Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas

[Luis M. García]

Mira que os dije que no excitárais su sadismo...

El que avisa...

Saludos.

[huarlot]

Hola a todos

Varias cosas:

1- Gaspacher no he tenido necesidar de acordarme de nadie yo lo he dejado para primera hora de la mañana

2- Los del Fuerte Monroe, aunque estan muy cerca, al dar la voz de alarma van a encontar dificultades.

3- Lo del Fuerte Dupont, con el Sargento Butron y sus hombres no habra problemas.

[urquhart]

Hola a todos,

En Key West y en la Habana la ONI había creado una organización de información muy potente. Al parecer podían comunicar con los barcos de la escuadra en unas pocas horas... No tardarán en saber lo que está pasando en Norfolk y Philadelphia

posiblemente dispusieran de información fehaciente, pero dificilmente podrían comunicarse con la Escuadra, más que nada porque la radioconexión entre buques estadounidenses y la costa no se haría hasta entrado agosto de 1899.

Los primeros pasos de la ONI fueron encaminados a hacerse con proyectos británicos, franceses y rusos. A buen seguro sus agentes en Europa informarían del estado de la Flota Española, y de los intentos por hacerse con materiales en Italia y Gran Bretaña.

Es curioso, que el director de la ONI al inicio de las hostilidades, Richardson Clover, abandonara su puesto para tomar el mando de un cañonero.

Pero según este relato, el exito fue de un espía cubano al servicio de la ONI: http://books.google.es/books?id=8V3vZxO ... er&f=false

Saludos

[seper33]

Domingo Villaverde, era el operador del la oficina del telégrafo situado en el Palacio de Gobierno de La Habana. En el link que pones se dice que fue reclutado por Sigsbee, capitán del Maine, pero lo más probable es que lo fuera por Martin Hellings de la oficiana del cable en Key West y reclutado por la ONI. Sylvester Scovel, corresponsal del periódico yankee New York World en La Habana, estaba también en connivencia con Villaverde y pudo ser quien le captó.

Esta red tuvo unos resultados espectaculares me atrevería a decir que supieron de la llegada de Cervera antes que el propio gobierno español. Mahan informa también de la capacidad y de los plazos que consiguieron para contactar con los barcos en el mar.

Si te sorprende lo de Clover mira quien fue el Director de la ONI antes que él, y quien lo fue a partir de septiembre de 1900.

[Gaspacher]

¿Como resolverán el problema del carbón los de la escuadra de reserva, especialmente el Pelayo? Tendrán que repostar pronto, salvo quizá el Carlos V.

Estan a punto de tomar dos puertos y una base naval, digo yo que encontraran carbón...

En Key West y en la Habana la ONI había creado una organización de información muy potente. Al parecer podían comunicar con los barcos de la escuadra en unas pocas horas... No tardarán en saber lo que está pasando en Norfolk y Philadelphia.

Igual cuento con ello

Mira que os dije que no excitárais su sadismo...

El que avisa...

Saludos.

No aprenden

Hola a todos

Varias cosas:

1- Gaspacher no he tenido necesidar de acordarme de nadie yo lo he dejado para primera hora de la mañana

2- Los del Fuerte Monroe, aunque estan muy cerca, al dar la voz de alarma van a encontar dificultades.

Se trata de una fortaleza muy poderosa, es normal que tarden en tomarla

3- Lo del Fuerte Dupont, con el Sargento Butron y sus hombres no habra problemas.

Pero ¿sobrevivirá su alter ego??

Recuerdo que

si alguien quiere aparecer en la historia, puede relatar la huida hasta México de cierto sargento de infantería de marina y su pelotón...

[Gaspacher]

FORT MOTT, 20 de julio de 1898, 06:00

Mientras el comandante Márquez se preparaba para atacar Fuerte Dupont, el comandante Castaños hacia otro tanto en Fuerte Mott, en la orilla oriental. Debido a la mayor lejania de su objetivo, remonto el río navegando muy cerca de la costa para aproximarse todo cuanto pudiese. Tan solo cuando pasaron los pastizales de Supanwa, se acercarían a la orilla para desembarcar, pues a partir de ese punto los humedales ya habían sido dejados atrás.

En esos momentos, ya estaba amaneciendo, y la velocidad era vital. Sin perder ni un segundo, el comandante Castaños organizo sus fuerzas, enviando al tte Ramos a cortar el hilo telegráfico del fuerte. Mientras, el resto de las tropas calaron bayonetas y marcharon a paso ligero rumbo a su objetivo. Su objetivo era sin duda el más sencillo de los tres, un pequeño grupo de edificaciones diseminadas y una poderosa batería que miraba hacia el río, pero descubierta por retaguardia. Debían rodear el fuerte y atacarlo desde el noreste, entonces, podrían atacarlo sin problemas y anularlo.

Con todo, el retraso permitió que fuesen descubiertos cuando aún restaban varios cientos de metros para llegar al fuerte. Bloqueados en una arboleda situada al este de las baterías, el comandante Márquez organizo dos líneas de tiradores que, abrieron fuego sobre las posiciones norteamericanas. Mientras tanto, él, junto a 120 hombres continuaría flanqueando las posiciones enemigas para colocarse a su espalda.

En el fuerte, los sorprendidos soldados norteamericanos no daban crédito a sus ojos. Los españoles estaban allí, y atacaban por tierra, nada menos. Pese a ello, se armaron con rapidez mientras salían apresuradamente de sus barracones para hacer frente a la nueva amenaza.

En el barracón número 2, el cabo Kirk, contemplo como los disparos españoles acababan con los tres hombres que acababan de salir a la explanada antes que él. Se detuvo rápidamente y trato cortar el paso a los hombres que le seguían, estando en un tris de ser arrollado. Afortunadamente, tras unos momentos de incertidumbre sus hombres le obedecieron, la salida era imposible. Aun así podían seguir luchando. -¡Quiero tiradores en la ventanas! ¡Rapido! –Clamaba Kirk, maldiciéndose porque en los breves momentos que empleo para hacerse cargo de la situación, habían bastado para perder a otros dos buenos soldados en las puertas.

En el resto del fuerte la situación era similar, los españoles eran incapaces de tomar el fuerte, al menos de momento, pero de igual forma los artilleros no podían alcanzar sus piezas sin exponerse a recibir un disparo por la espalda. El combate siguió indeciso durante unos minutos, los suficientes para que desde el fuerte, divisasen varios buques en los que ondeaba la bandera española remontando el río.

Por parte de Fuerte Mott, el brazo oriental del río estaba expedito.

Mientras tanto, en Fort Dupont, ondeaba la bandera española, ,ientras cerca del río, varias bengalas de señales marcaban de humo rojo el fuerte, señal para que la escuadra, supiese que ya estaba en poder español.

allí, minutos antes, el Sgto. Butron, seguido de cerca por sus hombres, corrió hacia las edificaciones del fuerte revolver en mano. Pronto dispararía dos veces sobre un asombrado soldado que, salía medio desnudo a ver la causa del alboroto. Tras él, el soldado Jerónimo tiro del tiraflector de su carga de demolición, arrojándola por la ventana del barracón, y alejándose y tirándose al suelo de inmediato.

Solo 4 segundos después, el barracón saltaba por los aires ante la explosión de la poderosa carga de dinamita, proyectando trozos de madera y restos humanos hacia el cielo. Su tarea no había acabado, los 5 hombres siguieron corriendo por el campamento norteamericano, arrojando sucesivamente todas sus granadas a cuanto objetivo encontraron en su camino. Las pequeñas cargas de dinamita, causaron una multitud de explosiones que, desorientaron más si cabe a los norteamericanos, despertados abruptamente de su sueño.

Tras ellos, llegaban ya el resto de tropas atacando a la bayoneta y sometiendo rápidamente el fuerte.

Las bajas españolas en el ataque serían dos muertos y 5 heridos, entre ellos el sargento Butron, a quien uno de los centinelas norteamericanos situados en la batería, logro alcanzar en el hombro derecho cuando ya llegaba a los cañones.

Fuerte Dupont, también había sido anulado.

[huarlot]

SARGENTO BUTRON CERCANIAS DE FORT DUPONT, 05:58 del 20 de julio de 1898

El sargento Butrón, se estaba cagando en todos los santos, mientras se arrastraba en dirección al Fuerte Dupont, estaba pensando como co** se había metido en esta situación, y recordaba las palabras del comandante Márquez, “ Butrón tengo un trabajito que hay que realizar y creo que es el indicado para hacerse, tiene usted el honor de ser el primero con sus hombres de coronar el Fuerte Dupont” y yo para mis adentros pensaba y una leche tendré el honor que un maldito primo de los perros Ingleses me peque un tiro a bocajarro y me envié al otro barrio.

La misión como había dicho el comandante era muy sencilla, llegar hasta el fuerte sin ser vistos por los centinelas, una vez allí eliminarles sin hacer ruido y luego a esperar al que llegue el resto del regimiento Príncipe.

Y ahí estábamos Emilio, José, Jerónimo, y Antonio y un servidor, cargando con unas granadas, un invento de algún meapilas, que eran parecidos los obuses de metralla que lanzaba nuestra artillería, pero estos era mas pequeños y los lanzábamos nosotros, lo habíamos probado en el Ferrol, algunos no estallaban, otros antes de tiempo, nos decían cosas que pasan de los inventos nuevos, espero que por mis muertos las que llevamos funcionen bien porque si no estamos jodidos.

En fin el cabreo fue en aumento, cuanto todo se fue al carajo y alguien desde la espesura se le ocurrió disparar al centinela, en ese momento los cinco hombres se levantaron y corriendo a sus objetivos, mientras el sargento Butrón pensaba para sus adentros que su misión se estaba complicando por momento, ahora ellos 5 tendrían que hacer frente a todo maldito yanqui que les saliera a su paso, con o sin granadas, máuser o pistola y por dios como testigo el no iba a morir ese maldito día.

Continúara........

Un permiso de gaspacher

[Gaspacher]

FORT DELAWARE, 06:05 del 20 de julio de 1898

El soldado James estaba intranquilo. Como muchos jóvenes, soñaba con ser un héroe y veía una amenaza en cada ruido, y un español acechante en cada sombra de la noche. Agraciado con la última guardia de la noche por sus superiores, mantenía la vigilia, soñando despierto con ataque españoles que, le permitiesen dar muestras de su valor.

Faltaba poco para el amanecer cuando un quedo murmullo llamo su atención en el río. Ahora, todo su cuerpo parecía querer gritarle ¡Alerta! durante unos minutos trato de reprimir esos impulsos, pero tenía el vello de la nuca erizado, y un nudo en el estómago. Ahí fuera había algo, estaba seguro. Con manos temblorosas, cogió su fusil Krag Jorgensen y alimento la recamara, mientras trataba de identificar el origen de los ruidos que, escuchaba cada vez más cercanos. (1)

Seria precisamente gracias a esto que logro divisar un grupo de lanchas que, se dirigían a la pequeña isla. Precisamente ahora le asaltaron las dudas ¿No serían contrabandistas o pescadores locales? ¿Qué pasaría si daba la alerta y no eran enemigos? Con todo, no tardo más que unos segundos en preparar su fusil y dar la voz de alarma.

Sus dudas se disiparon de golpe, advertidos los desconocidos de haber sido descubiertos, abrieron fuego sobre el fuerte mientras trataban de imprimir más velocidad a sus lanchones, llegando a tierra poco después.

Desafortunadamente para ellos, lo hicieron al suroeste del fuerte, en una zona de humedales, en las que los hombres se atascaron entre los cañizos y el barro, dando tiempo a los defensores a acudir a sus puestos. Los españoles estaban frente al fuerte Delaware, pero pronto se verían obligados a arrojarse a tierra ante el fuego de los cada vez más numerosos defensores. Por ello, fuerte Delaware continuaba activo cuando apareció la escuadra española.

Faltaban unos minutos para el amanecer, cuando unas millas al sur el Carlos V reanudo la marcha, seguido por los cruceros auxiliares, el yate armado Urania y el destructor contratorpedero Proserpina. Minutos después del amanecer el Carlos V viraba a babor para seguir el suave trazado del río, enfilando así los fuertes que, conformaban las defensas norteamericanas en la zona.

Desde los buques se escuchaba un tiroteo era muy intenso en los fuertes Delaware y Mott, pero ya inexistente en el fuerte Dupont, en el que una densa nube roja señalaba había sido conquistado por la infantería. Para un comandante menos osado que el capitán de navío D José Jiménez, eso hubiese significado detener el ataque o tratar de atravesar la zona entre el conquistado Fort Dupont y Fort Delaware, para así disminuir los daños. Pero él, deseaba poder hacer uso de toda la artillería del buque, por lo que decidió ascender por el brazo del río situado la derecha de Pea Pacht.

En Fort Delaware, el mando había recaído en el Tte Giggins, cuando una ráfaga disparada por una ametralladora Nordenfelt de 11mm situada en uno de los lanchones españoles, había acabado con la vida del comandante y su plana mayor cuando trataban de inspeccionar el frente en los primeros compases del ataque. No por ello se amilano ante tamaña responsabilidad, ordenando a sus hombres responder al ataque con todo el armamento disponible. Poco después la situación empeoraría con la aparición de los buques españoles que, le obligaron a detraer hombres de la defensa para servir a los cañones Rodman del fuerte.

Minutos después, el fuerte disparaba sus primeros cañonazos sobre el buque que encabezaba el ataque, si bien con poca precisión, sin duda producto de los anticuados cañones de ánima lisa. Por el contrario, el buque español, identificado como el Carlos V, inicio un feroz fuego con sus cañones de tiro rápido contra los fuertes Delaware y Mott. Precisamente en este fuerte se escuchaba un intenso tiroteo, producto sin duda de un ataque terrestre similar al que ellos mismos sufrían. Por el contrario, en fuerte Dupont, tan solo se habían escuchado unas explosiones y unas descargas de fusilería, antes de hacerse el silencio. Minutos después, sus temores se verían confirmados por la aparición de una bandera española sobre dicho Fuerte.

En la vecina Delaware los vecinos corrían asustados ante los combates que, se sucedían cerca de su pequeña ciudad. El Sheriff y el alcalde de la ciudad, trataron de hacerse cargo de la situación, pero el pánico se extendía rápidamente, los ciudadanos corrían en todas direcciones mientras ensillaban o enganchaban sus caballos a las carretas para huir. Frente a ellos, en el río, un poderoso buque español disparaba a gran velocidad sobre Fort Delaware, del que partían, si bien a un ritmo mucho menor, unos esporádicos disparos.

La situación sin duda era extremadamente mala, pensó el Sheriff cuando trato de telegrafiar al gobernador para ponerle en alerta. Sin embargo el telégrafo había enmudecido, sin duda cortado por los atacantes. No tendría más remedio que enviar a sus ayudantes a las localidades vecinas para tratar de dar la alarma desde allí.

A bordo del crucero Carlos V recibieron el primer impacto cuando aún estaban a 4.000 metros del fuerte, se trataba de la granada de un cañón de ánima lisa que, reboto inofensivamente en su coraza causando una abolladura. Eso era malo, pensó el capitán Jiménez, aunque la fina coraza del crucero había resistido, habían logrado impactarles pese a la gran distancia, y él seguía sin poder responder a los cañones enemigos sin arriesgarse a bombardear a la columna de desembarco. Tan solo dos minutos después, cuando las fuerzas de tierra marcaron sus posiciones con humo verde, dio orden de responder al fuego. Para entonces ya había sido alcanzado otras dos veces, y aunque los daños fueron menores, habían sufrido las primeras tres bajas.

A partir de ese momento el duelo del Fuerte Delaware con los buques españoles estaba resultando tremendamente desigual, los modernos cañones de tiro rápido de la escuadra española pulverizaban los muros de mampostería del fuerte, mientras los viejos cañones Rodman de este, apenas podían hacer un disparo cada dos o tres minutos. Para empeorar las cosas, el ataque de la infantería española había obligado a destinar a numerosos hombres a la defensa, lo que redundaba en un menor número de cañones disponibles. Todo parecía indicar que el fin del fuerte estaba próximo, pero el Tte. Giggins no estaba dispuesto a ceder al desánimo. Al menos ganaría tiempo y trataría de dañar al enemigo.

En Fort Mott, el ataque español, en el que los soldados emplearon las granadas para sacar a los defensores de los barracones, por fin había obligado a los defensores norteamericanos a capitular. Inmediatamente, los soldados empezarían a agrupar a los prisioneros, y ofrecer los primeros auxilios a los heridos. Mientras, otros soldados corrieron a los cañones para ponerlos en funcionamiento.

Para Giggins, el duelo con el Carlos V y los 4 cruceros auxiliares fue terriblemente adverso, los 13 cañones medios y los dos grandes Hontoria de 28cm, arrancaron varias piezas de sus bastiones en pocos minutos. Además, poco después los cañones de Fort Moot se sumaban al combate, pero ya en manos españolas, lo harían disparando sobre Fort Delaware.

El Carlos V (2), por su parte, siguió río arriba seguido de dos cruceros auxiliares, mientras, el Monstserrat, el Urania, y el Proserpina, permanecieron en la zona bombardeando el fuerte norteamericano. Solo cuando los soldados españoles lograron alcanzar el interior de la fortaleza, y empezaron a emplear profusamente cargas de dinamita para limpiar la fortaleza, el Tte Giggins, herido en el brazo y en el pecho (3), accedería a parlamentar. Toda resistencia era ya inútil.

Eran las 10 de la mañana y la lucha por Fort Delaware había durado casi 4 horas.

1. Se trataba de los motores a vapor de las lanchas
2. Durante el combate sería alcanzado 9 veces en total, sufriendo 14 bajas, entre ellas 3 muertos, aunque sin sufrir daños de consideración.
3. El Tte Giggins sobreviviría al combate aunque perdería el brazo. Años después se convertiría en senador de los EEUU

[Gaspacher]

Uno de los cañones de Fort Delaware, muy anticuados en 1898

[ASTUR]

Esto de ver a los "tocineros" llevar una tunda la verdad que algo de gusto si que da, que ganas de escuchar las baterias principales del Pelayo y del Cristobal colón.

Un saludo

[huarlot]

SARGENTO BUTRON FORT DUPONT AHORA FUERTE JERONIMO, 06:00 del 20 de julio de 1898

Dos minutos de haber sonado el disparo yo y mi buen amigo Jerónimo corríamos como cosacos a la primera casamata, antes de partir nos habíamos repartido el trabajo el se encargaba de demolición y yo de que nadie se interpusiera en su camino, y así a había sido desde que se conocieron haciendo la instrucción en el Ferrol. Otra cosa que había cogido antes de salir y para mi era una tontería fue una bandera, decía ya que vamos a ser los primeros en tomar el fuerte, seremos los primeros en levantar la bandera para que esos yanquis de los alrededores vieran el poderío español.

Al llegar a la puerta de la casamata ,Jerónimo ya tenia la carga preparada cuando de repente se abre la puerta y a parece un joven soldado con cara de haber estado disfrutando un agradable sueño, por un instante nos mira y antes de que su celebro procese la información de lo que estaba pasando le endiño 2 disparos que le dejan seco en el sitio, los disparos hacen que los demás dentro de la casamata se pongan en alerta y antes de que puedan reaccionar la carga vuela dentro, Jerónimo y un servido salimos cagando leches antes de que todo salga por los aires.

Otra explosión nos viene del lado derecho Emilio y José se habían encargado de la barraca del al lado, pero habíamos perdido de vista a Antonio, las explosiones habían despertado al fuerte y los yanquis empezaban a salir de las casamatas restantes y aun no habían aparecido nuestros compañeros, como veteranos que éramos sabíamos lo que pasaría si les dejábamos reorganizarse, solo basto una mirada entre los 4 para lanzarnos a tomar nosotros el fuerte, maldiciendo para mis adentros y cagándome en el Comandante Marques, nos lanzamos hacia delante, disparando y lanzado granadas adiestro y siniestro.

Dentro del fuerte Jerónimo y yo vemos que un oficial y tres soldados intenta montar una pieza de artillería, ahí nos dirigimos cada uno con una granada en la mano, justo en el momento de lanzar mi granada siento un impacto en el hombro que me tumba hacia delante y hace que mi granada tome una parábola y estalle lejos del objetivo, al poco rato la granada de Jerónimo deja fuera de combate a los tres soldados yanquis, pero no al oficial que le endiña 3 disparos a Jerónimo que cae inerte al lado mío.

En ese momento todos los buenos momentos a habíamos pasado junto desde el día que nos conocimos me vienen a la mente y con una furia inusitada y sacando fuerzas que no sabia me levanto y me lanzo como un poseso contra el oficial al verme a punta su arma y cuando pienso que todo se acabo que dios no esta por la labor de salvarme, se oye un disparo y el arma del oficial sale por los aires y cae al suelo.

Antonio había visto toda la escena, desde el momento en que nos lanzamos contra los yaquis, había visto como un centinela me apuntaba con su arma, solo le dio tiempo a realizar un disparo ya que antes de realizar el segundo Antonio le había eliminado, cuando quiso volverse para ver nuestra situación ya era demasiado tarde para Jerónimo , pero lo que no sabia es que al oficial le quedaban segundos de vida ya que el Máuser de Antonio ya apuntaba a la cabeza del oficial y en un tris la cabeza del oficial reventó, el resto es historia el regimiento Princesa entro en el fuerte con el Comandante Marques al frente y al minuto siguiente el fuerte ya era nuestro.

El Comandante se acerca y me dice que estoy hecho un desastre, el hombro me duele con horrores y no estoy para cachondeo mi amigo Emilio y Jerónimo habían muerto, me acerco a el y recojo la bandera que lleva en el macuto esa que quería izar a toda costa, me acerco al mástil y empiezo a subir la bandera con los primeros rayos de luz en el nuevo Fuerte Jerónimo.

Con permiso de Gaspacher

[Gaspacher]

FORT MONROE, 20 de julio de 1898

Los disparos despertaron abruptamente al Tte. de artillería J.W. Ruckman. En el exterior, sonaba un fuerte tiroteo que, le hizo correr hasta la ventana. Desde allí vería como la guardia corría a los muros, en los que ya había varios cuerpos de centinelas caídos, mientras otros tantos seguían haciendo fuego.

Sin duda, los españoles estaban atacando por sorpresa, se dijo a si mismo mientras se ponía los pantalones y las botas, saliendo al campo tras coger el correaje y sus armas. Tal era su premura, que ni tan siquiera se puso la casaca, tan solo su sombrero delataba su verdadero rango. No tardo en llegare a los muros en compañía de numerosos soldados que, como él, habían acudido a la batalla con lo puesto.

Frente a los muros, cientos de soldados españoles se habían lanzado a tierra, cortado el ímpetu de su carga por los disparos de los defensores, sin embargo todos ellos estaban armados por los magníficos fusiles máuser españoles, y parecían tener munición en abundancia, pues disparaban con saña. De todos ellos, tal vez los más peligrosos fuesen la veintena de hombres que, habían tomado la moderna batería situada a 200 metros del fuerte, desde la cual disparaban sobre los artilleros de las piezas pesadas, protegidos por el hormigón armado.

Por unos momentos a nadie pareció preocupar de donde habían salido esos españoles, incluyendo los que, desde un pequeño esquife, disparaban con una ametralladora contra el fuerte acabando con los apuntadores de los cañones de 8 y 10 pulgadas. Inmediatamente corrió al muro oriental, desde donde pudo contemplar como dos poderosos buques se aproximaban velozmente a la entrada del río James, seguidos de numerosas unidades de transporte y algunos buques menores. El primero de los buques de guerra parecía dirigirse a Fort Wool, pero el segundo venía directo hacia Fort Monroe, debían aprestarse a la defensa.

Con el poderoso buque español acercándose directamente al parapeto número 4 desde el sureste, la situación era extremadamente precaria. Debían poner el funcionamiento cuantas baterías hubiese disponibles, y desgraciadamente tenían muy pocas y aun peor, eran anticuadas. Sin tiempo para compadecerse, tan solo dedico un segundo a mirar los 4 modernos cañones M-1888 de 8 pulgadas y 4 más de 4.7 pulgadas que, esperaban a ser montados en la batería del parapeto. De nada servirían y era inútil pensar en ellos, debía concentrarse en las armas disponibles, los viejos cañones Rodman y Parrot situados en las baterías del fuerte, pero primero necesitaba hombres para servir las piezas y llevar la pólvora de los polvorines a estas.

Cinco minutos más tarde, estaba supervisando como 8 hombres preparaban un pesado Rodman de 8 pulgadas, siguiendo la vieja secuencia de; verter pólvora en su interior, atacarla para prensarla, cargar la pesada bala esférica que, dicho fuese de paso, poco podía hacer frente a un buque moderno, y cebándola para a continuación hacer fuego. Por supuesto, el cañón, carecía de un moderno freno semi-elástico de los que tanto se hablaba en los últimos tiempos, por lo que la pieza retrocedió violentamente en cuanto sonó el primer disparo.

A bordo del Cristóbal Colón, el capitán de navío Emilio Díaz Moreu observo como el viejo fuerte hacia sus primeros disparos que, cayeron lejos y dispersos, sin duda producto de la escasa precisión de las viejas piezas de anima lisa, y de la distancia, superior a las 3 millas en esos momentos. Al menos los modernos cañones de los que se hablaba, no habían sido disparados, pensó mientras solicitaba permiso al almirante Cámara para devolver el fuego.

A bordo del Cristóbal Colón, los servidores de las piezas se prepararon para el combate, alimentando las piezas y apuntando al fuerte, mientras esperaban a la orden, solo cuando el buque estuviese en posición de disparo, el Cap. Díaz Moreu ordenaría devolver el fuego. Para ello, el crucero acorazado continuo aproximándose a Fort Monroe hasta una distancia de unas dos millas, momento en el que viraría al oeste para navegar entre Fort Wool y Fort Monroe, aunque muy cercano al primero de ellos, en el que ya se habían desatado los primeros combates con las fuerzas invasoras.

Ahora, a una distancia de unos 2.000 metros, por fin el crucero acorazado respondió al fuego, disparando con sus cañones de tiro rápido contra el fuerte. Pronto, las explosiones de los proyectiles de 15cm se sucedieron en el viejo fuerte, acompañadas de las granadas de los más poderosos cañones de 254mm(1). Para entonces, el Colón ya había sido alcanzado 3 veces por los cañones norteamericanos, aunque las bolas esféricas fueron repelidas sin mayores complicaciones que, sendos abollones, por la blindada cubierta del crucero.

Sin embargo el Colón no debía entretenerse con el fuerte, debía continuar hacia Newport News, mientras el Pelayo seguía hacia la base naval de Norfolk. Fort Monroe, era cosa de la infantería, aunque durante unos minutos aun seria objeto de los disparos de los cruceros auxilaires conforme estos desfilaban frente a la fortaleza. (2)

1. Debido a los defectos de estas piezas, solo eran utilizadas a ¾ de carga.
2. En total recibiría;
   1. 6 disparos de 254mm
   2. 67 de 152
   3. 31 de 150mm
   4. 56 de 140mm
   5. 109 de 120mm

[Gaspacher]

que le endiña 3 disparos a Jerónimo que cae inerte al lado mío.

Vade Retro!!! Te has cargado al pobre Jeronimo?? Si era el que mejor me caía de los 5

Naaa, recompensaremos con la laureada al pobre

PD Bonita forma de protegerle

[Gaspacher]

FORT WOOL, 20 de julio de 1898, 06:30

Minutos antes de amanecer, la escuadra del almirante Cámara se puso de nuevo en marcha para tratar de acortar distancias con el enemigo durante esos últimos momentos, separándose inmediatamente el Pelayo que, se lanzaría en una rápida carrera hacia Fort Wool, para así apoyar a las fuerzas de asalto. A pesar de ello, aún estaban a casi 4 millas de la entrada del río James cuando sonaron los primeros disparos procedentes de Fort Wool, respondiendo inmediatamente el Pelayo con su artillería de caza, cubriendo así a las fuerzas del capitán Castaños. (1)

Afortunadamente, a diferencia del Cristóbal Colón, o del Carlos V y su escuadra, el pequeño fuerte al que se enfrentaba el Pelayo, era más bien una batería, ciertamente muy poderosa por delante, pero completamente desprotegida por retaguardia.

No tardaron los disparos del Pelayo en barrer sus defensas, dando tiempo a la llegada de las fuerzas del capitán Castaños. Estas, una vez desembarcadas, utilizaron granadas para barrer los parapetos, para facilitar el asalto. Solo 25 minutos después del amanecer, Fort Wool caía en manos españolas. Con la guarnición en poder español, los ingenieros que acompañaban a la fuerza procedieron a colocar las cargas de demolición en el fuerte.

A las 08:10, Fuerte Wool, saltaba por los aires mientras sus invasores, a bordo de los botes, se dirigían a Fuerte Monroe, donde los combates continuaban con fuerza.

1. Hermano del comandante que, en esos precisos instantes dirigía una de las columnas en Delaware.

[huarlot]

Vade Retro!!! Te has cargado al pobre Jeronimo?? Si era el que mejor me caía de los 5

Y no se olvide tambien de Emilio que anda tirado en un zanja

En fin ni tal mal de los cinco que empezaron el asalto 2 muertos y un herido, contra todo un fuerte.

PD Bonita forma de protegerle

Si alguiren no me hubiera disparado en el hombro Jeronimo estaria vivito y coleante