplazarse sin despertar sospechas hasta la colonia británica. Siempre le había gustado el ejército, pero lo de ahora era sublime comparado con aquel. Sus ansias de aventuras estaban colmadas de una forma que, el ejército regular nunca pudo lograr.
Durante dos largos años, casi sin obligaciones militares, había establecido contactos con diversas empresas, y ciudadanos de la zona, aprendiendo su idioma, si bien con cierta dificultad, logrando incluso ser aceptado como alumno de Wu Shu en las clases de un conocido maestro. Fue gracias a sus actividades que la escuadra del apostadero logro los mejores lotes de carbón disponibles los últimos meses previos a la guerra, y fue él el que logro que los cañoneros Isla de Luzón e Isla de Cuba fuesen admitidos en los astilleros del puerto, y revisados en un tiempo record a finales del año anterior. Tal había sido su éxito que incluso habían enviado otros dos agentes a la zona para auxiliarle, justo a tiempo, pues el exilio de los katipuneros y el estallido de la guerra había supuesto un gran volumen de trabajo, siendo su obra maestra el pasar a los norteamericanos la información que les llevo, a atacar Subic y no Manila.
-Los norteamericanos parecen estar convenciendo a Aguinaldo para regresar a encabezar una nueva insurrección.-Estaba comentando Pablo, uno de sus refuerzos. -Parece que están haciendo acopio de armas en varios buques de origen chino. Es muy posible que traten de viajar en las próximas semanas.
-¿Conseguiste lo que te pedí?-Le pregunto Jaime a su segundo refuerzo, Agustino
-Sí, aunque fue difícil, los británicos empiezan a desconfiar de nosotros y nos siguen. Deje el paquete en la “casa”.
-De acuerdo, no podemos dejar que los rebeldes lleguen a las Filipinas, enviad un mensaje a Manila comunicando sus intenciones para que estén alerta. Yo mismo me encargare de Aguinaldo.
-Serás detenido.-Advirtió Pablo-
-Espero que no. -Dijo mostrando varias armas, entre ellas una diminuta derringer.-De todas formas yo ya soy conocido en la ciudad y los ingleses sospechan a que me dedico realmente, pero de vosotros aun no están seguros. Ahora ya conocéis a mis contactos en la zona y podréis trabajar por vuestra cuenta, si todo va bien en unos días llegara otro compañero que pedí expresamente por ser gallego y hablar perfectamente el portugués. Sera cosa vuestra pasarle los contactos y que trabaje desde Macao con esa cobertura extranjera, yo no me reuniere con él para que no sospechen.
-¿Y lo de Aguinaldo?-pregunto Agustino
-Es cosa mía. Ese objetivo, bien vale quemar un agente, aunque sea yo mismo. He hablado con un contacto chino y ya tengo una ruta de huida por si fuera necesario. ¡Buena suerte!
-¡Buena Suerte!
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
El embajador español Juan Antonio Rascón Navarro había viajado hasta Bath para encontrarse con August Prevost, uno de los directores del Banco de Inglaterra con mayor proyección, y uno de los pocos que podían influir directamente en su gobernador, Hugh Colin Smith.
-Buenos días señor embajador.-Saludo Prevost.-Es un placer verle en este lugar de descanso. ¿Quiere acompañarme? -Señalando su vaso de Whisky
-Sí gracias, tomare lo mismo que el señor. –Dijo el embajador al camarero que se acercó solicito a tomar su pedido.
-Y bien señor embajador. -Dijo Prevost tras las formalidades de rigor-¿Qué puede el banco de Inglaterra hacer por usted o por su país? Sabrá que no podemos involucrarnos en su guerra.
-Por supuesto señor Prevost, nunca se lo pediría, más bien se trata de que puedo hacer yo, por usted… o por sus clientes.-Respondió Rascón mientras Prevost enarcaba una ceja.-Vera usted, en los últimos días mi país ha adquirido… una docena de modernos mercantes a vapor que queremos vender.
-Vaya, no sabia de esas ansias expansionistas de sus navieras.–Sonrió Prevost. -¿Están buscando vender las cargas o también las naves?
-Ambas por supuesto, desgraciadamente la guerra nos ha obligado a movilizar muchos hombres y ahora no disponemos de bastantes hombres para tripular nuestros mercantes.-Dijo irónicamente Rascón.-De hecho estamos dispuestos incluso a rebajar el precio.
-¿Y de que carga estamos hablando?
-Básicamente de frutas exóticas, café, y algunas cantidades menores de metales y minerales.–Respondió Rascón pasándole una lista. -Por supuesto, si los negocios fructifican y no encontramos impedimentos, en fechas sucesivas podremos hacer nuevas entregas.
-Por supuesto señor embajador, todos sabemos que nada hay peor para los negocios que los impedimentos. Para mi será un honor ponerle en contacto con los contactos adecuados para vender sus productos.
Tras marcharse Prevost, el embajador pidió un segundo Whisky que saboreo mientras pensaba que, en breve, gracias a las negociaciones con la familia Rothschild y el banco de Inglaterra, las autoridades británicas estarían mucho más receptivas a las necesidades españolas, y quien sabe, tal vez se lograse un buen precio por esos mercantes.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
NEW YORK TIMES Prosigue la actividad de los corsarios españoles
El día de ayer se anotaron los retrasos en su llegada al puerto de Nueva Orleans de los vapores White Rose y Calipso, ambos con una importante carga de minerales sudamericanos.
También se anoto el retraso del buque Cannopus en Ciudad del Cabo. Este vapor, procedente de la India con una importante carga de especias, debía hacer un alto para repostar en la mencionada ciudad, sin embargo su retraso hace temer lo peor.
Hasta ahora se ha confirmado la perdida de 9 vapores. ¿Hasta cuando durara esa lacra a nuestro comercio? ¿No puede la Navy ofrecer seguridad a nuestros empresarios?
Los mandos militares afirmaban la superioridad de nuestras fuerzas navales desde antes de la guerra, sin embargo los españoles nos están superando tácticamente de forma abrumadora. Debemos reaccionar, y el presidente McKinley debe ofrecer soluciones.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
El crucero auxiliar Patriota había recalado en el puerto pocas horas antes para carbonear y adquirir víveres y agua, llamando inmediatamente el capitán Barriere a los capitanes norteamericanos de las presas capturadas en las dos últimas semanas. Poco después, uno de sus oficiales, llamado Roberts, desembarco para enviar el correo de las tripulaciones capturadas. Entre el correo enviado, figuraba una carta a su hermana que, residía en Montevideo junto a su esposo.
Tres días después, en Washington, el almirante Montgomery Sicard estaba leyendo el telegrama que acababan de recibir desde Uruguay, enviado por Meredith Willis, apellido de soltera Roberts. Esta era hermana de uno de los oficiales de uno de los vapores capturados por los españoles que, había colado el mensaje aprovechando su visita a tierra para enviar el correo.
>De Jules Willis, representante banco Boston en Montevideo, hermano Sra. Meredith Jackson, contacto con siguiente mensaje.
SS Moutrie, SS Montmorency, SS Nalgora
Buques capturados, corsario español Rápido, actualmente en Montevideo. Según rumores tripulación española, planes desplazarse costa Liberia próximas fechas.<<
Creo que va siendo el momento de enviar hacia Liberia al New Orleans y algún otro crucero protegido, se dijo el almirante Sicard.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
Eran las 4 de la mañana cuando una voz saco al gobernador de Puerto Rico de sus pensamientos al General Ortega, una escuadra enemiga se aproximaba a baja velocidad desde el noroeste. Se trataba de la escuadra del almirante Sampson que, en un intento de interceptar a la Escuadra de Instrucción, había acudido a San Juan. Compuesta por los acorazados Indiana, Iowa, los monitores Terror y Amphititre, los cruceros protegidos Detroit y Montgomery, y el remolcador armado Wompatuc. Desgraciadamente la Escuadra de Instrucción no estaba allí, por lo que Sampson, en una extraña decisión, procedió a bombardear las fortificaciones.
A las 04:30, el Detroit que, avanzaba sondeando el fondo en vanguardia, se detuvo, mientras tras él, el Wompatuck lanzaba una boya para marcar el límite del ataque. Poco después llegaba el resto de la escuadra norteamericana. Extrañamente, el Detroit se detuvo y permaneció inmóvil mientras el resto de la escuadra procedía al ataque, en lo que después se descubriría, era una confusión de órdenes.
A las 05:00, el intercambio de disparos entre la escuadra norteamericana y las baterías españolas, se había generalizado, ciertamente sin ninguna precisión por ninguna de las partes aunque los pesados cañones españoles, fueron una desagradable sorpresa para Sampson. Desgraciadamente, ahora ya no podía romper el contacto sin ser acusado de cobardía. Durante otra media hora las defensas de San Juan y la escuadra norteamericana intercambiaron fuego sin ningún resultado. La virulencia del fuego defensivo había sorprendido a Sampson, sin embargo su falta de acierto solo podía ser igualada por la demostrada por su propia escuadra. Ni un solo cañón español había sido alcanzado, de hecho la mayor parte de los disparos parecían quedar muy largos, más allá del puerto, o demasiado cortos.
A las 06:30, los buques norteamericanos se aproximaban de nuevo a San Juan para realizar una segunda pasada. Mientras los buques norteamericanos abrían fuego de nuevo, los pesados cañones españoles concentraron su fuego sobre el todavía inmóvil crucero Detroit. No tardaron mucho en alcanzarlo, tras horquillar sus disparos durante unos minutos.
El primer proyectil en alcanzar al USS Detroit fue un proyectil de 26cm, disparado por uno de los Krupp. Los daños fueron cuantiosos, causando 6 bajas entre la tripulación. Aun seria alcanzado nuevamente por 2 proyectiles de 20cm que, extendieron la destrucción, abriendo varias vías de agua,lo que le provoco graves problemas. Por unos instantes pareció que el Detroit, se estaba hundiendo.
La reacción de la escuadra fue inmediata, el Montgomery acudió a recoger a los náufragos, seguido por el remolcador Wompatuc que trataría de sacar al Detroit de aquella zona, mientras tanto el Amphitrite cubría la operación. Con tres buques inmóviles, la artillería media española, encabezada por los Ordoñez de 15cm, concentro su fuego en estas unidades, dejando el combate con los acorazados a los cañones de 20cm o más.
En el epilogo de la batalla, el Amphititre seria alcanzado por 2 disparos de 15cm que, averiaron una de sus torres principales, sin ocasionar mayores daños, mientras el Montgomery era alcanzado 2 veces en cubierta, causándole 17 bajas, principalmente entre los náufragos rescatados. El resto de la escuadra escapo sin daños a excepción de un proyectil de 30.5cm que, alcanzo al Iowa en su comedor de oficiales, volatilizándolo aunque sin causar bajas, y 1 de 26cm que averío una de las torres principales del Indiana.
A las 08:10 se detenía el fuego español, al alejarse la escuadra norteamericana, incluido el Detroit que, remolcado por el Wompatuck, seria reparado en las semanas siguientes sin mayores dificultades, el mismo destino que esperaba al monitor Amphititre y el resto de buques alcanzados. En San Juan los norteamericanos dejaban más de 30 muertos y heridos, principalmente entre la población civil. Su propia escuadra había sufrido daños en cuatro buques, dos de los cuales precisarían de reparación, además de 4 muertos y 19 heridos.
El ataque había sido rechazado, aunque los obuses habían sido una decepción al no lograr ni un solo impacto.
La anécdota del día serían los daños sufridos por el crucero francés, Admiral Rigaut, en visita de cortesía en la ciudad.
Última edición por Gaspacher el 14 Jul 2013, 01:48, editado 1 vez en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
El embajador norteamericano John Hay había sido llamado a los EEUU para ocupar el puesto de secretario de estado y aun no se había nombrado un sustituto, esto jugaba en contra de las posibilidades del secretario Wilson, de lograr avances en las negociaciones ante el Reino Unido en unos momentos tan angustiosos.
Desde que se declarase la guerra a España hacia 19 días, 14 buques a vapor habían desaparecido sin dejar rastro, al principio fueron uno o dos los que se retrasaron en las llegadas previstas a diversos puertos. Pero ahora eran ya demasiados buques y en muchos casos, demasiados días sin noticias de ellos. Por ello y ante las dificultades para ser recibido oficialmente por las instituciones británicas, quería aprovechar la invitación de Lord Pembroke, mayordomo de su Majestad la Reina, a una acto en su mansión.
Durante los primeros interminables minutos se vio obligado a tratar las habituales conversaciones sociales, mientras trataba de disimular su impaciencia. Finalmente lo más granado de la sociedad salió a los jardines, dándole la oportunidad de acercarse a hablar con Lord Salisbury.
-Vaya, parece que tenemos visita. -Dijo lord Balfour, su acompañante, al verle acercarse. -¿A qué deberemos el honor?
-Cuando un diplomático trata de encontrarnos en este tipo de situaciones, solo puede deberse a la guerra querido sobrino. Sera mejor que en cuanto le sonsaque el motivo lo lleves tu la conversación, así podre pensar. -Le dijo ya en un susurro para evitar que se le oyera.
-Buenos días Lord Salisbury. -Saludo al primer ministro, y a su sobrino-lord Balfour. -Espero que usted se encuentre bien.
-Muy bien, gracias señor Wilson -Respondieron casi al unísono antes de que Robert Gascoyne-Cecil, tercer marques de Salisbury y primer ministro de la reina se hiciese cargo de la conversación.- ¿Le ocurre algo? Parece usted muy atribulado.
-Se trata de la guerra con España excelencia.
-¿La guerra? –Interrogo Balfour- Según nuestros analistas son ustedes francamente superiores debido a que los españoles han retirado numerosas unidades estos últimos años.
-Que seamos superiores puede ser cierto, pero los españoles nos están poniendo difíciles las cosas. Sus unidades principales no han aparecido aun, y sin embargo sus corsarios han capturado ya más de 14 modernos vapores, al menos eso suponemos. Las perdidas para nuestro comercio son astronómicas.
-Bien, no esperaría usted que se quedasen de brazos cruzados ¿Verdad?
-No, por supuesto, pero al menos 3 de nuestros buques han desaparecido en aguas del Atlántico Sur, y desde hace días no sabemos nada de 2 naves procedentes de Calcuta que deberían haber hecho escala en Ciudad del Cabo. Sin duda la guerra se ha extendido ya a todo el Atlántico y puede que incluso más allá.
-¿Esta usted seguro de eso? -Intervino por fin Lord Salisbury
-Tanto como pueda estarlo, nadie ha vuelto a ver los buques que faltan, han desaparecido sin más, como si se los hubiese tragado el mar
-Eso es algo que no puede permitirse. –Dijo Lord Balfour. –Las implicaciones políticas y económicas para el comercio mundial son demasiado grandes.
-No creo que sea para tanto Lord Balfour. –Dijo el Almirante Frederick Richards, primer Lord del Almirantazgo al tiempo que se unía a ellos junto a J. Bruce Ismay, uno de los principales armadores del país, y Sir Peter Robbson, un destacado banquero. –De momento la marina española no ha detenido o capturado un solo buque neutral, y por lo que se, ni tan siquiera han registrado buques de nuestro país. Así que no tenemos ni un solo motivo para quejarnos o presionar. Aunque, por supuesto, deberemos permanecer vigilantes al desarrollo de la situación.
-Bienvenido Almirante, caballeros. –Exclamaron los tres dando la bienvenida al nuevo grupo -
-Pero Almirante. -Insistió el secretario Wilson- La mera actividad de los corsarios españoles encarecerá los fletes, y muchas aseguradoras pueden verse en grandes problemas, peor aun, ante la falta de esos vapores el comercio mundial, del que se nutre Gran Bretaña, puede verse muy mermado. Más aun cuando muchas de las exportaciones norteamericanas a Europa se hacen en nuestros buques.
-Puede ser cierto, pero como usted comprenderá siempre habrá armadores dispuestos a correr el riesgo a cambio de unas ganancias firmes. –Afirmo Ismay mientras el almirante asentía. –Además ustedes capturaron dos vapores españoles incluso antes de declarar la guerra, mientras que los españoles dieron 5 días de margen para que los buques norteamericanos abandonasen sus puertos, como comprenderá la situación es harto complicada.
Lord Salisbury contemplaba curioso los derroteros que estaba tomando la conversación. Su primera intención había sido presionar al embajador español que, curiosamente, ahora parecía ilocalizable, pero algo en la actitud del almirante le decía que había algo oculto bajo la superficie y más valía no apresurarse. Al menos hasta que supiese a que se debía la defensa de la causa española por parte de varios de los principales poderes marítimos del país.
-En ese caso deberemos esperar acontecimientos. –Sentencio Lord Salisbury dejando a Wilson con la protesta a medio formular. –Pero no tenga cuidado, vigilaremos a los españoles seriamente. Ahora si nos disculpa debemos atender otros asuntos. -Dijo retirándose en compañía de su sobrino mientras Wilson permanecía atrás exponiendo sus argumentos al Almirante y los otros dos caballeros.
Mientras se alejaba conversando con su sobrino, Lord Balfour, Lord Salisbury pensaba en las implicaciones de la actividad corsaria española. Por supuesto conocía esa actividad, pero si de verdad se había extendido lo suficiente como para atacar en el Indico, era un grave problema. Debía averiguar la razón de la actitud del importante grupo formado por el primer Lord del Almirantazgo y los banqueros.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
