Frank Sinatra escribió:Estimada Maria, el secuestro de personas es un drama muy cercano para este servidor, un verdadero calvario para las familias que lo sufren por lo que una liberacion es siempre una buena noticia. Desgraciadamente la solucion a este problema, y hablo de aquellos que son secuestrados en el extranjero, no es facil ni mucho menos agradable para las familias que lo sufren. El que España pague rescate por sus ciudadanos sin ningun tipo de consecuencias para los secuestradores implica para sus ciudadanos en zonas de peligro el llevar una etiqueta en la frente con su precio. No hay que olvidar que muchos viajan no solo por motivos turisticos o de colaboracion, muchos lo hacen por motivos laborales tambien, y el hecho de tratar ese problema de forma alcahueta los vuelve un objetivo apetecible, muy rentable. Habria que poner en practica acciones punitivas para esos casos, cuando no la liberacion por la fuerza, creo recordar que los GEO intervinieron en algun rescate en Latinoamerica. Hay que aprender de los franceses y sus metodos, mire si secuestran a muchos para la poblacion que son, lo que viajan y la cantidad de intereses globales que tienen.
Duro, por supuesto, pero a la larga se gana seguridad.
Saludos
Coincido plenamente con su sentir, pero no con la conclusión a la que lleva su opinión.
Según la legislación española, está penado el pagar dinero a los secuestradores.
Sin embargo en otros países, entre los que está Estados Unidos, no está penado.
La verdad, es que los bandidos, delincuentes, y secuestradores no miran de qué país es la víctima a la que van a quitar su libertad a cambio de dinero. Recuerden la antigua competición por tierras africanas del Paris Dakar, que ya no pasa por territorio de saboteadores, donde secuestraban a cualquiera que se ponga por delante, indistintamente del país de procedencia del afectado.
Yo me conformo sólo con que regresen sanos con sus seres queridos.
Un cordial saludo,
La verdad, la firmeza, la lealtad, el honor,... y la obediencia, fama, honor y vida son caudal de pobres soldados; que en buena o mala fortuna la milicia no es más que una religión de hombres honrados