Puerto de Cantón (Guangzhou), Guangdong.
Desde que abordó el vetusto “Hai Yuan” de la Compañía China de Vapores Mercantes que cubría la ruta entre el Callao y Cantón, el Tte. de Navío Manuel Vierna no había tenido descanso en su aprendizaje. Viajaba con un comerciante de la entera confianza de Arturo Chang Tac y sobre todo, del patriarca Lei Wang Lu y hakka (1) como él, Che Bao Shan o Aurelio Bao como se le conocía en Lima, que había sido marinero en su juventud. Durante el trayecto, Bao había enseñado a Vierna los fundamentos tanto de chino mandarín como de cantonés, pues era indispensable que el marino supiese como expresarse mínimamente.
Luego de 26 días de travesía llegaron al bullicioso puerto de Cantón. Casi de inmediato y sin salir del puerto, se dirigieron a una dársena para sampanes y juncos.
- Señor Vierna, vamos a ver sus barcos.
- Vamos! El puerto es muy activo.
- Si, desde aquí el tráfico con Nanyang es grande, el comercio ultramarino también – dijo Bao mientras caminaban, cuando llegaron ante un junco pintado de rojo exclamo – Allí está!
- Es de unas dimensiones aceptables – aprecio Vierna – la madera es teca. Le calculo a ojo de buen cubero unas 350 toneladas. Cuantos hombres hombres necesita como dotación?
- Puede moverse con 6. Pero lo haría mejor con diez. Un junco grande, como los que ve allá –dijo señalando a uno de unas 800 toneladas - no necesita mas de 30.
- Nada más?
- Así entra más carga.
- Sin embargo, Sr. Bao, no se le nota muy veloz.
- Sus formas son rechonchas, pero con buen viento es sorprendentemente rápido. Y muy fuertes, navegan bien con mares bravos.
- Y los vapores?
- Tenemos que remontar el río en sampán.
Se montaron en uno pequeño que a fuerza de remo los llevo a un fondeadero lejano en donde estaban acoderados dos pequeños sloops de tres palos.
- Sr. Bao, esos buques no han navegado en años.
- Si, los ingleses los vendieron en 1904, y fueron operados comercialmente unos pocos años, pero eran vapores, mucho más caros de navegar que un junco, y transportaban menos carga.
- Y como veleros?
- Más veloces que un junco, pero necesitan más gente.
- Cuál es el estado de las maquinas?
- Aún funcionan… La ventaja es que pueden salir del puerto sin llamar la atención.
- Vamos a inspeccionarlos – Vierna comprobó que pese a su abandono, las cuadernas de hierro, el casco de teca y el forro de cobre no se habían deteriorado. Era imposible saber el estado de las maquinas hasta no encender las calderas y rogar al Cielo para que no reventasen los tubos. Al menos las maquina eran Rennie, lo que era auspicioso.
- Cuando eran cañoneros ingleses se llamaban Daphne y Swallow.
- Veo que tienen dos ejes, un lujo para unas cañoneras que no se si nos podamos permitir.
- Era lo único disponible, supongo que por eso era comercialmente caro.
- Al menos las dos máquinas no sobrepasan la línea de flotación.
- Eso influye en algo, teniente?
- Si... cuando te están cañoneando – sonrió Vierna - Pero hace más apretujada la sala de maquinas. Cuando estarán listos?
- Apenas los adquirimos empezamos a limpiarlos, pero falta trabajar más. No tenemos muchos maquinistas. En un mes.
- Y los juncos?
- Pueden zarpar apenas estén cargados.
- Tripulantes? Hay chinos de Filipinas?
- Sí, y también tagalos.
- Tiene hombres de confianza?
- Sí, pun ti (2) y hakka.
- Voy a enrolar 2 de los suyos por junco, el resto hasta completar 8, tagalos o chino-filipinos.
A los dos días, el Tte. de Navio Vierna pudo comprobar que los socios chinos de Ramiro de Maetzu habían cumplido su parte: obtenidos directamente de arsenales chinos habían 200 fusiles Hanyang 88, 200 yanmadao de buen acero y 500 mil balas. El resto llegaría a pocos, en cerca de un mes. Diligentemente, los empleados de Lei Wang y Chang Tac habian embalado los fusiles y municiones en barriles, que eran faciles de transportar y embarcar. Luego de cargar durante la noche a los juncos Ao Quin y Ao Guang (3), Vierna embarco en el primero y en la madrugada del 25 de Enero, zarpó al encuentro de Azlan.
(1) Hakka: Etnia itinerante de China, originalmente del centro del país, migraron hacia el sur en el siglo desde la Dinastía Tang (siglo X). Posteriormente migraron al SE asiático y a través del Pacifico.
(2) Pun ti: Cantoneses nativos de la zona del Rio Perla (Guandong).
(3) Ao Qin: Rey Dragón del Mar del Sur; Ao Guang: rey Dragón del Mar del Este.
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reytuerto
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Urbano Calleja
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Marzo de 1919
CADIZ, REAL ARSENAL, FABRICA DE LA SECN
Los más de cincuenta miembros del equipo de desarrollo de la pieza de 380mm estaban sentados alrededor de una mesa improvisada montada sobre caballetes del taller.
En dos hornos montados para ocasión con ladrillos de refractario desechados de la fundición, sendos marranos abiertos en canal iban girando mientras se hacían al fuego. Dos barriles de vino y cerveza (este último a cargo de Kupka, importado directamente de la fábrica de cerveza de Pilsner, en Bohemia) estaban preparados, y la mesa rebosaba de queso y embutido.
Una visión que, a quienes llevaban años de guerra, se les asemejaba un paraíso hecho realidad.
A petición de Vladimir Kukpa, el Ministro Bustamante había intercedido para autorizar el evento como forma de agradecer a todo el equipo (fundidores y peones incluidos) el trabajo realizado en la puesta en marcha de la trinchera y el éxito logrado en los proyectos críticos para los intereses españoles. Las piezas de 305mm eran una realidad y el pedido de la Marina seria concluido ese mismo año, una vez la última de las 25 piezas fuera completada.
Las piezas de 380mm, desde el día anterior, era otra realidad. En las pruebas realizadas en el polígono de tiro de la factoría, las dos piezas experimentales montadas con los nuevos segmentos habían completado con total satisfacción los requerimientos de la Marina, llenando a Kupka de orgullo hasta un extremos que este nunca sospecho.
El grupo responsable del desarrollo de la unidad de artillería pesada del real Arsenal de Cádiz esperaba a la llegada de Vladimir Kupka y el grupo de cinco ingenieros y técnicos que habían asistido a las pruebas. Todos ellos tenían un humor excelente y los signos de camaradería eran evidentes.
Tenían motivos para estar orgullosos. Los cimientos de una factoría capaz y un grupo de gente competente para realizar nuevos proyectos estaban fundados. Ahora que el desarrollo de los 380mm estaba completado y la guerra parecía empezar a frenar, podrían enfocar sus esfuerzos en dirección a los procesos y calidad del acero, como Bustamante le anticipo a Kupka hacia un par de meses.
Era hora de emplear lo aprendido en trasladar el éxito militar a la industria civil y lograr un impacto vital en la economía de un país que necesitaba recuperarse.
OFICINAS TECNICAS DE LA HISPANO SUIZA, BARCELONA
Levantando la mirada de la mesa de diseño, Igor Sikorski comprobó la hora que marcaba el reloj de pared. Eran casi las cuatro. Tenía aun una hora para tratar de ultimar un par de detalles en la estructura que formaría el casco del hidrocanoa en el que trabajaba.
No podía descuidarse en cualquier caso, pues a las seis debía estar en el puerto de Barcelona para esperar al vapor Edelweiss que traía a España a Nicolai Polikarpov.
Se alegraba de que Nicolai hubiera decidido aceptar la oferta española y escapar de Rusia. Le tenía en gran aprecio de los tiempos en los que trabajo para él.
Siendo como era un hombre recto y de moral intachable, Sikorski sabía que la decisión debía de haber sido dura... pero en los tiempos que corrían en Rusia, de la noche a la mañana cualquiera de las facciones enfrascadas en la guerra civil le podían cortar a uno la cabeza. Literalmente.
Nicolai al menos podría estar seguro, como él, trabajar y ganar experiencia... tal vez un día los dos pudieran volver a Rusia.
CADIZ, REAL ARSENAL, FABRICA DE LA SECN
Los más de cincuenta miembros del equipo de desarrollo de la pieza de 380mm estaban sentados alrededor de una mesa improvisada montada sobre caballetes del taller.
En dos hornos montados para ocasión con ladrillos de refractario desechados de la fundición, sendos marranos abiertos en canal iban girando mientras se hacían al fuego. Dos barriles de vino y cerveza (este último a cargo de Kupka, importado directamente de la fábrica de cerveza de Pilsner, en Bohemia) estaban preparados, y la mesa rebosaba de queso y embutido.
Una visión que, a quienes llevaban años de guerra, se les asemejaba un paraíso hecho realidad.
A petición de Vladimir Kukpa, el Ministro Bustamante había intercedido para autorizar el evento como forma de agradecer a todo el equipo (fundidores y peones incluidos) el trabajo realizado en la puesta en marcha de la trinchera y el éxito logrado en los proyectos críticos para los intereses españoles. Las piezas de 305mm eran una realidad y el pedido de la Marina seria concluido ese mismo año, una vez la última de las 25 piezas fuera completada.
Las piezas de 380mm, desde el día anterior, era otra realidad. En las pruebas realizadas en el polígono de tiro de la factoría, las dos piezas experimentales montadas con los nuevos segmentos habían completado con total satisfacción los requerimientos de la Marina, llenando a Kupka de orgullo hasta un extremos que este nunca sospecho.
El grupo responsable del desarrollo de la unidad de artillería pesada del real Arsenal de Cádiz esperaba a la llegada de Vladimir Kupka y el grupo de cinco ingenieros y técnicos que habían asistido a las pruebas. Todos ellos tenían un humor excelente y los signos de camaradería eran evidentes.
Tenían motivos para estar orgullosos. Los cimientos de una factoría capaz y un grupo de gente competente para realizar nuevos proyectos estaban fundados. Ahora que el desarrollo de los 380mm estaba completado y la guerra parecía empezar a frenar, podrían enfocar sus esfuerzos en dirección a los procesos y calidad del acero, como Bustamante le anticipo a Kupka hacia un par de meses.
Era hora de emplear lo aprendido en trasladar el éxito militar a la industria civil y lograr un impacto vital en la economía de un país que necesitaba recuperarse.
OFICINAS TECNICAS DE LA HISPANO SUIZA, BARCELONA
Levantando la mirada de la mesa de diseño, Igor Sikorski comprobó la hora que marcaba el reloj de pared. Eran casi las cuatro. Tenía aun una hora para tratar de ultimar un par de detalles en la estructura que formaría el casco del hidrocanoa en el que trabajaba.
No podía descuidarse en cualquier caso, pues a las seis debía estar en el puerto de Barcelona para esperar al vapor Edelweiss que traía a España a Nicolai Polikarpov.
Se alegraba de que Nicolai hubiera decidido aceptar la oferta española y escapar de Rusia. Le tenía en gran aprecio de los tiempos en los que trabajo para él.
Siendo como era un hombre recto y de moral intachable, Sikorski sabía que la decisión debía de haber sido dura... pero en los tiempos que corrían en Rusia, de la noche a la mañana cualquiera de las facciones enfrascadas en la guerra civil le podían cortar a uno la cabeza. Literalmente.
Nicolai al menos podría estar seguro, como él, trabajar y ganar experiencia... tal vez un día los dos pudieran volver a Rusia.
"Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado". Arturo Pérez-Reverte
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Chilca, 40 millas al sur del Callao.
El Teniente Moreno examinaba la destartalada goleta “Santa Rosa”, indudablemente el barco guanero había tenido tiempos mejores. Sin embargo, indagando en el registro de armadores pudo encontrar algunas agradables sorpresas, el Santa Rosa, ex Peruvian Enterprise, ex Roxanne, ex Stonewall Way había nacido como un veloz Baltimore Clipper, el Charlotte, botado en Annapolis en 1854 habia sido un blockade runner exitoso, pues había entrado y salido de puertos confederados no menos de 6 veces como el Stonewall Way. Finalmente fue apresado en el Golfo de México por el Lackawanna y luego de servir en la costa este, terminó sus días transportando deposiciones de aves entre las islas Chincha y la costa. Sin sus masteleros se veía cojo, pero Moreno como buen marino, vio en las líneas finas de su casco de roble americano una promesa.
Por intermedio del aristócrata limeño José de la Riva-Agüero y Osma, VI Marqués de Montealegre de Aulestia y V conde de la Casa Davila, que aunque no veía con buenos ojos el gobierno de Weyler pues era tan conservador que ordeno unas misas por los terratenientes ajusticiados en España luego de los desordenes del año pasado; se avino, en honor a lealtad que le obligaba el título, a prestarse como armador del Santa Rosa. Luego Moreno junto con Maeztu, se encargaron de reclutar una tripulación.
- La tripulación es un problema, Sr. Maeztu.
- Lo sé, Teniente, lo sé. Solo los necesitamos para el trayecto hasta las Galápagos.
- El embarque desde México ya salió?
- Lo hará en unos días, Aparte de las armas, vienen 1 alférez y 2 sargentos la Infantería de Marina y 4 contramaestres y 2 carpinteros.
- Qué hay del polaco que ha reclutado?
- Ah, Mariano Tarnawiecki. Creo que necesitara un ingeniero polivalente, sobre todo cuando llegue a la base de Azlan. Este polaco ha sido ingeniero de minas en los rincones más abandonados de los Andes. Como casi todos los ingenieros polacos reclutados por Habich, es un ferviente patriota y sabe que la independencia de Polonia pasa por la victoria de España.
- Con los que vienen y nosotros, estamos completos. Los que embarquen en Perú estarán sobrando. No necesitamos más de 5 y solo hasta las Galápagos. Estamos embarcando masteleros y escandalosas y estays.
- Recuerde Moreno que podemos contratar tripulación filipina. Hay tagalos en el Callao que embarcando en vapores chinos, holandeses y hasta en uno que otro danes. Ah! Y recién en las Galápagos procederá a aparejar la Santa Rosa.
- Si, y que una vez llegados a ese archipiélago, la goleta Santa Rosa desaparecerá de la superficie del océano – asintió Fernández con una leve sonrisa cómplice.
Una vez hecho el papeleo y contratada una tripulación de 5 marineros filipinos que una vez empezada la guerra debieron ganarse la vida en botes de pesca, el Tte. de Navio Francisco Moreno Fernández se hizo cargo de la Santa Rosa en el puerto pesquero de Chilca, haciéndose a la mar a principios de Noviembre con la fachada de llevar un cargamento de guano a la China, y aproando hacia el norte, llegaron a las islas Galapagos luego de una navegación tranquila aunque lenta. Luego recalar en un fondeadero en el canal entre las islas Baltra y Santa Cruz, hicieron tierra y organizando turnos de vigías, esperaron la llegada de las municiones desde México.
A los tres días, se avistaron los 3 palos de una goleta, luego de comprobar que izaban en el trinquete un torrotito de la Armada, guiaron a la “María de los Ángeles” hasta el canal de Itabaca en donde estaban anclados. La goleta mexicana con puerto en Acapulco estaba al mando del bilbaino Felipe Alcorta y toda su tripulación si no era de Vizcaya, era cántabra o gallega. Rápidamente desembarcaron las cajas de los fusiles máuser, fusiles automáticos Mondragón y municiones y también los refuerzos, liderados por el Tte. Ambrosio Ristori y el piloto López. Se ofreció a los filipinos la posibilidad de embarcar en el María de los Ángeles, pero prefirieron partir hacia el Pacifico Occidental.
Protegidos por la soledad de su fondeadero, la tripulación del Santa Rosa elevo los masteleros y pinto los palos de amarillo, y el casco de negro mate. Por una vez más en su vida, el clíper de Baltimore Charlotte cambió de nombre y pasándose a llamar como una fragata que también tuvo su base en el Perú: “Prueba”. Como bien lo previo Moreno en Lima, el Santa Rosa desapareció de los mares. Con su nueva apariencia y tripulación, la flamante prueba zarpo a fines de Noviembre de las Galápagos y marchando junto a la María de los Ángeles en su regreso a Acapulco, pudo abandonar la zona de calmas ecuatoriales y aprovechar los alisios a plenitud.
Con vientos que iban de fresquito a frescachón la goleta Prueba volaba sobre los mares, la marcha a 11 nudos era frecuente y picos de 16 no eran extraordinarios. Como el viento siempre era de popa, no era necesario desviarse ni un grado de la ruta trazada, las 8900 millas se hicieron rápido. En 46 días de navegación llegaron al este de las Filipinas y bordeando la costa sur de Mindanao, entraron al Mar de China Meridional. Luego de una semana de navegación, dejaron atrás la costa occidental de Palawan y se dirigieron hacia el archipiélago de Kalayaan en donde el Tte. Azlan había instalado su base.
El Teniente Moreno examinaba la destartalada goleta “Santa Rosa”, indudablemente el barco guanero había tenido tiempos mejores. Sin embargo, indagando en el registro de armadores pudo encontrar algunas agradables sorpresas, el Santa Rosa, ex Peruvian Enterprise, ex Roxanne, ex Stonewall Way había nacido como un veloz Baltimore Clipper, el Charlotte, botado en Annapolis en 1854 habia sido un blockade runner exitoso, pues había entrado y salido de puertos confederados no menos de 6 veces como el Stonewall Way. Finalmente fue apresado en el Golfo de México por el Lackawanna y luego de servir en la costa este, terminó sus días transportando deposiciones de aves entre las islas Chincha y la costa. Sin sus masteleros se veía cojo, pero Moreno como buen marino, vio en las líneas finas de su casco de roble americano una promesa.
Por intermedio del aristócrata limeño José de la Riva-Agüero y Osma, VI Marqués de Montealegre de Aulestia y V conde de la Casa Davila, que aunque no veía con buenos ojos el gobierno de Weyler pues era tan conservador que ordeno unas misas por los terratenientes ajusticiados en España luego de los desordenes del año pasado; se avino, en honor a lealtad que le obligaba el título, a prestarse como armador del Santa Rosa. Luego Moreno junto con Maeztu, se encargaron de reclutar una tripulación.
- La tripulación es un problema, Sr. Maeztu.
- Lo sé, Teniente, lo sé. Solo los necesitamos para el trayecto hasta las Galápagos.
- El embarque desde México ya salió?
- Lo hará en unos días, Aparte de las armas, vienen 1 alférez y 2 sargentos la Infantería de Marina y 4 contramaestres y 2 carpinteros.
- Qué hay del polaco que ha reclutado?
- Ah, Mariano Tarnawiecki. Creo que necesitara un ingeniero polivalente, sobre todo cuando llegue a la base de Azlan. Este polaco ha sido ingeniero de minas en los rincones más abandonados de los Andes. Como casi todos los ingenieros polacos reclutados por Habich, es un ferviente patriota y sabe que la independencia de Polonia pasa por la victoria de España.
- Con los que vienen y nosotros, estamos completos. Los que embarquen en Perú estarán sobrando. No necesitamos más de 5 y solo hasta las Galápagos. Estamos embarcando masteleros y escandalosas y estays.
- Recuerde Moreno que podemos contratar tripulación filipina. Hay tagalos en el Callao que embarcando en vapores chinos, holandeses y hasta en uno que otro danes. Ah! Y recién en las Galápagos procederá a aparejar la Santa Rosa.
- Si, y que una vez llegados a ese archipiélago, la goleta Santa Rosa desaparecerá de la superficie del océano – asintió Fernández con una leve sonrisa cómplice.
Una vez hecho el papeleo y contratada una tripulación de 5 marineros filipinos que una vez empezada la guerra debieron ganarse la vida en botes de pesca, el Tte. de Navio Francisco Moreno Fernández se hizo cargo de la Santa Rosa en el puerto pesquero de Chilca, haciéndose a la mar a principios de Noviembre con la fachada de llevar un cargamento de guano a la China, y aproando hacia el norte, llegaron a las islas Galapagos luego de una navegación tranquila aunque lenta. Luego recalar en un fondeadero en el canal entre las islas Baltra y Santa Cruz, hicieron tierra y organizando turnos de vigías, esperaron la llegada de las municiones desde México.
A los tres días, se avistaron los 3 palos de una goleta, luego de comprobar que izaban en el trinquete un torrotito de la Armada, guiaron a la “María de los Ángeles” hasta el canal de Itabaca en donde estaban anclados. La goleta mexicana con puerto en Acapulco estaba al mando del bilbaino Felipe Alcorta y toda su tripulación si no era de Vizcaya, era cántabra o gallega. Rápidamente desembarcaron las cajas de los fusiles máuser, fusiles automáticos Mondragón y municiones y también los refuerzos, liderados por el Tte. Ambrosio Ristori y el piloto López. Se ofreció a los filipinos la posibilidad de embarcar en el María de los Ángeles, pero prefirieron partir hacia el Pacifico Occidental.
Protegidos por la soledad de su fondeadero, la tripulación del Santa Rosa elevo los masteleros y pinto los palos de amarillo, y el casco de negro mate. Por una vez más en su vida, el clíper de Baltimore Charlotte cambió de nombre y pasándose a llamar como una fragata que también tuvo su base en el Perú: “Prueba”. Como bien lo previo Moreno en Lima, el Santa Rosa desapareció de los mares. Con su nueva apariencia y tripulación, la flamante prueba zarpo a fines de Noviembre de las Galápagos y marchando junto a la María de los Ángeles en su regreso a Acapulco, pudo abandonar la zona de calmas ecuatoriales y aprovechar los alisios a plenitud.
Con vientos que iban de fresquito a frescachón la goleta Prueba volaba sobre los mares, la marcha a 11 nudos era frecuente y picos de 16 no eran extraordinarios. Como el viento siempre era de popa, no era necesario desviarse ni un grado de la ruta trazada, las 8900 millas se hicieron rápido. En 46 días de navegación llegaron al este de las Filipinas y bordeando la costa sur de Mindanao, entraron al Mar de China Meridional. Luego de una semana de navegación, dejaron atrás la costa occidental de Palawan y se dirigieron hacia el archipiélago de Kalayaan en donde el Tte. Azlan había instalado su base.
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Real Carenero, Cádiz.
Después de un largo aprestamiento, el ex crucero explorador ruso Almaz, bautizado como el crucero auxiliar “Providencia” lucía su librea gris mate de la armada, y su nuevo aparejo de barquetina, mientras estaba siendo cargado en el muelle del Real Carenero de Cádiz para su misión al otro lado del mundo:
- Rifles máuser G98 alemanes.
- 105 cajas.
- Ametralladoras Spandau MG08.
- 40 cajas.
- Munición 8 mm alemana.
- 50 toneladas, en cajas de 50 kilos.
- Máuser español.
- 45 cajas.
- Munición 7 mm española.
- 10 toneladas.
- Naranjeros.
- 20 cajas.
- Pistolas Bergman con sus cartucheras.
- 50 unidades.
- Munición 9 mm Bergman.
- 6 toneladas.
- Revolveres Orbea
- 50 unidades y media tonelada de munición.
- Cañones de 102 mm.
- 6 unidades, con montaje naval y escudo de 5 mm.
- Cañones de 88 mm.
- 20 unidades con montaje naval, con y sin escudos.
- Cañones Hotchkiss de 47 mm.
- 30 unidades con montaje de candelero.
- Munición de Alto Explosivo de 102 mm.
- 1000 disparos, 14 toneladas, sin carga.
- Carga.
- 6 toneladas, en saquetes de tela y depósitos individuales de latón.
- Munición de 88 mm.
- 5400 disparos, 52 toneladas, sin carga.
- Carga.
- 16 toneladas, en vainas.
- Munición de 47 mm.
- 1500 disparos por cañón, 45,000 disparos. 68 toneladas, completos.
- Armas extranjeras.
- Fusiles Lee-Enfield: 100, ametralladoras Lewis, 15 y 5 toneladas de munición, Fusiles Arisaka, 100 de almacenes rusos, y 3 toneladas de munición.
- Tubos lanzatorpedos.
- 6 de 350 mm.
- Torpedos.
- 18 Schwarzkopf, de 500 metros.
- Hidroaviones de exploración.
- 2 enteros y 4 despiezados.
- Lanchas motoras.
- 2.
- Motores de aviación.
- 16.
- Dinamos.
- 6.
- Estaciones de telegrafia sin hilos.
- 5.
- Uniformes.
- 400 talla pequeña,
- Alpargatas.
- 500 pares.
- Minas de anclaje.
- 100 de 150 kilos para uso del Providencia. 160 de 60 kgs para dejar…
Y así conforme se iban llenando las bodegas, iba aprestándose los tripulantes que quedarían en la flotilla de Kalayaan: 30 artilleros, 20 maquinistas y fogoneros, 6 torpedistas, 6 enfermeros, 2 oficiales médicos, 4 radiotelegrafistas, 1 ingeniero militar, 12 mecánicos aeronáuticos, 4 oficiales piloto, 4 observadores, 6 sargentos de infantería de marina, 1 veterinario, 1 farmacéutico, 6 tambores, 2 cornetas y 4 pífanos.
El 25 de Enero, con la marea alta de la noche, el Providencia al mando del capitan de corbeta Antonio Azarola dejo la bahía de Cádiz para adentrarse en el Atlántico. Aunque la Royal Navy no ejercía el dominio que tenía en 1914, distaba mucho de estar manca, por lo que el crucero auxiliar, lastrado por el calado profundo ocasionado por su carga, apenas podía hacer 16 nudos, suficiente para dejar atrás a muchos cruceros auxiliares, pero absolutamente por detrás de la velocidad de un crucero protegido viejo.
Así, a una velocidad máxima apenas suficiente, doblaron el cabo de Buena Esperanza y se adentraron en el Índico con carbón para apenas 2 días, por lo que tuvieron que desplegar las velas para aprovechar los vientos de suroeste hasta recalar, ya con las carboneras vacías, en el apostadero naval de las Maldivas. Luego de carbonear por dos intensos días, aproaron hacia aguas de las Indias Orientales Holandesas, para rodeando Java y la costa sur de Borneo entrar en el Mar de China Meridional, cruzar el estrecho de Balabac y luego de una cuidadosa navegación a través de aguas llenas de bancos de arena y arrecifes, llegar hasta las Kalayaan.
Después de un largo aprestamiento, el ex crucero explorador ruso Almaz, bautizado como el crucero auxiliar “Providencia” lucía su librea gris mate de la armada, y su nuevo aparejo de barquetina, mientras estaba siendo cargado en el muelle del Real Carenero de Cádiz para su misión al otro lado del mundo:
- Rifles máuser G98 alemanes.
- 105 cajas.
- Ametralladoras Spandau MG08.
- 40 cajas.
- Munición 8 mm alemana.
- 50 toneladas, en cajas de 50 kilos.
- Máuser español.
- 45 cajas.
- Munición 7 mm española.
- 10 toneladas.
- Naranjeros.
- 20 cajas.
- Pistolas Bergman con sus cartucheras.
- 50 unidades.
- Munición 9 mm Bergman.
- 6 toneladas.
- Revolveres Orbea
- 50 unidades y media tonelada de munición.
- Cañones de 102 mm.
- 6 unidades, con montaje naval y escudo de 5 mm.
- Cañones de 88 mm.
- 20 unidades con montaje naval, con y sin escudos.
- Cañones Hotchkiss de 47 mm.
- 30 unidades con montaje de candelero.
- Munición de Alto Explosivo de 102 mm.
- 1000 disparos, 14 toneladas, sin carga.
- Carga.
- 6 toneladas, en saquetes de tela y depósitos individuales de latón.
- Munición de 88 mm.
- 5400 disparos, 52 toneladas, sin carga.
- Carga.
- 16 toneladas, en vainas.
- Munición de 47 mm.
- 1500 disparos por cañón, 45,000 disparos. 68 toneladas, completos.
- Armas extranjeras.
- Fusiles Lee-Enfield: 100, ametralladoras Lewis, 15 y 5 toneladas de munición, Fusiles Arisaka, 100 de almacenes rusos, y 3 toneladas de munición.
- Tubos lanzatorpedos.
- 6 de 350 mm.
- Torpedos.
- 18 Schwarzkopf, de 500 metros.
- Hidroaviones de exploración.
- 2 enteros y 4 despiezados.
- Lanchas motoras.
- 2.
- Motores de aviación.
- 16.
- Dinamos.
- 6.
- Estaciones de telegrafia sin hilos.
- 5.
- Uniformes.
- 400 talla pequeña,
- Alpargatas.
- 500 pares.
- Minas de anclaje.
- 100 de 150 kilos para uso del Providencia. 160 de 60 kgs para dejar…
Y así conforme se iban llenando las bodegas, iba aprestándose los tripulantes que quedarían en la flotilla de Kalayaan: 30 artilleros, 20 maquinistas y fogoneros, 6 torpedistas, 6 enfermeros, 2 oficiales médicos, 4 radiotelegrafistas, 1 ingeniero militar, 12 mecánicos aeronáuticos, 4 oficiales piloto, 4 observadores, 6 sargentos de infantería de marina, 1 veterinario, 1 farmacéutico, 6 tambores, 2 cornetas y 4 pífanos.
El 25 de Enero, con la marea alta de la noche, el Providencia al mando del capitan de corbeta Antonio Azarola dejo la bahía de Cádiz para adentrarse en el Atlántico. Aunque la Royal Navy no ejercía el dominio que tenía en 1914, distaba mucho de estar manca, por lo que el crucero auxiliar, lastrado por el calado profundo ocasionado por su carga, apenas podía hacer 16 nudos, suficiente para dejar atrás a muchos cruceros auxiliares, pero absolutamente por detrás de la velocidad de un crucero protegido viejo.
Así, a una velocidad máxima apenas suficiente, doblaron el cabo de Buena Esperanza y se adentraron en el Índico con carbón para apenas 2 días, por lo que tuvieron que desplegar las velas para aprovechar los vientos de suroeste hasta recalar, ya con las carboneras vacías, en el apostadero naval de las Maldivas. Luego de carbonear por dos intensos días, aproaron hacia aguas de las Indias Orientales Holandesas, para rodeando Java y la costa sur de Borneo entrar en el Mar de China Meridional, cruzar el estrecho de Balabac y luego de una cuidadosa navegación a través de aguas llenas de bancos de arena y arrecifes, llegar hasta las Kalayaan.
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Petropavlovsk, Kamchatka.
Los tenientes Mikhail Alexandrovich Kititsyn y Piotr Sergeyevich Bachmanov, submarinistas destacados en Vladivostok luego de ser contactados por un astuto vienes, el agente al servicio español Grigory Zvi Friedwahl y convencidos para iniciar una vida nueva lejos de Rusia, ayudados por los 15,000 rublos oro que ofrecía, para cruzar el Mar de Oshkosh con 20 alumnos maquinistas, guardiamarinas y cadetes de la recientemente formada Academia Naval de Vladivostok, convencer a los guardias checos del yate “Almirante Zavoiko” a desertar, embarcar y largarse de Petropavlosk a toda máquina, sabiendo que sería un viaje sin retorno. España les ofrecía un futuro que en Rusia no veían posible. Pero su viaje no los llevaría directamente a aguas europeas, haciendo un arriesgado rodeo de la costa este japonesa, deberían seguir hacia el sur y llegar hasta el Mar de China Meridional.
La última noche de Noviembre, justo antes de que los hielos bloqueasen el puerto, el “Admiral Zavoiko” con las carboneras a tope levó anclas y dejo la bahía de Avacha. Apenas dobló el cabo de Chipunins–Koy, Kititsyn ordenó aumentar la presión de las calderas y la máquina dio 65 revoluciones, nada mal para un buque que había estado casi parado. Así, con presión alta pero sin forzar maquinas, prosiguieron hasta el mediodía, luego Kititsyn bajó revoluciones hasta una velocidad crucero de 8 nudos continuaron la navegación durante varios días, finalmente llevo al yate a una playa de la solitaria isla Onekotan, en las Kuriles septentrionales. Allí instalaron los masteleros, aparejaron las jarcias y montaron los dos cañones de 47 mm en las bordas, a los seis días, el Zavoiko lucía como un aviso a vapor sin bandera.
Dejando atrás las Kuriles aproaron hacia el Sur, cruzando el trópico del Cáncer al norte del Farallón de los Pájaros en las Marianas, siguieron varias jornadas más, hasta que recogieron el velamen y nuevamente lanzados a 16 nudos, cruzaron el canal de Bashi, entrando así al Mar de China Meridional. Luego de dejar atrás a las Islas de Paracelso, navegaron cautelosamente hacia el sur.
- Y bien, Mikhail Alexandrovich, ya estamos en la zona correcta.
- Sí, Piotr Sergeyevich, aparentemente lo logramos.
- Pero, las cartas no señalan ninguna isla española en estos rumbos.
- Friedwahl nos señaló el área, tal vez de allí tomemos proa hacia el fondeadero donde se concentra la flota española a la que debemos entregar el Zavoiko.
- Que harás después?
- No hay muchos trabajos en la vida civil para un comandante de submarino exitoso (1).
- Y si nos ofrecen una comisión en la Armada española?
- Lo dudo. La Armada no es la Legión Extranjera.
- Tal vez la Marina Mercante...
Un grito desde las cofas termino su conversación abruptamente: “Velas a la vista! Dirección suroeste”. Kititsyn y Bachmanov enfocaron sus binoculares hacia el punto señalado y vieron ondeando sobre las velas que venían a su encuentro, la bandera rojigualda de la flotilla del Capitán de corbeta Azlan.
(1) Como comandante del submarino Tyulen, Kititsyn capturo en el Mar Negro, el 19 Septiembre de 1916, al mercante armado turco Rodosto.
Los tenientes Mikhail Alexandrovich Kititsyn y Piotr Sergeyevich Bachmanov, submarinistas destacados en Vladivostok luego de ser contactados por un astuto vienes, el agente al servicio español Grigory Zvi Friedwahl y convencidos para iniciar una vida nueva lejos de Rusia, ayudados por los 15,000 rublos oro que ofrecía, para cruzar el Mar de Oshkosh con 20 alumnos maquinistas, guardiamarinas y cadetes de la recientemente formada Academia Naval de Vladivostok, convencer a los guardias checos del yate “Almirante Zavoiko” a desertar, embarcar y largarse de Petropavlosk a toda máquina, sabiendo que sería un viaje sin retorno. España les ofrecía un futuro que en Rusia no veían posible. Pero su viaje no los llevaría directamente a aguas europeas, haciendo un arriesgado rodeo de la costa este japonesa, deberían seguir hacia el sur y llegar hasta el Mar de China Meridional.
La última noche de Noviembre, justo antes de que los hielos bloqueasen el puerto, el “Admiral Zavoiko” con las carboneras a tope levó anclas y dejo la bahía de Avacha. Apenas dobló el cabo de Chipunins–Koy, Kititsyn ordenó aumentar la presión de las calderas y la máquina dio 65 revoluciones, nada mal para un buque que había estado casi parado. Así, con presión alta pero sin forzar maquinas, prosiguieron hasta el mediodía, luego Kititsyn bajó revoluciones hasta una velocidad crucero de 8 nudos continuaron la navegación durante varios días, finalmente llevo al yate a una playa de la solitaria isla Onekotan, en las Kuriles septentrionales. Allí instalaron los masteleros, aparejaron las jarcias y montaron los dos cañones de 47 mm en las bordas, a los seis días, el Zavoiko lucía como un aviso a vapor sin bandera.
Dejando atrás las Kuriles aproaron hacia el Sur, cruzando el trópico del Cáncer al norte del Farallón de los Pájaros en las Marianas, siguieron varias jornadas más, hasta que recogieron el velamen y nuevamente lanzados a 16 nudos, cruzaron el canal de Bashi, entrando así al Mar de China Meridional. Luego de dejar atrás a las Islas de Paracelso, navegaron cautelosamente hacia el sur.
- Y bien, Mikhail Alexandrovich, ya estamos en la zona correcta.
- Sí, Piotr Sergeyevich, aparentemente lo logramos.
- Pero, las cartas no señalan ninguna isla española en estos rumbos.
- Friedwahl nos señaló el área, tal vez de allí tomemos proa hacia el fondeadero donde se concentra la flota española a la que debemos entregar el Zavoiko.
- Que harás después?
- No hay muchos trabajos en la vida civil para un comandante de submarino exitoso (1).
- Y si nos ofrecen una comisión en la Armada española?
- Lo dudo. La Armada no es la Legión Extranjera.
- Tal vez la Marina Mercante...
Un grito desde las cofas termino su conversación abruptamente: “Velas a la vista! Dirección suroeste”. Kititsyn y Bachmanov enfocaron sus binoculares hacia el punto señalado y vieron ondeando sobre las velas que venían a su encuentro, la bandera rojigualda de la flotilla del Capitán de corbeta Azlan.
(1) Como comandante del submarino Tyulen, Kititsyn capturo en el Mar Negro, el 19 Septiembre de 1916, al mercante armado turco Rodosto.
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Gaspacher
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Interesanteeee... 
Guerra de minas???
Inserción de guerrilleros???
Lo que o entiendo es el envío de fusiles de varios calibres...
Bueno, sin seguir adelantando el relato para no dejar atrás la historia de reytuerto...
Guerra de minas???
Inserción de guerrilleros???
Lo que o entiendo es el envío de fusiles de varios calibres...
Bueno, sin seguir adelantando el relato para no dejar atrás la historia de reytuerto...
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Gaspacher
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
JUGANDO AL AHORCADO
Pese a la reciente victoria terrestre la guerra parecía eternizarse por momentos. El enemigo aun seguía disfrutando del dominio de los mares, y pese a que en esos momentos sus fuerzas navales estaban hipotecadas en la defensa de la metrópoli, nadie dudaba de su superioridad en caso de combate naval. Por ello la estrategia para derrotar a estos enemigos pasaba por asfixiarlos económica y comercialmente. Para ello el Estado Mayor de la Armada había tendido las que esperaba fueran sogas suficientes para asfixiar a sus enemigos.
Desde el mismo día de entrada en la guerra de España, las fuerzas navales propias habían lanzado una agresiva campaña de corso en la que llegaron a emplearse 30 buques diferentes, logrando cada uno de ellos una media de catorce capturas a lo largo de esos años de conflicto. A estas capturas se sumaban las logradas por las unidades regulares, que sin bien fueron más escasas, habían sido más dolorosas por traducirse en la captura de varios convoyes completos.
En total en los cuatro años de conflicto la Armada había logrado capturar más de mil trescientos mercantes, que se sumaban a los 391 buques hundidos por submarinos y otros buques, principalmente en aguas del pacifico. En ese sentido Japón había sido sin duda la nación más perjudicada por la guerra, su flota pesquera, tanto convencional como ballenera, habían simplemente desaparecido, con el perjuicio imaginable en una cultura tan dependiente del pescado. En cuanto a la marina mercante, habían perdido aproximadamente unos 100 buques, principalmente al apoyar a las fuerzas de invasión, lo que los había convertido en presas fáciles de submarinos, minas y artillería.
Como resultado de lo anterior, aunque la flota mercante nipona había aumentado con respecto a la disponible en 1914, la desaparición de las flotas balleneras y pesqueras había sumido al país en la peor crisis alimenticia de su historia. La falta de proteínas de origen animal no podía ser paliada por las importaciones desde el resto del sudeste asiático, y dependían casi exclusivamente de Australia y la India. Por desgracia ambas rutas quedaron cortadas en cuanto las fuerzas navales españolas aparecieron en Borneo.
En cuanto a los franceses, británicos, y norteamericanos, sus flotas habían sufrido la rapiña de los submarinos alemanes que habían logrado hundir un total de más de 8.000 buques, lo que sumados a los hundidos y capturados por las fuerzas españolas, convertía el conflicto en una debacle. Tal era la perdida provocada a sus marinas mercantes, que pese a la construcción de casi 5.400 mercantes, aun sufrirían una sensible reducción de sus flotas con respecto al principio de la guerra.
Para empeorar las cosas la campaña naval española sobre las rutas del Imperio era cada vez más agresiva. Cañoneros, cruceros y cruceros auxiliares e incluso sus dos acorazados clase (Rusia), participaban activamente en el ataque sobre las líneas de cabotaje del Atlántico Sur y el Indico. A esta presión se unía la cada vez mayor actividad submarina alemana, toda vez que continuaban entrando en servicio decenas de submarinos. Aunque la peor noticia para los británicos debía ser que cuando los obreros de los astilleros alemanes terminaban de construir un nuevo submarino, pasaban a trabajar en los nuevos buques de superficie. Eso en cuestión de meses significaría que la Hochseeflotte daría de alta en los próximos meses un acorazado u ocho cruceros de batalla más, lo que la pondría por delante de la Royal Navy.
En ese sentido tan solo la construcción naval americana podía rivalizar con la alemana, aunque por desgracia en esos momentos tenían sus propios problemas, pues los alemanes se habían trasladado a sus costas para presionarlo. En esa situación tal vez la RN pudiese enviar algunas escuadrones de acorazados en apoyo de su aliado, pero eso supondría entrar con los acorazados en unas aguas confinadas en las que operaban decenas de submarinos alemanes. Por supuesto que sin olvidar que un ejército de invasión continuaba esperando al otro lado del canal, y la flota alemana seguía a la espera para transportarlo a UK.
Pero eso quedaba para el futuro. En esos momentos la única preocupación del Ministro de Marina era el informe de la guerra al comercio que debía presentar a su Majestad el Rey al día siguiente. Durante los cuatro años anteriores habían llegado a España mil ciento doce mercantes y veintiséis balleneros y buques factoría, y gracias a ellos se habían conseguido los siguientes hitos, calculados en miles de toneladas:
A todo esto se sumaba el que se habían desguazado un total de ciento ochenta y siete buques hasta ese momento, aprovechándose sus cargas de carbón, así como aceites, maderas, metales y todo elemento de su construcción que fuese de interés, aliviando con ello la carga de la industria nacional durante el conflicto. Sin duda cuando el ministro de marina llevase su informe a Palacio, podría presentar unas cifras que refrendasen el buen hacer de la Armada.
Esperaba que ello bastase para asfixiar de una vez por todas a sus enemigos, al fin y al cabo esa soga cada día debía estar más prieta. La guerra a su comercio proseguía con más virulencia que nunca, y las perdidas estaban aumentando a gran velocidad conforme se tomaban puertos cada vez más lejanos, en muchos casos con un buen número de mercantes dentro. Y ese era el camino, cuando ocuparon Freetown y los archipiélagos e islas del Atlántico Sur lograron capturar o hundir un buen número de mercantes, tanto en el propio puerto de Freetown, como en mar abierto en las semanas siguientes.
Esto se estaba repitiendo ahora en el Indico, en donde la captura de Mombassa, las Maldivas, las Seychelles, las Andamán o Brunei trajo consigo un gran aumento de las capturas de mercantes, especialmente entre las naves de cabotaje que no estaban equipadas con TSH, y por lo tanto continuaron ignorantes de la aparición del enemigo en aquellas aguas. Lo mejor de todo era sin embargo que los grandes puertos del pacifico en los que resguardar aquellos mercantes se estaban acabando. Hong Kong era un hervidero actividad en la que decenas de mercantes esperaban a resguardo, en muchos casos sin tripulantes para hacerse a la mar por la deserción de las tripulaciones chinas o malayas. Eso únicamente dejaba los puertos de Australia y Nueva Zelanda en los que podían atracar con seguridad las naves de los países beligerantes, y por supuesto los japoneses, sobre los que cada día más se cernía la amenaza de la flota enemiga.
Si seguían al ritmo actual la marina mercante enemiga sería eliminada antes de otoño, significando ello el fin del Imperio.
Pese a la reciente victoria terrestre la guerra parecía eternizarse por momentos. El enemigo aun seguía disfrutando del dominio de los mares, y pese a que en esos momentos sus fuerzas navales estaban hipotecadas en la defensa de la metrópoli, nadie dudaba de su superioridad en caso de combate naval. Por ello la estrategia para derrotar a estos enemigos pasaba por asfixiarlos económica y comercialmente. Para ello el Estado Mayor de la Armada había tendido las que esperaba fueran sogas suficientes para asfixiar a sus enemigos.
Desde el mismo día de entrada en la guerra de España, las fuerzas navales propias habían lanzado una agresiva campaña de corso en la que llegaron a emplearse 30 buques diferentes, logrando cada uno de ellos una media de catorce capturas a lo largo de esos años de conflicto. A estas capturas se sumaban las logradas por las unidades regulares, que sin bien fueron más escasas, habían sido más dolorosas por traducirse en la captura de varios convoyes completos.
En total en los cuatro años de conflicto la Armada había logrado capturar más de mil trescientos mercantes, que se sumaban a los 391 buques hundidos por submarinos y otros buques, principalmente en aguas del pacifico. En ese sentido Japón había sido sin duda la nación más perjudicada por la guerra, su flota pesquera, tanto convencional como ballenera, habían simplemente desaparecido, con el perjuicio imaginable en una cultura tan dependiente del pescado. En cuanto a la marina mercante, habían perdido aproximadamente unos 100 buques, principalmente al apoyar a las fuerzas de invasión, lo que los había convertido en presas fáciles de submarinos, minas y artillería.
Como resultado de lo anterior, aunque la flota mercante nipona había aumentado con respecto a la disponible en 1914, la desaparición de las flotas balleneras y pesqueras había sumido al país en la peor crisis alimenticia de su historia. La falta de proteínas de origen animal no podía ser paliada por las importaciones desde el resto del sudeste asiático, y dependían casi exclusivamente de Australia y la India. Por desgracia ambas rutas quedaron cortadas en cuanto las fuerzas navales españolas aparecieron en Borneo.
En cuanto a los franceses, británicos, y norteamericanos, sus flotas habían sufrido la rapiña de los submarinos alemanes que habían logrado hundir un total de más de 8.000 buques, lo que sumados a los hundidos y capturados por las fuerzas españolas, convertía el conflicto en una debacle. Tal era la perdida provocada a sus marinas mercantes, que pese a la construcción de casi 5.400 mercantes, aun sufrirían una sensible reducción de sus flotas con respecto al principio de la guerra.
Para empeorar las cosas la campaña naval española sobre las rutas del Imperio era cada vez más agresiva. Cañoneros, cruceros y cruceros auxiliares e incluso sus dos acorazados clase (Rusia), participaban activamente en el ataque sobre las líneas de cabotaje del Atlántico Sur y el Indico. A esta presión se unía la cada vez mayor actividad submarina alemana, toda vez que continuaban entrando en servicio decenas de submarinos. Aunque la peor noticia para los británicos debía ser que cuando los obreros de los astilleros alemanes terminaban de construir un nuevo submarino, pasaban a trabajar en los nuevos buques de superficie. Eso en cuestión de meses significaría que la Hochseeflotte daría de alta en los próximos meses un acorazado u ocho cruceros de batalla más, lo que la pondría por delante de la Royal Navy.
En ese sentido tan solo la construcción naval americana podía rivalizar con la alemana, aunque por desgracia en esos momentos tenían sus propios problemas, pues los alemanes se habían trasladado a sus costas para presionarlo. En esa situación tal vez la RN pudiese enviar algunas escuadrones de acorazados en apoyo de su aliado, pero eso supondría entrar con los acorazados en unas aguas confinadas en las que operaban decenas de submarinos alemanes. Por supuesto que sin olvidar que un ejército de invasión continuaba esperando al otro lado del canal, y la flota alemana seguía a la espera para transportarlo a UK.
Pero eso quedaba para el futuro. En esos momentos la única preocupación del Ministro de Marina era el informe de la guerra al comercio que debía presentar a su Majestad el Rey al día siguiente. Durante los cuatro años anteriores habían llegado a España mil ciento doce mercantes y veintiséis balleneros y buques factoría, y gracias a ellos se habían conseguido los siguientes hitos, calculados en miles de toneladas:
- Cereales de consumo humano; 831
Cereales para consumo animal: 232
Legumbres; 51
Azúcar; 136
Carne; 340
Aceites; 747
Otros alimentos; 910
Mineral de hierro; 852
Hierro, acero, y otros metales; 398
Piritas; 502
Nitratos; 500
Lana; 301
Algodón; 336
Lino, yute, seda, cáñamo y textiles; 401
Madera y manufacturas; 1.001
Carbón; 763
Pieles y cueros; 86
Tabaco; 21
Papel y materiales de fabricación de papel; 368
Armas, motores, municiones, y manufacturas de guerra; 1.082
A todo esto se sumaba el que se habían desguazado un total de ciento ochenta y siete buques hasta ese momento, aprovechándose sus cargas de carbón, así como aceites, maderas, metales y todo elemento de su construcción que fuese de interés, aliviando con ello la carga de la industria nacional durante el conflicto. Sin duda cuando el ministro de marina llevase su informe a Palacio, podría presentar unas cifras que refrendasen el buen hacer de la Armada.
Esperaba que ello bastase para asfixiar de una vez por todas a sus enemigos, al fin y al cabo esa soga cada día debía estar más prieta. La guerra a su comercio proseguía con más virulencia que nunca, y las perdidas estaban aumentando a gran velocidad conforme se tomaban puertos cada vez más lejanos, en muchos casos con un buen número de mercantes dentro. Y ese era el camino, cuando ocuparon Freetown y los archipiélagos e islas del Atlántico Sur lograron capturar o hundir un buen número de mercantes, tanto en el propio puerto de Freetown, como en mar abierto en las semanas siguientes.
Esto se estaba repitiendo ahora en el Indico, en donde la captura de Mombassa, las Maldivas, las Seychelles, las Andamán o Brunei trajo consigo un gran aumento de las capturas de mercantes, especialmente entre las naves de cabotaje que no estaban equipadas con TSH, y por lo tanto continuaron ignorantes de la aparición del enemigo en aquellas aguas. Lo mejor de todo era sin embargo que los grandes puertos del pacifico en los que resguardar aquellos mercantes se estaban acabando. Hong Kong era un hervidero actividad en la que decenas de mercantes esperaban a resguardo, en muchos casos sin tripulantes para hacerse a la mar por la deserción de las tripulaciones chinas o malayas. Eso únicamente dejaba los puertos de Australia y Nueva Zelanda en los que podían atracar con seguridad las naves de los países beligerantes, y por supuesto los japoneses, sobre los que cada día más se cernía la amenaza de la flota enemiga.
Si seguían al ritmo actual la marina mercante enemiga sería eliminada antes de otoño, significando ello el fin del Imperio.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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reytuerto
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Estimado Gaspacher:
No se sabe cuando será la próxima vez que el Providencia pueda abastecer a la flotilla de las Kalayaan. El unico abastecimiento "seguro" es el que puedan obtener de Canton y afortunadamente varios arsenales chinos producen la munición 7.92x57, por lo que sabiendo que puertas tocar y que bolsillos engordar (bueno, sucede incluso hoy!), se puede tener acceso a rifles y balas 8 mm aleman. Sin embargo, los Mondragon y naranjeros van a ser dotacion de las partidas de abordaje, por lo que creo conveniente que todas las armas de infanteria embarcadas sean 7 mm español y 9 mm Bergman (las ametralladoras MG08, al estar montadas en los barcos, no las considero armas de la dotacion. Las armas y municiones de los enemigos es basicamente porque previsiblemente se van a obtener mas de las presas, y es conveniente tener un stock para "distribuir" despues
.
Las minas son algo bastante predecible, es decir, tratandose del fulano que escribe la parte en cuestion. Un abrazo.
No se sabe cuando será la próxima vez que el Providencia pueda abastecer a la flotilla de las Kalayaan. El unico abastecimiento "seguro" es el que puedan obtener de Canton y afortunadamente varios arsenales chinos producen la munición 7.92x57, por lo que sabiendo que puertas tocar y que bolsillos engordar (bueno, sucede incluso hoy!), se puede tener acceso a rifles y balas 8 mm aleman. Sin embargo, los Mondragon y naranjeros van a ser dotacion de las partidas de abordaje, por lo que creo conveniente que todas las armas de infanteria embarcadas sean 7 mm español y 9 mm Bergman (las ametralladoras MG08, al estar montadas en los barcos, no las considero armas de la dotacion. Las armas y municiones de los enemigos es basicamente porque previsiblemente se van a obtener mas de las presas, y es conveniente tener un stock para "distribuir" despues
. Las minas son algo bastante predecible, es decir, tratandose del fulano que escribe la parte en cuestion. Un abrazo.
La verdad nos hara libres
-
Domper
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Hay que tener en cuenta que el desembarco español en Brunei, en el Mar de China, hace que la cuestión de los suministros a los sampanes corsarios, a las guerrillas y dema´s ya no sea tan crítica. Desde luego es más sencillo que se fabriquen localmente, aunque eso implica gastar unos fondos (de metal precioso) que tampoco creo que sean muy abundantes, mientras en España las industrias militares están cerrando.
Saludos
Saludos
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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urquhart
- General de Ejército
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NARBONA, UN DIA CUALQUIERA DEL INVIERNO DE 1919
NARBONA, FRANCIA, UN DIA CUALQUIERA DEL INVIERNO DE 1919
Para el Coronel Joaquín Ledesma, ser el Comandante de la Guarnición de Narbona era un fastidio. Hubiera deseado que su regimiento hubiera sido uno de los llamados a ser desmoviliazdo, pudiendo optar a alguna de las plazas en los de nueva creación para la campaña de Cuba o del Pacífico.
Allí, en Narbona, su carrera militar podía verse truncada, pues era obvio que una vez alcanzada la Paz, muchos Jefes y Oficiales de carrera quedarían en una situación anómala, pues la intención del presidente Weyler era reducir los Ejércitos incluso a un tamaño inferior a 1914.
Weyler concedía a su parecer una excesiva importancia a las fuerzas móviles, especialmente a los denominados carros de combate. Era cierto que habían sido de gran ayufda en Cimitarra, pero ¿no había sido después de todo la infantería quien expulsó a los franco británicos? La verdad es que Weyler coincidía en este aspecto con el Capitán De GAulle, un joven oficial francés destinado en NArbona como enlace entre el llamado Armée d'Armistice y los Ejércitos Españoles.
La misión del francés debía serle de todo menos grata, pues estaba obligado a detallar todos y cada uno de los movimientos de las fuerzas francesas al norte de la línea de Armisticio. A la vez, debía firmar los recibos de entrega a las fuerzas españolas de todo material al que Francia se había obligado a desprenderse en favor de la Coalición. La verdad es que España estaba recibiendo ingentes cantidades de material francés, y corría la sospecha que PArís prefería entregarlo a España que no a Alemania. Dada la aun escasa capacidad ferroviaria, el material se amontonaba en varios descampados a las afueras de Narbona.
Para Ledesma llegaba la hora de ejercer un día más como la más alta Autoridad de las fuerzas ocupantes. Una infinidad de peticiones recibidas hacían mención a la necesidad de traspasar la línea de Armisticio por parte de civiles a los que aquélla había dividido sus terrenos de cultivo, granjas, o negocios. Del estricto cumplimiento de las normas al respecto, se había pasado a una laxitud fomentada desde el propio Madrid.
Ahora recibiría a una mujer, con la petición que ocupaba el segundo lugar en el orden tras los pases.
Colonel, mon mari est un prisonnier de guerre à partir de Septembre 1914...
Madame , je suppose que ce est moins de 40 ans
Certainement mon Colonel, 35 ans, mais il perdió ambas piernas en la defensa de Narbona...
Entonces sigue vivo.
Sí Mi Coronel, la Cruz Roja nos informó de su estado en 1916. El Armée lo dio por desaparecido en 1914, lo que visto lo visto en esta Guerra era practicamente sinónimo de la muerte, si en un plazo de pocos meses no se informaba de su captura.
Es decir, 2 años después de su captura saben de él. Bien, ¿que puedo hacer por Usted? ¿Y por su marido?
En las cartas que recibo desde León, me contó que había sido atendido en España de sus heridas, y trasladado a un Hospital donde se le suministraron dos piernas ortopédicas y empezó a recuperar el andar, con evidente dificultad. Por causas desconocidas, sus cartas desde España, no me fueron entregadas...
Posiblemente el correo postal de los prisioneros se viera interrumpido por la entrada en Guerra de Italia...
Mi Coronel, las cartas llegaban a Francia... al parecer debieron ser interceptadas por la censura de guerra, y nunca entregadas...
No veo la razón.
En las cartas, mi marido no dejaba de describir del trato humanitario del que fue objeto, y de la permanente asistencia médica que recibía en León. No entendía que no le respondiera. Supongo que las autoridades podían creer que su relato era el de un derrotista... un mal ejemplo para otros combatientes.
Entiendo.
Mi Coronel, mi marido es un mutilado, no es ningún peligro para Ustedes. Solo queremos reunirnos, y retomar nuestra vida. Nuestra Boulangerie necesita de él, es panadero, y todo hay que decirlo, gracias a ustedes en Narbona no falta harina, ni trabajo en el obrador.
Lo sé... muchos de sus vecinos cruzan a diario la línea de demarcación para vender pan, que no está racionado... no, no se preocupe... no tenemos intención de acabar con este pequeño contrabando... al menos nosotros, no sé que ocurrirá con los Gendarmes...
Mi Coronel, creo que lo sabe... todo tiene un precio, y cruzar con pan, vale una barra para el Gendarme... le rogaría que liberase a mi MArido, a pesar de ser menor de 35 años...
Bien, veremos que podemos hacer, no le prometo nada. Una pregunta ¿cómo teniendo entonces 30 años se libró del Armée regular y combatió en los Territoriales?
El General Villefort (1) era un bon vivant... reclamó a mi marido para la cocina del cuartel de la División en julio de 1914; lo que creímos que fue una verdadera suerte. El cuartel general, el Collége Victor Hugo, fue alcanzado por su artillería.
Bien Madamme, espero que todo se resuelva a su satisfacción... pero ¿porqué no está al Norte de la línea de demarcación y sigue en León?
Porque encontró un trabajo en un horno. EN el Norte no hubiera hecho más que vivir de la caridad. Ahora con su harina, aquí se podrá ganar la vida...
Bien... Je espère être de l'aide pour retrouver son mari.
(1) El General Villefort, comandante en jefe de la defensa de Narbona en 1914 ucronia-espana-vs-ee-uu-duelo-de-aguilas-t36355-1725.html?hilit=Narbona#p1481985
Para el Coronel Joaquín Ledesma, ser el Comandante de la Guarnición de Narbona era un fastidio. Hubiera deseado que su regimiento hubiera sido uno de los llamados a ser desmoviliazdo, pudiendo optar a alguna de las plazas en los de nueva creación para la campaña de Cuba o del Pacífico.
Allí, en Narbona, su carrera militar podía verse truncada, pues era obvio que una vez alcanzada la Paz, muchos Jefes y Oficiales de carrera quedarían en una situación anómala, pues la intención del presidente Weyler era reducir los Ejércitos incluso a un tamaño inferior a 1914.
Weyler concedía a su parecer una excesiva importancia a las fuerzas móviles, especialmente a los denominados carros de combate. Era cierto que habían sido de gran ayufda en Cimitarra, pero ¿no había sido después de todo la infantería quien expulsó a los franco británicos? La verdad es que Weyler coincidía en este aspecto con el Capitán De GAulle, un joven oficial francés destinado en NArbona como enlace entre el llamado Armée d'Armistice y los Ejércitos Españoles.
La misión del francés debía serle de todo menos grata, pues estaba obligado a detallar todos y cada uno de los movimientos de las fuerzas francesas al norte de la línea de Armisticio. A la vez, debía firmar los recibos de entrega a las fuerzas españolas de todo material al que Francia se había obligado a desprenderse en favor de la Coalición. La verdad es que España estaba recibiendo ingentes cantidades de material francés, y corría la sospecha que PArís prefería entregarlo a España que no a Alemania. Dada la aun escasa capacidad ferroviaria, el material se amontonaba en varios descampados a las afueras de Narbona.
Para Ledesma llegaba la hora de ejercer un día más como la más alta Autoridad de las fuerzas ocupantes. Una infinidad de peticiones recibidas hacían mención a la necesidad de traspasar la línea de Armisticio por parte de civiles a los que aquélla había dividido sus terrenos de cultivo, granjas, o negocios. Del estricto cumplimiento de las normas al respecto, se había pasado a una laxitud fomentada desde el propio Madrid.
Ahora recibiría a una mujer, con la petición que ocupaba el segundo lugar en el orden tras los pases.
Colonel, mon mari est un prisonnier de guerre à partir de Septembre 1914...
Madame , je suppose que ce est moins de 40 ans
Certainement mon Colonel, 35 ans, mais il perdió ambas piernas en la defensa de Narbona...
Entonces sigue vivo.
Sí Mi Coronel, la Cruz Roja nos informó de su estado en 1916. El Armée lo dio por desaparecido en 1914, lo que visto lo visto en esta Guerra era practicamente sinónimo de la muerte, si en un plazo de pocos meses no se informaba de su captura.
Es decir, 2 años después de su captura saben de él. Bien, ¿que puedo hacer por Usted? ¿Y por su marido?
En las cartas que recibo desde León, me contó que había sido atendido en España de sus heridas, y trasladado a un Hospital donde se le suministraron dos piernas ortopédicas y empezó a recuperar el andar, con evidente dificultad. Por causas desconocidas, sus cartas desde España, no me fueron entregadas...
Posiblemente el correo postal de los prisioneros se viera interrumpido por la entrada en Guerra de Italia...
Mi Coronel, las cartas llegaban a Francia... al parecer debieron ser interceptadas por la censura de guerra, y nunca entregadas...
No veo la razón.
En las cartas, mi marido no dejaba de describir del trato humanitario del que fue objeto, y de la permanente asistencia médica que recibía en León. No entendía que no le respondiera. Supongo que las autoridades podían creer que su relato era el de un derrotista... un mal ejemplo para otros combatientes.
Entiendo.
Mi Coronel, mi marido es un mutilado, no es ningún peligro para Ustedes. Solo queremos reunirnos, y retomar nuestra vida. Nuestra Boulangerie necesita de él, es panadero, y todo hay que decirlo, gracias a ustedes en Narbona no falta harina, ni trabajo en el obrador.
Lo sé... muchos de sus vecinos cruzan a diario la línea de demarcación para vender pan, que no está racionado... no, no se preocupe... no tenemos intención de acabar con este pequeño contrabando... al menos nosotros, no sé que ocurrirá con los Gendarmes...
Mi Coronel, creo que lo sabe... todo tiene un precio, y cruzar con pan, vale una barra para el Gendarme... le rogaría que liberase a mi MArido, a pesar de ser menor de 35 años...
Bien, veremos que podemos hacer, no le prometo nada. Una pregunta ¿cómo teniendo entonces 30 años se libró del Armée regular y combatió en los Territoriales?
El General Villefort (1) era un bon vivant... reclamó a mi marido para la cocina del cuartel de la División en julio de 1914; lo que creímos que fue una verdadera suerte. El cuartel general, el Collége Victor Hugo, fue alcanzado por su artillería.
Bien Madamme, espero que todo se resuelva a su satisfacción... pero ¿porqué no está al Norte de la línea de demarcación y sigue en León?
Porque encontró un trabajo en un horno. EN el Norte no hubiera hecho más que vivir de la caridad. Ahora con su harina, aquí se podrá ganar la vida...
Bien... Je espère être de l'aide pour retrouver son mari.
(1) El General Villefort, comandante en jefe de la defensa de Narbona en 1914 ucronia-espana-vs-ee-uu-duelo-de-aguilas-t36355-1725.html?hilit=Narbona#p1481985
Tempus Fugit
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Gaspacher
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
EN LA ENCRUCIJADA
Desde primeros de mayo las fuerzas navales de la coalición en Cuba empezaron a realizar una campaña muy agresiva sobre las costas enemigas. El almirante Hipper quería atraer a la flota enemiga a una batalla decisiva de una vez por todas, sin embargo los americanos rehusaban a presentar batalla, convirtiéndose la campaña en una serie de ataques sobre la costa que no ofrecían resultados. Esto decidió al mando combinado a emprender acciones de mayor envergadura, preparándose para un desembarco anfibio que forzase al enemigo a presentar batalla de una vez por todas movilizándose para ello todas las fuerzas de la zona del Caribe, tanto navales como terrestres.
Las dos divisiones de dragaminas disponibles se trasladaron a la costa Este de Florida tras haber finalizado la limpieza de las aguas cubanas, asegurándose de que aquellas aguas estaban libres de minas hasta lugares tan alejados como San Agustín. Mientras tanto destructores y corbetas apoyados por los medios aéreos, patrullaban las aguas ya limpias para evitar la acción de los submarinos enemigos, pues toda precaución era poca y había que evitar que los medios sutiles minasen aquellas zonas. Afortunadamente hasta ese momento los norteamericanos no habían empleado demasiado este arma defensiva que si fue muy utilizada en Europa, en gran parte por tratarse de un arma pasiva que tuvo poca utilizada dada la superioridad naval de la que disfrutaron hasta entonces, y la carencia de enemigo ante el que utilizarla a la ofensiva tras la destrucción de la escuadra del Caribe el año anterior.
Mientras esto ocurría, los minadores y cruceros ligeros-minadores alemanes sembraban sus propios campos de minas en la zona. Tres campos de minas entre Port Sant Lucie y Freeport, en las Bahamas, otros dos campos de minas en torno a las propias Bahamas, cerrando los pasos entre las islas a excepción de zonas muy delimitadas que tan solo conocían los comandantes de los buques de la coalición que operaban en la zona, y cuatro campos más entre Cayo Romano en Cuba, y las Bahamas. A nivel operativo era una suerte el que en aquella zona predominasen las bajas profundidades más propias de las costas que de mar abierto.
En el aspecto anfibio tropas españolas apoyadas en el momentáneo control naval, desembarcaron en Cayo Largo, extendiéndose en los días siguientes hacia el sur por el resto de Cayos apoyados por las unidades sutiles de la isla de Cuba. Con ello por segunda vez en tan solo veinte años, tropas enemigas hollaban suelo norteamericano. La prensa no tardo en exigir la intervención de la flota, que sin embargo era reacia a intervenir dada su inferioridad. Aun peor, el día siete la flota enemiga al completo apareció frente a Palm Beach, preparando lo que parecía un asalto anfibio de gran envergadura.
La respuesta británica sin embargo estaba ya vislumbrándose, pues ante la reducción de la amenaza en Europa la Greath Fleet pudo dividirse y enviar refuerzos a los americanos, que el 7 de mayo pudieron dirigirse al sur en busca de sus enemigos. Para ese momento la US Navy alineaba trece acorazados, reforzados ahora por seis cruceros de batalla y cuatro acorazados británicos. Recibirían sin embargo el primer ataque al zarpar de Norkfold, donde fueron atacados por un submarino alemán al que afortunadamente lograron eludir.
Las fuerzas navales de la coalición estaban para esos momentos formadas por cinco cruceros de batalla y doce acorazados que en esos momentos navegaban entre Florida y las Bahamas. Hipper sabía que el enemigo había sido reforzado, pero confiaba en lograr atraerlo a una trampa en la que los submarinos pudiesen destrozarlo. Al menos el Caribe era un mar mucho menos bravo que el Mar del Norte, en el que los intentos de utilizar los submarinos de forma estratégica habían fracasado una y otra vez en los años anteriores.
De todas formas en previsión de un enfrentamiento el día 6 de mayo, cuando su flota se hizo a la mar desde La Habana, desplego un total de seis dirigibles Zeppelin y cuatro España-Torres Quevedo, así como nueve hidroaviones para reconocer el mar en torno a su flota. Los vuelos de reconocimiento se sucederían de forma ininterrumpida durante los días que permaneciese en el mar, y serían coordinados directamente desde el SMS Seydlitz, buque insignia de las fuerzas de reconocimiento.
A lo largo del 7 de mayo, mientras la flota combinada continuó operando a lo largo de todo el día en la costa oriental de Florida, la flota norteamericana siguió dirigiéndose hacia el sur desde Norfolk. Al caer la noche la distancia entre ambas flotas era ya de menos de 130 millas náuticas.
Desde primeros de mayo las fuerzas navales de la coalición en Cuba empezaron a realizar una campaña muy agresiva sobre las costas enemigas. El almirante Hipper quería atraer a la flota enemiga a una batalla decisiva de una vez por todas, sin embargo los americanos rehusaban a presentar batalla, convirtiéndose la campaña en una serie de ataques sobre la costa que no ofrecían resultados. Esto decidió al mando combinado a emprender acciones de mayor envergadura, preparándose para un desembarco anfibio que forzase al enemigo a presentar batalla de una vez por todas movilizándose para ello todas las fuerzas de la zona del Caribe, tanto navales como terrestres.
Las dos divisiones de dragaminas disponibles se trasladaron a la costa Este de Florida tras haber finalizado la limpieza de las aguas cubanas, asegurándose de que aquellas aguas estaban libres de minas hasta lugares tan alejados como San Agustín. Mientras tanto destructores y corbetas apoyados por los medios aéreos, patrullaban las aguas ya limpias para evitar la acción de los submarinos enemigos, pues toda precaución era poca y había que evitar que los medios sutiles minasen aquellas zonas. Afortunadamente hasta ese momento los norteamericanos no habían empleado demasiado este arma defensiva que si fue muy utilizada en Europa, en gran parte por tratarse de un arma pasiva que tuvo poca utilizada dada la superioridad naval de la que disfrutaron hasta entonces, y la carencia de enemigo ante el que utilizarla a la ofensiva tras la destrucción de la escuadra del Caribe el año anterior.
Mientras esto ocurría, los minadores y cruceros ligeros-minadores alemanes sembraban sus propios campos de minas en la zona. Tres campos de minas entre Port Sant Lucie y Freeport, en las Bahamas, otros dos campos de minas en torno a las propias Bahamas, cerrando los pasos entre las islas a excepción de zonas muy delimitadas que tan solo conocían los comandantes de los buques de la coalición que operaban en la zona, y cuatro campos más entre Cayo Romano en Cuba, y las Bahamas. A nivel operativo era una suerte el que en aquella zona predominasen las bajas profundidades más propias de las costas que de mar abierto.
En el aspecto anfibio tropas españolas apoyadas en el momentáneo control naval, desembarcaron en Cayo Largo, extendiéndose en los días siguientes hacia el sur por el resto de Cayos apoyados por las unidades sutiles de la isla de Cuba. Con ello por segunda vez en tan solo veinte años, tropas enemigas hollaban suelo norteamericano. La prensa no tardo en exigir la intervención de la flota, que sin embargo era reacia a intervenir dada su inferioridad. Aun peor, el día siete la flota enemiga al completo apareció frente a Palm Beach, preparando lo que parecía un asalto anfibio de gran envergadura.
La respuesta británica sin embargo estaba ya vislumbrándose, pues ante la reducción de la amenaza en Europa la Greath Fleet pudo dividirse y enviar refuerzos a los americanos, que el 7 de mayo pudieron dirigirse al sur en busca de sus enemigos. Para ese momento la US Navy alineaba trece acorazados, reforzados ahora por seis cruceros de batalla y cuatro acorazados británicos. Recibirían sin embargo el primer ataque al zarpar de Norkfold, donde fueron atacados por un submarino alemán al que afortunadamente lograron eludir.
Las fuerzas navales de la coalición estaban para esos momentos formadas por cinco cruceros de batalla y doce acorazados que en esos momentos navegaban entre Florida y las Bahamas. Hipper sabía que el enemigo había sido reforzado, pero confiaba en lograr atraerlo a una trampa en la que los submarinos pudiesen destrozarlo. Al menos el Caribe era un mar mucho menos bravo que el Mar del Norte, en el que los intentos de utilizar los submarinos de forma estratégica habían fracasado una y otra vez en los años anteriores.
De todas formas en previsión de un enfrentamiento el día 6 de mayo, cuando su flota se hizo a la mar desde La Habana, desplego un total de seis dirigibles Zeppelin y cuatro España-Torres Quevedo, así como nueve hidroaviones para reconocer el mar en torno a su flota. Los vuelos de reconocimiento se sucederían de forma ininterrumpida durante los días que permaneciese en el mar, y serían coordinados directamente desde el SMS Seydlitz, buque insignia de las fuerzas de reconocimiento.
A lo largo del 7 de mayo, mientras la flota combinada continuó operando a lo largo de todo el día en la costa oriental de Florida, la flota norteamericana siguió dirigiéndose hacia el sur desde Norfolk. Al caer la noche la distancia entre ambas flotas era ya de menos de 130 millas náuticas.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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reytuerto
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Mar de China Meridional, 10°50′N 115°49′E
La flotilla del Tte. de navio reservista Azlan Ismail, los praos Pag Asa y Matalas (1), los juncos Ma Zu, Ao Quin y Ao Guang (2), y la goleta Prueba estaban en el lugar de rendez vous, pocas millas al norte de la Isla Plana de las Kalayaan, con el Almirante Zavoiko.
- Y bien, Teniente, espera que aparezcan los rusos.
- Esperemos que si, señor.
- Necesitamos ese vapor.
- Nos seria de gran utilidad, incluso sin artillar.
- Antes de fin de mes, debe arrivar el buque de abastecimiento desde la península.
- Y para entonces, debemos estar completos.
En eso, el vigía del Ao Guang, que enarbolaba la insignia de jefe de flotilla, avisto al norte los humos del Zavoiko. Todos los ojos se clavaron en los mástiles que se acercaban, y cuando se pudo apreciar la inclinación casi deportiva de la chimenea y los mástiles, las finas líneas del casco y la espumosa estela que se formaba al cortar las aguas, el curtido timonel de Azlan, no pudo dejar de exclamar “ Ay isang kulog! “, lo que inmediatamente se repitió por toda la cubierta “kulog, kulog, kulog”.
- Que dicen sus hombres, señor?
- Admiran el Zavoiko, dicen que parece un rayo.
- Kulog? (3)
- Si, teniente. No es mal nombre.
- Para nada, señor.
En tanto, en la cubierta del Zavoiko, se desarrollaba otra conversación, bastante mas airada:
- A esos barcos zarrapastrosos?, Vamos entregar el Zavoiko a esos salvajes, Mikhail Alexandrovich? Bramo Bachmanov apuntando su dedo amenazador a la flotilla de Azlan.
- Si, Piotr Sergeyevich. Eso fue lo acordado.
- Pense que nos entregaríamos a una flotilla española!, eso fue lo acordado con Friedwahl!
- Espera, Piotr Sergeyevich, están izando señales en el segundo junco.
“Abra fuego sobre nuestra proa”.
- Estan locos! -exclamo Bachmanov, para decir luego entre dientes - Perderemos los 15,000 rublos.
- Veden! -dijo Kititsyn al guardiamarina que le era mas afin- Vaya con Luibichenko y Belov al Hotchkiss de estribor y dispare a un cable de la proa del junco que encabeza la columna! Ordeno Kititsyn.
De inmediato los tres cadetes corrieron hacia la pieza, y mientras Vladimir Serge Veden apuntaba, Lubichenko abria la recamara, Belov cargaba el ligero proyectil de 3 libras. Fuego! Y el proyectil levanto espuma a 200 metros de la proa del Ma Zu.
Simultáneamente, cuando se elevaban las señales desde el Ao Guang, el Pagasa que tenía el viento a favor se aproximó a 9 nudos al Zavoiko, tomaron curso paralelo, y rápidamente, los tenientes Vierna y Li, junto con 4 hombres armados con Mondragón, abordaron el yate.
- Lieutenant Kititsyn? Sil vous plait, votre revolver - El teniente Manuel Vierna se dirigía con firme cortesía a Kititsyn, para simbólicamente pedir la rendición del Zavoiko.
- Es usted el comandante de la Flotilla española?
- No, el comandante es el Teniente de Navío Azlan, en el junco que izo la orden de abrir fuego.
- Supongo que ese acto hostil nos convierte en presa legítima.
- Exactamente, teniente – confirmo Vierna, con un levísimo atisbo de sonrisa cómplice.
- Cuando embarcaremos hacia Europa? - Intervino Bachmanov.
- Apenas tengamos un transporte, señor.
Luego de desarmar a los oficiales, y a los 6 soldados checos que lo custodiaban en Petropavlovsk, la más reciente adición a la flotilla auxiliar de las Filipinas, el Kulog paso a encabezar la formación en línea de los buques de Azlan y se dirigieron al este, a la isla de Pag Asa, antes conocida como Thitu.
(1) Pag Asa = Esperanza, Matalas = Astuto, en tagalo.
(2) Ma Zu = Antigua Madre, deidad del mar china, protectora de los marineros , Ao Quin = Rey dragon de los mares del Sur, Ao Guang = Rey dragon de los mares del Este.
(3) kulog = rayo, en tagalo.
La flotilla del Tte. de navio reservista Azlan Ismail, los praos Pag Asa y Matalas (1), los juncos Ma Zu, Ao Quin y Ao Guang (2), y la goleta Prueba estaban en el lugar de rendez vous, pocas millas al norte de la Isla Plana de las Kalayaan, con el Almirante Zavoiko.
- Y bien, Teniente, espera que aparezcan los rusos.
- Esperemos que si, señor.
- Necesitamos ese vapor.
- Nos seria de gran utilidad, incluso sin artillar.
- Antes de fin de mes, debe arrivar el buque de abastecimiento desde la península.
- Y para entonces, debemos estar completos.
En eso, el vigía del Ao Guang, que enarbolaba la insignia de jefe de flotilla, avisto al norte los humos del Zavoiko. Todos los ojos se clavaron en los mástiles que se acercaban, y cuando se pudo apreciar la inclinación casi deportiva de la chimenea y los mástiles, las finas líneas del casco y la espumosa estela que se formaba al cortar las aguas, el curtido timonel de Azlan, no pudo dejar de exclamar “ Ay isang kulog! “, lo que inmediatamente se repitió por toda la cubierta “kulog, kulog, kulog”.
- Que dicen sus hombres, señor?
- Admiran el Zavoiko, dicen que parece un rayo.
- Kulog? (3)
- Si, teniente. No es mal nombre.
- Para nada, señor.
En tanto, en la cubierta del Zavoiko, se desarrollaba otra conversación, bastante mas airada:
- A esos barcos zarrapastrosos?, Vamos entregar el Zavoiko a esos salvajes, Mikhail Alexandrovich? Bramo Bachmanov apuntando su dedo amenazador a la flotilla de Azlan.
- Si, Piotr Sergeyevich. Eso fue lo acordado.
- Pense que nos entregaríamos a una flotilla española!, eso fue lo acordado con Friedwahl!
- Espera, Piotr Sergeyevich, están izando señales en el segundo junco.
“Abra fuego sobre nuestra proa”.
- Estan locos! -exclamo Bachmanov, para decir luego entre dientes - Perderemos los 15,000 rublos.
- Veden! -dijo Kititsyn al guardiamarina que le era mas afin- Vaya con Luibichenko y Belov al Hotchkiss de estribor y dispare a un cable de la proa del junco que encabeza la columna! Ordeno Kititsyn.
De inmediato los tres cadetes corrieron hacia la pieza, y mientras Vladimir Serge Veden apuntaba, Lubichenko abria la recamara, Belov cargaba el ligero proyectil de 3 libras. Fuego! Y el proyectil levanto espuma a 200 metros de la proa del Ma Zu.
Simultáneamente, cuando se elevaban las señales desde el Ao Guang, el Pagasa que tenía el viento a favor se aproximó a 9 nudos al Zavoiko, tomaron curso paralelo, y rápidamente, los tenientes Vierna y Li, junto con 4 hombres armados con Mondragón, abordaron el yate.
- Lieutenant Kititsyn? Sil vous plait, votre revolver - El teniente Manuel Vierna se dirigía con firme cortesía a Kititsyn, para simbólicamente pedir la rendición del Zavoiko.
- Es usted el comandante de la Flotilla española?
- No, el comandante es el Teniente de Navío Azlan, en el junco que izo la orden de abrir fuego.
- Supongo que ese acto hostil nos convierte en presa legítima.
- Exactamente, teniente – confirmo Vierna, con un levísimo atisbo de sonrisa cómplice.
- Cuando embarcaremos hacia Europa? - Intervino Bachmanov.
- Apenas tengamos un transporte, señor.
Luego de desarmar a los oficiales, y a los 6 soldados checos que lo custodiaban en Petropavlovsk, la más reciente adición a la flotilla auxiliar de las Filipinas, el Kulog paso a encabezar la formación en línea de los buques de Azlan y se dirigieron al este, a la isla de Pag Asa, antes conocida como Thitu.
(1) Pag Asa = Esperanza, Matalas = Astuto, en tagalo.
(2) Ma Zu = Antigua Madre, deidad del mar china, protectora de los marineros , Ao Quin = Rey dragon de los mares del Sur, Ao Guang = Rey dragon de los mares del Este.
(3) kulog = rayo, en tagalo.
La verdad nos hara libres
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urquhart
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JUZGADOS DE TOLEDO, ESPAÑA, MAYO DE 1919.
JUZGADOS DE TOLEDO, MAYO DE 1919
Para el Juez Eleiterio Arjona, aquel era el caso más difícil sobre el que debía dictar sentencia. Eran poco habituales en su Juzgado los casos de herencias, la mayoría de campesinos propietarios del Partido Judicial tenían a bien hacer Testamento, casi siempre legando las tierras y la casa familiar al mayor de los hijos, y repartiendo entre los demás el dinero, o compensando el primogénito a los demás con dinero.
Los asuntos de Derecho Civil en su Artido Judicial eran realmente sencillos, tal vez los más problemáticos fueran los de las separaciones matrimoniales, pocas y siempre mal vistas por la sociedad toledana, siempre y cuando la Iglesia no disolviera el matrimonio canónico. Su última nulidad matrimonial, databa de 1913.
Solo interpretaciones de testamentos, nada más que eso, debido a las discrepancias en establecer el inventario de propiedades, en una sociedad que tendía pocas veces a inscribir en los Registros sus propiedades; y los casos de emancipación de menores, que habían tenido algunos repuntes con el estallido de la Guerra, jovenes secundones de muchas familias que deseaban labrarse un camino en el Ejército. Con el reconocimiento de mayoría de edad por un Juez, podían ingresar en el Ejército o en la Marina de Guerra.
Pero aquel caso era diferente. Sorbiendo un café jamaicano, fruto de la enésima captura de la Marina de Guerra, el Juez Arjona repasaba sus apuntes.
Felicísimo García, vecino de Toledo, soltero, de 30 años en el momento de su fallecimiento, y propietario de una tienda de Ultramarinos, fue movilizado en 1914. Destinado al Ejército de Reserva, no fue hasta 1918 cuando entró en acción contra el enemigo. Herido de gravedad en el abdomen, fue trasladado al Hospital de Campaña establecido en el Treatro Victoria Eugenia de San Sebastián.
Entre sorbo y sorbo, Arjona inspiraba una calada de aquel habano, uno de los lujos que podía volver a permitirse tras la liberación de Cuba, aunque el prefería las labores de la Compañía General de Filipinas. Seguía leyendo.
Operado en dos ocasiones de sus heridas, fue atendido por la Dama de Sanidad Doña Gloria Cortavitarte, señorita de la buena sociedad donostiarra. La agonía de García se prolongó durante dos semanas, en las que fue objeto del solicito trato de la Señorita Cortabitarte. Existía documentación firmada por la Enfermera Jefe y el Jefe de Cirugía Abdominal del Hospital que certificaban estos extremos.
Arjona disponía así mismo del immaculado expediente militar de la Dama de Sanidad, en la que no faltaban los elogios de sus superiores, por su abnegación y por no rechazar ninguna de las tareas demandadas, por ingratas que estas fueran. Se había presentado voluntaria para los hospitales de sangre próximos al frente... Doña Gloria Cortavitarte era la versión nacional de Florence Nightingale. Seguió leyendo sus notas.
El soldado Felicísmo García, fallecería, legando sus propiedades a Doña Gloria Cortavitarte, como última voluntad y en agradecimiento del trato y la amibilidad de la Dama. Este legado, del que se incluye copia autentificada en la providencia remitida por los Juzgados de San Sebastián, es manucristo, con fecha y firma. La providencia incluye las declaraciones ante notario, posteriores al fallecimiento de Felicísimo García del sacerdote que le procuró los últimos auxilios espirituales y de dos militares que compartían sala con el fallecido, asegurando que fue la verdadera y última voluntad del legador, estando en posesión de todas sus facultades mentales.
Hasta aquí, Arjona no veía ningún problema. Unas últimas voluntades de un moribundo, legando sus posesiones a la persona que no solo le atendió, quien debió darle consuelo en sus últimas horas. Ahora, sus notas, mostraban la existencia de dos demandantes del legado de Felícisimo García, dos sobrinos, hijos de un medio hermano mayor del fallecido, que reclamaban la herencia.
Don Luis García y Doña Petra García, sobrinos carnales de Don Felicísimo García reclaman la herencia de su tío, argumentando que este falleció sin testamentar, por lo que de acuerdo con el derecho Civil, siendo los parientes más próximos (1), deben ser declarados herederos, impugnando cualquier pretensión de Doña Gloria Cortavitarte.
Debía entonces declarar válido el llamado testamento ológrafo, o por contra debía aplicarse el derecho Civil al píe de la letra. ¿Cuántos hombres habrían fallecido sin hacer testamento? Muchos de los soldados y marineros eran practicamente analfabetos, y facilmente no dejarían escritas sus últimas voluntades, o podrían haber sido ignoradas de quedar sus cuerpos en campo enemigo, o desaprecidos, que decir de los caidos en alta mar. A buen seguro los restos de los soldados caidos en Filipinas estarían pudriendose al sol, y con ellos cualquier atisbo de últimas voluntades. Felicísimo García era comerciante, sabía de letras y números, y todo hacía indicar que deseaba legar su patrimonio a la persona en la que encontró solaz. Aquellos que hubieran caido sin testamentar, pero con hijos, o mujer, o padres, la Ley les procuraba la herencia. pero ¿cuántos soldados carecían de familia directa?
Era de justicia que la Ley, el Derecho Civil, amparara a aquellos hombres que se habían sacrificado por España en los frentes. El Reino no podía negarles sus últimas voluntades. Mientras no quedara recogido en las Leyes, la propia Justicia debía interpretar las existentes, y Felicísimo García solo había incumplido el trámite notarial. Un trámite al que todas luces estaba impedido de acudir, de acuerdo con su estado, habiendo recibido heridas de las que era imposible recuperarse, y que finalmente le llevaron a reunirse con el Creador. Sus testigos no podían ser mejores, un sacerdote y dos militares. El Juez Arjona estaba dispuesto a aplicar la Ley, y por primera vez en muchos años, sentía que hacía Justicia.
Don Jesús, pase a mi despacho; traiga su máquina mecanográfica
Enseguida Señoría...
Empiece a escribir. En la Ciudad de Toledo, a tantos de tantos de 1919..... por tanto en Justicia, Fallamos y debemos Fallar que las últimas voluntades de Don Felicísimo García son válidas a todos los efectos de acuerdo a los antecedentes descritos, desestimando EN SU TOTALIDAD la demanda de Don Luís García y Doña Petra García.
Señoría, permitame felicitarle...
No tan deprisa, no tan deprisa. Falta ver la reacción de los demandantes... y las posibles apelaciones...
Cuando el Presidente Weyler sepa de su sentencia, verá como mueve los hilos y se legisla a tal efecto.
Seguro que sí, Don Jesús, al menos para los hombres en armas. Veremos muchas reacciones en contra... como no, que si se pueden falsificar, que los españoles son analfabetos... Y no olvide que muchas de las leyes de Weyler serán derogadas tan pronto abandone el cargo...
Señoría, tal vez los Señores Diputados y Senadores sepan conservar todo lo bueno que ha representado el Gobierno del Presidente Weyler...
Don Jesús, confía demasiado en la bonhomía de nuestro prócers. Verá, verá querido amigo como tan pronto acabe la Guerra, volverá el nefasto turno...
NOTAS
Basado en una noticia del día de hoy aparecida en varios medios http://politica.elpais.com/politica/201 ... 93226.html
(1) http://www.tuabogadodefensor.com/testamentos/
Para el Juez Eleiterio Arjona, aquel era el caso más difícil sobre el que debía dictar sentencia. Eran poco habituales en su Juzgado los casos de herencias, la mayoría de campesinos propietarios del Partido Judicial tenían a bien hacer Testamento, casi siempre legando las tierras y la casa familiar al mayor de los hijos, y repartiendo entre los demás el dinero, o compensando el primogénito a los demás con dinero.
Los asuntos de Derecho Civil en su Artido Judicial eran realmente sencillos, tal vez los más problemáticos fueran los de las separaciones matrimoniales, pocas y siempre mal vistas por la sociedad toledana, siempre y cuando la Iglesia no disolviera el matrimonio canónico. Su última nulidad matrimonial, databa de 1913.
Solo interpretaciones de testamentos, nada más que eso, debido a las discrepancias en establecer el inventario de propiedades, en una sociedad que tendía pocas veces a inscribir en los Registros sus propiedades; y los casos de emancipación de menores, que habían tenido algunos repuntes con el estallido de la Guerra, jovenes secundones de muchas familias que deseaban labrarse un camino en el Ejército. Con el reconocimiento de mayoría de edad por un Juez, podían ingresar en el Ejército o en la Marina de Guerra.
Pero aquel caso era diferente. Sorbiendo un café jamaicano, fruto de la enésima captura de la Marina de Guerra, el Juez Arjona repasaba sus apuntes.
Felicísimo García, vecino de Toledo, soltero, de 30 años en el momento de su fallecimiento, y propietario de una tienda de Ultramarinos, fue movilizado en 1914. Destinado al Ejército de Reserva, no fue hasta 1918 cuando entró en acción contra el enemigo. Herido de gravedad en el abdomen, fue trasladado al Hospital de Campaña establecido en el Treatro Victoria Eugenia de San Sebastián.
Entre sorbo y sorbo, Arjona inspiraba una calada de aquel habano, uno de los lujos que podía volver a permitirse tras la liberación de Cuba, aunque el prefería las labores de la Compañía General de Filipinas. Seguía leyendo.
Operado en dos ocasiones de sus heridas, fue atendido por la Dama de Sanidad Doña Gloria Cortavitarte, señorita de la buena sociedad donostiarra. La agonía de García se prolongó durante dos semanas, en las que fue objeto del solicito trato de la Señorita Cortabitarte. Existía documentación firmada por la Enfermera Jefe y el Jefe de Cirugía Abdominal del Hospital que certificaban estos extremos.
Arjona disponía así mismo del immaculado expediente militar de la Dama de Sanidad, en la que no faltaban los elogios de sus superiores, por su abnegación y por no rechazar ninguna de las tareas demandadas, por ingratas que estas fueran. Se había presentado voluntaria para los hospitales de sangre próximos al frente... Doña Gloria Cortavitarte era la versión nacional de Florence Nightingale. Seguió leyendo sus notas.
El soldado Felicísmo García, fallecería, legando sus propiedades a Doña Gloria Cortavitarte, como última voluntad y en agradecimiento del trato y la amibilidad de la Dama. Este legado, del que se incluye copia autentificada en la providencia remitida por los Juzgados de San Sebastián, es manucristo, con fecha y firma. La providencia incluye las declaraciones ante notario, posteriores al fallecimiento de Felicísimo García del sacerdote que le procuró los últimos auxilios espirituales y de dos militares que compartían sala con el fallecido, asegurando que fue la verdadera y última voluntad del legador, estando en posesión de todas sus facultades mentales.
Hasta aquí, Arjona no veía ningún problema. Unas últimas voluntades de un moribundo, legando sus posesiones a la persona que no solo le atendió, quien debió darle consuelo en sus últimas horas. Ahora, sus notas, mostraban la existencia de dos demandantes del legado de Felícisimo García, dos sobrinos, hijos de un medio hermano mayor del fallecido, que reclamaban la herencia.
Don Luis García y Doña Petra García, sobrinos carnales de Don Felicísimo García reclaman la herencia de su tío, argumentando que este falleció sin testamentar, por lo que de acuerdo con el derecho Civil, siendo los parientes más próximos (1), deben ser declarados herederos, impugnando cualquier pretensión de Doña Gloria Cortavitarte.
Debía entonces declarar válido el llamado testamento ológrafo, o por contra debía aplicarse el derecho Civil al píe de la letra. ¿Cuántos hombres habrían fallecido sin hacer testamento? Muchos de los soldados y marineros eran practicamente analfabetos, y facilmente no dejarían escritas sus últimas voluntades, o podrían haber sido ignoradas de quedar sus cuerpos en campo enemigo, o desaprecidos, que decir de los caidos en alta mar. A buen seguro los restos de los soldados caidos en Filipinas estarían pudriendose al sol, y con ellos cualquier atisbo de últimas voluntades. Felicísimo García era comerciante, sabía de letras y números, y todo hacía indicar que deseaba legar su patrimonio a la persona en la que encontró solaz. Aquellos que hubieran caido sin testamentar, pero con hijos, o mujer, o padres, la Ley les procuraba la herencia. pero ¿cuántos soldados carecían de familia directa?
Era de justicia que la Ley, el Derecho Civil, amparara a aquellos hombres que se habían sacrificado por España en los frentes. El Reino no podía negarles sus últimas voluntades. Mientras no quedara recogido en las Leyes, la propia Justicia debía interpretar las existentes, y Felicísimo García solo había incumplido el trámite notarial. Un trámite al que todas luces estaba impedido de acudir, de acuerdo con su estado, habiendo recibido heridas de las que era imposible recuperarse, y que finalmente le llevaron a reunirse con el Creador. Sus testigos no podían ser mejores, un sacerdote y dos militares. El Juez Arjona estaba dispuesto a aplicar la Ley, y por primera vez en muchos años, sentía que hacía Justicia.
Don Jesús, pase a mi despacho; traiga su máquina mecanográfica
Enseguida Señoría...
Empiece a escribir. En la Ciudad de Toledo, a tantos de tantos de 1919..... por tanto en Justicia, Fallamos y debemos Fallar que las últimas voluntades de Don Felicísimo García son válidas a todos los efectos de acuerdo a los antecedentes descritos, desestimando EN SU TOTALIDAD la demanda de Don Luís García y Doña Petra García.
Señoría, permitame felicitarle...
No tan deprisa, no tan deprisa. Falta ver la reacción de los demandantes... y las posibles apelaciones...
Cuando el Presidente Weyler sepa de su sentencia, verá como mueve los hilos y se legisla a tal efecto.
Seguro que sí, Don Jesús, al menos para los hombres en armas. Veremos muchas reacciones en contra... como no, que si se pueden falsificar, que los españoles son analfabetos... Y no olvide que muchas de las leyes de Weyler serán derogadas tan pronto abandone el cargo...
Señoría, tal vez los Señores Diputados y Senadores sepan conservar todo lo bueno que ha representado el Gobierno del Presidente Weyler...
Don Jesús, confía demasiado en la bonhomía de nuestro prócers. Verá, verá querido amigo como tan pronto acabe la Guerra, volverá el nefasto turno...
NOTAS
Basado en una noticia del día de hoy aparecida en varios medios http://politica.elpais.com/politica/201 ... 93226.html
(1) http://www.tuabogadodefensor.com/testamentos/
Tempus Fugit
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Xenophonte
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
Esta en los planes otra' visita' de la Armada Española a Hong Kong? 
''Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana" J. Artigas.
''El ladrón piensa que todos son de su condición'':refrán popular Castellano.
''El ladrón piensa que todos son de su condición'':refrán popular Castellano.
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Xenophonte
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JUZGADOS DE TOLEDO, ESPAÑA, MAYO DE 1919.
urquhart escribió:JUZGADOS DE TOLEDO, MAYO DE 1919
Enseguida Señoría...
Empiece a escribir. En la Ciudad de Toledo, a tantos de tantos de 1919..... por tanto en Justicia, Fallamos y debemos Fallar que las últimas voluntades de Don Felicísimo García son válidas a todos los efectos de acuerdo a los antecedentes descritos, desestimando EN SU TOTALIDAD la demanda de Don Luís García y Doña Petra García.Señoría, permitame felicitarle...
No tan deprisa, no tan deprisa. Falta ver la reacción de los demandantes... y las posibles apelaciones...
Cuando el Presidente Weyler sepa de su sentencia, verá como mueve los hilos y se legisla a tal efecto.
Seguro que sí, Don Jesús, al menos para los hombres en armas. Veremos muchas reacciones en contra... como no, que si se pueden falsificar, que los españoles son analfabetos... Y no olvide que muchas de las leyes de Weyler serán derogadas tan pronto abandone el cargo...
Señoría, tal vez los Señores Diputados y Senadores sepan conservar todo lo bueno que ha representado el Gobierno del Presidente Weyler...
Don Jesús, confía demasiado en la bonhomía de nuestro prócers. Verá, verá querido amigo como tan pronto acabe la Guerra, volverá el nefasto turno...[/i]
Es de esperar que Weiler y los 'Weyleristas' logren que se elija a un sucesor, que conserve su legado y continue su obra.
Última edición por Xenophonte el 03 Dic 2014, 23:16, editado 2 veces en total.
''Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana" J. Artigas.
''El ladrón piensa que todos son de su condición'':refrán popular Castellano.
''El ladrón piensa que todos son de su condición'':refrán popular Castellano.
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