What if: Imaginemos un Barbarroja en 2 etapas
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What if: Imaginemos un Barbarroja en 2 etapas
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Última edición por de guiner el 25 Mar 2015, 19:48, editado 1 vez en total.
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What if: Imaginemos un Barbarroja en 2 etapas
Valerio escribió:Super Mario escribió:Muchas Gracias
Si, muy irónico pero tu sigue "fusilando" textos ajenos sin dar las fuentes o el enlace correspondiente, sigue. Por cierto, muchas veces la ironía es peor afrenta o insulto que llamarte "cantamañanas".
Porque irónico???
Tu acusación es FALSA.
La fuente la di en forma detallada y precisa ya en la página1 de mi tema "La Doctrina defensiva Alemana".
Inclusive aclaré que me comuniqué vía mail con el señor Francisco Medina pidiéndole permiso para usar su documento. Y él personalmente me autorizó a usarlo.
No puse ningún link (o "enlace correspondiente") porque yo tengo ese documento PDF en mi computadora. Pero aclaré que era "Copia fiel" y lo puse con letra azul.
Te copio y pego lo que escribí en el primer Post del 18 de diciembre del 2013, hace más de 15 meses:
Lo que voy a hacer es "Copiar y Pegar" información de un documento en formato .PDF que obra en mi poder cuyo autor es Timothy A. Wray y fue traducido por el señor Francisco Medina.
Le mandé un mail personal al señor Medina pidiéndole autorización y me dijo que él tan sólo había traducido el texto y que podía usarlo.
Por lo tanto tu acusación es falsa.
Hasta tuve la "Delicadeza" de comunicarme con el señor Medina y me tomé el trabajo de mandarle un mail al señor Medina pidiéndole permiso. (Puedes comunicarte con él via ese mail que figura en el documento para que veas que yo le pedí permiso y que no estoy mintiendo).
Te agradecí de corazón (y no fui para nada irónico) que hayas expuesto el link, porque yo no tenía forma de hacerlo, ya que dicho documento estaba en mi computadora y lo había descargado hacía 9 años atrás.
Por eso ofrecí a todos los foristas que si alguien lo quería tener, se lo iba a mandar via mail.
Inclusive ofrecí los 53 documentos PDF que yo tengo en mi poder, la mayoría son traducciones del señor Francisco Medina.
No entiendo entonces qué insinúas si yo jamás falseé la información o pretendí atribuirme dicho texto.
Hubiera esperado esa falsa acusación de Eriol o Apónez, pero que decepción viniendo de ti que te creía un amigo.
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Esta vez llevas toda la razón. Me precipité un tanto. Ya he editado los dos post.
Mis disculpas.
Un saludo cordial.
Mis disculpas.
Un saludo cordial.
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Valerio escribió:Esta vez llevas toda la razón. Me precipité un tanto. Ya he editado los dos post.
Mis disculpas.
Un saludo cordial.
Muchas Gracias. No esperaba otra cosa de ti.
El enlace de mi Tema "La Doctrina defensiva Alemana" para aquellos que deseen leerla es el siguiente:
doctrina-defensiva-alemana-t36712.html
Aconsejo leerla porque es por demás interesante e ilustrativa para entender cómo los alemanes se defendieron durante la contraofensiva rusa del invierno de 1941-'42, y cómo adaptaron nuevas técnicas defensivas a la realidad del teatro ruso.
Inclusive yo voy a valerme de esa información para definir la estrategia defensiva a seguir en mi HA.
Saludos.
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Aunque coincido con los puntos de vista que me presentas, tienes que tener en cuenta que el GEC fue el más afectado por los partisanos, tras él el GEN y finalmente el GES. Es decir, en un momento en que estás enviando recursos al frente para establecer una línea defensiva de garantías, acumular recursos y suministros (espero que la distribución de ropa de abrigo y materiales y suministros necesarios para mantener operativas tus unidades motorizadas sea de lo primero en llegar) lo que menos te puedes permitir son interrupciones en ese flujo de suministros (y menos con la primitiva red de carreteras rusas) en las vías férreas. No son necesarias grandes masas de tropas, simplemente envía a unidades que vayan a entrar en el frente (supongamos que una de esas 9 divisiones que traes de Francia, con apoyo de los tanques y vehículos capturados a los soviéticos) para vencer a esos partisanos antes de que pasen de ser una molestia ocasional a un problema que requiera decenas de miles de hombres, aviones, piezas de artillería y tanques y sólo para tenerlos a raya y que te permitan tener más fuerzas en el frente en lugar de tener decenas de miles de soldados en pequeñas posiciones que protegían las vías férreas y que eran muy vulnerables a los ataques, precisamente, de aquellos ante los que debían mantener alejados de las vías.
- “El sueño de la razón produce monstruos”. Francisco de Goya.
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kaiser-1 escribió:Aunque coincido con los puntos de vista que me presentas, tienes que tener en cuenta que el GEC fue el más afectado por los partisanos, tras él el GEN y finalmente el GES.
Insisto que en noviembre de 1941, el movimiento partisano era casi nulo.
kaiser-1 escribió:Es decir, en un momento en que estás enviando recursos al frente para establecer una línea defensiva de garantías, acumular recursos y suministros (espero que la distribución de ropa de abrigo y materiales y suministros necesarios para mantener operativas tus unidades motorizadas sea de lo primero en llegar) lo que menos te puedes permitir son interrupciones en ese flujo de suministros (y menos con la primitiva red de carreteras rusas) en las vías férreas.
En diciembre de 1941, con un crudo invierno azotando a toda Rusia, el movimiento partisano es inexistente y aún estaba en pañales.
En 1942 tuvieron una actividad acotada, inarticulada con muy poco apoyo de la STAVKA. Recién en 1943 recibieron apoyo, armas, logística, radios para comunicarse y empezaron a ser articuladas las actividades y con operaciones a gran escala coordinadas por la Stavka.
Y en 1944 en Bragation, los partisanos tuvieron una actividad preponderante y clave.
kaiser-1 escribió:No son necesarias grandes masas de tropas, simplemente envía a unidades que vayan a entrar en el frente (supongamos que una de esas 9 divisiones que traes de Francia, con apoyo de los tanques y vehículos capturados a los soviéticos) para vencer a esos partisanos antes de que pasen de ser una molestia ocasional a un problema que requiera decenas de miles de hombres, aviones, piezas de artillería y tanques y sólo para tenerlos a raya y que te permitan tener más fuerzas en el frente en lugar de tener decenas de miles de soldados en pequeñas posiciones que protegían las vías férreas y que eran muy vulnerables a los ataques, precisamente, de aquellos ante los que debían mantener alejados de las vías.
Es muy buena información. Justamente tengo un documento .PDF que habla sobre las operaciones que los alemanes realizaron en 1942 y 1943 para limpiar de partisanos los bosques de Bielorusia.
Si no se enojan y no les molesta que "fusile" textos, puedo copiar y pegar ese documento PDF
Salud.
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Para que se entiendan los conceptos de "Defensa elástica" y "Punto Fuerte", voy a copiar y pegar las definiciones conceptuales y teóricas de la "Doctrina defensiva Alemana" con respecto a esos dos tipos de defensas.
Ya que ahora poseo el link, voy a exponerlo para que ustedes también puedan gozar de dicho documento.
Enlace (o link) del documento: https://www.yumpu.com/es/document/view/ ... o-durante-
Defensa elástica
El Ejército Imperial Alemán adoptó la defensa elástica en profundidad durante el invierno de 1916-17 por urgentes razones estratégicas y tácticas. En aquel entonces, Alemania estaba atorada en una guerra de desgaste contra una coalición aliada cuyos recursos combinados excedían a los de las Potencias Centrales. El equipo de mando alemán del Mariscal de Campo Paul von Hinderburg y del General Erich Ludendorff esperaba romper el punto muerto estratégico realizando una gran ofensiva en el Frente Ruso en 1917. Por consiguiente, necesitaban economizar los efectivos de Alemania en el Frente Occidental en Francia y Bélgica, minimizar las bajas mientras rechazaban las esperadas ofensivas aliadas. Para lograr esto, aprobaron una retirada estratégica en ciertos sectores hacia posiciones defensivas recién preparadas. Esta Línea Hindenburg recortaba el frente y explotaba más efectivamente las ventajas defensivas del terreno que las posiciones anteriores. Esta retirada fue la partida principal de la filosofía defensiva predominante, que hasta ahora había cuantificado el éxito en la guerra de trincheras solamente sobre la base de tomar y mantener el terreno. En efecto, Ludendorff adoptó una nueva política que enfatizaba conservar los efectivos humanos alemanas sobre una filosofía estratégica de retener ciegamente el terreno cuyo componente táctico era una defensa elástica en profundidad.
Para complementar sus diseños estratégicos, Ludendorff ordenó la implementación de la doctrina de la Defensa Elástica. Esta nueva doctrina apoyaba el objetivo estratégico global de minimizar las bajas alemanas y también correspondía mejor que los métodos anteriores a las realidades tácticas de ataque y defensa en la guerra de trincheras.
A través de los dos primeros años de la guerra, la práctica doctrinal alemana (y aliada) había sido defender cada metro de frente concentrando infantería en trincheras de vanguardia. Esto impedía cualquier incursión enemiga en la zona defensiva alemana pero inevitablemente ocasionaba fuertes bajas a las tropas defensoras debido al fuego de la artillería aliada. Tal fuego de artillería fue administrado en dosis progresivamente masivas por los aliados, quienes consideraban a la artillería como absolutamente esencial para el exitoso avance ofensivo aliado. (Por ejemplo, incluso las trincheras alemanas más robustas habían sido casi completamente erradicadas por la preparación artillera de seis días realizada por los británicos antes de su ofensiva del Somme en 1916). Consecuentemente, los alemanes buscaron un despliegue defensivo que inmunizaría al grueso de sus fuerzas defensoras del aniquilador cañoneo aliado.
La solución simple para este problema fue construir la línea defensiva principal alemana a cierta distancia hacia la retaguardia de una línea de seguridad avanzada.
Aunque todavía dentro del rango de los cañones aliados, las principales posiciones defensivas estarían camufladas de la observación directa. Disparando a ciegas, la mayoría de los fuegos preparatorios aliados serían así desaprovechados.
Al desarrollar la doctrina de la Defensa Elástica, los alemanes analizaron otras lecciones de la guerra de trincheras también. El Ejército Alemán se había dado cuenta de que la potencia de fuego concentrada, en vez de una concentración de personal, era el medio más efectivo de tratar con las oleadas de infantería aliada. También, los alemanes habían aprendido que la capacidad de las fuerzas atacantes para sostener su vigor ofensivo estaba seriamente circunscrito. Las bajas, la fatiga y la confusión debilitaban a la infantería asaltante, causando que la potencia de combate del atacante disminuyera sin parar según prosiguiera su avance. Esta erosión de la fuerza ofensiva era tan cierta y previsible que las fuerzas penetrantes eran fatalmente vulnerables a contraataques, proveyendo, por supuesto, que estuvieran disponibles reservas defensivas para ese fin.
Finalmente, la artillería aliada, tan devastadora cuando arrojaba fuegos preparados sobre blancos observados, era mucho menos efectiva en proporcionar apoyo continuo para la infantería en avance debido a la dificultad en coordinar tales fuegos en los días anteriores a las comunicaciones inalámbricas portátiles. Ciertamente, debido a que el terreno devastado obstaculizaba el desplazamiento de cañones hacia delante a tiempo, cualquier ataque exitoso normalmente perdía el derecho a su apoyo de fuego una vez que avanzaba más allá del alcance inicial de la artillería amiga.
Entre septiembre de 1916 y abril de 1917, los alemanes destilaron estas lecciones tácticas en una nueva doctrina defensiva, la Defensa Elástica. Esta doctrina se concentraba en derrotar los ataques enemigos con un mínimo de bajas para las fuerzas defensoras en lugar de retener el terreno por motivo de prestigio. La Defensa Elástica quería cansar las energías ofensivas aliadas en un sistema de trincheras fortificadas dispuestas en profundidad. Combatiendo la batalla defensivo dentro de, así como delante de, la zona defensiva alemana, los alemanes podían explotar las limitaciones inherentes y las vulnerabilidades del atacante mientras conservaban sus propias fuerzas.
Solamente mínimas fuerzas de seguridad ocuparían las expuestas trincheras de vanguardia, y así, la mayoría de las tropas defensoras estarían a salvo de los peores efectos de la empalagosa preparación artillera aliada. Además, la potencia de fuego alemana debilitaría continuamente a las fuerzas atacantes de infantería enemiga. Si se enfrentaban con una potencia de combate abrumadora en cualquier punto, las unidades alemanes serían libres de maniobrar dentro de la red defensiva para desarrollar condiciones más favorables. Cuando el ataque aliado vacilaba, las unidades alemanas (incluyendo reservas cuidadosamente economizadas) contraatacarían ferozmente.
Conjuntamente, estas tácticas crearían una condición de “elasticidad” táctica: las fuerzas aliadas en avance perderían sin parar fuerza en proporción inversa a la creciente resistencia alemana. Finalmente, los contraataques alemanes arrollarían a la postrada infantería aliada y “romperían” la defensa de vuelta a sus posiciones originales.
Los alemanes lograron esto diseñando tres zonas defensivas separadas –una zona avanzada, una zona de batalla y una zona de retaguardia. Cada zona consistiría en una serie de trincheras interconectadas ocupadas por unidades designadas. Sin embargo, en contraste a la antigua defensa linear rígida que tenía trincheras colocadas con precisión de patio de armas, estas zonas serían establecidas con una astuta sensibilidad hacia el terreno, las fuerzas disponibles y la probable acción enemiga.
La zona avanzada debía ser ocupada solamente con fuerza suficiente para interceptar las patrullas aliadas y para proporcionar continua observación de las posiciones aliadas. Cuando el fuego de la artillería pesada anunciaba un gran ataque aliado, las fuerzas en la zona avanzada se moverían para evitar concentraciones locales de artillería. Cuando la infantería aliada se aproximaba, las fuerzas supervivientes de avanzada desorganizarían y retrasarían el avance enemigo en lo posible.
Si una determinada fuerza aliada avanzaba a través de la zona exterior, debía ser parada y derrotada en la zona de batalla, que normalmente tenía una profundidad de 1.500 a 3.000 metros. La parte delantera de la zona de batalla, o línea principal de resistencia, era generalmente la más fuertemente guarnecida y estaba perfectamente camuflada de la observación terrestre de la artillería enemiga en las laderas inversas de colinas y cordilleras. Además de las trincheras y refugios normales, la zona de batalla estaba infestada con ametralladoras y salpicada de reductos del tamaño de escuadra capaces de defensa de uso variado.
Cuando las fuerzas aliadas penetraban en la zona de batalla, quedarían empantanadas en una serie de enfrentamientos locales contra destacamentos de tropas alemanas. Estos destacamentos alemanes eran libres de combatir en una “defensa móvil” dentro de la zona de batalla, maniobrando como fuera necesario para llevar a su potencia de fuego a producir. Cuando el avance aliado comenzaba a desplomarse, estos mismos pequeños destacamentos, junto con las reservas tácticas mantenidas en la profundidad de la zona de batalla, iniciarían contraataques locales.
Si la situación lo justificaba, las reservas frescas de más allá de la zona de batalla también lanzarían contraataques inmediatos para evitar que las tropas aliadas se recuperasen. Si las fuerzas aliadas podían resistir estos apresurados contraataques, los alemanes entonces prepararían un deliberado y coordinado contraataque para expulsar al enemigo de esta zona. En este contraataque coordinado, las fuerzas comprometidas serían reforzadas por divisiones de asalto especialmente designadas, previamente mantenidas en reserva. Si asestaban con suficiente habilidad y determinación, estos contraataques alemanes alterarían el contexto entero de la batalla defensiva. De hecho, los defensores alemanes intentaron combatir una “ofensiva defensiva” tomando la iniciativa táctica de las fuerzas asaltantes.
La zona de retaguardia estaba situada más allá del alcance de todos, excepto los más pesados, cañones aliados. Esta zona tenía el grueso de la artillería alemana y también proporcionaba posiciones cubiertas dentro de las cuales las unidades de vanguardia podían ser rotadas para descansar. Adicionalmente, las divisiones alemanas de contraataque se reunían en la zona de retaguardia cuando una ofensiva aliada era inminente o en camino.
En resumen, a finales de 1916, el Ejército Imperial Alemán adoptó una doctrina táctica defensiva construida sobre los principios de profundidad, potencia de fuego, maniobra y contraataque. Los alemanes utilizaron la profundidad de su posición, junto con su potencia de fuego, para absorber cualquier golpe ofensivo aliado. Durante los ataques, pequeñas unidades alemanas libraban una “defensa móvil” dentro de sus zonas defensivas, confiando en la maniobra para sostener su fuerza mientras vertía fuego sobre la infantería aliada. Finalmente, contraataques agresivos a todos los niveles arrebatan la iniciativa táctica a los bloqueados aliados, permitiendo finalmente a los alemanes recuperar sus posiciones originales.
Como se puede advertir es una estrategia simple, que ahorra esfuerzos y tropa y maximiza el rendimiento.
En el siguiente Post analizo el PUNTO FUERTE.
Ya que ahora poseo el link, voy a exponerlo para que ustedes también puedan gozar de dicho documento.
Enlace (o link) del documento: https://www.yumpu.com/es/document/view/ ... o-durante-
Defensa elástica
El Ejército Imperial Alemán adoptó la defensa elástica en profundidad durante el invierno de 1916-17 por urgentes razones estratégicas y tácticas. En aquel entonces, Alemania estaba atorada en una guerra de desgaste contra una coalición aliada cuyos recursos combinados excedían a los de las Potencias Centrales. El equipo de mando alemán del Mariscal de Campo Paul von Hinderburg y del General Erich Ludendorff esperaba romper el punto muerto estratégico realizando una gran ofensiva en el Frente Ruso en 1917. Por consiguiente, necesitaban economizar los efectivos de Alemania en el Frente Occidental en Francia y Bélgica, minimizar las bajas mientras rechazaban las esperadas ofensivas aliadas. Para lograr esto, aprobaron una retirada estratégica en ciertos sectores hacia posiciones defensivas recién preparadas. Esta Línea Hindenburg recortaba el frente y explotaba más efectivamente las ventajas defensivas del terreno que las posiciones anteriores. Esta retirada fue la partida principal de la filosofía defensiva predominante, que hasta ahora había cuantificado el éxito en la guerra de trincheras solamente sobre la base de tomar y mantener el terreno. En efecto, Ludendorff adoptó una nueva política que enfatizaba conservar los efectivos humanos alemanas sobre una filosofía estratégica de retener ciegamente el terreno cuyo componente táctico era una defensa elástica en profundidad.
Para complementar sus diseños estratégicos, Ludendorff ordenó la implementación de la doctrina de la Defensa Elástica. Esta nueva doctrina apoyaba el objetivo estratégico global de minimizar las bajas alemanas y también correspondía mejor que los métodos anteriores a las realidades tácticas de ataque y defensa en la guerra de trincheras.
A través de los dos primeros años de la guerra, la práctica doctrinal alemana (y aliada) había sido defender cada metro de frente concentrando infantería en trincheras de vanguardia. Esto impedía cualquier incursión enemiga en la zona defensiva alemana pero inevitablemente ocasionaba fuertes bajas a las tropas defensoras debido al fuego de la artillería aliada. Tal fuego de artillería fue administrado en dosis progresivamente masivas por los aliados, quienes consideraban a la artillería como absolutamente esencial para el exitoso avance ofensivo aliado. (Por ejemplo, incluso las trincheras alemanas más robustas habían sido casi completamente erradicadas por la preparación artillera de seis días realizada por los británicos antes de su ofensiva del Somme en 1916). Consecuentemente, los alemanes buscaron un despliegue defensivo que inmunizaría al grueso de sus fuerzas defensoras del aniquilador cañoneo aliado.
La solución simple para este problema fue construir la línea defensiva principal alemana a cierta distancia hacia la retaguardia de una línea de seguridad avanzada.
Aunque todavía dentro del rango de los cañones aliados, las principales posiciones defensivas estarían camufladas de la observación directa. Disparando a ciegas, la mayoría de los fuegos preparatorios aliados serían así desaprovechados.
Al desarrollar la doctrina de la Defensa Elástica, los alemanes analizaron otras lecciones de la guerra de trincheras también. El Ejército Alemán se había dado cuenta de que la potencia de fuego concentrada, en vez de una concentración de personal, era el medio más efectivo de tratar con las oleadas de infantería aliada. También, los alemanes habían aprendido que la capacidad de las fuerzas atacantes para sostener su vigor ofensivo estaba seriamente circunscrito. Las bajas, la fatiga y la confusión debilitaban a la infantería asaltante, causando que la potencia de combate del atacante disminuyera sin parar según prosiguiera su avance. Esta erosión de la fuerza ofensiva era tan cierta y previsible que las fuerzas penetrantes eran fatalmente vulnerables a contraataques, proveyendo, por supuesto, que estuvieran disponibles reservas defensivas para ese fin.
Finalmente, la artillería aliada, tan devastadora cuando arrojaba fuegos preparados sobre blancos observados, era mucho menos efectiva en proporcionar apoyo continuo para la infantería en avance debido a la dificultad en coordinar tales fuegos en los días anteriores a las comunicaciones inalámbricas portátiles. Ciertamente, debido a que el terreno devastado obstaculizaba el desplazamiento de cañones hacia delante a tiempo, cualquier ataque exitoso normalmente perdía el derecho a su apoyo de fuego una vez que avanzaba más allá del alcance inicial de la artillería amiga.
Entre septiembre de 1916 y abril de 1917, los alemanes destilaron estas lecciones tácticas en una nueva doctrina defensiva, la Defensa Elástica. Esta doctrina se concentraba en derrotar los ataques enemigos con un mínimo de bajas para las fuerzas defensoras en lugar de retener el terreno por motivo de prestigio. La Defensa Elástica quería cansar las energías ofensivas aliadas en un sistema de trincheras fortificadas dispuestas en profundidad. Combatiendo la batalla defensivo dentro de, así como delante de, la zona defensiva alemana, los alemanes podían explotar las limitaciones inherentes y las vulnerabilidades del atacante mientras conservaban sus propias fuerzas.
Solamente mínimas fuerzas de seguridad ocuparían las expuestas trincheras de vanguardia, y así, la mayoría de las tropas defensoras estarían a salvo de los peores efectos de la empalagosa preparación artillera aliada. Además, la potencia de fuego alemana debilitaría continuamente a las fuerzas atacantes de infantería enemiga. Si se enfrentaban con una potencia de combate abrumadora en cualquier punto, las unidades alemanes serían libres de maniobrar dentro de la red defensiva para desarrollar condiciones más favorables. Cuando el ataque aliado vacilaba, las unidades alemanas (incluyendo reservas cuidadosamente economizadas) contraatacarían ferozmente.
Conjuntamente, estas tácticas crearían una condición de “elasticidad” táctica: las fuerzas aliadas en avance perderían sin parar fuerza en proporción inversa a la creciente resistencia alemana. Finalmente, los contraataques alemanes arrollarían a la postrada infantería aliada y “romperían” la defensa de vuelta a sus posiciones originales.
Los alemanes lograron esto diseñando tres zonas defensivas separadas –una zona avanzada, una zona de batalla y una zona de retaguardia. Cada zona consistiría en una serie de trincheras interconectadas ocupadas por unidades designadas. Sin embargo, en contraste a la antigua defensa linear rígida que tenía trincheras colocadas con precisión de patio de armas, estas zonas serían establecidas con una astuta sensibilidad hacia el terreno, las fuerzas disponibles y la probable acción enemiga.
La zona avanzada debía ser ocupada solamente con fuerza suficiente para interceptar las patrullas aliadas y para proporcionar continua observación de las posiciones aliadas. Cuando el fuego de la artillería pesada anunciaba un gran ataque aliado, las fuerzas en la zona avanzada se moverían para evitar concentraciones locales de artillería. Cuando la infantería aliada se aproximaba, las fuerzas supervivientes de avanzada desorganizarían y retrasarían el avance enemigo en lo posible.
Si una determinada fuerza aliada avanzaba a través de la zona exterior, debía ser parada y derrotada en la zona de batalla, que normalmente tenía una profundidad de 1.500 a 3.000 metros. La parte delantera de la zona de batalla, o línea principal de resistencia, era generalmente la más fuertemente guarnecida y estaba perfectamente camuflada de la observación terrestre de la artillería enemiga en las laderas inversas de colinas y cordilleras. Además de las trincheras y refugios normales, la zona de batalla estaba infestada con ametralladoras y salpicada de reductos del tamaño de escuadra capaces de defensa de uso variado.
Cuando las fuerzas aliadas penetraban en la zona de batalla, quedarían empantanadas en una serie de enfrentamientos locales contra destacamentos de tropas alemanas. Estos destacamentos alemanes eran libres de combatir en una “defensa móvil” dentro de la zona de batalla, maniobrando como fuera necesario para llevar a su potencia de fuego a producir. Cuando el avance aliado comenzaba a desplomarse, estos mismos pequeños destacamentos, junto con las reservas tácticas mantenidas en la profundidad de la zona de batalla, iniciarían contraataques locales.
Si la situación lo justificaba, las reservas frescas de más allá de la zona de batalla también lanzarían contraataques inmediatos para evitar que las tropas aliadas se recuperasen. Si las fuerzas aliadas podían resistir estos apresurados contraataques, los alemanes entonces prepararían un deliberado y coordinado contraataque para expulsar al enemigo de esta zona. En este contraataque coordinado, las fuerzas comprometidas serían reforzadas por divisiones de asalto especialmente designadas, previamente mantenidas en reserva. Si asestaban con suficiente habilidad y determinación, estos contraataques alemanes alterarían el contexto entero de la batalla defensiva. De hecho, los defensores alemanes intentaron combatir una “ofensiva defensiva” tomando la iniciativa táctica de las fuerzas asaltantes.
La zona de retaguardia estaba situada más allá del alcance de todos, excepto los más pesados, cañones aliados. Esta zona tenía el grueso de la artillería alemana y también proporcionaba posiciones cubiertas dentro de las cuales las unidades de vanguardia podían ser rotadas para descansar. Adicionalmente, las divisiones alemanas de contraataque se reunían en la zona de retaguardia cuando una ofensiva aliada era inminente o en camino.
En resumen, a finales de 1916, el Ejército Imperial Alemán adoptó una doctrina táctica defensiva construida sobre los principios de profundidad, potencia de fuego, maniobra y contraataque. Los alemanes utilizaron la profundidad de su posición, junto con su potencia de fuego, para absorber cualquier golpe ofensivo aliado. Durante los ataques, pequeñas unidades alemanas libraban una “defensa móvil” dentro de sus zonas defensivas, confiando en la maniobra para sostener su fuerza mientras vertía fuego sobre la infantería aliada. Finalmente, contraataques agresivos a todos los niveles arrebatan la iniciativa táctica a los bloqueados aliados, permitiendo finalmente a los alemanes recuperar sus posiciones originales.
Como se puede advertir es una estrategia simple, que ahorra esfuerzos y tropa y maximiza el rendimiento.
En el siguiente Post analizo el PUNTO FUERTE.
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Defensa de Punto Fuerte: Desarrollo de la Táctica.
Conducidas a refugiarse en las ciudades y pueblos rusos como una medida de emergencia, las tropas alemanas hicieron todo lo posible para fortificar estas posiciones contra los inevitables asaltos soviéticos. Las técnicas defensivas variaban de división a división según las condiciones locales y las experiencias. Una gran dificultad, ahora hecha evidente para los comandantes alemanes por primera vez, era que el anterior entrenamiento defensivo había sido deficiente. Como uno de los oficiales de alta graduación escribió después, las tropas alemanas “hasta ahora habían sido inexpertas en este tipo de cosa... Es sorprendente, de verdad, cómo de frecuente y en qué medida oficiales veteranos, que ya habían participado en la I Guerra Mundial, habían olvidado sus experiencias de aquellos días. El hecho de que el entrenamiento [alemán] de tiempos de paz evitara todo lo relacionado con ‘operaciones defensivas bajo difíciles condiciones invernales’ resultaba ahora perjudicial por primera vez”.
Para compensar su inexperiencia, las unidades alemanas compartieron sus conocimientos de combate intercambiando informes de batalla apresuradamente preparados. Un temprano memorando de este tipo, preparado por el Cuarto Ejército el 23 de enero de 1942, relata las técnicas utilizadas efectivamente por la 10 División Motorizada. Reducida a los efectivos de un simple regimiento de infantería, la 10 División Motorizada había utilizado durante tres semanas una defensa de punto fuerte para defender un sector de cincuenta kilómetros contra unas estimadas siete divisiones del Ejército Rojo.
El “informe” de la 10 División Motorizada explicaba cómo, al disponerse a defender un punto fuerte en pueblo, los oficiales comenzaron examinando los edificios disponibles para identificar aquellos mejor adecuados para uso defensivo. Las casas que no ayudaban en la defensa fueron arrasadas, para negar al Ejército Rojo el uso futuro de ellas como refugio y también para mejorar la observación y los campos de fuego alemanes. Las casas seleccionadas como posiciones de combate fueron luego transformadas en fortalezas en miniatura capaces de defensa total: la nieve fue acumulada contra los muros y mezclada con hielo, los techos fueron reforzados, y las troneras fueron abiertas y camufladas con sábanas. Cuando eran disponibles, cañones antiaéreos multitubo de 20 mm eran integrados en la defensa en posiciones especiales, que consistían en casas con sus techos destruidos a propósito, los suelos reforzados (para sostener el peso adicional de cañones y municiones), y las paredes exteriores cubiertas con una explanada de hielo y nieve a la altura del tubo del cañón. Estos “nidos antiaéreos” ayudaron a mantener a la aviación y a la infantería soviéticas a raya.
Las comunidades agrícolas rusas estaban usualmente situadas en colinas y cerros, y los puntos fuertes defensivos establecidos en ellas normalmente tenían fuego y observación dominante sobre los campos despejados circundantes. El combate defensivo desde tales posiciones era, de nuevo según el informe de la 10 División Motorizada, principalmente “una cuestión de organización”, requiriendo un uso cuidadoso de todas las armas pesadas y artillería disponibles. Cuando los ataques enemigos parecían inminentes, el fuego de la artillería y los ataques aéreos alemanes (cuando estaban disponibles) eran dirigidos contra áreas de reunión enemiga conocidas y presuntas. Cuando las fuerzas soviéticas se aproximaban al punto fuerte, el fuego de los morteros pesados, de los cañones antitanque y de las ametralladoras pesadas se unían. Tal fuego era cuidadosamente controlado, ya que la experiencia mostraba que “es inapropiado combatir a todos los objetivos con piezas y baterías de artillería solitarias.
Es mucho más importante atacar los objetivos más importantes utilizando fuego oportuno y concentrado para destruirlos”. Si las fuerzas enemigas eran capaces de acercarse lo bastante para lanzar un asalto final contra los edificios fortificados, los cuidadosos preparativos de los defensores mantenían fuertemente las probabilidades a su favor. Cualquier soldado de infantería enemigo que se abría paso hacia un pueblo era alcanzado o por los fuegos entrecruzados de los edificios vecinos o aplastado por los contraataques de las reservas especialmente designadas. Armadas con subfusiles y granadas, estas escuadras de reserva eran lanzadas contra cualquier tropa enemiga que penetrase antes de que tuviera oportunidad de consolidarse. (La verdad que era una técnica simple y brillante, improvisada por los propios soldados ante los duros combates defensivos que tuvieron que librar durante todo el invierno)
Durante estos combates invernales, las unidades alemanas pronto se dieron cuenta de que los puntos fuertes confinados en pequeños pueblos tenían serios inconvenientes así como también ventajas a saber:
- En primer lugar, los blindados soviéticos suponían una amenaza mortal para las defensas basadas en casas. Ya que el camuflaje no podía ocultar a los edificios, los tanques rusos tenían poca dificultad en identificar y atacar las posiciones alemanas ocultas allí dentro. Además, si lograban sacar a los alemanes de sus construcciones de refugio y a la intemperie, los tanques enemigos podían masacrar a los alemanes en fuga casi a placer.
- En segundo lugar, los puntos fuertes situados dentro de pueblos concedían virtualmente el control del área circundante al Ejército Rojo. Esto reducía el reconocimiento alemán y dejaban a los puntos fuertes susceptibles de ser rodeados o atacados sigilosamente de noche. (Incluso en su temprano informe, la 10° División Motorizada reconoce que los ataques nocturnos eran un gran problema para los puntos fuertes en pueblos. Anotando que los rusos utilizaban frecuentemente los ataques nocturnos para desorganizar los cuidadosamente orquestados planes de fuego alemanes.
Los oficiales de la 10 División Motorizada se sintieron obligados a mantener un mínimo del 50% de sus guarniciones de puntos fuertes en alerta total de noche “armas en mano” para protegerse contra asaltos sorpresa soviéticos.
Finalmente, la mayoría de los pueblos rusos ocupaban solamente un área relativamente pequeña, con chozas y casas arracimadas muy juntas. Según un informe tras combate de la 87 División de Infantería, los puntos fuertes restringidos a tales áreas congestionadas formaban “trampas para hombres” ya que se convertían en blancos ideales para la artillería soviética. El informe de la 35 División coincide con esta evaluación, declarando enérgicamente que “la defensa de tal punto fuerte [pueblo] debe ser realizada en el terreno circundante”. De la misma manera, la 7 División de Infantería aprendió a evitar concentrar excesivamente tropas en pueblos incluso cuando no habían sido preparadas otras posiciones.
Basándose en estas consideraciones, las unidades alemanas refinaron gradualmente sus defensas de punto fuerte adelantando los perímetros defensivos más allá de los límites del pueblo. Esto ayudó a ocultar las posiciones alemanas, incrementó la seguridad contra ataques sorpresas, y dio la suficiente dispersión para evitar una fácil aniquilación por la artillería soviética. Estos perímetros extendidos también redujeron la distancia entre las unidades vecinas e hizo más difícil para las patrullas rusas localizar las brechas entre puntos fuertes. Aunque tácticamente atinado, el perímetro extendido fue aceptado sólo de mala gana por los ateridos y cansados soldados, y medidas “rigurosas” fueron algunas veces necesitadas para convencer a las tropas de la necesidad de ocupar una línea de frente tan ininterrumpida como fuera posible a pesar del tiempo frío”.
Dentro de estos puntos fuertes extendidos, el mando y el personal de apoyo, la artillería y los destacamentos de reserva estaban normalmente situados en y alrededor de la misma área urbanizada. Un perímetro defensivo externo, consistente en posiciones de combate de infantería interconectadas, rodeaba este núcleo central. Aunque cada unidad desarrolló su propia prioridad de trabajo, la construcción de las obras defensivas exteriores comenzaba usualmente con la construcción de posiciones apresuradas de combate. Luego le seguían, en orden variante, la construcción de pequeños y calientes búnkeres de vivienda; la mejora de las posiciones de combate; el despeje de senderos de comunicación a través de la nieve; el despeje de los campos de fuego; y el emplazamiento de minas y obstáculos.
Por lo general, los soldados alemanes mantuvieron “búnkeres de vivienda” que estaban separados de sus posiciones de combate. Los búnkeres cuarteles, repletos con abrigos en lo alto, catres, estufas y calentadores de carbón, eran construidos en trozos de terreno protegidos y estaban conectados a las posiciones de combate por pequeñas trincheras. Si los centinelas de los puestos avanzados daban una alarma, los soldados irrumpirían desde sus calientes cuartos a sus puestos de combate. Los búnkeres de vivienda para las tropas de vanguardia eran solamente lo bastante grande para acomodar “a la unidad de combate más pequeña (escuadra, dotación de ametralladora, o dotación antitanque). Así, estos búnkeres generalmente [albergaban] a unos seis hombres; de otra forma se [convertirían] en Menschenfallen [trampas humanas] bajo fuertes bombardeos”. Las fuerzas de reserva de retaguardia dentro del perímetro del punto fuerte estaban comúnmente refugiadas en búnkeres más grande del tamaño de un pelotón.
Continuará
Conducidas a refugiarse en las ciudades y pueblos rusos como una medida de emergencia, las tropas alemanas hicieron todo lo posible para fortificar estas posiciones contra los inevitables asaltos soviéticos. Las técnicas defensivas variaban de división a división según las condiciones locales y las experiencias. Una gran dificultad, ahora hecha evidente para los comandantes alemanes por primera vez, era que el anterior entrenamiento defensivo había sido deficiente. Como uno de los oficiales de alta graduación escribió después, las tropas alemanas “hasta ahora habían sido inexpertas en este tipo de cosa... Es sorprendente, de verdad, cómo de frecuente y en qué medida oficiales veteranos, que ya habían participado en la I Guerra Mundial, habían olvidado sus experiencias de aquellos días. El hecho de que el entrenamiento [alemán] de tiempos de paz evitara todo lo relacionado con ‘operaciones defensivas bajo difíciles condiciones invernales’ resultaba ahora perjudicial por primera vez”.
Para compensar su inexperiencia, las unidades alemanas compartieron sus conocimientos de combate intercambiando informes de batalla apresuradamente preparados. Un temprano memorando de este tipo, preparado por el Cuarto Ejército el 23 de enero de 1942, relata las técnicas utilizadas efectivamente por la 10 División Motorizada. Reducida a los efectivos de un simple regimiento de infantería, la 10 División Motorizada había utilizado durante tres semanas una defensa de punto fuerte para defender un sector de cincuenta kilómetros contra unas estimadas siete divisiones del Ejército Rojo.
El “informe” de la 10 División Motorizada explicaba cómo, al disponerse a defender un punto fuerte en pueblo, los oficiales comenzaron examinando los edificios disponibles para identificar aquellos mejor adecuados para uso defensivo. Las casas que no ayudaban en la defensa fueron arrasadas, para negar al Ejército Rojo el uso futuro de ellas como refugio y también para mejorar la observación y los campos de fuego alemanes. Las casas seleccionadas como posiciones de combate fueron luego transformadas en fortalezas en miniatura capaces de defensa total: la nieve fue acumulada contra los muros y mezclada con hielo, los techos fueron reforzados, y las troneras fueron abiertas y camufladas con sábanas. Cuando eran disponibles, cañones antiaéreos multitubo de 20 mm eran integrados en la defensa en posiciones especiales, que consistían en casas con sus techos destruidos a propósito, los suelos reforzados (para sostener el peso adicional de cañones y municiones), y las paredes exteriores cubiertas con una explanada de hielo y nieve a la altura del tubo del cañón. Estos “nidos antiaéreos” ayudaron a mantener a la aviación y a la infantería soviéticas a raya.
Las comunidades agrícolas rusas estaban usualmente situadas en colinas y cerros, y los puntos fuertes defensivos establecidos en ellas normalmente tenían fuego y observación dominante sobre los campos despejados circundantes. El combate defensivo desde tales posiciones era, de nuevo según el informe de la 10 División Motorizada, principalmente “una cuestión de organización”, requiriendo un uso cuidadoso de todas las armas pesadas y artillería disponibles. Cuando los ataques enemigos parecían inminentes, el fuego de la artillería y los ataques aéreos alemanes (cuando estaban disponibles) eran dirigidos contra áreas de reunión enemiga conocidas y presuntas. Cuando las fuerzas soviéticas se aproximaban al punto fuerte, el fuego de los morteros pesados, de los cañones antitanque y de las ametralladoras pesadas se unían. Tal fuego era cuidadosamente controlado, ya que la experiencia mostraba que “es inapropiado combatir a todos los objetivos con piezas y baterías de artillería solitarias.
Es mucho más importante atacar los objetivos más importantes utilizando fuego oportuno y concentrado para destruirlos”. Si las fuerzas enemigas eran capaces de acercarse lo bastante para lanzar un asalto final contra los edificios fortificados, los cuidadosos preparativos de los defensores mantenían fuertemente las probabilidades a su favor. Cualquier soldado de infantería enemigo que se abría paso hacia un pueblo era alcanzado o por los fuegos entrecruzados de los edificios vecinos o aplastado por los contraataques de las reservas especialmente designadas. Armadas con subfusiles y granadas, estas escuadras de reserva eran lanzadas contra cualquier tropa enemiga que penetrase antes de que tuviera oportunidad de consolidarse. (La verdad que era una técnica simple y brillante, improvisada por los propios soldados ante los duros combates defensivos que tuvieron que librar durante todo el invierno)
Durante estos combates invernales, las unidades alemanas pronto se dieron cuenta de que los puntos fuertes confinados en pequeños pueblos tenían serios inconvenientes así como también ventajas a saber:
- En primer lugar, los blindados soviéticos suponían una amenaza mortal para las defensas basadas en casas. Ya que el camuflaje no podía ocultar a los edificios, los tanques rusos tenían poca dificultad en identificar y atacar las posiciones alemanas ocultas allí dentro. Además, si lograban sacar a los alemanes de sus construcciones de refugio y a la intemperie, los tanques enemigos podían masacrar a los alemanes en fuga casi a placer.
- En segundo lugar, los puntos fuertes situados dentro de pueblos concedían virtualmente el control del área circundante al Ejército Rojo. Esto reducía el reconocimiento alemán y dejaban a los puntos fuertes susceptibles de ser rodeados o atacados sigilosamente de noche. (Incluso en su temprano informe, la 10° División Motorizada reconoce que los ataques nocturnos eran un gran problema para los puntos fuertes en pueblos. Anotando que los rusos utilizaban frecuentemente los ataques nocturnos para desorganizar los cuidadosamente orquestados planes de fuego alemanes.
Los oficiales de la 10 División Motorizada se sintieron obligados a mantener un mínimo del 50% de sus guarniciones de puntos fuertes en alerta total de noche “armas en mano” para protegerse contra asaltos sorpresa soviéticos.
Finalmente, la mayoría de los pueblos rusos ocupaban solamente un área relativamente pequeña, con chozas y casas arracimadas muy juntas. Según un informe tras combate de la 87 División de Infantería, los puntos fuertes restringidos a tales áreas congestionadas formaban “trampas para hombres” ya que se convertían en blancos ideales para la artillería soviética. El informe de la 35 División coincide con esta evaluación, declarando enérgicamente que “la defensa de tal punto fuerte [pueblo] debe ser realizada en el terreno circundante”. De la misma manera, la 7 División de Infantería aprendió a evitar concentrar excesivamente tropas en pueblos incluso cuando no habían sido preparadas otras posiciones.
Basándose en estas consideraciones, las unidades alemanas refinaron gradualmente sus defensas de punto fuerte adelantando los perímetros defensivos más allá de los límites del pueblo. Esto ayudó a ocultar las posiciones alemanas, incrementó la seguridad contra ataques sorpresas, y dio la suficiente dispersión para evitar una fácil aniquilación por la artillería soviética. Estos perímetros extendidos también redujeron la distancia entre las unidades vecinas e hizo más difícil para las patrullas rusas localizar las brechas entre puntos fuertes. Aunque tácticamente atinado, el perímetro extendido fue aceptado sólo de mala gana por los ateridos y cansados soldados, y medidas “rigurosas” fueron algunas veces necesitadas para convencer a las tropas de la necesidad de ocupar una línea de frente tan ininterrumpida como fuera posible a pesar del tiempo frío”.
Dentro de estos puntos fuertes extendidos, el mando y el personal de apoyo, la artillería y los destacamentos de reserva estaban normalmente situados en y alrededor de la misma área urbanizada. Un perímetro defensivo externo, consistente en posiciones de combate de infantería interconectadas, rodeaba este núcleo central. Aunque cada unidad desarrolló su propia prioridad de trabajo, la construcción de las obras defensivas exteriores comenzaba usualmente con la construcción de posiciones apresuradas de combate. Luego le seguían, en orden variante, la construcción de pequeños y calientes búnkeres de vivienda; la mejora de las posiciones de combate; el despeje de senderos de comunicación a través de la nieve; el despeje de los campos de fuego; y el emplazamiento de minas y obstáculos.
Por lo general, los soldados alemanes mantuvieron “búnkeres de vivienda” que estaban separados de sus posiciones de combate. Los búnkeres cuarteles, repletos con abrigos en lo alto, catres, estufas y calentadores de carbón, eran construidos en trozos de terreno protegidos y estaban conectados a las posiciones de combate por pequeñas trincheras. Si los centinelas de los puestos avanzados daban una alarma, los soldados irrumpirían desde sus calientes cuartos a sus puestos de combate. Los búnkeres de vivienda para las tropas de vanguardia eran solamente lo bastante grande para acomodar “a la unidad de combate más pequeña (escuadra, dotación de ametralladora, o dotación antitanque). Así, estos búnkeres generalmente [albergaban] a unos seis hombres; de otra forma se [convertirían] en Menschenfallen [trampas humanas] bajo fuertes bombardeos”. Las fuerzas de reserva de retaguardia dentro del perímetro del punto fuerte estaban comúnmente refugiadas en búnkeres más grande del tamaño de un pelotón.
Continuará
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No solamente las escuadras de infantería alemanas vivían juntas en búnkeres calentados, sino que también luchaban juntas desde posiciones de combate de escuadra. Estas posiciones de escuadra estaban normalmente protegidas por hoyos de tirador a los flancos y actuaban como posiciones alternas para las dotaciones de ametralladoras cercanas. El uso de gruesas paredes de hielo, formadas mediante agua vertida sobre haces de palos y troncos cubiertos por un poncho, era un método favorito para proteger las posiciones de combate y las trincheras conectadas. La 35 División descubrió que las posiciones de combate deberían ser descubiertas para que las tropas en combate pudieran observar, disparar y arrojar granadas en todas direcciones. Refugios improvisados con techos, construidos a intervalos a lo largo del sistema defensivo de trincheras, protegían a las tropas de la artillería enemiga. De día, las armas servidas por dotaciones eran mantenidas dentro de los búnkeres de vivienda para protegerlas del frío; de noche, eran situadas fuera listas para su empleo inmediato.
El invierno ruso provocó problemas especiales para sembrar campos de mina y construir obstáculos. Las minas antipersonal activadas por presión resultaron ser singularmente inefectivas. Las tropas esquiadoras enemigas podían deslizarse sobre campos de minas a presión sin riesgo, y las fuertes acumulaciones de nieve amortiguaban las minas por lo que la detonación incluso por infantería a píe era incierta.
La nieve también sofocaba el estallido de aquellas minas que realmente explotaban. Por lo tanto, las minas detonadas por cable eran más fiables y más efectivas que las minas a presión, representando una amenaza incluso para las tropas esquiadoras soviéticas. (La 87 División de Infantería sugirió que los cables fueran ensartados con excesiva holgura para que no se contrajeran por las temperaturas extremadamente frías y provocara que las minas se auto detonasen).
El emplazamiento de minas antitanque era generalmente restringido a carreteras y otras vías obvias de aproximación para los blindados, puesto que ni minas ni ingenieros estaban disponibles en número suficiente para poner cinturones de minas antiblindaje en otra parte. Ya que los alemanes utilizaban minas antitanques detonadas por presión, se aseguraron que las minas fueran colocadas sobre superficies duras y que la nieve no amortiguara los efectos de la explosión. De hecho, después de que el estallido de minas enterradas no pudieran dañar las orugas de los T-34 enemigos, la 35 División pintó sus minas antitanque de blanco para que pudieran ser colocadas casi expuestas sobre las duras superficies de las carreteras.
La construcción de obstáculos efectivos requirió algo de ingenio. La nieve profunda, por supuesto, era un obstáculo natural para el movimiento campo a través para tropas que carecían de esquís y raquetas. (Un alemán atribuyó la supervivencia de las fuerzas alemanas rodeadas en Demyansk al hecho de que “incluso la infantería rusa no pudo lanzar un ataque por aquellas nieves”). Sin embargo, como los montones de nieve no siempre se localizaban para la máxima ventaja defensiva, los alemanes diseñaron efectivas barreras suplementarias. Los simples obstáculos de alambre de púas eran provechosos, siendo más efectivo el estilo de doble alambrada, especialmente cuando se acoplaba con minas antipersonal y dispositivos de alarma.
Desafortunadamente, el alambre de púas estuvo generalmente en corto suministro debido al ruinoso sistema logístico alemán, y las alambras pudieron ser cubiertas arrojándoles nieve. Así, la 7 División de Infantería creyó que sus escasos y débiles alambradas de obstáculo solamente eran de valor para el bien de la moral y para alerta temprana. Para compensar la escasez de alambre de púas, las tropas alemanas idearon una variedad de enredos de oportunidad. Algunas unidades reunieron grandes cantidades de instrumentos para la cosecha de los pueblos rusos y formaron obstáculos de “cuchillos suspendidos”, consistentes en láminas de guadaña afiladas apoyadas sobre marcos de madera. Incluso cuando estaban cubiertas por la nieve, estas sucias cercas de láminas impedían o herían a los soldados de infantería soviéticos que vadeaban por la profunda nieve hacia las posiciones alemanas.
En y cerca de áreas boscosas, los alemanes talaron árboles para construir barreras tipo barricada. Los muros de nieve, de dos a tres metros de alto y gruesos, eran construidos –sobre todo con el trabajo civil para bloquear a los tanques rusos. Algunas unidades alemanas intentaron mantener a las fuerzas rusas a prudente distancia, incendiando todos los pueblos rusos por delante de sus posiciones. Negando el calor y el refugio de estos edificios, las tropas del Ejército Rojo tendrían que pasar sus noches abrigándose a alguna distancia de las líneas alemanas y solamente podrían atacar tras una larga marcha de aproximación.
Aunque fortificados y protegidos por barricadas, los puntos fuertes en pueblos todavía ocupaban solamente una pequeña fracción de la línea de frente alemana. Así, aunque los oficiales alemanes continuaban utilizando el término doctrinal “HKL” (Hauptkampflinie o línea principal de resistencia) para describir la traza de vanguardia alemana, solamente existía una línea en un sentido general. Recordando las grandes brechas entre los puntos fuertes, el antiguo comandante de la 6 División de Infantería se quejaba más tarde que incluso el uso del “término HKL engañaba. El HKL era una línea trazada sobre un mapa, mientras que sobre el terreno permanecía solamente una débil zona de seguridad tipo punto fuerte”. El diario de guerra del 6 Ejército también anotó esta discrepancia, describiendo las posiciones invernales alemanas como una mera “línea de seguridad” de puntos fuertes que no sumaba una “HKL en el sentido previsto por el Truppenführung”.
Fuente: https://www.yumpu.com/es/document/view/ ... o-durante-
Muy interesante las enseñanzas que deja.
Hay que tener en cuenta que en mi HA no existen esas brechas entre puntos fuertes, por 5 motivos:
1) Mi frente es más compacto y más corto que la "Historia Verdadera"
2) Entre punto fuerte y punto fuerte existe una defensa elástica
3) Las divisiones están mejor protegidas, descansadas, abrigadas y amunicionadas
4) Traje con suficiente antelación 9 divisiones de Francia
5) Las divisiones Panzer están en la retaguardia para acudir en auxilio de cualquier penetración o rompimiento del frente.
Saludos.
El invierno ruso provocó problemas especiales para sembrar campos de mina y construir obstáculos. Las minas antipersonal activadas por presión resultaron ser singularmente inefectivas. Las tropas esquiadoras enemigas podían deslizarse sobre campos de minas a presión sin riesgo, y las fuertes acumulaciones de nieve amortiguaban las minas por lo que la detonación incluso por infantería a píe era incierta.
La nieve también sofocaba el estallido de aquellas minas que realmente explotaban. Por lo tanto, las minas detonadas por cable eran más fiables y más efectivas que las minas a presión, representando una amenaza incluso para las tropas esquiadoras soviéticas. (La 87 División de Infantería sugirió que los cables fueran ensartados con excesiva holgura para que no se contrajeran por las temperaturas extremadamente frías y provocara que las minas se auto detonasen).
El emplazamiento de minas antitanque era generalmente restringido a carreteras y otras vías obvias de aproximación para los blindados, puesto que ni minas ni ingenieros estaban disponibles en número suficiente para poner cinturones de minas antiblindaje en otra parte. Ya que los alemanes utilizaban minas antitanques detonadas por presión, se aseguraron que las minas fueran colocadas sobre superficies duras y que la nieve no amortiguara los efectos de la explosión. De hecho, después de que el estallido de minas enterradas no pudieran dañar las orugas de los T-34 enemigos, la 35 División pintó sus minas antitanque de blanco para que pudieran ser colocadas casi expuestas sobre las duras superficies de las carreteras.
La construcción de obstáculos efectivos requirió algo de ingenio. La nieve profunda, por supuesto, era un obstáculo natural para el movimiento campo a través para tropas que carecían de esquís y raquetas. (Un alemán atribuyó la supervivencia de las fuerzas alemanas rodeadas en Demyansk al hecho de que “incluso la infantería rusa no pudo lanzar un ataque por aquellas nieves”). Sin embargo, como los montones de nieve no siempre se localizaban para la máxima ventaja defensiva, los alemanes diseñaron efectivas barreras suplementarias. Los simples obstáculos de alambre de púas eran provechosos, siendo más efectivo el estilo de doble alambrada, especialmente cuando se acoplaba con minas antipersonal y dispositivos de alarma.
Desafortunadamente, el alambre de púas estuvo generalmente en corto suministro debido al ruinoso sistema logístico alemán, y las alambras pudieron ser cubiertas arrojándoles nieve. Así, la 7 División de Infantería creyó que sus escasos y débiles alambradas de obstáculo solamente eran de valor para el bien de la moral y para alerta temprana. Para compensar la escasez de alambre de púas, las tropas alemanas idearon una variedad de enredos de oportunidad. Algunas unidades reunieron grandes cantidades de instrumentos para la cosecha de los pueblos rusos y formaron obstáculos de “cuchillos suspendidos”, consistentes en láminas de guadaña afiladas apoyadas sobre marcos de madera. Incluso cuando estaban cubiertas por la nieve, estas sucias cercas de láminas impedían o herían a los soldados de infantería soviéticos que vadeaban por la profunda nieve hacia las posiciones alemanas.
En y cerca de áreas boscosas, los alemanes talaron árboles para construir barreras tipo barricada. Los muros de nieve, de dos a tres metros de alto y gruesos, eran construidos –sobre todo con el trabajo civil para bloquear a los tanques rusos. Algunas unidades alemanas intentaron mantener a las fuerzas rusas a prudente distancia, incendiando todos los pueblos rusos por delante de sus posiciones. Negando el calor y el refugio de estos edificios, las tropas del Ejército Rojo tendrían que pasar sus noches abrigándose a alguna distancia de las líneas alemanas y solamente podrían atacar tras una larga marcha de aproximación.
Aunque fortificados y protegidos por barricadas, los puntos fuertes en pueblos todavía ocupaban solamente una pequeña fracción de la línea de frente alemana. Así, aunque los oficiales alemanes continuaban utilizando el término doctrinal “HKL” (Hauptkampflinie o línea principal de resistencia) para describir la traza de vanguardia alemana, solamente existía una línea en un sentido general. Recordando las grandes brechas entre los puntos fuertes, el antiguo comandante de la 6 División de Infantería se quejaba más tarde que incluso el uso del “término HKL engañaba. El HKL era una línea trazada sobre un mapa, mientras que sobre el terreno permanecía solamente una débil zona de seguridad tipo punto fuerte”. El diario de guerra del 6 Ejército también anotó esta discrepancia, describiendo las posiciones invernales alemanas como una mera “línea de seguridad” de puntos fuertes que no sumaba una “HKL en el sentido previsto por el Truppenführung”.
Fuente: https://www.yumpu.com/es/document/view/ ... o-durante-
Muy interesante las enseñanzas que deja.
Hay que tener en cuenta que en mi HA no existen esas brechas entre puntos fuertes, por 5 motivos:
1) Mi frente es más compacto y más corto que la "Historia Verdadera"
2) Entre punto fuerte y punto fuerte existe una defensa elástica
3) Las divisiones están mejor protegidas, descansadas, abrigadas y amunicionadas
4) Traje con suficiente antelación 9 divisiones de Francia
5) Las divisiones Panzer están en la retaguardia para acudir en auxilio de cualquier penetración o rompimiento del frente.
Saludos.
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DEDUCCIONES SACADAS DURANTE EL PERIODO DE ENTREGUERRA
Los manuales de campaña alemanes publicados en la década de los 30 revelaron el renacimiento de la Defensa Elástica y, con pocos cambios en las últimas ediciones, estaban todavía en efecto al comienzo de la II Guerra Mundial. La más importante de estas publicaciones, titulada Truppenführung (Mando de Tropas), apareció en 1933 y reemplazó al Führung und Gefecht como el manual de operaciones básico alemán.
Preparado bajo la supervisión del General Ludwig Beek, jefe del Estado Mayor Alemán de 1933 a 1938, Truppenführung endorsaba el tradicional método alemán de la defensa elástica en profundidad.
De hecho, la doctrina en Truppenführung acababa con la distinción entre defensa posicional y defensa de maniobra que había sido creada en Führung und Gefecht y declaraba específicamente que “la defensa de una posición apresuradamente preparada y sin reforzar [tal como sucedía en la guerra abierta] y la de una posición totalmente completada es realizada sobre los mismos principios”. (Esto es IMPORTANTE para el DESARROLLO DE MI UCRONÍA)-
También, la posición avanzada que Führung und Gefecht había situado enfrente de las zonas defensivas en situaciones abiertas fue estandarizada. Consecuentemente, la versión de 1933 de la Defensa Elástica consistía en las tres mismas zonas defensivas que habían aparecido en el concepto original de Ludendorff, pero con una posición avanzada adicional situada delante.
Además de Truppenführung, otros manuales especializados tales como el Der Stellungskrieg de 1938 y el Die Ständige Front de 1940, fueron elaborados sobre los problemas de la guerra posicional en mayor detalle táctico. Estos manuales fueron suplementados por material instructivo en publicaciones profesionales. Por ejemplo, desde 1936 en adelante, Militär-Wochenblatt publicó periódicamente problemas tácticos sobre hipotéticas operaciones defensivas estáticas. Significativamente, las soluciones a estos ejercicios discutían las experiencias de 1917 y 1918 como ejemplos ilustrativos de técnica apropiada. Conjuntamente, estos manuales de campaña y los artículos de publicaciones infundieron vida nueva en la doctrina de la Defensa Elástica y revivieron completamente el sistema defensivo que el Ejército Alemán había desarrollado durante la I Guerra Mundial.
Aunque los panzers no fueron considerados armas antitanques en sí mismas, los alemanes desarrollaron un papel doctrinal para sus fuerzas blindadas que explotaba la naturaleza ofensiva del tanque y se conformaba pulcramente al formado de la Defensa Elástica.
En batallas defensivas, las unidades panzer serían mantenidas en reserva para asestar los contraataques vitales para la defensa elástica en profundidad. La sacudida y la movilidad de los panzer prestaría peso a los contragolpes alemanes, asegurando así la aniquilación de la infantería o blindados enemigos enlodados en las zonas defensivas alemanas.
Algunos oficiales alemanes vieron en este sistema una división del trabajo bien definida entre tanques e infantería. Las unidades panzer serían utilizadas exclusivamente en papeles ofensivos, incluso dentro de escenarios defensivos. Las fuerzas de infantería, presumiblemente incapaces de mantenerse con las batallas ofensivas de maniobra visualizadas por los generales panzer, serían indispensables para propósitos defensivos debido a su capacidad para ocupar y mantener terreno.
Continuará
Los manuales de campaña alemanes publicados en la década de los 30 revelaron el renacimiento de la Defensa Elástica y, con pocos cambios en las últimas ediciones, estaban todavía en efecto al comienzo de la II Guerra Mundial. La más importante de estas publicaciones, titulada Truppenführung (Mando de Tropas), apareció en 1933 y reemplazó al Führung und Gefecht como el manual de operaciones básico alemán.
Preparado bajo la supervisión del General Ludwig Beek, jefe del Estado Mayor Alemán de 1933 a 1938, Truppenführung endorsaba el tradicional método alemán de la defensa elástica en profundidad.
De hecho, la doctrina en Truppenführung acababa con la distinción entre defensa posicional y defensa de maniobra que había sido creada en Führung und Gefecht y declaraba específicamente que “la defensa de una posición apresuradamente preparada y sin reforzar [tal como sucedía en la guerra abierta] y la de una posición totalmente completada es realizada sobre los mismos principios”. (Esto es IMPORTANTE para el DESARROLLO DE MI UCRONÍA)-
También, la posición avanzada que Führung und Gefecht había situado enfrente de las zonas defensivas en situaciones abiertas fue estandarizada. Consecuentemente, la versión de 1933 de la Defensa Elástica consistía en las tres mismas zonas defensivas que habían aparecido en el concepto original de Ludendorff, pero con una posición avanzada adicional situada delante.
Además de Truppenführung, otros manuales especializados tales como el Der Stellungskrieg de 1938 y el Die Ständige Front de 1940, fueron elaborados sobre los problemas de la guerra posicional en mayor detalle táctico. Estos manuales fueron suplementados por material instructivo en publicaciones profesionales. Por ejemplo, desde 1936 en adelante, Militär-Wochenblatt publicó periódicamente problemas tácticos sobre hipotéticas operaciones defensivas estáticas. Significativamente, las soluciones a estos ejercicios discutían las experiencias de 1917 y 1918 como ejemplos ilustrativos de técnica apropiada. Conjuntamente, estos manuales de campaña y los artículos de publicaciones infundieron vida nueva en la doctrina de la Defensa Elástica y revivieron completamente el sistema defensivo que el Ejército Alemán había desarrollado durante la I Guerra Mundial.
Aunque los panzers no fueron considerados armas antitanques en sí mismas, los alemanes desarrollaron un papel doctrinal para sus fuerzas blindadas que explotaba la naturaleza ofensiva del tanque y se conformaba pulcramente al formado de la Defensa Elástica.
En batallas defensivas, las unidades panzer serían mantenidas en reserva para asestar los contraataques vitales para la defensa elástica en profundidad. La sacudida y la movilidad de los panzer prestaría peso a los contragolpes alemanes, asegurando así la aniquilación de la infantería o blindados enemigos enlodados en las zonas defensivas alemanas.
Algunos oficiales alemanes vieron en este sistema una división del trabajo bien definida entre tanques e infantería. Las unidades panzer serían utilizadas exclusivamente en papeles ofensivos, incluso dentro de escenarios defensivos. Las fuerzas de infantería, presumiblemente incapaces de mantenerse con las batallas ofensivas de maniobra visualizadas por los generales panzer, serían indispensables para propósitos defensivos debido a su capacidad para ocupar y mantener terreno.
Continuará
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Sigamos analizando la Doctrina defensiva alemana y las enseñanzas que nos deja:
EL DRAMA DEL GEC
Los líderes alemanes de alto nivel también menospreciaron la vergonzante debilidad de sus propias unidades. La ofensiva Taifun había sobre extendido a los ejércitos alemanes en el este, y sus gastadas divisiones yacían esparcidas como restos de naufragio desde Leningrado a Rostov.
Como un desalentado General Guderian escribió el 8 de Diciembre:
- “Nos enfrentamos con el triste hecho de que el Mando Supremo se ha pasado de listo negándose a creer nuestros informes de la creciente debilidad de las tropas… [He decidido] retirarme a una línea previamente seleccionada y relativamente corta, la cual espero que podré mantener con lo que queda de mis fuerzas. Los rusos nos persiguen de cerca y debemos esperar que ocurran desgracias”.
El mayor peligro inmediato surgía amenazadoramente en el frente del Grupo de Ejércitos Centro. Empleadas en acción ofensiva hasta que se empantanaron por el contragolpe soviético, las divisiones del grupo de ejércitos del Mariscal de Campo von Bock habían preparado escasos trabajos realmente defensivos. El 8 de diciembre –el mismo día en que Guderian por propia iniciativa había ordenado a su Segundo Ejército Panzer que comenzara a retirarse- Bock evaluó que su grupo de ejércitos era incapaz de detener una fuerte contraofensiva. Las fuerzas más expuestas eran los 3 y 4 Grupos Panzer al norte de Moscú y el Segundo Ejército Panzer de Guderian al sur de la capital rusa. Ocupando salientes formados durante la Operación Taifun, estas expuestas divisiones panzer y motorizadas experimentaron un cruel revés. Otra vez, el éxito ofensivo se había convertido en un peligro defensivo para los panzers, ya que las formaciones más duramente acosadas por los ataques soviéticos eran también aquellas menos capaces para sostener una defensa posicional.
IMPORTANTE: Esto es clave y refuerza mi Teoría de que las divisiones mecanizadas por culpa de estar a la ofensiva fueron destruídas o superadas con facilidad, ya que no estaban preparadas para cambiar a una posición de defensa. Se encontraban expuestas y no es fácil pasar de una posición ofensiva a otra defensiva. Dicha maniobra requiere de divisiones bien entrenadas y de mucha pericia táctica y técnica, y encima en un clima invernal, bajo tormentas de nieve y condiciones adversas. Para peor las divisiones Panzer no son aptas para estar en la primera línea de defensa, sino en la retaguardia para contratacar las penetraciones del enemigo y taponar los rompimientos.
Lo que viene a continuación es IMPORTANTE:
Cuando los ejércitos alemanes en el Frente del Este iniciaron operaciones defensivas a comienzos de diciembre, no esperaban una inmediata gran contraofensiva soviética. Por consiguiente, la mayoría de las divisiones alemanas se desplegaron en una delgada defensa lineal similar a la utilizada por las unidades del Grupo de Ejércitos Centro durante las batallas defensivas de agosto y septiembre. Careciendo de la profundidad y de las reservas de una verdadera Defensa Elástica, esta formación lineal meramente estiraba a las unidades de vanguardia alemanas en una semblanza de un frente defensivo continuo. Un despliegue tan diluido solamente podría haber servido para evitar una infiltración a gran escala o, en el mejor de los casos, para resistir ataques locales.
Pero eso no va a suceder en mi What IF, ya que la línea del frente es más compacta que la original, tengo más soldados y las defensas fueron armadas y reforzadas durante e semanas. Y encima tengo las divisiones Panzer en la retaguardia para contraatacar y taponar las penetraciones.
Continuará.
EL DRAMA DEL GEC
Los líderes alemanes de alto nivel también menospreciaron la vergonzante debilidad de sus propias unidades. La ofensiva Taifun había sobre extendido a los ejércitos alemanes en el este, y sus gastadas divisiones yacían esparcidas como restos de naufragio desde Leningrado a Rostov.
Como un desalentado General Guderian escribió el 8 de Diciembre:
- “Nos enfrentamos con el triste hecho de que el Mando Supremo se ha pasado de listo negándose a creer nuestros informes de la creciente debilidad de las tropas… [He decidido] retirarme a una línea previamente seleccionada y relativamente corta, la cual espero que podré mantener con lo que queda de mis fuerzas. Los rusos nos persiguen de cerca y debemos esperar que ocurran desgracias”.
El mayor peligro inmediato surgía amenazadoramente en el frente del Grupo de Ejércitos Centro. Empleadas en acción ofensiva hasta que se empantanaron por el contragolpe soviético, las divisiones del grupo de ejércitos del Mariscal de Campo von Bock habían preparado escasos trabajos realmente defensivos. El 8 de diciembre –el mismo día en que Guderian por propia iniciativa había ordenado a su Segundo Ejército Panzer que comenzara a retirarse- Bock evaluó que su grupo de ejércitos era incapaz de detener una fuerte contraofensiva. Las fuerzas más expuestas eran los 3 y 4 Grupos Panzer al norte de Moscú y el Segundo Ejército Panzer de Guderian al sur de la capital rusa. Ocupando salientes formados durante la Operación Taifun, estas expuestas divisiones panzer y motorizadas experimentaron un cruel revés. Otra vez, el éxito ofensivo se había convertido en un peligro defensivo para los panzers, ya que las formaciones más duramente acosadas por los ataques soviéticos eran también aquellas menos capaces para sostener una defensa posicional.
IMPORTANTE: Esto es clave y refuerza mi Teoría de que las divisiones mecanizadas por culpa de estar a la ofensiva fueron destruídas o superadas con facilidad, ya que no estaban preparadas para cambiar a una posición de defensa. Se encontraban expuestas y no es fácil pasar de una posición ofensiva a otra defensiva. Dicha maniobra requiere de divisiones bien entrenadas y de mucha pericia táctica y técnica, y encima en un clima invernal, bajo tormentas de nieve y condiciones adversas. Para peor las divisiones Panzer no son aptas para estar en la primera línea de defensa, sino en la retaguardia para contratacar las penetraciones del enemigo y taponar los rompimientos.
Lo que viene a continuación es IMPORTANTE:
Cuando los ejércitos alemanes en el Frente del Este iniciaron operaciones defensivas a comienzos de diciembre, no esperaban una inmediata gran contraofensiva soviética. Por consiguiente, la mayoría de las divisiones alemanas se desplegaron en una delgada defensa lineal similar a la utilizada por las unidades del Grupo de Ejércitos Centro durante las batallas defensivas de agosto y septiembre. Careciendo de la profundidad y de las reservas de una verdadera Defensa Elástica, esta formación lineal meramente estiraba a las unidades de vanguardia alemanas en una semblanza de un frente defensivo continuo. Un despliegue tan diluido solamente podría haber servido para evitar una infiltración a gran escala o, en el mejor de los casos, para resistir ataques locales.
Pero eso no va a suceder en mi What IF, ya que la línea del frente es más compacta que la original, tengo más soldados y las defensas fueron armadas y reforzadas durante e semanas. Y encima tengo las divisiones Panzer en la retaguardia para contraatacar y taponar las penetraciones.
Continuará.
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PERDIDAS TERRIBLES
No hay ni que decir que muchos destacamentos de retaguardia fueron engullidos por completo por los soviéticos en avance.
Incluso con el sacrificio ocasional de las retaguardias, las unidades que se replegaban arrastrándose sobre los desechos cubiertos por la nieve permanecían extremadamente vulnerables a ataques o emboscadas de las más rápidas columnas soviéticas en persecución. Durante una retirada, un batallón del 289 Regimiento de Infantería (98 División) fue atacado por fuerzas soviéticas y casi aniquilado, perdiendo todas sus armas antitanques y ametralladoras. Para protegerse de tal peligro, la 35 División de Infantería puso a sus ingenieros a trabajar excavando con explosivos apresuradas posiciones defensivas en el terreno helado a lo largo de las rutas propuestas de retirada con objeto de proporcionar cobertura de emergencia durante las retiradas.
Sin embargo, en ocasiones, esta acción producía un efecto indeseado, ya que cuando las tropas esquiadoras y de caballería soviéticas se introducían en la retaguardia alemana, ocupaban las posiciones intermedias y concentraban sobre los alemanes que se aproximaban un mortal fuego de armas pequeñas. Aparentemente acorraladas por las implacables fuerzas del Ejército Rojo desde todos los lados, muchas unidades alemanas comenzaron a exhibir un intenso miedo de ser rodeadas o flanqueadas.
Los tanques soviéticos plantearon la mayor amenaza para los alemanes en retirada. El T-34 ruso tenía una excelente movilidad campo a través y tenía poco que temer de las armas antitanques ligeras alemanas. Los pocos cañones pesados que los alemanes todavía poseían tendían a quedar revolcados impotentes en la profunda nieve, incapaces de desplegarse o de enfrentarse a los blindados rusos. Los oficiales alemanes notaron que las epidemias de miedo a los tanques estaban de nuevo afligiendo a unidades completas, y las retiradas locales algunas veces cambiaron de cabeza a una huida aterrada a la primera aparición de tanques soviéticos.
Aunque conservados adecuadamente por mano de sus propios líderes, los soldados en retirada de la 31 División pasaron la reveladora prueba de la desintegración en otras unidades: cantidades de piezas de artillería, equipo de ingeniería, suministros, y vehículos a motor abandonados en su lugar por las fuerzas alemanas en huída.
Tales incidentes locales aumentaron la preocupación no solamente por la moral alemana, sino también sobre el liderazgo de las pequeñas unidades alemanas. El derroche en combate de oficiales y suboficiales desde el comienzo de Barbarroja había sido tremendo. A mediados de diciembre, tenientes estaban al mando de muchos batallones de infantería alemanes, mientras que sargentos o cabos dirigían casi todos los pelotones y muchas compañías. La efectividad continuada de incluso estos líderes restantes fue sospechosa debido a la tensión acumulada de fatiga y combate ininterrumpido.
Los alemanes comenzaron primero a utilizar posiciones defensivas de punto fuerte durante estas arriesgadas primeras retiradas. Frecuentemente fuera de contacto con las fuerzas vecinas y careciendo de tiempo suficiente para preparar trabajos realmente defensivos, las unidades en retirada formaron perímetros de erizo de autodefensa como los rápidamente avanzando panzer habían hecho durante el verano anterior. La 31 División de Infantería, por ejemplo, abandonó toda pretensión de defensa linear tan pronto como comenzó su propia retirada. Asimismo, la 137 División de Infantería precisó su propia adopción de tácticas de punto fuerte al comienzo de los difíciles enfrentamientos retrógrados al sudeste de Yukhnov. Según el antiguo oficial de operaciones de la división, desde ese punto en adelante “prácticamente la campaña consistió en una batalla por los pueblos. Las posiciones en terreno abierto eran rara vez posibles debido a las condiciones meteorológicas, y solamente entonces cuando permanecíamos varios días en una posición y los ingenieros podían ayudar excavando con explosivos a través del profundo hielo”.
La orden de no retirada de Hitler del 16 de diciembre redujo el frenesí de retiradas fragmentadas. Al prohibir incluso retiradas locales sin permiso de la autoridad más alta, esta directiva forzó a las unidades alemanas a una defensa posicional. El estilo de defensa de punto fuerte, habiendo llegado a un amplio uso como medida protectiva durante las confusas operaciones retrógradas, fue extendido a sistema defensivo general a lo largo de la mayoría del frente alemán. Conllevando un pequeño parecido visible a la Defensa Elástica postulada en los manuales de preguerra, la defensa de punto fuerte por consiguiente evolucionó solamente en respuesta a las condiciones peculiares de las batallas invernales.
El segundo factor demandando un esquema de punto fuerte era la debilidad de las unidades alemanas. De hecho, las unidades alemanas permanecían en niveles tan bajos que ningún frente continuo podía ser de manera realista sostenido. Esto era cierto no solamente a nivel operacional, donde las brechas entre divisiones, cuerpos y ejércitos alemanes habían sido rutinarias desde julio, sino también incluso a nivel táctico. Al comienzo del avance soviético, la línea “continua” mantenida por el Grupo de Ejércitos Centro era ya, de hecho, una serie discontinua de frentes de unidades. Las divisiones del Cuarto Ejército Alemán estaban adjudicadas en sectores de treinta a sesenta kilómetros de ancho, aunque la mayoría de las compañías de infantería contenían solamente de veinticinco a cuarenta hombres. Tales efectivos eran claramente insuficientes para mantener un frente defensivo sólido.
Las pérdidas durante los primeros días del contragolpe soviético extinguieron cualquiera posibilidad persistente de una defensa lineal continua. En la 35 División de Infantería del Noveno Ejército, el frío y los ataques soviéticos redujeron la media de efectivos de las compañías de infantería de diez suboficiales y sesenta hombres el 7 de diciembre a cinco suboficiales y veinte hombres justo cinco días después. El 3 Grupo Panzer, soportando el embate de la contraofensiva soviética al noroeste de Moscú, informó el 19 de diciembre que sus XLI Cuerpo y LVI Cuerpo Panzer tenían solamente 1.821 y 900 combatientes totales respectivamente.
Leo y me da escalofríos.
Miles de soldados harapientos murieron como perros, muertos de frío y hambre o masacrados por los soldados rusos.
Las bajas fueron terribles. Pero en mi What If se van a ahorrar todas esas vidas.
No hay ni que decir que muchos destacamentos de retaguardia fueron engullidos por completo por los soviéticos en avance.
Incluso con el sacrificio ocasional de las retaguardias, las unidades que se replegaban arrastrándose sobre los desechos cubiertos por la nieve permanecían extremadamente vulnerables a ataques o emboscadas de las más rápidas columnas soviéticas en persecución. Durante una retirada, un batallón del 289 Regimiento de Infantería (98 División) fue atacado por fuerzas soviéticas y casi aniquilado, perdiendo todas sus armas antitanques y ametralladoras. Para protegerse de tal peligro, la 35 División de Infantería puso a sus ingenieros a trabajar excavando con explosivos apresuradas posiciones defensivas en el terreno helado a lo largo de las rutas propuestas de retirada con objeto de proporcionar cobertura de emergencia durante las retiradas.
Sin embargo, en ocasiones, esta acción producía un efecto indeseado, ya que cuando las tropas esquiadoras y de caballería soviéticas se introducían en la retaguardia alemana, ocupaban las posiciones intermedias y concentraban sobre los alemanes que se aproximaban un mortal fuego de armas pequeñas. Aparentemente acorraladas por las implacables fuerzas del Ejército Rojo desde todos los lados, muchas unidades alemanas comenzaron a exhibir un intenso miedo de ser rodeadas o flanqueadas.
Los tanques soviéticos plantearon la mayor amenaza para los alemanes en retirada. El T-34 ruso tenía una excelente movilidad campo a través y tenía poco que temer de las armas antitanques ligeras alemanas. Los pocos cañones pesados que los alemanes todavía poseían tendían a quedar revolcados impotentes en la profunda nieve, incapaces de desplegarse o de enfrentarse a los blindados rusos. Los oficiales alemanes notaron que las epidemias de miedo a los tanques estaban de nuevo afligiendo a unidades completas, y las retiradas locales algunas veces cambiaron de cabeza a una huida aterrada a la primera aparición de tanques soviéticos.
Aunque conservados adecuadamente por mano de sus propios líderes, los soldados en retirada de la 31 División pasaron la reveladora prueba de la desintegración en otras unidades: cantidades de piezas de artillería, equipo de ingeniería, suministros, y vehículos a motor abandonados en su lugar por las fuerzas alemanas en huída.
Tales incidentes locales aumentaron la preocupación no solamente por la moral alemana, sino también sobre el liderazgo de las pequeñas unidades alemanas. El derroche en combate de oficiales y suboficiales desde el comienzo de Barbarroja había sido tremendo. A mediados de diciembre, tenientes estaban al mando de muchos batallones de infantería alemanes, mientras que sargentos o cabos dirigían casi todos los pelotones y muchas compañías. La efectividad continuada de incluso estos líderes restantes fue sospechosa debido a la tensión acumulada de fatiga y combate ininterrumpido.
Los alemanes comenzaron primero a utilizar posiciones defensivas de punto fuerte durante estas arriesgadas primeras retiradas. Frecuentemente fuera de contacto con las fuerzas vecinas y careciendo de tiempo suficiente para preparar trabajos realmente defensivos, las unidades en retirada formaron perímetros de erizo de autodefensa como los rápidamente avanzando panzer habían hecho durante el verano anterior. La 31 División de Infantería, por ejemplo, abandonó toda pretensión de defensa linear tan pronto como comenzó su propia retirada. Asimismo, la 137 División de Infantería precisó su propia adopción de tácticas de punto fuerte al comienzo de los difíciles enfrentamientos retrógrados al sudeste de Yukhnov. Según el antiguo oficial de operaciones de la división, desde ese punto en adelante “prácticamente la campaña consistió en una batalla por los pueblos. Las posiciones en terreno abierto eran rara vez posibles debido a las condiciones meteorológicas, y solamente entonces cuando permanecíamos varios días en una posición y los ingenieros podían ayudar excavando con explosivos a través del profundo hielo”.
La orden de no retirada de Hitler del 16 de diciembre redujo el frenesí de retiradas fragmentadas. Al prohibir incluso retiradas locales sin permiso de la autoridad más alta, esta directiva forzó a las unidades alemanas a una defensa posicional. El estilo de defensa de punto fuerte, habiendo llegado a un amplio uso como medida protectiva durante las confusas operaciones retrógradas, fue extendido a sistema defensivo general a lo largo de la mayoría del frente alemán. Conllevando un pequeño parecido visible a la Defensa Elástica postulada en los manuales de preguerra, la defensa de punto fuerte por consiguiente evolucionó solamente en respuesta a las condiciones peculiares de las batallas invernales.
El segundo factor demandando un esquema de punto fuerte era la debilidad de las unidades alemanas. De hecho, las unidades alemanas permanecían en niveles tan bajos que ningún frente continuo podía ser de manera realista sostenido. Esto era cierto no solamente a nivel operacional, donde las brechas entre divisiones, cuerpos y ejércitos alemanes habían sido rutinarias desde julio, sino también incluso a nivel táctico. Al comienzo del avance soviético, la línea “continua” mantenida por el Grupo de Ejércitos Centro era ya, de hecho, una serie discontinua de frentes de unidades. Las divisiones del Cuarto Ejército Alemán estaban adjudicadas en sectores de treinta a sesenta kilómetros de ancho, aunque la mayoría de las compañías de infantería contenían solamente de veinticinco a cuarenta hombres. Tales efectivos eran claramente insuficientes para mantener un frente defensivo sólido.
Las pérdidas durante los primeros días del contragolpe soviético extinguieron cualquiera posibilidad persistente de una defensa lineal continua. En la 35 División de Infantería del Noveno Ejército, el frío y los ataques soviéticos redujeron la media de efectivos de las compañías de infantería de diez suboficiales y sesenta hombres el 7 de diciembre a cinco suboficiales y veinte hombres justo cinco días después. El 3 Grupo Panzer, soportando el embate de la contraofensiva soviética al noroeste de Moscú, informó el 19 de diciembre que sus XLI Cuerpo y LVI Cuerpo Panzer tenían solamente 1.821 y 900 combatientes totales respectivamente.
Leo y me da escalofríos.
Miles de soldados harapientos murieron como perros, muertos de frío y hambre o masacrados por los soldados rusos.
Las bajas fueron terribles. Pero en mi What If se van a ahorrar todas esas vidas.
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EL DURO FRÍO INVERNAL
El severo clima invernal fue otra de las grandes razones que provocaron que los defensores alemanes adoptaran los puntos fuertes basados en pueblos. Incluso para los estándares rusos, el invierno de 1941-42 fue particularmente duro. Desde diciembre hasta comienzos de marzo, las operaciones militares fueron obstaculizadas por las fuertes nevadas y por las escasas horas de luz diurna. Pero el frío extremo era de lejos el aspecto más significativo del clima invernal. Durante las batallas invernales, las fuerzas alemanas y rusas lucharon con temperaturas que rutinariamente oscilaban entre los 10º bajo cero y los 30º bajo cero, con breves períodos de frío que excedía los 40º bajo cero.
Contrariamente a la creencia alemana, el frío era una adversario imparcial que acosaba las operaciones de ambos bandos con igual intensidad. Sin embargo, los alemanes eran generalmente más vulnerables a los efectos debilitantes de las temperaturas bajo cero debido a su casi o total carencia de ropa y equipo invernales.
Hitler culpó al Alto Mando del Ejército del fracaso para proporcionar las necesidades invernales, ignorando cualquier intimidación de que debería soportar alguna culpe por el aprieto militar alemán. En un inteligente golpe propagandístico, funcionarios del Partido Nazi emprendieron una masiva campaña de emergencia a finales de diciembre para recolectar ropa de invierno del público alemán. La acción directa del partido y del pueblo, se implicó, rápidamente corregiría las escandalosas condiciones en el frente causadas por la torpeza del Estado Mayor. Llegado un momento, cuando Hitler estaba relevando a oficiales “incompetentes” y “desleales” a diestro y siniestro, este programa confirmó la impresión popular de que la intervención personal de Hitler en los asuntos del Ejército Alemán no sólo fue garantizada sino incluso tardía. Tan persuasiva era esta lógica –y tan cuidadoso el esfuerzo de la propaganda para venderlo- que incluso algunos oficiales militares alemanes de alto rango permanecieron convencidos tras la guerra que la descuidada planificación del Estado Mayor había producido la escasez de equipamiento de invierno.
Sin embargo, la verdad era muy diferente, los soldados alemanes combatían sin ropa de invierno o equipo especial simplemente porque el sistema de suministro alemán no podía transportar los artículos a vanguardia desde los depósitos de retaguardia. Los artículos normales de invierno (chalecos de lana, gorros, orejeras, bufandas y jerséis) eran almacenados en Alemania y en Polonia, y el General Halder había discutido repetidamente sobre la necesidad de proporcionar éstos y otros artículos esenciales a las fuerzas combatientes antes del inicio del invierno. El 10 de noviembre, sin embargo, Halder comprendió que las dificultades en el transporte retrasaría las entregas de ropa de invierno al frente hasta finales de enero de 1942 o incluso más tarde.
Pero en mi What IF ya el 1 de Octubre se va a tomar la decisión de llevar la ropa de invierno.
Aparte a fines de Octubre se pasa a Cuarteles de Invierno y los soldados van a poder descansar protegidos en bunkers y posiciones defensivas aceptables.
Continuará.
El severo clima invernal fue otra de las grandes razones que provocaron que los defensores alemanes adoptaran los puntos fuertes basados en pueblos. Incluso para los estándares rusos, el invierno de 1941-42 fue particularmente duro. Desde diciembre hasta comienzos de marzo, las operaciones militares fueron obstaculizadas por las fuertes nevadas y por las escasas horas de luz diurna. Pero el frío extremo era de lejos el aspecto más significativo del clima invernal. Durante las batallas invernales, las fuerzas alemanas y rusas lucharon con temperaturas que rutinariamente oscilaban entre los 10º bajo cero y los 30º bajo cero, con breves períodos de frío que excedía los 40º bajo cero.
Contrariamente a la creencia alemana, el frío era una adversario imparcial que acosaba las operaciones de ambos bandos con igual intensidad. Sin embargo, los alemanes eran generalmente más vulnerables a los efectos debilitantes de las temperaturas bajo cero debido a su casi o total carencia de ropa y equipo invernales.
Hitler culpó al Alto Mando del Ejército del fracaso para proporcionar las necesidades invernales, ignorando cualquier intimidación de que debería soportar alguna culpe por el aprieto militar alemán. En un inteligente golpe propagandístico, funcionarios del Partido Nazi emprendieron una masiva campaña de emergencia a finales de diciembre para recolectar ropa de invierno del público alemán. La acción directa del partido y del pueblo, se implicó, rápidamente corregiría las escandalosas condiciones en el frente causadas por la torpeza del Estado Mayor. Llegado un momento, cuando Hitler estaba relevando a oficiales “incompetentes” y “desleales” a diestro y siniestro, este programa confirmó la impresión popular de que la intervención personal de Hitler en los asuntos del Ejército Alemán no sólo fue garantizada sino incluso tardía. Tan persuasiva era esta lógica –y tan cuidadoso el esfuerzo de la propaganda para venderlo- que incluso algunos oficiales militares alemanes de alto rango permanecieron convencidos tras la guerra que la descuidada planificación del Estado Mayor había producido la escasez de equipamiento de invierno.
Sin embargo, la verdad era muy diferente, los soldados alemanes combatían sin ropa de invierno o equipo especial simplemente porque el sistema de suministro alemán no podía transportar los artículos a vanguardia desde los depósitos de retaguardia. Los artículos normales de invierno (chalecos de lana, gorros, orejeras, bufandas y jerséis) eran almacenados en Alemania y en Polonia, y el General Halder había discutido repetidamente sobre la necesidad de proporcionar éstos y otros artículos esenciales a las fuerzas combatientes antes del inicio del invierno. El 10 de noviembre, sin embargo, Halder comprendió que las dificultades en el transporte retrasaría las entregas de ropa de invierno al frente hasta finales de enero de 1942 o incluso más tarde.
Pero en mi What IF ya el 1 de Octubre se va a tomar la decisión de llevar la ropa de invierno.
Aparte a fines de Octubre se pasa a Cuarteles de Invierno y los soldados van a poder descansar protegidos en bunkers y posiciones defensivas aceptables.
Continuará.
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Lo que viene a continuación es CLAVE porque explica la refinación de la técnica del punto fuerte, en donde ya intervienen Puntos Fuertes en profundidad, reservas, artillería y contrataques para taponar las penetraciones soviéticas, aunque todo en forma muy improvisada.
Ya estamos en enero/febrero de 1942, pero aún así muchas de las enseñanzas surgieron de la directiva del 26 de diciembre. Y la contraofensiva rusa, inico el 6 de diciembre, lo cual quiere decir que en 20 días ya estaban aplicando esa técnica!!!. TAN SÓLO 20 DÍAS PARA YA SACAR UN DESARROLLO TÁCTICO/DEFENSIVO!!!.
El número insuficiente de tropas o la extensión del frente de cada unidad a menudo impedían la superposición de puntos fuertes de combate en profundidad, pese a todo. Otro método de urgencia para generar profundidad defensiva –y específicamente ordenado por la directiva del 26 de diciembre de Hitler- era convertir todas las instalaciones logísticas de retaguardia en puntos fuertes adicionales. Aunque guarnecidos solamente por personal de suministro y de servicio (ocasionalmente aumentado con unidades de seguridad Landeschutz compuestas por reservistas de edad), estos puntos fuertes impedían que los soviéticos explotaron libremente las penetraciones tácticas. Tales puntos fuertes de apoyo también protegían los valiosos sitios logísticos de ataques sorpresa y servían como puntos de reunión para el personal alemán separado de sus unidades en la confusión de la batalla.
Otra técnica para dar profundidad a la defensa alemana fue situar armas pesadas (obuses ligeros de “infantería”, cañones antitanque, cañones antiaéreos, piezas de artillería) y observadores de artillería en profundidad tras los puntos fuertes avanzados.
Las fuerzas enemigas penetrando más allá de la línea de puntos fuertes podían así ser continuamente combatidas por el fuego directo e indirecto desde una profundidad considerable. (La 197 División de Infantería en realidad recomendó graduar efectivos de artillería para una distancia de cinco kilómetros detrás de la línea principal de resistencia). Aunque debilitando algo las capacidades de fuego directo de los puntos fuertes avanzados, esta técnica no requería el desplazamiento de los bloqueados por la nieve cañones alemanes con objeto de disparar sobre los soviéticos que penetraban.
Además, las posiciones fortificadas de artillería también servían como bolsas adicionales de resistencia contra futuros avances rusos. La 87 División vio en esto una confirmación de los métodos doctrinales de preguerra, anotando que “la disposición de las armas pesadas y su despliegue en profundidad según los manuales tácticos resultaron ser exitosos”. Incluso aunque esta técnica cumplía con la doctrina, dadas las circunstancias era una medida desesperada ya que arriesgaba sacrificar a la preciosa artillería alemana simplemente para contener asaltos terrestres.
Las armas pesadas alemanas eran mucho más valiosas por su capacidad para aplastar formaciones soviéticas en avance por fuego. Mediante un cuidadoso control de fuego, los comandantes alemanes utilizaban su potencia de fuego concentrada para ralentizar, desorganizar, y ocasionalmente incluso destruir rotundamente penetraciones soviéticas.
Como se explica en un informa tras acción, “La rápida concentración de toda la artillería sobre el esfuerzo principal enemigo es decisiva”. Para ese fin, las divisiones alemanas integraban meticulosamente los fuegos de todas las principales armas de fuego directo e indirecto (incluyendo morteros de infantería y ametralladoras pesadas), así como también el fuego de las unidades vecinas, en un solo plan de fuego divisionario. Este plan de fuego preparado de antemano era luego ejecutado por orden de comandantes designados de primera línea por lo que las tropas rusas atacantes eran repentinamente destrozadas por andanadas simultáneas de artillería concentrada y el fuego de armas portátiles.
La 35 División explicó que las intensas andanadas de proyectiles cayeron sobre las unidades de asalto soviéticas “justo en el momento del ataque [pudiendo] incluso desbandar a las mejores tropas”.
Aunque ingeniosamente los alemanes estaban fabricando profundidad defensiva y aunque hábilmente blandían su limitada potencia de fuego, los decididos ataques soviéticos no podían ser vencidos únicamente por estos medios. Muy a menudo, profundidad y potencia de fuego eran meros adjuntos para el contraataque, el tercer ingrediente tradicional de las operaciones defensivas alemanas. Los informes de combate de las unidades alemanas citaban unánimemente inmediatos y agresivos contraataques (Gegenstösse) –incluso cuando eran realizados utilizando medios limitados- como el mejor medio para derrotar las penetraciones rusas. Los contraataques deliberados (Gegenangriffe) –que doctrinalmente eran aquellos contragolpes más cuidadosamente coordinados utilizando unidades de refresco- eran considerados como menos efectivos debido a la escasez de fuerzas adecuadas sin emplear y a la carencia alemana de movilidad invernal.
Continuará.
Ya estamos en enero/febrero de 1942, pero aún así muchas de las enseñanzas surgieron de la directiva del 26 de diciembre. Y la contraofensiva rusa, inico el 6 de diciembre, lo cual quiere decir que en 20 días ya estaban aplicando esa técnica!!!. TAN SÓLO 20 DÍAS PARA YA SACAR UN DESARROLLO TÁCTICO/DEFENSIVO!!!.
El número insuficiente de tropas o la extensión del frente de cada unidad a menudo impedían la superposición de puntos fuertes de combate en profundidad, pese a todo. Otro método de urgencia para generar profundidad defensiva –y específicamente ordenado por la directiva del 26 de diciembre de Hitler- era convertir todas las instalaciones logísticas de retaguardia en puntos fuertes adicionales. Aunque guarnecidos solamente por personal de suministro y de servicio (ocasionalmente aumentado con unidades de seguridad Landeschutz compuestas por reservistas de edad), estos puntos fuertes impedían que los soviéticos explotaron libremente las penetraciones tácticas. Tales puntos fuertes de apoyo también protegían los valiosos sitios logísticos de ataques sorpresa y servían como puntos de reunión para el personal alemán separado de sus unidades en la confusión de la batalla.
Otra técnica para dar profundidad a la defensa alemana fue situar armas pesadas (obuses ligeros de “infantería”, cañones antitanque, cañones antiaéreos, piezas de artillería) y observadores de artillería en profundidad tras los puntos fuertes avanzados.
Las fuerzas enemigas penetrando más allá de la línea de puntos fuertes podían así ser continuamente combatidas por el fuego directo e indirecto desde una profundidad considerable. (La 197 División de Infantería en realidad recomendó graduar efectivos de artillería para una distancia de cinco kilómetros detrás de la línea principal de resistencia). Aunque debilitando algo las capacidades de fuego directo de los puntos fuertes avanzados, esta técnica no requería el desplazamiento de los bloqueados por la nieve cañones alemanes con objeto de disparar sobre los soviéticos que penetraban.
Además, las posiciones fortificadas de artillería también servían como bolsas adicionales de resistencia contra futuros avances rusos. La 87 División vio en esto una confirmación de los métodos doctrinales de preguerra, anotando que “la disposición de las armas pesadas y su despliegue en profundidad según los manuales tácticos resultaron ser exitosos”. Incluso aunque esta técnica cumplía con la doctrina, dadas las circunstancias era una medida desesperada ya que arriesgaba sacrificar a la preciosa artillería alemana simplemente para contener asaltos terrestres.
Las armas pesadas alemanas eran mucho más valiosas por su capacidad para aplastar formaciones soviéticas en avance por fuego. Mediante un cuidadoso control de fuego, los comandantes alemanes utilizaban su potencia de fuego concentrada para ralentizar, desorganizar, y ocasionalmente incluso destruir rotundamente penetraciones soviéticas.
Como se explica en un informa tras acción, “La rápida concentración de toda la artillería sobre el esfuerzo principal enemigo es decisiva”. Para ese fin, las divisiones alemanas integraban meticulosamente los fuegos de todas las principales armas de fuego directo e indirecto (incluyendo morteros de infantería y ametralladoras pesadas), así como también el fuego de las unidades vecinas, en un solo plan de fuego divisionario. Este plan de fuego preparado de antemano era luego ejecutado por orden de comandantes designados de primera línea por lo que las tropas rusas atacantes eran repentinamente destrozadas por andanadas simultáneas de artillería concentrada y el fuego de armas portátiles.
La 35 División explicó que las intensas andanadas de proyectiles cayeron sobre las unidades de asalto soviéticas “justo en el momento del ataque [pudiendo] incluso desbandar a las mejores tropas”.
Aunque ingeniosamente los alemanes estaban fabricando profundidad defensiva y aunque hábilmente blandían su limitada potencia de fuego, los decididos ataques soviéticos no podían ser vencidos únicamente por estos medios. Muy a menudo, profundidad y potencia de fuego eran meros adjuntos para el contraataque, el tercer ingrediente tradicional de las operaciones defensivas alemanas. Los informes de combate de las unidades alemanas citaban unánimemente inmediatos y agresivos contraataques (Gegenstösse) –incluso cuando eran realizados utilizando medios limitados- como el mejor medio para derrotar las penetraciones rusas. Los contraataques deliberados (Gegenangriffe) –que doctrinalmente eran aquellos contragolpes más cuidadosamente coordinados utilizando unidades de refresco- eran considerados como menos efectivos debido a la escasez de fuerzas adecuadas sin emplear y a la carencia alemana de movilidad invernal.
Continuará.
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El oficial de operaciones de la 78 División afirmó que “un Gegenstoss lanzado inmediatamente contra una penetración enemiga, incluso si sólo con los efectivos de una escuadra, logra más que un contraataque deliberado con los efectivos de una compañía o de un batallón al día siguiente”. Sin embargo, existía una delgada línea entre agresividad e imprudencia, y pocas unidades alemanas podían permitirse sufrir incluso bajas moderadas de personal por un contraataque mal concebido. Por consiguiente, la 35 División recomendó que, donde a los rusos se le había dado tiempo para consolidarse o donde la profundidad de las penetraciones enemigas hacía improbable el éxito inmediato, las reservas alemanas serían utilizadas solamente para contener al enemigo más que para ser malgastadas en débiles o descoordinados contraataques parciales.
Los contraataques inmediatos eran normalmente realizados por pequeños contingentes de reservas colocados en pueblos detrás de los puntos fuertes avanzados.
Según un comandante de división, estas fuerzas eran reunidas a pesar del consiguiente debilitamiento de las posiciones avanzadas. Los efectivos de estos destacamentos de contraataque variaban en que algunas unidades mantenían, como mucho, un tercio de sus efectivos totales en reservas, mientras que otras lo hacían con fuerzas más pequeñas. (Sin embargo en mi What IF mis divisiones va a estar más fuertes, ya que no van a sufrir las terribles bajas de Noviembre y Diciembre y encima van a estar descansadas y con mejor logística).
Invariablemente, sin embargo, a las fuerzas de contraataque se les daba tanta movilidad como era posible. Donde eran disponibles, esquíes y raquetas para la nieve eran enviados a las unidades de reserva; donde éstos no eran disponibles, los civiles rusos eran puestos a trabajar para hollar senderos a través de la nieve a lo largo de los probables ejes de contraataque. Para asegurar el espíritu agresivo apropiado, algunas unidades dejaron de lado la integridad de unidad y reunieron sus reservas con “hombres especialmente seleccionados, capaces y atrevidos”. Estos desesperados eran armados “para el combate cuerpo a cuerpo” con metralletas y granadas de mano. Para el máximo efecto de choque, estas fuerzas de contraataque eran lanzadas contra los flancos abiertos de las penetraciones enemigas, preferiblemente en conjunción con fuertes fuegos de apoyo de todas las armas disponibles.
Así, aunque el sistema defensivo de puntos fuertes no se ajustaba exactamente a la doctrina en el Truppenführung, los métodos ocasionales alemanes llevaban la impronta inequívoca de los principios tradicionales en su utilización de la profundidad, potencia de fuego y, especialmente, el contraataque.
El General Maximiliam Fretter-Pico, que sirvió a lo largo de las batallas invernales de 1941-42 con la 97° División de Infantería Ligera, describió las improvisaciones alemanas en palabras que capturan el espíritu esencia de la Defensa Elástica: “Estas batallas defensivas muestran que una defensa activa, bien organizada en la profundidad de la zona defensiva y utilizando todos los medios concebibles para improvisar potencia de combate, puede evitar una completa penetración enemiga. Una defensa deber ser conducida ofensivamente incluso en la profundidad de la zona defensiva con objeto de debilitar a las fuerzas [enemigas] en el grado máximo posible”.
En muchos casos, el estilo de defensa de punto fuertes alcanzó éxitos notables contra grandes desigualdades. La división de Fretter-Pico, por ejemplo, se mantuvo frente a unos 300 ataques separados soviéticos entre enero y marzo de 1942, con sus unidades subordinadas ejecutando en ese tiempo más de 100 contraataques. Otras unidades fueron menos exitosas, sin embargo, con algunas divisiones siendo casi completamente despedazadas por las contraofensivas soviéticas. Por lo tanto, la eficacia variada de los recursos defensivos alemanes es mejor comprendida en el contexto de la situación estratégica global.
En mi What IF voy a aplicar una técnica mixta formada por una combinación de Puntos fuertes, unidos por trincheras, bunkers y blocaos, con defensa elástica y con la GRAN VENTAJA de tener un frente mucho más acortado y compacto que en la "Historia Verdadera", y con la ventaja estratégica de contar con las divisiones Panzer en la retaguardia.
Continuará
Los contraataques inmediatos eran normalmente realizados por pequeños contingentes de reservas colocados en pueblos detrás de los puntos fuertes avanzados.
Según un comandante de división, estas fuerzas eran reunidas a pesar del consiguiente debilitamiento de las posiciones avanzadas. Los efectivos de estos destacamentos de contraataque variaban en que algunas unidades mantenían, como mucho, un tercio de sus efectivos totales en reservas, mientras que otras lo hacían con fuerzas más pequeñas. (Sin embargo en mi What IF mis divisiones va a estar más fuertes, ya que no van a sufrir las terribles bajas de Noviembre y Diciembre y encima van a estar descansadas y con mejor logística).
Invariablemente, sin embargo, a las fuerzas de contraataque se les daba tanta movilidad como era posible. Donde eran disponibles, esquíes y raquetas para la nieve eran enviados a las unidades de reserva; donde éstos no eran disponibles, los civiles rusos eran puestos a trabajar para hollar senderos a través de la nieve a lo largo de los probables ejes de contraataque. Para asegurar el espíritu agresivo apropiado, algunas unidades dejaron de lado la integridad de unidad y reunieron sus reservas con “hombres especialmente seleccionados, capaces y atrevidos”. Estos desesperados eran armados “para el combate cuerpo a cuerpo” con metralletas y granadas de mano. Para el máximo efecto de choque, estas fuerzas de contraataque eran lanzadas contra los flancos abiertos de las penetraciones enemigas, preferiblemente en conjunción con fuertes fuegos de apoyo de todas las armas disponibles.
Así, aunque el sistema defensivo de puntos fuertes no se ajustaba exactamente a la doctrina en el Truppenführung, los métodos ocasionales alemanes llevaban la impronta inequívoca de los principios tradicionales en su utilización de la profundidad, potencia de fuego y, especialmente, el contraataque.
El General Maximiliam Fretter-Pico, que sirvió a lo largo de las batallas invernales de 1941-42 con la 97° División de Infantería Ligera, describió las improvisaciones alemanas en palabras que capturan el espíritu esencia de la Defensa Elástica: “Estas batallas defensivas muestran que una defensa activa, bien organizada en la profundidad de la zona defensiva y utilizando todos los medios concebibles para improvisar potencia de combate, puede evitar una completa penetración enemiga. Una defensa deber ser conducida ofensivamente incluso en la profundidad de la zona defensiva con objeto de debilitar a las fuerzas [enemigas] en el grado máximo posible”.
En muchos casos, el estilo de defensa de punto fuertes alcanzó éxitos notables contra grandes desigualdades. La división de Fretter-Pico, por ejemplo, se mantuvo frente a unos 300 ataques separados soviéticos entre enero y marzo de 1942, con sus unidades subordinadas ejecutando en ese tiempo más de 100 contraataques. Otras unidades fueron menos exitosas, sin embargo, con algunas divisiones siendo casi completamente despedazadas por las contraofensivas soviéticas. Por lo tanto, la eficacia variada de los recursos defensivos alemanes es mejor comprendida en el contexto de la situación estratégica global.
En mi What IF voy a aplicar una técnica mixta formada por una combinación de Puntos fuertes, unidos por trincheras, bunkers y blocaos, con defensa elástica y con la GRAN VENTAJA de tener un frente mucho más acortado y compacto que en la "Historia Verdadera", y con la ventaja estratégica de contar con las divisiones Panzer en la retaguardia.
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