Relato: 2008. La Llamarada del Fénix

Las guerras y conflictos en la región latinoamericana, desde la Conquista hasta las Malvinas y el Cénepa. Personajes y sucesos históricos militares.
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Yehuda Steimbrener
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Mensaje por Yehuda Steimbrener »

Hombre ya basta de esa postura infantil de yo se mas que tú o de rivalidad. Todos sabemos que los Nimrod no son medios realmente efectivos contra medios navales sobre todo si son de gran porte por su poca carga explosiva y de igual manera se sabe que los Santa Barbara del EJC son versión APU que no posee el sistema de seguimiento de blanco como para ser utilizados como artilleria de defensa de costa, pero el punto no es ese en el ejercicio que se esta haciendo utilicemos los medios y sistemas de armas para lo que fueron diseñados y discutamoslo en el mejor clima y ambiente.
Saludos


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Andrés Eduardo González
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Mensaje por Andrés Eduardo González »

:cool: :cool: Yo sólo espero que nuestro amigo Flanker continúe con su historia. Ya lo demás no me importa, no será la primera vez que me tiran tomates, llevo 5 años en éste foro y me han tirado de todo, y sigo aquí contra viento y marea...

Lo que hace el Topo conmigo son "cariñitos" comparado a todo lo que me dijeron e insultaron en el periodo precisamente de la historia de Flanker...

Estuve 2 años en el Ejército de Colombia y no tras un escritorio, así que algo de idea debo tener, pero bueno, no soy sabio, soy un colombiano bruto, como suele decir el Topo a veces...


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KL Albrecht Achilles
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Mensaje por KL Albrecht Achilles »

Yo sólo espero que nuestro amigo Flanker continúe con su historia. Ya lo demás no me importa, no será la primera vez que me tiran tomates, llevo 5 años en éste foro y me han tirado de todo, y sigo aquí contra viento y marea...


Nadie te esta tirando tomates, si los argumentos del eltopo no son ciertos pues refutalos con data dura en vez de quejarte como si fueses victima de algun complot, asi de facil.
¿Que los Nimrod pueden atacar blancos navales?, claro que si, pero tiene sus limitaciones.
¿Que los SB pueden servir como baterias de costa?, claro que si, teniendo la configuracion apropiada para ello.
No veo porque hay que hacer un drama de ello.

Saludos cordiales :cool2:


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Andrés Eduardo González
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Mensaje por Andrés Eduardo González »

:cool: :cool: Alberto, yo no lo hago. Sé que todo sistema de armas tiene limitantes, pero no quiere decir que no sirvan o no puedan. Y más en el caso de Colombia. Por eso, voy a dejar así, no me voy a desgastar en debates que ya veo para donde van: venezolano sabio, colombiano bruto.


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eltopo
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Mensaje por eltopo »

como dice el refran (aunque en este momento no lo recuerdo bien) tantas vueltas para hecharte igualito :green: :green: :green: :green:


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Andrés Eduardo González
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Mensaje por Andrés Eduardo González »

:cool: :cool: Sí, gran sabio del Tibet, por allá en tu Shambala...


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flanker33
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Mensaje por flanker33 »

Hola a todos,

acabo de subir tres láminas más en las páginas 3, 4 y 5 del hilo. Espero que os gusten. En los próximos días algunas láminas y mapas más, y espero que mañana o pasado pueda poner el próximo fragmento, a la espera de comprobar un par de cosas.

Saludos.


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flanker33
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Mensaje por flanker33 »

Hola a todos.
Ya traigo por fin el último fragmento del relato :tomate: . Otro combate naval en aguas caribeñas, espero que les guste. Además he subido una nueva lámina en la página 3 del hilo.
Espero que el próximo fragmento no tarde tanto en escribirlo... :type:


Saludos.


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flanker33
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Mensaje por flanker33 »

6 de marzo. Mar Caribe. A unas 40 millas al norte de Los Monjes.

-Estamos en posición – dijo el copiloto tras verificar la ubicación del helicóptero en su sistema de navegación.
-Bien, pasamos a estacionario – respondió el piloto levantando un pulgar. Tras dejar parado el helicóptero en el aire y perder algo de altura, lanzó un escueto mensaje al operador de sistemas por el intercomunicador - 100 pies.
-Recibido. Bajando el sonar.

El AB-212 se mantenía estacionario en el aire mientras calaba buena parte de los 135 metros de cable del sonar activo/pasivo AN/AQS-13B en las profundidades del Mar Caribe. Momentos después comenzaba a emitir “pings” bajo la capa térmica *.

* También llamada termoclina, que es el repentino cambio de temperatura a una profundidad dada, y que sirve en las operaciones ASW para ocultarse, ya que las condiciones de propagación del sonido varían al llegar a la capa.


...bajo el Mar Caribe.

-Ahí está otra vez – informó el operador de sonar del “ARC Pijao”.
-¿Que ocurre? - preguntó el primer oficial Alvaro Madrid, volviéndose hacia él.
-El sonar activo que escuchamos antes, el AN/AQS-13 de nuevo. “Hotel 1-2” parece que se ha desplazado al norte de nuestra posición, en vez de al noroeste como la última vez, pero ahora suena más cerca, y decididamente está bajo la capa.
-¿Es peligroso?
-...diría que todavía no, pero si la próxima vez sigue acercándose, tendremos problemas.

El comandante del buque, el Capitán de Fragata José Fernando Dueñas tenía buen oído, y en lo reducido de la estancia del CIC del submarino no había muchas conversaciones que se le escaparan aunque estuviese absorto en problemas de navegación. Inmediatamente se acercó a donde hablaban los dos hombres.

-¿He escuchado la palabra problemas?
-Eso parece comandante, ahora le iba a informar. “Hotel 1-2” vuelve a probar fortuna al norte de nuestra posición - dijo indicando la pantalla del sonar.
-¿Tiene una estimación de distancia? - quiso saber Dueñas.
-Es difícil...diría que de 5.000 a 8.000 yardas, pero puedo estar equivocado – respondió el sonarista.

El Capitán asintió, era conocedor de la dificultad de ni siquiera estimar la distancia con aquel equipo, e incluso la marcación del contacto era aproximada. “No me gusta. Demasiado cerca” pensó. El “Pijao” también se hallaba bajo la capa térmica, que se encontraba a unos 230 pies de profundidad, y que les ayudaba a ocultarse de los sonares de superficie, pero aquel sonar calable la había traspasado y ahora estaba en el mismo lado de la capa que el submarino, por lo que su cobertura no le valía de nada.

-De acuerdo. Alvaro, vamos a alejarnos un poco. Caemos a nuevo rumbo 0-7-0. Velocidad 6 nudos. Mantengamos la profundidad.
-A la orden – y se giró para dirigirse al suboficial que gobernaba la nave y transmitirle las ordenes del comandante. - Nuevo rumbo 0-7-0. Velocidad 6 nudos. Mantener profundidad en 3-9-0 pies.

El Capitán Dueñas estaba algo preocupado. Desde que la noche anterior perdiesen el contacto con “Sierra 1”,que habían identificado como una de las fragatas venezolanas de la clase “Mariscal Sucre”, y que había navegado hacia el noroeste, no habían vuelto a saber de él. Aprovechando su ausencia, el “Pijao” se había adelantado algo más hacia el oeste, buscando una buena posición para que si “Sierra 1” regresaba a su zona de patrulla, tuviera una “cálida bienvenida”.
Aprovechando la oscuridad de la noche, y la ausencia de ningún radar en la superficie, sonar activo o buque en las proximidades, el submarino había “pinchado” la superficie con sus antenas, aunque no se atrevió a recargar las baterías con el snorkel para no hacer demasiado ruido mientras navegaba con los motores diésel. Entonces se reportó al Comando Naval del Caribe, y a su vez, recibió las noticias del ataque a la “Almirante Padilla”. Ahora Dueñas sabía por que “Sierra 1” había abandonado su zona de patrulla. Estaba claro que se había unido a la cacería de la fragata colombiana. Con las noticias llegaron nuevas y explicitas ordenes. Debía buscar, atacar y hundir a una de las fragatas venezolanas que navegaban en la zona, y para facilitar su tarea y maximizar las posibilidades de éxito, le suministraron las últimas coordenadas conocidas de dos de las tres fragatas, las que estaban más cerca de su posición, así como su rumbo y velocidad.
El Capitán rápidamente se decidió por la que debía ser “Sierra 1”, que estaba claro por los datos que le habían suministrado, que regresaba a su área de patrulla, y así podría anticiparse y colocarse en buena posición sin apenas tenerse que mover, lo cual era una ventaja, tanto en discreción como en consumo de las baterías, lo cual hubiera ocurrido si hubiera perseguido a la fragata situada más al sur de su posición.

El alba había transcurrido tranquilo, casi aburrido, mientras situaba su nave en la que podía ser una buena posición de búsqueda y ataque, y tan solo el distante martilleo hacia el sur de algún sonar activo, que no tenía ninguna posibilidad de detectarlos y que ceso pronto, perturbaron la quietud de la tripulación del submarino. Hacia media mañana se produjo el primer contacto con el que parecía ser de nuevo “Sierra 1”. Mediante la detección en la primera zona de convergencia con el sonar CSU-3-2 en modo pasivo, el Capitán Dueñas pudo comprobar que la fragata venezolana se aproximaba más o menos como él había previsto, quizás algo más al norte, a unas 29 millas al noroeste de su posición, con rumbo este y navegando a 12 nudos de velocidad. De inmediato ordenó rumbo 0-2-0, avanzando a NNE a baja velocidad para poder tener una mejor posición.
Ya cerca de mediodía se había producido el primer contacto con “Hotel 1-2”, el que estaba seguro que era el helicóptero embarcado de la fragata. La primera emisión de su sonar fue al noroeste de su posición y sonaba bastante débil. El helicóptero debía estar actuando conjuntamente con la fragata, y posiblemente le estaba despejando el camino de regreso a su zona de patrulla.
Y ahora reaparecía “Hotel 1-2” para el segundo encuentro. Se iba acercando la hora de la verdad.

-Ha parado. Parece que se ha cansado de no encontrar nada – dijo el sonarista.
-Como antes...pero volverá – dijo el Capitán - ¿Por cuanto tiempo activa el sonar?
-Como algo menos de dos minutos.
-¿Y cuanto tiempo ha pasado desde que lo detectamos la primera vez al norte?
-mmm...nueve o diez minutos.

Dueñas hizo sus cálculos, y aunque sin conocer la distancia ni la marcación exacta, hizo sus presunciones... “La próxima puede estar bastante cerca”. Se acercó al panel donde se mostraba el estado de carga de las baterías.

-75 por ciento. No está mal, pero hubiese preferido entrar en combate con algo más de carga en las baterías – le explicó a su primer oficial que se encontraba junto a él.
-Si, pero es lo que tenemos y ahora ya no hay posibilidad de recargar.
-Desde luego.
-Comandante ¿ordeno alerta de combate?
-Si Alvaro, dejamos condición 3. Adelante.

El primer oficial se dirigió al intercomunicador y habló por él con toda la tripulación.

-Atención, atención. Pasamos a alerta de combate, todo el mundo a sus puestos. Repito, pasamos a alerta de combate, que toda la tripulación acuda a sus puestos de combate.

Los marineros comenzaron a moverse por todo el submarino para ir a sus puestos tácticos, pero sin apresuramientos indebidos y en el mayor silencio posible. Todos eran consientes de que el sigilo era su principal aliado allí abajo. Tras unos minutos, el Capitán recibió la confirmación que el submarino estaba listo para combatir.

Dueñas se acercó a un pequeño mostrador donde estaban extendidas varias cartas náuticas de la zona, así como un monitor frente a él, que le mostraba la imagen de un mapa digital de la zona, con múltiples datos y que le ayudaba a tener una mejor idea de la situación táctica. Según sus cálculos, “Sierra 1” debería estar cerca, al NNO de su posición, y con el último cambio de curso del “Pijao”, obligado por la presencia del helicóptero enemigo, se iba a colocar casi en un rumbo paralelo al de la fragata, pero en direcciones opuestas, si el buque venezolano actuaba como él había previsto.

-Aquí sonar, tenemos nuevo contacto.
-¿De que se trata? - preguntó el comandante.
-Hélices...hacia el norte...suena débil aunque diría que es un buque de superficie.
-¿Es “Sierra 1”?
-Todavía no lo puedo asegurar, pero podría ser. Necesito más tiempo.
-De acuerdo. Préstale toda tu atención a ese contacto, podría ser nuestro objetivo – dijo Dueñas, aunque él estaba convencido que se trataba de la fragata venezolana.

Tras cinco tensos minutos el sonarista volvió a hablar.

-Capitán, lo he perdido. De pronto ha reducido velocidad y ha desaparecido. Parecía “Sierra 1”
-Clasifica el nuevo contacto como “Sierra 1” ¿Has podido establecer la velocidad, rumbo y demora?
-La velocidad era de unos 10 nudos, y aunque no he podido establecer su rumbo, parecía que se acercaba a nuestra posición. Demora de 320 a 040 grados verdaderos.
-¿Distancia?
-Negativo, aunque diría que más de 8.000 yardas.
-Bien, sigue escuchando atentamente.

Ordenó un nuevo cambio de velocidad hasta los 3 nudos y virar 5 grados hasta nuevo curso 0-2-5.
“Mierda. El comandante de la fragata ha variado el rumbo demasiado pronto y ahora se debe estar acercando casi directamente a nuestra posición...¿nos habrá detectado?” pensó. Acto seguido repasó mentalmente las capacidades que la inteligencia naval le habían facilitado de las fragatas venezolanas una vez más. De las tres operativas en aquellos momentos, dos habían sido modernizadas a principio de la década, y otra más había recibido una modernización parcial algo después. Las dos primeras habían recibido un nuevo y potente sonar de casco, el 21 HS-7, una versión de exportación del SQS-53C, uno de los mejores sonares de la armada norteamericana y que equipaban a los destructores clase “Burke” de la US Navy, así que había que tomarse en serio la amenaza que representaba aquel sonar, y actuar como si “Sierra 1” fuera una de aquellas dos fragatas. Sabía que el sonar era una versión de exportación, lo que significaba con casi toda seguridad que sus prestaciones eran algo más reducidas que las del SQS-53C, pero aún así estaba en ligera desventaja con su equipo de sonar, pese a lo bueno que resultaba este. Pero por otro lado contaba con que su submarino, navegando con propulsión eléctrica a baja velocidad era prácticamente indetectable, mientras que la fragata tenía una firma sonora bastante mayor, por lo que contaba que ellos podían detectarla antes que ella al “Pijao”.

-Aquí sonar. Nuevo contacto. Otra vez el sonar activo...“Hotel 1-2” ha reaparecido...al norte … o noreste, no puedo precisarlo.
-¿Nos tiene? - preguntó el primer oficial.
-No lo creo, ahora suena algo más débil que la última vez.
-Vigílalo, pero sobre todo trata de recuperar el contacto con “Sierra 1” - ordenó el Capitán.

El primer oficial se acercó a Dueñas.

-¿Que opina comandante?
-Creo que es bueno que el helicóptero haya pasado de largo como parece. Eso quiere decir que la fragata no nos ha detectado, sino ese sonar estaría encima nuestro.
-...y la fragata está bajando de velocidad para tratar de escuchar si el helicóptero “remueve” algo aquí abajo.
-Es posible, aunque también es factible que esté llegando a su zona de patrulla y haya decidido escuchar durante un rato para asegurarse que no hay nadie en el área...o simplemente lleva un rumbo y velocidades impredecibles para dificultar su localización.
-Lo que parece es que estamos solos nosotros y ellos en toda la zona. Eso debería ayudarnos.
-Esperemos que así sea.

A Dueñas se le había ocurrido otra alternativa, pero no estaba seguro y no quiso alarmar al personal del CIC que escuchaba. También era posible que la fragata hubiese oído algo mientras el submarino navegaba a 6 nudos, y que por eso hubiera variado su velocidad para detenerse a escuchar con calma, pero le parecía tremendamente difícil que con el nivel de ruido que estaba produciendo el “Pijao”, el sonar enemigo lo hubiera detectado, a no ser que tuviera unas capacidades insospechadas.
El Capitán apartó esa posibilidad de su cabeza y la degradó en su orden de prioridades como opción a contemplar en aquella situación. No, lo más posible era que aquel cambio de velocidad fuera fortuito, y si era así, había significado un golpe de suerte para ellos haberlo detectado antes mediante el sonar. Ahora solo les quedaba quedarse casi inmoviles escuchando cualquier ruido y volver a retomar de nuevo el contacto con “Sierra 1”.

El comandante del submarino se acercó al puesto del sonar y le puso la mano en la espalda a su suboficial sonarista.

-¿Que tal va Pablo?
-Capitán, el sonar activo acaba de dejar de emitir.
-Estupendo, ¿y nuestro amigo “Sierra 1”?
-Nada de momento...lo siento.
-No hay nada que sentir. Encuentralo y cuando lleguemos a tierra tienes tres días de permiso - dijo con una sonrisa Dueñas, tratando de quitar presión a su sonarista.
-Gracias Capitán, estoy en ello al cien por cien - y dándole un golpecito el en hombro, el comandante se retiró y dejó hacer a su suboficial.

El Capitán llevaba navegando en submarinos más de 12 años, y dos como comandante, pero le costaba acostumbrarse a que el destino del submarino y de toda la tripulación, dependiera de los equipos de sonar y de los oídos y la capacidad de interpretar toda aquella información de una sola persona. Pero no, aquello era desviar responsabilidades. Él era el comandante de la nave y él tenía toda la responsabilidad de lo que ocurriera.
Mientras esperaba noticias y se alisaba compulsivamente su uniforme azul con la mano izquierda, se acercó a los diversos puestos del CIC revisando toda la información que podía, a la vez que su cerebro trabajaba en la forma de actuar para cuando retomasen el contacto con la fragata.
Pero los minutos pasaban y “Sierra 1” no daba señales de vida. La tensión se podía cortar en el ambiente. El silencio era casi absoluto en todo el submarino.
“Mierda, ya debe estar cerca, deberíamos oírlo”, pero pese a que la impaciencia se iba adueñando de él, el Capitán trató de calmarse y reprimir su impulso de volver al lado del sonarista y apremiarle. “Ya debería estar acostumbrado a esto. Todo está marchando según lo previsto y la situación está bajo control” se repetía una y otra vez para mantener los nervios controlados.

El primer oficial se acercó al comandante y le interpeló.

-Podríamos subir por encima de la termoclina para escuchar mejor, Capitán.
-No, no. Ese cabrón esta muy cerca, si ascendemos por encima de la capa, corremos mucho riesgo.
-Pero si no lo detectamos pronto, podemos perderlo, y ahora tenemos una buena oportunidad para mandar al fondo del mar a esa fragata.
-Lo se, pero prefiero ser cauto y perder esta oportunidad. Ya habrá más, pero no debemos arriesgar la nave si no estamos convencidos de que podemos salir victoriosos del encuentro.
-Pero... - no pudo terminar la frase.

-Aquí sonar, tenemos algo...“Sierra 1” vuelve a parecer...si, es él – y antes de que el sonarista hubiese acabado la frase, ya tenía al lado a Dueñas y a Madrid.
-Informa – le ordenaron casi al unisono.
-Es “Sierra 1”, seguro, y está cerca, bastante más que antes.
-¿Marcación? - dijo Madrid inquieto.
-Parece al noreste, pero todavía no puedo precisar más, ni rumbo o velocidad, aunque parece que la está aumentando ligeramente.
-Bien, no lo pierdas.
-No se preocupe, ahora lo tengo bien agarrado...si no vuelve a variar la velocidad.

Tras unos minutos Dueñas se dirigió a su primer oficial.

-Alvaro, nuevo rumbo 3-5-0.
-A la orden – y acto seguido transmitió la orden.

Con el cambio de rumbo, la tarea de seguir a “Sierra 1” se hizo algo más difícil mientras duró esta y en los minutos posteriores, pero tras ello y de nuevo después de otra espera, el nuevo curso del “Pijao” y la posición relativa con la fragata, permitió que el sonar recibiese mejor los sonidos y el sonarista comenzase a proporcionar buena información. La TMA o Target Motion Analysis es un proceso en el que se utiliza el sonar pasivo para averiguar distintos datos del objetivo, como distancia, el rumbo, la velocidad...y que se logra mediante la comparación de los sonidos que llegan al sonar desde diferentes direcciones en diferentes momentos, y que son comparadas con las del propio submarino, y mediante la aplicación de reglas de geometría básica, se crea una “solución” que permite lanzar los torpedos con buenas probabilidades de impacto.

-Comandante, la TMA de “Sierra 1” nos da una marcación de 10 grados por la amura de babor, velocidad 10 nudos. Rumbo sur o sureste, no lo puedo precisar todavía.
-¿Distancia? - preguntó Dueñas.
-Casi 6.800 yardas – respondió el primer oficial que estaba ayudando al sonarista con los cálculos de triangulación.
-Excelente, sigan así.
-Comandante, la distancia es poca. Si encienden el sonar activo nos pueden cazar – dijo Madrid.
-No lo creo – respondió Dueñas – estamos ofreciéndoles un blanco casi frontal, así que el alcance del sonar activo se reduce bastante. No te preocupes por eso...de momento. Trabajen en la solución de fuego

Dos, tres, cuatro minutos más.

-Capitán, ya tenemos una solución de fuego bastante buena – anuncio el primer oficial – podemos disparar - “Por fin” suspiró Dueñas.
-¿Distancia?
-5.500 yardas.
-De acuerdo. Oficial de armamento, preparados para disparar tubos 1 y 5. Configuren los torpedos para que naveguen lentamente bajo la termoclina.
-A la orden. Inunden tubos 1 y 5 y equilibren. Abran compuertas exteriores – ordenó por el interfono que lo comunicaba con la sala de torpedos. Tras unos segundos se dirigió al Capitán. - Estamos listos comandante. Podemos disparar.
-¡Disparen! - ordenó Dueñas sin pensarlo dos veces.
-Torpedos 1 y 5 lanzados y en camino Capitán – anuncio el oficial del armamento tras unos instantes.

El propio ruido producido por la fragata, la distancia y la capa térmica hicieron que los disparos y el ruido que producía el aire comprimido al expulsar los torpedos de sus tubos, pasaran desapercibidos ante el sonar del buque venezolano.

-Nuevo rumbo 0-2-5. Velocidad 9 nudos – ordenó el Capitán.

Mientras su ordenes se cumplían, Dueñas pensaba que le hubiese gustado virar y aumentar más la velocidad, pero si lo hacía, el riesgo de perder los cables que unían a los torpedos SST-4 con el submarino y por tanto la posibilidad de guiarlos hacia su objetivo, aumentaba considerablemente.
Dueñas miró su cronómetro. Casi un minuto desde el lanzamiento de sus torpedos. La tensión iba en aumento en el CIC del submarino.
Los dos torpedos avanzaban a 23 nudos moviéndose bajo la capa para tratar de pasar desapercibidos el mayor tiempo posible ante el sonar del buque enemigo, pero era cuestión de tiempo que los detectase, y cuando tras unos instantes más lo hizo, entonces, de repente, todo pareció cobrar una velocidad tremenda.

-Capitán, emisiones activas. “Sierra 1” está emitiendo en activo en nuestra dirección. Está aumentando la velocidad y cambia de rumbo. Se está alejando de los torpedos.
“Ha detectado el lanzamiento. Bueno, eso ya lo esperaba. Ahora comienza lo bueno”
-Oficial de armamento, ordene velocidad máxima a los torpedos y que asciendan por encima de la capa, luego corte los cables.

En el agua, los dos torpedos recibieron la señal y aumentaron su velocidad hasta los 35 nudos mientras navegaban directos a su objetivo.

-Cables cortados Capitán. Torpedos activos y siguiendo al blanco.
-Capitán, nos han detectado – dijo el sonarista, aunque era obvio para todos los tripulantes del buque, ya que los “pings” del sonar activo rebotaban en el casco del “Pijao”. - ...¡Torpedo en el agua! ¡Han lanzado un torpedo en nuestra dirección!
-¡Todo a estribor! Nuevo rumbo 1-2-0. ¡A toda máquina!
-¿Velocidad del blanco? - preguntó el primer oficial.
-Pasando los 17 nudos.

“Vamos, vamos” pensaba Dueñas, empujando mentalmente los torpedos hacia la fragata. Volvió a consultar su cronómetro. Ahora que las cartas estaban sobre la mesa, se había establecido una carrera entre la muerte y la supervivencia. La fragata venezolana tenía una buena velocidad máxima que prácticamente igualaba a la de los torpedos, pero había descubierto a los mortíferos ingenios demasiado tarde. La distancia se iba acortando irremediablemente, y la táctica de lanzar un torpedo contra el submarino de poco le iba a valer a esas alturas de la carrera, aunque siempre era mejor que el enemigo tuviera algo de que preocuparse. Pero Dueñas estaba más preocupado de que sus torpedos hicieran blanco, que del torpedo enemigo, que lanzado al límite de su alcance, no podría alcanzar al submarino que ahora se movía en dirección opuesta a 12 nudos y subiendo.
El problema era que ahora, a más velocidad, su propio ruido iba enmascarando casi todo lo demás y apenas podían escuchar nada. Solo el interceptor acústico situado en la torre del submarino recibía las emisiones activas del torpedo que les seguía.



...instantes antes, en el cielo Caribeño.

Varias millas al oeste de la fragata F-22 “Almirante Brion”, y tras escuchar la noticia por los auriculares, el primero en expresarlo fue el piloto.

-¡coñ*, hay dos torpedos tras la “Brion”! - dijo mirando alarmado a los otros dos miembros de la tripulación del AB-212 ASW de la fragata venezolana.

Mientras comenzaba a girar para regresar cerca de su buque, les llegaron informes de que el sonar activo de la fragata había detectado al submarino enemigo que la estaba atacando. El piloto solicitó y obtuvo un vector de aproximación al objetivo para proceder a la detección por sus propios medios y al posterior ataque. Cuando establecieron el rumbo apropiado, el helicóptero aceleró hasta casi los 240 km/h de que era capaz la aeronave, quemando bastante del poco combustible que les quedaba tras casi tres horas de patrulla.
Conforme se acercaban a donde navegaba la “Almirante Brion”, pudieron ver como esta iba dejando tras de si una considerable estela debido al brusco cambio de rumbo para alejarse de los torpedos así como al aumento de la velocidad del buque...y tras ella dos estilizadas y alargadas estelas se acercaban inexorablemente. Para intentar evadir a los torpedos, la “Brion” también había desplegado su sistema señuelo AN/SLQ-25 Nixie tras de si. Básicamente había hecho todo lo posible para intentar esquivar los torpedos, pero todavía quedaba una última cosa.
De pronto, la tripulación del helicóptero, pudo ver como la F-22 realizó un fuerte viraje a babor, y en la confusión del remolino de agua que producía dicha maniobra, unido con las falsas señales del Nixie, uno de los torpedos perdió la orientación hacia la fragata, y se desvió de su rumbo de colisión, alejándose sin mayor peligro para el buque. Pero el germánico y cuadriculado cerebro del segundo SST-4 se negaba a perder su objetivo, y también fue inmune a la última y desesperada maniobra del buque, fijando sus emisiones en él... segundos después alcanzaba su objetivo, impactando a popa de la “Almirante Brion”. Los 260 kg de explosivos de su cabeza de guerra produjeron una terrible explosión que levantó una buena parte del buque del agua.

-¡Virgen Santa! - murmuró el copiloto ante el dramático impacto del torpedo en su buque.



...bajo el mar...



Finalmente y tras una tensa espera cronómetro en mano, se escuchó una explosión que se sobrepuso al ruido de las propias hélices del submarino.

-¡Capitán, uno de nuestros torpedos han impactado! - dijo el sonarista.

Un grito de jubilo recorrió a la tripulación que operaba en el CIC, pero Dueñas no quería euforias mientras el peligro no hubiese pasado.

-¡Señores, por favor! Todavía tenemos que evadir el torpedo enemigo y luego ocultarnos del helicóptero que ya debe estar volando hacia aquí.
-Vamos, todo el mundo a lo suyo – apuntilló el primero oficial.

Dueñas fue hacia el monitor donde veía la situación táctica, y comprobó que estaban saliendo del alcance del torpedo que la fragata les había lanzado. Un torpedo A-224S Mod.1 tenía un alcance de entre 6.500 y 7.000 yardas, y el “Pijao” ya estaba saliendo de su radio de acción aún cuando el torpedo se seguía acercando. El Capitán rogó que la información de inteligencia fuera correcta y los venezolanos no hubieran adquirido el Mod.3 del torpedo que tenía un alcance de más de 14.000 yardas, aunque a baja velocidad, el cual, desde luego, no era el caso, ya que el torpedo se movía a unos buenos 30 nudos. Le hubiera gustado reducir la velocidad y dejar de hacer ruido, pero no pensaba hacerlo hasta que estuviera convencido que el torpedo había dejado de seguirlos, pero tomó otra decisión que le sería muy útil en los próximos minutos.

-Atención, nueva profundidad 2-6-0 pies. Ascenso suave.
-2-6-0 pies. Cinco grados de inclinación - respondió el primer oficial.

Y mientras el submarino ascendía, los “pings” activos del torpedo sonaban cada vez más fuerte, o lo que era lo mismo, más cerca. Ahora los tripulantes del CIC se miraban unos a otros un tanto desconcertados. “¿Cuando se va a quedar sin propulsión esa maldita cosa?” pensaba Dueñas.

-Capitán, estoy perdiendo el torpedo enemigo...deja de emitir – dijo aliviado el sonarista.
-Bien, bien... - respondió con una sonrisa el Capitán. Pero le duró poco, ya que el suboficial sonarista había cambiado el gesto de alivio por otro de preocupación.
-Mierda, sonar activo en el agua...está cerca, hacia el oeste, pero cerca.
-El puto helicóptero...¿Nos ha detectado? - preguntó rápido el Capitán.
-Es posible...o si no, lo hará en breve.
-De acuerdo – y se giró hacia el otro lado del CIC para continuar hablando – ascendemos a 200 pies. Ascenso rápido.

Mientras sus ordenes eran ejecutadas, Dueñas ya estaba pensando lo que hacer. Se acercó al oficial de inmersión y vio en los instrumentos como estaban atravesando la capa térmica.

-Diez grados a babor, caigamos a rumbo 0-5-0. Velocidad 18 nudos.

La reducción de velocidad no era por el rudio que producían, ya que el sonar que los buscaba estaba activo, sino para tratar de reducir en lo posible el gasto de las baterías y no quedarse sin potencia en un mal momento, y entre 22 y 18 nudos, no había mucha diferencia a la hora de escapar de un helicóptero...aunque no se trataba de escapar del helicóptero, sino de su sonar.

-¡Nuevo torpedo en el agua! Está activado...a popa.

Todo el CIC volvió a preocuparse. Aquel helicóptero era un problema de los gordos.
El torpedo ligero A.224/S Mod.1 lanzado por el AB-212 venezolano había comenzado un patrón de búsqueda tipo “culebra” intentando localizar y fijar el submarino en su cabeza buscadora, pero el torpedo había sido lanzado cuando habían detectado al submarino por debajo de la capa, y había recibido la instrucción de activarse bajo ella, por lo que su cabeza buscadora no podía localizar al “Pijao” ahora sobre la capa térmica, y que había virado hacia el noreste, mientras que el torpedo lo buscaba hacia el sureste. Tras unos eternos instantes, fue obvio para el sonarista que el torpedo estaba buscando en una dirección equivocada y alejándose del submarino, y así lo comunicó.

-El torpedo enemigo pasa de largo, no nos ha localizado.
-Estupendo, pero ¿y el sonar? - quiso saber el primer oficial.
-...ahora no lo oigo, se ha apagado... - pero Dueñas lo interrumpió.
-Lo han subido para acercarse de nuevo a nosotros – comentó en voz alta. - Bajamos de nuevo, 2-7-0 pies. Descenso rápido. Preparados para virar a mi orden.

El Capitán pretendía volver a repetir la jugada, pero está vez el sonar lo cogió de pleno al comenzar a emitir de nuevo sobre la capa térmica, y cuando el submarino estaba a punto de cruzarla, el sonar del “Pijao” detectó la entrada de un torpedo en el agua.

-¡Otro torpedo! Demora 0-2-5. ¡Está muy cerca!
-¡Preparen contramedidas! - ordenó Dueñas.
-Contramedidas preparadas – respondió el oficial de armamento – informó colocando la mano sobre los mandos que activaban las contramedidas acústicas que intentarían desviar el torpedo.
-¡Todo a estribor, hasta rumbo 1-8-0. Avante toda! - “A ver si logramos salir de esto otra vez” pensaba el Capitán.

El “Pijao” ya comenzaba a responder a las instrucciones de Dueñas cuando el suboficial sonarista miró a su comandante con cara de sorpresa.

-Capitán, el torpedo está activo y emitiendo, pero no parece que avance, no se oye ningún ruido de hélices y los “pings” pierden fuerza, como si se estuviera quedando atrás.
-¿Que...? ¿Estás seguro?
-...afirmativo mi Capitán, el torpedo nos ha localizado pero el la emisión activa pierde fuerza.
-¿Por que actúa así? - preguntó el primer oficial -...ha fallado, solo se puede explicar que haya sufrido un fallo en su sistema de propulsión.
-Eso tiene sentido..si, debe ser eso – mientras miraba al oficial de armamento, que a su vez retiraba su mano de los mandos de las contramedidas.

Dueñas respiró aliviado, al confirmarse que las emisiones del torpedo se perdían en la lejanía. Se imaginó a la tripulación del helicóptero enemigo maldiciendo su suerte y echando pestes por el fallo de su arma. “Mala suerte para ustedes...buena para nosotros. Así que se joden”, pensaba conforme iba subiendo su estado de animo. Aunque el peligro todavía no había pasado. El 212 venezolano todavía estaba allí, y aunque ya no le quedaban torpedos, su sonar los seguía martilleando, ahora tras haber bajado hasta los 300 pies.

-Atención – avisó el Capitán – nuevo rumbo 0-3-0. Velocidad 10 nudos. Bajamos a 6-0-0 pies. Descenso lento.

Ahora el “Pijao” debía poner tierra por medio de la otras dos fragatas venezolanas, de las que al menos una de ellas, estaba seguro que ya debía estar navegando hacia el norte, pero el estado de la carga eléctrica de las baterías le preocupaba, habían navegado a gran velocidad durante un buen rato, así que debía limitar su uso si no quería verse teniendo que dar snorkel justo en el peor momento.
Un par de minutos después, el “Pijao” tuvo otro golpe de suerte. De repente el sonar del helicóptero dejó de martillear el casco del submarino. El 212 llevaba ya demasiado tiempo en el aíre, y con su fragata madre hundiéndose, la F-22 “Almirante Brion”, solo podían dirigirse a repostar hacia la fragata F-24 “General Soublette”, que ya navegaba en pos de volver a encontrar y hundir al submarino colombiano.
Pero Dueñas no tenía intención de ponérselo fácil, y tras unos minutos en que había dejado de emitir el sonar activo del helicóptero, el “Pijao” volvió a variar el rumbo al noroeste, a la vez que aumentaba la velocidad a 15 nudos durante la siguiente media hora, alejándose de la zona donde se había producido el encuentro con la F-22. Poco después, volvían a escuchar a un sonar activo martillear el agua, pero esta vez estaba demasiado lejos para representar una amenaza, ya que estaba buscando más o menos donde debería estar el submarino si hubiese seguido su último rumbo y velocidad. Aún así, era mala señal que otro aparato ASW estuviese tras ellos. El “Piajo” volvió a aumentar la velocidad para alejarse más, y aunque la siguiente búsqueda del sonar del helicóptero estuvo más cerca, tampoco fue suficiente para detectarlo. De nuevo cambió de rumbo, y viró hacia el norte. Pero manteniendo la velocidad. La última búsqueda activa que oyeron ya estaba muy alejada hacia el sur, sin ninguna posibilidad de detectarlos. Treinta minutos después de que cesara aquella emisión, Dueñas pensó que ya podían sentirse relativamente a salvo.

-Velocidad 5 nudos. Ascendemos a 3-9-0 pies.
-5 Nudos. 3-9-0 pies, 5 grados de inclinación. - y tras emitir las ordenes del Capitán, el primer oficial se dirigió a Dueñas. - Capitán, creo que hemos hecho un gran trabajo hoy. Hemos vengado a nuestros compañeros de la “Almirante Padilla” y les hemos dado una buena lección a los venezolanos.
Su comandante esbozó una ligera sonrisa...
-Hoy seguramente hemos matado a muchos hombres y hemos salido vivos por la gracia Divina...pero si, supongo que hemos cumplido con nuestro deber – y dándole unas palmaditas en el hombro, el Capitán de Fragata José Fernando Dueñas volvió a repasar las indicaciones de los instrumentos...“Batería al 47%..., todavía tenemos demasiados problemas como para relajarse y cantar victoria”.
Última edición por flanker33 el 27 Feb 2013, 21:32, editado 1 vez en total.


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Mensaje por SAETA2003 »

excelente por el relato mis felicitaciones. me muero por leer la siguiente parte.


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Mensaje por Peace Maker »

Muy bueno, guerra naval :thumbs: :militar-beer:


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Mensaje por Yehuda Steimbrener »

Extraordinario :thumbs: :thumbs: :thumbs:


camiluri
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Mensaje por camiluri »

Buen relato. :thumbs:
Ya era hora de que se cobrara venganza sobre el enemigo invasor del territorio patrio. :palo:

Al margen me llama la atención que los torpedos de las dos armadas sean de modelos diferentes a pesar de tratarse de submarinos casi del mismo tipo.


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Mensaje por GUARIPETE »

Buen relato Flanker! esta fue la parte que mas me gusto
Pero el germánico y cuadriculado cerebro del segundo SST-4 se negaba a perder su objetivo

:green:
Saludos Maestro!.


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KL Albrecht Achilles
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Mensaje por KL Albrecht Achilles »

camiluri escribió:Buen relato. :thumbs:
Ya era hora de que se cobrara venganza sobre el enemigo invasor del territorio patrio. :palo:

Al margen me llama la atención que los torpedos de las dos armadas sean de modelos diferentes a pesar de tratarse de submarinos casi del mismo tipo.


En el contraataque de la AdV los torpedos son los embarcados en la fragata y el helicoptero, no los que llevan los submarinos.
Los 209A-1300 portan el torpedo pesado AEG SST-4.

Saludos :cool2:
Última edición por KL Albrecht Achilles el 27 Feb 2013, 21:45, editado 1 vez en total.


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