Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
SUBIC
En Subic los intentos japoneses de romper las líneas españolas continuaban sin tregua desde que Aznar se retirase al dicha posición a mediados del año anterior. Durante un tiempo la situación española fue bastante buena y un ataque realizado en noviembre pudo ser rechazado con facilidad, en gran parte por la escasa preparación artillera antes de dar paso a un asalto de infantería que fue diezmado por fusiles y ametralladoras. Aznar sabía sin embargo que ese ataque tan solo había tenido por objeto el comprobar las defensas y la moral española, viendo si los defensores seguían siendo capaces de resistir si caer en el desánimo.
Después de eso la guerra se limitó a un duro intercambio de fuego de artillería, en el que las posiciones protegidas de la artillería española ofrecían a sus artilleros cierta ventaja, al menos la suficiente para que la enorme superioridad de la artillería japonesa no fuese decisiva. En esas posiciones los artilleros españoles empleaban desde modernos cañones Schneider de 75mm a anticuados cañones del último cuarto del siglo anterior, incluyendo dos docenas de viejos cañones de avancarga Barrios. Estas anticuadas piezas habían sido retiradas de sus emplazamientos navales para ser empleadas en tierra, donde esperaban que su poderosa granada diese una pegada adicional al cañón.
De esta forma y empleando una amplía amalgama de piezas diferentes que incluían cañones Barrios, Elorza, Sotomayor, y Ordoñez entre otros, arrojaron un aluvión de fuego sobre las posiciones niponas causando decenas de bajas. Desgraciadamente para el mando nipón en febrero el general Kongo había sido relevado del mando a causa de una enfermedad, y su sustituto, el general Katsushika, no tenía tanta paciencia como su predecesor. De esta forma no tardo en lanzar un duro ataque contra las defensas de la zona de Olóngapo. Sin embargo con una preparación artillera inadecuada el ataque fue rechazado sufriendo con graves bajas. Decidido a romper esas defensa como fuere, Katsushika persevero lanzando un segundo ataque a primeros de abril y un tercero a finales de dicho mes.
Para el general Aznar la situación empezaba a ser sumamente preocupante. Pese al elevado número de bajas que estaban ocasionando al enemigo el número de defensores muertos y heridos no dejaba de aumentar. Sabía que no sería capaz de continuar rechazando esos asaltos de forma indefinida, y cuando eso ocurriese los japoneses irrumpirían en sus defensas llegando a Subic y cortando en dos las defensas españolas, dejando aislados a los 20.000 hombres que defendían la zona norte en el Pinatubo totalmente aislados.
No podía permitirlo. El 25 de abril ordeno desmontar las piezas de costa que protegían la entrada de Subic en su lado norte y su traslado a la línea de tierra en Bataan. Junto a esas piezas debían viajar todas las reservas de municiones, alimentos y medicinas que pudiesen reunir. Él permanecería allí con sus hombres el tiempo suficiente para reaprovisionar a los dos submarinos que aun operaban desde aquellas aguas una última vez, enviándolos a continuación a un puerto secundario en Cebú, pues aquel puerto aun resistía en manos españolas. A continuación retiraría a sus hombres a Bataan para realizar una última defensa en un frente de tan solo 25km, donde sus tropas podrían ofrecer una resistencia mucho mayor.
En Subic los intentos japoneses de romper las líneas españolas continuaban sin tregua desde que Aznar se retirase al dicha posición a mediados del año anterior. Durante un tiempo la situación española fue bastante buena y un ataque realizado en noviembre pudo ser rechazado con facilidad, en gran parte por la escasa preparación artillera antes de dar paso a un asalto de infantería que fue diezmado por fusiles y ametralladoras. Aznar sabía sin embargo que ese ataque tan solo había tenido por objeto el comprobar las defensas y la moral española, viendo si los defensores seguían siendo capaces de resistir si caer en el desánimo.
Después de eso la guerra se limitó a un duro intercambio de fuego de artillería, en el que las posiciones protegidas de la artillería española ofrecían a sus artilleros cierta ventaja, al menos la suficiente para que la enorme superioridad de la artillería japonesa no fuese decisiva. En esas posiciones los artilleros españoles empleaban desde modernos cañones Schneider de 75mm a anticuados cañones del último cuarto del siglo anterior, incluyendo dos docenas de viejos cañones de avancarga Barrios. Estas anticuadas piezas habían sido retiradas de sus emplazamientos navales para ser empleadas en tierra, donde esperaban que su poderosa granada diese una pegada adicional al cañón.
De esta forma y empleando una amplía amalgama de piezas diferentes que incluían cañones Barrios, Elorza, Sotomayor, y Ordoñez entre otros, arrojaron un aluvión de fuego sobre las posiciones niponas causando decenas de bajas. Desgraciadamente para el mando nipón en febrero el general Kongo había sido relevado del mando a causa de una enfermedad, y su sustituto, el general Katsushika, no tenía tanta paciencia como su predecesor. De esta forma no tardo en lanzar un duro ataque contra las defensas de la zona de Olóngapo. Sin embargo con una preparación artillera inadecuada el ataque fue rechazado sufriendo con graves bajas. Decidido a romper esas defensa como fuere, Katsushika persevero lanzando un segundo ataque a primeros de abril y un tercero a finales de dicho mes.
Para el general Aznar la situación empezaba a ser sumamente preocupante. Pese al elevado número de bajas que estaban ocasionando al enemigo el número de defensores muertos y heridos no dejaba de aumentar. Sabía que no sería capaz de continuar rechazando esos asaltos de forma indefinida, y cuando eso ocurriese los japoneses irrumpirían en sus defensas llegando a Subic y cortando en dos las defensas españolas, dejando aislados a los 20.000 hombres que defendían la zona norte en el Pinatubo totalmente aislados.
No podía permitirlo. El 25 de abril ordeno desmontar las piezas de costa que protegían la entrada de Subic en su lado norte y su traslado a la línea de tierra en Bataan. Junto a esas piezas debían viajar todas las reservas de municiones, alimentos y medicinas que pudiesen reunir. Él permanecería allí con sus hombres el tiempo suficiente para reaprovisionar a los dos submarinos que aun operaban desde aquellas aguas una última vez, enviándolos a continuación a un puerto secundario en Cebú, pues aquel puerto aun resistía en manos españolas. A continuación retiraría a sus hombres a Bataan para realizar una última defensa en un frente de tan solo 25km, donde sus tropas podrían ofrecer una resistencia mucho mayor.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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CEBÚ
Decididos a culminar la conquista de las islas Bisayas centrales, los japoneses se dirigieron a Cebú también llamada la Reina del Sur, en donde se encontraba el tercer puerto con mayor capacidad del archipiélago en aquellos momentos. Para ello reunieron una impresionante flota que incluía tres acorazados, dos acorazados pre Dreadnought, dos cruceros de batalla, siete cruceros y dieciocho destructores, que serían auxiliados por catorce dragaminas y varios buques de suministros. Además viajarían con ellos veintisiete transportes de tropas encargados de llevar hasta la isla a la división encargada del desembarco., la 8ª división de fusileros navales.
En la isla el brigadier Valdés había tratado de adivinar cuál sería el lugar elegido por los japoneses para el desembarco. Por desgracia incluso tras haber movilizado varios miles de hombres en los últimos tiempos, hasta el punto de retirar las armas de defensa a los artilleros para dotar más unidades de infantería, no tenía suficientes tropas para defender toda la isla. Finalmente decidió emplazar batallones en varias de las playas que consideraba que reunían las mejores condiciones para el desembarco, preparándose a fondo para resistir hasta las últimas consecuencias. Contaba eso sí con la inestimable ayuda de uno de los dos dirigibles que operaban en el archipiélago, y esperaba que este lograse descubrir el asalto enemigo con suficiente antelación como para movilizar a sus tropas.
Si puedo mañana el resto
Decididos a culminar la conquista de las islas Bisayas centrales, los japoneses se dirigieron a Cebú también llamada la Reina del Sur, en donde se encontraba el tercer puerto con mayor capacidad del archipiélago en aquellos momentos. Para ello reunieron una impresionante flota que incluía tres acorazados, dos acorazados pre Dreadnought, dos cruceros de batalla, siete cruceros y dieciocho destructores, que serían auxiliados por catorce dragaminas y varios buques de suministros. Además viajarían con ellos veintisiete transportes de tropas encargados de llevar hasta la isla a la división encargada del desembarco., la 8ª división de fusileros navales.
En la isla el brigadier Valdés había tratado de adivinar cuál sería el lugar elegido por los japoneses para el desembarco. Por desgracia incluso tras haber movilizado varios miles de hombres en los últimos tiempos, hasta el punto de retirar las armas de defensa a los artilleros para dotar más unidades de infantería, no tenía suficientes tropas para defender toda la isla. Finalmente decidió emplazar batallones en varias de las playas que consideraba que reunían las mejores condiciones para el desembarco, preparándose a fondo para resistir hasta las últimas consecuencias. Contaba eso sí con la inestimable ayuda de uno de los dos dirigibles que operaban en el archipiélago, y esperaba que este lograse descubrir el asalto enemigo con suficiente antelación como para movilizar a sus tropas.
Si puedo mañana el resto
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Esperando estaremos
la verdad que últimamente parece que no lo hacemos demasiado mal , nuestras fuerzas aunque no estén sobradas combaten con orden y oponiendo resistencia .
vuelvo a felicitarles y encantado de poder seguir este magnifico relato y si es sin sobresaltos mejor que mejor
Un saludo .
PD :Los 3500 post están a la vuelta de la esquina y los 90.000 lecturas a falta de poco enhorabuena .
la verdad que últimamente parece que no lo hacemos demasiado mal , nuestras fuerzas aunque no estén sobradas combaten con orden y oponiendo resistencia .
vuelvo a felicitarles y encantado de poder seguir este magnifico relato y si es sin sobresaltos mejor que mejor
Un saludo .
PD :Los 3500 post están a la vuelta de la esquina y los 90.000 lecturas a falta de poco enhorabuena .
Año de Rojos , año de hambre , peste y piojos
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- Cabo
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Hola:
A las tripulaciones de esos dos submarinos y a los otros dos que se perdieron había que proponerlos para la laureada. Llevan una campaña incesante contra todo el tráfico japonés y han logrado triunfos increíbles con los pocos medios que tenían. Así, sin más datos diría que han hecho más que la flota submarina con base en la península.
Ahora con Cebú bajo asedio no sé si podrán seguir operando en esas aguas. ¿Quizá desde Guahán?
Un saludo
A las tripulaciones de esos dos submarinos y a los otros dos que se perdieron había que proponerlos para la laureada. Llevan una campaña incesante contra todo el tráfico japonés y han logrado triunfos increíbles con los pocos medios que tenían. Así, sin más datos diría que han hecho más que la flota submarina con base en la península.
Ahora con Cebú bajo asedio no sé si podrán seguir operando en esas aguas. ¿Quizá desde Guahán?
Un saludo
- urquhart
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GUADALAJARA, FINES DE MAYO DE 1916
GUADALAJARA, FINES DE MAYO DE 1916
Eulogio Serrano, estaba estibando materiales con destino a la recientemente constituida Sociedad Española de Construcciones Aeronáuticas y Similares (1) de Santander.
En un principio, la fábrica de Guadalajara de la Hispano Suiza debía suministrar el pedido de autocamioones 400 modelos HS 40/50 al Ejército de Tierra, y completar un número pequeño de aeroplanos BCD.
La necesidad de concentrar la nueva fábrica de la Hispano Suiza en el montaje de los nuevos aeroplanos de combate, y la fabricación de motores, obligaba a trasladar la producción de otros modelos anteriores, mientras existieran materiales para su terminación. Los pocos BCD que pudieran concluirse serían de utilidad en misiones de reconocimiento en el Cantábrico. España no podía deshacerse de unos materiales que con tanto esfuerzo había acopiado.
Para desgracia de Eulogio, una mala disposición de la carga, significó que una máquina herramienta le cayera sobre su píe.
Trasladado de cualquier forma desde la playa de carga de la Hispano Suiza al Hospital Civil de Guadalajara, dependiente de la Diputación Provincial (2). Los médicos apostaban por la simple amputación de la pierna de Eulogio.
De algún modo, seguramente por su amistad con Damián MAteu, Su MAjestad el Rey tuvo conocimiento de la desdicha de Eulogio, y decidió enviar a Guadalajara a su médico personal, Manuel Bastos Ansart (3). Gracias a su experimental técnica de aplicar yeso en heridas abiertas, Eulogio pudo salvar su pierna.
Eulogio estaba de suerte, y también lo estarían muchos soldados españoles a partir de aquel día. Días después, Eulogio recibió una distinguida visita, la del Ministro de Trabajo y Previsión Nacional, Don Julián Besteiro, enterado de que Eulogio había recibido el tratamiento gracias a la intervención del Monarca. Sí, el primer paso hacia un Sistema Nacional de Salud se había dado, la asignación de un médico de cabecera; pero los muchos Eulogios de España no tenían acceso a tratamientos de especialistas fuera de los Hospitales Provinciales, regentados en su mayoría por ordenes eclesiásticas, o de los Hospitales directamente propiedad de la Iglesia, todos centros más bien de convalecencia que verdaderas instituciones modernas. Algunos Hospitales Universitarios daban tratamientos modernos similares a la de Instituciones privadas. Hablaría con Weyler, habían de potenciar el Sistema Nacional, más allá del médico de atención primaria.
Por otro lado, Besteiro era consciente que la labor de Bastos en traumatología, como la de Corachan en cirugía digestiva y abdominal, y la de otros tantos hacían avanzar a la medicina a pasos agigantados. Muchos de los médicos movilizados escribian a los Diputados y Ministros que en las más ocasiones, las muertes de combatientes se debian a infecciones, todo las normas de higiene escrupulosamente seguidas en los hospitales de campaña, pero imposibles de cumplir en los casos de bombardeos masivos sobre las posiciones del frente.
Besteiro sabía que de modo oficioso se había implantado un protocolo que decidía que heridos recibían tratamiento, y cuales solo mitigaban su agonía, a pesar de las ordenes de no dejar a ningún soldado herido sin tratamiento, orden extendida para los enemigos capturados. Se sabía que las infecciones eran producidas por microorganismos, existían las vacunas de las que España fue precusora (4). Interesado en las cosas de su Ministerio, Besteiro supo de los trabajos de Rudolph Emmerich y su Pyocyanase, aunque se demostró tóxica (5)
Besteiro estaba seguro de que la poderosa industria farmacológica alemana continuarái con sus estudios en busqueda de algún medicamento capaz de mitigar las infecciones. Hablaría con Weyler, e indagaría en la Facultad de Medicina, y conversaría con Amalio Gimenez.
Tras hablar con Amalio Gimenez , Presidente del Instituto de Higiene escolar, y que fuera ministro en varias ocasiones (6), decidió presentarse con éste en el despacho del Presidente. Weyler se mostró de acuerdo en preguntar a los alemanes, pero sabedor de su actitud, España tendría que entregar a cambio algún descubrimiento médico de relevancia para el tratamiento de heridas de guerra; que todos los contendientes guardaban celosamente. El SIM sabñia de casos de espionaje dentro de la misma Entente; cualquier fármaco o tratamiento que pudiera descubrirse era apto de patente, y de obtener recursos económicos por su venta. Tras un examen a los progresos realizados en el campo de la medicina, se consideró entregar a Alemania los avances en soluciones para el tratamiento de héridas oculares y cutaneas por gases; y en la técnica del Doctor Ignacio Bararquer para la extracción de las cataratas; ya que muchos gases provocaban ceguera por opacificar córneas y cristalinos al contacto con aquéllos.
(1) http://www.cantabriaeconomica.com/index ... oticia=194
(2) http://www.nuevaalcarria.com/jprovincia ... pital.html
(3) El doctor Manuel Bastos Ansart fue desde 1915 médico de la Real Familia. Era una autoridad internacional en el tratamiento de heridas de guerra, a partir de su propia experiencia en MArruecos en 1909, y la Rebelión de Asturias de 1934, e impulsor del tratamiento de heridas abiertas mediante la técnica de yeso de Tobruq, que posteriormente generalizaría el insigne Doctor Trueta como cura de Orr-Bastos-Trueta. Creó el primer Instituto Ortopédico y de Rehabilitación de Inválidos, era vicepresidente de la Academia Medicoquirúrgica Española y había fundado la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Publicó numerosos artículos y libros sobre el tratamiento de las fracturas y de heridas por arma de fuego. Al finalizar la guerra civil el doctor Bastos fue detenido y condenado a 12 años y un día de prisión por ayuda a la rebelión
(4)En el reinado de Carlos IV se produjo la Real Expedición Marítima de la Vacuna o Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (1803-1810) bajo la dirección de Francisco Xavier Balmis.
(5)http://antibioticinformation.blogspot.com.es/2005/11/history-of-antibiotics.html
(6)ya lo conocimos anteriormente. Sustituyó en la realidad a Alvaro de Figueroa como Ministro de Estado en 1916, tras el cese de Villanueva; al que hicimos cesar en la ucronía por el asunto del Café de Fornós. Obtuvo la cátedra de Patología en la Universidad de Santiago de Compostela en 1875 y la de Terapéutica en la Universidad de Valencia en 1877, se traslada a Madrid en 1888 al obtener la cátedra de Higiene Privada y Pública en la Universidad Central pasando en 1891 a la de Patología Médica.
Tuvo un importante protagonismo durante la epidemia de cólera que asoló España en 1885 y en la que implantó, siguiendo las teorías de Koch y del doctor Ferrán, la vacunación masiva de la población.En 1894 fue nombrado Director del Instituto Nacional de Bacteriología y de Higiene; en 1898 pasó a ser Vocal del Real Consejo de Sanidad cargo que repetiría en 1905, en 1915 sería nombrado Presidente del Instituto de Higiene escolar, y en 1927 Consejero del Real Consejo de Sanidad.
Eulogio Serrano, estaba estibando materiales con destino a la recientemente constituida Sociedad Española de Construcciones Aeronáuticas y Similares (1) de Santander.
En un principio, la fábrica de Guadalajara de la Hispano Suiza debía suministrar el pedido de autocamioones 400 modelos HS 40/50 al Ejército de Tierra, y completar un número pequeño de aeroplanos BCD.
La necesidad de concentrar la nueva fábrica de la Hispano Suiza en el montaje de los nuevos aeroplanos de combate, y la fabricación de motores, obligaba a trasladar la producción de otros modelos anteriores, mientras existieran materiales para su terminación. Los pocos BCD que pudieran concluirse serían de utilidad en misiones de reconocimiento en el Cantábrico. España no podía deshacerse de unos materiales que con tanto esfuerzo había acopiado.
Para desgracia de Eulogio, una mala disposición de la carga, significó que una máquina herramienta le cayera sobre su píe.
Trasladado de cualquier forma desde la playa de carga de la Hispano Suiza al Hospital Civil de Guadalajara, dependiente de la Diputación Provincial (2). Los médicos apostaban por la simple amputación de la pierna de Eulogio.
De algún modo, seguramente por su amistad con Damián MAteu, Su MAjestad el Rey tuvo conocimiento de la desdicha de Eulogio, y decidió enviar a Guadalajara a su médico personal, Manuel Bastos Ansart (3). Gracias a su experimental técnica de aplicar yeso en heridas abiertas, Eulogio pudo salvar su pierna.
Eulogio estaba de suerte, y también lo estarían muchos soldados españoles a partir de aquel día. Días después, Eulogio recibió una distinguida visita, la del Ministro de Trabajo y Previsión Nacional, Don Julián Besteiro, enterado de que Eulogio había recibido el tratamiento gracias a la intervención del Monarca. Sí, el primer paso hacia un Sistema Nacional de Salud se había dado, la asignación de un médico de cabecera; pero los muchos Eulogios de España no tenían acceso a tratamientos de especialistas fuera de los Hospitales Provinciales, regentados en su mayoría por ordenes eclesiásticas, o de los Hospitales directamente propiedad de la Iglesia, todos centros más bien de convalecencia que verdaderas instituciones modernas. Algunos Hospitales Universitarios daban tratamientos modernos similares a la de Instituciones privadas. Hablaría con Weyler, habían de potenciar el Sistema Nacional, más allá del médico de atención primaria.
Por otro lado, Besteiro era consciente que la labor de Bastos en traumatología, como la de Corachan en cirugía digestiva y abdominal, y la de otros tantos hacían avanzar a la medicina a pasos agigantados. Muchos de los médicos movilizados escribian a los Diputados y Ministros que en las más ocasiones, las muertes de combatientes se debian a infecciones, todo las normas de higiene escrupulosamente seguidas en los hospitales de campaña, pero imposibles de cumplir en los casos de bombardeos masivos sobre las posiciones del frente.
Besteiro sabía que de modo oficioso se había implantado un protocolo que decidía que heridos recibían tratamiento, y cuales solo mitigaban su agonía, a pesar de las ordenes de no dejar a ningún soldado herido sin tratamiento, orden extendida para los enemigos capturados. Se sabía que las infecciones eran producidas por microorganismos, existían las vacunas de las que España fue precusora (4). Interesado en las cosas de su Ministerio, Besteiro supo de los trabajos de Rudolph Emmerich y su Pyocyanase, aunque se demostró tóxica (5)
Besteiro estaba seguro de que la poderosa industria farmacológica alemana continuarái con sus estudios en busqueda de algún medicamento capaz de mitigar las infecciones. Hablaría con Weyler, e indagaría en la Facultad de Medicina, y conversaría con Amalio Gimenez.
Tras hablar con Amalio Gimenez , Presidente del Instituto de Higiene escolar, y que fuera ministro en varias ocasiones (6), decidió presentarse con éste en el despacho del Presidente. Weyler se mostró de acuerdo en preguntar a los alemanes, pero sabedor de su actitud, España tendría que entregar a cambio algún descubrimiento médico de relevancia para el tratamiento de heridas de guerra; que todos los contendientes guardaban celosamente. El SIM sabñia de casos de espionaje dentro de la misma Entente; cualquier fármaco o tratamiento que pudiera descubrirse era apto de patente, y de obtener recursos económicos por su venta. Tras un examen a los progresos realizados en el campo de la medicina, se consideró entregar a Alemania los avances en soluciones para el tratamiento de héridas oculares y cutaneas por gases; y en la técnica del Doctor Ignacio Bararquer para la extracción de las cataratas; ya que muchos gases provocaban ceguera por opacificar córneas y cristalinos al contacto con aquéllos.
(1) http://www.cantabriaeconomica.com/index ... oticia=194
(2) http://www.nuevaalcarria.com/jprovincia ... pital.html
(3) El doctor Manuel Bastos Ansart fue desde 1915 médico de la Real Familia. Era una autoridad internacional en el tratamiento de heridas de guerra, a partir de su propia experiencia en MArruecos en 1909, y la Rebelión de Asturias de 1934, e impulsor del tratamiento de heridas abiertas mediante la técnica de yeso de Tobruq, que posteriormente generalizaría el insigne Doctor Trueta como cura de Orr-Bastos-Trueta. Creó el primer Instituto Ortopédico y de Rehabilitación de Inválidos, era vicepresidente de la Academia Medicoquirúrgica Española y había fundado la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Publicó numerosos artículos y libros sobre el tratamiento de las fracturas y de heridas por arma de fuego. Al finalizar la guerra civil el doctor Bastos fue detenido y condenado a 12 años y un día de prisión por ayuda a la rebelión
(4)En el reinado de Carlos IV se produjo la Real Expedición Marítima de la Vacuna o Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (1803-1810) bajo la dirección de Francisco Xavier Balmis.
(5)http://antibioticinformation.blogspot.com.es/2005/11/history-of-antibiotics.html
(6)ya lo conocimos anteriormente. Sustituyó en la realidad a Alvaro de Figueroa como Ministro de Estado en 1916, tras el cese de Villanueva; al que hicimos cesar en la ucronía por el asunto del Café de Fornós. Obtuvo la cátedra de Patología en la Universidad de Santiago de Compostela en 1875 y la de Terapéutica en la Universidad de Valencia en 1877, se traslada a Madrid en 1888 al obtener la cátedra de Higiene Privada y Pública en la Universidad Central pasando en 1891 a la de Patología Médica.
Tuvo un importante protagonismo durante la epidemia de cólera que asoló España en 1885 y en la que implantó, siguiendo las teorías de Koch y del doctor Ferrán, la vacunación masiva de la población.En 1894 fue nombrado Director del Instituto Nacional de Bacteriología y de Higiene; en 1898 pasó a ser Vocal del Real Consejo de Sanidad cargo que repetiría en 1905, en 1915 sería nombrado Presidente del Instituto de Higiene escolar, y en 1927 Consejero del Real Consejo de Sanidad.
Tempus Fugit
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El lugar elegido por el mando japonés para el desembarco fue la zona situada entre San Fernando y Talisai, una zona considerada óptima para posteriores avances sobre Cebú, ciudad defendida por modernas piezas de 152mm. Para ello esperaban abrir un camino con los dragaminas para posteriormente lanzar a sus tropas a un feroz asalto que asegurase las playas expulsando a los españoles hacia el interior. Hecho esto la conquista del importante puerto de la isla y sus astilleros pondría fin a la conquista de las Bisayas, y con ella de Filipinas, a excepción claro de las fuerzas atrapadas en Bataan.
El 9 de mayo la flota japonesa se reunió en la cercana isla de Negros, desde donde partió hacia Cebú. Para entonces el mando español estaba advertido de la proximidad de la invasión, pues aunque el dirigible aún no había detectado a la flota, se habían detectado un desmesurado aumento en el número de mensajes de radiotelegrafía interceptados. Por supuesto estaban encriptados, pero era evidente que algo se preparaba. Por fin el día 10 la flota se hizo a la mar para dirigirse a Cebú, recibiendo poco después la visita del dirigible E-7 que permaneció sobre ella radiando constantemente su composición, y rumbo. En Cebú el brigadier Valdés ordenó a sus fuerzas que se preparasen. La invasión estaba ya en puertas y esperaba que el largo tiempo del que dispuso para prepararse diese sus frutos.
Poco después del amanecer del día 11 la escuadra japonesa se presentó frente a la isla enviando a sus dragaminas a limpiar las aguas mientras los buques principales abrían fuego sobre la isla. En ella los defensores se encogieron en sus trincheras y casamatas esperando el fin del bombardeo, mientras la artillería disponible abría fuego sobre los dragaminas. Poco después los dos primeros dragaminas serían alcanzados y hundidos, pero para entonces casi habían llegado a las playas y el mando japonés decidió que había llegado la hora de lanzar el asalto anfibio.
Unos minutos después los botes que debían transportar a la infantería estaban preparados pues esta había empezado a embarcar en cuanto se inició el bombardeo, iniciando la marcha hacia las playas. La marcha transcurrió sin mayores contratiempos durante los dos primeros tercios del viaje, pero cuando llegaron a 400 metros de las playas los defensores salieron de sus refugios para abrir fuego sobre ellos, produciéndose las primeras bajas. Pronto los asaltantes se vieron enfrentados a un duro intercambio de disparos, sufriendo decenas de bajas a causa de las ametralladoras. Con todo los primeros botes equipados con motor no tardaron en llegar a la playa, desembarcando varias decenas de hombres que trataron de asegurar la zona, iniciando un feroz fuego de respuesta.
Tras estos botes habían de llegar el resto de botes propulsados a remo que transportaban al grueso de las fuerzas y que ahora habían visto como su situación se aliviaba mucho al concentrar los defensores sus disparos sobre la playa. Desgraciadamente fue entonces cuando tendría lugar una de las mayores catástrofes de la jornada, cuando el transporte Ikawa Maru sería alcanzado por la artillería y se hundiría con rapidez, arrastrando a cuatrocientos hombres al fondo del mar. Sin embargo el desembarco proseguía de forma eficaz y el mando nipon estaba relativamente satisfecho de cómo discurrían los acontecimientos. De seguir así a mediodía habrían logrado salir de las playas, profundizando hacia el interior.
En la cercana Cebú el brigadier Valdés observaba los acontecimientos desde su Cuartel General. La dispersión de fuerzas que se había visto obligado a hacer había jugado en su contra, pero afortunadamente había acertado el lugar elegido para el desembarco con bastante precisión, y sus reservas estaban a punto de entrar en combate. tan solo unos minutos después y cuiando calculaba que los japoneses ya habían logrado poner en tierra 4.000 hombres, dos de sus nuevas baterías de 152mm equipadas con piezas recuperadas de la malhadada escuadra, entraban en liza, abriendo fuego sobre las playas. Pronto las explosiones cubrieron las playas destrozando a los japoneses que veían como la victoria que creían segura se escapaba de entre sus dedos.
A bordo del Kongo el general Ryusaku contemplo con preocupación la entrada en liza de la artillería española. Inteligencia no había informado de dicha posibilidad, calculando la artillería española en las baterías de costa conocidas y dos baterías de 75mm Schneider. Por fortuna no todo estaba perdido, conocía la debilidad de la guarnición española y por ello había enviado al 235 regimiento a asaltar una playa situada 20km al sur, sabía que para los españoles sería imposible proteger todas las playas.
Precisamente en la playa llamada de Sibonga dos secciones de infantería reforzadas con tres cañones de 57mm disparaban sobre los japoneses que acababan de desembarcar. Para el capitán Reynaldo, comandante de las fuerzas que defendían esta playa era evidente que no podría impedir que los japoneses progresasen hacia el interior. Un regimiento completo contra dos secciones de infantería era demasiado para cualquiera.
Afortunadamente Reynaldo tenía un as bajo la manga. Espero unos minutos mientras los japoneses seguían desembarcando mientras comprobaba los disparadores eléctricos de los torpedos enterrados en las playas. Unos torpedos que meses atrás habían sido recuperados de los buques hundidos o varados tras la batalla que acabo con la escuadra de Filipinas. Todo parecía ir en orden, y cuando unos pocos minutos después considero que habían desembarcado suficientes japoneses detono las cargas, cuyas explosiones fueron tan simultáneas que se confundieron con una única explosión.
La explosión destrozo a los hombres desembarcados y dio tiempo suficiente a los defensores para que aprovechasen la desorganización para continuar presionando sobre los supervivientes. A bordo del Kongo el general Ryusaku supo que el desembarco había fracasado, posiblemente los españoles no lograrían arrojarlos al mar mientras los buques de la escuadra continuasen proporcionando apoyo de fuego, pero al menos durante un tiempo sería imposible que sus tropas lograsen salir de las playas.
Esa noche sus tropas durmieron en las playas en las que se habían semienterrado para protegerse de los bombardeos, pero al menos logro enviar refuerzos a la zona de Naga, donde pudo consolidar sus posiciones. Desgraciadamente no pudo hacer otro tanto con las tropas desembarcadas en Sibonga, y dos días después un contraataque español en el que emplearon un poderoso cañón de más de 200mm (1) expulso a los soldados de la isla. Ahora se veía obligado a defender la cabeza de playa lograda entre San Fernando y Naga.
El 9 de mayo la flota japonesa se reunió en la cercana isla de Negros, desde donde partió hacia Cebú. Para entonces el mando español estaba advertido de la proximidad de la invasión, pues aunque el dirigible aún no había detectado a la flota, se habían detectado un desmesurado aumento en el número de mensajes de radiotelegrafía interceptados. Por supuesto estaban encriptados, pero era evidente que algo se preparaba. Por fin el día 10 la flota se hizo a la mar para dirigirse a Cebú, recibiendo poco después la visita del dirigible E-7 que permaneció sobre ella radiando constantemente su composición, y rumbo. En Cebú el brigadier Valdés ordenó a sus fuerzas que se preparasen. La invasión estaba ya en puertas y esperaba que el largo tiempo del que dispuso para prepararse diese sus frutos.
Poco después del amanecer del día 11 la escuadra japonesa se presentó frente a la isla enviando a sus dragaminas a limpiar las aguas mientras los buques principales abrían fuego sobre la isla. En ella los defensores se encogieron en sus trincheras y casamatas esperando el fin del bombardeo, mientras la artillería disponible abría fuego sobre los dragaminas. Poco después los dos primeros dragaminas serían alcanzados y hundidos, pero para entonces casi habían llegado a las playas y el mando japonés decidió que había llegado la hora de lanzar el asalto anfibio.
Unos minutos después los botes que debían transportar a la infantería estaban preparados pues esta había empezado a embarcar en cuanto se inició el bombardeo, iniciando la marcha hacia las playas. La marcha transcurrió sin mayores contratiempos durante los dos primeros tercios del viaje, pero cuando llegaron a 400 metros de las playas los defensores salieron de sus refugios para abrir fuego sobre ellos, produciéndose las primeras bajas. Pronto los asaltantes se vieron enfrentados a un duro intercambio de disparos, sufriendo decenas de bajas a causa de las ametralladoras. Con todo los primeros botes equipados con motor no tardaron en llegar a la playa, desembarcando varias decenas de hombres que trataron de asegurar la zona, iniciando un feroz fuego de respuesta.
Tras estos botes habían de llegar el resto de botes propulsados a remo que transportaban al grueso de las fuerzas y que ahora habían visto como su situación se aliviaba mucho al concentrar los defensores sus disparos sobre la playa. Desgraciadamente fue entonces cuando tendría lugar una de las mayores catástrofes de la jornada, cuando el transporte Ikawa Maru sería alcanzado por la artillería y se hundiría con rapidez, arrastrando a cuatrocientos hombres al fondo del mar. Sin embargo el desembarco proseguía de forma eficaz y el mando nipon estaba relativamente satisfecho de cómo discurrían los acontecimientos. De seguir así a mediodía habrían logrado salir de las playas, profundizando hacia el interior.
En la cercana Cebú el brigadier Valdés observaba los acontecimientos desde su Cuartel General. La dispersión de fuerzas que se había visto obligado a hacer había jugado en su contra, pero afortunadamente había acertado el lugar elegido para el desembarco con bastante precisión, y sus reservas estaban a punto de entrar en combate. tan solo unos minutos después y cuiando calculaba que los japoneses ya habían logrado poner en tierra 4.000 hombres, dos de sus nuevas baterías de 152mm equipadas con piezas recuperadas de la malhadada escuadra, entraban en liza, abriendo fuego sobre las playas. Pronto las explosiones cubrieron las playas destrozando a los japoneses que veían como la victoria que creían segura se escapaba de entre sus dedos.
A bordo del Kongo el general Ryusaku contemplo con preocupación la entrada en liza de la artillería española. Inteligencia no había informado de dicha posibilidad, calculando la artillería española en las baterías de costa conocidas y dos baterías de 75mm Schneider. Por fortuna no todo estaba perdido, conocía la debilidad de la guarnición española y por ello había enviado al 235 regimiento a asaltar una playa situada 20km al sur, sabía que para los españoles sería imposible proteger todas las playas.
Precisamente en la playa llamada de Sibonga dos secciones de infantería reforzadas con tres cañones de 57mm disparaban sobre los japoneses que acababan de desembarcar. Para el capitán Reynaldo, comandante de las fuerzas que defendían esta playa era evidente que no podría impedir que los japoneses progresasen hacia el interior. Un regimiento completo contra dos secciones de infantería era demasiado para cualquiera.
Afortunadamente Reynaldo tenía un as bajo la manga. Espero unos minutos mientras los japoneses seguían desembarcando mientras comprobaba los disparadores eléctricos de los torpedos enterrados en las playas. Unos torpedos que meses atrás habían sido recuperados de los buques hundidos o varados tras la batalla que acabo con la escuadra de Filipinas. Todo parecía ir en orden, y cuando unos pocos minutos después considero que habían desembarcado suficientes japoneses detono las cargas, cuyas explosiones fueron tan simultáneas que se confundieron con una única explosión.
La explosión destrozo a los hombres desembarcados y dio tiempo suficiente a los defensores para que aprovechasen la desorganización para continuar presionando sobre los supervivientes. A bordo del Kongo el general Ryusaku supo que el desembarco había fracasado, posiblemente los españoles no lograrían arrojarlos al mar mientras los buques de la escuadra continuasen proporcionando apoyo de fuego, pero al menos durante un tiempo sería imposible que sus tropas lograsen salir de las playas.
Esa noche sus tropas durmieron en las playas en las que se habían semienterrado para protegerse de los bombardeos, pero al menos logro enviar refuerzos a la zona de Naga, donde pudo consolidar sus posiciones. Desgraciadamente no pudo hacer otro tanto con las tropas desembarcadas en Sibonga, y dos días después un contraataque español en el que emplearon un poderoso cañón de más de 200mm (1) expulso a los soldados de la isla. Ahora se veía obligado a defender la cabeza de playa lograda entre San Fernando y Naga.
- Cañón de 280mm recuperado del Carlos V
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Hola a todos
Héroes todos unos héroes los últimos coletazos de las Filipinas espero que se lleven cuanto más japoneses mejor.
Pd: medio año falta para 1917 espero q sea el año clave para los Imperios Centrales y España.
Héroes todos unos héroes los últimos coletazos de las Filipinas espero que se lleven cuanto más japoneses mejor.
Pd: medio año falta para 1917 espero q sea el año clave para los Imperios Centrales y España.
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Cebú III
Tras el desembarco japonés la batalla continuaba en Cebú, sin que las fuerzas desembarcadas lograsen romper las defensas españolas y adentrarse en la isla. Acorralados de espaldas al mar, y sometidos al bombardeo por parte de la poderosa artillería que el brigadier Valdés había agrupado, compuesta por una pieza de 280mm, diecisiete de 152mm, doce de 75mm, y veinticuatro de 57mm, a las que se sumaban 4 piezas de costa de 150mm, tan solo la artillería embarcada impedía que la cabeza de playa fuese arrasada. Conocedor de la función vital de esta artillería, Valdés decidió pasar al ataque con el fin de anular dichos apoyos de fuego atacando a la escuadra enemiga.
La noche del 17 de mayo el S-90 que meses atrás había permanecido en puerto por reparaciones cuando la escuadra de Filipinas zarpo a la batalla, partió para enfrentarse a los buques que lo bloqueaban y que proporcionaban apoyo de fuego a las playas. En una difícil maniobra el S-90 logro romper el bloqueo deslizándose entre los destructores de escolta enemigos, acercándose a continuación a la zona en la que sabían se concentraban los grandes acorazados. Durante unos minutos el destructor germano estuvo a punto de ser descubierto por un destructor japonés, afortunadamente su atención estaba centrada en mar abierto y pudo internarse en el dispositivo japonés.
Poco después de las tres lograban localizar gracias a los fogonazos de los disparos lo que parecía un acorazado, posiblemente pre Dreadnought. Decidido a acabar con él, el S-90 lanzo tres torpedos en rápida sucesión antes de poner sus máquinas a pleno rendimiento para salir de allí. Segundos después dos explosiones sacudían la noche provocando sendas vías de agua que anegaron el buque con rapidez. Ocho minutos después el acorazado Hizen zozobraba arrastrando a 200 hombres al abismo.
El S-90 lograría huir, pero incapaz de regresar a puerto sería hundido por su tripulación en el norte de la isla, donde lograrían recuperar todas sus armas y equipos.
El del Hizen no sería el último hundimiento, pues una semana después la última lancha motora que restaba en Cebú, armada para la ocasión con tres minas marinas, se dirigió a la zona de Naga donde situó las minas que portaba. Dos días después las fuerzas españolas atacaron en la zona de Minglanilla donde la artillería de costa podía proporcionarles apoyo de fuego. La respuesta nipona fue enviar a la zona dos cruceros para proporcionar apoyo naval, logrando rechazar el ataque. Desgraciadamente el crucero protegido Takachiho chocaba con una mina hundiéndose con rapidez, llevándose con él a 271 marineros.
Era la segunda víctima en Cebú. No sería la última.
Tras el desembarco japonés la batalla continuaba en Cebú, sin que las fuerzas desembarcadas lograsen romper las defensas españolas y adentrarse en la isla. Acorralados de espaldas al mar, y sometidos al bombardeo por parte de la poderosa artillería que el brigadier Valdés había agrupado, compuesta por una pieza de 280mm, diecisiete de 152mm, doce de 75mm, y veinticuatro de 57mm, a las que se sumaban 4 piezas de costa de 150mm, tan solo la artillería embarcada impedía que la cabeza de playa fuese arrasada. Conocedor de la función vital de esta artillería, Valdés decidió pasar al ataque con el fin de anular dichos apoyos de fuego atacando a la escuadra enemiga.
La noche del 17 de mayo el S-90 que meses atrás había permanecido en puerto por reparaciones cuando la escuadra de Filipinas zarpo a la batalla, partió para enfrentarse a los buques que lo bloqueaban y que proporcionaban apoyo de fuego a las playas. En una difícil maniobra el S-90 logro romper el bloqueo deslizándose entre los destructores de escolta enemigos, acercándose a continuación a la zona en la que sabían se concentraban los grandes acorazados. Durante unos minutos el destructor germano estuvo a punto de ser descubierto por un destructor japonés, afortunadamente su atención estaba centrada en mar abierto y pudo internarse en el dispositivo japonés.
Poco después de las tres lograban localizar gracias a los fogonazos de los disparos lo que parecía un acorazado, posiblemente pre Dreadnought. Decidido a acabar con él, el S-90 lanzo tres torpedos en rápida sucesión antes de poner sus máquinas a pleno rendimiento para salir de allí. Segundos después dos explosiones sacudían la noche provocando sendas vías de agua que anegaron el buque con rapidez. Ocho minutos después el acorazado Hizen zozobraba arrastrando a 200 hombres al abismo.
El S-90 lograría huir, pero incapaz de regresar a puerto sería hundido por su tripulación en el norte de la isla, donde lograrían recuperar todas sus armas y equipos.
El del Hizen no sería el último hundimiento, pues una semana después la última lancha motora que restaba en Cebú, armada para la ocasión con tres minas marinas, se dirigió a la zona de Naga donde situó las minas que portaba. Dos días después las fuerzas españolas atacaron en la zona de Minglanilla donde la artillería de costa podía proporcionarles apoyo de fuego. La respuesta nipona fue enviar a la zona dos cruceros para proporcionar apoyo naval, logrando rechazar el ataque. Desgraciadamente el crucero protegido Takachiho chocaba con una mina hundiéndose con rapidez, llevándose con él a 271 marineros.
Era la segunda víctima en Cebú. No sería la última.
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huarlot escribió:Pd: medio año falta para 1917 espero q sea el año clave para los Imperios Centrales y España.
En la Segunda guerra mundial, la remontada aliada comenzó a fraguarse en 1942 y fue un hecho en 1.943. Yo creo que 1917 va a ser para los I.centrales nuestro "1942".
Un saludo
Te garantizamos una medalla, una bolsa para cadaveres, o ambas cosas (Lema de la Delta Force)
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Muy buenas,
Cebu va a ser un hueso muy duro de roer, hay mucho poderío artillero. Y encima en breve llegarán los 2 submarinos destinados en Subic. Ha sido una grata sorpresa, me encuentro a la espera de los nuevos acontrcimientos
Un saludo
Cebu va a ser un hueso muy duro de roer, hay mucho poderío artillero. Y encima en breve llegarán los 2 submarinos destinados en Subic. Ha sido una grata sorpresa, me encuentro a la espera de los nuevos acontrcimientos
Un saludo
"Pienso que se presenta una importante crisis. Jamás hubo cosa tan valiente, tan generosa, tan noble, como la conducta de los asturianos"
Cámara de los comunes el 15 de julio de 1808
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Estimados
Ahora que no tenemos barcos, vamos a conseguir mas hundimientos que cuando lo teniamos
Pd: Peticion para brigadier Valdés de una Laureada, por la defensa montada en Cebu
Era la segunda víctima en Cebú. No sería la última.
Ahora que no tenemos barcos, vamos a conseguir mas hundimientos que cuando lo teniamos
Pd: Peticion para brigadier Valdés de una Laureada, por la defensa montada en Cebu
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LA PRODUCCIÓN DE ARMAMENTO, infantería
El ministro Bustamante se encontraba en su despacho repasando las plantillas de armamento de los ejércitos y los datos de producción de armamento por la industria española desde que empezase la guerra.
Al estallar la guerra el ejército estaba equipado con 180.000 fusiles Mondragón, tanto en la versión original como la modificada con un sistema recuperador más suave. Además contaban con 150.000 fusiles y carabinas máuser modelo 1893, todas ellas en calibre 7mm. A estos se sumaban otros 120.000 máuser modelo 1893 en situación de reserva tras las guerras de Cuba y la del 98, armas desgastadas pero revisadas a principios de siglo y almacenadas para equipar las unidades en cuadro en caso necesario.
Por desgracia ninguna previsión hecha durante los estudios de amenazas previo un conflicto de semejante envergadura que había obligado a movilizar un total de 61 divisiones (1), que unidas a otras unidades de apoyo como artillería, ingenieros o transportes totalizaban los 850.000 hombres movilizados tan solo en la península. Eso una vez descontadas las armas presentes en otros teatros de operaciones como Guinea Ecuatorial, Cuba y Puerto Rico, o las Filipinas, dejaba un déficit de 520.000 armas de infantería con las que armar a las numerosas unidades que fueron movilizadas al estallar la guerra.
Cuando España entro en la guerra las industrias de armamento no tardaron en duplicar las plantillas e instaurar el turno nocturno para tratar de satisfacer dichos requerimientos de armamento. Gracias a ello las fábricas de Oviedo y la Coruña en las que se producían respectivamente los máuser y los Mondragón, lograron doblar su producción, pasando de algo más de 200 y 100 fusiles al día respectivamente a alrededor de 450 y 210. Esto significo que desde el octubre del 14 se habían construido alrededor de 230.000 máuser (2) y 110.000 Mondragón. Gracias a ello por fin se había logrado armar totalmente a las unidades de primera línea situadas en los pirineos, que quedaban así en disposición de plena operatividad.
Por supuesto quedaba pendiente el armar a unos 80.000 hombres del ejército de reserva situado en la frontera portuguesa, sin olvidar a los cerca de 120.000 soldados encuadrados en unidades de apoyo y segunda línea ahora dotados de armas anticuadas o pistolas. Bien, si todo marchaba como estaba previsto a finales de año se habrían fabricado las armas suficientes para ellos, y podría dar por solventado ese problema. Por lo tanto para el año siguiente podría dedicar toda la producción a sustituir las armas más viejas o en peor estado y reponer las seguras perdidas.
Ametralladora Hotchkiss m-1914 y carabina Tigre
En cuanto a las pistolas, el ejército había empezado la guerra con cerca de 40.000 pistolas semiautomáticas Colt 1900, Campogiro, y Astra entre otros, contando además con una importante reserva de revólveres Smith&Wesson y su copia Orbea, con los que lograron equipar a un buen número de oficiales y miembros de unidades de segunda línea. Con todo se estimó que serían necesarias otras 90.000 armas para equipar debidamente a los ejércitos españoles, entrando en liza las industrias vascas que no tardaron en iniciar la producción de pistolas modelo Ruby, un derivado de la FN 1903 que Gabilondo y Urresti habían empezado a producir en 1914. Afortunadamente en este caso tan solo fueron necesarios unos pocos meses para cumplir el contrato (3), quedando la industria en disposición de cumplir nuevos pedidos de armas. Si todo funcionaba según lo esperado y ya que tras 17 meses de producción de pistolas se contaba con una buena cantidad de armas almacenadas, a partir de ahora tan solo sería necesarias unas 5.000 pistolas mensuales, permitiendo a la empresa acometer otros contratos como el de ayudar a la Bonifacio Echeverria S.A.
Esta empresa vascongada radicada en Eibar había venido produciendo pistolas de diversos modelos para el mercado civil, pero con el estallido de la guerra se había solicitado su participación en el esfuerzo de la guerra al igual que ocurrió con otras empresas de armas como la Esperanza Unceta de Guernica. En este caso estas empresas serían destinadas a la fabricación externalizada de piezas para ametralladoras y fusiles. Gracias a ello la fábrica de Oviedo estaba logrando por extraño que pareciere, equipar a las unidades con mayor rapidez de la que lograban equiparlas con fusiles. De hecho en los últimos tiempos y una vez equipado cada batallón con cuatro ametralladoras Hochtkiss 1914, la vencedora en el concurso de 1907 para sustituir o complementar a las Maxim, se había empezado a potenciar el armamento de las unidades de primera línea con la intención de que a finales de año cada batallón contase con seis armas, o lo que era lo mismo, con dieciocho ametralladoras por regimiento.
Sí, si todo seguía según la tendencia actual a finales de año España estaría en plena forma para afrontar el año 1917 en plenitud de condiciones.
El ministro Bustamante se encontraba en su despacho repasando las plantillas de armamento de los ejércitos y los datos de producción de armamento por la industria española desde que empezase la guerra.
Al estallar la guerra el ejército estaba equipado con 180.000 fusiles Mondragón, tanto en la versión original como la modificada con un sistema recuperador más suave. Además contaban con 150.000 fusiles y carabinas máuser modelo 1893, todas ellas en calibre 7mm. A estos se sumaban otros 120.000 máuser modelo 1893 en situación de reserva tras las guerras de Cuba y la del 98, armas desgastadas pero revisadas a principios de siglo y almacenadas para equipar las unidades en cuadro en caso necesario.
Por desgracia ninguna previsión hecha durante los estudios de amenazas previo un conflicto de semejante envergadura que había obligado a movilizar un total de 61 divisiones (1), que unidas a otras unidades de apoyo como artillería, ingenieros o transportes totalizaban los 850.000 hombres movilizados tan solo en la península. Eso una vez descontadas las armas presentes en otros teatros de operaciones como Guinea Ecuatorial, Cuba y Puerto Rico, o las Filipinas, dejaba un déficit de 520.000 armas de infantería con las que armar a las numerosas unidades que fueron movilizadas al estallar la guerra.
Cuando España entro en la guerra las industrias de armamento no tardaron en duplicar las plantillas e instaurar el turno nocturno para tratar de satisfacer dichos requerimientos de armamento. Gracias a ello las fábricas de Oviedo y la Coruña en las que se producían respectivamente los máuser y los Mondragón, lograron doblar su producción, pasando de algo más de 200 y 100 fusiles al día respectivamente a alrededor de 450 y 210. Esto significo que desde el octubre del 14 se habían construido alrededor de 230.000 máuser (2) y 110.000 Mondragón. Gracias a ello por fin se había logrado armar totalmente a las unidades de primera línea situadas en los pirineos, que quedaban así en disposición de plena operatividad.
Por supuesto quedaba pendiente el armar a unos 80.000 hombres del ejército de reserva situado en la frontera portuguesa, sin olvidar a los cerca de 120.000 soldados encuadrados en unidades de apoyo y segunda línea ahora dotados de armas anticuadas o pistolas. Bien, si todo marchaba como estaba previsto a finales de año se habrían fabricado las armas suficientes para ellos, y podría dar por solventado ese problema. Por lo tanto para el año siguiente podría dedicar toda la producción a sustituir las armas más viejas o en peor estado y reponer las seguras perdidas.
Ametralladora Hotchkiss m-1914 y carabina Tigre
En cuanto a las pistolas, el ejército había empezado la guerra con cerca de 40.000 pistolas semiautomáticas Colt 1900, Campogiro, y Astra entre otros, contando además con una importante reserva de revólveres Smith&Wesson y su copia Orbea, con los que lograron equipar a un buen número de oficiales y miembros de unidades de segunda línea. Con todo se estimó que serían necesarias otras 90.000 armas para equipar debidamente a los ejércitos españoles, entrando en liza las industrias vascas que no tardaron en iniciar la producción de pistolas modelo Ruby, un derivado de la FN 1903 que Gabilondo y Urresti habían empezado a producir en 1914. Afortunadamente en este caso tan solo fueron necesarios unos pocos meses para cumplir el contrato (3), quedando la industria en disposición de cumplir nuevos pedidos de armas. Si todo funcionaba según lo esperado y ya que tras 17 meses de producción de pistolas se contaba con una buena cantidad de armas almacenadas, a partir de ahora tan solo sería necesarias unas 5.000 pistolas mensuales, permitiendo a la empresa acometer otros contratos como el de ayudar a la Bonifacio Echeverria S.A.
Esta empresa vascongada radicada en Eibar había venido produciendo pistolas de diversos modelos para el mercado civil, pero con el estallido de la guerra se había solicitado su participación en el esfuerzo de la guerra al igual que ocurrió con otras empresas de armas como la Esperanza Unceta de Guernica. En este caso estas empresas serían destinadas a la fabricación externalizada de piezas para ametralladoras y fusiles. Gracias a ello la fábrica de Oviedo estaba logrando por extraño que pareciere, equipar a las unidades con mayor rapidez de la que lograban equiparlas con fusiles. De hecho en los últimos tiempos y una vez equipado cada batallón con cuatro ametralladoras Hochtkiss 1914, la vencedora en el concurso de 1907 para sustituir o complementar a las Maxim, se había empezado a potenciar el armamento de las unidades de primera línea con la intención de que a finales de año cada batallón contase con seis armas, o lo que era lo mismo, con dieciocho ametralladoras por regimiento.
Sí, si todo seguía según la tendencia actual a finales de año España estaría en plena forma para afrontar el año 1917 en plenitud de condiciones.
- Cálculos en base a la movilización en la Guerra Civil, tomando únicamente los datos del ejército nacional en lugar de ambos contendientes, y en base a una población estimada similar en ambos casos.
- Incluyendo el nuevo máuser modelo 1916.
- Gabilondo y Urresti tenían una producción de 10.000 armas al mes.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Quería continuar con la producción de armamento, en este caso de artillería, pero tengo un par de dudas que quiero consultar y por lo tanto queda a la espera de opinión
CEUTA, 23 de abril
Desde que la fuerza expedicionaria británica ocupase Tánger arrebatándosela a los italianos, las fuerzas inglesas habían estado librando una dura campaña naval contra las fuerzas españolas en el estrecho. En Ceuta cañones de 305, 280, y 240mm Ordoñez y Krupp cerraban el estrecho, cruzando sus fuegos con los Vickers de 305mm de Cádiz y las piezas de 254mm capturadas en Gibraltar. Una trampa mortal a la que los británicos se enfrentaban con decisión en su intento de garantizar el paso del estrecho a sus unidades. Para ello habían desplazado una poderosa fuerza de monitores pesadamente armados que en caso necesario se enfrentaban a las defensas de tierra, por más que la mayoría de las veces su función fuese simple escolta por cruzar el estrecho durante la noche. Por supuesto eso significaba que quien llevaba el peso de los combates eran las unidades ligeras, destructores y torpederos principalmente.
La principal de estas batallas tuvo lugar el 21 de marzo, cuando un convoy de 8 transportes escoltado por dos cruceros y seis destructores fue sorprendido por los torpederos españoles. Durante dos horas en plena oscuridad los destructores evolucionaron alrededor de los transportes tratando de iluminar a los rápidos torpederos con sus reflectores para que los cruceros los rematasen, todo ello mientras los torpederos trataban de torpedear todo lo que se ponía a tiro. Al final hubo un empate técnico, uno de los transportes sería torpedeado y su hundiría con rapidez, a cambio los escoltas lograron destruir uno de los torpederos y dañar seriamente al menos otras dos unidades. Por lo tanto podía decirse que los atacantes habían sufrido un serio correctivo.
El resto del tiempo fue más bien tranquilo, aunque los combates nocturnos ocurrieron en otras dos ocasiones ya no hubo que lamentar más perdidas por ninguna de las partes. Por un tiempo pareció que ambos contendientes estaban contentos con dejar las cosas en suspenso. Todo cambió el 7 de abril, cuando el dirigible E-21 se situó sobre la vertical de un convoy mientras trataba de cruzar el estrecho rumbo al mediterráneo, posiblemente con refuerzos o suministros para Palestina.
Monitor HMS M-21
Dicho dirigible permaneció sobre el convoy durante 9 horas, lanzando sin cesar bengalas de iluminación que descendían lentamente en paracaídas cubriendo de luz la fantasmagórica escena. Gracias a ello las baterías de costa no tardaron en abrir fuego sobre los buques, obligando a la escolta de monitores a responder el fuego disparando sobre Ceuta. Los daños en la ciudad fueron muy elevados (1), sin embargo las baterías sobrevivieron intactas. Finalmente sería una de estas baterías la que lograse alcanzar en repetidas ocasiones al monitor HMS M-21, que con graves vías de agua tuvo que ser abandonado por su tripulación hundiéndose poco después. Sin embargo el convoy logro pasar aunque con diversos daños.
En el mar la situación parecía encallada, obligando a ambos contendientes a buscar la solución en tierra, por lo que los británicos empezaron a concentrar en Tanger la 3ª división Canadiense. Sería esta con la aquiescencia de los italianos la que se adentraría en Marruecos para asaltar Ceuta en una maniobra coordinada con la Royal Navy, que apoyaría la operación con un gran número de buques, principalmente monitores para destrozar las defensas españolas.
CEUTA, 23 de abril
Desde que la fuerza expedicionaria británica ocupase Tánger arrebatándosela a los italianos, las fuerzas inglesas habían estado librando una dura campaña naval contra las fuerzas españolas en el estrecho. En Ceuta cañones de 305, 280, y 240mm Ordoñez y Krupp cerraban el estrecho, cruzando sus fuegos con los Vickers de 305mm de Cádiz y las piezas de 254mm capturadas en Gibraltar. Una trampa mortal a la que los británicos se enfrentaban con decisión en su intento de garantizar el paso del estrecho a sus unidades. Para ello habían desplazado una poderosa fuerza de monitores pesadamente armados que en caso necesario se enfrentaban a las defensas de tierra, por más que la mayoría de las veces su función fuese simple escolta por cruzar el estrecho durante la noche. Por supuesto eso significaba que quien llevaba el peso de los combates eran las unidades ligeras, destructores y torpederos principalmente.
La principal de estas batallas tuvo lugar el 21 de marzo, cuando un convoy de 8 transportes escoltado por dos cruceros y seis destructores fue sorprendido por los torpederos españoles. Durante dos horas en plena oscuridad los destructores evolucionaron alrededor de los transportes tratando de iluminar a los rápidos torpederos con sus reflectores para que los cruceros los rematasen, todo ello mientras los torpederos trataban de torpedear todo lo que se ponía a tiro. Al final hubo un empate técnico, uno de los transportes sería torpedeado y su hundiría con rapidez, a cambio los escoltas lograron destruir uno de los torpederos y dañar seriamente al menos otras dos unidades. Por lo tanto podía decirse que los atacantes habían sufrido un serio correctivo.
El resto del tiempo fue más bien tranquilo, aunque los combates nocturnos ocurrieron en otras dos ocasiones ya no hubo que lamentar más perdidas por ninguna de las partes. Por un tiempo pareció que ambos contendientes estaban contentos con dejar las cosas en suspenso. Todo cambió el 7 de abril, cuando el dirigible E-21 se situó sobre la vertical de un convoy mientras trataba de cruzar el estrecho rumbo al mediterráneo, posiblemente con refuerzos o suministros para Palestina.
Monitor HMS M-21
Dicho dirigible permaneció sobre el convoy durante 9 horas, lanzando sin cesar bengalas de iluminación que descendían lentamente en paracaídas cubriendo de luz la fantasmagórica escena. Gracias a ello las baterías de costa no tardaron en abrir fuego sobre los buques, obligando a la escolta de monitores a responder el fuego disparando sobre Ceuta. Los daños en la ciudad fueron muy elevados (1), sin embargo las baterías sobrevivieron intactas. Finalmente sería una de estas baterías la que lograse alcanzar en repetidas ocasiones al monitor HMS M-21, que con graves vías de agua tuvo que ser abandonado por su tripulación hundiéndose poco después. Sin embargo el convoy logro pasar aunque con diversos daños.
En el mar la situación parecía encallada, obligando a ambos contendientes a buscar la solución en tierra, por lo que los británicos empezaron a concentrar en Tanger la 3ª división Canadiense. Sería esta con la aquiescencia de los italianos la que se adentraría en Marruecos para asaltar Ceuta en una maniobra coordinada con la Royal Navy, que apoyaría la operación con un gran número de buques, principalmente monitores para destrozar las defensas españolas.
- La población había sido en gran medida evacuada poco después del estallido de la guerra.
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Si te puedo ayudar manda privado
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pero tengo un par de dudas
Cielos! Su omnisciencia ha rodado por los suelos...
Y encima ahora nos toca ver caer Ceuta...
Primu!! Prepara la soga que aquí ya no hay temor de Dios ni Cristo que lo fundó...
Qué gran vasallo, si hubiese buen señor...
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