Vae Victis

Los conflictos armados en la historia de la Humanidad. Los éjércitos del Mundo, sus jefes, estrategias y armamentos, desde la Antiguedad hasta 1939.
Avatar de Usuario
reytuerto
Mariscal de Campo
Mariscal de Campo
Mensajes: 18997
Registrado: 12 Ene 2003, 18:23
Ubicación: Caracas, Venezuela
Peru

Vae Victis

Mensaje por reytuerto »

Sip. Etruscos en general. Aunque ya se la suerte de Veyes :guino: .


La verdad nos hara libres
Imagen
de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

reytuerto escribió:Antes de entrar de lleno a la lectura de las guerras samnitas, me gustarìa ver cual era el estado interno de Roma.
1. Relaciòn entre patricios y plebeyos.
2. Relaciòn de Roma y las ciudades latinas que permanecieron aliadas.
3. Relaciòn de Roma y las ciudades latinas que le fueron hostiles.
4. Relaciòn de Roma y Toscana.


Estimado reytuerto, vamos con la primera y veremos como lo hago para resumir siglos de especulaciones y teorías contradictorias.

Patricios y plebeyos, ¿qué eran?.

Los dos primeros siglos de la República se vieron envueltos por disputas internas en lo que vino a llamarse el "conflicto de los órdenes". El problema de las fuentes es que ven esta dualidad primigenia adaptada a su propio tiempo lo que les lleva a transmitir una realidad un tanto distorsionada ya que no vivieron los hechos que relatan, los cuales ya habían acabado antes de su época. Estos dos, llamémoslos, órdenes no tenían el mismo carácter en los siglos V y IV que en los tiempos en los que escriben Livio, Dionisio y otros autores, los cuales suelen caer en algún anacronismo que otro.

La historiografía decimonónica y de principios del siglo XX lió más el tema:

-Los patricios eran los primitivos pobladores de Roma.
-Los plebeyos eran los primitivos pobladores de Roma.
-Los patricios eran arios que invadieron y sometieron a los plebeyos, los cuales eran de raza mediterránea.
-Los plebeyos eran una clase sometida a los patricios desde los orígenes.
-Los patricios eran latinos y los plebeyos eran extranjeros que llegaron posteriormente.

Vamos a dar por bueno que ninguno de los dos órdenes surge separado del otro sino que los patricios se desarrollan hasta convertirse en un orden predominante a lo largo de la época arcaica (De Sanctis).

Para no embrollar mucho el asunto vamos a partir de las leges Liciniae Sextiae que ya he mencionado alguna que otra vez:

Hay que indicar que va a aparecer un tipo de magistrado poco conocido en lugar de la figura de los cónsules, los llamados tribuni militum consulari potestate, tribunos militares revestidos con autoridad consular.
Hacia el año 444, debido a presiones de la plebe que quería igualdad legal y política y que los cargos más altos fueran compartidos entre patricios y plebeyos, el senado cedió en parte creando la figura del que llamaré a partir de ahora Tribuno Consular.

Hago este apunte porque no van a aparecer de momento cónsules en esta parte de la historia. Simplemente mencionar que esto se enmarca en el llamado "Conflicto de las órdenes" que duraría dos siglos; la figura del cónsul reaparecerá hacia el año 367 tras la aprobación de las leyes Licinias Sextias (leges Liciniae Sextiae) y la elección para el año siguiente del primer cónsul plebeyo.


vae-victis-t36356.html

Recuerda que ahora el poder no es dual, no hay cónsules sino tribuni militum consulari potestate. La figura del cónsul reaparecerá hacia el año 367 tras la aprobación de las leyes Licinias Sextias (leges Liciniae Sextiae)


vae-victis-t36356-45.html


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Hacia el 376 dos tribunos de la plebe, Gaio Licinio Calvo Stolo y Lucio Sextio Laterano, presentan tres rogationes o proyectos de ley ante la plebe. Dos de ellas trataban sobre tierras y deudas, la tercera era la admisión de plebeyos en el consulado.

Las tres rogationes tropiezan con la oposición de los patricios llegándose a un punto muerto.

Haciendo un resumen del conflicto y las soluciones a las que se llega:

-El conflicto se alarga 10 años (376-367)
-El Estado permanece sin magistrados y la administración pública se paraliza durante 5 años (375-371)
-La crisis concluye en 367 cuando las leges Liciniae Sextiae son aprobadas
-El consulado se restablece como máxima magistratura y se da acceso a los plebeyos
-Creación de una nueva magistratura con carácter judicial: la pretura
-La pretura, inicialmente exclusiva de los patricios, se abre a la plebe
-Elección del primer pretor plebeyo (337)
-Se crean dos ediles curules según el modelo de los ediles plebeyos
-Al igual que la pretura en sus inicios, el cargo de edil curul se reserva a los patricios
-El cargo de edil curul se abre a los plebeyos que lo obstentan con el patriciado en años alternos
-Los duumviri sacris faciundis (encargados de los ritos sagrados) se amplían a un número de 10 miembros (decemviri sacris faciundis), 5 patricios y 5 plebeyos

Como verás, estimado reytuerto, no se podía pedir nada mejor en el estado interno de las relaciones entre patricios y plebeyos para esta etapa de absorción total del Lacio y la guerra que iba a llegar contra los samnitas.

Pasando a tu segunda y tercera preguntas:

2. Relaciòn de Roma y las ciudades latinas que permanecieron aliadas.
3. Relaciòn de Roma y las ciudades latinas que le fueron hostiles.


Algo tienen que ver con lo que ya he mencionado, como veremos.


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Digo que algo tiene relación porque cuando se tomó la ciudad etrusca de Veies la plebe quería un reparto de tierras al norte del Tíber y una de las soluciones fue repoblar en la zona sur la llanura Pontina en donde los volscos se habían hecho fuertes y la Liga Latina había realizado una política de colonización para frenarlos. Y como ya mencioné se crean dos nuevas tribus para el reparto de estas tierras: la Pomptina y la Publilia.

Praeneste, Tibur y Velitrae se revelaron y lo demás ya lo conté, Roma absorbe el Lacio.

Roma impone sus condiciones a todas y cada una de las ciudades latinas como vencedora; aquí ya no cuenta si las relaciones son buenas o malas; Roma ha salido victoriosa y, según el grado de hostilidad mostrado en la guerra, mediante pactos bilaterales, los romanos afirman su hegemonía reconociendo a los latinos derechos más o menos extensos.

Por otro lado, Roma prohibe las relaciones de cualquier tipo entre las comunidades latinas.

A unas ciudades se les deja pocos derechos, a otras se les impone la ciudadanía romana pero siempre cuidándose mucho de no someterlas a una represión desmedida; el Lacio fue derrotado, no humillado.

Y también añadir que es en este momento cuando se crean las bases socio-políticas para las primeras colonias de ciudadanos romanos a semejanza de las anteriores de carácter federal latino; por ejemplo Ostia, Terracina y Antium.

Resumiendo, la relación de Roma tanto con las ciudades que permanecieron aliadas como con las que le fueron hostiles era la misma: vencedor y vencidos. Por supuesto que las que permanecieron fieles fueron las que se llevaron la mayoría de derechos y beneficios en los tratados.

4. Relaciòn de Roma y Toscana.


Ésta, que parece la más fácil de contestar, me ha hecho enfadar con un libro de Mario Torelli. Estos arqueólogos siempre encuentran lo que buscan no lo que encuentran..., no se si me explico.

Para contestarte, estimado reytuerto, ni caso le voy a hacer al hombre éste. Siempre sin desmerecer su gran trabajo y reconociendo la importancia de toda su obra, claro está.


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Ya mencioné que Roma firma un tratado de amistad con la ciudad etrusca de Caere a espaldas de la Liga Latina. Esta misma ciudad asistió impasible a la caída de su vecina Veies al igual que lo hicieron las demás ciudades etruscas.

La política individual de las ciudades de Etruria hace que éstas se vean muchas veces enfrentadas entre sí olvidando cualquier vínculo federal, situación que favorecía a Roma.

También mencionar que la parte septentrional de Etruria estaba constantemente amenazada por los galos que se habían asentado en el valle del Po y en la vertiente adriática.

Todos estos factores hicieron que Roma se aprovechara de la situación y duplicara su territorio con la toma de Veies. Esto también repercutirá en los problemas internos ya que la tradición cuenta que durante la última fase del asedio a la ciudad etrusca se introduce el estipendio militar que aligerará los gastos de las clases menos pudientes. El posterior reparto de tierras también aumentará el poder de la plebe frente al patriciado. Si comenté que para poblar la llanura Pontina se crearon dos nuevas tribus para la parcelación de las tierras de Veies se crearon cuatro.

4. Relaciòn de Roma y Toscana.


Resumiendo, la Liga Etrusca se olvidó de su frontera sur mientras Roma se olvidaba de su frontera norte, de momento.


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Continuando.

Tras cinco años de guerra con enfrentamientos fronterizos en el valle del río Liris va a tener lugar una acción que, y no exagero, pudo haber cambiado la historia de la humanidad.

En el año 321 Roma intentó una acción a gran escala: adentrarse en el Samnio con dos ejércitos consulares.

Una operación como ésta, con total desconocimiento del terreno, poca experiencia militar, frente a un enemigo diferente en armamento y tácticas sólo podía terminar en desastre:

Los samnitas tenían ese año como comandante en jefe a Gavio Pontio, el hijo de Herenio, el más hábil estadista que poseían, siendo el hijo su soldado más importante y comandante...Salió en campaña y, manteniendo sus movimientos tan en secreto como pudo, asentó su campamento en la vecindad de Caudium. Desde allí envió diez soldados disfrazados de pastores hacia Calatia, donde se enteró que estaban acampados los cónsules romanos, con órdenes de que arreasen el ganado en diferentes direcciones y cerca de los puestos de avanzada romanos. Cuando se encontrasen con alguna de las partidas que salían a forrajear, debían contar todos la misma historia y decir que las legiones samnitas estaban en Apulia, asediando Luceria con todas sus fuerzas y que su captura era inminente

Los cónsules Espurio Postumio Albino y Tito Veturio Calvino cayeron en la trampa y enviaron a sus ejércitos en ayuda de Luceria por el camino más rápido:

El único asunto a considerar era la ruta que tomarían. Había dos caminos que llevaban a Luceria; uno a lo largo de la costa adriática por terreno abierto, el más largo de los dos pero el más seguro; y el otro, más corto, a través de las Horcas Caudinas. Esta es la naturaleza del lugar: hay dos pasos, profundos y estrechos, con colinas boscosas a cada lado y una cadena continua de montañas alrededor de ellos. Entre ellos se encuentra una amplia llanura húmeda y cubierta de hierba, por en medio de la cual va el camino. Antes de llegar a la llanura se ha de atravesar el paso por el primer desfiladero y, o bien se vuelve por donde se ha venido o, si se continúa, se debe seguir el camino por un paso aún más estrecho y más difícil al otro extremo


Gavio Pontio los atrapó en un desfiladero cerca de Caudium:

La columna romana descendió a esta llanura desde el primer desfiladero, con sus sobresalientes acantilados, y se dirigió directamente hasta el otro paso. Lo encontraron bloqueado por una barrera enorme de árboles talados y con grandes masas de rocas apiladas contra ellos. Al tiempo de advertir la estratagema del enemigo, estos se mostraron en sus posiciones en las alturas, por encima del paso. Se efectuó una rápida retirada y retrocedieron sobre sus pasos por el camino por donde habían venido, descubriendo que el primer paso tenía también su propia barricada y hombres armados en las alturas. A continuación, sin que se diese ninguna orden, se detuvieron. Sus sentidos estaban aturdidos y estupefactos y un extraño entumecimiento se apoderó de sus miembros. Cada uno miraba a su vecino, pensando que estaría más en sus cabales y con mejor juicio que él mismo. Durante mucho tiempo quedaron callados e inmóviles, después vieron que se alzaban las tiendas de los cónsules y que algunos hombres disponían sus herramientas de atrincheramiento. A pesar de saber que en su desesperada situación sería ridículo que fortificasen el terreno que aún ocupaban, para no empeorar las cosas por su propia culpa empezaron a trabajar sin esperar órdenes y atrincheraron su campamento con su empalizada cerca del agua. Mientras estaban así ocupados, el enemigo se burlaba de ellos y les insultaba, y ellos mismos se reían amargamente de su trabajo inútil. Los cónsules estaban demasiado deprimidos y desconcertados como para convocar un consejo de guerra, pues no había lugar ni ayuda que aconsejar; pero los tribunos y generales les rodearon y los hombres, con la vista puesta en sus tiendas, esperaban de sus jefes un socorro que difícilmente les podrían dar los mismos dioses


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Imagen

El círculo rojo marca el lugar que se ha considerado desde mucho tiempo el lugar de la emboscada.

El círculo azul señala la localización según los estudios más recientes.

La acción romana no tenía una finalidad bien clara. O se intentó llegar a territorio apulo para crear un frente a espaldas de los samnitas o se pretendía asestar un golpe decisivo con la toma del importante centro de Malventum (Beneventum).

Aunque tengo que poner las dos tesis más aceptadas y no descartar la pretensión romana de crear un frente en Apulia, sea como sea, en el mapa se puede ver que las dos localizaciones de las Horcas Caudinas llevan a la actual Benevento y ahí el combate era ineludible; lo sabían los romanos y lo sabían los samnitas.


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Gavio Pontio, al tener encerrado al ejército romano duda que hacer por lo que escribe a su padre Herenio para pedirle consejo. Éste le responde que se debía dejar que toda la fuerza romana pudiera salir indemne. Gavio Pontio rechaza este consejo y envía un nuevo correo; su padre le responde que debía dar muerte a todos.

Ante respuestas tan contradictorias, Pontio invita a su padre al consejo de guerra.

Después de ocupar su lugar en el consejo, quedó claro por lo que dijo que no había cambiado de opinión, pero explicó sus razones para dar el consejo que dio. Él creía que al tomar la decisión que propuso al principio, que él consideraba la mejor, estaría estableciendo una paz y amistad duradera con el pueblo más poderoso al tratarlo generosamente; adoptando la segunda, posponía la guerra muchas generaciones, pues ese sería el tiempo que le llevaría a Roma recuperar sus fuerzas, penosa y lentamente, tras la pérdida de dos ejércitos. No había una tercera opción. Cuando su hijo y los otros jefes le preguntaron qué pasaría si se adoptaba un término medio, dejándoles marchar ilesos pero bajo condiciones como las que el derecho de guerra imponía a los vencidos, replicó: "Esa es precisamente la política que ni nos procurará amigos ni nos librará de los enemigos. Una vez que dejéis vivir a hombres a quienes habéis exasperado con un tratamiento ignominioso, habréis consumado vuestro error. Los romanos son una nación que no sabe cómo permanecer tranquila en la derrota. Cualquiera que sea la desgracia, quemará eternamente su espíritu la irritación y no les dejará descansar hasta haceros pagar muchas veces por ello"

Ninguno de estos planes fue aprobado.

Los romanos deben capitular de forma humillante y son obligados a pasar, mientras entregaban sus armas, bajo un arco formado por tres lanzas.

Imagen

Pontio había consumado el error del cual le advirtió su padre.


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Roma, tras la derrota, se vio obligada a pedir la paz. La historiografía romana enmascara el episodio de la humillación en las Horcas Caudinas con retoques tales como que el senado rechaza la paz o que los cónsules se ofrecen voluntarios para entregarse a los samnitas.

La derrota fue la consecuencia que Roma firmara una paz que no era otra cosa que una tregua enmascarada. Los samnitas habían frenado la colonización en el valle del río Liris con la toma de la colonia de Fregellae, pero habían cometido un doble error: humillar al ejército romano y dejarlo partir intacto.

Los años siguientes fueron testigos de como ambos contendientes quisieron ampliar el conflicto con la búsqueda de aliados en la retaguardia del adversario. La Liga Samnita mantiene encuentros secretos con ciudades etruscas y fortalece vínculos en el centro-sur de Campania; los romanos, por su parte, van a encontrar unos aliados forzados por los mismos samnitas, las ciudades principales de Apulia: Canusium, Arpi y Teanum.

Imagen

Los apulos ya estaban sometidos por la presión samnita desde hacía tiempo viendo como les había sido arrebatada Luceria, su plaza fuerte.

En este periodo de tregua, Roma se dedica a una política de colonización creando nuevas tribus, una en el valle medio del Liris (la Oufentina), la otra en la zona septentrional de Campania (la Falerna). La creación de estas tribus iba a traer problemas; la fundación de la tribu Ofentina en antiguo territorio volsco provocaría levantamientos de algunas ciudades como Satricum, tras los cuales se adivinaba la mano samnita.

Satricum era una amenaza demasiado peligrosa para que Roma no actuara de inmediato. El apoyo samnita a la ciudad encendería de nuevo la guerra tras cinco años de tregua.


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Pilum

Antes de que se me olvide creo que ahora es el momento de hablar del pilum.

El origen de este tipo de arma es de origen incierto. Según algunos testimonios fue desarrollado por los etruscos para frenar los ataques (embestidas) de las tribus celtas de la Italia septentrional.

Las primeras evidencias de su uso por los romanos aparecen en sus enfrentamientos con los celtas en el siglo IV, época que estamos tratando; luego lo emplearían con éxito contra los pueblos de la Italia central y meridional.

Plutarco, en la vida de Camilo, nos relata un episodio sucedido unos 13 años después de la batalla del río Allia en la que los romanos frenan una embestida celta arrojando sus jabalinas, las cuales, al clavarse en los escudos entorpecieron el combate cuerpo a cuerpo (Vida de Camilo , 41, 3-6. ).

Las primeras versiones del pilum consistían en un palo corto, más pequeño que la lanza, usado principalmente por las tropas armadas a la ligera y denominado iacula (objeto para lanzar).

Otras fuentes atribuyen su invento a los sabinos (Virgilio) y otras a los samnitas (Ineditum Vaticanum). Los restos materiales no ayudan mucho ya que aparecen en varias zonas, incluyendo restos arqueológicos etruscos:

Imagen
Jabalina de bronce con parte del hasta de madera, Satricum, siglo VIII ac

Imagen
Jabalina de producción etrusca (Vulci), siglo IV ac

-Les doy el nombre de jabalina para no etiquetarlos como iacula. A éste de aquí si que se le podría llamar propiamente pilum:

Imagen

Los ejemplares de esta época varían (se especula) entre 150 y 190 centímetros; digo que se especula al no conservarse la parte de madera.

También mencionar que Apiano de Alejandría nos da otro ejemplo de su uso por los romanos en un encuentro en 358 contra la tribu gala de los boios en el que tras efectuarse un lanzamiento masivo de jabalinas se pasa al cuerpo a cuerpo; aunque esto se menciona más como estratagema de Gaio Sulpicio Petico que como forma adoptada de combate.

Las guerras samnitas influyeron también mucho en el aumento del uso de este tipo de arma por parte de los romanos ya que la larga y pesada hasta dificultaba los movimientos en terreno montañoso y era inferior en combate a las jabalinas más ligeras usadas por los samnitas a los cuales, como ya mencioné, también se les atribuye la invención del pilum

-NOTA: El ejército romano sufrirá otros cambios pero los mencionaré posteriormente ya que aun les quedaba muchas cosas por aprender en esta segunda fase de la guerra tras sufrir alguna que otra derrota.


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Los samnitas vieron claramente que en lugar de la paz que se había dictado con tanta arrogancia, había dado comienzo una guerra aun más amarga. No sólo presintieron lo que estaba por venir, casi lo vieron con sus propios ojos; ahora que ya era demasiado tarde, empezaron a ver lo acertadas que eran las dos alternativas que el viejo Herenio había sugerido

Tras reanudarse las hostilidades los romanos van a intentar abrir tres frentes. Como ya comenté, la defección de Satricum era una amenaza demasiado peligrosa para no actuar rápidamente. Por otro lado, se amenaza la retaguardia samnita con el asedio a Luceria, su plaza fuerte en Apulia, mientras tanto otro ejército va a operar en la región sudoeste del Samnio, en torno a Saticula.

NOTA-Para el año 319, Livio se concentra más en un What If?, de hecho parece ser que es considerada la primera ucronía conocida:

Nada estaba más lejos de mi propósito, desde que dí comienzo a este trabajo, que divagar más de lo necesario del orden de mi narración, ni embellecer mi labor con variedad de asuntos que supusieran momentos de descanso para mis lectores y relajación mental para mí. La mención, sin embargo, de tan gran rey y general me induce a presentar ante mis lectores algunas reflexiones que me he hecho a menudo al plantearme a mí mismo la cuestión: "¿Cuáles habrían sido las consecuencias para Roma si se hubiera enfrentado en una guerra con Alejandro?"

Esta ucronía es relevante por ciertos datos que nos da Livio por lo que voy a reproducirla.


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Roma y Alejandro Magno

[9.17] Nada estaba más lejos de mi propósito, desde que dí comienzo a este trabajo, que divagar más de lo necesario del orden de mi narración, ni embellecer mi labor con variedad de asuntos que supusieran momentos de descanso para mis lectores y relajación mental para mí. La mención, sin embargo, de tan gran rey y general me induce a presentar ante mis lectores algunas reflexiones que me he hecho a menudo al plantearme a mí mismo la cuestión: "¿Cuáles habrían sido las consecuencias para Roma si se hubiera enfrentado en una guerra con Alejandro?". Parece que lo más importante en la guerra es el número y valor de las tropas, la habilidad de los generales y la Fortuna, que tanta importancia tiene sobre los asuntos humanos y especialmente en los de la guerra. Cualquiera que considere estos factores, por separado o en conjunto, verá fácilmente que, igual que el Imperio Romano resultó invencible contra otros reyes y naciones, habría resultado también invencible contra Alejandro. Comparemos, en primer lugar, a los generales de cada parte. No discuto que Alejandro fue un general excepcional, pero su reputación se ve reforzada por el hecho de que él murió siendo aún muy joven y antes de tener tiempo de experimentar cualquier cambio de fortuna. Por no hablar de otros reyes y capitanes ilustres, que resultan ejemplos notables de la mutabilidad de las cosas humanas, sólo pondré como ejemplo a Ciro, a quien los griegos celebran como a uno de los hombres más grandes. ¿Qué fue lo que lo expuso a reveses y desgracias, sino la duración de su vida, como recientemente fue el caso de Pompeyo el Grande? Permítanme enumerar los generales romanos, no a los de todas las épocas, sino sólo a los que, como cónsules y dictadores, Alejandro se habría debido enfrentar: Marco Valerio Corvo, Caio Marcio Rútulo, Caio Sulpicio, Tito Manlio Torcuato, Quinto Publilio Filón, Lucio Papirio Cursor, Quinto Fabio Máximo, los dos Decios, Lucio Volumnio y Manlio Curio. A estos siguen aquellos hombres de molde excepcional que se le habrían enfrentado si él hubiera vuelto sus armas contra Cartago y luego, más adelante en su vida, hubiera cruzado a Italia. Cada uno de estos hombres fue igual a Alejandro en valor y capacidad, y el arte de la guerra, que desde la fundación de la Ciudad había sido una tradición ininterrumpida, se había convertido ahora en una ciencia basada en reglas definidas y permanentes. Fue así como los reyes condujeron sus guerras, y después de ellos los Junios y Valerios, quienes expulsaron a los reyes, y más tarde en sucesión los Fabios, los Quincios y los Cornelios. Fueron estas reglas las que siguió Camilo, y los hombres que hubieran tenido que luchar contra Alejandro habían visto a Camilo, siendo un anciano, cuando ellos eran poco más que muchachos.

Alejandro, sin duda, hizo todo lo que un soldado debe hacer en la batalla, y no es su título menos famoso. Pero si Manlio Torcuato se le hubiera enfrentado en el campo de batalla, ¿habría sido en esto inferior a él, o Valerio Corvo, ambos distinguidos como soldados antes de asumir el mando? ¿O los Decios, que, tras ofrendarse a ellos mismos, se abalanzaron sobre el enemigo, o Papirio Cursor, con su enorme valor y fuerza física? ¿Habría logrado el inteligente generalato de un joven desconcertar a todo el Senado, por no mencionar a las personas que en él estaban, de las que solo el que verdaderamente se hizo una idea veraz llegó a decir que estaba formado por reyes? ¿Había algún peligro de que mostrase más competencia que cualquiera de los que he mencionado al elegir el lugar para su campamento, o al organizar su intendencia o prevenir las sorpresas, o al elegir el momento adecuado para presentar batalla, o disponer la línea de combate de sus hombres y situar sus reservar de la manera más ventajosa? Él habría dicho que no se enfrentaba con un Darío, arrastrando tras él un reguero de hombres y eunucos, envuelto en púrpura y oro y cargado con toda la parafernalia del Estado. Encontró en él una presa fácil, en vez de un enemigo formidable, y lo derrotó sin pérdidas, sin que tuviese que hacer algo más atrevido que mostrar un justo desprecio por aquella falsa muestra de poderío. El aspecto de Italia le habría parecido muy diferente de la India, que atravesó con un ejército de borrachos de comilona en comilona; habría contemplado en los estrechos pasos de Apulia y en las montañas de Lucania las pistas del reciente desastre que cayó sobre su linaje, donde su tío Alejandro, rey de Épiro, halló la muerte.

[9.18] Estoy refiriéndome a Alejandro tal y como era antes de nadar en el éxito, pues no hubo hombre menos capaz de sobrellevar la prosperidad que él. Si lo contemplamos una vez transformado por su fortuna y presentando, por así decir, el nuevo carácter que adoptó tras sus victorias, resulta evidente que habría llegado a Italia siendo más parecido a Darío que a Alejandro, y hubiera traído consigo un ejército que se habría olvidado de su nativa Macedonia y se estaría convirtiendo rápidamente en persa de carácter. Es algo desagradable, en el caso de tan gran hombre, tener que dar cuenta de su amor tan ostentoso por la indumentaria; las postraciones que exigía a cuantos se aproximaban a su presencia, y lo humillados que se debían sentir los macedonios, no ya de haber sido vencidos, sino cuánto más siendo los vencedores; los castigos terriblemente crueles que infligió; el asesinato de sus amigos en la mesa de banquetes; la vanidad que le hizo inventar para sí mismo un linaje divino. ¿Qué habría pasado de haberse hecho más fuerte su amor al vino y si su apasionada y ardiente naturaleza se hubiera vuelto más violenta con la edad? Sólo estoy señalando hechos sobre los que no hay discusión alguna. ¿Creeremos que estos inconvenientes no habrían afectado a sus méritos como comandante? ¿O había algún peligro, como suelen decir los griegos más frívolos que andan exaltando a los partos por encima de los romanos, de que el pueblo romano se hubiera inclinado ante la grandeza del nombre de Alejandro (del que me parece que ni siquiera habían oído hablar), y que ninguno de los jefes romanos hubiera osado expresar sus auténticos sentimientos hacia él cuando, habiendo sido destruida Atenas y teniendo a la vista las ruinas humeantes de Tebas, hubo hombres que se atrevieron a hablar contra él, como demuestran de manera evidente los discursos conservados?

A pesar de lo elevadas que sean nuestras ideas sobre la grandeza de este hombre, no deja de ser la grandeza de un hombre solo, ganada en una carrera de poco más de diez años. Los que lo ensalzan sobre la base de que aunque Roma nunca ha perdido una guerra sí ha perdido muchas batallas, mientras que Alejandro nunca perdió ninguna, no tienen en cuenta que están comparando las acciones de un individuo, y joven, frente a los logros de un pueblo que lleva ochocientos años guerreando. ¿Cómo, al contar más generaciones por una parte que años por la otra, nos podemos sorprender de que en tan largo espacio de tiempo haya habido más cambios de suerte que en un período de trece años? ¿Por qué no se compara la fortuna de un hombre con otro, de un comandante con otro? ¡Cuántos generales romanos podría yo nombrar que nunca han sido desafortunados en una sola batalla! Podéis pasar página tras página de las listas de magistrados, tanto cónsules como dictadores, y no encontraréis uno de cuya suerte y valor tenga el pueblo romano motivos para estar insatisfecho. Y estos hombres son más dignos de admiración que Alejandro o cualquier otro rey. Algunos ostentaron la dictadura durante sólo diez o veinte días; ninguno desempeñó un consulado durante más de un año; los alistamientos de tropas fueron a veces obstaculizados por los tribunos de la plebe; salieron, por tanto, tarde en campaña, y a menudo se les llamó de vuelta para celebrar las elecciones; con frecuencia, habiendo comenzado alguna operación importante, expiró su año de mandato; sus colegas frustraron o arruinaron sus planes, algunos por imprudencia y otros por celos; a menudo tuvieron que vencer sobre los errores o fracasos ajenos y hacerse cargo de un ejército de nuevos reclutas o en mal estado de disciplina. ¡Por Hércules! los reyes están libres de todos estos obstáculos; son señores del tiempo y las circunstancias y hacer salir todas las cosas de acuerdo con sus propios designios. Así pues, el invencible Alejandro habría cruzado armas con capitanes invencibles, y habría hecho a la Fortuna las mismas ofrendas que ellos. No, él habría corrido mayores riesgos que ellos, pues los macedonios solo tenían un Alejandro, que no era únicamente el responsable ante cualquier accidente, sino que se exponía a ellos deliberadamente, mientras que había mucho romanos iguales a Alejandro en gloria y la grandeza de sus hazañas, y aún cada uno de ellos podía enfrentar su destino con su vida o su muerte sin poner en peligro la existencia del Estado.

[9.19] Nos queda comparar un ejército con el otro, tanto en lo que respecta al número como a la calidad de las tropas o a la fuerza de los soldados aliados. El censo correspondiente a ese período da doscientas cincuenta mil personas. Durante todas las revueltas de la Liga Latina se alistaron diez legiones, compuestas casi en su totalidad por tropas de la Ciudad. A menudo, durante aquellos años, cuatro o cinco ejércitos estuvieron en campaña simultáneamente en Etruria, en Umbría (donde también tuvieron que enfrentarse a los galos), en el Samnio y en Lucania. Así, por lo que respecta a la actitud de las distintas tribus italianas (el conjunto del Lacio con los sabinos, volscos y ecuos, la totalidad de la Campania, partes de Umbría y de Etruria, los picentinos, los marsios, los vestinios y apulios, a los que debemos añadir toda la costa del Tirreno, con su población griega que se extiende desde Turios hasta Nápoles y Cumas, y desde allí hasta Anzio y Ostia), todas aquellas naciones habría encontrado Alejandro aliadas fuertemente a Roma o reducidas a la impotencia por las armas romanas. Él habría cruzado el mar con sus veteranos macedonios, que ascenderían a no más de treinta mil infantes y cuatro mil de caballería, la mayor parte tracia. Esta sería la composición de su fuerza real. Si hubiera traído, además, a persas, indios y otros orientales, le habrían sido más un estorbo que una ayuda. Debemos recordar también que los romanos tenían una reserva para alistar en casa, sin embargo, Alejandro, guerreando en territorio extranjero, se habría encontrado a su ejército disminuido por las pérdidas en combate, como después sucediera a Aníbal. Sus hombres estaban armados con clípeos y sarisas, los romanos portaban el scutum, que protegía mejor el cuerpo, y el pilum, un arma mucho más efectiva que la lanza, tanto para arrojar como para acometer. En ambos ejércitos los soldados combatían en línea, fila tras fila, pero la falange macedonia carecía de movilidad y formaba una unidad compacta; el ejército romano era más elástico, compuesto de numerosas divisiones que podían actuar fácilmente por separado o en combinación, según las necesidades. Y después, por lo que se refiere a la capacidad de soportar la fatiga del servicio, ¿qué soldado es más capaz de soportar el trabajo duro que el romano?

Si Alejandro hubiera sido derrotado en una batalla, la guerra se habría terminado; ¿qué ejército podía haber quebrado la resistencia de Roma cuando ni las Horcas Caudinas ni Cannas pudieron? Incluso si las cosas le hubieran ido bien al principio, a menudo habría estado tentado de desear que los persas, los indios y los afeminados asiáticos fuesen sus enemigos, y habría terminado confesando que sus guerras anteriores fueron contra mujeres, como se dice que dijo Alejandro de Épiro cuando, tras recibir su herida mortal, comparó su fortuna actual con la de su primera juventud en sus campañas asiáticas. Cuando recuerdo que en la Primera Guerra Púnica combatimos por mar veinticuatro años, pienso que Alejandro difícilmente habría vivido lo bastante para abarcar una guerra. Es muy posible, también, que como Roma y Cartago estaban en aquel momento aliadas entre sí por un antiguo tratado vigente, el mismo temor hubiera llevado a aquellos dos poderosos estados a tomar las armas contra el enemigo común y Alejandro hubiese sido aplastado por sus fuerzas combinadas. Roma ha tenido la experiencia de una Guerra Macedonia, no precisamente cuando estaba al mando Alejandro ni cuando los recursos de Macedonia seguían intactos, pero los conflictos contra Antíoco, Filipo y Perseo se libraron no sólo sin pérdidas, incluso sin riesgos. Confío en que no ofenderé al decir que, dejando aparte las guerras civiles, nunca hemos encontrado una caballería o infantería enemiga que nos supere, ni cuando hemos combatido en campo abierto, ni en terreno igualmente favorable a ambos bandos y aún menos cuando el terreno nos daba ventaja. El soldado de infantería, con su pesada armadura y sus armas, puede con razón temer las flechas de la caballería parta, los pasajes estrechos, los asedios enemigos o un país del que no se puedan obtener suministros; pero ha rechazado miles de ejércitos más formidables que aquellos de Alejandro y sus macedonios, y los rechazará en el futuro siempre que la paz doméstica y la concordia de la que ahora disfrutamos sigan sin interrupción durante los años venideros.


-NOTA: Con unos mínimos retoques, texto extraído en su totalidad de:

http://tlivio.260mb.com/Livio09.html


Sobre la traducción:

http://tlivio.260mb.com/index3.html


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

319

La amenaza que suponía la defección de Satricum es sofocada. Los romanos hacen pasar a los samnitas bajo tres lanzas en recuerdo de las Horcas Caudinas. Este mismo año cae Luceria y los samnitas vuelven a pasar bajo el yugo.

318

Varios pueblos samnitas pretenden establecer una nueva tratado con Roma. Envían legados ante el senado y obtienen una tregua de 2 años.
En Apulia, Teano y Canusium se rinden al cónsul Lucio Plaucio. Los romanos, aprovechando la tregua, toman posiciones en la retaguardia del Samnio.

Este año se nombran por primera vez prefectos para Capua.

317

Los romanos someten Apulia y, en una incursión en Lucania, el cónsul Quinto Emilio Barbula toma la ciudad de Nérulo

El orden introducido en Capua mediante la adopción de las instituciones romanas había adquirido notoriedad general entre los Estados en alianza con Roma, y los antiates solicitaron el mismo privilegio, pues carecían de código fijo de leyes y de magistrados ordinarios propios. El Senado comisionó a los patronos de la colonia para establecer un sistema de derecho. No sólo las armas de Roma, sino también sus leyes, se estaban extendiendo por todas partes

Al finalizar el año los cónsules no le entregan sus legiones a sus sucesores sino a Lucio Emilio Mamercinus Privernas, elegido dictador.

316

Lucio Emilio junto a Marco Fulvio, jefe de la caballería, ataca la ciudad de Satícula y los samnitas renuevan las hostilidades, la tregua firmada en 318 había acabado. Satícula cae en poder de los romanos.

Al finalizar el año se elige dictador a Quinto Fabio (Quintus Fabius Maximus Rullianus o Rullus).

315

Quinto Fabio mantiene combates contra los samnitas en las cercanías de Satícula pero el teatro de la guerra va a cambiar.

Las legiones se marchan del Samnio y Apulia en dirección a Sora, ya que esta ciudad se había rebelado matando a los colonos romanos. A Fabio le llegan noticias de que le siguen de cerca los samnitas; gira su ejército y se prepara para entablar batalla en las cercanías de Lautulae

Imagen


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Batalla de Lautulae

En este año de 315 Roma estaba reconquistando posiciones tras su derrota en las Horcas Caudinas. Los cónsules Lucio Papirio Cursor y Quinto Publilio Filon permanecían en Roma mientras la guerra estaba a cargo del dictador Quinto Fabio (Quintus Fabius Maximus Rullianus o Rullus) y su Magister Equitum Quinto Aulio Cerretano.

Los combates en el Samnio se sucedían sin que la balanza se inclinara por ninguna de las dos partes. Los romanos habían recuperado Satícula, cedida a los samnitas tras las Horcas Caudinas, mientras que estos habían conquistado Plistica, previamente tomada por los romanos.

En este punto de la guerra:

Cambió ahora el teatro de la guerra; las legiones se marcharon de Samnio y Apulia hacia Sora. Este lugar se había rebelado, pasándose a los samnitas, después de dar muerte a los colonos romanos. El ejército romano marchó allí a toda velocidad para vengar la muerte de sus compatriotas y para restablecer la colonia. No bien llegaron al lugar, las partidas de reconocimiento que habían estado explorando las distintas rutas volvieron con informes de que los samnitas les seguían y estaban a no mucha distancia. El cónsul marchó al encuentro del enemigo y se libró una acción no decisiva en Lautulae

En el primer encuentro:

La batalla terminó, no con la derrota o fuga de una parte, sino con la noche que sorprendió a los combatientes mientras aún estaba por decidir si resultaban vencedores o vencidos

Sobre el resultado de este choque inicial Livio ve contradicciones en sus fuentes:

Veo en algunos autores que esta batalla fue desfavorable a los romanos y que Quinto Aulio, el jefe de la caballería, cayó allí. Caio Fabio fue nombrado jefe de la caballería en su lugar y llegó con un ejército de refresco desde Roma

Sea como sea, este primer enfrentamiento, que algunos autores llaman 1ª Batalla de Lautulae, acabó con un resultado no muy favorable para los romanos; la muerte de Quinto Aulio Cerretano y el envío de refuerzos desde Roma al mando del nuevo Magister Equitum Caio Fabio lo atestiguan.

(Caio Fabio) Envió mensajeros para consultar al dictador sobre dónde debía asentar su posición y sobre el momento y manera de atacar al enemigo. Después de ponerse al tanto de los planes del dictador, detuvo su ejército en un lugar donde quedó bien oculto.

El hecho de que Caio Fabio mande mensajeros para recibir instrucciones del dictador indica que la situación no estaba nada clara lo que puede apuntar que Livio está minimizando una primera derrota con graves resultados. Quinto Fabio ordena que los refuerzos no entren en la zona en la que está y que permanezcan ocultos, no quiere arriesgarse a un enfrentamiento precipitado.

-2ª Fase o 2ª Batalla de Lautulae:

El dictador mantuvo a sus hombres durante varios días confinados en su campamento, como si estuviera soportando un asedio en lugar de llevándolo a cabo. Por fin, de repente, mostró la señal para la batalla. Pensando que los hombres valientes eran más propensos a ver estimulado su valor cuando todas sus esperanzas residían en sí mismos, ocultó a sus soldados la llegada del jefe de la caballería y su ejército de refresco y, como si todas sus perspectivas de seguridad dependieran de abrirse paso, dijo a sus hombres: "Estamos atrapados y encerrados en esta posición, y no tenemos más camino de salida que el que podamos abrir con nuestras espadas victoriosas. Nuestro campamento está suficientemente protegido por sus trincheras, pero es insostenible debido a la falta de provisiones; todos los lugares de los que se pueden obtener suministros se han rebelado, y aunque la gente nos quisiera ayudar, el país resulta intransitable para los convoyes. No engañaré vuestro valor dejando aquí un campamento al que os podáis retirar, como hicisteis la última vez, sin obtener la victoria. Las fortificaciones deben ser protegidas por las armas, no las armas por las fortificaciones. Que tengan campamento al que retirarse quienes piensen que les merece la pena prolongar la guerra; nosotros no pensaremos más que en la victoria. Avanzad los estandartes contra el enemigo y, cuando la columna esté en campo abierto, aquellos a quienes se le ha ordenado que le prendan fuego al campamento. Lo que perdáis, soldados, os será devuelto con el saqueo de todas las ciudades rendidas que se habían rebelado. Las palabras del dictador, señalando la imperiosa necesidad a que se veían reducidos, produjeron gran excitación y, desesperados a la vista del humeante campamento (aunque el dictador sólo había ordenado que se prendiese fuego a unos pocos lugares cerca de ellos), cargaron como locos y al primer choque pusieron en confusión al enemigo. En ese mismo instante, el jefe de la caballería, viendo en la distancia el campamento humeante (la señal convenida) atacó al enemigo por la retaguardia. Así acorralados, los samnitas huyeron en todas direcciones, cada uno lo mejor que pudo. Un gran número, que en su miedo se había agrupado y estaban tan cerca unos de otros que no podían utilizar sus armas, fueron asesinados entre los dos ejércitos. El campamento del enemigo fue capturado y saqueado, y los soldados, cargados con el botín, se marcharon de vuelta a su propio campamento. Su victoria no les produjo tanto placer como el descubrimiento de que, con la excepción de una pequeña parte echada a perder por el fuego, su campamento estaba inesperadamente seguro

Regresaron luego a Sora y los nuevos cónsules, Marco Petelio y Cayo Sulpicio, se hicieron cargo del ejército del dictador Fabio, después que gran parte de los veteranos fuesen enviados a casa y que llegaran nuevas cohortes de refuerzo

¿Hernán Cortés leyó este párrafo de Livio?


de guiner
General
General
Mensajes: 27234
Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
Ubicación: Usuario excluído

Vae Victis

Mensaje por de guiner »

Guerreros samnitas:

Imagen

Imagen

Imagen


¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: Google Adsense [Bot] y 1 invitado