Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
les estamos dando duro , un esfuerzo mas en la recta final y los tenemos acogotados . el torpedeamiento del barco de pasajeros con 3000 yankys a bordo un buen golpe a las ya mermadas fuerzas en Francia
me encanta cuando las cosas nos van bien
un saludo .
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Año de Rojos , año de hambre , peste y piojos
- Condottiero
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
En la primera parte de esta línea temporal, la de la Guerra Hispano-Americana, se desarrollaba una línea en la que México se rearmaba y seguía una política que le permitiese rivalizar (en la medida de lo posible) con Estados Unidos. Dado cómo se está desarrollando la Gran Guerra con Estados Unidos con su flota comprometida, con su ejército empantanado en Cuba y en Francia, sufriendo pérdidas, creo que no sería descabellado pensar que en México estarán afilando los cuchillos. De manera que, si la guerra sigue decantándose del lado de Imperios Centrales + España, no piensen en subirse en el carro de los vencedores y volver a empujar su frontera con Estados Unidos un poquito más al norte en algún punto y recuperar territorios.
Por el honor la vida, por el alma las dos.
- Xenophonte
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
A pesar de la mala situación de los USA boys en TTL y el crecimiento Mexicano; la relación de fuerzas (y de potencial económico) es demasiado grande, para sueños irrendentistas. España intenta que los costos de continuar la guerra sean inasumibles (a nivel humano) para los yanquis. Su Gobierno no podrá asumir, el costo político interno, de unos niveles de bajas similares a los europeos en el frente occidental; sin olvidar las que tuvieron por su conquista de Cuba (todavía sin completar) y la guerrilla hispano-cubana. Supongo que cuando Francia solicite el armisticio tras la ruptura de ambos frentes: los Estados Unidos, con sus fuerzas destruidas, capturadas o expulsadas junto con la BEF, comenzara a buscar la manera de llegar a un acuerdo de paz con las Potencias Centrales que le permita conservar Cuba.
Gran Bretaña aunque derrotada en tierra sigue siendo un adversario formidable en el mar y más ahora que se vio obligada a concentrar sus flotas en defensa de su comercio y principalmente en el territorio metropolitano.
Tiene pocas opciones: continuar la guerra con o sin la alianza Norteamericana y tratar de obligar a la flota alemana a un encuentro decisivo y destruirla (una victoria pírrica en el mejor de los casos) para llegar a una paz en sus condiciones. La otra opción es limitar sus pérdidas terminando la guerra, especialmente si pierden el apoyo Norteamericano.
Sería la peor opción y casi impensable para los Británicos, de no ser la casi destrucción de la BEF. en Francia (ambos frentes), sus pérdidas navales y el progresivo estrangulamiento de su comercio por los ataques de los corsarios españoles y ahora submarinos Alemanes Lo más duro sería la pérdida definitiva de Egipto (una colonia virtual) y el canal de suez en consecuencia. Es probable que ofrezcan “el oro y el moro” a los otomanos y a los españoles para recuperar su control.
Y hablando de recuperar: ¿qué planes hay respecto a Cuba para liberarla?
O acaso se confía que la evacuen como parte de las negociaciones de paz con la Entente en general y los norteamericanos en particular!!!
Gran Bretaña aunque derrotada en tierra sigue siendo un adversario formidable en el mar y más ahora que se vio obligada a concentrar sus flotas en defensa de su comercio y principalmente en el territorio metropolitano.
Tiene pocas opciones: continuar la guerra con o sin la alianza Norteamericana y tratar de obligar a la flota alemana a un encuentro decisivo y destruirla (una victoria pírrica en el mejor de los casos) para llegar a una paz en sus condiciones. La otra opción es limitar sus pérdidas terminando la guerra, especialmente si pierden el apoyo Norteamericano.
Sería la peor opción y casi impensable para los Británicos, de no ser la casi destrucción de la BEF. en Francia (ambos frentes), sus pérdidas navales y el progresivo estrangulamiento de su comercio por los ataques de los corsarios españoles y ahora submarinos Alemanes Lo más duro sería la pérdida definitiva de Egipto (una colonia virtual) y el canal de suez en consecuencia. Es probable que ofrezcan “el oro y el moro” a los otomanos y a los españoles para recuperar su control.
Y hablando de recuperar: ¿qué planes hay respecto a Cuba para liberarla?
O acaso se confía que la evacuen como parte de las negociaciones de paz con la Entente en general y los norteamericanos en particular!!!
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- Cabo
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Hola:
Casi sin palabras y aún sobrecogido sigo esperando el desenlace de nuestra aventura francesa. Sólo espero que entre los kartoffen y nosotros le demos, por fin, la del pulpo a los alonsanfán.
Pero me sorprende la cantidad de vendedores de pieles de oso que estoy viendo ¡Que los cañones siguen sonando en el norte! Yo, hasta que no vea la rojigualda sobre la torre Eiffel no doy por derrotados a los gabachos,
Un saludo
Casi sin palabras y aún sobrecogido sigo esperando el desenlace de nuestra aventura francesa. Sólo espero que entre los kartoffen y nosotros le demos, por fin, la del pulpo a los alonsanfán.
Pero me sorprende la cantidad de vendedores de pieles de oso que estoy viendo ¡Que los cañones siguen sonando en el norte! Yo, hasta que no vea la rojigualda sobre la torre Eiffel no doy por derrotados a los gabachos,
Un saludo
- urquhart
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BUQUE TANQUE MATANZAS, MAR ADRIÁTICO, FINES DE OCTUBRE DE 19
BUQUE TANQUE MATANZAS, MAR ADRIÁTICO,FINALES DE OCTUBRE DE 1918
Para el Capitán Azpitarte aquella primera travesía con el Matanzas era una verdadera delicia. Con sus 3710 Tm de arqueo no era una buque grande, aunque sí pensaba Azpitarte un gran buque. Moderno, construido como SS Excelsior para la Deutsch-Amerikanische Petroleum Gesellschaft en Stettin en 1894, había sido comprado tras el estallido del conflicto por la subsidiaria panameña de la Standard Oil (1)
http://www.wrecksite.eu/img/wrecks/petrolite_1894.jpg
Al servicio de la Entente, y con la misión de suministrar petroleo y combustible a las fuerzas británicas en las Canarias, había sido apresado por la Marina de Guerra española en junio de 1917 (2).
Despachado para Algeciras con tripulación de presa, sería uno de los buques capturados reservados por el Almirante Bustamante para potenciar y modernizar la flota mercante española. Sumaba a sus características el hecho de su construcción alemana, lo que permitía contar con repuestos, o cuanto menos con toda la información técnica que permitiría su mantenimiento.
La Marina de Guerra había puesto sus ojos en el ex Petrolite, ahora Matanzas, pensando en él como abastecedor de diesel para los submarinos; para lo que esperaba desde principios de 1918 turno para ser dotado de la infraestructura necesaria para su futura misión. Entre tanto, navegaría por cuenta del Ministerio de Armamento, abanderado por la Compañía de Navegación Victoria, conocida como la compañía, y cumpliendo funciones similares a la de la Royal Fleet Auxiliary, a la vez que sus buques actuaban como burladores del bloqueo.
El resultado de la Operación Muntaner, puso al alcance de España ingentes cantidades de petróleo caucasiano; y dada la insuficiente capacidad de refino, los petroleros españoles se dirigían a la refinería austro húngara de Fiume (3), que con una capacidad de 60 mil toneladas antes de la Guerra, era una de las principales de Europa.
Con una demanda austriaca decreciente desde el fin de los combates en el Este de Europa, la aumentada capacidad de refino durante el conflicto se encontraba infrautilizada. Los acuerdos Hispano Austro Húngaros de agosto de 1918, ponían a disposición de España una capacidad de refino de 20 mil Tm anuales. Los petroleros españoles desembarcaban crudo y recogían productos refinados: benzina, diesel, aceites minerales y otors derivados para la industria química y farmaceútica.
Azpitarte observaba desde el puente de mando el modernísimo destructor SMS Uszok, que les escoltaba desde el Canal de Otranto hasta el puerto de Fiume, dada la presencia de submarinos franceses.
El destructor era el último de los puestos en servicio por la KuK Marine, de la clase Erstazt Tatra (4). Según los informes de Azpitarte, aquel destructor era capaz de dar más de 32 nudos; y se habían demostrado como excelentes plataformas para minado, escolta y lucha antisubmarina. Inmediatamente Azpitarte ordenó que el buque austro húngaro fuera profusamente fotografiado, por si sus características eran de interés para el Ministerio de Armamentos; el verdadero armador del Matanzas, a pesar de operar para una empresa de fletes fantasma, para permitir su fondeo en puertos neutrales, aunque pocos quedaban en el Mediterráneo.
De repente, su radioperador le hacía llegar las últimas ordenes del Ministerio. Tan pronto abandonara la escolta austro húnagra en su travesía de regreso a España se dirigiría a un puerto italiano a designar donde desembarcaría el crudo que no hubiera entregado en Fiume para su refino, así como ciertas cantidades de refinados que le serían detallados en puerto por agentes consulares. Azpitarte leía agentes de inteligencia donde decía consulares; y si no debía dar explicaciones a los austriacos, sin duda España comerciaba con productos esenciales con Italia. La orden obligaba a mantener silencio radio. Sí, sin duda se operaba a espaldas de Austriacos y alemanes... ¿a qué acuerdos habían llegado los antiguos enemigos? poco importaba, él como oficial de la Marina de Guerra comisionado en el Minsiterio de Armamento, cumplía ordenes; nada menos que del mismísimo Almirante Bustamante. Un poco de juego de contrabandistas para uno de los más eficaces burladores del bloqueo... no estaba mal. Esperaba que ni austriacos ni alemanes hubieran roto la cifra de la compañía, un galimatías matemático elaborado a partir de las máquinas de Torres Quevedo, que obligaba a los cifradores a estar atentos a los primeros dígitos, que indicaban la cifra exacta empleada. El Ejército y la Marina de Guerra la habían desechado por su complejidad, no así el Ministerio de Armamento.
(1) http://www.wrecksite.eu/wreck.aspx?168397
(2) Realmente hundido frente a las costas marroquíes el 10 de junio de 1917.
(3) http://www.ina.hr/default.aspx?id=269
(4) http://oaji.net/articles/232-1394874412.pdf
Para el Capitán Azpitarte aquella primera travesía con el Matanzas era una verdadera delicia. Con sus 3710 Tm de arqueo no era una buque grande, aunque sí pensaba Azpitarte un gran buque. Moderno, construido como SS Excelsior para la Deutsch-Amerikanische Petroleum Gesellschaft en Stettin en 1894, había sido comprado tras el estallido del conflicto por la subsidiaria panameña de la Standard Oil (1)
http://www.wrecksite.eu/img/wrecks/petrolite_1894.jpg
Al servicio de la Entente, y con la misión de suministrar petroleo y combustible a las fuerzas británicas en las Canarias, había sido apresado por la Marina de Guerra española en junio de 1917 (2).
Despachado para Algeciras con tripulación de presa, sería uno de los buques capturados reservados por el Almirante Bustamante para potenciar y modernizar la flota mercante española. Sumaba a sus características el hecho de su construcción alemana, lo que permitía contar con repuestos, o cuanto menos con toda la información técnica que permitiría su mantenimiento.
La Marina de Guerra había puesto sus ojos en el ex Petrolite, ahora Matanzas, pensando en él como abastecedor de diesel para los submarinos; para lo que esperaba desde principios de 1918 turno para ser dotado de la infraestructura necesaria para su futura misión. Entre tanto, navegaría por cuenta del Ministerio de Armamento, abanderado por la Compañía de Navegación Victoria, conocida como la compañía, y cumpliendo funciones similares a la de la Royal Fleet Auxiliary, a la vez que sus buques actuaban como burladores del bloqueo.
El resultado de la Operación Muntaner, puso al alcance de España ingentes cantidades de petróleo caucasiano; y dada la insuficiente capacidad de refino, los petroleros españoles se dirigían a la refinería austro húngara de Fiume (3), que con una capacidad de 60 mil toneladas antes de la Guerra, era una de las principales de Europa.
Con una demanda austriaca decreciente desde el fin de los combates en el Este de Europa, la aumentada capacidad de refino durante el conflicto se encontraba infrautilizada. Los acuerdos Hispano Austro Húngaros de agosto de 1918, ponían a disposición de España una capacidad de refino de 20 mil Tm anuales. Los petroleros españoles desembarcaban crudo y recogían productos refinados: benzina, diesel, aceites minerales y otors derivados para la industria química y farmaceútica.
Azpitarte observaba desde el puente de mando el modernísimo destructor SMS Uszok, que les escoltaba desde el Canal de Otranto hasta el puerto de Fiume, dada la presencia de submarinos franceses.
El destructor era el último de los puestos en servicio por la KuK Marine, de la clase Erstazt Tatra (4). Según los informes de Azpitarte, aquel destructor era capaz de dar más de 32 nudos; y se habían demostrado como excelentes plataformas para minado, escolta y lucha antisubmarina. Inmediatamente Azpitarte ordenó que el buque austro húngaro fuera profusamente fotografiado, por si sus características eran de interés para el Ministerio de Armamentos; el verdadero armador del Matanzas, a pesar de operar para una empresa de fletes fantasma, para permitir su fondeo en puertos neutrales, aunque pocos quedaban en el Mediterráneo.
De repente, su radioperador le hacía llegar las últimas ordenes del Ministerio. Tan pronto abandonara la escolta austro húnagra en su travesía de regreso a España se dirigiría a un puerto italiano a designar donde desembarcaría el crudo que no hubiera entregado en Fiume para su refino, así como ciertas cantidades de refinados que le serían detallados en puerto por agentes consulares. Azpitarte leía agentes de inteligencia donde decía consulares; y si no debía dar explicaciones a los austriacos, sin duda España comerciaba con productos esenciales con Italia. La orden obligaba a mantener silencio radio. Sí, sin duda se operaba a espaldas de Austriacos y alemanes... ¿a qué acuerdos habían llegado los antiguos enemigos? poco importaba, él como oficial de la Marina de Guerra comisionado en el Minsiterio de Armamento, cumplía ordenes; nada menos que del mismísimo Almirante Bustamante. Un poco de juego de contrabandistas para uno de los más eficaces burladores del bloqueo... no estaba mal. Esperaba que ni austriacos ni alemanes hubieran roto la cifra de la compañía, un galimatías matemático elaborado a partir de las máquinas de Torres Quevedo, que obligaba a los cifradores a estar atentos a los primeros dígitos, que indicaban la cifra exacta empleada. El Ejército y la Marina de Guerra la habían desechado por su complejidad, no así el Ministerio de Armamento.
(1) http://www.wrecksite.eu/wreck.aspx?168397
(2) Realmente hundido frente a las costas marroquíes el 10 de junio de 1917.
(3) http://www.ina.hr/default.aspx?id=269
(4) http://oaji.net/articles/232-1394874412.pdf
Última edición por urquhart el 17 Oct 2014, 11:51, editado 1 vez en total.
Razón: Mejoras estilísticas.
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Tempus Fugit
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
PETAIN CONTRA LAS CUERDAS.
Para Petain la llegada de reservas no había servido para paliar la inferioridad de sus fuerzas y los cálculos más conservadores daban al enemigo una ventaja de 2 a 1 en aquel frente. En los últimos tiempos incluso se había detectado una unidad austrohúngara en la zona de Cataluña, si aquella noticia se confirmaba, y los austrohúngaros estaban enviando refuerzos a España, era evidente que el destino de Francia estaba sellado. Sería imposible para ellos el mantener la defensa contra una coalición de enemigos.
El 21 de octubre la flota norteamericana abandono Tolón para dirigirse a Alejandría y desde allí a Suez, abandonando el Mediterráneo a través del canal. Tras ellos se quedaron 4 destructores, demasiado averiados para hacer el largo trayecto hasta su hogar. Afortunadamente no tuvieron sorpresas desagradables durante la huida, y tan solo sufrirían un ataque cerca de Malta por parte de dos hidroaviones que no causaron daños. Sin embargo el destructor USS Lamson se hundiría al chocar con una mina cerca de Alejandría, y el USS Roe sería torpedeado mientras cubría la entrada de la flota en el canal.
Desde meses atrás el canal de Suez se había convertido en la línea divisoria que separaba las zonas británicas, al Oeste, de la alemana al Este del canal. Los alemanes habían establecido varios puntos fuertes en las cercanías en los que situaron baterías de artillería pesada, principalmente cañones de 150mm y obuses de 210mm, desde la que amenazaban la navegación por el canal, que si bien no estaba cerrado, si había quedado seriamente amenazado. Aquellas posiciones con guarnición germana habían sido utilizadas hasta entonces como depósitos de suministros, en los que acumulaban alimentos y municiones para las columnas turcas que atacaban de tanto en tanto el propio canal. Hasta ese momento siempre habían logrado rechazar los ataques, pero igualmente habían sido rechazados en sus intentos de destruir aquellas posiciones enemigas.
El 26 de octubre los buques de Rodman abandonaban aquellas aguas como los cruceros de batalla hicieran dos días atrás, navegando durante la noche para dificultar la puntería de los artilleros alemanes que no tardaron en abrir fuego sobre el canal, mientras desde el otro lado la artillería británica respondía con fuerza, tratando de proteger a la flota. Pronto lograrían los primeros impactos, afortunadamente el blindaje de los acorazados respondió con soltura, y aunque muchos de los buques recibieron daños en mayor o menor medida, si evitaron que los acorazados sufriesen daños demasiado graves. Los destructores en cambio no tendrían tanta suerte, y los Warrington, Ammen, y Jouett, serían dañados y hundidos por sus tripulaciones el día siguiente, al no poder afrontar el viaje de regreso circunnavegando África. Días después el ejército británico empezaría a evacuar Egipto al serle imposible afrontar la amenaza de un ejército enemigo al Este en el Sinai, y otro al Oeste en Tobruk, sobre todo sin el concurso de la flota. Además la situación era tan grave en Francia que se requerían todas las fuerzas que fuese posible reunir.
La flota francesa había quedado sola en el Mediterráneo, y aunque aún era una flota considerable los mayores efectos de la retirada aliada se harían sentir en tierra, donde la noticia cayó como un cubo de agua fría entre los hombres que combatían en Flandes y los pirineos.
Precisamente en los pirineos la evacuación del entrante de Irún por parte del 6º Ejército británico había finalizado. La operación se realizó con rapidez y eficacia, pese a lo cual 30.000 hombres que formaban la retaguardia serían capturados por el contraataque español que también capturo 59 cañones e importantes cantidades de suministros. Con ello la guarnición de San Carlos, en el Cabo Higuer era liberada tras cuatro meses de asedio. Tan solo la dureza de sus defensas de hormigón armado y la falta de artillería de sitio británica había evitado la caída del último bastión guipuzcoano.
El 24 de octubre el general Petain se tuvo que enfrentar a la evidencia. Las fuerzas enemigas estaban superando su línea por el Este, y él no tenía más reservas que mandar a cerrar aquella brecha. El frente se extendía desde San Juan de Luz a Lourdes, pese a lo que las fuerzas enemigas seguían avanzando hacia el Este para superar su línea, ya demasiado extendida. Además le faltaba artillería, y la moral de sus hombres estaba por los suelos, pese a ello los soldados aun respondían y confiaban en su comandante, arrastrados por el mito que nació en Verdún. El 26 el Cuerpo de Ejército del Maestrazgo llegaría a las afueras de Bagneres de Bigorre. Mientras tanto el de Navarra haría otro tanto llegando a las afueras de Tarbes, donde Petain había destacado una división que protegía el norte del río. Borja que ya había ganado suficiente espacio para maniobrar ordeno a los navarros que se atrincherasen y protegiesen el flanco durante la siguiente maniobra.
El día 27 el general Borja se permitió visitar el frente en la zona de Lesaca, visitando las posiciones enemigas abandonadas por la retirada de la semana anterior. Línea tras línea de trincheras se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Las casas habían sido convertidas en pequeñas fortalezas, las colinas en puestos de observación, y las vaguadas y barrancos en refugios. Ocultas bajo los árboles y en las lindes de los caminos se habían construido trincheras, nidos de ametralladoras, posiciones de artillería, y obstáculos cuidadosamente dispuestos para guiar a una fuerza asaltante directamente frente a los cañones de las armas de los defensores. El enemigo sabía que ese era el lugar más expuesto y había actuado en consonancia, dispuesto a convertir un ataque enemigo en un infierno. De momento llevaba recorridos 11 kilómetros y aún seguía encontrando trincheras en su camino hacia el mar. Sudaba solo de pensar en que hubiese sucedido de atacar en aquella zona. Sin duda sus bajas se hubiesen contado por cientos de miles como ocurría a los alemanes en el norte.
el día 29 el general Borja tenía dos cuerpos de ejército amenazando el flanco enemigo, y podía lanzar la siguiente fase de la operación. El cuerpo de Ejército de Navarra permanecería en la zona para proteger la retaguardia de sus fuerzas de maniobra, mientras el del Maestrazgo al que posteriormente se unirían el de Levante y el de Andalucía marcharían al Noroeste, atacando a las fuerzas enemigas por el flanco y la retaguardia. Los agotados soldados se pusieron en pie una vez más y se prepararon para marchar, tan solo la moral de un ejército vencedor parecía impulsar sus cansados y doloridos pies, sin embargo no tuvo esa posibilidad.
Pero Petain sabía que había sido flanqueado y la única opción que le restaba a parte de una resistencia a ultranza que destruiría sus ejércitos con una combinación de ataques frontales y por la retaguardia, era una retirada generalizada hasta el río Adour. En el mejor de los casos era de esperar que en esa operación miles de hombres fuesen capturados al quedar rezagados, sin olvidar que abandonarían miles de toneladas de material militar y suministros. El río era sin embargo su única opción de establecer una línea estable y fácilmente defendible aun en inferioridad numérica…pero eso dejaría al ejército que continuaba en el frente de Provenza aislado, y se vería obligado a enviar varias divisiones de refuerzo a proteger su flanco o a que retrocediese a su vez al Norte del canal de Midi.
Tras mucho dudarlo ordeno la retirada a una nueva posición defensiva al norte.
Para Petain la llegada de reservas no había servido para paliar la inferioridad de sus fuerzas y los cálculos más conservadores daban al enemigo una ventaja de 2 a 1 en aquel frente. En los últimos tiempos incluso se había detectado una unidad austrohúngara en la zona de Cataluña, si aquella noticia se confirmaba, y los austrohúngaros estaban enviando refuerzos a España, era evidente que el destino de Francia estaba sellado. Sería imposible para ellos el mantener la defensa contra una coalición de enemigos.
El 21 de octubre la flota norteamericana abandono Tolón para dirigirse a Alejandría y desde allí a Suez, abandonando el Mediterráneo a través del canal. Tras ellos se quedaron 4 destructores, demasiado averiados para hacer el largo trayecto hasta su hogar. Afortunadamente no tuvieron sorpresas desagradables durante la huida, y tan solo sufrirían un ataque cerca de Malta por parte de dos hidroaviones que no causaron daños. Sin embargo el destructor USS Lamson se hundiría al chocar con una mina cerca de Alejandría, y el USS Roe sería torpedeado mientras cubría la entrada de la flota en el canal.
Desde meses atrás el canal de Suez se había convertido en la línea divisoria que separaba las zonas británicas, al Oeste, de la alemana al Este del canal. Los alemanes habían establecido varios puntos fuertes en las cercanías en los que situaron baterías de artillería pesada, principalmente cañones de 150mm y obuses de 210mm, desde la que amenazaban la navegación por el canal, que si bien no estaba cerrado, si había quedado seriamente amenazado. Aquellas posiciones con guarnición germana habían sido utilizadas hasta entonces como depósitos de suministros, en los que acumulaban alimentos y municiones para las columnas turcas que atacaban de tanto en tanto el propio canal. Hasta ese momento siempre habían logrado rechazar los ataques, pero igualmente habían sido rechazados en sus intentos de destruir aquellas posiciones enemigas.
El 26 de octubre los buques de Rodman abandonaban aquellas aguas como los cruceros de batalla hicieran dos días atrás, navegando durante la noche para dificultar la puntería de los artilleros alemanes que no tardaron en abrir fuego sobre el canal, mientras desde el otro lado la artillería británica respondía con fuerza, tratando de proteger a la flota. Pronto lograrían los primeros impactos, afortunadamente el blindaje de los acorazados respondió con soltura, y aunque muchos de los buques recibieron daños en mayor o menor medida, si evitaron que los acorazados sufriesen daños demasiado graves. Los destructores en cambio no tendrían tanta suerte, y los Warrington, Ammen, y Jouett, serían dañados y hundidos por sus tripulaciones el día siguiente, al no poder afrontar el viaje de regreso circunnavegando África. Días después el ejército británico empezaría a evacuar Egipto al serle imposible afrontar la amenaza de un ejército enemigo al Este en el Sinai, y otro al Oeste en Tobruk, sobre todo sin el concurso de la flota. Además la situación era tan grave en Francia que se requerían todas las fuerzas que fuese posible reunir.
La flota francesa había quedado sola en el Mediterráneo, y aunque aún era una flota considerable los mayores efectos de la retirada aliada se harían sentir en tierra, donde la noticia cayó como un cubo de agua fría entre los hombres que combatían en Flandes y los pirineos.
Precisamente en los pirineos la evacuación del entrante de Irún por parte del 6º Ejército británico había finalizado. La operación se realizó con rapidez y eficacia, pese a lo cual 30.000 hombres que formaban la retaguardia serían capturados por el contraataque español que también capturo 59 cañones e importantes cantidades de suministros. Con ello la guarnición de San Carlos, en el Cabo Higuer era liberada tras cuatro meses de asedio. Tan solo la dureza de sus defensas de hormigón armado y la falta de artillería de sitio británica había evitado la caída del último bastión guipuzcoano.
El 24 de octubre el general Petain se tuvo que enfrentar a la evidencia. Las fuerzas enemigas estaban superando su línea por el Este, y él no tenía más reservas que mandar a cerrar aquella brecha. El frente se extendía desde San Juan de Luz a Lourdes, pese a lo que las fuerzas enemigas seguían avanzando hacia el Este para superar su línea, ya demasiado extendida. Además le faltaba artillería, y la moral de sus hombres estaba por los suelos, pese a ello los soldados aun respondían y confiaban en su comandante, arrastrados por el mito que nació en Verdún. El 26 el Cuerpo de Ejército del Maestrazgo llegaría a las afueras de Bagneres de Bigorre. Mientras tanto el de Navarra haría otro tanto llegando a las afueras de Tarbes, donde Petain había destacado una división que protegía el norte del río. Borja que ya había ganado suficiente espacio para maniobrar ordeno a los navarros que se atrincherasen y protegiesen el flanco durante la siguiente maniobra.
El día 27 el general Borja se permitió visitar el frente en la zona de Lesaca, visitando las posiciones enemigas abandonadas por la retirada de la semana anterior. Línea tras línea de trincheras se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Las casas habían sido convertidas en pequeñas fortalezas, las colinas en puestos de observación, y las vaguadas y barrancos en refugios. Ocultas bajo los árboles y en las lindes de los caminos se habían construido trincheras, nidos de ametralladoras, posiciones de artillería, y obstáculos cuidadosamente dispuestos para guiar a una fuerza asaltante directamente frente a los cañones de las armas de los defensores. El enemigo sabía que ese era el lugar más expuesto y había actuado en consonancia, dispuesto a convertir un ataque enemigo en un infierno. De momento llevaba recorridos 11 kilómetros y aún seguía encontrando trincheras en su camino hacia el mar. Sudaba solo de pensar en que hubiese sucedido de atacar en aquella zona. Sin duda sus bajas se hubiesen contado por cientos de miles como ocurría a los alemanes en el norte.
el día 29 el general Borja tenía dos cuerpos de ejército amenazando el flanco enemigo, y podía lanzar la siguiente fase de la operación. El cuerpo de Ejército de Navarra permanecería en la zona para proteger la retaguardia de sus fuerzas de maniobra, mientras el del Maestrazgo al que posteriormente se unirían el de Levante y el de Andalucía marcharían al Noroeste, atacando a las fuerzas enemigas por el flanco y la retaguardia. Los agotados soldados se pusieron en pie una vez más y se prepararon para marchar, tan solo la moral de un ejército vencedor parecía impulsar sus cansados y doloridos pies, sin embargo no tuvo esa posibilidad.
Pero Petain sabía que había sido flanqueado y la única opción que le restaba a parte de una resistencia a ultranza que destruiría sus ejércitos con una combinación de ataques frontales y por la retaguardia, era una retirada generalizada hasta el río Adour. En el mejor de los casos era de esperar que en esa operación miles de hombres fuesen capturados al quedar rezagados, sin olvidar que abandonarían miles de toneladas de material militar y suministros. El río era sin embargo su única opción de establecer una línea estable y fácilmente defendible aun en inferioridad numérica…pero eso dejaría al ejército que continuaba en el frente de Provenza aislado, y se vería obligado a enviar varias divisiones de refuerzo a proteger su flanco o a que retrocediese a su vez al Norte del canal de Midi.
Tras mucho dudarlo ordeno la retirada a una nueva posición defensiva al norte.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Interesante, ¿Cómo sentará en el gobierno Francés esta nueva retirada?. Quizás acelere el desenlace, no creo que les convenga esperar mucho más a negociar, si la situación se agrava aún más y les ocupan más territorio, estarán en un posición peor de cara a las condiciones.
Aunque quizás aun guardan algún as en la manga.
Saludos.
Aunque quizás aun guardan algún as en la manga.
Saludos.
- Llanero
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Hola a todos !!
¿ Llegaremos a París ?
Cordiales saludos,
¿ Llegaremos a París ?
Cordiales saludos,
ספרד תמיד עם ישראל
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
La paz luego habría que saber gestionarla porque podría producirse un derrumbe económico posterior al armisticio como sucedió en varias ocasiones.
No necesariamente, el ejército japonés en las Filipinas podría quedar aislado si España destruye la flota japonesa.
Y este no es el Japón militarista de la 2ª GM, sino que hay una democracia incipiente que podría incluso aprovechar las derrotas para depurar al mando militar y realizar más reformas, reorientándose.
astute escribió:España está agotada en todos los aspectos,y la campaña de re-conquista sería larga,3 años mínimo salvo que los Japos quieran rendirse, que no creo.
No necesariamente, el ejército japonés en las Filipinas podría quedar aislado si España destruye la flota japonesa.
Y este no es el Japón militarista de la 2ª GM, sino que hay una democracia incipiente que podría incluso aprovechar las derrotas para depurar al mando militar y realizar más reformas, reorientándose.
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
¡TEMPESTAD!
El 1 de noviembre los combates seguían sucediéndose en Flandes, donde las operaciones Michael y Georgette habían llevado contra las cuerdas a los ejércitos de la Entente.
En Michael los ejércitos británicos respondieron con dureza y defendieron duramente sus posiciones, y pese a la perdida territorial lograron contener a sus enemigos con la ayuda de las reservas enviadas por sus aliados norteamericanos y franceses. Sin embargo la batalla de Lys había de ser diferente. Los primeros compases de la batalla fueron muy similares a los librados en otras ocasiones, y a las ganancias territoriales alemanas seguía una batalla de desgaste que agotaba el impulso de los atacantes. Por desgracia pocos días después había de empezar la Operación Cimitarra en el sur, y pronto cinco divisiones que allí combatían tuvieron que ser apartadas apresuradamente del frente para su envío urgente a los pirineos. Esto provocaría un vacío que ser haría sentir especialmente en la batalla de Kemel, cuando el mariscal Foch no logro enviar tropas de refuerzo a relevar a los agotados británicos, que acabaron cediendo.
El frente por fin se rompió. Ludendorff que empezaba a dudar de haber seguido la estrategia correcta y si debía haber hecho caso al príncipe Albrech, envió más tropas a agrandar la brecha. En aquellos momentos las fuerzas británicas estaban agotadas tras dos meses de combates, los norteamericanos también habían sufrido fuertes bajas a causa de sus tácticas inadecuadas, y los franceses estaban demasiado extendidos y carecían de reservas. El 2 de noviembre era todo el frente de Flandes el que se estaba derrumbando, aunque por fortuna el frente de Lorena aún seguía en pie, los alemanes sin embargo lograrían capturar 42.000 soldados británicos y americanos y 228 cañones, debilitando aún más la capacidad de respuesta enemiga.
Ludendorff sabía que sus tropas estaban exhaustas, pero ante él había aparecido la oportunidad tanto tiempo buscada. El propio Hindemburg se desplazaría hasta el frente para insuflar nuevos ánimos a las tropas, haciéndoles partícipes de la posibilidad de vitoria y la retirada enemiga en todos los frentes. Lilliers y Bethune caerían el 3 y el 5 de noviembre. El mar estaba ahora a poco más de 60 kilómetros, y si lograba alcanzarlo dejaría atrapados cientos de miles de soldados que podrían ser destrozados por sus fuerzas. El impulso del ejército sin embargo se estaba agotando. Los hombres precisaban de descanso, pero eso no significaba que se concediese descanso al enemigo. Ludendorff volvió sus ojos hacia el este, donde aún disponía de tropas frescas en abundancia.
Junto al Aisne el 7º Ejército de Max von Boehn, y el 1º de Bruno von Mudra, con un total de 50 divisiones, aguardaban las órdenes de ataque. Contarían para ello con el apoyo de 5.000 piezas de artillería, que realizaría un duro bombardeo incluyendo el empleo de gases, seguido de un asalto de las Stosstruppen. Frente a ellos los franceses tenían 8 divisiones incluyendo 3 divisiones americanas. El punto central de la defensa se encontraba en el camino de las Damas, de infausto recuerdo para la Entente. En él el general Duquesne había hecho caso omiso a las tácticas defensivas adoptadas en los últimos tiempos y había concentrado a miles de hombres en un expuesto entrante.
El ataque empezaría el 4 de noviembre con una abrumadora preparación de artillería que duró cuatro horas en un sector de unos 17 kilómetros. En el camino de las Damas miles de hombres caerían muertos o heridos a causa del duro bombardeo. Cuando se disiparon los vapores de los gases tóxicos aparecieron los Stosstruppen de 7 divisiones alemanas que asaltaron las líneas francesas que se deshicieron como un azucarillo. En rápida sucesión los alemanes capturaron el Camino de las Damas y avanzaron quince kilómetros siguiendo el Aisne, en el que capturaron varios puentes intactos. La situación era tan tensa que el general Pershing se vio obligado a enviar dos divisiones de refuerzo adicionales.
El día 5 de noviembre esas dos divisiones contraatacaron en Cantigny. El vuelco se había dado. Ahora eran las tropas americanas las que sostenían el frente casi en exclusiva. El ejército francés a duras penas tenía suficientes tropas para mantener sus sectores del frente en los pirineos y en la zona oriental de Francia. Un problema que también azotaba a los británicos, cuyos ejércitos habían quedado deshechos en los años anteriores y ahora dependían de las fuerzas americanas para sostener sus posiciones. Eran también las tropas norteamericanas las que constituían la reserva en todos los frentes y las que protagonizaban los contraataques a las ofensivas alemanas, y con ello eran esas tropas las que acumulaban ahora grandes bajas, al lanzarse en asaltos a la bayoneta contra las ametralladoras. De los cerca de dos millones de soldados llegados desde américa el último año, más de 400.000 habían causado baja durante la ofensiva de verano, y las operaciones posteriores previas a las operaciones Michael y Cimitarra, miles de ellos a causa de una brutal gripe que castigaba especialmente a Francia y Gran Bretaña. Desde entonces otros ciento ochenta mil hombres habían caído muertos, heridos o prisioneros, y las reservas de la Entente se agotaban con rapidez.
En Cantigni el contraataque de las tropas del general Robert Lee Bullard, que fueron apoyadas por carros Schneider CA1 lograría rechazar al XIII cuerpo de ejército del general Hutier, al precio de más de un millar de bajas, aunque logrando capturar dos centenares de prisioneros. Pero eso tan solo era un pequeño revés para los alemanes que el día siguiente lograrían capturar Fere-en-Tardenois, rechazando a la única división francesa y capturando 35.000 hombres. Esa noche los alemanes alcanzaron el Marne.
El 1 de noviembre los combates seguían sucediéndose en Flandes, donde las operaciones Michael y Georgette habían llevado contra las cuerdas a los ejércitos de la Entente.
En Michael los ejércitos británicos respondieron con dureza y defendieron duramente sus posiciones, y pese a la perdida territorial lograron contener a sus enemigos con la ayuda de las reservas enviadas por sus aliados norteamericanos y franceses. Sin embargo la batalla de Lys había de ser diferente. Los primeros compases de la batalla fueron muy similares a los librados en otras ocasiones, y a las ganancias territoriales alemanas seguía una batalla de desgaste que agotaba el impulso de los atacantes. Por desgracia pocos días después había de empezar la Operación Cimitarra en el sur, y pronto cinco divisiones que allí combatían tuvieron que ser apartadas apresuradamente del frente para su envío urgente a los pirineos. Esto provocaría un vacío que ser haría sentir especialmente en la batalla de Kemel, cuando el mariscal Foch no logro enviar tropas de refuerzo a relevar a los agotados británicos, que acabaron cediendo.
El frente por fin se rompió. Ludendorff que empezaba a dudar de haber seguido la estrategia correcta y si debía haber hecho caso al príncipe Albrech, envió más tropas a agrandar la brecha. En aquellos momentos las fuerzas británicas estaban agotadas tras dos meses de combates, los norteamericanos también habían sufrido fuertes bajas a causa de sus tácticas inadecuadas, y los franceses estaban demasiado extendidos y carecían de reservas. El 2 de noviembre era todo el frente de Flandes el que se estaba derrumbando, aunque por fortuna el frente de Lorena aún seguía en pie, los alemanes sin embargo lograrían capturar 42.000 soldados británicos y americanos y 228 cañones, debilitando aún más la capacidad de respuesta enemiga.
Ludendorff sabía que sus tropas estaban exhaustas, pero ante él había aparecido la oportunidad tanto tiempo buscada. El propio Hindemburg se desplazaría hasta el frente para insuflar nuevos ánimos a las tropas, haciéndoles partícipes de la posibilidad de vitoria y la retirada enemiga en todos los frentes. Lilliers y Bethune caerían el 3 y el 5 de noviembre. El mar estaba ahora a poco más de 60 kilómetros, y si lograba alcanzarlo dejaría atrapados cientos de miles de soldados que podrían ser destrozados por sus fuerzas. El impulso del ejército sin embargo se estaba agotando. Los hombres precisaban de descanso, pero eso no significaba que se concediese descanso al enemigo. Ludendorff volvió sus ojos hacia el este, donde aún disponía de tropas frescas en abundancia.
Junto al Aisne el 7º Ejército de Max von Boehn, y el 1º de Bruno von Mudra, con un total de 50 divisiones, aguardaban las órdenes de ataque. Contarían para ello con el apoyo de 5.000 piezas de artillería, que realizaría un duro bombardeo incluyendo el empleo de gases, seguido de un asalto de las Stosstruppen. Frente a ellos los franceses tenían 8 divisiones incluyendo 3 divisiones americanas. El punto central de la defensa se encontraba en el camino de las Damas, de infausto recuerdo para la Entente. En él el general Duquesne había hecho caso omiso a las tácticas defensivas adoptadas en los últimos tiempos y había concentrado a miles de hombres en un expuesto entrante.
El ataque empezaría el 4 de noviembre con una abrumadora preparación de artillería que duró cuatro horas en un sector de unos 17 kilómetros. En el camino de las Damas miles de hombres caerían muertos o heridos a causa del duro bombardeo. Cuando se disiparon los vapores de los gases tóxicos aparecieron los Stosstruppen de 7 divisiones alemanas que asaltaron las líneas francesas que se deshicieron como un azucarillo. En rápida sucesión los alemanes capturaron el Camino de las Damas y avanzaron quince kilómetros siguiendo el Aisne, en el que capturaron varios puentes intactos. La situación era tan tensa que el general Pershing se vio obligado a enviar dos divisiones de refuerzo adicionales.
El día 5 de noviembre esas dos divisiones contraatacaron en Cantigny. El vuelco se había dado. Ahora eran las tropas americanas las que sostenían el frente casi en exclusiva. El ejército francés a duras penas tenía suficientes tropas para mantener sus sectores del frente en los pirineos y en la zona oriental de Francia. Un problema que también azotaba a los británicos, cuyos ejércitos habían quedado deshechos en los años anteriores y ahora dependían de las fuerzas americanas para sostener sus posiciones. Eran también las tropas norteamericanas las que constituían la reserva en todos los frentes y las que protagonizaban los contraataques a las ofensivas alemanas, y con ello eran esas tropas las que acumulaban ahora grandes bajas, al lanzarse en asaltos a la bayoneta contra las ametralladoras. De los cerca de dos millones de soldados llegados desde américa el último año, más de 400.000 habían causado baja durante la ofensiva de verano, y las operaciones posteriores previas a las operaciones Michael y Cimitarra, miles de ellos a causa de una brutal gripe que castigaba especialmente a Francia y Gran Bretaña. Desde entonces otros ciento ochenta mil hombres habían caído muertos, heridos o prisioneros, y las reservas de la Entente se agotaban con rapidez.
En Cantigni el contraataque de las tropas del general Robert Lee Bullard, que fueron apoyadas por carros Schneider CA1 lograría rechazar al XIII cuerpo de ejército del general Hutier, al precio de más de un millar de bajas, aunque logrando capturar dos centenares de prisioneros. Pero eso tan solo era un pequeño revés para los alemanes que el día siguiente lograrían capturar Fere-en-Tardenois, rechazando a la única división francesa y capturando 35.000 hombres. Esa noche los alemanes alcanzaron el Marne.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Mientras eso ocurría en Flandes, en el frente de los pirineos las fuerzas al mando del general Petain estaban abandonando de nuevo el sur de Francia a manos españolas en un intento de salvar a su ejército de la maniobra de tenaza a la que estaba siendo sometido. Petain aún tenía la esperanza de reagruparlo y contraatacar cuando llegasen refuerzos desde América, y había ordenado replegarse en dirección al Adur. Fue una maniobra ejecutada de forma admirable que años después sería enseñada en las academias militares de medio mundo como ejemplo de retirada organizada. Casi todo su ejército lograría evadirse, sin embargo de los 49.000 hombres dejados en unidades de retaguardia para sostener el frente, 33.000 caerían muertos o serían hechos prisioneros. Con ello las bajas de la Entente en el frente sur desde que se iniciara la Operación Cimitarra ascendían a más de 285.000 hombres. Mientras las territoriales se extendían desde Bayona siguiendo el cauce del Adur hasta Tarbes.
Petain sabía sin embargo que seguía enfrentándose a un grave problema. De los alrededor de 580.000 hombres que le restaban, 250.000 cubrían el frente de Provenza hasta entonces inmóvil. En cambio el frente de Aquitania era protegido por tan solo 240.000 soldados agotados por el esfuerzo y con la moral por los suelos por la derrota, estando el resto vigilando en la zona pirenaica un en sus manos. Su enemigo por el contrario ascendía a alrededor de 600.000 hombres tan solo en el sector de Aquitania. Su única ventaja era que las comunicaciones en la zona eran muy deficientes tras los años de guerra, y sin duda sus enemigos tendrían que trabajar muy duro para solventar ese problema. Por desgracia también sabía que en cuestión de semanas estaría preparado para atacar de nuevo, y si él fuese el general enemigo se olvidaría del río Adur y atacaría hacia el Este, en dirección a Provenza y al ejército allí inactivo. Y lo que era peor, sabía que no tendría nada para pararlo.
Pero el general Borja no estaba dispuesto a conceder esa oportunidad a sus enemigos. Aun mientras avanzaba en persecución de sus enemigos, contemplaba todos los escenarios posibles para las próximas batallas. Sabía que su logística estaba sobrecargada, y que sin el uso del ferrocarril las compañías de transporte que avituallaban a su ejército debían esforzarse al máximo para enviar los suministros elementales para la propia subsistencia del ejército. Una ofensiva convencional en esas condiciones era una quimera, pero existían otras opciones.
Desde décadas atrás, donde el resto del mundo pensaba en la división como unidad fundamental de la maniobra, el ejército español había adoptado la columna, una unidad de pequeño tamaño constituida por entre uno y tres batallones de infantería a los que se agregaban algo de artillería, caballería, y servicios como sanidad, postales, transmisiones, etc. Estas unidades tan fundamentales en las guerras irregulares de Cuba y Filipinas serían puestas a prueba en Francia en esos momentos. Aun mientras sus fuerzas avanzaban hacia el norte, en la inmóvil zona de Tarbes, empezaron a formarse las columnas que en breve habían de entrar en acción.
Esa misma noche en la que Petain se planteaba su dilema, la artillería española empezó a disparar en el sector catalán, hasta entonces inactivo. Esta la artillería ferroviaria había quedado atrás, incapaz de seguir al ejército por los ferrocarriles franceses, por lo que tras ser trasladada a Cataluña entro de nuevo en acción. La presión acababa de extenderse a todo el frente pirenaico. Francia estaba ahora obligada a defender frentes activos de más de quinientos kilómetros.
Mientras eso ocurría en tierra, en el mar las cosas tampoco marchaban mejor para los intereses de la Entente. En aquellos precisos instantes la guerra al comercio estaba alcanzando cotas históricas. La Armada española mantenía 14 modernos cruceros auxiliares en el Atlántico, que en ocasiones incursionaban en el Indico, el Pacifico o el Caribe. A diferencia de los cruceros auxiliares de principios de la guerra estos eran buques capturados anteriormente, generalmente de tamaño moderado y de carga, que ejercían funciones tanto de corsarios como en algunos casos de burladores del bloqueo. Por el contrario los grandes cruceros auxiliares de principios del conflicto habían sido transformados en transportes de tropas armados, y aguardaban en reserva para una futura campaña de Filipinas.
No eran estos los únicos enemigos a los que la Entente debía hacer frente en el mar, pues alrededor de la isla de Gran Bretaña actuaban los submarinos alemanes y españoles atacando su comercio y sus unidades militares. Era una guerra dura en la que los medios antisubmarinos británicos habían empezado a ganar la partida hundiendo varios submarinos en el primer semestre del año, sin embargo la situación había dado un vuelco tras la caída de Italia. La llegada de decenas de submarinos trasladados desde el Mediterráneo al Atlántico, y la adopción por parte de los nuevos submarinos oceánicos de nuevas zonas de caza a más de 300 millas de Irlanda, había invalidado la estrategia de convoyes. De resultas de ello los hundimientos volvieron a dispararse en el segundo semestre, precisamente el que aparecieron los nuevos cruceros enemigos para atacar el trafico mercante.
Por desgracia en esos instantes el grueso de la Royal Navy estaba hipotecado en la vigilancia de las dos flotas que amenazaban la existencia de su propia nación. La primera, constituida por la Hochseeflotte permanecía en Wilhelmshaven, atenta a la espera de la menor oportunidad de lanzarse sobre la Great Fleet británica. La segunda formada por una amalgama de buques pertenecientes a Alemania, Austria-Hungría, Turquía y España, permanecía en Ferrol amenazando la costa occidental de Francia y el sur de las islas británicas. Además la presencia de esta flota con acceso a mar abierto, amenazaba las rutas que unían los anteriores con el continente americano y africano obligando a los acorazados británicos a arriesgarse en escoltas de convoyes, lo que los ponía al alcance de los submarinos enemigos.
Esto se pudo comprobar a principios de octubre, cuando el HMS Hercules fue torpedeado durante una misión de escolta al norte de Irlanda. El buque logro seguir navegando pese a haber encajado tres torpedos, pero al día siguiente sufriría un segundo ataque encajando otros dos, esta vez a manos del submarino de clase E Marsopa. Los daños acumulados por los dos ataques eran demasiados, pese a lo que su tripulación lucho con denuedo con el fin de llegar a la costa irlandesa, y tal vez lo habrían logrado de no ser por la tormenta que cayó sobre ellos al atardecer de ese segundo día. Al anochecer del 5 de octubre, tras más de 36 horas de lucha contra los daños y cuando tan solo restaban 95 millas para arribar a Derry, tendría que ser evacuado y hundido con otros dos torpedos lanzados por el destructor HMS Sceptre.
La presión de estas amenazas combinadas, corsaria, submarina, y las flotas de superficie propiamente dichas era tanta, que muchas naciones neutrales se negaban a negociar con Gran Bretaña. A finales de octubre por primera vez se registraron cinco días seguidos sin que llegase ningún buque mercante a las islas británicas. El desabastecimiento y el hambre empezaron a ser una posibilidad muy real.
Petain sabía sin embargo que seguía enfrentándose a un grave problema. De los alrededor de 580.000 hombres que le restaban, 250.000 cubrían el frente de Provenza hasta entonces inmóvil. En cambio el frente de Aquitania era protegido por tan solo 240.000 soldados agotados por el esfuerzo y con la moral por los suelos por la derrota, estando el resto vigilando en la zona pirenaica un en sus manos. Su enemigo por el contrario ascendía a alrededor de 600.000 hombres tan solo en el sector de Aquitania. Su única ventaja era que las comunicaciones en la zona eran muy deficientes tras los años de guerra, y sin duda sus enemigos tendrían que trabajar muy duro para solventar ese problema. Por desgracia también sabía que en cuestión de semanas estaría preparado para atacar de nuevo, y si él fuese el general enemigo se olvidaría del río Adur y atacaría hacia el Este, en dirección a Provenza y al ejército allí inactivo. Y lo que era peor, sabía que no tendría nada para pararlo.
Pero el general Borja no estaba dispuesto a conceder esa oportunidad a sus enemigos. Aun mientras avanzaba en persecución de sus enemigos, contemplaba todos los escenarios posibles para las próximas batallas. Sabía que su logística estaba sobrecargada, y que sin el uso del ferrocarril las compañías de transporte que avituallaban a su ejército debían esforzarse al máximo para enviar los suministros elementales para la propia subsistencia del ejército. Una ofensiva convencional en esas condiciones era una quimera, pero existían otras opciones.
Desde décadas atrás, donde el resto del mundo pensaba en la división como unidad fundamental de la maniobra, el ejército español había adoptado la columna, una unidad de pequeño tamaño constituida por entre uno y tres batallones de infantería a los que se agregaban algo de artillería, caballería, y servicios como sanidad, postales, transmisiones, etc. Estas unidades tan fundamentales en las guerras irregulares de Cuba y Filipinas serían puestas a prueba en Francia en esos momentos. Aun mientras sus fuerzas avanzaban hacia el norte, en la inmóvil zona de Tarbes, empezaron a formarse las columnas que en breve habían de entrar en acción.
Esa misma noche en la que Petain se planteaba su dilema, la artillería española empezó a disparar en el sector catalán, hasta entonces inactivo. Esta la artillería ferroviaria había quedado atrás, incapaz de seguir al ejército por los ferrocarriles franceses, por lo que tras ser trasladada a Cataluña entro de nuevo en acción. La presión acababa de extenderse a todo el frente pirenaico. Francia estaba ahora obligada a defender frentes activos de más de quinientos kilómetros.
Mientras eso ocurría en tierra, en el mar las cosas tampoco marchaban mejor para los intereses de la Entente. En aquellos precisos instantes la guerra al comercio estaba alcanzando cotas históricas. La Armada española mantenía 14 modernos cruceros auxiliares en el Atlántico, que en ocasiones incursionaban en el Indico, el Pacifico o el Caribe. A diferencia de los cruceros auxiliares de principios de la guerra estos eran buques capturados anteriormente, generalmente de tamaño moderado y de carga, que ejercían funciones tanto de corsarios como en algunos casos de burladores del bloqueo. Por el contrario los grandes cruceros auxiliares de principios del conflicto habían sido transformados en transportes de tropas armados, y aguardaban en reserva para una futura campaña de Filipinas.
No eran estos los únicos enemigos a los que la Entente debía hacer frente en el mar, pues alrededor de la isla de Gran Bretaña actuaban los submarinos alemanes y españoles atacando su comercio y sus unidades militares. Era una guerra dura en la que los medios antisubmarinos británicos habían empezado a ganar la partida hundiendo varios submarinos en el primer semestre del año, sin embargo la situación había dado un vuelco tras la caída de Italia. La llegada de decenas de submarinos trasladados desde el Mediterráneo al Atlántico, y la adopción por parte de los nuevos submarinos oceánicos de nuevas zonas de caza a más de 300 millas de Irlanda, había invalidado la estrategia de convoyes. De resultas de ello los hundimientos volvieron a dispararse en el segundo semestre, precisamente el que aparecieron los nuevos cruceros enemigos para atacar el trafico mercante.
Por desgracia en esos instantes el grueso de la Royal Navy estaba hipotecado en la vigilancia de las dos flotas que amenazaban la existencia de su propia nación. La primera, constituida por la Hochseeflotte permanecía en Wilhelmshaven, atenta a la espera de la menor oportunidad de lanzarse sobre la Great Fleet británica. La segunda formada por una amalgama de buques pertenecientes a Alemania, Austria-Hungría, Turquía y España, permanecía en Ferrol amenazando la costa occidental de Francia y el sur de las islas británicas. Además la presencia de esta flota con acceso a mar abierto, amenazaba las rutas que unían los anteriores con el continente americano y africano obligando a los acorazados británicos a arriesgarse en escoltas de convoyes, lo que los ponía al alcance de los submarinos enemigos.
Esto se pudo comprobar a principios de octubre, cuando el HMS Hercules fue torpedeado durante una misión de escolta al norte de Irlanda. El buque logro seguir navegando pese a haber encajado tres torpedos, pero al día siguiente sufriría un segundo ataque encajando otros dos, esta vez a manos del submarino de clase E Marsopa. Los daños acumulados por los dos ataques eran demasiados, pese a lo que su tripulación lucho con denuedo con el fin de llegar a la costa irlandesa, y tal vez lo habrían logrado de no ser por la tormenta que cayó sobre ellos al atardecer de ese segundo día. Al anochecer del 5 de octubre, tras más de 36 horas de lucha contra los daños y cuando tan solo restaban 95 millas para arribar a Derry, tendría que ser evacuado y hundido con otros dos torpedos lanzados por el destructor HMS Sceptre.
La presión de estas amenazas combinadas, corsaria, submarina, y las flotas de superficie propiamente dichas era tanta, que muchas naciones neutrales se negaban a negociar con Gran Bretaña. A finales de octubre por primera vez se registraron cinco días seguidos sin que llegase ningún buque mercante a las islas británicas. El desabastecimiento y el hambre empezaron a ser una posibilidad muy real.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
- Xenophonte
- Teniente Coronel
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- Registrado: 18 Feb 2014, 14:35
Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
No es irónico que Albion sufra en esta guerra por las mismas táctica que empleara siglos atras contra España?
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- Sargento Segundo
- Mensajes: 312
- Registrado: 14 Oct 2014, 13:05
Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
A los británicos les toca empezar a sudar a ver cuanto tardan en empezar las protestas ante la carestía de productos.
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- Cabo
- Mensajes: 139
- Registrado: 21 Jun 2013, 08:34
- Ubicación: En la soleada Vizcaya
Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Hola:
Llegado a este punto casi, casi, nos veo tocando la victoria con la punta de los dedos. La verdad es que poco ha sido el efecto que había leído hasta ahora sobre la gripe que también nos habrá afectado a nosotros.
Si tuviéramos aún al general Silvestre en nuestras filas podría ser el momento de hacerle darse otra vueltita por Francia, tal y como están ahora las cosas seguro que suponía algo más que una molestia, me viene a la memoria cierta película protagonizada por John Wayne cuyo título no recuerdo y que trataba sobre una incursión yankee en el sur, obviamente durante su guerra civil.
En todo caso espero que nos lleguen las fuerzas para poder gritar dentro de poco en el mercado: ¡Oso! ¡Pieles de oso a buen precio! ¡No dejen de comprar sus pieles de oso! ¡Albo pérfido, rojo gabacho o verde yankee! ¡Oso, pieles de oso!
UN saludo
Llegado a este punto casi, casi, nos veo tocando la victoria con la punta de los dedos. La verdad es que poco ha sido el efecto que había leído hasta ahora sobre la gripe que también nos habrá afectado a nosotros.
Si tuviéramos aún al general Silvestre en nuestras filas podría ser el momento de hacerle darse otra vueltita por Francia, tal y como están ahora las cosas seguro que suponía algo más que una molestia, me viene a la memoria cierta película protagonizada por John Wayne cuyo título no recuerdo y que trataba sobre una incursión yankee en el sur, obviamente durante su guerra civil.
En todo caso espero que nos lleguen las fuerzas para poder gritar dentro de poco en el mercado: ¡Oso! ¡Pieles de oso a buen precio! ¡No dejen de comprar sus pieles de oso! ¡Albo pérfido, rojo gabacho o verde yankee! ¡Oso, pieles de oso!
UN saludo
- Xenophonte
- Teniente Coronel
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