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El 24 de Junio, desde los balcones de la Secretaría General del Movimiento, Ramón Serrano Suñer, Ministro de Asuntos Exteriores, daba a los Manifestantes, mayoritariamente del S.E.U. (Sindicato Español Universitario) su, tal vez, más conocido discurso: ¡RUSIA ES CULPABLE!
Serrano Súñer - Desconocido.
“ Camaradas: No es hora de discursos. Pero sí de que la Falange dicte en estos momentos su sentencia condenatoria:¡ Rusia es culpable! ( Grandes aclamaciones y gritos de ¡Muera el comunismo!) Culpable de nuestra guerra civil (Se reproducen las aclamaciones con vivas a España). Culpable de la Muerte de José Antonio, nuestro Fundador (José Antonio, ¡ Presente!, grita la multitud). Y de la muerte de tantos camaradas y tantos soldados caídos en aquella guerra por la opresión del comunismo ruso (Grandes ovaciones). El exterminio de Rusia es exigencia de la Historia y del porvenir de Europa (Frenéticas aclamaciones y gritos de “¡Arriba España!”, “ ¡Viva Franco!” y “¡Muera la Rusia soviética!”). El camarada Serrano Súñer se dirige a todos para decirles que después de cantar el Himno de nuestra Revolución se disuelvan con orden, y les recomienda que estén sólo atentos a la voz del mando y vigilantes de las voces insidiosas y pérfidas de los enemigos para sellarles la boca”.
Diario Arriba, del 25 de junio de 1941.
Manifestación en Madrid contra el Comunismo, comienzo de la guerra ruso-alemana - Mario Triviño.
Mario Triviño fue durante toda su vida un militante falangista. A los 14 años, durante la Segunda República, se afilió al SEU de Madrid, ciudad en donde fue encarcelado a poco de estallar la guerra. Asistió desde ella a un trance extremadamente cruel: su madre y su hermana desaparecieron para siempre en aquel Madrid, ya “checa” en la adjetivación de Foxá. Voluntario en la División Azul, a su regreso y siguiendo su testimonio se “autoaisló”. La realidad que se vivía no era por la que él había luchado. Ingresaría con el tiempo en el Círculo Ruiz de Alda, una de las estructuras del conglomerado conocido como FES en donde se agruparon desde el año 1963 falangistas disidentes y opuestos al régimen.
Además del breve relato que hizo Mario Triviño queda una obra plástica, compuesta por acuarelas y dibujos, diseminada en múltiples lugares, aquéllos a donde regalaba su obra. De las que conocemos son algunas las que complementan la comunicación y en las que pueden observarse dos ideas motoras: su militancia constante y el amor que sentía por aquella Rusia a donde su voluntad le hizo ir como soldado de la División Azul.