paraquedista escribió:
Muy buena apreciación estimado Warrior. Pues sí, es algo que se ve mucho en los foros.
En el caso que mencionas sobre la movilización ecuatoriana de 1910, ésta se fue motivada en función de la divulgación del fallo del Rey de España sobre los límites entre Perú y Ecuador. Tal documento había sido conocido antes de su divulgación cuyo contenido le daba la razón al Perú en relación a la línea de frontera. Como tal, Ecuador vio en ese fallo el fin de sus aspiraciones expansionistas (Recuerda que era una política existente y persistente desde que nacieron como república, el general ecuatoriano Juan Flores habia propuesto "desintegrar" al Perú y que Ecuador tomara parte de la mitad de nuestro de territorio).
La movilización ecuatoriana y la posibilidad de que tomaran los territorios nor y nor oriental peruanos, motivó la respuesta de nuestro país através de su ejército para eliminar tal iniciativa. La movilización del Ejército Peruano hacia Tumbes produjo un freno entre los batallones ecuatorianos, sin embargo, la confrontación armada aun se mantenía latente.
Ante la posibilidad de una guerra, el fallo no fue publicado pues tal documento hubiese sido la causa. Ante la crisis existente, Estados Unidos Brasil y Argentina intervinieron para que tanto Perú y Ecuador llegasen a un acuerdo. Este no llegó y por el contrario siempre se vio mermada por las diferentes incursiones del Ejército Ecuatoriano sobre tropas peruanas. Si bien éstas incursiones eran rechazadas y mucho armamento fue capturado, se veía que los hombres de gobierno ecuatoriano eran incapaces de detener y ejercer autoridad sobre su propio ejército, de hecho, hasta habían situaciones en que e distintos sectores políticos los animaban, muy a pesar de los esfuerzos de la cancilleria ecuatoriana de guardar prudencia y calma como lo relata Tobar Donoso.
El apelativo que los ecuatorianos utilizan les jugó una mala pasada, no solo porque se alejaba de la realidad en vista de las grandes acciones de valentía en las guerras que al Perú le toco afrontar, sino porque en sus escenarios de conflicto con el Perú colocaban ese factor como fundamental para lograr una victoria, sí así como lo lees, Tobar Donoso indica que los generales ecuatorianos estaban convencidos de que vencerían al Perú en caso de guerra y contagiaban ese convecimiento al presidente ecuatoriano.
Finalmente, las situación se hizo insostenible y la invasión ecuatoriana de 1941 motivó la respuesta peruana y posterior ocupación del sur ecuatoriano.
Gracias por responder estimado paraquedista, a propósito del fallo y de la movilización de tropas ecuatorianas a la frontera con el Perú en 1910, encontré un artículo en el que se da a conocer lo que podría haber sido una conspiración en contra del Perú, conspiración que fue gestada por Chile y secundada por los demás países limítrofes, recordemos las escaramuzas con Colombia de 1911, colocaré ahora lo que fue un telegrama enviado por el entonces canciller boliviano Luis Arce del 19 de julio de 1909
"Perú sigue enviando tropas a su frontera norte. Es la ocasión de realizar el ideal de nuestra salida al mar. Chile nos garantiza la victoria, nos da dinero, armas y gente. Nos proporciona la ayuda del Ecuador, del Brasil y la neutralidad de Argentina. Es la ocasión más preciosa de nuestra historia. Chile no pide nada, sólo quiere terminar la cuestión de las cautivas dejando de ser vecino del Perú. Llegará hasta garantizar la estabilidad de nuestro puerto. Ruego indicar inmediatamente si necesita un millón de libras o más, si puede dar por garantía alguna entrada aduanera, saludos. (Luis Arce – Canciller boliviano / Telegrama 19 JUL 1909)”.
Ahora veremos un telegrama enviado por el entonces presidente boliviano Ismael Montes Gamboa con fecha del 22 de julio de 1909
“Necesitamos 15,000 fusiles con 15 millones de tiros; 24 ametralladoras; 30 piezas de artillería con respectiva munición, más 300 caballos ensillados y 200 mulas. Si todos estos elementos nos los proporciona el gobierno de Chile, deberán embarcarlos inmediatamente con destino a Antofagasta. Además, necesitamos un millón de libras para desarrollar una campaña larga. Respecto a personal de jefes y oficiales que hemos de necesitar, irán indicaciones posteriores – (Presidencia de Bolivia / Telegrama 22 JUL 1909)”.
Ahora veremos una parte de lo escrito por el diplomático chileno Manuel Barros Van Buren en su libro Historia Diplomática de Chile, obviamente esto fue secreto hasta que salió el libro, la parte resaltada en azul habla específicamente de la intención chilena de azuzar al Ecuador para crearnos un frente en la retaguardia, una especie de maniobra envolvente en el que bolivianos y colombianos seguramente participarían, estos últimos con mayor razón luego del combate de la Pedrera, los brasileños también entrarían en la jugada luego de los incidentes del Purús y su clara intención de ser los dueños del monopolio cauchero
La amistad entre Chile y Ecuador, fortalecida a través de los años, grata a la psicología de ambos pueblos y estimulada por un activo intercambio cultural, había pasado a ocupar un lugar preponderante en la atención de la Cancillería chilena. A esto contribuían diversos elementos, además de los ya nombrados: la necesidad de crearle al Perú un frente de retaguardia en el caso de que la tensión existente no derivara hacia aguas mansas; la presencia en Ecuador, a partir de 1908, de una misión militar, una misión naval, una misión pedagógica, una policial y otra de aduanas y un considerable número de becarios ecuatorianos en Chile; los intereses generales del Pacífico, en los que Ecuador ocupaba un lugar determinante por la posesión de las islas Galápagos, y el puerto de Guayaquil.
Como ya vimos en los capítulos precedentes, servía nuestra misión en Quito don Víctor Eastman Cox, diplomático de carrera, bastamente vinculado a la sociedad serrana por su matrimonio y relaciones personales, y un hombre de gran ambiente político y popular. A cargo de las misiones especiales estaban el teniente coronel Luis Cabrera, el capitán de corbeta señor Stone, el capitán de policía don Alejandro Jaramillo y el asesor pedagógico don Francisco San Cristóbal. Todo este pequeño mundo de técnicos hacía de la Legación de Chile el epicentro de una importante actividad política que si, por un lado, halagó ampliamente nuestra satisfacción, por otro fue un quebradero de cabeza verdaderamente serio para la Cancillería de Santiago.
A partir de 1895 ocupaba la presidencia del país un entrañable amigo de Chile: el general Eloy Alfaro. La amistad entre Alfaro y Eastman allanó muchos problemas, casi todos derivados del conflicto que Ecuador mantenía con el Perú y en el cual sus perspectivas no eran promisorias. Como recordaremos, el fallo del perito español señor Menéndez Pelayo no le había sido favorable. La resolución de S. M. Alfonso XIII de no conocer el asunto produjo cierto alivio en Quito, pero es evidente que su causa se había debilitado en América y que la sentencia del perito había producido en el Perú la resolución de exigir el cumplimiento del fallo por sobre toda otra consideración. Por otra parte, Colombia, al iniciar sus conversaciones con Lima sobre el condominio del río Amazonas, había dejado totalmente de lado al Ecuador y la Cancillería de Quito no cabía en sí de indignación.
Los diplomáticos ecuatorianos aconsejaron a Alfaro buscar una alianza estrecha con Chile que consultara un convenio militar, un sistema de consultas y una integración económica. Mientras Chile estudiaba las proposiciones parciales que hizo en Santiago el ministro señor Rafael Elizalde, la diplomacia peruana atacó a fondo, exigiendo un pronunciamiento de la comisión de neutrales. Después de muchas discusiones, éstos lograron exigir el retroceso de la línea militar a una distancia que impedía un peligro inmediato de guerra, pero no la animosidad de los bandos.
En 1910, Chile sugirió a Alfaro llevar el asunto a la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya y, mientras tanto, buscar un arreglo directo con los peruanos sobre la base de partir el Oriente Amazónico en dos. La Cancillería ecuatoriana resolvió, entonces, llevar el caso al Congreso Bolivariano de 1911, y ya veremos en el próximo párrafo los resultados de esta gestión.
Mientras la actividad diplomática apresuraba su ritmo, los sucesos políticos se precipitaban en Ecuador. Alfaro, en pugna con las fuerzas católicas y abandonado por los principales caudillos del partido liberal, del cual era "el viejo luchador", debió enfrentar una revolución que lo derribó del poder. El depuesto presidente buscó asilo político en la Legación de Chile. Eastman obtuvo del nuevo gobierno que se le concediera un pasaporte para marchar a Panamá.
En enero de 1912, el general Pedro Montera se sublevó en Guayaquil con la intención de reponer a Alfaro. Don Eloy, seducido por los llamados de su sobrino Flavio, vino a su patria a ponerse al frente do las fuerzas liberales. Pero la suerte le fue adversa. Abandonado por los suyos, derrotadas sus tropas, sentenciado por el gobierno, fue llevado a Quito, donde una soldadesca incontrolada asaltó la cárcel y lo mató. El populacho arrastró su cuerpo por la ciudad hasta el campo del Egido, donde lo quemaron. Con el murieron seis de sus colaboradores.
La situación de Chile estaba destinada a correr la suerte del presidente muerto, a cuya amistad estaba tan íntimamente unido. En efecto, los triunfadores de la revolución comenzaron por acosar al ministro Eastman de todo género de desaires. El diario El Guante, de propiedad del señor Manuel J. Calle, inició una campaña de injurias y calumnias en contra del teniente coronel Cabrera. A los chilenos, en general, de les acusó de “sayones de Alfaro”, “imperialistas coludidos con el Perú” y otras especies.
El ministro del Interior, señor Intriago, llegó a aconsejar al jefe revolucionario, general Freile Zaldumbide, romper relaciones con Chile. La Cancillería, dirigida por Alfredo Baquerizo Moreno, se opuso.
Cuando Chile estaba ya resuelto a retirar a su ministro en Quito y a sus cinco misiones técnicas, ocupó el poder el general Leonidas Plaza, hombre de gran rectitud y sensatez. Comprendiendo que todo el encono provenía de la amistad de Eastman con el depuesto presidente, creyó neutralizarla otorgando al ministro de Chile el mismo grado de simpatía de que gozaba antes. Y para acallar a sus partidarios dejó sacrificar a Cabrera como víctima propiciatoria.
Espero conseguir más información acerca de lo que expuse, también tengo algunos datos de una supuesta alianza entre Bolivia, Colombia y Ecuador en 1926 y que pudo ponerse en práctica en 1932 con el inicio de la guerra entre Colombia y el Perú, aún tengo que hallar más datos para poder exponer lo que leí, por lo pronto les dejo esto para que esté sujeto a su análisis y opinión, siempre se nos ha tildado de paranoicos y de inventar supuestas conspiraciones contra nuestro país, pero en este caso, he colocado las fuentes para evitar esas suposiciones.