Libros sobre historia y temas navales.CF. LEOPOLDO VICENTE PELLICERIngresó a la Escuela Naval que funcionaba en el vapor “Centenario” en 1883. Se graduó el 15 de agosto de 1885. Estuvo destinado al vapor “Reivindicador”. En 1891 le encontramos como segundo del vapor “Centenario” .
Oficial de recordada memoria. De destacadísima actuación durante la Revolución Libertadora y en las acciones navales sobre Rio Hacha.
El “Miranda”, antiguo cañonero español “Diego Velásquez” fue incorporado a la escuadra venezolana en 1899. Entre 1900 y 1901, había caído en manos de comandantes irresponsables, dados presuntamente a vicios y corruptelas, lo que influyó en el descuido de la nave. Alejandro Ibarra, Comandante General de la Armada y de la Escuadra, destinó a Pellicer a ese buque, con el fin de corregir todo aquello en marzo del último año .
LA INVASIÓN DEL EJÉRCITO COLOMBIANOLa Guerra de los Mil Días fue un importante episodio bélico ocurrido en Colombia entre 1899 y 1902, originado por el enfrentamiento entre el Partido Liberal y una fracción del Partido Conservador en funciones de Gobierno (Nacional). Tuvo como causas principales, la sustitución de la Constitución de Rio Negro (1863) de esencia federal, por la Constitución de 1886 de sistema centralista, los intentos de cooptación de los conservadores y las ambiciones liberales de tomar el poder, entre otras.
Gobernaba el octogenario Manuel Antonio Sanclemente. En un movimiento de un sector del Partido Conservador, su vicepresidente, un conocido académico y literato, José Manuel Marroquín, se hizo con el poder.
La enemistad entre el Presidente Cipriano Castro hacia José Manuel Marroquín era de naturaleza ideológica, como contraparte, el presidente Marroquín se movía por consideraciones de recursos, puesto que el petróleo y el asfalto se proyectaban como riquezas de gran provecho.
Jorge Barco, apoderado de la señora Edelmira Maldonado de Barco, traspasó el 10 de abril de 1905 a la “Carib Royalties Corporation” el 15% de la explotación denominada “Concesión Barco”, cerca del Rio de Oro, de una extensión de un millón quinientos mil acres . Se decía que era la más rica del mundo, “un lago de petróleo y de la mejor calidad posible” . Una respuesta posible del por qué la insistencia del gobierno colombiano por delimitar en aquel momento, aquellas zonas con la mayor ventaja posible.
La necesidad de buscar una salida al Caribe por el eje Catatumbo-Lago de Maracaibo, y la sostenida insistencia de la libre navegación, complementaban aquella vecindad en crisis.
Marroquín intentó establecer un sistema conservador en Venezuela con un trasfondo econocéntrico, para lo que se valió del general venezolano Rangel Gárbiras, brillante médico y antiguo presidente del Gran Estado los Andes, enemistado con Castro desde la invasión de los 60. El general Rangel, sostuvo continuas conversaciones con Castro en el exilio (1892-1898). Mantenía la idea de que debían separarse las jefaturas civil y militar, en todo caso él se proponía para la primera. Castro pensaba en el mando único, de ser necesario, cedería ambas a Gárbiras y entraría como su subalterno. Gárbiras declinó. Acordaron hacer invasiones separadas, y el primero que lo hiciera sería apoyado por el otro. Este acuerdo no se materializó, y terminó en un gran encono de Gárbiras contra el triunfante Restaurador .
En el Consejo de Ministros en Bogotá, se discutió acaloradamente el apoyo a Rangel Gárbiras. Tanto el Ministro de Relaciones Exteriores como el Ministro de la Defensa, Pedro Nel Espina se opusieron a tal aventura .
Millares de nuestros buenos soldados fueron lanzados sin nuestra bandera clandestinamente a órdenes de extranjeros en el territorio venezolano. Los jefes de esa fuerza no avanzaron ni siquiera al frente de ella…todo paró en un robo bochornoso, pues dicho territorio fue arrasado en provecho de unos cuantos, y en la humillante derrota inflingida a nuestro ejército .
Un jueves 26 de julio de 1901, a las 11:00 de la mañana, 6.000 hombres del Ejército regular de Colombia, al mando de Rangel Gárbiras, el venezolano Emilio Fernández, y otros jefes tachirenses y colombianos, ocupaban San Antonio y se dirigían hacia San Cristóbal. Los telegrafistas alertaban con desesperación una noticia esperada desde hacía tiempo: “¡Invasión! ¡Invasión! ¡Dios mío invasión!”. Violaciones, robos y saqueos, muerte y tortura, dejaron a su paso, mientras iban desacelerando su marcha entretenidos en estos menesteres .
El alcance político y estratégico operacional del gobierno colombiano sobre Venezuela al propiciar la invasión de Gárbiras, es digno de detalles. La invasión, anunciada desde hacía un año, tuvo dos frentes. El eje Táchira- San Cristóbal y el eje Encontrados-Maracaibo. El objetivo principal objetivo fue reeditar la marcha de Castro hacia Caracas para establecer un gobierno conservador. Su segundo objetivo estratégico operacional era el apoderamiento del parque que tenía Castro guardado en San Cristóbal para ser usado por el gobierno colombiano. El tercer objetivo estratégico operacional fue marchar sobre Maracaibo para separar esa cuenca hidrográfica del resto del país, lo que permitiría el control de la salida al Caribe a través de la conexión Catatumbo-Encontrados-Lago de Maracaibo-Golfo de Venezuela; tal ventaja concedería una salida natural de los productos de Santander, así como el acceso a las potencialidades bituminosas de las inmediaciones del Rio de Oro. El cuarto objetivo estratégico operacional: la liberación del “Mocho Hernández”, preso en el castillo de San Carlos, para abrir un nuevo frente contra Castro. El último y no menos importante objetivo, consistía en crear un tercer frente de ataque contra los liberales desde la Guajira.
Estos movimientos estarían complementados con la invasión de Nicolás Rolando desde Trinidad. Segundo Riera y Luís Loreto Lima harían lo propio desde Apure para levantar los estados Cojedes y Falcón entre otros. Se esperaban otros movimientos en Carabobo y Barquisimeto .
Esta formidable invasión causó horribles daños en Rubio, San Antonio, Capacho y Táriba. Celestino Castro, quien recibía indicaciones por telégrafo de su hermano, concentró 1.500 hombres en San Cristóbal para esperar a Rangel que había establecido su cuartel en Táriba. Los combates se desarrollaron hasta el 29 de julio. Terminaron con la batalla de la Parada. Celestino Castro, asesorado por el general colombiano Uribe Uribe, puso en derrota a los invasores .
El segundo frente hizo efectivo el ataque el 28 de julio. Las fuerzas del general colombiano Juan Márquez habían salido de Cúcuta, donde se encontraba el general González Valencia con 7.000 efectivos, tomaron el tren en Alto Viento. Navegaron por el Rio Catatumbo, y en el curso del mismo, encontraron a la comisión de demarcación de límites. Tomaron la estación de ferrocarril en Boca de la Grita, donde se encontraba el funcionario de Cancillería M. León Quintero, miembro de la referida comisión .
La comisión colombo-venezolana había realizado sus trabajos topográficos en el Rio de Oro, San Faustino, Tarra y Sardinata, la China, Guarumito y la Grita. Cerca del Rio de Oro, fueron apresadas las lanchas “La Colombia” (donde viajaba la comisión colombiana) y la “América” (llevaba a bordo a los funcionarios de la Cancillería venezolana, Carlos Monagas entre otros). Poco después, las tropas de Márquez se dirigieron a Encontrados, que tomaron sin mayores contratiempos. Efectuada la operación, las tropas del general Jesús Morales Berti, acantonadas en Villamizar, deberían marchar sobre Maracaibo. El general venezolano Régulo Olivares avanzó sobre Encontrados y la retomó, empujando a los invasores por el rio. Con el vapor “Progreso” hicieron tal labor y rescataron a los comisionados de límites .
EL BOMBARDEO A RIO HACHAEl general Cipriano Castro se había dejado seducir por el buen verbo del general Uribe Uribe, refugiado en Venezuela, después del fracaso en la batalla de Palo Negro (25-26 de mayo de 1900). Esperaba reeditar el sueño gran colombiano, estableciendo un gobierno liberal con el apoyo de Nicaragua y Ecuador y, desde adentro, por las masas liberales opuestas a la facción nacionalista del conservadurismo. Todo obraría para el derrocamiento de Marroquín. El Ministro de Guerra y Marina, el viejo general Pulido, le recriminaba amargamente a Castro la carencia de jefes para derrocar gobiernos extranjeros, mucho menos de dinero para tales fines. Presentó la renuncia. El ambiente periodístico y general, atizado por los agresivos artículos de Vicente Dávila llamando a las armas, hizo el resto .
A principios de 1901, el general Liberal colombiano Clodomiro Castillo, quien peleaba en Tolima, navegó por el Orinoco hasta llegar a Trinidad. Transportaba gran cantidad de mercancías que en aquella isla cambió por armas y municiones. Su llegada a Trinidad coincidió con la visita del general Rafael Uribe Uribe a Cipriano Castro. Huésped de honor, trasladado en buques de la Armada a los lugares que tenía en agenda. Otros líderes liberales de aquel país, como el general Benjamín Ruiz, tuvieron entrevista con Castro, con promesas de apoyo político y militar, y posiblemente el reconocimiento de aquellas tropas como beligerantes .
La Guajira tenía presencia venezolana que apoyaba a los Conservadores. Unos 80 jinetes “mochistas” bajo las órdenes del coronel venezolano Eliseo Marques, junto al Cacique José Dolores con sus bravos guajiros, dependían del Comando de Rio Hacha y dominaban aquellas áridas tierras .
LOS VAPORES “RAYO” Y “AUGUSTO”El general Augusto Lutowski Pérez , ingeniero, político y militar, tuvo una exitosa carrera durante los gobiernos de Antonio Guzmán Blanco, y luego bajo el mando del general Joaquín Crespo. Cuando ejerció la comandancia de la fortaleza de San Carlos (1880-1882), realizó una exploración a la barra de Maracaibo para el trazado de un nuevo canal de navegación. En la coyuntura, adquirió un pequeño remolcador en la ciudad de Filadelfia, al que bautizó “Augusto” y sirvió varios años para el abrir el camino de los barcos que entraban a puerto. Los sucesivos destinos al Zulia y como jefe de la Armada Nacional (1895-1897), le permitieron mantener a este buque en el servicio público de practicaje. Triunfante la Revolución Restauradora y habiéndose unido a ella, vendió al Estado el vapor “Augusto”.
Las consideraciones de orden estratégico de los liberales establecían como objetivo operacional principal, el dominio marítimo de la costa Atlántica y del Rio Magdalena, anulando a las fuerzas navales conservadoras, y el transporte de tropas y municiones. La culminación en feliz término, permitiría al ejército del Magdalena unirse al que operaba en Bolívar. Lograda la convergencia de ambos en el rio que dividía al país en dos, marcharían sobre la capital. Los liberales estimaban que el alma de la revolución eran los barcos .
Dentro del apoyo materializado por el presidente de Venezuela, se encontraba la asignación de buques. A principios de 1900 les facilitó el “Augusto” para los fines mencionados. El general mexicano Francisco Ruiz Sandoval recibió esta unidad de la Armada venezolana. Se dirigió a Trinidad con patente de guerra expedido por el gobierno y el título de general al servicio de Venezuela. En Puerto España y por intermediación del Consulado General de Venezuela en aquel país, se obtuvo el armamento que los ingleses habían decomisado a los liberales colombianos .
El “Augusto” trasladó armas y municiones de los liberales colombianos a las fortalezas de Puerto Cabello y del Zulia. En Puerto Cabello, el general Ruiz recogió un segundo buque que la Revolución liberal había comprado en Inglaterra con apoyo del gobierno venezolano, llamada el “Rayo”. Las fortalezas venezolanas sirvieron de soporte logístico para las operaciones navales revolucionarias durante la Guerra de los Mil Días .
El vapor colombiano “Rayo” o “Peralonso” fue utilizado en la guerra del Atlántico por el general liberal colombiano Siervo Sarmiento para el dominio de aquellas costas. El 8 de mayo de 1900, Sarmiento desembarcó del “Rayo” y el “Augusto” en las costas de Rio Hacha, hombres, 1.800 fusiles “Marlincher” y 200.000 cartuchos. En el mes de mayo, Sarmiento murió. Era comandante del “Augusto” o “Gaitán”, Francisco Ruiz Sandoval. El “Rayo” y el “Augusto” fueron empleados en un ataque combinado de los liberales al mando de los generales Aníbal Ruiz, Plácido Camacho y Adán Franco, sobre las costas de Zapote, Departamento de Bolívar (8 de mayo de 1900 aproximadamente). Entre las acciones operacionales realizadas tenemos el bombardeo a Boca Chica, el hundimiento del “Nelly Bazán”, el apresamiento en las bocas del Sinú del “María Hanaberg”, entre otras . Las operaciones continuaron por tierra hasta Santa Marta. Los buques esperaban en el Morro. La colisión de ambos y la falta de coordinación entre los jefes liberales, convirtieron en fracaso el éxito inicial. De camino a Rio Hacha, el comandante Ruiz, al parecer apresó la tripulación del “Rayo” y lo remolcó hasta Venezuela .
Por algunos hechos subsidiarios, las quejas del gobernador de Maracaibo, la desintegración de las fuerzas liberales y la muerte del jefe de operaciones del Atlántico, al llegar a la Guaira a finales de 1900, ambos buques fueron decomisados por el Ministerio de Hacienda y su comandante puesto a buen resguardo por cuatro meses . Los buques pasaron a la Escuadra venezolana. El “Rayo” o “Gaitán” se denominó “23 de Mayo”, y el “Augusto”, fue llamado el “Zumbador”.
Dueño el gobierno del Rio Magdalena, la revolución había quedado dividida en dos ejércitos separados. Ante tales circunstancias, primaba restablecer el control del mar. Por ello, el líder liberal M.S. Algandona se dirigió a Encontrados en donde se entrevistó con un enviado del Presidente Castro. Algandona solicitaba buques bajo cualquier modalidad (compra, destino en comisión), lo que ayudaría a cambiar el curso de la guerra. Se acordó realizar tales tratos en forma verbal para evitar futuros reclamos diplomáticos .
EL EJÉRCITO AUXILIAR RESTAURADORAlentado por la invasión colombiana al Táchira, Castro envió al general venezolano Rufo Nieves a las órdenes del general Castillo (nombrado Jefe de las Fuerzas del Magdalena por Uribe Uribe). Se inició el avance por la Guajira saliendo por Paraguaipoa, hasta que se produjo el combate de Garapasera (22 de agosto de 1901) .
Terminada la batalla de Garapasera, las fuerzas del general Clodomiro Castillo que se encontraban en la laguna de Pirure (Península Guajira), marcharon a Guayumana donde se reunieron con el denominado “Ejército Auxiliar Restaurador”, enviado por Cipriano Castro, el Comandante en Jefe: el general José María Dávila.
El ejército venezolano estaba compuesto por 1.400 hombres. Jefe de Estado Mayor: general Vicente Sánchez; Comisario de Guerra; coronel Arturo Uslar; y Jefe de Parque, luego comandante de una compañía de “Sagrada”, coronel Carmelo Castro. Jefe de la Escuadra de Operaciones sobre Rio Hacha: TN Leopoldo Vicente Pellicer.
Así las cosas, el Ejército Auxiliar Restaurador salió de Maracaibo el 28 de agosto de 1901.
LAS ACCIONES TERRESTRES Y NAVALESEl general Carlos Albán, Jefe Civil y Militar del Istmo (Panamá) había sido nombrado por el gobierno de Marroquín, Comandante en Jefe de las Fuerzas Fluviales y Ribereñas del Bajo Magdalena y de las Marítimas y Terrestres de los Departamentos de Panamá, Bolívar y Magdalena. Hombre vigoroso, militar de destacada actuación, tenía en su haber los títulos de médico, abogado e ingeniero. Dominaba varios idiomas .
El general Albán había ordenado al general Arjona que saliera de Rio Hacha a encontrarse con el Ejército que marchaba por la Guajira y evitar que cercaran aquella ciudad. Intimidado por el número del ejército invasor y por la presencia de la Escuadra venezolana, no pudo verificarlo. Ante la inferioridad numérica de los Conservadores, el general Albán contrató a un exorbitante precio en Puerto Colombia y por 48 horas, los servicios del vapor mercante francés “Alexander Bixio” para transportar 1.700 hombres de la División “Briceño”. Como parte del contrato, un crucero de la misma nacionalidad, el “Suchet” tendría la misión de escolta, no sólo al primero sino también del vapor mercante armado en guerra “Próspero Pinzón” que llevaba a bordo al general Albán, su estado mayor y 300 hombres. Acompañaba el buque inglés “Penélope”. El día 8 salieron hacia Rio Hacha .
La escuadra venezolana conformada por los vapores “Miranda”, “Zumbador” y “Crespo” salió de Maracaibo el 3 de septiembre de 1901 . Tenía como misión impedir el desembarco de tropas conservadoras en Rio Hacha, aprovisionar al Ejército con armas, municiones y transporte de ser necesario, y bombardear los lugares que se le indicaran en apoyo al ataque a la ciudad. Asistieron también, el “Restaurador”, “Bolívar” y “Totumo”.
Uno de los principales problemas de Pellicer era el abastecimiento de carbón. La escuadra se detuvo cerca del Castillo de San Carlos, donde tomó la goleta “Augusta Victoria” para llevarla llena de carbón para los buques. Al desistir del intento la dejó en libertad y siguió hacia Rio Hacha .
La escuadra llegó a Rio Hacha el 6 de septiembre. Hizo un recorrido entre aquella ciudad y Cabo de la Vela en busca de algún mensajero del general Dávila. El día 9 a las once de la mañana, se acercaban por el oeste el “Alexander Bixio”, el “Pinzón”, escoltados por el “Suchet”. La Escuadra venezolana avistó el convoy y se aprestaron a perseguir al “Pinzón”. Este se colocó entre tierra y el “Suchet”. El general Albán en conferencia con el comandante del buque de guerra francés, y a sabiendas que se encontraba en Rio Hacha el vicecónsul de aquel país como representante de importantes intereses que tenía su gobierno en aquella ciudad, le preguntó cuál sería la actitud que tomaría si la escuadra venezolana atacaba al “Alexander Bixio”. El comandante respondió que se defendería .
El combate estaba servido. El “Penélope” atacó al “Totumo”. El Comandante W. H. Taylor contestó con la mayor prontitud. El “Penélope fue repelido y perseguido por el “Totumo” y el “Crespo”. El buque inglés fue echado a pique.
El “Suchet”, con su enorme humanidad de acero y un tonelaje y calibre 3 veces superiores, disparó sus cañones de 6,4 pulgadas sobre el “Crespo”. Nuestros tripulantes no se amedrentaron. Por un costado le atacaba el “Bolívar” con dos torpedos. El comandante del “Suchet” no se arriesgaría a ser vencido por la jauría de tiburones que empleaba como táctica la escuadra venezolana. Se retiró a dos kilómetros y comenzó a disparar sin dar en blanco alguno .
Por su parte, el “Restaurador” (al mando del CN y G/D Manuel Monteverde) se encontró con el “Ban Righ” que estaba fondeado en Rio Hacha. El zafarrancho de combate no se hizo esperar. Pero el “Suchet” comenzó a disparar al “Restaurador” impidiendo el encuentro.
Pellicer se dirigió en un bote a bordo del “Suchet” y conferenció largamente con su comandante. No hubo acuerdo. Terminada la entrevista, sin noticias del general Dávila, el carbón escaso y con el “Miranda” averiado, la escuadra se trasladó hasta Cabo de la Vela, sirviendo el “Zumbador” como remolque.
A la altura de Punta de Pájaro, se encontraron con un bote que llevaba la posta del general Dávila. Le informaba que el día 9 estaría a tres leguas de Rio Hacha. Las reparaciones resultaron inútiles, el combustible escaseaba .
El día 9 de septiembre las fuerzas de Castillo y Dávila llegaron al caserío de Carazúa, a un kilómetro al este de Rio Hacha, separado por el Rio Ranchería. Tenía una laguna algo seca por la estación. Dos caminos conducían a Rio Hacha: la vía de Pautaña, y otra que atraviesa el Rio Ranchería pasando por las sabanas de Jurpunal. En el extremo noreste, acamparon en semicírculo, las tropas de los generales colombianos Aníbal Ruiz, Agustín Bernier y José Dolores Daza. Seguían los batallones venezolanos: La “Sagrada” de Carmelo Castro; el comandando por el colombiano Peralta; el “Barquisimeto” al mando del general Gutiérrez, además de los batallones “Coro” y “Táchira” .
Las tropas del general Juan de Jesús Arjona se encontraban en Pautaña. Básicamente, los movimientos tácticos acordados por las tropas de Dávila y Castillo consistían en esperar el ataque de Arjona. Consumado el movimiento conservador, el ejército liberal tomaría la vía de Jurpunal por el rio, atravesando un puente de indios ya acondicionado por un ingeniero venezolano, dejando a Arjona a la espalda, para ocupar Rio Hacha. Era un problema garantizar agua y recursos. El día 13, reforzadas por el ”Briceño”, las tropas de Arjona se movilizaron desde Pautaña a Carazúa. Medio batallón venezolano y la artillería atravesaron el rio. Se esperaban los avisos de la avanzada sobre el movimiento de Arjona. Nada sucedió. Al parecer Dávila inopinadamente ordenó la contramarcha. El día anterior, sus desavenencias con el general Castillo sobre los mejores movimientos tácticos a utilizar, casi terminaron en disparos. El general Ramón Amaya, quien era el nuevo e inesperado jefe del ejército atacante, no cayó en el ardid y se desvió por la vía de Juaín para hacer un movimiento de flanco y caer sobre la retaguardia liberal, llena de matorrales. Fueron sorprendidos por tiro raso .
Las fuerzas de Amaya atacaron el centro, donde se encontraba el batallón “Barquisimeto” que fue puesto en derrota. Tuvo una destacada actuación del bando conservador, el general venezolano Eliseo Marques .
Dávila se fue a Torremazón y de allí siguió por la vía de Paraguaipoa. En pequeños grupos huyeron las tropas, algunos cayeron bajo las flechas guajiras, los muertos que nadie reclamó. Los heridos y prisioneros de Carazúa fueron rematados por el ejército conservador.
Según algunos cronistas colombianos, Dávila era reacio a la utilización efectiva de la escuadra, sobre todo de la movilización a Rio Hacha, así como al traslado a bordo del general de Rio Hacha, Gerardo Gómez y otros prácticos para ayudar en la navegación.
La Escuadra permaneció entre Punta La Cruz y Cabo de la Vela hasta el día 13. Subió a bordo el Dr. César Mármol, con instrucciones de Dávila para fondear en la Pedrera. Sólo le quedaba hasta el día 15 el preciso combustible y aceite para el regreso. El día 14 de septiembre, una carta del general Anibal Ruiz, de la mano del general Belisario Martínez, solicitaba buscarles en Punta de Pájaro. Fue enviado el “Zumbador” y trajo al general Ruiz con 18 individuos. En ese momento, Pellicer se enteró del desastre que había sufrido el Ejército Auxiliar Restaurador en Carazúa y del movimiento de Dávila hasta el sitio llamado Los Treinta para reagruparse con las tropas de Castillo .
El desastre de Carazúa fue originado por varias causas. La gran cantidad de tropas prometidas por Uribe llegaron a 300. Las provisiones prometidas para el Ejército venezolano, se limitaron a cargas de papelón y sal, que fueron entregadas luego de varios días de hambre, sed, y la disentería ocasionada por beber agua pútrida de una casimba que albergaba tres cadáveres de mujeres, finalmente, el calzado inadecuado o inexistente para enfrentar los inmensos desiertos de la Guajira,
Reunidas las tropas de Dávila y Castillo, el conflicto entre jefes no se hizo esperar. Carmelo Castro, medio hermano del Presidente, ásperamente tratado por éste, y quien había estudiado en una academia militar en Nueva York, había sugerido un ataque directo sobre Rio Hacha. Igual sugerencia le habían hecho distinguidos oficiales como el ingeniero Tomás Llamosas y Juan Uslar. Las tropas estaban desmotivadas, pues veían todo aquello como una gran farsa.
Los señalamientos y las culpas ajenas entraron en juego. Dávila arrojaría su responsabilidad sobre los generales colombianos que no estaban frente a Castro para defenderse, y menos Pellicer que estaba embarcado.
Castro hizo poco caso sobre la responsabilidad que señalaba Dávila a Pellicer.
Pellicer y su escuadra arribaron a Maracaibo el 18 de septiembre de ese año. Poco tardaría en seguir en combate.
EN LA REVOLUCIÓN LIBERTADORAEn octubre de 1901 el “Miranda” junto al “Crespo” realizó cruceros entre Güiria y Trinidad, para evitar el desembarque de armas para Rolando. En enero de 1902, fue destinado con la misma escuadrilla a las cercanías de Boca de Uchire en búsqueda del “Ban Righ . Una vez allí, bombardearon la posición y desembarcaron tropas que incautaron las armas y municiones dejadas en la playa. En febrero, el crucero se trasladó entre las costas de Coro y Maracaibo.
En marzo de ese año, se conformó una nueva escuadrilla, con el “Miranda" y el “Restaurador” para el desembarco de tropas en Tucacas y Chichriviche a órdenes del general Juan Vicente Gómez. En esta oportunidad Pellicer navegó con el TF Román Delgado Chalbaud . Delgado y Pellicer, apoyaron con fuego de artillería los desembarcos de las tropas transportadas. Varias anécdotas refieren los terribles daños que causaron las acciones de estos oficiales sobre las poblaciones de Tucacas y Cumarebo.
La capacidad de Pellicer era tan conocida, que se le asignaban hasta dos buques a la vez. Sobre Pellicer, el Comandante General Alejandro Ibarra dirá lo siguiente:
Ayer estuvo por aquí el "Miranda" con su Comandante Pellicer a bordo del cual estoy muy contento, pues él cuida mucho su barco y es un hombre muy competente en todo sentido.
INSPECTOR GENERAL DE LA ARMADAEl cargo de Inspector General de la Armada no tenía las responsabilidades de la actualidad, ni aún las correspondientes a la década de los 40. El inspector era especialista en máquinas, conocedor de la nomenclatura inglesa, la más usada en nuestros buques. Debía embarcarse constantemente para inspeccionar las máquinas, el control de aceite, presión de las calderas, etc. Este cargo era especialmente importante por la carencia de buenos ingenieros.
A mediados de 1901, el Inspector de la Armada renunció para iniciar un negocio privado en Trinidad. El 27 de enero de 1902, Pellicer fue nombrado Inspector General de la Armada, de acuerdo con el Decreto publicado en Gaceta Oficial Nº 8460 del 11 de febrero de 1902.
LA INVASIÓN A CUMANÁPoco conocemos del desempeño del Leopoldo Pellicer en los años siguientes, salvo algunos hechos concretos. Acompañó a Delgado Chalbaud en la conspiración que derrocó a Cipriano Castro en diciembre de 1908. Posteriormente, pasó a la Compañía Anónima de Navegación Fluvial y Costanera con su antiguo jefe.
Estuvo implicado en el intento de derrocar a Juan Vicente Gómez en abril de 1913. Permaneció exiliado.
Se incorporó a la expedición liderada por el CN Román Delgado Chalbaud en agosto de 1929. Paralelamente al ataque de Cumaná, Güiria sería levantada por el general Francisco Gutiérrez. A los efectos, Egea Mier, Pellicer y David López llevaron 200 máuseres y 50.000 cartuchos para aquellos combatientes .
Finalizadas las acciones en Cumaná. Pellicer viajó a Trinidad. No tenemos más datos sobre su vida.
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