Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas

[andrestotal]

Hola:

Yo he visto hace poco "Un invierno en Cape Cod", pero no me ha gustado nada, quizá porque no veo a Bardem como Weyler.

En fin, aunque la materia prima sea buena el resultado final no tiene porqué serlo.

Un saludo

[Vesspa]

Joer, Barden de Weyler, medio metro de diferencia :)

[kaiser-1]

Me habéis matao

[Domper]

¿Habéis visto "Pelotón", de Oliverio de la Piedra? Me pareció un poco exagerada pero tampoco está mal.

Saludos

[kaiser-1]

Yo me he quedado viendo "Asalto al Amanecer" de Laurentino Oviedo, sobre el primer ataque a los useños en su tierra cuando saqueamos astilleros y la ciudad de Philadelphia.

[Gaspacher]

No tenéis ni idea...

Hay una serie de los 60, Forja de un presidente, que es una obra maestra. Tres temporadas basadas en la biografía del general Borja del mismo titulo que relatan las campañas de Cuba, del Norte, y el frente Pirenaico ya en la Gran Guerra. Se utilizaron miles de extras, la mayoría soldados para dar más realismo a las batallas, nada de pantalla verde ni cosas modernas de esas

Esa ultima escena del ultimo capitulo de la serie en la que sus soldados rasos le piden que se postule a presidente...

[kaiser-1]

Tienes que decirme donde la encontraste
Servidor estuvo viendo anoche "Hasta el último buque", el ataque contra los yanquis en la Segunda Invasión de Cuba. La última imagen estremece, cuando se hunde nuestro último buque y el capitán, malherido y envuelto en la bandera grita "¡Viva España!", "¡Viva el Rey!" "Volveremos a castigar vuestra arrogancia" y un veterano suboficial de la US Navy se persigna y les dice a sus compañeros de dotación de los tubos lanzatorpedos: "Preparaos para lo peor, hemos enojado por dos veces a una fiera implacable. La primera vez se contentó con hacernos probar su furia, ahora... sentiremos todo el peso de su ira"

[Domper]

Yo estoy todo el día tatareando la "Marcha del coronel Prieto" ¿La recordáis? Es la que silban los soldados en la peli "El puente sobre el río Pasig".

Saludos

[reytuerto]

El puente sobre el río Pasig? Con aquella memorable escena del desnudo parcial de Rita Cancino con la selva de fondo?

[Domper]

Te estás confundiendo con "La vuelta a Filipinas", de Antonio Román. En la de "El puente sobre el río Pasig" las únicas mujeres que salen son las porteadoras.

Saliendo del cine español, el neorrealismo también se deja ver ¿No os gustó "París,ciudad abierta"? O "Francia, año cero".

Saludos

[ventura]

y que me decis de EL Leon del Sahara

o el peloton de los condenados , con alfredo landa haciando de sargento chusquero en la columna de castigo de silvestre. La escena donde landa le da una paliza a la luz de la hoguera es memorable.

[janos]

Hola amigos,

Tenía tiempo sin visitar la página pero este hallazgo lo tengo que compartir.

Lo que siempre había esperado un libro sobre el “What if” de un conflicto hispano-americano en donde España todavía puede dar pelea:

www baenebooks. com/p-2570-1882-custer-in-chains.aspx

[Gaspacher]

1882???

Más que pelea, en esa época la Armada española tenía siete fragatas blindadas y los norteamericanos tenían una flota anticuada, además en España se estaban viviendo buenos momentos con la restauración y en USA las heridas de la guerra civil aun no estaban restañadas...

[Gaspacher]

REVISTA NAVAL, verano 1920

Su majestad el Rey Alfonso XIII subió abordo del Jaime I en el puerto de Barcelona. Le acompañaban el presidente saliente, Weyler, y el reciente ganador de las elecciones de ese año, el flamante presidente electo, Jaume Borja. Desde el puente del Jaime I pudieron pasar revista a la flota para a continuación encabezar el magnífico desfile de la flota que la llevaría hasta el puerto de Valencia, donde las autoridades desembarcarían. Un desfile que sería contemplado por decenas de miles de personas que se estaban acercando a las costas desde toda España, y que en los días siguientes había de llevar a la flota a visitar las costas de toda la península.

Por unos días España contaría con la segunda flota más poderosa de la tierra, reverdeciendo viejos laureles imperiales. Tal era el tamaño de la flota que se habían movilizado diecisiete mil reservistas de la Marina para participar en este acto que debía mostrar el pabellón por las costas peninsulares, en lo que era para muchos reservistas un leve descanso de sus quehaceres cotidianos. Por desgracia ese poderío era una falacia, una falsa sensación que todos los presentes en el puente sabían que tenía fecha límite. Para una nación como España era imposible sostener económicamente la impresionante flota allí reunida.

Y es que en cabeza navegaban los dos cruceros de batalla españoles, el Almirante Cámara y el Álvaro de Bazán, seguidos de la 1ª División de acorazados formada por los acorazados Jaime I, Fernando el Católico, y Almirante Córdova y Córdova. La 2ª División estaba formada como no podía ser de otra manera por los cuatro acorazados Dreadnought entregados por Alemania durante la guerra. Estos eran el Juan del Águila, Álvaro de Sande, Marques de Pescara, y Antonio de Leyva, antiguamente llamados Nassau, Westfalen, Rheinland, y Posen. Magníficos buques que habían cumplido perfectamente con su labor y asegurado a España la superioridad en una campaña de Filipinas, campaña que de hecho nunca llego a emprenderse en gran medida gracias a esa superioridad naval que hizo desistir a los nipones.

A continuación navegaban la 3ª División de acorazados o “la Rusa”, formada por los tres acorazados capturados en Sebastopol. Estos eran el Andrea Doria, y el Carlos V, antiguamente llamados Imperator Alexander III e Imperatriza Ekaterina II, a los que se había sumado el finalizado en el Ferrol Imperator Nicolai I, ahora llamado simplemente Canarias. Serían los primeros buques en abandonar las filas de la Armada, pues su venta ya había sido acordada siendo este su primer y último viaje con la enseña nacional.

Le seguía la 4ª División de acorazados o “la italiana”, formada por los dos acorazados entregados por Italia tras la firma del tratado de paz. Estos eran los acorazados Conte di Cavour y Giulio Cesare, ahora llamados Sicilia y Nápoles en honor a aquellos reinos tan ligados a la corona española. La 5ª División de acorazados o la francesa, estaba formada por los cuatro acorazados entregados por Francia; Paris, Coubert, Jean Bart, y Provence o como eran llamados ahora; Andalucía, Asturias, Madrid, y Cuba, y con ellos se intentaría un rocambolesco negocio.

Las siguientes cuatro divisiones correspondían a los acorazados entregados por los norteamericanos. La primera formada por el South Carolina, Michigan, Delaware y North Dakota y la siguiente por el Florida, Utah, Wyoming, y Arkansas. La siguiente que era la 8ª lo estaba por el New York, el Nevada y Oklahoma, y el Arizona. Por último la 9ª División de acorazados estaba formada por el Pennsylvania, New México, Idaho, y Mississippi. Todos estos buques habían sido simplemente renombrados con el nombre de provincias españolas; Albacete, Almería, Badajoz, Barcelona, Castellón, Cebú, Granada, Huesca, Jaén, Luzón, Tenerife, Málaga, Lérida, Puerto Rico, Guahán, y Zaragoza.

Los buques que viajaban a continuación eran los cruceros ligeros Vizcaya, Isabel la Católica, Alejandro Malaspina, Lepanto, Navas de Tolosa, y Bailen. A estos se sumaban los entregados por los británicos; Cairo, Calcutta, Capetown, Carlisle, Colombo, Danae, Dauntles, Dragon, Delhi, y Dunedin. Buques británicos que aun conservaban su nombre original a la espera de un nombre que los sustituyese. Al menos tuvieron más suerte que los destructores americanos, simplemente numerados del 1 al 80, todos ellos de la clase Clemson, de 1.300 toneladas de desplazamiento, 35 nudos de velocidad, y armados con 4 piezas de 102mm entre otras armas menores.

En total dos cruceros de batalla, treinta y dos acorazados, dieciséis cruceros ligeros, ciento veintiún destructores incluyendo los 80 entregados por los norteamericanos y los capturados a los rusos, un portaaeronaves, y dos portahidroaviones formaban para la revista naval en esos instantes. A estos habría que sumar los buques que permanecían en Ultramar o que no participarían en la Revista Naval, cinco acorazados pre Dreadnought, cinco cruceros acorazados, una docena de destructores, y una veintena de fragatas y cañoneros además de los submarinos. Una armada que en esos momentos estaba tan solo por detrás de la poderosa Kaiserliche Marine que alineaba ocho cruceros de batalla, y treinta y cuatro acorazados entre otros cientos de buques.

Por supuesto esa fortaleza de la Armada española era algo que todos, incluyendo los alemanes, sabían irreal. De hecho el gobierno español había llegado a ofertar a Alemania la devolución de sus cuatro acorazados clase Nassau. Sin embargo el pequeño calibre de sus cañones y las diferencias de este con los calibres normalizados de la nueva KM, y la propia abundancia de buques capturados por estos, hizo que el gobierno del káiser se negase a aceptarlos. Esto significaba que serían los primeros buques hispanos en ser dados de baja, habiéndose programado su desarme y desguace para primeros del año siguiente.

De hecho eran muchos los buques que no verían el año nuevo con la enseña española en su gallardete. Los tres acorazados “rusos” habían sido adquiridos por Grecia por ciento veinte millones de pesetas. Esta compra convertía al pequeño país en la tercera flota del Mediterráneo, una potencia que era respaldada por un ejército que había adquirido también en España cuatrocientos cañones de 75mm Schneider así como ametralladoras, fusiles máuser y pistolas. Compras que se explicaban gracias a las negociaciones llevadas a cabo desde meses atrás, cuando países tradicionalmente exportadores de armas como Francia o GB estaban impedidos por el Armisticio y Alemania seguía más centrada en Centroeuropa que en su flanco sur.

También los cuatro acorazados “franceses” tendrían como destino una armada extranjera. Lo curioso del caso era que su destino serían sus propios dueños originales. Un cambalache posible pues aun durante las negociaciones Weyler había negociado bajo cuerda con el gobierno francés. A Francia no se le permitía construir acorazados, pero nadie había hablado de adquirirlos en el extranjero, y que mejor que recuperar sus propios buques… por supuesto habría que guardar las apariencias y la venta no se realizaría hasta al cabo de unos años, pero en breve tripulaciones francesas llegarían para hacerse cargo de los buques que durante un tiempo operarían desde Oran, ciudad que quedaba en manos españolas por el tratado de paz pero que sería administrada a medias hasta la “compra” de aquellos buques. El precio por estos acorazados sería de cien millones de pesetas, un precio barato por la valía de los buques pero que tendría que pagar una nación arruinada por la guerra.

La propia venta de los acorazados era parte del plan de Weyler de contrapeso de poder a Alemania. Una maniobra similar se había intentado con Italia, aunque de momento había fracasado. De todas formas Borja decidió conservar esos dos acorazados italianos, aunque serían dedicados a alojamiento flotante en el puerto de Cádiz. Para ello serían desarmados y sus armas almacenadas a la espera de una decisión definitiva. Si el rey Víctor Emmanuel quería recuperarlos tendría tiempo para pensárselo.

Restaban por supuesto los buques norteamericanos. Sus calibres resultaban por desgracia incompatibles con los de la flota española, pues incluso los cañones de 305mm tenían pequeñas diferencias, siendo sus proyectiles unos 10kg más pesados que los españoles. Por ello el mercado exterior era una buena opción, y en aquellos momentos se tenía la esperanza de vender entre dos y cuatro unidades, siendo los posibles compradores Hawái, Siam, y Holanda. Precisamente esta última había estado contemplando la necesidad de hacerse con dos acorazados para proteger sus colonias en el Pacifico antes de la guerra, por lo que ahora se estaban llevando a cabo negociaciones con ella.

Por lo tanto todos los presentes así como sus aliados alemanes sabían que en cuestión de dos meses, esos treinta y dos flamantes acorazados se reducirían a veinticinco acorazados, e incluso ese número se iría reduciendo en los años sino en los meses siguientes. De hecho los planes españoles pasaban por conservar únicamente los ocho acorazados que en esos momentos formaban las divisiones 8ª y 9ª, es decir los acorazados con piezas de 356mm. La única excepción estaría formada por los acorazados clase Jaime I, que en unos meses partirían rumbo a Filipinas para conformar la nueva escuadra del Pacifico, sustituyendo a los cinco pre Dreadnought que la formaban en esos instantes, buques que también serían desarmados para posteriormente pasar por el soplete.

Aun así la nueva Armada Española seguiría formada por ocho poderosos acorazados con piezas de 356mm, y tres con artillería de 305mm. Buques más que suficientes para la tarea encomendada. De hecho eran tantos que al final se había decidido desarmar también los cruceros de batalla y reconvertirlos en portaaviones para aprovechar sus cascos. Con tres portaaviones, podría asignarse uno a cada una de las flotas que se mantendrían en un futuro. Casualidades de la vida, lo que fue una transformación temporal del Glorioso a la espera de tiempos mejores, se acabaría convirtiendo en el destino final para sus hermanos. Los propios cruceros de batalla serían sustituidos en su debido momento por otros tantos cruceros de batalla construidos ya para portar una artillería de 381mm, aunque esto difícilmente fuese antes de siete u ocho años.

En cuanto a los cruceros ligeros se conservarían todos, pues su versatilidad los hacia especialmente recomendables y eran más baratos de operar que los grandes acorazados. El número de destructores era a todas luces excesivo, así que se conservarían unos cuarenta y se intentaría vender el resto o se darían de baja en virtud de su antigüedad y su tamaño y número, pues los primeros en ser destinados a la venta eran los capturados en Rusia que por su escaso número ocasionaban problemas logísticos, o los muy pequeños de menos de mil toneladas de desplazamiento.

Eran tantos los buques a desguazar que los astilleros tendrían carga de trabajo durante varios años. Años tras los cuales Borja esperaba mantener el trabajo de los astilleros y con ello evitar problemas sociales y huelgas no con nuevas construcciones, sino empezando un programa de modernizaciones que llevaría entre otras cosas, al abandono del carbón por el petróleo. Sabía que el dinero era escaso, más aun con la reconstrucción en el horizonte, por ello se optaría por ese camino de modernizaciones en lugar de por el de nuevas construcciones para mantener los astilleros ocupados.

Tantos desarmes también tendrían otro efecto secundario. El número de piezas navales disponibles para artillería de costa aumentaría exponencialmente. De hecho ya estaba haciendo planes para modernizar la artillería de costa existente hasta entonces, desactivando los viejos González Hontoria del siglo anterior, ahora ya superados. En cabeza figuraban para ello las cuarenta y dos torres dobles con piezas de 280mm que quedarían disponibles. Estas eran las ocho torres de los cruceros de batalla Almirante Cámara, las veinticuatro de los acorazados clase Nassau/Juan del Águila, y las diez de los acorazados pre Dreadnought Elsass/Baleares. A estos se unían los 70 cañones de 170mm SKL/40 y 90 cañones SK L/35 de 88mm de los pre Dreadnought, y 60 SK L/45 de 150mm, y 48 SK L/45 de 88mm de los Dreadnought.

...Y tal vez, si la venta de los acorazados italianos y yanquis no prosperaba, pudiesen añadirse otros 26 + 80 cañones de 305mm en torres dobles y triples, así como otras muchas piezas de 127 y 120mm a la defensa de costa.

[Kaipa]

Sabía que el dinero era escaso

¿Movilizar diecisiete mil reservistas y hacer desfilar dos cruceros de batalla, treinta y dos acorazados, dieciséis cruceros ligeros, ciento veintiún destructores, un portaeronaves y dos portahidraviones no es un despilfarro?