Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
- Comando Gato'e Techo
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
AHI VIENEN LOS CORRONCHOS....SOPLA....!!....
Aguanto loco....que los colores del humo son los de la tricolor.....
JAJAJA.....UCRONÍA-
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JAJAJA.....UCRONÍA-
El arte de la estrategia es de vital importancia para una Nación. Es terreno de vida o muerte. El camino a la seguridad o a la ruina.
Sun Tzu
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- flanker33
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
Hola a todos.
Aquí dejo el siguiente fragmento.
Saludos.
Aquí dejo el siguiente fragmento.
Saludos.
"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
- flanker33
- Teniente Coronel
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
8 de marzo. Tulcán. Ecuador.
El Coronel Ariza dio por concluida la ronda de inspección por las posiciones avanzadas que sus soldados mantenían al oeste y al sur de la ciudad de Tumaco cuando comenzaba a caer el sol sobre el horizonte. Tras él se encontraba su ayudante y un par de oficiales de su Cuartel General, y frente a ellos, el Teniente Coronel Pablo Cardona, jefe del 5º Batallón de Infantería de Montaña. Dicho Batallón había redesplegado sus efectivos desde la zona que ocupaba en la cabeza de puente de Tufiño hasta la unión con las fuerzas del 22º Batallón en Tulcán, y ahora se había unido al resto de la brigada en la ciudad ecuatoriana, reforzando las posiciones colombianas en la misma.
Al resguardo de miradas indiscretas y francotiradores enemigos, tras los muros de un pequeño edificio, junto al Humvee que le había traído, el Coronel y el Teniente Coronel cruzaban las últimas palabras.
-Gracias por la visita, mi Coronel. A los hombres les levanta el animo ver que el comandante de la Brigada no se olvida de ellos y se acerca a la primera línea.
-Es mi trabajo, y son mis hombres, así que no hay nada que agradecer. Es bueno no perder el contacto con el frente, y estoy contento con lo que he visto. Los soldados están alerta y con la moral alta, ocupan buenas posiciones y están bien abastecidos. Si los ecuatorianos intentan algo, van a pagar un alto precio.
-Gracias mi Coronel…si me permite una pregunta… - dijo tras titubear un instante.
-Adelante Cardona
-Entre los hombres ya sabe usted que siempre corren los rumores como la pólvora, normalmente hay que controlarlos y no darles mucha importancia, pero en las últimas horas están convencidos de que con la llegada de los refuerzos, esto solo ha sido un primer paso para una ofensiva mayor, y que vamos a llegar hasta Quito… ¿sabe usted algo de eso? – dijo con bastante interés reflejado en el rostro – me gustaría saber si debo preparar a mis hombres para continuar la ofensiva, o hemos de prepararnos para una defensa de nuestras actuales posiciones…si es que lo puede compartir conmigo, por supuesto.
-Pablo no se preocupe demasiado por los rumores, como usted bien dice, son solo eso. Ocupase de que sus hombres estén centrados y preparados en su tarea, que estén ocupados reforzando las posiciones y manteniendo la vigilancia. Respecto a lo que me pregunta, pues no puedo decirle nada, por el simple hecho que no tengo más instrucciones que las que le he comentado cuando llegué: mantener y reforzar nuestras posiciones en Tulcán. No he oído nada de proseguir la ofensiva, así que no puedo decirle si es cierto o no, solo que yo no se nada al respecto.
-Entiendo mi Coronel. Nos ceñiremos a las actuales órdenes, sin especular más.
-Hágalo así Teniente Coronel. Si tengo nuevas ordenes, se las haré saber tan pronto como sea posible. Ahora debo regresar a mi puesto de mando, tengo millones de cosas por hacer.
-Mi Coronel – dijo Cardona, cuadrándose y saludando a su superior enérgicamente. Este le respondió al saludo, y tras ello, subió al Humvee y se fumó un cigarro mientras el conductor lo llevaba de regreso al edifico que servía de mando a la 8ª Brigada.
Tras un corto recorrido llegaron al Cuartel General, donde la actividad seguía como siempre. Ariza estaba orgulloso de su equipo, cada día parecían trabajar más conjuntados y de forma más eficiente. Se había deshecho de algunos miembros que no resultaban operativos y que podían entorpecer más que ayudar en la labor de ejercer el mando de la Brigada, y había traído a algunos otros oficiales y suboficiales competentes que estaban aportando un buen trabajo y actitud al equipo. Como en toda empresa u organización, era en los tiempos difíciles cuando se apreciaba realmente quien servía para el trabajo y quien no…y desde luego, para una unidad militar, un conflicto como aquel era una buena definición de “tiempos difíciles”.
Cuando llegó a la sala de mando, había varios oficiales esperando su presencia con un buen número de documentos y asuntos importantes que tratar. Se dirigió primero a su oficial de operaciones, el cual le entregó algunas carpetas.
-Esto es lo último que tenemos para actualizarse. Cuando lo haya leído deberíamos discutir algunos asuntos urgentes.
-De acuerdo. Aquí en veinte minutos – ordenó el Coronel al resto, valorando el volumen de papel que le entregaban.
Enfilo hacia su cuarto, donde podía concentrarse en la lectura de aquellos documentos, no sin antes ser interceptado por un par de oficiales con documentos urgentes que necesitaban de su firma sin más dilación.
Una vez en la relativa tranquilidad de su habitáculo, se sentó en la cama y comenzó con la lectura. Lo primero era un esquema del despliegue colombiano en la zona de Tulcán. Hacía un par de horas que había concluido la formación del nuevo dispositivo del Ejército colombiano en la zona, y Ariza quería revisarlo a fondo. Para comenzar, el despliegue de una Brigada de contrainsurgencia traída desde la reserva, la 1ª Brigada Movil, se había desplegado en funciones de infantería ligera convencional, ocupando la zona que antes ocupaba su 5º Batallón, permitiendo acortar en mucho el frente de la 8ª Brigada, y reforzando considerablemente el flanco derecho colombiano. En el flanco izquierdo, desde la zona fronteriza al este de Tulcán, hasta el aeropuerto la ciudad, era ahora responsabilidad de un Batallón de infantería que se había disgregado de la 29ª Brigada para unirse a la lucha por la ciudad ecuatoriana bajo el mando de la 23ª Brigada.
Así mismo, soldados y oficiales provenientes de algunas otras unidades se habían ido uniendo a las dos Brigadas que habían soportado el grueso de la lucha por Tulcán, reemplazando a los diversos soldados caídos en combate, ya fueran fallecidos, heridos o desaparecidos.
Ariza se tomó un segundo para reflexionar sobre esto último. Justo antes de salir para su ronda de inspección había visto los datos de bajas, tanto en el Teatro de Operaciones Sur como en el Norte. En la lucha contra Venezuela, las FFAA colombianas habían sufrido unos 400 muertos en combate, unos 1.100 heridos y más de 30 desaparecidos, totalizando casi 1.500 bajas, mientras que en el conflicto contra Ecuador, las cifras hablaban de algo más de un centenar de fallecidos, unos 300 heridos y una docena de desaparecidos para un total de casi 500 bajas. Así mismo, el número de prisioneros capturados por el enemigo en ambos Teatros de Operaciones ascendía a casi los dos centenares de compatriotas. Sin duda alguna era un precio muy alto, y aunque era difícil de evaluar la fiabilidad de los datos estando inmersos en medio de la campaña, incluso para las propias FFAA colombianas, estaba claro que eran un indicativo de la fiereza de los combates.
Ariza cogió otra carpeta que había su escritorio y revisó los datos de posibles bajas enemigas, teniendo en cuenta los tipos de combates, el interrogatorio a los prisioneros capturados e interceptaciones de comunicaciones. Inteligencia estimaba las perdidas venezolanas entre 2.000 y 2.500, mientras que las ecuatorianas, entre 300 y 600, más un discreto número de prisioneros de ambos países, principalmente ecuatorianos. El Coronel pensó que si ya era difícil saber el número de bajas propias en medio de todo aquel “fregado”, conocer el de las enemigas era poco menos que imposible, y aquellos datos se tenían que tomar como meras estimaciones. Seguramente se tardarían varios años tras la finalización del conflicto el conocer el número exacto de bajas en ambos bandos, y aún así, seguro que sería motivo de controversia durante mucho más tiempo.
Ariza dejó la carpeta mientras volvía a centrarse en los nuevos documentos que le habían pasado, no sin poder evitar pensar que en aquellas bajas no estaban incluidos los civiles de ambos bandos y que por el momento estaban sin contabilizar, pero al haberse luchado en diversas ciudades, seguro que la cifra tampoco sería alentadora.
Volvió a ocupar su mente en lo más inmediato, las nuevas posiciones colombianas en torno a Tulcán. Con el despliegue de unidades de refuerzos y la llegada de reemplazos para suplir bajas, la situación había mejorado bastante. Ahora, dos brigadas de la 3ª División, con cinco Batallones y sus elementos de apoyo, ocupaban la ciudad. Los Batallones, tras recibir los reemplazos, rondaban el 85-90% de sus efectivos autorizados y habían sido convenientemente pertrechados. Además, estaban aprovechando la pausa en los combates durante ese día para descansar un poco y preparar buenas posiciones defensivas.
Ariza dejó la carpeta con el despliegue colombiano y abrió otra donde se explicaba el dispositivo enemigo. A través de unidades de reconocimiento en tierra, comunicaciones interceptadas o reconocimientos aéreos mediante aviones, principalmente los Schweizer SA2-37B “Vampiro” en las zonas menos protegidas y sobretodo en horas nocturnas, y de un Citation IV SR-560, que operaba en las zonas más “calientes”, se había podido hacer una idea del despliegue enemigo bastante acertada, según los propios oficiales de Inteligencia. El SR-560 actuaba volando rápido y al límite de su techo operativo, fuera del alcance de las defensas aéreas, y llegando a su área de operaciones cuando de los radares colombianos desaparecían los cazas ecuatorianos, usando su FLIR para el reconocimiento visual tanto de día como de noche.
Como era de esperar, las fuerzas que habían combatido por Tulcán, estaban recibiendo reemplazos para suplir sus bajas, nuevo armamento y avituallamientos suficientes para volver de nuevo a la lucha. Aunque lo que más le inquietaba eran las tropas que llegaban desde el centro y el sur de Ecuador, al menos dos brigadas, aunque se especulaba con una tercera, que estarían finalizando su despliegue cerca del frente de Tulcán ese mismo día, por lo que estarían dispuestas para la acción desde aquella misma noche casi con toda seguridad,como mucho a la mañana siguiente.
Ariza recordó el rumor del que le había hablado el Teniente Coronel Cardona sobre proseguir la ofensiva hacia el sur, y aunque él le había dicho la verdad al comentarle que no sabía nada de una ofensiva, estaba claro que viendo el despliegue de ambos ejércitos, una ofensiva colombiana parecía descartada. Las fuerzas de ambos países estaban demasiado parejas, y aunque en general Colombia tenía más unidades y hombres para lanzar a la lucha, las acciones de las FARC, y sobre todo la lucha en la Guajira con Venezuela, y el despliegue de fuerzas a lo largo de toda la frontera, obligaba al Ejército Colombiano a utilizar un gran número de soldados en otros lugares, dejando un escaso margen para reunir más unidades en un escenario secundario como el del TdO Sur para Colombia. Y hay estribaba la otra causa por la que Ariza suponía que no se iba a realizar ninguna ofensiva hacia Quito, y era que al ser un Teatro de Operaciones que no interesaba “calentar” más de lo necesario, ni al Gobierno ni al Alto Mando, según las informaciones que habían llegado a sus oídos, y a tenor de las instrucciones recibidas, parecía estar claro que se iba a tratar de mantener las posiciones actuales para luego usarlas como baza negociadora, quizás por la retirada venezolana de las zonas de la Guajira que ocupaba en aquellos momentos.
Ese pensamiento le llevó a tomar la siguiente carpeta que tenía allí, donde hacía un somero repaso de las novedades en la Guajira, donde al parecer, las tropas enemigas habían logrado tomar por fin el estratégico punto de “Cuatro Vías”, principal nudo de comunicaciones de la zona, y las tropas colombianas se replegaban a nuevas posiciones para defender Riohacha. Aquello no le sonó nada bien, sabía que allí era donde se decidiría el conflicto, y al parecer las cosas iban de mal en peor según las noticias que llegaban de aquel frente. Para rematarlo, se decía que la Fuera Aérea enemiga había lanzado ataques contra las bases avanzadas de la FAC, y se enumeraba al menos la pérdida de un A-29 Super Tucano, un helicóptero y un aparato de reconocimiento, todos ellos destruidos en el suelo…y ese informe tenía ya algunas horas, quizás ahora la perdidas fueran mayores.
La última documentación que le quedaba por revisar fue un pequeño resumen de las actividades en el TdO Sur, del que ya conocía buena parte de lo sucedido, así que lo despachó rápido. Básicamente el día había trascurrido en relativa calma tras dos días de intensos combates en torno a Tulcán. Era la hora de tomarse un respiro y prepararse para el próximo envite. Aunque ello no quería decir que no hubiese habido intercambio de disparos con armas ligeras y morteros, encuentros entre patrullas de ambos bandos y descargas de artillería, pero en general no habían sido de mucha intensidad. En el aire tampoco había habido demasiada actividad, pero se dieron algunas acciones significativas, que el Coronel estudio con algo más de detenimiento.
Al alba, y llegados desde el noroeste, dos Mirage 5 de la FAC habían realizado un ataque contra La ciudad de Nuevas Loja, en el cantón de Lago Agrio. Los objetivos fueron la base aérea y unos grandes depósitos de petroleo, situados muy cerca de la misma. La base aérea de Lago Agrio estaba defendida por una batería del sistema Skyguard con cuatro piezas, más tres lanzadores de misiles portátiles, pero al no detectar con la debida antelación a los cazas colombianos, que se internaron volando a muy baja altura y se elevaron solo en el último momento, el tiempo de reacción de las defensas aéreas fue muy pequeño. Los cañones de 35 mm lograron escupir algunos proyectiles justo cuando los aviones enemigos estaban a punto de pasar sobre sus cabezas. Uno de ellos soltó un reguero de bombas frenadas sobre el tramo final de la pista de aterrizaje, produciendo un par de cráteres en la misma, para acto seguido y con mucha habilidad y reflejos por parte del piloto, dar una pasada de ametrallamiento con sus cañones de 30 mm sobre la plataforma de vuelo de la base, centrándose en un solitario A-37 Dragonfly que no había podido alzar el vuelo y se encontraba rodeado de mecánicos, y al que logró acertar con dos proyectiles en el centro del fuselaje, partiendolo casi por la mitad. Otro proyectil alcanzó a un camión cargado de fuel, explotando y creando una enorme bola de fuego que a duras penas pudo evitar el Mirage.
El segundo Mirage 5 ya se había elevado algo más aprovechando la distracción del ataque sobre la base aérea, y mientras lanzaba un buen número de bengalas y chaff, centró en su visor de bombardeo los depósitos de petróleo y soltó sus bombas retardadas, para acto seguido, sobrevolar las instalaciones antes de que impactaran sus bombas. Instantes después, un misil HN-5 salía disparado hacia su tobera, a la que se fijó con tozudez, pero justo en ese momento, las bombas impactaron sobre su objetivo, produciendo una enorme fuente de calor, que unido al cerrado giro del caza colombiano, hizo que el misil perdiera totalmente su objetivo, explotando en el aire sin más consecuencias.
Los dos cazas salieron de la zona de peligro a toda velocidad, perseguidos por los proyectiles de los cañones antiaéreos y de otro misil que quedó corto. Segundos después ponían rumbo a su base, de nuevo volando pegados al terreno, y aunque dos Kfir ecuatorianos que estaban en alerta realizaron un “scramble”, cuando llegaron a la zona. los Mirage se habían marchado, por lo que los cazas ecuatorianos, tras aventurarse en espacio aéreo colombiano durante unas millas, finalmente y al no poder localizar a los cazabombarderos colombianos, se retiraron y permanecieron orbitando sobre Lago Agrio durante un buen rato para asegurarse que no se producía un segundo ataque.
Por su parte la FAE no se había mantenido ociosa y había emprendido también una misión de ataque contra el aeropuerto de Puerto Asís. Se había escogido ese objetivo por su cercanía a la frontera, buscando cazar a algún helicóptero en tierra, pero también por la carga simbólica de dicha instalación al haber tenido parte en la operación “Fénix”. Dos A-37 y dos Strikemaster despegaron de la Base Aérea de Lago Agrio, en Nueva Loja, varios minutos antes de la llegada de los cazabombarderos colombianos, partiendo con rumbo noreste hacia su objetivo.
El radar de Tres Esquinas detectó a los aviones ecuatorianos cuando se elevaron unas millas antes de llegar a su objetivo. Se dio aviso a las bases militares de la zona a donde se dirigían los aparatos enemigos para que estuviesen preparados y desde la base de Puerto Asis, algunos helicópteros que estaban en alerta lograron abandonarla justo antes de la llegada de los aviones enemigos, pero dado la escasa distancia entre ambas bases, de apenas 34 millas, los cuatro aviones de ataque llegaron rápidamente y lograron realizar tres pasadas. Perseguidos en su ataque por las ráfagas de ametralladoras medias y pesadas que defendían el aeropuerto, lograron destruir en el suelo con sus bombas, cohetes y fuego de ametralladoras, a cuatro helicópteros, dos Blackhawk, dos UH-1, además de un Caravan de la Aviación del Ejército de Colombia, dañando a otro Huey y causando daños en las instalaciones de tierra. Mientras los soldados y oficiales colombianos maldecían por no tener una defensa aérea que pudiera recibir tal nombre, los pilotos de la FAE dieron por finalizado el ataque tras agotar la carga bélica que portaban, regresando a Lago Agrio. Minutos después tomaban tierra aprovechando el trozo de pista que se encontraba operativo, y que era suficiente para que los aviones ecuatorianos pudieran aterrizar, aunque no fue una operación sencilla por la enorme cantidad de humo que salía de los dos depósitos de petróleo alcanzados cerca de uno de los extremos de la pista, y que se extendía por una gran zona alrededor de la base. De haberlo necesitado, los aviones de la FAE se hubieran dirigido a la pista alternativa de Puerto Francisco de Orellana (El Coca) ya que contaban con combustible más que suficiente. Finalmente en tierra, en uno de los Strikmaster se detectaron 3 orificios de balas de 7,62 mm tras la cabina, que no tardaron en examinarse y repararse, para dejar al aparato listo lo antes posible.
Ariza dejó finalmente toda la documentación sobre la cama, y viendo que le quedaban un par de minutos para la reunión, y notando que su cuerpo le pedía otra dosis de nicotina, decidió encenderse un cigarrillo que fumó a toda velocidad. Tenía la sensación, aunque le hubiese gustado estar equivocado, que ese día era el de la calma que precede a la tempestad.
Finalmente recogió todos los papeles, carpetas y portafolios, y tras exhalar la última bocanada de humo, apagó el cigarrillo y se dirigió a la reunión que él mismo había convocado.
El Coronel Ariza dio por concluida la ronda de inspección por las posiciones avanzadas que sus soldados mantenían al oeste y al sur de la ciudad de Tumaco cuando comenzaba a caer el sol sobre el horizonte. Tras él se encontraba su ayudante y un par de oficiales de su Cuartel General, y frente a ellos, el Teniente Coronel Pablo Cardona, jefe del 5º Batallón de Infantería de Montaña. Dicho Batallón había redesplegado sus efectivos desde la zona que ocupaba en la cabeza de puente de Tufiño hasta la unión con las fuerzas del 22º Batallón en Tulcán, y ahora se había unido al resto de la brigada en la ciudad ecuatoriana, reforzando las posiciones colombianas en la misma.
Al resguardo de miradas indiscretas y francotiradores enemigos, tras los muros de un pequeño edificio, junto al Humvee que le había traído, el Coronel y el Teniente Coronel cruzaban las últimas palabras.
-Gracias por la visita, mi Coronel. A los hombres les levanta el animo ver que el comandante de la Brigada no se olvida de ellos y se acerca a la primera línea.
-Es mi trabajo, y son mis hombres, así que no hay nada que agradecer. Es bueno no perder el contacto con el frente, y estoy contento con lo que he visto. Los soldados están alerta y con la moral alta, ocupan buenas posiciones y están bien abastecidos. Si los ecuatorianos intentan algo, van a pagar un alto precio.
-Gracias mi Coronel…si me permite una pregunta… - dijo tras titubear un instante.
-Adelante Cardona
-Entre los hombres ya sabe usted que siempre corren los rumores como la pólvora, normalmente hay que controlarlos y no darles mucha importancia, pero en las últimas horas están convencidos de que con la llegada de los refuerzos, esto solo ha sido un primer paso para una ofensiva mayor, y que vamos a llegar hasta Quito… ¿sabe usted algo de eso? – dijo con bastante interés reflejado en el rostro – me gustaría saber si debo preparar a mis hombres para continuar la ofensiva, o hemos de prepararnos para una defensa de nuestras actuales posiciones…si es que lo puede compartir conmigo, por supuesto.
-Pablo no se preocupe demasiado por los rumores, como usted bien dice, son solo eso. Ocupase de que sus hombres estén centrados y preparados en su tarea, que estén ocupados reforzando las posiciones y manteniendo la vigilancia. Respecto a lo que me pregunta, pues no puedo decirle nada, por el simple hecho que no tengo más instrucciones que las que le he comentado cuando llegué: mantener y reforzar nuestras posiciones en Tulcán. No he oído nada de proseguir la ofensiva, así que no puedo decirle si es cierto o no, solo que yo no se nada al respecto.
-Entiendo mi Coronel. Nos ceñiremos a las actuales órdenes, sin especular más.
-Hágalo así Teniente Coronel. Si tengo nuevas ordenes, se las haré saber tan pronto como sea posible. Ahora debo regresar a mi puesto de mando, tengo millones de cosas por hacer.
-Mi Coronel – dijo Cardona, cuadrándose y saludando a su superior enérgicamente. Este le respondió al saludo, y tras ello, subió al Humvee y se fumó un cigarro mientras el conductor lo llevaba de regreso al edifico que servía de mando a la 8ª Brigada.
Tras un corto recorrido llegaron al Cuartel General, donde la actividad seguía como siempre. Ariza estaba orgulloso de su equipo, cada día parecían trabajar más conjuntados y de forma más eficiente. Se había deshecho de algunos miembros que no resultaban operativos y que podían entorpecer más que ayudar en la labor de ejercer el mando de la Brigada, y había traído a algunos otros oficiales y suboficiales competentes que estaban aportando un buen trabajo y actitud al equipo. Como en toda empresa u organización, era en los tiempos difíciles cuando se apreciaba realmente quien servía para el trabajo y quien no…y desde luego, para una unidad militar, un conflicto como aquel era una buena definición de “tiempos difíciles”.
Cuando llegó a la sala de mando, había varios oficiales esperando su presencia con un buen número de documentos y asuntos importantes que tratar. Se dirigió primero a su oficial de operaciones, el cual le entregó algunas carpetas.
-Esto es lo último que tenemos para actualizarse. Cuando lo haya leído deberíamos discutir algunos asuntos urgentes.
-De acuerdo. Aquí en veinte minutos – ordenó el Coronel al resto, valorando el volumen de papel que le entregaban.
Enfilo hacia su cuarto, donde podía concentrarse en la lectura de aquellos documentos, no sin antes ser interceptado por un par de oficiales con documentos urgentes que necesitaban de su firma sin más dilación.
Una vez en la relativa tranquilidad de su habitáculo, se sentó en la cama y comenzó con la lectura. Lo primero era un esquema del despliegue colombiano en la zona de Tulcán. Hacía un par de horas que había concluido la formación del nuevo dispositivo del Ejército colombiano en la zona, y Ariza quería revisarlo a fondo. Para comenzar, el despliegue de una Brigada de contrainsurgencia traída desde la reserva, la 1ª Brigada Movil, se había desplegado en funciones de infantería ligera convencional, ocupando la zona que antes ocupaba su 5º Batallón, permitiendo acortar en mucho el frente de la 8ª Brigada, y reforzando considerablemente el flanco derecho colombiano. En el flanco izquierdo, desde la zona fronteriza al este de Tulcán, hasta el aeropuerto la ciudad, era ahora responsabilidad de un Batallón de infantería que se había disgregado de la 29ª Brigada para unirse a la lucha por la ciudad ecuatoriana bajo el mando de la 23ª Brigada.
Así mismo, soldados y oficiales provenientes de algunas otras unidades se habían ido uniendo a las dos Brigadas que habían soportado el grueso de la lucha por Tulcán, reemplazando a los diversos soldados caídos en combate, ya fueran fallecidos, heridos o desaparecidos.
Ariza se tomó un segundo para reflexionar sobre esto último. Justo antes de salir para su ronda de inspección había visto los datos de bajas, tanto en el Teatro de Operaciones Sur como en el Norte. En la lucha contra Venezuela, las FFAA colombianas habían sufrido unos 400 muertos en combate, unos 1.100 heridos y más de 30 desaparecidos, totalizando casi 1.500 bajas, mientras que en el conflicto contra Ecuador, las cifras hablaban de algo más de un centenar de fallecidos, unos 300 heridos y una docena de desaparecidos para un total de casi 500 bajas. Así mismo, el número de prisioneros capturados por el enemigo en ambos Teatros de Operaciones ascendía a casi los dos centenares de compatriotas. Sin duda alguna era un precio muy alto, y aunque era difícil de evaluar la fiabilidad de los datos estando inmersos en medio de la campaña, incluso para las propias FFAA colombianas, estaba claro que eran un indicativo de la fiereza de los combates.
Ariza cogió otra carpeta que había su escritorio y revisó los datos de posibles bajas enemigas, teniendo en cuenta los tipos de combates, el interrogatorio a los prisioneros capturados e interceptaciones de comunicaciones. Inteligencia estimaba las perdidas venezolanas entre 2.000 y 2.500, mientras que las ecuatorianas, entre 300 y 600, más un discreto número de prisioneros de ambos países, principalmente ecuatorianos. El Coronel pensó que si ya era difícil saber el número de bajas propias en medio de todo aquel “fregado”, conocer el de las enemigas era poco menos que imposible, y aquellos datos se tenían que tomar como meras estimaciones. Seguramente se tardarían varios años tras la finalización del conflicto el conocer el número exacto de bajas en ambos bandos, y aún así, seguro que sería motivo de controversia durante mucho más tiempo.
Ariza dejó la carpeta mientras volvía a centrarse en los nuevos documentos que le habían pasado, no sin poder evitar pensar que en aquellas bajas no estaban incluidos los civiles de ambos bandos y que por el momento estaban sin contabilizar, pero al haberse luchado en diversas ciudades, seguro que la cifra tampoco sería alentadora.
Volvió a ocupar su mente en lo más inmediato, las nuevas posiciones colombianas en torno a Tulcán. Con el despliegue de unidades de refuerzos y la llegada de reemplazos para suplir bajas, la situación había mejorado bastante. Ahora, dos brigadas de la 3ª División, con cinco Batallones y sus elementos de apoyo, ocupaban la ciudad. Los Batallones, tras recibir los reemplazos, rondaban el 85-90% de sus efectivos autorizados y habían sido convenientemente pertrechados. Además, estaban aprovechando la pausa en los combates durante ese día para descansar un poco y preparar buenas posiciones defensivas.
Ariza dejó la carpeta con el despliegue colombiano y abrió otra donde se explicaba el dispositivo enemigo. A través de unidades de reconocimiento en tierra, comunicaciones interceptadas o reconocimientos aéreos mediante aviones, principalmente los Schweizer SA2-37B “Vampiro” en las zonas menos protegidas y sobretodo en horas nocturnas, y de un Citation IV SR-560, que operaba en las zonas más “calientes”, se había podido hacer una idea del despliegue enemigo bastante acertada, según los propios oficiales de Inteligencia. El SR-560 actuaba volando rápido y al límite de su techo operativo, fuera del alcance de las defensas aéreas, y llegando a su área de operaciones cuando de los radares colombianos desaparecían los cazas ecuatorianos, usando su FLIR para el reconocimiento visual tanto de día como de noche.
Como era de esperar, las fuerzas que habían combatido por Tulcán, estaban recibiendo reemplazos para suplir sus bajas, nuevo armamento y avituallamientos suficientes para volver de nuevo a la lucha. Aunque lo que más le inquietaba eran las tropas que llegaban desde el centro y el sur de Ecuador, al menos dos brigadas, aunque se especulaba con una tercera, que estarían finalizando su despliegue cerca del frente de Tulcán ese mismo día, por lo que estarían dispuestas para la acción desde aquella misma noche casi con toda seguridad,como mucho a la mañana siguiente.
Ariza recordó el rumor del que le había hablado el Teniente Coronel Cardona sobre proseguir la ofensiva hacia el sur, y aunque él le había dicho la verdad al comentarle que no sabía nada de una ofensiva, estaba claro que viendo el despliegue de ambos ejércitos, una ofensiva colombiana parecía descartada. Las fuerzas de ambos países estaban demasiado parejas, y aunque en general Colombia tenía más unidades y hombres para lanzar a la lucha, las acciones de las FARC, y sobre todo la lucha en la Guajira con Venezuela, y el despliegue de fuerzas a lo largo de toda la frontera, obligaba al Ejército Colombiano a utilizar un gran número de soldados en otros lugares, dejando un escaso margen para reunir más unidades en un escenario secundario como el del TdO Sur para Colombia. Y hay estribaba la otra causa por la que Ariza suponía que no se iba a realizar ninguna ofensiva hacia Quito, y era que al ser un Teatro de Operaciones que no interesaba “calentar” más de lo necesario, ni al Gobierno ni al Alto Mando, según las informaciones que habían llegado a sus oídos, y a tenor de las instrucciones recibidas, parecía estar claro que se iba a tratar de mantener las posiciones actuales para luego usarlas como baza negociadora, quizás por la retirada venezolana de las zonas de la Guajira que ocupaba en aquellos momentos.
Ese pensamiento le llevó a tomar la siguiente carpeta que tenía allí, donde hacía un somero repaso de las novedades en la Guajira, donde al parecer, las tropas enemigas habían logrado tomar por fin el estratégico punto de “Cuatro Vías”, principal nudo de comunicaciones de la zona, y las tropas colombianas se replegaban a nuevas posiciones para defender Riohacha. Aquello no le sonó nada bien, sabía que allí era donde se decidiría el conflicto, y al parecer las cosas iban de mal en peor según las noticias que llegaban de aquel frente. Para rematarlo, se decía que la Fuera Aérea enemiga había lanzado ataques contra las bases avanzadas de la FAC, y se enumeraba al menos la pérdida de un A-29 Super Tucano, un helicóptero y un aparato de reconocimiento, todos ellos destruidos en el suelo…y ese informe tenía ya algunas horas, quizás ahora la perdidas fueran mayores.
La última documentación que le quedaba por revisar fue un pequeño resumen de las actividades en el TdO Sur, del que ya conocía buena parte de lo sucedido, así que lo despachó rápido. Básicamente el día había trascurrido en relativa calma tras dos días de intensos combates en torno a Tulcán. Era la hora de tomarse un respiro y prepararse para el próximo envite. Aunque ello no quería decir que no hubiese habido intercambio de disparos con armas ligeras y morteros, encuentros entre patrullas de ambos bandos y descargas de artillería, pero en general no habían sido de mucha intensidad. En el aire tampoco había habido demasiada actividad, pero se dieron algunas acciones significativas, que el Coronel estudio con algo más de detenimiento.
Al alba, y llegados desde el noroeste, dos Mirage 5 de la FAC habían realizado un ataque contra La ciudad de Nuevas Loja, en el cantón de Lago Agrio. Los objetivos fueron la base aérea y unos grandes depósitos de petroleo, situados muy cerca de la misma. La base aérea de Lago Agrio estaba defendida por una batería del sistema Skyguard con cuatro piezas, más tres lanzadores de misiles portátiles, pero al no detectar con la debida antelación a los cazas colombianos, que se internaron volando a muy baja altura y se elevaron solo en el último momento, el tiempo de reacción de las defensas aéreas fue muy pequeño. Los cañones de 35 mm lograron escupir algunos proyectiles justo cuando los aviones enemigos estaban a punto de pasar sobre sus cabezas. Uno de ellos soltó un reguero de bombas frenadas sobre el tramo final de la pista de aterrizaje, produciendo un par de cráteres en la misma, para acto seguido y con mucha habilidad y reflejos por parte del piloto, dar una pasada de ametrallamiento con sus cañones de 30 mm sobre la plataforma de vuelo de la base, centrándose en un solitario A-37 Dragonfly que no había podido alzar el vuelo y se encontraba rodeado de mecánicos, y al que logró acertar con dos proyectiles en el centro del fuselaje, partiendolo casi por la mitad. Otro proyectil alcanzó a un camión cargado de fuel, explotando y creando una enorme bola de fuego que a duras penas pudo evitar el Mirage.
El segundo Mirage 5 ya se había elevado algo más aprovechando la distracción del ataque sobre la base aérea, y mientras lanzaba un buen número de bengalas y chaff, centró en su visor de bombardeo los depósitos de petróleo y soltó sus bombas retardadas, para acto seguido, sobrevolar las instalaciones antes de que impactaran sus bombas. Instantes después, un misil HN-5 salía disparado hacia su tobera, a la que se fijó con tozudez, pero justo en ese momento, las bombas impactaron sobre su objetivo, produciendo una enorme fuente de calor, que unido al cerrado giro del caza colombiano, hizo que el misil perdiera totalmente su objetivo, explotando en el aire sin más consecuencias.
Los dos cazas salieron de la zona de peligro a toda velocidad, perseguidos por los proyectiles de los cañones antiaéreos y de otro misil que quedó corto. Segundos después ponían rumbo a su base, de nuevo volando pegados al terreno, y aunque dos Kfir ecuatorianos que estaban en alerta realizaron un “scramble”, cuando llegaron a la zona. los Mirage se habían marchado, por lo que los cazas ecuatorianos, tras aventurarse en espacio aéreo colombiano durante unas millas, finalmente y al no poder localizar a los cazabombarderos colombianos, se retiraron y permanecieron orbitando sobre Lago Agrio durante un buen rato para asegurarse que no se producía un segundo ataque.
Por su parte la FAE no se había mantenido ociosa y había emprendido también una misión de ataque contra el aeropuerto de Puerto Asís. Se había escogido ese objetivo por su cercanía a la frontera, buscando cazar a algún helicóptero en tierra, pero también por la carga simbólica de dicha instalación al haber tenido parte en la operación “Fénix”. Dos A-37 y dos Strikemaster despegaron de la Base Aérea de Lago Agrio, en Nueva Loja, varios minutos antes de la llegada de los cazabombarderos colombianos, partiendo con rumbo noreste hacia su objetivo.
El radar de Tres Esquinas detectó a los aviones ecuatorianos cuando se elevaron unas millas antes de llegar a su objetivo. Se dio aviso a las bases militares de la zona a donde se dirigían los aparatos enemigos para que estuviesen preparados y desde la base de Puerto Asis, algunos helicópteros que estaban en alerta lograron abandonarla justo antes de la llegada de los aviones enemigos, pero dado la escasa distancia entre ambas bases, de apenas 34 millas, los cuatro aviones de ataque llegaron rápidamente y lograron realizar tres pasadas. Perseguidos en su ataque por las ráfagas de ametralladoras medias y pesadas que defendían el aeropuerto, lograron destruir en el suelo con sus bombas, cohetes y fuego de ametralladoras, a cuatro helicópteros, dos Blackhawk, dos UH-1, además de un Caravan de la Aviación del Ejército de Colombia, dañando a otro Huey y causando daños en las instalaciones de tierra. Mientras los soldados y oficiales colombianos maldecían por no tener una defensa aérea que pudiera recibir tal nombre, los pilotos de la FAE dieron por finalizado el ataque tras agotar la carga bélica que portaban, regresando a Lago Agrio. Minutos después tomaban tierra aprovechando el trozo de pista que se encontraba operativo, y que era suficiente para que los aviones ecuatorianos pudieran aterrizar, aunque no fue una operación sencilla por la enorme cantidad de humo que salía de los dos depósitos de petróleo alcanzados cerca de uno de los extremos de la pista, y que se extendía por una gran zona alrededor de la base. De haberlo necesitado, los aviones de la FAE se hubieran dirigido a la pista alternativa de Puerto Francisco de Orellana (El Coca) ya que contaban con combustible más que suficiente. Finalmente en tierra, en uno de los Strikmaster se detectaron 3 orificios de balas de 7,62 mm tras la cabina, que no tardaron en examinarse y repararse, para dejar al aparato listo lo antes posible.
Ariza dejó finalmente toda la documentación sobre la cama, y viendo que le quedaban un par de minutos para la reunión, y notando que su cuerpo le pedía otra dosis de nicotina, decidió encenderse un cigarrillo que fumó a toda velocidad. Tenía la sensación, aunque le hubiese gustado estar equivocado, que ese día era el de la calma que precede a la tempestad.
Finalmente recogió todos los papeles, carpetas y portafolios, y tras exhalar la última bocanada de humo, apagó el cigarrillo y se dirigió a la reunión que él mismo había convocado.
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
Muchas gracias Flanker por demostrar una vez mas ese talento tan especial que tienes para relatar historias tan fantasticas.
Con respecto a los ataques a nuestra base de Lago Agrio, eso era algo de esperarse debido a la situacion por la que atravezaba nuestra defensa en esos tiempos. Con el principal radar disponible en la zona, deshabilitado, pues no habia una alerta temprana para poder neutralizar ataques de aviones supersonicos Mirage, como los descritos aqui. Por suerte nuestros aviones estaban en el aire en el momento del ataque colombiano, sino, destruian un numero importante de los medios de nuestra aviacion de ataque disponibles al momento ( 8 Cessna A-37B - 5 Strikemasters Mk-89).
Fotos de la base aerea Lago Agrio ( circa 2006-2007 )
Muchas gracias MauricioA por subir el video
Con respecto a los ataques a nuestra base de Lago Agrio, eso era algo de esperarse debido a la situacion por la que atravezaba nuestra defensa en esos tiempos. Con el principal radar disponible en la zona, deshabilitado, pues no habia una alerta temprana para poder neutralizar ataques de aviones supersonicos Mirage, como los descritos aqui. Por suerte nuestros aviones estaban en el aire en el momento del ataque colombiano, sino, destruian un numero importante de los medios de nuestra aviacion de ataque disponibles al momento ( 8 Cessna A-37B - 5 Strikemasters Mk-89).
Fotos de la base aerea Lago Agrio ( circa 2006-2007 )
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
flanker33 escribió:8 de marzo. Tulcán. Ecuador.
Ariza dejó finalmente toda la documentación sobre la cama, y viendo que le quedaban un par de minutos para la reunión, y notando que su cuerpo le pedía otra dosis de nicotina, decidió encenderse un cigarrillo que fumó a toda velocidad. Tenía la sensación, aunque le hubiese gustado estar equivocado, que ese día era el de la calma que precede a la tempestad.
Finalmente recogió todos los papeles, carpetas y portafolios, y tras exhalar la última bocanada de humo, apagó el cigarrillo y se dirigió a la reunión que él mismo había convocado.
9 de marzo. Un techo en Guayaquil.
El Gato se subió al tejado, maulló un rato de ira, sacó un Líder y lo prendió con su Zippo conmemorativo del Día D -que lo había comprado en el Mall del Sol- lo fumó lentamente y en medio de el último maullido dijo: "...chucha nos cagaron por no tener radares...y ahora donde podremos comprar unos buenos..."
Arriba del techo había una antena "satelital" que nunca había funcionado bien...no sintonizaba ni el siete....el Gato se arrimó a la antena y esta se cayó del techo dejando al descubierto un "MADE IN CHINA"....premonitorio.....
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
Hola todos,
Colombia pierde todas esas aeronaves en tierra por no contar con defensas AA... cualquier parecido con la realidad NO sería pura coincidencia.
Colombia pierde todas esas aeronaves en tierra por no contar con defensas AA... cualquier parecido con la realidad NO sería pura coincidencia.
Tierra de héroes anónimos y espíritus libres...
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
Saludos por acá
flanker33, muchas gracias por tu esfuerzo, excelente relato es lo que puedo decir después de leerlo hasta donde va. Me gusta sobre todo por algunas de las formas en que describes se podrían usar algunos equipos que a mi francamente ni se me habrían asomado por la cabeza, pero extraño la aparición de mas comandos colombianos haciendo operaciones muy puntuales (por no decir muy sucias, siniestras y brutales) bien adentro del territorio del enemigo, aunque supongo algo así lo dejarías para después y para mas de un bando, incluso para quien se preocupe por sus intereses económicos aparte de los tres protagonistas.
Ademas creo que si una situación así pasara realmente, la respuesta de la comunidad internacional seria mas rápida por tantos intereses de ellos existentes en nuestras naciones. flanker33, que trabajo tan cool .
flanker33, muchas gracias por tu esfuerzo, excelente relato es lo que puedo decir después de leerlo hasta donde va. Me gusta sobre todo por algunas de las formas en que describes se podrían usar algunos equipos que a mi francamente ni se me habrían asomado por la cabeza, pero extraño la aparición de mas comandos colombianos haciendo operaciones muy puntuales (por no decir muy sucias, siniestras y brutales) bien adentro del territorio del enemigo, aunque supongo algo así lo dejarías para después y para mas de un bando, incluso para quien se preocupe por sus intereses económicos aparte de los tres protagonistas.
Ademas creo que si una situación así pasara realmente, la respuesta de la comunidad internacional seria mas rápida por tantos intereses de ellos existentes en nuestras naciones. flanker33, que trabajo tan cool .
Para sobrevivir moralmente a una guerra se debe combatir con honor y humanidad - Gustav Roedel
- ferreret
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
Sólo quiero dejar constancia de mi admiración y agradecimiento a flanker33 por darnos este relato.
Esperando los siguientes fragmentos
Por cierto... el otro día recopilé en un único documento tu relato de 1989 y me salieron 220 páginas!!!!
Esperando los siguientes fragmentos
Por cierto... el otro día recopilé en un único documento tu relato de 1989 y me salieron 220 páginas!!!!
- Comando Gato'e Techo
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
....estamos esperando la llegada al combate (ucrónico) del Quinto Guayas....
....y del Cazadores de los Ríos......
....ni que hablar del GCM Saraguro junto al Teniente Hugo Ortiz con el Grupo Aéreo del Ejercito 43 con sus helicópteros.....
....y del Cazadores de los Ríos......
....ni que hablar del GCM Saraguro junto al Teniente Hugo Ortiz con el Grupo Aéreo del Ejercito 43 con sus helicópteros.....
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
ferreret escribió:Sólo quiero dejar constancia de mi admiración y agradecimiento a flanker33 por darnos este relato.
Esperando los siguientes fragmentos
Por cierto... el otro día recopilé en un único documento tu relato de 1989 y me salieron 220 páginas!!!!
Cual relato!!!!!
- flanker33
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
Hola Anderson,
No se si ya lo he comentado, pero de las cosas que más me sorprendieron al comenzar a investigar para el relato, fue precisamente la escasísima defensa antiaérea colombiana. Entiendo lo de que no es algo prioritario dado el conflicto interno que vive el país, pero no se, no digo gastarse grandes cantidades en un sistema DCA potente, pero aunque fueran unos cuantos Stingers o similar, ya sería otra cosa.
Hola Cesar Cardenas,
me alegra que te guste el relato. En cuanto a la participación de los comandos colombianos, de momento han atacado la refinería venezolana de Punta Cardón y una Base Aérea en territorio venezolano, mientras que otros más, están combatiendo desde el primer día en la Guajira, principalmente a retaguardia del enemigo y contra sus lineas de abastecimiento. El problema de atacar bien adentro del territorio enemigo, como siempre es la infiltración, e igual de importante la exfiltración, cuanto más al interior más riesgo de ser descubiertos antes de llegar al objetivo, y/o de no poder regresar tras la acción.
Sobre la reacción de la comunidad internacional, es posible que fuera más rápida, pero tampoco estoy seguro al 100%, cuando hay intereses de las grandes potencias por medio, la ONU suele ser bastante lenta, de todas maneras, muy pronto habrá novedades.
Hola Ferreret,
agradecerte a ti que sigas leyendo los relatos desde hace tiempo, y por hacer la recopilación del de “1989. La Campaña del Golfo”. Yo lo tengo dividido por capítulos, y me salieron 33, pero no lo he recopilado en un único documento. Este que nos ocupa, de momento me salen 186 páginas en A4 y solo hasta la lucha en “Cuatro Vías” el 7 de marzo.
Hola Comando Gato'e Techo
lo siento, pero creo que me perdí un poco...¿entiendo que son unidades ecuatorianas notorias?
Hola jcmorey2
Ferreret se refiere a este:
relato-1989-la-campana-del-golfo-t34892.html
Saludos
Colombia pierde todas esas aeronaves en tierra por no contar con defensas AA... cualquier parecido con la realidad NO sería pura coincidencia
No se si ya lo he comentado, pero de las cosas que más me sorprendieron al comenzar a investigar para el relato, fue precisamente la escasísima defensa antiaérea colombiana. Entiendo lo de que no es algo prioritario dado el conflicto interno que vive el país, pero no se, no digo gastarse grandes cantidades en un sistema DCA potente, pero aunque fueran unos cuantos Stingers o similar, ya sería otra cosa.
Hola Cesar Cardenas,
me alegra que te guste el relato. En cuanto a la participación de los comandos colombianos, de momento han atacado la refinería venezolana de Punta Cardón y una Base Aérea en territorio venezolano, mientras que otros más, están combatiendo desde el primer día en la Guajira, principalmente a retaguardia del enemigo y contra sus lineas de abastecimiento. El problema de atacar bien adentro del territorio enemigo, como siempre es la infiltración, e igual de importante la exfiltración, cuanto más al interior más riesgo de ser descubiertos antes de llegar al objetivo, y/o de no poder regresar tras la acción.
Sobre la reacción de la comunidad internacional, es posible que fuera más rápida, pero tampoco estoy seguro al 100%, cuando hay intereses de las grandes potencias por medio, la ONU suele ser bastante lenta, de todas maneras, muy pronto habrá novedades.
Hola Ferreret,
agradecerte a ti que sigas leyendo los relatos desde hace tiempo, y por hacer la recopilación del de “1989. La Campaña del Golfo”. Yo lo tengo dividido por capítulos, y me salieron 33, pero no lo he recopilado en un único documento. Este que nos ocupa, de momento me salen 186 páginas en A4 y solo hasta la lucha en “Cuatro Vías” el 7 de marzo.
Hola Comando Gato'e Techo
lo siento, pero creo que me perdí un poco...¿entiendo que son unidades ecuatorianas notorias?
Hola jcmorey2
Cual relato!!!!!
Ferreret se refiere a este:
relato-1989-la-campana-del-golfo-t34892.html
Saludos
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
Sin duda en el ultimo relato Flanker 2 cosas a destacar que merecen tu comentario me refiero a :
entiendo que son números de inteligencia y que perfectamente podría ser un estimado erróneo ( siempre dentro de la ucronía se entiende) pero como si el grueso de la avanzada venezolana va precisamente dentro de blindados o MBTs las bajas en este sentido sean superiores a las del Ejercito colombiano?.
No siempre es una constante es obvio pero en una ofensiva y mas en este caso en la Gujira, podría esperarse tal vez exactamente lo contrario?.
Una de las principales bazas de Colombia, tanto en esa época y también ahora, extraño que veamos actuando a estos aviones en el teatro sur y no en el norte
la flota ELINT de Colombia no es moco de pavo y su uso también ( desde mi humilde opinión) debería ser extendido al teatro norteño.
por ultimo estimado Flanker, cuando entran en acción las baterías de misiles antiaéreos Rusos que posee el Ecuador? me refiero a los SA-8 Gecko.
de todas maneras espero tus relatos con impaciencia y ya casi sin uñas de tanto morderlas al leerte.
saludos.
Ariza se tomó un segundo para reflexionar sobre esto último. Justo antes de salir para su ronda de inspección había visto los datos de bajas, tanto en el Teatro de Operaciones Sur como en el Norte. En la lucha contra Venezuela, las FFAA colombianas habían sufrido unos 400 muertos en combate, unos 1.100 heridos y más de 30 desaparecidos, totalizando casi 1.500 bajas, mientras que en el conflicto contra Ecuador, las cifras hablaban de algo más de un centenar de fallecidos, unos 300 heridos y una docena de desaparecidos para un total de casi 500 bajas. Así mismo, el número de prisioneros capturados por el enemigo en ambos Teatros de Operaciones ascendía a casi los dos centenares de compatriotas. Sin duda alguna era un precio muy alto, y aunque era difícil de evaluar la fiabilidad de los datos estando inmersos en medio de la campaña, incluso para las propias FFAA colombianas, estaba claro que eran un indicativo de la fiereza de los combates.
Ariza cogió otra carpeta que había su escritorio y revisó los datos de posibles bajas enemigas, teniendo en cuenta los tipos de combates, el interrogatorio a los prisioneros capturados e interceptaciones de comunicaciones. Inteligencia estimaba las perdidas venezolanas entre 2.000 y 2.500, mientras que las ecuatorianas, entre 300 y 600, más un discreto número de prisioneros de ambos países, principalmente ecuatorianos. El Coronel pensó que si ya era difícil saber el número de bajas propias en medio de todo aquel “fregado”, conocer el de las enemigas era poco menos que imposible, y aquellos datos se tenían que tomar como meras estimaciones. Seguramente se tardarían varios años tras la finalización del conflicto el conocer el número exacto de bajas en ambos bandos, y aún así, seguro que sería motivo de controversia durante mucho más tiempo.
entiendo que son números de inteligencia y que perfectamente podría ser un estimado erróneo ( siempre dentro de la ucronía se entiende) pero como si el grueso de la avanzada venezolana va precisamente dentro de blindados o MBTs las bajas en este sentido sean superiores a las del Ejercito colombiano?.
No siempre es una constante es obvio pero en una ofensiva y mas en este caso en la Gujira, podría esperarse tal vez exactamente lo contrario?.
A través de unidades de reconocimiento en tierra, comunicaciones interceptadas o reconocimientos aéreos mediante aviones, principalmente los Schweizer SA2-37B “Vampiro” en las zonas menos protegidas y sobretodo en horas nocturnas, y de un Citation IV SR-560, que operaba en las zonas más “calientes”, se había podido hacer una idea del despliegue enemigo bastante acertada, según los propios oficiales de Inteligencia. El SR-560 actuaba volando rápido y al límite de su techo operativo, fuera del alcance de las defensas aéreas, y llegando a su área de operaciones cuando de los radares colombianos desaparecían los cazas ecuatorianos, usando su FLIR para el reconocimiento visual tanto de día como de noche.
Una de las principales bazas de Colombia, tanto en esa época y también ahora, extraño que veamos actuando a estos aviones en el teatro sur y no en el norte
la flota ELINT de Colombia no es moco de pavo y su uso también ( desde mi humilde opinión) debería ser extendido al teatro norteño.
por ultimo estimado Flanker, cuando entran en acción las baterías de misiles antiaéreos Rusos que posee el Ecuador? me refiero a los SA-8 Gecko.
de todas maneras espero tus relatos con impaciencia y ya casi sin uñas de tanto morderlas al leerte.
saludos.
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- flanker33
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Relato: 2008. La Llamarada del Fénix
Hola Guaripete,
Sobre el número de bajas, es un tema muy difícil de valorar. Cuando hace un tiempo investigue para un articulo sobre la operación Olympic, el tema de predecir bajas en una batalla o campaña, es casi imposible, o por lo menos, sujeto a muchísimas variables. En este caso, hay algunas de ellas reflejadas en ese parrafo, el primero es que las fuerzas propias suelen sobreestimar las perdidas enemigas, otra es que se basan en datos parciales, también están en el fragor del combate por lo que los recuentos son difíciles, más si no te adueñas del campo de batalla. Por eso comento que serían meras estimaciones y que la realidad tardaría posiblemente años en saberse fuera de algunos centros de mando. Para las bajas venezolanas, efectivamente, la velocidad y el “blindaje” del ataque hace que el número de bajas pueda ser más reducido, pero también tengo en cuenta que se han producido combates urbanos en dos ciudades, así como en zonas medianamente preparadas para la defensa como Puerto Bolivar o Cuatro Vías, y que en estos casos, los atacantes suelen llevarse un mayor número de bajas. Además, la teoría dicta que hay que atacar 3 a 1 a favor de los atacantes (con muchas salvedades y variables, por supuesto), que no es este caso, por lo que las bajas de los atacantes pueden ser mayores. Pero como le comentó, es una mera especulación, la verdad es que es prácticamente imposible predecir el número de bajas con un margen de error fiable.
En el norte también actuarían sin duda, pero el peligro de los cazas venezolanos es mayor que el de los ecuatorianos en el sur, por número y capacidades, por lo que los aviones de inteligencia colombiana, se mostrarían más cautos, en mi opinión.
En el primer fragmento que hable sobre el frente sur comenté esto:
Y sobre su uso, escribí esto:
Gracias Guaripete. Esta vez ando un poco retrasado, estoy un poco liado con otras cosas más mundanas...
Saludos.
entiendo que son números de inteligencia y que perfectamente podría ser un estimado erróneo ( siempre dentro de la ucronía se entiende) pero como si el grueso de la avanzada venezolana va precisamente dentro de blindados o MBTs las bajas en este sentido sean superiores a las del Ejercito colombiano?.
No siempre es una constante es obvio pero en una ofensiva y mas en este caso en la Gujira, podría esperarse tal vez exactamente lo contrario?.
Sobre el número de bajas, es un tema muy difícil de valorar. Cuando hace un tiempo investigue para un articulo sobre la operación Olympic, el tema de predecir bajas en una batalla o campaña, es casi imposible, o por lo menos, sujeto a muchísimas variables. En este caso, hay algunas de ellas reflejadas en ese parrafo, el primero es que las fuerzas propias suelen sobreestimar las perdidas enemigas, otra es que se basan en datos parciales, también están en el fragor del combate por lo que los recuentos son difíciles, más si no te adueñas del campo de batalla. Por eso comento que serían meras estimaciones y que la realidad tardaría posiblemente años en saberse fuera de algunos centros de mando. Para las bajas venezolanas, efectivamente, la velocidad y el “blindaje” del ataque hace que el número de bajas pueda ser más reducido, pero también tengo en cuenta que se han producido combates urbanos en dos ciudades, así como en zonas medianamente preparadas para la defensa como Puerto Bolivar o Cuatro Vías, y que en estos casos, los atacantes suelen llevarse un mayor número de bajas. Además, la teoría dicta que hay que atacar 3 a 1 a favor de los atacantes (con muchas salvedades y variables, por supuesto), que no es este caso, por lo que las bajas de los atacantes pueden ser mayores. Pero como le comentó, es una mera especulación, la verdad es que es prácticamente imposible predecir el número de bajas con un margen de error fiable.
Una de las principales bazas de Colombia, tanto en esa época y también ahora, extraño que veamos actuando a estos aviones en el teatro sur y no en el norte
la flota ELINT de Colombia no es moco de pavo y su uso también ( desde mi humilde opinión) debería ser extendido al teatro norteño.
En el norte también actuarían sin duda, pero el peligro de los cazas venezolanos es mayor que el de los ecuatorianos en el sur, por número y capacidades, por lo que los aviones de inteligencia colombiana, se mostrarían más cautos, en mi opinión.
por ultimo estimado Flanker, cuando entran en acción las baterías de misiles antiaéreos Rusos que posee el Ecuador? me refiero a los SA-8 Gecko.
En el primer fragmento que hable sobre el frente sur comenté esto:
Numéricamente, las fuerzas colombianas eran superiores, y poseían una elevada capacidad de despliegue aeromóvil mediante sus helicópteros, pero por contra, los ecuatorianos tenían un mayor número de piezas de artillería pesada y una mejor cobertura de defensa aérea, con diversos tipos de sistemas MANPADS y cañones AAA, además de sistemas 9k33 OSA (SA-8 Gecko) de la Fuerza Aérea, dos de los cuales estaban desplegados en las inmediaciones de Tulcan, protegiendo a la artillería, el aeropuerto, el paso fronterizo del puente internacional Rumichaca, la ciudad en si, y las fuerzas terrestres desplegadas a su alrededor. La falta de cobertura del radar ecuatoriano de Lago Agrio era un problema para la Fuerza Aérea ecuatoriana, pero los radares de los SA-8 y los Skyguard que dirigían a los cañones dobles de 35 mm Oerlikon, ayudaban a vigilar algunas zonas importantes, aunque varios de estos sistemas de defensa aérea estaban también desplegados más al interior, protegiendo blancos estratégicos.
Y sobre su uso, escribí esto:
-¿Y nuestros cazas Coronel?
-No se si aparecerán. Aquí todavía estamos bajo la cobertura de los malditos misiles antiaéreos SA-8 enemigos que hay alrededor de Tulcan.
Atónito todavía por aquel comportamiento, una explosión en el aire lo sacó de aquél trance. A lo lejos, donde los dos Arpia estaban persiguiendo al resto del Escuadrón, uno de aquellos endemoniados aparatos caía envuelto en llamas al suelo. Ahí estaba su milagro. Por fin, alguno de aquellos SAM móviles SA-8 se había fijado en los helicópteros colombianos y estaban haciendo bien su trabajo.
de todas maneras espero tus relatos con impaciencia y ya casi sin uñas de tanto morderlas al leerte.
Gracias Guaripete. Esta vez ando un poco retrasado, estoy un poco liado con otras cosas más mundanas...
Saludos.
"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
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