La mediocridad de muchos de nuestros políticos es reconocida y mentada, con regularidad, en todos los medios. Pero, a veces, sus comportamientos alcanzan límites que avergüenzan a todos los españoles al emplear conductas impropias de quienes representan la soberanía popular. Esta misma semana hemos tenido dos ejemplos:
Uno representado por el señor Baldoví que en el Congreso de los Diputados cuando disertaba - es un decir - sobre los desahucios, comenzó a hacer un estriptis y así se despojó de la chaqueta, después de la corbata, después se desabrochó la camisa... e ignoro que si no fuese llamado al orden por la presidencia de la Cámara se hubiera quedado en pelotas o sea igual a los argumentos que atesora.
El segundo ejemplo fue representado, en el Parlamento gallego, por el señor Beiras que, cuando estaba en el uso de la palabra el presidente de la Xunta, abandonó su escaño , se presentó ante el presidente y golpeó con fuerza el escaño del señor Feijóo en un acto de mala educación y matonismo.
Ambos parlamentarios son un ejemplo de carencia de argumentos y de la dignidad que se espera de los representantes del pueblo.
http://www.youtube.com/watch?v=Wbmnx6sBXXkSaludos.