Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Tal y como veo el escenario y la disposición de fuerzas, yo iría corriendo a pedir un armisticio. En caso contrario, el "mazazo" que les infringirá el maestro Gaspacher, podría ser terrible.
Cordiales saludos,
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Ya sé que va a ser liarla más todavía... pero teniendo en cuenta el carajal que está liando Weyler, y el probable desembarco en Florida... ¿por qué no una acción diplomática encaminada a "animar" al gobierno de Don Porfirio Díaz a saldar viejas cuentas con los "pinches gringos" y recuperar el "México irredento"?. Al gobierno de MK sólo le faltaría tener que hacer frente a una invasión mexicana en Texas, Arizona, Nuevo México o California. Sería una tercera águila en la batalla, y un águila sedienta de vengar a los "niños héroes" de Chapultepec.
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urquhart escribió:Hola a todos,El caso de Portland esta previsto.
Solo puedo que agradecerte el titánico esfuerzo que debes haber realizado en documentación. Las ideas me surgen a partir de los catalizadores mentales que son tus entregas de este magnífico relato.
La mayor parte estaba hecha por otras razones pero gracias
Respecto a la ACW, cierto, pero no menos cierto que son un aviso sobre el futuro en los diversos campos de batalla.
En realidad, la guerra de trincheras fue algo único, y posiblemente irrepetible que, solo pudo darse ante la confluencia de varios factores muy concretos.
Dos naciones muy densamente pobladas (Alemania y Francia +(GB+Belgica+colonias+EEUU)
Un frente muy corto, de menos de 1.000km, en los que cada contendiente tenía millones de soldados.
De hecho, aparte del frente occidental, tan solo se repetiría en dos escenarios concretos. Gallipoli, con un frente de unas decenas de km, y las montañas italo-austrohungaras, otro frente muy estrecho. En el resto de frentes, aunque pudierpon darse episodios de fuerzas atrincheradas, primo sobre todo la maniobra, siendo los puntos más evidentes el frente ruso y el Africa Oriental alemana.
saludos
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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OPERACIÓN MIDAS, DÍA 3
El Tte. de infantería de marina Julián Aparicio, contemplaba como sus soldados se apoderaban del ganado de la granja del Sr Joshua Marks, situada entre Tauton y Middleborough. En dos carretas requisadas, tiradas por bueyes también requisados, sus hombres estaban cargando gallinas, harina, legumbres, encurtidos, y algunas verduras, sin duda las ultimas de la estación. Mientras, tras la carreta, 6 vacas y 2 mulos esperaban para ponerse en movimiento.
Los graneros de la granja, estaban ardiendo ante la desolada mirada de la familia Marks. ¿Comprendería esa familia que, esta operación fue preparada a imagen de la cabalgata de Sherman en la Guerra de Secesión americana? Se preguntaba el teniente. Por si acaso, en uno de los carros, también descansaban los dos viejos fusiles y 3 escopetas del granjero. De momento al menos, las cosas estaban saliendo según lo planeado. Las fuerzas enemigas en la zona eran inexistentes, y podían requisar alimentos, tanto para sostener a sus fuerzas, como para despojar a las enemigas. Además, ahora ya disponían de monturas requisadas. A partir del día siguiente, podrían aumentar el radio de acción de las patrullas de suministros.
En otro lugar, el general Jaime Marco cabalgaba decidido a llegar a Springfield con rapidez. Por ello habían salido aun antes de salir el sol, por supuesto tras cortar los telégrafos y destruir los elementos capaces de favorecer al enemigo. Además, tras la columna de caballería, una recua de más de 600 caballos y mulos capturados en la ciudad les seguía. Era imperativo privar al enemigo de cualquier movilidad. Al menos en esta ocasión, había un amplio camino entre Worcester y Springfield, lo que favorecía su movimiento, aunque los 5 pueblos que encontraría en la zona eran un problema (1). Nada que no pudiera superar, tomaría los pueblos con rapidez, y dejaría en ellos algunos destacamentos para asegurarlos.
La caballería marchó a gran velocidad, devorando los 80kilómetros que, separaban Springfield de su punto de partida. Los 2.000 habitantes de Auburn, no supusieron ningún problema, los deseosos de combatir, habían partido el día anterior rumbo a los puntos de reclutamiento en New York o Boston. Los que quedaron atrás, ante la llegada de los miles de jinetes españoles se resguardaron en sus casas, y contemplaron desde ellas como los jinetes arrasaban la oficina de telégrafos, cortaban los hilos a lo largo de cientos de metros, y se apoderaban de la oficina del Sheriff, y de un establo cercano, en los que cerca de 60 hombres se atrincheraron.
Durante el resto del día, esos hombres que, quedaron en la ciudad, se apoderaron de caballos y mulos, y saquearon el banco que, dinamitaron. Gracias a Dios, no tocaron las viviendas, aunque si pasaron por las granjas cercanas, quemando sus graneros y apoderándose de los animales de granja y las monturas.
En el resto de poblaciones de su ruta, la caballería actuó de forma similar. Al menos hasta que llegaron a Springfield. Allí, advertidos de la llegada de las fuerzas españolas, los habitantes se preparaban para resistir, formando barricadas en las calles. Sin duda parecían dispuestos a luchar, pensó el general Marco. Sin embargo no estaba dispuesto a darles la oportunidad de hacerlo. Los cañones entraron en posición rápidamente, e iniciaron el bombardeo de las barricadas, primero con granadas para destrozarlas, y a continuación, con metralla para arrasar a sus defensores.
Cuando la caballería, desmontada según las órdenes del general Weyler, cargo a la bayoneta, apenas quedaban algunos defensores que, solo pudieron hacer unos disparos aislados.
Esa misma tarde, pudo entrar en la Springfield Armory, situada en las afueras de la ciudad, cuyos obreros habían huido o resultado muertos, al defender la fábrica. Frente a él pudo contemplar cientos de cajas de fusiles Krag Jorgensen recién fabricados. Cientos de miles de cartuchos .30, y filas y filas de tornos y taladros para dar forma a las armas, y todo cuanto pudiesen precisar.
Mientras, la III brigada había avanzado en paralelo por el sur, sin problemas durante gran parte del trayecto, aunque cerca de Tolland, un grupo de milicianos trato de tenderles una emboscada. Afortunadamente, prevenida la columna por los flanqueadores, su comandante, el general Andrés Ventura, pudo contraatacar y capturar a los milicianos.
Mayores problemas encontraron en la propia ciudad de Hartford, cuyos habitantes estaban reclutando apresuradamente un regimiento de la milicia en las afueras de la ciudad. Sion embargo nada pudieron hacer frente a los cañones Plasencia que, regaron sus filas con granadas de metralla. La ciudad caería poco después, y con ella, la Colt's Manufacturing Company. En dicha industria, la caballería encontró miles de revólveres. Modelos Peacemarker, Frontier, 1889, etc., pero también una veintena de ametralladoras Colt y media docena de ametralladoras Gatling. En definitiva, todo un arsenal que cambiaba de manos, al igual que la maquinaria para fabricarlos.
La propia estación de ferrocarril de la ciudad, sería destruida, y grandes tramos de railes, arrancados, o volados, junto a 2 trenes, al igual que los desniveles y los puentes sobre el río Farmington.
Mientras, la II brigada, compuesta por los regimientos España que, ya tenía tres escuadrones repartidos por el camino, y el regimiento Pavía, se quedarían en la ciudad. Allí requisarían cuantos carromatos y carretas encontrasen, así como los animales de tiro necesarios para tirar de ellos. El día siguiente, los primeros carromatos y carretas, escoltados por fuerzas del España, empezarían a trasladar el botín (2) obtenido hacia la costa.
En Cod, el crucero auxiliar Ciudad de Cádiz estaba retirando su artillería para transformarse una vez más en un transporte puro. Sus 4 cañones, Ordoñez de 12cm, y Nordenfelt de 37, serían utilizados para armar varios pequeños vapores capturados en la zona, y convertidos en improvisados cañoneros. Con ellos, se protegerían los campos de minas tendidos en la entrada de la bahía.
Una vez desarmado, el Ciudad de Cádiz se dirigió a Canadá, donde embarco grandes cantidades de heno y agua, antes de regresar.
El Tte. de infantería de marina Julián Aparicio, contemplaba como sus soldados se apoderaban del ganado de la granja del Sr Joshua Marks, situada entre Tauton y Middleborough. En dos carretas requisadas, tiradas por bueyes también requisados, sus hombres estaban cargando gallinas, harina, legumbres, encurtidos, y algunas verduras, sin duda las ultimas de la estación. Mientras, tras la carreta, 6 vacas y 2 mulos esperaban para ponerse en movimiento.
Los graneros de la granja, estaban ardiendo ante la desolada mirada de la familia Marks. ¿Comprendería esa familia que, esta operación fue preparada a imagen de la cabalgata de Sherman en la Guerra de Secesión americana? Se preguntaba el teniente. Por si acaso, en uno de los carros, también descansaban los dos viejos fusiles y 3 escopetas del granjero. De momento al menos, las cosas estaban saliendo según lo planeado. Las fuerzas enemigas en la zona eran inexistentes, y podían requisar alimentos, tanto para sostener a sus fuerzas, como para despojar a las enemigas. Además, ahora ya disponían de monturas requisadas. A partir del día siguiente, podrían aumentar el radio de acción de las patrullas de suministros.
En otro lugar, el general Jaime Marco cabalgaba decidido a llegar a Springfield con rapidez. Por ello habían salido aun antes de salir el sol, por supuesto tras cortar los telégrafos y destruir los elementos capaces de favorecer al enemigo. Además, tras la columna de caballería, una recua de más de 600 caballos y mulos capturados en la ciudad les seguía. Era imperativo privar al enemigo de cualquier movilidad. Al menos en esta ocasión, había un amplio camino entre Worcester y Springfield, lo que favorecía su movimiento, aunque los 5 pueblos que encontraría en la zona eran un problema (1). Nada que no pudiera superar, tomaría los pueblos con rapidez, y dejaría en ellos algunos destacamentos para asegurarlos.
La caballería marchó a gran velocidad, devorando los 80kilómetros que, separaban Springfield de su punto de partida. Los 2.000 habitantes de Auburn, no supusieron ningún problema, los deseosos de combatir, habían partido el día anterior rumbo a los puntos de reclutamiento en New York o Boston. Los que quedaron atrás, ante la llegada de los miles de jinetes españoles se resguardaron en sus casas, y contemplaron desde ellas como los jinetes arrasaban la oficina de telégrafos, cortaban los hilos a lo largo de cientos de metros, y se apoderaban de la oficina del Sheriff, y de un establo cercano, en los que cerca de 60 hombres se atrincheraron.
Durante el resto del día, esos hombres que, quedaron en la ciudad, se apoderaron de caballos y mulos, y saquearon el banco que, dinamitaron. Gracias a Dios, no tocaron las viviendas, aunque si pasaron por las granjas cercanas, quemando sus graneros y apoderándose de los animales de granja y las monturas.
En el resto de poblaciones de su ruta, la caballería actuó de forma similar. Al menos hasta que llegaron a Springfield. Allí, advertidos de la llegada de las fuerzas españolas, los habitantes se preparaban para resistir, formando barricadas en las calles. Sin duda parecían dispuestos a luchar, pensó el general Marco. Sin embargo no estaba dispuesto a darles la oportunidad de hacerlo. Los cañones entraron en posición rápidamente, e iniciaron el bombardeo de las barricadas, primero con granadas para destrozarlas, y a continuación, con metralla para arrasar a sus defensores.
Cuando la caballería, desmontada según las órdenes del general Weyler, cargo a la bayoneta, apenas quedaban algunos defensores que, solo pudieron hacer unos disparos aislados.
Esa misma tarde, pudo entrar en la Springfield Armory, situada en las afueras de la ciudad, cuyos obreros habían huido o resultado muertos, al defender la fábrica. Frente a él pudo contemplar cientos de cajas de fusiles Krag Jorgensen recién fabricados. Cientos de miles de cartuchos .30, y filas y filas de tornos y taladros para dar forma a las armas, y todo cuanto pudiesen precisar.
Mientras, la III brigada había avanzado en paralelo por el sur, sin problemas durante gran parte del trayecto, aunque cerca de Tolland, un grupo de milicianos trato de tenderles una emboscada. Afortunadamente, prevenida la columna por los flanqueadores, su comandante, el general Andrés Ventura, pudo contraatacar y capturar a los milicianos.
Mayores problemas encontraron en la propia ciudad de Hartford, cuyos habitantes estaban reclutando apresuradamente un regimiento de la milicia en las afueras de la ciudad. Sion embargo nada pudieron hacer frente a los cañones Plasencia que, regaron sus filas con granadas de metralla. La ciudad caería poco después, y con ella, la Colt's Manufacturing Company. En dicha industria, la caballería encontró miles de revólveres. Modelos Peacemarker, Frontier, 1889, etc., pero también una veintena de ametralladoras Colt y media docena de ametralladoras Gatling. En definitiva, todo un arsenal que cambiaba de manos, al igual que la maquinaria para fabricarlos.
La propia estación de ferrocarril de la ciudad, sería destruida, y grandes tramos de railes, arrancados, o volados, junto a 2 trenes, al igual que los desniveles y los puentes sobre el río Farmington.
Mientras, la II brigada, compuesta por los regimientos España que, ya tenía tres escuadrones repartidos por el camino, y el regimiento Pavía, se quedarían en la ciudad. Allí requisarían cuantos carromatos y carretas encontrasen, así como los animales de tiro necesarios para tirar de ellos. El día siguiente, los primeros carromatos y carretas, escoltados por fuerzas del España, empezarían a trasladar el botín (2) obtenido hacia la costa.
En Cod, el crucero auxiliar Ciudad de Cádiz estaba retirando su artillería para transformarse una vez más en un transporte puro. Sus 4 cañones, Ordoñez de 12cm, y Nordenfelt de 37, serían utilizados para armar varios pequeños vapores capturados en la zona, y convertidos en improvisados cañoneros. Con ellos, se protegerían los campos de minas tendidos en la entrada de la bahía.
Una vez desarmado, el Ciudad de Cádiz se dirigió a Canadá, donde embarco grandes cantidades de heno y agua, antes de regresar.
- Auburn, Charlton, Sturbridge, Brimfield, y Palmer.
- 15.000 fusiles Krag Jorgensen, 12.000 revolveres S&W, especialmente del modelo 1881 y del modelo 3, conocido como Russian Model.
Última edición por Gaspacher el 18 Abr 2013, 00:08, editado 2 veces en total.
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GOLFO DE MÉXICO
Las escuadras española y norteamericana continuaban jugando al gato y al ratón. Aunque Sampson parecía querer romper el contacto y regresar a puerto, cada vez que intentaba cambiar de rumbo, la escuadra española hacia otro tanto, poniendo rumbo a las costas norteamericanas. Aunque no le gustaba, Sampson estaba obligado a mantenerse en persecución para salvaguardar sus costas.
Tan solo a media tarde, la escuadra española aumento la velocidad para interceptar un yate que, procedente del norte, posiblemente las costas norteamericanas, viajaba hacia el sur. No tardaron en alcanzarlo y rendirlo. Resulto ser un aviso enviado en busca de Sampson desde los EEUU, afortunadamente habían llegado antes a él.
Como fuera, la distancia entre Sampson y Key West aumentaba cada vez más, justo lo que deseaba Manterola.
WASHINGTON
El ejército continuaba atascado al sur de Daytona, aunque las primeras unidades, aun aisladas, ya habían logrado cruzar al norte. Ahora debían viajar a Jacksonville, y toda vez que, el ferrocarril permanecía cortado en Savannah, viajar hacia Pensacola, desde donde marcharían a pie durante 70km hasta Mobile o Bay Minette. Allí cogerían un nuevo tren que, vía Birmingham, les trasladaría hacía Washington y Nueva York.
La escuadra de Sampson, seguía sin embargo en paradero desconocido. Debían encontrarla de una vez, y ordenar a Sampson que, acudiese al norte, donde se dirimía la batalla que decidiría la guerra.
Allí, las fuerzas españolas habían sido vistas fortificando la península Cod, y sembrando campos de minas en su entrada, protegiendo así el puerto que acababan de conquistar.
Las escuadras española y norteamericana continuaban jugando al gato y al ratón. Aunque Sampson parecía querer romper el contacto y regresar a puerto, cada vez que intentaba cambiar de rumbo, la escuadra española hacia otro tanto, poniendo rumbo a las costas norteamericanas. Aunque no le gustaba, Sampson estaba obligado a mantenerse en persecución para salvaguardar sus costas.
Tan solo a media tarde, la escuadra española aumento la velocidad para interceptar un yate que, procedente del norte, posiblemente las costas norteamericanas, viajaba hacia el sur. No tardaron en alcanzarlo y rendirlo. Resulto ser un aviso enviado en busca de Sampson desde los EEUU, afortunadamente habían llegado antes a él.
Como fuera, la distancia entre Sampson y Key West aumentaba cada vez más, justo lo que deseaba Manterola.
WASHINGTON
El ejército continuaba atascado al sur de Daytona, aunque las primeras unidades, aun aisladas, ya habían logrado cruzar al norte. Ahora debían viajar a Jacksonville, y toda vez que, el ferrocarril permanecía cortado en Savannah, viajar hacia Pensacola, desde donde marcharían a pie durante 70km hasta Mobile o Bay Minette. Allí cogerían un nuevo tren que, vía Birmingham, les trasladaría hacía Washington y Nueva York.
La escuadra de Sampson, seguía sin embargo en paradero desconocido. Debían encontrarla de una vez, y ordenar a Sampson que, acudiese al norte, donde se dirimía la batalla que decidiría la guerra.
Allí, las fuerzas españolas habían sido vistas fortificando la península Cod, y sembrando campos de minas en su entrada, protegiendo así el puerto que acababan de conquistar.
Última edición por Gaspacher el 13 Mar 2013, 16:07, editado 1 vez en total.
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- El Templario
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Estimado Gaspacher, ya que has inspirado la operación en la "marcha hacia el mar" de Sherman, me ha faltado el pequeño homenaje de haber realizado algunas "corbatas" con el tendido ferroviario :D
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Hola a todos,
a partir de las reflexiones de llanero y ñugares, la sensación es que Cape Cod se convertirá en un refugio del Ejército de Weyler, a la espera de la firma de un alto el fuego o armisticio previo a un Tratado de Paz definitivo. Cuando llegue el Ejército de Tampa, la situación de Weyler empeorará, a expensas de la capacidad de mantener las líneas de comunicación sometidas a un importante stress operativo mediante acciones de columnas de caballería, o buscando inhabilitar de alguna manera el nudo ferroviario de Baltimore, desconozco si existía otro embudo de líneas entre Florida, el Sur, y Nueva Inglaterra vía Pennsylvania.
En 1911, el mapa es muy grande, pero vale la pena: http://mapmaker.rutgers.edu/HISTORICALM ... d_1911.jpg
Ahora bien, de cara a proteger la fuerza con destino a Bath, en este mapa ferroviario de Nueva Inglaterra, puede observarse como Portland, es un embudo del tráfico ferroviario. Una opción de retaguardia.
Saludos.
pd: empecé a redactar el mensaje hacia las 17, pero el trabajo me ha impdedido continuar hasta ahora. así que es posible que algunos extremos de éste se encuentren ya aclarados.
a partir de las reflexiones de llanero y ñugares, la sensación es que Cape Cod se convertirá en un refugio del Ejército de Weyler, a la espera de la firma de un alto el fuego o armisticio previo a un Tratado de Paz definitivo. Cuando llegue el Ejército de Tampa, la situación de Weyler empeorará, a expensas de la capacidad de mantener las líneas de comunicación sometidas a un importante stress operativo mediante acciones de columnas de caballería, o buscando inhabilitar de alguna manera el nudo ferroviario de Baltimore, desconozco si existía otro embudo de líneas entre Florida, el Sur, y Nueva Inglaterra vía Pennsylvania.
En 1911, el mapa es muy grande, pero vale la pena: http://mapmaker.rutgers.edu/HISTORICALM ... d_1911.jpg
Ahora bien, de cara a proteger la fuerza con destino a Bath, en este mapa ferroviario de Nueva Inglaterra, puede observarse como Portland, es un embudo del tráfico ferroviario. Una opción de retaguardia.
Saludos.
pd: empecé a redactar el mensaje hacia las 17, pero el trabajo me ha impdedido continuar hasta ahora. así que es posible que algunos extremos de éste se encuentren ya aclarados.
Tempus Fugit
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El Templario escribió:Estimado Gaspacher, ya que has inspirado la operación en la "marcha hacia el mar" de Sherman, me ha faltado el pequeño homenaje de haber realizado algunas "corbatas" con el tendido ferroviario :D
Como siempre digo, es Vd libre de tomar el mando de una compañía, ups, perdón, de un escuadrón, y relatar como emplearon ese día de saqueos para destruir las infraestructuras por medio de "Sherman´s Neckties"
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- urquhart
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Hola a todos,
no, hombre no, nada de inutilizar raíles, y quemar traviesas, eso es poco civilizado. Lo mejor de todo es volar una sección completa de tramo mediante dinamita u otor explosivo, de tal manera que a la par que destruir material fijo, se esparce el balasto y se destruye la trinchera y la plataforma.
Recupera esto, como hicieron los infantes de marina en La Florida es más dificil que reponer raíles, eclisas y bridas:
otra opción es destruir sistemáticamente cuanto parque de maniobras se encuentre:
o si se captura material rodante, hacer algo similar a los alemanes en 1945:
la paltaforma completamente deshecha, junto con las traviesas.
Saludos.
PD: desde luego, nuestro juego de Tierra Quemada hace quedar a Tio Joe como un aprendiz
no, hombre no, nada de inutilizar raíles, y quemar traviesas, eso es poco civilizado. Lo mejor de todo es volar una sección completa de tramo mediante dinamita u otor explosivo, de tal manera que a la par que destruir material fijo, se esparce el balasto y se destruye la trinchera y la plataforma.
Recupera esto, como hicieron los infantes de marina en La Florida es más dificil que reponer raíles, eclisas y bridas:
otra opción es destruir sistemáticamente cuanto parque de maniobras se encuentre:
o si se captura material rodante, hacer algo similar a los alemanes en 1945:
la paltaforma completamente deshecha, junto con las traviesas.
Saludos.
PD: desde luego, nuestro juego de Tierra Quemada hace quedar a Tio Joe como un aprendiz
Tempus Fugit
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buen invento el arado ese e intentado poner este vídeo pero no hay manera dejo en enlace .
http://www.youtube.com/watch?feature=pl ... RBN6oFt2hw .
Con un cacharro así desarmas muchos Km de vías férreas al día
les vamos a dejar una zona muy amplia hecha unos zorros .
Un saludo .
http://www.youtube.com/watch?feature=pl ... RBN6oFt2hw .
Con un cacharro así desarmas muchos Km de vías férreas al día
les vamos a dejar una zona muy amplia hecha unos zorros .
Un saludo .
Año de Rojos , año de hambre , peste y piojos
- El Templario
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Gaspacher escribió: Como siempre digo, es Vd libre de tomar el mando de una compañía, ups, perdón, de un escuadrón, y relatar como emplearon ese día de saqueos para destruir las infraestructuras por medio de "Sherman´s Neckties"
De las "corbatas" creo que agradezco la invitación pero me mantengo al margen... no obstante, si VM lo permite -y el tiempo no corre en mi contra- quizás me aventure a promover el cambio de status de México en este conflicto... aunque pueda resultar un aspecto desconocido, en 1898 el país azteca se consideraba a sí mismo como candidato a liderar como potencia emergente todo el marco caribeño. Tendré que adelantar un poco los intentos de reformas militares de Fernando Reyes, pero creo que puede resultar un ejercicio entretenido.
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No estaría mal conocer la actividad de México, pero sea como sea, este no debe entrar en la guerra.
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OPERACIÓN MIDAS, DÍA 4
División independiente
Las operaciones de fortificación en la península de Cod, continuaban. Ayudados por los zapadores, los artilleros habían instalado las primeras baterías de sitio en la costa. Ciertamente no eran un sustituto para un verdadero cañón de costa, pero podían resultar tremendamente peligrosas si eran bien manejadas. Sobre todo, la elección de las piezas había sido hecha con sumo cuidado, pues el magnífico alcance de los Verdes Montenegro, podía suponer más de un susto para el enemigo (1).
También las defensas en el frente de tierra avanzaban. Habiendo logrado ya, cavar varios miles de metros de trincheras de tipo carlista. Mientras, frente a las trincheras, los zapadores desbrozaban el campo y tendían miles de metros de alambradas en una quíntuple maraña. Sin duda los hombres bajo las órdenes del general Martinegui se estaban empleando a fondo, por más que él estuviese unos 30 km al Oeste, tratando de tomar New Bedford con la I brigada.
En dicha ciudad, los 6 obuses de 210mm Plasencia, abrieron fuego sobre Fort Rodman a las 8 de la mañana. Pronto, las granadas explosivas cayeron sobre el fuerte, causando graves destrozos. Tras 2 horas de bombardeo, en las que los grandes cañones dispararon no menos de 240 granadas de 90kg sobre el fuerte. Sus defensores, entre los que se encontraban no pocos paisanos, arriaron su bandera. Las bajas en el fuerte habían sido muy numerosas debido a las poderosas granadas de 210mm y el tiro parabólico de los obuses. En algunos lugares, los edificios se habían derrumbado sepultando a muchos de sus defensores.
Una vez ocupado el fuerte, los cruceros auxiliares y dos vapores se adentraron en el puerto, donde los últimos fueron cargados con telas (2), maquinaria, y diversos enseres capturados en la ciudad y cercanías antes de su envió de regreso a España. Al anochecer, las tropas estaban preparadas para una nueva marcha, pero antes, los cañones y armas capturadas, debían ser enviados a la península de Cob por mar, por lo que serían cargados en el crucero auxiliar Antonio López.
Mientras, la VIII brigada, formada por los batallones de infantería de marina, continuaba el saqueo de las granjas y silos de los alrededores. Empleando ahora los caballos y monturas capturadas para agilizar sus desplazamientos.
El resto de las fuerzas, formando una columna, había descendido hacia Newport y Fort Adams, el fuerte enemigo que cerraba el acceso a la bahía Narragansett, instalando los obuses de sitio para bombardear el fuerte.
División de caballería
Por su parte, la caballería empezó a trasladar las armas capturadas en la Springfield Armory y la Colt's Manufacturing Company hacia la costa. Cada uno de los 1.800 caballos y mulos capturados hasta ese momento, fue cargado con 2 ó 3 cajas de fusiles o municiones, mientras las carretas tiradas generalmente por bueyes, recibieron la maquinaria que iba a ser enviada a España.
Así, las recuas de animales, carromatos con armas, municiones y maquinaría serían escoltadas por 4 escuadrones de caballería hacia el este, donde deberían entregarlas a la brigada de infantería de marina.
I Cuerpo de Ejército
Cerca de Boston, las fuerzas al mando de Weyler continuaban su viaje hacia el norte.
Aunque los soldados estaban nerviosos, en gran parte a causa de los sombríos bosques otoñales que atravesaban, muchos de los hombres eran veteranos de Cuba. Los bosques de coníferas de Maine, podían ocultar la luz del sol, pero ni de lejos podían compararse a la manigua, donde la enmarañada vegetación, impedía ver más allá de unas decenas de metros. Aquí en cambio, la visibilidad bajo los árboles llegaba a los cien e incluso más metros.
Como siempre, las columnas avanzaban con la artillería en el centro, y eran flanqueadas por escuadras de tiradores que protegían sus flancos de emboscadas. Así, pudieron marchar sin grandes problemas hasta Newton, en las afueras de la ciudad de Boston. Allí, las tropas montaron las tiendas de campaña para pasar la noche o se acomodaron en las casas y establos de la zona.
Durante el camino, tan solo habían encontrado poblaciones y granjas abandonadas casi completamente por unos ciudadanos que, asustados, corrían a refugiarse en Boston. No perdieron sin embargo la oportunidad de arrasar granjas y diversos edificios que encontraron en su camino. Cortando el hilo de telégrafos en decenas de sitios, con el fin de volver la línea irreparable.
En Boston, se habían reunido mientras tanto 5 regimientos de milicianos, y diversas unidades ciudadanas, casi 4.000 hombres en total, a los que se sumarían los 800 regulares, sobre todo de artillería, de la zona. Sin embargo estas fuerzas carecían de instrucción y el gobernador prefirió atrincherarse en la ciudad. Para ello sus fuerzas, con el apoyo de la población local, iniciaron la construcción de una línea de trincheras alrededor de la ciudad.
División independiente
Las operaciones de fortificación en la península de Cod, continuaban. Ayudados por los zapadores, los artilleros habían instalado las primeras baterías de sitio en la costa. Ciertamente no eran un sustituto para un verdadero cañón de costa, pero podían resultar tremendamente peligrosas si eran bien manejadas. Sobre todo, la elección de las piezas había sido hecha con sumo cuidado, pues el magnífico alcance de los Verdes Montenegro, podía suponer más de un susto para el enemigo (1).
También las defensas en el frente de tierra avanzaban. Habiendo logrado ya, cavar varios miles de metros de trincheras de tipo carlista. Mientras, frente a las trincheras, los zapadores desbrozaban el campo y tendían miles de metros de alambradas en una quíntuple maraña. Sin duda los hombres bajo las órdenes del general Martinegui se estaban empleando a fondo, por más que él estuviese unos 30 km al Oeste, tratando de tomar New Bedford con la I brigada.
En dicha ciudad, los 6 obuses de 210mm Plasencia, abrieron fuego sobre Fort Rodman a las 8 de la mañana. Pronto, las granadas explosivas cayeron sobre el fuerte, causando graves destrozos. Tras 2 horas de bombardeo, en las que los grandes cañones dispararon no menos de 240 granadas de 90kg sobre el fuerte. Sus defensores, entre los que se encontraban no pocos paisanos, arriaron su bandera. Las bajas en el fuerte habían sido muy numerosas debido a las poderosas granadas de 210mm y el tiro parabólico de los obuses. En algunos lugares, los edificios se habían derrumbado sepultando a muchos de sus defensores.
Una vez ocupado el fuerte, los cruceros auxiliares y dos vapores se adentraron en el puerto, donde los últimos fueron cargados con telas (2), maquinaria, y diversos enseres capturados en la ciudad y cercanías antes de su envió de regreso a España. Al anochecer, las tropas estaban preparadas para una nueva marcha, pero antes, los cañones y armas capturadas, debían ser enviados a la península de Cob por mar, por lo que serían cargados en el crucero auxiliar Antonio López.
Mientras, la VIII brigada, formada por los batallones de infantería de marina, continuaba el saqueo de las granjas y silos de los alrededores. Empleando ahora los caballos y monturas capturadas para agilizar sus desplazamientos.
El resto de las fuerzas, formando una columna, había descendido hacia Newport y Fort Adams, el fuerte enemigo que cerraba el acceso a la bahía Narragansett, instalando los obuses de sitio para bombardear el fuerte.
División de caballería
Por su parte, la caballería empezó a trasladar las armas capturadas en la Springfield Armory y la Colt's Manufacturing Company hacia la costa. Cada uno de los 1.800 caballos y mulos capturados hasta ese momento, fue cargado con 2 ó 3 cajas de fusiles o municiones, mientras las carretas tiradas generalmente por bueyes, recibieron la maquinaria que iba a ser enviada a España.
Así, las recuas de animales, carromatos con armas, municiones y maquinaría serían escoltadas por 4 escuadrones de caballería hacia el este, donde deberían entregarlas a la brigada de infantería de marina.
I Cuerpo de Ejército
Cerca de Boston, las fuerzas al mando de Weyler continuaban su viaje hacia el norte.
Aunque los soldados estaban nerviosos, en gran parte a causa de los sombríos bosques otoñales que atravesaban, muchos de los hombres eran veteranos de Cuba. Los bosques de coníferas de Maine, podían ocultar la luz del sol, pero ni de lejos podían compararse a la manigua, donde la enmarañada vegetación, impedía ver más allá de unas decenas de metros. Aquí en cambio, la visibilidad bajo los árboles llegaba a los cien e incluso más metros.
Como siempre, las columnas avanzaban con la artillería en el centro, y eran flanqueadas por escuadras de tiradores que protegían sus flancos de emboscadas. Así, pudieron marchar sin grandes problemas hasta Newton, en las afueras de la ciudad de Boston. Allí, las tropas montaron las tiendas de campaña para pasar la noche o se acomodaron en las casas y establos de la zona.
Durante el camino, tan solo habían encontrado poblaciones y granjas abandonadas casi completamente por unos ciudadanos que, asustados, corrían a refugiarse en Boston. No perdieron sin embargo la oportunidad de arrasar granjas y diversos edificios que encontraron en su camino. Cortando el hilo de telégrafos en decenas de sitios, con el fin de volver la línea irreparable.
En Boston, se habían reunido mientras tanto 5 regimientos de milicianos, y diversas unidades ciudadanas, casi 4.000 hombres en total, a los que se sumarían los 800 regulares, sobre todo de artillería, de la zona. Sin embargo estas fuerzas carecían de instrucción y el gobernador prefirió atrincherarse en la ciudad. Para ello sus fuerzas, con el apoyo de la población local, iniciaron la construcción de una línea de trincheras alrededor de la ciudad.
- 9.000 metros de alcance
- La población concentraba la mayor parte de la producción textil de la zona
Última edición por Gaspacher el 01 May 2013, 13:41, editado 3 veces en total.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Al conocer las noticias de la invasión, el gobierno había ordenado a los gobernadores de los estados, reclutar de urgencia milicias para repeler la invasión. Desgraciadamente, este proceso supondría varios días, y aun no había visos de ver sus frutos. Los voluntarios, acudían en tropel desde diversos lugares, conforme se extendía la noticia de la invasión, pero era necesario proporcionarles, ropas, armas, e instrucción si se quería que tuviesen alguna posibilidad. Algo que difícilmente lograrían en solo unos días.
En el mar, la búsqueda de la escuadra de Sampson continuaba, y aunque habían sido enviados numerosos yates al golfo de México, aún no había resultados.
Al conocer las noticias de la invasión, el gobierno había ordenado a los gobernadores de los estados, reclutar de urgencia milicias para repeler la invasión. Desgraciadamente, este proceso supondría varios días, y aun no había visos de ver sus frutos. Los voluntarios, acudían en tropel desde diversos lugares, conforme se extendía la noticia de la invasión, pero era necesario proporcionarles, ropas, armas, e instrucción si se quería que tuviesen alguna posibilidad. Algo que difícilmente lograrían en solo unos días.
En el mar, la búsqueda de la escuadra de Sampson continuaba, y aunque habían sido enviados numerosos yates al golfo de México, aún no había resultados.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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