Sobre el caso Bormann:
Que algo estaba pasando a nivel muy alto terminó de confirmarse tras la
Operación Citadel de 1943. Si el 15 de abril Hitler daba las disposiciones de la operación, la
Abwehr conocía a través de sus agentes que
Stalin tenía información de ella desde el 17, y que sólo 10 días después no dejaban de afluir refuerzos a la zona del saliente.
Recuerdo haber leído que tal cúmulo de coincidencias entre lo que los alemanes querían hacer en
Kursk y lo que los soviéticos les tenían preparado, no había pasado desapercibido para los historiadores; que los defensores soviéticos sabían el cómo, cuándo, dónde y con qué, no albergaba dudas para nadie. Otra cosa son las explicaciones que se obtuvieron ante determinadas obviedades. Y la respuesta fue siempre, y supongo que obtenidas por parte de la antigua URSS, que la captura previa de prisioneros en la zona había sido lo que motivó las decisiones soviéticas. También se ofreció la hipótesis de que fue a través de la red de espionaje soviético
Lucy con base en Suiza, y que decía tener agentes en el OKH, lo que no contradice las sospechas de Canaris y Gehlen.
Bormann, el hombre gris y enigmático. Aquí, a la izquierda de Hitler, como una sombra silenciosa.El almirante
Canaris, al mando de la Abwehr, y
Reinhard Gehlen, que había desarrollado un servicio secreto bastante eficiente, habían llegado, de forma independiente, a una misma conclusión: Los soviéticos estaban recibiendo una información rápida y detallada de todo cuanto sucedía en el Alto Estado Mayor alemán. La preocupación llevó a Canaris a Anderburgo, donde se reunió con Gehlen. Y fue, como bien dijo Valerio, quien comunicó a Canaris que creía firmemente en que había un topo en el Alto estado Mayor, y que todas sus sospechas recaían en el mísmisimo Bormann, el secretario personal de Hitler. Pero, carecía de pruebas de peso.
Ficha de Reinhard Gehlen, que planeó su propia entrega a los aliados, llevándose consigo toda la documentación posible sobre las actividades de su Servicio de Inteligencia. Su plan: resultar útil a los nuevos amos de Alemania.Ambos sabían que, ante semejante personaje, no cabían acusaciones de sospecha; era necesario cazarle, así que, finalmente, se decidieron por montar un operativo con tal fin.
La vigilancia dio su fruto, y no era baladí. Podían demostrar que Bormann y su grupo tenían un transmisor de radio con el que mandaban mensajes cifrados a Moscú. Lo descubierto era suficiente para que más de un general hubiese ido a parar al paredón; pero Bormann era demasiado poderoso; parecía influir en Hitler de forma diabólica; de hecho había llegado a "separar" al Führer de personajes como Göering o Goebbels. Quisieron profundizar más en la investigación, ofrecer a Hitler pruebas tan evidentes que diesen con Bormann en un patíbulo. Y cuando estaban en ello, probablemente convencidos de su éxito, les llegó la sorprendente e inesperada orden directa del Führer: debían abandonar toda investigación sobre las actividades de su secretario personal.
Todo parece indicar, que el amigo Bormann, muy astutamente, enterado de alguna forma de las pretensiones de Canaris y Gehlen, se les adelantó. El propio Hitler comunicó a Canaris que Bormann le había informado de que mantenía comunicación con Moscú con el propósito de engañar al enemigo. Así que, dado que el propio Führer autorizaba esas transmisiones, era absurdo autorizar también su vigilancia. Si a esto le sumamos el poco crédito que Gehlen tenía ante Hitler, y que Canaris no era para éste más que alguien que terminaría en algún despacho limpiando el polvo, la conclusión esta clara: Bormann les había vencido, de una vez y para siempre. ¿Era Bormann uno de los agentes de
Lucy?
Artur Axmann, que dijo haber sido testigo de la muerte de Bormann.
Por otro lado esta la "muerte" de Bormann. O la "no muerte", según se mire. Su cuerpo no fue encontrado por más que se le buscó entre las ruinas de Berlín. Está acreditado que el 30 de abril de 1945 logró escapar del bunker de Hitler. El chófer del propio Führer,
Erich Kempka, y
Artur Axmann, un dirigente de la Juventudes Hitlerianas, atestiguaron ante los investigadores aliados haberle visto morir, pero sus declaraciones no eran coincidentes; para algunos eran incluso contradictorias. ¿Se trataba de las declaraciones de dos patriotas intentando ayudar a un fugado?
Ante circunstancias tan especiales, ante incógnitas que no parecían poder determinar el caso hacia ningún lado, no tardaron en aparecer hipótesis e informaciones que desvelaban lo ocurrido realmente. En 1946 ya se señalaba que Bormann había conseguido refugiarse en el norte de Italia. Y posteriormente, que había logrado alcanzar Suramérica.
Y como si de una vieja cuenta se tratase, volvió a la escena Reinhard Gehlen, que no sólo había conseguido sobrevivir a la guerra, sino que había alcanzado la Jefatura de lo que sería el Servicio de Inteligencia de la República Federal Alemana o BND. Entre sus éxitos más relevantes está el descubrimiento y captura de
Heinz Paul Johann Felfe, un alemán espía de los soviéticos que hacía su labor en las mismísimas oficinas del Servicio de Inteligencia. Durante la década de los 50 recibió dos informes desde el otro lado del Telón de Acero que revelaban que Bormann había sido sacado de Berlín por la URSS, y que durante años había sido el espía soviético que Gehlen y Canaris habían sospechado. A partir de su traslado, se convirtió en asesor del gobierno, y que murió en esa misma década, los años 50. Por supuesto, que tal reconocimiento por parte de los soviéticos o los putinianos, no ha tenido lugar.
Pero, en 1999 pareció resolverse la mitad del misterio, es decir, si Bormann había muerto en Berlín tras su huída, tal y como había atestiguado Axmann. En 1972 habían aparecido dos cuerpos mientras se llevaban a cabo unas obras de construcción: las características de ambos hicieron sospechar que podría tratarse de Bormann y Stumpfegger, que le acompañaba. Estudios de ADN y de las piezas dentales encontradas confirmaron que, efectivamente, se trataba de Bormann.
Según los análisis realizados en 1999, este es el cráneo de Bormann. Se estima que se suicidó con una cápsula de cianuro junto a su acompañante, el doctor Stumpfegger.Se han escrito algunas alusiones a estos hechos. Para
Louis Kilzer, en su obra: "
Martin Bormann y la derrota del Reich", editada en el año 2000, el amigo Bormann era el espía soviético
"Werther". Pero son las memorias del propio Gehlen las que más hablan del caso, aunque su condición de hombre del espionaje, que no sabe uno qué pretende cuando habla, no ha hecho más que desconcertar a los que se han dedicado a estudiar su vida y los hechos en los que se vió envuelto. Tal es el caso de
Mary Ellen Reese, interesada en las posteriores conexiones de Gehlen con la CIA.
Alain Guerín hace un estudio de toda su vida en
"El General Gris". Y para
E.H. Cookridge, Gehlen fue "El espía del siglo". En fin, que parece que Gehlen goza de bastante credibilidad, y que consideraba más que plausible la fuga de Bormann a la URSS y su doble papel durante la IIGM. Aunque, ya sabemos que en lo primero se equivocaba.
Desconozco qué nuevas investigaciones o descubrimientos se han llevado a cabo sobre el secretario personal de Hitler, pero como dije anteriormente, ya son dos los documentales en los que, sin ser él el protagonista, taxativamente dan por ciertas estas acusaciones: Bormann era un traidor.
Saludos.
Un plan que no puede modificarse, no es un buen plan.