Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
- urquhart
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Hola a todos
Cierto, los resultados son
España: 1-0-4
BB francés frente Cartagena
3 CA británicos en Kingston
1 CA británico frente a Cádiz
Entente: 2-0-2+1
El+1 es el futuro pecio Almirante Oquendo
Respecto a las mejoras de los 280, ganar 2000 mts de alcance, con una diferencia de 3 nudos en velocidades, son unos 40 minutos adicionales del Minotaur al alcance de aquéllos.
Cierto, los resultados son
España: 1-0-4
BB francés frente Cartagena
3 CA británicos en Kingston
1 CA británico frente a Cádiz
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El+1 es el futuro pecio Almirante Oquendo
Respecto a las mejoras de los 280, ganar 2000 mts de alcance, con una diferencia de 3 nudos en velocidades, son unos 40 minutos adicionales del Minotaur al alcance de aquéllos.
Última edición por urquhart el 24 Oct 2013, 13:33, editado 1 vez en total.
Razón: Minuto y Resultado
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Tempus Fugit
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Gaspacher escribió:¿Alguien se atreve con la ultima batalla del Oquendo?
Maldita sea...
Su final sólo puede ser con la bandera arriba
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
urquhart escribió:2 CA británicos en Kingston
¡Fueron 3 cruceros acorazados 3!, Suffolk, Monmouth y Good Hope con el almirante a bordo
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Eso lo decidirá el maestro urquhart, quien se ha presentado "voluntario" para tan ardua misión...
Parece que las lineas argumentales principales ya están más o menos claras, espero que mañana podamos ver el destino del Oquendo
Parece que las lineas argumentales principales ya están más o menos claras, espero que mañana podamos ver el destino del Oquendo
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Estimados compañeros,
Uno que no cree en milagros, (pa eso está Lurdes), vamos a pensar que en este caso se da uno de ellos. Cuando la batalla está a punto de comenzar se divisan unos penachos en el horizonte, sin saber que tipo de buques pueden ser. Y de repente nos encontramos con la flota de Spee de camino de vuelta a Alemania.... o con los cruceros ligeros de Spee lo demás lo dejo a criterio del hacedor.
Por otro lado, por supuesto que el oquendo las lleva crudas, pero con las mejoras incorporadas y la difenrencia de criterio de uso de los torpedos por una y otra marina igual hay sorpresa y todo...
Un saludo
Uno que no cree en milagros, (pa eso está Lurdes), vamos a pensar que en este caso se da uno de ellos. Cuando la batalla está a punto de comenzar se divisan unos penachos en el horizonte, sin saber que tipo de buques pueden ser. Y de repente nos encontramos con la flota de Spee de camino de vuelta a Alemania.... o con los cruceros ligeros de Spee lo demás lo dejo a criterio del hacedor.
Por otro lado, por supuesto que el oquendo las lleva crudas, pero con las mejoras incorporadas y la difenrencia de criterio de uso de los torpedos por una y otra marina igual hay sorpresa y todo...
Un saludo
"Pienso que se presenta una importante crisis. Jamás hubo cosa tan valiente, tan generosa, tan noble, como la conducta de los asturianos"
Cámara de los comunes el 15 de julio de 1808
Cámara de los comunes el 15 de julio de 1808
- urquhart
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AGUAS DE FREETOWN
AGUAS DE FREETOWN, AFRICA OCCIDENTAL BRITÁNICA, ENERO DE 1915
Carrizo observaba como los hombres ocupaban sus puestos de combate. Desde la cofa de popa cantaban las distancias apreciadas a la división británica. Ofreciendose de popa solo contaba con un único cañón de 280 mm., poderoso pero insuficiente. Debía presentar combate de costado, utilzando la ventaja de sus dos remozados 280 mm. (1)
La diferencia de velocidades, jugaba en contra del Almirante Oquendo, de sus supuestos 20 nudos, solo daba 14 tras el encuentro con el Calgarian, 15 en algún momento, pero obligando a un esfuerzo sobrehumano a los fogoneros, y forzando a las máquinas.
El Crucero enemigo, identicado como clase Minotaur, daba 23 nudos; pero jamás se alejaría del auxiliar, un rápido cálculo concedía 18 nudos a la División Británica.
A proa, se desdibujaba la silueta de El Zorro, pero aún era visible desde el Almirante Oquendo. Si el crucero británico forzaba máquinas en breve sabrían de su presencia.
El combate al que irremediablemete estaba condenado, daría tiempo al vapor a escapar. Lo primero, marcar rumbo alejandose de El Zorro. Si los dos británicos aceptaban el combate contra el Almirante Oquendo...
Arrumbe a norte verdadero
Minutos después de dar la orden, los dos navíos británicos aceptaban el combate... ¡Sí!
Carrizo dio ordenes a los artilleros de buscar la proa del Crucero Británico, concentrando sus dos piezas de 280 mm. y las 4 de 152 mm. de estribor (2).
Con las piezas principales de ambos cruceros acorazados de alcances similares, Carrizo contaba con la ventaja de mayor pegada de las dos del Almirante Oquendo, frente a las dos de 233 mm. británicas de proa; confiando en su cinturón acorazado.
¡Fuego!
Los piques se sucedían, y pronto ambos cruceros se centraban. Los impactos en el Almirante Oquendo empezaron a sucederse, pero la estructura y el cinturón acorazado resistían bien el envite. Fue un acierto en su día eliminar la profusa marquetería decorativa, y sustituir la madera por metal en el puente y cubierta.
Gracias al intercomunicador, desde la cofa el puente de mando recibía información constante del resultado del fuego
Impacto, Impacto.
Comandante informan de que hemos logrado acertar al enemigo.
Impacto, Impacto.
Comandante, segundo impacto en el enemigo
Gracias Capitán Nuñez. Mantengan el fuego sobre el Crucero regular
Comandante, el enemigo ha dejado de disparar con su pieza proel. Continúa el fuego las dos piezas de las amuras. Tercer impacto en el crucero enemigo.
Momento de salir de aquí. Nuestro 280 y los dos secundarios popeles les mantendrán a distancia. Nos buscarán para poder usar la torre popera. Rumbo 270º
Tal como había previsto Carrizo, el Minotaur y el crucero auxiliar le perseguían. En ocasiones el auxiliar salía de la protección que le brindaba el crucero acorazado para abrir fuego y buscar ser blanco del Almirante Oquendo, momento en el que el Minotaur buscaría aacercarse y permitir a sus dos 190 proeles hacer fuego.
De tanto en tanto, el Almirante Oquendo era alcanzado por las piezas de 190 mm., pero el Minotaur recibía un nuevo y severo castigo por parte del español. Con seguridad el británico había recibido un impacto bajo la línea de flotación, reducía su velocidad momentaneamente.
La suerte parecía aliarse con el Almirante Oquendo, cuando de repente la torre proel del Minotaur volvía a hacer fuego. Una serie de impactos se producían en el navío español.
Viren a babor; presentaremos nuestro costado de babor. Fuego con ambas piezas principales.
A pesar de los daños infligidos, el Minotaur pudo acortar distancias, para combatir con toda la artillería de una banda, quedando atrás el auxiliar, si bien no dando sus teóricos 23 nudos, si que superaba los 18 del auxiliar, incluso a esa velocidad daría alcance al Almirante Oquendo.
Comandante, ambos enemigos se separan, el auxiliar se relega.
Bien, alea jacta est. Caballeros, rencontrado al enemigo. Cortaremos la T, al Minotaur fuego con los principales y los secundarios de babor, contra el auxiliar, artillería de estribor
Los impactos se sucedian en las tres naves. El Crucero Auxiliar, identificado como SS Orbita recibía un duro castigo, que a duras penas podía devolver; produciendole fuertes incendios en las cubiertas de pasajeros; y obligandole a retirarse hacia Freetown.
Ambos cruceros se cañoneaban intensamente, y el Almirante Oquendo iba perdiendo una a una sus piezas secundarias; aunque también castigaba duramente al Minotaur. Algunos impactos sobre el británico permitieron poner distancia de por medio, y la torre proel del enemigo había enmudecido por segunda vez. Para Carrizo su última oportunidad eran los torpedos, así que decidió lanzarlos, no impactaron, pero obligaron al británico a maniobrar para evitarlos y así desengancharse definitivamente del combate.
Fuera del alcance del enemigo Carrizo visitó las dependencias del ahora destrozado Cruecro Acorazado. La enfermería estaba desbordada, los gritos de dolor y desesperación se confundían entre las indicaciones del Doctor Poyatos. Solo restaban en servicio algunas piezas de 152 mm. y una de las carboneras debió ser inundada para evitar daños mayores. Las máquinas finalmente dejaban de funcionar, imposible llegar a puerto amigo. Pronto aparecerían nuevos navíos británicos a los que no se podría enfrentar, y el resultado sería inevitable, el hundimiento a manos del enemigo, y la muerte ahora ya inútil de muchos más de sus hombres; porque jamás rendiría ni su buque ni su bandera.
Alferez, ordene evacuar el buque. Reuna a los oficiales.
Comandante, muchos de los heridos no pueden ser trasladados.
Lo sé Doctor; pero no rendiré el buque. Me quedaré con ellos hasta el final.
Permitame que le acompañe Comandante.
No Doctor Poyatos, no. Los heridos que puedan ser trasladados a los botes le necesitarán. Recoja todo cuanto necesite. Pronto rendiré cuentas al Altísimo.Los británicos vendrán. Serán prisioneros de guerra, pero vivirán. Hay tiempo para preparar balsas y recoger víveres y agua, el Almirante Oquendo aun puede flotar.
Días después los supervivientes del Almirante Oquendo eran localizados por el U-31 (3), que tras darle remolque unas millas hacia la costa y proporcionarles agua, se sumergía al aparecer en la distancia una columna de humo
las primeras noticias de la perdida del Almirante Oquendo se tuvieron en Canarias, transmitidas desde el U-31. El Capitán de Corbeta Nuñez, relataría el combate. Sí, sabían el Almirante Oquendo había sido hundido, el último de su clase, pero los cruceros británicos habían abandonado el combate. Ambos necesitarían de importantes trabajos, si es que permanecían a flote.
(1) Mejoras en las cañas, en las torres y en los proplentes.
(2) Las piezas originales de 140 mm. habían sido sustituidas por piezas de 152 mm. de diseño estadounidense
(3) La clase U-31, en servicio desde septiembre de 1914, 11 unidades, tenía una autonomía de 8790 millas. Podría operar desde Canarias. http://www.uboat.net/wwi/types/index.html?type=U+31
Carrizo observaba como los hombres ocupaban sus puestos de combate. Desde la cofa de popa cantaban las distancias apreciadas a la división británica. Ofreciendose de popa solo contaba con un único cañón de 280 mm., poderoso pero insuficiente. Debía presentar combate de costado, utilzando la ventaja de sus dos remozados 280 mm. (1)
La diferencia de velocidades, jugaba en contra del Almirante Oquendo, de sus supuestos 20 nudos, solo daba 14 tras el encuentro con el Calgarian, 15 en algún momento, pero obligando a un esfuerzo sobrehumano a los fogoneros, y forzando a las máquinas.
El Crucero enemigo, identicado como clase Minotaur, daba 23 nudos; pero jamás se alejaría del auxiliar, un rápido cálculo concedía 18 nudos a la División Británica.
A proa, se desdibujaba la silueta de El Zorro, pero aún era visible desde el Almirante Oquendo. Si el crucero británico forzaba máquinas en breve sabrían de su presencia.
El combate al que irremediablemete estaba condenado, daría tiempo al vapor a escapar. Lo primero, marcar rumbo alejandose de El Zorro. Si los dos británicos aceptaban el combate contra el Almirante Oquendo...
Arrumbe a norte verdadero
Minutos después de dar la orden, los dos navíos británicos aceptaban el combate... ¡Sí!
Carrizo dio ordenes a los artilleros de buscar la proa del Crucero Británico, concentrando sus dos piezas de 280 mm. y las 4 de 152 mm. de estribor (2).
Con las piezas principales de ambos cruceros acorazados de alcances similares, Carrizo contaba con la ventaja de mayor pegada de las dos del Almirante Oquendo, frente a las dos de 233 mm. británicas de proa; confiando en su cinturón acorazado.
¡Fuego!
Los piques se sucedían, y pronto ambos cruceros se centraban. Los impactos en el Almirante Oquendo empezaron a sucederse, pero la estructura y el cinturón acorazado resistían bien el envite. Fue un acierto en su día eliminar la profusa marquetería decorativa, y sustituir la madera por metal en el puente y cubierta.
Gracias al intercomunicador, desde la cofa el puente de mando recibía información constante del resultado del fuego
Impacto, Impacto.
Comandante informan de que hemos logrado acertar al enemigo.
Impacto, Impacto.
Comandante, segundo impacto en el enemigo
Gracias Capitán Nuñez. Mantengan el fuego sobre el Crucero regular
Comandante, el enemigo ha dejado de disparar con su pieza proel. Continúa el fuego las dos piezas de las amuras. Tercer impacto en el crucero enemigo.
Momento de salir de aquí. Nuestro 280 y los dos secundarios popeles les mantendrán a distancia. Nos buscarán para poder usar la torre popera. Rumbo 270º
Tal como había previsto Carrizo, el Minotaur y el crucero auxiliar le perseguían. En ocasiones el auxiliar salía de la protección que le brindaba el crucero acorazado para abrir fuego y buscar ser blanco del Almirante Oquendo, momento en el que el Minotaur buscaría aacercarse y permitir a sus dos 190 proeles hacer fuego.
De tanto en tanto, el Almirante Oquendo era alcanzado por las piezas de 190 mm., pero el Minotaur recibía un nuevo y severo castigo por parte del español. Con seguridad el británico había recibido un impacto bajo la línea de flotación, reducía su velocidad momentaneamente.
La suerte parecía aliarse con el Almirante Oquendo, cuando de repente la torre proel del Minotaur volvía a hacer fuego. Una serie de impactos se producían en el navío español.
Viren a babor; presentaremos nuestro costado de babor. Fuego con ambas piezas principales.
A pesar de los daños infligidos, el Minotaur pudo acortar distancias, para combatir con toda la artillería de una banda, quedando atrás el auxiliar, si bien no dando sus teóricos 23 nudos, si que superaba los 18 del auxiliar, incluso a esa velocidad daría alcance al Almirante Oquendo.
Comandante, ambos enemigos se separan, el auxiliar se relega.
Bien, alea jacta est. Caballeros, rencontrado al enemigo. Cortaremos la T, al Minotaur fuego con los principales y los secundarios de babor, contra el auxiliar, artillería de estribor
Los impactos se sucedian en las tres naves. El Crucero Auxiliar, identificado como SS Orbita recibía un duro castigo, que a duras penas podía devolver; produciendole fuertes incendios en las cubiertas de pasajeros; y obligandole a retirarse hacia Freetown.
Ambos cruceros se cañoneaban intensamente, y el Almirante Oquendo iba perdiendo una a una sus piezas secundarias; aunque también castigaba duramente al Minotaur. Algunos impactos sobre el británico permitieron poner distancia de por medio, y la torre proel del enemigo había enmudecido por segunda vez. Para Carrizo su última oportunidad eran los torpedos, así que decidió lanzarlos, no impactaron, pero obligaron al británico a maniobrar para evitarlos y así desengancharse definitivamente del combate.
Fuera del alcance del enemigo Carrizo visitó las dependencias del ahora destrozado Cruecro Acorazado. La enfermería estaba desbordada, los gritos de dolor y desesperación se confundían entre las indicaciones del Doctor Poyatos. Solo restaban en servicio algunas piezas de 152 mm. y una de las carboneras debió ser inundada para evitar daños mayores. Las máquinas finalmente dejaban de funcionar, imposible llegar a puerto amigo. Pronto aparecerían nuevos navíos británicos a los que no se podría enfrentar, y el resultado sería inevitable, el hundimiento a manos del enemigo, y la muerte ahora ya inútil de muchos más de sus hombres; porque jamás rendiría ni su buque ni su bandera.
Alferez, ordene evacuar el buque. Reuna a los oficiales.
Comandante, muchos de los heridos no pueden ser trasladados.
Lo sé Doctor; pero no rendiré el buque. Me quedaré con ellos hasta el final.
Permitame que le acompañe Comandante.
No Doctor Poyatos, no. Los heridos que puedan ser trasladados a los botes le necesitarán. Recoja todo cuanto necesite. Pronto rendiré cuentas al Altísimo.Los británicos vendrán. Serán prisioneros de guerra, pero vivirán. Hay tiempo para preparar balsas y recoger víveres y agua, el Almirante Oquendo aun puede flotar.
Días después los supervivientes del Almirante Oquendo eran localizados por el U-31 (3), que tras darle remolque unas millas hacia la costa y proporcionarles agua, se sumergía al aparecer en la distancia una columna de humo
las primeras noticias de la perdida del Almirante Oquendo se tuvieron en Canarias, transmitidas desde el U-31. El Capitán de Corbeta Nuñez, relataría el combate. Sí, sabían el Almirante Oquendo había sido hundido, el último de su clase, pero los cruceros británicos habían abandonado el combate. Ambos necesitarían de importantes trabajos, si es que permanecían a flote.
(1) Mejoras en las cañas, en las torres y en los proplentes.
(2) Las piezas originales de 140 mm. habían sido sustituidas por piezas de 152 mm. de diseño estadounidense
(3) La clase U-31, en servicio desde septiembre de 1914, 11 unidades, tenía una autonomía de 8790 millas. Podría operar desde Canarias. http://www.uboat.net/wwi/types/index.html?type=U+31
Tempus Fugit
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- Capitán
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
hola a todos
Maestro gran relato pena que no fuera el Minotaur el que se fuera apique en vez del auxiliar.
Un saludo
Maestro gran relato pena que no fuera el Minotaur el que se fuera apique en vez del auxiliar.
Un saludo
-
- General de Cuerpo de Ejército
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Otro de los nuestros a encontrarse con Neptuno , muy logrado el relato y vendiendo caro el pellejo como estamos acostumbrados a lo largo de la historia .
pues me parece que ni eso .
Un saludo .
huarlot escribió:hola a todos
Maestro gran relato pena que no fuera el Minotaur el que se fuera apique en vez del auxiliar.
Un saludo
pues me parece que ni eso .
El Crucero Auxiliar, identificado como SS Orbita recibía un duro castigo, que a duras penas podía devolver; produciendole fuertes incendios en las cubiertas de pasajeros; y obligandole a retirarse hacia Freetown
Un saludo .
Año de Rojos , año de hambre , peste y piojos
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- Cabo
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Gran combate. Escribí en su momento que no era necesario que el capitán Carrizo se hundiera con su barco pero no tuve en cuenta que quizá no podría abandonar a sus hombres.
Condecoración póstuma a los héroes caídos y alguna calle con el nombre de tan gallardo oficial en su villa natal.
Por un momento incluso he llegado a soñar con que el Oquendo pudiera escapar, tocado pero vivo. No ha sido así pero ha caído con honor.
Un saludo
Condecoración póstuma a los héroes caídos y alguna calle con el nombre de tan gallardo oficial en su villa natal.
Por un momento incluso he llegado a soñar con que el Oquendo pudiera escapar, tocado pero vivo. No ha sido así pero ha caído con honor.
Un saludo
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- General
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- Ubicación: Hoy en mañolandia, mañana ya veremos
Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
MONTAÑAS MANPARANG, Filipinas, 23 de enero
La caballería del cuerpo de Ejército del general Riuto acababa de alcanzar las montañas Mamparang, en el centro de la isla de Luzón. El cansancio entre los soldados tras una dura marcha de más de un mes a través de los 260km de caminos selváticos que mediaban entre ellas y Puerto Irene, era más que evidente. Una marcha en la que las destrucciones ocasionadas por las fuerzas españolas en retirada habían supuesto graves inconvenientes y acrecentado las penalidades sufridas por las tropas.
Los puentes sobre los numerosos ríos de la isla habían sido destruidos, obligando a las unidades de pontoneros a emplearse a fondo en construir nuevas infraestructuras. Los caminos habían sido obstruidos por desprendimientos o simplemente por rocas o árboles talados de sus márgenes, y en ocasiones dinamitados. Nuevos retrasos que se sumaron a los provocados por los combates, pues las fuerzas españolas no dudaron en plantar cara en numerosas ocasiones, casi siempre a las fuerzas de caballería que avanzaban en vanguardia, retirándose a continuación para evitar ser destrozadas por el grueso del ejército que avanzaba tras esta.
Ahora sin embargo las fuerzas españolas estaban deseosas de presentar batalla. La caballería había alcanzado las montañas y una vez más se había encontrado con una dura defensa española que le ocasiono algunas bajas al caer en la enésima emboscada del último mes. Sin embargo a diferencia de las veces anteriores los españoles no se retiraron al entrar en liza la artillería, y los disparos de los cañones Type 41 de 75mm fueron respondidos por la artillería española con igual fuerza. El general Riuto no tenía más remedio que prepararse para la batalla. Era evidente que los españoles pretendían aprovechar las montañas para defenderse. Así que enviaría un mensaje al general Mitsuomi, comandante del renacido primer ejército, y a continuación prepararía el asalto.
Sin duda esta resistencia le ofrecía la posibilidad de alcanzar la gloria que merecía. Inmediatamente se dirigió a la cercana población de Santiago, en la que establecería su puesto de mando. Desde allí prepararía sus 4 divisiones de infantería y 1 de caballería para la batalla. Pero primero precisaba emplazar su poderosa artillería para debilitar las posiciones enemigas.
La caballería japonesa fue objeto de diversas emboscadas durante el avance.
En las montañas Mamparang los soldados españoles habían aprovechado los últimos días de tranquilidad para dar los últimos retoques a sus posiciones, y ahora esperaban la aparición el enemigo tendidos en sus puestos de tiro. Solo dos horas atrás habían arribado a su posición los restos de las 2 medias brigadas que se habían enfrentado al desembarco de diciembre, y que ahora tras una larga retirada, se habían reducido a poco más de 2 batallones. La espera posterior fue tensa, pero cuando por fin aparecieron los japoneses todas las preocupaciones se desvanecieron
El soldado Javier Araneta abrazaba su fusil Mondragón mientras seguía con la vista a uno de los jinetes japoneses. Con las manos temblorosas encaro con su arma, apuntando a uno de los jinetes más alejados, mientras tras él, el sargento Andrés hablaba con suavidad tratando de calmar a los jóvenes voluntarios filipinos.
-Tranquilos, no hay prisa, tranquilos. Tenéis dos objetivos cada uno. Apuntad bien, un disparo al más alejado y a continuación apuntáis al cercano y le destrozaís a tiros. Para eso tenéis un arma como está…
De pronto un grito resonó en la espesura. -¡Fuego! –desatándose un intenso aunque corto tiroteo. Araneta observo como los dos jinetes a los que había seguido con la vista estaban en el suelo, mientras los caballos huían desbocados. Había temido no ser capaz de disparar, de hecho no sabía cómo o quien había disparado. Pasaron varios segundos hasta que se acordó de poner el seguro en el arma, y mirar el cargador. Faltaban 7 cartuchos…
En su puesto de mando el general de brigada Cesáreo Caravaca Urtiaga estudiaba por enésima vez un mapa de la zona. Aunque tan solo era un general de brigada, la rápida movilización de las fuerzas de voluntarios y de reservistas le había transformado en un general de división asimilado. Ahora tenía 6 medias brigadas bajo su mando, con un total de 18 batallones de infantería, 3 grupos de artillería ligera y 2 baterías pesadas, a las que se sumaban 4 tercios de milicias, 200 guardias civiles y carabineros, 5 escuadrones de caballería y 3 compañías de zapadores minadores, así como varias unidades de servicios. En total casi 25.000 hombres se preparaban para repeler a una fuerza que casi los triplicaba en número, aunque tan solo 17.000 de ellos estaban presentes en la que preveía sería la línea de avance enemiga, estando el resto protegiendo otros pasos de montaña.
Pese a todo estaba tranquilo. Sabía que sus posiciones eran fuertes, se había construido una línea fortificada compuesta de 18 puntos de resistencia de batallón, cada uno de los cuales disponía de 12 fortines para ametralladoras, muchas de las cuales procedían de las recientes compras en China. Todo ello estaba reforzado por trincheras en las que los hombres podían desplegarse para rechazar los ataques, y alambradas para proteger las posiciones de los asaltos. Era una suerte que el camino del norte como se llamaba al que enlazaba Manila con el norte de la isla, discurriese desde Santiago a Bagabag alejado del río Magat (1), pues así el camino discurría entre colinas fácilmente defendibles.
Aun mejor, la orografía de la zona favorecía especialmente la defensa. La cordillera central y las montañas Mamparang estaban separadas por un valle que se iba estrechando hasta llegar a Bambang, y la zona de vegetación frondosa estaba surcada por numerosos ríos. Sin duda una posición envidiable desde la que presentar batalla, y el general Caravaca pretendía aprovecharlo.
En su flanco izquierdo, dos medias brigadas al mando del coronel Manzano controlaban la zona occidental del río Magat desde las estribaciones de las montañas centrales. Mientras otras 3 brigadas hacían otro tanto en las montañas Mamparang, con una última media brigada situada en las colinas de Bagabag, y las unidades de reserva al sur de Bayombong. Esperaba que los japoneses atacasen siguiendo el camino que pasaba por allí para entrar en el valle del Maget. Eso le daría la oportunidad de atacar desde las alturas que lo rodeaban y causar un grave quebranto al enemigo. Si por el contrario escogían atacar las alturas, se enfrentarían a una dura batalla de desgaste en la que dispondría de la ventaja de la altura y de unas posiciones fortificadas a conciencia.
Su único pesar era que preferiría disponer de más tropas, al menos del doble.
La caballería del cuerpo de Ejército del general Riuto acababa de alcanzar las montañas Mamparang, en el centro de la isla de Luzón. El cansancio entre los soldados tras una dura marcha de más de un mes a través de los 260km de caminos selváticos que mediaban entre ellas y Puerto Irene, era más que evidente. Una marcha en la que las destrucciones ocasionadas por las fuerzas españolas en retirada habían supuesto graves inconvenientes y acrecentado las penalidades sufridas por las tropas.
Los puentes sobre los numerosos ríos de la isla habían sido destruidos, obligando a las unidades de pontoneros a emplearse a fondo en construir nuevas infraestructuras. Los caminos habían sido obstruidos por desprendimientos o simplemente por rocas o árboles talados de sus márgenes, y en ocasiones dinamitados. Nuevos retrasos que se sumaron a los provocados por los combates, pues las fuerzas españolas no dudaron en plantar cara en numerosas ocasiones, casi siempre a las fuerzas de caballería que avanzaban en vanguardia, retirándose a continuación para evitar ser destrozadas por el grueso del ejército que avanzaba tras esta.
Ahora sin embargo las fuerzas españolas estaban deseosas de presentar batalla. La caballería había alcanzado las montañas y una vez más se había encontrado con una dura defensa española que le ocasiono algunas bajas al caer en la enésima emboscada del último mes. Sin embargo a diferencia de las veces anteriores los españoles no se retiraron al entrar en liza la artillería, y los disparos de los cañones Type 41 de 75mm fueron respondidos por la artillería española con igual fuerza. El general Riuto no tenía más remedio que prepararse para la batalla. Era evidente que los españoles pretendían aprovechar las montañas para defenderse. Así que enviaría un mensaje al general Mitsuomi, comandante del renacido primer ejército, y a continuación prepararía el asalto.
Sin duda esta resistencia le ofrecía la posibilidad de alcanzar la gloria que merecía. Inmediatamente se dirigió a la cercana población de Santiago, en la que establecería su puesto de mando. Desde allí prepararía sus 4 divisiones de infantería y 1 de caballería para la batalla. Pero primero precisaba emplazar su poderosa artillería para debilitar las posiciones enemigas.
La caballería japonesa fue objeto de diversas emboscadas durante el avance.
En las montañas Mamparang los soldados españoles habían aprovechado los últimos días de tranquilidad para dar los últimos retoques a sus posiciones, y ahora esperaban la aparición el enemigo tendidos en sus puestos de tiro. Solo dos horas atrás habían arribado a su posición los restos de las 2 medias brigadas que se habían enfrentado al desembarco de diciembre, y que ahora tras una larga retirada, se habían reducido a poco más de 2 batallones. La espera posterior fue tensa, pero cuando por fin aparecieron los japoneses todas las preocupaciones se desvanecieron
El soldado Javier Araneta abrazaba su fusil Mondragón mientras seguía con la vista a uno de los jinetes japoneses. Con las manos temblorosas encaro con su arma, apuntando a uno de los jinetes más alejados, mientras tras él, el sargento Andrés hablaba con suavidad tratando de calmar a los jóvenes voluntarios filipinos.
-Tranquilos, no hay prisa, tranquilos. Tenéis dos objetivos cada uno. Apuntad bien, un disparo al más alejado y a continuación apuntáis al cercano y le destrozaís a tiros. Para eso tenéis un arma como está…
De pronto un grito resonó en la espesura. -¡Fuego! –desatándose un intenso aunque corto tiroteo. Araneta observo como los dos jinetes a los que había seguido con la vista estaban en el suelo, mientras los caballos huían desbocados. Había temido no ser capaz de disparar, de hecho no sabía cómo o quien había disparado. Pasaron varios segundos hasta que se acordó de poner el seguro en el arma, y mirar el cargador. Faltaban 7 cartuchos…
En su puesto de mando el general de brigada Cesáreo Caravaca Urtiaga estudiaba por enésima vez un mapa de la zona. Aunque tan solo era un general de brigada, la rápida movilización de las fuerzas de voluntarios y de reservistas le había transformado en un general de división asimilado. Ahora tenía 6 medias brigadas bajo su mando, con un total de 18 batallones de infantería, 3 grupos de artillería ligera y 2 baterías pesadas, a las que se sumaban 4 tercios de milicias, 200 guardias civiles y carabineros, 5 escuadrones de caballería y 3 compañías de zapadores minadores, así como varias unidades de servicios. En total casi 25.000 hombres se preparaban para repeler a una fuerza que casi los triplicaba en número, aunque tan solo 17.000 de ellos estaban presentes en la que preveía sería la línea de avance enemiga, estando el resto protegiendo otros pasos de montaña.
Pese a todo estaba tranquilo. Sabía que sus posiciones eran fuertes, se había construido una línea fortificada compuesta de 18 puntos de resistencia de batallón, cada uno de los cuales disponía de 12 fortines para ametralladoras, muchas de las cuales procedían de las recientes compras en China. Todo ello estaba reforzado por trincheras en las que los hombres podían desplegarse para rechazar los ataques, y alambradas para proteger las posiciones de los asaltos. Era una suerte que el camino del norte como se llamaba al que enlazaba Manila con el norte de la isla, discurriese desde Santiago a Bagabag alejado del río Magat (1), pues así el camino discurría entre colinas fácilmente defendibles.
Aun mejor, la orografía de la zona favorecía especialmente la defensa. La cordillera central y las montañas Mamparang estaban separadas por un valle que se iba estrechando hasta llegar a Bambang, y la zona de vegetación frondosa estaba surcada por numerosos ríos. Sin duda una posición envidiable desde la que presentar batalla, y el general Caravaca pretendía aprovecharlo.
En su flanco izquierdo, dos medias brigadas al mando del coronel Manzano controlaban la zona occidental del río Magat desde las estribaciones de las montañas centrales. Mientras otras 3 brigadas hacían otro tanto en las montañas Mamparang, con una última media brigada situada en las colinas de Bagabag, y las unidades de reserva al sur de Bayombong. Esperaba que los japoneses atacasen siguiendo el camino que pasaba por allí para entrar en el valle del Maget. Eso le daría la oportunidad de atacar desde las alturas que lo rodeaban y causar un grave quebranto al enemigo. Si por el contrario escogían atacar las alturas, se enfrentarían a una dura batalla de desgaste en la que dispondría de la ventaja de la altura y de unas posiciones fortificadas a conciencia.
Su único pesar era que preferiría disponer de más tropas, al menos del doble.
- Existían planes para construir una presa y una central hidroeléctrica cerca de Bagalag, por lo que el camino estaba apartado del río y discurría entre colinas.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Empieza la defensa a ultranza de los españoles en Filipinas buen relato Gaspacher , enhorabuena
por cierto por donde andará cierto caballerito apellidado Franco , desde el desembarco de los estriñidos no hemos vuelto a saber de el , lo mismo de lo cargaron los Japos
Un saludo .
por cierto por donde andará cierto caballerito apellidado Franco , desde el desembarco de los estriñidos no hemos vuelto a saber de el , lo mismo de lo cargaron los Japos
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Año de Rojos , año de hambre , peste y piojos
- urquhart
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Hola a todos,
gracias por vuestros comentarios.
El Capitán Carrizo cumple con su obligación, es quedarse con los hombres que no se valen por sí mismos. La bandera estará a salvo, que decir del honor. Carrizo sigue la estela marcada por Churruca: Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto, en este caso no prisionero, si no hundido.
La Escuadra del Estrecho ha dejado de existir.
Saludos
gracias por vuestros comentarios.
El Capitán Carrizo cumple con su obligación, es quedarse con los hombres que no se valen por sí mismos. La bandera estará a salvo, que decir del honor. Carrizo sigue la estela marcada por Churruca: Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto, en este caso no prisionero, si no hundido.
La Escuadra del Estrecho ha dejado de existir.
Saludos
Tempus Fugit
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
urquhart escribió:La Escuadra del Estrecho ha dejado de existir
Buen relato compañero . Como sigamos así despídanse de las Filipinas, y de la guerra. Hay que reorganizar la armada. En mi opinión el mediterráneo no puede ser defendido con la 3ª Escuadra (al menos los acorazados), y si el estrecho y, de momento, las Canarias. Los cruceros ligeros de Spee en mi opinión deberían integrarse con la 1ª Escuadra y los destructores distribuidos entre las dos escuadras.
Hemos perdido algún submarino y tardarán en entrar en servicio nuevos. La guerra submarina sin restricciones puede que se plantee demasiado tarde, si se plantea. Hay que mirar al mar... en los frentes terrestres nada decisivo va a ocurrir por nuestra parte, parece que por la de nuestros aliados tampoco e Italia va a entrar en guerra...
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
OPERACIÓN BALLESTA, puerto Irene, Filipinas, noche del 23 al 24 de enero
Eran las 2 de la madrugada cuando la quietud de la noche fue rota por el ruido atronador de varias pequeñas explosiones que bañaron de luz el puerto y sus alrededores. A continuación se inició un feroz bombardeo se desato sobre el puerto desde el norte, donde regularmente, hasta dos veces por minuto, podían divisarse entre los haces de los reflectores los fogonazos de la artillería de 6 grandes buques, seguidos de unos segundos de espera, y poco después se oían los largos silbidos de los proyectiles que llegaban y las explosiones que los acompañaban.
El puerto fue sacudido por las explosiones que afectaron a uno de los buques que en él se encontraban, el buque taller Shindou Maru que se incendiaria poco después y sería consumido por las llamas. Tampoco los muelles se libraron, pues varias granadas de 150mm se abatieron sobre ellos causando serios daños y destruyendo una de las nuevas grúas emplazadas por los japoneses. Con todo el peor daño se lo llevaron los almacenes, pues resultaron ser el objetivo primario de la escuadra española. Decenas de granadas reventaron entre ellos, destruyendo ingentes cantidades de suministros, principalmente alimentos, repuestos, y vestuario. Afortunadamente poco después de la invasión el general Mitsuomi había decidido que las municiones debían ser almacenadas lejos del puerto, en las afueras de Gonzaga, lo que evito una catástrofe.
Las bengalas iluminaron los objetivos.
A bordo de los cruceros españoles, los artilleros se afanaban en introducir nuevos proyectiles en las recamaras de sus piezas, mientras los cabos mantenían las piezas apuntadas sobre la costa. Ahora ya no apuntaban y se contentaban con mantener las piezas lo suficientemente encaradas como para batir la zona del puerto. Eso permitía un mayor volumen de fuego, aunque toda idea de apuntar con precisión había desaparecido. Simplemente se trataba ya de aumentar el caos en el puerto, y tal vez buscar algún impacto afortunado.
Menos de 15 minutos después del primer disparo los buques españoles apagaron sus reflectores y se adentraron en la oscuridad rumbo oeste a gran velocidad, mientras disparaban sus últimos disparos aprovechando las ultimas luces de las bengalas y los incendios de la costa. Tras ellos los dos destructores nipones que se encontraban dentro del puerto y empezaban a salir, resultaron dañados por la metralla. Cuando varios destructores llegaron a la zona desde el norte, tan solo pudieron observar los resultados del ataque, y no serviría de nada, amparados por las oscuridad los buques españoles desaparecieron tal y como habían llegado.
A bordo del crucero protegido Hernán Cortes el contralmirante Carranza observaba el cielo iluminado por las llamas que dejaban a su espalda. La operación se había saldado con un éxito asombroso. Sus cruceros protegidos habían burlado la presencia de la Marina Imperial Japonesa, adentrándose en aguas dominados por estos, y bombardeado con éxito el único puerto que controlaban en Luzón. Para ello, se habían hecho a la mar 9 días atrás desde Cebú, circunnavegando Luzón por la zona oriental, siempre alejados de la costa para evitar sorpresas. Una vez en el norte de Luzón se adentraron en la zona de mayor control nipón con todas las luces apagadas, y siempre temerosos de encontrarse con algún buque de mayor porte, cosa que no había ocurrido ni tan siquiera durante el bombardeo, el momento en el que más expuestos se encontraban.
Afortunadamente los japoneses debían creer que sus buques estaban encerrados en Subic o Manila, pues se habían detectado movimientos de submarinos en la zona, y no en Cebú como ocurría en realidad. Eso le había dado la oportunidad de preparar cuidadosamente esta operación. Su único pesar era sin duda, el no haber alcanzado ningún depósito de municiones.
Cuando las noticias llegaron al mando naval japonés, se hizo evidente que las operaciones de conquista de Luzón podían estar en graves problemas hasta que no eliminasen esa escuadra. El problema era localizarla, puesto que no parecía estar operando desde Manila o Subic, sus apostaderos naturales. Eso dejaba las opciones de Cebú, Palawan, y por supuesto la lejana Guahán. La flota debía movilizarse y destruir a sus adversarios de una vez por todas, o la situación del Primer Ejército peligraría...
Eran las 2 de la madrugada cuando la quietud de la noche fue rota por el ruido atronador de varias pequeñas explosiones que bañaron de luz el puerto y sus alrededores. A continuación se inició un feroz bombardeo se desato sobre el puerto desde el norte, donde regularmente, hasta dos veces por minuto, podían divisarse entre los haces de los reflectores los fogonazos de la artillería de 6 grandes buques, seguidos de unos segundos de espera, y poco después se oían los largos silbidos de los proyectiles que llegaban y las explosiones que los acompañaban.
El puerto fue sacudido por las explosiones que afectaron a uno de los buques que en él se encontraban, el buque taller Shindou Maru que se incendiaria poco después y sería consumido por las llamas. Tampoco los muelles se libraron, pues varias granadas de 150mm se abatieron sobre ellos causando serios daños y destruyendo una de las nuevas grúas emplazadas por los japoneses. Con todo el peor daño se lo llevaron los almacenes, pues resultaron ser el objetivo primario de la escuadra española. Decenas de granadas reventaron entre ellos, destruyendo ingentes cantidades de suministros, principalmente alimentos, repuestos, y vestuario. Afortunadamente poco después de la invasión el general Mitsuomi había decidido que las municiones debían ser almacenadas lejos del puerto, en las afueras de Gonzaga, lo que evito una catástrofe.
Las bengalas iluminaron los objetivos.
A bordo de los cruceros españoles, los artilleros se afanaban en introducir nuevos proyectiles en las recamaras de sus piezas, mientras los cabos mantenían las piezas apuntadas sobre la costa. Ahora ya no apuntaban y se contentaban con mantener las piezas lo suficientemente encaradas como para batir la zona del puerto. Eso permitía un mayor volumen de fuego, aunque toda idea de apuntar con precisión había desaparecido. Simplemente se trataba ya de aumentar el caos en el puerto, y tal vez buscar algún impacto afortunado.
Menos de 15 minutos después del primer disparo los buques españoles apagaron sus reflectores y se adentraron en la oscuridad rumbo oeste a gran velocidad, mientras disparaban sus últimos disparos aprovechando las ultimas luces de las bengalas y los incendios de la costa. Tras ellos los dos destructores nipones que se encontraban dentro del puerto y empezaban a salir, resultaron dañados por la metralla. Cuando varios destructores llegaron a la zona desde el norte, tan solo pudieron observar los resultados del ataque, y no serviría de nada, amparados por las oscuridad los buques españoles desaparecieron tal y como habían llegado.
A bordo del crucero protegido Hernán Cortes el contralmirante Carranza observaba el cielo iluminado por las llamas que dejaban a su espalda. La operación se había saldado con un éxito asombroso. Sus cruceros protegidos habían burlado la presencia de la Marina Imperial Japonesa, adentrándose en aguas dominados por estos, y bombardeado con éxito el único puerto que controlaban en Luzón. Para ello, se habían hecho a la mar 9 días atrás desde Cebú, circunnavegando Luzón por la zona oriental, siempre alejados de la costa para evitar sorpresas. Una vez en el norte de Luzón se adentraron en la zona de mayor control nipón con todas las luces apagadas, y siempre temerosos de encontrarse con algún buque de mayor porte, cosa que no había ocurrido ni tan siquiera durante el bombardeo, el momento en el que más expuestos se encontraban.
Afortunadamente los japoneses debían creer que sus buques estaban encerrados en Subic o Manila, pues se habían detectado movimientos de submarinos en la zona, y no en Cebú como ocurría en realidad. Eso le había dado la oportunidad de preparar cuidadosamente esta operación. Su único pesar era sin duda, el no haber alcanzado ningún depósito de municiones.
Cuando las noticias llegaron al mando naval japonés, se hizo evidente que las operaciones de conquista de Luzón podían estar en graves problemas hasta que no eliminasen esa escuadra. El problema era localizarla, puesto que no parecía estar operando desde Manila o Subic, sus apostaderos naturales. Eso dejaba las opciones de Cebú, Palawan, y por supuesto la lejana Guahán. La flota debía movilizarse y destruir a sus adversarios de una vez por todas, o la situación del Primer Ejército peligraría...
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
- Llanero
- Suboficial Primero
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- Registrado: 29 Ene 2012, 03:14
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Hola a todos !!
(Desde el smartphone)
Esto, nos brinda la posubilidad de preparar una celada a los nipones en Cebú.
Cordiales saludos,
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Cordiales saludos,
ספרד תמיד עם ישראל
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