Estimados:
A propósito de una consulta puntual de Urquhart en el magnífico tópico "Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas" (si no lo han visto, léanlo. es una notable historia alternativa en desarrollo sobre la Guerra Hispano-estadounidense de 1898: ucronia-espana-vs-ee-uu-duelo-de-aguilas-t36355.html), abro este tema centrado en las relaciones político-militares entre EE.UU. y los estados latinoamericanos a lo largo del siglo XIX, con fecha tope 1903: Independencia de Panamá.
El período está jalonado de amenazas políticas, colonialismo económico, intervenciones militares, amenazas de guerra e, incluso, incipientes rivalidades hegemónicas locales que, dado el potencial gigantesco de EE.UU. fue imposible sostener en el tiempo.
Siéntanse libres de aportar en esta página de nuestra historia regional.
Saludos
Intervenciones de EE.UU. en América Latina en el siglo XIX
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- Teniente Primero
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- Registrado: 16 Oct 2007, 19:15
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Intervenciones de EE.UU. en América Latina en el siglo XIX
Chile-EE.UU.: Rivalidad Imposible.
I
Las relaciones entre estos dos países, durante el siglo XIX nunca pasaron más allá de la cordialidad. Si bien durante la época de la independencia, en especial la Patria Vieja, hubo importantes acercamientos, en especial centrados en José Miguel Carrera, posteriormente las relaciones recíprocas pasarían por un estado de laxitud. La fiebre del oro de California en 1848 significó las primeras tensiones, cuando miles de aventureros chilenos se trasladaron a dicha región y sufrieron las tropelías de las autoridades locales, que veían con temor que la masiva presencia de chilenos pudiera alentar a Santiago a embarcarse en aventuras expansionistas. Sin embargo, el gobierno chileno, escaso de medios navales propios (básicamente sólo la fragata a vela "Chile") y, por lo mismo, temeroso de una reacción de Washington, negó entregar apoyo a sus ciudadanos, a diferencia de Perú, que despachó al bergantín "Gamarra" para proteger sus intereses. Al menos, el comercio marítimo de la zona quedó en manos chilenas casi en exclusiva. Los miles de inmigrantes, al cabo de algunos años y al decaer la riqueza aurífera de la zona, volvieron a Chile o se dirigieron a Australia, la nueva meca del oro en el Pacífico, mientras algunos centenares se quedaron definitivamente en California, donde varias pequeñas ciudades actuales fueron fundadas por aventureros chilenos. El recuerdo de las tropelías estadounidenses, en todo caso, caló hondo en estos aventureros.
La siguiente estación de importancia en las relaciones bilaterales aconteció durante la Guerra con España durante 1865-66. Los esfuerzos diplomáticos chilenos (y también peruanos) en Washington cayeron en oídos sordos, con un país agotado por la reciente Guerra Civil. Chile, nuevamente casi desarmado gracias a una negligente política de defensa (política casi permanente por esas décadas), buscó adquirir armas de diverso tipo para la minúscula Armada y el Ejército. Los negociantes vieron una oportunidad única, y vendieron a precio de oro material de saldo de la Guerra Civil y buques de escaso valor militar ante una Fuerza Naval como la española, lo que causo la molestia de los enviados chilenos.
II
Durante ese conflicto, el bombardeo de Valparaíso por parte de la escuadra de Mendez Núñez sería un punto de inflexión no sólo en las relaciones entre ambos países, sino en la política de defensa chilena hacia futuro. De más está relatar los pormenores de este conflicto y las razones que llevaron al mando español a proceder a esta acción; en lo pertinente, ante la imposibilidad chilena de defender el puerto al tener buques capaces de hacer frente a las unidades hispanas, y carecer el puerto de defensas costeras dignas de tal nombre (los pocos cañones existentes, en su mayoría reliquias de la guerra de Independencia, fueron desmontados dada su inutilidad), las escuadrillas del comodoro estadounidense John Rodgers y el almirante inglés Lord Denman anunciaron que se opondrían por la fuerza al bombardeo; sin embargo Denman recibió órdenes específicas de la representación diplomática británica en Chile de no intervenir, mientras que Rodgers, que encabezaba una fuerza integrada por el monitor USS Monadnock (de 3.300 toneladas de desplazamiento y cuatro cañones de 380 mm en dos torres giratorias) y tres vapores, declinó finalmente intervenir ante el peligro que podía significar para su país involucrarse en un conflicto con España a menos de un año del fin de la guerra civil. En un instante, los habitantes del puerto, que habían evacuado hacia los cerros, pudieron ver las evoluciones del escuadrón estadounidense pensando que se preparaban a enfrentar a los españoles, sin embargo, salieron de la bahía para ser meros espectadores. Desde ese entonces, y por largas décadas, los porteños cultivaron un especial desprecio por los estadounidenses.
Las autoridades chilenas llegaron a confiar en algún momento en la doctrina Monroe, aunque igualmente cometieron un garrafal análisis de la situación por la que pasaba EE.UU. en esos momentos. De todas formas, en buena parte de la clase política chilena se tomó conciencia desde entonces acerca de la necesidad de dejar atrás el estado abismante de debilidad de las FF.AA. y sobre todo de la Marina, como también de la imposibilidad de confiar en terceros países para la defensa del territorio nacional, comprobando de la manera más dolorosa posible (destrucción del puerto de Valparaíso y desmantelamiento virtual de la marina mercante, hasta ese momento la más grande del Pacífico) de la inutilidad de la cacareada Doctrina Monroe. Ello desembocaría 6 años después en la aprobación de la construcción de dos fragatas blindadas y una cañonera en Inglaterra y la modernización del equipamiento del Ejército.
Continuará con la Guerra del Pacífico (trabajo llama)
Saludos
I
Las relaciones entre estos dos países, durante el siglo XIX nunca pasaron más allá de la cordialidad. Si bien durante la época de la independencia, en especial la Patria Vieja, hubo importantes acercamientos, en especial centrados en José Miguel Carrera, posteriormente las relaciones recíprocas pasarían por un estado de laxitud. La fiebre del oro de California en 1848 significó las primeras tensiones, cuando miles de aventureros chilenos se trasladaron a dicha región y sufrieron las tropelías de las autoridades locales, que veían con temor que la masiva presencia de chilenos pudiera alentar a Santiago a embarcarse en aventuras expansionistas. Sin embargo, el gobierno chileno, escaso de medios navales propios (básicamente sólo la fragata a vela "Chile") y, por lo mismo, temeroso de una reacción de Washington, negó entregar apoyo a sus ciudadanos, a diferencia de Perú, que despachó al bergantín "Gamarra" para proteger sus intereses. Al menos, el comercio marítimo de la zona quedó en manos chilenas casi en exclusiva. Los miles de inmigrantes, al cabo de algunos años y al decaer la riqueza aurífera de la zona, volvieron a Chile o se dirigieron a Australia, la nueva meca del oro en el Pacífico, mientras algunos centenares se quedaron definitivamente en California, donde varias pequeñas ciudades actuales fueron fundadas por aventureros chilenos. El recuerdo de las tropelías estadounidenses, en todo caso, caló hondo en estos aventureros.
La siguiente estación de importancia en las relaciones bilaterales aconteció durante la Guerra con España durante 1865-66. Los esfuerzos diplomáticos chilenos (y también peruanos) en Washington cayeron en oídos sordos, con un país agotado por la reciente Guerra Civil. Chile, nuevamente casi desarmado gracias a una negligente política de defensa (política casi permanente por esas décadas), buscó adquirir armas de diverso tipo para la minúscula Armada y el Ejército. Los negociantes vieron una oportunidad única, y vendieron a precio de oro material de saldo de la Guerra Civil y buques de escaso valor militar ante una Fuerza Naval como la española, lo que causo la molestia de los enviados chilenos.
II
Durante ese conflicto, el bombardeo de Valparaíso por parte de la escuadra de Mendez Núñez sería un punto de inflexión no sólo en las relaciones entre ambos países, sino en la política de defensa chilena hacia futuro. De más está relatar los pormenores de este conflicto y las razones que llevaron al mando español a proceder a esta acción; en lo pertinente, ante la imposibilidad chilena de defender el puerto al tener buques capaces de hacer frente a las unidades hispanas, y carecer el puerto de defensas costeras dignas de tal nombre (los pocos cañones existentes, en su mayoría reliquias de la guerra de Independencia, fueron desmontados dada su inutilidad), las escuadrillas del comodoro estadounidense John Rodgers y el almirante inglés Lord Denman anunciaron que se opondrían por la fuerza al bombardeo; sin embargo Denman recibió órdenes específicas de la representación diplomática británica en Chile de no intervenir, mientras que Rodgers, que encabezaba una fuerza integrada por el monitor USS Monadnock (de 3.300 toneladas de desplazamiento y cuatro cañones de 380 mm en dos torres giratorias) y tres vapores, declinó finalmente intervenir ante el peligro que podía significar para su país involucrarse en un conflicto con España a menos de un año del fin de la guerra civil. En un instante, los habitantes del puerto, que habían evacuado hacia los cerros, pudieron ver las evoluciones del escuadrón estadounidense pensando que se preparaban a enfrentar a los españoles, sin embargo, salieron de la bahía para ser meros espectadores. Desde ese entonces, y por largas décadas, los porteños cultivaron un especial desprecio por los estadounidenses.
Las autoridades chilenas llegaron a confiar en algún momento en la doctrina Monroe, aunque igualmente cometieron un garrafal análisis de la situación por la que pasaba EE.UU. en esos momentos. De todas formas, en buena parte de la clase política chilena se tomó conciencia desde entonces acerca de la necesidad de dejar atrás el estado abismante de debilidad de las FF.AA. y sobre todo de la Marina, como también de la imposibilidad de confiar en terceros países para la defensa del territorio nacional, comprobando de la manera más dolorosa posible (destrucción del puerto de Valparaíso y desmantelamiento virtual de la marina mercante, hasta ese momento la más grande del Pacífico) de la inutilidad de la cacareada Doctrina Monroe. Ello desembocaría 6 años después en la aprobación de la construcción de dos fragatas blindadas y una cañonera en Inglaterra y la modernización del equipamiento del Ejército.
Continuará con la Guerra del Pacífico (trabajo llama)
Saludos
- christian
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- Registrado: 28 Jun 2004, 03:42
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Intervenciones de EE.UU. en América Latina en el siglo XIX
Muy interesante, quedamos a la espera del procimo posteo.
Saludos
Saludos
.............. fin del comunicado.
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