Crisis de la República romana

[de guiner]

La sucesión al trono de Numidia


El orden político establecido por Roma en África, tras la destrucción de Cartago, se vio cuestionado con la muerte del rey Micipsa, ya que su fallecimiento abría el problema de la sucesión al trono de Numidia. Este reino, fortalecido por los romanos como pago por la ayuda prestada contra Cartago por el padre de Micipsa, Massinisa, se extendía por la actual Argelia, entre la provincia romana de África, al este, y el reino de Bocco de Mauritania, al oeste.
Durante el reinado de Micipsa, Numidia se había enriquecido, siendo un punto preferente de gran número de negotiatores romanos e itálicos, que habían extendido sus negocios por su territorio, con la capital Cirta, como base principal.
Los beneficiarios del trono eran los dos hijos de Micipsa, Adherbal y Hiempsal, y su sobrino Jugurta.

Jugurta, hijo de Mastanábal y una concubina, y por lo tanto nieto bastardo de Massinisa, había conseguido con sus servicios a las armas romanas en el sitio de Numancia, al lado de Escipión Emiliano, atar fuertes lazos con la nobilitas romana.

Escipión, en la despedida que tuvo con Jugurta en Hispania, le entregó una carta para Micipsa:

"El valor de tu Jugurta en la guerra de Numancia ha sido extraordinario, cosa que estoy seguro te servirá de alegría. Nosotros le queremos por los méritos que ha contraído, e intentaremos por todos los medios que el senado y el pueblo romano tengan los mismos sentimientos. En cuanto a ti, te felicito en nombre de nuestra amistad. Tienes un hombre digno de ti y de su abuelo Masinisa"

Salustio, Guerra de Jugurta, 9



Micipsa adoptó a Jugurta y lo nombró heredero en su testamento, en pie de igualdad con sus hijos. Los problemas entre ellos no iban a tardar mucho en surgir.

[de guiner]

117


Entran en funciones los cónsules Lucio Cecilio Metelo Diademato y Quinto Mucio Escévola Augur

[L. Caecilius Metellus, Q. Mucius Scaevola]



Situación en Numidia


Los tres herederos de Micipsa, Adherbal, Hiempsal y Jugurta, tras los funerales del rey, concretaron una reunión para discutir los asuntos relativos al reino. Jugurta dejó caer entre otras medidas la de que convenía derogar todas las propuestas y decretos del último quinquenio, pues durante ese tiempo Micipsa, abrumado por los años, no había tenido mucho ánimo. Hiempsal replicó que él también estaba de acuerdo con lo mismo, pues en estos tres últimos años era cuando el propio Jugurta había entrado por adopción en la casa real. A partir de estos momentos, Jugurta planeó deshacerse de Hiempsal. Finalizada la reunión, puesto que no llegaron a un acuerdo, decidieron dividir los tesoros y fijar los límites a los dominios de cada cual. En consecuencia, señalaron un plazo para ambas cosas, pero el más breve para la distribución del dinero.

"Entretanto, los príncipes partieron cada cual por su lado hacia lugares próximos a los tesoros. Pero Hiempsal se hospedaba casualmente, en la ciudad de Tírmida, en casa de quien había sido lictor principal de Jugurta y siempre muy querido y favorecido por éste. Jugurta carga de promesas a este agente enviado por el destino, y le obliga a que vaya a su casa como a ver lo suyo, y prepare un duplicado de las llaves (pues las llaves originales se las entregaban siempre a Hiempsal); por lo demás, llegada la ocasión, él vendría con un importante comando. El númida ejecuta en breve lo mandado y, tal como se le había preceptuado, introduce de noche a los soldados de Jugurta. Cuando irrumpieron éstos en la mansión, se separaron, y unos buscaban al rey, otros mataban a los que dormían o a los que les salían al paso, rebuscaban en lugares recónditos, hacían saltar cerrojos, armaban una barahúnda de estrépito y tumulto, cuando en esto hallan a Hiempsal ocultándose en la choza de una esclava, donde se había refugiado al principio, asustado e ignorante del lugar. Los númidas, según las órdenes recibidas, llevan su cabeza a Jugurta"

Salustio, Guerra de Jugurta 12


La noticia del magnicidio se difundió por todo el reino y la provincia romana de África.


Nota: He leído en algunos sitios que Marco Porcio Catón (cónsul en 118) fue enviado para mediar entre los tres herederos (Salustio, fuente principal de estos hechos, no lo menciona) pero la única constancia de la presencia de Porcio Catón en África que he encontrado la da Aulo Gelio:

"... fue cónsul con Q. Marcio Rex. Durante este consulado, marchó a Africa y en aquella provincia encontró la muerte"

Noches Áticas, XIII, 20, 10

Al parecer falleció en 117 siendo procónsul de la provincia de África

[de guiner]

Derrota y huida de Adherbal


Tras la muerte de Hiempsal, los numidas se dividieron en dos bandos; la mayoría siguió a Adherbal pero lo mejor de las tropas se puso de parte de Jugurta. En consecuencia, Jugurta armó al mayor contingente que pudo reunir, sometió a las ciudades, en parte por la fuerza, otras voluntariamente, y se dispuso a ejercer el mando en toda Numidia.
Adherbal, una vez que envió mensajeros a Roma para informar al senado de la muerte de su hermano, no obstante, se preparó para el combate confiando en el número de tropas que había podido reunir. Pero cuando se llegó a las armas, vencido Adherbal, huyó hacia la provincia romana de África y, desde allí, partió en dirección a Roma.

Jugurta, alcanzado su propósito de adueñarse de toda Numidia, temeroso de la reacción de Roma ante las quejas de Adherbal, envió una embajada con mucho oro y plata, y les dio el encargo de que primero colmarán de regalos a sus amigos que tenía en la ciudad y, luego, se granjeasen otros nuevos que pudieran servir a su causa.

[de guiner]

Sucesos en Roma


Este año se celebraron dos triunfos:

L. Caecilius L.f. Q.n. Metellus Delmaticus, procónsul, sobre los dálmatas, 3 n[on... ]

Q. Marcius Q.f. Q.n. Rex, procónsul, sobre los Ligures Styni, 3 non.Dec.

Fasti Triumphales


Caio Mario se presentó a las elecciones a edil curul:

"Tras su experiencia como tribuno de la plebe, se presentó como candidato a la edilidad mayor, ya que hay dos órdenes de ediles: el primero el de los curules, que toma su nombre de las sillas de patas curvas en las que estos magistrados se sientan para ejercer sus funciones; el segundo, de inferior categoría, al que denominan plebeyo. Una vez que se ha elegido a los de mayor dignidad, se procede a una nueva votación para la elección de los otros. Así pues, cuando se supo que Mario había salido derrotado en la primera categoría, cambió de inmediato de táctica y concurrió en la otra, actitud que fue juzgada insolente y presuntuosa, por lo que también fue derrotado"

Plutarco

[de guiner]

116

Enran en funciones los cónsules Quinto Fabio Máximo Eburno y Caio Licinio Geta

[Q. Fabius Maximus, C. Licinius Geta]


"Una vez dueño de la cabeza de Hiempsal, después de atacar a Adherbal y que éste se hubiese refugiado en Roma, se atrajo a su causa al Senado con el soborno enviado por medio de sus embajadores"

Lucio Anneo Floro I, 36


Llegada la embajada enviada por Jugurta a Roma, siguiendo las instrucciones de éste, contactaron con sus amigos de la nobilitas y repartieron los regalos que llevaban para ellos a la vez que por la meciación de éstos contactaron con otros miembros del senado con la intención de ganárselos para su causa.

Confiados los embajadores de que no se iban a tomar medidas severas contra Jugurta, esperaron hasta el día en el que se fijó la audiencia en el senado. Adherbal fue el primero en tomar la palabra; tras un largo discurso de éste, los embajadores de Jugurta expusieron brevemente sus argumentos, fiados más de sus dádivas que de su causa.
Una vez escuchadas ambas partes, en el senado comenzó la reunión para solucionar la cuestión de Numidia. Muchos eran los que estaban a favor de Jugurta, pero una parte del senado, liderada por Marco Emilio Escauro (será cónsul al año siguiente), eran del parecer que había que posicionarse con Adherbal y castigar severamente a Jugurta por la muerte de Hiempsal.

"Triunfó, sin embargo, en el senado la parte aquella que anteponía a la verdad el dinero o el favor"

Salustio, Guerra de Jugurta 16


El senado decretó que una comisión de diez miembros repartiera entre Jugurta y Adherbal el reino de Numidia. Como jefe de la comisión fue elegido Lucio Opimio (el destructor de Fregellae en 125 y cónsul en 121).

Jugurta no tardó en abordar a la comisión una vez que llegaron a tierras africanas:


"A los restantes miembros de la comisión, abordándolos por el mismo camino, los conquistó en su mayoría; unos pocos tuvieron más amor a su lealtad que al dinero. En el reparto, la parte de Numidia que toca a Mauritania, más exuberante en tierras y población, fue entregada a Jugurta. Adherbal se quedó con aquella otra de mejor aspecto que utilidad, que contaba con más puertos y estaba dotada de más construcciones"

Salustio, Guerra de Jugurta 16


Es decir, a Adherbal le correspondió la parte oriental del reino, inmediata a la provincia romana de África. Pese a que en el texto de Salustio se lee "de mejor aspecto que utilidad", en esta parte estaba ubicada Cirta, la capital, donde más fuertes eran los intereses de los negotiatores romanos e itálicos; mientras, Jugurta recibía la zona occidental.


Nota: No debe confundirse la provincia romana de Numidia (o Numidia Nova) con el reino de Numidia, que Massinisa había extendido hacia el oeste a expensas de Sifax, y hacia el este, con la connivencia de los romanos, a expensas de Cartago. Su extensión máxima alcanzaba 1.600 kilómetros de este a oeste. Después de la derrota de Cartago el límite entre el África romana y Numidia venía representado por la Fossa Regia

[de guiner]

115


Entran en funciones los cónsules Marco Emilio Escauro y Marco Cecilio Metelo

[M. Aemilius Scaurus, M. Caecilius Metellus]


Caio Mario inicia su cargo de pretor. Se había presentado el año anterior y salió elegido el último de todos.



Marco Emilio Escauro comenzó una campaña contra varias tribus alpinas. Aurelio Victor dice que derrotó a los ligures tauriscos pero en el triunfo que se le concedió:

M. Aemilius M.f. L.n. Scaurus, cónsul, sobre los carnos galos, 5 [...De]c.


Estos carnos (o carni) eran un pueblo de lengua y cultura celta que se había asentado, en el siglo IV aC, en la región oriental alpina. La victoria de Escauro fue fácil pues en pocos días esta tribu acabó por someterse. Frontino, en su obra "Estratagemas", nos dice que Emilio Escauro dejó registrado en sus memorias que su ejército respetó todo el territorio a su paso, dando el ejemplo de un árbol frutal, que se hallaba en el extremo de su recinto fortificado, y amaneció al día siguiente intacto. Por lo que respecta a los carnos, se les permitiría colonizar la llanura entre el río Livenza y los Prealpes julianos, zona que ya anteriormente habían intentado ocupar entrando en conflicto con romanos y vénetos.


Sobre los hechos acontecidos este año, poco más que decir. Emilio Escauro presentó dos leyes que fueron aprobadas: la lex Aemilia sumptuaria y la lex Aemilia de libertinorum sufragiis


En lo tocante a la cuestión africana, en un principio no parecía especialmente digna de consideración para el senado al inscribirse la misma en un contexto de una política largamente experimentada de regulación de relaciones con los estados clientes de Roma, que con poco esfuerzo se pretendía mantener una encubierta supremacía evitando los peligros de una guerra de consecuencias imprevisibles.

[de guiner]

114



Entran en funciones los cónsules Manio Acilio Balbo y Caio Porcio Catón

[M. Acilius Balbus, C. Porcius Cato]




Derrota frente a los escordiscos


Al cónsul Caio Porcio Catón le correspondió la provincia de Macedonia.

Los escordiscos, que pudieron ser contenidos en 119, van a infligir una aplastante derrota a los romanos.

"Tras los macedonios, así lo decretaron los dioses, se rebelaron los tracios, tributarios en otro tiempo de los macedonios; no contentos ya con sus incursiones a las provincias cercanas, Tesalia y Dalmacia •, llegaron hasta el mar Adriático; detenidos por esta barrera, por una interrupción, por así decirlo de la naturaleza, giraron sus dardos contra las propias aguas. Durante todo este tiempo no dejaron de practicar crueldad alguna, ensañándose contra sus prisioneros: ofrecían libaciones a sus dioses con sangre humana, bebían en calaveras, mancillaban la muerte, provocada tanto por el fuego como por el humo, con juegos de todo tipo, incluso arrancaban los fetos de las mujeres embarazadas con torturas. Los escordiscos fueron los más sanguinarios de todos los tracios, y, además, a su fuerza se añadía la astucia. La ubicación de sus bosques y montes estaba en consonancia con su temperamento; en consecuencia, no sólo derrotaron y pusieron en fuga al ejército que mandaba Catón, sino —¡hecho prodigioso!— lo capturaron en pleno"

Lucio Anneo Floro I, 39, 1-4


• Referirse a Tesalia y Dalmacia como provincias en estos momentos es uno de los habituales anacronismos de este autor


Amiano Marcelino, erróneamente, menciona la muerte del cónsul:

"Una parte de esta región era habitada por los escordiscos, que ahora viven en tierras muy alejadas. Eran entonces pueblos crueles y sanguinarios que, según se narraba en la antigüedad, sacrificaban a los cautivos y se los ofrecían a Belona y a Marte, después de lo cual bebían ansiosamente sangre en sus cráneos.
Además sabemos que con frecuencia los romanos, tras soportar numerosas penalidades en la lucha, sucumbieron finalmente ante su dureza y llegaron a perder algún ejército completo incluyendo a su general"

XXVII, 4,4

Erróneamente porque Caio Porcio Catón sería acusado de concusión a su retorno a Roma:

"Pues el consular Caio Catón, nieto de Marco Catón (Catón el Censor), hijo de la hermana del Africano, fue condenado por concusión a su vuelta de Macedonia"

Valerio Maximo II, 8


La derrota fue completa y esta catástrofe abrió las puertas de Grecia a los escordiscos, que llegaron en sus incursiones hasta Delfos, aunque las fuentes prefieren comentar las usanzas exóticas de esta tribu, como ya se ha visto. Otro ejemplo de lo que les esperaba a los soldados de Catón:

".. entre otras acciones horribles de decir y escuchar, que cometían en la persona de los prisioneros, usaban, cuando tenían que beber, con avidez y sin asco, como si fuesen auténticos recipientes, los huesos arrancados de las cabezas humanas, todavía con sangre y con pelos y sin haber limpiado totalmente de sus cavernas interiores los sesos que no habían sido bien sacados; de estos pueblos, los más crueles e inhumanos son los escordiscos"

Orosio V, 23, 18

[de guiner]

Otros hechos



• Frontino narra un incidente producido probablemente a raíz de la derrota de Caio Porcio Catón:

"Cuando Lúculo fue puesto a cargo de una guarnición de dos cohortes en Heraclea, la caballería de los escordicos, fingiendo ahuyentar a los habitantes, provocó una salida. Entonces, cuando Lúculo los siguió, ellos lo hicieron caer en una emboscada, fingiendo la huída, y lo mataron junto con ochocientos de sus seguidores"

Estratagemas III, 10, 7


• A Caio Mario, que le había correspondido la Hispania Ulterior, en calidad de propretor, limpió la provincia de bandidos (Plutarco).


• Se censaron trescientos noventa y cuatro mil trescientos treinta y seis ciudadanos

[de guiner]

113



Entran en funciones los cónsules Caio Cecilio Metelo Caprario y Cneo Papirio Carbo

[C. Caecilius Metellus Caprarius, Cn. Papirius Carbo]




A la derrota de Caio Porcio Catón frente a los escordiscos se le iba a sumar un nuevo desastre que, si bien en la periferia del dominio romano, iba a desatar una ola de terror popular y de histeria colectiva, que se proyectaría sobre la política interna romana. A partir de ahora se va a poner de manifiesto la precaria estabilidad del gobierno senatorial y la intranquilidad popular, pasto fácil de manipulaciones en el contexto de las rivalidades internas y de la lucha por el poder de la clase política.


Migración de cimbrios y teutones


Por motivos desconocidos, posiblemente debidos a un cambio climático, durante la llamada Cultura de Jastorf, los cimbrios abandonaron sus tierras natales del Mar Báltico y se desplazaron hacia el sureste.

"También le parece verosímil (a Posidonio) que la emigración de los cimbrios y de los otros pueblos relacionados tuviera lugar en un avance del mar que no sucedió de golpe"

Estrabón II, 3, 6

Se unieron muy pronto con sus vecinos, por lo que, hacia el 120, los cimbrios, junto a teutones y ambrones, marcharon desde el Quersoneso Cimbrico (actual Jutlandia) hasta los Alpes.


"En un principio estos rumores ofrecían datos poco fiables acerca de la cantidad y la potencia del ejército que se aproximaba, pero más tarde se confirmó que estas estimaciones se encontraban por debajo de la realidad, ya que llegaba a los trescientos mil el número de hombres armados que avanzaban, así como una multitud todavía más numerosa —según dicen— de mujeres y de niños que les acompañaban en busca de tierra que alimentara una masa de gente tal y ciudades en las que establecerse y vivir, del mismo modo que con anterioridad a ellos, como tenían entendido, los celtas habían ocupado la mejor parte de Italia despojando de ella a los etruscos"

Plutarco, Mario

[de guiner]

Batalla de Noreia



El cónsul Cneo Papirio Carbo salió a su encuentro en Noreia, cerca de Klagenfurt:



"Una banda numerosa de teutones, que estaba entregada al saqueo, invadió el territorio de Nórico. El cónsul romano Papirio Carbo, temeroso de que invadieran Italia, tomó posiciones en los Alpes, en un lugar donde el paso era muy estrecho. No obstante, como ellos no avanzaron, les atacó bajo la acusación de que habían invadido el pueblo de Nórico, que era amigo de los romanos. Era costumbre de Roma hacer amigos a aquellos que se entregaban para ser aliados, pero sin que hubiera obligación de defenderlos como a tales. Los teutones, al aproximarse Carbo, le enviaron embajadores para decirle que desconocían la existencia de una relación tal entre los romanos y los habitantes de Nórico, y que, en el futuro, se abstendrían de molestarlos. Éste alabó a los embajadores y les proporcionó guías para el viaje de regreso, pero encargó a los guías, en secreto, que siguieran una ruta más larga. Entonces él atravesó por una más corta y atacó a los teutones de improviso, mientras se hallaban todavía descansando. Sin embargo, pagó por su perfidia con la pérdida de muchos hombres. Y tal vez hubieran muerto todos, de no haber sido porque la oscuridad y un enorme aguacero que se desencadenó en el transcurso de la batalla, acompañado de fuertes truenos, separaron a los combatientes y pusieron fin al combate por el temor que inspiraba el firmamento. Aún así, los romanos se refugiaron en los bosques en grupos pequeños y se reunieron a duras penas tres días más tarde. Los teutones pasaron a la Galia"

Apiano, Exc. de las embajadas de los pueblos 7


• Como se ha comentado, la derrota de Caio Porcio Catón y ésta de Papirio Carbo, van a poner de manifiesto la precariedad del gobierno de la nobilitas senatorial, pero serán las dificultades que van a surgir en el otro extremo del territorio bajo influencia romana, en África concretamente, las que proporcionarán los más fuertes argumentos para poner en entredicho a ese gobierno que ya había mostrado su debilidad.

[de guiner]

Numidia


Después de que, tras el reparto del reino, la comisión romana abandonó África, Jugurta poco tardó en poner sus miras en la parte que le había correspondido a Adherbal. Con un gran contingente de tropas penetró en su territorio y apresó a muchas personas con sus rebaños, rapiñando un gran botín e incendiando los caseríos que encontraba a su paso. Después de que su caballería se dedicara a asolar la mayor parte del territorio, regresó a sus posesiones occidentales. Su intención era esperar una respuesta armada de Adherbal, hecho que que constituiría para él un motivo de guerra. Pero Adherbal, a sabiendas de su inferioridad y confiando en la amistad con los romanos, se limitó a enviar una embajada a Jugurta para protestar por el daño inferido. Si bien recibió una respuesta insultante, Adherbal decidió aguantar todo antes de emprender una guerra. Jugurta no decidió esperar más; en lugar de una acción de saqueo, organizó un gran ejército. Esta vez no sólo marchó devastando los campos sino que dirigió sus fuerzas contra las ciudades que encontraba a su paso.

Cuando Adherbal comprendió que al llegar a tal extremo debía abandonar su reino o conservarlo por las armas, organizó por la fuerza un ejército y salió al encuentro de Jugurta. Ambos ejércitos se encontraron no lejos del mar, cerca de la ciudad de Cirta y, dado que se acercaba la noche, no se entabló combate. Una vez que hubo transcurrido la mayor parte de la noche, los soldados de Jugurta, todavía a la luz incierta del amanecer, dieron la señal e invadieron el campamento de Adherbal, sorprendiendo a la mayoría medio dormidos y a otros mientras cogían sus armas. Éstos fueron puestos en fuga y dispersados. Adherbal consiguió refugiarse en Cirta junto a unos pocos jinetes y, si un gran número de itálicos no hubiese impedido a los numidas que le perseguían aproximarse a las murallas, la guerra habría finalizado aquel mismo día. En consecuencia, Jugurta puso cerco a la plaza y emprendió su conquista mediante manteletes, torres y maquinaria de toda clase, dándose la mayor prisa para anticiparse a los diplomáticos que, según había oído, habían sido enviados a Roma por Adherbal antes de que tuviese lugar el combate.

Cuando el senado romano tuvo noticias de la guerra emprendida por Jugurta, despachó a tres senadores de rango inferior (pedarii) para que se entrevistaran con los dos reyes y les comunicaran que, en el nombre del senado y del pueblo romano, debían abandonar inmediatamente las armas y dirimieran sus diferencias por vías legales.

Los embajadores llegaron a toda prisa a África (el viaje duraba entre dos y cuatro días) y se entrevistaron con Jugurta transmitiéndole el mensaje del senado. Jugurta respondió que para él no había nada más grande y querido que la autoridad de Roma, que su acto de guerra respondía a un atentado contra su vida por parte de Adherbal; al descubrir el hecho, él había plantado cara a su criminal acción. El pueblo romano no obraría bien ni en justicia si le privaba del derecho de gentes. Por último, para tratar todas estas cuestiones enviaría en breve plenipotenciarios a Roma. Así se separan ambas partes. Con Adherbal no hubo posibilidades de concertar una entrevista.

Una vez que Jugurta calculó que los comisionados romanos habían salido de África, al no serle posible tomar Cirta por las armas, dada su situación, pues estaba rodeada de profundos barrancos, por los cuales fluía el río Ansaga (el único acceso libre era por el suroeste), rodeó sus murallas con una empalizada y un foso, levantó torres y las robusteció con destacamentos.

Cuando Adherbal comprendió que su suerte corría un peligro extremo, que no había esperanza alguna de socorro, y que por falta de lo necesario no se podía prolongar la guerra, escogió entre los que se habían refugiado con él en Cirta a los dos más decididos, y, haciéndoles muchas promesas, los convenció para que atravesasen de noche las trincheras enemigas hasta el punto de la costa más cercano, y de ahí se dirigieran a Roma.

[de guiner]

"Le Cavalier Numide", por Hocine Ziani

[de guiner]

112


Entran en funciones los cónsules Lucio Calpurnio Pisón Cesonino y Marco Livio Druso

[L. Calpurnius Piso Caesoninus, M. Livius Drusus]


A Livio Druso le correspondió la provincia de Macedonia con la misión de contener a los escordiscos.



El senado recibió a los dos emisarios enviados por Adherbal, los cuales leyeron una carta en la que se exponían las quejas contra Yugurta. A la lectura de la misiva, hubo quienes propusieron enviar un ejército a África para socorrer a Adherbal cuanto antes y que, mientras, se tomasen medidas contra Jugurta por no haber hecho caso a los comisionados enviados el año anterior. Pero los partidarios de éste impidieron que se decretara nada al respecto. Con todo, se optó por mandar una delegación compuesta por senadores de rango pretoriano (recordemos que la comisión anterior estuvo compuesta por tres senadores de rango inferior «pedarii»), de la nobilitas, que ya habían desempeñado altos cargos. Entre ellos estaba Marco Emilio Escauro (cónsul en 115 y senatus princeps).


Los delegados llegaron en breve a Útica desde donde despacharon una misiva a Jugurta instándole a que se presentase cuanto antes en la provincia romana para entrevistarse con ellos.

[de guiner]

Muerte de Adherbal



Cuando Jugurta se enteró de la llegada de la delegación romana decidió apoderarse de Adherbal antes de contactar con los delegados, pues sabía que más dilaciones encenderían los ánimos, sobre todo, de Marco Emilio Escauro. En consecuencia, desplegó a todo su ejército alrededor de Cirta y puso todo su empeño en irrumpir en la ciudad. Al no conseguirlo, se dirigió a la provincia romana junto a unos pocos jinetes de escolta.

Al tenerse estas noticias en Cirta, los itálicos (Italici) •, gracias a cuyo arrojo se mantenían defendidas las murallas, confiaron en que bajo la proteción de Roma, la ciudad no sufriría ultrajes si capitulaban; convencieron a Adherbal de que dejara el resto al senado romano. Adherbal, temiendo la oposición de su círculo más cercano, firmó la rendición en los términos que habían propuesto los itálicos.

Pese a que Jugurta recibió todo tipo de amenazas en Útica, cuando retornó a Cirta, torturó y asesinó en primer lugar a Adherbal, después, sin distinción, ejecutó a todas las tropas que encontró en la ciudad y a los comerciantes itálicos, conforme salían al encuentro armados.

Enterados en Roma de la noticia, los partidarios de Jugurta, con su obstruccionismo y su influencia unas veces, otras dando largas en discusiones, trataron de atenuar la gravedad del hecho.

"Y si Caio Memio, tribuno electo de la plebe, hombre de arrestos y enemigo del poder de la nobleza, no hubiera hecho ver al pueblo romano que lo que se pretendía era perdonar su crimen a Jugurta gracias a unos pocos intrigantes, enseguida se hubiese disipado toda la inquina con el retraso de las deliberaciones: tan grande era la fuerza de la influencia y del dinero del rey"

Salustio, Guerra de Jugurta 27

Finalmente, el senado acordó decretar para los futuros cónsules (en virtud de, recordemos, aquella Lex Sempronia para la asignación de provincias antes de las elecciones) Numidia e Italia.


La guerra era inevitable.


• Con la palabra Italici, Salustio se refiere a la gente de los municipios de suelo itálico, sin excluir a los romanos propiamente dichos. A todos ellos se les llamaba en las provincias togati para distinguirlos de los provinciales. Estos Italici se dedicaban al comercio y a la agricultura

[de guiner]

Frontera septentrional


Como se ha dicho al iniciar el año, al cónsul Marco Livio Druso le correspondió la provincia de Macedonia con la misión de contener a los escordiscos, contra los cuales no se había tomado ninguna medida desde que derrotaron al cónsul Caio Porcio Catón (114).

Pocas noticias hay sobre el hecho, pero todo apunta a que logró contenerlos, derrotarlos y obligarlos a cruzar el Danubio,

"El cónsul Livio Druso combatió con éxito en Tracia contra los escordiscos, pueblo oriundo de la Galia"

Periochae LXIII


"Después, acudió Druso y les impidió cruzar el Danubio"

Lucio Anneo Floro I, 39, 5


"Marco Druso los confinó dentro de sus propias fronteras"

Festo: Breviarium [9]

http://www.attalus.org/translate/festus.html#9


En estos textos suelen colocar antes a Tito Didio, tribuno de la plebe del 103 y gobernador de Macedonia en 100/99 (Amiano Marcelino lo confunde con Marco Didio), cosa que puede inducir a error a la hora de establecer un orden cronológico. Pero, por el momento, baste decir que Livio Druso los pudo contener y derrotar:

FT:

110 [M. Livius C.f. M.Aemiliani n.] Drusus, [procónsul, sobre los escordiscos] y Macedonios, k.Mai. {1 de mayo}