El Visitante. Historia Alternativa de la Segunda Guerra Mund

[Domper]

Leji

13 de Julio de 1941

Haj Amin el-Husseini no era el único que mascaba su resentimiento. A poco más de 60 kilómetros dos hombres, hasta ahora enemigos irreconciliables, intentaban diseñar una estrategia común.

Durante los años treinta algunos judíos habían preferido responder con el ojo por ojo a los ataques que sufrían por terroristas árabes. El grupo Irgún había atacado a los árabes palestinos con balas y bombas y, cuando los británicos prohibieron en 1939 la inmigración judía a Palestina, dirigieron su odio contra los ocupantes. Los ingleses respondieron apresando a sus dirigentes. Pero al desencadenarse la guerra el Irgún, siguiendo las instrucciones de la agencia judía, había pasado a apoyar a los británicos. No todos aceptaron el cambio, y un grupo de combatientes, liderados por Avraham Stern, formaron el grupo Leji, furiosamente antibritánico. Mientras Stern intentaba conseguir ayuda italiana y alemana, el Irgún luchaba hombro a hombro con los ingleses. David Raziel, su jefe, había perecido en el bombardeo del aeródromo de Habbaniya en Irak. Su compañero Yaakov Meridor, que había sido levemente herido en el ataque, había vuelto a Palestina para organizar la resistencia contra el invasor, y se preparaba para reunirse con los hermanos desviados.

—Yair —dijo usando el apodo de Stern—, me alegra que nos volvamos a unir por Eretz Yisrael.

Stern permaneció en silencio mientras Meridor seguía—. Ha habido discrepancias entre nosotros, pero ahora más que nunca el Pueblo Elegido debe mantenerse unido y fuerte. Los alemanes han venido y han echado a los ingleses, pero no para dar la libertad a nuestro pueblo sino para martirizarlo. Nuestros hermanos de Safed han sido exterminados sin que los alemanes moviesen un dedo, y los mártires de Deir Yassin exigen venganza. Es necesario que estemos todos unidos para defender nuestra tierra.

Stern siguió sin decir nada. Meridor prefirió no seguir haciendo sangre en la herida y ofreció su mano abierta.

—Yair, aunque hayamos tenido diferencias, sé que tu grupo ha luchado por nuestro pueblo. Ahora que tenemos un enemigo común te ofrezco la mano abierta para que como hermanos formemos un único ejército de Israel.

Sin embargo Stern no estrechó la mano que Meridor le ofrecía. Finalmente respondió—. Yaakov, no soy tu hermano y el Leji no se va a subordinar a tu grupo.

—¿Qué quieres entonces? Tú fuiste quien me buscaste —dijo Meridor.

—Yaakov, aunque no seamos hermanos es cierto que tenemos el mismo enemigo. Creí en las promesas de Goering y han resultado valer tan poco como el polvo de tus zapatos. Pero nadie que se burla de nuestro pueblo puede escapar a la justicia divina. Tengo la ocasión de vengar la traición ¿querrás unirte a nosotros?

Al jefe del Irgún le molestó la presunción de su hermano descarriado, pero le intrigó la oferta ¿qué podía hacer que fuese tan importante? Por eso siguió escuchando.

—Los alemanes han anunciado a bombo y platillo que van a usar Jerusalén, la ciudad de David, para organizar un espectáculo en el que sus esbirros de toda Europa se postren ante el dictador Goering.

Eran solo sueños, pensó Meridor. Todos sabían que en Jerusalén se iba a celebrar la conferencia paneuropea, pero la seguridad sería tan estricta que resultaría imposible hacerle nada a Goering, por mucho que se le odiase.

—Yasir, ¿qué has pensado? No sabemos ni donde estará Goering, ni donde se celebrará la reunión, y aunque lo supiésemos ¿Qué podríamos hacer? Yo sería el primero en dispararle en la tremenda barriga que tiene, pero no sueño con imposibles, sino que planeo lo que se puede hacer.

—¿Ves cómo te equivocas? —dijo Stern—. Vosotros no podéis hacer nada, pero nosotros sí. No nos importa por donde vaya a moverse el dictador, porque sabemos dónde dormirá ¿Cuál es el mejor hotel de la capital? ¿El más seguro? ¿Dónde tienen su puesto de mando? En el Hotel Rey David.

—¿Y qué? No os dejarán acercaros ni a un kilómetro, y habrá más centinelas que ventanas. Serían tontos si no lo hiciesen.

Stern rio—. No nos permitirán acercarnos pero ¿y si ya estuviésemos? Estábamos planeando atacar la comandancia inglesa y habíamos infiltrado a varios de nuestros hombres en el hotel. Hemos preparado un lugar donde poner los explosivos, sabemos cómo introducirlos, y tenemos quien los va a hacer estallar. Lo único que nos faltan son los explosivos, y es lo que te he venido a pedir ¿Colaborará el Irgún con nosotros? Te ofrezco aniquilar a los enemigos de Eretz Yisrael y vengar a tus hombres.

—Necesitaré saber algo más.

—¿Para qué le vayas con el cuento a la Haganá? Me fío de ti pero no del Irgún. Si quieres acabar con el opresor de nuestro pueblo, si quieres venganza, dame los explosivos. Pero no te diré nada más.

—¿Cuánto necesitas?

Stern comprendió que Meridor iba a acceder. Ahora se trataba de pedir la luna, para luego negociar.

—Mucho. Una tonelada, si puedes.

Meridor tosió, asombrado por la desfachatez de Stern— ¿Una tonelada? ¿Qué quieres, volar toda Jerusalén?

—Si quiero asegurarme de matar a Goering necesitaré una carga muy grande. Sé que tienes esa tonelada. Me han contado que los ingleses os dieron parte de sus municiones antes de retirarse.

—Una tonelada es demasiado. Como mucho, doscientos kilos. Ni un gramo más.

—Ochocientos.

El regateo siguió como si estuviesen en un puesto del zoco. Finalmente los dos llegaron a un acuerdo: cuatrocientos kilos de explosivo, mechas lentas y detonadores.

—¿Dónde querrás que los llevemos? —preguntó Meridor

—Nosotros mismos los recogeremos del cementerio cristiano.

—¿Del cementerio?

—No te hagas el tonto, Yaakov. Habéis vaciado la mitad de las tumbas y habéis escondido allí vuestras armas. Hubiésemos podido ir y tomar lo que quisiésemos, pero habíamos pensado que sería mejor llegar a un acuerdo. Mañana por la noche mandaremos unos carros a recoger vuestra ayuda.

[JLVassallo]

Que escondite el cementerio cristiano. La verdad Domper muy buena la historia pero así a cuenta gotas nos termina desesperandoooooooooooooo. Ojala no se salve Goering, pero ese gordo maldito tiene una suerte. Me pregunto que complots serán descubiertos si llegara a haber algún atentado. Quierooooooooo massssssssssssssss. Me hice adicto a estas ucronias maldición. jajajaja
Saludos.

[Domper]

Pues para que te muerdas las uñas, está ya finalizada. Se podría publicar de una sentada pero por ahora seguiré escena a escena. Quedan muchas.

Saludos

[JLVassallo]

Pues para que te muerdas las uñas, está ya finalizada. Se podría publicar de una sentada pero por ahora seguiré escena a escena. Quedan muchas.

Saludos

Nooooooooooooooo eso es ser maloooooooooooo. jajajaja Hacia añares la verdad que no disfrutaba esperar el siguiente capitulo de algo (solo unas pocas series y una que otra peli lograban el mismo efecto). Muy bien a esperar el siguiente capitulo y apenas llegue a casa me meteré por lo menos 1h al World of Tank para sacarme un poco las ansías. jajajaja
Para tener una idea (si es posible) aproximadamente cuantos capítulos mas nos esperan?
Un abrazo.

[Domper]

Muchos, porque además ya tengo escritos once capítulos de la segunda parte.

Saludos

[JLVassallo]

Muchos, porque además ya tengo escritos once capítulos de la segunda parte.

Saludos

Veamos si entiendo bien, hay una 2da parte???? solo me basta decir WIIIIIIIIIiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!
Listo paro con el OT.
Muchas gracias Domper.
Saludos.

[Domper]

Claro que hay segunda parte. En este foro llevo publicadas 190.000 palabras, que vienen a ser unas 390 páginas. Como guía, con la tipografía usada en las novelas (no en los libros técnicos) suelen entrar unas 500 palabras por página, y la tendencia es a que las novelas publicadas sean de 400 a 600 páginas. Menos, hacen pensar a la gente “esto es un folletito que no vale lo que se paga”). Más, asustan (“no tengo tiempo para leerme eso”). Un ejemplo pueden ser las novelas (noveluchas, no me gustaron nada) de Dan Brown (“El código Da Vinci” y demás) tienen algo más de 500 páginas: 250.000 palabras. Autores consagrados como Follet pueden permitirse “tochos” de más de 1.000 páginas, pero no es lo habitual. Claro está, no pretendo compararme ni con Brown ni con Follet.

Mi intención es publicar todo esto (probablemente solo en formato electrónico, aunque he tenido ofertas para hacerlo en papel). Habréis visto que hay pocos errores tipográficos (aunque alguno sigue colándose) y dentro de mis limitaciones, he procurado cuidar el estilo, los diálogos están escritos para poder ser publicados sin necesidad de poner un color diferente para cada interlocutor, etcétera. Incluso he confeccionado mapas que ayudan a comprender lo que se describe. Eso no está hecho porque sí, sino con vista a que la obra vea la luz, y en ese caso no resulta conveniente excederse en las páginas. Con 400 ya estoy llegando al tope, y me temo que las andanzas de Goering y sus adláteres van a necesitar muchas más.

Por he puesto fin esta obra con el final de la “Conferencia Paneuropea” de Jerusalén (ya me adelanto), para lo cual aun quedan muchas páginas. En la segunda parte se especula sobre lo que ocurre con la Europa que surge de la citada conferencia. Como guía, está escrito (y preparado para publicar) lo que pasa hasta Noviembre de 1941, pero la línea argumental, la documentación de la que dispongo, y lo que he bosquejado, se extiende mucho más allá.

Ya que he citado lo de publicar novelas, desde aquí animo a Gaspacher y a sus colaboradores a que trasladen su magna obra (su "Duelo de águilas") a Epub y que lo publiquen, porque tendrán por lo menos un comprador. Como mínimo sería el momento para que publicasen la primer aparte (hasta la victoria sobre Estados Unidos en 1899).

Saludos

[Domper]

Viejo amigo

14 de Julio de 1941

El hombre, uno más entre los miles de judíos que albergaba Haifa, se sorprendió cuando otra persona se le acercó y le palmeó la espalda

—¡Aarón, cuánto tiempo sin verte!

El llamado Aarón se volvió e intentó reconocer al que lo había saludado, pero sus facciones le resultaron desconocidas. Tenían aire vagamente eslavo, y también eslavo era el acento del yidis oriental que hablaba. El Palestina solo hablaban yidis los judíos ultraortodoxos y los inmigrantes recién llegados, e incluso estos se esforzaban en chapurrear el hebreo. Dado que el flujo de refugiados se había cortado al empezar la guerra, Aarón se imaginó que el hombre que le saludaba tendría una larga historia que contar.

El otro siguió hablando—. Es normal que no te acuerdes, Aarón ¡Llevamos tantos años sin vernos! Soy Moshe. Moshe Schacht. Nos conocimos en Kishinev, pero tú viniste antes. Te traigo recuerdos de nuestro común amigo Yosef.

Aarón entendió. Durante sus días en la URSS se había unido al Partido Comunista, y el líder de su célula se llamaba Iosif, es decir, Yosef. Aarón Cohen había emigrado a Palestina como agente durmiente, esperando que se le llamase, pero en Moscú parecían haberse olvidado de él. Sin embargo la memoria del espionaje soviético era de elefante, y el día de Aarón había llegado.

—¡Moshe Schacht! Claro que te recuerdo, pero es que entonces tenías más pelo ¿Qué haces aquí? Tienes que pasar por mi casa, para celebrar nuestro reencuentro.

Unas horas después Aarón franqueó al agente la puerta de su casa, situada en el cercano kibutz Ha’artzi. Le condujo a una habitación y cerró la puerta, tras comprobar que nadie le escuchaba.

—Adelante, camarada. No sabes cómo me alegra verte. Estoy deseando aportar mi grano de arena por el triunfo del proletariado.

—No será un grano de arena lo que añadas, sino una gran roca. Pero ante todo ¿El lugar es seguro?

—No temas, Moshe —Aarón siguió usando el nombre con el que se había presentado el agente—. He comprobado que nadie nos vigila, pero además aquí no corremos peligro. Mi esposa vigila nuestras ventanas. Además llevo años observando a los compañeros del kibutz, y no hay esbirros a sueldo del capital. Todos son leales miembros del Partido Mapam. Unos más comprometidos que otros, pero nadie nos espiará, y si alguien escucha algo antes se cortaría una mano que delatarnos a los perros fascistas.

Aun así Moshe siguió manteniendo una conversación intrascendente, acercándose poco a poco a la puerta, que abrió de golpe: no había nadie. Atisbó por la ventana, pero solo vio la silueta de la mujer que Aarón le había presentado poco antes.

Más tranquilo, Moshe cambió de tema:

—Me alegra que hayas sabido ser precavido, porque tengo un encargo urgente de enorme importancia.. Dentro de una semana un barco llegará a Haifa procedente de Odessa. De él desembarcarán unos marinos que se quedarán en tierra. Tienes que proporcionarles un escondite.

—¿Hablarán hebreo esos marinos? ¿O por lo menos yidis?

—No, camarada. Los marineros solo saben hablar ruso.

—Entonces no será tan fácil. Aunque los kibutznik sean leales, resultarían demasiado evidentes.

—No, aquí no podrá ser —dijo el agente—. Debes buscar un piso franco en Haifa.

—No será fácil. La ciudad está llena de refugiados ¿Tiene que ser en el centro de la ciudad?

—No necesariamente. Es más importante la discreción.

—Buscaré algo. Pero necesitaré dinero —dijo Aarón.

—Espero que esto te sirva —el agente le entregó un abultado sobre—. Son marcos alemanes. Con eso tienes que conseguir un piso o una casa que sea segura. No escatimes el dinero, porque te queda poco tiempo. También tendrás que conseguir un coche grande o una camioneta pequeña, y documentos para cuatro personas ¿sabes conducir? Si no es así necesitaremos también un conductor de confianza.

—Prepararé la casa, la camioneta, y tendrás un conductor ¿Cómo nos volveremos a encontrar?

—Dentro de una semana pasearás todos los días de cuatro a cinco de la tarde por delante del casino de Haifa. Tienes que llevar una chaqueta en la mano. Alguien te verá y te saludará dándote recuerdos de Yosef. Si no pasa nadie, tendrás que hacer lo mismo los cinco días siguientes. Si no te saluda nadie, se deberá a que la operación ha sido anulada. En ese caso, deja el piso y la camioneta, y olvídalo todo.

[Domper]

Misión

15 de Julio de 1941

El hombre que entró en la Casa de Oriente, residencia de los Husseini en Jerusalén tenía aspecto germánico: alto, delgado, de piel pálida y con una mata de cabello rubio tan claro que parecía blanco. Iba vestido con un traje cruzado y tenía modales de gentleman. Sin embargo, saludó al vigilante de la puerta en correcto árabe. El vigilante le franqueó el paso, ya que reconoció que era Fawzi el Kutub, la herramienta del Muftí.

La fisonomía de El Kutub provenía de algún lejano antepasado cruzado, o tal vez de alguna esclava nórdica. Sin embargo, sus ideas eran ferozmente nacionalistas. Tras su participación en la revuelta de 1936 había tenido que escapar a Siria. Ahora, la derrota británica le daba la ocasión de servir al jefe de su clan, que lo había hecho llamar.

El Kutub fue recibido por Jamal, primo del Muftí: el clérigo organizaba y pagaba las revueltas, pero nunca se dejaba ver con los ejecutores. Jamal le explicó cual iba a ser su misión. El Kutub meditó un momento antes de responder.

—Si Dios quiere se podrá hacer. Pero necesitaré muchos explosivos para poder dar justo castigo al infiel. Es posible que viaje en un vehículo blindado, y será necesaria por lo menos media tonelada de explosivos para que no sobreviva, si es la voluntad de Alá.

Jamal asintió. Los explosivos no serían problema: aunque los británicos habían cedido a sus soldados judíos muchas municiones, muchos ingleses antisemitas habían preferido entregar a los árabes el contenido de sus arsenales.

—También necesitaré tres camiones del ejército. Tendrán que ser camiones alemanes o, si no es posible, de esos camiones ingleses que los infieles han capturado y que usan como si fuesen suyos. Pintados con las insignias de los infieles nos permitirán burlar la vigilancia, si Dios quiere.

Jamal asintió de nuevo, aunque resultaría pensó que más difícil conseguir los vehículos. Iba a tener que acudir a los fondos reservados del Muftí, porque los infieles se vendían al oro, y con suficiente dinero se podría corromper a algún alemán.

—Serán necesarios también uniformes alemanes y documentos acreditativos para los guerreros de Dios.

Más gastos, pensó Jamal, pero el objetivo lo merecía. Alemania no podía amenazar al pueblo árabe impunemente.

—Sobre todo, serán necesarios alemanes. Si pudiésemos encontrar desertores alemanes será más fácil burlar a los impíos, con la ayuda de Dios.

Eso no sería fácil, no porque los alemanes no se dejasen comprar, sino por el escaso tiempo. Iba a tener que recurrir a otros sirvientes que dominaban la venta de alcohol y la prostitución. Nadie podría creer que un clérigo pudiese manejar tan pecaminosas herramientas, pero se volvían dignas cuando eran usadas por los guerreros de Alá para llevar el terror al corazón de los infieles.

Jamal despidió a Fawzi, citándole para dos días después, y se retiró para conseguir lo necesario para la venganza del Muftí.

[zaptor]

... al final se matan entre ellos, o convierten Jerusalén en un parking para un Ikea ...

Y lo mismo al final a quien mandan es a un señuelo para liarla parda y conseguir un "casus belli", a la par que sacrificar un par de cabezas visibles de naciones aliadas para suplirlas por otras más cercanas, y garantizar el odio contra otro enemigo

En fín, un muelle se comprime, y al final tiene que saltar... veremos que se rompe!

[wilhelm]

Menuda se está preparando, creo que donde esta Jerusalen va a quedar un crater, espero que no le pille a Rommel allí.

[urquhart]

Ostras Pedrín, los diversos paraísos no van a dar a vasto... Aunque me temo que el Señor Botero va a colgar en los próximos días el cartel de NO VACANCY... británicos, hebreos, palestinos con un mismo objetivo... Supongo que el Abwehr, la Gestapo, la SD, la Feldgendarmerie y el resto de organizaciones de inteligencia pardinegras están en "albis", como de costumbre...

[Hereje]

Estas partes estan mal escritas:

Iba a tener que a los fondos reservados del Muftí,

Si pudiésemos encontrar de desertores alemanes, que conozcan el idioma, será más fácil burlar a los impíos, con la ayuda de Dios.

Ojo, no lo digo por hacer el tipico comentario porculero de fanatico de la gramatica. Es mas que nada porque habias comentado que era tu intencion tratar de publicar el relato (el cual por cierto me resulta muy entretenido ), sino ni me habria molestado en decirte nada ya que se entiende perfectamente el texto.

[Domper]

Mil gracias. Había editado esas frases a última hora y no me he dado cuenta que me había comido una palabra (yo reservaría un rincón en el quinto anillo del infierno pare el que diseñó el corrector ortográfico de Word) y que otra frase era redundante.

Ya está corregido y, de nuevo, gracias.

Saludos

P.D.: efectivamente mi intención es publicarlo, casi con seguridad en formato electrónico. Primero tengo que acabar otro proyecto, para luego terminar de confeccionar unos mapas, escoger una portada... et voilà.

[Domper]

Ostras Pedrín, los diversos paraísos no van a dar a vasto... Aunque me temo que el Señor Botero va a colgar en los próximos días el cartel de NO VACANCY... británicos, hebreos, palestinos con un mismo objetivo... Supongo que el Abwehr, la Gestapo, la SD, la Feldgendarmerie y el resto de organizaciones de inteligencia pardinegras están en "albis", como de costumbre...

Creo que Herr Dietrich no está en Jerusalén de vacaciones,

Saludos