Informado Filipo de la situación del campamento romano por uno desertores, manda llamar a su hijo Perseo, dejando desprotegidos los desfiladeros de entrada en Pelagonia. Emprende la marcha con 20.000 infantes y 2.000 jinetes y, a poco más de una milla del campamento romano, fortifica con foso y empalizada una colina próxima a Ateo (localización incierta).
El rey y el cónsul se mantienen a la expectativa durante dos días esperando que el otro iniciara los movimientos. Al tercer día, Publio Sulpicio hace salir a la totalidad de sus tropas y forma en orden de batalla.
Filipo, temiendo aventurarse tan pronto a una batalla con la totalidad de sus fuerzas, envía a 700 infantes ligeros (400 trales y 300 cretenses) para hostigar a la caballería romana; a estas tropas añade unos 700 jinetes al mando de Atenágoras, uno de sus lugartenientes. Los romanos, por su parte, lanzan a los velites y dos escuadrones de caballería:
"Los soldados del rey creían que se iba a desarrollar el combate en la forma a la que estaban habituados: que la caballería avanzaría y retrocedería alternativamente, unas veces haciendo uso de las armas y otras volviendo grupas; que iban a sacar provecho de la rapidez de los ilirios (trales) para las salidas a la carrera y las cargas repentinas, y que los cretenses dispararían sus flechas contra un enemigo que avanzaría en desorden. Esta táctica se vio desbaratada por el ataque de los romanos, tan sostenido como denodado; en efecto, como si combatiese la totalidad del ejército, los vélites lanzaban sus jabalinas y después peleaban cuerpo a cuerpo con la espada, mientras que los jinetes, una vez lanzados al contacto con el enemigo, frenaban los caballos y peleaban unos desde las propias monturas y otros saltando al suelo y mezclándose entre la infantería. De esta forma, la caballería del rey, no habituada a combatir a pie firme, estaba en inferioridad frente a la romana, y su infantería, que atacaba corriendo de acá para allá muy mal protegida por su tipo de armamento, estaba en desventaja frente a los vélites romanos provistos de escudo y espada, armados por igual para la defensa y para el ataque. Por consiguiente, no resistieron la confrontación y corrieron a refugiarse al campamento, poniéndose a salvo gracias únicamente a su velocidad." Liv. XXXI, 35
Tras un día de intervalo, Filipo decide entablar combate con la totalidad de sus tropas. Para ello prepara una emboscada entre los dos campamentos. El plan consistía en que Atenágoras y la caballería se acercaran al campamento romano, que sacaran provecho de la suerte si el combate en campo abierto se desarrollaba favorablemente; en caso contrario, debía replegase poco a poco atrayendo a los romanos al lugar de la emboscada.
Atenágoras realiza la incursión con éxito y después de un breve combate retrocede hasta el lugar previsto pero las tropas emboscadas se adelantan a la señal y rompen el factor sorpresa por lo que los romanos, tras un combate victorioso, regresan a su campamento.
Al día siguiente, Publio Sulpicio vuelve a sacar a la totalidad de las tropas colocando a unos elefantes en primera línea (de los capturados durante la guerra contra Cartago). Cuando se percata de que los macedonios no efectúan ningún movimiento se aproxima hasta las cercanías del campamento de Filipo; el rey se mantiene quieto aprovechando sus estratégicas defensas en la colina.
El cónsul decide retirarse y trasladar su campamento a unas ocho millas de allí para poder abastecerse de trigo en los campos cercanos sin el peligro de ser hostigados por los macedonios.
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Nota al post anterior
La situación de la población de Ateo se desconoce. Cuando Publio Sulpicio desplaza su campamento ocho millas lo hace a un lugar llamado Otolobo, también de localización incierta. Alguno puede decir:
If Otolobus is Mt Kukouli...
http://books.google.es/books?id=YTggAQA ... us&f=false
"A Commentary on Livy", John Briscoe, Oxford University Press
-Pues se queda en el If
Al no tener ninguna certeza, simplemente comentar que estos combates se están dando en la zona ya mencionada (Dasarecia - Lynkos). Zona sur y este de los lagos:
Esta vía de entrada a Macedonia por Dasarecia es la tomada por Publio Sulpicio Galba. Error (relativamente hablando) que veremos cuando un cónsul posterior tome la otra ruta.
La situación de la población de Ateo se desconoce. Cuando Publio Sulpicio desplaza su campamento ocho millas lo hace a un lugar llamado Otolobo, también de localización incierta. Alguno puede decir:
If Otolobus is Mt Kukouli...
http://books.google.es/books?id=YTggAQA ... us&f=false
"A Commentary on Livy", John Briscoe, Oxford University Press
-Pues se queda en el If
Al no tener ninguna certeza, simplemente comentar que estos combates se están dando en la zona ya mencionada (Dasarecia - Lynkos). Zona sur y este de los lagos:
Esta vía de entrada a Macedonia por Dasarecia es la tomada por Publio Sulpicio Galba. Error (relativamente hablando) que veremos cuando un cónsul posterior tome la otra ruta.
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Mientras los romanos se proveían de trigo en los campos cercanos Filipo guarda un tiempo de espera para que se confíen. Cuando ve que los romanos se dispersan, ataca con toda la caballería y los auxiliares cretenses. A continuación divide a sus tropas en dos grupos, uno de los cuales debía mantenerse entre los forrajeadores y el campamento romano mientras el otro se unía a la persecución. Se inicia la matanza; los que intentan huir se topan con las tropas que aguardaban en la dirección del campamento. Algunos consiguen infiltrarse y logran dar la alarma.
Publio Sulpicio ordena a la caballería que salga inmediatamente en ayuda de los que estaban siendo perseguidos mientras él saca a las legiones en formación de combate. El grupo del rey, que se había lanzado a una persecución incontrolada, se topa con la primera línea de la infantería romana que se había adelantado; los jinetes, al ver las enseñas de los manípulos regresan atrapando a los macedonios en dos frentes. En un instante cambió la suerte de la batalla.
"También el rey estuvo en peligro, pues su caballo, herido, cayó dando con él en tierra de golpe, y estuvo a punto de ser aplastado cuando estaba tendido. Lo salvó un jinete que saltó a su vez al suelo con prontitud e izó al amedrentado rey sobre su propio caballo mientras que él, al no poder correr a pie tanto como los jinetes que huían, sucumbió acribillado por los enemigos que habían acudido a galope al caer el rey. Éste, bordeando las marismas, por donde había camino y por donde no, llegó hasta el campamento cuando la mayoría no contaba ya con que escapase con vida, tras una huida angustiosa. Doscientos jinetes macedonios sucumbieron en aquella batalla, y unos cien fueron hechos prisioneros; se cogieron al menos ochenta caballos con sus arreos, así como los despojos de armamento." Liv. XXXI, 37
A Filipo le llegan rumores de que Pléurato y los dárdanos han cruzado el desfiladero de acceso a Pelagonia y se han internado en Macedonia. Esto podía suponerle un grave peligro si era cogido en dos frentes, por lo que decide aprovechar su mejor baza, el conocimiento del terreno.
Publio Sulpicio ordena a la caballería que salga inmediatamente en ayuda de los que estaban siendo perseguidos mientras él saca a las legiones en formación de combate. El grupo del rey, que se había lanzado a una persecución incontrolada, se topa con la primera línea de la infantería romana que se había adelantado; los jinetes, al ver las enseñas de los manípulos regresan atrapando a los macedonios en dos frentes. En un instante cambió la suerte de la batalla.
"También el rey estuvo en peligro, pues su caballo, herido, cayó dando con él en tierra de golpe, y estuvo a punto de ser aplastado cuando estaba tendido. Lo salvó un jinete que saltó a su vez al suelo con prontitud e izó al amedrentado rey sobre su propio caballo mientras que él, al no poder correr a pie tanto como los jinetes que huían, sucumbió acribillado por los enemigos que habían acudido a galope al caer el rey. Éste, bordeando las marismas, por donde había camino y por donde no, llegó hasta el campamento cuando la mayoría no contaba ya con que escapase con vida, tras una huida angustiosa. Doscientos jinetes macedonios sucumbieron en aquella batalla, y unos cien fueron hechos prisioneros; se cogieron al menos ochenta caballos con sus arreos, así como los despojos de armamento." Liv. XXXI, 37
A Filipo le llegan rumores de que Pléurato y los dárdanos han cruzado el desfiladero de acceso a Pelagonia y se han internado en Macedonia. Esto podía suponerle un grave peligro si era cogido en dos frentes, por lo que decide aprovechar su mejor baza, el conocimiento del terreno.
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Filipo decide abandonar su posición pasando desapercibido y para ello envía un emisario al cónsul solicitando una tregua para dar sepultura a los muertos. Publio Sulpicio aplaza la reunión hasta el día siguiente y, aprovechando la oscuridad, el rey marcha en silencio dejando muchos fuegos encendidos en su campamento. Toma el camino de las montañas sabiendo que los romanos no se internarían por esa ruta por lo pesado de su equipo.
Al despuntar el día, el cónsul se percata de que los macedonios se han marchado ignorando el camino que habían tomado.
Publio Sulpicio pasa algunos días haciendo acopio de trigo y se dirige hacia Stuberra a donde hace traer trigo desde Pelagonia. Desde allí avanza hasta Pluina desconociendo aun el camino seguido por Filipo.
El rey estuvo en un principio acampado en Bruanio, junto al río Erígono; de allí partió por caminos transversales hasta que le llegan noticias de que los romanos se dirigían hacia Eordea. Les toma la delantera y ocupa un desfiladero entre estrechas gargantas para frenarlos mientras él y el resto de sus tropas se retiraban. Se fortifica por completo el enclave con fosos, empalizadas, troncos de árboles y piedras amontonadas a manera de muro. Pero los alrededores de su posición estaban casi por entero cubiertos de bosque, lo cual era una dificultad especialmente para desplegar a la falange macedonia; las largas lanzas de los tracios también eran un estorbo en aquellos parajes. Únicamente los arqueros cretenses eran de utilidad para la defensa, aunque sus flechas se habían visto incapaces de traspasar los escudos romanos.
Cuando se acercan, los romanos son atacados por piedras lanzadas desde las posiciones macedonias. Esto contuvo unos instantes el avance pero al final se abrieron paso entre las defensas mientras otros rodeaban por las colinas desalojando las guarniciones y puestos de guardia.
De esta forma los romanos logran franquear el desfiladero y llegan a Eordea. Tras devastar y saquear la región, dejan una pequeña guarnición (se desconoce el lugar) y se retiran a Apollonia.
-Más o menos y a modo orientativo:
Por otro lado, a Filipo se le habían abierto varios frentes simultáneos, entre ellos el de los etolios, que, abandonando la neutralidad, se unen al bando romano.
• En Roma entran en funciones los cónsules Lucio Cornelio Léntulo y Publio Vilio Tápulo
FC
L. Cornelius L.f. L.n. Lentulus , P. Villius Ti.f. Ti.n. Tappulus
Nota: Estos son los cónsules del año 199, que toman posesión del cargo a mediados de marzo. Sulpicio continuaba la campaña en primavera hasta ser reemplazado
Al despuntar el día, el cónsul se percata de que los macedonios se han marchado ignorando el camino que habían tomado.
Publio Sulpicio pasa algunos días haciendo acopio de trigo y se dirige hacia Stuberra a donde hace traer trigo desde Pelagonia. Desde allí avanza hasta Pluina desconociendo aun el camino seguido por Filipo.
El rey estuvo en un principio acampado en Bruanio, junto al río Erígono; de allí partió por caminos transversales hasta que le llegan noticias de que los romanos se dirigían hacia Eordea. Les toma la delantera y ocupa un desfiladero entre estrechas gargantas para frenarlos mientras él y el resto de sus tropas se retiraban. Se fortifica por completo el enclave con fosos, empalizadas, troncos de árboles y piedras amontonadas a manera de muro. Pero los alrededores de su posición estaban casi por entero cubiertos de bosque, lo cual era una dificultad especialmente para desplegar a la falange macedonia; las largas lanzas de los tracios también eran un estorbo en aquellos parajes. Únicamente los arqueros cretenses eran de utilidad para la defensa, aunque sus flechas se habían visto incapaces de traspasar los escudos romanos.
Cuando se acercan, los romanos son atacados por piedras lanzadas desde las posiciones macedonias. Esto contuvo unos instantes el avance pero al final se abrieron paso entre las defensas mientras otros rodeaban por las colinas desalojando las guarniciones y puestos de guardia.
De esta forma los romanos logran franquear el desfiladero y llegan a Eordea. Tras devastar y saquear la región, dejan una pequeña guarnición (se desconoce el lugar) y se retiran a Apollonia.
-Más o menos y a modo orientativo:
Por otro lado, a Filipo se le habían abierto varios frentes simultáneos, entre ellos el de los etolios, que, abandonando la neutralidad, se unen al bando romano.
• En Roma entran en funciones los cónsules Lucio Cornelio Léntulo y Publio Vilio Tápulo
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L. Cornelius L.f. L.n. Lentulus , P. Villius Ti.f. Ti.n. Tappulus
Nota: Estos son los cónsules del año 199, que toman posesión del cargo a mediados de marzo. Sulpicio continuaba la campaña en primavera hasta ser reemplazado
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Por lo que respecta a la campaña naval poco hay que decir; el mar pertenecía a los romanos y al rey Átalo. Éste se unió con el legado Lucio Apustio cerca del promontorio de Escileo y comenzaron una serie de ataques sobre posiciones macedonias desvastando los territorios y apropiándose del botín:
• Recordando lo que mencioné sobre Filipo:
- De hecho sí se dirigió la flota a estos lugares.
Al final se deciden atacar Oreo (Oreus, la antigua Histiea), al norte de Eubea; posición estratégica a la entrada del Estrecho de Euripo:
• Recordando lo que mencioné sobre Filipo:
Manda demoler las ciudades de Esciatos y Pepareto (islas del Egeo, en el extremo sur de Magnesia) para evitar que se convirtieran en presa fácil de los romanos; (al ser indefendibles)
- De hecho sí se dirigió la flota a estos lugares.
Al final se deciden atacar Oreo (Oreus, la antigua Histiea), al norte de Eubea; posición estratégica a la entrada del Estrecho de Euripo:
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Toma de Oreo
La flota permanece en las cercanías de Oreo mientras Átalo y Lucio Apustio se adentran en el Golfo Maliaco para entrevistarse con una delegación etolia. Estos le piden al rey que les proporcione 1.000 hombres pero Átalo se los niega basándose en que ellos anteriormente habían rehusado atacar Macedonia mientras Filipo devastaba las regiones de los alrededores de Pérgamo.
Átalo y Apustio comienzan a barajar la posibilidad de atacar Oreo. La ciudad se hallaba bien defendida por sus murallas y una fuerte guarnición. A la escuadra se le habían unido 20 naves rodias con cubierta comandadas por un tal Acesímbroto; se envía este contingente a fondear en Zelasio para que sirvieran de protección en el caso de que las naves macedonias hicieran algún movimiento desde Demetriade; Heráclides, lugarteniente de Filipo, mantenía allí su flota a la espera de la primera oportunidad que se le brindase.
El ataque a la ciudad comienza por dos lados, los romanos lo hacen desde la parte de la ciudadela marítima mientras los del rey se dirigen a un valle que se extendía entre las dos partes fortificadas unidas por un muro (había otra ciudadela interior). Los romanos se aproximan a las defensas con un ariete y manteletes mientras que los hombres de Átalo comienzan a arrojar proyectiles con todo tipo de maquinaria; también se estaban construyendo galerias para minar los muros.
Al ser la resistencia muy fuerte, Lucio Apustio pensó que había que confiar más en un bloqueo con mejores trabajos de asedio que en un asalto rápido. También le dijo a Átalo que, entretanto, se podían emprender otras operaciones en la zona. Aceptada la estrategia a seguir se dejan las suficientes tropas para llevar a cabo los trabajos de asedio y se pasa a la zona continental más próxima.
Apustio toma por sorpresa Larisa Cremaste mientras que Átalo se hace con Pteleon.
Mientras tanto, en Oreo, los trabajos tocaban a su fin. Parte de de la muralla, minada en su base por los golpes de ariete, había cedido en numerosos puntos. Los romanos irrumpen durante la noche en la ciudadela que dominaba el puerto; al amanecer hacen una señal desde allí. Átalo penetra en la ciudad mientras la guarnición se retira a la ciudadela interior. A los dos días los macedonios se rinden.
La ciudad es para Átalo, los prisioneros y el botín para los romanos.
Finalizada la campaña naval, la flota regresa al Pireo. Apustio deja allí 30 naves y se retira a Corcira; Átalo regresa a Pérgamo.
La flota permanece en las cercanías de Oreo mientras Átalo y Lucio Apustio se adentran en el Golfo Maliaco para entrevistarse con una delegación etolia. Estos le piden al rey que les proporcione 1.000 hombres pero Átalo se los niega basándose en que ellos anteriormente habían rehusado atacar Macedonia mientras Filipo devastaba las regiones de los alrededores de Pérgamo.
Átalo y Apustio comienzan a barajar la posibilidad de atacar Oreo. La ciudad se hallaba bien defendida por sus murallas y una fuerte guarnición. A la escuadra se le habían unido 20 naves rodias con cubierta comandadas por un tal Acesímbroto; se envía este contingente a fondear en Zelasio para que sirvieran de protección en el caso de que las naves macedonias hicieran algún movimiento desde Demetriade; Heráclides, lugarteniente de Filipo, mantenía allí su flota a la espera de la primera oportunidad que se le brindase.
El ataque a la ciudad comienza por dos lados, los romanos lo hacen desde la parte de la ciudadela marítima mientras los del rey se dirigen a un valle que se extendía entre las dos partes fortificadas unidas por un muro (había otra ciudadela interior). Los romanos se aproximan a las defensas con un ariete y manteletes mientras que los hombres de Átalo comienzan a arrojar proyectiles con todo tipo de maquinaria; también se estaban construyendo galerias para minar los muros.
Al ser la resistencia muy fuerte, Lucio Apustio pensó que había que confiar más en un bloqueo con mejores trabajos de asedio que en un asalto rápido. También le dijo a Átalo que, entretanto, se podían emprender otras operaciones en la zona. Aceptada la estrategia a seguir se dejan las suficientes tropas para llevar a cabo los trabajos de asedio y se pasa a la zona continental más próxima.
Apustio toma por sorpresa Larisa Cremaste mientras que Átalo se hace con Pteleon.
Mientras tanto, en Oreo, los trabajos tocaban a su fin. Parte de de la muralla, minada en su base por los golpes de ariete, había cedido en numerosos puntos. Los romanos irrumpen durante la noche en la ciudadela que dominaba el puerto; al amanecer hacen una señal desde allí. Átalo penetra en la ciudad mientras la guarnición se retira a la ciudadela interior. A los dos días los macedonios se rinden.
La ciudad es para Átalo, los prisioneros y el botín para los romanos.
Finalizada la campaña naval, la flota regresa al Pireo. Apustio deja allí 30 naves y se retira a Corcira; Átalo regresa a Pérgamo.
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Campaña de Publio Vilio Tápulo
Durante el año 199, tras sortearse las provincias, a Lucio Cornelio Léntulo le había tocado Italia y a Publio Vilio Tápulo Macedonia.
A Vilio le correspondió el ejército de Publio Sulpicio Galba, siendo autorizado a reclutar cuantos soldados considerase necesarios para completarlo.
Una vez terminadas todas las obligaciones que lo retenían en Roma, Publio Vilio parte hacia Grecia y se encuentra que se había suscitado una sedición militar en la que estaban implicados 2.000 soldados que, tras la derrota de Aníbal habían sido trasladados de África a Sicilia y de aquí a Macedonia. Ellos negaban que habían sido voluntarios y que fueron embarcados contra su voluntad; en todo caso, el tiempo de servicio de estos hombres había finalizado ya y debía ponerse término al mismo.
"En muchos años no habían visto Italia; se habían hecho viejos sirviendo a las armas en Sicilia, en África, en Macedonia; estaban ya agotados por los trabajos y fatigas, desangrados por tantas heridas recibidas".
Liv. XXXII, 3
Al cónsul le parecieron admisibles las razones por las que pedían el licenciamiento y aceptó presentar la petición ante el senado si los hombres continuaban prestando el servicio y obedeciendo órdenes.
Estos retrasos iban a favorecer inicialmente a Filipo.
Durante el año 199, tras sortearse las provincias, a Lucio Cornelio Léntulo le había tocado Italia y a Publio Vilio Tápulo Macedonia.
A Vilio le correspondió el ejército de Publio Sulpicio Galba, siendo autorizado a reclutar cuantos soldados considerase necesarios para completarlo.
Una vez terminadas todas las obligaciones que lo retenían en Roma, Publio Vilio parte hacia Grecia y se encuentra que se había suscitado una sedición militar en la que estaban implicados 2.000 soldados que, tras la derrota de Aníbal habían sido trasladados de África a Sicilia y de aquí a Macedonia. Ellos negaban que habían sido voluntarios y que fueron embarcados contra su voluntad; en todo caso, el tiempo de servicio de estos hombres había finalizado ya y debía ponerse término al mismo.
"En muchos años no habían visto Italia; se habían hecho viejos sirviendo a las armas en Sicilia, en África, en Macedonia; estaban ya agotados por los trabajos y fatigas, desangrados por tantas heridas recibidas".
Liv. XXXII, 3
Al cónsul le parecieron admisibles las razones por las que pedían el licenciamiento y aceptó presentar la petición ante el senado si los hombres continuaban prestando el servicio y obedeciendo órdenes.
Estos retrasos iban a favorecer inicialmente a Filipo.
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-Inciso
Los cónsules entraban en funciones a mediados de marzo (finales de invierno e inicio de primavera). A consecuencia de las guerras anteriores, sobre todo la IIª Púnica, los frentes se habían ampliado así como los asuntos que había que resolver.
Al inicio de la campaña contra Filipo llegó a Roma la noticia de una sublevación de los galos (ínsubres, cenomanos, boios, celinos, ilvates y demás pueblos ligustinos), capitaneados por el cartaginés Amílcar, un superviviente del ejército de Asdrúbal que se había quedado en aquella región. Este ejército atacó Placencia y marchó sobre Cremona. La campaña le correspondía a Caio Aurelio Cota, cónsul del 200, colega en el cargo de Publio Sulpicio Galba.
Para que se vea el retraso que se llevaba en las campañas, Caio Aurelio llegó a la Galia cuando la guerra había sido finalizada por el pretor Lucio Furio Purpureo.
En el tema que tratamos, Publio Vilio Tápulo, cuando inicie su campaña contra Filipo lo hará en el 198 y ya sabrá que iba a ser relevado por Tito Quincio Flaminino antes de empezar las hostilidades.
Por ejemplo, cuando Publio Vilio entra en funciones de cónsul llega una carta de Publio Sulpicio:
"Desde Macedonia había llegado una carta del procónsul Publio Sulpicio en la que se hablaba, entre otras cosas, de un retoño de laurel que había brotado en la popa de un navio de guerra. Con motivo de los primeros prodigios, el senado había decidido que los cónsules ofreciesen sacrificios con víctimas adultas a los dioses que considerasen oportuno" Liv. XXXII, 1
Poco cuesta imaginar que entre cumplir obligaciones de este estilo, reclutar refuerzos, transportar tropas y suministros, luego encontrarse la sedición militar, presentar la petición al senado para licenciar esas tropas (a estos soldados había que sustituirlos)... la campaña del cónsul no iba a ser muy larga. La de Publio Sulpicio Galba se desarrolló entre el 200 y el 199; Publio Vilio la iniciará, como ya he dicho, en 198 ya elegido Tito Quincio Flaminino como su sustituto.
• Me parecía oportuno hacer este inciso porque iba llevando los temas de las campañas por año pero ahora ya no se puede. Es más, he mirado algunas cosas por ahí y he visto que las fechas varían en los datos dados. Como ya comenté en su momento, los romanos caerán del burro de que iniciar el año en marzo, en esa época, les iba a traer muchos y serios problemas, sobre todo la que aun les espera en Hispania, motivo por el que se cambiará posteriormente el inicio del año a enero; pero aun queda para esto. Los frentes se iban alejando de la península itálica y las cosas ya no eran lo mismo.
- Y por supuesto, comentar que estoy dejando aparte asuntos tales como la mencionada sublevación en la Galia Cisalpina y los combates en Hispania (entre otras cosas). Únicamente me estoy centrando en los asuntos de Grecia.
Los cónsules entraban en funciones a mediados de marzo (finales de invierno e inicio de primavera). A consecuencia de las guerras anteriores, sobre todo la IIª Púnica, los frentes se habían ampliado así como los asuntos que había que resolver.
Al inicio de la campaña contra Filipo llegó a Roma la noticia de una sublevación de los galos (ínsubres, cenomanos, boios, celinos, ilvates y demás pueblos ligustinos), capitaneados por el cartaginés Amílcar, un superviviente del ejército de Asdrúbal que se había quedado en aquella región. Este ejército atacó Placencia y marchó sobre Cremona. La campaña le correspondía a Caio Aurelio Cota, cónsul del 200, colega en el cargo de Publio Sulpicio Galba.
Para que se vea el retraso que se llevaba en las campañas, Caio Aurelio llegó a la Galia cuando la guerra había sido finalizada por el pretor Lucio Furio Purpureo.
En el tema que tratamos, Publio Vilio Tápulo, cuando inicie su campaña contra Filipo lo hará en el 198 y ya sabrá que iba a ser relevado por Tito Quincio Flaminino antes de empezar las hostilidades.
Por ejemplo, cuando Publio Vilio entra en funciones de cónsul llega una carta de Publio Sulpicio:
"Desde Macedonia había llegado una carta del procónsul Publio Sulpicio en la que se hablaba, entre otras cosas, de un retoño de laurel que había brotado en la popa de un navio de guerra. Con motivo de los primeros prodigios, el senado había decidido que los cónsules ofreciesen sacrificios con víctimas adultas a los dioses que considerasen oportuno" Liv. XXXII, 1
Poco cuesta imaginar que entre cumplir obligaciones de este estilo, reclutar refuerzos, transportar tropas y suministros, luego encontrarse la sedición militar, presentar la petición al senado para licenciar esas tropas (a estos soldados había que sustituirlos)... la campaña del cónsul no iba a ser muy larga. La de Publio Sulpicio Galba se desarrolló entre el 200 y el 199; Publio Vilio la iniciará, como ya he dicho, en 198 ya elegido Tito Quincio Flaminino como su sustituto.
• Me parecía oportuno hacer este inciso porque iba llevando los temas de las campañas por año pero ahora ya no se puede. Es más, he mirado algunas cosas por ahí y he visto que las fechas varían en los datos dados. Como ya comenté en su momento, los romanos caerán del burro de que iniciar el año en marzo, en esa época, les iba a traer muchos y serios problemas, sobre todo la que aun les espera en Hispania, motivo por el que se cambiará posteriormente el inicio del año a enero; pero aun queda para esto. Los frentes se iban alejando de la península itálica y las cosas ya no eran lo mismo.
- Y por supuesto, comentar que estoy dejando aparte asuntos tales como la mencionada sublevación en la Galia Cisalpina y los combates en Hispania (entre otras cosas). Únicamente me estoy centrando en los asuntos de Grecia.
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Filipo, teniendo resuelto de momento el frente de dardania y el de los etolios, afianza su amistad con Acaya enviando emisarios para exigir el juramento de fidelidad que tenían que renovar todos los años. Arreglados estos asuntos, prepara a sus tropas para la campaña de primavera.
"Hizo los preparativos para la guerra con gran dedicación, mayor que en ninguna otra ocasión anterior, ejercitando en las armas tanto a los macedonios como a las tropas mercenarias, y a comienzos de la primavera puso todas las tropas auxiliares extranjeras y todo el contingente de infantería ligera a las órdenes de Atenágoras y las mandó a Caonia a través del Epiro para ocupar los pasos de acceso a Antigonea" Liv. XXXII, 5
A los pocos días el rey marcho hacia la zona con las tropas pesadas. Tras estudiar la configuración de toda la comarca, llegó al convencimiento de que la posición más apropiada para fortificarse era más allá del río Aoo:
"Fluye éste por un angosto valle entre dos montañas que los habitantes del lugar llaman Meropo a una y Asnao a la otra, y tiene un estrecho paso a lo largo de la orilla. Ordenó a Atenágoras ocupar y fortificar el Asnao con las tropas ligeras, y él emplazó su campamento en el Meropo. Donde había rocas cortadas a pico apostó un destacamento armado poco numeroso; fortificó los puntos menos protegidos, con fosos en unos casos, con una empalizada en otros, y en otros con torres. Emplazó además gran cantidad de máquinas de lanzamiento en lugares apropiados, para mantener alejado al enemigo con sus proyectiles. La tienda del rey fue colocada delante de la empalizada, en la elevación de terreno más visible, para infundir pánico a los enemigos y aliento a los suyos con tal muestra de confianza."
• Sobre esta posición que toma Filipo voy a hacer un inciso porque he visto que en algunos sitios no se suele situar correctamente. El Meropo (o Meropus) es el Monte Trebeshin y el Asnao (o Asnaus) los Montes Nemerçka, en la actual Albania.
http://press.princeton.edu/B_ATLAS/BATL049_.pdf
El desfiladero es el paso de Klisura (Gryka e Këlcyrës), zona estratégica por la cual también se combatió durante la IIª GM
http://en.wikipedia.org/wiki/Capture_of_Klisura_Pass
El Meropo es el de la derecha, el Asnao a la izquierda:
Salida del desfiladero a la población de Këlcyrë
- Antigonea a menudo ha sido identificada con la actual Tepelenë (sobre todo en las notas a pie de página y en algunos mapas que se encuentran en la web) pero sus ruinas están en el término municipal de Antigonë, Distrito de Gjirokastër (Albania).
http://www.gjirokastra.org/albanian/al_ ... gonea.html
-La flecha verde es la dirección de marcha por donde debían entrar los romanos, el desfiladero está donde transcurre el río, claro.
"Hizo los preparativos para la guerra con gran dedicación, mayor que en ninguna otra ocasión anterior, ejercitando en las armas tanto a los macedonios como a las tropas mercenarias, y a comienzos de la primavera puso todas las tropas auxiliares extranjeras y todo el contingente de infantería ligera a las órdenes de Atenágoras y las mandó a Caonia a través del Epiro para ocupar los pasos de acceso a Antigonea" Liv. XXXII, 5
A los pocos días el rey marcho hacia la zona con las tropas pesadas. Tras estudiar la configuración de toda la comarca, llegó al convencimiento de que la posición más apropiada para fortificarse era más allá del río Aoo:
"Fluye éste por un angosto valle entre dos montañas que los habitantes del lugar llaman Meropo a una y Asnao a la otra, y tiene un estrecho paso a lo largo de la orilla. Ordenó a Atenágoras ocupar y fortificar el Asnao con las tropas ligeras, y él emplazó su campamento en el Meropo. Donde había rocas cortadas a pico apostó un destacamento armado poco numeroso; fortificó los puntos menos protegidos, con fosos en unos casos, con una empalizada en otros, y en otros con torres. Emplazó además gran cantidad de máquinas de lanzamiento en lugares apropiados, para mantener alejado al enemigo con sus proyectiles. La tienda del rey fue colocada delante de la empalizada, en la elevación de terreno más visible, para infundir pánico a los enemigos y aliento a los suyos con tal muestra de confianza."
• Sobre esta posición que toma Filipo voy a hacer un inciso porque he visto que en algunos sitios no se suele situar correctamente. El Meropo (o Meropus) es el Monte Trebeshin y el Asnao (o Asnaus) los Montes Nemerçka, en la actual Albania.
http://press.princeton.edu/B_ATLAS/BATL049_.pdf
El desfiladero es el paso de Klisura (Gryka e Këlcyrës), zona estratégica por la cual también se combatió durante la IIª GM
http://en.wikipedia.org/wiki/Capture_of_Klisura_Pass
El Meropo es el de la derecha, el Asnao a la izquierda:
Salida del desfiladero a la población de Këlcyrë
- Antigonea a menudo ha sido identificada con la actual Tepelenë (sobre todo en las notas a pie de página y en algunos mapas que se encuentran en la web) pero sus ruinas están en el término municipal de Antigonë, Distrito de Gjirokastër (Albania).
http://www.gjirokastra.org/albanian/al_ ... gonea.html
-La flecha verde es la dirección de marcha por donde debían entrar los romanos, el desfiladero está donde transcurre el río, claro.
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Publio Vilio Tápulo, informado por el epirota Caropo acerca de los pasos que había ocupado Filipo con su ejército, se traslada desde Corcira al continente y marcha en dirección a la zona. A cinco millas de distancia de las defensa deja a las legiones en una posición fortificada y se adelanta con un destacamento para hacer un reconocimiento del terreno. Al día siguiente reúne un consejo de guerra para decidir si intentaba el paso a través del desfiladero o si daba un rodeo y llevaba las tropas por el mismo camino por donde Publio Sulpicio Galba había penetrado en Macedonia el año anterior.
La discusión se prolonga muchos días y entre tanto llega la noticia de que a Tito Quincio Flaminino, (cónsul del 198) le había tocado en suerte la provincia de Macedonia y que ya se encontraba en Corcira tras una rápida travesía.
• Como curiosidad dejo este texto de Livio:
"Valerio Anciate relata que Vilio, como no pudo marchar en línea recta al estar toda la zona ocupada por el rey, siguió el valle por cuyo centro discurre el río Aoo, tendió un puente a toda prisa, cruzó a la orilla donde estaba el campamento del rey y libró batalla; el rey fue derrotado y puesto en fuga, perdiendo el campamento; fueron muertos en aquella batalla doce mil enemigos, cayeron prisioneros dos mil doscientos, y se capturaron ciento treinta y dos enseñas militares y doscientos caballos; también durante la batalla se prometió con voto un templo a Júpiter si el resultado era favorable. Los demás historiadores griegos y latinos, al menos aquellos cuyos anales yo he leído, refieren que Vilio no hizo nada digno de mención y le dejó íntegra la guerra a Tito Quincio, el cónsul que lo sucedió". XXXII, 6
- Livio utilizó la obra de Valerio Anciate en un principio pero enseguida se dio cuenta de que no era fiable en absoluto. Este párrafo parece escrito para echarlo aun más por tierra.
Publio Vilio Tápulo, informado por el epirota Caropo acerca de los pasos que había ocupado Filipo con su ejército, se traslada desde Corcira al continente y marcha en dirección a la zona. A cinco millas de distancia de las defensa deja a las legiones en una posición fortificada y se adelanta con un destacamento para hacer un reconocimiento del terreno. Al día siguiente reúne un consejo de guerra para decidir si intentaba el paso a través del desfiladero o si daba un rodeo y llevaba las tropas por el mismo camino por donde Publio Sulpicio Galba había penetrado en Macedonia el año anterior.
La discusión se prolonga muchos días y entre tanto llega la noticia de que a Tito Quincio Flaminino, (cónsul del 198) le había tocado en suerte la provincia de Macedonia y que ya se encontraba en Corcira tras una rápida travesía.
• Como curiosidad dejo este texto de Livio:
"Valerio Anciate relata que Vilio, como no pudo marchar en línea recta al estar toda la zona ocupada por el rey, siguió el valle por cuyo centro discurre el río Aoo, tendió un puente a toda prisa, cruzó a la orilla donde estaba el campamento del rey y libró batalla; el rey fue derrotado y puesto en fuga, perdiendo el campamento; fueron muertos en aquella batalla doce mil enemigos, cayeron prisioneros dos mil doscientos, y se capturaron ciento treinta y dos enseñas militares y doscientos caballos; también durante la batalla se prometió con voto un templo a Júpiter si el resultado era favorable. Los demás historiadores griegos y latinos, al menos aquellos cuyos anales yo he leído, refieren que Vilio no hizo nada digno de mención y le dejó íntegra la guerra a Tito Quincio, el cónsul que lo sucedió". XXXII, 6
- Livio utilizó la obra de Valerio Anciate en un principio pero enseguida se dio cuenta de que no era fiable en absoluto. Este párrafo parece escrito para echarlo aun más por tierra.
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Entran en funciones Sexto Elio Peto Cato y Tito Quincio Flaminino
FC
Sex. Aelius Q.f. P.n. Paetus Catus , T. Quinctius T.f. L.n. Flamininus
Los cónsules presentan ante el senado a los embajadores del rey Átalo que anuncian que el rey Antíoco • ha invadido su reino aprovechando que las tropas de Pérgamo estaban ayudando a los romanos. Ruegan que se les envíe refuerzos si querían contar con su flota y su colaboración para la guerra contra Filipo; en caso contrario se retirarían a defender su territorio. La respuesta que se da a los embajadores por orden del senado es la siguiente:
"El senado agradecía que el rey Átalo hubiera ayudado a los generales romanos con su flota y demás fuerzas; no se enviarían refuerzos a Átalo en contra de Antíoco, aliado y amigo del pueblo romano, pero tampoco se retendría a las tropas auxiliares de Átalo más allá de lo conveniente para el rey; el pueblo romano siempre había utilizado lo que pertenecía a otros de acuerdo con el criterio de esos otros; tanto el principio como el fin de la colaboración estaba en manos de aquellos que querían que los romanos contaran con ella; se enviarían embajadores a Antíoco para significarle que el pueblo romano se estaba valiendo de la colaboración de Átalo, de sus navios y sus soldados, en contra de Filipo, su enemigo común, y que el senado vería con buenos ojos que él respetara el reino de Átalo y cesara en sus hostilidades, pues era razonable que unos reyes aliados y amigos del pueblo romano mantuvieran la paz también entre ellos". XXXII, 8
• Recordemos que Antíoco III el Grande, de la dinastía seléucida, tenía un acuerdo con Filipo de Macedonia para conquistar y compartir los territorios de los Ptolomeos tras la muerte de Ptolomeo IV Filopator. Esta respuesta del senado tiene intenciones poco claras al llamar al rey "aliado y amigo del pueblo romano" porque Antíoco estaba en pugna con Ptolomeo V, amigo de Roma, cosa que podía afectar al suministro de grano desde Egipto; Roma ya le había advertido que se abstuviera de invadir territorio egipcio por lo que se había limitado a las posesiones ptolemaicas en Cilicia. Por otro lado, Antíoco, aunque aliado de Filipo, no lo estaba ayudando en la guerra contra Roma.
Además, el senado no iba a enviar tropas a Pérgamo.
Nota: Esto debía mencionarlo como precedente de sucesos que se desarrollarán más tarde.
Entran en funciones Sexto Elio Peto Cato y Tito Quincio Flaminino
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Sex. Aelius Q.f. P.n. Paetus Catus , T. Quinctius T.f. L.n. Flamininus
Los cónsules presentan ante el senado a los embajadores del rey Átalo que anuncian que el rey Antíoco • ha invadido su reino aprovechando que las tropas de Pérgamo estaban ayudando a los romanos. Ruegan que se les envíe refuerzos si querían contar con su flota y su colaboración para la guerra contra Filipo; en caso contrario se retirarían a defender su territorio. La respuesta que se da a los embajadores por orden del senado es la siguiente:
"El senado agradecía que el rey Átalo hubiera ayudado a los generales romanos con su flota y demás fuerzas; no se enviarían refuerzos a Átalo en contra de Antíoco, aliado y amigo del pueblo romano, pero tampoco se retendría a las tropas auxiliares de Átalo más allá de lo conveniente para el rey; el pueblo romano siempre había utilizado lo que pertenecía a otros de acuerdo con el criterio de esos otros; tanto el principio como el fin de la colaboración estaba en manos de aquellos que querían que los romanos contaran con ella; se enviarían embajadores a Antíoco para significarle que el pueblo romano se estaba valiendo de la colaboración de Átalo, de sus navios y sus soldados, en contra de Filipo, su enemigo común, y que el senado vería con buenos ojos que él respetara el reino de Átalo y cesara en sus hostilidades, pues era razonable que unos reyes aliados y amigos del pueblo romano mantuvieran la paz también entre ellos". XXXII, 8
• Recordemos que Antíoco III el Grande, de la dinastía seléucida, tenía un acuerdo con Filipo de Macedonia para conquistar y compartir los territorios de los Ptolomeos tras la muerte de Ptolomeo IV Filopator. Esta respuesta del senado tiene intenciones poco claras al llamar al rey "aliado y amigo del pueblo romano" porque Antíoco estaba en pugna con Ptolomeo V, amigo de Roma, cosa que podía afectar al suministro de grano desde Egipto; Roma ya le había advertido que se abstuviera de invadir territorio egipcio por lo que se había limitado a las posesiones ptolemaicas en Cilicia. Por otro lado, Antíoco, aunque aliado de Filipo, no lo estaba ayudando en la guerra contra Roma.
Además, el senado no iba a enviar tropas a Pérgamo.
Nota: Esto debía mencionarlo como precedente de sucesos que se desarrollarán más tarde.
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Campaña de Tito Quincio Flaminino
El senado decide que los cónsules se repartan de mutuo acuerdo o por sorteo las provincias de Macedonia e Italia; aquel a quien correspondiera Macedonia reclutaría, como complemento de las legiones, 3.000 romanos de infantería y 300 de caballería, así como 5.000 aliados latinos de infantería y 500 de caballería.
Macedonia le corresponde a Flaminino. De entre las tropas que el senado le había adjudicado elige sobre todo a aquellos que habían combatido bajo el mando de Escipión en Hispania y África; por otro lado, solicita al senado que sea su hermano, Lucio Quincio Flaminino, quien estuviera al mando de la flota.
El cónsul zarpa rápidamente desde Brundisium y llega a Corcira con los refuerzos. Desde Corcira cruza en una quinquerreme al punto del Epiro más cercano y se dirige al campamento romano a marchas forzadas. Despide a Publio Vilio Tápulo y espera unos días a que se le unan los refuerzos.
A Flaminio se le presenta el mismo dilema que retrasó a Vilio: intentar un golpe de fuerza marchando en línea recta hacia el campamento de Filipo fortificado en el desfiladero o entrar en Macedonia dando un rodeo sin peligro a través de Dasarecia y Lynco (la ruta que siguió en su campaña Publio Sulpicio Galba).
El senado decide que los cónsules se repartan de mutuo acuerdo o por sorteo las provincias de Macedonia e Italia; aquel a quien correspondiera Macedonia reclutaría, como complemento de las legiones, 3.000 romanos de infantería y 300 de caballería, así como 5.000 aliados latinos de infantería y 500 de caballería.
Macedonia le corresponde a Flaminino. De entre las tropas que el senado le había adjudicado elige sobre todo a aquellos que habían combatido bajo el mando de Escipión en Hispania y África; por otro lado, solicita al senado que sea su hermano, Lucio Quincio Flaminino, quien estuviera al mando de la flota.
El cónsul zarpa rápidamente desde Brundisium y llega a Corcira con los refuerzos. Desde Corcira cruza en una quinquerreme al punto del Epiro más cercano y se dirige al campamento romano a marchas forzadas. Despide a Publio Vilio Tápulo y espera unos días a que se le unan los refuerzos.
A Flaminio se le presenta el mismo dilema que retrasó a Vilio: intentar un golpe de fuerza marchando en línea recta hacia el campamento de Filipo fortificado en el desfiladero o entrar en Macedonia dando un rodeo sin peligro a través de Dasarecia y Lynco (la ruta que siguió en su campaña Publio Sulpicio Galba).
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Nota:
Si alguno tiene la obra de Livio de Biblioteca clásica Gredos (raro con los precios que manejan), en concreto el Nº 183 "Historia de Roma desde su fundación XXXI-XXXV":
http://www.editorialgredos.com/bibliote ... _xxxi-xxxv
Un apunte.
Recordemos que el senado decreta unos refuerzos de 3.000 romanos de infantería y 300 de caballería, así como 5.000 aliados latinos de infantería y 500 de caballería.
-De esa edición:
"...aquel a quien correspondiera Macedonia reclutaría, como complemento de las legiones, tres mil romanos de infantería y trescientos de caballería, así como cinco mil aliados latinos de infantería y quinientos de caballería". XXXII, 8-2
Pero luego nos dice:
"...y puso rumbo a Corcira con ocho mil soldados de a pie y quinientos de a caballo". XXXII, 9-6
Aquí nos faltan 300 jinetes. Las cuentas no cuadran...
Vamos al original:
utri eorum Macedonia evenisset, in supplementum legionum tria milia militum Romanorum scriberet et trecentos equites, item sociorum Latini nominis quinque milia peditum, quingentos equites XXXII, 8-2
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/tex ... ection%3D2
Hasta aquí bien, pero:
Corcyram tenuit cum octo milibus peditum, equitibus octingentis XXXII, 9-6
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/tex ... ection%3D6
Aquí vemos que Flaminio parte hacia Corcira con 800 (octingentis) jinetes, no con 500.
Han partido de la traducción:
Corcyram tenuit cum octo milibus peditum, equitibus quingentis
http://www.thelatinlibrary.com/livy/liv.33.shtml
http://www.latin.it/autore/livio/ab_urb ... iber_xxxii
Pero vamos, la suma de 300 jinetes romanos y 500 latinos...
Si alguno tiene la obra de Livio de Biblioteca clásica Gredos (raro con los precios que manejan), en concreto el Nº 183 "Historia de Roma desde su fundación XXXI-XXXV":
http://www.editorialgredos.com/bibliote ... _xxxi-xxxv
Un apunte.
Recordemos que el senado decreta unos refuerzos de 3.000 romanos de infantería y 300 de caballería, así como 5.000 aliados latinos de infantería y 500 de caballería.
-De esa edición:
"...aquel a quien correspondiera Macedonia reclutaría, como complemento de las legiones, tres mil romanos de infantería y trescientos de caballería, así como cinco mil aliados latinos de infantería y quinientos de caballería". XXXII, 8-2
Pero luego nos dice:
"...y puso rumbo a Corcira con ocho mil soldados de a pie y quinientos de a caballo". XXXII, 9-6
Aquí nos faltan 300 jinetes. Las cuentas no cuadran...
Vamos al original:
utri eorum Macedonia evenisset, in supplementum legionum tria milia militum Romanorum scriberet et trecentos equites, item sociorum Latini nominis quinque milia peditum, quingentos equites XXXII, 8-2
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/tex ... ection%3D2
Hasta aquí bien, pero:
Corcyram tenuit cum octo milibus peditum, equitibus octingentis XXXII, 9-6
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/tex ... ection%3D6
Aquí vemos que Flaminio parte hacia Corcira con 800 (octingentis) jinetes, no con 500.
Han partido de la traducción:
Corcyram tenuit cum octo milibus peditum, equitibus quingentis
http://www.thelatinlibrary.com/livy/liv.33.shtml
http://www.latin.it/autore/livio/ab_urb ... iber_xxxii
Pero vamos, la suma de 300 jinetes romanos y 500 latinos...
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Batalla del Aoo
-Preliminares
Se celebra un consejo de guerra para decidir si entrar en el desfiladero o tomar el otro camino. Muchos se inclinan por esta segunda opción pero Flaminio temía que Filipo volviera a escaparse poniéndose a salvo en lugares intransitables tal y como hizo con Publio Sulpicio. Por otro lado, al alejarse del mar, los suministros de víveres le iban a faltar por lo que malgastaría el tiempo en una campaña corta. Es por esto que se decide un ataque frontal al desfiladero y las alturas adyacentes.
Flaminio permanece inactivo durante cuarenta días sin intentar ningún movimiento. Filipo considera hacer una tentativa de paz por mediación de los epirotas. Elige a su lugarteniente Pausanias y a Alejandro, jefe de la caballería, para que acuerden con Flaminio una entrevista.
El rey y el cónsul se reúnen en donde las orillas del Aoo se estrechaban al máximo. Las peticiones de Flaminio para acordar la paz se resumían en que el rey retirase sus guarniciones de las ciudades; que devolviese a aquellos cuyos territorios y ciudades había saqueado los bienes que se encontrasen y se hiciese una valoración del resto con un arbitraje imparcial. Filipo responde que estaba dispuesto a liberar las que él había tomado, pero no iba a renunciar a la posesión legítima y hereditaria del reino de Macedonia.
Se pasa a continuación a hablar sobre que ciudades debían ser liberadas y Flaminio nombra primeramente a las ciudades de Tesalia. Esto era inaceptable para Filipo:
«¿Qué condición más dura me impondrías, Tito Quincio, si fuese un vencido?»
Flaminio se prepara para atacar al día siguiente.
-Preliminares
Se celebra un consejo de guerra para decidir si entrar en el desfiladero o tomar el otro camino. Muchos se inclinan por esta segunda opción pero Flaminio temía que Filipo volviera a escaparse poniéndose a salvo en lugares intransitables tal y como hizo con Publio Sulpicio. Por otro lado, al alejarse del mar, los suministros de víveres le iban a faltar por lo que malgastaría el tiempo en una campaña corta. Es por esto que se decide un ataque frontal al desfiladero y las alturas adyacentes.
Flaminio permanece inactivo durante cuarenta días sin intentar ningún movimiento. Filipo considera hacer una tentativa de paz por mediación de los epirotas. Elige a su lugarteniente Pausanias y a Alejandro, jefe de la caballería, para que acuerden con Flaminio una entrevista.
El rey y el cónsul se reúnen en donde las orillas del Aoo se estrechaban al máximo. Las peticiones de Flaminio para acordar la paz se resumían en que el rey retirase sus guarniciones de las ciudades; que devolviese a aquellos cuyos territorios y ciudades había saqueado los bienes que se encontrasen y se hiciese una valoración del resto con un arbitraje imparcial. Filipo responde que estaba dispuesto a liberar las que él había tomado, pero no iba a renunciar a la posesión legítima y hereditaria del reino de Macedonia.
Se pasa a continuación a hablar sobre que ciudades debían ser liberadas y Flaminio nombra primeramente a las ciudades de Tesalia. Esto era inaceptable para Filipo:
«¿Qué condición más dura me impondrías, Tito Quincio, si fuese un vencido?»
Flaminio se prepara para atacar al día siguiente.
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Al comenzar el día se producen numerosas escaramuzas, a base de salidas desde los puestos de guardia, en una explanada cuyas dimensiones lo permitían. Al verse en inferioridad, los macedonios retroceden hacia sus posiciones defensivas seguidos por los romanos. Ocupaba Filipo las montañas con su infantería; contaba con la ventaja de la posición y las catapultas y ballestas emplazadas casi en cada roca como sobre una muralla. Sobre los romanos llueven por todas partes dardos y flechas tirados oblicuamente. Se traban reñidos combates con elevado número de bajas por ambas partes hasta que la noche pone fin a los combates.
Los romanos habían podido aguantar y minimizar el número de bajas gracias a la protección de sus escudos; hasta las flechas de los arqueros cretenses se habían visto incapaces de traspasarlos. Pero las defensas de Filipo eran inexpugnables.
Así estaba la situación cuando es conducido ante el cónsul un pastor enviado por Caropo, un jefe epirota. El pastor le dice a Flaminio que él solía apacentar su rebaño en la cañada que entonces ocupaba el campamento del rey, y que conocía todos los recovecos y senderos de aquellas montañas; si el cónsul quería, él llevaría a los romanos a través de una senda, no demasiado empinada ni difícil, hasta una posición por encima de las defensas macedonias después de tres jornadas de camino. Flaminio manda a preguntar a Caropo si a su juicio se podía confiar plenamente en el campesino. La respuesta remitida por Caropo fue que confiase, pero de forma que el control de toda la operación lo tuviera él y no el otro.
Flaminio, de forma desconfiada, decide probar la posibilidad que se le ofrecía. Seguidamente, entrega a un tribuno militar 4.000 mil soldados escogidos y 300 jinetes. Le ordena que lleve a los jinetes hasta donde el terreno lo permitiera y, una vez llegados al terreno impracticable para la caballería, apostase a los jinetes en espacio llano, y que los infantes siguieran el camino que el guía les indicara. Cuando, como éste prometía, hubiesen llegado al punto que dominaba la posición enemiga, el tribuno debía hacer una señal de humo, pero debía permanecer a la espera hasta recibir una señal de confirmación para poder sincronizar un doble ataque.
El tribuno parte durante la noche y dedica el día a comer y descansar; el guía iba maniatado.
Una vez despedido el cuerpo expedicionario, Flaminio acentúa la presión sobre los puestos enemigos. Para evitar que el rey sospechara, durante los dos días siguientes no cesa de hostigar las defensas disponiendo retenes por todas partes y reemplazando a los que estaban agotados por tropas de refresco.
Los romanos habían podido aguantar y minimizar el número de bajas gracias a la protección de sus escudos; hasta las flechas de los arqueros cretenses se habían visto incapaces de traspasarlos. Pero las defensas de Filipo eran inexpugnables.
Así estaba la situación cuando es conducido ante el cónsul un pastor enviado por Caropo, un jefe epirota. El pastor le dice a Flaminio que él solía apacentar su rebaño en la cañada que entonces ocupaba el campamento del rey, y que conocía todos los recovecos y senderos de aquellas montañas; si el cónsul quería, él llevaría a los romanos a través de una senda, no demasiado empinada ni difícil, hasta una posición por encima de las defensas macedonias después de tres jornadas de camino. Flaminio manda a preguntar a Caropo si a su juicio se podía confiar plenamente en el campesino. La respuesta remitida por Caropo fue que confiase, pero de forma que el control de toda la operación lo tuviera él y no el otro.
Flaminio, de forma desconfiada, decide probar la posibilidad que se le ofrecía. Seguidamente, entrega a un tribuno militar 4.000 mil soldados escogidos y 300 jinetes. Le ordena que lleve a los jinetes hasta donde el terreno lo permitiera y, una vez llegados al terreno impracticable para la caballería, apostase a los jinetes en espacio llano, y que los infantes siguieran el camino que el guía les indicara. Cuando, como éste prometía, hubiesen llegado al punto que dominaba la posición enemiga, el tribuno debía hacer una señal de humo, pero debía permanecer a la espera hasta recibir una señal de confirmación para poder sincronizar un doble ataque.
El tribuno parte durante la noche y dedica el día a comer y descansar; el guía iba maniatado.
Una vez despedido el cuerpo expedicionario, Flaminio acentúa la presión sobre los puestos enemigos. Para evitar que el rey sospechara, durante los dos días siguientes no cesa de hostigar las defensas disponiendo retenes por todas partes y reemplazando a los que estaban agotados por tropas de refresco.
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