BLANCO Y NEGROEDICION ESPECIAL ILUSTRADA CON LAS ÚLTIMAS NOTICIAS Y TELEGRAMAS DE LA MADRUGADAMARTES, 16 DE AGOSTO DE 1898
Torcuato Luca de Tena y Álvarez Ossorio ,San Sebastián. En el día de ayer, festividad de la Asunción de Nuestra Señora, y con presencia de Su Majestad la Reina Regente Doña María Cristina, Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII, el Presidente y demás miembros del Consejo de Ministros, el Presidente del Congreso de los Diputados, el Presidente del Senado, el Arzobispo Primado de Toledo, el Arzobispo General Castrense, el Almirante Jefe de la Armada, el General Jefe del Ejército, y demás autoridades civiles, militares y eclesiásticas; así como a los miembros del Cuerpo Diplomático en Madrid; hacían su entrada en la Bahía de San Sebastián los navíos de guerra y mercantes armados encuadrados en la Escuadra de Reserva, al mando del Almirante Don Manuel Cámara y Livemoore, tras una exitosa campaña en las costas estaounidenses.
Junto a los marinos y marineros a las ordenes del Almirante, llegaron en diversos transportes de tropas, los soldados de los Regimientos que han participado en los combates terrestres de Filadelfia, Newport News y otras poblaciones de la Costa Atlántica estadounidense.
Sus Majestades revistan las tropasTras pasar Revista a una representación de las fuerzas de la Armada y del Ejército, así como de la Marina Mercante, que tomaron parte en los combates, Su Majestad Alfonso XIII, acompañado de miembros del Ministerio de Marina, mantuvo una audiencia con el Almirante Cámara, y los comandantes de los navíos de la Escuadra de Instruccción, en la camareta del propio Almirante, a bordo del Acorazado Pelayo.
Oficiales de la Armada, esperando a Su Majestad en la Cámara del AlmiranteEl Buque Acorazado Pelayo, engalanado para la ocasión. Observese su pintura de guerra, toda gris, en lugar de la habitual blanca y negra.Una intensa y emotiva mañana, a la que se sumó el pueblo de San Sebastián y de poblaciones vecinas, siendo miles de ciudadanos los que acudieron al Paseo y muelles de la ciudad para saludar a nuestros bravos guerreros, que gracias a la protección de la Virgen del Carmen y de Santiago Apostol, han llevado hasta la costa enemiga los sinsabores de una guerra buscada por el Presidente Mc Kinley.
Aspecto del Ayuntamiento de San Sebastián, grandes gentíos dirijiendose al Paseo para recibir a la Escuadra.
A mediodía, Sus Majestades ofrecieron un almuerzo en el Ayuntamiento de la Ciudad a las autoridades presentes en el recibimiento a la Escuadra de Instrucción, así como al Cuerpo Diplomático presente en San Sebastián, con motivo del descanso estival de la Real Familia.
Tras los postres, Su Majestad la Reina Regente Doña MAría Cristina, brindó en honor del Almirante Cámara, de la Escuadra de Instrucción, y de todos los hombres, marinos, soldados y marineros; que tan alto servicio han prestado a la Nación. El Almirante Cámara, devolvió a Su Majestad el Brindis, teniendo un recuerdo muy especial para los caídos durante las operaciones, especialmente de aquellos que con su arrojo y valor, y con desprecio de su propia vida, lograron el éxito de la misión encomendada.
Tras el brindis del Almirante Cámara, y por indicación de Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII, y en recuerdo de los caidos, la Banda de Música de la Guardia Real interpretó los acordes de la Oración por los Caídos, y la Salve Marinera. De nuevo el Almirante Cámara, emocionado por el gesto de Su MAjestad, tomó la palabra, y tras agradecer la Real deferencia para con los caídos, como cual Mercurio y Marte en su sola persona anunció que hacia las 6 de la tarde, invitaba a todos los presentes a acudir al Paseo, pasa ser testigos ante la Nación y ante el Conjunto de las Naciones Civilizadas allí representadas, de la nueva fortaleza de la Invicta Armada de España.
En días anteriores, se especuló ampliamente sobre el resultado de la misión de la Escuadra de Reserva, aumentando los rumores a medida que ni la prensa ni los agregados navales y militares en Washington, capital de la villanía y el oprobio, obtuvieron permiso para acercarse a las ciudades de Filadelfia, Newport News y otras; a la vez que el tráfico marítimo en la Bahía de Cheseapeke había sido prohibido.
Tal como el Almirante Cámara había señalada, Sus Majestades, el Gobierno y demás autoridades militares, civiles y eclesiásticas; así como el Cuerpo Diplomático y a los periodistas nacionales y enviados especiales de las más diversas procedencias presentes, acudían al Paseo, donde ante la sorpresa general, hicieron su aparición 3 naves desconocidas. Diversos oficiales de la Escuadra de Instrucción, en los más variados idiomas; y, a la señal de su Comandante en Jefe, explicaron que las naves que se veían entar en la Bahía eran los anteriormente conocidos como USS Alabama, USS Kentucky y USS Keasarge.
Ante aquella visión, las autoridades, todas, así como el pueblo congregado, produjo un estallido de júbilo y de adhesión a las regias personas. Su Majestad el Rey, se dirigió directamente al Almirante Cámara, felicitándole efusivamente, fundiendose en un abrazo. Tras intercambiar unas palabras con las autoridades militares y con el Presidente del Gabinete, Su Majestad llamó de immediato al Arzobispo General Castrense, para que en esa misma tarde se bautizaran las naves con nombres cristianos y españoles.
Damas de la Alta Sociedad se agolpan en la Playa para recibir las naves capturadas al enemigoMientras se producían los preparativos para la immediata ceremonia religiosa, diversos miembros del Cuerpo Diplomático, y periodistas y enviados especiales, entre los que me incluyo, nos dirigimos a la Estación de Telégrafos para immediatamente transmitir lo ocurrido en este Glorioso Día. Algunos agregados navales, especialmente el británico y el francés, ante la imposibilidad de transmitir a sus respectivos Gobiernos la noticia, corrieron de immediato a villas cercanas para hacerlo desde sus oficinas telegráficas. Se cuenta que incluso el agregado naval francés, haciendo uso de la calesa del Señor Embajador de Francia; cruzó la frontera para transmitir sus impresiones con mayor libertad, pues se extendió el rumor que con anterioridad, los telegrafistas habituales habían sido sustituidos por operadores militares.
A pesar de la hora, y de la costumbre Regia de acudir a Lasarte a las carreras de caballos en sesión vespertina, se pasó, immediatamente fueron atracados los buques, a su bautismo. Así el USS Keasarge fue rebautiazdo como
Don César de Echagüe, en recuerdo del defensor de los derechos de los ciudadanos de origen español de California tras su incorporación a lso Estados Unidos; el USS Alabama como
Virgen de la Asunción, en recuerdo de tan Glorioso Día; y el USS Kentucky como
Fernando Villaamil, en recuerdo del sacrificio de este insigne marino y de sus hombres en Santiago de Cuba, con cuya acción lograrón que la Escuadra de Instrucción se hiciera a la mar, rompiendo el bloqueo estadounidense.
Bautismo del Virgen de la Asunción, e izado de la bandera nacionalAcabada la ceremonia, el Almirante Cámara, indicó a los presentes, la immediata partida de los buques hacia la ria del Nervión, donde serían completados. Estos pormenores, fueron tratados, según nuestras averiguaciones, por el Almirante Cámara con el Ministro de Marina y el Jefe de la Armada, en el transcurso del Almuerzo ofrecido por Sus Majestades. Desde hacía algunos días, se había apreciado en la Ciudad de Bilbao la presencia desacostumbrada de fuerzas de Infantería de Marina, así como la llegada de varias embarcaciones que quedaron bajo protección de la Guardia Civil y unidades militares, impidiendose el paso de curiosos.
No habían acabado las emociones del día, pues antes de embarcar de nuevo el Almirante Cámara en el Acorazado Pelayo, Su Majestad, se desprendió de la guerrera de su uniforme, entorchada con los galones de Capitán General de la Armada, disponiendo que desde ese momento Don Manuel Cámara y Livemoore ascendía de forma immediata al grado hasta el momento reservado a Su Majestad. El Presidente del Consejo, de acuerdo con el Ministro de Marina, cursan las oportunas disposiciones para que los deseos de Su Majestad sean publicados como Real Orden firmada por Su MAjestad la Reina Regente en el primer número de La Gaceta de Madrid que sea impreso.
Sus Majestades se despiden del Almirante Cámara, su Estado MAyor y demás comandantes de las naves de la Escuadra de Instrucción